Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El Monstruo Bajo La Cama
El Monstruo Bajo La Cama
Tenía un temor desorbitado hacia el monstruo que, desde hacía unos escasos
días, se había instalado y habitaba bajo su cama. Aún no había podido verlo, pero sabía
que estaba allí noche tras noche, babeante y peludo, esperando para atacarle por
sorpresa, y comérselo con sus afilados y amarillentos dientes de monstruo. Estaba
seguro de haberlo oído arrastrarse por el suelo en más de una ocasión, cada vez más
cerca, cada vez más ansioso. En cualquier momento se le echaría encima, y entonces el
niño no podría hacer ya nada para defenderse.
Bajo la cama del niño, el monstruo, como todas las noches anteriores, intentaba
no hacer ruido mientras se arrastraba por el rugoso suelo, pero en mitad del silencio
nocturno, sus movimientos se hacían evidentes.
Unos pocos días atrás, y sin saber cómo, el monstruo había llegado a la
habitación del niño a través de un portal dimensional, procedente de un extraño y lejano
mundo poblado de seres atroces e inimaginables. Por el día, la luz cegaba e impedía el
movimiento al monstruo, pues allí de dónde venía la oscuridad reinaba eternamente, y
por eso se escondía en un rincón bajo la cama, perfectamente oculto ante cualquier
mirada. Por la noche, el monstruo podía moverse con libertad, aunque sabía que no se
encontraba solo en la habitación. No comprendía lo que había ocurrido ni cómo había
podido llegar allí, pero sí notaba que allí había alguien con él, un ser completamente
desconocido que reposaba sobre él. Oía la acelerada respiración de aquel ser y sus
frecuentes gemidos mientras se revolvía sobre la cama. Captaba el fuerte olor de su
abundante sudor y otros más sutiles y dulzones. Aún sin ver al niño, el monstruo podía
visualizarlo en su mente.
Todas las noches desde que llegó allí, el monstruo se arrastraba por el suelo,
pero no en busca del niño, sino de la puerta. El ser desconocido que reposaba sobre él,
lejos de resultarle apetitoso, le producía un temor irracional. Le daba miedo que pudiera
descubrirle. Le daba miedo que pudiera matarlo. Le daba miedo que pudiera comérselo.
FIN
Igor Rodtem
(26-09-2010)