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En ambos relatos los dioses no sólo están siempre presentes, sino que
conviven con los humanos, compiten con ellos en el amor y pelean con ellos
en la guerra y hasta son heridos, pero (claro) se curan automáticamente. No
así los guerreros mortales, cuyas heridas requieren los tratamientos de la
medicina primitiva, aunque ocasionalmente también se benefician de la
participación de los dioses
ENFERMEDAD
Las enfermedades que conocieron los médicos hipocráticos: además del
desequilibrio humoral que vimos anteriormente, conocieron el estado de fiebre
descripta en “Epidemias”, apreciando la temperatura sin medirla, observaron sus
variaciones, ritmos, momentos del día en que aparecía, etc., podían observar
con sus sentidos la piel, la lengua, los ojos, el sudor, la orina y las deposiciones,
con sus características y sus distinciones. Apenas si mencionan el pulso en
“Alimentos”, cosa que, si hicieron los médicos egipcios, el conocimiento de éste
solo avanzó en la época alejandrina, conocían de fracturas y heridas. Podemos
concluir que la mayor parte de sus conocimientos se referían a signos y
síntomas, sin tener un nombre propio la enfermedad como sucede hoy día; lo
que no significa que no existieran enfermedades como la tuberculosis, el cáncer,
la diabetes o la hipertensión por mencionar solo algunas. Las más comunes eran
las enfermedades del pecho y el paludismo que fue factor dominante y que W.
Jones pensara que la decadencia de Grecia y luego Roma se debiera a este mal;
también conocieron la rabia.
Anatomía y fisiología
Éstas eran rudimentarias. Los médicos hipocráticos tuvieron conocimiento de los
huesos en particular si eran cirujanos, pero su conocimiento de los órganos
internos, vasos, tendones y nervios era vago. Al postular un sistema de fisiología
en particular se vieron restringidos por el sentido común y la moderación griegos.
Caliente Seco
Sangre - Aire - Primavera Bilis Negra - Tierra -
Otoño
Húmedo Frío
TERAPÉUTICA
Hipócrates aparentemente habría sido un ejemplo de médico prudente y
humilde. Con escasos medios terapéuticos y débiles. Tanto él como los
hipocráticos contaban con purgantes, eméticos, enemas, sangrías y dietas tanto,
de inanición como con diversos alimentos a fin de evacuar el cuerpo o para
restablecer energías. Tenían también fomentos y baños, fricciones y masajes,
agua y caldo de cebada, infusiones como vino, hidromiel, miel con vinagre (no
tenían azúcar de caña). Lo mejor que podían hacer era calmar el dolor en la
medida de lo posible y fortalecer el cuerpo y el espíritu del paciente para
recuperar el equilibrio perdido.
Figura 1: Higiea, sentada junto a su padre Asclepio, da de comer a una serpiente. Este animal,
emblema del dios, era empleado en los rituales curativos de sus santuarios.
Los primeros asclepíades fueron los hijos de Asclepio y Epione: Podalirio y
Macaón. A la mayoría de quienes ejercían la medicina en Grecia se les
correlacionaba con los asclepíades. Sin embargo, el título de asclepíade se
otorgaba especialmente a médicos notables. Platón (427-347 a. de C.), por
ejemplo, hace referencia especial a Hipócrates como el «Asclepíade», y lo
mismo hizo Aristóteles (384-322 a. de C.).