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Formación de Vaca Muerta
Formación de Vaca Muerta
Introducción
Cretaceous
Cuyana
Neuquén
Austral
Figura 1: mapa de ubicación de las cuencas productivas / no productivas y estructuras regionales (Barredo y Stinco, 2013)
Vaca Palermo
Unit Los Monos Yacoraite Cacheuta Precuyano Los Molles Agrio Neocomiano D-129 S. Tobífera
Muerta Aike
Thickness 1000 to
(m) 500 to 1000 5 to 50 50 to 400 50 to 1100 100 to 800 25 to 450 50 to 400 500 to 1800 2000 5 to 25 50 to 400
K Type II/III to III/IV II - III I I to I/III II - III I/II II to II/III II/III I/II to II/III I to III II - III
Age Silurian Upper Triassic Upper Triassic Early Upper Early Early Early Mid/Upper Early
Late Devonian Cretaceous Lower Jurassic Jurassic Jurassic Cretaceous Cretaceous Cretaceous Jurassic Cretaceous
Environment Marine Lacustrine Lacustrine Lacustrine Marine Marine Marine Lacustrine Lacustrine Lacustrine Marine
Figura 2: resumen de las principales características de las rocas generadoras de Argentina. Ref: K = tipo kerogeno; TOC = contenido total de carbono
orgánico
De un total de 800 TCF de recursos estimados, alrededor del 27% (220 TCF) están asignados a la
Formación Vaca Muerta (Figura 3).
Cuenca Neuquén
La cuenca de Neuquén tiene una forma alargada de noroeste a sureste (Figura 1). Consistente con sus
características morfostructurales y sedimentarias, se pueden reconocer diferentes áreas geográficas:
cinturón de empuñadura hacia el oeste, plataforma nororiental, depósito en el centro y coincidente con el
depocentro, área del Este, el Alto Huincul y la subcuenca de Picún Leufú a El sur (Figura 4). Su origen está
relacionado con la historia occidental de Gondwana que estuvo activa desde el Proterozoico (Ramos, 1988)
y se condicionó a un hundimiento por flexión en la mayoría de las regiones. Como resultado de esto, durante
los tiempos permo-triásicos, un régimen extensional evolucionó con el desarrollo de cuencas de arco de
retroceso que, en algunos casos, tenían depósitos en la parte delantera, como la cuenca de Neuquén.
Esta deformación se vio favorecida por el gradiente geotérmico relativamente alto debido al magmatismo
del arco que disminuyó la resistencia de la litosfera, compuesta por una corteza relativamente gruesa
(Llambías et al., 2007) que permite el desarrollo de una grieta suave con fallas profundas.
Durante el Triásico Superior, las primeras etapas del llenado de la Cuenca Neuquina (ciclo Precuyo)
demostraron ser muy complejas (Barredo y Stinco, 2013). Los depósitos piroclásticos cubren áreas grandes
y diferentes de la cuenca. Al este, las lutitas interconectadas depositadas en lagos poco llenos y fuertemente
cíclicos son actualmente rocas de origen y probablemente reservorios no convencionales de la cuenca
(Barredo y Stinco, 2013). Tiene un TOC que varía de 2 a 11%, Romax (%) 0,4 a 0,8, Índice de hidrógeno
hasta 900 mg HC / g TOC, SPI de 10 t HC / m2, kerógeno tipo I a I / III mixto y un Kerogen visual. Análisis
(AVK) que sugiere un aporte leñoso terrestre significativo sobre la producción de algas lacustres
(Legarreta y Villar, 2011). El grosor oscila entre 50 y más de 1.000 metros como consecuencia de la
marcada topografía de ruptura. La mayoría de los pozos que llegaron al Precuyano están ubicados al este y
al centro de la cuenca, con muchos de ellos con muestras de petróleo y gas. La estimación de volumen
asigna 2 a 5 TCF a esta formación, el reservorio convencional Puesto Kauffman (Barredo y Stinco, 2013).
La fase extensional duró hasta el Jurásico, sin embargo,
70º se puede observar una reactivación importante en el
Neuquén
Triásico Superior-Jurásico Inferior (Fernández Seveso et
Basin al., 1996; Barredo et al., 2008). Esta etapa está
Argentina representada por las facies marinas y continentales
controladas por las variaciones eustáticas (Legarreta y
Gulisano, 1989) y tectónicas del Grupo Cuyo
(formaciones Los Molles y Lajas). La cuenca se mantiene
bajo un régimen de hundimiento debido a la segunda
etapa de ruptura y comienza a evolucionar hacia una etapa
posterior a la ruptura. Una expansión del reino marino
inundó la cuenca que estaba vinculada al proto-Pacífico a
través de aberturas en el arco (Howell et al., 2005). Según
37º 30
Barredo et al. (2008) áreas cercanas a la alta Huincul,
estaban bajo un régimen de compresión con inversión de
las antiguas estructuras extensionales. Al este, las zonas
positivas limitaron la entrada marina de la Formación Los
Molles.
La transición del clímax de la ruptura al comienzo de la
ruptura temprana comenzó en el Jurásico Medio, coetáneo
con la primera ingresión marina, la Formación Los
0 60 km Molles, mientras que la relajación
ocurrió en el Jurásico Medio superior en adelante
(Gulisano y Gutiérrez Piembling, 1994; Barredo et al.,
2008) con las formaciones Vaca Muerta y Agrio (Barredo
y Stinco, 2013).
Figura 5: distribución de facies durante el Cretácico Inferior (modificado de Uliana y Legarreta, 1993; Howell et al., 2005)
Siendo la segunda unidad más importante en la cuenca, la Formación Los Molles tiene un TOC que varía
de 1 a 5%, Romax (%) 0.8 a 2, Índice de Hidrógeno 300-500 mg HC / gTOC, SPI de 6 t HC / m2, kerogen
tipo II-III y un AVK de algas amorfas con contribución terrestre variable (Legarreta y Villar, 2011). El
espesor de la formación Los Molles oscila entre los 100 y los 800 metros. Los reservorios estrechos están
ampliamente distribuidos dentro de la formación controlada por la paleotopografía y los ventiladores
submarinos canalizados (Barredo y Stinco, 2013). Miles de pozos han penetrado parcialmente y cientos en
total la formación como parte de la exploración y el desarrollo de la cuenca. La mayoría de ellos tienen
muestras de petróleo y gas y en muchos casos hay una producción constante de hidrocarburos. El desarrollo
actual de reservorios no convencionales se enfoca en reservorios de gas y petróleo estrechos, que se
encuentran principalmente en las proximidades del depocentro de la cuenca, principalmente relacionados
con los sistemas de gas centrados en la cuenca. La estimación de volumen asigna 130 a 190 TCF a esta
formación (Barredo y Stinco, 2013).
Desde un punto de vista tectosedimentario, esta etapa corresponde a una cuenca poco llena asociada al
clímax de la segunda grieta. Después de esta fase de espacio de alojamiento máximo, la tasa de
sedimentación aumentó durante la transición a la etapa temprana posterior a la ruptura en respuesta a la
subsidencia gradualmente dominada por el calor.
La formación Vaca Muerta es la roca de origen más importante de Argentina y tiene un TOC que varía de
3 a 8%, Romax (%) 0.8 a 2, índice de hidrógeno 400-800 mg HC / gTOC, SPI 5 a 20 t HC / m2, kerogen
tipo I-II e IIS en áreas marginales, y VKA de alta calidad amorfa (Legarreta y Villar, 2011). El espesor de
la formación Vaca Muerta oscila entre 25 y 450 metros y cubre un área de al menos 25,000 km2. Miles de
pozos han penetrado parcial o totalmente la formación como parte de la exploración y el desarrollo de la
cuenca. La mayoría de ellos tiene muestras de petróleo y gas y en muchos casos hay producción de
hidrocarburos. Desde 2010, diferentes empresas comenzaron a perforar pozos de exploración dirigidos a
los esquistos de gas y petróleo no convencionales de la Formación Vaca Muerta. Sus características de roca
de origen de clase mundial han movilizado la actividad económica dentro de la cuenca y se han perforado
alrededor de 180 pozos con producciones iniciales de 95 bbls / día para los horizontales y 42 bbls / día para
los pozos verticales. Aunque hay un historial de producción limitado, EUR @ 25 años para los pozos
verticales es de 176,000 bbls, mientras que para los horizontales es de alrededor de 300,000 bbls. La
estimación de volumen asigna 170 a 220 TCF a esta formación (Barredo y Stinco, 2013).
La última entrada al Pacífico corresponde a la Formación Agrio (Cretácico Inferior medio) que tuvo lugar
durante un cambio importante en el régimen de hundimiento: la transición gradual y pulsátil a la fase de
tierras altas en un clima seco (Barredo y Stinco, 2010). La formación Agrio tiene un TOC que varía de 2 a
5%, Romax (%) 0,6 a 1, índice de hidrógeno 300-700 mg HC / gTOC, SPI de 4 a 12 t HC / m2, kerógeno
tipo II a II-III y AVK de algas amorfas con contribución terrestre variable (Legarreta y Villar, 2011). El
espesor de la Formación Agrio oscila entre los 50 y los 400 metros. Cientos de pozos han alcanzado la
formación como parte de la exploración y el desarrollo de la cuenca. Las exposiciones de petróleo y gas se
documentaron en muchos casos, así como la producción de hidrocarburos (Barredo y Stinco, 2013).
Las formaciones Precuyano, Los Molles, Vaca Muerta y Agrio son las diferentes rocas de origen ubicadas
en la cuenca Neuquén. Sin embargo, la Formación Vaca Muerta es la más importante en cuanto a volúmenes
de recursos estimados y en el número de proyectos que actualmente están desarrollando las empresas
operadoras. La Figura 6 es un registro de tipos y una columna estratigráfica para la secuencia que incluye
rocas de origen y depósitos de hidrocarburos convencionales.
Bodenberder en 1892, describió informalmente por primera vez los afloramientos de esquistos altamente
bituminosos con aceite en el núcleo de amonitas (Leanza, 2012) y Weaver (1931) adoptaron formalmente
el nombre de Formación Vaca Muerta para la roca de origen más importante de Cuenca Neuquina.
Esta unidad, dentro de la columna estratigráfica, se encuentra sobrepuesta a los depósitos continentales de
las formaciones Tordillo y Quebrada del Sapo que denotan la transgresión tithoniana. Sin embargo, en
algunas áreas puede superponerse en discordancia angular en diferentes unidades pre-tithonianas (Leanza
y Hugo, 1997; Leanza, 2009). La parte superior de la formación se indica en el área del depocentro de la
cuenca por una clara disconformidad, seguida por los depósitos marinos de las formaciones de Mulichinco
y Agrio de la última era Valanginiana-Barremiana Temprana (Leanza, 2009; Parent et al., 2013). Al norte
está superpuesta por la Formación Chachao (Leanza et al., 1977).
Al este de la cuenca hay una transición de la unidad hacia las calizas y limolitas de las formaciones de
Quintuco y Loma Montosa, mientras que
el sur se convierte en las formaciones de Carrín Curá y Picún Leufú, de edad tithónica y parcialmente
berriasiana (Leanza et al., 1977; Leanza y Hugo, 1997).
La formación se caracteriza por una alternancia rítmica de margas, lutitas y calizas relacionadas con una
rampa externa (Spalletti et al., 2000; Scasso et al., 2002) distribuidas como secuencias de deposición con
facies proximales que avanzan hacia el oeste (Mitchum y Uliana, 1985; Legarreta y Gulisano, 1989).
Además, en el margen oeste, se encuentran flujos gravitacionales arenosos que denotan la asimetría de la
cuenca (Leanza et al., 2003).
Las diferencias sedimentarias entre diferentes áreas están relacionadas con el tejido del sótano que aún
incide en la paleotopografía sobre la cual se desarrolló la Formación Vaca Muerta, el Huincul´s High, el
insumo silicilástico debido a la posición latitudinal (Volkheimer et al., 2008) y una compleja interacción
de el suministro de sedimentos, la disponibilidad del espacio de alojamiento (ambos con componentes
tectónicos), las variaciones del nivel del mar (que también pueden tener una influencia tectónica
significativa) y las variaciones climáticas (Barredo, 2012).
Figures 7 and 8 are outcrop photographs of the formation 40 kilometers apart each other showing two of
the different facies that characterize Vaca Muerta Formation.
Figura 7: sucesión rítmica de margas y calizas de la Formación Vaca Muerta en el área de Los Catutos (Barredo, 2014).
Figura 8: secuencia de las lutitas de la Formación Vaca Muerta que afloran en el área de Picún Leufú (Barredo, 2014).
El análisis de sección delgada (Kietzmann y Vennari, 2013; Kietzmann et al., 2014)
realizado en diferentes afloramientos dentro del cinturón de empuje también demuestra
la gran variabilidad de las facies de la Formación Vaca Muerta (Figuras 9 y 10).
Figura 9: Formación delgada de Vaca Muerta de calizas finamente laminadas finamente laminadas, ricas en materia orgánica (m)
láminas microbianas, (MO) materia orgánica, (R) radiolarios. La relación marl / caliza es 3: 1. (Kietzmann et al., 2014).
Figura 10: Formación delgada de Vaca Muerta de rudstones de algas / piedras flotantes con fragmentos pómicos (p), algas calcáreas
(a) (Kietzmann y Vennari, 2013).
El dilema del subsuelo
Dicho todo lo anterior, entre otros, podemos formular algunas preguntas: a) ¿Por qué debemos
esperar homogeneidad en el subsuelo? b) ¿Podemos extrapolar el conocimiento de la superficie
al subsuelo? c) ¿Estas variaciones influyen en la respuesta mecánica de la roca? d) ¿Podemos
correlacionar facies con cambios mineralógicos? e) ¿Podemos verlos con métodos indirectos? f)
¿Podemos predecirlos para optimizar las terminaciones y reducir costos? g) ¿Debemos perforar
pozos verticales, horizontales o de ambos tipos? Una amplia diversidad de datos recolectados en
diferentes posiciones de la cuenca se puede correlacionar con la información de la superficie,
proporcionando indicaciones decisivas sobre las características de reservorio no convencionales
de la Formación Vaca Muerta que se pueden usar para responder algunas de las preguntas. Las
siguientes figuras demuestran este enfoque.
La Figura 11 es un mapa que muestra la maduración térmica y la distribución de los campos de petróleo y
gas para la Formación Vaca Muerta.
Figura 11: mapa que muestra la maduración térmica y la distribución de los campos de petróleo y gas (modificado de
Kozlowki, 2011).
Las Figuras 12, 13 y 14 muestran la Formación Vaca Muerta en el subsuelo en diferentes posiciones dentro
de la cuenca: plataforma noreste, área este y Huincul´s High, que muestran fuertes variaciones en facies
que impactan en registros eléctricos, así como en mediciones de laboratorio TOC y estimadas a través de
registros (Passey et al, 1990; Stinco, 2003).
Figura 12: registros eléctricos: SP: Potencial Espontáneo, mV; CALI: calibre, pulgadas; BITS: tamaño de la broca, pulgadas; GR:
rayos gamma, GRAPI; ILD: Inducción Profunda, Ohmm; DT: tiempo de tránsito compresional, microseg / pie; COTSAMP:
mediciones de laboratorio TOC; COTLOG: TOC estimado a partir de registros en la plataforma noreste (Stinco, 2003)
Figura 13: registros eléctricos, mediciones de laboratorio TOC y estimados a partir de registros en el área oriental
(Stinco, 2003), consulte la figura 12 para obtener referencias sobre pistas
Figura 14: registros eléctricos, mediciones de laboratorio de TOC y estimados a partir de registros en Huincul´s High
(Stinco, 2003), ver figura 12 para referencias sobre pistas
Como lo describieron diferentes autores a través de estudios en afloramientos y de datos del subsuelo
(Spalletti et al., 2000; Scasso et al., 2002; Leanza et al., 2003; Stinco, 2003; Legarreta et al., 2005;
Volkheimer et al. al., 2008; Kietzmann et al., 2014), los cambios mineralógicos dentro de la Formación
Vaca Muerta están relacionados con su posición paleogeográfica y su evolución diagenética. Los
porcentajes de TOC varían desde casi el 15% en la base de la unidad hasta el 2% en la parte superior. El
contenido de cuarzo y arcilla disminuye de la base a la parte superior de forma inversa a los carbonatos.
Figura 15: distribución mineralógica de la formación Vaca Muerta en diferentes áreas paleográficas (modificado de Askenazi et al., 2013). Referencias:
Q = cuarzo, Carb = carbonatos, Arcilla = arcillas
Las variaciones de facies también tienen un impacto en la geomecánica de la formación, lo que resulta en
rangos generalizados para el módulo de Young y la proporción de Poisson de la siguiente manera: a) la
distribución geográfica de los paleoambientes coincide con la gran área de deposición; b) cambios en el
contenido litológico y de materia orgánica sobre el espesor y la ubicación; c) Historia diversa de
enterramiento y rocas sobrecargadas dentro de la cuenca (Figura 16).
Figura 16: representa los rangos generalizados encontrados para el módulo de Young y la proporción de Poisson dentro de la
Formación Vaca Muerta
Como se demostró, la Formación Vaca Muerta muestra diferentes facies relacionadas con las características
de la deposición y su posición dentro de la cuenca, variaciones relacionadas con la configuración
morfoestructural, variaciones de espesor y engrosamiento hacia el oeste, disparidades de TOC de casi el
15% en la base hasta menos de 2%, porosidades que varían de 2% a 16%, permeabilidades entre 10-7 y 10-
2 mD, mayores concentraciones de cuarzo y arcillas en la base con carbonatos que aumentan hasta la parte
superior, intercalación variable de material tuffáceo que afecta negativamente a la fracturación hidráulica
y Una amplia variación de las propiedades mecánicas.
En la actualidad, 180 pozos están produciendo alrededor de 15,000 bbls / día, estando localizados
principalmente dentro de la plataforma de pago y noreste, incidentalmente las áreas con mayores tasas de
producción. Muy pocos de ellos son horizontales, aunque la producción de estos pozos parece duplicar los
verticales. La principal preocupación relacionada con este tipo de pozos es la falta de datos confiables para
disminuir la incertidumbre al definir los puntos clave en la Formación Vaca Muerta. La heterogeneidad
indudablemente impulsa el desarrollo de la formación.
Hasta ahora, los datos de producción demuestran que la mejor sección está circunscrita a la parte más baja
de la unidad que coincide con los intervalos con mayor contenido de TOC. Además, y para reducir los
costos, algunos operadores están desarrollando áreas que colocan hasta 4 pozos en el mismo lugar y con
perforación de la cubierta. Las expectativas se basan en el inicio de la producción y, una vez que se logra
un volumen base, se comienzan a perforar pozos horizontales en las mejores áreas confirmadas por los
verticales.
Conclusiones
Como muchos otros reservorios de esquisto no convencionales del mundo, la Formación Vaca Muerta tiene
muchas más heterogeneidades que las que se presumían hace unos pocos años. Una distribución por área
de al menos 25,000 km2 más un grosor vertical que en el subsuelo puede alcanzar los 450 m proporciona
un enorme volumen de roca que no es fácil de entender, caracterizar y predecir. Por lo tanto, la ubicación
de los pozos óptimos implica seguir no solo las mejores prácticas, sino también una comprensión profunda
de la roca.
Los estudios realizados en afloramientos podrían utilizarse para aumentar el conocimiento geológico,
geofísico, petrofísico e ingeniero que se puede extrapolar y correlacionar con la información del subsuelo.
Por lo tanto, la analogía con los afloramientos debe considerarse una necesidad. La información del
subsuelo es crucial y se debe priorizar durante la "fase de la curva de aprendizaje" de la exploración y el
desarrollo de la Formación Vaca Muerta.
Tal como se presentó en el documento, todavía hay espacio para mejorar y se debe seguir un enfoque
metodológico para desarrollar adecuadamente cualquier activo relacionado con la Formación Vaca
Muerta.