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Trabajo presentado por Helen Sanborn, practicista listada en Sarasota,

Florida, en la reunión del Comité de Inspiración el 3 de agosto de 1998


en Tercera iglesia de Sarasota.

Tema: el Salmo 91 en términos actuales

Cuando mantengo mi pensamiento firmemente en lo perdurable, lo bueno y lo


verdadero, (C. y S. pág.261;4) mi conciencia estará a salvo en la tierra de la
Ciencia Cristiana, bajo la protección de la ley divina.

Con el sentido espiritual, reconozco que la Verdad es mi refugio y fortaleza


mi Dios; en El confiaré.

Con toda seguridad Él me librará de las arteras trampas del magnetismo


animal, de las dañinas epidemias de la mente mortal.

Me cubrirá con Su amor, bajo Sus dos alas, que son los dos puntos cardinales
de la Ciencia Cristiana: la nada de la existencia material y la poderosa
realidad de Dios,
el bien, que incluye Todo (C. y S. 52. 23).
Confiare en que la presencia de la Verdad sea mi defensa.

No temeré al terror, cualquiera sea su forma: pecado, enfermedad y muerte,


visibles o no; no temeré a las sugestiones proyectadas maliciosa, ignorante o
fraudulentamente por la mala práctica mental;

Tampoco al contagio secreto de la influencia errónea ni la osada destrucción


de tormentas, vientos, inundaciones, terremotos, etc.

Mil sugestiones mentales agresivas pueden caer a mi lado, y diez mil a mi


diestra: pero no me tocarán.

Ciertamente con mi visión espiritual, miraré y veré la completa aniquilación


de todas y cada una de las creencias en el mal.

Porque he puesto al sentido espiritual por refugio, al hombre de Tu creación


por morada, nningún mal me tentará, ni tampoco ningún mesmerismo de
materialidad en las formas de medicina material, teología escolástica,
herencia, etc. entrará en mi conciencia.
Pues Dios a Sus pensamientos dará jurisdicción sobre mí, Su ley me
mantiene a salvo en todos mis caminos.

Los pensamientos de Dios me levantarán, me mantendrán despierto, para


que no esté mesmerizado por la creencia de vida en la materia.

Ejerceré mi dominio sobre la animalidad, el sensualismo, la


materialidad y la personalidad, incluso sobre todas sus sugestiones
venenosas.

Puedo escuchar a Dios que me habla. Me está diciendo;

Por cuanto en Mí has puesto tu amor, te librare;

Te pondré en alto (te mostraré tu individualidad más elevada) por cuanto


has conocido Mi naturaleza verdadera.

Me invocarás, y Yo, el Omnisciente, te responderé; Yo, el


Omnipresente, estaré contigo en la angustia; Yo, el Omnipotente, te
libraré y te honraré
Te saciaré de larga vida y te mostraré Mi salvación.

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