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Taller de Práctica Docente IV y Residencia

Instancia Individual

Registros y reflexiones del trayecto: pensar y pensarse en clave docente – Practicante


Luciano Cabrera Romero

La cátedra de Taller de Práctica Docente (III y IV) y Residencia se ha constituido como un


espacio de constante reflexión y análisis sobre el rol que tiene el educador – tanto dentro
como fuera – del aula. El cursado de ambas materias ha permitido construir y reconstruir
saberes que nos da pie para poder comprender el entramado complejo que constituye la
práctica docente.
En primer lugar, es importante partir de la idea de que todo acto de enseñanza es una
práctica intencionada – nunca neutra – que busca (o debe buscar) la formación plena del
hombre y un tipo de sociedad (Basade y Cols, 2007). Tomando como punto de inicio esta
afirmación, el trayecto recorrido en la Cátedra me ha permitido confirmar que toda política
educativa, toda práctica y acción docente debe ubicar en el centro de discusión al alumno.
Por lo tanto, resulta fundamental conocerlo para poder elaborar una propuesta acorde a sus
condiciones e intereses particulares.
La instancia de observación me brindó las herramientas necesarias para conocer las
características propias de los estudiantes en cuanto aprendices y de sus características y los
contextos educativos en donde se encuentran insertos (Ávalos, 2009).
En concordancia, conocer el aula – como espacio de acción del docente – implica un
segundo requisito para implementar un plan de enseñanza. ¿Por qué es necesario realizar
esta aclaración? Tal como plantea Innocenti (1997), el fenómeno educativo sólo puede
interpretarse de una manera contextual. Es decir, analizando las particularidades del
contexto en dónde nos encontramos inmersos a la hora de enseñar.
Sin embargo, resulta incorrecto reducir a la práctica de enseñanza únicamente como un acto
que se realiza en el aula: la acción del docente se inicia antes de sumergirse en la clase. Las
clases dadas por la Cátedra – así como también la bibliografía sugerida – me permitió
comprender que el docente comienza su labor en el momento en que se planifica y
construye la propuesta anual y particular de las clases.
Las prácticas realizadas en el Instituto Superior Nuestra Señora de las Mercedes me
brindaron las herramientas necesarias para llevar adelante la planificación que se adjunta en
este trabajo final como también las clases en las cuales tuvimos el placer de emprender con
mis compañeros pedagógicos. La ayuda y coordinación de la tutora Ana Piretro, y los
aportes del titular del espacio Marcelo Ray, me ayudaron a perder los miedos y elaborar
una propuesta completa para los alumnos. En concordancia con lo que propone Ávalos
(2009), en este Taller logré una aproximación de un conocimiento pedagógico general,
referido particularmente a los aspectos de gestión y organización en el aula que trascienden
el contenido disciplinar.
Considero como necesario comentar el desafío que resultó llevar adelante la construcción
de los objetivos de la clase y la planificación. Sin embargo, este reto logró que comprenda
el proceso de construcción de objetivos teniendo como centro al estudiante.
El Taller también nos brindó la posibilidad de experimentar la práctica en equipo e
individualmente. Esto me permitió comprender que la enseñanza no debe reducirse –
únicamente – a la materia que uno da, sino mantener un diálogo constante con los demás
espacios y profesores. Por otro lado, debemos tener en cuenta que la práctica docente posee
su margen de incertidumbre, dónde emergen – constantemente – diferentes situaciones que
pueden afectar los lineamientos planteados y planificados.
Otro de los saberes que logré comenzar – porque aún no terminó - a construir fue el
concepto de docente y mi formación como tal. Ingresar y vivenciar nuestras primeras
prácticas de enseñanza dentro del sistema educativo abrió este espacio para pensar(me) en
clave reflexiva: evaluar el recorte y selección del contenido elegido y su transposición
didáctica, corroborar la comprensión del tema presentado y por consiguiente la pertinencia
de la estrategia seleccionada y reconocer distintos recursos.
En consecuencia, es necesario resaltar es el tema de los recursos didáctico. A la hora de
pensar la clase, es importante pensar y reflexionar sobre la elección de los materiales y los
recursos a utilizar; que estos deben ser seleccionados para cumplir un objetivo específico y
– que debe – acompañar al desarrollo de la temática con la cual se esté trabajando. ¿Cuál es
su importancia a la hora de planear la clase? Los recursos, en mi opinión, pueden funcionar
como un puente para que los chicos puedan comprender los contenidos teóricos que se
están dando.
Un párrafo aparte se merece la discusión de cómo incluir las tecnologías de la información
y comunicación a la clase. Entender que las nuevas generaciones se caracterizan por ser
nativos digitales refleja un desafío a la nuestra práctica. Por ende, resulta fundamental
comprender sus lenguajes y sus lógicas mediantes diferentes acciones y actividades. Es
necesario comprender éstas lógicas para incluirlos en nuestras propuestas y, así, mejorar
nuestro accionar en pos de que el alumno pueda formarse. Tal como plantea Monteros
Masa (2006), un saber que es necesario construir – y el cual me he podido aproximar en
este cursado – es el de las tecnologías de la información y comunicación (Monteros Masa,
2006).
Teniendo en frente los últimos pasos de éste Profesorado, me gustaría agregar que la
docencia es uno de los trabajos más importantes que se puedan realizar. Ya que, está en
manos de el educador la formación de un sujeto, de un individuo. Es por eso, que
necesitamos – y debemos – ser conscientes sobre nuestras prácticas porque nuestras
acciones tendrán consecuencias en esa persona. Un docente, por lo tanto, no debe caer en la
monotonía, no debe quedar estático. Debe siempre estar en constante formación, en
constante movimiento. Y es aquí, en donde yo creo, que recae lo más importante que nos ha
dado la cátedra de Taller; la oportunidad de pensar y pensarnos en clave reflexiva. En saber
que la autoevaluación debe ser constante y siempre debe hacerse con el fin de detectar esos
aspectos que debemos mejorar y/o potenciar.
Trabajo Final Instancia individual – Practicante Maria Emilia Greco

a) ¿Qué saberes lograron construir sobre la práctica docente en el transcurso de los


Talleres de Práctica Docente y Residencia III y IV?

En primera instancia, creo necesario aclarar que considero que los saberes que he logrado
construir sobre la práctica docente en el transcurso de los Talleres de Práctica Docente y
Residencia III y IV no podré explicitarlos sólo hoy y en este Trabajo Final. Ha sido un año
lleno de aprendizajes, contenidos y experiencias nuevas, y creo que, además de lo que
puedo reconocer ahora, lo más importante saldrá a flote en las primeras experiencias que
tenga frente a alumnos.
Uno de los elementos que más destaco, es que en este transcurso, hemos adquirido las bases
para lograr armar una planificación detallada de las clases -dentro de las prácticas- teniendo
en cuenta las observaciones realizadas previamente, el contexto del colegio y de los
alumnos, el contenido exigido en la materia a partir del Diseño Curricular de la provincia, y
también la planificación anual del profesor a cargo de la materia. Por otro lado, en la
confección de los planes de clases, fue necesario también aprender a organizar y priorizar
tanto los contenidos teóricos como los recursos a utilizar; pensarlos en clave didáctica fue
un gran desafío: ¿cómo enseñamos este tema? ¿a partir de qué elementos teóricos? ¿qué
recursos utilizamos en cada momento? Cada etapa no hubiera sido tan fructífera si no
hubiéramos contado con el apoyo de la institución, si no hubiéramos realizado las
observaciones, que nos permitieron realizar un análisis profundo del curso en cuestión y si
no hubiéramos contado con el apoyo de la cátedra para cada duda que se nos presentó.
Considero que las instancias de debate en el transcurso del año, en donde cada grupo
presentaba y comentaba su situación en las prácticas, tanto la materia, el tema asignado, las
condiciones de la escuela, entre otros elementos, fue también muy importante. Los distintos
espacios nos permitieron conocer otras posibilidades y situaciones, más allá del colegio que
nos seleccionamos a principio de año. Al ser realidades tan diversas, conocer las
experiencias de nuestros compañeros nos permitió pensarnos desde otro lado, en otro aula,
con otros jóvenes.
Por último, destaco el hecho de que en cada etapa aprendida, la cátedra nos haya resaltado
la importancia de centrarnos siempre en los alumnos, sujetos de aprendizaje en nuestra
tarea docente. Adaptar cada acción que llevemos adelante en el aula, a quienes tenemos
enfrente, es prioritario y fundamental. Traducir cada idea que tuvimos, para nuestra
institución fue una de las tareas más difíciles, pero también más gratificantes al ver los
resultados de las clases y las respuestas de los alumnos.

b) Señalar en qué instancias y en relación a qué tareas de la práctica se lograron estos


aprendizajes.
Como mencioné anteriormente, cada etapa realizada en el transcurso de Taller de Práctica
Docente IV y Residencia significó un aprendizaje único y particular, que nos sirvió para
afrontar nuestras primeras experiencias frente a un aula.
Las entrevistas de contexto realizadas a principio de año nos permitió conocer a la
institución en su totalidad, saber dónde íbamos a trabajar, en qué condiciones y frente a qué
necesidades. Del mismo modo, las observaciones a las clases de Marcelo Ray nos dió un
panorama general de la composición del curso y de su dinámica de trabajo. Ambas
instancias fueron cruciales para las decisiones que tomamos al realizar la planificación de
las clases. Tal vez en una instancia de trabajo frente a un aula no tengamos la posibilidad de
esta etapa previa, pero logramos, a partir de las observaciones, pensar en qué aspectos
detenerse al momento de ingresar a un aula. ¿Qué observar? ¿Qué necesitan y reclaman
estos alumnos en particular? ¿Cómo puedo yo, desde mi tarea docente, responder a estas
necesidades particulares? Cada espacio es único e irrepetible; uno de los pilares que me
marcó en cada frase que escribimos en los planes de clases.
Las prácticas docentes, tanto grupales como individuales, nos dio la posibilidad de
“probar”, de equivocarnos, de pensar luego qué habríamos hecho distinto. Los planes de
clases nos dieron seguridad frente al aula, nos permitieron asentarnos sobre una base
definida y pautada para los 80 minutos disponibles, y fue allí cuando fuimos conscientes de
la necesidad de una planificación segura y organizada.
Por último, la rúbrica planificada para la instancia de evaluación, fue otra etapa que nos
trajo desafíos no menores a los anteriores. Evaluar a los alumnos no fue fácil, pero
nuevamente allí fue donde regresamos a nuestros objetivos, nuestra planificación previa,
para poder justificar cada decisión frente a una instancia evaluativa.
No es posible finalizar esta reflexión sin agradecer enormemente a nuestra coordinadora de
las prácticas. La guía y el acompañamiento constante, con un apoyo incondicional en cada
etapa de producción y acción, sumado a los consejos e ideas, fue en gran parte responsable
de nuestro resultado en las prácticas.

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