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Defensoría del pueblo

José Esteban Márquez Prieto

7600432

Camilo Gutiérrez Jaramillo

Derecho Constitucional Colombiano

Universidad militar nueva granada

Facultad de Relaciones Internacionales y Estrategia y Seguridad

Programa de Relaciones Internacionales y Estudios Políticos


Abril, 2019

Introducción

La labor de vigilancia al poder público, a partir de la expedición de la Constitución Política de

1991, se amplió gracias a la creación de la figura del Defensor del Pueblo, especialmente, en cuanto

a protección, defensa, promoción, divulgación y ejercicio de los derechos humanos. Mediante los

artículos 281 y 282 de la Constitución, se estructuraron las características, facultades y

funcionamiento de la Defensoría del Pueblo, como proyección y desarrollo de la concepción del

Estado Social de Derecho.

De esta manera se constituye en autoridad estatal, cuya misión consiste en el control de la

actividad de la institucionalidad pública y de algunos particulares a quienes se les ha delegado

funciones de carácter público, respecto de los derechos fundamentales y las garantías para

ejercerlos, para lo cual se le ha surtido de procedimientos flexibles, informales y expeditos para

desempeñar sus acciones y tareas.

La finalidad del ente Defensorial es la protección de los derechos humanos y de las libertades

de todas las personas frente a actos, amenazas o acciones ilegales, injustas, irrazonables,

negligentes o arbitrarias de cualquier autoridad o de los particulares. La Defensoría del Pueblo se

instituye, entonces, como el organismo tutelar de los derechos y garantías de los habitantes del

territorio nacional como de los colombianos residentes en el exterior.


MARCO TEORICO

La Defensoriá del Pueblo es la institución del Estado colombiano responsable de impulsar la

efectividad de los derechos humanos de los habitantes del territorio nacional y de los colombianos

en el exterior, en el marco del Estado Social de Derecho democrático, participativo y pluralista,

mediante las siguientes acciones integradas:

 Promover, ejercer y divulgar los derechos humanos.

 Proteger y defender los derechos humanos y prevenir sus violaciones.

 Fomentar la observancia del derecho internacional humanitario.

 Atender, orientar y asesorar en el ejercicio de sus derechos.

 Proveer el acceso a la administración de justicia, en los casos señalados en la Ley.


Estado del arte

La primera tentativa de introducir un ente especial encargado de la defensa de los derechos

humanos en Colombia data de finales del siglo XIX. El constitucionalista conservador Sergio

Arboleda en su Proyecto de Constitucion para los Estadsos Unidos de Colombia (1885) propone

la creacion de un Poder Cooperativo, al que correspondia dicha tarea.

El poder cooperativo constituiría uno de los cinco poderes del Estado y sus funcionarios serian

elegidos popularmente (artić ulos 93 y 98, ordinales 311 y 42 del Proyecto). La suprema dirección

en el ámbito nacional de este poder está en manos del Cooperario, y en cada uno de los estados

corresponderla a un funcionario denominado Veedor.

Sin duda alguna el organismo propuesto por Arboleda está inspirado en la institución sueca del

Ombudsnum, que en aquel entonces, sobra decirlo, no teniá su actual difusión, lo que revela un

gran conocimiento de derecho comparado del constitucionalista conservador en un intento por

trasplantar una figura que garantizaria el libre ejercicio de las libertades individuales, y la sujeción

de los actos de los funcionarios públicos a la legalidad.

A pesar de lo novedoso de la iniciativa conterúda por el Proyecto Arboleda, y de sus innegables

bondades, ésta no es recogida por la Constitución de 1886 , y en consecuencia no se establece una

entidad encargada de la defensa de los derechos y garantiá s de los asociados.

Sólo un siglo más tarde renace en Colombia el interés por establecer una figura de esta

naturaleza, interés que se des pierta por la difusión de la institución de origen escandinavo, y por

su acelerada implantación en ordenamientos pertenecientes a distintas familias jurid́ icas, tales

como la anglonorteamericana y la continental europea, así como por diversos sistemas de gobierno,
en un principio en aquellos de carácter parlamentario y posteriormente aun en aquellos de tipo

presidencial; por doquier el Ombudsman aparecía como una solución que aseguraba a los

asociados el control sobre una administración cada vez más poderosa y omnipresente.

Concebida inicialmente como una mera discusión académica, la idea tomó fuerza para

extenderse entre la clase política y la opinión pública. Es así como los partidos políticos hacen

suya esta bandera y la incluyen en sus programas presidenciales. Ya en 1970 se expiden las

primeras disposiciones que establecen organismos de control de la administración.

En 1976, y ante una ola de escándalos por corrupción administrativa, el gobierno presenta al

Congreso un proyecto para crear la Veeduria de la Administración, que se ocuparla de examinar

las quejas o reclamos de los ciudadanos por la indebida o ilegal actuación de los funcionarios

públicos. An tes que establecer un Ombudsman, el proyecto persigue mora lizar la administración,

mas no llega a convertirse en ley.

Ese mismo año son presentados ante el Congreso dos proyectos de reforma constitucional que

preveiá n el establecimiento de un Ombudsman. El primero de los cuales, presentado ante la

Cámara de Representantes, propone la creación de un procurador parlamentario con amplias

facultades investigativas y correccionales respecto de los servidores públicos. El segundo, debatido

por el Senado, contempla la figura del defensor de los derechos humanos, encargado de vigilar el

cumplimiento de los derechos civiles y garantías sociales consagrados en la Constitución. Pese al

interés existente en la materia, ambos proyectos fueron archivados. Un año más tarde fueron

sometidos a la consideración del Congreso sin contar con mejor fortuna.

A pesar de no haber sido aprobados estos proyectos, son el primer intento de establecer

constitucionalmente un comisonado de la legislatura encargado de defender los derechos

fundamentales, superando los estrechos márgenes de competencia de las figuras hasta entonces
creadas por el Poder Ejecutivo. Además, el hecho de que la iniciativa provenga de la legislatura,

demuestra la difusión que habiá alcanzado la institución del Ombudsman y que el interés por el

control de los funcionarios públicos ya no era exclusivo del Poder Ejecutivo.

La reforma constitucional de 1979 recoge la preocupación existente, y en su artículo 40

dispone:

Corresponde al Procurador General de la Nación y a sus agentes defender los derechos

humanos, la efectividad de las garantías sociales, los intereses de la nación, el

patrimonio del Estado y supervigilar la administración pública.

Se adopta entonces una solución colombiana al problema de la defensa de los derechos

humanos, encomendándose esta tarea a una institución de vieja data en el ordenamiento

constitucional: la Procuraduria General de la Nación, entidad encargada por la Constitución de

1886, de la defensa de los intereses de la nación y de la vigilancia de la conducta de los empleados

públicos; que en viŕ tud de la reforma acumula a su tradicional potestad disciplinaria sobre los

empleados públicos nuevas atribuciones en materia de protección de los derechos humanos. De

esta manera se crea un organismo sui géneris, que no sólo investiga las presuntas violaciones sino

también sanciona a los funcionarios infractores superando ampliamente el marco de competencias

de un Ombudsman.

Pero esta nueva figura tiene corta vida. Por sentencia del tres de noviembre de 1981, la Corte

Suprema de Justicia declara la inexequibilidad del acto legislativo en comento y nuevamente queda

en el limbo la defensa de los derechos individuales y de las garantías sociales consagradas

constitucionalmente.

Pero la necesidad de crear una dependencia encargada de la protección de los derechos humanos

se convierte en una necesidad apremiante debido al awmento de la conculcación de estos derechos


por los agentes del Estado, en medio de una violencia generalizada agudizada por los diversos

conflictos internos del país. Dada la dificultad de implementar una nueva reforma constitucional,

el Ejecutivo acude a viá s alternas, y con base en el decreto 146 de 1976, que lo faculta a designar

consejeros ad honorem con la función de prestarle asesoría en asuntos que requieran conocimientos

especializados, se crea, mediante el decreto 2111 de 1987, la Consejería Presidencial para la

Defensa, Protección y Promoción de los Derechos Humanos.

El artículo primero establece que el consejero presidencial era un funcionario de libre

nombramiento y remocíón del presidente de la República, encargado de asesorarlo en todos los

aspectos relacionados con la defensa, promoción y protección de los derechos humanos.

El mismo decreto crea un comité colaborador en la defensa, protección y promoción de los

derechos humanos, integrado por los ministros de gobierno, de Relaciones Exteriores, de Justicia,

de Defensa y de Comunicaciones; el procurador general de la Nación y el director Nacional de

Instrucción Criminal que se reúne periódicamente para analizar casos especif́ icos de violaciones a

los derechos humanos (articulo SQ).

A pesar de que la creación de la Consejería refleja la preocupación gubernamental por la

protección de los derechos humanos, la naturaleza misma de este organismo -el cual no goza de

personería jurídica ni de autonomía administrativa o financiera y tiene esencialmente un carácter

asesor-, así como el tipo de funciones que le asigna el decreto 2111, le impiden desplegar una labor

eficaz en cuanto a la defensa y protección de los derechos humanos, concretándose su acción

principalmente en el campo de la promoción y divulgación de éstos.

No puede considerarse a la Consejeriá como un Ombudsman, pues en primer lugar no goza de

ninguna autonomiá respecto del Ejecutivo; a esto se añade el hecho de no estar facultada para
formular recomendaciones ni de poner en conocimiento de la opinión pública el resultado de sus

investigaciones.

La Ley 4a. de 1990 "Por la cual se reorganiza la Procuraduría General de la Nación, se asignan

funciones a sus dependencias y se dictan otras disposiciones. De esta manera, una disposición legal

asigna a la Procuraduría General de la Nación la defensa de los derechos humanos, función que

ejerce a través de una de sus dependencias, encargada de investigar las denuncias por presuntas

violaciones a los derechos humanos y sancionar a los funcionarios responsables. Se repite entonces

el sistema propuesto por la reforma constitucional de 1979: acumular en un mismo ente la

protección de los derechos humanos y la potestad disciplinaria sobre los empleados públicos.

A pesar de no gozar de independencia frente al Poder Ejecutivo, ya que al tenor del articulo

142 de la Constitución de 1886 el procurador ejerce sus funciones bajo la suprema dirección del

gobierno, la Procuraduría realiza una meritoria labor en materia de protección y difusión de los

derechos humanos al esclarecer numerosos casos de desaparecidos, denunciando abusos,

destituyendo a los funcionarios responsables y ejerciendo una estrecha vigilancia sobre las fuerzas

armadas. Mediante un adecuado manejo publicitario difunde la importancia de la labor a su cargo,

de tal manera que en corto plazo la opinión pública identifica a la Procuraduriá como el órgano

defensor de sus derechos.

La crisis de legitimidad del Estado colombiano toca fondo a fines de los años ochenta. En 1990,

luego de una accidentada campaña presidencial signada por la violencia, se convoca una asamblea

nacional constituyente encargada de elaborar un nuevo marco de convivencia ciudadana. La

problemática de los derechos humanos es una de las principales preocupaciones de la opinión

pública, y se convierte en uno de los principales temas a debatir. Sin duda es el momento oportuno
para ampliar constitucionalmente la carta de derechos y encomendar a un Ombudsman su defensa.

Así lo entienden todas las corrientes polit́ icas que en sus diversas propuestas incluyen la figura.

Es así como a la consideración de la Asamblea Nacional Constituyente se someten gran número

de proyectos relativos al Ministerio Público que acogen las más diversas propuestas sobre esta

institución. Algunos, como el del gobierno, proponen la creación de un Ombudsman independiente

del Ministerio Público. Se propugna entonces una dualidad de figuras: un procurador encargado

de la defensa de los intereses de la nación y de la vigilancia de la administración pública, y un

defensor de los derechos humanos encargado de velar por la protección de las libertades

fundamentales. Otros proyectos prevén un defensor de los derechos humanos subordinado al

procurador general de la nación y otros más confunden en una sola figura bajo la denominación

de Defensor del Pueblo las funciones de defensa de los derechos humanos y de vigilancia de los

funcionarios públicos.

A pesar de estar ampliamente familiarizados tanto con las caracteriś ticas de la institución de

origen escandinavo, como de su innegable utilidad en la defensa de los ciudadanos, en la

subcomisión encargada del estudio del Ministerio Público y por ende de la posibilidad de instituir

un defensor de los derechos humanos, no hay unanimidad sobre la conveniencia de su adopción.

Finalmente, la comisión cuarta aprueba un articulado en el que se confunden en una sola figura

denominada Defensor del Pueblo -nombre inspirado en la figura española-, las atribuciones de

vigilancia de la administración y de defensa de los derechos humanos, siguiendo el precedente de

la reforma constitucional de 1979, y sin modificar en lo esencial lo dispuesto en la materia por la

Ley 4 de 1990, al que hemos hecho referencia. Correspondería a este funcionario: "Defender,

proteger y promover la inviolabilidad de los derechos humanos y asegurar su efectivo


cumplimiento", además de la defensa de los intereses de la nación y la vigilancia de los

funcionarios públicos.

Esta creación sui géneris es blanco de numerosas críticas, aun por parte de los mismos

integrantes de la Comisión, ya que no introduce ninguna innovación al régimen ya existente, salvo

la confusión que provoca la denominación de la institución. La constituyente Mariá Teresa Garcés

Lloreda concluye en su informe presentando una propuesta de articulado en la cual se distingue

entre ambas figuras el procurador general de la nación, cabeza del Ministerio Público, y el

Defensor del Pueblo, responsable de la defensa de los derechos humanos, ambos autónomos e

independientes.

Se aduce, entre otras razones, que el exceso de funciones a cargo del Procurador impedirla que

éste se encargue eficaz mente de la defensa de los derechos de los asociados. Esa misma razón

obligariá al titular del Ministerio Público a delegar la defensa de los derechos humanos en un

funcionario subalterno, en perjuicio de la importancia de dicha tarea.

En vista del consenso existente sobre la necesidad de separar funciones de naturaleza diferente,

el pleno de la Asamblea Nacional Constituyente introduce modificaciones al texto aprobado por

la Comisión y adopta la distinción entre el Procurador General de la Nación, cabeza del Ministerio

Público y el Defensor del Pueblo. Sin embargo, respecto de esta última figura establece: "El

Defensor del Pueblo formará parte del Ministerio Público y ejercerá sus funciones bajo la suprema

dirección del Procurador General de la Nación."

Si bien se logra el propósito inicial de establecer instituciones separadas, se coloca al Defensor

del Pueblo bajo la tutela del Procurador, lo que desvirtúa la razón de ser del primero, ya que lo

priva de independencia y de autonomiá , requisitos esenciales para garantizar la credibilidad de su

gestión.
Uno de los grandes anexos en la creacion de la constitucion de 1991, fue la creacion de

la Defensoría del pueblo, constituida fisicamente el 15 de diciembre de 1992, la cual fue

creada para garantizar, promover, divulgar, defender y proteger los derechos humanos, la labor de

vigilancia al poder público, a partir de la expedición de la Constitución Política de 1991, se amplió

gracias a la creación de la figura del Defensor del Pueblo, especialmente, en cuanto a protección,

defensa, promoción, divulgación y ejercicio de los derechos humanos. Mediante los artículos 281

y 282 de la Constitución, expuestos en el capitulo II del ministerio publico se estructuraron las

características, facultades y funcionamiento de la Defensoría del Pueblo, como proyección y

desarrollo de la concepción del Estado Social de Derecho.

De esta manera se constituye en autoridad estatal, cuya misión consiste en el control de la

actividad de la institucionalidad pública y de algunos particulares a quienes se les ha delegado

funciones de carácter público, respecto de los derechos fundamentales y las garantías para

ejercerlos, para lo cual se le ha surtido de procedimientos flexibles, informales y expeditos para

desempeñar sus acciones y tareas.

La finalidad del ente Defensorial es la protección de los derechos humanos y las libertades de

todas las personas frente a actos, amenazas o acciones ilegales, injustas, irrazonables, negligentes

o arbitrarias de cualquier autoridad o de los particulares. Se instituye, entonces, en el organismo

tutelar de los derechos y garantías de los habitantes del territorio nacional como de los colombianos

residentes en el exterior.

Junto con la Procuraduría General de la Nación y las personerías municipales, la Defensoría

del Pueblo hace parte de lo que se denomina el Ministerio Público, y se constituye, en la entidad

rectora de la defensa, promoción, protección y divulgación de los derechos humanos.


La capacidad que el Constituyente de 1991 le otorgó a la Defensoría del Pueblo parte no sólo

del rango constitucional que le confirió, sino además, porque la instaló en el nivel de los estándares

internacionales respecto de las líneas programáticas acogidas por la Organización de Naciones

Unidas, en cuanto a la educación en derechos humanos y el desarrollo de procesos de promoción,

difusión y divulgación, como desarrollo de los instrumentos internacionales de los que Colombia

es signataria.

Identificacion del problema

¿ cuales son especificamente las funciones de la defensoria del pueblo?

Solcuion del problema

La defensoria del pueblo en su marco de protección, defensa, promoción, divulgación y

ejercicio de los derechos humanos, tiene otras funciones en ambitos juridicos y administrativos,

los cuales la poblacion colombiana no tiene muy en claro y definidos; en su arduo trabajo de

creacion y consolidacion se toma la decision de concretar los siguientes puntos:

1. Definir las políticas, impartir los lineamientos, directrices y adoptar los reglamentos y demás

mecanismos necesarios para el eficiente y eficaz funcionamiento de la Defensoría del Pueblo.

2. Diseñar, dirigir y adoptar, con el Procurador General de la Nación, las políticas de promoción
y divulgación de los derechos humanos en el país, en orden a tutelarlos y defenderlos.

3. Hacer las recomendaciones y observaciones a las autoridades y a los particulares en caso de

amenaza o violación a los derechos humanos y velar por su promoción y ejercicio. El Defensor

podrá· hacer públicas tales recomendaciones e informar al Congreso sobre la respuesta recibida.

4. Impartir los lineamientos para adelantar diagnósticos, de alcance general, sobre situaciones

económicas, sociales, culturales, jurídicas y políticas que tengan impacto en los derechos

humanos.

5. Impartir las directrices para instar a las organizaciones privadas para que se abstengan de

desconocer un derecho.

6. Difundir el conocimiento de la Constitución Política de Colombia, especialmente los derechos

fundamentales, sociales, económicos, culturales, colectivos y del ambiente.

7. Dirigir y coordinar el Sistema Nacional de Defensoría Pública.

8. Impartir los lineamientos para adelantar las estrategias y acciones que se requieran para

garantizar los derechos de los sujetos de especial protección constitucional.

9. Demandar, impugnar, insistir o defender ante la Corte Constitucional, de oficio o a solicitud

de cualquier persona y cuando fuere procedente, normas relacionadas con los derechos humanos.

10. Interponer acciones públicas en defensa de la Constitución Política, de la ley, del interés

general y de los particulares, ante cualquier jurisdicción, servidor público o autoridad.

11. Ser mediador de las peticiones colectivas formuladas por organizaciones cívicas o populares

frente a la administración pública, cuando aquéllas lo demanden.

12. Ser mediador entre los usuarios y las empresas públicas o privadas que presten servicios

públicos, cuando aquéllas lo demanden, en defensa de los derechos que se presuman violados.
13. Impartir las directrices para el trámite de las peticiones allegadas a la Entidad por violación

o amenaza de derechos humanos.

14. Impartir las directrices para la administración del Registro Público Centralizado de las

Acciones Populares y de las Acciones de Grupo que se interpongan en el país.

15. Adoptar los protocolos humanitarios que deben seguir los servidores y contratistas de la

Defensoría del Pueblo, en el cumplimiento de sus funciones.

16. Presentar anualmente al Congreso de la República un informe sobre sus actividades, en el

que se incluirá una relación del tipo y número de las peticiones recibidas, de las medidas tomadas

para su atención y trámite, de la mención expresa de los funcionarios renuentes o de los particulares

comprometidos y de las recomendaciones de carácter administrativo y legislativo que considere

necesarias.

17. Apoyar al Procurador General en la elaboración de informes sobre la situación de derechos

humanos en el país.

18. Participar en las reuniones mensuales que realice la Comisión de los Derechos Humanos, en

las audiencias del Congreso de la República, y en la celebración de audiencias especiales, con el

fin de establecer políticas en conjunto y de manera coordinada en defensa de los derechos

humanos, de acuerdo con lo prescrito en el Reglamento del Congreso.

19. Rendir informes periódicos a la opinión' pública sobre el resultado de las investigaciones

adelantadas por la Defensoría del Pueblo y denunciar públicamente el desconocimiento de los

derechos humanos y el derecho internacional humanitario.

20. lmpartir las directrices para la definición y diseño de los mecanismos necesarios para

establecer comunicación permanente y compartir información con las organizaciones

gubernamentales y no gubernamentales, nacionales e internacionales, de protección y defensa de


los derechos humanos, así como articular las acciones con dichas organizaciones.

21. Celebrar convenios con establecimientos educativos y de investigaciones nacionales e

internacionales, para la divulgación y promoción de los derechos humanos.

22. Celebrar los contratos y expedir los actos administrativos que se requieran para el

funcionamiento de la Entidad, así como llevar su representación legal y judicial, para lo cual podrá

otorgar los poderes o mandatos que fueren necesarios.

23. Ejercer la ordenación del gasto de la Entidad, de conformidad con la constitución y la ley.

24. Conocer en segunda instancia los procesos disciplinarios que se adelanten contra los

servidores y exfuncionarios de la Entidad.

25. Crear, organizar y conformar mediante resolución interna y con carácter permanente o

transitorio grupos internos de trabajo y. comités internos para atender las necesidades del servicio

y el cumplimiento oportuno, eficiente y eficaz de los objetivos, políticas y programas de la Entidad,

indicando las actividades que deban cumplir y los responsables de las mismas.

26. Nombrar y remover los servidores de la Entidad, así como definir sus situaciones

administrativas.

27. Dirigir la acción administrativa y coordinar las labores de las diferentes dependencias que

conforman la Defensoría del Pueblo.

28. Dirigir la implementación del modelo integrado de gestión institucional.

29. Realizar las actuaciones necesarias que permitan el ejercicio del control interno y control

interno disciplinario, supervisar su efectividad y la observancia de sus recomendaciones.

30. Las demás que le sean asignadas en la ley.


Conclusiones

- La defensoria del pueblo es un organo y/o institucion fundamental para la representacion

de los individuos hacia una respeto y libertad en sus derechos naturales y sus derechos

fundamentales.

- La defensoria del pueblo dentro de su marco de autonomia juridica y/o administrativa

puede llegar hasta cierto punto a ser cuestionable, ya que depende de varios organismos

ajenos a su centro de trabajo.


- La defensoria del pueblo como ente regulador y garante de los derechos humanos, puede

ser participante en otros campos en los que se requiera su presencia para el respeto de los

mismos.

Referncias:

- Estrada, Alexei Julio, 1994, El ombudsman en Colombia y en México : una perspectiva

comparada / México : UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas:

https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv/detalle-libro/228-cuadernos-constitucionales-

mexico-centroamerica-7-el-ombudsman-en-colombia-y-en-mexico-una-perspectiva-

comparada
- Defensoria del pueblo, 1992-2019, Defensoria del Pueblo, Colombia, Defensoria del

Pueblo Colombia, http://www.defensoria.gov.co

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