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El término “Metaconocimiento” quizá no sea una palabra cotidiana, pero sí es una acción que
intuitivamente realizamos todas las personas, en mayor o menor grado. Esta palabra está formada por el
prefijo griego “meta”, que significa “más allá” y por la palabra conocimiento, por lo cual, literalmente
significa “más allá del conocimiento”.
Dos autores, entre muchos otros, que han estudiado acerca del tema, Joseph D. Novak y Bob Godwin,
explican en su obra “Aprendiendo a aprender” que el metaconocimiento es el “conocimiento relativo a
la naturaleza misma del conocimiento y del conocer”. Recordemos que esta preocupación se remonta a
la antigüedad, a algunos de los análisis de los filósofos griegos Sócrates, Platón y Aristóteles.
El Metaconocimiento tiene que ver con el saber acerca de cómo se sabe algo, acerca de cómo se
aprende, de cómo recordamos, de cómo surgen las nuevas ideas. Por supuesto, si aprendemos a conocer
acerca del conocimiento en nosotros mismos, más metaconocimiento estaremos desarrollando.
El hecho de que las personas no sólo aprenden lo que se les enseña, sino también algo concerniente al
proceso de aprender es conocido desde la antigüedad. Sin embargo, sólo recientemente el
metaconocimiento ha sido objeto de investigación. Uno de los grandes impulsos en este sentido, fue
dado por el historiador y filósofo de la ciencia Thomas Kuhn, quien a mediados de los años sesenta del
siglo pasado, en su libro “Estructuras de las revoluciones científicas”
(http://www.sidocfeminista.org/images/books/04434/04434_00.pdf) describió la forma en que se
producía el cambio en el conocimiento científico. Kuhn creía que la transición entre una teoría
científica y otra nueva era un proceso revolucionario, en cierta forma violento, con altos grados de
resistencia entre los científicos de cada grupo, y, en general, traumático. Este intento de describir la
forma como las comunidades científicas llegan al conocimiento y a las diversas teorías, generó una
corriente del pensamiento que se interesó por la forma en que las personas, individualmente, conocen.
Hay que reconocer que desde mucho tiempo atrás, los filósofos, los psicólogos y los estudiosos de otras
disciplinas investigaban la forma como los seres humanos construyen el conocimiento, pero la obra de
Kuhn fue desencadenante en muchos aspectos.
En la actualidad existen otras escuelas que proponen diferentes formas de cómo aprendemos, cómo
pensamos y cómo conocemos. Una de ellas es la propuesta por el filósofo Stephen Toulmin (Londres
1922 - Los Ángeles 2009), quien asegura que nuestro conocimiento se desarrolla de la misma forma
como se desarrollan las diferentes especies animales en los ecosistemas, es decir, evolutivamente. Esto
significa que las ideas, conceptos y pensamientos que producimos, cambian con el tiempo adaptándose
al entorno, o sea, a las situaciones que debemos vivir. De acuerdo con ello, la lógica como el modo con
el cual construimos argumentos en la búsqueda de la verdad, sería también cambiante y no sólo unas
reglas fijas que deberían seguirse de forma precisa para pensar correctamente: se identificarían
diferentes lógicas a lo largo de la historia1.
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Acerca de este planteamiento se puede consultar el texto de Toulmin “Los usos de la argumentación” en
http://www.felsemiotica.org/site/wp-content/uploads/2014/10/Toulmin-Stephen-Los-usos-de-la-argumentaci%C3%B3n.pdf
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nosotros mismos nos permite desarrollar derroteros de mejoramiento, corregir errores, cambiar
modelos inadecuados y prestar mayor atención a lo que ocurre en nuestro interior. De esta forma
podemos desarrollar más fácilmente estrategias que permitan utilizar mejor las habilidades individuales
facilitando el rompimiento de los bloqueos que impiden o disminuyen el rendimiento en algunas de las
áreas de nuestro desempeño.
Un ejemplo de este último es el que, cuando un estudiante presenta dificultades en un área de estudio,
comprender el tipo de dificultades a las que se enfrenta, posibilita una mejor orientación hacia el
aprendizaje.
Ejercicios
1. Sobre lo que cada uno conoce. Uno de los elementos fundamentales del conocerse a sí mismo
es la identificación de los campos en los que cada uno es “fuerte” o “débil”. Para ello reflexiona
sobre las siguientes preguntas:
¿Qué es aquello acerca de lo cual usted cree conocer más, o aquello sobre lo cual tiene más
comprensión?
¿Cómo sabe que esto es lo que más conoce?
¿De todo lo que conoce, qué es aquello acerca de lo que menos sabe?, ¿por qué lo cree así? Puede
realizar un listado de temas o aspectos en los cuales usted se considera bueno o experto. Seleccione
aquel que sea de su mayor conocimiento, comprensión y manejo. Analice el porqué de su selección.
2. Librófilo o Librófobo: Quizá la habilidad que más necesita un estudiante es la lectura. En este
ejercicio se explora si la lectura es una debilidad o una fortaleza para usted. Responda de la
forma más completa posible:
Cómo se considera usted como lector?
Qué tipo de temas son los que más le gusta leer? Cuáles le gustan menos?
Qué problemas identifica en usted con respecto a la lectura?
Qué facilidades considera usted que tiene con respecto a la lectura?
El conocimiento de sí mismo
Aprendemos sobre cómo aprender, cuando identificamos cuáles son nuestros bloqueos, cuando
utilizamos lo que sabemos acerca de cómo aprendemos. Estos son elementos del metaconocimiento. Es
decir, a mayor conocimiento sobre nosotros mismos y nuestros procesos de pensamiento, mayor es la
posibilidad de ejercitar y poner en uso las habilidades que poseemos. Es así, como cuando empezamos
a estudiar un tema, la facilidad con que aprendemos depende de lo que conozcamos al iniciar el
aprendizaje. Valorar este conocimiento inicial es parte esencial del trabajo del estudiante y del maestro.
De esta valoración depende que verdaderamente se edifique sobre lo que ya se conoce. Es decir, que a
partir de la reflexión, evaluación y conocimiento de lo que se tiene, se va construyendo el conocimiento
siguiente.
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¿Transfiero lo que ya conozco a otros planos de mi vida?
Los componentes de nuestro intelecto determinan la forma como pensamos. Existe un sello o estilo de
pensamiento de cada persona. Según David Kolb nuestro estilo de pensamiento puede ser convergente
(busca una solución , tiene facilidad para la abstracción y para el análisis de las soluciones), divergente
(busca diferentes alternativas y posibilidades de solución, sobresale en el análisis de problemas, posee
un estilo inspirador, ve las cosas desde distintas perspectivas), asimilador (que adapta las cosas nuevas
a lo que ya conoce, descubre conexiones, extrae hipótesis), acomodador (que crea nuevas categorías
para los nuevos conocimientos, maneja el proceso de acomodamiento de la teoría a la realidad, maneja
el proceso de aplicación de la solución y de la comparación de las hipótesis de los experimentos con los
hechos).
A su vez el estilo de pensamiento está relacionado con el estilo de aprendizaje y de construcción del
conocimiento. Mientras mayor apertura haya para el cambio y mayor flexibilidad cognoscitiva,
mayores serán las posibilidades de aprendizaje, de recuperación de la información memorizada y de la
asociación de ideas.
Por otra parte, nuestro pensamiento está influenciado por el tipo de conocimiento que tengamos sobre
algo en un momento determinado. Estos tipos de conocimiento pueden ser: conocimiento salido del
sentido común y conocimiento derivado de una disciplina científica.
Proponemos aquí la diferencia entre el sentido común y el conocimiento disciplinario con el fin de que
reflexionemos acerca de qué tipo de conocimiento poseemos en las múltiples facetas de nuestra vida.
Es aquél que nos permite explicar la realidad de acuerdo con nuestras propias creencias y opiniones.
Posee poca objetividad y disciplinariedad. Es altamente intuitivo. Se llega él sin mayor esfuerzo
comprensivo ni reflexivo. A veces desarrollamos la ilusión de que se aprende sólo con la experiencia.
Si bien es cierto que ésta se constituye en un poderoso medio de aprendizaje, que el ensayo y error
llevan a encontrar soluciones válidas, también es cierto que para evaluar las consecuencias de nuestros
pensamientos y actos que trascienden el horizonte de aprendizaje, es necesario que el conocimiento y la
comprensión sean más profundos. Son muchas las ocasiones en las que no se puede correr el riesgo de
actuar por ensayo y error, intuitivamente o llevados por el sentido común, en las que hay escaso o
ningún margen de equivocación. Es aquí donde se hace necesario recurrir al conocimiento disciplinario.
Conocimiento disciplinario
Está constituido por los conceptos, los juicios, los razonamientos, los métodos y teorías que conforman
las disciplinas. Es el resultado de la comprensión de los conceptos y de la aplicación de los mismos en
asuntos académicos y cotidianos. Se construye a partir de la reflexión y la contrastación, del estudio, la
lectura de diversas conceptualizaciones y de los modelos pedagógicos que median este aprendizaje. Se
caracteriza por poseer fundamentos y argumentos que permiten un piso conceptual más sólido.
Modelos Mentales
Modelo mental es una imagen interna o mapa tácito sobre lo que percibimos, creemos, aprendemos o
conocemos del mundo. Siempre llevamos en la mente la idea o imagen de algo, la cual puede
desembocar en una simple generalización o en la construcción de teorías más complejas. Nuestros
modelos mentales no sólo determinan el modo de interpretar el mundo, sino el modo de actuar en él,
influyen en la percepción que tenemos de las cosas, en la interpretación que le damos a las situaciones,
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en la “teoría personal” que construimos poco a poco a lo largo de la vida. Dice Peter Senge que los
modelos mentales son como un cristal que distorsiona sutilmente nuestra visión, los modelos mentales
determinan lo que vemos. En Programación Neurolingüística se dice que el mapa no es el territorio.
Piense por un momento en el mapa de Colombia, recuerde la forma que tiene, cómo es, qué tamaño,
qué colores, qué sensaciones e impresiones produce. Sin embargo, un país no es sólo determinado
dibujo en un mapa; es más bien su gente, las montañas, las selvas, los ríos, el espacio, etc. De igual
manera construimos representaciones de mundo, representaciones que son mapas de la realidad…
nuestra mente es un conjunto de pensamientos, fantasías, recuerdos, creencias, emociones asociadas,
percepciones externas e internas; en últimas, un filtro a través del cual percibimos lo externo a nosotros
que llamamos “realidad”. Ni las percepciones que tenemos son lo que ocurre, ni los recuerdos son lo
que ocurrió, ni nuestras expectativas son lo que ocurrirá; se trata de elaboraciones que hacemos en
nuestra mente.
El concepto de modelos mentales se remonta a la antigüedad, pero desde la década de los 40 fue
retomado por un sicólogo inglés, Kenneth Craik, y posteriormente incluido en el estudio de los
procesos cognitivos. Hoy en día se habla muy frecuentemente de modelos mentales en el ámbito
empresarial, organizacional, educativo y personal.
Un ejemplo sencillo y cotidiano puede ser el del modelo mental acerca de los días lluviosos, nublados y
oscuros, que me lleva a asociarlos con tristeza y depresión, y a partir de cómo amanezcan los días, así
mismo me voy a sentir triste y deprimido o alegre y activo. O bien, este otro ejemplo en el campo de la
educación: el modelo mental de muchos padres y educadores, según el cual, el juego es sólo para el
tiempo libre, impide que se desarrollen actividades en el aula y en la casa a manera de juego,
impidiendo así que se utilice la lúdica como estrategia exitosa de aprendizaje.
La comprensión de los modelos mentales propios y externos sirve para ir más allá del conocimiento.
Permite hacer un enfoque metacognitivo al análisis de cómo piensan las personas, cómo abordan las
situaciones, qué estrategias utilizan en la búsqueda de alternativas de solución a los problemas, cómo
utilizan creativamente dichas soluciones y cómo razonan. Por otro lado, la comprensión de los modelos
mentales nos permiten también someterlos a verificación y exploración, con el fin de darnos cuenta de
la manera como influyen en nuestra vida, haciendo posible, si es necesario, modificarlos mediante la
creación de nuevos modelos que nos sirvan mejor en el mundo.
Igualmente encontramos que el análisis de los modelos mentales facilita la comunicación entre
antagonistas, posibilitando que aborden el mismo asunto desde diferentes perspectivas, para intentar
llegar al fondo de los problemas crónicos que aquejan muchas relaciones empresariales, políticas,
sociales, científicas, personales, etc.
En cuanto a la relación entre los modelos mentales, el discurso (“lo que decimos”) y la forma de actuar
(“lo que hacemos”), es importante tener en cuenta lo siguiente: podemos actuar como pensamos
(coinciden lo que se dice y lo que se hace), pero también podemos actuar de diferente manera (no
coincide lo que se hace con lo que se dice o con lo que se piensa). Esto indica que existen
representaciones ocultas que se encuentran por debajo del nivel de conciencia provocando acciones
desacordes con lo que decimos. Aquella frase popular que dice “lo traicionó el subconsciente”
ejemplifica como aquellos modelos mentales están presentes en el interior y salen a manera de acciones
o palabras, mostrando con aquellas traiciones subconscientes parte del fondo que se encuentra debajo
de la superficie de nuestra conciencia. Esto es lo que Peter Senge 2 llama “teoría expuesta” (lo que se
2
Autor de “La Quinta Disciplina: el arte de la organización abierta al aprendizaje”
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dice) y “teoría en uso” (lo que se hace). ¿Por qué es importante diferenciar la brecha entre la una y la
otra? Porque no se aprende realmente acerca de algo con sólo hablar de ello sin que haya habido una
modificación de la conducta o sin que se pueda sustentar por medio de la acción, la aplicación o la
sustentación teórica de lo que se habla. Porque cuando existe una brecha entre la teoría expuesta y la
teoría en uso hay posibilidad de aprendizaje y de transformación; son grietas que, al hacerse concientes,
contienen potencial para un cambio creativo. La coherencia entre la dos teorías indica la presencia de
ideas arraigadas, consolidadas, maduras, pero que por este motivo no deben correr el riesgo de quedar
estáticas.
Una ayudita para el ejercicio anterior: Las fortalezas y debilidades se analizan con respecto a uno
mismo. Por ejemplo: “soy de buena salud”, “tengo habilidad manual” o “hago pereza constantemente”,
“no me concentro con facilidad”. Mientras que las amenazas y oportunidades tienen que ver con el
exterior o el entorno. Por ejemplo: “tengo tiempo suficiente para estudiar”, “la universidad tiene una
gran biblioteca” o “no tengo computador”, “tengo que estudiar solo”, “las constantes interferencias no
me dejan concentrar”.
Los estilos cognitivos son aquellos diferentes modelos que utilizamos para conocer. Cada uno tiene su
propia metodología para aprender. Habiendo analizado las diferentes habilidades es posible reconocer
los canales más favorables para el aprendizaje tanto espontáneo como formal. Es de esta manera como
es posible desarrollar nuestro metaconocimiento, ejercitar nuestras habilidades y reflexionar acerca de
los procesos cognitivos.
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El siguiente es un modelo de autoconocimiento intelectual:
1. Su YO intelectual como objeto de “investigación”: imagine que se coloca en un microscopio
para ver en detalle su evolución intelectual. Puede retroceder en el tiempo y recordar cómo fue
aprendiendo a leer, a escribir, a sumar y restar; cómo fue desarrollando sus capacidades o
inteligencias, cuáles fueron las situaciones o eventos que marcaron su vida intelectual. Escriba
sus recuerdos tratando de ordenarlos cronológicamente.
2. La nave de los recuerdos: Escriba las anécdotas acerca de sus capacidades o dificultades en las
siguientes áreas de la inteligencia:
Lingüística: expresión oral y escrita
Musical: cantar, interpretar algún instrumento, formar coros
Lógico-matemática: habilidad de emplear números, resolver acertijos/problemas
Espacial: orientación en espacios abiertos, relación entre volúmenes, juego “Lego”
Físicas y corporales: deportes, teatro, baile, porrismo
Interpersonal: relación con las demás personas
Intrapersonal: relación con sí mismo
Naturalista: relación con la naturaleza, espíritu ecológico
Mapas Conceptuales
Novak y Godwin proponen los mapas conceptuales como un recurso esquemático para representar un
conjunto de significados incluidos en una estructura de proposiciones, que tiene por objeto representar
las relaciones significativas entre los conceptos del contenido (externo) y del conocimiento del sujeto.
Dicho de otra manera, un mapa conceptual es un gráfico que muestra la relación que existe entre los
conceptos que conocemos sobre un determinado tema. Pueden también llamarse instrumento, recurso
esquemático, técnica, método o estrategia de aprendizaje, para visualizar conceptos y relaciones
jerárquicas entre conceptos.
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* Son útiles como guía para generar la discusión sobre el contenido trabajado, para reforzar ideas
importantes y para proporcionar información al profesor sobre la calidad del aprendizaje que se está
generando y construyendo en el contexto del aula.
* Permiten discutir y negociar los significados y sus relaciones, y además planificar el aprendizaje con
el objetivo de comprender, no basándose en la simple repetición.
Conceptos: Son las regularidades que percibimos en los acontecimientos o en los objetos y que se
designan a través de una palabra o una frase simple. Por ejemplo: “LA CIENCIA”, “MAMÍFERO”,
“EXPERIENCIA COGNITIVA”, etc.
Se escriben con mayúscula y dentro de un óvalo para lograr un mayor impacto visual.
Enlaces (Conectores): Son las palabras que se utilizan para unir los conceptos y para indicar el tipo de
relación que se establece entre ellos. Son verbos, preposiciones, artículos, conjunciones o frases, es
decir, conectores en general. En la oración: “LA CIENCIA produce CONOCIMIENTO”, la palabra
“produce” es el enlace o conector.
Las palabras enlace se escriben en minúscula y frente a las líneas de interconexión.
Proposiciones: Resultan de la lectura que hacemos de los mapas conceptuales cuando unimos dos o
más términos conceptuales mediante las palabras enlace para dar forma a una unidad semántica. Por
ejemplo: “LA CIUDAD tiene una ZONA INDUSTRIAL” o “EL SER HUMANO necesita
OXÍGENO”.
CONCEPTO 1
NIVEL 1
conector conector
conector
conector conector
CONCEPT CONCEPT
CONCEPT O 1.1.2 O 1.2.1 NIVELIII
O 1.1.1
Ejercite usted el diseño de mapas conceptuales partiendo de mapas muy sencillos y concretos, para
luego ir en ascenso de complejidad y de mayor número de elementos y niveles. Esto puede tomar su
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tiempo, por lo tanto no decline en la constancia de la ejercitación. Recuerde que será una importante
herramienta de estudio, de registro de conceptos, de recuerdo de los mismos.
Inteligencias Múltiples
Los seres humanos nos distinguimos principalmente porque todos tenemos diferentes combinaciones
de inteligencias. Si reconocemos este hecho, tendremos mejores posibilidades de enfrentarnos
adecuadamente al sin número de problemas que nos arroja el mundo.
La teoría de las Inteligencias Múltiples es una filosofía educativa, una actitud hacia el aprendizaje, una
teoría de funcionamiento cognitivo que propone que toda persona tiene habilidades en por lo menos
ocho inteligencias, aunque hoy se haya aumentado el número de dicha clasificación. Dicha teoría fue
propuesta por el investigador norteamericano Howard Gardner, quien ha estudiado lo relacionado con
el desarrollo cognitivo en el ser humano. Desde la década de los 70 propuso esta teoría, la cual fue
publicada en 1983 en su libro “Frames of Mind” (“Estructuras de la Mente”). Según él, la inteligencia
es una habilidad valorada por un grupo social que permite resolver problemas y crear productos
útiles con significado para una cultura, expresada por medio de un sistema simbólico, con funciones
mentales específicas asociadas con determinadas áreas del cerebro y con operaciones mentales que
le sirven de base.
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Gardner propone que las inteligencias son estimuladas por la influencia cultural y el desarrollo del
individuo según su propio ritmo evolutivo. Todas las actividades basadas en inteligencias siguen su
propia trayectoria de desarrollo. Es decir, cada actividad tiene su propio momento de surgir en la
infancia, su propio tiempo de apogeo durante el transcurso de la vida y su propio compás de
declinación en el envejecimiento.
Igualmente, a través de la historia de la humanidad, cada una de las inteligencias tienen su origen y
evolución. Por ejemplo, la inteligencia espacial puede evidenciarse a partir de los dibujos de los
cavernícolas, la inteligencia musical a partir de los testimonios arqueológicos de instrumentos
musicales primitivos, etc.
Además de las ocho inteligencias ya mencionadas, y estudiadas por varios autores, Gardner señala otras
habilidades como son las siguientes: la espiritualidad, la sensibilidad moral, la sexualidad, el humor, la
intuición, la creatividad, la habilidad culinaria, la percepción olfatoria, la habilidad de sintetizar las
otras inteligencias. En un futuro las investigaciones arrojarán nuevas luces sobre el desarrollo de las
habilidades múltiples o inteligencias, como Gardner las ha querido denominar para llamar más la
atención sobre este tema de gran importancia especialmente para la educación y la formación
verdaderamente integral de las personas.
La teoría de las inteligencias múltiples de Gardner no es el primer modelo que profundiza en la noción
de inteligencia. Las teorías sobre el desarrollo de la inteligencia vienen surgiendo desde tiempos
remotos, así como las teorías sobre estilos de aprendizaje. El estilo de aprendizaje de una persona es el
estilo de poner las inteligencias a trabajar. Así como aprendemos modelos, aprendemos a ejercitar
nuestra inteligencia.
La mejor manera de identificar nuestras propias inteligencias es a través de una evaluación práctica de
nuestro desempeño en la multitud de tareas, actividades y experiencias cotidianas, vinculándolas a cada
tipo de inteligencia.
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Factores de desarrollo de las inteligencias
El desarrollo, o su contrario, la limitación de desarrollo de una inteligencia, depende de tres factores
principales:
* El patrimonio biológico. Incluye los factores hereditarios o genéticos, y los que se
desarrollan antes, durante y después del nacimiento.
* Los antecedentes de la vida personal. Incluye experiencias con los padres, maestros,
compañeros, amigos y otros, quienes despiertan las inteligencias o impiden su desarrollo.
* Antecedentes culturales o experiencias de aprendizaje. Corresponde a aquellos factores que
se derivan de las experiencias que vivimos y a partir de las cuales construimos nuestro
conocimiento y nuestra afectividad.
Dos procesos fundamentales del desarrollo de las inteligencias son: las experiencias cristalizantes y las
experiencias paralizantes. Las primeras representan aquellas experiencias que motivan el aprendizaje,
que desarrollan un interés y una capacidad para evolucionar en un campo determinado. Las segundas
representan las fuentes de os bloqueos, frustraciones o experiencias negativas, que hacen que las
habilidades se estanquen en su desarrollo. Estas experiencias son particularmente importantes en el
campo educativo, pues de ellas depende en gran parte que el desarrollo de las habilidades se estimule o
se frene.
Ejercicios
1. ¿En qué le gustaría ser más inteligente y por qué?
2. Respecto a las inteligencias planteadas por Gardner y hoy ampliadas, cuáles son las que posee y
en qué grados o modos? Recuerda cómo las ha ido adquiriendo?
3. Respecto al desarrollo de las inteligencias de los demás, es usted como hijo(a), hermano(a),
amigo(a), vecino(a)…alguien que facilita dichas habilidades o por el contrario permite con sus
comentarios y expresiones que se paralicen sus desarrollos? Justifique su respuesta.
4. Las inteligencias son recuperables. Seleccione una inteligencia que le gustaría desarrollar
actualmente y que en su infancia o adolescencia no logró desarrollar:
* Analice qué bloqueos o mecanismos de rechazo presenta con respecto a ella.
* Describa experiencias cristalizantes o paralizantes que le hayan afectado.
* Busque alternativas de motivación y ejercitación… le gustaría intentar desarrollarla?
* Diseñe un plan de acción para cultivar dicha inteligencia y proyéctelo en su vida cotidiana.
* Comparta esta experiencia con personas cercanas a usted.
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