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CAFES

Había tenido una de esas discusiones fuertísimas con mi pareja, por enésima vez,
y dejé el departamento para no seguir gritándonos mutuamente de esa manera
que me lastimaba tanto. Es muy duro aceptar cuando el amor muere, y ella no
quería dejarme ir, sino que insistía en tenerme atada a pesar de saber que ya
nada salvaría nuestra relación. Busqué unos de esos bares escondidos, un lugar
donde ella no pudiera encontrarme fácilmente, no quería mas discusiones esa
noche. Encontré el bar, había solo unos pocos hombres en una de las mesas y
una mujer en la barra.
Me senté a poca distancia de ella, y ordené un martini, mientras la observaba...yo
la conocía...claro, era la misma que en algunas ocasiones compraba perfumes en
el shopping donde yo trabajaba, alguna vez habíamos conversado, era una mujer
muy agradable, no hermosa pero sí con ese no se sabe qué que las hace
atractivas. Mientras la miraba, uno de los hombres que estaba en la mesa próxima
se levantó y vino hacía mí. Puso sus manos sobre mi mesa y comenzó a hacerme
proposiciones, estaba alcoholizado y era muy grosero. Le dije que no estaba
interesada, pero él no parecía oírme. Comenzaba a ponerme nerviosa cuando la
mujer de la barra se acercó y con una gran sonrisa en los labios dijo:
- Caramba Nancy ¿eres tú?. No te había visto en años....¿cómo estas linda?.
Rápidamente entendí lo que ella trataba de hacer, así que con una gran sonrisa
dije:
- ¡Anna!. Que sorpresa mas agradable...anda siéntate y tomemos algo, y me
cuentas que fue de tu vida.
El hombre se encogió de hombros, desilusionado y se alejo. Ambas nos miramos
y reímos. La mujer ordenó una cerveza y se presentó.
- Soy Joanne, creo que necesitabas una mano.
- Sí, gracias....ya no sabía cómo hacer para que se fuera....soy Nancy, pero creo
que ya sabías eso.
- Hmmm...sí, recuerdo muy bien los nombres de las personas que me atienden
bien alguna vez.
Comenzamos a charlar, sobre el shopping. Pasó el tiempo y se estaba poniendo
muy frío, así que ella dijo que se iría a casa y que yo debería hacer lo mismo. Bajé
la cabeza y le dije que esa noche no podía regresar a casa, que había tenido una
grave discusión con mi pareja y que no quería regresar. Entonces me invitó a
tomar un café en su casa, y yo acepté.
Ella no vivía muy lejos, así que comenzamos a caminar hasta su casa. Era una
noche muy fría, pero estupendamente clara así que nos detuvimos un momento
en el parque y nos sentamos en una banca, muy cerca, tanto que nuestras rodillas
se tocaban....y sentí ese increíble choque eléctrico, y la miré y vi que ella también
me estaba mirando directo a los ojos. Hacía mucho tiempo que no sentí aquel
shock.
Hablamos un poco mas sobre las noches frías, y las estrellas, y tonterías....la
miraba y veía sus pezones asomando bajo la blusa...no usaba soutien, y eran muy
notables...sentía deseos de acariciarlos, pero no quería hacer un movimiento....no
quería ofenderla. Levanté mi mano para apartar mi cabello de la frente y
accidentalmente le toque los senos....es que estaba tan cerca de mí. Me tomó las
manos y pude ver la espera en sus ojos...no pude soportar más, tomé su cara en
mis manos y puse mis labios sobre los suyos. Ese momento fue increíble,
comencé a sentir que me ponía húmeda, excitada...ella abrió la boca para que
pudiera meter mi lengua y nos dimos un beso francés, apasionado, sin
importarnos si alguien nos veía. Puse mis manos sobre sus senos y masaje sus
pezones erectos, ella se movió y gimió. Estaba tan caliente que no podía
soportarlo...y ella evidentemente se sentía igual porque se puso de pie y me dijo
que nos fuéramos rápido para llegar a su casa.
Durante el resto del camino ninguna dijo una palabra, nos sentíamos asustadas
pero al mismo tiempo excitadas sobre lo que sucedería en ese departamento. Una
vez en su casa ella me dijo que me pusiera cómoda mientras preparaba un poco
de café.
Me senté en un sillón, esperando por ella...cuando regresó me puse de pie y tomé
los cafés de sus manos para ponerlos sobre la mesa.
La tomé de los hombros y la miré directo a los ojos...ella se veía un poco
asustada, pero también podía ver la excitación en ellos. La besé de nuevo, nos
besamos suavemente al principio, mas apasionadas después, recorriéndonos con
la lengua. Enredé mis dedos en sus cabellos, seguí besándola, luego bajé a su
blusa, la desabotoné y la baje por sus hombros....para ver sus senos, sus
hermosos y redondos senos. Bajé mi cabeza por tu cuello, besándola, mientras
masajeaba sus pezones....hasta llegar con mi boca a ellos, los mordí gentilmente y
ella se estremeció. Tiró su cabeza hacia atrás y disfrutó de la sensación...mientras
desprendía mi pollera, que cayó al suelo. Tocó mis calzones y notó que estaban
húmedos...sólo ese roce de dos me produjo un orgasmo....así que bajé a su
pollera, desprendiéndola. Ella estaba muy excitada...la pollera cayó, y me puse de
rodillas frente a ella. Podía sentir que sus calzones estaban tan húmedos como los
míos....quería probar su dulzura o me volvería loca. Tiré de ellos y besé la
prominencia justo sobre su concha...luego la empuje suavemente para que se
sentara en el sillón. Lamí la cara interna de los muslos, lentamente...podía oler lo
mucho que necesitaba mi lengua y yo ardía por complacerla. Ella abrió aún mas
sus piernas, para hacerme mas fácil el acceso......estaba tan húmeda y sabía tan
bien...encontré su clítoris y lo besé...mientras mis manos volvían a sus senos y los
masajeaban fuertemente. Ella comenzó a mover sus caderas, la miré por un
segundo y su mirada me volvió loca, empecé a lamer y chupar mas y más fuerte.
Ella gemía y yo le dije que quería que acabara en mi boca y en mi cara...eso la
puso loca...acabó en mi cara, gimiendo por el fuerte orgasmo. Me atrajo hacia
arriba y me besó cuando aún no terminaba de limpiarme, saboreando sus propios
jugos en mi boca. Mientras me besaba, me quitó el calzón y me penetró con sus
dedos...estaba tan excitada que puso dos dedos dentro de mí y los rotaba
sintiendo cada centímetro de mi interior...empecé a respirar fuertemente, pero no
podía ayudar mucho porque estaba demasiado caliente. Ella bajó su cabeza y
comenzó a chupar mis pezones delicadamente...podía llorar por la sensación de
placer. Seguía penetrándome con sus dedos, mas fuerte ahora, y acabé sobre su
mano con un gemido.
Nos quedamos sentadas, recuperando el aliento...ya no podíamos seguir, ambas
estabamos agotadas......¿los cafés?. Estaban fríos..pero teníamos toda la noche
por delante.

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