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FACULTAD DE HUMANIDADES
T E S I S
PRESENTA:
DIRECTOR DE TESIS:
23 de marzo de 2014
En memoria del Dr. Alejandro Chao Barona.
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Agradecimientos.
Con este trabajo de investigación quiero agradecer a toda la gente que ha
estado a mi lado durante el proceso de ideación y trabajo sobre este tema. Es
difícil indagar en temáticas que se encuentran más allá de los discursos
dominantes de alguna disciplina, en mi caso de la psicología. Por tal motivo
quiero agradecer en primer lugar al Dr. Juan González por el apoyo
incondicional para el proyecto y por haberme ofrecido su amistad. Sin él este
proyecto tal vez no estaría concluido. Quiero agradecerle además por todas sus
enseñanzas dentro y fuera de la academia pues vi en él una sincera amistad, vi
un maestro en lo personal y en lo transcendente. También quiero agradecer a
los demás miembros de mi comité tutorial, a la Dra Lilián González por su
apoyo y observaciones que han servido mucho para el desarrollo del proyecto, y
especialmente quiero dedicar esta investigación a la memoria del Dr. Alejandro
Chao Barona quien fue parte medular del trabajo y que el día de hoy ha
trascendido los horizontes de la vida humana, le dedico este trabajo y
conmemoro su partida con esto que él tanto disfrutaba y vivía: el chamanismo.
También agradezco a mi comité sinodal, a la Dra. Alejandra Rosales, profesora
y sinodal que ha dejado en mi la semilla de la indagación neuropsicológica, la
experimentación y la bondad. Al Dr. Tom Froese su apoyo incondicional para el
proyecto, sus observaciones y agradezco por las pláticas y discusiones que
llegamos a sostener, las cuales siempre fueron muy emocionantes. Además,
como parte de aquellos profesores que vivieron el principio de este trabajo y que
apoyaron en la reflexión de mi objeto de estudio, quiero agradecer al Dr. Jesús
Vega de la Universidad Autónoma de Madrid, quien fue un agente importante
en la delimitación temática, así como el Dr. Jacobo López-Pavillar quien
también me orientó en temas que serían centrales para el desarrollo de mi
propuesta. Agradezco también el apoyo del psicólogo, guía de los cielos e
infiernos y músico Manuel Villaescusa a quien consideré un maestro el espacio
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sideral así como a Enrique Martínez y toda la gente que conocí en mi estancia
de investigación en la UAM y en España.
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Contenido
1. Introducción. ...................................................................................................................... 7
2. Conciencia y Alucinógenos. .............................................................................................. 9
2.1. Conciencia. .................................................................................................................. 9
2.2. Estados Modificados de Conciencia. ....................................................................... 10
2.3. Experiencias Místicas. ............................................................................................. 11
2.4. Efectos del Peyote y Hongos psilocybe en la conciencia. ....................................... 12
2.5. Articulación de la propuesta.................................................................................... 14
3. La dimensión cognitiva del chamanismo. ..................................................................... 16
3.1 La concepción indígena de la psique humana......................................................... 17
3.3. La dimensión oral-auditiva en el chamanismo: expresiones orales y
producciones sonoras....................................................................................................... 26
4. La hipótesis de la modulación del estado de conciencia. ............................................. 29
4.1. La dimensión oral-auditiva y los procesos de inducción a EMC. ......................... 30
4.2. Los mecanismos de la modulación del estado de conciencia: Una propuesta. .... 32
4.3. Encauzar la experiencia: actos visionarios del habla y fuerzas desorganizadoras-
configuradoras. ................................................................................................................ 34
5. Ciencias cognitivas y chamanismo: una aproximación transdisciplinar a la
modulación del estado de conciencia. ................................................................................ 36
5.1. Modulación a nivel perceptivo: De la integración multisensorial a la sinestesia
inducida. ........................................................................................................................... 37
5.2. Las expresiones orales y producciones sonoras: de la sinestesia al lenguaje
metafórico. ........................................................................................................................ 39
6. Conclusiones. ................................................................................................................... 42
Referencias. ......................................................................................................................... 46
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1. Introducción.
La dimensión oral-auditiva en los estados modificados de conciencia (EMC) ha
sido poco estudiada en el contexto chamánico; la poca información que
encontramos al respecto proviene principalmente de la etnociencia, a la cual ha
interesado esta dimensión esencialmente en relación a la eficacia ritual de
curación (Eliade, 2003; Lévi-Strauss, 1995; Munn, 1976: Townsley, 1993). El
objetivo principal de esta investigación es describir y analizar, desde la
perspectiva integradora de las ciencias cognitivas, tanto la dimensión oral-
auditiva como el papel que desempeñan las expresiones orales y producciones
sonoras en los EMC en rituales de origen indígena con empleo de plantas
psicoactivas1. En particular nos concentraremos en los rituales Huichol y
Mazateco que utilizan peyote y hongos psilocybe respectivamente. Y
adelantamos la hipótesis de que las expresiones orales y producciones sonoras
en el ritual son moduladoras del estado de conciencia, tanto de los
participantes como del chamán que dirige la ceremonia.
1Aunque desde el punto de vista biológico quizás no sea apropiado clasificar los hongos dentro
de la categoría ‘planta’, para propósitos prácticos consideraremos que se trata de un tipo
especial de planta y así nos referiremos a ellos.
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por la ingesta de las plantas, lo cual nos permitirá construir una base teórica
para ubicar la dimensión oral-auditiva e identificar el papel de las expresiones
orales y producciones sonoras en los estados de conciencia.
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2. Conciencia y Alucinógenos.
El presente apartado tiene por objetivo definir tres nociones principales:
conciencia, estados modificados de conciencia (EMC) y experiencias místicas.
Posteriormente se mencionarán las características bioquímicas y
psicofarmacológicas de las plantas psicoactivas (peyote y hongos psilocybe) con
el propósito de resaltar su efecto alucinógeno en la conciencia humana. Por
último, se articularán las tres nociones (conciencia, EMC y experiencias
místicas) y los efectos del peyote y los hongos psilocybe a nivel de la conciencia
para generar un marco teórico que después permita indicar cómo y por qué las
expresiones orales y producciones sonoras modulan el estado de conciencia en
rituales chamánicos.
2.1. Conciencia.
Para evitar un análisis sobre las diversas perspectivas del problema mente-
cuerpo y de las teorías de la conciencia, asumiremos la postura del naturalismo
biológico de John Searle (2006, 2000, 1992). Esta perspectiva considera a la
conciencia como un fenómeno natural y biológico no reducible a sus
componentes neuronales, pero tampoco independiente de ellos: es más bien una
función de nivel superior que emerge del complejo neuronal (Searle, 2006,
2000).
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periferia, placer/displacer, situacionalidad, actividad-pasividad, su estructura
gestáltica, y un sentido del Yo (Searle, 2006; 1992). En esta tesis nos
enfocaremos en tres puntos que consideramos relevantes en los EMC
producidos por alucinógenos: 1) El campo consciente unificado como la
integración de sensaciones, emociones y pensamientos que convergen para
formar una experiencia consciente sobre fenómenos en nuestros límites
perceptivos. La unificación de la experiencia consciente incluye el problema del
“Enlace” (Binding problem) en neurociencias (Llinás, 2001, 2006; Searle, 2006)
y el campo de la integración multi-sensorial y de correspondencias de
modalidad sensorial cruzada en psicología cognitiva (Spence, 2011). 2) La
estructura gestáltica de la conciencia asociada a la capacidad de organizar y dar
coherencia a los estímulos, posibilitando la distinción y discriminación de
elementos de nuestro campo consciente. Y 3) el sentido del Yo como la base de
la primera persona, de la identidad personal así como del sistema de
autorreferencia (Searle, 2006).
Por otro lado, Ronald Fischer (1971) emplea la noción de I-state (estado del Yo)
y Self-state (estado del sí mismo) para identificar dos niveles del sistema de
autorreferencia que enfatizan el tránsito cualitativo de un b-SoC a un a-ASC.
El I-state está determinado por la experiencia “normal” del mundo objetivo,
mientras el segundo corresponde a la experiencia de los EMC. Para Fischer,
ambos niveles se definen por la relación entre el sujeto y el objeto/entorno; en el
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I-state existe una experiencia de independencia entre el sujeto y el
objeto/entorno, y sólo existe sentido de unidad con el propio esquema corporal.
En cambio, el Self-state presenta gradualmente una forma de unidad o fusión
del sujeto con los objetos/entorno. La cualidad esencial del I-state y Self-state
es la unidad dependiente del grado de relación entre el sujeto y el
objeto/entorno (Fischer, 1971). Durante los b-SoC, el I-state está basado en el
razonamiento lógico, la unidad depende del esquema corporal y es
independiente de los objetos y entorno, entre tanto, en el Self-state la
independencia sujeto-objeto/entorno pierde significado dando lugar a
sensaciones de interdependencia entre el sujeto y los objetos/entorno, en este
estado el lenguaje se torna metafórico (Fischer, 1971).
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comunicar la experiencia a otros (MacLean, et al., 2012; Panhke 1963; Stace,
1960).
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el Parkinson, la ansiedad, depresión, esquizofrenia, déficit de atención con
hiperactividad, farmacodependencia, entre otros (Brailowsky, 2008;
Ramachandran, 2002), y sus fibras nacen de dos sitios en el tallo cerebral: el
locus coeruleus y el área tegmental lateral que inervan la médula espinal,
regiones corticales y subcorticales (Blanc, 2010; Brailowsky, 2008). Los efectos
de los alcaloides del peyote en la conciencia son diversos: destacan los efectos
brillantes y coloridos, sensaciones auditivas, gustativas, olfativas y táctiles,
sinestesia, alteración en la percepción del tiempo y espacio (Furst, 2002) y
otros; por ello, Louis Lewin lo denominó una droga phantastica (Lewin,
1929/2009).
Por otra parte, los hongos psilocybe son una familia del reino fungi con gran
diversidad de especies y variedades. Habitan en zonas húmedas y boscosas del
centro y sureste de México y Guatemala, área geográfica correspondiente a
Mesoamérica (Wasson, 1983). Uno de los grupos indígenas de México con
empleo ritual del hongo son los Mazatecos, ubicados en el actual estado de
Oaxaca, aunque existen otros grupos que los utilizan (De la Garza, 2012). En la
década de 1930, el etnobotánico Blas Pablo Reko redescubre el empleo ritual de
los hongos psilocybe pero no fue hasta Junio de 1955 que no-indígenas
participaron activamente en la ingesta ritual de hongos (Furst, 2002; Ott, 2004;
Wasson, 1983). Se conocen algunos registros precolombinos donde se muestra
el empleo ritual de los hongos psilocybe, entre ellos destaca el códice
Vindobonensis y el Magliabecchiano, y los frescos Tepantitlan de Teotihuacan
(Ott, 2004). A principios de la época colonial, frailes españoles como Fray
Bernandino de Sahagún (1957/1999), Toribio de Benavente Motolinía
(1858/2001) y Jacinto de la Serna (1930/1953) mencionan en sus descripciones a
los hongos teonanácatl, vocablo náhuatl que hace referencia a “hongo sagrado”,
“hongo maravilloso”, por lo cual es común encontrar textos referidos a los
hongos psilocybe mesoamericanos con el nombre de Teonanácatl.
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campo consciente unificado de un nivel de independencia a uno de
interdependencia subjetiva con el entorno.
Tabla 1.
Articulación de la propuesta: Noción de conciencia, EMC y experiencias
místicas.
Estado de conciencia de línea Estados modificados de
base (b-SoC). conciencia (EMC).
Estructura Gestáltica.
Integración multi-sensorial. Procesos sinestésicos.
Correspondencias de modalidad cruzada. Visiones de figuras geométricas.
Campo Consciente Unificado.
Unidad en el nivel esquema corporal. Alteración del esquema corporal:
Unidad Externa e Interna (Stace, 1960).
Unidad Totalidad y Vacío (Fischer, 1971).
Independencia entre el sujeto y el objeto. Interdependencia entre el sujeto y los
objetos/entorno.
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3. La dimensión cognitiva del
chamanismo.
Acoplar una concepción científica con una indígena sobre la psique humana no
es tarea fácil, pues ambas incluyen nociones de entrada disímbolas como
‘conciencia’, ‘cognición’, ‘mente’, ‘espíritu’ y ‘alma’. Las ciencias cognitivas en la
actualidad son un esfuerzo transdisciplinar que indaga sobre los tres primeros
términos: su función y su relación con el cerebro y sistema nervioso. Para
Ramachandran (2008), la investigación mente-cerebro acarreará una de las
grandes revoluciones científicas, la comprensión del humano mismo y del
órgano que ha hecho posible las revoluciones anteriores. Además, Michael
Winkelman (2011) agrega que en el estudio de la mente, los estados
modificados de conciencia (EMC) representan una “anomalía” ––al estilo
kuhniano de las revoluciones científicas–– y entenderlos dará por resultado
una teoría de la conciencia más robusta que posibilite atender el problema
mente-cuerpo.
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humana desde las ciencias cognitivas, que estudian los mecanismos
neurobiológicos y cognitivos implicados en los EMC.
Entre los Huicholes, el kupúri (alma o fuerza vital) es la entidad anímica que
habita en el individuo, desde que nace hasta que muere, y puede salir del
cuerpo sin que la persona muera, viaja durante el sueño y puede ser atrapado
por seres sobrenaturales ––esto último provoca estados de postergación y
enfermedad (López-Austin, 1999). En esta perspectiva, las enfermedades no
son exclusivamente físicas, sino psicofísicas y espirituales, su diagnóstico y
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tratamiento lo lleva a cabo el mara’akáme (curandero o chamán) mediante la
experiencia visionaria producida por el peyote, medicina sagrada que permite
el contacto con los espíritus y así conocer la causa de la enfermedad (Schultes &
Hofmann, 2000). El peyote tiene un kupúri, Tamatz Kallaumari3, la divinidad
que lo habita (Furst, 2002), lo cual faculta al chamán para acceder a una
realidad distinta y sobrenatural que revela la causa de la enfermedad, es decir,
la experiencia visionaria tras el empleo del peyote otorga al chamán el poder de
observar la verdadera causa de la enfermedad.
Para el caso de los hongos sucede algo semejante: las descripciones realizadas
por Álvaro Estrada (2003) sobre la chamana mazateca María Sabina capturan
la idea de un vuelo del alma, al cual denomina soerte (una deformación de la
palabra en castellano ‘suerte’). Esta soerte-espíritu puede salir del cuerpo
durante el sueño, vagar libremente y transformarse en animal, no obstante, el
vuelo del espíritu es para María Sabina una condición de nacimiento o de
hechicería y causa enfermedad. Los hongos, ndi-xi-tjo o “niños santos” también
poseen un espíritu que faculta al chamán para acceder a otra realidad, el
mundo sobrenatural habitado por los Seres Principales (en mazateco Chotáa-
tjí-tjón), que son la personificación de los hongos que se han ingerido. Estos
espíritus son los encargados de otorgar poderes chamánicos, como le ocurrió a
María Sabina:
Uno de los Seres Principales me habló y dijo: ‘María Sabina, este es el Libro de
la Sabiduría. Es el Libro del Lenguaje. Todo lo que en él hay escrito es para ti.
El Libro es tuyo, tómalo para que trabajes…’ (…) El Libro estaba ante mí, podía
verlo pero no tocarlo. Intenté acariciarlo pero mis manos no tocaban nada. Me
limité a contemplarlo y, al momento, empecé a hablar. Entonces, me di cuenta
que estaba leyendo el Libro Sagrado del Lenguaje. Mi Libro. El Libro de los
Seres Principales (Estrada, 2003, p. 42).
3Tamatz Kallaumari es una de las principales divinidades del panteón huichol, es el Bisabuelo
Cola de Venado, la representación anímica o kupúri del peyote.
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plantas sagradas. Un mara’akame huichol comentó a Fernando Benítez: “todos
quieren oír la voz sobrenatural de Tamatz Kallaumari, pero son los elegidos, los
puros, los únicos a quienes se les concede la gracia. Hay algunos que regresan
[de Virikuta] sin haberlo escuchado” (Benítez, 2006, p. 85). La experiencia
visionaria o nierika del mara’akame ayuda a escuchar la divinidad, el lenguaje-
canto que se utiliza en los rituales de curación y que es otorgado por Tamatz
kallaumari (el bisabuelo cola de venado). Para el huichol, el lenguaje de los
dioses debe ser interpretado desde la perspectiva de los rituales, en donde
instrumentos prototípicos como el arco y la flecha juegan un papel
determinante: “Mas he aquí que se ve la flecha clavada en el centro del itari y
la flecha entiende el lenguaje de los dioses. Ahora se ve junto a la flecha la
culebra azul, Jaikayuave, la intérprete de los dioses, la que sabe el lenguaje de
la flecha” (Benítez, 2006, p. 88).
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“cada chamán tiene su canto particular y lo entona para invocar a los espíritus”
(2003, p. 93), el canto posibilita al chamán para “penetrar impune allí donde
sólo los muertos y los dioses tienen acceso” (Eliade, 2003, p. 95), siendo éste un
lenguaje “secreto” o de los animales. Las expresiones orales y producciones
sonoras en el chamanismo no son producto del ser humano, sino producto
divino manifiesto a través del hombre; en términos de Mircea Eliade (2003),
serían ‘hierofanías’ o manifestaciones de lo sagrado. Por ello podemos
caracterizar tanto las expresiones orales como las producciones sonoras del
chamanismo como hierofanías sonoras4.
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es la explicación para la recuperación de la salud, las afecciones proceden de
dimensiones espirituales y anímicas más que físicas y biológicas (Schultes &
Hofmann, 2000).
Las esencias animadas están vinculadas a la realidad material de todo ser vivo
y fenómeno natural, se encuentran en el flujo constante entre este mundo y el
sobrenatural (López-Austin, 1999). Con respecto al vuelo del alma, los estudios
clásicos sobre chamanismo asumen que es un punto clave en el proceso de
curación y en la dinámica salud-enfermedad (Eliade, 2003). Además, está
presente en las prácticas chamánicas indígenas de Mesoamérica, donde el
curandero viaja al mundo de los espíritus para recuperar e introducir el alma
en el cuerpo del enfermo (López-Austin, 1999).
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algún fenómeno, facilitando la adivinación, diagnóstico y curación de
enfermedades (De la Garza, 2012; Munn, 1973). También posibilita conocer al
mundo “tal cual es”, es una manifestación de la realidad sagrada y pura, una
hierofanía con propiedades noéticas de lo sobrenatural en el mundo. La
experiencia visionaria en la concepción indígena incluye una forma de lenguaje
sagrado con énfasis en los canales sensoriales auditivos, se escucha la voz de la
divinidad y por ello se valoran como fuentes de conocimiento insondable.
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En la sección anterior hemos visto que, desde una perspectiva chamánica, el
empleo de plantas sagradas permite acceder a una realidad sobrenatural de
seres animados con intencionalidad propia, en la cual tiene incidencia el ser
humano a partir de instrumentos propios del ritual. Por otra parte, desde la
concepción científica, plantas como el peyote y los hongos psilocybe tienen
propiedades psicoactivas y neurofarmacológicas que modifican el estado de
conciencia y la actividad cerebral. Nos centraremos en los EMC alcanzados tras
la ingesta de plantas psicoactivas en el contexto chamánico.
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constreñidas o moduladas por los inputs sensoriales (Beherndt, 2003). Ahora,
algunos enfoques han considerado que los EMC quizá estén asociados a
desórdenes mentales como la psicosis y la esquizofrenia, tal es el caso del
paradigma psicotomimético, el cual plantea que los estados de conciencia en el
chamanismo pueden responder a alteraciones psicopatológicas de imitación de
la psicosis (Yensen, 1998). La esquizofrenia se caracteriza por síntomas
psicopatológicos positivos y negativos, las alucinaciones auditivo-verbales, la
desorganización del pensamiento, vivencias delirantes, hostilidad y la
suspicacia son parte de los síntomas positivos. También la hiperactividad de las
neuronas dopaminérgicas localizadas en la porción del área tegmental ventral
del mesencéfalo es responsable de los síntomas positivos mientras que en los
síntomas negativos se advierte una hipoactividad en las vías dopaminérgicas
en las terminaciones prefrontales (Ramos, 2004). En este sentido, algunos de
los síntomas positivos de la esquizofrenia se pueden asociar con los estados de
conciencia en el chamanismo, en particular destacan las alucinaciones
auditivo-verbales que como vimos en el apartado anterior son centrales dentro
de las prácticas chamánicas entre mazatecos y huicholes.
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personas de ajuste normal, son inducidas por las experiencias de tipo místico
muerte-renacimiento que producen los enteógenos” (Yensen, 1998: 49). Como
ya se ha mencionado, la experiencia de muerte-renacimiento es una práctica
común entre las sociedades chamánicas y que, desde un enfoque cognitivo,
puede considerarse como una ruptura de la estructura del Yo que se
experimenta como la destrucción de la corporeidad para reestructurar la
identidad personal, esto implicaría una actividad integradora de la psique
humana que tiene por fuente tanto el cuerpo físico como los recuerdos fácticos
(Fericgla, 2000; Tart, 2000, 1990; Winkelman, 2002). La experiencia muerte-
renacimiento se caracteriza por la pérdida de la individualidad y depuración
además de la reestructuración del Yo o sí mismo, se acentúan sus atributos
(esquema corporal, identidad personal y memoria) como rasgos centrales en la
modificación de la conciencia en prácticas chamánicas. Desde esta perspectiva,
la noción de esquema corporal es cardinal en experiencias visionarias de
muerte-renacimiento, pues el retorno del alma al cuerpo humano se ha
asociado con un sistema simbólico de auto-representación que proporciona
conciencia de sí mismo referente al cuerpo (Winkelman, 2002).
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de inconmensurabilidad no es específica de los EMC en el chamanismo. De
forma análoga, sucede lo mismo en el problema mente-cerebro (Bennett,
Dennett, Hacker & Searle, 2008; Díaz, 2008; Searle, 2006, 2000; Blackmore,
2005). Ahora, tanto en el problema mente-cerebro como en los EMC en el
chamanismo el planteamiento básico es la irreductibilidad de la experiencia,
las cuales pueden considerarse un campo de fenómenos auténticos, y éste
puede ser abordado desde programas de investigación como la
neurofenomenología (Varela, 1996). Con el objetivo de articular las limitaciones
mutuas de dos campos de fenómenos, particularmente en el chamanismo es
buscar un puente que vincule dos sistemas de pensamiento (científico e
indígena) sin necesidad de reducir una ontología a la otra, ya que como hemos
señalado, la experiencia visionaria, como campo de fenómenos propios de las
culturas chamánicas, se considera un EMC el cual presenta correlatos de
actividad neuronal.
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Nuestro análisis se orienta a dilucidar este fenómeno desde la concepción
científica de la psique humana, es decir, desde una explicación cognitiva
aceptable a nuestros estándares racionales actuales, desde las ciencias
cognitivas. Lo anterior tomando en cuenta que, desde la concepción indígena,
esta dimensión articula un lenguaje que manifiesta lo sagrado y lo divino y que
podemos interpretar como un sistema de hierofanías sonoras.
5Aquí se expresa claramente nuestra postura axiomática, que postula al complejo cerebro-
mente como un todo, sin posibilidades (por el momento) de reducir lo mental a lo físico.
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aprehende el símbolo a través de mecanismos biológicos y culturales,
produciendo en el inter la integración psicofísiológica de la conciencia
(Winkelman, 2011), cuyo efecto es la curación a nivel físico y psíquico. Por
último, el enfoque de la performance ritual y la corporeidad han planteado una
nueva perspectiva de la eficacia ritual. Ésta se basa en dos ámbitos, el primero
comprende la eficacia ritual de la cura chamánica como una experiencia
corporal unificada y el segundo destaca el papel de la fuerza ilocucionaria del
lenguaje. Para Langdon (2013), la eficacia ritual busca la experiencia corporal
unificada con énfasis en la interconexión entre lo motor y lo sensorial, lo que
nos permite entender la eficacia a partir de la performance ritual de la
conjunción activa de todos los elementos ceremoniales. Esta perspectiva
destaca la noción de “actuar en el mundo”, que podemos identificar con el
paradigma corporizado en ciencias cognitivas (Varela, Thompson & Rosch,
2011). En el enfoque performativo de Langdon (2013), el cuerpo está implicado
en su totalidad, la experiencia corporal unificada aporta un carácter multi-
sensorial y hasta sinestésico.
Por otra parte, está la fuerza ilocucionaria del lenguaje. Graham Townsley
(1993) sostiene que el lenguaje “alambicado” (language twisting-twisting) del
chamán es un acto discursivo que tiene fuerza ilocucionaria. En este sentido, el
canto, las encantaciones, las invocaciones y, probablemente, las vocalizaciones,
son enunciados ilocucionarios o, si se prefiere, actos de habla (Austin, 2010). De
esta manera, la dimensión oral-auditiva del chamanismo comprende un factor
ilocucionario y otro perlocucionario del discurso chamánico. Sin embargo, las
expresiones orales y producciones sonoras en el chamanismo representan más
que elementos simbólicos, son actos del habla encarnados en la experiencia
corporal en y tras los EMC. Un ejemplo de actos discursivos con fuerza
ilocucionaria son los cánticos de María Sabina, quien dice: “Soy mujer que llora,
dice; soy mujer que chifla, dice; soy mujer que hace llorar, dice” (Estrada, 2003,
p. 112); sus enunciados reflejan las características ilocucionarias que menciona
John Austin (2010), pues se encuentran en primera persona con voz activa del
singular y en presente.
Aunque se han propuesto algunos papeles que pueden tener las expresiones
orales y producciones sonoras en los EMC del chamanismo, ninguno constituye
una explicación de la forma en que actúan las expresiones orales y
producciones sonoras en la conciencia ––lo cual es propiamente nuestro aporte.
En este sentido, sugerimos que las expresiones orales y las producciones
sonoras modulan el estado de conciencia del paciente y del chamán durante los
EMC experimentados tras la ingesta ritual de plantas psicoactivas.
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4. La hipótesis de la modulación del
estado de conciencia.
La dimensión oral-auditiva es un factor fundamental en el ritual chamánico. Se
ha sostenido que el lenguaje, el canto, la música y hasta las vocalizaciones en sí
mismas desempeñan un papel crucial durante los rituales chamánicos (Eliade,
2003; Fericgla, 2006; Langdon, 2013; Munn, 1973; Shanon, 2013; Townsley,
1993; Wasson, 1983, 1957). Por ello, en este apartado proponemos que las
expresiones orales y las producciones sonoras modulan el estado de conciencia
tanto del chamán como de los participantes, llevando a los participantes de
estados ordinarios (b-SoC) a EMC y viceversa. Para sostener esta hipótesis
destacamos la propuesta de procesos de inducción a los EMC desarrollada por
Charles Tart (2000) y la vincularemos a la dimensión oral-auditiva del
chamanismo.
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En este sentido, el término ‘modular’ hace énfasis en las acciones de “variar”,
“modificar”, “pasar de un estado X a uno Y”. El término “modular” proviene del
latín modulate “medida” “hacer una melodía” empleándose en el sentido de
‘entonar un canto’. En síntesis, ‘modulación’ y/o ‘modular’ enfatiza la acción y
efecto de variar, modificar y se emplea fundamentalmente en términos de un
cambio de la tonalidad del sonido.
Los contextos más comunes para el empleo de este vocablo son los campos de la
música y electricidad, no obstante, en el campo de las neurociencias y psicología
cognitiva ha proliferado su empleo para referirse a procesos cognitivos
modulados por la actividad cerebral y actividad cerebral modulada por los
sentidos (Álvarez, 1998; Ramachandran, 2002). También es frecuente en
neurociencia el término ‘neuromodulador’ para señalar sustancias endógenas
que modulan los canales iónicos dependientes del voltaje, con efecto global en el
sistema nervioso (Ramachandran, 2002). En el contexto de los EMC, también
se ha empleado ‘modulación’ para indicar la influencia neuroquímica de
sustancias como la serotonina, adrenalina y acetilcolina en el sistema nervioso,
lo cual determina el procesamiento de información y la experiencia consciente
(Kokoszca & Wallace, 2011).
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juegan un papel preponderante para la inducción a EMC. Por ejemplo, como
indica Charles Tart (2000), estos pueden ser las instrucciones de los sujetos
más experimentados a los iniciados en el empleo de sustancias psicoactivas,
pues aquellos conocen cómo funcionan los EMC y suelen indicar a los neófitos
la forma de percatarse y de sobrellevar las modificaciones del estado de
conciencia. Estas indicaciones funcionarían como fuerzas configuradoras
(Patterning forces) del EMC, mientras que las sustancias psicoactivas
actuarían como fuerzas desorganizadoras (Disrupting forces) del b-SoC. Se
consideran fuerzas porque son un rasgo de los factores que influyen en la
configuración o desorganización psíquica. De aquí que la inducción a los EMC
tendría tres etapas: la primera, caracterizada por las fuerzas desorganizadoras
de la estructura psicológica típica de los b-SoC, después, las fuerzas
configuradoras de los EMC y, por último, la configuración específica de la
psique durante el estado modificado de conciencia.
Los cantos de María Sabina hacen las veces del tambor chamánico, lo cual no
excluye que María recurra ocasionalmente al empleo de elementos percutivos.
Las imágenes dispersas, ondulantes, soberanamente imprecisas del éxtasis,
parecen ordenarse y cobrar un sentido gracias a sus cánticos (…) El éxtasis lo
interrumpe bruscamente María Sabina pronunciando repetidamente el nombre
de sus clientes. En este caso, mi nombre: “Fernando, Fernando, Fernando”. La
profesora Herlinda intervino: -Es necesario contestarle “aquí estoy”. Hice un
esfuerzo sobrehumano y respondí confuso: “Aquí estoy”. Pienso ahora que es
inhumano arrancar a los embriagados de su trance, pero este llamado forma
parte de la técnica de María, es un paso del ritual que tiene posiblemente como
objetivo interrumpir la cadena de desdoblamientos y devolverle al paciente la
conciencia de su personalidad (Benítez, 1979, pp. 58-61).
Los elementos percutivos que menciona Benítez son las percusiones con las
palmas de las manos propias de las veladas de Sabina (Echevarría, 1979;
Wasson, 1957). Además, en esta experiencia se relata también la influencia del
canto chamánico sobre la percepción visual: para Benítez ordena y da sentido a
31
la experiencia extática, manifiesta visualmente. Advierte que el cambio en el
ritmo, entonación y el uso del nombre del paciente por parte de la curandera
generan un retorno a “la conciencia de su personalidad”. De modo que la
función del canto sería la inducción del éxtasis y el retorno a un estado de
conciencia basal: un tránsito inducido del b-SoC al EMC y viceversa, lo que
desorganiza y configura los estados de conciencia, modulando los estados de
conciencia de Benítez. La investigación de Benítez (2006) sobre las ceremonias
huicholas con empleo de peyote indica una función semejante, en este caso a
través de la narración del efecto que tienen las palabras sobre su estado
emocional y de conciencia.
Por otra parte, Peter Furst (2002) señala que durante la peregrinación de los
huicholes al desierto de Virikuta, el canto y la música permiten una “condición
receptiva” para la ingesta del peyote por parte de los matewámete o neófitos,
quienes a través del híkuri “verán su vida y se les aparecerá con toda claridad”.
Para los huicholes, la experiencia visionaria que se desprende de la ingesta del
peyote evoca recuerdos y memorias perdidas (anamnesis), en donde la noción
del Yo de los participantes se expande a dimensiones más amplias de la psique
(Sidky, 2009).
6 Entenderemos las siglas b-SoC/EMC como el proceso de tránsito entre estos dos estados de
conciencia, el tránsito del b-SoC al EMC y viceversa.
32
La organización de nuestro campo consciente en general es susceptible a la
integración de estímulos, pues sabemos que se crean ilusiones perceptivas a
partir de la integración de diferentes dominios sensoriales y correspondencias
de modalidad sensorial cruzada (Gallace & Spence, 2006). Tras la ingesta de
sustancias psicoactivas y alucinógenas (peyote, hongos psilocybe, ayahuasca,
LSD) con propiedades agonistas o antagonistas de la neuroquímica cerebral, la
percepción se altera y éstas pueden llevar a la estructura ordinaria de la
integración multisensorial y modalidad sensorial cruzada a un efecto de
sinestesia inducida (Furst, 2002; Ott, 2004; Ramachandran, 2008).
33
4.3. Encauzar la experiencia: actos visionarios del
habla y fuerzas desorganizadoras-configuradoras.
Charles Tart (2000) indica que las sustancias psicoactivas son fuerzas
desorganizadoras por acción fisiológica, pero que en ocasiones el factor
fisiológico no desestabiliza la estructura psicológica (estructura de la
conciencia) de los b-SoC, siendo para ello necesaria la acción psicológica. Los
rituales se pueden así ver como fuerzas configuradoras que desafían la
estructura de los b-SoC y permiten la estabilización de los EMC. Las fuerzas
configuradoras llevarían la estructura de la conciencia a sus límites: la
estructura gestáltica (resultado de la integración multisensorial y de modalidad
cruzada) puede tornarse sinestésica, la unidad del esquema corporal se diluye y
expande en una totalidad interdependiente, el I-state se transfigura en el Self-
state. A partir de esta influencia se configura el EMC.
Por lo general es tu propia ‘voz’ dentro de tí que dice que hagas algo que luego
haces. Ahora la voz del hipnotista toma este rol, y tu sentido de ti mismo (self)
empieza a incluir al hipnotista. La modulación especial de este subsistema que
constituye el sentido del ego es adherido a los estímulos que normalmente se
perciben como la voz de un extraño. (…) El apoyo deliberado o implícito de la
identificación con la voz del hipnotista es una aplicación de fuerzas
configuradoras (Tart, 2000, p. 80).
En este caso, la voz externa puede jugar el papel de fuerza configuradora del
EMC. El ventriloquismo, las antifonías del chamán mazateco y los cantos de los
mara’akame para procurar condiciones receptivas de los matewámete, son
factores psicológicos con fuerza configuradora que, además, podrían
considerarse como actos discursivos con poder performativo (Austin, 2010;
Langdon, 2013; Townsley, 1993).
34
metáforas e historias cosmogónicas (Benítez, 2006; Estrada, 2003; Furst, 2002;
Langdon, 2013, Munn, 1973; Townsley, 1993). Las invocaciones, encantaciones
y conjuros tienen el propósito de realizar un acto. Por ejemplo, en el horizonte
indígena prehispánico el nahualtocaitl (lenguaje oculto) se utilizaba en los
conjuros para curar, invocar o encantar (Ruíz de Alarcón, 1629/1953). Una de
las cualidades de las expresiones orales y en especial del lenguaje chamánico es
su fuerza ilocucionaria y perlocucionaria que en los EMC se torna evidente. Si
consideramos que la “voz” de la tercera persona funciona como un agente que
se presenta como interdependiente al sujeto en EMC, las producciones orales,
el habla, y otros ‘indicadores cognitivos’ pueden ser vistos como una acción que
dirige la experiencia visionaria. Así, proponemos a las expresiones orales no
sólo como moduladoras del estado de conciencia sino como actos visionarios del
habla, pensando en que ejercen cierta influencia como moduladores y
encauzadores de la experiencia visionaria.
35
5. Ciencias cognitivas y chamanismo: una
aproximación transdisciplinar a la modulación del
estado de conciencia.
En el apartado anterior hemos destacado la importancia de procesos de
inducción como las fuerzas desorganizadoras y configuradoras de la experiencia
en EMC a partir de expresiones orales y producciones sonoras que modulan el
estado de conciencia. Desarrollamos una propuesta de cómo ocurre dicha
modulación y ahora destacaremos la evidencia que respalda esta propuesta. En
este apartado nos encargaremos de dar sustento a la hipótesis de la modulación
de la conciencia en el chamanismo.
36
habitual de la conciencia es la primera que se altera en los EMC a través de los
procesos de inducción de las expresiones orales y producciones sonoras del
chamanismo.
37
investigado prolíferamente en psicología y neurociencia como un “simbolismo
fonético o sonoro” (sound symbolism) que atañe a la combinación entre
estímulos visuales y auditivos, permitiendo agrupar un tono auditivo con una
imagen visual que en el 95% de los casos se agrupan de forma semejante
(Ramachandran, 2008; Spence, 2011).
38
5.2. Las expresiones orales y producciones sonoras:
de la sinestesia al lenguaje metafórico.
Como hemos visto, podemos acudir a la teoría bootstrapping de Ramachandran
(2008) para relacionar las correspondencias de modalidad sensorial cruzada y
el efecto booba-kiki como simbolismo fonético, con la sinestesia y la capacidad
para generar metáforas que involucran dos dominios perceptuales diferentes: el
visual y el auditivo-oral. La dimensión oral-auditiva del chamanismo es
particularmente relevante en la teoría bootstrapping, ya que, como hemos
dicho, aquélla articula un lenguaje metafórico y paradójico (Eliade, 2003;
Pahnke, 1963; Ruiz de Alarcón, 1629/1953; Stace, 1960; Townsley, 1993).
39
cualitativamente siendo cada vez más frecuentes las asociaciones por sintaxis
(estructura), más que por semántica (significado).
A raíz de estos hallazgos, Roy (2004) propone que el lenguaje presenta una
modalidad bifásica dependiente del estado de conciencia. Él sugiere que la
articulación semántica corresponde a procesos de lenguaje con características
subjetivas e intuitivas mayormente en el orden simbólico. La segunda fase del
lenguaje correspondería en consecuencia a una modalidad objetiva del
lenguaje. Al igual que Ronald Fischer (1971), Roy (2004) sugiere al lenguaje
simbólico como característica de los EMC agregando un principio
neurofarmacológico sinestésico: las drogas serotoninérgicas inducen la
producción de lenguaje con elementos sinestésicos auditivos, producto de la
activación del córtex temporal derecho.
Roy (2004) propone que existe una relación significativa entre los procesos
sinestésicos, la audición y la interpretación del lenguaje. En correspondencia,
la teoría bootstrapping de Ramachandran (2008) destaca la relación entre
sinestesia, metáforas y el origen del lenguaje, y aunque menciona el empleo de
drogas alucinógenas en los procesos sinestésicos, no utiliza este factor como
elemento central para su teoría del lenguaje humano. No obstante, no podemos
descartar la relación entre lenguaje metafórico-simbólico y EMC inducidos por
empleo de psicoactivos (Fischer, 1971; Ramachandran, 2008; Roy, 2004;
Spivak, 2004; Stace, 1960).
40
que generarían las metáforas sinestésicas propias de la tradición oral del
chamanismo.
Los cantos de María Sabina y las canciones míticas de los huicholes destacan
por su alto contenido metafórico y se han considerado el reflejo de la
experiencia vivida y al mismo tiempo como senderos transitables o indicadores
cognitivos en los EMC (Fericgla, 2006; Langdon, 2013; Townsley, 1993). Es
decir, estas expresiones orales tendrían la doble función de expresar y encauzar
la experiencia visionaria. Con respecto al encauce de la experiencia, las
expresiones orales pueden ser no solo indicadores de la vivencia, sino, tomando
un papel más directivo, ser considerados como actos del habla. Por ello
sugerimos denominar a las expresiones orales en los rituales chamánicos como
actos visionarios del habla, pues tienen cualidades ilocucionarias y
perlocucionarias del lenguaje (Austin, 2010) y resultados que podemos llamar
‘visionarios’ desde al menos la perspectiva subjetiva e indígena. En todo caso, la
modulación del estado de conciencia tendría como elementos principales la
fuerza –ilocucionaria y perlocucionaria- de las palabras evocadas con alto
contenido emocional, metafórico y paradójico, que son características de las
correspondencias de modalidad sensorial cruzadas auditivo-visuales.
41
6. Conclusiones.
Aquí se ha articulado una propuesta sobre los estados de conciencia que vincula
tres atributos de la noción de conciencia de John Searle con EMC por efecto de
plantas psicoactivas como el peyote y los hongos psilocybe. En esta propuesta se
destacó un modelo del efecto de las plantas psicoactivas en la alteración de la
estructura de la conciencia (b-SoC) y su reconfiguración en los EMC. Definimos
la noción de psique humana y destacamos dos concepciones sobre ella: 1) La
indígena mesoamericana con el caso de los huicholes y los mazatecos, en la cual
el kupúri y la soerte, como ilustraciones de la noción de espíritu, eran
homologables a las nociones de conciencia, mente y cognición (aunque no por
ello reducibles a estos); 2) La concepción científica, desde la cual se realizó una
aproximación a los EMC desde la etnociencia y antropología de la conciencia. A
partir de esta exposición se buscó generar un puente que vinculara la
concepción indígena con la científica en temas de la conciencia y cognición en
las prácticas rituales, de lo cual destacó la dimensión cognitiva del
chamanismo.
42
debido a su pérdida o deterioro, además de ser –en el caso del espíritu del
chamán- aquél que busca el diagnóstico y tratamiento a partir de la experiencia
visionaria. En definitiva, la noción de espíritu y alma en el chamanismo es
semejante a las nociones de conciencia, mente y cognición en la concepción
científica, aunque sus ontologías no sean reducibles una a la otra. ¿Qué nos
dicen las ciencias cognitivas sobre la cognición en el chamanismo? Los
conceptos de alma y espíritu son parte de un sistema de conocimiento
chamanismo. Las esencias animadas juegan un papel central, mientras que la
experiencia visionaria, la pérdida del espíritu o la muerte-renacimiento son
dominios cognitivos no presentes en las sociedades no-chamánicas y no pueden
reducirse a categorías como alucinación o alteración.
43
practica la ingestión de plantas psicoactivas para producirlos, nos habilitan
para que las plantas puedan enseñar y brindar conocimiento, que a pesar de
ser científicamente inescrutable, es verosímil para el chamán y sus seguidores;
en palabras de Luis Eduardo Luna (1984), son “plantas maestras” pues
enseñan. Del mismo modo, los EMC alcanzados tras la ingesta de plantas
psicoactivas tienen para el chamán cualidad noética pues vinculan al espíritu
del chamán con fuerzas sobrenaturales que le permiten el diagnóstico y
tratamiento de enfermedades además de otras actividades como la adivinación.
Desde la concepción indígena de la psique humana, la ingesta de estas plantas
y la experiencia visionaria emergente es una forma de conocer. En resumen, no
se puede ignorar la cualidad noética en la experiencia con plantas psicoactivas
como una de las bases del sistema de conocimiento indígena participante.
44
hemops visto, lo simbólico y metafórico son dominios donde el chamanismo se
manifiesta en expresiones orales y en general en toda la performance ritual.
Quizás la dimensión oral-auditiva y el lenguaje en el chamanismo permitan
dilucidar los orígenes del lenguaje y el sistema comunicativo humano, además
de ofrecer pistas en el estudio lenguaje-conciencia y lenguaje-pensamiento, tan
relevante en las investigaciones en psicología y en las ciencias cognitivas.
45
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