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"El valor de los likes es una utopía si no comprendemos

el proceso que hay detrás...". Segundo Armas Castañeda.


Entrevista publicada en el blog de la Maestría en Comunicaciones del la PUCP

Segundo Armas Castañeda es graduado de la Maestría en Comunicaciones de la PUCP y


especialista en comunicación estratégica y comunicación para el desarrollo. Ha publicado
ensayos y libros sobre temas clave en pro de la inclusión. Actualmente, asesora diversos
proyectos en Perú y, en esta ocasión, nos habla de su experiencia de trabajo.

¿Qué puedes observar del reciente panorama de las políticas de comunicación con el
ciudadano?

Hay una ilusión tecnológica. Los miedos y la ilusión hacen creer a muchos que, principalmente,
es la tecnología por si misma la que crea los cambios, pero esto no es así, pues existen procesos
comunicativos y culturales más profundos que subyacen las grandes transformaciones que
estamos viviendo. Esos procesos son clave en las reformas de comunicación que van a contribuir
a la inclusión social, empoderando a los ciudadanos y generando capacidades y oportunidades

¿Cómo plasmas ese razonamiento en una política de comunicación? En mi experiencia como


asesor invitado en la Presidencia del Consejo de Ministros, considero que fue un acierto el
empezar un proceso de diálogo nacional con los actores más representativos de la sociedad civil,
recogiendo experiencias y propuestas para definir políticas públicas de comunicación. A través
de los foros Hablemos Perú conocemos "in situ" las problemáticas de la comunicación de
diversas instancias del estado y también de la voluntad de cambio, pero el proceso es muy lento
y complejo, conceptual y operativamente.

Se necesitan cambios en las denominaciones de las unidades de comunicación, que no expresan


un enfoque integral, en los perfiles de los comunicadores, sus competencias, los presupuestos
insuficientes, los enfoques que reducen todo el trabajo de comunicación a prácticas efectistas
de prensa o a relaciones públicas y no a pensar en el diseño y ejecución de estrategias. Todo
esto en la perspectiva de construir un estado eficiente, moderno y al servicio de los ciudadanos.
Es necesaria una reingeniería profunda en la gestión de la comunicación del Estado.

Pero el estado no va solo en el esfuerzo por esa reingeniería...

Hay proyectos de cooperación como el del Banco Mundial para impulsar la formación de líderes
en comunicación estratégica entre los comunicadores que trabajan para oficinas del estado y
que, de realizarse, constituiría un activo, un capital humano muy importante para reinventar la
comunicación pública, para construir una nueva cultura organizacional realmente
comprometida con el servicio público y para impulsar la comunicación estratégica pública.

Yo he acompañado ese proceso en que se busca formar líderes de cada sector para que
participen en este gran diálogo. Pude actuar como moderador, como expositor y coordinando
los foros. Lo que he visto es que a pesar de que es un gran movimiento, con mucho entusiasmo,
el gobierno no responde con propuestas específicas a nivel legislativo y práctico, eso queda para
la agenda de este y los próximos gobiernos. Ese debate público no debe esfumarse, pues
presenta iniciativas que pueden conducir a modernizar verdaderamente la gestión pública
desde la comunicación, y todos queremos un estado moderno, eficiente, al servicio del
individuo.
También hay que tener en cuenta la incorporación de nuevas tecnologías de información y
comunicación como las redes sociales, lo digital...

Regreso a lo de la ilusión tecnológica: el boom de las redes construye relaciones epidérmicas,


superficiales, no estamos entendiendo el proceso que hay detrás de ello. Soy más duro: estamos
viviendo una hipocresía de las relaciones en lo digital que se convierte en cómplice de las
relaciones sociales perversas, con fines de garantizar la convivencia.

Las relaciones humanas que se construyen a través del facebook, por ejemplo, surgen de la
subjetividad de las personas pero están fuertemente condicionadas por la mirada pública y esto
hace que se edifiquen relaciones sociales epidérmicas, construidas a propósito, que no expresan
siempre el verdadero sentimiento y pensamiento de la gente. Por otro lado, está la utopía de
los “likes” y los “compartir”. Los community manager exhiben orgullosos sus 500 likes y un costo-
beneficio positivo, pero ¿qué sabemos de los procesos que traen consigo esas relaciones que
empiezan con un like y un compartir? Se requiere más claridad sobre la importancia de estas
nuevas formas de los procesos comunicativos. Necesitamos profundizar más en el análisis de los
cambios culturales que estamos viviendo para pensar una nueva política pública de
comunicación.

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