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Fascinación por la epigenética

Óscar Barberá

El cálculo de la vida
Andrés Moya
PUV, Colección Prismas n.º 12, 2014, 174 pp.

Comienza el libro del profesor encontrado entre cualesquiera dos po-


Moya haciendo referencia a la más los bien opuestos: síntesis y análisis,
famosa de las conferencias Rede que inducción y deducción, ciencias y hu-
anualmente se imparten en la Senate manidades, ciencias duras y blandas,
House de la Universidad de Cambrid- simplicidad y complejidad, cualitati-
ge, la de 1959 titulada «Las dos cultu- vo y cuantitativo, indeterminismo y
ras»: el físico, profesor, escritor y alto finalismo, holismo y reduccionismo,
funcionario Charles Percy Snow la de- resiliencia y evolución, fenotipo y ge-
dicó a denunciar la brecha existente en notipo y, sobre todo, contingencia y
el mundo anglosajón entre la cultura necesidad. No se trata de un ensayo
humanista y las ciencias, entre intelec- de ceño fruncido cuya finalidad es
tuales y científicos, advirtiendo desde encontrar respuestas definitivas a los
el inicio: «El número 2 es un número problemas que plantean estas aparen-
muy peligroso: a eso se debe que la tes contradicciones tantas veces arras-
dialéctica sea un proceso peligroso. tradas de mala gana desde la filosofía
Los intentos de dividir cualquier cosa hasta la biología –y algunas de ellas
en dos deberían ser vistos con mucho desde hace algún tiempo con la dialéc-
recelo».1 tica atascada–. No. La doble condición
Pues bien, Andrés Moya ha escrito de Andrés Moya de biólogo y de filóso-
un libro aguerrido en el que transita fo, que él mantiene en activo perma-
plácidamente por cuantos terrenos ha nentemente, le ha llevado a componer

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una especie de divertimento personal, buscar solaz poniendo en liza patrones


idiosincrásico, que ha tomado la for- de comprensión de lo más simple y re-
ma de conversación interior sobre su flexiones de lo más obvio sobre los de-
conocimiento profundo acerca de esa talles más vulgares del mundo que les
enorme complejidad que supone la rodeaba, y todo ello por la misantropía
comprensión de lo que está vivo. de los eruditos y su desinterés por co-
He escrito divertimento, pero debo municar públicamente los resultados
aclarar que la brevedad del volumen es de su manera profunda de conocer.
inversamente proporcional a su ligere- Afortunadamente, Andrés Moya, co-
za. Su lectura en ningún caso puede ca- municador erudito, ha asumido en este
lificarse de sencilla, y no es la prosa la libro el papel que se asignó el mismo
responsable de su complicación, sino Hume en su ensayo: ciudadano de los
la dificultad de los conceptos que trata dominios de la erudición, nombrado
y la profundidad con que los maneja. embajador en los de la conversación.2
Pero el esfuerzo paga su recompensa, Este ensayo denso, fruto de esa
y es de agradecer que el profesor Moya conversación fluida entre el filósofo
haya deseado compartir parte de la y el biólogo, de la dialéctica del con-
sabiduría que ha ido atesorando en tinuo careo del conocimiento y la ex-
su prolongada y fructífera carrera de periencia del investigador, tiene como
investigador puntero. Su actitud me objetivo principal evaluar algunas
ha recordado otra más de esas dico- aproximaciones cualitativas de la bio-
tomías, esta traída por David Hume logía teórica y su capacidad de generar
(1711-1776): en un breve escrito de conocimiento sobre la realidad de lo
juventud, Hume dividió a la parte ele- vivo, así como ponderar la valía y apli-
gante de la humanidad, la dedicada a cabilidad de tal conocimiento. El libro
los asuntos de la mente, en instruidos ha sido estructurado en tres partes bien
y conversadores: según él, los primeros diferenciadas que el autor ha titulado
eran quienes habían elegido para sí la «Biología», «Lógica y computación»
parte más compleja de las operaciones y «Célula y evolución», que detallo a
mentales, la que requiere soledad y continuación.
tiempo para uno mismo, la que nunca «Biología» muestra un sesgo, decla-
experimenta mejora sin que medie una rado por el autor, en la elección de en-
preparación prolongada y un esfuerzo salzar a algunos de los investigadores
ímprobo; los demás, los conversado- que han contribuido a la configuración
res, aquellos naturalmente dotados de los conceptos que han acabado por
para el trato social y que disfrutan ex- convertir a la vetusta filosofía e historia
poniendo públicamente, en sociedad, natural del siglo XIX en la biología mo-
el fruto de sus operaciones mentales. derna del siglo XXI. Elegir como prota-
Se quejaba Hume de que en su tiem- gonistas a Monod, Jacob, Waddington,
po ambos grupos se ignorasen entre sí, von Bertalanffy y Baquero rinde home-
con el resultado de que los conversa- naje a quienes fueron algunos de sus
dores se daban al palique obligados a campeones de su periodo de forma-

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ción; pero el homenaje no se restrin- por sesgada la posición prominente
ge a lo sentimental, pues Andrés Moya del editor John Brockman sobre estos
pone de relieve que fueron precisa- asuntos, tachándola de incompleta
mente ellos quienes anticiparon buena por anglocéntrica–. Se rinde pleitesía
parte de los conceptos básicos de las a Fisher, Wright, Haldane,Dobzhansky,
actuales teorizaciones sobre lo vivo. Mayr o Lewontin, pero haciendo no-
Otro sesgo declarado dela elección del tar que sus indudablemente valiosas
profesor Moya hace referencia al origen aportaciones a la biología teórica tam-
de los protagonistas: con la excepción bién han contribuido a oscurecer las
del insoslayable escocés Waddington, de Bernard, Bergson, Driesch, Rensch,
todos los demás son originarios de Lorenz, Canguilhem, entre otros eu-
países de la Europa continental, re- ropeos continentales cuyas obras no
presentante español incluido, lo que fueron publicadas mayoritaria y origi-
es muestra de, por una parte, que era nalmente en inglés.
posibleentonces conseguir notoriedad Ya desde la misma introducción del
desde el mundo científico no anglosa- libro es patente la fijación del autor por
jón y, por otra, de la enorme dificultad la complejidad, considerada esta como
que ello conllevaba y conlleva, muy fruto del detalle que la nutre, detalle
especialmente desde que la lengua que en el caso de lo vivo nunca resulta
inglesa se ha impuesto, quizás defini- superfluo, ni trivial, ni prescindible. El
tivamente, como lingua franca única detalle es considerado a menudo sinó-
para la literatura científica. Como bien nimo de interacción, y de él, de ella,se
muestra el libro, son muchas las com- precisa conocerla con el suficiente gra-
plejidades de interés que no pueden do de realismo siempre que la preten-
despacharse sencillamente con ‘Simple sión sea formular una teoría de lo vivo
English’, y las barreras que suponen las lo suficientemente madura. Entre las
lenguas que no son las propias hacen interacciones sobresalientes de lo vivo,
que muchos saberes resulten inaccesi- esas en las que los accidentes y la alea-
bles o, incluso, que ni siquiera llegue toriedad contribuyen sobremanera a
a considerarse la posibilidad de darles la complejidad, el paisaje epigenético
difusión, lo que deja a muchos inves- formulado por Waddington es la joya
tigadores de no menos áreas en clara de la corona, también en este libro.
desventaja a la hora de contribuir a esa La interacción entre los elementos
gran conversación colectiva que sin componentes de un sistema es igual-
duda es actualmente la biología. mente clave en la teoría de sistemas de
Una de las respuestas dadas por von Bertalanffy, pues es origen de las
Andrés Moya a una las dicotomías propiedades emergentes que surgen
mencionadases eco de un libro suyo en los tránsitos hacia niveles de com-
anterior, Evolución,3 que ofrece a la plejidad mayores. Esa emergencia trae
evolución biológica como lugar natu- a colación en esta primera parte del li-
ral para superar el síndrome de las dos bro las teorías vitalistas tan apreciadas
culturas de Snow–a la vez que devalúa- por la escuela francesa, que el profesor

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Moya reivindica sin complejos como ca entre ciencias duras y blandas, pero
fuente de conocimiento, y que no con- sin dejar de mostrar reconocimiento
sidera antagónicas de otros exitosos por el éxito en lo vivo del programa
programas reduccionistas de investi- reduccionista,ni de poner esperanza en
gación, como el del mismo François que su progreso contribuya a resolver
Jacob. Aquí el élan vital no supone un lo mucho que aún falta por conocer en
abandono del materialismo para caer lo mental, lo económico y lo social.
en brazos de alguna mística de lo vivo, Es la segunda parte, «Lógica y com-
sino la necesidad de demostrar la au- putación», la que se dedica a explicar
tonomía, o su falta, de las propiedades la conveniencia de elegir un lengua-
emergentes con respecto a las partes je adecuado para la modelización de
componentes de los niveles de los que lo vivo –especialmente de la célula y
se postula que emergen. Entre estas sus propiedades abstractas como el
propiedades emergentes se señala la aislamiento o el metabolismo–, para
principal aportación de la biología a la describir esa «biología relacional» re-
epistemología, la teoría de la selección clamada por Baquero. Pero aquí, el
natural, así como la aparición de la éti- ideal modelizador no es matemático a
ca en nuestra especie, dos asuntos de la usanza del que tanto éxito ha con-
enjundia filosófica más que suficiente seguido en la mecánica newtoniana;5
como para dejar obsoleto al corpus do- en este contexto, las relaciones sólo
minante de la filosofía de la ciencia que son cuantitativas en la medida que una
en tiempos de Waddington considera- cantidad es expresión de una calidad,
ba que la fenomenología de lo vivo de una interacción, de uno de esos
era irrelevante. Estoy por apostar que múltiples detalles indispensables. Las
el profesor Moya se sintió decepciona- dificultades inherentes a la compleji-
do todas y cada una de las veces que, dad algorítmica necesitada se ponen
años atrás, cayó en sus manos ansiosas de manifiesto a la hora de abordar al-
algún volumen titulado «Filosofía de gunos de esos «detalles» omnipresen-
la ciencia» (a veces «Epistemología», tes en los modelos vivos como puede
en ocasiones «Historia», pero siempre serlo la aleatoriedad, lo que obliga a
con «ciencia» en singular, y casi siem- hacer concesiones en los rígidos prin-
pre escrito en inglés) para, nada más cipios fundamentales que con tanta
ojear su índice, comprobar con tristeza brillantez describió Erwin Schrödinger
que toda la ciencia representada en su como método científico.6 Cuando el
interior sólo podía adscribirse a una nivel de aleatoriedad del «detalle» que
parte de la física, y bastante limitada. se pretende representar exige del algo-
Si bien el profesor Moya se muestra ritmo una complejidad de un orden
conciliador a lo largo de todo el ensa- similar a la del propio detalle, aparece
yo en lo referente a la dicotomía entre la no comprensibilidad, y aquí resulta
ciencias y humanidades,4 en este pri- muy iluminadora la disquisición que
mer tercio del libro también deja que sobre el conocimiento, sus caracterís-
se perciba cierta tensión epistemológi- ticas, sus tipos y los métodos de conse-

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guirlo planteó hace ya un tiempo Jorge que los que impone la matematización
Wagensberg.7 Su tipificación del cono- a esa ciencia tan cuantitativa, tan dura,
cimiento científico y del conocimiento que su comprensión exige, además de
artístico,y sus respectivos análisis, arro- reducción y universalidad, infalibili-
jan luz sobre esos proyectos de genera- dad en la predicción. Estas concesiones
ción de conocimiento que describimos no constituyen una renuncia defini-
con ese trazo tan grueso comociencias tiva a la inteligibilidad de lo vivo en
o humanidades, artes incluidas. No es sus niveles de complejidad más altos,
aquí lugar para discutir la propuesta de sino una salida al atasco que supone
Wagensberg, pero sí para reconocer su empecinarse en una empresa analítica
utilidada la hora de identificar que, en a la que reconocemos una compleji-
el fondo, la reclamación de que sean dad inoperable, independientemente
la lógica y la computación los lengua- de que sea debida a su naturaleza o a
jes apropiados para el estudio de la nuestra impericia. Aporta y examina
complejidad biológica, exige una re- esta parte del libro dos ejemplos de
lajación del principio de objetividad aplicación de la lógica y la compu-
del método científico arquetípico del tación: el conocidoautómata celular
programa reduccionista. Por supuesto, Life, y el no tan conocido modelo teó-
no en el sentido que haría feliz al re- rico de la Química algorítmica, capaz
lativista cultural; no se trata de reducir de generar espontáneamente sistemas
el espacio entre mente y materia para auto-mantenidos conocidos como «es-
permitir cierto involucramiento del tructuras gramáticas». Es notable com-
pensador, del mismo científico, en lo probar que también en estos modelos
pensado. No, no es ahí donde se relaja que evocan comportamientos de la fe-
el principio de objetivación; donde se nomenología biológica, son los niveles
da entrada a cierta subjetividad, res- intermedios de interacción mejores a
tringida y controlada, es en la elección la hora de procurar propiedades emer-
por parte del investigador del nivel y la gentes a partir de las reglas simples con
calidad del «detalle», de la interacción, que operan, algo así como una confir-
que debe elegir representar para inten- mación de la peligrosidad del número
tar reducir parcialmente, comprimir, 2, de la esterilidad que supone aferrar-
comprender, un objeto, algo vivo, cuya se en el mundo de lo vivo a cualquiera
complejidad es tan enorme que resulta de los extremos de las dicotomías que
razonable pensar que ningún proyecto se discuten en este ensayo.
de representación científica pueda re- La tercera parte, «Célula y evolu-
sultar exitoso. Y una segunda rendija a ción», muestra la situación actual de
la subjetividad es precisamente la que la investigación teórica sobre estos dos
resuelve el profesor Moya, pues se tra- niveles de complejidad fundamentales
ta de que el investigador debe elegir el de la biología. Se repasan sus propie-
lenguaje para esa representación, de dades vitales básicas, esas interaccio-
nuevo de manera restringida y contro- nes o «detalles» que impiden que la
lada, pero con más grados de libertad propiedad biunívoca sea protagonista

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en el tránsito entre niveles de comple- en los fenotipos. No hay duda de que


jidad, esas mismas que hacen sentir su presagio se ha cumplido en gran
que la linealidad del neodarwinismo medida, y la ingente información acu-
para explicar el cambio evolutivo, o de mulada desde entonces ha revelado
la conversión de genotipo en fenotipo nuevas complejidades que cada vez
de la genética clásica, resulta insufi- arrojan más dudas sobre la convenien-
ciente. En el repaso sólo he echado de cia de seguir persiguiendo la linealidad
menos alguna referencia a la redun- en estos procesos; no se niega que la
dancia, uno de esos detalles de lo vivo complejidad sea convergente,9 que los
responsables de la emergencia de pro- fenotipos sean más complejos que los
piedades notablesen diversos niveles genotipos, pero la causación de las in-
como lo es la resiliencia, pero no debe teracciones entre ambos espacios sabe-
juzgarse como descuido pues no había mos ahora que es multinivel, y eso lo
pretensión de exhaustividad en el au- cambia todo.
tor. El profesor Moya se ha inclinado Me resulta difícil asegurarlo, pero
aquí, de nuevo, más por la calidad que me atrevo a proponer que esta es preci-
por la cantidad, y se ha ocupado muy samente la causa eficiente de la existen-
especialmente de las relaciones entre cia en biología de la dicotomía entre
los espacios genotípicos y fenotípicos, los análisis reduccionista y no reduc-
en donde la epigenética rompió defi- cionista, de las marcadas diferencias
nitivamente la subordinación entre epistemológicas entre programas de
ambos espacios, de los que ahora sa- investigación como los de Evelyn Fox-
bemos, por ejemplo, que los fenotipos Keller y los de John Dupré.10 En esta
no se limitan a actuar sobre la frecuen- última parte del libro se muestran los
cia de los genotipos, o que las noveda- principales problemas y limitaciones
des genotípicas no siempre son causa de estos enfoques, así como las apor-
del concurso exclusivo del azar. Aquí es taciones de las recién llegadas biología
donde Andrés Moya pone la parte del de sistemas y biología sintética11 a la
león de su ensayo, intentando equili- computación de una célula o a la dis-
brar la capacidad explicativa de la apa- cusión sobre el progreso biológico, dos
rente dicotomía entre contingencia y de los puntos calientes de la compleji-
necesidad en el pensamiento biológico dad en biología.
actual, claramente inclinado del lado La parte final del libro señala como
del azar. Lewontin planteaba en los al- salida el recurso a la síntesis sin menos-
bores de la revolución biotecnológica8 precio a la capacidad del análisis, pero
una paradoja epistemológica que es- siempre que se emplee para algo más
peraba que pudiese resolverse gracias que para señalar deficiencias en el pro-
al avance de las técnicas de la biología grama reduccionista. Se confía en que
molecular, del que presagiaba que ha- pueda contribuir a ello la biología de
ría realidad la posibilidad de medir la sistemas y su objetivo de computar lo
variación genotípica oculta y de desve- vivo «in silico», pudiendo así comparar
lar sus mecanismos de mantenimiento sus resultados con sistemas biológicos

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de referencia, comparaciones que ser- que su insatisfacción por la simpleza
virían de base a nuevos refinamientos que aprecia en él a la hora de resolver
de la computación, superando así ba- su principal interés: el florecimiento de
rreras ontológicas que frenan el avance la complejidad. Desconozco si el pro-
de lo que ansiamos conocer. fesor Moya es consciente de ello, pero
Esta realidad empírica de la bio- en aplicación estricta de los principios
logía de sistemas, quizás epistemoló- que sobre la generación de conoci-
gicamente poco refinada y un tanto miento expone Wagensberg, se trata de
pedestre en su proceder, es la que pro- un gran artista.
pone el profesor Moya como principal
responsable de convertir en realidad el
sueño de Goethe:12 hacer converger las
tradiciones analíticas y sintéticas13 para NOTAS
comprender al organismo vivo en su 1. Charles Percy Snow, 1959, «The Two Cultu-
res and the Scientific Revolution», en: Public
totalidad. Affairs, London, MacMillan, 1971, p. 18. Hay
A manera de síntesis, el ensayo de traducción al español: Las dos culturas y un
Andrés Moya muestra su intimidad segundo enfoque, Madrid, Alianza, 1977.
2. David Hume, 1742, «Onessaywriting», en:
como pensador, la tensión que padece Essays, Moral, Political, and Literary (Eugene
en sus tránsitos entre determinismo e F. Miller, ed.), Indianapolis, Liberty Fund,
1987 (http://oll.libertyfund.org/titles/704).
indeterminismo: determinismo que le 3. Andrés Moya, 2010, Evolución. Puente entre
permite hacer inteligible una compleji- las dos culturas, Pamplona, Laetoli (colección
Las dos culturas, nº 15).
dad y mejorar la descripción de su ob- 4. Las posturas conciliadores entre las «dos cul-
jeto de estudio, pero que entra en crisis turas» han venido siendo ejercicio común
desde el mismo momento en que se formu-
cuando la complejidad se le hace inin- ló la dicotomía, si bien las tensiones denun-
teligible, momento en el que recurre al ciadas están lejos de haber sido superadas,
especialmente en campos como la educa-
indeterminismo para procurar progre- ción o la misma filosofía. Valga para ilustrar
so en el conocimiento. El investigador estos múltiples intentos dos recientes de
muy distinto origen: The Meaning of Human
indeterminista es el científico creador
Existence, de Edward O. Wilson (Nueva York,
que se fija la meta de hacer inteligible Liveright, 2014, 208 páginas), y Un velero
la complejidad, y que entra en crisis bergantín, de Luis García Montero (Madrid,
Visor, 2014, 169 páginas).
cuando lo consigue, si bien disfruta en- 5 Ejemplos de esos modelos con ideales ma-
tonces de su otro yo determinista que temáticos pueden verse en ejercicios de si-
mulación de dinámicas reales de evolución
se dedica a aplicar la complejidad re- y extinción de especies, como por ejemplo:
ducida, tenazmente, hasta que indefec- M.E.J. Newman y B.W. Roberts, 1995, «Mass-
extinction: Evolution and the effects of exter-
tiblemente tropieza con un nuevo filón nal influences on unfit species». Proceedings
de ininteligibilidad y entra de nuevo of the Royal Society of London, Series B, 260,
pp. 31-37, o B. W. Roberts y M. E. J. New-
en crisis en su ciclo. man, 1996, «A model for evolution and ex-
La dialéctica entre creación y apli- tinction». Journal of Theoretical Biology, 180
(1), May 1996, pp. 39-54.
cación es por tanto el meollo del en- 6. Erwin Schrödinger, 1958, Mente y materia,
sayo, que muestra la satisfacción del Barcelona, Tusquets, 1983 (colección Me-
profesor Moya por todo el saber que su tatemas nº 2). Una versión actualizada, y
formal, de estos principios, se pueden leer
carrera le ha permitido reunir, a la vez en el reciente trabajo de Jorge Wagensberg,

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2014, «On the Existence and Uniqueness of 11. La indudable actualidad de esta tecnología
the Scientific Method», Biological Theory, 9 de los «BioBriks» se pone de manifiesto por
(3), pp. 331-346. la atención que le prestan revistas no espe-
7. Jorge Wagensberg, 1998, «Ciencia, arte y cializadas: Michael Specter, «A Life of Its
revelación», en: Ideas para la imaginación Own. Where will synthetic biology lead us?»,
impura. 53 reflexiones en su propia sustancia, The New Yorker-Annals of Science, September
Barcelona, Tusquets (colección Metatemas 28, 2009 Issue, o, Nicola Twilley, «Synthetic
nº 54), pp. 83-93. El mismo autor ha revisi- Life After G.M.O.s», The New Yorker, Decem-
tado estas ideas recientemente en su último ber 5, 2014 Issue.
libro de 2014, El pensador intruso. El espíritu 12. Otros siguen trabajando con denuedo para
interdisciplinario en el mapa del conocimiento, quitarle definitivamente el sueño a Goethe,
Barcelona, Tusquets (colección Metatemas pero no les auguro éxito. Uno de los últi-
nº 129). mos intentos de reduccionismo radical es la
8.- Richard C. Lewontin, 1974,The Genetic Basis «Constructor Theory of Life» de Chiara Mar-
of Evolutionary Change, Nueva York, Colum- letto (arXiv:1407.0681v2 [physics.bio-ph] 4
bia University Press, pp. 20-23. Nov 2014).
9. Un origen para esa convergencia puede 13. Una culta, y divertida, historia de esta di-
encontrarse en el teórico «muro de míni- cotomía epistemológica puede leerse en el
ma complejidad» postulado por Stephen J. libro de 1986 del recién desaparecido geó-
Gould en su artículo «La evolución de la vida logo e historiador de la evolución biológica
en la Tierra», Investigación y ciencia, diciem- australiano David Roger Oldroyd: El arco del
bre de 1994, nº 219, p. 56. conocimiento. Introducción a la historia de la fi-
10. Expuestas en Contemporary Debates in Phi- losofía y metodología de la ciencia, Barcelona,
losophy of Biology, 2010 (Francisco J. Ayala Crítica, 1993.
y Robert Arp, eds.), Chichester, UK, Wiley-
Blackwell, páginas 13-47.

ÓSCAR BARBERÁ es profesor de Didáctica de la Biología en la Universitat de València.

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