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DOCUMENTAL ESCRITO

EL RIO FUCHA

POR
JUAN DIEGO LOPEZ SANABRIA

GRADO
801

MEDIO AMBIENTE

COLEGIO
LUIS VARGAS TEJADA

2019
DOCUMENTAL RIO FUCHA
“LOS ANCESTROS NO ADORABAN AL RIO SINO QUE LO RESPETABAN”

Foto del río Fucha a la altura de la carrera Décima.

El rio Fucha es un proceso colectivo de construcción de un espacio de


ciudad en el cual podamos disfrutar de los servicios de educación,
salud, cultura, empleo cerca a nuestros hogares y con el rio como
lugar central en nuestra cotidianidad, un ámbito en el cual entramos en
contacto directo con lo natural.

El río Fucha o río San Cristóbal es uno de los ríos que atraviesa la
ciudad de Bogotá en el departamento colombiano de Cundinamarca.
Nace en el páramo de Cruz Verde y desemboca en el río Bogotá.
CUENCA
Su cuenca cuenta con un área de 12.991 ha urbanas y 4.545 rurales
correspondientes a los cerros Orientales de la ciudad. Nace en la
reserva forestal El Delirio en el páramo de Cruz Verde. En su parte
alta recibe las aguas de las quebradas San Cristóbal (de ahí que
también sea conocido como río San Cristóbal), la Osa y Pablo Blanco.
En su curso medio y bajo atraviesa la zona meridional de la sabana de
Bogotá.

Sus principales afluentes atraviesan las localidades de San


Cristóbal, Santa Fe, la Candelaria, los Mártires, Antonio Nariño, Rafael
Uribe Uribe, Puente Aranda, Teusaquillo, Kennedy y Fontibón. El
Fucha propiamente dicho atraviesa por su parte San Cristóbal, Antonio
Nariño, Puente Aranda, Kennedy y Fontibón, marcando la frontera
entre las dos últimas. Entre sus afluentes, ya canalizados, se
encuentran el Teñidero (o Santa Caterina), el Molinos (o Aserradero) y
el Fucha Chiquito (o de la Polvoreda).1

CONTAMINACIÓN
Sólo en su dos primeros kilómetros el cauce no está contaminado. El
resto presenta un regular y mal estado de conservación, pues desde
hace décadas se lo utiliza como alcantarilla receptora de desperdicios
y aguas residuales.
Al llegar al parque San Cristóbal recibe al canal de San Blas, en las
carreras Cincuenta y Cincuenta y uno, lo mismo que el Albina y el río
Seco, presentando los tres graves estados de degradación.

Entre la desembocadura de Comuneros y la avenida Boyacá el


problema se agrava, presentando olores nauseabundos, albergando
basuras, y recogiendo otras redes de aguas negras, así como los
interceptores Fucha y Boyacá, y más adelante también del Kennedy.
El canal de San Francisco, por encontrarse remansado, es otro grave
factor de contaminación del río, que transmite sus problemas al río
Bogotá, aportando el 39% de su contaminación.
En 2010 se ha emprendido un proceso de recuperación por un valor
cercano a los ochenta y cuatro millones de pesos.

En la entrada del perímetro urbano, en los cerros orientales, donde


las quebradas Osa y Palo Blanco se unen para darle vida al Río
Fucha, vive desde hace dos años Reynaldo Vanegas, un campesino
de Guaque que se ha dedicado a ser el guardián del río. Todos los
días sale con un sombrero de cuero deteriorado, botas de caucho y
una especie de gabardina naranja a rondar las orillas del río, con el fin
de cerciorarse de que esta fuente de agua no sea contaminada por el
hombre.

Hasta este punto llegaron los miembros de la Secretaría de Ambiente


en el primero de los cuatro recorridos que estarán realizando por los
ríos Salitre, Torca y Tunjuelo, con el fin de identificar las principales
problemáticas ambientales. Después de estos recorridos, los
funcionarios de la secretaría comenzarán a formular las estrategias
para mejorar la calidad del agua de los ríos de Bogotá a lo largo de 38
kilómetros.
El Fucha ha sido dividido por la Secretaría en cuatro tramos: el
primero va desde la parte alta del río hasta la carrera séptima;
el segundo, desde la carrera séptima hasta la avenida 68; el tercero,
desde la 68 hasta la avenida Boyacá, y el cuarto, en la
desembocadura del río Bogotá.

 En el primer tramo, en donde aún se oye el fuerte sonido del


agua chocando con las piedras y los pájaros se bañan a las
orillas de esta ribera al olor de los eucalíptos, los funcionarios de
la Secretaría de Ambiente visitaron la primera estación de
medición del agua, de las nueve que se encuentran a lo largo del
cauce.

“Gracias a los aparatos instalados tenemos registros mensuales de los


niveles del oxígeno disuelto en el agua; la conductividad, que es la
proporción de sales minerales; el PH; la turbiedad y la temperatura”.

Con el pasar de la mañana, y al alejarse del resguardo protegido por


don Reynaldo Vanegas, comenzaron a aparecer las primeras
problemáticas ambientales.

 En el segundo tramo del río, a la altura de la carrera séptima,


las basuras inundaban la ribera. Ante la presencia de cada
desperdicio, los funcionarios no paraban de tomar fotografías,
imágenes que harán parte del archivo de recuperación de la
fuente de agua.

 Las principales causas de contaminación son las basuras que


los vecinos depositan a lado y lado, y que después son
arrolladas por las lluvias. Otro problema grave son los
vertimientos de aguas negras, tanto de las viviendas familiares
como de las industrias, que terminan contaminando el agua que
baja desde la montaña.
“Ojalá el río Fucha llegara a desembocar al Bogotá como se
encuentra en el nacimiento”, reflexionó uno de los funcionarios,
mientras miraba las sábanas, llantas, vasos de plástico y
pedazos de papeles que se veían bajar desde el puente de la
séptima, al sur de la ciudad.
 Los tramos del río que presentan más problemas son el tercero y
el cuarto. En estos sectores se ubica la zona franca, el lugar de
la ciudad donde más desperdicios industriales se producen.
Según cifras de la Secretaría de Ambiente, la cuenca del Fucha
está rodeada en un 33% por sectores de producción química,
seguidos de negocios de estaciones de servicio de lavado.

Actualmente la secretaria de Ambiente acompaña al acueducto en la


implementación del Plan de Manejo y Saneamiento de Vertimientos
para amortiguar los impactos ambientales que producen las aguas
contaminadas que llegan al río”.

El problema de la contaminación de los ríos, además de obedecer a


deficiencia en las redes, es sobre todo un tema de cultura ciudadana.
“La gente debe aprender a cuidar sus ríos”.
LA MUERTE PREMATURA DEL RÍO FUCHA

 De sus 20,3 kilómetros solo 2 están en óptimas condiciones.


Aquí, un viaje en reversa por sus aguas.

 El río Fucha es el segundo más largo de Bogotá y, junto al


Tunjuelo, uno de los dos más contaminados.

 Cuando desemboca sobre el río Bogotá la calidad de su agua es


de apenas 2 puntos sobre 100. Allí la única vida presente son las
bacterias y las aves de carroña.

 En su nacimiento, en los cerros orientales, alcanza los 100


puntos de calidad, el agua, transparente, se puede beber. Y en
la zona aún se puede pescar.

 Pero en solo 2 kilómetros de recorrido su deterioro comienza a


notarse.

 Pero ese contraste entre la belleza de su nacimiento y el


progresivo deterioro que sufre a su paso por la ciudad no le es
exclusivo, este es el destino que comparte con el Torca, el
Salitre y el Tunjuelo.

 De los 105 kilómetros de ríos que corren por Bogotá solo hay 12
kilómetros en buenas condiciones.

 Científicos del Centro de Investigaciones en Ingeniería Ambiental


de la Universidad de los Andes llevan más de seis años
estudiando la calidad de los ríos de la ciudad.
CONOCIENDO LAS AVES DEL RÍO FUCHA

Los investigadores Sergio Chaparro-Herrera y Pedro A. Camargo de la


Subdirección Científica del Jardín Botánico de Bogotá visitaron
durante el 2015 cuatro sitios del río Fucha con el objetivo de evaluar la
presencia, abundancia y función de las aves en su ronda.

Figura 1. Sitios de muestreo de aves en diciembre de 2015, a lo largo del río Fucha.
Fotografía: Sergio Chaparro-Herrera©.

Los sitios en los que se realizaron las observaciones fueron: Reserva


El Delirio y Parque Metropolitano San Cristóbal (ubicados en la
localidad de San Cristóbal) e Industriales y Marsella (localidad de
Kennedy).

A) Reserva El Delirio.
B) San Cristóbal (Parque Metropolitano).
C) Industriales.
D) Marsella.

Fueron registradas:
67 especies, 1.464 individuos, 24 familias de aves.
FAMILIAS MÁS REPRESENTATIVAS DE AVES
EN EL RIO FUCHA

Atrapamoscas (Tyrannidae): 9 especies


Tangaras (Thraupidae) y Colibríes (Trochilidae): 8 especies
Reinitas (Parulidae): 6 especies

Se resalta la presencia de 10 especies migratorias boreales, es decir,


que se reproducen en Norteamérica y 5 especies casi-endémicas
(especies que presentan la mitad o más de su distribución en un país,
con extensiones menores hacia uno o más países vecinos): el
Soterrey Rufo (Cinnycerthia unirufa), el Picocono Rufo (Conirostrum
rufum), el Trepamusgos Flamulado (Thripadectes flammulatus), la
Candelita Frentidorada (Myioborus ornatus) y el Jilguero Andino
(Spinus spinescens).

Figura 2. Picocono Rufo (Conirostrum rufum)


Fotografía: Sergio Chaparro-Herrera©.

Los sitios con mayor número de especies fueron la Reserva El Delirio


con 46 especies y San Cristóbal con 22, y la de menor riqueza
Industrial con 16 especies.
Por otro lado las especies con mayor número de individuos fueron:

La Torcaza (Zenaida auriculata) con 347


La Golondrina Ahumada (Orochelidon murina) con 193
El Chamón (Molothrus bonariensis) con 163
El Zuro (Columba livia) con 132
La Mirla Negra (Turdus fuscater) con 106
El Copetón (Zonotrichia capensis) con 91 individuos

A B

C D

Figura 3. Algunas de las aves más comunes a lo largo del río Fucha.
Fotografía: Sergio Chaparro-Herrera©.

A. Chulo (Coragyps atratus)


B. Chamón (Molothrus bonariensis).
C. Mirla (Turdus fuscater)
D. Torcaza (Zenaida auriculata).
Respecto a la dieta de las especies encontradas en la ronde del río
Fucha, 22 especies consumen insectos pequeños, 10 especies
insectos pequeños y frutos, 10 especies néctar e insectos pequeños, 6
especies insectos pequeños e invertebrados grandes y vertebrados
pequeños y 5 especies semillas.

Los resultados de esta investigación demuestran la necesidad de


proteger, recuperar y fomentar espacios verdes dentro de la ciudad
para conservar las aves y sus hábitats debido a que estas proveen
importantes servicios ecosistémicos como polinizadores, dispersores
de semillas y agentes de control de insectos y roedores.

Por todo esto la conservación de hábitats no solo beneficia a las aves


sino a muchas otras especies animales y vegetales así como el
recurso hídrico, la calidad del aire y el paisaje en general.

En este sentido, es fundamental generar conectividad mediante


especies vegetales nativas, para permitir el movimiento de las aves
entre diferentes hábitats y enriquecer espacios naturales a lo largo de
la ciudad.

Por lo cual es necesario reconocer la conectividad como una


propiedad vital del territorio pues asegura la salud de los ecosistemas,
la conservación de la biodiversidad y el mantenimiento de los
componentes y procesos de los que se desprenden buena parte de los
bienes y servicios que el ser humano requiere para su supervivencia.

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