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2.1.

DEMANDA DE LIQUIDOS EN BOLIVIA


Debido a las características de los hidrocarburos en Bolivia, los volúmenes de
producción de líquidos han sido sustancialmente menores a los de la producción de
gas natural. La producción anual de líquidos en 2013 llegó a 17,3 millones de
barriles (47,5 mil barriles diarios), lo que hace que Bolivia sea un productor marginal
en la producción de petróleo entre los países de América Latina y El Caribe.

La producción anual de petróleo, que había registrado un descenso entre 2005 y


2009, aumentó en los últimos años, pasando de 12,3 millones de barriles (33,8 mil
barriles diarios) en 2009 a 17,3 millones de barriles (47,5 mil barriles diarios) en
2013. En 2005, la producción de líquidos había sido de 15,4 millones de barriles,
por lo que entre 2005 y 2013, la producción de petróleo solo aumentó a una tasa
promedio anual de 1,5% por año, muy por debajo del crecimiento del PIB y de la
demanda interna de hidrocarburos líquidos.

or otra parte, entre 2005 y 2013 las ventas de carburantes líquidos en el mercado
interno aumentaron a una tasa promedio anual de 7,6%, por encima del crecimiento
del PIB y de la producción interna de líquidos. Durante este periodo, las ventas
anuales de carburantes en el mercado interno subieron de 11,2 millones a 20,2
millones de barriles. Se destaca las mayores ventas de diésel, que aumentaron de
6,6 millones de barriles en 2005 a 10,7 millones en 2013 y las ventas de gasolina
automotriz subieron de 3,4 millones a 8,1 millones de barriles.

Por las tendencias observadas anteriormente en la producción y en la demanda de


líquidos, se ha producido una creciente brecha entre la producción y la demanda
interna de petróleo y sus derivados. En 2013, las ventas de carburantes líquidos,
alcanzaron a un equivalente de 20,2 millones de barriles, por encima de la cantidad
producida que fue de 17,3 millones de barriles. La brecha tuvo que ser cubierta con
importaciones, que ese año llegaron a un equivalente de 8,2 millones de barriles.
Las importaciones de carburantes crecieron entre 2005 y 2013 a una tasa promedio
anual de 13,6%, pasando de un equivalente de 3 millones de barriles en 2005 a 8,2
millones de barriles en 2013.

El sustancial aumento en la demanda y en las importaciones, junto con el


insuficiente crecimiento en la producción interna de hidrocarburos líquidos, han
estado principalmente asociados a los precios internos de carburantes, que han sido
fijados administrativamente en niveles muy por debajo de los precios
internacionales de los carburantes. Esto ha generado una gran distorsión en el
mercado y en las condiciones de oferta y demanda de hidrocarburos líquidos en el
país, incentivando la demanda de carburantes y desincentivando la oferta. Además
de los recursos impositivos que deja de percibir el Estado al mantener un precio
bajo de carburantes, éste ha tenido que erogar un monto considerable de recursos
como subsidio explícito a las importaciones de carburantes, los cuales son
importados a los precios vigentes en los mercados externos, y vendidos
internamente a un precio subsidiado menor.

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