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La cultura popular y la erotización de las niñas
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I Valerie Walkerdine

Apesar de que los estudios sobre cultura popular han tendido a ig-
norar a los niños y los estudios sobre chicas se limitan a las adolescen-
tes, el tema de las representaciones populares de las niñas erotizadas
niñas y la sexualidad- toca una serie de áreas muy diiíciles, a
-las
menudo consideradas tabúes. EI feminismo ha lenido poco que decir
sobre las riñas, excepto en los estudios sobre socialización y sobre Ia
formación de estereotipos lelacionados con el sexo y el papel de la mu-
jer. Respecto a la sexualidad, casi toda la atención ha recaído en las
mujeres adultas. Por lo general, las niñas entran en los debates sobre
los recuerdos de las mujeres de su propia infancia y adolescencia: dis-
cusiones de las [3nta\ia\ sexuales de hs niñcr con stls padres o con
hombres adultosi cono en el caso Dora de Freud' el debate en torno a
la afirmación de M¡sson de que Freud había suprimido la evidencia de
que muchas de sus pccientes habl¡n sufrido lbu'os sexuales en su in
fancia; y, naturalmente, el discurso de los abusos sexuales en sí mlsmo'
El tema de las niñas y la sexualidad ha pasado a percibirse, por lo tan-
lsl Co\SUIIO Y A\ALISIS CLiLTL'RII- LA CIJI-TI'RA POPL'I AIT I I-A EROTIZACIÓ\ DE L'\S \IiA5

to. ómo el problema dcl abLrso sexual de niñas inocentes y vulnerables h canciófl no cLrenta porqlle es incap¡z dc conlprenderll E\plorafé el
por parte de ho¡nbres adultos nalos. o, por cl contrario, con meDor co- tem¿ de la inocencia infantil con nlayor detalle. y n]ás que intent¡r de-
rrección política pero con igual insiste[ci¡, corno la idea de que las ni, sestim¡r el tcma de1 significado de la let¡¡ collsiderándolo irfcle\ ante'
ñrs vienen a ser pequeiras seductorrs quc. en palabras de un juez en un intentafé situar esius signiticldos en el estudio globd cle 1as niñls ¡ Ja se-
caso de abusos infantiles.
"no
son ángelcs". En estirs p¿iginas desearía ru¡lictad. AI srlir dcl espacio pliblico ¡ altanrcnte supen'isado de la cl¡-
pl¿rntear una seric de tcmas qu.'crco q!¡e quedir¡] obstruidos por estos se doncle Janie es una chicir.bucn¿r" y que (se ponll bien'- y pilsar
debates. En pocas pal¡bras, se trirta de la onrnipresente erotización de al espacio priv¡do del baño. entra en un espacio discursiVo bastante dls-
las niñas en los nedios populares de cotrrunicación y la igualmcnl!- tinto. el espacio de l¡ pequeñ¿l Lolita. Ia niña sexual. que no pLtedc dar-
omnipresentc ignorancia y neg¡ción de este f¡nón'reno. se a conocer antc la acogedora y ¿séptica clase En este nlovrmlento pasa
da ser inocenle I sixual. de virgen a putl. de niñir a ¡rujercit¡' de buen¿r
a nralx. ¿Es éste otro (le los lugales de la corrupción dL' los
jó\ enes a tra-
La inoce¡rcia de la infancia y las pequeñas I-olitas \és de l¿ inritación lcon el debido respelo a ios trab¡jos sobre los niños,
lir televisión y Ia rlolcncia. por ejeilplo)? ¿,O debenlos intcntar cont¿r
Janie tiene 6 años. En clase se sient¡ casi en silencio y se pona bicn: otro tipo d€ hisloria. unl que diliera considcf¿lblenlerlte de las \ iej¿s his-
constitr¡yc el ¿rrquetipo de la niria trabajado¡¡, clesdeñad¿ con frecuenci¡ rorias cle niñ¡s e inlente intcrvenir etr el pesado sile cio existentc en el
carecer de interós- en los anílisis cducativos sobre los logros de timinisnro y los cstudios culturirlesl
-por
las chicas (Wirlkerdine 1939). Habla nruy poco y prrece ser constante
mente conscicnte de est¡r siendo obseN¡da. Observa asimisnro el nto-
delo que present¿i ante su prof¡sofa y sus colrpañcros. así como ante il'tí Los niiros y Io popul¿r
misma, que nre encuentro senta(h en una esquin¿r de la clase grabando
io que acontece e¡ una ci¡ta. Janie presenta sienrpre unos debercs in- Los estutlios culturales no hln tenido casi nldir que decir sobre los
mlrcul¿idos y estLi habituada a obtener notas nruy altas. Pide pernriso niños peqr¡cños. Su agenda de invcstigtlción sc ha concentrado sobre
p¿rril ir al baño y abandona ll clase. Como lleva un micrófono inaliim- todo en l¿!juvclllud mirsculina y mís tarde fenenina No es de extrair¿r
brico, puedo oírla cruzar la sala en la que se imparte una clasc de músi- que esto h¡ya sido así. dado cl intcrés de este tipo de trabajos por el
c¿r y expresión co¡poral con la ayLrda de un programa de radio: la profe- tem¡i de la lesistencil: si las chicas aclolescentes debíf,n luchar para ha-
sora les dice que finjan scr conejitos. Abanclona la sala y entra en el cersc un lugar (NlcRobbie 1980), los más pequeños realmente ocupan
silencioso baño. AIií, sola. canta en voz alta para sí misma. La imagino un puesto nluy inl'eriqr en el úrdice de resistencia. No obstarte los es-
contome¿indose frente al espe.jo. La canción que canta estaba en boca de tud]os de comunicación, en conparación. junto a otras disciplinas
muchas chicas en el momento et qLle yo estaba realizando las grabacio, como la sicología social y de) desarrollo y la educ¡ción. se han mos-
nes: se trataba de (Oh, Mickey", de'Ioni Basil. lrado obscsionados con el tema de los niños y la tclevisión' especial-
mente respecto al sexo y la violcncia aunque dichas disciplinas no
<Oh, Mickey" es una canción c¡ntada por una mujer vestida de ado- han
lcscente. E¡ el lideoclip de )a canción lleva r¡n yeüiclo de clrcerlea¿e¡, renido nlcla que decit acerca del consumo y el interés iniantil por otras
lonnas y aspcctos de Ja cultura popular' Vol\efé ¡ li] cuestióD de Ia
con untr f¡lda muy corta, y esti rodeada de otras. cleer&,ader.r grandes te-
y hombrunas que conspiran para hacer que ella parezca m:is pequeña y levisión al exarninar el caso de pátrico moral dese¡cadenado en los
años ochcnt¡ con la selic Mirript4rs' deJ Ch¡innel 4 Sin embargo
más femenina. <Oh, N4ickey, you're so fine, you're so fine, you blorv my desea-
nrind' [(Oh. Mickey. eres tan g¡r¡?].. me ltlucinas"], canta Janie. (Give ir nr emfe/rr e\iln'11¡nJü rlFl¡nos lemrs bi'ico' 'ol'rL' I lt coll(Lpcione'
to me, give it ro me, any way you can, give ir ro me, give it to mc, I'll take de la infancia.
it like a man" ["Diimela. dámela. como quieras, como puedas, dáme)a. lvli intención es explorar alSunas dc lr (miradas" sobre la niña' las
dánela, la tomaré como un hombre"l. ¿Qué significa plra una niña de 6 lbmras a lravés de las cuales ést¿ queda inscrita en un¿ serie de discursos
años cantar esta letra con una carga tan erótic¿r? Podría decirse que lo en conpetencia. En este capítulo me centraré en h llSura
de la niñ¡ como
que tenemos aquí es la intrusión cle la sexualidad adulta en el mundo objeto del discurso sicopedagógico y como niña-mujer erotizada de
Ia cultura popirlar. En o¡ros escritos he prestado abundante atención
inocente de la infancia. O que dcbicio a que sólo tiene 6 años, la letra de a
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l8l Cor"StritlO )' Ai\ALISls CULTURAt_ LA CLILTLiRA PO!'L L.\R Y LA ERO1 ITAC-¡Ó\ DE L'\S \INAS

la producción del <niño' parte de la sicología y la cdr¡cación- titllyen un eco de la idea dc l¡ infanci¡ col]lo un eslaclo Inocenle e ln'
co$o aquelio que Fouc¿ult -por
denominaba .una ticción c¡ue en Ierdird maiuiado, libre cle l¡ interl'cre¡icii de Ios adultos El propio cog¡itivis-
firncionar (\Valkerdine 198-1. 1988, 1989, I992, 1993). He indicado nro de la r¡ra]'oría.de modeios r:le infancia tal co¡no se hau incorporaclo
que a las prácticas educativas clejl ii un Jldo lo emolivo
y lir sextriilid¡cl A
"la naturaleza del niño> no se descubre, sino que estii producicla en s.xüalidad infantil que se ha
reqinrenes de verdad crcados ntediante aquellas misrtras p.ácticas que pesa;de que Fteud planteó un¡ noción de
proclaman al niño en tod¿i su naturalidad. Utilizo el término rrilo in- extendjdo eno.melnente, lueron lrás bien conc'ptos conlo el de repre-
tencronadamente. ya que uno de los puntos básicos de mi argumento sión y los problemas cle ln iDterfcrencia de los lrdllltos en el desafo]lo
los que se incotporaron I las priicticas educ¡ti\'¡s, en lug¿r cle t¡na
no-
era que a pes¿¡ de que
"los niños" se conside¡an sexualrnentc neutra- dxdo o n¡ttlrill De he-
les, de hecho al hablilf del niño nos lo flguramos siempre cono un niño ción cle sexu¡lidad inlantil cor¡o un t'enónleno
varón. un niño que es ju,quetón. cre¡rivo, travieso, que rompe ias nor- cho. Io míls impon¿rnte es precisanente il idea de que Iit scxualidad cs

nras o es racional. La ligura de la niña. por el contrario, sugiere una p¡- una noción aciulta que nancilla ll segula inocencia de una influci¿r Ii
tologi¡ no natural: trxbdir cü¡ndo el niñojuega. sigue las Do¡mas en Iu- bre de sursir en el ailla cle enseñanza priIlraria La sexuali'Lild adulta in-
La
gar de quebrarlas, es bucna, se porta bien y es irracionxl. La feminidad terficre con Ja singularicllcl de la inlancia y sLrs etap¿rs de desir¡rollo
se con\ ierte en el Otro de la int'ancia racion¡I. Si I¿ niña es todo lo que cultura popular. entonccs. al prcsenlar l¡ intrusió¡r clc 1a sexualirlad ¿rdul-
cl nlño se supone que no es, se deduce que su prescnci¡, donde mues- ta en el espircio aséptico de la i¡fancie- se coDsidera conlo alt¡nlente
tra los atributos mencionados. puede ser consiclerada como unr de- perjudicial.
mostrrción de un deslrro]lo piltológico, una infancia inadecuada, un Visualrtenle estas Posturas puedcn distinguirse a trir!és de algunas
pcll-qro o un¡ amenaza frcnte a lo que es normll y natural. No obst¿rn- miradas a las niñ¿rs. Las imágenes sicopedagtigicrs se presentan de
dos lbroras distintasl la fologr¡lla documental al estilo de lil
cámara
te, los intentos (y han sido innunte¡ables) por transformarla en ei niño
de ac-
tr¡vieso modélico a menudo chocan con un conjunto de bane¡as dis- oculta. en Ia que la niña siempre ap¿¡cce ocupld¡ en algún tipo
y ltl ilustra-
cufsir¡s: una niña traviesa y fir¡tre puede ser intcrpretad¡ como desc¿r- tivici¡d educaliva y nunca se lllueslfa mi¡ando a lir cám¡ra
rada. con ínfulas, excesivamente madura, demasiado precoz (en un es ción al esfilo de un libro cle córnic. e¡r la qlle aparece como una iigura
¡udio. una profesora de printaria llamó a r¡na de estas niñas de l0 ¡rños r¡nise¡ redondeada (aunque cic¡t¡ lente no ctlrvilínea) dc c¡ra
y sotl
niñils'
rlna t¡ta.lo1l. véase Walkerdine 1989)- Empíricamente, pues, las <ni riente. Si empezanlos t explorar las imágencs popul¿rres de las
espacio
veremos que presenian ttn conlr¿ste absoluto No dispongo de
ñas>
-n u¡ sentido general de infancia- no pueden descubrirse en capítulo para explorar este tell'la con detalle' pero deseiir¡a slm-
un esrado namral. Lo que encuentran los profesores, los padrcs y otros en este
es el resultado de complejos procesos de subjetivación (Henriqucs y pl"ment" ha.", ref"ren;ia a ibtos dc periódicos y revistas de moda' así
otros I98:1). i\o obstante, mientr¡ls que este ¡todelo de inlancia para lts como anuncios de televisión recientes ejemplo' los de Volkswa-
-por
gen, Yoplail y Kodak Todos ellos pres'ntan a la niña secluctora
al
niñas queda p¡tologizado de innlediato, también es algo que se necesi-
mcnos en estos tres anuncios) con el
ta: la niña buena y trabajadora que sigue las norntas preanuncia Ia fi- ¡amente erotizada, a me¡rudo [al
y con una ¡nirada que de-
gura de la nladre que cría bien a sus hijos. que emplea su irraciontlidad pelo rubio y .icitos, nornlalmcnt!'nlaquilladii
tomas
para salvaguardar la racionalidad, p¡ra pelmitir que se desanolJc (Wal- vuelve sedttctoramente la mirircla de la cán]ara En realidad estirs
muchas más similitudes con imágeiles extraídas de la porno-
kerdine y Lucey i989). Consideremos entonces la a¡renaza al niño ¡ra- presentan
imá-
tural que plantea Ia niña erorizada, la pequeña I-olita, la niña qlre se grafía infantil que con inágenes sicoedL¡catjvas No obstanle' Ias
populares son o¡¡nipresentes:,for
prcsenta como una mujercita, pero no dcl tipo maternal sino sed ctor, lenes cle la rnoia y cle los anuncios a
la puta insaiubre frente a la vir-sinjdad de la buena niña. Mi opinión es ilon po.,a cotidiana de nuestra cultura v nunca han sido equiparadas
que la c ltura popular inttoduce est¡ figura en el espacio aséptico de la la pornografía infantil
cons
infancia natural. un espacio del que debe ser protegida y gllardada a No sería difícil presentlr argumentos dc que taies imágenes
pomografía infantil y que en ell¡s se ex-
cualquier precio. ¿Qué es lo que se está dejando f'uera y qué es lo que tituyen el porno blando de )a
adult¡ en I¿r inocencia
hay segr¡ro dentro de este espacio t'icticio? ftoio a t^ inf"ncia introducie;do la sexualidad
Los discursos de la infancia natural est¿in constru¡dos a partir de un infantil. En este sentido' por lo tanto' podrían ser interpretadas como
modelo de racionalidad que tiene lugar naturalmente, y de hecho cons- precursoras de los abusos sexuaies a los niños' del mismo
nodo que
.1Eó CO).'SLI\IO Y A\ALISIS CL'LTL'RAI, L.\ CLJLI UR,\ POPL'LAR Y I-\ LROTIZACIo\ D:: LAS \I\AS ls7

la pornogr¿fía ha sitlo interpretlda por algunas iintinistas como la figura de la puta y hilce qL¡e la niña sc¡ Iulncrlble a los ¡busos L¡ in-
corporación clc la cullL¡rl popul.rr a la r ida flLlriliar y cduc¡tivir
prccursora de la !iolación- No obstante. creo qlrc una intelpretación de la
de eslc tipo es dcn¿rsiaclo simplista. L¡ erotización de las niñas es un niña. por lo l¡nto. debc ser \ist¡ con sospecha co¡1o u¡l¡ ilmc¡lilz¡l
fencinrcno conrplejo. en el quc ¿tlgunos aspectos de I¡ sexualidad li- plantea,la por un¡ rebaj¡ de los pri cipios. por l¡ intrusión dc la biua
mcninl y la sexualidad i¡rf¡ntil se i lerpret¿tn conto corruptores de un iultura frente a la superiorid¡d de l¡ nln cultura Lo quc se consldcra
eslado inocente. La culpa se atfibuye t¡nto ¡ honrbres abusivos que d¡ pie a la interpreració¡r de l¡ niñ¡ de clase tfabajadori como al-
por co¡lsi,suiente, n]alos y patológicos- que entran en el terrcno de -1.lt gui"n qu" polenciirlnente tiL-ne un nla\or riesgo de ser tanto vÍcllm¡
inocenci¡r i¡rfantil y lo m¿rncillan, conro. n¡tLrr¿llmente. a las pequeñas io.o "utp^tt" (co¡no ha sido Foilulldo dc modo sirnil¿rr en rel¡ción
con los chicos y la violencia. trli ei a\esinalo de Jalnes BulSier)
Lolitas que engatusan a los ho¡rbrcs. Las irnígenes populirres de niñas es el
¡trayentes y seductor¿ls, sin emb¡rgo, o la vez inocentes y altanrenle consumo de cultura popular. L:r lint¡sí¡ de Janie cnsucil el cspacio
que
aséptico de Ia cl¡se. ¿Cuál es. sin cnrbargo, la iantasía de Jlnie en
crotrcas. aparecen er'r los lu-g¡rcs nt¿ís comunes y respetables: pcriódi- y
cos serios. revist¡s para mujeres, irnuncios televisivos. El t'enómeno inscribe I Desearí¡ exPlorar al-
intelsección clc conrp)ejls fant¡sías se
del quc estar¡os hablando. por lo tanto, ticne qre ir niis ¡llti del enfb- popular.'s sobre l¡ niña de cl¡se tr¡ba.jldoril y
gunas dc las ficciones
'ver posibilidad
que de la nranz{na podrid¡. de los hclnrbrcs ¿rbusivos. mllos y patoló- de qué moclo ll erotiz¡ción .onstilui e p¿lra esta niña la
de alcanz¿rr uu¡ \'j.l¡ distinta \ nlejor. di lil que ¡ nlentrdo ella
gicos. No se tratil de unos cuantos pervertidos, sino de la cornpleja es pre-
constn¡cción de un¡ mirada il las nialas clue resulta illtamcnte contr¡- sentacla conlo l¿r po adoft. i\l¡ntener.t rayir l¡ sexualid¡d
como ¡lgo
dicloria. uDa ntirirdl quc las sitúa sintultínean]entc como u¡ta ar-l1ena- que se inmisctrl e en la inocellcil de h infanci¡ cstí e¡r ¿rhierto contr¡s
za ) un soporte de la racionalidad, pequeñas vi-gerres c¡Lre podr'ían ser tc con todo esto.
putas. que deben ser protegidirs pero que están seduciendo constante Algunls representitciones cinenlatogr:ificas h n prese lado il chi-
nrente. La conplcji(l¡cl de este tenómeno, tanto en tér inos de la pro, casjó;nes que h¡n sido capirce; de prriucir un¿ translor ación en su
ducción cultural de las niñas en cua¡rto objetos antbir alentes co¡ro cn proiil vicia cn la dc Ios clenri¡. desde Jtrcly Carlnnd en El araSo rL O:
y
irasia Shirley Tenrple. plsancio pot Gili Mt Fdir Lal\'o '-b¡tri¿
la fbrma en que las propias niñas c incluso los adultos- viven es¡a En Ia
complejidad y cómo pfodr¡ce su subjetividad, todar'í¡ no ha entpeza- mayoría clc estas películas la rranslbrnlirción efeclr'¡ada está
vincullda
de una niiia adorable'
do a explotarse. a lJ clase y al cline¡o lt trlvés de la inte¡r'ención
Shirlcy Tenple a nenudo interpre-
Desearía señalar dislintas víiis a través de Ias cuales poden.ios exa- Ch¡rles EckeÍ ( l99l ) soitenía que
mlnar provechosanlente esta cuestión (todas ellas dcsar¡olladas en años de la Depresión' cuyo pa-
t¡ba el papel de una huérl¡])a dürilnte ltrs
Walkerdine, en prensa). pel corisiitía err ablandar los corazones de los ricos dc modo que la
identificaran co¡¡o uno de los pobres. no sucios ni radicales' sino ¿rdo-

que debía¡ con\eÍirse en el ob.jeto de caridad a tfavés de sus


rables,
donrciones. De un modo piueaido. Annie es presentada co¡l'lo
L¿ feminidad erotizada y la niña de clase trabajadora una
el
huérfanl para quictl su pertenencia a lil clase trabajadora reprcsenta
Regrcscmos a J¡nie y a su canto clandestino. He intcntado explicaf aislamienio rle una pobre niña. sirr hoglr' sin padres y sin conrunid¿d'
que Janie presenta il munclo pLíblico de la chse la cara de la feminidacl Ella iambién debe abl¿rndxr el .orazór1 del insensible millonario
l)addy
diligente y trabajadora. que a pes¿rf de estar palologizada sigue siendo Warbucks -cuya tbrttlna ha .i,io posible gracias a la venl¡ dc arma-
deseacla. La niña se reserva la cara menos acept¡ble de la fenrinidad la feli.idad a trar'és de su adorrble per-
rnento-. así como h¿lllar firopia
sonalidtd. Así se asegura para sí misnlii Lln futuro en l¡ ac¡udalada
para espacios miis privados. La imagino bailando cuando canta fiente fa-
con
milia que la propia Annic'crea. enparejlndo a Ddddy Wilrbucks
al espejo: esle acto puede ser intct?.etado como una actuación. como su
persona-
una thntasía de la posibilidad de ser otrl cosa u otra pcrsona clistinta. secretaria, Grace. Al concentr¡rnos únican]ente en estos dos
Mi jnte¡és es centrar la atención en la siguiente contradicción: por una niña de clase tr¡bajadora es el
ies, es posible imaginar que l:r Pequcñr
ob¡ato ('1" proy"aainnes nasil ¡: Es
piLrte, l¡ niña-mujer erotizada es uDa posición presentad¡ priblicamen- un¡ figu ra de inmenso poder trans
por lo f¿n-
te parir (lue la niña entre en ella. pero por otra es tratada al mismo tie¡r foimador, que puedc lograr qu: )os ricos amen sol!entando
po como una posición que suprime la inocencia inf¡ntil, dil enlrada a la to enorntes pfotlemas sociale\ \ políti;os y nejtlrando de paso inmcn-
¿1E S
COr's1yO 1'A\¡L¡SIS CL.LTL.N \L L,\ EROTIZACION NIS\S +E9
LA CT,'LTL'R\ POPL'I..\R Y DE LAS
\:lnlsnli qu profiir
\idi.r Al ll .mo fir'1tpo. pr.\cnrit rl rorLt.o,l. ,,,..
clrre convcrUJJ en \.lr.c nl: ! i ríl.li. h.rr!pirnr:,. de los procesos cultr¡rales: o bien las niñas tienen una scxulilidrd <leri-
r.rnJ. pirril lr quL \dlo c\i5te
,1,,.r, ,;,r;J.r.;l].:':i
un¡.rliJ:r:.t ,,f.rr¡,,".,.n,ia,,r,,.,+,1'i, r'¡da de sus fa¡tasías de seducción por sus padrcs, o bie¡ serl sexr¡al-
niñr.re.convicrtr en el ;rrqrrcripo <1el pr.,l..r:rrird,,
l¡, .,,irr,l" .,'", j ¡rente inocentes 1 la sexualidld les viene inrpuesta desdc cl cxteriof
Con\l.ltutclle. c:l.trrJo. r¡reno\ arr(ll¡/:r.ior
.t¡C,n,,,. t,r.h.,nr Grcl,,. por hombres malr'¡dos o p¡tológicos que las seducen, ¿busan de ellas
que no se había mencion¿do en iai hisrorias y las violan. Culturalnente. se nos deja con una dr-iislica clecci(in: o
:-:flló."1q" ¿"1
Temple. Ei h._cho cle "".0,,i. bien la scx alidad en las niñas es natur¿il, universal e inevitabl¡; o bien
rnocente: Ia coquete¡ía sexu¡l de Shirlel
quc inl
dicase su erorización pcclótiu llevó al ciene
ic ,;,;;i;;;;.;'r;,:1 el factor que interviene es un¡ especie de mir¡d¡ niascLtlina de tipo
D¿t, de la que Grec¡re cra <Jirector, tras ser demanclada
po, ¿i¡a,r,,,.:i¡n Laura r"lulvel en ia que la niñ¿r es producida como el objeto de unl mi-
en 1936. rad¡ masculina ¡dulta. C¡rcce de fantasíls propias y, en sentido laca
,o ttene-la actual iigurr cle la niñ¡ erorizadr,l niano. podrítmos afir¡nar que <ll niñ¡ no existe exceplo conlo sintoma
,.,^..,.31U ", Uu.
lasrrs se proyectan ¿,eué f:u_ y nlito del imaginario nrasculinoo. O bicn, en la línca del enfoque sc-
en clll y cómo inpract¡¡n tjichas lantasías'con
ios
escenanos de fantasía quc Ias niñas pequeiia,
Ae.las" trub,,¡udora gún el cual .el porno es la tcoria, l¡ violación es la príctica". propug
para sínlismas y sus viclas,l En otras pil¡tes "r.:un nado por Women AgaiDst Violence Against Women [Mujeres contra
t,"
pectos dc Ia vida de una de estas niñils
tWatt "*plor"au'"t-qu,rn; a.;_ la violencir contr¡ las mLrjcres], podríamos concluir qLte "l¡s rcpresen
tOO-l y p."nrai
Si est¿ir aguilntando simultiner ".rtine "i tnciones populares dc las niñas erotizad¿ts es la teo¡ía, y los abusos sc-
pretadas como bLren", y,,",;,.-,,;11'"0:l'l,l;'lllj,l1iJl,l"i,ili"liJ, xuales intnntilcs es la pr¡iclica". Las firnlrsí¿rs dc las chic¿rs plante¡n un
encuent¡-en que su situación l¡s desbord¡_
Se¡ía ticjl clasil.ico, ln problenra en todis estas intelpfetaciones. yi] que sólo Freud lcs au ibu-
zacton pr ir',rr]l r.1e Jlrn ic y ,l(. olrir. chicr.
ann,o ,,n., , ¡.,,,n. i:l ,, 1,,"^r¡_ yó la posibilid.rd de tencrlils, aunque él misrno dejó claro c¡ue. del mis-
n,r.
slc¡on que ie Jes otor:¡ en L, c.curll r ",
c¡l Lr ;lt¡:l a,,1t,,.,.. mo que otros inrestigadores de la época que estudiabtlt l¡ sicopalo-
o.n,
haber demostrado que esto sería excesr\
amente slmpl¡sta. ".01,., logía, ia sexualidad ié¡¡eninir constituí¿i el enigma centtal. Su pregunta
principal era: es lo que quiere la nrujer, la ¡iña'¡". Jacqucline
"¿Qué
Rose, en su introducción a los escritos lacanianos sobre l¡ serua¡id¡d
Fantasías de seducció¡r feme¡rina ( 1985), replica a est¡ pregunta afirmando que .toclas las res
puestas. incluyendo las de la madre, son falsas: la múer simplemente
quiere". De modo que las ¡iñ¿rs tienen un cleseo sin objcto, un desco
, Veamos entonces Io q!¡e tiene que decir eJ sicoan¿ilisis sobre Ia se-
ducción y Ia erotización <ie las niñas. que debe tlotar en el esplcio, incapaz de hallat un objcto, pero sí de ser
Resulta fácil ,e¡nla. Ia t"o,ia ¿"
*1'..i:,] dc Frer¡d ) \u vcrsicjn Lre Lr,.r ie\u¡trdird colonizado por ias fantasías masculinas. que crean el deseo tenrenino ¿
]lu(ir. ¡ilnrhrcn poLjrilnlos int,,nrit:rurncrd_
su propia imagen. Naturllnente, el estLrdio original de LaLua Mulvey
ir¡dicirel lu-c¡.de llr. crílicJs dc l¡ reorii cl..
la seducción en Ia acusación según licual (1974) sobre lir mi¡ada cinem¿tográfica masculina ha sido abundanle-
rado los abusos deshonestos a lo; niilos: "l
,i.",;ii,;;;;;r-;;;;:
et su.ginriento ael mente rer isado y criticado (por ejemplo en Soeen 1992). Pero Ias pos
ált
abuso como un fenómeno extendiclo, y
los reclentes ataques"sp"crri turas se han polarizado de algrin modo, con críticos a lavor y en contla
a los tera_
Peutas por producir <<falsos rccuerdos> da abuao, qu" nun"o del sicoanálisis. apuntando los detractores del sicoanálisis sr¡s ten-
o"r..iarnn
en sus paclentes_ En este sentido. pues.
cl ¡ema d¿ las niñas y l¡ sexUa, dencias universnlizadoras y sacando a relucir el conceplo de <l¡rntasía
lidad puede pe¡cibi¡.a" aorno un social". No obstirnle. lo que no estii claro en estas crític¡s es cólno
..epri.n" ..,,t.ina-o,;;;;;;;,':;t"":l
"^n.,
ili,ll,il,l'llillliril"j'i; abordaría¡r los críticos la interseccióü entre lo social y lo síciuico. Est¿i
re¡rlid¡d Si una Jc.err. pur lu t..nro. er¡nlr¡r,u muy bicn oponerse al sicoa¡íilisis. pero 1os procesos culturales no
lu..-,,,,1,1, fl. ¡r."r,n,r
pequeñas col¡o fenón'eno cultural,
deberii enfrent¡rse sienpre acontecen en un mundo consciente y racional. ¿,Cóno hacer
" ""; ";;;;;;;; justicia, por lo t¡nto. a los aspectos sicológicos de este [en]¿ sln caer
en el reduccionismo'l
hbdo sobrc bs c(i¡¡ics n ,¡ ch,.is (w¡[3rdine Irsj]
cllrcs Y1,,nlc.i:.
^,....11. muy s m iarcs en la! hisrorierrs de cómic di,igi.t,,, , t".
señ.rtab¡ Ic_ Volv¿Inros a los argumentos sico¿lnalíticos sobre la se¡iuilljdad.
",1,.t....",..,
;";t:"; ;;;- Lapllrnche y Pontalis (1985) debaten l¡ seclucción en términos dc la
.seducción en las fantasías de los ptdres". Est¡s fantasí¿is pueden ser
:I

490 co\st \lo )'L.\ LI{OT]7'\CIó\ DI] I-AS \I\AS 19t


Y A\Ár,tst5 cL,LTUR.\t. L.\ CT'L-TL'R\ POPL'I AIt

lnterpretadas en términos del complejo eDtrec¡uzamicnto de


las histo- to¡ces sc desafroll¡ría en léfnlinos de l¡ ¡dición dc ¡nlb¿s cn lodil su
rias de los padres \ los regarncnes dc ve.dad. Ias fantasías
culrumle. complejiclad síquic¡. Desearia ilustr¡r hrevenlcnte esto h¡ciendo rc
qr¡e circrtlan en ]o social. Esto puede sonar como una teo¡ía
de la so_ firencia a un estLtclio quc rr'alicé hltce un tie¡npo (\\'illkerdinc l9S5 ) cn
cialización, pcro la socializ¡ción inplicl e,l aprendizaje clc pirpeles el clue trilltb¡ sobre cl ¡podo con cl quc nle ll¡m¿rb'l mi proPitr P¡dfe'
y Ia
adopción de estereotipos. Lo quc tenentos uqui a, unn
int"_ Tinky. un diminutiro cle Tinkefbcll'* que nlc rino a l! n'lellloria lrl oír
"o,r,pla¡:]
¡rglación
d¡ los nunrerosos t¡pos de f¡nt¡sía. trnto .socialeso - _n pa- cónro un paclre. el señor Colc. apodaba { su hija de 6 llños Jo¡nne'
labr¡s de Geraght) ( l99l ) y ott.os autotrs_ col.llo síquicas. cono llamíndol¡ Dodo. En mi texto sostcnílr quc Tinky ]' L)odo eran la¡1t¡-
la
fantasía cn el sentjdo sico¡nalítico cliisico. Lacan. pn. rupu".ro. sí¿rs de los plldres sobre sus hijas: un hirda dc tiLmirño dinrinuto
pcro coll
,o.-
tenía que el sistenra simbólico conllev¿ibr f'ant¡sías social;s poclcres increíblcs. por una pitrte' y el nr¡ntenimiento de un nonlbrc de
cuyo ori
¡tcn erir siquico. t¡n;i ¡iil¡lrci,jn quc rci¡li,/o ¡ccu¡lic¡Jo I lo. princi- tebé (Dodo conto pronuncirciótr iniantil e incorecta de JoJo) por
plos estructuralistas de De S¿rr¡ssr¡re y I_évi-Str.auss. No Pcro un es también un pijafo extinguido. o. p¡r¡ el señof
obstailte. es otr¿r- ¿/¡;¡1r.¡
posiblc inte.pretar esta contplejidad en térntinos que conciban 1l extinciirn que sc conserva en sll relación lllntir-
cse irspecto clc
la ¡.el¡- Colc,
ción entre lo síquico y lo social no corlo categofías univers¡les y siosa con sLihija: ün bebé. Joilnne )'¡ no es !¡11 bebé: la primera in[Ln-
ahis_
tóric¡s, sino como una relación producirJa en regínrenes históricanten cia. como el clodo. ha deslpareciclo. pcro se conser!a en la f¡ntdsí¡ dcl
te específicos dc si-eniñcado y vcrdad (HenriqLres y o{ros
l9g-ll. señor Colc a tralds del apodo cspecial con cl qLte clesigntl il su hija ] al
No obstantc, Io que Freud dcf-en(lí¡ efa Io que clcnontinlba unir tlamarll ¡sí estmc(ura lll rel¡cii)n cnlrc ¡nlbos: ella sigue siendo su
<sexualidtd inthntil". Lo qr¡c qr¡e¡ía decir era que las scnsaciones
cor bebé. En el c¿rso tle lt l'ant¡sí¿r de mi pfopio pldre. Tinky significrbr
poriles experinle¡ttadirs por ei niño podían ser muy placcntcr¡s. pero p¿lra mí cl aspecto rlrir' potcntc dc nli especi¡l condición pltr¡ é1 \'o lo
natLlralmente este p]acer siempre cstnba invadiclo por el ilolor.
una pre_ asociaba a una tbtogrirfía mí¡ de culndo tení¿r 3 años' lrai San¡r un
senciii mrrcada por la ausencia de la pcrsona que proporciona concurso ioc¿rl cic clisfrlces al tlue fui disfrazaclil de htlda Campil illa'
cl ai-ecto,
habitualnlente la madre. En este contexto. Ios nifios podíiln Ahí no sólo gané el concurso sino qllc (conqL¡isté" lambién a mi p¡dre:
ap¡ender de
un mooo ontnlpotente que ellos también podían darse a sí mismos
esas mis encantos de hada corrcsPondí¡n con l¡ iartasía que tenía de mí de-
sensac¡ones placenteras. del misnto modo que aprendían _scgún
el fa_ signándonre .su chica' y alinlentitndo nlis lhntasías edípicas'
moso ejemplo de Freud del juego del canete cle algodón_ Estoy inlenl¡ndo demostrar que estas fantasías no son unilatel¡les'
iue en la
lantasía podían controlar ¡a prcsencia y ll ausencia de la ni por pirte del prdre ni de la niña' sino que' como ilustra el ejcrrplo
mairc. Así,
para Freud no existe una tal¡u[a rusa ni nin-glin niño
inocente. Las pri de Tink¡-. el .lenguaje del cleseo ¿lclultoo cs enteramentc ct¡ltural Ti¡l
meras sensaciones de placer experintcntaclas por el niño ya kerbeJl y Ias h¡das son lbnónlenos culturtles que pueden s'-f examina-
estín mar
cadas por las fantilsías inherentes en la presencia y Ia
clos desde l¡ pcrspectiva dc su semiótica y su slrrgi¡nicnto hislórico
así
ausencia del Otro.
No obstante. como señalan Laplanche y ponralis, la sexualicllrd como dcsde el ángulo de su producción consunro y Mi padre no se I/¡-
infantil,
marcada por un <lenguaje iniantil dc temur¡>. se ve invaclida por
Ia in_ r,¿¡¡rj Io dc Tinkelbell o Canlprnilla. Lo que hizo lle utilizaf l s fanl¿r-
troducción de un <len,suaje> adulro. el Ienguaje de la pasión. .Éste profundos
es el sías culturales disponibles para exprcsar de algún moclo sus
lenguaje de) deseo, nccesariamcnte m¡rcado por la prohjbición. y conrplejos sentimientos h¡cia su hija A cambio' yo, su hiia' llevé es-
un len
guajc de cuipabiiidad odio, incluyentlo Ia sensación nri corazón y ¡ni inconscientc' apropiíndomelas Natu-
_,- de pl¿rcer orgás_ ias fantasías a
mrco' (Laplanche y Pontalis lgB5: l5). podría atirrnar que todo esto se sitúa nru¡'cerca de
¿Hasra quó punto puede a-yu_ l.¿rlmente. ahora se
damos esta perspecti\a a sorte¡[ Ios prohlemas aiociados la posturr original cie Lrura Mu)vey' siguiendo a Lacan' según Ia cral
ios
moclelos de la inocencia infantil? "on la mujer ( la niñl) sólo cxiste (o liene fantasías que se oriSinan con
ella)
El modelo sugiere que existen dos ripos de sexualida¡l: unt infantil como síntoma ) n'liio de la fantírsí¿r n¿sculi¡llL Lo qLre esto) lntent¡n-
relacionada con los placeres corporales y otra adulta que do demost.ar. sin enrbargo. es que unr posición que aflrma que lils tiIIl-
imp0ne
una serie de sisnil'icados clistintos a dichos placeres. Debe
adr.cnirse tasíils sólo proviencn dcl ho¡nbre ¡dulto cs excesivirnlente simplistli'
ac¡uí, por
1o tanro. que Laplanche y pontalis
ilegan al extremo de insi_
nuar que no todiL la fantasía proviene de Ia parte dcl niño, sino que t lr pclículd P¿k'¡ Pd' l9:l)
los 1D¡k¿rbell: pe¡\onrje del ht'd¡ A''¡li¡nilk de I dc
padres rmponen una partc cle sus propias lant¿isías.
La scxualiclaci en_ \\'.th Diinef. IN. ¿1.1 ¡. /
I
49? co\-su\lo y ANÁLIsrs cL,LTr R\r LA CUI-Tt]RI POPLILAR Y LA EROTIZ'\CIó\ DI] LAS \I\AS -193

ñli padre podía hilbenr.re irnpueslo el ¡podo de Tinkerbcll, per.o que aclmile la posibilidad de que las niñas pcqueñas puedan ser mLier-
ntis
propios senrinrienros hacia mi padre tambjén descnrpeñat,r,r
iu p,,p.li.' cilas sexuales proporciona un luqar en el que las pro)ccciones ¿rdult¡s
que qLriero decir es que Ia cultuf¡ trae .onrigo e.ras coinciden con lr posibilidad dc que lüs niñ¡s se¿rn el Otfo respccto al
, .l-o tant,,sir.
adultas. crca vchículos para ellas. Conllev¡ Ia transfoÁt¡ción
de esto ci¡ niño racion¡l o de lI cuasimadre nutricia. dondc pueden ser nlal¡s Así'
ttna proyección hacia los niños dcl lenguaje adulto puedc ser un )ugar erl el que las lliñls dispongan dc un podcr inmenso'
del desco. Desrle
esn perspecti!a, la pequeña seducto¡a es un fenó¡leno y ciert¿mente es un lLrgar en el qLte puedcn seÍ cxplotlldas' pero eso llo
cotrplejo, que
inrplicr un tleico rerrr,rl rdLrlto pcro qLrc entr:r en cstrrr.ho
coltíl(tu cnn es abuso.
l,r\ l¡nfr.i.I igr]itlmcntc compl(J¡, que Jcrrrloll,r Por consig!¡iente. el tcma cle l[ flL¡]tasía ¡'de Il erotización de lirs
l¡ ¡¡inu por .i ¡¡ri.,¡nl.
r-a rdc¿ de una i¡l¡ncia natur¿rl y aséptic¿ en la que
esttrs cosas se ntan niñirs en el m¿ilco clc l¡ cultura populal pasa a ser un complejo lenó
t¡enen ¡ raya y carecen dc un lLt-g¡r en la inlincia y
sc co¡tvie¡te no en ia meno en el que las fantasías ctllturales. las f¡ntasí¿is de los padfes l¿ls
garantía de que los niños pLledan estar
a salvo cie la pervcrsidarl de los fantasías eclipicas cle las niñ¡s se mezclan y leciben una forma cultural
deseos que Ios aclultos muestran h¡cia ellos,
sino en una eno¡.nte clcfen_ que las n]olJca. Laplanche y Pontalis (1985) sostienen que la fantasíir
sa contra cl reconocimiento de estos pe¡igrosos del
cieseos por parte cie los es el escenario del deseo, .pero p¿r¡ sliber quién es el respo¡lsablc
adultos._En esre aniiisis. l¡.protccció¡r áe ios que el sicolnalisl¿ se base en Ios recursos
niñoso n p"."_ escen¡¡io no cs suficicnte
cerse nrís a la protección de los acluhos. ",npi".o de su cienciir. ni etr e1 lpoyo cie un n]ito iEl l.!i., psicornalista debe
Es aquí, pues. donde clesearía efectuar una distinción
entre seljuc- con\cflir:c ln un ilci\ofo: lp.i! l7r'
ción y abuso. Las fanlasías de Tinky y Doclo
er.an atfactivas, seducto_ En térninos posestructurlllistas. esto nos llevaría al canpo de la
r s,.pero no constituían ningún abuso. Aflrmar que sí lo e¡an producción cle conoci¡¡ientos sobr. niños )'la producción del s!Úeto
es con
vefiir algo que es inmensanlentc complejo en algo itico. En el último rpartado desearía explorar' parx concluir, esta últi-
muy simplistlt.
Mientr¡s lil seducción sc hallc subsuntici¿ en un cl]scu¡so (bre-
clel abu ma conexi(in apuntitnclo distintos cursi¡s dc acción y exirnrinando
so, Ios lentas de la <seducción en las fantasías un ejemplo cspecífico de un <panico
de los padres> qucclariin lemente) la cuestión a través de
cr\'unLlidL,\ blrlO n.t:r pCr.peutir:t qUú sO5tienC qu(
l.t. flrllftsíits.cxirJ_ noral, relacion¡clo con lir cultura popr.rlar y l¿t erotiz¡ción de las njñas
rei íldltttir\ sobrr lu. niño. l.r, liencn únic¡ntcrlc
lo. pcrve¡rido.. ¡ quie
nes -se.puede mantener a raya velal)do por
la seguriclad cle los niños v
por lJ ||roccnci¡ de la inlinci:r. pt,ro si
la inucc¡¡ci., inltnril es rcrllncn Mítripops
te una defensa de los adultos, las f¡ntasíirs
adültas sobre los nirios y la
Desearía concluir este capítlrlo exanlinando el caso de Mi'iP'?s'
erotrzaclón dc la-s ¡iñas no es un problema
cle una minoría de perveiri-
oo: de_ qr¡lencs dcba prutecersc el pühlic.r gerrerll
no|m¡1. Se rr:rra de una serie emitida en 1983 por el canal britiilico de televisión Channel
t¡ntii(¡irr manvilc que r ienen a¡lrcjrdu< corr ir
crrlttrrlr 1 qt¡e 5on r.slt¡l 4. l-a sede presentaba a niños jó\enes' chicos y chicas' blancos
y ne
nlentc delcnJiJls en mJ\:l por otra\
l¡icticai cr¡llurlrlc.. clr lb|lnu de gros, cantrndo canciotles actuales de pop, disfiazados y muy-nraquilla-
practlca. \rcufedigd¡rcrs un
¡ de I,icnestar soci¡l qtrr incur¡orln lo. áos. Esta serie se convirtió en objeto de lo que se describió conro
ol\(rrrro\ dc lt inocencil i¡lliDtil E,to no quictc dciir que p;inico nroral. L¿r intención que habíl ilnu ciado su dircctor era pre
loi rrino. no
deban ser protegiclos. En absoluto. por el cánt,n.io,
;entar un escapar¿rte ptua cLesctrbrir nrtevos talentos' y la idea
le había
faita de atención que recibe un tema que
lo qu" ptont* i. y
resutta cntcral: las proyeccio_ ". veniclo de su propil hija, a qLlien le gust{ba disfrazalse cantar can
nc) se\ltillc\ de lo. ¡dullo,i hlci¡ Ior niño,. lerantó el programl fue enteramente
ciones pop en casa. El furor que
Ann Scott ( 1989) considera la seducción (serios) exl
._ como una forma de intru causadá por la clase meclia. Los periódicos de gran tirirda
slon lor pltfle d( los prJre.. en h que
lo* niño\ cll¡cJj,n scducidos rn gjeron la suspensión dcJ programa alegando que presenlaba una sexua-
l¡( lsnldvts Lle érro'. Aqut poclri¡mo. Jñ¡(lir: en lr\ fanr¡.iir. iido,l qu"."hnb" u percler y se inmiscuía en una infancia inocente Un
) tlc lt
cltllur¡. ¡ulr, finra,l¡s en e5tc modelo lriltltn suhrc crítico escribió acerca de <<1os nlonlones de pintalirbios
gastildos en nll-
l.r seltrllirl,rcl y el
erotisno adultos_no resueltost por ejenrpio, encantad! con
cl rlcseo por Ia madre mar_ nibocas'. Por el contrario. la prensa amarilla estaba
cltoo por l:r prohihición. proJecritdo {ohre par¡ desc!brir el
lt. niñr.: joblc¡nenr.,frl.ohi el programa. P.rrl ellos replesentab¡ unl oportunidad
oloo ). p\ir lo r¡nlo. rloblen,cntc e\rit: lr,.. ialna No se nlencionaba para
fl lusrr culrLr|rl po¡ulr,r tolcnto l.lc lot niños. Para acceder ¿ la
'l

19.1 crr\51\tL, \ \\iLlsts cLrLTi R,\l_ LA CLIi-TLIR'\ POPT LAR Y L'\ EROTIZ'\CIÓ\ D¡ LAS \I\ {S

funcionan las fant¡


nad¿r la erosión de la inocencia. ¿,Por qué se dio esta diferenci¡.] Sería constituyctl ull con'lponcnte bísico parl ver cón1o
licil intaginar que la prensa amarilla e¡a más explotadora y le importa_ Algunos pucden afirmlr que ei r"curso que
sías sociales y culnrriri.-s-
psíquicos como algo un¡
ban n)enos los tentils de explotlción sexuírl. tan ab!¡ndantes en sus pro- hago dcl sicoaniilisis presenta estos procesos
lo síquico se
pias págin¡s, ¡nientrits cluc Ios periódicos <serios, serían los clefenso_ ,'air"l inarit"frfa. pero clueríl Inostl r cónlo lo soci¡l )
res de todo aquello que fue¡a nroralntcn¡c bueno. No obslante, creo que "
l'usjonan pilra tbrrniir taitasías particulücs
cn un nronlenlo especíilco-
que pLrede contribuif ir €struc
esta conclusión serín enónea. Aunque he profundizado sobre este tema Ésle es sólo un conl¡cnzo nlLry pequcño
inlportante y que ha sido
cn otra obra (Walkerdine, en prensa), aquí nte gustaría presentaf la ar turar las posibilicla,les dc lbordlr un tena ¡]u)
en la teol ía fenrinistir y cnltural'
-qumentación según la cual la figura dc la niña erotizada representa una t^nr"nr"¡t"ntan," ¿",ct¡iclado
f¿int¡sía de altcridild par¡ l¿i nirl¡ peque¡i¡ de clase trablúadora. Lt niña
queda inscrita como alguien que puede efectuar una tr¿rnstb¡mación
que tambión es una autolranstbn¡ación, un atractivo seductor. No es llibliografía
de extrañar, por consigl¡iente. quc e¡ el discurso de la prensa amarilla
apalezcan los tó¡minos talento. descubrimicnto, fanta: todos los ele- Eckert, C. Iggl Tenple and lhe House ofRockelcllcr" en C Cled-
"Shirley
mentos de la necesaria tr¿rnslbrmación dc Ia pobr.eza a ¡a fortuna, de hill (,orrn r' S¡,r/,/'"". Lolr'jr" RoullrJ:r'
Pol'tr Pr"
florista a princesa, por decirlo de algún ntoclo. U¡a tr¡uslormación ilsí C.r".i'', Cj. lq'¡l lt'',h1r 'rrr'l5r"4'r'l1"¿ O\l"rJ
c \\"rlk'r'drrrc V lrrl'
no forn] necesariamente parte dcl discurso, I¡s fantasías y las aspira- i.',,:"r;..
'' n.iarrrL¡ w. Ur*rlr'C \crrn )
croncs de la clase nredia. L¿r infancia cle la clase meclia. por el contra_ 1,1,,,:',. lt," s'tt'¡itt: /".''/r't"r' \'¡'r/Á'qr¡1'¡r/''r'¡"'/5r¡/l"r¡\'/\'
Londres. NIethuen.
rio, es un est¡do que dcbe preservarse Iibre de la int¡usión económic¡, orillin\ of Sexurlrly"'
f-^oi*.f'", l. ¡:fo","fis. J--B.. 1985, 'Fanl¡sy tnd the
de modo que produzca la posibilidad dcl njño racional y con g¡nas de -*",,ü. grist'r' J. Donlll y C Kapl¡n (conrps) Fonkttio¡ls of Fanrust'
Jugarq e posteriormente pucdll convcrlirse en un prol¡sion¡l instruido Londres. Rou!lcdge
y racional, r¡n miembro de la NlcRobbie, A.. l980, "Setrlin!l accounts with
subcultures" S(ftrn EdLtLdttott'
"nLreva clasc mediao.
Yo afirmaría, pues, que el examen del cc¡mplejo fenómcno cultural 34, phgs.37 50.
F¿'¡ü¡¡'1¿
que he esbozado requie¡e varios anílisis a todos los nivcles que he ido no."..l- iggS. .lnlroduction". en J Lacan y the École Freudienne
señalando. Cada uno de ellos, sin ios denlás. t€nd¡í¡ un car¿tLcter ¡educ S?-tl¡41¡n. Londres' Mllclnill¡n
I piig\' 6- 16'
S."". ¡., iq¡S. .i.¿".lion .rnd Child Abuse". f¿'¡¡'rir¡ R¿r¡¿r" l '
clonista.
s¡¡/i¿cl, Londres' Routledge
La seducción y la erotización de ias njñas son l'enómenos cultura_ Screen, 1992. Ifte S¿¡¡¿d/
il;;ú;, 193'1' Psvcholog) rnt the Child centÍed Pe-
Ies complejos. He intentado denlostrar que el lugar de las niñas pequc_ "D.u"lopnt"nt^l ¡h; iubjet r: Psttlulogt Sotiul
".,
clasogv,.enJ.Henriques(ta! ' Chun;itB
ñas de clase trabajadora es importante porque su capaciclad de seduc Londres )vfethucn
RJgriittion an¿ Sub¡ectillrl,
tiii. .uio* nept:ry' en v Burgin' J Donald y C Kaplr
ción desempeña un papel importante como t¡anslbrmación personal y (comps )'
social, translbrnración que puede vislumbrarse en las fhntasías de f.ama - Fo r,ntüitrts of Fitllkt !\. Londres' Roulledge'
que encarnan progranas como Milipop.r. La figura de la njña de clase 1988. I¡¿ ttdrt¿¡-l ¿y'R¿¿rrol¡' Londres'
Routleclse
tr¿bajadora, por lo tanto, <contiene> sinrultáneanlente la transform¿r_ -- lqEq. anl¡,¡rirr( Ctrh L/rr'. LñnJrcs Vir¡:
Iq92. R(i.onirlg in c Po'l_m"dcln Age r\lL'dlofrc-'en üoo ell rr r \ url
ción de r¡nl clase trabajadora entascuiada en ciudadanos adorables y el - l o\\n\\llrr'
nriedo contra el que se detiende la ftrntasía. Ésta es la pequeña Loiita: felenclil lnlerllrcir'nirl'obr( pcll' rmienl" All\lr¡llíi
o"velopmeÁalismo ]heorr(u¿ Ps\'(hologr" 3 ('l)' pltgs'
l¿ puta, la plaga de las masas que pondrii en peligro la seguriclad del [,,;3, "g.y."d
or_ - ,15 1'469
den burgués. Por otra paúe, la prorección a ios niños como Ja prohi_ Young Cirls and Po¡rrlrrr Calrrrre' Londres
Nfac-
pr."." l*f,tt . Girt:
biciól de la pervcrsión y el mante¡imlenro qe un espaclo seguro para - ""
milliln.
la infancia inocente- también puede interpretarse como algo especíli- v 1989 D¿'¡o¿ r¿¡(r
f-u*y, H.' i
ttu KitLtu : Rcgulrrti s Mot'
woff..Ji,t.. y
co de una clase social, como la fantasía del espacio seguro que no ha lrcrs cul Sacíalisúg Da¿r.rllr¡e'T Londrcs' Vimgo'
sido invadido por las hordas del mal.
Hc intentado presentar una interp¡etación de ¡os procesos incons_
cientes que existen dentro de todo esto. porque los procesos síquicos

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