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EL CAMBIO QUE NUESTRA ALMA NECESITA

Hoy en día vivimos en un país sumergido en un sistema de corrupción, mentiras, cobros


indebidos y violación de nuestros derechos. Es ahora el momento de pensar en un
cambio de infundir la ética que hace tanta falta en nuestro país.
En la actualidad encontramos muchos profesionales que carecen de ética, como
médicos que siendo trabajadores del estado dejan de cumplir con sus horas establecidas
por irse a trabajar en clínicas privadas ocasionando que los pacientes no sean atendidos
en el hospital de EsSalud en su debido tiempo, pudiendo provocar la muerte.
Siendo este un ejemplo de profesionales sin ética, que prefieren el dinero a cambio de
cumplir con sus jornadas laborales establecidas por el estado y sobre todo dejando sin
atención a muchos asegurados.
La ética es un elemento esencial que debe hacernos a reflexionar, llevándonos a un
cambio que debe haber un cambio en la vida. Nos preguntamos ¿Pero el médico no
ayuda al prójimo?, es necesario hacerle un frente a la ética. La misión del médico no solo
consiste en impedir la muerte sino en mejorar la calidad de vida, tratando al mal,
ganando o perdiendo en algunos casos, que nos conlleva a un cambio en la vida.
Todo lo mencionado debe infundirse en el ámbito político, social, familiar, con el fin de
contribuir con el bienestar de la sociedad.
El cambio que nosotros buscamos parte de cada uno de nosotros en reconocer,
comprender y promover en las almas de las personas un nuevo ánimo, este cambio para
pueda desarrollarse se necesita de la ayuda de todos los peruanos, en especial de la
ayuda de nuestros jóvenes, la nueva generación ya que ellos tienen una fuerza única en
su mundo interior.
Comenzaremos reconociendo la debilidad moral, pues mediante nuestro pensamiento
y acciones, podemos entender, criticar y transformar el interior de nuestra alma, de la
mano con los valores que se han inculcado en nuestras familias, para así transformar
nuestro país con un saber actuar ético evitando más corrupción para no afectar a
nuestra sociedad y que toca de cerca a nuestros niños y jóvenes.
El fin de este cambio es que podamos fortalecer nuestra alma, ética y moral, para una
sana convivencia armónica y social. Para así pueda verse disminuido los problemas de
corrupción y vulnerabilidad de nuestros derechos.

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