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Capitulo 6 Separaciones PDF
Capitulo 6 Separaciones PDF
Fluidización
fluido es un líquido como si es un gas, pero a altas velocidades del fluido, cuan
do la expansión del lecho es considerable, existe una diferencia notable del com
portamiento en ambos casos. Con un líquido, el lecho continúa expansionándose
al aumentar la velocidad y mantiene su carácter uniforme, con un aumento pro
gresivo del grado de agitación de las partículas. Este tipo de fluidización se
denomina «fluidización particulada». Con un gas, sin embargo, la fluidización
uniforme se obtiene únicamente a velocidades relativamente bajas. A velocidades
elevadas se forman dos «fases» separadas; la fase continua se denomina a me
nudo fase densa o de emulsión, y la discontinua, fase ligera o de burbujas. Se dice
entonces que la fluidización es de «agregación». Las burbujas de gas atraviesan
los lechos fluidizados de alta densidad, adquiriendo el sistema un aspecto muy
parecido al de un líquido en ebullición, con la fase ligera correspondiendo al
vapor y la fase densa o continua al líquido. Entonces, el lecho se denomina a
veces «lecho en ebullición», en contraposición con el «lecho quieto», a bajas
velocidades de flujo. Así, al aumentar el flujo del gas, su velocidad relativa a
las partículas en la fase densa puede no variar apreciablemente, habiéndose de
mostrado que el flujo relativo a las partículas puede, como resultado de esto,
continuar siendo laminar incluso a velocidades globales de flujo muy elevadas.
Si la velocidad de paso del gas es alta, y el lecho es profundo, tiene lugar la
coalescencia de las burbujas, y en un recipiente estrecho puede fraccionarse el
lecho, produciéndose «tapones» de gas que ocupen toda la sección transversal.
Estos tapones de gas quedan alternados con zonas de sólidos fluidizados que
son transportados hacia arriba, deshaciéndose a continuación y cayendo los só
lidos de nuevo.
Se ha sugerido(2) que el grupo de Froude iFmf/gd proporciona un criterio a
partir del cual puede predecirse el tipo de fluidización.
Aquí
umf es la velocidad mínima de flujo, calculada sobre toda la sección
transversal del lecho, a la que tiene lugar la fluidización.
d es el diámetro de las partículas, y
g es la aceleración debida a la gravedad. %
pieza a disminuir debido a que aumenta la porosidad del lecho; esta disminu
ción continúa hasta que la velocidad es lo bastante alta para que tenga lugar
el transporte del material; entonces el gradiente de presión empieza a aumen
tar de nuevo, ya que la resistencia por rozamiento del fluido en las paredes del
tubo adquiere valores importantes.
Si en vez del gradiente de presión se representa la caída de presión a través
del lecho frente a la velocidad, utilizando de nuevo coordenadas logarítmicas
(fig. 6.2), vuelve a obtenerse una relación lineal hasta el punto en que tiene
Fluldización 295
lügar Ib expansión del lecho (A), pero luego la pendiente de la curva disminuye
gradualmente a medida que el lecho se expansiona. Al aumentar la velocidad, La
catdb dé presión pasa por un valor máximo (B), disminuyendo entonces ligera-
| mente y/ adoptando un valor aproximadamente constante, independíente de la
veibcidéd dél fluido (C D ). Si se reduce de nuevo la velocidad de flujo, el lecho
se; contrae hasta alcanzar la condición en que las partículas empiezan a des
cansar unas sobre otras ((£).; la porosidad tiene entonces el valor máximo esta
ble para un lecho fijo de las partículas en cuestión. Si la velocidad se disminuye
aún más, eii lecho permanece entonces en esta condición suponiendo que no se
agite; ILai caídb dé presión (EF) en este lecho fijo reformado es entonces menor
que Ib obtenida originalmente a la misma velocidad. S i se aumentara ahora nue
vamente Ib velocidad, sería dé esperar que se siguiera la nueva curv a (FE) y que
Ib pendiente cambiara súbitamente de 1 a 0 en el punto de fluldización; esta
condición es; difícil, de obtener, sin embargo, ya que el lecho tiende a consoli-
dbrse; dé nuevo a menos que no esté sometido en absoluto a vibraciones. En
ausencia dé; canalización, únicamente la forma y el tamaño de las partículas
défetmiinan Ib porosidad máxima y la caída de presión para la fluidización, en
un léete db unas> dimensiones dadas. En un lecho fluidizado ideal, la caída de
presión correspondiente a ECD es igual a la fuerza de empuje por unidad de
área. En Ib práctica', puede apartarse apreciablemente de este valor, y no per
manece constante debido a la canalización. El punto B queda por encim a de CD
debido a que deben superarse las fuerzas de fricción entre las partículas antes
de que pueda tener lugar una reordenación de las mismas.
La velocidad correspondiente al punto de fluidización se calcula fácilm ente
mediante: Ibis ecuaciones dadas en el capítulo 4. La caída de presión a través
dél léete es entonces igual a su peso aparente por unidad de área, y 1a porosidad
en' el momento de establecerse la fluidización es la máxima que puede ser alcan
zada por e l lé e te fijó . V an H eerden et a l . (4> han sugerido que se elimine el
término de Ib porosidad' de las ecuaciones de la caída de presión a través de un
léete: fijo, combinándola con la constante numérica, ya que tanto la constante
numérica como la porosidad máxima son función únicamente de la forma de la
partícula.-
En un lecho fluidizado, la fuerza total de fricción sobre las partículas debe
ser igual a l peso efectivo del lecho. Por tanto, en un lecho de área de la sec
ción transversal igual a la unidad, profundidad / y porosidad e, tenemos:
-A P = ( l- e X p t -p )lg (6.1)
«, - 0,0055 d2 (6.2)
1 —e n
fara las partículas mayores, con las que el flujo en el lecho en el momento
de la fluidización incipiente ya no es laminar, es necesario utilizar una ecuación
más general, como por ejemplo la de Ergun, para el cálculo de la caída de pre
sión a través del lecho. Aplicando la ecuación de Ergun (4.18) al momento de la
fluidización incipiente:
4 -1 7 5 ° (6.5)
I <r d1 * e lj d
FfüB'iza&fáñ W/
SüBstitü^en38 elyval£r 38 =á?/¿ según 18 ecuación 6.1 í M Í I Í É É ® Ig ra S
smm ps? wltfii-Gét
m sm 1 - 8 ;*z "wfüp ^ U?5 V
1 = 150
m mi I
m z fm -*
p«í
SSm m Sí
es el nuinerb dé Gáiiiéo; éto (véase pág. 123h
m\mfM
es tina £8rmá del numero de Reynolds, siendo desíguádO §i? íf$rM-t
La eCüáeiÓn 6:6 se convierte entonces p ¡¡
y-, ;
iii
L8s tráBájSs publicados s8Bré sedimentación^ sugieren (jué éuafidó ||§ Sjgfc
sBülas pü838n adSptar li^ ^ 8n í| orientaciones teladlas; él éaS'ó
38 la s83im8nta£ion y la flúidizációh', las &üáéióhes óbtéiudas pará lá éaida d¿
prési'ón en lé8R8sjftj8s dan valdrés de dicha, caída de ptésiót'i superiores á foé
V8i8a38r8s: Para jflüJS laminar, la 38hstahíe de ^m ah-^^ehl!1 Viché üft
38 3-56 8ñ v8z 38 5: SüBstihiye’hdd «site Valór ihférióé éñ la ééwaélóiíi 6,¿
8Bti8ñ8:
¿ 2( h - p ) 0
(**«/ ~ lljÉ S lili
De esa* forma resulta posible calcular Rc\¡R cfmi ( = 1/0/1/,»/) para cualquier valor
de en fundón de G>&. En la figura 6.3 se ha representado Re'0 /Re',»/ frente
a Gac las curvas corresponden a los valores de e„,/ de 0 ,4 2 , 0 ,4 0 y 0 ,3 8 . Es inte*
tesante observar -que la gama de velocidades sobre la que puede obtenerse flui-
d ^ ad on particulada es mucho mayor en la región laminar que en la turbulenta
Fluldlzaclón 299
- = e” = ( l - c r (6.15)
A dem ás, se dem ostró que, suponiendo que el número de Reynolds fuese menor
de 0 ,2 o mayor de 5 0 0 , no afectaría al valor de n. Los valores del exponente n
determ inados experim entalm ente pueden correlacionarse m ediante las ecuacio
nes 5 .3 4 a 5 .3 8 dadas anteriorm ente.
A sí, si se representa la porosidad e del lechó frente a la velocidad del
fluido Uc (utilizando coordenadas logarítm icas) (fig. 6 .4 ), la curva puede divi
dirse aproxim adam ente en dos líneas rectas unidas por una corta curva. A bajas
velocidades, la porosidad perm anece constante en el valor correspondiente al
lecho fijo , y para el estado fluidizado existe una relación lineal entre log uc y
log e. La c u n a m ostrada corresponde a la fluidización de esferas de acero en
agua. D ebe o b se n a rse que, m ientras en la ausencia de canalización, la caída
de presión a través de un lecho con una expansión dada es directam ente propor
cional a su profundidad, la velocidad de fluidización es independiente de esta
últim a. Una relación parecida a la ecuación 6 .1 5 ha sido obtenida también por
L ewis y Bowerman (° .
E s posible ahora exam inar más detalladam ente la variación del exponente n
rri/
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-ct« -ctJó-QW-cxíe-a* -«y -ojb -o,e-Q08-o,o«
LO G t
F ig. 6.4. Relación entre U velocidad del fluido (it) y la porosidad, para la
fluidización de esferas de acero de 6,4 m n en agua<M>.
fluldluclón 301
Suponiendo que las ecuaciones 6.15 y 6.17 son aplicables al momento de la flui-
dixación Incipiente:
. togQwM ») . - l o g (Rc'o/Re'",) (6<18j
loge*/ logírn/
Cuando el lecho está constituido por partículas con una amplia gama de ta
maños tiene lugar una estratificación, formando las partículas mayores un lecho
de baja porosidad cerca del fondo y las partículas más pequeñas un lecho de
alta porosidad cerca de la parte superior. Si las partículas presentes constituyen
fracciones de tamaños altamente diferenciados, la segregación puede llegar a
ser completa estableciéndose realmente una serie de lechos fluidizados de dis
tinta potosidad, uno encima del otro. Si la gama de tamaños es pequeña, exis
tirá una continua variación tanto en la composición como en la concentración
de partículas, en toda la profundidad del lecho.
U&YA *r C athala <m\ y otros prefieren representar e V ( l —e)2 frente
a fogit,» porque e '/ (l~ e )5 es la función de la porosidad que aparece en la ecua
ción de Koteny (4,9) para el flujo laminar de un fluido a través de un lecho
granular. Como ya se indicó, M eik le w ha demostrado que los resultados para
concentraciones pueden expresarse de manera parecida a los relativos al flujo a
través de un lecho fijo.
Vas limitaciones de la ecuación 6.15 fueron observadas por L awther y
B eiíOUN 'w>, quienes fluidwaron partículas de plomo en agua. S mith (,6) y Bai-
lxx han investigado también el comportamiento de las partículas densas y
han establecido que las desviaciones de la ecuación 6.15 siguen una pauta sis
temática. aumentando con la densidad de las partículas y con la altura del lecho,
y también al disminuir el tamaño de las partículas. Las desviaciones de la ecua
ción e.15 están acompañadas de una desigualdad en la fluidización, observán
dose la aparición de remolinos en circulación en el interior del fluido, que
provocan la separación de las partículas por acción centrífuga. De esta forma
tienen bogar fluctuaciones de densidad en el lecho, aunque son de carácter com
pletamente distinto a las burbujas, si bien a veces se forman auténticas burbujas
al fhudisar partículas de plomo o tungsteno en agua.
Recientemente. AxnrRSON ha demostrado que en los lechos de diámetro
muy pequeño ftuidicados con un liquido, se desarrollan franjas de baja concen
traron en partículas. Estas franjas tienden a propagarse hacia arriba a través
del lecho, aumentando en amplitud.
En algunas circunstancias, concretamente cuando la relación entre el diá
metro de la partícula y el del tubo es importante, las partículas pueden formar
pacerse si la concentración es elevada. Esto se ve claramente en la relación entre
diferencia de presión y velocidad y en la existente entre concentración y velo
cidad.
A partir de experimentos,v* sobre fluidización con flujo descendente de
partículas de densidad inferior a la del liquido, se encuentra que la relación
enere el caudal y la concentración sigue con mucha fidelidad la ecuación 6.15.
Es de notar qae las partículas están sometidas en el lecho a un movimiento muy
p ^ oeáo. desplazándose únicamente unos pooos milímetros por segundo.
fftjfcífraclóft 3G3
tendían normalmente a moverse hacia arriba en el centro del lecho y hacía abajo
en las paredes; este tipo de circulación era menos importante en las reglones
alejadas del distribuidor.
Carlos y Latif fluidizaron partículas de vidrio en ftalato de dím etílo, anali
zando la película cinematográfica obtenida por medio de un analizador 1'enson-
Lehner que proporcionaba datos de las coordenadas de las partículas trazadoras
directamente sobre fichas que podían utilizarse después como entrada ai orde>
nador. Se obtuvieron las velocidades de las partículas, así como sus componen'
tes tangencial, vertical y radial. Representada en forma de hístograma, la dis
tribución de velocidades totales resultó tener la misma forma prevista por la
teoría cinética de moléculas en un gas. En la figura 6.6 se muestra un resultado
típico<31). A continuación se calcularon los coeficientes de mezcla o difusión efec-
©
f h M m ié fi 305
dé U'x n p j j ÍHéditíidé $ p filfíf* tic j« Véítieidád media f él féébrridb
líiédíM dé jtíü S S B S S M i r t ú t e Hiiéiiea simplé;
M |l#téf dé ^ I p l l fue Ir n im u estudiada por ( ’arj os w en él mismo apa-
¡|p$ fg | | É tf de lili iéébO HuUpdétífo iw parlféoltítí trarrtíparéntés y uha capa
dé ÉÍl§íp|fi ¡§^¡pÍ#ÍS ¡djHtídtí fíi ítí Htísé déf léeíio; Sé (ieieiñiihfi ja bortcéñ-
¡Mimtf dé ptíi ÍÍéiiÍrí»í éb untí fritín tti ébnobí tí distintos injeríalos fíe tiempo déí^
UtíéÜ dé Ití IItiMirrtHoti: flí ptdéésn dé niélela resultó seguir tina ecüácíóh del
lijld til? Ü IÜ ^ M ésití ééiitíéióO sé HHlIf.rt oéfpíifill* para éalcttíair el ebéfibiéíité
lili iiié&dtí: It$i eomptírtícilóH dé lótí Valóre* del ebéficienté dé mezcla obténidbs
p i #tt$ método* éHlHHéé* l l M j p la constancia del factor de Vélo-
* @ p Míi pffiflp { f l U dé H éóénciétdé de tifíela es de Í4 cm2/s para ése
íéftítí dé vidrió tjie Ü iitin fluidí/adás tí Hita Velocidad igual a dos éécés el valor
Mi? II íélóeidtíd niininití Óé flíddi^aeidií;
édUSigíbó fépíétíéiiitíf Ití* bórriéutetí dé círctílacion dé las partíbü-
ItíS ért Mil íéélió fluidiétídój i épiétíénlrtUdó fuucioués dé corriente para las par-
Úéilltítíi éuü ití tMmmmmm dé ijué ésitís podítín ébntíidéfartíé como iin médíb colé
IIIÜlMi hÜ (tí H{itira ¡©íf piiédén Vérse Uíiotí resultados tipióos para la flüiUizacíón
®B píiméfiitíft dé mili dé ditínieMu pbf medió dé ftalatb dé dimétilo; en éste
Sé tíjiitíió Ití Vélóéídtíd ptíift oldénéi' Una porosidad dé 0;C5%¿ Cortio él lecHo
éS Sliiiéíi'iéo féíijiéélti tí Sil é]é, iddétímeuié Él ifilíéslra él modelo sobré tina séc-
éltlii ftíditíli IHlétlé dbtíéfítíríté tpie latí liuétíS dél modelo dé circulación se concéri-
p l piüiélptílméHlé éii Ití palié inferior tlél léelib¿ moviéndose las partículas
iitííltí p ltip éji éi eéliijí;tj f lim ia tíbtíit* éjl latí parédétís a-1 disminuir la pbfbiidad
wél iééíidj latí lineas dé( iníaléltí dé cíféulacidñ tíéndén a ocupar pfügrésiíáriiénté
pttíVInnétí iillS péipiélitís tléí léélidi péfd éxitíjé tina iéitdéricia a aparecer tifia
pétpiéntí ídíití éii (tí rjiié él litoílélo dé éíiétilacidii sé itiViérié éri las fegibriés stípé;
fiitíéS dél léélnl;
é J* S1 S I I-MAS OAS ^ L IO O
Pft id§ tíitííéltitííi fluldi/tídotí ptif medio dé un gas^ riprmalmeríte sólo tiene
lugar una éSptíiitíídii Hniíiada dé la ftítíé cdíitiiuiá Üéj iéciib. tío» iriaieríaíes fí-
ft&5, itíléí» ét»iiíM Itííi iiliétdétíféitís tlé Sílice aliiminá Utilizadas eotfio catalizador
éit él éí’tíéSIiig tlél pélidlédi pilétlé dbléivéitíé tina expansión Üéí ití % a íeíb-
(íidtíiiétí jgiítíléít tí ap'mximtídtíineitié (rétí Vécétí la véíbéidad mínima Ué fíüitiizacióh.
fútííéMtííétí mtís gfiiéstití tíé iiluiéué iiittí éxpausióiv intícíio tiiéiibf p ía fbrma-
éiftii dé m m m éiüidéztí tí velocidades dél gtís iitfénbiés^ Durante esté péribdb
dé étípaiitíiórt Uniformé dél léelub se sigue éstféchainenie la éctitíción 6 .i5 (25)
306 Fluidización
En realidad, las desviaciones con respecto a dicha ecuación están siempre asocia*
das con la tendencia a la aparición en el lecho de una segunda fase.
La facilidad con la que puede obtenerse un lecho fluidizado varía con las
propiedades físicas del sólido. Así, los catalizadores de sílice-alúmina se fluidi-
zan muy fácilmente y pueden mantenerse en esta condición mediante el aire
arrastrado por el lecho cuando éste es lentamente agitado. Sin embargo, la
mayor parte de los materiales se fluidizan únicamente durante la circulación
hacia arriba de un gas. Las partículas grandes requieren velocidades de flujo
de aire relativamente elevadas, debido a sus altas velocidades terminales de
caída y también a que la caída de presión es relativamente baja cuando un
fluido circula a través de un lecho de partículas grandes.
La uniformidad del lecho fluidizado es función del tamaño y de las propie
dades superficiales de los sólidos. Así, algunos materiales tienden a aglome
rarse, especialmente cuando las partículas tienen un diámetro inferior a 50 pm,
apareciendo la canalización. Ocasionalmente la aglomeración es tan acentuada
que la fluidización no tiene lugar en absoluto y, cuando la caída de presión
excede aj peso de las partículas, todo el lecho es elevado como un émbolo só
lido; a continuación esta estructura se desmorona, produciéndose grandes agre
gados de partículas.
Un cierto número de investigadores han estudiado el efecto de la agitación
sobre las propiedades de un sistema fluidizado. Si el lecho se agita por medio
de un agitador cuyas paletas están dispuestas de tal manera que hacen ascender
a las partículas, tiene lugar un aumento de volumen y puede llevarse a cabo la
fluidización utilizando una velocidad de flujo del gas más pequeña. Se han lle
vado a cabo diversos intentos para medir una propiedad análoga a la viscosidad
del lecho. Matheson, H erbst y Ho l t (í6) midieron el par motor necesario para
hacer girar una paleta a 3 rev/s (3 Hz) en un lecho fluidizado. Vieron que era
directamente proporcional al tamaño lineal de las partículas, y que aumentaba
con la densidad del material. El aumento de la aireación reducía considerable
mente el par motor requerido. D iekman y F orsyth e (27) hallaron que la fluidi
zación más uniforme se obtenía con aquellos materiales que mostraban única
mente un pequeño aumento de la viscosidad aparente al reducir la velocidad de
flujo.
La tendencia de las burbujas a la coalcscencia en un lecho fluidizado, for-
mando zonas alternadas de gas y de sólido fluidizado, aumenta al hacerse mayor
la relación entre la altura del lecho y su diámetro. Además, la tendencia al frac
cionamiento depende de las propiedades de las partículas. M atheson et a l.**
determinaron el valor máximo de la relación l/d, para el que no tenía lugar el
fraccionamiento, para una serie de sistemas. Representaron entonces esta rela
ción frente a la viscosidad aparente del lecho, obteniendo una cu n a que se
aproximaba a una línea recta. Se vio que la tendencia al fraccionamiento era
mínima con aquellos materiales que formaban lechos cuya resistencia al cizalla-
Fluidizadón 307
miento era pequeña, aum entand o el fra c cio n a m ie n to por tanto con el tam año
de la partícula y con la d ensidad del m a te ria l, es d ecir, co n la velocidad fin a l de
caída.
En general, al aum entar la velocid ad del gas la porosidad del lech o fluidizado
varía muy poco. A velocidad es inm ediatam ente superiores a la velocidad m ínim a
de fluidización tiene lugar una pequ eña expan sión del lech o fluid izad o, pero
cualquier incremento posterior de la velocidad del gas produce la form ación de
burbujas, que tienden a aum entar en núm ero y en tam año al increm en tar la
velocidad de flujo. L a im portancia de las b u rb u jas, debida no únicam ente a que
transportan una gran proporción del gas a través del lech o sino tam bién a que
afectan el modelo global de flu jo del gas y de los sólidos, es hoy en d ía perfec
tamente admitida, realizándose actualm ente investigaciones sobre el com porta
miento de las burbujas en diversos centros.
nado ya, en todo caso, que el sistema agua-plomo tiende a dar lugar a toda una
serie de efectos que se oponen a Ja homogeneidad, siendo por tanto interesante
observar que las burbujas no son estables como tales. Al elevarse la burbuja en
el lecho, se establecen unas corrientes internas de circulación debido a las tem
siones de cizalla existentes en el contorno de la misma. Éstas velocidades de
circulación serán del mismo orden de magnitud que la velocidad a la que as
ciende la burbuja. Si la velocidad de circulación es apreciablemente mayor que
la velocidad de caída de las partículas, la burbuja tenderá a arrastrar partículas
en su estela, tendiendo por tanto a ser destruida. Por otra parte, si la velocidad
a la que asciende es inferior, no habrá partículas arrastradas en la estela y la
burbuja será estable.
Como primera aproximación, por tanto, se supone que una burbuja es esta:
ble si la velocidad a la que asciende es inferior a ía velocidad de caída libre
de las partículas, pudiendo calcularse para un sistema cualquiera el tamaño lí
mite de burbuja estable por medio de la ecuación 6.19. Si esté tamaño resulta
ser del mismo orden que el diámetro de la partícula, será difícil detectar la bur
buja. En cambio, si es superior a unas diez veces el diámetro de la partícula,
será visible y podrá comprobarse que el sistema contiene burbujas estables. Se
gún este razonamiento, las burbujas grandes son generalmente estables en los
gases, mientras que en los líquidos el tamaño máximo de las burbujas estables
es comparable al diámetro de las partículas. Debería resultar posible conseguir
una fluidización libre de burbujas con partículas muy ligeras, utilizando un gas
de elevada densidad. L eung^ consiguió alcanzar esta condición fluidizandó
microesfcras fcnólicas huecas a presiones de aproximadamente 4,5 MN/m2. Ade
más, fue posible formar burbujas estables con mezclas de glicerina-agua y par:
tjfculas de plomo de tamaño igual a 0,77 mm. Esta región de transición ha sido
estudiada también por S impson y Rodger (32).
Hakrison y L euno <j3) han demostrado que la frecuencia de formación de
burbujas en un orificio (tamaño comprendido entre 1,2 y 25 mm) es indepen
diente de la altura del lecho, de la velocidad de flujo del gas y de las propieda
des de las partículas que constituyen la fase continua, pero depende de la velo
cidad de inyección del gas, tendiendo a una frecuencia de 18-21 por segundo
a elevadas velocidades de flujo.
En otro trabajo(34), los mismos autores han demostrado que detrás de cada
burbuja se forma una estela que se extiende hasta aproximadamente 1,1 veces
el diámetro. Si una segunda burbuja se introducé en esta estela, su velocidad
se incrementa en una cantidad igual a la velocidad de la primera burbuja, te:
nlcndo lugar de esta forma su coalcscencia.
Las diferencias entre los sistemas fluidizados por un líquido y por un gas
han sido estudiadas también teóricamente por J ackson quien demostró que
las pequeñas discontinuidades tienden a crecer en un lecho fluidizado, siendo
mayor la velocidad de crecimiento en un sistema gas-sólido.
flu idiiacló”
309
F ig. 6.9. Isóbaras alrededor de una esfera fija de tela metálica (mulla) c„
lecho de arena mezclada
dt fot + 2 i ,/3
( 6.20)
6 21)
( .
Fie, 6JO, fotografía deí rao de kAídot provocado per esa «£■
burbuja
de cobre en todas las propiedades frica s importantes,» p&fQf, ¿ft ser m a ^ i ^
podían separarse é d lecho con facilidad.. Se añadió a fa p«rttó> aipería? dé u*
fecho ftuMuado CMO mm de diámetro-- y hasta 2 m de afó$j?a> de patfti&ílas.
cotice Jtproximd&dvtmeníe un l % de partículas de ráqueil Se observó- que fe-' me/.
cU en* rápida pero íos resnítidos, fueron de dxtkil irteerpretacídn debelo a-
coniplejkiad de fes modeles de flujo., Se establead,.. sin em&Mcgfr. que ¡a fflezgg»
vertical era menor en un lecho cerra sección' dism inuí en ¿a base.- En- este tasó
se reducid la formación de barbajas, al mantenerse- east constante ía veVytidbd
del gas debido al aumento del ¿rea de flujo en la dirección en la qpe- disminuía
ta presión, Según parece, tas burbujas juegan un importante papel* en ¿a
laoidn de los solidos, pero el upo de flujo obtenido dependerá en $?arv pare
de la geometría del sistema.
Rowe v Par tridos v4W han estudiado- focatraficam eníe el mo*ñrnien&> de id?
sdítdos producido por la elevación de una sdb burbuja. Guando la burbuja se
forma y asciende, arrastra una estela de burbujas dejando un- borbotan de sd
ftdos tras de st„ según se muestra en la fisura 6 JO . La estela se alaras por >a
adkidn de partículas, hasta que alcanza, una longitud imv W ■-a r**-t ic * 'v< > crvV frs®
V fSrré
iVX
*/',
F ío . & .I L Etapas del movimiento de partícultó prov-ocade per ©na
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flu liln " ll" n
4 niH },** burbuja* priM flUt* g ím u h á o ea m eo te f m Ú&QA €Q m>
^ u li¿ M
Wptoeeao muy mnpUfju que da iu&r a m ekvads, grado de ru ada.
Vi Az
In (6-23)
% K
Sería de esperar que la fluidización más uniforme tuviera lugar cuando las
partículas fueran todas del mismo tamaño, no existiendo por tanto gran diferen
cia en sus velocidades finales de caída. Sin embargo, a menudo la presencia de
cantidades muy pequeñas de finos mejora la calidad de la fluidización de los
sistemas gas-sólido, aunque la presencia de finos en el lecho puede provocar la
formación de burbujas a una velocidad inferior. Si los tamaños difieren de for
ma apreciable, tiene lugar la elutriación y las partículas más pequeñas son sepa
radas continuamente del sistema. Si las partículas que forman el lecho son ini
318 Fluldlzaclón
cialm ente del mismo tamaño, a menudo se producirán finos como resultado del
desgaste mecánico o del fraccionam iento debido a las elevadas tensiones térmi*
cas. Además, si las propias partículas toman parte en una reacción química, sus
tamaños pueden alterarse como consecuencia de la elim inación de parte del ma
terial (por ejemplo, durante la gasificación o la com bustión). Los finos que
se produzcan deberán recuperarse por medio de un ciclón. Las trazas finales
de materiales finos pueden eliminarse entonces con un precipitador electros
tático (véase capítulo 8).
L eva (54) midió la velocidad de elutriación en un lecho constituido por par
tículas de dos tamaños distintos fluidizado mediante aire. Observó que, si la
altura del recipiente por encima de la parte superior del lecho era pequeña,
la velocidad de elutriación era elevada, pero si aquélla era superior a un cierto
valor, la velocidad no era afectada. Esto podía atribuirse al hecho de que las
partículas pequeñas eran expelidas del lecho a una velocidad superior al valor
de equilibrio correspondiente al recipiente no obstruido situado por encima del
lecho, ya que la velocidad lineal del fluido en el lecho es mucho mayor que
en el tubo vacío. Los experimentos demostraron que la concentración de par
tículas finas en el lecho variaba con el tiempo de elutriación, según una ley de
la forma
C = C0 e “ Mr (6.24)
6.4.1. Mecanismos
. — = hA(Te—TB)(6.28)
A
eNu'
R e1 P r0,A22
= (a 0 0 8 0 + 0 2 7 R e ^ M i , ) * 05 (630)
Fio, <M7, Comparación entra laa correlaciones para transferencia de calor. Arena
silícea (Q,H mm) flutdir.ada en aire*’^,
326 Fluidización
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FíQ. 6.18. Coeficiente* instantáneos de de cater para esferas ^
vidrio ItuktwM en aire '“\
ilycalor se requiere urt desplazamiento rápido de lo» sólidos, sin que exista un
recubrimiento considerable de la superficie por el gas solo,
1*1 llICIodo liencillo previamente para la determinación del coeficiente de
transferencia de calor en leeltos fluldlzadoa líquido-sólido en los que se calienta
eléctricamente lili pequeño elemento sumergido, ha sido utilizado con éxito para
aíslenlas gas solido, l a figura 6 , Id muestra la forma en la que varía el coefi
ciente de liailsfereiieia de calor al aumentar la velocidad del gas. El coeficiente
de liansfereneja de calor se lia representado frente a los múltiplos de la velo
cidad mínima de tliddlzación [u,/umf) para partículas de vidrio (9 pin) fluidi-
Zadas con alie a la presión atmosférica. La región >4/4, correspondiente al lecho
fijo, se caracteriza por un coeficiente bajo, casi constante. En el punto B, corres
pondiente a la velocidad mínima de fluidización, el coeficiente comienza a in-
Ciemeulaise rApídametile debido a la circulación de los sólidos; alcanza luego
Ull lulísimo t\ disminuyendo después de nuevo. Este comportamiento puede
Mliilmiise a dos efectos que llenen lugar simultáneamente a medida que se
attinettla la velocidad de Ilujo del gas; en primer lugar existe una velocidad de
circulación de sólidos progresivamente mayor, pero al mismo tiempo aumenta
la tendencia por palle de las burbujas de gas a recubrir la superficie. Una vez
que se lia alcanzado la velocidad de flujo del gas correspondiente al máximo,
los electos del recubrimiento de la superficie por el gas comienzan a dominar al
If aumentando la velocidad) Sin embargo, a una velocidad de flujo todavía mayor
la curva pasa por un mínimo l), Incrementándose después regularmente el coe-
Fluidización 329
fiáente al ir aumentando la velocidad del gas. A velocidades del gas muy ele
vadas (£), existe tina renovación muy rápida de material en la superficie.
Puesto que tanto en las cercanías de la superficie de transferencia de calor
como en el interior del lecho, donde las condiciones de equilibrio son rápida
mente alcanzadas, el proceso depende de la transferencia de calor entre el fluido
y la partícula, es importante conocer cuáles son los factores que controlan este
fenómeno. Puesto que la transferencia de materia es un proceso parecido, para
la interpretación de los datos relativos a la transferencia de calor resultará tam
bién útil la información sobre las velocidades de transferencia de materia.
63.1. Introducción
G Jy o -y ) = ^ (y rF ) (6.32)
Gm(y0- y ) = ^ { W {f + by)}
(6-35»
Reordenando la ecuación 6.35 e integrando:
rimentaban una mezcla completa, y que la presión parcial del vapor en su super-
ficie venía dada por la isoterma de adsorción.
A una altura cualquiera z por encima del fondo del lecho, la velocidad de
transferencia de materia por unidad de tiempo, suponiendo flujo de pistón en
el gas, viene dada por
dN A« hDA C¿ dz (6.37)
donde ct es el área de transferencia por unidad de altura del lecho.
Integrando para toda la altura del lecho:
Na h D¿ ACdz (6.38)
Húmero de Reynolds (R r) —
(50 < Re' < 700) Sh' « 0,94 R e' 1/2 Se1'3 (6.42)
dQ mt hATrf dz (6.43)
Integrando,
ATdz (6.44)
F lu c c ió n
M - M
k - (WH4 { U'J '’Y ' !* (6-4S)
fcfó ^táoíóu ré*tfltd *ér ápíicáble para valores de Re' comprendidos entre 0:25
i VA,
Ir# te»^#rírci/m dé íá< éeuáéiónés 6.40 y 6.46 muestra qué los procéso's dé
dé calor y1 materia Son descritos por ecuaciones de forma parecida:
érófrárfc/r/ lo» Caloré* dé los coeficientes son distintos en los dos casos. Esto
¿i¿ jWrédé atribuirse’ én pñii parte al hecho dé qué_ el valor medio del
dé p/adotl i/V> én los trabajos sobre transferencia de calor erá inferior
#1 t m dél ndrtféro dé &éhmitit (Siv) én los experimentos sobre transferencia de
ff& fcfá,
fii é/rftVéni^nté expresar hrs resultados experimentales sobre transferencia de
y' dé frvaféri* á pártíctdás en función de factores /. Si la concentración dél
éñfé rpré difunde éx pequeña, el factor / para la transferencia de materia
$éra défirrrdo pin lá réláéión
¿ g é
. p r°
cpput (6.48)
6.7. 1. Generalidades
6,9, R FF FJR K N C IA S B IB L IO G R A F IC A S