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1 LA RACIONALIDAD LIMITADA

Todos los conceptos, metodologías e hipótesis que hasta aquí se han presentado, están basados
en la premisa de que el decisor es un ser completamente racional. Según este concepto, el decisor
es un individuo con capacidades ilimitadas de información y capacidad computacional, con
comportamiento totalmente estratégico y optimizador de utilidades a la hora de tomar una decisión.
Si bien, este concepto ha sido considerado válido para la mayoría de los economistas y las bases
de la economía moderna se soportan en él, algunos investigadores han demandado la incapacidad
de la teoría clásica de la racionalidad para describir satisfactoriamente el comportamiento humano
en una situación real de decisión. Para ellos, los humanos, e incluso los animales, toman
decisiones realizando solo inferencias acerca de las características desconocidas de su mundo,
bajo restricciones y limitaciones de tiempo, conocimientos y capacidades computacionales; los
modelos de toma de decisiones racionales tienden a ignorar esas restricciones y tratan la mente
como un supercomputador.

Es idea fue propuesta inicialmente por Herbert A. Simon, hace más de 40 años, lo que dio origen a
la teoría de decisión que él denominó “racionalidad limitada”. Él definió la racionalidad limitada
como el término que describe el proceso de decisión de un individuo considerando limitaciones
cognoscitivas tanto de conocimiento como de capacidad computacional. Este concepto involucra a
la sicología y a la economía.

A pesar de que Simon investigó sobre esta idea desde la década de los 50’s, sólo en la década de
los 80’s, se divulgó ampliamente dando origen a variedad de debates. De ahí en adelante han sido
publicados gran cantidad de artículos y libros, ampliando e interpretando el concepto de la
racionalidad limitada. En realidad, el concepto de Simon es solo uno de los diferentes enfoques
que, como resultado de ese debate, han sido generados. Sin embargo, sus ideas son las más
analizadas, aceptadas y también fuertemente debatidas. En realidad, podemos incluir como
modelos de racionalidad limitada a todos aquellos que sustituyen una o varias de las hipótesis
ortodoxas acerca del comportamiento racional, por explicaciones de la conducta individual que
pretenden ser más realistas.

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Según Simon, “las personas no somos consciente y deliberadamente irracionales, aunque algunas
veces si lo somos, pero no poseemos ni los conocimientos ni el poder de cálculo que permita
alcanzar un nivel muy alto de adaptación óptima”, por lo tanto, no existe la “perfecta racionalidad”
implicada en la teoría económica clásica. Ante esa imposibilidad, su propuesta es encontrar
soluciones satisfactorias, más que óptimas.

No quedaría completo el viaje, que este texto pretende, por todos los aspectos relevantes del
proceso de la toma de decisiones, sino se exploran también estas ideas. A pesar de que la teoría
de la racionalidad limitada, aún no ha tenido un rotundo éxito entre los economistas, se ha
convertido en un perfecto “talón de Aquiles” para la teoría económica clásica.

1.1 ¿QUIÉN ES HERBERT SIMON?

Herbert Simon nació en

Milwakee en Estados Unidos en 1916 y es de ascendencia germano-checa. Fue educado en


ciencias políticas en la Universidad de Chicago (B. A. 1936, Ph. D.,1943), aunque tiene también
formación multidisciplinaria en lógica, estadística, física matemática y econometría. Él trabaja
como docente en Illinois Institute of Technology desde 1942 y en Carnegie Mellon University desde
1949, donde tiene el título de “The Richard King Mellon University Professor of Computer Science
and Psychology”. En 1978 recibió el premio Nobel en ciencias económicas por sus contribuciones
al proceso de decisiones dentro de organizaciones económicas, aplicables a los sistemas y
técnicas de planeación, presupuestos y control de la administración privada y pública.

En 1986 recibió la Medalla Nacional de la Ciencia en Estados Unidos; en 1988 recibió el Premio
de la Asociación Americana de Sicología y en 1988 el Premio John von Neuman en Teoría ORSA,

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entre otros.

Ha escrito varios libros, entre ellos: Administrative Behavior, Human Problem Solving, con Allen
Newell; The Sciences of Artificial Scientific Discovery, con Pat Langley, Gary Bradshaw y Jan
Zytkow; y Models of My Life (autobiográfico).

Ha trabajado en áreas de investigación tales como: ciencia computacional, teoría de la racionalidad


limitada, modelos de comportamiento, sicología, administración y economía experimental. Uno de
sus intereses principales ha sido el uso de los computadores como herramienta para simular el
pensamiento humano y mejorarlo mediante la llamada “inteligencia artificial”. En 1955, junto con
Newel y Cliff Sahw, inventó los “lenguajes de procesamiento de listas”, los cuales representan
soluciones no numéricas por búsqueda selectiva. Simon, a sus más de 80 años sigue trabajando
en investigación.

1.2 RACIONALIDAD PERFECTA Y RACIONALIDAD LIMITADA

La teoría clásica de la decisión racional, asume que la racionalidad del ser humano es “perfecta”.
Desde ese punto de vista, los individuos maximizan las utilidades esperadas, siguiendo las ideas
de von Neumann y Morgenstern. La teoría de decisión Bayesiana, que es la adaptación de la
metodología de von Neumann y Morgenstern a los contextos de incertidumbre, también puede
incluirse en la teoría clásica de racionalidad. Según ella, no existe una medida objetiva de las
probabilidades acerca de los posibles estados de la naturaleza, por lo tanto, es necesaria una
medida subjetiva de la probabilidad por parte de los individuos.

La Teoría de la racionalidad “perfecta”, asume que, en una situación de decisión, el medio, la


información, las creencias y análisis personales, son óptimos; las estimaciones de probabilidades
son fácilmente realizables; el individuo tiene a su alcance información sobre todas las alternativas
posibles y dispone de un sistema completo y consistente de preferencias que le permite hacer un
perfecto análisis de todas ellas; no presenta dificultades ni límites en los cálculos matemáticos que
debe realizar para determinar cuál es la mejor, por lo tanto, garantiza que la alternativa elegida es
un óptimo global.

La teoría de la racionalidad limitada, ve el proceso de decisión desde un punto de vista muy


diferente. En el proceso de toma de decisiones, incluso en problemas relativamente simples, no se
puede obtener un máximo ya que es imposible verificar todas las posibles alternativas.

Las personas difieren tanto en oportunidades disponibles como en deseos (influenciados por
factores de su entorno). Cuando un individuo debe decidir, influyen en él, tanto los deseos que

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posee como las oportunidades que él cree poseer. No es seguro que esas creencias sean
correctas: es posible que el individuo no sea consciente de algunas oportunidades que en realidad
le son viables o, puede creer que le son propicias ciertas oportunidades que en realidad no lo son,
por lo tanto no puede garantizarse que elegirá la mejor alternativa (Elster, 1990).

Según esto, la racionalidad es limitada desde dos direcciones: desde el entorno del decisor, ya que
no tiene acceso a la información perfecta, ni a la certidumbre e influyen en él factores exógenos
como la cultura, las organizaciones en las que está inmerso etc., y desde el proceso mental del
decisor pues este no tiene ni la estructura perfecta de preferencias, ni la capacidad completa de
cálculo, y le afectan factores como la experiencia, la memoria, la percepción, las creencias y la
sensibilidad personal. La Teoría de la racionalidad limitada, no asume al decisor como un ser no
racional, sino un ser que trata de ser racional con lo que tiene.

Se reconoce entonces la incapacidad de la teoría racional para captar completamente el proceso


de decisión que llevan a cabo los individuos en la realidad. Ante la imposibilidad de optimizar, la
teoría de la racionalidad limitada busca caminos satisfactorios para el decisor. Como sabe que la
realidad que el decisor percibe es una realidad parcial y simplificada, no pretende tratar el mundo
real en toda su complejidad y busca soluciones que le sean satisfactorias ante “su realidad”.

Según Simon, el individuo es fundamentalmente un ser adaptativo a su entorno. El individuo sólo


recoge parte de la información del entorno y tiene que desechar parte de la que le es dada por su
complejidad; utiliza representaciones mentales, que tienen que ser soportados en una memoria de
trabajo que tiene una capacidad no infinita. Es decir, la resolución está condicionada por la
cantidad de elementos que tenga en la memoria de trabajo. Pero, las cadenas de causalidad de los
hechos realmente determinantes, son breves y sencillas, por lo tanto, es posible tomar decisiones
sin considerar toda la información del entorno y siguiendo una serie de reglas sencillas y
manejables.

Güth y otros (1982) realizaron el siguiente experimento: dos jugadores deben repartirse una
cantidad de dinero, supongamos un millón de pesos. El juego consiste en que el jugador uno hace
una oferta de reparto, que puede ser aceptada o rechazada por el jugador dos. Si este último
rechaza la oferta ninguno de los jugadores recibe nada. Si la acepta, se reparte la cantidad según
la propuesta del primer jugador. Se supone que los jugadores no se conocían y únicamente se
comunican una sola vez a través de un computador. La teoría de la racionalidad perfecta predice
que si la propuesta es repartir 999999 pesos para el primer jugador y 1 peso para el segundo, este
preferirá 1 peso a nada. Esta predicción está muy alejada de la realidad observada. Los resultados
del experimento demostraron que, en general, cuando el primer jugador propone que el segundo
jugador obtenga menos del 30% de la cantidad ofertada, este último rechaza el reparto. Estos
resultados pueden responder a patrones culturales de comportamiento, como por ejemplo: "No

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dejes que se aprovechen de tí". Esta regla, desde el momento en que ha sido seleccionada por el
individuo (por un proceso evolutivo), funciona en la mayoría de las decisiones que debe tomar el
individuo en cuestión a pesar de que no es óptima respecto de todas las decisiones posibles.

Simon opina que si en un análisis económico se sustituye el concepto de Racionalidad Perfecta por
el de Racionalidad Limitada, las conclusiones logradas pueden ser muy diferentes.

1.3 FACTORES COGNOSCITIVOS QUE LIMITAN LA RACIONALIDAD

La teoría de la racionalidad considera al individuo como una máquina pensante perfecta. Existen,
sin embargo, limitaciones cognoscitivas que no deben obviarse, como por ejemplo, los límites en la
memoria y en la percepción, elementos claves en el proceso de decisión:

El proceso de decisión debe soportarse en algún tipo de memoria. La capacidad de la mente


humana para almacenar y recuperar luego de ella información es limitada. Cuando se almacena
información en la memoria se hace por selección: solo se almacena una parte de la información
disponible dependiendo del impacto y de los intereses actuales del individuo. En la fase de
recuperación de la información memorizada, ocurren problemas de calidad de lo recuperado. En
este proceso, con frecuencia, hay vacíos de información que tienden a llenarse con falsa
información, pero que puede presentarse de forma coherente, pudiéndose convertir en una
deformación de la información real, influyendo en ello intereses, experiencias y hasta prejuicios
(Franco, 1999).

La percepción puede interpretarse como la facultad del individuo en recolectar información del
medio externo y analizarla. La percepción depende de la experiencia y los conocimientos del
individuo. Entre mayor sea el conocimiento previo, mayor será el desarrollo de la percepción
(Franco,1999).

La experiencia y el aprendizaje previo del individuo son factores cruciales en la toma de decisiones.
Estos temas se analizan más adelante.

1.4 FACTORES NO COGNOSCITIVOS QUE LIMITAN LA RACIONALIDAD

Según la teoría de la racionalidad limitada, en el proceso de decisión de un individuo influyen


factores diferentes a los cognoscitivos: otros factores diferentes a cálculos, estimaciones de
probabilidades, ganancias, costos etc. Si bien, este tipo de factores puede ser visto como
limitaciones u obstáculos para la racionalidad, puede también ser visto como factores que

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simplifican la decisión, permitiendo hacer análisis más rápidos y correctos y aprender más
eficientemente que con la simple experiencia: ellos limitan el espacio de decisión, permiten
establecer ciertas reglas de búsqueda y de reglas de terminación de la búsqueda de entre una
serie de alternativas quizá muy grande o infinita.

El no reconocer este tipo de factores ha obstaculizado los intentos de construir máquinas


inteligentes y robots que imiten el proceso de decisión humana. Algunos de estos factores no
cognoscitivos son la cultura, las emociones y la imitación.

La cultura se interpreta como un sistema de valores y creencias que establece una serie de normas
sociales que pueden comprometer la decisión de un individuo. Las normas sociales pueden ser
vistas cómo mecanismos medioambientales, rápidos y efectivos, que dispensan cálculos de
costos-beneficios y a la misma decisión, pudiendo ayudar a los decisores a disminuir el problema
de la búsqueda combinatorial. Los valores y creencias no tienen que ser correctos para poder ser
utilizadas como herramientas: el desconocimiento científico o la religión pueden determinar una
decisión en un tiempo, espacio y cultura definida. Una decisión no puede esperar a que se conozca
el estado y concepto óptimo de una cosa (lo cual puede que nunca suceda).

Las emociones tales como el amor filial o el disgusto pueden dar también efectivas reglas para
modelar la búsqueda. Similarmente, en especies sociales, la imitación y el aprendizaje social
pueden ser vistos como mecanismos que permiten un rápido aprendizaje y obvian la necesidad de
cálculos individuales de utilidades esperadas. De hecho, un mono adquiere miedo a las serpientes
cuando observa que otro de su especie exhibe signos de miedo en presencia de una de ellas.
Además, el ser humano tiene la ventaja adicional que puede aprender y contar sus experiencias a
otros, reduciendo el proceso de aprendizaje de estos últimos.

1.5 EL APRENDIZAJE Y EL RECONOCIMIENTO DE PATRONES

Simon realizó estudios acerca de los procesos de aprendizaje de los individuos desde el punto de
vista de la sicología y extendió sus conceptos y postulados a la teoría económica.

Él Investigó principalmente sobre los modelos de comportamiento adaptativo (teorías de


aprendizaje). Según él, el racionamiento humano puede entenderse como una búsqueda selectiva
a través de grandes espacios de posibilidades. Esa selectividad se hace aplicando reglas
heurísticas para determinar los patrones que pueden seleccionarse y los que pueden ignorarse.
La búsqueda termina cuando se ha encontrado una solución satisfactoria, casi siempre, antes de
que todas las alternativas hayan sido examinadas.

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Simon usó el siguiente ejemplo para desarrollar su teoría de comportamiento adaptativo: Un
organismo (no necesariamente humano), que busca comida para su supervivencia, en un medio
sobre el que puede moverse libremente y que presenta puntos aislados donde se encuentra
comida. El organismo puede ver en cualquier momento una porción circular de la superficie
alrededor del punto donde él está. Puede moverse a una velocidad con un límite máximo. Él
necesita comer cierta cantidad de comida cada cierta cantidad de tiempo. Si come la cantidad
adecuada tendrá cierta energía para buscar la que sigue. El problema de la elección es elegir la
ruta de tal forma que él no se muera de hambre. Simon demostró que el organismo requiere
solamente de percepciones muy simples y mecanismos de elección para satisfacer sus
necesidades y asegurar una alta probabilidad de sobrevivir sobre periodos extensos de tiempo. A
medida que busca va recolectando patrones de búsqueda, y entre más patrones recoja, más fácil
se le hace su búsqueda y entre más relevantes sean los patrones a su disposición, mejores serán
sus decisiones. En particular, el organismo no necesita una función de utilidad, ni siquiera requiere
de elaboradas procedimientos para calcular las tasas marginales de sustitución entre diferentes
metas.

Simon demostró, por ejemplo, que la clave en el ajedrez es el reconocimiento de patrones: el buen
jugador hace uso de una acumulación de patrones característicos. En otras áreas es similar.
Calculó de forma experimental que un “experto” en cualquier área ha almacenado entre cien mil y
dos millones de patrones de memoria. La experiencia, como captadora de patrones proporciona
soluciones adecuadas en lugar de ideales.

Propuso entonces “modelos adaptativos de búsqueda” y al comparar su propuesta con los modelos
de comportamiento racional empleados en economía, estos últimos muestran una mayor
complejidad en los mecanismos de elección y una mayor capacidad en los organismos para
obtener información y hacer cálculos. Sin embargo, sus modelos adaptativos están más de
acuerdo con el comportamiento observado en laboratorio y en el campo que las teorías de
comportamiento racional. Esa adaptatividad está lejos del ideal del postulado de “optimizar” de la
teoría económica clásica. Los organismos se adaptan bien para satisfacer más que para optimizar.

La teoría del aprendizaje toma en cuenta las limitaciones en la capacidad y complejidad de los
organismos y el hecho de que, el medio en el cual el organismo debe adaptarse, posee
propiedades que permiten simplificaciones de sus mecanismos de elección. Lo que Simon se
preguntó es cómo hacer un postulado simplificado sobre un conjunto de mecanismos de elección y
obtener aún las características relevantes del comportamiento de elección adaptativo observado.
Su respuesta fue que es posible hacer modelos basados en discernir reglas rápidas y efectivas que
pueden ser tan exactas como los modelos estadísticos complejos (por ej, la regresión múltiple, las
redes Bayesianas), los cuales necesitan más información y poder computacional. Las heurísticas

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simples pueden valerse de estructuras de información del medio ambiente. Su racionalidad es una
forma de “racionalidad ecológica”, más que de consistencia y coherencia. Un modelo de reglas
heurísticas sencillas es más robusto que un modelo con gran número de parámetros.

Las características de un modelo adaptativo son: primero, un modelo adaptativo consiste de reglas
simples paso por paso que funcionan bien bajo restricciones de búsqueda, conocimiento y tiempo
limitados. Segundo, esas heurísticas son rápidas y efectivas y computacionalmente baratas más
que consistentes, coherentes y generales. Tercero, esas heurísticas son adaptables a medios
particulares, pasados o presentes, físicos o sociales. Esta “racionalidad ecológica” permite la
posibilidad que las heurísticas puedan ser rápidas, efectivas y correctas todo al mismo tiempo
explotando la estructura de la información en los medios naturales. Cuarto, El grupo de heurísticas
es dirigida por algunos mecanismos que reflejan la importancia de las motivaciones y metas en
conflicto.

Es decir, ese modelo del proceso del pensamiento humano puede ser efectivamente establecido en
la forma de programas. Se sabe que los mecanismos fisiológicos almacenan esos programas en el
cerebro y los ejecutan, pero aún no se conoce cuáles partes de esos programas mentales son
inherentes y cuáles partes son adquiridas. Se conoce muy poco acerca del sustrato biológico para
los programas y cómo esos programas pueden ser modificados y mejorados a través de educación
y entrenamiento. Los computadores, pueden entonces simular el pensamiento humano y los
programas en lenguajes de procesamiento de información ofrecen un poderoso medio para
expresar esas teorías (Simon, 1992). Estas ideas encajan perfectamente en la “Inteligencia
Artificial”.

1.6 LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL

La Inteligencia Artificial es resultado del intento de crear una teoría de la racionalidad limitada para
el proceso de toma de decisiones. Ella se basa en que los computadores pueden ser programados
para reconocer patrones que simulen el proceso mental de un experto y conducir así la toma de
decisiones. Existen programas que ayudan a los médicos a diagnosticar una enfermedad, a los
bancos a seleccionar a los solicitantes de crédito, y a los pilotos a aterrizar con base en patrones
de reconocimiento.

La Inteligencia artificial, es en la actualidad ampliamente aceptada, sin embargo, existen aún


prejuicios ante su comparación con el pensamiento humano y el hecho de expresar que un
computador puede pensar. La justificación de Simon es la siguiente: “Pensar puede considerarse
como el conjunto de procesos que ocurren en el sistema central nervioso. Aún se desconoce
mucho de ese fenómeno pero en cuanto a la física y a la química se han hecho algunos buenos

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logros. Sin embargo, no se sabe, por ejemplo, cómo y dónde la información simbolizada se
almacena en el cerebro, cómo los símbolos son comparados, copiados o asociados. Aunque no
sabemos cómo los procesos simbólicos elementales capaces de explicar el pensamiento son
dotados en el cerebro, si sabemos cómo son dotados electrónicamente en un computador”.
¿Porqué no usarlos? (Simon, 1992).

Él se pregunta el porqué de la gran mística que se le pone a la palabra “pensamiento”. ¿Por qué
sería indigno para el hombre decir que los computadores piensan?. “Los tractores tienen masa, el
cerebro tiene masa y eso no lo hace indigno”. Él solo define el pensamiento desde una forma
operacional. Muchos opinan que un computador no piensa porqué lo único que hace es seguir un
programa que se hizo para que pensara. “Eso es verdad, pero no implica que los computadores no
piensen. Ellos ejecuten operacionalmente el mismo proceso mental que los humanos” ( Simon,
1992).

El poder de la inteligencia artificial es aún limitado.

1.7 LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN

A pesar de que algunos economistas consideran la teoría de la racionalidad limitada como simple
filosofía, Simon defiende la idea de que no debe quedar solo en el concepto, sino que deben
desarrollarse mecanismos de cálculo, que no sólo predigan los resultados reales del
comportamiento del decisor, sino también describirlos. Aumann (1997), entre otros, por el contrario,
defiende la idea de que en la ciencia lo importante son las conclusiones, y no las hipótesis. Para él,
el fracaso de la teoría de la racionalidad es únicamente respecto a los resultados.

Son muchos los modelos desarrollados que intentan captar la racionalidad limitada. Algunos
investigados notables son Aumann, Selten, Harsanyi o Rubinstein, entre otros. Sin embargo,
todavía no existe una teoría unificada de la racionalidad limitada. La racionalidad limitada no se ha
convertido en una verdadera teoría de la decisión, sino únicamente una etiqueta que comparten
todas aquellas modelizaciones del comportamiento individual, que relajan o eliminan algunos
postulados de la teoría de la decisión racional ortodoxa (Loewe,1997).

Algunos modelos de amplia importancia y uso extensivo concuerdan en algunos aspectos con la
filosofía de la racionalidad limitada. Tal es el caso de los modelos basados en los “algoritmos
genéticos”, descritos en el capítulo X, y los modelos de Dinámica de Sistemas.

La técnica de los Algoritmos Genéticos es una técnica heurística de búsqueda, ideada por Holland
(1975), que usa el mecanismo de la selección natural para buscar a través del espacio de decisión,

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soluciones aproximadamente óptimas respecto a un objetivo. Aunque sólo permiten aproximarse a
los óptimos globales, son muy eficientes y flexibles. Se basa en la idea de que las especies en
evolución “mejoran”, eliminado patrones que no les satisfaces sus necesidades y metas y
potencializando las características y patrones que sí lo hacen.

La Dinámica de Sistemas modela procesos dentro de un sistema social complejo en estado de


transición para los cuales no se conocen las condiciones de sus posibles estados futuros de
reposo, o en los cuales se desea introducir reformas, y no se conocen los posibles efectos (Smith y
otros, 1995). Los modelos de Dinámica de Sistemas establecen relaciones entre flujos de
materiales y flujos de información e interpretan los retardos en los ciclos de realimentación del
sistema. Una vez establecido el modelo del sistema, pueden introducirse nuevos elementos y
analizar sus posibles efectos dentro del sistema (¿qué pasaría sí...? ). La Dinámica de Sistemas se
acopla con la racionalidad limitada en la forma en que considera el flujo de información y
procesamiento de la decisión en la evolución de sistemas complejos. Los modelos de Dinámica de
Sistemas pueden enriquecerse si involucran principios de racionalidad limitada. Por ejemplo, tratar
de establecer reglas sencillas de decisión en situaciones de información incompleta, trabajando
con la información disponible. Este tipo de modelos se ajustaría más a la realidad (Franco, 1999).

Loewe (1997) identifica algunas otras las líneas de investigación activas y son las siguientes:

1.7.1 Aproximación evolucionista a la optimización

Esta línea de investigación se basa en los conceptos básicos del modelo adaptativo propuesto por
Simon. Trata de prescindir totalmente del concepto de racionalidad. El área de aplicación de este
tipo de modelos es principalmente la biología pero se está extendiendo al ámbito de la conducta
humana gracias a las influyentes ideas de Dawkins (1976). Este autor sostiene que los principios
de la evolución biológica pueden aplicarse igualmente a la "evolución cultural". Si en la biología
existe el gen como unidad transmisora de información, el equivalente cultural es el “meme” que es
una unidad de información mental, que influye en la conducta y el pensamiento de los organismos.
La imitación y la educación son los medios de transmisión de los memes. Por ejemplo un meme
puede ser la regla “debes ser justo siempre”. Un meme puede sobrevivir o no, dependiendo de la
rapidez con que se transmite de un organismo a otro. Esta línea asegura que podemos entender la
acción humana en términos de evolución biológica y cultural. Los individuos ya no maximizan unas
supuestas utilidades, sino que se comportan según les dictan unos principios de comportamiento
que se han seleccionado en unos procesos evolutivos tanto biológicos como culturales.

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1.7.2 Perturbaciones de la Racionalidad

Esta línea de investigación comparte la idea que los organismos se comportan con racionalidad,
pero existen factores que pueden perturbar un poco esa racionalidad. Algunos modelos que
encajan en esta línea son los llamados “modelos de refinamientos de equilibrio”. Se destacan los
modelos propuestos por Selten (1975) y Kohlberg y Mertens (1986). Ellos denominan a las
pequeñas perturbaciones de la racionalidad como “temblores”. Suponen que, ante estas
perturbaciones, “un individuo reacciona racionalmente ante las irracionalidades de los demás”.

Otros modelos que siguen la filosofía de las pequeñas perturbaciones, suponen que dentro de un
grupo de entes racionales hay cierta probabilidad de que cohabiten entes completamente
irracionales. Es decir, se asume que con alta probabilidad los individuos son maximizadores de
utilidad (racionales), pero que con una probabilidad pequeña, son completamente irracionales, en
el sentido de que actúan independientemente de sus utilidades. Un modelo importante de este tipo
de racionalidad limitada se debe a Kreps, Milgrom, Roberts y Wilson (1982).

Otros modelos se denominan Equilibrios-Epsilon (e). Según ellos los individuos actúan casi-
maximizando sus utilidades. Así, los decisores eligen alternativas cuasi-óptimas que distan de la
alternativa óptima una cantidad e. El investigador más relevante en esta línea es Radner (1980).

1.7.3 Jugadores como Autómatas

Esta es la línea que, en la actualidad, se está difundiendo con más fuerza. Los modelos que siguen
esta línea de trabajo suponen al ente decisor como un autómata previamente programado, con una
capacidad de computación limitada. Esto guarda similaridad con los trabajos efectuados por Turing
propuestos con su “máquina de Turing”. Los investigadores más relevantes son Neyman (1985) y
Rubinstein (1986). Otros son: Ben-Porath , Kalai y Stanford , Zemel , Abreu y Rubinstein , Ben
Porath y Peleg , Lehrer , Papadimitriou , Stearns .

1.7.4 Relajación de los Postulados de Racionalidad

Esta clasificación considera los intentos de integrar aspectos de limitación en la racionalidad que
no se ajustan en ninguna de las anteriores clasificaciones. Son muchos los investigadores que han
tratado de construir modelos que eliminan ciertas hipótesis de la teoría de la racionalidad como por
ejemplo, la transitividad del orden de preferencias. Sin embargo, han sido muy pocos los logros ya
que los resultados obtenidos no han sido muy diferentes a los obtenidos bajo la teoría racional.

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1.8 EL MERCADO EN LA TEORÍA DE LA RACIONALIDAD LIMITADA

La teoría económica clásica tiene dificultades a la hora de explicar ciertos tópicos en las relaciones
de mercado:¿porqué la gente enfoca su atención en determinado evento y no en otro quizá más
relevante?, ¿qué es lo que la gente valora y cómo lo valora?, ¿porqué se da, a veces, una mayor
demanda de productos más costosos?, ¿porqué una inesperada respuesta de la demanda ante la
incertidumbre de lo novedoso?, etc. Simon cree que incorporando conceptos de racionalidad
limitada es posible entender éstos fenómenos.

Las aportaciones de Simon vulneran las bases de las teorías convencionales de la maximización,
racionalidad y equilibrio económico general, por lo que ha verificado también un nuevo concepto de
las relaciones de mercado. Según él, los mercados no son totalmente abiertos como lo afirma el
modelo económico clásico, precisamente porque los tomadores de decisiones, especialmente los
más significativos, tienen una capacidad limitada de conocimiento y están sesgados por sus
preferencias personales y sociales.

La teoría económica clásica dice que el papel del mercado es sintetizar la información relevante y
reducir la complejidad computacional que los individuos necesitan para tomar sus decisiones. El
mercado perfecto elimina la interdependencia reciproca entre individuos y reduce el
comportamiento a simples elecciones paramétricas. Pero esa reducción no carece de limitaciones
e imperfecciones. Se supone que el mercado descentraliza las decisiones y esa tarea es necesaria
solo si se asume una capacidad humana limitada (Simon, 1992).

La teoría clásica asume que el mercado se basa en la información perfecta. Según Simon, esa
perfección no existe. La información siempre es apropiada, valorada y sesgada de forma
imperfecta. Pone por ejemplo las leyes que protegen la innovación. Si hay carencia de información
no puede alcanzarse, por un sistema económico, el óptimo de Pareto.

Simon no acepta que en los mercados reales la demanda y oferta se equilibren. Como la verdadera
racionalidad es limitada por la capacidad de conocimiento de las personas y por las restricciones
impuestas por los puntos de vista sociales y personales, plantea modelos de racionalidad limitada y
desequilibrio, en los que tanto los empresarios como los consumidores no maximizan sus
utilidades, ya sea monetarias o subjetivas, sino que buscan situaciones satisfactorias.

Según Simon, la teoría neoclásica se enfoca exclusivamente en el análisis de los mercados y las
organizaciones juegan un papel secundario; ha magnificado los mercados y representa a las
organizaciones como curvas de costos y producción gestionadas por individuos muy “elementales”.
Para el enfoque clásico una asignación racional de recursos puede lograrse por individuos que no
influyen en las condiciones del mercado y se comportan uno independiente del otro; el desarrollo

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económico es producido por las mismas elecciones racionales de los individuos asumiendo
asignación óptima de recursos; se asume la tarea de los individuos como ya dada y se establece
una relación unilateral entre los sistemas social y económico.

La teoría de la racionalidad limitada trata de obtener una nueva forma de interpretar el papel de los
individuos en el mercado y dentro de las organizaciones. Simon, advierte sobre la subestimación
de las organizaciones dentro del marco de la economía neoclásica. Él asume a las organizaciones
como sistemas adaptativos con componentes físicos, personales y sociales, unidos por redes de
comunicaciones y por el deseo de cooperación para alcanzar fines comunes.

Tanto mercado como organizaciones coordinan las actividades de los individuos, pero hay una
diferencia básica y es que el mercado se considera sin intencionalidad, mientras que las
organizaciones persiguen ciertas metas en forma intencional. Las organizaciones reflejan la
habilidad, o la capacidad de planear las formas de cooperación para alcanzar metas.

A las personas se les presenta mucha dificultad de analizar todas las cosas a la vez, por lo que
simplifican sus decisiones interpretando los procesos dentro de las organizaciones: las metas de
cada organización, los factores relevantes a esas metas desde el interés de cada organización. Las
personas se identifican más con las organizaciones que con el mercado por lo que las
organizaciones son más coherentes y juegan un papel más importante en la vida económica que lo
que la teoría clásica supone. Un nuevo planteamiento debe ver más los mercados en el contexto
de las organizaciones que las organizaciones en el contexto de los mercados, como lo hace la
teoría neoclásica.

La respuesta de la demanda no puede reducirse a movimientos sintetizados en una curva de


demanda y oferta. La teoría de la racionalidad limitada trata de introducir en ese proceso el
aprendizaje, la definición de metas, la elección de estrategias pasivas o activas, las elecciones de
acciones condicionales no solo a datos exógenos sino también los resultados de las acciones
previas de los individuos. No todas las metas de los individuos pueden considerarse las mismas,
como un patrón uniforme. La diferente experiencia, por ejemplo, puede dar diferentes metas y por
lo tanto diferentes respuestas al mercado.

1.9 PERSPECTIVAS FUTURAS DE LA TEORÍA DE LA RACIONALIDAD LIMITADA

A pesar de que aún los análisis económicos siguen soportándose en la teoría de racionalidad, es
evidente su fracaso a la hora de describir con exactitud el comportamiento humano económico.

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En la actualidad, son pocos los economistas de importancia, que aceptan la teoría de la
racionalidad ideal. Esto permite pensar que, en realidad, el futuro de la racionalidad limitada es el
futuro de la teoría de la racionalidad en general. La teoría de la decisión tendrá seguramente que
cambiar y redefinir sus fundamentos y concepciones acerca de la racionalidad de los individuos.

Según Loewe (1999), la teoría de racionalidad limitada tiene, aparentemente, un destino claro: la
vertiente descriptiva. Aumman (1997) opina que las teorías de la racionalidad limitada buscan, en
general, una mayor capacidad de predicción del comportamiento humano en el proceso de
decisiones y su destino natural será, seguramente, su unificación al paradigma evolucionista, es
decir, no considerar el supuesto de un individuo racional, y considerar en cambio, un ser en
evolución cultural y biológica. Este ser no maximiza utilidades, sino que su comportamiento es
regido por normas de comportamiento seleccionados por procesos evolutivos.

Esto quiere decir que, en teoría económica, quizá el término racionalidad como tal esté en extinción
y se complete de este modo su ciclo de vida que se inició con el concepto de un decisor
perfectamente racional, paulatinamente se fue aceptando la incapacidad de los modelos
desarrollados en representar las experiencias empíricas y se fueron modificando algunos de estos
modelos hasta convertirlos en modelos alternativos de racionalidad limitada. Lo que queda de ese
ciclo, podría ser la eliminación de la hipótesis de racionalidad tal y como la entienden los
economistas (Aumman, 1997).

“Los nuevos economistas deben sacar sus conclusiones de laboratorios y de las realidades del
mundo“ (Simon).

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BIBLIOGRAFÍA

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