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¿QUE ES LA ECONOMIA COLABORATIVA?

UNA INTERPRETACION DESDE EL


POSMODERNISMO

*Por Lic. Leonardo Innamorato / Álvaro Suarez Vergne

Introducción

V
arios son los términos que nos vienen a la cabeza cuando se menciona la palabra
Economía Colaborativa. Ante tal abundancia de conceptos la confusión está
garantizada. Pese a ello el auge de estas tendencias queda patente en los datos
macroeconómicos.

Airbnb (compañía dedicada al alquiler de habitaciones entre particulares) ha sido valorada


en 10 billones de dólares por encima de muchas cadenas hoteleras internacionales
(Macduling 2014). Amovens (empresa que pone en contacto a conductores particulares
que, con pasajeros, gestionando viajes compartidos por un determinado precio) creció un
1700% en 2013 (Blázquez 2014). La plataforma de crowfunding Kickstarted ingresó en
2014 la cantidad de 850 millones de euros impulsando diversos proyectos (Sucacas 2015)

Con una mirada sociológica al asunto, basta para ser consciente de la lucha simbólica que
surge en el momento de nombrar, definir y categorizar cualquier hecho o fenómeno social
(Bourdieu 1985). Una lucha simbólica entre grupos sociales que pugnan por imponer su
representación colectiva de la realidad en ese ámbito en concreto. En otras palabras, cada
uno intenta definir el nuevo concepto cómo le conviene.

El caso de la economía colaborativa no es una excepción

Pregúntele a un liberal acérrimo. Rápidamente exaltará las virtudes del mercado y le


hablará de una nueva forma económica que busca escapar de toda regulación, guiada por
la mismísima mano invisible de Adam Smith.
Pregúntele a determinados grupos de izquierdas. Le contestarán que el capitalismo está
llegando a su fin, que la solidaridad es la nueva forma económica del siglo XXI, potenciada
en gran medida por las nuevas tecnologías.

¿Cuánto de verdad hay en éstas afirmaciones?

¿Es la solidaridad el factor clave del surgimiento de la economía colaborativa o más bien
estamos ante una nueva ampliación del capitalismo?

¿Realmente existen una serie de formas económicas que se puedan agrupar bajo el
nombre de economía colaborativa?

Según los teóricos de la materia sí existen un conjunto de actividades con características


en común que se identifican bajo el nombre Economía Colaborativa. Es definida por
Botsman y Rogers (2011) como:

“Una economía construida sobre redes de distribución que conecta individuos y


comunidades de manera descentralizada en oposición a las instituciones económicas
asentadas, transformando como producimos, consumimos, nos financiamos y
aprendemos”

Sin embargo, esta definición general no logra resolver la dicotomía entre solidaridad y
mercado, adolece de una visión profunda que nos permita integrar dentro de un mismo
concepto fenómenos tan diferentes como Airbnb, los bancos de tiempo, blablacar, las
monedas sociales…
La sociología nos aporta herramientas clave para poder superar la esta dicotomía. La clave
está en preguntarse no sólo que está pasando sino por qué.

Desde la perspectiva posmoderna podemos situar a la sociedad en un proceso de cambio


enmarcado en un doble proceso de hipermodernización y reactualización de los valores
tradicionales. Las progresivas tendencias de secularización e individualización conducen al
individuo a una crisis espiritual, surgiendo nuevas formas de moralidad de manera
descentralizada, en una reactualización de los valores tradicionales (Iranzo 1996, Bericat
2003).

La economía colaborativa podría entenderse desde esta corriente de pensamiento.


Estaríamos hablando de una nueva forma económica que se asienta en dos procesos
entrelazados. Por un lado, la evolución de un mercado de masas tradicional a uno
individualizado debido en gran medida a las nuevas tecnologías de la información. Por otro
lado, la descentralización de la producción y el surgimiento (o re-surgimiento) de redes de
solidaridad entre consumidores.

Dos serían las claves en éste proceso, un cambio de valores (una progresiva
individualización y mercantilización de la sociedad unida a una búsqueda de valores
tradicionales que propicia un resurgimiento de redes de solidaridad) y las facilidades que
dan las tecnologías de la información. Podríamos decir que la economía colaborativa se
basa en una mercantilización de la solidaridad, en la medida que recupera formas
económicas tradicionales basadas en redes comunitarias y les aplica la lógica del mercado
capitalista actual.

La dicotomía de opinión por parte de la opinión pública muestra en cierto modo que ambas
características están presenten a la vez en ésta forma económica. Por mucho que pueda
chocarnos el binomio solidaridad-mercado no tienen por qué ser contradictorio, y eso
demuestran cada día millones de usuarios en Airbnb, blablacar, amovens, Kicktarted…

Conclusiones

Nada nuevo bajo el sol

En las crisis dicen que nacen el ingenio y la necesidad de crear algo novedoso; son
siempre oportunidades. El caso de la nórdica región italiana de Emilia – Romaña, se la
expone como un ejemplo claro de colaboración entre todos sus actores productivos en
redes. Desarrollo económico territorial impulsado íntegramente por sus actores. Había que
reorganizarse, tejer lazos sociales, planificar mancomunadamente entre los sectores
productivos primarios, profesionales y de los actores que están en la administración del
Estado.

No es tarea fácil, se requiere tecnologías sociales grupales, inversión, producción,


planificación y lazos comunitarios para lograr imponer un producto, una marca o un diseño
en el seno de la comunidad que identifique y sea orgullosa de lo antes expuesto. A ello, el
sector del gobierno deberá acompañar con créditos blandos, facilidades y aliento
productivo, impuestos módicos y brindar oportunidades en poseer buenos caminos, leyes,
previsibilidad y compromiso de desarrollo social y económico.

Licenciado en sociologia, UNSE, Argentina

Bibliografia

Blázquez, S (2014). “El móvil desafía el uso del coche”. El País. Recuperado
de: http://economia.elpais.com/economia/2014/11/19/actualidad/1416425394_185420.html
Bericat, E. (2003). “Fragmentos de la realidad social posmoderna”, Revista de
investigaciones sociológicas, 102 (03): 9-46.

Botsman, R. y Rogers, R. (2011). What’s mine is yours: how collaborative consumption is


changing the way we live. London: Collins.

Bourdieu, P. (1985). La fuerza de la representación. A: Bourdieu, P. ¿Qué significa hablar?

Iranzo, J. M. (1996). “Ecologismo y religión civil: Ética y política en la modernidad


avanzada”, Política y sociedad23: 173-192.

McDuling, J (2014). “Airbnb doesn’t even own a bed, but its backers think it’s more valuable
than Hyatt”. Quartz.

Recuperado de: http://qz.com/190432/airbnb-doesnt-even-own-a-bed-but-its-backers-think-


its-more-valuable-than-hyatt/

Sucacas, L (2015) “Kickstarter ingresa 850 euros por minuto en 2014”. El País.

Recuperado
de: http://tecnologia.elpais.com/tecnologia/2015/01/08/actualidad/1420671983_082323.html

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