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SAGRADA BIBLIA

VERSIÓN DIRECTA DE
LAS LENGUAS ORIGINALES

POR

E L O Í N O N Á C A R FUSTER (t)
CANÓNIGO LECIORAL DE LA S. I . C. DE SALAMANCA

A L B E R T O C O L U N G A , O . P.
PROFESOR DP, SAGRADA ESCRITURA EN EL CONVENTO DE SAN
ESTEBAN Y EN LA PONTIFICIA U N I V E R S I D A D DE SALAMANCA

PRÓLOGO DK S. JCMCIA, RVDMA. El* CARDENAL

GAETANO CICOGNANI
ANTIGUO N U N C I O DE S U SANTIDAD EN ESPAÑA

UNDÉCIMA EDICIÓN

BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS


MADRID . MCMLXI
Í N D I C E G E N E R A L
NihU obstat: Pr. E. Cuervo, O. P . , Bac. S. Theol.
l'r, K. ilt> Tuya, O. P . , S. Theol. Lect.
Imprimí potes!: l'r. A. l'i-rnandez, O. P. Prior Provincialis.
NIMl obstat: Dr. Iv. Turrado, Censor.
Imprimatur: t Fr. Franciscus, ü . P., Epise. Salmant.
Saloianticae, 30 octobris 1960. Págs.

Prólogo de S. Bmcia. Rvdtna. el Card. Gaetano Cicognani, antiguo


Nuncio de S. S. en España ix
Encíclica «Divino afilante Spiritu», de S. S. Pío X I I xxm
Prólogo de los traductores :
A la i. a edición xxxix
A la 2. a y 3. a edición xu
A la 4. a , 5. a , 6. a , 7. a , 8. a , 9. a , io.» y 11. a edición xuv
Consejos de San Agustín a los lectores de la Sagrada Escritura ... xuv
Siglas xuv
Introducción general a los libros de la Sagrada Escritura 1
Introducción especial a los libros históricos 12

ANTIGUO TESTAMENTO

Pentateuco 20
Génesis 24
Éxodo 84
I/evítico 131
Números 161
Deuteronomio 201
Josué 238
Jueces 262
Rut 286
Samuel 290
I Samuel 291
II Samuel 322
Reyes 348
I Reyes 349
II Reyes 384
Paralipómenos o Crónicas 414
I Crónicas 415
II Crónicas 439
Esdras y Nehemías 469
Esdras 470
Begistro núm. 5.786-1960 Nehemías 480
Depósito legal M 4.180-1961 Tobías 493
Judit 503
ÍNDICE GENERAL VI VII ÍNDICE GENERAL
PÍÍS. Págs.
Ester 516 A los Gálatas 1207
I Macabeos 527 Epístolas de la cautividad 1213,
I I Macabeos 556 A los Efesios 1214
Libros sapienciales 576 A los Filipenses 1219
Job 578 A los Colosenses 1223
Salmos .' 601 Epístolas a los Tesalonicenses 1227
Proverbios 67a I a los Tesalonicenses 1228
Eclesiastés 694 I I a los Tesalonicenses 1231
Bl Cantar de los Cantares 702 Epístolas pastorales 1232
Sabiduría 711 I a Timoteo 1233
Eclesiástico 727 II a Timoteo 1237
I/ibros proféticos 767 A Tito 1240
Isaías 772 A Filemón 1241
Jeremías 819 A los Hebreos 1242
I/amentaciones 869 Santiago 1253
Barnc 874 Epístolas de San Pedro 1257
Ezequie1. , 881 I de San Pedro 1258
Daniel 926 II de San Pedro 1261
Oseas 946 Epístolas de San Juan 1264
Joel 952 I de San Juan 1265
Amos 956 II de San Juan 1268
Aibdías 961 III de San Juan 1269
Jonás 962 San Judas 1269
Miqueas 964 Apocalipsis 1271
Nahurn _. 969 índice bíblico doctrinal 1296
Habacuc 971 Mapas 1333
Sofonías 973
Aigeo 975
Zacarías 977
Malaquías 985

NUEVO TESTAMENTO

Introducción general al Nuevo Testamento 989


Introducción general a los Evangelios 999
San Mateo 1000
San Marcos 1041
San i/ucas 1063
San Juan 1103
Hechos de los Apóstoles 1136
Epístolas de San Pablo 1167
A los Romanos 1170
I a los Corintios 1185
I I a los Corintios ¡. 1199
ECLESIÁSTICO 5 0 - 5 1 767 LIBROS PROFÉTICOS
766
26
de Sirac, de Jerusalén, | que d e r r a m ó en Letanía Extendí mis manos a lo alto I y la 33 Y o a b r o mi boca y hablo | p a r a co-
él la sabiduría de su corazón. * hallé en toda su pureza. municaros de balde la sabiduría.
Alabad al Señor, porque es bueno, | 27 34
3" Dichoso el h o m b r e que la medita; y porque es eterna su misericordia. Jamás por la eternidad me apartaré Inclinad a su yugo vuestro cuello |
el que la guarda en su corazón será sabio, de ella. y reciba vuestra alma la instrucción. | Cer-
Alabad al Señor de las alabanzas, | p o r - 28
31 Pues el que así haga triunfará en to- Desde el principio adquirí p o r ella ca está de quien la desea, | y el que se en-
que es eterna su misericordia. la inteligencia, | y por eso no la abando- trega a ella la hallará.
do, | porque el temor del Señor es su ca-
Alabad al Señor, escudo de Israel, 1 naré jamás. 35 Ved con vuestros ojos cuan poco me
mino. 29
porque es eterna su misericordia. Mis entrañas se encendían contem- he fatigado yo | y cómo hallé en ella gran
Oración de Jesús, hijo de Sirac Alabad al Criador del universo, | por- plándola, I y p o r eso la adquirí y la tuve descanso.
C •« i Te doy gracias, Señor y Rey que es eterna su misericordia. p o r bella adquisición.
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3* Oíd mis instrucciones cuanto más po-
« A mío; | te alabaré, Dios de mi Alabad al libertador de Israel, | p o r q u e El Señor me dio en recompensa el dáis, I y la adquiriréis sin o r o ni plata.
salud, * es eterna su misericordia. don de la palabra, | y con ella le alabaré. 37
Alégrese de mi enseñanza vuestra al-
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Y confesaré tu nombre, | porque has Alabad al que reúne los dispersos de 31 Acercaos a mí los que carecéis de ma, I y n o tendréis que avergonzaros al
sido mi protector y mi socorro Israel, | porque es eterna su misericordia. instrucción | y frecuentad mi escuela. oír mi canto.
32 38
3
Y libraste mi cuerpo de la muerte, | y Alabad al edificador de su ciudad y $ú ¿Hasta cuándo habréis de carecer de Haced vuestra obra a tiempo, | y en
mi pie del poder del sepulcro. | M e libras- santuario, | porque es eterna su miseri- este bien | y vuestras almas h a n de tener su día el Señor os dará la recompensa.
te de la maledicencia pública, | del azote cordia. sed de ella?
de la lengua calumniosa, | y contra mis Alabad al que hizo brotar el cuerno de
adversarios I fuiste mi socorro. la casa de David, | p o r q u e es eterna su mi-
4 sericordia.
M e libraste, según tu misericordia, |
del rechinamiento de los preparados a de- Alabad al que eligió a los hijos de Sa-
doc para el sacerdocio, | porque es eterna
L I B R O S P R O F É T I C O S
vorarme,
3
Del poder de los que atentaban con- su misericordia.
tra mi vida, | de las muchas tribulaciones Alabad al escudo de Abraham, | por-
que es eterna su misericordia. La misión de los profetas
que me acosaban,
6 D e la asfixia de las llamas que m e en- Alabad a la roca de Isaac, | p o r q u e es i . Ya en la I n t r o d u c c i ó n general (nn.5-10) hemos hablado del carisma de la
volvían, | y en medio del fuego n o me eterna su misericordia. profecía otorgada a los autores sagrados. Necesitamos ampliar lo dicho allí en esta
quemé. Alabad al Fuerte de Jacob, | p o r q u e es Introducción a los libros proféticos.
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Del profundo seno del sepulcro, | de eterna su misericordia. Tres son los nombres que principalmente se dan en la Sagrada Escritura a estos
la lengua malvada, de los discursos em- Alabad al que eligió a Sión | porque es
hombres de Dios: los de r o h e y jozeh, que significan videntes, y el más común de
busteros, | de las saetas de la lengua men- eterna su misericordia. n a b i , que traducimos por profeta. La etimología de este último nombre es discutida,
tirosa. Alabad al Rey de los reyes grandes, |
pero su sentido ordinario resulta bien claro de las palabras de Dios a Moisés cuando
8
Estaba mi alma al borde de la muerte, p o r q u e es eterna su misericordia | y exaltó
se excusaba con su tartamudez: «Mira, te he puesto como Dios para el Faraón, y
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Y mi vida próxima al profundo sepul- el cuerno de su pueblo | para gloria de to-
cro. dos sus fieles, I los hijos de Israel, el pue- Arón, tu hermano, será tu profeta. Tú le dirás a él lo que yo te mandare, y Arón,
io Me volví a todas partes y no hallaba blo que a El se llega. I ¡Aleluya! * tu hermano, se lo dirá al Faraón para que deje partir de su tierra a los hijos de Is-
ayuda; I miré buscando socorro humano, rael» (Ex 7,1 ss.). N a b i , pues, quiere decir el que habla en nombre de otro. Es la sig-
mas en vano. Celo del autor por la sabiduría nificación de la palabra griega profetes. Es, pues, profeta el encargado, por especial
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ii Pero me acordé, Señor, de tu miseri- Siendo yo joven y antes que me ex- misión divina, de hablar al pueblo en nombre de su Dios.
cordia, | de tu antigua conducta, traviase, I me di a buscar sinceramente la 2. Con estos sus enviados se proponía el Señor satisfacer dos necesidades del
12 D e que salvas a los que en ti espe- sabiduría. *
19 En mi oración la pedi | y hasta el fin pueblo de muy desigual importancia. Los antiguos no se atrevían a emprender negocio
r a n | y los libras de t o d o mal,
13 Y alcé entonces mi voz | y te rogué la b u s q u é : alguno, privado o público, sin antes consultar la voluntad de sus dioses. Israel padecía
20 de la misma enfermedad. Pues para impedir que acudiesen a los oráculos gentiles o a
a las mismas puertas del sepulcro. Floreció, m a d u r ó como racimo, | y
1 4 Y clamé ante el Señor Altísimo: | se regocijó en ella mi corazón, | y cami- los adivinos, los proveyó el Señor de profetas a quienes acudiesen (Dt 18,1 $ ss.), y
«Señor, tú eres mi padre, el campeón de nó mi pie por senda llana | y desde mi para esto mismo dio al sumo sacerdote los u r i m y t u m m i m (Ex 28,30). Recordemos
mi salud; | no me abandones en el día juventud m e abracé a la sabiduría. a Saúl yendo a consultar a Samuel sobre las pollinas perdidas (1 Sam 96,11); al
21
de la tribulación, | en el día de la ruina Apliqué a ella mi oído y la recibí, rey Jeroboam, que, teniendo a su hijo enfermo, manda a su mujer a consultar al profeta
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y la devastación. Y hallé para mí m u c h a ciencia | e hi- Ajías sobre el desenlace de la enfermedad (1 Re 14,1 ss.); y más todavía el caso de
1 5 Alabaré continuamente tu n o m b r e |
ce en ella grandes progresos.
23 Ocozías, que en semejante caso envió mensajeros a consultar a Baalzebub, dios de
y en mi acción de gracias te cantaré». ¡ M e mostré reconocido al que me en-
Escuchó el Señor mi oración, señó la sabiduría Acarón, para saber si curaría de aquella enfermedad, a los cuales salió Elias al en-
16 24 cuentro, por orden de Dios, y les dijo: «¿Es que no hay Dios en Israel, para que vayáis
Me salvó de la ruina ¡ y me sacó de Y me propuse obrar según ella; me es-
todo mal. forcé p o r seguir el bien, y n o m e avergon- a consultar a Baalzebub, dios de Acarón?» (2 Re 1,2 ss.). David tenía su profeta,
1 7 Por esto te daré gracias y te alaba- cé de ello. por quien consultaba al Señor sobre los negocios públicos (2 Sam 7,1 ss.); y los
25
ré I y bendeciré el n o m b r e del Señor. * M i alma se aficionó a ella I y nunca otros reyes no emprendían cosa grave sin hacer lo mismo (cf. 1 Re 22,5 ss.;
le volveré el rostro. Jer 38,14 ss.).
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Estos versículos (20-31) son el epílogo de la obra. El autor nos hace la presentación de su Pero no era ésta la misión principal de los profetas. Otra tenían, ligada al destino
persona, que ya conocemos por el prólogo del traductor. de Israel. El Señor los había escogido para preparar los caminos del Mesías y la
C| 1 En este postrer capitulo distinguimos los w.1-17, que tienen parecido con el salmo 18 de salud del mundo. Los patriarcas eran instruidos por Dios sobre la conducta que de-
" ' David. El autor da gracias al Señor por los muchos males de que le libró. bían seguir para responder a su misión divina. Moisés fue llamado a organizar la
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Esta letanía, que llega hasta el v.18, está tomada del texto hebreo y se halla inspirada en los
salmos 117,1-4 y 136. vida religiosa y social del pueblo sobre las bases del monoteísmo y de las promesas
18 En la última sección de este capítulo (18-38) el autor nos cuenta sus esfuerzos por adquirir mesiánicas hechas a los patriarcas. Por esto fue el más grande de los profetas de Israel,
la sabiduría y los frutos logrados, que él ofrece a todos los amantes de ella.
LIBROS PROFÉTICOS 768 769 LIBROS PROFÉTICOS

según Santo Tomás (Suma Teol. 2-3 9.174(1.4^. A Moisés le sucedieron otros profetas, Ambiente histórico de los profetas
encargados de explicar la Ley, inculcar su observancia, combatir las transgresiones,
llamar al pueblo a penitencia mediante amenazas y promesas. Entre éstas se destaca 7. La actividad de los profetas se desarrolló en íntima conexión con la vida
siempre la promesa del Mesías y de su obra salvadora. Esta es la misión principal religiosa, moral y hasta política del pueblo israelita. Por esto importa mucho, para
del profetismo de Israel, por lo que se distingue del de todos los pueblos antiguos. entenderlos, conocer el ambiente histórico en que ejercían su ministerio. Materia de
sus reprensiones son las idolatrías del pueblo, las injusticias de los jueces, la opresión
3. Como abundaban en Israel estos ministros auténticos de la palabra divina, de parte de los poderosos y la conculcación de la ley divina por parte de todos. La
así abundaban también sus remedos y falsificaciones, los falsos profetas, que se decían política demasiado humana de los gobernantes, que por su falta de fe en Dios acudían
enviados de Yavé y daban como palabra de Dios los sueños de su imaginación. Su a alianzas peligrosas para la vida religiosa del pueblo, ofrece también a algunos
norma era halagar al pueblo y a los príncipes, prometiéndoles fácil prosperidad, profetas, como Isaías y Jeremías, materia de duros reproches.
con que los confirmaban en sus extravíos (cf. 2 Re 22 y Jer 28) • Eran los principales
adversarios de los verdaderos profetas, como fueron luego los escribas los adversarios La figura que Israel hace en la historia antigua no puede ser más humilde, no
de Jesucristo. obstante su grandeza en el orden religioso. Ateniéndose a la época en que florecieron
los profetas escritores, desde el siglo VIII hasta el IV antes de Jesucristo, Israel vivió
4. La profecía es un carisma divino, no un arte adquirido por el estudio. Sin en vasallaje, bajo la dominación de los extranjeros, primero de la Asiría, luego de
embargo, los profetas necesitan de ordinario una formación que los prepare para Babilonia y después de Persia. Fue Teglatfalasar III, llamado también Pul, el que,
mejor desempeñar la misión que Dios les confiere. Adquieren esta formación en el después de ampliar su imperio por Oriente, pensó en dominar las regiones de Occi-
seno de la familia y en las asociaciones de hombres piadosos, llamadas escuelas de dente. Los reyes amenazados trataron de unir sus fuerzas para oponerse al invasor.
profetas, al parecer fundadas por Samuel (1 Sam 10,5.10 s.; 19,20) y restauradas El rey de Judá, Ajaz, no asintió a tales planes. Para obtener la cooperación de Judá,
por Elíseo (2 Re 2,3 ss.); en la lectura de la Ley y de los profetas anteriores, en el el rey de Siria, Rasin, y el de Samaría, Facea, declararon la guerra a Ajaz (734)
trato con hombres doctos, en la meditación y en las luchas de cada día. Todo esto con el propósito de substituirle por un cierto Tabel, que se avendría a los planes de
lo venía a completar y confirmar con su sello divino la iluminación profética. Recae los confederados (cf. Is 7,1-11). Ajaz acudió en demanda de socorro a Teglatfalasar,
ésta en la inteligencia, única facultad de conocer que es capaz de percibir la verdad el cual atacó luego el reino de Damasco, que pronto quedó convertido en una provincia
divina; pero esta verdad suele presentársele a los profetas envuelta en multitud de más del reino asirio (732) (cf. 2 Re 16,1-9). Luego se dirige contra Samaría, a
imágenes o símbolos, que son una nota característica del profetismo de Israel. Como cuyo rey, Facea, destronó, poniendo en su lugar a Oseas (732) y llevándose muchos
ejemplo bastará citar las visiones de la vocación de los tres grandes profetas: Isaías (6), cautivos a Nínive (Is 8,4; 2 Re 15,29).
Jeremías f i j y Ezequiel (1-3). A estos cuadros simbólicos se añaden las acciones,
también simbólicas, que dan al ministerio de los profetas un carácter enteramente Judá quedó también sometido al vasallaje de Asiría durante el reinado todo de
dramático. En este punto se distinguen, sobre todo, Jeremías (16,1 ss.; 18,1 ss.) y Ajaz. No se pasaron muchos años, y el amor de la libertad movió a los reinos occiden-
Ezequiel (3,22 ss.; 12,1 ss.; cf. 2 Re 13,14-ig; Act 21,10 s.). tales a nueva tentativa. Parece que Samaría era el centro de la misma. Salmana-
sar IV, sucesor de Teglatfalasar III, trató de reprimir aquellos conatos de indepen-
5. Los discursos de los profetas, tal como nos han llegado, en su mayoría están dencia sujetando a Samaría. Fue Sargón, su sucesor, el que en 721, después dedos
escritos en verso, y a veces en estrofas artificiosamente compuestas, y son frecuente- años de asedio, tomó a Samaría, llevó cautiva la mayor parte de la población y puso
mente modelos no sólo de elocuencia, sino de la poesía hebrea y universal. El caso de fin al reino de Israel (2 Re 17). Era una dura lección para Judá, que se mantuvo
Jeremías (36) nos muestra cómo los profetas dirigían al pueblo la palabra en el quieto, aun por el año 711, en que Azoto, confiado en el apoyo de Egipto, se sublevó,
templo, en las plazas, en las puertas de las ciudades, en su propia casa, dondequiera siendo cercada, tomada y duramente castigada por el mismo Sargón (Is 20,1).
que podían. Luego, con frecuencia escribían esos versos y los entregaban al pueblo, Pero en los últimos años del siglo VIH, otra vez los pueblos quisieron probar fortu-
que los aprendía fácilmente, los recitaba y cantaba, continuando así el ministerio del na. Senaquerib había sucedido a su padre; el de Egipto ofrecía su apoyo a los rebeldes,
profeta. Daniel es de los muy pocos profetas que han publicado sus vaticinios sólo y la Caldea, siempre en abierta lucha contra Nínive, entraba también en la coalición
por escrito. Sin duda, de esta divulgación de los oráculos proféticos proviene la falta (Is 39). Parece que Ezequías, hijo y sucesor de Ajaz, sentía simpatía por los suble-
de orden cronológico que en casi todos se siente, y no sólo del desorden cronológico de vados, y si no se alzó en armas, alentó a los confederados y les prestó su ayuda. Por
los diversos oráculos, sino hasta del desorden de un oráculo mismo, que viene a ser esto, cuando Senaquerib vino a sofocar aquellos conatos de libertad, entró por las
una de las dificultades más graves en el estudio de los profetas. Los expositores se ciudades de Judá, muchas de las cuales tomó y saqueó (Is 36-37). Ezequías hubo de
esfuerzan por reducirlos a su verdadero orden; pero no teniendo a su disposición comprar la paz al precio de treinta talentos de oro y trescientos de plata. Senaquerib
más medios que el texto actual de los oráculos mismos ni más criterio que el orden se volvió a Nínive. Después (693) volvió a traerle un nuevo conato de rebelión. A los
lógico de las ideas, el ritmo de los versos y la artificiosa construcción de las estrofas egipcios, que vinieron en socorro de los confederados, los derrotó en Altacu (Eltequeh),
no siempre pueden alcanzar a restituirlos a su orden primitivo- en la tribu de Dan. Tras de dos legaciones a Ezequías para que entregara a Jerusalén,
6. ¿Cómo probaban los profetas la verdad de su misión? Moisés, el primero de la asedió, pero no pudo tomarla. Una grave peste que se declaró en su ejército le
los profetas de Israel, necesitó señales con que mostrar al pueblo ser enviado de Dios obligó a retirarse a Nínive, sin que volviera a aparecer por Palestina en los años
(Ex 3,11-6,0); pero los que a Moisés siguieron, con la misión de mantener al pueblo que aún reinó hasta ser asesinado por sus hijos (681).
en la observancia de la Ley o de reducirle a ella, no tenían necesidad de tales pruebas. Sin embargo, los asirios, dueños de Damasco y de Samaría, continuaban ejerciendo
Su vida ajustada a la Ley, su celo por la causa de Dios, la fortaleza con que luchaban su hegemonía sobre los pueblos de Canán. No sabemos que los sucesores de Senaquerib,
contra los pecados del pueblo y reprendían las iniquidades de reyes, príncipes y sacer- Asaradón y Asurbanipal, que elevaron el imperio asirio al apogeo de su grandeza,
dotes, eran para los creyentes prueba bastante de que Dios los enviaba. Si Elias y tuvieran que intervenir con las armas. Los pueblos entendieron que les era mejor
Elíseo pasaron a la historia como grandes taumaturgos, de Isaías sólo se nos cuenta soportar el yugo asirio pagando tributo a los reyes de Nínive que exponerse a las
un milagro; de Jeremías y Ezequiel, ninguno, como tampoco se cuenta ninguno del guerras y deportaciones que aquéllos usaban. Sólo el libro de las Crónicas nos cuenta
Bautista, el postrero de los profetas. Si al leer hoy sus discursos no puede menos de que Manases, hijo y sucesor de Ezequías, había sido llevado cautivo a Babilonia,
sentirse en ellos el espíritu de Dios, mucho más lo sentirían los coetáneos, que los de donde volvió para ocupar otra vez el trono. Su delito no debía de ser muy grave,
oían y eran testigos de su vida. cuando fue dado por libre y continuó reinando (2 Par 33,11-13). Probablemente tuvo
Nácwr*Colunga •ja
771 LIBROS PROFÉTICOS
LIBROS MOFÉTICOS 770
de levantar los muros de Jerusalén. Los que volvieron del cautiverio vivieron en su
lugar esto alrededor del año 650, en que Asurbanipal luchaba contra su hermano tierra, gozando de la amplia libertad que los persas les otorgaban, sobre todo a causa
Samasumuquin, gobernador de Babilonia, hasta tomar la ciudad y sujetar la Caldea, de la afinidad que creían hallar entre su religión y la judía. Caído el imperio persa a
que había hecho causa común con el rebelde. Muerto este rey (625), que llegó a apo- los golpes de maza de Alejandro Magno, la Palestina pasó automáticamente bajo domi-
derarse de Egipto, la Asiría decayó rápidamente; Nínive fue tomada por los medos nio de los macedonios. Tal es el cuadro externo en que se desarrolló la actividad de
y caldeos en 612, y aunque su ejército continuó luchando por la conservación del los profetas. Veamos ahora el cuadro interior.
imperio, éste desapareció pocos años después, dejando en pos de sí la memoria de su
espíritu guerrero, de su ferocidad y de su sistema de deportaciones, que los caldeos Ambiente religioso y moral de los profetas
imitaron luego.
10. Es el argumento de este cuadro la vida religiosa y moral, cuyo principio
8. Una señal de cuan habituados estaban los pueblos de Palestina al yugo asirio fundamental era el monoteísmo, la adoración del único Dios de Israel, Yavé, y la
pudiera ser la conducta de Josías. Como el faraón Necao se dirigiese con un ejército observancia de su Ley. En otros términos, era la fidelidad al pacto hecho con Dios
hacia la Siria para lograr alguna parte de los despojos del reino ninivita, Josías en el Sinaí, cuyas condiciones se contenían en la Ley. El primer precepto de ésta era
quiso cortarle el paso. En una desgraciada batalla, que se dio en Megido, quedó gra- el reconocimiento del solo Dios de Israel, excluidos todos los otros dioses; luego venía el
vemente herido y vino a Jerusalén a morir en 608 (2 Re 23,29 s.). Derrotado en culto de ese Dios, conforme a las prescripciones de la Ley, entre las cuales ocupaba
Carquemis por el príncipe Ñabucodonosor, no logró Necao sus propósitos; pero de lugar importante la exclusión de toda imagen, que fácilmente inducía a la idolatría;
vuelta a su tierra pasó por Jerusalén, y hallando el trono de Josías ocupado desde en tercer lugar estaban los otros preceptos de carácter moral y social, que regían las
hacía tres meses por Joacaz, su hijo, destituyó a éste y puso en su lugar a Joaquim, relaciones de los israelitas unos con otros. Hasta la vida política había de inspi-
llevando a su hermano a Egipto (ibid., 23,31-35). Después de la retirada del faraón, rarse en los mismos principios. Debía mirar a mantener la independencia de Israel,
Judá pudo*creerse independiente, hasta que en 604 Ñabucodonosor se presentó en pero apoyándose en Yavé y en sus promesas de protección contra los enemigos, y no
Palestina e impuso su vasallaje a todos los reyes de la región. Pero entonces volvió a buscando alianzas con las naciones, cuyo trato era un peligro para la vida religiosa
renovarse la antigua historia. Con la esperanza de la ayuda egipcia, los reyes de del pueblo escogido.
Siria y Candn se confederaron para sacudir el yugo caldeo. En 597 se presentó Ñabu- En el reino de Samaría, Jeroboam, su fundador, para mantener a Israel separado
codonosor con su ejército, y la coalición se deshizo. Joaquim había ya muerto. Joaquín de Jerusalén y de la dinastía davídica, había alzado unos becerros de oro en Dan y
o Jeconías, su hijo y sucesor, no se atrevió a afrontar los peligros de la guerra, y cuando Betel, imágenes de Dios, pero condenados por la Ley, y que fueron perpetuo escándalo
los caldeos se presentaron ante Jerusalén, les salió al encuentro en son de paz. Ñabu- para el pueblo. Este es el pecado que el autor del libro de los Reyes pone de relieve
codonosor le prendió para llevárselo a Babilonia con una buena parte de lo más en el juicio que hace de cada uno de los reyes de Israel. En estos santuarios se intro-
selecto del pueblo, y puso en el trono a un tercer hijo de Josías, Matanías, a quien dujeron, fuera del sacerdocio ilegítimo, pues no era de la tribu de Leví, muchas corrup-
mudó el nombre por el de Sedéelas, exigiéndole juramento de fidelidad (2 Re 24,1-20). telas idolátricas. Además, desde el reinado de Ajab, bajo la influencia de la reina
Pronto Ñabucodonosor se dio cuenta de que no podía estar seguro de la lealtad Jezabel, fenicia, los cultos fenicios invadieron el reino, no obstante los esfuerzos de
de Judá, y Sedecias hubo de ir a Babilonia para sincerarse. Al fin, en 589 acabó los profetas Elias, Elíseo y otros más. La idolatría era siempre fuente de inmoralidad
Sedecias por declararse en abierta rebeldía. Los caldeos llegaron y pusieron cerco a en todos los aspectos de la vida, y de ello nos dan testimonio los discursos de los profetas.
Jerusalén, tomándola al cabo de año y medio de asedio, en julio de 587. El templo Por este camino, Samaría fue de mal en peor, hasta que cayó sobre ella el castigo
fue incendiado; los muros y los palacios de Jerusalén, arrasados. A Sedecias le condenó definitivo por medio de Sargón, que destruyó la ciudad, llevó cautiva la mayor parte
a perder los ojos, después de haber contemplado la matanza de sus hijos y de sus corte- de su pueblo y trajo de Oriente otros pobladores, que ocuparon el lugar de los deportados.
sanos. Lo principal y más granado de la nación, en todos los órdenes, fue deportado a De la mezcla de estos elementos con los que de Israel habían quedado en la tierra
Caldea, quedando en Judá el pueblo humilde bajo el gobierno de Godolías (2 Re 25; resultaron los samaritanos de la historia posterior, pueblo aborrecido de los judíos.
2 Par 36,17 ss. y Jer 52). En tiempo de Nehemías, un hijo del sumo sacerdote, que no consintió en dejar a su
9. No fue larga la duración del segundo imperio caldeo. A Ñabucodonosor suce- mujer, samaritana, huyó a Samaría y levantó allí el templo de Garizim (2 Re 17,24 ss.;
dieron como relámpagos tres reyes de su dinastía. El cuarto fue Nábonides, hijo de 1 Esd 4,1-11; Neh 13,28 ss.; Jn 4,0-11).
una sacerdotista de Jarran, cuyo principal empeño fue reformar la religión caldea. 11. Cuanto a Judá, parece que en los reinados de Ozías y Joatán imperó el culto
Con esto se malquistó con los sacerdotes y el pueblo, que con gusto dieron acogida al de Yavé; pero era más bien un culto externo, sin el sentimiento íntimo de la piedad
ejército persa, mandado por Gubaru, caldeo. En 539 entró éste en Babilonia, defen- ni las obras de justicia exigidas por la Ley. De ello tenemos la prueba en el primer
dida por el príncipe Belsarasar, que fue muerto. Pocos días después, Ciro hacía su discurso de Isaías (Is 1,2 ss.). Pero en el reinado siguiente, de Ajaz, se dejaron sentir
entrada en la ciudad y era reconocido rey de Babilonia. Su primera medida fue las influencias asirías,y en pos de ellas las cananeas (2 Re 16,10-11; 2 Par 28).
ordenar la restitución de los dioses a sus antiguos santuarios, de donde la superstición
Todas fueron extirpadas por Ezequías, que desde el principio de su reinado se esforzó
de Nábonides los había sacado, y autorizar a todos los pueblos deportados para que
volviesen a su tierra. por borrar las idolatrías que se habían introducido, especialmente en la época de su
padre (2 Re 18,1-11; 2 Par 29-31). Procuró, además, atraer a los restos de Israel,
En estas medidas quedaron incluidos los judíos, a quienes restituyó los vasos sa- que los asirios habían dejado en Samaría (2 Par 30). Borró hasta los santuarios
grados, tomados del templo por Ñabucodonosor, y dio permiso para volver a Judá de los altos, porque si bien dedicados a Yavé y hasta entonces tolerados, eran contra-
y levantar el templo. No todos los deportados se resolvieron a emprender el viaje de rios a la Ley deuteronómica.
vuelta. Y los que por entonces o más tarde lo hicieron, sólo pudieron levantar el altar Cuan arraigadas estaban las tendencias idolátricas en el pueblo, nos lo demuestra
y echar los cimientos del templo, impedidos de proseguirlo por los pueblos circunvecinos, el hecho de que a la muerte del santo rey Ezequías toda su obra de reforma quedó
sobre todo por los samaritanos, cuya cooperación en la obra del santuario no habían anulada, y los males se agravaron en el reinado de su hijo Manases y de su nieto
querido aceptar los judíos. Sólo en los comienzos del reinado de Darío (521), apro- Amón, ambos adoradores fervorosos de los ídolos y practicantes de todas las abomina-
vechando las turbulencias originadas por el cambio de monarca y dinastía, pudieron ciones gentílicas, sin excluir el sacrificio de los niños por el fuego (2 Re 21; 2 Par 33).
acabar aquéllos la obra. Pero la ciudad continuaba en ruinas, hasta que Nehemías El espíritu yavista renace de nuevo con Josías (628), el cual, al conocer el Deutero-
pidió y obtuvo del rey Artajerjes I (465-424) autoridad de gobernador, con el fin
ISAÍAS 772 778 ISAÍAS

nomio, hallado en sus días en el templo por Helcias, emprendió una reforma radical, cronológicos, no podemos fijar con certeza el tiempo del comienzo ni del fin de su mi-
según las prescripciones del mismo código. Pero estas reformas eran sólo oficiales y nisterio. Sólo podemos asegurar que empezó antes del 734, año de la guerra siroefrai-
externas, y por eso, en cuanto faltó Josias y se sentaron en el trono sus hijos y nietos, mita contra Ajaz (7,1). La tradición judía asegura que murió aserrado por el rey
que no tenían su espíritu religioso, volvió a aparecer la idolatría en todas sus formas. Manases, bien entrado ya el siglo VII y, por consiguiente, cuando el profeta era ya
De ello tenemos dos testimonios: los de Jeremías y Ezequiel. Con la idolatría cundió muy anciano.
la inmoralidad tanto en los gobernantes como en los gobernados. Para fomentar 2. Al llamarle el Señor a profetizar le confiere una gravísima misión: reducir
todo esto estaban los falsos profetas, que pretendían hablar en nombre de los dioses o al pueblo de Judd a la obediencia, y previendo que no habrían de escucharle, anunciarle
de Yavé. Deseando acabar de una vez con todas estas lacras de su pueblo, Dios decidió que su endurecimiento en la maldad había de atraerle el castigo de Dios «hasta que las
el destierro de los de Israel a Asiría y de los de Judd a Caldea. Bajo la violencia del ciudades queden devastadas y sin habitantes, la tierra saqueada y desierta, y que la
azote renació la fe en los que habían de formar el resto escogido de que tanto hablan soledad sea grande en toda la tierra» (6,11). A esto se ajustan las conminaciones de
los profetas; los demás quedaron anegados en el mar de las naciones gentílicas. los primeros capítulos, en que reprende al pueblo por su falsa piedad, su inmoralidad
y su soberbia. Lo mismo hace después contra Ajaz, por su incredulidad con ocasión de
Oráculos de las naciones la guerra siroefraimita (734), en el capítulo 7, aunque todas estas conminacio-
12. No son Israel y Judd los únicos pueblos a quienes hablan los enviados de nes vayan seguidas de las más hermosas promesas mesiánicas (i,24ss.; 2,2ss.; #,23-9,
Dios; se dirigen también a los pueblos vecinos y aun a las naciones remotas, 6; i r , 1 ss.). En los capítulos 36-39 le vemos intervenir en los graves negocios que sus-
para anunciarles los juicios del Señor. No es de suponer que tales discursos llegasen citaba la invasión de Senaquerib (701-693), alentando a Ezequías y vaticinando la
a los reyes ni a los pueblos extraños, fuera de casos extraordinarios, como el de salud de Jerusalén, la ruina del invasor y más tarde la curación de Ezequías. Aunque
Jonds y el de los embajadores llegados a Jerusalén en tiempos de Jeremías (27,2-11). no conste expresamente ni por los escritos del profeta ni por los libros históricos, no
Y así hemos de creer que al proferirlos los profetas pensaban en su propio pueblo, para podemos dudar de que Isaías haya tenido gran parte en la reforma religiosa llevada
mostrarle que la justicia de Dios alcanzaba a todas las naciones. Pues la prosperidad a cabo por Ezequías.
material de esos pueblos gentílicos, no obstante sus idolatrías y pecados, constituía una 3. Con qué espíritu y elocuencia haya cumplido Isaías su misión, nos lo dicen
tentación para Israel, que no entendía por qué Dios se mostraba tan severo con supueblo
sus oráculos, tan densos de pensamiento, de tan elevada y vehemente expresión, tan
y dejaba en paz y hasta prósperas a naciones que ni siquiera le conocían. A veces miran
a consolar al pueblo con el anuncio de los castigos de aquellos reinos que los habían variados por los temas que trata. Basta para convencerse de esto leer el primer dis-
maltratado injustamente, y aun el de aquellos que, habiendo sido instrumentos de la curso, en que reprende al pueblo por su ingratitud hacia Dios (1,2-27); las amena-
cólera de Dios, se habían engreído con su poder y extremado en sus rigores y no se zas contra Asur (10,5-19); el oráculo contra Tiro (23); ¡as conminaciones contra
habían reconocido ministros de la justicia del Señor. Efraím (28); la réplica a los embajadores asirios (37,22-35), y sus muchos vatici-
nios mesiánicos, por los cuales mereció ser llamado el profeta evangelista.
13. Los profetas que nos han transmitido por escrito sus vaticinios no empiezan
hasta el siglo VIII a. C, en la época en que los asirios invaden la Palestina, constitu- 4. Igual que los libros de los otros profetas, el de Isaías no tiene unidad de plan:
yendo un grave peligro no sólo para la libertad de Israel, sino también para su vida en él se destacan ciertos grupos, como los vaticinios de Emmanuel (7-12), los oráculos
religiosa y moral. Su orden cronológico es el siguiente: contra las naciones (13-23), el apocalipsis (24-27), los capítulos histórico-proféticos
relativos a la invasión asiría (36-38) y, finalmente, la última parte, dedicada a la
ÉPOCA ASIRÍA ( 7 5 0 - 6 1 2 ) restauración (40-66).
a) Amos y Oseas; b) Isaías y Miqueas; c) Nahum. Es propio y singular de algunos capítulos de Isaías (13,1-14,23; 21,1-10), y es-
ÉPOCA BABILÓNICA ( 6 l 2 - 5 3 9 )
pecialmente de toda la segunda parte (40-66), que el profeta aparezca como viviendo
y moviéndose en época muy posterior a la suya, en la que inmediatamente precede a la
a) Jeremías con Baruc; b) Habacuc y Sofoníasi c) Ezequiel y Daniel, vuelta de la cautividad. En esto se distinguen los capítulos citados y toda la segunda
ÉPOCA PERSA (539-333) parte del resto de la obra: en el modo ordinario de presentar sus profecías los otros
a) Ageo y Zacarías; b) Malaquías. profetas.
La singularidad de este fenómeno ha inducido a los expositores protestantes a ne-
De época incierta quedan Abdías, Joel y Jonds. Por la extensión de sus vaticinios gar la autenticidad isaiana de estos capítulos, que algunos autores católicos quieren
los dividieron ya los judíos en profetas mayores, Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel,
atribuir a discípulos del profeta, profetas como él. Un decreto de la P.C.B. del 28 de
aunque éste en la Biblia hebrea figura entre los hagiógrafos, y los otros doce, que
formaban un solo libro y se llamaban profetas menores. junio de 1908 declaró insuficientes los argumentos aducidos hasta aquella fecha para
negar a Isaías la paternidad de tales capítulos.
He aquí sus respuestas: III. Si los profetas que anuncian cosas futuras se han de
dirigir siempre a sus coetáneos, a aquellos que las pudieran entender, y, por tanto,
I S A Í A S si la segunda parte de Isaías (40-66), en que el profeta no habla a los judíos, sus con-
temporáneos, sino a los que lloraban en el destierro, como presente entre ellos, no puede
1. Isaías, el primero de ios profetas mayores, nos cuenta en el capítulo 6 su voca- ser de Isaías, desde mucho tiempo muerto, sino de un autor desconocido, que vivía entre
ción al ministerio profético, que tuvo lugar «el año en que murió el rey Ozías» (737). los desterrados. La respuesta es negativa.—IV. Si el argumento tomado de la lengua
Desempeñó su misión durante los tres siguientes reinados, de Joatdn, Ajaz y Eze- y el estilo es de tal peso que fuerce a un perito de la lengua hebrea a admitir pluralidad
quías (1,1). No tenemos, en el extenso libro de los vaticinios de Isaías, ninguno que de autores en el libro de Isaías. La respuesta es también negativa.—V. Si todos los
haga expresa mención de Joatdn, aunque bien se pueden atribuir a su tiempo los pri-
argumentos aducidos, tomados en globo, son suficientes para probar que el libro de
meros capítulos (1-5; 9,8-10,4). De la época de Ajaz es, sin duda, a lo menos, buena
parte del libro de Emmanuel (7-12), y de la de Ezequías los capítulos 36-39. Como Isaías no es sólo del profeta, sino de dos o más autores. La respuesta es siempre negativa.
la cronología de estos reyes es algo incierta, y el libro del profeta contiene pocos datos El texto del libro de Isaías es quizá el que parece haber sufrido más traslocaciones;
ISAÍAS 1 774 775 ISAÍAS 1-3
parece como si en él hubiera habido un terremoto. Hubiéramos querido restituirle al puro se ha aguado. | 2 3 Tus príncipes son P r o s i g u e el c a s t i g o d e los p e c a d o r e s
orden que nos parece fue el primitivo, mas para no producir confusiones en el lector prevaricadores, | compañeros de bandi- 6
dos. I Todos aman las dádivas | y van Ciertamente has rechazado a tu pue-
le dejamos en el que actualmente tiene en el texto, indicando en notas el orden en que blo, I a la casa de Jacob, ' por estar llena
parece debe ser leído. tras los presentes, | no hacen justicia al
de adivinos y hechiceros, | como los filis-
huérfano, | no tienen a ellos acceso la cau-
teos, y haber pactado con los extranje-
sa de la viuda. ros. [ 7 Su tierra está llena de plata y de
24
Por eso dice el Señor, | Yavé Sebaot, oro, I sus tesoros no tienen fin, | llena de
P R I M E R A P A R T E : Primeros vaticinios de Isaías contra
SUMARIO Judá e Israel (1-12).—SEGUNDA P A R T E : Oráculos con-
el Fuerte de Israel: I Voy a t o m a r vengan-
za de mis enemigos, | voy a pedir satisfac-
caballos | y carros sin número. I 8 Está su
tierra llena de ídolos, I se prosternan ante
tra las naciones gentiles (13-23).—TERCERA P A R T E : Apocalipsis de Isaías ción a mis adversarios. la obra de sus manos, | ante lo que sus
25
(24-27).—CUARTA P A R T E : Juicio sobre Samaría y Jerusalén (28-35). Apén- Y tenderé mi m a n o sobre ti, | y puri- dedos fabricaron.
ficaré en la hornaza tus escorias, | y se- 9
dice histórico sobre la invasión asiría (36-39).—QUINTA P A R T E : Israel, libre T o d o hombre será derribado, I todo
pararé el metal impuro. | 26 Y restituiré a
del cautiverio babilónico (40-48).—SEXTA P A R T E : Israel, libertado por el Siervo tus jueces como eran antes | y a tus con- mortal humillado, | no los perdonarás. |
10
de Yamé (49-66). Meteos en los escondrijos de las pe-
sejeros como al principio. | Y te llamarán
ñas, I escondeos en e¡ polvo, I ante la pre-
entonces ciudad de justicia, I ciudad fiel. | sencia aterradora de Yavé, I ante el fulgor
27
Y Sión será redimida por la rectitud, I de su majestad, I cuando venga a cas-
y los conversos de ella, p o r la justicia. *
P R I M E R A P A R T E S o d o m a ; I escucha la doctrina de nuestro tigar a la tierra. I u Entonces serán aba-
Dios, I pueblo de G o m o r r a . tidas las altivas frentes de los hombres, |
11
¿A mí qué, dice Yavé, | toda la m u - C a s t i g o d e los p e c a d o r e s será humillada la soberbia h u m a n a | y
P R I M E R O S V A T I C I N I O S D E ISAÍAS CONTRA chedumbre de vuestros sacrificios? | H a r - 28 sólo Yavé será exaltado aquel día. 1 12 Por-
Los rebeldes, los pecadores, todos a
J Ü D Á E ISRAEL to estoy de holocaustos de carneros, | del que llegará el día de Yavé Sebaot | sobre
una serán quebrantados; | los desertores
(1-12) sebo de vuestros bueyes cebados; | n o de Yavé serán aniquilados. | 2 9 Entonces todos los altivos y soberbios, I sobre cuan-
quiero sangre de toros I ni de ovejas ni de se avergonzarán de los terebintos que tan- tos se ensalzan, para humillarlos, I 13 sobre
V a n i d a d del c u l t o e x t e r i o r sin la machos cabríos. | 1 2 ¿Quién os pide esto to estiman, | y de los bosques en que se de- los altos y erguidos cedros del Líba-
a vosotros, | c u a n d o venís a presentaros leitan, I 3U y serán como terebinto despo- no, I sobre las robustas encinas de Ba-
santidad interior san, | ' 4 sobre los montes soberbios I y so-
ante mí, | hollando mis atrios? jado de su follaje I y como jardín que ca-
1 Visión que Isaías, hijo de A m o s , tu- 13
N o me traigáis más esas vanas ofren- rece de agua, m Y su poderío será como bre los altos collados, | , 5 sobre las altas
1 vo acerca de Judá y Jerusalén, en das. I El incienso me es abominable, | las estopa I y su obra como centella, I y arde- torres I y sobre las fuertes murallas, |
'" sobre las naves de Tarsis I y sobre todo
tiempos de Ozías, J o a t a m , Ajaz y Eze- neomenias, los sábados, las fiestas solem- rán ambos juntamente, | y sin que nadie
quías, reyes de Judá. * nes; I las fiestas con crimen m e son inso- pueda apagar el fuego. lo bello a los ojos, ! I 7 y será abatida la al-
2
¡Oíd, cielos! ¡Escucha, tierra! ¡Que ha- portables. [ 14 Detesto vuestras neome- tivez del hombre, | y la soberbia humana,
bla Yavé! I Yo he criado hijos y los he nias I y vuestras festividades m e son pe- humillada, | ! 8 y sólo Yavé se exaltará
G l o r i a del Israel mesiánico aquel día, I y desaparecerán todos los
engrandecido, | y ellos se han rebelado sadas; I estoy cansado de soportarlas. 1 ídolos.
contra mí.
3
u C u a n d o alzáis vuestras manos, ¡ yo
Conoce el buey a su dueño, | y el asno aparto mis ojos de vosotros; | cuando ha- 2 2
Lo que vio Isaías, hijo de Amos,
acerca de Judá y Jerusalén. *
Pero sucederá a lo postrero de los
19
Meteos en los escondrijos de las pe-
el pesebre de su a m o , | pero Israel no en- céis vuestras muchas plegarias, | no escu- ñas, | escondeos en el polvo, | ante la pre-
tiende, 1 mi pueblo no tiene conocimiento. cho. I Vuestras m a n o s están llenas de san- tiempos I que el monte de la casa de Ya- sencia aterradora de Yavé, I ante el ful-
4
¡Oh gente pecadora, I pueblo cargado gre. I 16 Lavaos, limpiaos, | quitad de an- vé I será confirmado por cabeza de los gor de su majestad, | cuando venga a cas-
de iniquidad, | raza malvada, hijos desna- te mis ojos I la iniquidad de vuestras accio- montes, | y será ensalzado sobre los co- tigar a la tierra. I 20 Aquel día arrojará el
turalizados! I Se han apartado de Yavé, | nes. I Dejad de hacer el mal, | 1 7 aprended llados. I y correrán a él todas las gentes, | hombre, ! entre topos y murciélagos, ¡ sus
3
han renegado del Santo de Israel, | le h a n a hacer el bien, | buscad lo justo, restituid y vendrán muchedumbres de pueblos, di- ídolos de plata y sus ídolos de oro, I que
vuelto las espaldas. ciendo: I Venid, subamos al monte de Ya- se hizo para adorarlos, 12r y se meterá en
al agraviado, | haced justicia al huérfano,
5
¿A qué castigaros todavía, | si toda- amparad a la viuda. vé, I a la casa del Dios de Jacob, ' y El nos las hendiduras de las peñas I y en las ca-
enseñará sus caminos | e iremos por sus vernas de las rocas, ! ante la presencia
vía os habréis de rebelar? | T o d a la cabe-
sendas, | porque de Sión ha de salir la Ley ! aterradora de Yavé y ante el fulgor de su
za está enferma; | el corazón, t o d o malo. I n v i t a c i ó n a la c o n v e r s i ó n y de Jerusalén la palabra de Yavé. 14 El juz-
6 majestad, ! cuando venga a castigar a la
Desde la planta de los pies hasta la ca- gará a las gentes | y dictará sus leyes a nu-
beza, I no hay en él nada sano. | Heridas, 18 Venid y entendámonos, dice Y a v é : | tierra. ! 2Z Cesad de apoyaros sobre el
merosos pueblos, I que de sus espadas ha- hombre, ! cuya vida es un soplo I ¿Qué
hinchazones, llagas podridas, I ni curadas, A u n q u e vuestros pecados fuesen como la rán rejas de arado, I y de sus lanzas, ho-
ni vendadas, [ ni suavizadas con aceite. grana, | quedarían blancos como la nie- estima podéis hacer de él?
7 ces. I N o alzarán la espada gente contra
Vuestra tierra está devastada, | vues- ve. I A u n q u e fuesen rojos como la púr- gente ¡ ni se ejercitarán para la guerra. |
tras ciudades quemadas; | a vuestros ojos pura, 1 vendrían a ser como la lana 5 Venid, ¡oh casa de Jacob!, | y camine- Castigo de Judá
los extranjeros devoran vuestra tierra, | blanca. mos a la luz de Yavé. 1 Porque he aquí que el Señor, Yavé
asolada con asolación de enemigos.
8
19
Si vosotros queréis, si sois dóciles, |
H a quedado Sión como una cabana comeréis los bienes de la tierra. | Si no
20
3 Sebaot. ! quitará a Jerusalén v a Ju-
dá todo apoyo y sostén, I el sostén del
de viña, I como choza de melonar, | como queréis y os rebeláis, | seréis devorados
ciudad asolada. por la espada. | L o dice la boca de Yavé. 27
En este oráculo (2-27) de Isaías, uno de los más elocuentes, se reprende la falsa devoción de
9 21
Si Yavé Sebaot I no nos hubiera deja- ¿Cómo te has prostituido, Sión, ciu- Judá, declarando a la vez cuál es la religión que a Dios agrada en armonía con su santidad, a saber,
do un resto, | seríamos ya como Sodo- dad fiel, llena de justicia? I Antes habitaba la justicia y la misericordia con el prójimo. Al pecado debe seguir el castigo: pero a éste la restau-
ma, I nos asemejaríamos a Gomorra. en ella la justicia, | ahora el homicidio. | ración, que siempre tiene carácter mesiánico.
10 22
Oíd la palabra de Yavé, | príncipes de Tu plata se ha t o r n a d o escoria, | tu vino O ' Este versículo es, sin duda, el título de un segundo oráculo, que empieza en 1,28-31: prosi-
"• gue en 2,6-22, con la reprensión de la superstición idolátrica y de ía soberbia, para terminar
1
Este versículo viene a ser como título de toda la obra, a la vez que nos indica la época en que en 2,2-5 con la hermosa promesa mesiánica que nos presenta a Jerusalén como foco de luz, centro
1 el profeta ejerció su ministerio.
de la religión divina, y a las naciones, atraídas hacia ella corriendo deseosas de disfrutar de tanta
dicha en la paz de Yavé, que será Rey y Juez de todos.
ISAÍAS 3-4 776 777 ISAÍAS 4-5
2 descarrían, | han torcido el camino por habrá protección sobre toda gloria, * i 6 y vo, I sin que se dé cuenta, ¡ y sus grandes
pan y el sostén del agua, * | el guerrero,
que ibas. tabernáculo para proteger contra el calor serán consumidos por el hambre, | y su
el hombre de armas, | el juez, el profeta,
del día, | y para refugio y abrigo contra vulgo se secará de sed. | 14 Por eso el seol
el adivino y el anciano, I 3 el jefe de cin- 13 Yavé está en pie p a r a acusar, | se alza
p a r a juzgar a los pueblos. el turbión y el aguacero. ensanchará su seno | y abrirá su boca
cuenta, el grande y el consejero, I el m a - 14 sin medida, y allá bajará su gloria, su mu-
go y el hechicero. | 4 Y les dará mozos por Yavé vendrá a juicio | contra los an- L a p a r á b o l a d e la v i ñ a chedumbre, su fausto, de quo tanto se en-
príncipes, I y reinará sobre ellos el capri- cianos y los jefes de su pueblo, | porque 1 5
Voy a cantar a mi a m a d o | el canto vanecía. I 1 Y el h o m b r e será humillado,
cho, | 5 y las gentes se revolverán los unos
contra los otros, | cada uno contra su ve-
habéis devorado la viña, | y los despojos
del pobre llenan vuestras casas. I 15 Por-
5 de la viña de sus amores: | Tenía mi y abatidos los 6 varones, | y bajados los
que habéis aplastado a m i pueblo, | y h a - a m a d o una viña I en un fértil recuesto. * ojos altivos, 11 y Yavé Sebaot ensalzado
cino, | y el mozo se alzará contra el an- 2
La cavó, la descantó t y la plantó de vi- en el juicio, | y el D i o s Santo santificado
ciano, | y el villano contra el noble. | 6 Y se béis machacado el rostro de los pobres, I
des selectas. | Edificó en medio de ella por la justicia. ¡ " C o r d e r o s pacerán allí
echarán unos sobre otros, | diciéndose: I dice el Señor, Yavé Sebaot.
16 u n a torre, I e hizo en ella un lagar, | es- como en su pastizal | y cabritos devora-
Tienes u n m a n t o en la casa de tu p a d r e ; | Dice Y a v é : | Y a que tan orgullosas perando que le daría uvas, | pero le dio r á n las destruidas posesiones de los ricos!
ven y sé nuestro jefe, | y toma en tus ma- son las hijas de Sión, que I van con la ca- agrazones. 13 Ahora, pues, vecinos de Je- ls
nos esta ruina. | 7 Y el otro aquel día les beza erguida | y mirando con desver- ¡Ay de los que se arrastran el cas-
rusalén y varones de J u d á , juzgad entre tigo I con cuerdas de maldad, y las penas
responderá: N o soy médico yo, | y en mi güenza, | pisando como si bailaran | y h a - 4
mí y mi viña. | ¿Qué m á s podía yo ha- del pecado | como con coyundas de ca-
casa no hay ni pan ni vestido, | no quiero ciendo sonar las ajorcas de sus pies, | 1 7 el cer p o r mi viña | que no lo hiciera? | ¿Có- rro! | l ' ¡ A y d e los que dicen: Q u e venga
ser jefe del pueblo. Señor afeitará la cabeza de las hijas de m o , esperando que diese uvas, | dio agra- p r o n t o , I que se dé prisa, | que veamos la
8 Sí, Jerusalén está al borde de la rui- Sión, | y decalvará Yavé sus frentes. I zones?
!8 Aquel día quitará el Señor todos sus obra de sus m a n o s ; | que venga, pues, y
na, y caerá Judá, I porque sus palabras
atavíos, | ajorcas, redecillas y lunetas, I 5 Voy, pues, a deciros ahora | lo que de u n a vez | acabe su plan el Santo de Is-
19
collares, pendientes, brazaletes, | 2 0 co- haré de mi viña: | Destruiré su amarra- rael, I y lo veamos nosotros!
20
fias, cadenillas, cinturones, I pomos de da, I y será ramoneada. | Derribaré su ¡Ay de los que al mal llaman bien y
olor y amuletos, | 2 > anillos, arillos, | 2 2 ves- cerca, | y será hollada. I 6 Quedará desier- al bien m a l ; | que de la luz hacen tinie-
ta, I no será podada ni cavada, | crecerán blas I y de las tinieblas luz, | y dan lo amar-
tidos preciosos, túnicas, | mantos, bolsi-
en ella los cardos y las zarzas, | y aun go por dulce | y lo dulce por amargo! |
tos, | 2 3 espejos, y velos, tiaras y mantillas. I mandaré a las nubes que no lluevan so- 2 i ¡Ay de los que son sabios a sus ojos |
24
Y en vez de perfumes, h a b r á hedion- bre ella. I 7 Pues bien, la viña de Yavé y son prudentes delante de sí mismos! ¡
dez ; I y en vez de cinturón, un cordel; | y Sebaot es la casa de Israel, | y los hom- 2 2 ¡Ay de los que son valientes para beber
en vez de trenzas, calvicie; I y en vez de bres de Judá son su a m a d o plantío. | Es- vino I y fuertes p a r a mezclar licores; | 2 3 d e
vestido suntuoso, s a c o ; | y en vez d e her- peraba de ellos juicio, I pero sólo hubo los que por cohecho dan por justo al im-
mosura, vergüenza, 125 Y los hombres cae- sangre vertida; | justicia, pero sólo h u b o pío I y quitan al justo su justicia!
rán a la espada, | y sus fuertes en la bata- rebeliones. 24
•.•v"í-ív.-!*"¡i-ii;-- •••— ' • e •;*:.!fc,-IJ lla. | 2<> Sus puertas se entristecerán y ge- Por eso, c o m o la lengua del fuego de-
mirán, | y ella se sentará en tierra, de- vora el rastrojo | y como se consume en
A m e n a z a s c o n t r a los p e r v e r s o s la llama la hierba seca, | su raíz se torna-
solada.
8 ¡Ay de los que añaden casas a casas, | rá podredumbre, | y su flor será arreba-
G l o r i a al resto salvado de los que juntan campos y campos | has- tada como el polvo. | Porque h a n recha-
1 ta acabar el término, | siendo los únicos zado la ley de Yavé Sebaot I y h a n des-
En aquel día, [ siete mujeres echa-
4 r á n m a n o a u n h o m b r e , | diciendo:
propietarios en medio de la tierra! | 9 A 2preciado
mis oídos ha llegado, | de parte de Yavé
5
la palabra del Santo de Israel. |
Por eso se h a encendido la cólera de Ya-
Comeremos de nuestro pan, | nos vesti- Sebaot, | que las muchas casas serán aso- vé contra su pueblo, | y ha tendido con-
remos con nuestras ropas, | pero que po- ladas; I las grandes y magníficas queda- tra él su m a n o , y le h a herido; | y tiem-
d a m o s llevar tu n o m b r e ; quita nuestro r á n sin moradores. | 1" Y diez yugadas de blan los montes, I y yacen los cadáveres
Caja de afeites egipcia oprobio. * | 2 E n aquel día | será el renue- viña sólo producirán un bato, | y un jó- en medio de los caminos, | c o m o estiér-
vo de Yavé gloria y o r n a t o , | y el fruto de mer de simiente sólo dará un efá! col. I Mas con t o d o esto no se h a aplaca-
y sus obras todas son contra Yavé, | para la tierra, grandeza y h o n r a | de los que 11
¡Ay de los que se levantan con el do la cólera, su m a n o queda tendida.
irritar los ojos de su majestad. | ' Sus de Israel quedaren. 13 Y los restos de Sión, alba I para seguir la embriaguez | y se 26
Alzará pendón a gente lejana | y lla-
frentes dan testimonio contra ellos, I pues los sobrevivientes de Jerusalén, | serán lla- quedan por la noche | hasta que el vino mará silbando a los del cabo de la tierra, |
llevan como Sodoma sus pecados a la vis- mados santos, | y todos los hombres, ins- 12
los enciende, | en cuyos banquetes hay que vendrán p r o n t o y velozmente. * |
ta, | no los disimulan. | ¡Ay de ellos, que critos entre los naturales de Jerusalén, | arpas, | cítaras, panderos, I flautas y mu- 2 7 N o hay entre ellos cansado ni vacilan-
4
se acarrean su propia ruina! cuando lave el Señor la inmundicia de cho vino, I y no reparan en las obras de te, I ni dormido ni somnoliento; | 28 n o
10
Bienaventurado el justo, | porque ha- las hijas de Sión, | limpie en Jerusalén las Yavé I ni ven las obras de sus manos! | se quitan de sus lomos el cinturón, | ni
brá bien, comerá el fruto de sus obras. | manchas de sangre, | al viento de la jus- 13 Por eso mi pueblo será llevado cauti- se desatan la correa de los zapatos. | Sus
11
¡Ay del impío!, p o r q u e habrá mal, | re- ticia, al viento de la devastación; | 5 cuan-
cibirá el pago de las obras de sus manos. do venga Yavé sobre todo el m o n t e de 5
12 Después de vaticinar la devastación espantosa de Judá y de Jerusalén, en castigo de sus in-
Mi pueblo está oprimido por capri- Sión | y sobre los lugares de sus asam- justicias y de su orgullo, acaba prometiendo días gloriosos de restauración para el pequeño resto,
chosos, | y se h a n apoderado de él exac- bleas, | en nube y h u m o de día, | y en res- que recibirá la gracia del Señor después de haber escapado de la justicia vengadora.
tores. | Pueblo mío, los que te guían te plandor de fuego y llama de n o c h e ; | y 1
La imagen de la viña se emplea con frecuencia en la Biblia (Sal 80,9). Esta parábola de Isaías
1
El tercer discurso abarca los capítulos 3-4. A la dura reprensión de Judá y de sus mujeres,
5 es una de las más bellas, que pinta la ingratitud de Israel, que luego detalla ampliamente con
3 a quienes se amenaza con una total devastación, acaba prometiendo días gloriosos de restau-
una serie de amenazas que empieza con ¡ay! (5,8). Los w.24-25, que forman un todo, terminan
con un a modo de estribillo: «Mas con todo esto», etc., que regularmente se repite cuatro veces
ración para el pequeño resto, que recibirá la gracia del Señor después de haber escapado a la jus- en 9,12-10,4, y que sin duda señala otras tantas estrofas. Tal coincidencia parece un argumento
ticia vengadora (4,2-6). grave de que 5,24 s. constituye una quinta estrofa de aquel oráculo, y que éste debe leerse sin ella,
1 abarcando sólo 1-25.
En la grave devastación con que el profeta amenaza a la nación, la muerte se cebará, sobre
4 todo, en los hombres; las mujeres quedarán sin maridos, estériles por consiguiente. Por esto 26 Tampoco los w.26-30 parecen ser continuación de lo que precede, y menos del c.6. Algún
expositor los considera como principio de un oráculo sobre la invasión asiría, que seguiría en 8,20:
hasta siete se allegarán a uno de los varones supervivientes, para que, tomándolas por esposas, les «Noche sin aurora», y acabaría con la descripción gloriosa del Rey Mesías (9,6).
quiten el oprobio de la esterilidad. Todo ello es expresión figurada de la gran desolación de Judá.
ISAÍAS 5-7 778 779 ISAÍAS 7-8
6
flechas son agudas, | y tensos sus arcos. I ta que Yavé arroje lejos a los hombres \ y lo malo y elegir lo bueno. | ' Pues antes blo I las aguas de Siloé, que corren man-
Los cascos de sus caballos son dé peder- sea grande la desolación en la tierra. \ que el niño sepa desechar lo malo y ele- samente, i y haber temblado ante Rasín
13
nal, | y las ruedas de sus carros u n tor- Si quedare un décimo, será también pa- gir lo bueno, I la tierra por la cual temes y el hijo de Romelía. ' v a a traer contra
bellino; | 2 9 su bramido es de león; | ruge ra el fuego | como la encina o el terebinto de esos dos reyes será devastada. | 17 H a r á él el Señor ¡ aguas de un río tan caudalo-
como cachorro de león, | gruñe y arre- cuyo tronco es abatido. venir Yavé sobre ti, sobre tu pueblo | y so e impetuoso, I que saltarán todos sus
bata la presa, | y se la lleva, sin que nadie sobre la casa de tu padre, I días cuales diques I y se desbordarán por todas las
pueda quitársela. I 30 H a b r á aquel día un Isaías y Ajaz nunca vinieron | desde que Efraím se sepa- riberas, | 8 y llegando hasta Judá. le inun-
r ó de Judá. I 1S Y en esos días silbará Ya-
bramar contra ellos, I como bramido del
m a r ; I mirarán a la tierra ! y no habrá sino 7 ' Sucedió en tiempo de Ajaz, hijo de
Joatam, hijo de Ozías, rey de Judá, vé I a la mosca que está en los cabos del
darán y le cubrirán, ! llenándole de agua
hasta el cuello I Y tendiendo sus brazos, |
tinieblas y tribulación, | se obscurecerá la que Rasín, rey de Siria, y Pecaj, hijo de rio de Egipto, I y a la abeja que está en cubrirán toda tu tieira, ! ¡oh Emmanuel!
Romelía, rey de Israel, subieron contra 9
luz en los cielos. la tierra de Asiría, | " y vendrán y se aba- Aprended, pueblos, que seréis que-
Jerusalén para combatirla, pero no pu- tirán en masa | sobre valles y torrentes, I b r a n t a d o s ; I oíd todos vosotros, los de
V o c a c i ó n d e Isaías al m i n i s t e r i o dieron tomarla. * 2 Y tuvo noticia la casa y sobre los huecos de las rocas, I y sobre lejanas tierras. | Armaos, que vais a ser
profético de David de que Siria y Efraím se habían los zarzales, y sobre los matorrales todos. I quebrantados: ¡ apercibios, que seréis que-
1
El año de la muerte del rey Ozías confederado, y tembló su corazón y el 20
En esos días afeitará el Señor | con na- brantados. ¡ 10 Trazad planes, que serán
6 vi al Señor sentado sobre un trono
alto y sublime, y sus haldas henchían el
corazón del pueblo, c o m o tiemblan los
árboles del monte a impulsos del viento.
vaja alquilada del lado de allá del río, |
y rasurará las cabezas, los pelos del cuer-
deshechos; I haced proyectos, que no se
lograrán, I porque Dios está con vosotros,
templo. * 2 Había ante El serafines, que 3
Entonces dijo Yavé a Isaías: Sal lue- p o , I y quitará la barba. u Así me ha hablado Yavé, mientras se

cada uno tenía seis alas; con dos se cu- go al encuentro de Ajaz, tú y tu hijo En aquel día tendrá u n o una vaca y apoderaba de mi su m a n o y me advertía
brían el rostro, con dos se cubrían los Sear-Jasub, al cabo del acueducto de la dos ovejas, | 2 2 y por la gran cantidad de que no siguiese el camino de este pueblo.
pies, 3 y con las otras dos volaban, y los piscina Superior, * 4 camino del campo leche que darán, | comerá mantequilla, [ Y me dijo: I i 2 N o llaméis conjuración I a
unos a los otros se gritaban y se respon- del Batanero, y dile: | Mira bien no te pues de mantequilla y miel se alimenta- lo que este pueblo llama conjuración. I N o
dían: ¡Santo, Santo, Santo, Yavé Se- inquietes, no temas n a d a y ten firme co- r á n I todos los que quedaren en la tierra. I tengáis miedo ni temor de lo que él te-
baot! I ¡Está la tierra toda llena de su razón ¡ ante esos dos cabos de tizones 23
En aquel día, I el lugar donde había mil me; I 13 a Yavé Sebaot habéis de santi-
gloria! humeantes, ante el furor de Rasín, el si- vides I por valor de mil siclos de plata, ¡ ficar, í de El habéis de temer, de El tened
4
A estas voces temblaron las puertas rio, y del hijo de Romelía, | 5 ya que la 24
se cubrirá de cardos y de zarzas. ! Y se miedo. I , 4 E 1 será piedra de escándalo y
en sus quicios, 5 y la casa se llenó de hu- Siria ha resuelto tu ruina, I con Efraim entrará allá con arco y saetas, I pues toda piedra de tropiezo I para las dos casas de
mo. Yo me dije: «¡Ay de mí, perdido soy!, y el hijo de Romelía, diciendo: | 6 Mar- la tierra será espinas y cardos. I 2 5 Y a los Israel, | lazo y red para los habitantes de
pues siendo un hombre de impuros la- chemos contra Judá, I apoderémonos de montes que se cavaban y escardaban | no Jerusalén. I 15 Y muchos de ellos trope-
bios, ) que habita en medio de u n pueblo él, enseñoreémonos de él ) y démosle p o r se irá ya, p o r temor de las espinas y los zarán, I caerán y serán quebrantados. 1 y
de labios impuros, | he visto con mis ojos rey al hijo de Tabel. c a r d o s ; | quedarán para pasto de bueyes I se enredarán en el lazo y quedarán cogi-
al Rey, Yavé Sebaot». I 6 Pero uno de 7
H e aquí lo que dice el Señor, Y a v é : | y para ser pisoteados por el ganado. dos.
los serafines voló hacia mí, teniendo en Eso no se logrará, no será así, | 8 porque 16
Guardaré el testimonio, I sellaré esta
sus manos un carbón encendido, que con la cabeza de Siria es Damasco, y la cabeza L a destrucción d e S a m a r i a y d e
enseñanza para mis discípulos,* I ' " y es-
las tenazas tomó del altar, | 7 y tocando con de Damasco, Rasín (dentro de sesenta y Damasco peraré a Yavé, que oculta su rostro I a la
él mi boca, dijo: «Mira, esto ha tocado cinco años, Efraím habrá dejado de ser 1
Díjome Y a v é : T o m a una tabla gran- casa de Jacob. | En El esperaré. (' 8 Henos
tus labios, | tu culpa ha sido quitada y
borrado tu pecado».
pueblo), * ¡ 9 y la cabeza de Efraím es Sa-
maría, | y la cabeza de Samaria el hijo de
8 de y escribe en ella * 2 con grandes aquí a mí y a mis dos hijos, I que me dio
caracteres: A Maher-salal-jas-baz. Y tó- Yavé, I como señales y presagios en Is-
8 Y oí la voz del Señor, que decía: | Romelía. | Vosotros, si no tuviereis fe, no m a m e dos testigos fieles, Urías, el sacer- rael, I de parte de Yavé Sebaot, que mora
«¿A quién enviaré | y quién irá de nues- permaneceréis. dote, y Zacarías, hijo de Jebereguías. * en el monte de Sión. 1 i« Y todavía os di-
tra parte?» | Y yo le dije: | Heme aquí, 3
i" Y dijo además Isaías a Ajaz: » Pide Acerquéme a la profetisa, que concibió rán sin embargo: | Consultad a los evo-
envíame a mí. [ 9 Y El me dijo: | Ve y di a Yavé, tu Dios, una señal, o de abajo en y parió un hijo, y Yavé me dijo: Lláma- cadores I y a los adivinos, que m u r m u r a n
a ese pueblo: | Oíd y no entendáis, | 1 0 ved lo profundo, o de arriba en lo alto. 12 Y le Maher-salal-jas-baz, 4 porque antes que y susurran: I ¿No debe un pueblo consul-
y no conozcáis. Endurece el corazón de contestó Ajaz: N o la pediré, no quiero el niño sepa decir «padre mío, madre tar a sus dioses I y a sus muertos 12" sobre
ese pueblo, I tapa sus oídos, | cierra sus tentar a Yavé. " E n t o n c e s dijo Isaías: | mía», las riquezas de Damasco y el botín la suerte de los vivos ! para conocimiento
ojos. ¡ Que no vea con sus ojos, ! ni oiga Oye, pues, casa de D a v i d : | ¿Os es poco de Samaria serán llevados p o r el rey de y testimonio? | Seguramente eso es lo que
con sus oídos, | ni entienda su corazón, | y todavía molestar a los hombres, | que m o - Asiría. os dirán.
no sea curado de nuevo. ! " Y yo le dije: lestáis también a mi Dios? | 14 El Señor Noche sin aurora, * I 21 tribulación y
¿Hasta cuándo, Señor? | Y El respondió: ¡ mismo os dará por eso la señal: | H e aquí L a invasión de Judá p o r los asirios hambre invadirán la tierra, I y enfureci-
Hasta que las ciudades queden asoladas | que la virgen grávida da a luz un hijo | y 5 Y m e habló de nuevo Yavé y me di-
y sin habitantes, | y las casas sin morado- dos por el hambre, ! maldecirán a su rey
le llama Emmanuel. * 15 Y se alimentará jo : I 6 Por haber despreciado este pue- y a su Dios. | 2 2 Alzarán sus ojos arriba, I
res, | y la tierra hecha u n desierto. | I 2 Has- de leche y miel | hasta que sepa desechar
l
Este capitulo nos cuenta la vocación de Isaías, el mismo año en que murió el rey Ozías rece ligado a la devastación asiría. Para darnos cuenta del lenguaje del profeta, habremos de recono-
6 (de 740 a 737). Yavé se revela a su profeta como el Dios de la santidad, que, por lo mismo, la cer que había tenido de Dios una muy alta revelación de Emmanuel, la cual le dejó tan impresio-
nado, que no podía apartar el pensamiento de ella. Así. al anunciar la inminencia de la invasión
exige de su pueblo. «Sed santos, que yo soy santo; Yavé, vuestro Dios» se repite muchas veces en
el Levítico. Precisamente porque el pueblo no la tiene ni parece estar dispuesto a procurársela, por asiría, toma por señal el mismo Niño, que. si entonces naciera, antes de llegar a los años de la dis-
esto el Señor le amenaza con una completa devastación. Los w.o y 10 deben mirarse como una creción no tendría para alimentarse más que leche y miel. Estas abundarán mucho, porque toda la
figura de permisión. El Señor, como hastiado de su pueblo, envía a su profeta a endurecer al pueblo tierra devastada será pastizal para los ganados.
en el mal, no porque sea éste su intento al enviar a Isaías, sino porque va a ser el resultado del mi-
nisterio de éate, a causa de las malas disposiciones del pueblo. Q í Ese capítulo, hasta el v.2ob, contiene una serie de vaticinios alusivos a la invasión asiría que
** anuncia
2
el c.7.
1
Los capítulos 7 a 12 forman el llamado Libro de Emmanuel, en el cual la amable figura del El nombre del niño significa Pronto a saquear, Rápido a robar.
7 Niño aparece enlazada con la invasión asiría, que amenaza a judá y que traerá la devastación 16
El testimonio es la tabla (8,1) en que están escritos los nombres de sus hijos Maher-salal-
tantas3 veces anunciada (cf. Introducción a los libros proféticos, n.7). jas-baz (8-3) y Sear-Jasub (7,3). Ambos llevan nombres simbólicos de la devastación asiria. que
Sear-Jasub, nombre simbólico que significa «el resto volverá». con el del padre tendrá el pueblo siempre ante los ojos. Sin embargo, todavía habrá quienes tengan
8 Las palabras de este paréntesis son, sin duda, una glosa.
14
por muy natural consultar por los evocadores y adivinos sobre la suerte del pueblo.
20
Las dificultades de este vaticinio han sido sentidas desde antiguo, por la unión con que apa- El oráculo que sigue debe empezar por 5,26-30; continuará luego con 8,20c; «Noche sin
ISAÍAS a-IÜ 780 781 ISAÍAS 10-H
luego mirarán a la tierra, | pero sólo ha- I enemigos, | al ejército de sus enemigos. |
hni angustia y tinieblas, | obscuridad y 12 n
( ) La Siria al este y los filisteos al oes- El reino d e Asiría será destruido Israel será liberado
5 20
Iribulación. | M a s se pasará la noche* | te, | que a boca llena devorarán a Israel. | ¡Ay de ti, Asur, vara de mi cólera, | En aquel día, I el resto de Israel | y
21
y no habrá ya tinieblas I para el pueblo Ni con todo esto se aplacará su ira, | an- bastón de mi furor! * | 6 Y o le m a n d é con- los sobrevivientes de la casa de Jacob |
que andaba en angustias. tes seguirá todavía tendida su m a n o . tra una gente impía, | le envié contra el no se apoyarán ya sobre el que los hirió, |
13 (12) Pero el pueblo n o se ha vuelto al pueblo objeto de mi furor, | para que sino que se apoyarán con fidelidad en
Q ] C o m o al principio cubrió de o p r o - que le hería, | no ha buscado a Yavé Se- saquease e hiciera de él su botín | y le Yavé, el Santo de Israel. | Volverá un
2I

** bio | la tierra de Zabulón y la baot ; I 1 4 ( 13 ) y Yavé cortará de Israel la pisase como se pisa el polvo de las calles; | resto, un resto de Jacob, | al Dios fuerte. |
tierra de Neftalí, | a lo último llenará de cabeza y la cola, | el r a m o y la caña en 7 22
pero él no tuvo los mismos designios, I Porque aunque fuera tu pueblo, Israel,
gloria el camino del mar | y la otra ribera un mismo día. | 1 5 O 4 ) Los ancianos, los no eran éstos los pensamientos de su co- como las arenas del mar, | sólo un resto
del Jordán, | la Galilea de las gentes. * A grandes: he ahí la cabeza; | el profeta, razón. I Su deseo era desarraigar, | exter- volverá. | Decretada está la destrucción, |
doctor de mentiras: he ahí la cola, j minar pueblos en gran número. | 8 Por- que acarreará la justicia, |
23
y este de-
D e s p u é s del castigo, Israel será 16 (15) Porque los que guían al pueblo se que él dice: | Reyes son todos mis prín- creto de destrucción | lo ejecutará el Se-
l i b e r a d o p o r el R e y M e s í a s descarrían, | y los guiados van perdidos. | cipes, I ' ¿no ha sido ésa la suerte de Cal- ñor, Yavé Sebaot, en t o d a la tierra. I Por
2 1
í ) El pueblo que andaba en tinie- 17 (16) Por eso el Señor no se complace en no, la de Carquemis; | la de Jamat, no h a eso dice el Señor, Yavé Sebaot:
blas, | vio una luz grande; I sobre los que sus mancebos, | ni tiene piedad de sus sido la de A r p a d ; I y la de Samaría, la 24
Pueblo mío, que habitas en Sión, I no
habitaban en la tierra de sombras de I huérfanos y sus viudas. | Porque todos son misma de Damasco? | 1 0 Así se apoderó mi temas que Asur te hiera con la vara |
muerte | resplandeció una brillante luz. | | impíos y malvados, I y toda boca dice des- m a n o de reinos de ídolos, I m á s en nú- y alce contra ti su bastón, | como el
3 2
( ) Multiplicaste la alegría, | has hecho propósitos. | Ni con esto se aplaca su mero que los de Jerusalén y Samaría. | Egipto. * I 2 5 Dentro de poco tiempo, den-
grande el júbilo, | y se gozan ante ti co- ira, [ antes seguirá todavía tendida su 11
¿ N o podré hacer con Jerusalén y sus tro de muy poco, I mi cólera llegará al
mo se gozan los que recogen la mies, | m a n o . ídolos I lo que hice con Samaría y los su- fin, I y mi furor los destruirá. | 2 6 Yavé
c o m o se alegran los que se reparten la ís (17) Porque la iniquidad se ha encen- yos? ! 1 2 Pero sucederá que cuando el Se- Sebaot alzará contra ellos el azote, I como
presa. | 4 (3) Rompiste el yugo que pesa- dido como fuego, | que devora cardos y ñ o r I haya realizado toda su obra | sobre cuando hirió a M a d i á n en la roca de
ba sobre ellos, | el dogal que oprimía su zarzas I y consume la maleza del bosque, | el m o n t e de Sión y Jerusalén, I castigará H o r e b , | y el mar con su báculo, | como lo
cuello, | la vara del exactor, como en el subiendo el h u m o en remolinos. 1 19 0 8 ) Por el Señor al rey de Asiría | p o r el orgullo levantó un día en Egipto; | 2 7 y en ese
día de Madián. I 5 ( 4 ) Y h a n sido echados el furor de Yavé Sebaot se abrasará la tie- de su corazón y la altivez de sus ojos. | día se quitará su peso de sobre tus es-
al fuego | y devorados p o r las llamas | los rra, [ y el pueblo será presa del fuego. | 13
El se dice: | C o n la fuerza de mi brazo paldas I y su yugo de sobre tu cuello.
zapatos jactanciosos del guerrero I y el 2o (19) Despedazan a derecha, y se quedan he hecho eso, | con mi sabiduría y mi
m a n t o manchado de sangre. | 6 ( 5 ) Porque con h a m b r e ; | devoran a izquierda, y no prudencia, I y borré las fronteras de los I n m i n e n c i a d e la i n v a s i ó n
nos ha nacido un niño, | nos h a sido d a d o se sacian; | (20) cada cual devora a su pueblos, I y saqueé sus tesoros, y, | todo- 28
un hijo, | que tiene sobre su h o m b r o la so- prójimo, | y nadie se apiada de su her- Ya avanza del lado de R i m ó n ; | ha
poderoso, derribé a los que se sentaban llegado a Ayot; | pasa por Magrón |
beranía, | y que se llamará | maravilloso m a n o . | Manases contra Efraím, Efraím
consejero, Dios fuerte, | Padre sempiter- contra Manases, | y ambos a dos contra en los tronos. | 1 4 Mi m a n o ha cogido la y deja en M i c m a s su i m p e d i m e n t a . * |
no, Príncipe de la paz, * | 7 ( 6 ) p a r a dila- Judá. | 2 1 Ni con t o d o esto se aplaca su riqueza de los pueblos | c o m o se coge un 2 9 Han pasado el desfiladero I y durante
tar el imperio y para u n a paz ilimitada, | j ira, | antes seguirá todavía tendida su n i d o ; | c o m o quien se apodera de hue- la noche han acampado en Gueba. | 3 0 R a -
sobre el trono de David y sobre su reino, | m a n o . vos abandonados, | m e he apoderado yo m a está temblando, | G a b a de Saúl está
para afirmarlo y consolidarlo I en el de- de la tierra toda. | Y nadie sacudió las en fuga; | lanza gritos, hija de Galim; |
recho y la justicia I desde ahora p a r a siem- 1 A ' ¡Ay de los que dan leyes inicuas I alas, l.ni abrió el pico, ni dio un chillido. | e s c u c h a , L a i s ; r e s p ó n d e l e , A n a t o t ; |
15
pre jamás. | El celo de Yavé Sebaot h a r á * " ¿Se ensoberbece el hacha contra el que 3 ' M a d m e n a huye; | los habitantes de
y de los escribas que escriben pres-
esto. la maneja, | la sierra contra el que la mue- Gabim h a n escapado. | 3 2 H o y todavía
cripciones tiránicas | 2 para apartar del
tribunal a los pobres de mi pueblo I y ve? I C o m o si la vara dirigiera al que la hace alto en N o b , | y alza su m a n o
El castigo d e los p e r v e r s o s conculcar el derecho de los desvalidos, | levanta, | o el bastón al que lo lleva. | contra el monte de la hija de Sión, |
16
M a s p o r eso el Señor, Yavé Sebaot, ¡ contra el monte de Jerusalén.
8
(7) El Señor h a m a n d a d o palabra para p a r a despojar3 a las viudas | y r o b a r a los herirá de flaqueza ese cuerpo tan robus- 33
Jacob, | que ha caído en Israel, *| ( ) y huérfanos! I ¿Qué haréis el día de la vi-
9 8 He aquí que Yavé Sebaot | desga-
to. I Y debajo de su gloria encenderá un jará con fuerzas las ramas, I las cimeras
llegará a conocimiento de t o d o el pue- sitación, | del huracán que viene de le- 17
fuego, I como fuego de incendio. | Y la serán cortadas, | y las altas abatidas. |
blo, | de Efraím y de los habitantes de jos? | ¿A quién os acogeréis para que os luz de Israel se convertirá en fuego, | y 3 4 La madera del bosque será cortada a
Samaría. I Los que en su soberbia y en 4proteja? | ¿Qué será de vuestros tesoros? |
su Santo en llama, I para quemar y devo- hierro, | y echados a tierra los cedros del
su dureza de corazón se decían: ¡ 10 (9) "Han D e no ir curvados entre los cautivos, |
caído los ladrillos, pero edificaremos con h a b r á n caído entre los muertos. | N i con rar [ en un solo día sus cardos y sus es- Líbano.
sillares; I h a n sido cortados los sicómo- todo esto se aplacará la ira de Yavé, | an- pinas. I l g Y la hermosura de su bosque
ros, pero en su lugar pondremos cedros. | tes seguirá todavía tendida su m a n o . y de su vergel quedará del t o d o destrui- E l r e i n o d e l M e s í a s , r e i n o d e p a z
11 (10) Yavé fortalecerá contra ellos a sus da, I 1 9 y los árboles que de su selva que- y universal
den serán tan pocos, I que u n niño podrá 1 Y brotará una vara del tronco
aurora». Bajo la imagen de una tormenta, el profeta describe la invasión asiría sobre el norte del contarlos. 11 de Jesé, | y retoñará de sus raíces
reino de Samaría por Teglatfalasar después de la conquista de Damasco (732). un vastago. * j 2 Sobre el que reposará el
22 Tras de la tormenta viene el día claro; aquí la claridad es la edad mesiánica. 5
Ijj La postrera sección del libro de Emmanuel abarca 10,5-12,6. Empieza por una amenaza
1 San Mateo (4,15 s.) hace uso de este texto para introducir la aparición de Jesús en Galilea. * " contra Asur, muy orgulloso de sus conquistas. Semejante a un frondoso bosque, será consu-
9 A las tinieblas del error y del pecado sucede la luz de la verdad y de la gracia. mido por el fuego. Como en otro tiempo fue castigado el Egipto, así lo será ahora Asur, y el resto
» Los atributos que aquf atribuye el profeta al Niño nos declaran la alta idea que Dios le había de Israel, salvado.
comunicado de este vastago de David. Tales atributos tocan en lo divino, y su pleno sentido nos 24
Estos versículos van dirigidos a Sión, y son una palabra de aliento ante la invasión asiría
lo pondrá en claro la propia revelación del Nuevo Testamento. que2 8se describe con detalle desde el v.28.
8 La sección 9,8-10,4 consta de cuatro estrofas claramente distinguidas por el estribillo: «Ni Aquí nos pinta al ejército asirio que sube por etapas a Jerusalén, donde Yavé le aguarda para
con todo esto se aplacará», etc. (9,12.17.21; 10,4), a las cuales no dudamos en añadir 5,24-25. El confundir su orgullo. Los w.14.24-27 estarían bien después del v.32. La profecía parece haberse
tema es la amenaza contra Israel a causa de sus iniquidades. El instrumento será, sin duda, el asirio; realizado o el año 700, cuando la primera invasión de Senaquerib, o el 603, en una segunda invasión
pero, como Amos y Oseas, no lo señala por su nombre, lo que indicaría que el oráculo es anterior (cf. Introducción a los libros proféticos, n.7).
a los otros dos.
•f •§ l Otra vez, después de describirnos la invasión del asirio, su gloria y su poder, semejantes
• • a un soberbio bosque, que, sin embargo, será destruido, lo contrapone al humilde renuevo
ISAÍAS 11-13 782
783 ISAÍAS 13-14
espíritu do Yavé, | espíritu de sabiduría y Yavé la lengua de m a r de Egipto I y
de inteligencia, | espíritu de consejo y de levantará con fortaleza su m a n o sobre el de los cielos, | Yavé con los instrumentos rán extranjeros, I se unirán a la casa de
fortaleza, | espíritu de entendimiento y río, ¡ y herirá sus siete brazos, | que de su furor | para asolar la tierra toda. Jacob. I 2 Los tomarán los pueblos y
6 los llevarán a su lugar, \ y la casa de Is-
de temor de Yavé. I 3 Y pronunciará sus podrán pasarse a seco. * | 16 Y abrirá ca- Lamentaos, que se acerca el día de
decretos en el temor de Yavé. | N o juz- mino a los restos de su pueblo, | a los Yavé, I que vendrá como azote del T o - rael los tendrá por siervos y siervas |
gará por vista de ojos, | ni argüirá por que quedaran de Asur, | c o m o lo abrió dopoderoso, I 1 y desfallecerán todos los en la tierra de Yavé. | Cautivarán a los
oídas de oídos, I 4 sino que juzgará en para Israel | el día de su salida de Egipto. brazos | y se helarán todos los corazones que los habían cautivado | y dominarán
justicia al pobre, | y en equidad a los de los nombres. | 8 Se llenarán de terror a los que los dominaron. | 3 Entonces,
humildes de la tierra. | Y herirá al tirano C á n t i c o de liberación y de angustia, y de dolor se retorcerán el día en que Yavé te dará el reposo | de
con los decretos de su boca, I y con su 1
Y aquel día dirás: I Y o te alabo, c o m o parturienta. I Se mirarán con estu- tus fatigas, de tus penas y de la dura
5
aliento m a t a r á al impío. | L a justicia 12 Yavé, porque te irritaste contra
será el cinturón de sus lomos, | y la fi- mí, | pero se aplacó tu cólera | y m e has
por unos a otros | y se encenderán en
llama sus rostros.
servidumbre | a que estuviste sometido, ¡
4
cantarás este canto | contra el rey de
9 Babilonia y dirás:
delidad el ceñidor de su cintura. | 6 Ha- consolado. * | 2 Este es el Dios de mi Ved que se acerca el día de Yavé, |
bitará el lobo con el cordero, | y el salvación, | en El confío y n a d a temo, | y cruel, con cólera y furor ardiente, | ¿Cómo se acabó el opresor | y pasó
leopardo se acostará con el cabrito, | porque mi fuerza y mi canto es Yavé, | para hacer de la tierra u n desierto | y la vejación? | 5 R o m p i ó Yavé la vara de
y comerán juntos el becerro y el león, ¡ El h a sido para mí la salud. ] 3 Sacaréis exterminar a los pecadores. | 10 Las es- los impíos, I el cetro de los tiranos. |
6
y un niño pequeño los pastoreará. * I con alegría el agua de las fuentes de la trellas del cielo y sus luceros I no darán El que castigaba a los pueblos con fu-
7
La vaca pacerá con la osa, I y las crías salud | y diréis aquel día: | 4 Alabad a su luz, I el sol se obscurecerá en nacien- ror, I sin cansarse de fustigar; | el que
de ambas se echarán juntas, I y el león, Yavé, cantad a su nombre, | pregonad en su cólera subyugaba a las naciones |
d o , y la luna n o h a r á brillar su luz. |
como el buey, comerá paja. I 8 El niño sus obras en medio de los pueblos, |
11 bajo u n yugo cruel. | 7 T o d a la tierra
Y o castigaré al m u n d o por sus críme-
de teta jugará junto a la hura del áspid, | proclamad que su n o m b r e es sublime. I nes, I y a los malvados p o r sus iniqui- está en paz, t o d a en reposo | y en cantos
y el recién destetado meterá la m a n o | en 5 Cantad a Yavé, que hace cosas grandes, I dades. I Y o haré cesar la insolencia de de alegría. | 8 Hasta los cipreses se alegra-
la caverna del basilisco. | 9 N o h a b r á ya que lo sepa la tierra toda. I 6 Exultad, ju- los soberbios | y abatiré la altivez de los ron de t u ruina, | con los cedros del Lí-
m á s daño ni destrucción | en t o d o m i bilad, moradores de Sión, porque grande opresores. | i 2 Y o haré que sean los h o m -
b a n o . I Desde que tú quedaste inmóvil |
monte santo, | porque estará llena la es en medio de vosotros el Santo de Israel, bres más escasos que el oro fino, m á s nadie sube ya a abatirnos. | 9 El seoi
tierra | del conocimiento de Yavé, | como que el o r o de Ofir. | H Y o haré estreme- mismo se conmueve en sus profundida-
llenan las aguas el mar. cer a los cielos | y temblará la tierra en des I para salir a recibirte, | y por ti
10
En aquel día el renuevo de la raíz S E G U N D A P A R T E su lugar I ante la indignación de Yavé despierta a las sombras, | todos los gran-
de Jesé | se alzará c o m o estandarte p a r a Sebaot | el día del furor de su ira. des de la tierra, | y hace dejar sus tronos
los pueblos. | Y le buscarán las gentes, I O R Á C U L O S CONTRA LAS N A C I O N E S 1 4 Entonces, como cierva asustada, I a todos los reyes del orbe.
10
y será gloriosa su morada. * | n En aquel GENTILES c o m o ovejas sin pastor, | se irá cada Y todos a voces te dicen: [ ¿Tam-
día, de nuevo la m a n o del Señor | redi- (13-23) u n o a su pueblo, | huirá cada uno a su bién tú te debilitaste c o m o nosotros | y
mirá al resto de su pueblo, | a lo que Oráculo contra Babilonia tierra. | 1 5 Cuantos fueren habidos se- has venido a ser u n o de tantos? | n H a
reste de Asur y de Egipto, | de Patros, 1
Oráculo sobre Babilonia que vio r á n degollados, cuantos fueren cogidos bajado al seol tu gloria | al son de tus
de Cus, de Elam, de Senaar, | de J a m a t y Isaías, hijo de A m o s . * caerán a la espada. | 16 Sus hijos serán a r p a s ; | los gusanos serán tú lecho | y
12
de las islas del mar. | Alzará su estan- 2
13
Alzad bandera sobre lo alto de un
darte en las naciones, I y reunirá a los m o n t e desnudo, | gritadles, hacedles se-
estrellados a sus ojos, | sus casas incen-
diadas, sus mujeres violadas. | 1 7 Y o des-
gusanos serán tu cobertura. l 2 ¿ C ó m o
caíste del cielo, | lucero brillante, hijo
dispersos de Israel, I y juntará a los ñas con las manos | p a r a que entren p o r pertaré contra ellos a los medos, | que de la aurora? | ¿Echado por tierra | el
dispersos de Judá I de los cuatro confines las puertas de los príncipes. I 3 Y o m a n - no se cuidan de la plata, I que n o codi- dominador de las naciones? 13 Tú, que
de la tierra. | 13 Y cesará la envidia de do a mi ejército consagrado p a r a la gue- cian el oro. I 18 Y los arcos aplastarán a decías en tu corazón: | Subiré a los cie-
Efraím | y serán destruidos los enemigos rra I y llamo a mis valientes para eje- los; I en lo alto, sobre las estrellas de
los mancebos | y n o h a r á n gracia al fruto
de Judá. | Y no envidiará ya más Efraím del vientre | ni tendrán sus ojos piedad Dios, elevaré mi t r o n o ; | m e instalaré
cutar mi ira, I a los que triunfan para mi de los niños. | 1 9 Entonces Babilonia, la en el m o n t e santo, | en las profundida-
a Judá, | y Judá no será más enemigo 4
de Efraím. | 1 4 Y se lanzarán contra la gloria. I Murmullo de muchedumbres flor de los reinos, | ornamento de la so- des del aquilón. 1 4 Subiré sobre la cum-
costa de los filisteos a occidente, | y juntos en los montes, I ruido de muchas gentes, I berbia de los caldeos, | será como So- bre de las nubes | y seré igual al Altísi-
saquearán a los hijos de Oriente; | E d o m de reinos, de gentes reunidas. | Yavé Se- d o m a y G o m o r r a , | que Dios destru-m o . I 1 5 Pues bien, al sepulcro has baja-
y M o a b les servirán, | y los hijos de A m - baot revista al ejército que va a combatir. | yó. I 2 0 N o volverá jamás a ser habitada |do, I a las profundidades del abismo.
m ó n les estarán sujetos. | l 5 Y secará 5 Viene de tierra lejana, | de los confines ni poblada en los siglos venideros. | N o 16 Para verte mejor se detienen \ y te
alzará allí el árabe su tienda | ni se apa- contemplan diciéndote: | ¿Es éste el que
del tronco de Jesé, sobre quien descenderá el espíritu de Yavé, y que traerá la paz no sólo a los restos centarán allí ganados. I 2 1 M o r a r á n allí
hacía temblar la tierra, | el que trastor-
de Judá, sino a todas las naciones que le buscarán. Este Espíritu se manifestará en formas varias, n a b a los reinos, 1 7 el que hacía del mun-
que la teología llama dones del Espíritu Santo, que se hallan en Cristo de un modo eminente, de las fieras, I y los buhos llenarán sus ca-
otro modo en sus fieles. do u n desierto, | devastaba las ciudades |
sas. I H a b i t a r á n allí los avestruces | y
6
Para describirnos la paz de los tiempos mesiánicos, el profeta se remonta a los días del pa- y no liberaba a sus cautivos? | 1 8 Todos
h a r á n allí los sátiros sus danzas. I 2 z En
raíso, en que todos los animales vivían sometidos al hombre y en paz. sus palacios aullarán los chacales, | y los reyes de las naciones | reposan con
1
° El Mesías reunirá a todos los pueblos, empezando por juntar en uno los dos reinos de Judá los lobos en sus casas de recreo. | Está honor, | cada u n o en su m o r a d a ; 1 9 p e r o
y Efraím,
15
en mal hora divididos. para llegar su tiempo, n o se alargarán mu- tú has sido arrojado de tu sepulcro |
Los siete brazos por que el Nilo entraba en el mar Mediterráneo, que hoy son cuatro. cho sus días. * como un vil tronco. I Los muertos por
O * Hermoso remate de todo el libro de Emmanuel, en que alternativamente nos va presen- la espada | descienden a los sepulcros de
1 "* tando el profeta las amenazas de la justicia vengadora, que se vale de los asiríos para cas- P r o m e s a de liberación y canto piedra; | tú, como cadáver que se piso-
tigar a su pueblo, y las promesas de la misericordia, que lo salva por medio del vastago de David. triunfal tea con los pies, | 2 0 no tendrás con ellos
El alma profundamente religiosa del profeta expresa sus sentimientos en este himno de acción de 1
Yavé se apiadará de Jacob, | to- sepultura, | porque arruinaste tu tierra,
gracias.
"I O ] Este oráculo contra Babilonia es un modelo de los discursos contra las naciones. La jua-
H davía escogerá a Israel | y los es- mataste a tu pueblo. I N o se hablará ya
* ™ ticia de Yavé a todos alcanza. Las naciones poderosas son instrumento de su cólera; pero tablecerá en su tierra. | A ellos se uni- jamás I de la raza del impío.
como al obrar se dejan llevar de su orgullo, habrán de caer bajo la justicia divina. Dios lo anuncia
para consuelo de los oprimidos (cf. Introducción al libro de Isaías, n.4). 22 En los días de Isaías, Babilonia no era más que una provincia del imperio asirio; de aquí la
duda sobre la época de la composición de este oráculo.
ISAÍAS 14-lfi 784 785 ISAÍAS 16-18
21 Aparejaos para la matanza de los saco, | por los terrados, por las plazas; | Jazer | por la viña de Sibma, I y os riego y n o te acordaste del que era tu forta-
hijos | por la impiedad del padre. | N o todos se lamentan, todos lloran. con mis lágrimas, Hesebón y Eleale, I leza. I Para eso plantaste los jardines de
4
se levanten más para conquistar la tie- Hesebón y Eleale lanzan gritos, | cu- sobre cuyos frutos y cosechas | estallaba Adonis I y pusiste en ellos los p á m p a n o s
rra | y llenar el m u n d o de ruinas. | 2 2 Y o yos ecos se oyen hasta Jallas. | M o a b el grito del lagarero. | I 0 Ya no hay gozo de un dios extraño. * | 11 El día mismo en
me alzaré contra ellos, I dice Yavé Se- siente desfallecer sus Tiflones, | y su alma y alegría en tus vergeles, | ya no hay que los plantabas los veías crecer, | y al
b a o t ; | yo aniquilaré de Babilonia su desmaya. | 5 Salen gritos del corazón de cantos ni gritos de júbilo en las viñas, I día siguiente todas las plantas estaban en
n o m b r e y sus restos, | su raza y su ger- M o a b , | sus huidos llegan a Segor, a ya n o se pisa el vino en los lagares, | ya flor; I pero la cosecha h a sido nula para
men, dice Yavé. | 2 3 Y o la haré h u r a de Eglat-Selisiya. | Suben llorando | la cuesta cesaron los gritos del lagarero. | n Por el día de la angustia, | y el dolor es irre-
erizos | y fangosa charca, | y la barreré de Luhit, | van dando gritos de angustia | eso mis entrañas | vibran como un arpa mediable.
con la escoba de la destrucción, dice p o r el camino de Joronaím. por M o a b , | y mi corazón por Quir-
Yavé Sebaot. * 6
Se h a n secado las aguas de Nirnrim, | Jareset. O r á c u l o sobre Etiopía
se h a secado el h e n o , se h a marchitado la 12
Verán a M o a b subir con fatiga a l 2 ¡Ah! R u i d o de muchedumbres innu-
O r á c u l o c o n t r a Asiría hierba, | t o d o verdor h a desaparecido. | sus altos, I y entrar en sus santuarios merables, I como el estruendo del m a r ; I
24 7
Yavé Sebaot lo ha jurado, diciendo: I Llévanse sus bienes y sus provisiones | para pedir y n o obtener nada. | 13 Esta tumulto de naciones, | c o m o el estrépito
Sí, lo que yo he decidido llegará, I lo al otro lado del torrente de los Sauces. I es la palabra que sobre M o a b pronunció de aguas copiosísimas. | 13 Los amenaza
que yo he resuelto se cumplirá. * | 2 5 Y o 8
El llanto rodea las fronteras de M o a b , | Yavé en otro t i e m p o ; 1 4 y ahora dice esto él, y huyen lejos, | ahuyentados como el
romperé al asirio en mi tierra y le hollaré los lamentos llegan hasta Eglaím, | y Yavé: D e n t r o de tres años, como años tamo de los limpiadores | arrebatado del
en mis montes, I y se les quitará de enci- hasta Beer-Elim los alaridos, | " p o r q u e de jornalero, será abatida la soberbia de viento, como el polvo arrebatado por
ma su yugo, | y arrojarán su carga de las aguas de D i m ó n ] están llenas de M o a b , con toda su gran arrogancia, y h u r a c a n a d o torbellino. | 1 4 A la Iiora de la
sobre sus espaldas. | 2 6 He aquí la resolu- sangre, | y todavía m a n d a r é sobre D i - quedará de ella bien poco, casi nada. tarde será el espanto | y a la mañana
ción t o m a d a contra t o d a la tierra, | he m ó n nuevos males. | Leones p a r a los h a b r á n desaparecido. | Esa será la suerte
ahí la m a n o tendida contra todos los escapados de M o a b | y para los sobre- Oráculo sobre D a m a s c o de los que nos aplastan, | la suerte de los
pueblos. | 2 7 Yavé Sebaot ha t o m a d o esta
resolución, | ¿quién se le o p o n d r á ? | Ten-
vivientes de la tierra.

dida está su mano, I ¿quién la apartará? | /» i Enviad la hija del señor de la


n 1
Oráculo sobre D a m a s c o .
Ved a D a m a s c o , borrada del núme-
ro de las ciudades. J N o es más que un
que nos saquean.

1 ft ' ' ^ ^ e ' a " e r r a del zumbido de


* « tierra I desde las rocas del desierto | m o n t ó n de ruinas. * | 2 Sus ciudades, de- * *» alas, I de tras los ríos de Cus! * |
O r á c u l o c o n t r a la Filistea al m o n t e de Sión. I 2 C o m o aves espan- siertas para siempre, I sirven de majada 2
La que envía mensajeros por el mar, |
28
El año de la muerte del rey Ajaz se tadas, ] como nidada dispersa, | así van a los ganados. | Allí duermen sin que nu- en naves de junco sobre las aguas. | Id
dio este o r á c u l o : * 2SI N o te alegres tú, las hijas de M o a b j por los vados del die los espante. I 3 Ya no hay ayuda para volando, mensajeros, | al pueblo de ele-
Filistea toda, | por haberse roto la vara Arnón. I 3 Resuelve, decide, | haz sombra Efraím, | ya no existe el reino de Da- vada talla y piel brillante, | a la nación
que te hería, | porque de la raza de la como de noche en pleno mediodía, | masco. I Y del resto de A r a m y de su temible y lejana, | 3 a la nación fuerte y
serpiente nacerá un basilisco, | y su fruto oculta a los desterrados, | no entregues gloria, I será lo que de la gloria de los conquistadora, I cuya tierra está surcada
será un dragón volador. | 3 0 Los hijos a los fugitivos. | 4 Esconde dentro de ti a hijos de Israel, | dice Yavé Sebaot. | de ríos. | Todos vosotros, los moradores
4
de los pobres se apacentarán en mis pas- los desterrados de M o a b , | protégelos del Será en aquel tiempo atenuada la gloria del m u n d o , | los habitantes de la tierra, I
tos, | y los humildes dormirán seguros. | devastador, | hasta que acabe la invasión, I de Jacob | y enflaquecerá su bien nu- cuando sobre el monte se alce la bandera,
Yo haré morir de h a m b r e a tu raza | y cese la destrucción I y deje la tierra el trido cuerpo. I 5 C o m o cuando el segador mirad. | C u a n d o oigáis sonar la trompeta,
destruiré lo que de ti queda. I 31 Gime, invasor. siega la mies | y coge las espigas con escuchad.
5
¡oh puerta!; grita, ¡oh ciudad!; [ cae des- El trono se afirmará p o r la clemencia; I su m a n o ; | 6 como cuando se espiga en 4
Porque he aquí lo que me ha dicho
fallecida la Filistea toda. | Viene del aqui- y sobre ese trono se sentará siempre, [ en el valle de Refaím. | Queda un rebusco Yavé:
lón una humareda, | viene el enemigo en la tienda de David, I un juez celoso de la como después de cosechada la aceituna, | Y o miro tranquilo mi m o r a d a , I como
apretados haces, I 3 2 ¿y qué responder a justicia | y sabio en discernir el derecho. I dos o tres olivas en la copa del árbol, j calienta sereno un sol brillante, | como
6
los mensajeros de las naciones? ] Yavé H e m o s oído del altanero orgullo de cuatro o cinco en las ramas, dice Yavé, nube de rocío en el calor de la vendimia. I
5
fundó a Sión, | y a ella se acogerán los M o a b , | su arrogación, su orgullo, | su Dios de Israel. Porque antes de la vendimia, cuando
desvalidos de su pueblo. insolencia, su palabrería. | 7 Por eso la- 7
Aquel día se volverá el h o m b r e a su hayan caído las flores | y los frutos se
méntese M o a b p o r M o a b , | sean t o d o Hacedor, | sus ojos mirarán al Santo de hayan hecho maduros racimos, | se po-
O r á c u l o contra M o a b lamentos; | suspiren profundamente con- Israel. | 8 N o mirará a los altares obra darán los sarmientos con la podadera, I
•i r ] Oráculo sobre M o a b . movidos | p o r las tortas de uvas pasas de sus manos, | no se volverá a lo que y aun serán quitadas, arrancadas las ce-
•1 O Ved, atacado de noche, | A r - M o a b de Quir-Jareset; | 8 porque el campo de hicieron sus dedos, | a las aseras ni a los pas. I 6 Y se dejarán a merced de los
está en ruinas; | atacado durante la no- Hesebón está desolado, I los señores de altares del sol. * | » Aquel día serán tus buitres de los montes | y de las bestias
che, | está en ruinas Quir-Moab. * | 2 La las naciones | h a n pisoteado la viña de ciudades fuertes, como las ciudades de- del llano. | Allí pasarán los buitres el
gente de D i b ó n ha subido | a los altos Sibma. | Sus r a m a s se extendían hasta siertas de los amorreos y los jeveos, 1 verano, | y las bestias del llano el in-
para llorar, | y M o a b se lamenta | p o r Jazer, | sus sarmientos iban a perderse en abandonadas al acercarse los hijos de vierno.
N e b o y por M a d a b a . Todas las cabezas el desierto, | y sus pámpanos llegaban Israel; | serán tierra devastada. | 10 Por- 7
En aquel tiempo traerán ofrendas a
están rasuradas; I todas las barbas, afeita- hasta muy lejos, | y pasaban el mar. | que te olvidaste del Dios de tu salud | Yavé Sebaot del pueblo de alta talla y
das. | 3 Salen p o r las calles vestidos de 9 Por eso u n o mis llantos a los llantos de
•f y 1 Damasco fue subyugada por los asirios (732), de los que no la pudieron librar los ídolos
23 ' * que adoraba. Pero Isaías, lleno del espíritu de los tiempos mesiánicos, ve el día en que tam-
14 Véase la nota anterior. bién Damasco reconocerá al Señor y se volverá al Santo de Israel. A pesar del título, varios versícu-
24 los parecen referirse a Israel.
Estos w.24-27. que aquí parecen un canto errático, estarían bien después de 10,32, 8
como complemento del castigo de Asiría. 10
Estos altares del sol son los altares en que quemaban perfumes (Lev 26,30).
28
El v.28 señala la fecha de este oráculo, que amenaza a los filisteos con el azote de los reyes Los cultos de Adonis eran celebrados en Biblos y conocidos en judá.
asirios, desde Sargón, el que tomó a Samaría.
•1 Q 1 Otro oráculo contra los etíopes, que dominaban en Egipto y eran la vana esperanza de
•1 C ! No todos los vaticinios sobre las naciones extranjeras son amenazas. Los ce. 15 y 16 tratan * ^ muchos israelitas contra Asiría. Senaquerib los venció en Altacu, obligándolos a volverse a
* ** de una invasión de Moab, sin duda por los asirios. El profeta muestra la benevolencia de su tierra, donde más tarde los perseguirían los asirios. También aquí el profeta entrevé ei día feliz
Jerusalén, mezclada de ironía, hacia los invadidos descendientes de Lot, que en Sión encontrarán en que este pueblo vendrá a ofrecer sus dones a Yavé en su monte de Sión, lo que es anunciar los
un refugio contra el invasor. tiempos mesiánicos.
ISAÍAS 18-20 786 787 ISAÍAS 20-22
16 pensábamos acogernos para que nos sir-
piel brillante, del pueblo temible, lejano, haga palma o haga junco. I Aquel día fugitivos. I U Porque van huyendo de la
<Jc la nación fuerte y conquistadora, cuya serán los egipcios como mujeres, I se vieran de reíugio y protección contra el espada, | ante la espada desenvainada, |
tierra está surcada de ríos, a la morada aterrarán y temblarán | ante la m a n o rey de Asiría. ¿Cómo escaparemos nos- ante los tensos arcos, | ante los horrores
del n o m b r e de Yavé Sebaot, al monte de de Yavé Sebaot, | tendida contra ellos. | otros? de la guerra. | 16 Pues he aquí lo que me
Sión.
17
Entonces la tierra de Judá ! será para ha dicho Yavé: D e n t r o de un año, como
Oráculo s o b r e Babilonia año de jornalero, se acabará toda la glo-
Egipto motivo de espanto, ] y quienquiera 7
Oráculo sobre Egipto O4 l
Oráculo sobre el desierto del mar. ria de Cedar. 1 Quedarán muy pocos de
que le oiga n o m b r a r | se asombrará de los
1 Q 1 Oráculo sobre Egipto. * | 2 Ved designios de Yavé Sebaot acerca de él. | « * C o m o del mediodía el huracán des- los valientes arqueros, de los hijos de Ce-
•!• »» cómo Yavé, m o n t a d o sobre ligera
18
En aquel día habrá en tierra de Egipto encadenado, j viene también esto del de- dar. Lo dice Yavé, Dios de Israel.
nube, | llega al Egipto. | Ante El tiem- cinco ciudades | que hablarán la lengua de sierto, | de la tierra espantosa. * | 2 M e
blan todo los dioses de Egipto I y el Canán, | y jurarán p o r Yavé Sebaot, | ha sido mostrada una terrible visión: | O r á c u l o sobre Jerusalén
corazón de los egipcios se hiela de es- y de ellas una se llamará la Ciudad del Saqueadores saqueando; I asoladores aso- 1
Q Q Oráculo sobre el valle de la Vi-
panto. | 3 Y o armaré a egipcios contra Sol. | 19 Aquel día habrá en tierra de lando. | Lánzate, Elam. Asediad, m e d o s ; |
egipcios, | y lucharán hermanos contra Egipto altar para Yavé, I y en sus fron- despojaos de toda piedad. | 3 Mis entra- «<M 2
sión.*
ñas se h a n llenado de angustia, | y soy ¿Qué tienes p a r a subirte así | toda a
hermanos, amigos contra amigos, | ciudad teras estelas de Yavé. | 2 0 Esto será para
contra ciudad, reino contra reino. I Y el Yavé Sebaot señal | y testimonio en la presa de dolores I como de parturienta. | los terrados, | ciudad turbulenta, llena de
Egipto perderá su espíritu | y se confun- tierra de Egipto, | y cuando clamen a Aturdido, ya no oigo; | espantado, ya no tumulto, I ciudad de alborotos? | Tus
dirán sus consejos, I preguntarán a sus Yavé en sus tribulaciones, I Yavé les veo. | 4 Pasmóse mi corazón, | el terror heridos no son heridos a la espada, 3
|
ídolos y a sus magos, | a sus evocadores m a n d a r á u n salvador, [ un vengador que m e invadió, | la plácida noche m e llena no h a n muerto en el combate. | Tus
de espanto. jefes h a n huido todos a la vez, I h a n
y adivinos. los librará. I 2 I Yavé h a r á que los egipcios
4 5
sido apresados sin la defensa del arco. |
Yo entregaré al Egipto en m a n o s de le conozcan, | y el Egipto conocerá aquel H a n puesto la mesa, h a n tendido el Todos tus guerreros h a n sido cogidos en
un dominador cruel; I un rey duro se día a Yavé, | y le ofrecerán sacrificios y mantel, I comen, beben. I ¡Arriba, prín- masa, I huían lejos, muy lejos.
adueñará de ellos, | dice el Señor, Yavé oblaciones, I y harán votos a Yavé, y los cipes! ¡A engrasar el escudo! | * Porque 4
Por eso digo: | A p a r t a o s de mí, de-
Sebaot. I s Las aguas del mar se agota- cumplirán. I 2 2 Pues Yavé castigará al ved lo que me ha dicho el Señor: | Ve, jadme verter amargas lágrimas, | no me
rán, | y el río se consumirá, se secará. | Egipto, | hiriendo y sanando, | y se con- pon uno en atalaya [ que comunique lo importunéis con vuestros consuelos I por
6 7
Los canales se estancarán, | los canales vertirán a Yavé, | que se dejará mover a que vea. I Si ve un tropel de caballos, la ruina de mi pueblo. | 5 Porque es día
de Egipto bajarán y se secarán; | juncos y compasión y lo curará. de dos en dos, | un tropel de asnos, un de alboroto, | de angustia y de confu-
cañas se doblarán. | 7 Los prados del 23
Y aquel día habrá camino I de Egipto tropel de camellos, | 8 que mire atenta- sión, I de parte del Señor, Yavé Sebaot. |
Nilo, a las riberas del río, | cuanto el a Asiría, [ y el asirio irá a Egipto y el mente, muy atentamente, I y que grite: lili el valle de la Visión, | derrumbamiento
Nilo hace crecer, se secará, caerá, m o - egipcio a Asiría. I Y egipcios y asirios Y a los veo. | Así estoy yo, Señor, en de murallas, | griterío en la montaña.
rirá. | 8 Gemirán y se lamentarán los servirán a Yavé. | 2 4 Aquel día Israel será atalaya, I sin cesar t o d o el día, I y me 6
pescadores, | cuantos echan en el Nilo quedo en mi puesto toda la noche. Elam ha cogido su aljaba, | A r a m h a
tercero I con Egipto y la Asiría, | como 9 m o n t a d o a caballo. | Quir ha sacado el
sus anzuelos | y cuantos tienen sus redes bendición en medio de la tierra. | 25 Ben- Llegan tropeles de gentes, | caballos de escudo. I 7 Tus hermosos valles están lle-
en las aguas estarán desesperados. dición de Yavé Sebaot, que dice; | Ben- dos en dos, | se alza u n a voz y dice: I nos de carros, | acampan los jinetes a
9
Los que trabajan el lino estarán cons- dito de mi pueblo de Egipto; | Asiría, ¡Cayó! ¡Babilonia ha caído! I Todas las tus puertas. | 8 Cayó el velo que cubría a
ternados; | peinadoras e hiladores, des- obra de mis m a n o s ; | e Israel, mi heredad. imágenes de sus dioses | yacen p o r tierra J u d á , I y en tal día miráis los arsenales
concertados. | 10 Los tejedores, afligidos, | destrozadas. I 1° ¡Oh pueblo mío!, pisado, de la casa del bosque, | 9 las brechas de
y todos los obreros en la mayor de- Oráculo sobre Egipto y Etiopía trillado como la mies, | lo que he oído, de la ciudad de David, y veis que son nu-
solación. QA i El año en que el T a r t á n vino a parte de Yavé Sebaot, D i o s de Israel, I merosas, I y recogéis las aguas del estan-
11
™ " Azoto, m a n d a d o por Sargón, rey
Los príncipes de Z o á n son del todo yo te lo hago saber. que inferior. | 1° Contáis las casas de
de Asiría, y combatió a Azoto y la t o m ó , *
locos; | el consejo de los consejeros del Jerusalén, | y derribáis para fortalecer
2 Oráculo sobre E d o m
h a b l ó Yavé por Isaías, hijo de A m o s ,
F a r a ó n es consejo necio. | ¿Cómo decís las murallas. n Y hacéis depósito entre
diciendo: Ve, quítate de los lomos el
al F a r a ó n : | Somos hijos de sabios, | H Oráculo sobre Edom. los dos m u r o s | p a r a las aguas de la
hijos de antiguos reyes? | 1 2 ¿Dónde es-
saco y descálzate los pies. Hízolo así D a n m e voces desde Seir: I Centinela, piscina vieja; | pero n o miráis al que ha
Isaías, andando desnudo y descalzo; 3 y
tán, pues, tus sabios? i Dígante ahora y ¿qué hay de la noche? | Centinela, ¿qué dispuesto estas cosas, I no veis I al que
dente a saber | lo que Yavé Sebaot ha dijo Y a v é : C o m o anduvo Isaías, mi sier- hay de la noche? * | , 2 El centinela res- de mucho ha las preparó.
vo, desnudo y descalzo tres años, señal y
determinado sobre Egipto. | 13 Los prín- p o n d e : I Viene la mañana, viene tam- 12
El Señor, Yavé Sebaot, os invita en
pronóstico sobre Egipto y sobre Etiopía,
cipes de Z o á n son del todo locos, I los bién la noche. | Preguntad, si queréis; ese día | a llorar, a gemir; a rasurar la
4
príncipes de Menfis van errados, | los así llevará el rey de Asiría a los cautivos
volved a preguntar. cabeza, a ceñir el saco. | 13 Pero en vez de
jefes de sus tribus engañan a Egipto. |de Egipto y a los desterrados de Etiopía,
14 eso I hay júbilo y alegría, | matanza de
mozos y viejos, desnudos y descalzos, al
Yavé ha derramado sobre ellos un es- O r á c u l o sobre Arabia bueyes y de ovejas, I comilonas y borra-
aire las nalgas. 5 Y los que contaban con
píritu de vértigo, ] y descarrían el Egipto 13
Oráculo sobre Arabia. cheras. I «Comamos y bebamos, | que
Etiopía y se enorgullecían de Egipto que-
en cuanto hace, | c o m o desatina el b o - 4
rracho en su borrachera. darán consternados y confusos; * y los Pasad la noche en un m o n t e del de- m a ñ a n a moriremos». 11 Yavé Sebaot me
15 moradores de esta tierra dirán: Mirad a sierto, | caravanas de D e d á n . 1 4 A los lo ha revelado: I Este pecado no os
N o le saldrá bien al Egipto cosa los que eran nuestra esperanza, a los que que tengan sed, llevadles a g u a ; | habitan- será perdonado hasta la muerte, I dice el
alguna, I haga cabeza o haga cola, | tes de la tierra de Tema, I dad p a n a los Señor, Yavé Sebaot.
•f1 Q * El tema de la invasión de Egipto por los asirios, como en el vaticinio anterior; pero aquí 1
Este oráculo contra Babilonia, asediada por los elamitas y los medos, tiene Intimo pareci-
*^ el pensamiento mesiánico está más desarrollado. Egipto acudirá a rendir culto a Yavé, y las
dos naciones enemigas, Asiría y Egipto, harán las paces, siendo Israel la mediadora, y todos tres
21 do con el c.13. El pueblo de Dios parece cautivo, pues el profeta lo ve pisado y trillado por
los babilonios. El titulo es un poco enigmático; el desierto del mar parece ser el país del mar, al sur
recibirán las bendiciones del Señor.
de Caldea.
O j j 1 En 711 Azoto se levantó contra Asiría, confiada en el auxilio del Egipto. El ejército de 11
Este oráculo contra Edom y el siguiente, contra Arabia, son, sin duda, fragmentos de otros
* • " Asiría la sometió, haciéndola sufrir un duro castigo, con gran confusión de quienes les ha-
bían prometido ayuda. Él Señor manda a su profeta que vaya desceñido y descalzo por las calles de más completos.
1 Este oráculo o elegía (í-14) se refiere a la invasión asiría de la época de Ezequías (2 Re 20,
Jerusalén, para dar a entender a sus compatriotas, que en Egipto ponían su confianza, cuan frágil
era el bastón en que querían apoyarse.
22 20; 2 Par 32,2 s.; Eclo 48,19 ss.).
ISAÍAS 22-24 788 789 ISAÍAS 24-25
Oráculo sobre Sobna, mayordomo alegre, | la de antiguo origen, I que iba del siervo como de su amo, | de la pesan sobre ella sus pecados y caerá para
de palacio por sus pies [ a lejanas regiones para criada como de la señora, | del que no volver a levantarse. ¡ 2 i Entonces, aquel
morar en ellas? | s ¿Quién decretó tal compra como del que vende, | del que día, visitará Yavé | la milicia de los cielos
15 Así dice Yavé Sebaot: I Ve a ese cosa I contra Tiro, la coronada, | cuyos
cortesano:* | 16 ¿Qué tienes tú aquí o a presta como del que toma prestado, | del en la altura, | y abajo a los reyes de la
mercaderes eran príncipes, cuyos9 nego- acreedor como del deudor. tierra. | 2 2 Y serán encerrados, presos en
quién tienes tú aquí I para labrarte aquí ciantes eran grandes de la tierra? | Yavé 3
sepulcro? I Se está labrando sepulcro en La tierra será devastada, entregada al la mazmorra, | encarcelados en la pri-
Sebaot lo decretó | para abolir la sober- 4
pillaje; | lo decretó Yavé. | L a tierra sión, I y después de muchos días serán
la altura, | se talla una morada en la roca. | bia orgullosa, | para humillar del todo a
17 Pero Yavé te lanzará con fuerte golpe, I está desolada, marchita; | el mundo pe- visitados. I 23 La luna se enrojecerá, el
los grandes de la tierra. rece, languidece, | perece el cielo con la sol palidecerá l cuando Yavé Sebaot sea
te echará a rodar, ¡oh gran señor!, | como
una bola; I con ímpetu te lanzará como
10 Vete a tu tierra, hija de Tarsis, I que tierra. | 5 La tierra está profanada por proclamado rey. I Y sobre el monte de
tu puerto no existe ya. 111 Yavé tendió su sus moradores, | que traspasaron la Ley, Sión, en Jerusalén, | resplandecerá su
una bola I sobre la vasta tierra. I Allí mano sobre el mar, | e hizo temblar a los
morirás, allí tendrás tu glorioso sepul- falsearon el derecho, | rompieron la alian- gloria ante sus ancianos.
reinos, I y ordenó la destrucción | de las za eterna. [ 6 Por eso, la maldición con-
cro, I ¡oh vergüenza de la casa de tu fortalezas de Canán. | i 2 Dijo: No te L a impiedad, abatida
señor! | 18 El te echará de tu puesto, | sume la tierra, | y sus moradores llevan
regocijes, | Fenicia, virgen deshonrada. | sobre sí las penas de sus crímenes. | Por 9 t ! Yavé, tú eres mi Dios; | yo te
te arrancará de tu lugar. Levántate y vete a la tierra de Quitim, j
19
Aquel día llamaré yo a mi siervo eso los moradores de la tierra son con- **** ensalzaré y alabaré tu nombre, |
que ni aun allí habrá reposo para ti. | sumidos I y reducidos a corto número. | porque has cumplido designios maravi-
Eliaquim, hijo de Helcías, 12» y le revestiré 13 Mira la tierra de los caldeos, | que ha 7
de tu túnica y le ceñiré con tu cinturón, I y Y se pierde el vino, y enferma la vid, ¡ llosos, I de mucho ha verdaderos con
entregado El a fieras salvajes; I alzaron y8 suspiran cuantos antes se regocijaban. | verdad. * I 2 Porque hiciste de la ciudad
pondré en sus manos tu poder. | El será un sus torres, edificaron sus palacios, | pero
padre para los habitantes de Jerusalén | y Y cesó la alegría de los panderos, j un montón de piedras; | de la ciudad
El los convirtió en ruinas. y se acabó el estrepitoso regocijo | y el fuerte una ruina. | Ya la ciudadela de
para la casa de Judá. | 21 Pondré sobre su 14 Gemid, naves de Tarsis, I que vues-
hombro la llave de la casa de David; I alegre sonar del arpa. | 9 Ya no beben el los impíos no es ciudad, | y no será
tro puerto ha dejado de existir. | 15 Suce- vino entre cantares, I y las bebidas son jamás reedificada. | 3 Por eso te alabará
abrirá y 22nadie cerrará, ! cerrará y nadie derá aquel día que Tiro quedará olvidado
abrirá. I Le hincaré como clavo en lugar amargas al que las bebe. | i° Y están las un pueblo fuerte | y te temerá la ciudad
setenta años, los años de la vida de un ciudades desiertas, en ruinas, | cerradas de las naciones poderosas. | 4 Porque eres
firme I y23será honrosa silla de la casa de su rey; y al cabo de setenta años será Tiro
padre. I Será el sostén de toda la gloria las casas, sin que nadie entre en ellas. | tú el refugio del débil, | el refugio del
11
como dice el canto de la cortesana: | Lamentándose por las calles: Ya no pobre en la aflicción, | amparo contra la
de la casa de su padre, | de hijos y nietos, I 16 Coge la cítara | y recorre la ciudad, I
de todos los utensilios, de vasos y fuentes. I hay vino, | cesó todo gozo, I desterróse do tempestad, | sombra contra el calor. |
24
Aquel día, dice Yavé Sebaot, el clavo
ramera olvidada; | toca lo mejor que la tierra la alegría. | ' 2 La ciudad ha Pues el aliento de los poderosos | es como
sepas I y canta bien alto, a ver si se quedado en soledad, | y las puertas, aba- una borrasca de invierno; | 5 como calor
que estuvo hincado en lugar firme será
arrancado y caerá roto, y el peso que de
acuerdan de ti. tidas, en ruinas, | 13 porque así será en la sobre tierra seca, | humillarás el orgullo
17 Y al cabo de setenta años visitará tierra, en medio de los pueblos, | como de los impíos; | como el calor a la sombra
él pendía se perderá, pues así lo dice Yavé a Tiro, y ésta recibirá de nuevo
Yavé. cuando se sacude el olivo, | como cuando de una nube, | se extinguirá el canto
su merced, y se prostituirá a todos los se 14hace el rebusco después de la vendimia. triunfal de los poderosos.
Oráculo sobre Tiro reinos dell 8mundo sobre la superficie de Alzan sus voces, lanzan gritos de
n o 1 Oráculo sobre Tiro. la tierra; pero su merced y sus ganan- alegría; | desde las orillas 15del mar can- Cántico d e los redimidos
4 «5 Gemid, naves de Tarsis; I vuestro cias serán consagradas a Yavé; no serán tan la majestad de Yavé. I Glorifican a 6
Y preparará Yavé Sebaot | a todos
puerto está destruido. I A la vuelta de la guardadas ni atesoradas, sino que serán Yavé en las islas, | en las islas del mar, [ los pueblos, sobre este monte, | un festín
tierra de Quitim I les dieron la noticia. * | para los que habitan ante Yavé, para el nombre de Yavé, Dios de Israel. | suculento de manjares, un festín de vinos
2
Los habitantes de la costa del mar están nutrirlos abundantemente y vestirlos con 16 Oyese cantar desde los confines de la generosos, I de manjares grasos y tiernos,
estupefactos. | El mercader fenicio que esplendor. tierra: | ¡Gloria al justo! | Pero yo digo: de vinos selectos y clarificados;* | 7 y
atraviesa los mares, | 3 cuyos mensajeros ¡Ruina sobre mí! | ¡Ruina sobre mí! ¡Ay sobre este monte hará desaparecer el velo I
van sobre la muchedumbre de las aguas, I T E R C E R A P A R T E de mí! | Los ladrones roban y saquean. que vela a todos los pueblos, I la cortina
cuya cosecha era el trigo de Sijor, | cuya 17 Terror, hoya, red | sobre ti, habi- que cubre a todas las naciones. | 8 Y des-
ganacia la feria de los pueblos. APOCALIPSIS DE ISAÍAS tante de la tierra; | l 8 el que escape al truirá a la muerte para siempre, I y en-
4
Avergüénzate, Sidón, pues el mar te (24-27) terror, caerá en la hoya; I el que escape jugará el Señor las lágrimas de todos los
dice: No has sido madre, no has parido, I a la hoya, se enredará en la red. | Abrense rostros, | y alejará el oprobio de su pue-
no has criado hijos, I no has educado Devastación universal las cataratas en lo alto | yí9 tiemblan los blo, I lejos de toda la tierra. | Lo dice
hijas. I 5 Cuando el Egipto sepa la noti- t*A 1 He aquí que Yavé devasta la tie- fundamentos de la tierra. | La tierra se Yavé.
cia, I temblarán al conocer la caída de Tiro. <w^ rra, | la asóla y trastorna su super- rompe con estrépito, 20 I la tierra retiembla, | 9 Y se dirá en aquel día: | He aquí nues-
6 Idos a Tarsis, lamentaos, I moradores ficie I y dispersa a sus habitantes, * I 2 y salta en pedazos. | La tierra tiembla tro Dios, I hemos esperado en El que nos
de la costa. I 7 ¿Es ésta vuestra ciudad será del pueblo como del sacerdote, | como un ebrio, I vacila como una choza, | Isalvaría. | Ahí está Yavé, a quien esperá-
'5 Este fragmento es una invectiva contra el prefecto del palacio, Sobna, que debía oponerse para pintarnos la manifestación de la justicia de Dios contra la impiedad y su misericordia para
a la acción del profeta. Este le anuncia su calda y la sustitución por otro, Eliaquim, que tendrá con los justos. Para su mejor inteligencia podemos dividirlo en tres partes. La primera abarca 24,
una conducta muy otra de la de Sobna. Es un maravilloso ejemplo de la elocuencia de Isaías. 1-23 y_25,6-12 y 16,1-6. A las manifestaciones de la cólera vengadora de Dios siguen el afianzamiento
90 1 La grande y rica ciudad comercial de Tiro es objeto de muchos vaticinios proféticos. En de su imperio, la manifestación de su generosidad hacia los salvados todos y el canto de alegría de
" " los conatos de liberación emprendidos por los principes de Canán y Siria, Tiro tenia una éstos. En todo esto se habla de Yavé en tercera persona.
parte principal y, por lo mismo, tuvo que sufrir los ataques asirios. Pero lo más interesante del oráculo
es su conclusión. Lleno de la idea mesiánica el ánimo del profeta, anuncia para después de una 2fc 5 ' L a segunda P a r'e del oráculo apocalíptico empieza por 25,1-5, sigue en 26,7-21. Comienza
generación, setenta años, la restauración de Tiro, que volverá a su tráfico, y entonces todas las ga- " por la justicia de Dios, continúa por la esperanza de los justos en el reino de la justicia y
nancias adquiridas en el comercio y profanadas con el culto de los ídolos serán consagradas al Señor acaba por el interesante diálogo entre el pueblo y Yavé sobre la resurrección de Israel.
para alimentar y vestir a quienes le sirven: mesianismo. 6 Los sacrificios pacíficos eran ocasión de alegrar banquetes celebrados en el recinto del san-
tuario, a los cuales manda el Deuteronomio (12,1-28) que sean invitados los pobres y levitas; el
O/I l Este capítulo y los tres siguientes forman un verdadero apocalipsis, y, como todas las Señor anuncia aquí que dará en Sión un gran banquete a todos los pueblos, a quienes, para mayor
* " * obras de este género, ésta es obscura. El profeta se desliga cuanto puede del medio ambiente solaz, protegerá contra los ardores del sol con una nube como la que en el desierto protegía a Israel.
histórico que le rodea y se traslada en espíritu a los tiempos futuros, cercanos al fin de las cosas, El sentido mesiánico queda con esto bien señalado.
ISAÍAS 25-27 790 791 ISAÍAS 27-28
h a m o s : I goeémonos y alegrémonos en su so, | extiende los confines de la tierra. | 9
16 las mujeres y les prenden fuego. | Es u n ¿A quién va a enseñársele sabidu-
salud. | 10 Porque la m a n o de Yavé se E n la aflicción, ¡oh Yavé!, te hemos
pueblo sin conocimiento; | por eso el que ría? ¡ ¿A quién va a dársele lecciones de
posará I sobre este monte, | y M o a b buscado, | hemos clamado en la angus- le hizo n o tuvo piedad de él, ¡ el q u e le doctrina? | ¿A los recién destetados? | ¿A
será pulverizado, | como se pulveriza la tia, | cuando tu castigo nos hería. | '7 C o - formó no se compadeció de él. 1 1 2 Enton- los q u e apenas h a n sido arrancados de
paja en el m u l a d a r ; | l l a l l i tenderá sus m o la mujer encinta cuando llega el parto | ces hará Yavé la cosecha de sus frutos | los pechos? I 1° Porque sav lusav, sav
brazos I como los tiende el n a d a d o r para se retuerce y grita en sus dolores, | así desde el curso del río hasta el torrente lasav, kav lakav, kav lakav, zer sam,
n a d a r ; | pero Yavé abatirá su soberbia | estábamos nosotros lejos de ti, ¡oh Yavé! | de Egipto; I vosotros seréis recogidos u n o zer. sam * ] n Pues bien, sí, balbuceando,
18
y los esfuerzos de sus manos, | 1 2 sus Concebimos, y en dolores de parto pa- a uno, hijos de Israel. como quien tartamudea en una lengua
murallas fuertes y soberbias; | las des- rimos viento; | n o dimos salud a la tierra | extranjera, I será como se enseñe a este
13 Entonces se tocará la gran trompe-
truirá, las derribará, | las echará a tierra, y n o nacieron habitantes. | !!l Revivirán ta, I y vendrán los dispersos en la tierra pueblo.
en el polvo. tus muertos, resucitarán sus cadáveres. | de Asur | y los fugitivos en Egipto, I y se 12 Habíales dicho: Aquí está el repo-
Alzaos y cantad los q u e yacéis en el pol- prosternarán ante Yavé [ en el monte so, I d a d reposo al fatigado, 1 aquí está
*} R 1 ^ n a c l u e l ° ' a cantarán este cán- vo, | pues tu rocío es rocío de luz, | y santo de Jerusalén. el descanso; 1 1 3 pero n o h a n querido obe-
« ™ tico | en la tierra de J u d á : Tene- renacerán las sombras del seno de la decer, ! y ahora Yavé les dirá: sav lasav,
mos u n a ciudad fuerte; I p o r m u r o y tierra. * sav lasav, | kav lakav, kav lakav, zer sam,
20 C U A R T A P A R T E
antemuro | nos da El la salvación. I Anda, pueblo mío, entra en tu casa | zer sam. j Y así, al andar, caerán de espal-
2
Abrid las puertas, q u e entre el pueblo y cierra las puertas tras de t i ; | ocúltate das, I y serán quebrantados y cogidos en
J U I C I O SOBRE SAMARÍA Y J E R U S A L É N
justo q u e se mantiene fiel. I 3 Su firme por un poco, mientras pasa la cólera. | el lazo.
2Í (28-35)
ánimo conserva la paz, | porque en ti Porque va a salir Yavé de su mora- 1 4 Oid, pues, burlones, la palabra de
pone su confianza. | 4 Confiad siempre da | para castigar la iniquidad de los Contra Samaría y Jerusalén Yavé; | oídla, maestros del pueblo de Je-
en Yavé, pues Yavé es la R o c a eterna. | moradores de la tierra. I Y la tierra d a r á rusalén. 1 1 5 Vosotros decís: Hemos hecho
5 O Q ' ¡Ay de la corona soberbia de los
El destruyó a los q u e habitan en las a ver la sangre que ha bebido, | n o encu- «O bebedores de Efraím, | de la flor pacto con la muerte, | n o s hemos concer-
alturas, I derribó la ciudad soberbia. I brirá m á s sus muertos. marchita de la hermosura de su gloria, | tado con el seol; I el azote desencadenado
6
El la derribó y la humilló hasta la tie- que se alza sobre la cima asentada en el pasará sin llegar a nosotros; | nos hemos
rra, | y es hollada p o r pies, ¡ p o r los pies n >J l Aquel día castigará Yavé | c o n fértil valle I de los q u e se atracan de hecho de la mentira abrigo, | de la perfidia
de los pobres | y los pasos d e los débiles. « * su espada pesada, grande y pode- vino!* I 2 He aquí que Yavé m a n d a a refugio.
rosa, ] al Leviatán, serpiente huidiza; | al un fuerte y poderoso, | como turbonada 16 Por eso dice el Señor, Yavé: | Y o
L a esperanza del justo Leviatán, serpiente tortuosa, | y m a t a r á
7
de granizo, como huracán devastador, | he pueslo en Sión por fundamento u n a
L a senda de los justos es recta, I dere- al dragón q u e está en el mar. * c o m o chaparrón impetuoso de aguas t o - piedra, | piedra probada, I piedra angular,
2
cho el camino q u e tú abres al justo. I Aquel día se dirá: | Cantad a la viña rrenciales, I q u e todo lo inundan y derri- de precio, sólidamente asentada. | El que
8
Nosotros te esperamos en el sendero d e hermosa; | y o , Yavé, la guardo. I 3 Y o ban. I 3 Será pisoteada \ la corona soberbia en ella se apoye, no titubeará. * I 17 Y de
tus juicios, ¡oh Yavé! I T u nombre, t u me- la riego a todas horas I para que n o de los bebedores de Efraím, | 4 y la flor la justicia haré regla, | y del derecho haré
moria, es el deseo de mi alma. | ' Deséate caiga su follaje; 4 yo la guardo día y n o - marchita de la hermosura de su gloria, | nivel. I La granizada echará abajo el abrigo
mi alma p o r la noche, | y mi espíritu te che, sin enojo. | Q u e salen cardos y zar- que se alza en el fértil valle, I será como de la mentira, | y las aguas torrenciales se
busca dentro d e mí, | pues c u a n d o apa- zas, | yo les haré la guerra I y los quemaré breva tempranera, que se adelanta a la llevarán el refugio de la perfidia. ¡ 18 Vues-
rezcan sobre la tierra tus juicios, | apren- todos, | 5 a n o ser que se pongan bajo cosecha, | y en viéndola, se coge y se tro pacto con la muerte quedará roto, | y
derán los hombres la justicia. I 10 Si al mi protección | y hagan la paz conmi- come. vuestra convención con el seol, anula-
impío se le hace gracia, n o aprende la jus- go, | hagan conmigo la paz. 5 E n aquel día Yavé Sebaot será corona da. I Cuando el azote desencadenado pase,
6
ticia, | y en la tierra del bien él hace el Vendrá día en q u e Jacob echará raí- de gloria | y diadema de hermosura para os aplastará, ! 19 siempre que pase, os
mal. | Desaparezca de la tierra el impío; | ces, | e Israel echará flores y retoños, | y las reliquias de su pueblo. | 6 Espíritu de cogerá, | y pasará todas las mañanas, de
que n o vea la majestad de Yavé. llenará la tierra con su fruto. | 7 ¿Le hirió justicia para el que se sienta en el trono día y de noche, | y su espantoso terror
11 Alzada está tu m a n o , ¡oh Yavé!; | n o acaso Yavé, como hirió a los q u e le he- de la justicia, | y de valentía para el que os servirá de lección. | 2 0 Porque la cama
lo han visto, | pero ya verán, confundidos, rían? | ¿Le mató como mató a los que le h a y a de rechazar el asalto de las mura- será corta para poder estirarse, | y la
8 m a n t a demasiado estrecha para poder en-
tu celo por tu pueblo, I y el fuego devora- m a t a b a n ? | Le castigó arrojándole al llas. I 7 También ellos se tambalean p o r el
rá a tus enemigos. | 1 2 D e p á r a n o s la paz, destierro, | echándole con su soplo impe- vino y se entontecen c o n los licores. | volverse. I 2 l Porque se alzará Yavé como
¡oh Yavé!, [ pues q u e cuanto hacemos, | tuoso, | como de viento solano. I ' Así Sacerdotes y profetas vacilan, embriaga- en el m o n t e de Perasün, | y rugirá de
eres t ú quien para nosotros lo hace. | se expió el crimen de Jacob, | y éste es dos por los licores inebriantes; I se ahogan cólera, como en el valle de Gabaón, | para
13 Yavé, Dios nuestro; | otros señores, el fruto del perdón d e su pecado. I Des- en el vino y se aturden con las bebidas realizar su obra, obra extraordinaria, |
que n o tú, se enseñorearon d e nosotros. I menuzó Yavé las piedras de sus altares | fuertes, 1 y yerran en la visión, y tropiezan para hacer su labor, labor inaudita. * |
22
Pero a ti solo conocemos y tu n o m b r e como piedras calizas, I y las aseras y las en el juicio. * | 8 Las mesas están todas N o os burléis, pues, I n o se aprieten
alabamos. | i 4 Los muertos n o revivirán, estelas del sol I n o volverán a levantar- llenas de vómitos e inmundicias, | n o hay todavía más vuestras ataduras, I pues de-
10
n o resucitarán las sombras, I t ú los cas- se. | Sí, la ciudad fuerte fue asolada, | h a lugar para más. cretada está la destrucción para la tierra
tigaste y destruíste, | tú borraste su nom- quedado desierta, | a b a n d o n a d a como u n
bre. desierto. I Allí pacen los bueyes, | allí se 1
Ofl El comienzo de este capítulo (1-4) va dirigido contra Samaría antes de su ruina (721),
15
Multiplica al pueblo, ¡oh Yavé!, I echan; | allí ramonean. | n C u a n d o las " • ^7 y sin duda no es más que breve fragmento de un oráculo más extenso.
multiplica al pueblo, muéstrate glorio- ramas están secas, se rompen, I vienen Aquí comienza una amenaza contra los directores del pueblo de Judá, que andan como bo-
rrachos; ni oyen ni entienden las amonestaciones del profeta para que pongan su confianza en Dios,
19 la piedra angular, sólidamente asentada, y no vayan a ponerla en Egipto, cuyas fuerzas destruirá
Este pasaje habla de la resurrección del pueblo; pero no es fácil decidir si es ía resurrec-
26 ción nacional de que habla Ezequiel (37) o la individual de Daniel (12,2).
Dios, como destruyó las de los cananeos en Gabaón (Jos 10,1-19).
10
Estas palabras, que se repiten en el versículo 13, no tienen sentido alguno; son un remedo
del balbuceo de los niños, con que se burlaban de los profetas los malvados cuando aquéllos las
07 ' La tercera parte del apocalipsis de Isaías abarca el capítulo 27, excepto el primer versículo, amenazaban de parte de Dios, y que Dios les repite amenazándoles con los asirios, los cuales hablarán
^ * que habla de Egipto y debe de ser de alguno de los oráculos anteriores (19-20). Dios cuida una lengua que no entenderán y será para ellos como el balbuceo de los niños (cf. 33,19; Jer 5,15)
de su viña, que Yavé ha castigado para bien de ella, y traerá la justicia contra los impíos y la restau- para que no entiendan la palabra del Señor, que los podría librar. Se reproduce en otra forma el
ración de Israel. Es curioso el texto siguiente de Textos de Ras Samra: «Tú (Baal) herirás a Lotán, pensamiento de 6,9.
la serpiente huidiza; tú aniquilarás la serpiente tortuosa, la poderosa de siete cabezas» (Revue Bü 16
Esta piedra angular es citada en Rom 9,33; 1 Pe 2,6 (cf. Is 8,14).
buque [1937] 545). 21 Alude a la victoria de David sobre los filisteos (2 Sam 5,17-21).
ISAÍAS 28-29 792
793 ISAÍAS 29-30
toda; | yo se lo he oído al Señor, Yavé Ceguera del pueblo remos en corceles veloces. —Bien, correrán
Se25bao t. 9
mi nombre. I Y pregonarán santo al Santo
Atended, oíd mi voz; I escuchad, oíd
Espantaos, asombraos, I ofuscaos, ce- de Jacob [ y temerán al Dios de Israel. I veloces vuestros perseguidores. | 17 Hui-
24
gad. I Embriagaos, pero no de vino; bam- Y los da alma descarriada aprenderán la réis mil amenazados por cinco, | hasta
mis palabras. * | 24 ¿Acaso está siempre el boleaos, pero no de embriaguez, * 11" por- quedar como un mástil sobre la cumbre
labrador arando, | cavando o rastrillan- sabiduría, I y los que murmuraban apren-
que derrama Yavé sobre vosotros | un derán la doctrina. de un monte | y como bandera sobre
do?, | 25 Después de allanar la superficie, | espíritu de letargo, | y cierran vuestros una colina.
¿no siembra la neguilla o esparce el co- ojos los profetas, | y velan vuestras ca-
mino, | o echa el trigo en líneas o la ceba- Contra la política humana
bezas los videntes. | 11 Toda revelación Bendiciones del Señor sobre Judá
da en su sitio | y la avena en el suyo? |
26 es para vosotros como libro sellado; se n n ' ¡Ay de los hijos rebeldes, dice
Su Dios los instruye | y les enseña cómo le da a leer a quien sabe leer, diciéndole: *»U Yavé, que proyectan sin tenerme 18
Por eso os está esperando Yavé, para
han de hacer. I 27 Ni tampoco se trilla la Lee esto, y responde: No puedo, el libro en cuenta a mí, | que hacen pactos contra haceros gracia; | por eso se levanta, para
neguilla con el trillo, | ni se hace pasar está sellado. 12 O se da el libro a quien mi espíritu, I añadiendo pecados a peca- tener misericordia de vosotros, | que es
sobre el comino la rueda de la carreta, | no sabe leer, diciéndole: Lee esto, y res- dos! I 2 Toman el camino de Egipto | sin Yavé Dios justo, j y cuantos9 se le aco-
sino que la neguilla se bate con el palo, | y ponde: No sé leer. haberme consultado, | para pedir el auxi- gen son bienaventurados. 1 Sí, pueblo
el comino se bate con la vara. | 2 8 Y el 13
El Señor dice: | Pues que este pueblo lio del Faraón, | para abrigarse a la som- de Sión, habitantes de Jerusalén, ya no
trigo, ¿se muele acaso en la era? | No, es se me acerca sólo de palabra | y me honra bra de Egipto. 13 Pero el apoyo del Faraón llorarás más. Te hará gracia cuando le
pisado sin cesar, | se hace pasar sobre sólo con los labios, | mientras que su co- será vuestra vergüenza, | y el abrigo de invoques;20en oyendo tus clamores te res-
él la rueda del carro, | pero no se muele. |
29 razón está lejos de mi, | puesto que su Egipto será vuestra confusión, | 4 pues ponderá, cuando te haya dado a comer
También esto lo enseña Yavé Sebaot, ¡ temor de mí no es más que un manda- cuando estén tus príncipes en Zoán | y el Señor el pan de la angustia y a beber
cuyos consejos son admirables y cuya miento humano aprendido de memoria, I lleguen tus embajadores a Hares, | 5 todos el agua tasada. Ya no se ocultarán tus
sabiduría es muy grande. 14
voy a hacer nuevamente con este pueblo quedarán burlados por el pueblo, | que maestros, I sino que con tus ojos los
extraordinarios prodigios, | ante los que de nada les servirá | ni podrá socorrerlos verás, 21 y oirás con tus oídos la voz de
Castigo de Jerusalén y ayudarlos, I mas será su vergüenza y su
fallará la ciencia de los sabios | y será los que te encaminan, que si te apartas
O Q ' ¡Ay de Ariel, Ariel, | la ciudad confundida la prudencia de los prudentes. ignominia. a la derecha o a la izquierda, te dirá:
« « ' en que habitó David! | Añadid a 15
¡Ay de los que se esconden de Yavé, I 6
Aparejan las bestias de carga para ir Ese es el camino, anda por él. 22 Tendréis
un año otro año | hasta que se complete queriendo encubrir sus pensamientos, | y al mediodía, | a través de una región entonces como inmundicia la plata que
el ciclo de las fiestas. * | 2 Luego yo ata- para sus obras buscan las tinieblas! [ De desierta y desolada, | de donde salen el cubre vuestros ídolos y el oro que de-
caré a Ariel, I y habrá llantos y gemidos. |
3 los que dicen: 16 ¿Quién nos ve? | ¿Quién león y la leona, | la víbora y el dragón cora vuestras imágenes. Y las tiraréis co-
Serás para mí un verdadero Ariel. | Co- nos conoce?* I ¡Qué perversidad! Tener volador. | Llevan a lomo de asnos sus mo cosa inmunda, diciendo: Lejos de
mo te asedió David te asediaré yo; | te por barro al alfarero. | Decir a su hacedor riquezas, I y sobre la giba de los camellos aquí. 2i Entonces te dará El la lluvia
rodearé de una circunvalación | y alzaré la obra: No me has hecho tú; | y el vaso sus tesoros, I para un pueblo que de nada para la simiente que siembres en la tie-
baluarte contra ti. I 4 Y serás desolada, a quien lo hizo: No sabes nada. sirve. I 7 Porque el socorro de Egipto no rra, y el pan que la tierra producirá
vendrá de la tierra tu palabra, | y tus es más que vanidad, nada, | y por eso sera suculento y nutritivo. 24 Entonces pa-
ahogados sonidos saldrán del polvo, | y Promesas de salud le llamo: La soberbia adormilada. cerán tus ganados en pastos pingües, y
saldrá de la tierra tu voz como la de un 8
Ve, pues, y escribe esta visión en una los bueyes y los asnos que labran la tie-
17
fantasma, | y del polvo tu palabra como Sí, de aquí a muy poco | el Libano tableta, | consígnala en un libro, | para rra comerán forraje salado, aventado y
un murmullo. 15 Pero la muchedumbre de será vergel | y el vergel será bosque. | que sea en los tiempos venideros | perpe- bieldado. 25 Entonces en todo monte alto
18
tus enemigos será como fino polvo; ! la Entonces oirán los sordos las palabras tuo y eterno testimonio. I 9 Porque este y en todo collado sublime habrá arro-
turba de tus tiranos, como paja que vue- del libro, | y los19 ciegos verán sin sombras pueblo es un pueblo rebelde, | son hijos yos y corrientes de agua, al tiempo de
la. | Y vendrá esto de repente, en un mo- ni tinieblas. I Se regocijarán en Yavé fementidos, que no quieren escuchar | la la gran matanza, de la caída de las to-
mento, | porque te socorrerá Yavé Se- los humillados, | y aun los más 2pobres se Ley de Yavé. | 10 Que dicen a los viden- rres. 26 Será entonces la luz de la luna
baot | 6 con truenos, estruendo y gran gozarán en el Santo de Israel. | « Porque tes: No veis, I y a los profetas: No nos como la luz del sol, y la luz del sol siete
ruido; | con huracán,7 tempestad y llama se acabó la violencia, tuvo fin el escarnio | habláis más que de castigos; | decidnos veces mayor, al tiempo en que curará
de fuego devorador. | Será como un sue- y fueron aniquilados los que se iban tras cosas halagüeñas, I profetizarnos men- Yavé la herida de su pueblo y sanará
ño, como visión nocturna, | la muche- la iniquidad; I 21 los que por una palabra tiras, I u apartaos del camino, | quitaos las llagas de sus azotes.
dumbre de las gentes que combaten a condenaban a uno; | los que ponían ase- del sendero, | dejad de poner a nuestra 27
He aquí el nombre de Yavé, que vie-
Ariel, | que la atacan y embisten 8 su for- chanzas contra quien en la puerta los vista I al Santo de Israel. 12 Por eso, he ne de lejos. | Arde su cólera, es un
taleza | y la estrechan de cerca. | Como vencía; I los que por un nada negaban aquí lo que el Santo de Israel dice: | Ya violento incendio. | Sus labios respiran
el hambriento* sueña que come | y se al 22justo su derecho. que rechazáis la palabra | y confiáis en furor, I su lengua es como fuego abrasa-
levanta con el estómago vacío, | como Por eso el que redimió a Abraham, falsedades e3 iniquidades I y en ellas os dor. I 28 Su aliento es como torrente des-
sueña que bebe el sediento I y se levanta Yavé, I dice a la casa de Jacob: | Ya no apoyáis, | 1 sea ése vuestro pecado para bordado I que sube hasta el cuello I
luego agotado y desfallecido, | lo mismo será confundido23 Jacob, | ya no palidece- vosotros I grieta en pared ruinosa, | joroba para cribar a las naciones en la criba de
sucederá a la muchedumbre de gentes | rá su rostro. ! Porque sus hijos verán en alto muro, I cuyo derrumbamiento llega
de repente, en un instante, I y se rompe, la destrucción | y poner bozal de engaño
que atacan el monte de Sión. mi obra en medio de ellos | y santificarán a las mandíbulas de los pueblos. | 29 En-
como sin14piedad se rompe una vasija de
23
En estos últimos versículos el profeta exhorta a sus discípulos, a los que tienen fe en sus barro, | hasta no quedar siquiera un tonces vosotros cantaréis como en no-
palabras, a vivir confiados como el labrador, que siembra con la esperanza de la cosecha. tejón I para llevar brasas al brasero | o che de fiesta, | tendréis alegre el corazón
para sacar agua de la cisterna. como quien marcha al son de la flau-
O f i ' Dentro de uno o dos años la multitud del ejército asirio se apretará en torno a Jerusalén, ta 1 para ir3 0 al monte de Yavé, a la roca
** ** pero Dios lo disipará como el polvo. 15
9
A pesar de esto, el pueblo no cree, está ciego, son como borrachos que carecen de discreción. Porque ved lo que dice el Señor, de Israel. | Y hará oir Yavé su voz ma-
15
Desde este versículo hasta el fin del capítulo 32 tenemos una serie de discursos en que el Yavé, el Santo de Israel: | En la conver- jestuosa I y mostrará su brazo amenaza-
profeta combate las vanas esperanzas de muchos israelitas en la ayuda de Egipto para luchar contra sión y la quietud está vuestra salvación, | dor, I en el ardor de su ira, en medio de
los asirios. Pero no faltan al lado de las amenazas promesas de salud, al parecer ligadas a la confianza y la quietud y la confianza serán vues- fuego devorador, | en tempestad, en agua-
en Yavé, que el profeta inculca en vez de la política humana; v.gr-, 29,5-8.17-24; 30,18-29; 32,15-20. tra fuerza; I 16 pero vosotros no habéis cero y en granizo. | 3 i A la voz de Yavé
En todo caso es difícil mostrar el orden lógico del pensamiento de Isaías y parece que el del texto querido escuchar | y habéis dicho: No, |
se halla muy alterado. temblará Asur | y será herido con el
huiremos en caballos. | Bien, huid. —Hui- palo. I 32 Cada golpe de palo vengador |
ISAÍAS 30-33 794 795 ISAÍAS 33-34
que Yavé descargue sobre él I se dará 22
y estarán atentos los oídos de los que al tiempo de la tribulación. | 3 A tu Yavé es nuestro juez, Yavé es nues-
ni son de tambores y arpas y entre dan- oyen. | 4 Los fatuos juzgarán acertada- voz de trueno huyen los pueblos; | cuan- tro jefe, I Yavé es nuestro rey. El nos
zas. | 33 Está desde hace mucho tiempo mente I y la lengua tartamuda hablará d o te alzas tú, las naciones se disper- salva. I 2 3 T u s cuerdas se aflojaron, 1 ya
preparado un tofet, I está también desti- claro y expedito. | 5 N o se llamará ya san. I 4 Se recoge el botín como cuando no sostienen el mástil, ya no tienden
n a d o al rey. | H o n d a y ancha es la ho- noble al loco, I ni magnánimo al bellaco, se recogen las langostas, | y se precipi- las velas. I 2 4 Entonces la presa que se
6
ya, | en que n o falta paja y lena, | El insensato dice insensateces, | y su tan sobre él como sobre los campos la repartirá será muy grande; I hasta los
que el soplo de Yavé va a encender co- corazón maquina la maldad, | cometer langosta. | 5 Yavé es grande, se sienta en cojos tomarán parte en el saqueo. | 2 5 N a -
m o torrente de azufre. iniquidades, | escarnecer a Yavé, \ dejar los cielos I y llena a Sión de rectitud y die dirá: Estoy enfermo, | pues el pueblo
al hambriento con su h a m b r e | y quitar de justicia. I 6 La seguridad de aquellos obtendrá el perdón de sus iniquidades.
C o n d e n a c i ó n d e la política h u m a n a al sediento la bebida. | 7 Las armas del días será tesoro de ventura; I serán su
Oí ' ¡Ay de los que bajan a Egipto malvado son perniciosas, | traza planes riqueza: sabiduría, entendimiento y te- J u i c i o c o n t r a las g e n t e s
** ^ en busca de socorro | y confían malignos | para perder al desvalido con m o r de Yavé. 0 A ' Acercaos, pueblos, y oíd; escu-
en los caballos, | y en la muchedumbre palabras mentirosas, | aunque sea justa 7
" " chad naciones; I oiga la tierra y
Ved: Los de Ariel lanzan gritos | y
de carros ponen su esperanza, I y en el la causa del p o b r e ; | 8 mientras que el cuantos la llenan, I el m u n d o y cuanto
bueno tiene nobles designios | y en sus los mensajeros de paz lloran amargamen-
número de los jinetes! [ Pero no miran te. I 8 Las calles están desiertas, | no hay en él se produce. * 2 Porque está irritado
al Santo de Israel | y no buscan a Yavé. | nobles designios persevera. Yavé contra todas las naciones, | airado
2 quien pase por los caminos; I ha roto
P o r q u e El es diestro en traer los males | 9
Mujeres descuidadas, oíd mi voz; | la alianza, h a aborrecido a las ciudades, | contra t o d o el ejército de ellas. | 3 L a s
y no retira su palabra. | Y se levantará mujeres confiadas, escuchad mis pala- n o hace cuenta de nadie. | 9 La tierra está destina al matadero, | las entrega al ex-
contra la casa de los malvados, | con- bras. I 1° D e n t r o de un a ñ o y unos días terminio, y sus muertos quedarán aban-
de luto, entristecida; | el Líbano, confu-
tra el socorro de los que obran la ini- habréis de temblar, ¡oh confiadas!, ) por- donados. I Exhalarán los cadáveres un
quidad. | 3 El egipcio es un hombre, no so, desfallecido; I Sarón es un desierto. |
que no habrá vendimia ni cosecha. | Basan y el Carmelo h a n perdido su fo- hedor fétido | y por los montes correrá
es un dios, | y sus caballos son carne, 11
T e m b l a d , d e s c u i d a d a s ; estremeceos, en arroyos la sangre.
no son espíritu. ] Y en tendiendo Yavé llaje. 4
confiadas; | despojaos, desnudaos, ceñid 10 Voy a levantarme, dice Yavé, I voy La milicia de los cielos se disuelve, |
su m a n o , | caerá el protector y caerá el de saco vuestros lomos. ¡ 1 2 Se dan gol-
protegido, | ambos juntamente perece- a alzarme, voy a subir. | n Habéis conce- se enrollan los cielos como se enrolla
pes de pecho, | llorando por los hermo- bido heno y pariréis paja, | y vuestro un libro; [ y todo su ejército caerá I co-
rán. | 4 Porque ved lo que me ha dicho sos campos y las fértiles viñas. | , 3 En la soplo será fuego que os devorará. | 1 2 Los m o caen las hojas de la vid, | como caen
Yavé: | C o m o león que ruge | o como tierra de mi pueblo I n o hay más que pueblos serán reducidos a cenizas, I co- las hojas de la higuera. | 5 Mi espada
cachorro de león que se arroja sobre la cardos y espinas; | y a u n en todas las m o zarzas cortadas y consumidas por se embriagará en los cielos | y va a caer
presa, | contra el cual se reúne toda la casas de placer | de la ciudad alegre. I
el fuego. I 13 Vosotros, los que habitáis sobre Edom, | sobre el pueblo que he
turba de pastores, | pero no se acobarda 14 Los palacios están desiertos, I desierta
lejos, oíd lo que yo hago, I y los que destinado al exterminio. | ó La espada
ante sus gritos ni se t u r b a ante su nú- la ciudad ruidosa, | torres y fortalezas
estáis cerca, conoced m i poder. | M Los de Yavé chorrea sangre | y está cubierta
mero, | así Yavé Sebaot se lanzará a la devastadas, | para siempre convertidas
pecadores de Sión se espantarán, | y tem- de grasa; | de la sangre de los corderos
lucha | en el m o n t e de Sión, en su colla- en cuevas, | lugar de descanso para los y de los machos cabríos, | de la grasa
do, | s y huirán los enemigos como aves asnos salvajes | y de pasto para los ga- blarán los impíos. I ¿Quién de nosotros
de los ríñones de los carneros; | porque
que levantan el vuelo; | así protegerá nados. podrá m o r a r en el fuego devorador? |
hace Yavé un sacrificio en Bosra | y
Yavé Sebaot a Jerusalén, I protegiendo, ¿Quién habitar en los eternos ardores?
15
Mientras no sea derramado sobre gran matanza en la tierra de Edom. |
librando, preservando, salvando. 15 El h o m b r e justo en sus caminos y 7
nosotros I un espíritu de lo alto, | y el Caen con ellos los búfalos, | y los bue-
6
recto en sus palabras, I que no quiere yes con los toros. | Su tierra está borra-
Volveos, hijos de Israel, a aquel de desierto se torne en vergel, | y el vergel ganancias fruto de la violencia, | y cuya
quien tan profundo abismo os separa. I venga a ser selva, | i 6 y el derecho more cha de sangre | y su suelo cubierto de
7
m a n o rechaza el presente corruptor; | el grasa. I 8 Es para Yavé u n día de vengan-
Entonces cada cual tirará sus ídolos en el desierto, | y la justicia en el ver- que cierra sus oídos a proposiciones san-
de plata y sus ídolos de oro, | que vos- gel. I t 7 La paz será obra d é l a justicia; I za, ! un a ñ o de desquite para la causa
guinarias I y se tapa los ojos para no de Sión.
otros mismos os hicisteis con vuestras y el fruto de la justicia, el reposo | y la ver el mal, | 16 ése habitará en las altu-
manos pecadoras. | 8 Asur caerá a la seguridad para siempre. | '8 Mi pueblo ras ! y tendrá su refugio en firmes rocas, |
9
Los torrentes de E d o m se converti-
espada, que no es espada de hombre, | habitará en morada de paz, | en habita- tendrá pan y no le faltará el agua. rán en pez, I y su polvo, en azufre, I y
herido por espada que no es de u n mor- ción de seguridad, | en asilo de reposo; i i 1 Tus ojos verán al rey en su magni- será su tierra como pez que arde día y
19
tal. | Huirá ante la espada, j y sus jó- y la selva caerá a los golpes del grani- ficencia j y verán la tierra que se extien- noche; | 10 nunca se extinguirá, | subirá
venes guerreros serán cautivados; I 9 y zo, I y la ciudad será del todo abatí- su h u m o perpetuamente. | Será asolada
de hasta muy lejos. | 1 8 Tu corazón re-
de miedo caerá su fortaleza, I y sus jefes, da. I 2 0 Venturosos los que sembráis a la por generaciones y generaciones | y na-
espantados, abandonarán sus banderas. | cordará los días de terror: | ¿Dónde está
orilla de las aguas | y no atáis el buey ni die pasará más por ella. ! u Se adueña-
Así dice Yavé, que tiene su fuego en al asno. el exactor? ¿Dónde está el pesador? |
¿Qué fue de los que contaban las torres? | rán de ella el pelícano y el mochuelo, I la
Sión i y su h o r n o en Jerusalén. 19 habitarán la lechuza y el cuervo. | Echa-
A esa gente espantable de lengua obs-
Liberación d e Jerusalén cura, I que tú no entiendes, que tarta- rá Yavé sobre ella | las cuerdas de la
N u e v a era d e J u d á O O ' ¡Ay de ti, devastador, que no has confusión y el nivel del vacío, I y habita-
mudea palabras imposibles de descifrar, |
O O ' H e aquí que reinará un rey en «*«» sido devastado! I ¡Ay de ti, sa- rán en ella los sátiros, | y todos sus no-
no la verás ya más. | 2 0 Mira a Sión, la
* * « justicia | y gobernarán goberna- queador, que no has sido saqueado! | bles quedarán exterminados. | I 2 Allí ya
ciudad de nuestras festividades; | vean
dores en juicio. | 2 Cada uno será como C u a n d o acabes de devastar serás tú de- tus ojos a Jerusalén, | m o r a d a de quietud,
no habrá reino | y desaparecerán todos
abrigo contra el huracán, | como refugio vastado ; I cuando acabes de saquear se- sus grandes. ! 13 En sus palacios crecerán
tienda bien fija, | cuyos clavos no serán las zarzas, | en sus fortalezas las ortigas
contra la tempestad, | como corriente de rás tú s a q u e a d o . * arrancados | ni rota cuerda alguna. |
agua en tierra seca, I como la sombra 2 21 y los cardos, | y serán morada de chaca-
Ten, ¡oh Yavé!, piedad de nosotros, | Aquí está Yavé para nosotros en su
de una gran roca para tierra calurosa. I les I y refugio de avestruces. | 14 Perros
3
que en ti hemos confiado. | Sé tú nues- gloria; I es para nosotros río y anchos y gatos salvajes se reunirán allí, | y se
N o se ofuscarán los ojos de los que ven | tro brazo cada día, | nuestro socorro canales | por donde no irá barca de re- juntarán allí los sátiros. ¡ Allí tendrán
1
mos I ni pasará ningún poderoso navio.
31 Este oráculo fue pronunciado hacia 701 ó 693, épocas en que invadió la Palestina Senaque-
r
'b, cuya derrota predice con la salud de Jer usalén. Esta salud da pie al profeta para anunciar
t Q M l Este oráculo contra las gentes pone bii 1 de manifiesto lo expuesto en la Introdúcelo , a
los tiempos mesiánícos. V T ' los libros proféticos, n.12.
ISAÍAS 34-36 796 797 ISAÍAS 36-37
su morada el fantasma nocturno | y ha- rán los rescatados de Yavé. I io Vendrán de rechazar a uno solo de los menores Ezequías consulta a Yavé por Isaías
llará su lugar de reposo. | 15 Alli hará a Sión cantando cantos triunfales, I ale- servidores de mi señor? Pero cuentas con
su nido la serpiente y pondrá sus hue- gría eterna coronará sus frentes. | Los que el Egipto te va a suministrar caba- O "7 ' E n oyendo el rey Ezequías aque-
vos, | los incubará y los sacará. | Allí se llenará el gozo y la alegría I y huirán la llos y jinetes. 10 ¿Acaso sin contar con ** • lio, rasgó sus vestiduras, se vis-
reunirán los buitres I y se encontrarán tristeza y los llantos. Yavé he invadido yo esta tierra para tió de saco y entró en el templo de
unos con otros. devastarla? Yavé me ha dicho: Invade Yavé, * 2 y envió a Elyaquim, prefecto
la tierra y devástala. del palacio; a Sobna, secretario, y a los
Liberación y gloria de Israel APÉNDICE HISTÓRICO SOBRE LA
11 Entonces Elyaquim, Sobna y Joás di- más ancianos de los sacerdotes, vestidos
16
Buscad en el libro de Yavé | y ve- I N V A S I Ó N ASIRÍA
jeron a Rabsaces: Habla a tus siervos de saco, a Isaías,3 hijo de Amos profeta,
réis que no falta ni uno, [ porque lo ha (36-39) en arameo, pues le entendemos; no nos que le dijeran: He aquí lo que dice
mandado la boca de Yavé | y su soplo los hables en judío, no lo oiga la gente que Ezequías: El día de hoy es día de angus-
ha reunido. I 17 El mismo ha echado suer- La invasión asiría. Primera tentativa tia, de castigo y de oprobio. El hijo ha
de Senaquerib para rendir a Jerusalén hay en las murallas. 12 Rabsaces respon- llegado a término, 4pero no hay fuerza
tes entre ellos | y con su mano echó las dió : ¿Acaso a tu señor y a ti me ha man-
cuerdas de distribución de la tierra; | y O í ! ' E l arlo catorce del reinado de para darlo a luz. A ver si Yavé, tu
« * " Ezequías, Senaquerib, rey de Asi- dado mi señor dirigir estas palabras? ¿No Dios, ha oído las palabras de Rabsaces,
la poseerán por siempre | y la habitarán son más bien para la gente sentada en
de generación en generación. ría, se puso en marcha contra todas las mandado por el rey de Asiria, su señor,
ciudades fuertes de Judá y se apoderó las murallas, que con vosotros habrán para insultar al Dios vivo, y le castiga
2 de comerse sus excrementos y beberse
O C ' Exultará el desierto y la tierra de ellas. * Envió el rey de Asiría a sus orines? * 13 Avanzó entonces Rabsa- Yavé, tu Dios, por las palabras que él
**»» árida, I se regocijará la soledad y Rabsaces, con imponentes fuerzas, de La- ces14 y gritó fuertemente en lengua judía: ha oído. Dirígele una súplica por este
florecerá como un narciso. * | 2 Florecerá quis a Jerusalén, al rey Ezequías. Tomó He aquí lo que dice el rey grande, resto que subsiste todavía. *
y exultará con júbilo y cantos de triun- aquél posición cerca del acueducto de la el rey de Asiría: que no os engañe Eze- 5 Los servidores del rey Ezequías fue-
fo; | le será dada la gloria del Líbano, | piscina Superior en el camino del campo quías : 15 Mirad que él no podrá libraros. ron a Isaías, e Isaías les dijo: 6 Decid a
la hermosura del Carmelo y del Sarón. | del Batanero. * 3 Entonces Elyaquim, hijo Que no os haga confiar en Yavé dicien- vuestro señor esto. He aquí la palabra
Se verá la gloria de Yavé | y la magni- de Helcías, prefecto de palacio, fue con do: Yavé seguramente nos librará, no de Yavé: No te asuste el discurso que
ficencia de nuestro Dios. Sobna, secretario, y Joás, hijo de Asaf, acabas de oir, en el que los servidores
caerá esta ciudad en poder del rey de
3
Fortaleced las manos débiles | 4y co- canciller, a Rabsaces,
4
que les dijo: Decid
Asiría. 16 No escuchéis a Ezequías; he del rey de Asiria me han ultrajado. 7 Yo
rroborad las rodillas vacilantes. | De- a Ezequías: He aquí la palabra del rey aquí lo que dice el rey de Asiría: Haced voy a poner en él un espíritu tal, que en
cid a los de apocado corazón: ( Valor, grande, del rey de Asiría: ¿De dónde te paces conmigo, rendios, y cada cual co- recibiendo cierta noticia, se volverá a su
no temáis, he ahí a nuestro Dios. | Vie- viene esa tu confianza? 5 ¿Crees que pa- merá el fruto de su viña y de su higuera, tierra, y alli le haré caer al filo de la es-
ne la venganza, viene la retribución de labras vanas pueden servir de consejo y beberá el agua de su cisterna, 17 hasta pada. *
Dios, | viene El mismo y El nos salvará. | y de fuerza para la guerra? ¿En qué po- que venga yo a llevaros a una tierra
5
Entonces se abrirán los ojos de los cie- nes,
6
pues, tu confianza para resistirme?
como la vuestra, tierra de trigo y8 de vino,
Senaquerib intima de nuevo la
gos, | se abrirán los oídos de los sordos. | ¿Es que cuentas con el Egipto y has rendición
tierra de cereales y de viñas. * i Que no
6
Entonces saltará el cojo como un cier- tomado por apoyo a esa caña rota que os embauque Ezequías diciendo: Yavé 8 Volvióse Rabsaces y halló al rey de
vo | y la lengua de los mudos cantará horada y hiere la mano que sobre ella nos librará. ¿Acaso los dioses de los pue- Asiria asediando a Libna, pues supo que
gozosa. | Brotarán aguas en el desierto | se apoya? Porque eso es el Faraón, rey blos libraron cada uno a su19tierra de había dejado Laquis. 9 Supo entonces el
y correrán arroyos por la soledad. | 7 La de Egipto,7 para todos cuantos con él las manos del rey de Asiría? * ¿Dónde rey de Asiria que Taraca, rey de Etio-
tierra seca se convertirá en estanque, | y cuentan. * Y si me decís: Es en Yavé, están los dioses de Jamat y de Arpad? pía, se había puesto en marcha contra
el suelo árido en fuentes. | Lo que fue nuestro Dios, en quien ponemos nuestra ¿Dónde los dioses de Sefarvaim? ¿Dónde él, y mandó otra vez sus mensajeros a
morada y cubil de chacales | se cubrirá confianza: ¿No ha sido el mismo Ezequías los dioses de Samaría? ¿Libraron a Sa- Ezequías con esta orden: 10 Decid a Eze-
de cañas y juncos, | 8 y habrá allí camino quien ha hecho desaparecer los altos y maría de mis manos? 20 ¿Cuál de los dio- quías, rey de Judá: Que no te engañe
ancho, | que llamarán la vía santa; | los altares, diciendo a Judá y a Jerusa- ses de estas tierras pudo librar la suya de tu Dios, en quien has puesto la confian-
nada impuro pasará por ella. | El mismo lén : Sólo en este altar adoraréis? * 8 Haz, mis manos para que Yavé pueda librar za, diciendo: Jerusalén no será entregada
guiará al caminante | y los simples no pues, convenio con mi señor el rey de de mis manos a Jerusalén? en mano del rey de Asiria. n ¿No sabes
se descarriarán. | 9 No habrá allí leones, Asiría. Yo te daré dos mil caballos si tú 21
Ellos se callaron y no dijeron na- cómo los reyes de Asiria han destruido
ni fiera alguna pondrá los pies allí. | Por eres capaz de aprontar 9 otros tantos jine- da, porque el rey había dado esta or- a todos los pueblos? ¿Y vas a salvarte
ella marcharán los libertados I y volve- tes que los monten. * ¿Serías tú capaz den: No les respondáis. 22 Elyaquim, hijo tú? 12 ¿Salvaron sus dioses a los pueblos
de Helcías, prefecto del palacio; Sobna, que destruyeron mis padres, a Gosán y
O C 1 En contraste con el capítulo 34, éste nos pinta la vuelta de Israel a su patria y la restaura-
v v
secretario, y Joás, hijo de Asaf, canci- Jarran, a Resef y a los hijos de Edén,
' ' ción pacífica en la tierra de Canán, que Dios les había dado. En éste, como en todos los va- ller, rasgaron sus vestiduras, se tornaron que están en Telasar? 13 ¿Dónde están el
ticinios_ del mismo género, hace resaltar con vivos colores la descripción poética de los tiempos a Ezequías y le refirieron las palabras rey de Jamat, el rey de Arpad y el rey de la
mesiánicos. ciudad de Sefarvaim, de Hena y de Iva?
de Rabsaces.
3£ ! Los capítulos 36 a 39 son de las páginas más interesantes de la historia de Jerusalén, to- 12 Como se ve, es ya vieja la artimaña de los invasores de no reconocer a los gobiernos de los
^ v madas de 2 Re 18,13-20,21, en que se destaca la figura del profeta. En ella sobresale el dis- pueblos amenazados y su pretensión de tratar con el pueblo mismo, cuyos salvadores pretenden ser.
curso de Isaías contra eí orgullo de los asirios, cuya derrota anuncia. Parecen responder estos su-
cesos a la campaña de Senaquerib de los años 701 ó 693. 1' La deportación de los pueblos entraba en los planes políticos de Asiria, y ésta da por supuesta
2
Rabsaces es el jefe de los oficiales o general en jefe del ejército, aunque entonces éste era el enviado de Senaquerib.
mandado por el rey en persona, que asediaba a Laquis, al sur de Judá. Rabsaces se sitúa al sudeste is El historiador sagrado pone muy de relieve las blasfemias del asirio contra Yavé, que no
de Jerusalén, en el valle Cedrón. El prefecto de palacio que sale a recibirle es el mismo de que se era a sus ojos sino uno de tantos dioses.
habla atrás (22,20), pero el secretario acompañante ha de ser distinto del prefecto, contra quien O "7 1 Ante aquellas blasfemias, el rey se rasga las vestiduras de horror, y mientras se dirige al
habla el profeta (22,15). ** * templo, envía sus ministros al profeta.
6 4
Los etíopes de Napata habían logrado apoderarse de Egipto, y, siguiendo las tradiciones Senaquerib, como si estuviera seguro de la victoria sobre el etíope, envía una nueva emba-
faraónicas, aspiraban a intervenir en Canán y oponerse a los asidos. jada a Ezequías, esta vez por escrito, pero con las mismas ideas. Ezequías presenta la carta ante
7 Yavé, como para despertar su cólera contra el blasfemo. La respuesta le viene por Isaías y es con-
Es curiosa esta alusión del asirio a la reforma religiosa de Ezequías, que muestra cuánto le
apreciaba el autor sagrado. forme a los deseos del rey y a la providencia de Yavé sobre Judá. Este oráculo nos pone de mani-
8 fiesto el genio poético del profeta.
Los asirios habían hecho grandes progresos en el manejo del caballo, y era la caballería la 7
fuerza principal de su ejército. Se habla aquí de una «noticia»; después (v.36), de una catástrofe.
ISAÍAS 37-38 798 799 ISAÍAS 38
10
Plegaría d e Ezequías y respuesta tierna; | serán como el musgo que nace corazón y que he hecho lo que te era Y o dije: A la mitad de mis días ] voy
de Yavé en los tejados, abrasado por el viento grato. 4 Y se puso a sollozar. La palabra a bajar a las puertas del sepulcro, privado
14
Ezequías recibió la carta de la m a n o solano. | 28 Y o sé cuándo te levantas y de Yavé fue dirigida a Isaías, diciéndole: del resto de mis años. | u Dije: Y a n o
5 Vete y di a Ezequías: Así habla Yavé, veré más a Yavé en la tierra de los vi-
de los mensajeros, y luego de leerla su- cuándo te sientas I y conozco todas tus el Dios de tu padre D a v i d : H e oído tu vientes ; I ya no veré h o m b r e vivo de entre
bió al templo de Yavé, 15 y desplegándola andanzas. | 29 Xu furor contra mí, tu oración y he visto tus lágrimas. Voy a los moradores del m u n d o . 1 1 2 Mi m o r a d a
ante Yavé le dirigió esta plegaria: 16 ¡Oh insolencia, h a n llegado a mis oídos. | añadir a tu vida quince años más. 6 D e es arrancada, llevada lejos de mí, | c o m o
Yavé Sebaot, Dios de Israel, que te sien- Y o te pondré mi aro en la nariz, I y mi la m a n o del rey de Asiría yo te libraré tienda de pastores. ¡ C o m o tejedor cortó
tas entre los querubines I Tú eres el solo freno en tus labios, I y haré que te vuel- a ti y a esta ciudad; yo protegeré a esta el hilo de mi vida | y le separó de su tra-
Dios de todos los reinos de la tierra. 3vas 0
por el camino por donde viniste. |
ciudad. 7 H e aquí la señal de Yavé, de ma. I 1 3 D í a y noche m e consumo, grito
Tú has hecho los cielos y la tierra. H e aquí ahora la señal para ti: | Este
que h a r á Yavé lo que h a dicho: 8 H a r é hasta la mañana, | pues como león muele
17
Inclina tus oídos, ¡oh Yavé!, y oye. a ñ o se comerá lo que produzcan los gra- retroceder la sombra en el reloj de Ajaz todos mis huesos. | 14 Chillo como golon-
Abre, ¡oh Yavé!, tus ojos y mira. Oye nos caídos,, l y al siguiente lo que d e sí
todas estas palabras que m e dirige Sena- produzca la tierra sin sembrarse, | pero
querib para escarnecer al Dios vivo. 18 Es al tercer año sembraréis y cosecharéis, |
verdad, ¡oh Yavé!, que los reyes de Asi- plantaréis
31
viñas y comeréis su fruto. |
ría h a n destruido a todos los pueblos y El resto que queda en la casa de Judá I
sus tierras; I9
que arrojaron al fuego a echará raíces por debajo | y llevará fru-
32
sus dioses, que no eran dioses, sino obra tos en lo alto. * I Porque saldrá de
de la m a n o de los hombres, leño y piedra, Jerusalén un resto, | y sobrevivientes del
y los destruyeron. 20 Líbranos, pues, Yavé, monte de Sión; ¡ el celo de Yavé Sebaot
Dios nuestro, de sus m a n o s y que apren- hará 33
esto.
d a n todos los reinos de la tierra que tú H e aquí, pues, lo que dice Yavé del
eres Yavé, el Dios único. rey de Asiría: I N o entrará él en esta
21 ciudad | ni arrojará en ella flecha; | no
Entonces Isaías, hijo de A m o s , man-
marchará contra ella embrazando el es-
dó a decir a Ezequías: H e aquí lo que
cudo | ni la rodeará de trincheras. |
dice Yavé, Dios de Israel: Por la plegaria 3 4
Por el camino que trajo se tornará. |
que tú me has dirigido con motivo de
N o entrará en esta ciudad, dice Ya-
lo de Senaquerib, rey de Asiría, 22 he
vé. | 3 5 Y o defenderé esta ciudad, yo la
aquí la sentencia que Yavé pronuncia
libraré | p o r a m o r de mí y de mi siervo
contra él: | Te desprecia, se burla de
David.
ti, | virgen, hija de Sión; I yergue detrás
de ti su cabeza, | hija de Jerusalén. | L a liberación
23 36
¿A quién has ultrajado y escarnecido? | Vino el ángel de Yavé e hirió en
¿Contra quién has alzado tu voz y has el campo de los asirios a ciento ochenta
dirigido tus soberbias miradas? | ¿Contra y cinco mil hombres, y a la mañana, al
el Santo de Israel? | 2 4 Por medio de tus despertar, no se veían más que cadáve-
esclavos has ultrajado al Señor | y has res. * 3 7 Entonces Senaquerib, rey de Asi-
dicho: C o n mis numerosos carros | he ría, levantó el campo y se tornó, quedán-
subido a las crestas de las montañas, | a dose en Nínive; 3 8 y mientras oraba en
las cumbres del Líbano, | y he cortado el templo de Nesroc, su dios, sus hijos
los sublimes cedros | y los más hermosos Adramelec y Saresec le mataron a espada
cipreses. I He llegado a las más altas ci- y huyeron a la tierra de Ararat. Le suce-
mas | y a los más espesos bosques; | dió su hijo Asaradón.
25
he alumbrado y bebido aguas extran-
jeras; I he secado con mis pies los cana- Enfermedad de Ezequías Reloj solar fenicio
les de Egipto. O O ' Enfermó p o r entonces Ezequías
26 tantos grados cuantos en él h a avanzado, drina y gimo como paloma. ! Mis ojos se
Pues oye: H a mucho tiempo ya que « * 0 de enfermedad m o r t a l ; y el pro-
diez grados. Y en el cuadrante retroce- consumen mirando a lo alto. | ¡Oh Yavé,
yo preparaba esto; | lo resolví muy de feta Isaías, hijo de A m o s , vino a verle y mira mi angustia y confórtame! | 15 ¿Qué
antiguo y ahora lo cumplo. | Tú habrás le dijo: * 2 Dispon de tu casa, porque vas dió la sombra los diez grados que había
avanzado. * voy a decir yo? | Y a me h a dicho El, y h a
de hacer montones de ruinas de ciudades a morir, no curarás. Ezequías se volvió hecho; I a pesar de mi mal acabaré el
fuertes, | 27 cuyos habitantes estarán sin cara a 3 la pared e hizo a Yavé esta ple- Cántico de acción de gracias curso de mis años. | 16 Los que el Señor
fuerza, espantados y confusos. | Serán garia: ¡Oh Yavé!, acuérdate de que he de Ezequías protege viven para El | y entre ellos reco-
c o m o la hierba de los campos, verdura a n d a d o fielmente delante de ti de todo 9
Cántico de Ezequias, rey de Judá, de braré alientos de vida. | M e has curado
7
cuando enfermó y curó de su enferme- y me dejas vivir. | 1 Mi mal se ha torna-
31 «El resto» es una alusión a los cautivos de Judá, en número de 20O.OO0, llevados cautivos dad:* do en bien, | y h a s preservado mi alma
por 36
Senaquerib (Crónica de este rey).
La sentencia común de los expositores es que una peste que de repente se desarrolló en el 8
ejército asirio obligó a Senaquerib a retirarse de Judá, adonde no volvió más. Hay fundamento para Isaías, que en 7,10 había ofrecido a Ajaz el milagro que quisiera, ofrece ahora a su hijo hacer
suponer que en este relato están englobadas dos expediciones del rey, la una de 701 y la otra posterior retroceder diez líneas u horas el cuadrante solar que Ajaz había instalado en el palacio.
a 693. En esta postrera habría tenido lugar esta derrota de Senaquerib. Su muerte a manos de dos Es digna de notar la patente manera con que se narra este suceso aquí y en 2 Re 20,1 ss.
de sus hijos, sin duda descontentos de la sucesión ordenada por el padre, no tuvo lugar hasta 681. » Este cántico de Ezequías no se halla en 2 Re 20, de donde está tomada la sección. Es notable
porque nos da a conocer los tristes sentimientos de los israelitas ante la muerte, a causa de la obs-
O Q * Morir en la plenitud de los días, cuando ya el cuerpo se inclina a la sepultura, era mirado curidad en que vivían sobre los futuros destinos del hombre. No sólo no conocían los resplandores
*'*-' como un favor de Dios; pero acabar la vida a la mitad de la carrera era cosa muy triste y de la futura resurrección de Jesucristo, sino que desconocían aún las promesas del libro de la Sabi-
que tenía todas las apariencias de un castigo divino. Esto explica la conducta de Ezequías, que no duría. Una viva fe en Dios, que da a cada uno según sus obras, los consolaba; pero esta fe era obscura,
conocía las esperanzas que Jesucristo nos abrió con su resurrección. aunque por esto más meritoria.
ISAÍAS 38-39 800 801 ISAÍAS 39-40

senté, pues había tenido noticia de su camino a vuestro Dios. * I 4 Que se relle-
enfermedad y de su curación. * 2 Ezequías nen todos los valles | y se rebajen todos
se alegró de ello y enseñó a los embajado- los montes y collados; I que se allanen las
res su tesoro, la plata, el oro, los perfu- cuestas | y se nivelen los declives. | 5 Por-
mes y ungüentos preciosos, su arsenal y que va a mostrarse la gloria de Yavé, | y
todo cuanto había en sus almacenes. N o a una la verá toda carne.
hubo nada, ni en el palacio ni en sus de- Ha hablado la boca de Yavé. | 6 Una
pendencias, que no les enseñase Ezequías. voz dice: Grita. I Y yo respondo: ¿Qué
3
El profeta Isaías fue a ver a Ezequías y he de gritar? | Toda carne es como hier-
le preguntó: ¿Qué han dicho esas gentes ba, I y toda su gloria como flor del cam-
y de dónde vienen? * Ezequías respondió: po. I 7 Sécase la hierba, marchítase la
Han venido de lejos a verme, de Babi- flor, I cuando sobre ellas pasa el soplo de
lonia. ¿Y qué es lo que de tu palacio han Yavé. I * Sécase la hierba, marchítase
visto?, preguntó. Y Ezequías respondió: la flor, I pero la palabra de nuestro Dios
Han visto cuanto en mi palacio hay; no permanece por siempre.
ha quedado nada de cuanto hay en mis 9
Sube a un alto monte, | anuncia a
almacenes que no les haya enseñado. Sión la buena nueva. | Alza con fuerza la
5
Entonces dijo Isaías a Ezequías: Oye voz, tú que llevas la buena nueva a Jeru-
la palabra de Yavé Sebaot: 6 Tiempo ven- salén. I Alzadla, n o temáis nada, | decid
drá en que todo cuanto hay en este pala- a las ciudades de Judá: I He aquí a vues-
cio y cuanto reunieron tus padres hasta tro Dios. I 10 He aquí al Señor, Yavé, que
el día de hoy será llevado a Babilonia; viene con fortaleza. | Su brazo domina-
nada quedará, dice Yavé. 7 Y tus hijos, rá. I Ved que viene con él su salario y va
tus propios hijos, los engendrados por ti, delante de El su fruto. I u El apacentará
ñ\ serán llevados y tomados por eunucos
para el palacio del rey de Babilonia.
8
a su rebaño como pastor, | El le reunirá
con su brazo; | El llevará en su seno a los
v s.: Y Ezequías dijo a Isaías: Buena es la corderos | y cuidará a las paridas.
palabra de Yavé que me anuncias. Así, 12
¿Quién midió las aguas con el hueco
pensaba él, habrá por lo menos paz y se- de su mano, I y a palmos los cielos, | y al
guridad durante mi vida. * tercio de efá el polvo de la tierra; | pesó
en la romana las montañas | o en la ba-
lanza los collados? I 13 ¿Quién ha son-
Q U I N T A P A R T E deado el espíritu de Yavé, I quién fue su
consejero y le instruyó? 1 1 4 ¿Con quién de-
ISRAEL, LIBRE D E L CAUTIVERIO liberó El para recibir instrucciones | y que
BABILÓNICO le enseñase el camino de la justicia? |
(40-48) ¿Quién le enseñó la sabiduría | y le dio
a conocer el camino del entendimiento? |
15
G l o r i a d e Y a v é e n la l i b e r a c i ó n Son las naciones como gota de agua
de su pueblo en el caldero, | como grano de polvo
JA ' Consolad, consolad a mi pueblo, | en la balanza. I Las islas pesan lo que el
™ " dice vuestro D i o s ; | animad a Je- polvillo que se lleva el viento. ] 1 6 El Lí-
bano no basta para leña, | ni sus animales
rusalén y gritadle • | 2 que se acabó su
para el holocausto. | " Todos los pueblos
servidumbre, | y han sido expiados sus son delante de El como nada, | son ante
pecados, | y que ha recibido de manos de El nada y vanidad.
Yavé I el doble por todos sus crímenes.
3
Una voz grita: Abrid una calzada a
¿Sü^^^^^ttí Yavé en el desierto, I allanad en la soledad
1
Este episodio, como los precedentes, no está en orden cronológico. Merodacbaladán luchó
Merodacbaladán, rey de Caldea, y su primer ministro 39 por la independencia de la Caldea contra la Asiría hasta que en 695 fue tomada Babilonia,
muerto Baladán y destruido su ejército. Estos embajadores vienen, sin duda, a promover la coali-
21 ción de los pueblos cananeos contra Senaquerib.
del hoyo de la corrupción | y has echado Isaías mandó traer una cataplasma 8
tras de ti todos mis pecados. | 18 Porque de higos e hizo que se la pusieran en la Ezequías se resigna ante la sentencia de Yavé, como Helí y David (1 Sam 3.18; 2 Sam 24,14);
no puede alabarte el sepulcro, | n o puede llaga, y Ezequías sanó. * 22 Y preguntó pero todavía mira como una manifestación de la divina misericordia el que los males anunciados se
difieran hasta después de su muerte.
celebrarte la muerte | ni pueden los que Ezequías: ¿Qué señal tendré yo de que 1
descienden a la fosa I esperar en tu fideli- volveré a subir al templo de Yavé? Por el comienzo de esta parte segunda del libro de Isaías, el Eclesiástico dice de este pro-
dad. | 1 9 Los vivos, los vivos son los que 4.0 feta que contempló el fin de los tiempos y consoló a los que lloraban a Sión (Eclo 48,27).
pueden alabarte, | como yo te alabo hoy, | Embajada de Merodacbaladán Israel ha pagado ya el doble de lo que por sus pecados había merecido. Alégrese ya, porque viene
y de padres a hijos pregonar tu fideli- y predicción del cautiverio a salvarle Yavé, sabio y poderoso, ante quien son nada los ídolos y los príncipes de las naciones.
El es quien ha suscitado al conquistador, quien lo predijo antes que llegase para dar libertad a su
dad. 120 Que nos salve Yavé y cantaremos O Q 1 Por entonces Merodacbaladán, pueblo. Este, sostenido por Dios, no tendrá que temer; sus enemigos quedarán aniquilados y a él
al arpa todos los días de nuestra vida, I ** *' hijo de Baladán, rey de Babilonia, le hará volver a la patria como por un umbroso bosque.
ante el templo de Yavé. 3
mandó a Ezequías un mensaje y un pre- El profeta nos presenta a Yavé llegando por el desierto para hacer justicia salvando a su pue-
21
blo. Manda prepararle los caminos, como se hace a los reyes que visitan una ciudad. En virtud de
Es manifiesto que estos dos versículos no están en su lugar. Leído el 22 después del 6 y la analogía, los evangelistas ponen este texto en boca del Bautista, que invita al pueblo a preparar
el 2i después del 8 hacen perfecto sentido. los caminos al Mesías mediante la penitencia (Le 3,4 s.).
Náoar-Colunga '>*
ISAÍAS 40-41 802 803 ISAÍAS 41-42

V a n i d a d d e los {dolos mo siempre, I y seré en los últimos tiem- to. I 2 3 Anunciadnos lo por venir, I para C a n t o triunfal en honor de Yavé
18
¿A quién, pues, compararéis vuestro pos I 5 Las islas le ven, y tiemblan, I y se que sepamos así que sois dioses. | Vea- 10
espantan los e e a á n e s de la tierra. I Se m o s ; haced bien o haced mal, haced algo Cantad a Yavé un cántico nuevo, |
Dios, | qué imagen haréis que se le a»e- para que p o d a m o s medirnos. | 2 4 ¡Bah! lleguen sus loores a los extremos de la
reúnen y juntos vienen al juicio.
meje? I " El ¡dolo es fundido por el fun- 6 N o sois nada, | y vuestra obra es nada, I tierra. ¡ Estremézcase el mar y cuanto en
didor, el orfebre le reviste de oro I y le U n o a otro se ayudan, I uno a o t r o
se dicen: ¡Animo! I 7 El escultor anima abominable quien os elige. él se contiene, I las islas con sus habitan-
adorna con cadenillas de plata. * 25
Yo le he suscitado del septentrión, tes. ' 1 11 Alce su voz el desierto, y las
al orfebre, I y el que bate el oro al forja-
20 Para hacer a la imagen una peana i dor, I diciendo: Bien está esa soldadu- y ya llega, | llamado por su nombre del ciudades | y las aldeas que habita Cedar. |
toman madera incorruptible I y buscan ra. I Y le afirma con clavos para que no lado de levante. I Pisa a los principes como Lancen gritos de júbilo los habitantes de
u n buen obrero I que fije el ídolo para se caiga. se pisa el polvo [ y como el alfarero pisa Sela ! y entonen sus cánticos en lo alto
que no se caiga. el barro con sus pies, j 2 * ¿Quién antes le de los montes. 1 1 2 Que den gloria a Yavé, |
21
¿ N o lo sabéis? ¿No os lo habéis apren- anunció y nos le dio a conocer de ante- que canten sus alabanzas en las islas. I
P r o m e s a d e liberación 13
Avanza Yavé como un gigante, | c o m o
dido? i ¿ N o os lo han dicho desde el prin- m a n o , i p a r a que digamos. Justamente?
8
cipio? ¿ N o lo habéis visto desde que se Pero tú, Israel, eres mi siervo: | yo Nadie le anunció, nadie habló de él, I na- guerrero se excita en su ardor. ! Lanza su
fundó la tierra? i n Está El sentado sobre te elegí, Jacob, ! progenie de A b r a h a m , die os oyó una palabra. | 2 7 Yo el primero grito, un potente grito de guerra, | y
el orbe de la tierra, ! cuyos habitantes son mi amigo. • ' Yo te traeré de los confines le anuncié a Sión, | y di a Jerusalén la muestra su fuerza «contra sus enemigos.
ante El como langostas. ! El tiende los de la tierra i y te llamaré de las regiones buena nueva. | 2 8 Miro, y no hay nadie; |
cielos como un toldo, I los despliega como lejanas, I diciéndote: Tú eres mi siervo, | n o se halla entre ellos un profeta; les Israel será v e n g a d o y l i b e r a d o
una tienda de morada. I 23 El torna en yo te elegí y no te rechazaré. ' 10 N o temas p r e g u n t o : ¿De dónde viene?, 1 y no saben 14
nada, que yo estoy contigo: 1 no desma- Mucho tiempo callé, I estuve en si-
nada a los poderosos. I y en vanidad a responder. | 2 ' ¡Bah! Todos son nada, I y lencio, me contuve; ! como mujer en par-
los jueces de la tierra. 2 4 Apenas plan- yes, que yo soy tu Dios I Yo te fortale- su obra es nada, | y sus ídolos, viento y
ceré, yo vendré en tu ayuda. I y con la to, gemía, I suspiraba y jadeaba. | 1 5 Pero
tados, apenas sembrados, I apenas han vanidad. ahora devastaré los montes y los colla-
echado sus troncos raíces en la tierra. I m a n o de mi justicia te sostendré. ' u Con-
fundidos serán y cubiertos de ignominia | dos I y secaré todo verdor. I Haré islas las
sopla sobre ellos, y se secan, I y como pa- A*\ 1 H e aquí a mi siervo, a quien sos- corrientes de aguas | y secaré los lagos. |
juela los arrastra el huracán. todos los que te persiguen. I Serán redu-
25 cidos a la nada, aniquilados, I los que "™ tengo yo, mi elegido, en quien se 16 Llevaré a los ciegos por un camino
¿A quién, pues, que me iguale I m e ignorado, I los conduciré por senderos
contienden contigo. I 1 2 Buscarás y n o complace mi alma. He puesto mi espíri-
asemejaréis?, dice el Santo. I 2 6 Alzad a tu sobre él, y él dará la Ley a las nacio- desconocidos. I Ante ellos tornaré en luz
hallarás a los que te aborrecen, I serán
los cielos vuestros ojos y mirad: I ¿Quién reducidos a la nada los que te combaten. | nes ; * 2 no gritará, no hablará recio, no las tinieblas I y en llano lo escarpado. |
los creó? I El que hace marchar su bien 13
Porque yo, Yavé, tu Dios, ! fortaleceré alzará su voz en las plazas; s no romperá Todo esto lo haré yo, | lo cumpliré, sin
contado ejército, I y a cada uno llama por tu diestra; I y yo te digo: Nada temas, | la caña cascada ni apagará la mecha que nada falle I " Retrocederán cubier-
su nombre, I y ninguno falta, l tal es su yo voy en tu ayuda ! I 4 Nada temas, gu- h u m e a n t e . 4 Expondrá fielmente la Ley, sin tos de ignominia I los que confían en los
inmenso poder v su gran fuerza, i 2 7 ¿Cómo sanillo de J a c o b . ! coquito de Israel.! 1 5 Yo cansarse ni desmayar, hasta que establez- ídolos, I que dicen a sus imágenes fun-
dices tú, J a c o b : ' cómo murmuras tú, Is- te haré como agudo rastrillo, ' nuevo y ca la Ley en la tierra; las islas están espe- didas: I Vosotros sois nuestros dioses.
rael: 1 Yavé no ve lo que sucede. ' Yavé armado de dientes. : Irás, trillarás y pul- rando su doctrina. 18
Oíd, sordos; I mirad, ciegos, y ved. |
no se da cuenta de la justicia de mi cau- verizarás los montes : y desharás en me- 5
Así dice Dios, Yavé, que creó los cie- 19
¿Quién es ciego sino mi siervo? I ¿Quién
sa? I 2 " ¿No sabes tú. no has aprendido, I nuda paja los collados. ' 16 Los bieldarás, los y los tendió y formó la tierra y sus sordo como el mensajero que yo envié? |
que Yavé es Dios eterno. ' que creó los y el viento los aventará, 1 y el huracán los frutos, que da a los que la habitan el ¿Quién ciego como mi dilecto? I ¿Quién
confines de la tierra. que ni se fatiga dispersará ' Y te regocijarás en Yavé I y aliento, el soplo de vida a los que por sordo c o m o el siervo de Yavé? I 2 0 M u -
ni se cansa ' y que su sabiduría no hay te gloriarás en el Santo de Israel. ella andan. <> Yo, Yavé. te he llamado en chas cosas has visto, sin poner en ellas
quien la alcance? I M El da vigor al fati- 17 la justicia y te he t o m a d o de la mano. Yo atención: I abiertos tenías los oídos, pero
gado ' y multiplica las fuer/as del débil: i Los pobres, los menesterosos, buscan te he formado y te he puesto por alianza no oíste, i 21 Habíase complacido Yavé
30 se cansan los jóvenes, se fatigan. ' y los el agua y no la hallan: ' su lengua está para mi pueblo y para luz de las gentes, * en su justicia, I en hacer grande y mag-
guerreros llegan a (Jaquear: ' " pero los seca por la sed; I pero yo. Yavé, los oiré; 7 nifica la ley; I 2 2 y he ahí a este pueblo
yo, el Dios de Israel, no los abandona- para abrir los ojos de los ciegos, para
que confían en Yavé renuevan sus fuer- sacar de la cárcel a los presos, del fondo saqueado y hollado, I puesto en cepos,
zas, y echan alas como de águila, I y vue- ré ' l s Yo. Yavé. haré brotar manantia- encerrado en mazmorras; I destinados al
les en las alturas peladas ' y fuentes en del calabozo a los que moran en tinieblas.
lan velozmente sin cansarse. 1 y corren 8
Soy yo, Yavé es mi nombre, que no doy pillaje, sin que nadie los libre; I despoja-
sin fatigarse. medio de los valles Tornaré el desierto dos, sin que nadie diga: Restituid. I
en estanque. ' y la tierra seca en corrien- mi gloria a ningún otro, ni a los ídolos el 23
,0 honor que me es debido. * 9 Han llegado ¿Quién de vosotros dará oídos a estas
Y a v é suscita u n l i b e r t a d o r tes de aguas. < Yo plantaré en el desier- cosas? I ¿Quién atento las escuchará p a r a
las cosas predichas, y anuncio otras nue-
A •§ ' Oídme, islas, en silencio: i reno- to cedros y acacias, I mirtos y olivos. I Yo vas, antes de que sucedan las doy a co- lo por venir? I 2 4 ¿Quién entregó Jacob a
T" » vad, ¡oh pueblos!, vuestras fuer- plantaré en la soledad 20cipreses, 1 olmos nocer. los saqueadores, I Israel a los despoja-
zas; I acercaos y hablad, '< entremos en y alerces juntamente. I Para que todos
juicio. I 2 ¿Quién le ha suscitado del lado vean y comprendan ' y todos consideren A *} l Los w.1-0. nos presentan un personaje muy distinto del libertador guerrero de que se
de levante I y en su justicia le llamó para y entiendan que es la mano de Yavé la ^ ~ habla (41,2-5.25-28). San Mateo (12,18) lo entiende de Jesús, y, en efecto, nos pinta bien su
que le siguiera? I ¿Quién puso en sus ma- que hace eso I y el Santo de Israel el que condición humilde y su obra salvadora por medio de la enseñanza de la ley divina. Este trozo no
nos los pueblos I y le entregó los reyes? I lo crea. tiene conexión ni con lo que precede ni con lo que sigue, y debe unirse a los otros fragmentos en que
Su espada los reduce a polvo, i y su arco 21 Venid y alegad vuestro derecho. 1 pre- más adelante (49,1 ss.) se habla de este mismo siervo de Yavé.
6
los dispersa c o m o brizna de paja, i ' Los sentad vuestras pruebas, dice el Rey de 8
Los vv.6,7 y 19 parecen venir bien después de 40,19, pues prosiguen el mismo tema.
persigue y va tranquilamente ' por cami- J a c o b : ' 22 Que se acerquen y nos anun- Los w.21-25 parece que deben precederá 8-20, por ser la continuación del apostrofé a las na-
ciones cuyos dioses no han podido predecir la venida del libertador suscitado por Dios.
nos que no había pisado nunca ' 4 ¿Quién cien lo que está por venir. ' ¿Qué predic- 10
Un nuevo discurso, que parece extenderse hasta 44,5. Empieza invitando a celebrar a Yavé,
hace esto, quién lo cumple 0 ' El que desde ciones hicisteis en lo pasado? 1 Para que que, como potente guerrero, se levanta para mostrar su poder contra los enemigos. Después de
el principio llamó a las generaciones. ' Yo, las tengamos en cuenta. I Anunciadnos haber callado mucho tiempo va a realizar la obra de salud de Israel, antes ciego y sordo, pero que
Yavé, que era al principio, I y soy el mis- lo por venir, I y veremos su cumplimien- ahora empezará a ver y oir. Yavé protege a su pueblo; por su libertad entregará la Etiopía y el
Egipto a los caldeos como precio de su rescate, y los desterrados volverán a la patria, donde su conduc-
1 9 Los w.6-7 de! capítulo 41, que están allí fuera de contexto, encajan aquí perfectamente y ta será muy otra de la que fue antes. Jeremías anuncia la conquista de Egipto y Etiopía por Nabu-
deberían traspasarse a este lugar. codonosor (44,30; 46,13; cf. 43,3).
ISAÍAS 42-44 804 805 ISAÍAS 44-45

dores? I ¿No fue Yavé, contra quien he- avanzar a carros y caballos, | y a los fuera de mí. * | 7 ¿Quién como yo? Que de la madera, I sobre sus brasas he cocido
mos pecado, I cuyos caminos no quisimos ejércitos de fuertes guerreros, [ o los echa venga y hable, | que anuncie y se compare el pan, | he asado la carne y me la he
seguir, | cuya Ley no obedecimos? | por tierra juntamente, sin que vuelvan a conmigo. | ¿Quién desde el principio anun- comido; I lo que con el resto haga será
25
¿Quién derramó sobre él el fuego de levantarse, | extinguidos como mecha que ció lo por venir? 8| Que nos prediga lo que un ídolo execrable, | y me prosternaré
su ira | con los furores de la guerra? | Ro- se 18apaga. ha de suceder. | No os atemoricéis, no ante un tronco de madera. 1 20 Se ali-
deados de llamas, no comprendieron; I No os acordéis más de lo de otras temáis nada. | ¿No lo anuncié yo antes menta de ceniza, | y su corazón enga-
quemados, no hicieron caso. veces, | no hagáis atención a lo pasado; | ya | y lo predije tomándoos por testigos? | ñado le extravia. | Y no salva su alma
19
que voy a hacer una obra nueva | que No hay Dios alguno fuera de mi, I y si diciéndose: | ¿No es pura mentira lo que
A O i Ahora, pues, así dice Yavé, | que ya está comenzando; ¿no la veis? | Voy hay Roca, no la conozco. tengo en la mano?
9
" « * te creó, Jacob; I que te formó, Is- a abrir un camino en el20 desierto I y a Todos los hacedores de ídolos son
rael. | Nada temas, yo te he rescatado, | yo llevar ríos a la soledad; | y me alabarán nada, | y sus vanas hechuras no sirven 21
Sólo Yavé es grande
te llamé por tu nombre y tú me pertene- las bestias del campo, J los chacales y los de nada. | Y son testigos ellos mismos, Ten en la memoria estas cosas, Ja-
ces. | 2 Si atraviesas las aguas, yo seré avestruces. | Voy a poner agua en el de- no ven nada, | no saben nada, para ver- cob; | mira, Israel, que tú eres mi siervo; |
contigo | y no te sumergirán las olas. | Si sierto, | y torrentes en las tierras áridas, | güenza suya. | 10 ¿Quién hace un dios, yo te he formado, tú estás 22
para servirme; |
pasas por el fuego, no te quemarás,
21
| las para abrevar a mi pueblo, a mi elegido, | quién funde un ídolo, | para no servir de Israel, no te olvidaré. | Yo he disipado
llamas no te consumirán. | 3 Porque yo al pueblo que hice para mí, ] que cantará nada? ] n Mirad, todos sus devotos serán como nube tus pecados, como niebla tus
soy Yavé, tu Dios, | el Santo de Israel, mis loores. confundidos; I los que los hacen son iniquidades. I Vuelve a mi, que yo te he
tu salvador. I Yo doy al Egipto por resca- hombres. | Que se junten, que vengan rescatado. I 23 Cantad, cielos, la obra de
te tuyo, | doy por ti a Etiopía y Seba. I L a liberación es p u r a misericordia todos; | todos temblarán, cubiertos de Yavé; | resonad, profundidades de la tie-
4 vergüenza. | 1 2 Un herrero aguza el cincel, rra ; | saltad de júbilo, montañas; I cantad
Porque eres a mis ojos de muy gran es- de Yavé forja en la fragua su obra, | hace la ima- todos, árboles de la selva; 1 que Yavé ha
tima, i de gran precio, y te amo, | y entrego gen a golpe de martillo, I poniendo toda rescatado a Jacob I y ha mostrado su
22
por ti reinos | y pueblos a cambio de tu Pero tú, ¡oh Jacob!, no me invocas- su fuerza. | Tiene hambre y está13agotado; | gloria en Israel.
vida. 1 5 Nada temas, que yo estoy con- te; | no te fatigaste en buscarme, Israel; | no bebe, está desfallecido. * | Otro que 24
trabaja en madera | toma sus medidas en elAsí dice Yavé, tu redentor, | el que
23
tigo ; | yo traeré tu descendencia del 6orien- no me ofreciste ovejas en holocausto, I no
te | y los reuniré del occidente. | Diré me honraste con tus sacrificios; | yo no te con la cuerda | y hace sus señales con que loseno ha
te formó. I Yo soy Yavé, el
hecho todo; I yo, yo solo
al septentrión: Devuélvelos, I y al medio- abrumé con ofrendas | ni te importuné almagre. | Maneja el cepillo y marca con
día : No los retengas. | Retraed a mis hijos por el incienso. | 2 4 No compraste aromas el compás. | Hace así una semejanza de desplegué los cielos I y25
afirmé la tierra.
de las regiones lejanas | y7 a mis hijas de de precio para mí I ni me saciaste con la hombre, de un hombre bello, I para que ¿Quién me ayudó? * I Yo deshago las
los confines de la tierra, I a todos cuan- grosura de tus sacrificios, | sino que me habite en una casa. señales mentirosas de los embusteros I
tos llevan mi nombre, | que yo los creé y atormentaste con tus pecados | y me ape- 14
y a los adivinos enloquezco. | Yo obligo
formé para mi gloria. | 8 Dejad que vuelva naste con tus iniquidades. | 25 Soy yo, soy Plántanse cedros que hace crecer la a los sabios a retroceder y torno en locura
el pueblo ciego, que ya tiene ojos; | el yo quien por amor de mí borro tus peca- lluvia; se deja que se hagan grandes en su sabiduría; | 26 pero mantengo las pa-
pueblo sordo, que ya tiene oídos. dos | y no me acuerdo más de tus rebel- el bosque, se escogen luego el roble y la labras dadas a mis siervos I y cumplo
9
Los pueblos se reúnen todos I y se días. | 26 Hazme recordar, entremos en encina y se cortan los cedros. I 15 Sirven los designios revelados a mis mensajeros. |
congregan las naciones. | ¿Quién de entre juicio; | habla tú para justificarte. | Pecó
27 luego de leña para el fuego, para calen- Yo digo a Jerusalén: Serás habitada; | y
tu primer padre, | y tus guías se rebelaron tarse, | también para cocer el pan. | Y ade- a las ciudades de Judá: Seréis reedifica-
ellos anuncia tales cosas, I quién aduce más se hacen con ellos dioses, I ante los das, | yo levantaré sus ruinas. | 27 Yo digo
antiguas predicciones? | Que presenten contra mí, | 28 y tus príncipes profanaron mi cuales se prosternan, I ídolos que adoran. | al abismo: Sécate, | y deseco sus aguas. |
sus pruebas para justificarse,
10
I y oyéndo- santuario. | Por eso di a Jacob al ana- lé
Ha quemado el fuego la mitad de la 28 Yo digo a Ciro: Tú eres mi pastor, I y
las, se diga: Verdad. I Vosotros sois tema | y a Israel al oprobio. leña, | sobre las brasas asa carne I y se él hará lo que yo quiera. | Yo digo a
mis pruebas, dice Yavé; I mi siervo, a quien sacia comiendo el asado. I Caliéntase lue- Jerusalén que será reedificada I y que
yo elegí para que aprendáis y me creáis | Efusión del espíritu d e Yavé go, diciendo:I 7| ¡Ea! Me caliento, siento su templo será reconstruido.
y comprendáis que soy yo solo. | Antes la lumbre. | Con el resto se hace un
de mí no había dios alguno, | y ninguno y conversión de las gentes
dios, | un ídolo que adora, postrándose Ciro, el libertador de Israel
habrá después de mí. IU Yo, yo soy Yavé,12
I A A 1 Oye, pues, ¡oh Jacob!, mi siervo; | ante él, | y a quien suplica, diciendo: | A C ' Así dice Yavé a su ungido, Ciro, |
y fuera de mi no hay salvador. | Soy ™ " Israel, a quien elegí yo. | 2 Así ha- Tú eres mi dios, sálvame. | 18 Pero ellos »•* a quien tomó de la mano | para
yo el que anuncio, el que salvo, el que bla Yavé, que te ha hecho, | en el seno no saben, no distinguen; | porque están derribar ante él las naciones, | para des-
hablo, | y no hay otro entre vosotros; materno te formó I y te ha socorrido. | cerrados sus ojos y no ven, | está cerrado
vosotros sois mis testigos, dice Yavé. I Nada temas, siervo mío, Jacob, I el Jesu- su corazón y no entienden. | 19 No refle- ceñir la cintura de los reyes, | para
13
Yo soy Dios desde la eternidad, I y lo rún, a quien yo elegí; I 3 porque yo derra- xionan, | son demasiado simples e igno- abrir ante él las 2puertas I y dejarle libres
las entradas. * | Yo iré delante de ti I y
soy por siempre jamás. I Nadie puede maré aguas en el desierto, I arroyos en lo rantes para decir: | He quemado la mitad | te allanaré los caminos montuosos. | Yo
librar a nadie de mis manos; | lo que seco; | derramaré mi espíritu sobre tu
hago yo, ¿quién lo estorbará? posteridad | y mi bendición sobre tus 4 4 6 Otro discurso, que va hasta elfindel c.46. Comienza celebrando a Yavé como Dios único,
descendientes, | 4 que crecerán como la * * ante quien son nada los ídolos de las gentes. El es quien suscitó a Giro para castigo de las
Salida de Babilonia hierba a orilla del agua, | como prados naciones y libertad de su pueblo.
12
14 junto a los ríos. | 5 Este dirá: Yo soy de Aquí el profeta se burla donosamente de los fabricadores de los ídolos, que se humillan ante
Así habla Yavé, vuestro redentor, | Yavé; | aquél tomará el nombre de Ja- lo que ellos mismos fabricaron. Es argumento corriente en los profetas, fundado, si no en la
el Santo de Israel: | Por vosotros mandé cob; i y el otro escribirá en su mano: De concepción de los sabios, que tenían los ídolos por simples imágenes de los dioses, sí en la
yo contra Babilonia, | y rompí los cerro- Yavé; | y querrá ser conocido con el concepción del vulgo, en la cual entraban hasta muchos tenidos por sabios, que consideraban los
jos de vuestra cárcel, | y los caldeos fue- nombre de Israel. ídolos como dioses, a lo menos en cuanto estaban habitados por las mismas divinidades.
24
ron atados con cuerdas. I ¿Qué fue de sus Otro argumento muy preferido del profeta es este de que Yavé crea la tierra, que extiende los
cielos, hace prodigios y predice lo que se propone hacer; al contrario que los ídolos, que de nada de
gritos de alegría? | 15 Yo soy Yavé, vues- Vanidad d e los ídolos esto son capaces.
tro Santo, | el creador de Israel, vuestro
Rey. I 16 Así habla Yavé, | el que abre ca- 6 Así habla Yavé, el rey de Israel, | A C ' Desde el c.41 el profeta habla de Ciro, aunque sin mencionarle por su nombre. Esta unción
minos en el mar | y senderos en la mu- su redentor, Yavé Sebaot: I Yo soy el ^ ^ es su destino para ejecutar los planes divinos sobre los pueblos y sobre Israel. Ciro es el mi-
nistro de la justicia divina contra Babilonia y de la misericordia a favor de Israel. Una y otra cosa
chedumbre de las aguas. I >7 El que hace primero y el último I y no hay otro Dios
ISAÍAS 45-46 806 807 ISAÍAS 46-48
romperé las puertas de bronce I y arran- los están cubiertos de confusión y de igual? I 6 Aquéllos sacan el oro de la tamientos. | 10 Tú estabas fiada en tu
caré los cerrojos de hierro; I 3 yo te ignominia, | llvense todos juntos llenos de bolsa, I pesan la plata en la balanza, I maldad | y te decías: No me ve nadie. |
entregaré los tesoros escondidos | y las vergüenza, j Israel es salvado por Yavé pagan al orfebre y mandan que les haga Tu sabiduría y tu ciencia te engañaron, |
riquezas enterradas, I para que sepas que con salvación eterna; I ni vergüenza ni un dios; I luego se postran y le adoran, | y te decías en tu corazón: I Yo y no
yo soy Yavé, el Dios de Israel que te confusión por los siglos para él. ' le cargan sobre sus hombros, le llevan, | más que yo. I n Pero va a caer sobre ti
18
llamó por tu nombre. I * Por amor de Sí, así habla Yavé, I el que creó los le ponen en su lugar, y allí se está; I no un mal I que no podrás conjurar, | y te
mi siervo Jacob, | por amor de Israel, mi cielos, I el Dios que formó la tierra, | la se mueve de su sitio; | claman a él, pero abrumará una ruina I que no podrás
elegido, I te he llamado por tu nombre I hizo y la afirmó. | No la creó en vano; | no responde I ni libra de la tribulación. remediar; ! caerá de repente sobre ti, |
y te he dado un nombre glorioso, aunque la formó para que fuese habitada. | Soy 8
Acordaos de esto y entendedlo; I en- sin que preveas sus golpes. I 12 Acude
tú no me conocías; | 5 soy yo, Yavé, no yo, Yavé, y ningún otro. | í9 No he ha- trad en vosotros, rebeldes. I 9 Recordad ahora a tus encantamientos, I a las mu-
es ningún otro; I fuera de mí no hay Dios. blado yo en secreto, i en un obscuro los tiempos pasados desde el principio. | chas hechicerías I con que te fatigas desde
Yo te he armado, aunque tú no me cono- rincón de la tierra. | No he dicho yo a la Sí, yo soy Dios, yo, y no tengo igual. I la niñez. | Quizá puedan servirte, | quizá
cías, 6 para que sepan el levante y el progenie de Jacob: | Buscadme en vano. | 10
Yo anuncio desde el principio lo por puedan hacerte terrible. I I 3 ¿Estás can-
poniente I que no hay ninguno fuera de Soy yo, Yavé, cuya palabra es verdadera j venir | y de antemano lo que no se ha sada de tanto consultar? I Que vengan
mí. | 7 Yo soy Yavé, no hay ningún otro. I y cuya predicción es segura. hecho. I Yo digo: Mis designios se reali- ahora, que te salven I los que hacen la
Yo formo la luz y creo las tinieblas, I 20
Reunios, venid, acercaos juntamen- zan, I y cumplo toda mi voluntad. | n Yo carta del cielo, [ y observan las estrellas, |
yo doy la paz, yo creo la desdicha; soy yo,te I los sobrevivientes de las naciones. | llamo de levante al ave de presa, I de y hacen la cuenta de los meses, | de lo
Yavé, quien hace todo esto. | 8 Destilad, No tienen entendimiento los que llevan lejana tierra al hombre de mi consejo. | que ha de venir sobre ti. I 14 Helos ahí
cielos, arriba, el rocío; I lloved, nubes, la un ídolo de madera 2| y ruegan a un dios Como lo he dicho, así lo haré; | lo he como briznas de paja, I que serán consu-
justicia; | ábrase la tierra y produzca el incapaz de salvar. | i Hablad, exponed, dispuesto y lo cumpliré.
fruto de la salvación I y germine la jus- consultaos unos a otros: ! ¿Quién predijo 12
midas por el fuego. I No podrán escapar |
ticia. | Soy yo, Yavé, quien crea esto. estas cosas desde mucho ha, I mucho Oídme, hombres de duro corazón, | de los brazos de las llamas; I no serán
tiempo antes las anunció? | ¿No soy yo, que estáis lejos de la justicia. I 13 Yo brasas para calentar el pan, | ni ho-
Yavé, el único, I y nadie más que yo? | haré que se os acerque mi justicia, ya guera para sentarse ante ella. | 15 Eso
Inutilidad de toda oposición no está lejos, I y no tardará mi salva- serán para ti I aquellos por quienes te
9 (22) No hay Dios justo y salvador fuera ción. I Yo pondré en Sión la salud I y afanaste, tus amigos desde la juventud. |
¡Ay del que contiende con su Hace- de mí; | 22 volveos a mí y seréis salvos, |
dor! | Es el tiesto de los tiestos de la confines todos de la tierra. (23) Porque mi gloria en Israel. Cada cual ochará por su camino, | y no
tierra. I ¿Dice acaso el barro al alfarero: yo soy Dios y no hay otro; | 23 por mí habrá quien te salve.
Qué es lo que haces? I ¿Dícele la obra lo juro, I sale la verdad de mi boca | Caída de Babilonia
al obrero: Eres un torpe? | I 0 ¡Ay del que y es irrevocable mi palabra. 1 2 4 Doblaráse 1
Desciende y siéntate en el polvo, I Israel sale de Babilonia por p u r a
al padre dice: Por qué engendraste, | o ante mí toda rodilla | y por mí jurará 47 gracia
dice a la madre: Por qué pariste! | H Así toda lengua. I 25 (24) De mí dirán: Cierta- ^ • virgen hija de Babilonia. | No más A O ! Oíd esto, casa de Jacob, I los
dice Yavé, | el Santo de Israel, que te mente sólo en Yavé | hay justicia y fuer- trono; siéntate en la tierra, I hija de los " * * que lleváis el nombre de Israel, |
formó. | ¿Os atreveríais vosotros a pedir- za. I A El vendrán cubiertos de ignomi- caldeos. | Ya no te llamarán jamás I la los salidos de las entrañas de Judá. i
me cuenta de mis propósitos, | a darme nia I todos cuantos se agitan contra El. | delicada, la voluptuosa. * 12 Coge la muela Los que juráis por el nombre de Yavé |
lecciones acerca de la obra de mis ma- 26 (25) En Yavé será justificada y glorifica- y ve a moler la harina; I quítate el velo, | y alabáis al Dios de Israel, I pero sin
nos? | 12 Yo hice la tierra I y creé sobre da I toda la progenie de Israel. pon haldas en cinta, descubre tus piernas | verdad y sin justicia, * I 2 aunque lleváis
ella al hombre: I mis manos desplegaron y pasa los ríos. | 3 Descubierta será tu el nombre de la ciudad santa I y os apo-
los cielos, | y yo mando a todo su ejér- desnudez, I se verán tus vergüenzas. I yáis sobre el Dios de Israel, | cuyo nombre
4
Caída de los ídolos Yo tomaré venganza implacable, I dice es Yavé Sebaot. I 3 Lo que ha pasado, ya
cito. | 13 Y yo le suscité para justicia I nuestro redentor, I Yavé Sebaot es su ha tiempo lo predije | y de mi boca
y allano todos sus caminos. I El reedificará A C ' Postrado Bel, abatido Nebo, | nombre, | el Santo de Israel. I 5 Siéntate salió. Yo lo hice oir I y de improviso
mi ciudad I y libertará a mis desterrados, I T»" sus simulacros son puestos sobre en silencio, súmete en tinieblas, | hija de obré, y todo se ha cumplido. I 4 Porque
no por dinero ni por dones, | dice Yavé bestias de carga, | cargados y llevados los caldeos; I ya nunca más te llamarán bien sé que eres duro, I y es tu cerviz una
Sebaot. con trabajo. * 1 2 Todos son humillados, soberana de los reinos.
todos abatidos juntamente; | no pudieron 6 barra de hierro, | y que tienes una frente
Estaba yo airado contra mi pueblo | de bronce. I 5 Yo te predije esto hace
L a conversión d e las gentes salvar esta carga, | antes ellos mismos y dejé profanar mi heredad ! y la entre- tiempo,
l 4 Así habla Yavé: ! Los trabajadores son3 llevados cautivos. gué en tus manos. | Tú no tuviste piedad, I a saber. I |antes de que sucediera te lo di
Para que no dijeras: Lo ha
de Egipto, los traficantes de Cus, | los Oídme, casa de Jacob, | y vosotros e hiciste pesar tu yugo aun sobre los
sábeos de elevada estatura, I pasarán a todos, restos de la casa de Israel, lleva- ancianos. | 7 Tú decías: Yo seré siempre, | hecho mi ídolo; 6
I mi estatua, mi bronce
ti, y serán tuyos, y te seguirán, | y te dos desde el seno por 4mí y carga mía por siempre, la reina, I y 8no reflexionaste, | lo mandó. I Ya lo has oído, lo has
servirán esposados, encorvados, I y supli- desde el nacimiento. 1 Yo mismo hasta no pensaste en tu fin. | Escucha, pues, visto todo cumplido: I ¿Por qué no pre-
cantes te dirán: I Sólo tú tienes un Dios, vuestra vejez, | hasta vuestras canas, os esto, voluptuosa, I que te sientes tan decís también vosotros? I Yo te he dado
segura, | que dices en tu corazón: I Yo a conocer ahora cosas nuevas, I cosas
no hay ningún otro, | los dioses no exis- soportaré; I como ya hice, yo me encargo
y nadie más que yo; I no enviudaré ni me ocultas que tú no sabías. | Se crean
7

ten ya. | 15 En verdad que tienes contigo de sosteneros y preservaros. I 5 ¿A quién


queréis compararme? ¿Con quién medir- veré sin hijos. | 9 Ambas cosas te ven- ahora, no en tiempos pasados; I antes de
un Dios escondido, | el Dios de Israel, me? I ¿A quién me haréis semejante, drán I de repente, en un mismo día: I hoy nada habías oído de ellas,8 I para que
salvador. | 16 Todos los hacedores de ido- la falta de hijos y la viudez I te abruma- no dijeras: Ya lo sabía yo. | N o ; nada
son una prueba de que Yavé es verdadero Dios, y los dioses que no pueden hacer tales cosas no son rán a un tiempo, | a pesar de tus nume- habías oído, nada conocías, I nada en
nada. rosos agüeros | y de tus muchos encan- mucho tiempo llegó a tus oídos. I Porque
1
El contexto parece exigir la transposición de 1-2 después del v.7. Como prueba de que los
46 ídolos no pueden nada, dice el profeta que a la llegada de Ciro tendrán que ser cargados A"7 ' N o la ciudad, sino el imperio de Babilonia fue destruido por Ciro. La que hasta entonces
era gloriosa reina de los caldeos quedó convertida en una de las muchas grandes ciudades
sobre bestias para huir con sus adoradores. Una nueva forma de ironía, porque, a la verdad, el
ejército de Ciro entró en Babilonia dirigido por un general caldeo, Gubaru, en medio de las acla- que abarca el imperio de los persas. La verdadera ruina material sólo vino siglos más tarde.
maciones del pueblo, y Ciro pocos meses después tomó de manos de Bel el poder sobre Babilonia 4 8 1
^ o r ' OS a . n t ' g u o s P ro f et as Dios había predicho los castigos que sobre su pueblo enviaría;
y permitió volver a los santuarios los dioses, que Nabonides por superstición había reunido en la * *-* ahora predice nuevas cosas, la salud y la restauración de Israel. Nuevo argumento de ser
ciudad. Yavé verdadero Dios.
ISAÍAS 48-49 808 809 ISAÍAS 49-51

se que eres infiel, I y tu nombre es Re- mi madre me llamó por mi nombre.* | vientre, | no compadecerse del hijo de sus na despierta mis oídos para que oiga co-
belde desde que naciste. I ' Yo por la 2
El hizo mi boca como cortante espada, | entrañas? | 15 Pues aunquel 6 ella se olvi- mo discípulo; I 5 el Señor, Yavé, me ha
honra de mi nombre contengo mi ira, | El me guarda a la sombra de su mano, | hi- dara, I yo no te olvidaría. | Mira, te ten- abierto los oídos, | y yo no me resisto,
por amor de mi gloria te doy largas, | y no zo de mí aguda saeta I y me guardó en su go grabada en mis manos, | tus muros es- no me echo atrás. | * He dado mis espal-
llego a exterminarte. I 10 Mira, te pasé por aljaba. | 3 El me ha dicho: Tú 4eres mi sier- tán siempre delante de mí. | i? Ya vienen das a los que me herían, I y mis mejillas
el fuego del crisol, y no había plata; te he vo, | en ti seré glorificado. | Yo me de- aprisa los que levantarán tus ruinas, [ y a los que me arrancaban la barba. | Y no
pasado por la hornaza de la aflicción. | cía: Por demás he trabajado, | en vano y tus asoladores huyen lejos de ti. | 18 Echa escondí mi7 rostro ante las injurias y los
u Es por mí, por amor de mí lo hago, I para nada consumí mis fuerzas, I pero mi en torno de ti los ojos y mira; | todos se esputos. ] El Señor, Yavé, me ha soco-
porque no quiero que mi nombre sea es- causa está en manos de Yavé, I mi recom- reúnen para venir a ti. | Por mi vida, dice rrido, I y por eso no cedí ante la ignomi-
Yavé, que te revestirás de ellos como de nia I e hice mi rostro como de pedernal, |
carnecido, | y mi gloría a nadie se la doy. pensa en las manos de mi Dios. I s Y aho-
12 Óyeme, Jacob, | y tú, Israel, que yo ra dice Yavé, el que desde mi nacimiento
ornamento9 | y te ceñirás de ellos como sabiendo que no sería confundido. | 8 Cer-
novia. I 1 Porque tu tierra, devastada, ca está mi defensor. ¿Quién quiere con-
te llamo; | soy yo, yo, el primero, | y me formó para siervo suyo, | para traer arruinada, desierta, será ahora estrecha tender conmigo? I Comparezcamos jun-
aun también el postrero. I 13 Mi mano a él a Jacob, I para congregarle Israel. | para la muchedumbre de tus habitantes, | tos. ¿Quién es mi adversario? | Que se
cimentó la tierra, | mi diestra desplegó Yavé me ha dado este honor, I y El, mi y se alejarán los que te devoraban. | 20 En- ponga frente a mí. | 9 Sí, el Señor, Yavé,
los cielos, | y los llamé y luego aparecie- Dios, será mi fuerza. I « Díjome: Poco es tonces dirán a tus oídos los hijos de la me asiste. | ¿Quién me condenará? I To-
ron. | 14 Reunios todos y oid: I ¿quién de para mí ser tú mi siervo para restablecer madre que los había perdido: | La tierra dos ellos caerán en pedazos, como vesti-
entre ellos anunció estas cosas? I Aquel a las tribus de Jacob [ y reconducir a los es demasiado estrecha para mí; | hazme do viejo; I la polilla los consumirá. |
quien Yavé ama, cumplirá su voluntad 1 salvados de Israel. I Yo te hago luz de lugar para que habite en ella. | 21 Y tú di- i° Quien de vosotros tema a Yavé, | oiga
contra Babilonia y contra la raza de los las gentes | para llevar mi salvación has- rás en tu corazón: [ ¿Quién, pues, me ha la voz de su Siervo. | El que ande en ti-
caldeos. | 13 Yo, yo le he hablado, yo ta los confines de la tierra. | 7 Así dice parido a éstos? | Yo había perdido mis nieblas, privado de luz, | que confíe en
le he llamado, | yo le guío y prospero sus Yavé, | el Redentor de Israel, su Santo, | hijos y quedé estéril. I ¿A éstos quién los el nombre de Yavé y se apoye sobre su
caminos. | 1<¡ Acercaos a mí y oíd esto: | al menospreciado y abominado de las gen- ha criado? | Yo estaba sola. ¿De dónde Dios. I 11 Los que estáis encendiendo un
Desde el principio no os he hablado en tes, [ al esclavizado por los tiranos. I Ve- vienen éstos? fuego i y preparando saetas encendidas, |
las sombras; I cuando las cosas se hacían, ránte los reyes, y se levantarán; I los prin- arrojaos a las llamas de vuestro fuego | so-
22
allí estaba yo. | Y ahora yo, el Señor, cipes, y se prosternarán, | por la obra de Así habla el Señor, Yavé: | Yo ten- bre las saetas que encendéis. I De mi ma-
Yavé, | soy quien le envía con su espíritu. Yavé, que es fiel; | del Santo de Israel, deré mi mano a las gentes y alzaré mi no os llegará esto, | y seréis atormentados
i? Así habla Yavé, tu redentor, | el que te ha elegido. bandera a las naciones, I y traerán en bra- en un lecho de dolor.
Santo de Israel: | Yo soy Yavé, tu zos a tus hijos y en hombros a tus hijas. |
Dios, | que para tu bien te enseña I y te L a liberación 23 Reyes serán tus ayos, | y reinas tus no-
pone en el camino que has de seguir. | 8 Así habla Yavé: I Al tiempo de la drizas; I postrados ante ti, rostro a tie- Exhortación a los israelitas fíeles
18
¡Ah!, si atendieras a mis leyes, | tu gracia te escuché, | el día de la salvación rra, I lamerán el polvo de tus pies. | Y sa-
paz sería como un río, | y tu justicia vine en tu ayuda. | Yo te formé y te puse brás que yo soy Yavé | y que el que en C 1 ' Oídme vosotros, los que seguís
como las olas del mar. | " Tu descen- por alianza de mi pueblo, | para restable- mí confía no es confundido. «* * la justicia | y buscáis a Yavé. [
24
dencia sería como los granos de arena; I cer la tierra | y repartir las heredades de- ¿Se le quita al guerrero su botín? Considerad la roca de que habéis sido ta-
los frutos de tus entrañas, como el polvo. | vastadas. ¿Se le escapa al poderoso su presa? | llados, I la cantera de que habéis sido sa-
Y nada borraría, nada raería | tu nombre 9
Para decir a los presos: Salid; y a los 25 Así habla Yavé: | Pues yo arrebataré cados. I 2 Mirad a Abraham, vuestro pa-
de delante de mí. I 20 Salid de Babilonia, que moran en tinieblas: Venid a la luz. | al guerrero su botín | y al poderoso le dre, I y a Sara, que os parió en dolores. |
huid de entre los caldeos | con canto de En todos los caminos serán apacenta- arrancaré su presa, | y defenderé tu cau- Sólo a él le elegí yo, | y le bendije y le mul-
alegría; | anunciad, pregonad la buena dos, | habrá pastos en todas las laderas. I sa I y salvaré a tus hijos. | 2 f Y a los que tipliqué. I 3 D e c i e r t 0 Yavé consolará a
nueva, | que llegue hasta los confines 10
No padecerán hambre ni sed, I calor te despojaron les haré comer sus propias Sión, I consolará todas sus ruinas | y tor-
de la tierra. | Decid: Rescata Yavé | a ni viento solano que los aflija. I Porque carnes | y se embriagarán de su sangre nará su desierto en vergel, | y su soledad
su siervo Jacob. | 2l No tendrá sed en el como de vino dulce. | Y reconocerá toda en paraíso de Yavé, | donde habrá gozo
los guiará el que de ellos se ha compade- carne que yo soy Yavé, tu salvador, | tu y alegría | y cantos y alabanza.
desierto por el cual los guía; I hará que cido | y los llevará a aguas manantiales. I redentor, el Fuerte de Jacob. 4
broten para ellos aguas de la roca, I 11 Yo tornaré todos los montes en 12 cami- Atended, pueblos, a mi voz; | prestad-
abrirá la peña y brotarán las aguas. ¡ nos 1 y estarán preparadas las vías. 1 Vie- me oído, naciones. | Que de mí viene la
22 Pero no hay paz para los malvados, nen de lejos: | éstos, del norte y del po- C í\ ! Asi dice Yavé: | ¿Dónde está el doctrina | y mi ley será la luz de los pue-
dice Yavé. * » " libelo de repudio de vuestra ma- blos. I 5 Mi justicia se acerca, ya viene mi
niente; | aquéllos, de la tierra de Sinim. * dre, I por el cual la he repudiado yo? | salvación, | y mi brazo hará justicia a los
Restauración de Sión ¿O cuál es aquel de mis acreedores | a pueblos. I A mí me esperan las islas | y
S E X T A P A R T E quien os haya vendido yo? | Por vuestros aguardan mi poder. | 6 Alzad los ojos al
13 Cantad, cielos; tierra, salta de go- crímenes fuisteis vendidos | y por vues- cielo I y mirad la tierra a vuestros pies. |
ISRAEL, LIBERTADO POR EL SIERVO zo; | montes, que resuenen vuestros cán- tros pecados fue repudiada vuestra ma- Pasarán los cielos como humo, | se enve-
DE YAVÉ ticos, | porque ha consolado Yavé a su dre. I 2 ¿Por qué cuando yo venía no ha- jecerá como un vestido la tierra | y mori-
(40-66) pueblo, | ha tenido compasión de sus ma- llaba a nadie | y cuando llamaba nadie rán como las moscas sus habitantes. | Pe-
J A i ¡Oídme, islas! | ¡Atended, pueblos les. | 14 Sión decía: Yavé me ha abando- me respondía? I ¿Habráse acortado mi ro mi salvación durará por la eternidad |
^ »» lejanos! | Yavé me llamó desde an- nado, el Señor se ha olvidado de mí. | brazo para salvar | o no tendré ya fuerza y mi justicia no tendrá fin.
tes de mi nacimiento, | desde el seno de ¿Puede la mujer olvidarse del fruto de su para librar? | Con sólo mi amenaza seco 7
Oídme vosotros, los que conocéis la
el mar | y torno en desierto los ríos, | has- justicia; | tú, pueblo, en cuyo corazón está
1 Con esta invitación, dirigida a las Islas del Mar y a los pueblos remotos, parece comenzar ta perecer sus peces por falta3 de agua I y mi Ley. | No temas las afrentas de los
49 un nuevo oráculo muy importante, por la parte que en él tiene el Siervo de Yavé, a quien
Dios concede una palabra poderosa para restablecer a las tribus de Jacob y llevar la luz hasta los morir de sed sus vivientes. | Yo revisto hombres, | no te asusten sus ultrajes. |
confines de la tierra. Jerusalén, restaurada, se maravillará de su fecundidad, y las naciones vendrán los cielos de un velo de sombras I y los 8 Porque como a vestidura los comerá la
a ella para servirla. Todo es obra del poder de Yavé, único salvador de Israel, que en esto mostrará cubro como de saco. tínea, I como a lana los roerá la poli-
haber reanudado su pacto con Jacob. En 50,4, de nuevo aparece el Siervo de Yavé, dócil en seguir 4
El Señor, Yavé, me ha dado lengua lla. I Pero mi justicia durará por la eter-
sus enseñanzas, paciente en sufrir los ultrajes, a quien Israel debe oir lo mismo que las naciones para de discípulo | para saber sostener con nidad, I y mi salvación de generación en
alcanzar las promesas de Abraham. .
12 Sinim, nombre misterioso, que algunos corrigen Sevenim, Syena, al sur de Egipto. mi palabra a los abatidos. | Cada maña- generación.
ISAÍAS 51-52 810 811 ISAÍAS 52-55
I5
o Álzate, álzate, revístete de fortaleza, I encima de ti, | cuando pisaban tu dorso tro I que no parecía ser de h o m b r e , I así que los hijos de la a b a n d o n a d a son más
brazo de Yavé. | Levántate, como en los como se pisa la tierra, | como camino se admirarán de él las gentes | y los reyes numerosos I que los hijos de la casada,
tiempos antiguos, I en los siglos remo- de los que pasan. cerrarán ante él su boca I al ver lo que dice Yavé. *
2
tos. | ¿No eres tú quien aplastaste a Ra- jamás vieron, | al entender lo que jamás Ensancha el espacio de tu tienda, |
h a b | y atravesaste al dragón? | 1° ¿No C O ' Levántate, levántate, revístete de habían oído. extiende las pieles que te cubren; I no las
eres tú quien secaste el mar, | las aguas * * " fortaleza, ¡oh Sión!; I viste tus ves- recojas, alarga tus cuerdas I y refuerza tus
del profundo abismo, | y tornaste las pro- tiduras de fiesta, | Jerusalén, ciudad san- C O ' ¿ Q u i é n creerá lo que h e m o s clavos; I 3 porque te extenderás a derecha
fundidades del mar en camino | para que ta; | que ya no entrará m á s dentro de ti | «»«* oído? I ¿A quién fue revelado el e izquierda, I y tu descendencia poseerá
pasasen los redimidos? | n Volverán los incircunciso ni inmundo. | 2 Sacúdete el brazo de Yavé? I 2 Sube ante El como un las naciones I y poblará las ciudades de-
rescatados de Yavé, | volverán a Sión con polvo, levántate, | Jerusalén cautiva. I retoño, I como retoño de raíz en tierra siertas. I 4 N a d a temas, que no serás con-
cantos de triunfo, | coronada de gloria Desata las ataduras de tu cuello, I cauti- árida. I N o hay en él parecer, no hay her- fundida; n o te avergüences, que no serás
eterna su frente. | Se apoderarán de ellos va, hija de Sión. mosura que atraiga las miradas, ! no hay afrentada. T e olvidarás de la vergüenza de
el gozo y la alegría, | huirán el llanto y 3 en él belleza que agrade. I 3 Despreciado, la juventud I y perderás el recuerdo del
Así dice Y a v é : De balde fuisteis ven- desecho de los hombres, I varón de dolo-
la tristeza. didos y sin precio seréis rescatados. 4 Pues oprobio de tu viudez. 1 5 Porque tu marido
12 res, conocedor de todos los quebrantos, I es tu Hacedor, I que se llama Yavé Se-
Soy yo vuestro consolador. I ¿Por qué así dice Yavé: A Egipto bajó mi pueblo ante quien se vuelve el rostro, I menospre-
temer tú a un débil mortal, | a un hom- en otro tiempo para habitar allí como baot, I y tu redentor es el Santo de Israel, |
ciado, estimado en nada. que es el Dios del m u n d o t o d o .
bre que es c o m o el heno, | 13 olvidándote peregrino, pero Asur le cautivó sin ra- 4
de Yavé, tu Hacedor, | que desplegó los zón. 5 ¿Qué, pues, he de hacer yo, dice Pero fue él, ciertamente, quien t o m ó 6
Sí, Yavé te llamó | c o m o a mujer aban-
cielos y fundó la tierra, I para estar te- Yavé, ahora que ha sido t o m a d o gratis sobre sí nuestras enfermedades I y cargó d o n a d a y desolada. I La esposa de la ju-
miendo todo el día I el furor de tu opre- mi pueblo? Sus opresores aullan y con- con nuestros dolores, | y nosotros le tu- ventud, ¿podrá ser repudiada?, dice tu
sor, | que busca destruirte? I 14 ¿Dónde tinuamente, dice Yavé, es blasfemado mi vimos por castigado I y herido por Dios Dios. I 7 P o r una hora, por un m o m e n t o
está el furor del que te oprimía? | Bien nombre. 6 También mi pueblo conocerá y humillado. I J Fue traspasado por nues- te abandoné, I pero en mi gran a m o r vuel-
p r o n t o será liberado el cautivo. I N o m o - mi nombre y que soy yo quien dice: Aquí tras iniquidades I y molido por nuestros vo a llamarte. I 8 Desencadenando mí ira,
rirá en su cárcel, | no le faltará el pan. estoy. pecados. I El castigo salvador pesó sobre oculté de ti mi r o s t r o ; I un m o m e n t o me
15 él, I y en sus llagas hemos sido curados. I alejé de t i ; I p»ro en mi eterna misericor-
Y o soy Yavé, tu Dios, | que levanto 6
T o d o s nosotros andábamos errantes, co-
el mar y embravezco sus olas, I y cuyo A l e g r í a d e la r e s t a u r a c i ó n dia m e apiadé de ti, I dice Yavé, tu re-
m o ovejas, I siguiendo cada uno su cami- dentor.
nombre es Yavé Sebaot. I 16 Y o pondré 7
¡Qué hermosos son sobre los montes | n o , I y Yavé cargó sobre él | la iniquidad 9
en tu boca mi palabra I y te protegeré los pies del mensajero | que anuncia la de todos nosotros. Será como al tiempo de N o é , | en que
con la sombra de mi m a n o , | desplegan- paz, | que te trae la buena nueva, i que 7 juré que nunca más el diluvio | se echaría
do los cielos y fundando una tierra ¡ y pregona la salvación, | diciendo a Sión: Maltratado y afligido, | n o abrió la sobre la tierra. I Así juro yo ahora no vol-
diciendo a Sión: Tú eres mi pueblo. Reina tu Dios! I 8 ¡Voces! Tus atalayado- boca, I como cordero llevado al matade- ver a enojarme contra ti, no volver a re-
17 res alzan la voz, | y todos a una cantan r o , I c o m o oveja m u d a ante los trasquila- ñirte. I 10 Que se muevan los montes, I que
Despierta, despierta, levántate, Je- dores. I 8 Fue arrebatado p o r un juicio
rusalén, | tú que has bebido de la m a n o jubilosos, | porque ven con sus ojos ! có- tiemblen los collados, I no se apartará más
mo se ha vuelto Yavé hacia Sión. inicuo, I sin que nadie defendiera su cau- de ti mi misericordia, I y mi alianza de paz
de Yavé I el cáliz de su ira; I tú que has sa I cuando era arrancado de la tierra de
apurado hasta las heces I el cáliz que atur- 9
Cantad todas a una vuestros cantos, | será inquebrantable, | dice Yavé, que te
los vivientes I y muerto por las iniquida-
de. * ! l s N o hubo nadie que la guiara ! de ruinas de Jerusalén, I que consuela Yavé des de su pueblo. I ' Dispuesta estaba en-
ama.
11
todos los hijos que ella parió; I ninguno a su pueblo I y rescata a Jerusalén. i l 0 Ya- tre los impíos su sepultura, I y fue en la ¡Pobrecita, azotada por la tempestad,
la sostuvo con su mano ¡ de cuantos hi- vé alza su santo brazo 1 a los ojos de to- muerte igualado a los malhechores, I a sin abrigo! I Voy a edificarte sobre jaspe, ¡
jos crió. ! ' 9 Cayeron sobre ti estos dos dos los pueblos, | y los extremos confines pesar de no haber en él maldad I ni ha- sobre cimientos de zafiro. | i 2 T e haré al-
males. | ¿Quién se dolerá de ti? ¡ Ruina de la tierra ] ven la salvación de nuestro ber mentira en su boca. I , 0 Es que quiso menas de rubí I y puertas de carbunclo, I
y azote, h a m b r e y espada, I ¿quién te con- Dios. quebrantarle Yavé con padecimientos. y toda una muralla de piedras precio-
solará? ! 2 0 Tus hijos yacen desfallecidos i 11
Partid, partid, salid de ahí, | no to- sas. I 13 Todos tus hijos serán adoctrina-
en las encrucijadas de los caminos, | co- quéis nada inmundo. | Salid, purificaos | Ofreciendo su vida en sacrificio por el dos por Yavé I y gozarán de mucha paz. |
pecado, I tendrá posteridad y vivirá largos 14
m o antílopes cazados a lazo, I ebrios de los que lleváis los utensilios de Yavé. i Serás fundada sobre la justicia, I y es-
la ira de Yavé, i de los furores de tu Dios. 12
Pero no salgáis a la desbandada, | no días, I y en sus m a n o s prosperará la obra tará lejos de ti la opresión, que no habrás
21
partáis c o m o fugitivos, I porque va Yavé de Yavé. I u Librada su alma de los tor- de temer, I y la angustia, que no te llega-
Oye, pues, malaventurada, I ebria, pe- mentos verá, I y lo que verá colmará sus
ro no de vino. I 2 2 Así habla tu Señor, Ya- a vuestro frente, | y vuestra retaguardia es rá jamás.
el Dios de Israel. * deseos. I El Justo, mi siervo, justificará 13
vé, | tu Dios, que aboga por su pueblo: a muchos [ y cargará con las iniquidades Si te atacare alguno, n o será de par-
Y o tomaré de tu m a n o | la copa em- de ellos. I 12 Por eso yo le daré por parte te mía, I y quien te ataque caerá ante ti. |
P o e m a del Siervo de Yavé 16
briagadora, ¡ el cáliz de mi ira, I y no lo suya muchedumbres, I y recibirá muche- Mira, yo he hecho al herrero, I que so-
beberás ya más. I 2 3 Y lo pondré en la ma- 13
H e aquí que mi Siervo prosperará, | dumbres por botín; | por haberse entre- pla las brasas del fuego [ y con su tra-
no de los tiranos, I en la m a n o de tus será engrandecido y ensalzado, puesto gado a la muerte I y haber sido contado bajo forja un a r m a ; también he hecho yo
opresores, I en la m a n o de los que te de- muy alto. | >4 C o m o de él se pasmaron entre los pecadores | c u a n d o llevaba so- al destructor para destruir. | l 7 T o d a ar-
cían: | Encórvate para que pasemos por muchos, | tan desfigurado estaba su ros- bre sí los pecados de todos I e intercedía ma forjada contra ti será inútil, I y cual-
p o r los pecadores. quiera que sea la lengua que contra ti se
ff*f l 7 Nuevamente se insiste en el pensamiento varias veces repetido. Israel ha sufrido la ira querelle, triunfarás tú. I Esta es la por-
** • de su Dios, ha bebido la copa de su cólera en castigo de sus pecados, pero la hora del castigo ción de los servidores de Yavé | y la jus-
de Babilonia se acerca, y ésta será la hora de la libertad de Israel. G l o r i a d e la n u e v a S i ó n ticia que de mí les vendrá, dice Yavé.
K O 1 2 Esta sección (52,13-53.12), con los varios fragmentos dispersos que antes hemos ido CA ' Regocíjate, estéril, la sin hijos; I
x l
'** indicando, forma un verdadero poema, que es a la vez el vaticinio más claro de la pasión O ^ entona un canto de alegría, tú que C C ¡Oh vosotros, los sedientos!, ve-
del Siervo del Señor, y que podríamos llamar el profético y primer relato de la pasión. Los dolo- no conoces los dolores del parto. | Por- *»** nid a las aguas; I a u n los que n o
res del Siervo, la causa de ellos y los frutos de la muerte se hallan descritos con los más vivos colo-
res. Una cosa,.sin embargo, hay que notar: que, tanto aquí como en los pasajes anteriores, este ttM ' Los ce 54,1-55,11, y después 60,1-62,12, forman como un gran poema en que se describe
v
Siervo aparece, como Melquisedec, sin padre ni genealogía; parece como si no tuviera nada que ver ' ^ ' la gloriosa restauración de Jerusalén, convertida en centro de las naciones, que se sienten
con el glorioso hijo de David y restaurador de su reino. Por eso se explica que estos pasajes fue- atraídas a ella por las maravillas que ven realizadas por Yavé. El tema se encuentra con frecuencia
ran un enigma para los judíos, como les fue después escándalo el misterio de la cruz. en los profetas, pero en ninguna parte tratado con la amplitud y el alto lirismo que aquí.
^
ISAÍAS 55-57 812 813 ISAÍAS 57-59
i tenéis dinero. | Venid, comprad p a n y co- árbol seco. | * Porque asi dice Yavé a monte alto, bien alto, I pones tu c a m a ; I a m a la justicia, | sin apartarse de la ley
med; | venid, comprad sin dinero, | sin los eunucos | que guardan mis sábados | después subes allá | para sacrificar. | de Dios. I M e piden leyes justas | y pre-
pagar, vino y leche. | 2 ¿A qué gastar vues- y eligen lo que me es grato | y son fieles a 8
Detrás de la puerta y del umbral | tenden acercarse a Dios. I 3 ¿A qué ayu-
tro dinero n o en pan, | y vuestro trabajo mi p a c t o : * | s Y o os daré en mi casa, pones tu memoria, | y lejos de mí, des- nar, si tú no lo ves? | ¿A qué humillar
n o en hartura? | Escuchadme y comeréis dentro de mis muros, | poder y nombre, vergonzadamente te desnudas, | subes a nuestras almas, si tú no te das por en-
lo mejor | y os deleitaréis con manjares mejor que hijos e hijas. | Y o les daré u n la cama y la ensanchas I y te prostituyes tendido? I Sí, pero en el día de ayuno
suculentos. I 3 D a d m e oidos y venid a nombre eterno, | que nunca perecerá. | con aquellos cuyo comercio deseas, I com- os vais tras vuestros negocios | y oprimís
m í ; | escuchadme y vivirá vuestra alma, | 6
Y a los extranjeros allegados a Yavé | partiendo su lecho. * a todos vuestros servidores. | 4 Ayunáis
y haré con vosotros un pacto sempiterno, j para servirle y a m a r su nombre, | para 9
Corres a Moloc con ungüentos, | lle- para mejor reñir y disputar, | para herir
el de las firmes misericordias de David. I ser sus servidores, I que guarden el sá- nas las m a n o s de perfumes, | envías lejos inicuamente con el p u ñ o . I N o ayunéis
4
D e ti he hecho u n testimonio para las b a d o sin profanarlo | y sean fieles a mi a tus mensajeros, I hasta la profundidad c o m o lo hacéis ahora, | si queréis que en
gentes, I un jefe y maestro de los pue- pacto, | 7 yo los llevaré al monte de mi del seol. | i° El largo viaje te fatiga, I lo alto se oiga vuestra voz. | 5 El ayuno
blos. | 5 Llamarás a pueblos que te son santidad | y los recrearé en m i casa de pero no dices: Renuncio a él. | Hallas que m e agrada I es el día en que se humi-
desconocidos, | y pueblos que n o te co- oración. | Sus holocaustos y sacrificios nuevas fuerzas | y no desistes. | •• ¿De lla el hombre. I Encorvar la cabeza como
nocen | correrán a ti, | p o r Yavé, tu Dios, I quién temes, qué te asusta, I para rene- u n junco I y acostarse con saco y en
serán gratos en mi altar, | porque mi
por el Santo de Israel, que te glorificará. gar de mí, I p a r a n o acordarte m á s de ceniza, | ¿a eso llamáis ayuno I y día
6
Buscad a Yavé mientras puede ser casa será llamada casa de oración | p a r a
todos los pueblos. mí I y no hacerme caso? | ¿No me he agradable a Yavé?
hallado, | llamadle en tanto que está callado y he cerrado los ojos, | y tú
cerca. | 7 Deje el impío sus caminos, | y L o s m a l o s pastores d e Israel no me temiste? | 12 Pues a h o r a voy a El ayuno grato a Yavé
el malvado sus pensamientos, I y vuélvase 8 pregonar mi justicia, | y tus obras de 6
a Yavé, que tendrá de él misericordia; I Oráculo del Señor, Yavé, I que re- ¿Sabéis qué ayuno quiero yo?, | dice
une a los dispersos de Israel: | A los n a d a te servirán. | 13 Grita. Que te salven el Señor, Yavé: ( R o m p e r las ataduras
a nuestro Dios, que es rico en perdones. tus ídolos. I A todos los llevará el viento, |
8
Porque no son mis pensamientos vues- reunidos yo allegaré otros. | 9 Bestias del de iniquidad, | deshacer los haces opreso-
campo, fieras de la selva, | venid todas un soplo los arrebatará. I Pero el que en res, I dejar ir libres a los oprimidos I y
tros pensamientos, I ni mis caminos son mí confía heredará la tierra I y poseerá
vuestros caminos, dice Yavé. I 9 C u a n t o a comer. | 1() Mis guardianes son ciegos quebrantar t o d o yugo; | 7 partir su pan
todos, | n o entienden nada. | Todos son mi m o n t e santo. con el hambriento, albergar al pobre sin
son los cielos más altos que la tierra, I
tanto están mis caminos p o r encima de perros m u d o s | que no pueden ladrar; | abrigo, | vestir al desnudo | y no volver
los vuestros, | y p o r encima de los vues- soñolientos, se acuestan, | son amigos de P r o m e s a d e p e r d ó n a los tu rostro ante tu hermano. | 8 Entonces
tros, mis pensamientos. | i° C o m o baja dormir. | n Son perros voraces, insacia- arrepentidos brillará tu luz c o m o la aurora, | y se
la lluvia y la nieve | de lo alto del cielo, bles, ! y a u n los pastores n o entienden, I 14 dejará ver pronto tu salud, | e irá delante
siguen cada u n o su camino, | cada cual Y se dirá: Abrid, abrid camino, alla-
y no vuelven allá | sin haber empapado y de li la justicia, I y detrás de ti la gloria
busca su interés. | 1 2 «Venid, voy en busca nadlo, I quitad los tropiezos del camino de Yavé. I 9 Entonces llamarás, y Yavé te
fecundado la tierra y haberla hecho ger- de mi pueblo; | 15 porque así dice el
minar, | d a n d o la simiente para sembrar y de vino, | y beberemos licores, I y m a - oirá; I le invocarás, y El dirá: H e m e aquí.
ñ a n a será c o m o hoy I día grande, muy Altísimo, I cuya m o r a d a es eterna, cuyo
el pan para comer, | n así la palabra que n o m b r e es s a n t o : | Y o habito en la altura C u a n d o quites de ti la opresión, I el
sale de mi boca | no vuelve a mí vacía, | grande». gesto amenazador y el hablar altanero; |
y en la santidad, I pero también con el
sino que hace lo que yo quiero | y cumple contrito y humillado, | para hacer revivir !0 cuando des de tu pan al hambriento |
su misión. Idolatrías d e Israel y sacies el alma del indigente, | brillará tu
C rf ' Perece el justo, | y n o hay quien los espíritus humillados I y reanimar los
corazones contritos. | i* Pues yo no quie- luz en la obscuridad, I y tus tinieblas serán
12
Sí, partiréis con regocijo I y cami- *» * pare mientes; I desaparecen los
ro estar siempre contendiendo, I ni quiero cual mediodía. I n Yavé será siempre tu
naréis en paz. | Montes y collados os buenos, | y no hay quien entienda | que pastor, [ y en el desierto hartará tu alma |
el justo es recogido ante la aflicción, I estar siempre enojado, I porque sucum-
aclamarán | y todos los árboles del campo biría ante mí todo espíritu, I las almas y dará vigor a tus huesos. I Serás como
2
os aplaudirán. | 13 En vez de los espinos, para entrar en la paz, | para que des-
que yo he creado.
huerto regado, I como fuente de aguas
crecerá el ciprés; | en vez de las ortigas, cansen en sus lechos | los que siguen el 17 vivas, I que n o se agotan jamás. I 1 2 Edi-
camino derecho. P o r su iniquidad, un tiempo yo le ficarán tus hijos las desiertas ruinas |
el mirto, I y será esto gloria para Yavé, |
herí en mi ira, | y ocultándome, le cas- y alzarás los cimientos primeros; | y te
señal eterna, imperecedera. 3
Acercaos, pues, vosotros, | hijos de tigué sañudo. I El rebelde seguía por los llamarán reparador de las brechas | y
bruja, 1 generación de adúltera y de pros- caminos de su corazón. | l s Sus caminos
V o c a c i ó n d e las g e n t e s tituta. * | 4 ¿De quién os burláis? I ¿A quién restaurador de las casas en ruinas.
r/» i Así dice Y a v é : | G u a r d a d el de- los conozco yo, y le sanaré | y le conduciré 13
hacéis muecas y sacáis la lengua? | ¿No y le consolaré. | w Y o pondré cantos en C u a n d o te abstengas de profanar el
O ™ recho, obrad la justicia, | que pron- sois vosotros hijos de pecado, | raza de sábado | y de ocuparte en tus negocios el
to va a venir mi salvación | y a revelarse los labios afligidos. I Paz, paz al que está
mentira, | 5 encendidos de concupiscencia lejos y al que está cerca, I dice Yavé; yo día santo, I y hagas del sábado tus deli-
mi justicia. 1 2 Bienaventurado el varón que bajo el terebinto | y bajo t o d o árbol cias I y lo santifiques, alabando a Yavé, |
esto hiciere, | y el hijo del h o m b r e que le curaré. | 2 0 Pero los malvados son un
frondoso, | sacrificando niños en el lecho m a r proceloso, | que no puede aquietar- y me honres, dejando tus negocios, | el
a ella se asiere, | y que guarde el sábado de los torrentes, I en los huecos de las trabajo que te ocupa y los discursos va-
se I y cuyas olas arrojan cieno y lodo. |
sin profanarlo I y guarde sus m a n o s de peñas? 21
N o hay paz, dice Yavé, para los impíos. nos, I 1 4 entonces será Yavé tu delicia I
t o d a obra mala. 6
Los lisos chinarros del torrente serán y llevará tu carro a las alturas de la
3 tierra. | T e haré gozar de la heredad de
Q u e n o diga el extranjero allegado a tu parte, | h e ahí tu porción. | A ellos L o s pecados de Israel
Yavé: | Yavé m e excluye de su pueblo. | hiciste tus libaciones | y llevaste ofrendas; I Jacob, tu p a d r e ; I habla la boca de Yavé.
[ Q ' Clama a voz en cuello sin cesar; |
Q u e n o diga el e u n u c o : | Y o soy un ¿no habré de resentirme yo? I 7 Sobre un OO alza tu voz como trompeta I y P o d e r s a l v a d o r d e Y a v é , m a s p a r a el
echa en cara a mi pueblo sus iniquidades, |
Kfl 4 La ley deuteronómica (23,1 ss.) excluía a los eunucos de la comunidad de Israel; pero y sus pecados a la casa de Jacob. * | 2 Día q u e se e n m i e n d a
" " aquí el Señor declara abrogada esa ley en favor de la piedad de los eunucos, que por ella tras dia m e buscan | y quieren saber mis C Q x N o , n o se h a acortado la m a n o
podrán alcanzar un nombre glorioso en el reino mesiánico. caminos, I como si fueran un pueblo que
Í 7 ' Este pasaje, como casi todo lo que sigue hasta el fin del libro, se distingue notablemente *»«» salvadora de Yavé, I ni se ha he-
8
** * de lo que precede. Allí sólo suenan palabras de triunfo, de alegría por la vuelta de Israel a Imagen de la idolatría. Cf. Ez 16,23.
la gracia de su Dios; aquí, en cambio, hallamos lo que es tan frecuente en los profetas y más en C Q ! Pretende el pueblo merecer la gracia de Dios con ayunos y no se cuida de practicar la jus-
Isaías: la reprensión de los pecados y las amenazas de castigos. ^ ^ ticia y observar la Ley del Señor, que es e1 ayuno grato a Yavé (cf. Zac 7).
ISAÍAS 59-60 814
815 ISAÍAS 60-62
cho su oído duro para oir. * I 2 Vuestras un h o m b r e I y le asombró que no hubiera
iniquidades cavaron un abismo I entre intercesor. I Y se apoyó en su brazo I y de lejos a tus hijos con su oro y su plata, I | una corona; I el óleo del gozo, en vez de
vosotros y vuestro Dios; I vuestros peca- vino en su ayuda su justicia; 1
y se para el nombre de Yavé, tu Dios; I para luto; ! la gloria, en vez de la desespera-
dos hacen que El oculte sus rostro I para revistió de la justicia como de coraza, el Santo de Israel, que te glorifica. ción. | Se los llamará terebintos de justi-
10
no oiros; | 3 porque vuestras manos están y puso sobre su cabeza el casco de la Extranjeros reedificarán tus muros, I cia, , plantación de Yavé para su gloría. I
manchadas de sangre, I y vuestros dedos salvación, I y se vistió de vestiduras de y sus reyes estarán a tu servicio, | pues si ¡ 4 Ellos reedificarán las ruinas antiguas I y
de iniquidades; I vuestros labios hablan venganza, I y se cubrió de celo como de en mi ira te herí, I en mi clemencia he levantarán los asolamientos del pasado. |
mentira I y vuestra lengua dice maldades. | manto. tenido piedad de ti. I " Tus puertas esta- Restaurarán las ciudades asoladas, | los
4
N o hay quien clame por la justicia, I 18 r á n siempre abiertas, no se cerrarán ni e s c o m b r o s de m u c h a s g e n e r a c i o n e s . 1
C o m o son las obras, así será la re- d e día ni de noche, I para traerte los 5
nadie que juzgue con verdad. I Confían Habrá extranjeros para apacentar tus
tribución ; I ira contra sus enemigos, furor bienes de las gentes con sus reyes por
en vanidades y hablan vanidades; I con- ganados, I y extraños serán tus labradores
contra sus adversarios. I '* Y temerán des- guías al frente; I 12 porque las naciones y y viñadores. I 6 Y vosotros seréis llamados
ciben maldades y paren crímenes; I 5 in- de el poniente el nombre de Yavé, | y
cuban huevos de áspides I y tejen telas los reinos que no te sirvan a ti I perecerán sacerdotes de Yavé | y nombrados mi-
desde el nacimiento del sol su majestad; | y serán exterminados. nistros de nuestro Dios. I 7 Comeréis lo
de araña, I y el que come los huevos porque vendrá como torrente impetuoso, | 13
Vendrá a ti la gloria del Líbano, | exquisito de las naciones | y os vestiréis
muere, I y si los rompe sale un basilisco. I empujado por el soplo de Yavé. | 2D Mas de sus magnificencias. I Pues como tuvie-
6
Y sus telas no sirven para hacer ves- para Sión vendrá como redentor, I p a r a los cipreses, los olmos y los alerces jun-
tamente. | Para embellecer mi santuario, I ron el doble en cuanto a vergüenza y fue
tidos, | no pueden cubrirse con su o b r a ; | los de Jacob que se convierten de sus su parte el oprobio y la confusión, | re-
para decorar el lugar en que se asientan
sus obras son obras de iniquidad, | y pecados, dice Yavé. 1 21 He aquí mi alianza mis pies. I ' 4 A ti vendrán humillados los cibirán el doble también sobre la tierra |
llevan en sus manos la rapiña. I 7 Corren con ellos, dice Yavé: | El espíritu mío que v gozarán de eterna gloria.
tras el mal sus pies | y se dan prisa a hijos de los tiranos, I y se postrarán a
está sobre ti; I y las palabras que yo tus pies todos cuantos te infamaron. I Ya 8
derramar sangre inocente. I Sus pensa- pongo en tu boca I no faltarán de ella Porque yo. Yavé, soy amante del de-
mientos son pensamientos de iniquidad, I te llamarán la ciudad de Yavé, I la Sión recho | y aborrezco el rapaz latrocinio. |
jamás, ni de la de tus hijos, I ni de la del Santo de Israel. | >5 De abandonada
y a su paso dejan el estrago y la ruina. boca de los hijos de tus hijos, I dice Por eso les daré fielmente su recompensa I
8 que eras, odiada y detestada, yo te haré y haré con ellos una alianza eterna I 9 Su
N o conocen los caminos de la paz, I Yavé, desde ahora para siempre. eterno prodigio, I delicia de los siglos. I
no hay en sus sendas justicia; I sus vere- 16
descendencia será glorificada en los pue-
M a m a r á s la leche de las gentes, ¡ los blos, I y su posteridad en medio de las
das son tortuosas, I y quien por ellas G l o r i a d e la n u e v a J e r u s a l é n pechos de los reyes, I y sabrás que yo,
va no conoce la paz. gentes. I Y quien los viere reconocerá |
Cf\
i Levántate y resplandece, que ya Yavé, soy tu salvador, I tu redentor, el que son la progenie bendita de Yavé.
9
Por eso se alejó de nosotros el juicio, I se alza tu luz | y la gloria de Fuerte de Jacob. | ' 7 En vez de cobre pon-
por eso no nos alcanza la justicia. I Es- Yavé alborea para t i . * I 2 mientras está dré en ti o r o ; | en vez de hierro, plata; I A g r a d e c i m i e n t o a Y a v é d e la
peramos luz, y no vemos más que tinie- cubierta de sombras la tierra I y los bronce en vez de madera, ¡ y hierro en Jerusalén restaurada
vez de piedras. I Te daré por magistrado 10
blas; | resplandor, y no hay más que pueblos yacen en tinieblas. I Sobre ti Y yo me gozaré en Yavé, | y mi
obscuridad. I 10 Vamos palpando como viene la aurora de Yavé I y en ti se ma- la paz, I y por soberano la justicia. ! '8 No alma saltará de júbilo en mi Dios, |
el ciego a lo largo del m u r o , I y andamos nifiesta su gloria. I 3 Las gentes andarán se hablará ya de injusticia en tu tierra, | porque me vistió de vestiduras de salud j
de saqueo y de ruina en tu territorio. | y me envolvió en manto de justicia, I
a tientas, como quien no tiene ojos. a tu luz. I y los reyes, a la claridad de Tus muros los llamarás «salud», ¡ y a
Tropezamos en pleno dia como si fuera tu aurora. : 4 Alza los ojos y mira en tus puertas, «gloria».
como esposo que se ciñe la frente con
de noche; | estamos a obscuras, como torno tuyo; I todos se reúnen y vienen diadema I y como esposa que se adorna
muertos; I • 1 gruñimos todos como osos I a ti; I llegan de lejos tus hijos, I y tus 19 de sus joyas, i " Porque como produce
Ya no será el sol tu lumbrera, I ni
y gemimos como palomas; ! esperamos la hijas son traídas a ancas. te alumbrará la luz de la luna. | Yavé la tierra sus gérmenes I y como hace
liberación, pero no viene; I la salvación, 5
C u a n d o esto veas resplandecerás, | y será tu eterna lumbrera, I y tu Dios será brotar el huerto sus semillas, | así el
Pero está lejos de nosotros. I I 2 Porque palpitará tu corazón y se ensanchará. I tu luz. I 20 Tu sol no se pondrá jamás, | Señor, Yavé, hará brotar la justicia | y la
son ante ti muy numerosos nuestros pe- Vendrán a ti los tesoros del mar, ! llega- y tu luna nunca se esconderá, porque gloria ante todas las gentes.
cados, ! y nuestros crímenes dan testi- rán a ti las riquezas de los pueblos. I será Yavé tu eterna luz; I acabáronse los
monio contra nosotros. [ Presentes nos * Te inundarán muchedumbres de came- días de tu luto. I 21 Tu pueblo será un Y a v i e n e la s a l v a c i ó n
sstan nuestros crímenes y conoce- llos, I de dromedarios de Madián y de pueblo de justos I y poseerá la tierra para C O ' Por amor de Sión yo no callaré |
mos nuestras iniquidades. '3 Rebelarse y Efa. I Llegarán de Saba en tropel, | tra- siempre. I Renuevos del plantío de Yavé, I "™ y por Jerusalén no pararé I hasta
renegar de Yavé: I apostatar y alejarnos yendo oro e incienso I y pregonando las obra de mis manos, hecha para resplan- que resplandezca la justicia como aurora, |
a e nuestro Dios: I hablar la perfidia v la glorias de Yavé. I 7 En ti se reunirán los decer. | u Del más pequeño saldrá un y la salvación como brillante antorcha; |
2
violencia; I concebir en el corazón y pro- ganados de Cedar, I y los carneros de millar; I del menor, una inmensa nación, i y verán las naciones tu justicia, I y
t e n r palabras de mentira; I ' « y se aleja Nebayot estarán a tu disposición. I Serán Yo, Yavé, lo he resuelto, | y a su tiempo todos los reyes tu gloria, I y te darán un
; ' derecho, | y se ausenta la justicia, I y víctimas gratas sobre mi altar, I y yo yo lo cumpliré. nombre nuevo, I que te pondrá la boca
tropieza la buena fe en las plazas, I no glorificaré la casa de mi gloria. de Yavé.
"alia lugar la rectitud. " 8 C 1 ' E l espíritu del Señor, Yavé, des- ' Serás en la mano de Yavé corona
sido desterrada La buena fe ha ¿Quiénes son aquellos que vienen vo- " * cansa sobre mi, j pues Yavé me de gloria, real diadema en la m a n o de
e
s roído. y quien evita el mal lando, como nube, I como bandada de ha ungido. I Y me ha enviado para pre- tu Dios. 4 No te llamarán ya más la
palomas que vuelan a su palomar? I 9 Sí, dicar la buena nueva a los abatidos, | «Desamparada», l ni se llamará tu tierra
no ha Violo
• •Yavé • yy se indignó, l que ya
""J'gno, i que ya sese reúnen
reúnen las las naves
naves para
para mi,
mí, I y los navios y sanar a los de quebrantado corazón; ¡ «Desierta», sino que te llamarán a ti
y
J u s t l « a . I ><> Vio que no había ni | de Tarsis abren la marcha, para traer para anunciar la libertad a los cautivos I «Mi complacencia en ella», f y a tu tierra
y la liberación a los encarc«lados. * I «Desposada», i porque en ti se compla-
de lo p r sa vac
, ' '°r de Dios no se ha acortado, pero no se pondrá en acción en beneficio 2
Para publicar el a ñ o de la remisión de
y estahl»™ i Pecadores, sino en favor de los que se vuelven a Yavé. A éstos vendrá a librar el Señor
let era
cerá Yavé '• y tu tierra tendrá esposo. |
- una alianza firme. Yavé i y el día d s la venganza «la nuestro i 5 C o m o naaac«bo qa« se desposa con una
Dios. I ' Para co»s»l*r a los tri*«w ! y dar dwasvMa, ! así el que te edificará se des-
gloriaPd° Y " ° S d e s c r i l 3 e a Jerusalén como la capital del reino mesiánico. Iluminada por la a los afligidos de Sioa. í «a v a : é« c m i m .
^ Arabia v d 1 Í T V I a t rt ea ehr aa Sat as ' a^S eperegrinos de todos los pueblos del Oriente hasta el extremo BOHrá castigo. I Y c o m o la esposa hace
""edificar con l l i muros
' ' ¡ a n a s ' i e r r a s de Tarsis. Vienen trayendo a los israelitas para 1
"ación del mu H destruidos de Jerusalén Jerusalén, convertida en centro de peregri- En la sinagoga de Nazaret, Jesús se aplicó a sf este pasaje, con el resultado que San Lucas
ne Israel en e ° ^ í ™ ' ™ ra a c u c " r a e " a ' a s riquezas de las naciones para enriquecer a los hijos nos refiere en 4,16 ss
cuyos oídos debían resonar estes oráculos como suavísima música (cf. Ag 2,8 ss.).
ISAÍAS 62-64 816 817 ISAÍAS 64-65
las delicias del esposo, | asi harás tú 3
hecho en su misericordia, | en la inmensa pueblos ante ti, I haciendo nunca espe- en los collados. | Y o les mediré en el
las delicias de tu Dios. muchedumbre de su piedad. * rados prodigios, I de que no se oyó hablar seno el salario de sus obras pasadas.
6 8 8
Sobre tus murallas, ¡oh Jerusalén!, Dijo: «Ciertamente son mi pueblo, | jamás. I * Jamás oyeron oídos, jamás vie- Así dice Yavé: I C o m o cuando hay
he puesto centinelas, | que no se callarán son hijos que no me serán infieles». I Y fue ron ojos I Dios que así obrara como jugo en un racimo, dicen, no lo eches a
ni de día ni de noche. | Vosotros, los que su salvador | en todas sus angustias. | 9 N o obras tú con los que en ti confían. | perder, | que hay en él bendición, | así
hacéis que se acuerde Yavé, | n o os deis fue un mensajero, un ángel; | su faz misma 5 ( 4 ) Tú te adelantas a los que obran el haré yo por amor de mis siervos; I no
descanso. | 7 Y no le deis tregua hasta los salvó, | en su a m o r y su misericordia bien I y tienen presentes tus caminos, I los destruiré del t o d o , I 9 sino que sacaré
que restablezca a Jerusalén | p a r a gloria El mismo los rescató; | y constantemente pero estás irritado por nuestros pecados de Jacob una progenie, | y de Judá un
de la tierra. | 8 Jura Yavé por su diestra los sostuvo | y los guió en los siglos pa- y padeceremos hasta que seamos salvados. heredero de mis montes, | y los habitarán
y p o r su brazo poderoso [ no dar jamás sados. * | W Pero ellos se rebelaron, | y 6 5
( ) Todos nosotros somos impuros, I mis elegidos | y m o r a r á n allí mis siervos. |
tu trigo | para comida de tus enemigos; | enojaron su santo espíritu, | y se hizo su t o d a nuestra justicia es como vestido in- 1° Y será Sarón prado para los carneros, |
que no beberán extraños tu vino, | el enemigo | y combatió contra ellos. m u n d o . I H e m o s caído c o m o hojas secas, I y el valle de Acor dehesa para los bue-
fruto de tu trabajo. | 9 Los que hagan la 11
Entonces su pueblo se acordó de y nuestras iniquidades como viento nos yes I del pueblo q u e m e habrá buscado. |
recolección, la comerán, [ alabando a otros tiempos, | de los tiempos antiguos. | arrastran. I 7 ( 6 ) Y nadie invoca tu n o m - 11 Mientras que vosotros, los que dejáis
Y a v é ; | los que hagan la vendimia, be- ¿Dónde está el que a p a r t ó las olas, | el bre, I nadie despierta p a r a apoyarse en a Yavé | y os olvidáis de m i m o n t e santo, |
berán el vino ] en los atrios de mi san- pastor de su rebaño? | ¿Dónde está el ti. I H a s apartado tu rostro de nosotros I los que aderezáis mesa para la diosa
tuario. que puso en medio de ellos | su santo y nos has entregado a nuestras iniqui- F o r t u n a | y llenáis la copa para libar al
10
Entrad, entrad p o r las puertas; | alla- espíritu? dades. D e s t i n o , | n a todos os destinaré a la
nad camino para el pueblo. | Abrid, abrid 12 espada, | todos sucumbiréis en la ma-
¿Dónde está el que llevó de la m a n o «COY con todo, ¡oh Yavé!, tú eres
camino, quitad las piedras | y alzad ban- tanza; I porque cuando os llamaba no
a Moisés, | su brazo poderoso; | el que nuestro Padre; | nosotros somos la ar-
dera para los pueblos. | n Porque Yavé m e respondisteis | y cuando os hablaba
delante de ellos dividió las aguas, | h a - cilla y tú el alfarero; | todos somos obra n o m e escuchasteis. | Hacíais lo que era
proclama a todos los confines de la tie- ciéndose así u n n o m b r e eterno, I 13 el de tus m a n o s . I 9 ( 8 ) iOh Yavé!, n o te
r r a : | Decid a la hija de Sión: | Llega tu malo a mis ojos | y elegíais lo que me
que los condujo p o r en medio de los irrites del todo, | n o estés siempre acor-
salvador, | viene con su recompensa I y le desagradaba.
abismos, | como a caballo por el desierto, | dándote de nuestras iniquidades; | ve,
precede su retribución. | 1 2 Los llamarán sin que tropezaran? | 1 4 El espíritu de Yavé mira que somos tu pueblo. 13
P o r eso dice el Señor, Yavé: | Sí,
pueblo santo, | los rescatados de Yavé; | los pastoreó, | como a la bestia que se 10 ( 9 ) Tus ciudades santas están hechas mis siervos comerán, | y vosotros ten-
y a ti te llamarán la «Deseada», | la «Ciu- lleva al valle. | Así condujiste tú a tu u n desierto, | Sión es un desierto; | Jeru- dréis hambre; I mis siervos beberán, |
dad no desamparada». pueblo, | haciéndote un n o m b r e glorioso. salén, un lugar asolado. I n ( 10 ) Nuestro y vosotros tendréis sed; | mis siervos
15 gozarán, l y vosotros seréis confundidos; |
Mira desde los cielos, y ve l desde la santo y magnífico templo, l donde te
Plegaria p i d i e n d o la liberación morada de tu santidad y de tu gloria. | alababan nuestros padres, I ha sido presa 14 mis siervos cantarán, lleno de júbilo el
CO ' ¿Quién es aquel que avanza en- ¿Dónde está tu celo y tu fortaleza, I la del fuego. I T o d a nuestra gloria está en corazón, | y vosotros gemiréis con el
" * * rojecido, | con vestidos más rojos emoción de tus entrañas y tus misericor- ruinas; | i 2 ( n ) ¿y a todo esto vas a mos- corazón quebrantado | y gritaréis deses-
que los de un lagarero, | tan magnífica- dias? | ¿Se han acortado? | " Con todo, trarte insensible, I vas a callarte para hu- perados; i l 5 dejaréis vuestro nombre a
mente vestido, | avanzando en toda la tú eres nuestro padre, | A b r a h a m n o nos millarnos del todo? mis elegidos como imprecación: | «Que el
grandeza de su poder? | Soy yo, el que conoció y nos desconoció Israel; | pero Señor, Yavé, te mate». | Y a sus siervos
habla justicia, | el poderoso para salvar. • | tú, ¡oh Yavé!, eres nuestro Padre, I y Respuesta de Yavé dará otro nombre.
2
¿Cómo está, pues, rojo tu vestido | y tus «Redentor nuestro» es tu n o m b r e desde Cf" 1 Y o estaba a la disposición de 16
T o d o el que en la tierra quiera ben-
ropas como las de los que pisan en el la eternidad. * *»*» los que no me consultaban, | po- decirse, I se bendecirá en el Dios fiel. |
lagar? | 3 H e pisado en el lagar yo solo, | 17
¿Por qué, ¡oh Yavé!, nos dejas errar día ser hallado por los que no me bus- T o d o el que en la tierra jure, | jurará
y no había conmigo nadie de las gentes. | fuera de tus caminos I y endureces nues- caban. I Y o decía: H e m e aquí, heme por el nombre del Dios verdadero; | y
He pisado con furor, | he hollado con tro corazón contra tu temor? | Vuélvete, aquí, I a gente que no invocaba mi n o m - las angustias pasadas se darán al olvi-
ira, i y su sangre salpico mis vestiduras | por a m o r de tus siervos, | de las tribus bre. * I 2 T o d o el día tendía yo mis ma- do I y estarán lejos de mis ojos. I 17 Porque
y manchó mis ropas. * | 4 Porque estaba de tu heredad. | 18 ¿Cómo h a n penetrado nos I a un pueblo rebelde, | que iba p o r voy a crear cielos nuevos I y u n a tierra
en mi corazón el día de la venganza | y los impíos en tu templo | y nuestros ene- caminos malos, I en pos de sus pensa- nueva, ) y ya no se recordará lo pasado ]
llegaba el día de la redención. | 5 Miré, y migos h a n hollado con sus pies tu san- mientos. I 3 U n pueblo que me provo- y ya no h a b r á de ello memoria. | i 8 Sino
no había quien me ayudara, | me mara- tuario? | 1 9 Somos desde mucho ha como caba a ira descaradamente y sin cesar, I que se gozará en gozo y alegría eterna |
villé de que no hubiera quien me apo- pueblo que no te tiene por caudillo I y sacrificando en los huertos | y quemando de lo que voy a crear yo, | porque voy
yase; | 6 y salvóme mi brazo, I y me que no es llamado p o r tu nombre. incienso sobre ladrillos; I 4 que iba a a crear a Jerusalén alegría, | y a su pueblo
sostuvo mi furor, | y aplasté a los pueblos sentarse en los sepulcros I y pasaba la gozo.
en mi ira, | y los pisoteé en mi furor, | CA ! ¡Oh si rasgaras los cielos y baja- noche observando los astros; I que comía 1 9 Y será Jerusalén mi alegría, | y mi
d e r r a m a n d o en la tierra su sangre. " ™ ras, | haciendo estremecer los mon- carne de puerco ] y en cuyas ollas habia pueblo mí gozo, | y en adelante n o se
7
Cantaré las misericordias de Yavé, | 2
tes, | c o m o fuego abrasador que quema manjares inmundos; I 5 que decía: Qué- oirán más en ella I llantos ni clamores. |
date ahí, I no te llegues a mí, que te 2
ensalzaré la gloria de Yavé, [ t o d o cuanto la leña seca, | como fuego que hace <> N o habrá allí niño que muera de pocos
ha hecho p o r nosotros, | lleno de piedad hervir el agua! | Para mostrar a los ene- santificaría. | Es c o m o h u m o que sale de días, I ni viejo que no cumpla los suyos. I
hacia la casa de Israel. | L o que ha migos tu n o m b r e | y hacer temblar a los mis narices, | fuego encendido todo el día. Morir a los cien años será morir niño, |
6
T o d o esto escrito está delante de mí | y no llegar a los cien años será tenido por
£ Q J Los profetas nos pintan a veces a Yavé como guerrero armado de todas sus armas para y n o callaré sin darles su pago | y re- maldición. | 2 1 Construirán casas y las
"** combatir a sus enemigos; aquí nos lo presentan viniendo del combate, manchados de sangre tribuirles con medida colmada. | 7 Vues- habitarán, | plantarán viñas y comerán
los 3vestidos, después de haber ejercido su cólera contra los impíos (50,15 ss.). tras iniquidades y las iniquidades de vues- su fruto. I 2 2 N o edificarán para que ha-
«Nadie de las gentes», esto es, ningún dios de las gentes. tros padres, dice Yavé, | que quemaron bite otro, ¡ no plantarán para que recoja
7
Aquí comienza una tierna plegaría, puesta en boca del pueblo, que se prosigue en el capítulo incienso en los montes | y m e ultrajaron otro. I Porque según los días de los árbo-
siguiente. El pueblo invoca la misericordia de Dios, confiesa sus pecados y pide que Yavé renueve
sus 9maravillas, salve a su pueblo y levante su santuario en ruinas.
1
«Su faz misma», esto es, El mismo en persona (Ex 33,14). Este capítulo puede considerarse como la respuesta de Dios a la plegaria anterior, y en ella
'« Pondera el amor de Yavé hacia su pueblo, incomparablemente mayor que el de Abraham
(cf. 64,8).
65 nos refiere la conducta por Dios seguida con pueblo tan rebelde; pero al fin llegará la obra
de la misericordia y de la restauración de Israel.
ISAÍAS 6 5 - 6 6
818 819 JEREMÍAS
les serán ios días de mi pueblo, | y mis pueblo en un día? | ¿Una nación nace
elegidos disfrutarán del trabajo de sus como traen los hijos de Israel sus ofren- vilunio, de sábado en sábado, vendrá
toda de una vez? | Pues Sión ha parido das en vasos puros al templo de Yavé. toda carne a prosternarse ante mi, dice
manos. | 23 No trabajarán en vano, | a sus hijos | antes de sentir los dolores. |
ni parirán para una muerte prematura, I 9
¿Voy a abrir yo el seno materno para
21 Y yo elegiré de entre ellos sacerdotes Yavé, 24 y al salir verán los cadáveres
sino que serán la progenie bendita de y levitas, dice Yavé; 22 porque así como de los que se rebelaron contra mí, cuyo
que no nazcan hijos?, | dice Yavé. I ¿O subsistirán ante mí los cielos nuevos y gusano nunca morirá y cuyo fuego no
Yavé | ellos y sus descendientes. | 24 An- voy a cerrarlo yo, que soy quien hace na-
tes que ellos me llamen les responderé yo; I la tierra nueva que voy a crear, dice se apagará, que serán objeto de horror
cer?, i dice tu Dios. Yavé, así subsistirá vuestra progenie y para toda carne.
todavía no habrán acabado de hablar, y ya i° Regocíjate, Jerusalén. [ Vosotros, los
los habré escuchado. | 25 El lobo y el cor- vuestro nombre; 23 y de novilunio en no-
que la amáis, sea ella vuestra gloria. |
dero pacerán juntos; | el león, como el Llenaos con ella de alegría | los que con
buey, comerá paja, | y la serpiente comerá ella hicisteis duelo. | u Para mamar hasta
el polvo, i No habrá mal ni aflicción | en saciaros I la leche de sus consolaciones, |
todo mi monte santo, dice Yavé. para mamar en delicia | a los pechos de E R E M
L a nueva Jerusalén, de la q u e serán su gloria. | '2 Porque asi dice Yavé: I
Voy a derramar sobre ella la paz como
excluidos los malvados río | y la gloria de las naciones como to-
C C • Así dice Yavé: | El cielo es mi rrente desbordado. | Y sus niños serán 1. Jeremías es el segundo de los profetas mayores, que nos cuenta su vocación
" " trono, | y la tierra el escabel de llevados a la cadera | y acariciados so- al principio de su libro. «Yo—le dice Yavé—te consagré antes de nacido y te destiné
mis pies. | ¿Qué casa podríais edificar- bre las rodillas. para ser profeta de las naciones, para que arranques y plantes, destruyas y edifiques.
me? | ¿En qué lugar moraría yo? * 12 Todo 13
Como consuela una madre a su hi- Yo te haré ciudad fuerte, columna de hierro y muro de bronce, para hacer frente
eso mis manos lo hicieron, | todo es mío, jo, ¡ así os consolaré yo a vosotros y a toda la tierra, a reyes, a principes, a sacerdotes y al pueblo todo». Esto ya dice bas-
dice Yavé. I Mis miradas se posan sobre seréis por Jerusalén consolados. | 1 4 Cuan- tante de la grave misión encomendada a Jeremías, que desde el principio aparece ante
los humildes I y sobre los de contrito do esto veáis latirán de gozo vuestros el Señor tímido y, a su propio juicio, inepto para tal ministerio (Jer 1; cf. Eclo 49,9).
corazón, que temen mis palabras. | 3 Hay corazones | y vuestros huesos reverde- Que con la asistencia divina supo realizar su misión, nos lo dice, fuera de su libro,
quien me sacrifica un buey y mata a un cerán como la hierba. I La mano de
hombre; | quien inmola un cordero y Yavé se dará a conocer a sus siervos, I y el elogio que le consagra Onías en el 2 Mac 15,14
desnuca a un perro; | quien presenta su su furor a sus enemigos. 2. Nació Jeremías en Anatot, ciudad sacerdotal, al oriente de Jerusalén, en el
ofrenda y como sangre de puerco; | quien 15 Porque he aquí que llega Yavé en reinado de Manases o de Amón. Fue su padre Helcías, sacerdote, que debió de educar
ofrece el incienso y se postra ante un fuego | y es su carro un torbellino | a su hijo en el verdadero espíritu del sacerdocio, al que por su nacimiento estaba des-
ídolo. para tornar su ira en incendio y sus ame- tinado. Todavía joven, recibió el llamamiento de Dios, el año 13 de Josías, en 626
4
¡Ah! Ellos se complacen en sus ca- nazas en llamas de fuego, i 16 Porque va (25,3)- Cinco años más tarde Josías emprendía la reforma religiosa (621), y es ex-
minos I y aman sus abominaciones; I a juzgar Yavé por el fuego | y por la es- traño que no hallemos en Jeremías más noticias de ella que la alusión del capítulo 11.
pero yo me complaceré en sus males j y pada a toda carne | y caerán muchos a La muerte del piadoso príncipe (608) fue una pérdida irreparable para la causa de
traeré sobre ellos lo que se temen. | Por- los golpes de Yavé. | n Los que se santi-
que llamé y nadie me respondió, I hablé fican y purifican para ir a los jardines, la reforma. Como todos los buenos, sintió Jeremías la muerte de Josías, a la que dedicó
y nadie me escuchó. | Hicieron lo que en grupo tras uno que va delante, que unas lamentaciones, según se nos dice en 2 Par 35,25. En los reinados de Joaquim
era malo a mis ojos | y escogieron lo que comen carne de puerco, de reptiles n (608-597) y de Sedecías (598-587), Jeremías tuvo que realizar lo que el Señor le
a 5mi me desagrada. ratas, todos perecerán, dice Yavé. 1S Yo había dicho en su llamamiento, oponiéndose cual muro de bronce a los vicios predo-
Oíd la palabra de Yavé | vosotros, conozco sus obras y sus pensamien- minantes, la idolatría y la inobservancia de la Ley, que son el tema de sus discursos,
los que teméis mi palabra; I ellos, vues- tos. Vendré p a r a reunir las naciones en los que anuncia la destrucción del templo y de la ciudad con la deportación del pue-
tros hermanos, que os aborrecen y os de toda lengua, 19
que vendrán p a r a
blo a Babilonia. Sus palabras no eran bien recibidas ni de los príncipes ni del pueblo,
niegan por causa de mi nombre, han di- ver mi gloria. * Yo les Jaré una señal que oían con más gusto a los malos sacerdotes y a los falsos profetas No es, pues, de
cho: ! Que haga Yavé muestra de su y mandaré a los sobrevivientes de las
gloria | y nosotros seremos testigos de naciones a Tarsis, a Put, a Lud, a Mo- extrañar que Jeremías hubiera de beber muchas veces el amargo cáliz del dolor. Insul-
vuestro contento. ' Pero han de ser con- soc y a Ros, a Tubal y a Javán, y a las tos, oprobios, cárceles, acusaciones de traición a la patria, asechanzas contra su vida,
fundidos. * ! 6 Voces, alborotos en la blar islas lejanas, que no han oído nunca ha- todo lo hubo de soportar, y en tanto grado, que a veces el dolor le forzaba a levantar
ciudad. [ voces que salen del templo. I gloria,dey mi nombre y no han visto mi
ellos pregonarán mi gloria en- sus ojos a Dios en son de queja y hasta maldecir el día de su nacimiento con un tono
Es la voz de Yavé, I que da a sus enemi- tre las naciones 20
y de todas las nacio- que supera en fuerza de expresión al de Job (15,10-20; 17,12-18; 18,18-23; 20,28-38).
gos7 el pago merecido. nes traerán a vuestros hermanos como Con razón es mirado Jeremías como tipo del Redentor, aunque no ciertamente por el
Antes de ponerse de parto I ha pari- ofrenda a Yavé, a caballo, en carros, en modo con que sobrellevó sus penalidades. De él no se puede decir lo que del Siervo de
do, I antes de sentir los dolores dio a literas, en mulos y en dromedarios. Yavé escribía Isaías: «Enmudeció como un cordero ante el que lo trasquila y no abrió
luz un hijo. I 8 ¿Quién oyó cosa semejan
te? I ¿Quién vio nunca tal? I ¿Nace un | mi monte santo, a Jerusalén, dice Yavé, su boca» (Is 53,7). Jeremías se queja amargamente a Dios y pide que le vengue, puesto
C C ' Empieza este discurso con un tema semejante al del capítulo primero de Isaías, la religión que su causa es la misma causa de Dios.
**XJ 5
materia], que no agrada a Yavé. 3. Nunca con más razón se dijo que el amor es causa de dolor. El corazón tierno
Este versículo pone muy de relieve la división de Israel. De una parte están los que tiemblan y sensible del profeta, lleno de amor hacia su pueblo, se sentía excitado por las abomi-
de la palabra de Yavé y que son odiados de sus hermanos a causa del nombre de Dios: de la otra
están los que se burlan diciendo: «Que se manifieste la gloria de Dios*. La respuesta de Yavé es que naciones de Judá y por los castigos con que Dios le amenazaba; y ante esta vista Jere-
los primeros experimentarán la alegría y los otros quedarán confundidos. Luego nos describe la mías se conmueve intensamente, hasta poner en sus labios palabras tan elocuentes,
multiplicación repentina de Jerusalén, que termüaa como kabía empezado, con el gozo para sus imágenes tan vivas y tan variadas, sentimientos tan tiernos, que su elocuencia supera
siervos y la cólera para los enemigos.
i» Todavía prosigue el desarrollo del miimo tema. Dios dará a c*n«c*r su gloria entre las na- a la del mismo Isaías. Dios le obligó a ejercer la triste misión de vaticinar la ruina
ciones y éstas cargarán con los hij«s de Isrfl«l dúpvn** jwr la úem y I«s trawén a Jerusalén, total de Judá y de presenciar con sus ojos el cumplimiento de sus vaticinios; pero tam-
llevados del deseo de te*ier parte e» sus WWM(¿CÍ»II«S (é«,8 ss.). Ent«nttac se restablecerá el culto bién le dio el consuelo de pronosticar la futura restauración mesiánica, unida, a sus
divino según la voluntad de Dios, en el que todos tomarán parte, y al salir del templo verán los ojos, como es ordinario en los profetas, con la vuelta de los deportados a la patria.
cadáveres de los impíos que *e hablan rebelado contra Dios.
Por esto no es de maravillar que sus palabras, antes tan desagradables en los oídos de
JEREMÍAS 1 820 821 JEREMÍAS 1-2
7
Judá, fueran luego las más consoladoras. En el 2 Mac 15,14 se nos cuenta la visión ha de abrasar a todos los moradores Y o os traje a la tierra fértil I para
de Judas el Macabeo, en la que se le aparecen el santo pontífice Onlas y nuestro profeta. de esta tierra; | 1S pues voy a convocar que comierais sus ricos frutos. I Y en
a los reinos del septentrión, palabra de cuanto en ella entrasteis contaminasteis
El primero hace la presentación del segundo en estos términos: «Este es el amigo de sus
Yavé, I para que vengan a poner cada mi tierra I e hicisteis abominable mi he-
hermanos, que ora mucho por el pueblo y por la ciudad santa: Jeremías, el profeta de redad. I 8 T a m p o c o los sacerdotes se pre-
uno su pabellón | junto a las puertas de
Dios». Destruida Jerusalén y asesinado Godolías, el gobernador dejado por los caldeos Jerusalén, | en torno de sus muros, | y guntaron: ¿Dónde está Yavé? I Siendo
en Judá, Jeremías fue conducido a Egipto por los que allá huyeron. Su corazón sintió contra todas las ciudades de Judá. I ellos los maestros de la Ley, m e descono-
honda amargura al ver a sus hermanos entregarse a la idolatría egipcia, sin hacer • 6 Entonces pronunciaré contra ellos mis cieron, I y los que eran pastores me
caso de la dura lección que acababan de recibir. Desde este momento no tenemos no- sentencias | por todas las maldades que fueron infieles. I También los profetas
cometieron, | dejándome a mí para ir a se hicieron profetas de Baal, | y el pueblo
ticia del profeta, ni sabemos si murió a orillas del Nilo, si volvió a Judá o se dirigió
libar a dioses extraños | y a adorar la se fue tras los que de n a d a valen. I 9 Por
a Caldea, para cooperar a la obra de Ezequiel, consolando a los deportados. eso entro hoy en juicio con vosotros | y
obra de sus manos.
4. El libro de Jeremías nos ofrece un capítulo, el 36, sumamente interesante y úni- con vuestros hijos contenderé, palabra
co en la literatura profética, sobre la redacción de la mayor parte de los oráculos, C o n f i r m a c i ó n e n la m i s i ó n de Yavé.
que por mandato divino dictó el profeta a su secretario Baruc. El texto he- l ' T ú , pues, ciñe tus lomos, | yérguete 1° Id hasta las islas de los quititas y
breo de los oráculos de Jeremías, comparado con la versión griega de los LXX, pre- y diles I t o d o cuanto yo te mandaré. I ved: i mandad a Cedar e informaos bien, |
senta gran cantidad de adiciones. Los críticos discuten sobre su origen y su valor, y sus N o te quiebres ante ellos, n o sea que yo a ver si jamás sucedió cosa como ésta. |
sentencias están lejos de ser unánimes. Hay quien da preferencia al texto masorético a su vista te quebrante a ti. I n Desde 11 ¿ H u b o jamás pueblo alguno que cam-
hoy te hago c o m o ciudad fortificada, I biase de dios, I con no ser dioses ésos? I
y quien prefiere el texto más corto de los LXX. Según otros, no se puede adoptar una Pues mi pueblo ha cambiado su glo-
c o m o férrea columna y m u r o de bron-
solución general, sino estudiar cada caso por separado. Tampoco el orden de los orácu- ria I por lo que de nada vale. *
ce, I para la tierra toda, para los reyes
los es el mismo en el texto hebreo y en la versión de los LXX. Desde el capítulo 25 de Judá y sus grandes, | para los sacer- i 2 Pasmaos, cielos, de esto | y horro-
hasta el $2, en los que se hallan los vaticinios contra las naciones, el orden es muy di- dotes y para t o d o su pueblo. | 1 9 Ellos rizaos sobremanera, palabra de Yavé. |
13
ferente. La razón es, sin duda, que los oráculos se conservaron primero separados, y al te combatirán, pero no te podrán, | por- Y a que es un doble crimen | el que ha
reunidos no se les dio en todas partes el mismo orden. que yo estaré contigo p a r a protegerte, cometido mi pueblo: I dejarme a mí,
palabra de Yavé. fuente de aguas vivas, | para excavarse
cisternas agrietadas, I incapaces de re-
^TTMARTO P R I M E R A P A R T E : Vocación del profeta y oráculos sobre L a s apostasías d e Israel tener el agua.
14
1 Vínome la palabra de Yavé, di- ¿Es por ventura Israel un siervo, un
ü U i T i A i u w U reprobación de Judá (1-20).—SEGUNDA
ticinios sobre la ruina de Jerusalén y de Judá (21-20).—TERCERA
P A R T E : Va-
PARTE: 2 ciéndome: * 2 A n d a y clama con fuer-
te voz a los oídos de Jerusalén: Así dice
siervo nacido en casa? | ¿Cómo, pues,
ha venido a ser presa? | Cachorros de
Oráculos sobre la salud mesiánica (30-33).—CUARTA P A R T E : Postreros vati- Yavé: león rugen sobre él con fuerte rugido. |
cinios y suerte del profeta (34-45).—QUINTA P A R T E : Vaticinios sobre las na- M e acuerdo de tu fidelidad al tiempo
15
H a n hecho de su tierra un desierto, i
ciones (46-51).—APÉNDICE HISTÓRICO (52). de tu adolescencia; I de tu a m o r hacia h a n quemado y despoblado sus ciuda-
mí c u a n d o te desposé c o n m i g o ; | de tu des. I l 6 Hasta los habitantes de Men-
seguirme a través del desierto, | tierra fis y de Tafnis | se duelen de ti y te com-
P R I M E R A P A R T E dije: ¡Ah, Señor, Yavé! | N o sé hablar. | donde no se siembra. | 3 Era entonces padecen. I 1 7 T o d o esto, ¿no lo h a traído
Soy todavía u n niño. | 7 Y m e dijo Y a v é : | Israel lo santo de Yavé, | la primicia de sobre ti | el haberte apartado de Yavé,
V O C A C I Ó N D E L PROFETA Y ORÁCULOS N o digas: Soy todavía un niño, | pues sus frutos. I Quien de ella comía, peca- tu Dios?
SOBRE LA REPROBACIÓN D E J Ü D Á irás a donde te envíe yo | y dirás lo que ba ! y caía sobre él la desgracia, palabra 18 Y ahora, ¿qué es lo que buscas ca-
yo te mande. | 8 N o los temas, | que yo de Yavé. *
(1-20) mino de Egipto? I ¿Beber las aguas del
estaré contigo para protegerte, palabra 4
Oye las palabras de Yavé, casa de Sijor? I ¿Qué es lo que buscas camino
1 Profecías de Jeremías, hijo de Hel- de Yavé. | ' Tendió Yavé su m a n o y t o -
1 cías, del linaje de los sacerdotes que cando con ella mi boca, m e dijo: | 10 Mira Jacob, I y todas las familias de la casa
de Israel. I 5 Así dice Yavé: ¿Qué tacha
de Asiría? I ¿Beber las aguas del Eufra-
tes? * I 1 9 Sírvante de castigos tus per-
habitaban en Anatot, tierra de Benjamín; que pongo en tu boca mis palabras. | versidades I y de escarmiento tus apos-
2
a quien llegó la palabra de Yavé en H o y te doy sobre pueblos y reinos poder hallaron en mí vuestros padres | para
apartarse de mí | e irse en pos de la va- tasías. I Reconoce y advierte cuan malo
tiempo de Josías, hijo de A m ó n , rey de de destruir, arrancar, arruinar y asolar; y amargo es para ti I haberte apartado
Judá, el a ñ o decimotercero de su reina- de levantar, edificar y plantar. nidad de los ídolos, | para hacerse tan
d o , 3 y después, en tiempo de Joaquim, vanos como ellos? I 6 N o se pregunta- de Yavé, tu Dios, | y haber perdido mi
b a n : ¿Dónde está ahora Yavé, | el que temor, | palabra de Yavé, tu Dios.
hijo de Josías, rey de Judá, hasta el fin D o s visiones
del aflo undécimo de Sedecías, hijo de nos sacó de la tierra de Egipto; | el que
n Y m e llegó la palabra de Yavé, que E n busca d e ídolos
Josías, rey de Judá, hasta el quinto mes m e decía: ¿Qué ves, Jeremías? Yo le nos condujo a través del desierto, | tie-
20
de la transmigración de Jerusalén. rra de arenales y barrancos, | tierra árida ¡Cuan de antiguo ya quebrantaste
contesté: Veo u n a vara de almendro. y tenebrosa, I tierra p o r donde n o transi- tu yugo, I rompiste tus coyundas y di-
12
Y m e dijo: Bien ves, pues yo vela- ta nadie | y donde nadie habita?
Vocación y misión del profeta ré sobre mis palabras p a r a cumplir- jiste: N o te serviré! I Y sobre todo co-
4
Llegóme la palabra de Yavé, que de- las. 13 D e nuevo m e llegó la palabra de
y toda Judá, por la guerra de invasión y devastación que iban a hacerles los reinos del Norte some-
cía : I 5 Antes que te formara en las ma- Yavé, que decía: ¿Qué ves, Jeremías? Y o tidos a la hegemonía de Nabucodonosor, rey de Babilonia.
ternas entrañas te conocía; | antes que tú contesté: Veo u n a olla al fuego y de 1
El primer discurso de Jeremías abarca 2,1-4,4, y se divide en tres partes: 2,1-25; 2,26-3,5
salieses del seno materno te consagré | y te cara al septentrión. * 14 y m e dijo Yavé: I
designé para profeta de pueblos. * I 6 Y Del septentrión vendrá el incendio | que
2 y 3,6-4,4. Su tema es la apostasía de Israel, que, volviendo las espaldas a Yavé, va en segui-
miento
3
de los ídolos impotentes para salvar.
5 La juventud de Israel, el tiempo de sus amores con Dios, son los días en que, sacándole de
•f1 No parece que esta palabra que traducimos consagré signifique una santificación propia- Egipto, le condujo al desierto y allí le hizo objeto de sus íntimas comunicaciones, como se narra
mente dicha, como suponen algunos, por la infusión de la gracia santificante. Es más bien una en el Pentateuco.
vocación a la misión profética, que también llamamos en castellano consagración. Confirma esta 11
La gloria de Israel es Yavé, su Dios, torpemente cambiada por la nada de los ídolos (cf. Dt 10,
sentencia
1i
Eclo 49,9. 21; 1Sal 106,20).
La olla vista por Jeremías es símbolo de los furores que estaban para venir sobre Jerusalén 8
El Sijor es uno de los principales brazos del Nilo.
JEREMÍAS 2-3 822 823 JEREMÍAS 3 4
liado alto | y bajo t o d o árbol frondoso I paras los caminos | para captarte el a mí de corazón, sino mentidamente, pa- tes. I Verdaderamente en Yavé, nuestro
te acostaste y te prostituíste. * | 21 Yo amor? [ Es que a los caminos del cri- labra de Yavé. u Y me dijo Yavé: I La Dios, I está la salvación de Israel.
te planté de la vid más generosa, I toda men | estás habituada. | 34 Hay en tus apostasía de Judá 1 ha hecho buena la 24
La vergüenza de los ídolos ha devo-
de selectos plantones. I ¿Cómo, pues, te manos | manchas sangrientas de pobres de Israel. r a d o los bienes de nuestros padres. |
m e has vuelto vil y degenerada I y te inocentes, I no de sorprendidos en co- 12
Anda y grita así | hacia el septen- Sus rebaños, sus vacadas, | sus hijos y
m e has hecho viña ajena? nato de robo. 135 Y dices: Soy inocente, | trión y d i : I Vuelve, apóstata Israel, pa- sus hijas. I 2 5 Yacemos en nuestro opro-
22
Por mucho que te laves con ni- su cólera se ha apartado ya de mí. | labra de Yavé, | que quiero dejar de bio y nos cubre nuestra vergüenza I
tro, | por mucha lejía que emplees, I ¡Ah! Ya te juzgaré yo | p o r decir: N o he mostrarte rostro airado, I porque soy porque hemos pecado contra Yavé, nues-
siempre verán mis ojos la suciedad de pecado. misericordioso, palabra de Yavé, I que tro Dios, I nosotros y nuestros padres, I
tu depravación, I palabra del Señor, Ya- 36 ¿Por qué apresurarte tanto | p a r a no es eterna mi cólera, I 13 siempre que desde nuestra mocedad hasta el día de
vé. | 23 ¿Y podrás, acaso, decir: N o es- m u d a r de camino? I Egipto te burlará, | reconozcas tu maldad | al pecar contra hoy, I y hemos desoído la palabra de
toy manchada, | no me he ido en pos como te burló Asiría. | 37 También de Yavé, tu Dios, dispersando tus caminos Yavé, I nuestro Dios.
de los baales? | Repara en lo que hacías ahí saldrás | con las manos en la cabe- hacia los extraños, | bajo todo árbol
en el valle; | reconoce tu culpa, I came- za, | pues el Señor hará fallar tus planes | frondoso, | y desoyendo mi voz, palabra 1
lla joven, de ligeros pies, | que corres Si te conviertes, Israel, palabra de
de un lado para o t r o ; | 2 4 impetuosa,
habituada al desierto, I en el ardor de
y n o se te lograrán. de Yavé.
1 4 Volved, hijos apóstatas, palabra de
4 Yavé, I volverás a mí. I Si quitas de
Pecado y penitencia delante de mí tus abominaciones, I no
Yavé. I Y o soy vuestro dueño | y yo os
su pasión olfatea el viento; I ¿quién la serás rechazado. ! 2 Si juras por la vida
reducirá? I El que la busque no tendrá
que fatigarse, | la hallará fácilmente en
3 ' C u a n d o un h o m b r e despide a la
mujer | y ella se aparta de él, si
tomaré, I uno de una ciudad, I dos de
una familia, ] y os traeré de nuevo a de Yavé con verdad, I con derecho y
viniere a ser de otro hombre, | ¿se vol- Sión. I 15 Yo os daré pastores según mi con justicia, I serán en ti bendecidos los
el tiempo de celo. I 2 5 D a descanso a tus verá otra vez ella al primero? | ¿No se pueblos y en ti se gloriarán. *
descalzos pies, I respiro a tus sedientas corazón, | que os apacentarán sabiamen- 3
considera tal mujer | como enteramente te. I 16 Y cuando yo os haré crecer i y Asi dice, pues, Yavé I a los hombres
fauces. | Pero tú dices: N o , es en v a n o ; I y por siempre manchada? | Tú, pues, de Judá y de Jerusalén: I Roturad vues-
a m o lo extranjero y tras ello me voy. multiplicaros en la tierra, | en aquellos
que con tantos amadores fornicaste, | días, palabra de Yavé, no dirán ya: I tro campo I y no sembréis en cardiza-
¿podrás volver a mí? Palabra de Yavé. | ¡Ah! El arca de la alianza de Yavé. | No les. I 4 Circuncidaos para Yavé, I circun-
Profunda degradación 2
Pon tus ojos en los collados, | a ver en se acordarán ya de ella, se les irá de la cidad vuestros corazones, | varones de
26
C o m o queda confundido el ladrón cuál de ellos no te entregaste. | A n d a b a s memoria, I la olvidarán y no harán otra. • ! Judá y habitantes de Jerusalén. I N o sea
al verse descubierto, I así será confun- por los caminos al acecho, | como ace- 17 Entonces será llamada Jerusalén I tro- que se derrame como fuego mi ira I y
dida la casa de Israel. | Ellos, sus reyes, cha el árabe en el desierto. I Contami- n o de Yavé, I y en el n o m b r e de Yavé se encienda, sin que haya quien pueda
sus grandes, | sus sacerdotes y sus pro- naste la tierra | con tus perversidades y vendrán a ella todas las gentes, I y desde apagarla I por la maldad de vuestras
fetas, | 2 7 que dicen a un leño: Tú eres fornicaciones; | 3 tus muchos amantes | entonces no volverán ya más I a irse tras obras.
mi padre; | y a una piedra: Tú me diste han sido un lazo para ti. | Y tú tenías los malos deseos de su corazón. | 18 En- I n m i n e n t e castigo
la vida. | Pero al tiempo de la angustia frente de prostituta, | no querías aver- tonces vendrán juntamente | la casa de
m e invocan: I ¡Álzate y sálvanos! | gonzarte. Judá y la de Israel; I juntos vendrán de
28 5 Notificádselo a Judá y a Jerusalén; I
¿Dónde están ahora los dioses que tú 4
Desde poco acá me invocas, dicien- la tierra del septentrión I a la tierra que haceos oir, clamad, tocad las trompetas
te fabricaste? | Que se alcen ellos y te d o : ¡Padre mío! | T ú eres el esposo de di en heredad a vuestros padres. por la tierra; | gritad con toda fuerza y
salven a h o r a : ! pues tantos son tus dio- mi juventud. | 5 ¿Va a durar por siempre 19 decid: Congregaos | y refugiémonos en
ses, ¡oh Judá!, | cuantas tus ciudades; I y Yo me pregunté: I ¿Cómo voy a
su cólera? I ¿La mantendrá hasta el contarte entre mis hijos I y a darte una las ciudades amuralladas;* | fi levantad
cuantas son las puertas de Jerusalén, I fin? | Pero mientras esto dices sigues
tantos son los altares de Baal. tierra escogida, I una magnífica heredad, banderas hacia Sión, I huid apresurada-
cometiendo maldades y las llevas al colmo. preciosa | entre las preciosas de todas mente, ! porque voy a hacer venir del
29 6
¿Qué podéis alegar contra mí? ] T o - Y me dijo el Señor en tiempo del las gentes? [ Y me contestaba: | Lla- septentrión | el azote, una gran desven-
dos os habéis rebelado contra mí, pala- rey Josías: ¿Has visto lo que ha hecho m á n d o m e «mi padre» y no volviendo a tura. 7 El león ha salido de su cubil; |
bra de Yavé. I 3° En vano os he casti- Israel? Se fue por t o d o monte alto y apartarte de mí. | 2a Sin embargo, como el devorador de pueblos está en marcha; I
gado en vuestros hijos; I no habéis que- bajo todo árbol frondoso para fornicar la infiel a su marido, ¡ así has sido tú ha salido de su tierra para devastar la
rido aprender, | la espada ha devorado allí. * 7 Yo le dije: Con todo y con ha- infiel a mí, casa de Israel, [ palabra de tuya I y destruir tus ciudades | hasta
a vuestros profetas I como devora el león. ber perpetrado tantos crímenes, vuélvete Yavé. no dejar en ellas morador. | 8 Vestios,
31 a mí. Pero no se volvió.
Oid los de esta generación la pala- 2
' Una voz se deja oir sobre las pela- pues, de saco, | llorad y lamentaos: I
8
bra de Yavé: I ¿Por ventura soy yo para Vio esto su pérfida hermana, J u d á ; das alturas, | llantos y súplicas de los N o se ha apartado, no, de nosotros I la
Israel un desierto I o una tierra tenebrosa I vio que por tantas fornicaciones y apos- hijos de Israel | por haber pervertido ira encendida de Yavé.
para que digan: Somos libres, no ire- tasías despedí a Israel, dándole el libelo su camino I y haberse olvidado de Yavé. 9
Y sucederá entonces, palabra de Ya-
mos en pos de ti? 32 ¿Se olvida por ven- de repudio. Pero ella, sin temor alguno, su Dios. I 2 2 Convertios, hijos rebeldes, vé, I que desfallecerá el corazón del rey
tura la doncella de sus galas I y de su igualó la perfidia de su hermana, y se y sanaré vuestras rebeldías. I Sí, henos y el de los magnates; | se consternarán
ceñidor la esposa? I Pues mi pueblo se fue y apostató también. » Y contaminó aquí, pues tú eres Yavé, nuestro Dios. ! los sacerdotes, i se pasmarán los profe-
ha olvidado de mí I ya desde días sin la tierra con sus fornicaciones, y adulte- 23
Ciertamente sólo mentira nos ha ve- tas I 10 y exclamarán: ¡Ah, Señor, Ya-
cuento. ró con la piedra y con el leño; '° y tam- nido de los altos, | sólo ruido de los mon- vé! I Así han sido torpemente engañados
33 ¿Por qué tan mañosamente te pre- poco la pérfida hermana Judá se volvió
20
'« El arca santa era símbolo de la presencia de Dios, de quien se dice que está sentado sobre
El pacto entre Dios y el pueblo tiene, en el estilo profético, cierto carácter de pacto matri- los querubines y de allí hablaba a Moisés (Núm 7,89). En los tiempos por el profeta prometidos,
monial, y su quebrantamiento por la idolatría es no sólo una fornicación, sino un verdadero adulterio. toda la ciudad será trono de Dios. Esto significa que se manifestará con tantos prodigios y bendi-
El culto idolátrico tenía principalmente lugar en los templos edificados en honor de los Ídolos y en ciones, que las gentes todas se sentirán atraídas a ella (Is 2,2 ss.). Clara señal del mesianismo.
los altos de los collados y bajo los árboles o bosques consagrados a los dioses de la fertilidad (Jdt 3,8).
2 El juramento, practicado con las debidas condicionas, es wn acto de religión por el cual se
O * El reino de Israel había sido destruido por los asirios en 721. pero no toda la población habla
" sido llevada al cautiverio, y los que habían quedado en su tierra continuaban en las idolatrías de
4 5
distinguirán los fieles del Señor en los tiemnos mesiánicns.
Un segundo discurso, que va hasta 6, jo. anuncia ron clare* detalles la invasión de los pueblos
sus padres, insensibles a los azotes que habían sufrido. Joslas extendió hasta esta regién la reforma del Norte, los caldeos, que vendrán sobre Judá y Jerusalén com* instrumento de la justicia divina,
religiosa, según 2 Re 23.16 ss- para ejercer las venganzas de sus idolatrías e infidelidades.
JEREMÍAS 4-5 824 825 JEREMÍAS 5-6
este pueblo y Jerusalén, | diciéndoseles: 29
¡Ah! Al vocerío de la caballería y
Paz, tendréis paz; | ¡y ahora es la espada de los saeteros I han quedado deshabita- casa de Israel y la casa de Judá, I palabra han engrandecido, asi se han enrique-
la que se nos entra hasta el alma! das las ciudades, | penetraron en las sel- de 2Yavé. cido, [ así engordaron y se pusieron lus-
11 i Renegaron de Yavé y dijeron: No
Entonces se le dirá I a este pueblo y vas y escalaron las montañas; | todas trosos; | no se amparaba el derecho del
a Jerusalén: | Un viento cálido sopla de las ciudades fueron abandonadas, | sin se cuida El. | No vendrá sobre nosotros huérfano |2 9y no se hacía justicia a los
las dunas del desierto | sobre los caminos que en ellas quedara un hombre. | 3<>Y ningún mal. | No veremos ni guerra ni pobres. | ¿No habré yo de pedirles
de la hija de mi pueblo; | viento no de tú, la desolada, ¿qué harás ahora? | Si hambre. | t3 Los profetas son puro flato | cuenta de todo esto?, dice Yavé. I De
limpia ni de abaleo. | 12 Es un viento im- te vistes de púrpura, | te adornas con tus y no han tenido oráculo de Yavé. | Todo un pueblo como éste, ¿no habré yo de
petuoso que yo mandaré; | ahora voy joyas de oro, | te rasgas los ojos con los eso les sobrevendrá a ellos. | 1 4 Por eso tomar venganza?
también yo 3a pronunciar | sentencia con- afeites, | en vano te acicalarás; | tus aman- dice Yavé, | Dios Sebaot: | Porque ha-
tra ellos. | i Ya sube como denso nubla- tes te desprecian, | te persiguen de béis dicho todo eso, I mis palabras serán Profetas y sacerdotes
do; | sus carros son como el torbellino; | muerte. * en vuestra boca fuego, I y este pueblo 30
Una cosa horrenda y abominable |
sus caballos, más veloces que las águilas. | 31 cual montón de leña, I y los abrasará. ha acontecido en esta tierra. * | Ji Los
Oigo gritos como de mujer en par- 15
¡Ay de nosotros, estamos perdidos! | to, | alaridos como por la muerte del
14
Contra vosotros, casa de Israel, voy profetas profetizaban mentiras, [ los sacer-
Limpia de maldades tu corazón, Jeru- primogénito. | Es la hija de Sión, que a traer yo de lejos un pueblo, palabra de dotes iban con ellos del brazo, I y el
salén, | para que puedas ser salva. ¿Has- grita | y se retuerce las manos. | ¡Ay, ay Yavé; I un pueblo fuerte, un pueblo de pueblo gustaba de esto. | ¿Qué cosas,
ta cuándo guardarás en tu pecho I tus de mí! | ¡Mi alma desfallece ante los antiguo abolengo, I un pueblo de lengua pues, habrán de acontecer al fin?
culpables pensamientos? asesinos! extraña,6 I cuyas palabras no entende-
15
Ya viene de Dan el anuncio de la réis. 11 Su aljaba es como sepulcro abier- L a guerra contra Jerusalén
Maldad imperdonable to, | todos ellos valerosos; | 1 7 y devo- 1
Buscad refugio fuera de Jerusalén,
calamidad, | llega el 16funesto mensaje del
monte de Efraím. I Dan esta orden a 1 rará tus cosechas y tu pan, I a tus hijos 6 hijos de Benjamín; | tocad las trom-
las naciones: «Juntaos aquí». | Se les 5 Recorred las calles de Jerusalén; |
ved e informaos; | buscad por sus
convoca contra Jerusalén. | Vienen los plazas | a ver si halláis un varón, | uno
y a tus hijas. I Devorará tus rebaños y
tus vacadas, | tus viñas y tus higueras, I
petas en Tecua | y poned la bandera de
Bet-Aqueren, | que es del septentrión de
asaltantes de lejanas tierras; lanzan sus solo, que obre según justicia, | que guar- y asolará tus ciudades muradas, | en donde amenaza | el infortunio y la gran
gritos de guerra contra Judá; I 1 7 la ro- de fidelidad, | y la perdonaré. * 2 Cuando que tanto confías. | 18 Pero tampoco en- ruina. | 2 ¿Es que ha venido a3 ser la hija
dean como guardias rurales | por haber- juran por la vida de Yavé, | juran en tonces, palabra de Yavé, os consumiré de Sión un prado delicioso? Acuden a
se ella rebelado contra mí, palabra de falso. | 3 ¿No es la fidelidad, ¡oh Yavé!, del todo. ella pastores con sus rebaños, I clavan en
Ya vé. | l s Esto es lo que te han traído | lo que buscan tus ojos? | Los has casti- ia y cuando te pregunten: ¿Por qué derredor suyo las tiendas, | cada uno apa-
tus extravíos y tus malas obras; I tu gado y no se han dolido, | los has corre- ha hecho Yavé, nuestro Dios, todo esto cienta allí su manada. | 4 Moved guerra
maldad es la que ha hecho que el dolor gido con azotes, I pero no han querido con nosotros?, les dirás: Como os apar- contra ella. | ¡Arriba! La asaltaremos al
y la amargura I hieran tu corazón. | escarmentar; | tienen la cara más dura tasteis vosotros de Yavé y servísteis a mediodía. | ¡Ay de nosotros, que ya cae
19 el día, | que ya se tienden las sombras de
¡Ay mis entrañas, ay mis entrañas! que una piedra; | no quieren convertirse. dioses extraños en vuestra propia tierra,
Desfallezco, | se me rompe el corazón, | 4
Yo me decía: Quizás es sólo la gen- así habréis de estar sometidos a extran- la noche! | 5 ¡Arriba! ¡Vamos a asaltarla
lo traspasa el dolor, | no puedo callar. | Ya te baja e ignorante, ¡ que desconoce los jeros en tierra de éstos, no vuestra. | por la noche, | asolemos sus palacios!
oigo los clarines 20de guerra, | el estrépito caminos de Yavé, j los preceptos de su 20 6
Predica esto a la casa de Jacob, | pre- Porque así dice Yavé Sebaot: | Cor-
de la batalla. | Ya anuncian desastre Dios. | 5 Voy a dirigirme a los grandes gónalo en los oídos de Judá, y di: | tad sus árboles I y haced de ellos empa-
sobre desastre. | Toda la tierra devasta- y les hablaré; | éstos ya conocerán los 21
Oíd, pueblo necio e insensato: Tenéis lizadas contra Jerusalén. I ¡Ay de la ciudad
da. | De repente invadieron mis tien- caminos de Yavé, | los mandatos de su ojos, y no veis; I tenéis oídos, y no oís. | frivola! | Dentro de ella todo es injusticia. |
das, | en un instante mis tentorios. | Dios. | Pero todos a una han quebrado
21
22
¿No me temeréis a mí, palabra de 7
Como mana el agua en los pozos, I así
¿Hasta cuándo habré de ver sus ban- el yugo, | han roto las coyundas. | 6 Por Yavé; I no temblaréis ante mí, | que de mana en ella la iniquidad. I No se habla
deras | y oir el sonar de sus clarines? eso los devorará el león de la selva, | los arenas he hecho muro para el mar, | en ella más que de injusticia y violencia, |
22 asaltará de noche el lobo del desierto | y muro perpetuo que no podrá traspasar, | a mi vista hay siempre vejación y estrago.
¡Ah! Mi pueblo está loco, | me ha el tigre rondará en torno a sus ciuda-
desconocido. [ Son necios, no ven; [ sabios des. | Cuantos salgan de ellas serán des- que aunque se enfurezca no podrá saltar- 8 Enmiéndate, Jerusalén, | antes que del
para el mal, | ignorantes para el bien. pedazados, | porque son muchas sus mal- lo | y por mucho que embravezca sus todo me harte de ti | y te convierta en
23
Miré a la tierra, y todo era vacío y dades | y grandes sus apostasías. olas no podrá atravesarlo? ruinas, I en tierra de soledad.
23
confusión;24 | a los cielos, y todo eran ti- Pero este pueblo tiene un corazón
7 rebelde y contumaz; I se rebelaron y de- A m e n a z a s del profeta
nieblas. | Miré a los montes, y todos ¿Cómo podré perdonarte? | Tus hijos
temblaban, | todos los collados se con- se han apartado de mí y juran por aque- sertaron, | 24 y no se dijeron en su cora- 9
Así dice Yavé Sebaot: | Haz cuida-
movían. | 25 Miré, y no se veía un hom- llo que no es Dios. | 8 Yo los harté, y zón: | Temamos a Yavé, nuestro Dios, | doso rebusco, como en las viñas, | de los
bre, | y2 las aves del cielo habían huido ellos se dieron a adulterar | y se van en que nos da a su tiempo las lluvias, las restos de Israel; I mueve tu mano como
todas. | * Miré, y el vergel era un desier- tropel a la casa de la prostituta. | Semen- tempranas y las tardías, | y con ellas fecun- el
10
vendimiador | entre los sarmientos. I
to, | todas las ciudades eran ruinas ante tales bien gordos y lascivos, [ relinchan da los campos que nos dan la cosecha. |
25
¿A quién hablaré? | ¿A quién amones-
Yavé, ante el furor de su cólera. | 27 Pues todos ante la mujer de su prójimo. | Vuestras maldades han trastornado to- taré que me oiga? I Tienen oídos incir-
así dice Yavé: I Toda la tierra será un 9 ¿No habré de pedirles cuenta de todo do esto, I vuestros pecados os han robado cuncisos, | no pueden oir nada. | La pala-
desierto, | consumaré la destrucción. ! esto?, dice Yavé. | De un pueblo como el bienestar. bra de Yávé | es para ellos objeto de
28 Llorará la tierra I y se entenebrecerán éste, ¿no habré yo de tomar venganza? | escarnio, | no sienten deseo alguno de
los cielos. | Yo lo anuncié y no me 10 Escalad sus bancales y arrasadlos; | Los ricos ella.*
26
arrepentiré, | yo lo he resuelto y no de- arrancad sus sarmientos, pues no son de Hay en mi pueblo malvados | que ii Yo estaba lleno de la cólera de Yavé, |
sistiré de ello. Yavé. | H Se ha rebelado contra mí la acechan como cazadores en emboscada | en vano me esforzaba por contenerla, [ de-
y tienden sus redes para cazar hombres. rramarla sobre los niños que juegan por
27
30
Los amantes de Judá son los dioses que antes adoraba: ahora se vuelven contra ella con Como se llena de pájaros la jaula, [ así las calles, | sobre toda la juventud. Serán
propósitos de exterminio. está llena su casa de rapiñas. I 28 Así se llevados cautivos hombres y mujeres, I los
e i Este terrible azote es castigo del pecado: por tanto, no alcanzaría a los justos. Pero lo triste 30
Sobre los profetas falsos véase Introducción a los libros proféticos, n.3.
** es que no los hay, porque todos han prevaricado. Sobre este juicio de Jeremías recuérdese el 10
otro análogo de Elias (i Re io,i8). £ Oídos o corazones incircuncisos
incii quiere decir indóciles a la voz de Dios y rebeldes a la
observancia de su alianza.
JEREMÍAS 6-7 826 827 JEREMÍAS 7-8
2 13
viejos, los adultos; | ' y las casas pasarán del primogénito. | Llora amargamente, ¡ Pues ahora, palabra de Yavé, y porque pues: I Sois gente que no oye | la palabra
a manos de extraños, I los campos y tam- porgue de repente vendrá | sobre nos- os amonesté a tiempo repetidas veces y de Yavé, su D i o s ; ¡ gente sin enmienda, I
bién las mujeres, I cuaMdo yo extienda mi otros el i»vasor. no me escuchasteis, os llamé y no me res- de cuyos labios ha desaparecido la ver-
m a n o I sobre los moradores de esta tierra, pondisteis, 14 haré de esta casa a mi de- dad. I 29 Córtate la hermosa cabellera y
palabra de Yavé. I '3 Pues todos, I todos J e r e m í a s , fiel c o n t r a s t e dicada, en que confiáis vosotros, y de esta tírala, I y entona por los montes tus la-
27
están llenos de rapiñas, I y todos, profe- Te he hecho fiel contraste de mi pue- tierra que di a vuestros padres, lo que mentaciones, I pues ha echado de sí Yavé
tas y sacerdotes, | todos llenos de frau- blo para examinar y p r o b a r su valor. | hice de Silo; 15 y os arrojaré de mi pre- y repudiado | a la generación que provocó
des. | l 4 Pretenden curar el mal de mi 28
Todos ellos son rebeldes, | andan sem- sencia, como arrojé a vuestros hermanos, su ira.
30
pueblo como cosa leve, I y dicen ¡paz, brando calumnias, son bronce y hierro; | a toda la progenie de Efraím. Hicieron los hijos de Judá sus mal-
paz!, | cuando no ha de haber paz. ; 15 Se- todos son moneda falsa. 29 Se enciende 16 Y tú no me ruegues ya por este pue- dades ante mis ojos, palabra de Yavé.
rán confundidos por haber o b r a d o abo- el fuego, se hace soplar el fuelle, pero lo blo, no hagas por ellos súplicas ni oracio- Llevaron sus abominaciones a la casa a
minablemente. | Y no se avergüenzan I ni fundido no es sino plomo. En vano fun- nes, no me porfíes, porque no te oiré. * mí dedicada, profanándola. 31 Y se hicie-
conocen la vergüenza. | Por eso caen ellos dió el orífice, no hay nada de oro. 30 Serán 17
¿Por ventura no ves lo que ellos hacen ron los altos de Tofet, que está en el valle
también en la común caída. | AI tiempo llamados plata de desecho, porque Yavé en las ciudades de Judá y en las plazas de de Benjinón, para quemar allí sus hijos
de la cuenta, caerán. I palabra de Yavé. los ha desechado. Jerusalén? 1 8 Los hijos amontonan la leña, y sus hijas, cosa que ni yo les mandé ni
16
Así dice Yavé: Haced alto en el los padres la prenden fuego y las mujeres pasó siquiera por mi pensamiento. * i 2 p o r
camino y ved: | Preguntad por las sendas 1 amasan la harina para hacer las tortas de eso vienen dias, palabra de Yavé, en que
de antes: | ¿Es ésa la senda buena? | Pues
seguidla, | y hallaréis la paz para vuestras
7 Palabra de Yavé que llegó a Jeremías
diciéndole: 2 Ponte a la puerta del la Reina del cielo y libar a los dioses ex-
traños, para darme pesadumbre. * 19 ¿Pero
no se le llamará ya Tofet ni valle de Jinón,
sino valle de la m o r t a n d a d ; y tantos se-
almas. I Pero dijeron: N o queremos ir templo de Yavé y pronuncia allí estas rán los sepultados en Tofet, que no habrá
por ella. I '7 Yo os había dado atalayado- palabras, di: Oíd la palabra de Yavé, gen- es a mí, por ventura, a quien la dan? Pa-
labra de Yavé. ¿No es más bien para su ya lugar para m á s ; 33 y i o s cadáveres de
res: I Atención a la voz de la trompeta. | tes todas de Judá, que entráis por estas este pueblo serán pasto de las aves del
Pero ellos dijeron: N o queremos oírla. ¡ puertas para adorar a Yavé. * 3 Así dice daño? 2 0 Por tanto, así dice el Señor,
cielo y de las bestias de la tierra, sin que
Yavé Sebaot, Dios de Israel: Enderezad Y a v é : El furor de mi ira se derramará haya quien las espante. }4 Y haré que deje
18
Por eso, oíd, pueblos; entiende, con- vuestros caminos y enmendad vuestras sobre este lugar, sobre hombres y anima- de oirse en las ciudades de Judá y en las
gregación, lo que voy a hacer en ellos. | obras, y yo permaneceré con vosotros en les, sobre arboledas y campos y sobre los plazas de Jerusalén el son de los cantos de
19
Oye tú, tierra. Yo mandaré males sobre este lugar. frutos de la tierra, y arderá y no se extin- alegría y regocijo, los cantos del esposo
este pueblo, el fruto de sus malas o b r a s ; | 4
N o pongáis vuestra confianza en va- guirá. y de la esposa, y no habrá más que desola-
porque no atendieron a mis palabras I y nas palabras diciendo: ¡Oh el templo de ción en esta tierra.
despreciaron mi Ley. I 2<> ¿A mí qué el in- O b e d i e n c i a , n o sacrificios
Yavé! ¡Oh el templo de Yavé! ¡Este es el 21 Así dice Yavé Sebaot, Dios de Israel:
cienso de Saba I y las cañas aromáticas templo de Yavé! 5 p u e s si de verdad en-
de tierras lejanas? I Vuestros holocaustos Aumentad el número de vuestros sacri- R u i n a y desolación
derezáis vuestros caminos y enmendáis
no me son gratos, I vuestros sacrificios no vuestras o b r a s ; si de verdad hacéis justi- ficios y comed la carne de las víctimas.
• Entonces, palabra de Yavé, saca-
me deleitan. I 21 Por eso, así dice Yavé: |
Yo pondré tropiezos a este pueblo, | y en
cia a los litigantes; 6 si n o oprimís al
22
C u a n d o yo saqué de Egipto a vuestros 8 rán de sus sepulcros los huesos de
padres no fue de holocaustos y sacrificios los reyes de Judá, los de los principes,
peregrino, al huérfano y a la viuda; si
ellos tropezarán juntos padres e hijos, | ve- n o vertéis en este lugar sangre inocente; de lo que les hablé ni lo que les m a n d é , * los de los sacerdotes, los de los profetas
cinos y amigos perecerán. 23
si no vais tras dioses extraños para vues- sino que les ordené: Oíd mi voz y seré y los de los habitantes de Jerusalén;*
tro mal, 7 entonces yo permaneceré con vuestro Dios, y vosotros seréis mi pue- 2 y los esparcirán al sol, a la luna y a toda
vosotros en este lugar, en la tierra que b l o ; y seguid los caminos que yo os man- la milicia celeste, que ellos amaron y a
El enemigo di a vuestros padres por los siglos. d o y os irá bien. 2 4 Pero ellos no me que sirvieron, tras de la cual se fueron
22
Así dice Y a v é : | Mira, viene d e la s Mirad que os engañáis a vosotros mis- escucharon, no me dieron oídos, y siguie- y que consultaron y adoraron; nadie los
tierra del septentrión un pueblo, | una mos confiando en palabras vanas, que de ron su consejo en la dureza de su mal recogerá ni los sepultará; servirán de es-
gran nación viene del extremo de la tie- nada os servirán. 9 ¡Pues qué! ¡Robar, m a - corazón y se pusieron detrás, no delante tiércol a la tierra. 3 Cuantos restos de
rra. | 2 3 E m p u ñ a el arco y el venablo, I es tar, adulterar, perjurar, quemar incienso de mí. esta mala generación sobrevivan preferi-
cruel y despiadado; | su estrépito es como a Baal e irse tras dioses ajenos que no 25 Desde el día en que vuestros padres rán la muerte a la vida en los lugares a
el del mar enfurecido, | y cabalga sobre conocíais, * io y venir luego a poneros en salieron de Egipto hasta hoy, les he en- que yo los arrojaré, palabra de Yavé Se-
caballos; | viene armado para la guerra mi presencia en este lugar, en que se in- viado mis siervos, los profetas, día tras baot.
contra ti, hija de Sión. voca mi nombre, diciéndoos: «Ya estamos día; 26 pero no me escucharon, no me Contumacia
24
Ya oímos su noticia; I se nos caen los salvos», 11 para luego volver a cometer to- prestaron oído, y endurecieron su cerviz
4
brazos, I nos oprime la angustia, I dolores das esas iniquidades! ¿Veis, pues, en esta y obraron peor que sus padres. 27 C u a n d o Diles: Así dice Yavé: I ¿Por ventura
como de mujer en parto. | 2 5 N o salgáis casa, en que se invoca mi nombre, una les digas todo esto, no te escucharán, y quien cae no hace por 5
levantarse? | ¿Quien
al campo, I no andéis por los caminos; I cueva de bandidos? Pues mirad, también los llamarás y no te responderán. 28 Diles, se va no vuelve? ¿De dónde, pues, la
por todas partes nos sale al encuentro | la yo la veo así, palabra de Yavé. 16
Estas palabras de Yavé muestran hasta dónde llegaba la perversión del pueblo. Sin embargo
espada del enemigo y el espanto. I 2f> Vís- 12
Id, id a Silo, que fue al principio lu- de esto, Moisés obtuvo perdón en un caso análogo (Ex 32,10).
18
tete de saco, pueblo m í o ; I revuélcate en gar de mi m o r a d a , y ved lo que hice con La «Reina del cielo» era Istar, la estrella Venus, la gran divinidad del panteón semita.
22
la ceniza. | Llora como se llora la muerte él por las iniquidades de mi pueblo Israel. * Amos habla de semejante manera en 5,25. Estas palabras no excluyen las ordenaciones del
código sacerdotal. El profeta, moralista, hace resaltar la mayor importancia de la obediencia, que es
2 sacrificio espiritual, sobre los sacrificios materiales. Ello explica el estilo tajante con que a veces los
Y Este párrafo nos dice de qué manera los profetas cumplían su misión. Jeremías recibe la orden profetas parecen despreciar los sacrificios litúrgicos.
de colocarse a la puerta del templo e intimar a los que entran y salen; esta amenaza debía de 31
El valle, valle de Jinón o de Ben-Jinón o Bene-Jinón, es el que rodea a Jerusalén por el oeste
sonar en los oídos de todos a blasfemia, como vemos en el capitulo 26, con el cual éste tiene cone- y el sur. En los profetas es famoso el santuario idolátrico de Tofet, situado en la confluencia de este
xión 9estrecha. valle con el Tiropeón, que, atravesando la ciudad, viene a terminar al sur de ella. Este santuario estaba
Este versículo nos declara bien cuál era el programa moral y religioso que pregonaba el pro- consagrado a una divinidad bárbara, que se complacía en sacrificios humanos, de que muchas veces
feta,12conforme con el de Isaías en el capítulo i. nos hablan con horror los autores sagrados. Parece haber sido inaugurado por Ajaz, a juzgar por
Silo, en la tribu de Efraím, fue el lugar del santuario nacional durante la época de los jueces 2 Par 28,3 (cf. Jer 19,5 s. 12 s.).
(18,31; 21,2) y de Samuel (1,3; 2,15). Vicisitudes diversas sacaron de allí el arca, y luego el taber- 1
En este oráculo, que abarca hasta el capítulo 10, hay trozos que no parecen ocupar el lugar
náculo, centro religioso de Israel, vino a instalarse en la capital del reino (Jue 21,2: 1 Sam 1,2:
Sal 77,60). 8 que les corresponde, de donde nace la dificultad para ver el desarrollo del discurso.
JEREMÍAS 8-9 828 829 JEREMÍAS 9-10
pertinaz aversión | de este pueblo, su após- la hija de mi pueblo | desde lejana tierra. | al cual pueda dirigirse la palabra de la C o n s e j o s a los d e s t e r r a d o s
tata rebeldía? | T a n fuertemente se ha ¿No estaba p o r ventura Yavé en Sión? | boca de Yavé, ( y haga saber la causa
abrazado a la mentira, I que del todo ¿No estaba en ella su rey? | ¿Por qué, pues, p o r que perece la tierra, I que será con- 1 fl ' ^)'t'' casa lie
'srae'' '° 1 u e o s
rehusa convertirse. | 6 Yo estoy atento y provocaron mi ira con sus ídolos, I con vertida en u n desierto | por donde no *• " dice Yavé: * 2 Así dice Y a v é : I N o
escucho; I n o hay quien hable con ver- dioses extraños? | 20 p a s o el verano, se h a b r á quien pase? os acostumbréis a los caminos de las
dad, | nadie a quien le remuerdan sus acabó el otoño, | y no hemos sido salva- 13
Y dijo Y a v é : Porque han quebran- gentes; I no temáis de los meteoros ce-
maldades I y se pregunte: ¿Qué es lo que dos. | 2t Estoy quebrantado | p o r el que- tado la ley que yo les di | y no han escu- lestes, I que a ellos les producen terror; |
3
he hecho? | Todos corren desenfrenada- branto de la hija de mi pueblo; | estoy chado mi voz ni procedieron según ella, | pues el culto de esos pueblos es el culto
mente su carrera I c o m o caballo lanzado cubierto de luto, | se h a apoderado de 14
sino que, según la pertinacia de su a la nada, | leños cortados en el bosque, |
a la batalla. mí el espanto. | 22 ¿ p o r ventura n o había labrados luego con el buril p o r m a n o
corazón, | se fueron tras los baales, I como
bálsamo en Galad I y no había médicos del escultor. | 4 Se decoran con plata y
les enseñaron sus padres. I 1 5 Por eso, así oro I y se sujetan a martillazos con cla-
F a l s a c o n f i a n z a e n la L e y allí? ¿Cómo, pues, no fue vendada la he- dice Yavé Sebaot, | D i o s de Israel: | Y o vos I para que no se caigan. | 5 Son como
7
E n el cielo, la cigüeña conoce su es- rida | de la hija de m i pueblo? hartaré a este pueblo de ajenjo, | y le daré
tación; | la tórtola, la golondrina y la espantajos en melonar | y no h a b l a n ; |
a beber agua de adormideras, I 16 y los hay que llevarlos, | p o r q u e ellos no an-
grulla I conocen los tiempos de sus mi- D o l o r d e l p r o f e t a p o r la r u i n a d e l esparciré por entre gentes que n o cono-
graciones, | pero mi pueblo no conoce pueblo d a n ; I no les tengáis miedo, pues no
23 cieron I ni ellos ni sus padres, | y haré pueden haceros mal ni bien.
los juicios de Yavé. I 8 ¿Cómo os decís: | Q ( ) ' ¡Quién m e diera que mi cabeza se que los persiga la espada I hasta consu-
Tenemos la sabiduría, poseemos la Ley •» hiciera agua, | y mis ojos fuentes de * N o hay semejante a ti, ¡oh Yavé!
mirlos. ¡Tú eres grande | y grande y poderoso
de Yavé? | La convirtieron en mentira I lágrimas, | p a r a llorar día y noche I las
es tu nombre! | 7 ¿Quién n o te teme-
las mentirosas plumas de vuestros escri- llagas de la hija de mi pueblo! * | 2 Ojalá D e la r u i n a a l a c o n v e r s i ó n rá, I rey de los pueblos? I Pues a ti se
bas. | 9 H a n sido confundidos los sabios, | tuviera en el desierto I un albergue de te debe el temor | y n o hay entre todos
avergonzados, cogidos. | Arrojaron de sí caminantes, | y dejaría a mi pueblo | y m e 1 7 Así dice Yavé Sebaot: | Atended, lla-
los sabios de las gentes I y en todos sus
la palabra de Yavé. I ¿Qué sabiduría les iría lejos de ellos, | pues todos son adúl- m a d a las plañideras, que vengan; | buscad
reinos nadie como tú. | 8 Todos a una
queda? I 10 Por eso daré sus mujeres a teros, | gavilla de ladrones; | 3 tensan su a las más hábiles en su oficio; | 1 8 que se
apresuren, que vengan | y hagan sobre no son sino suma estupidez y necedad;
extraños, I sus campos a otros poseedo- lengua c o m o un arco. | N a d a de fideli- su entendimiento, pura n a d a ; | no son
res ; | porque desde el pequeño al grande, dad, | sólo el fraude predomina en la vosotros sus lamentaciones; | caiga de
vuestros ojos el llanto | y manen lágrimas más que un m a d e r o ; | 9 plata laminada
todos se llenaron de rapiñas; I desde el tierra. | A m o n t o n a n iniquidad sobre ini- venida de Tarsis, | oro de Ofir, | obra de
profeta al sacerdote, I todos se dieron al quidad, | y 4a mí me desprecian, palabra vuestros p á r p a d o s ; | ' ' p o r q u e de Sión
vienen voces y lamentos. | ¡Qué desola- escultor y de orfebre, | vestida de púr-
fraude; I n y curaban las llagas de mi de Yavé. | Guárdese cada u n o de su pura y jacinto, | todo es o b r a de artífices.
pueblo [ c o m o cosa de nada, diciendo amigo | y nadie confíe en su hermano, | ción, qué vergüenza! | N o s echan de nues-
«paz, paz», | cuando no había paz. * | pues todos los hermanos engañan siem- tras tierras, ¡ nos arrojan de nuestras ca- 10 Pero Yavé es verdadero Dios, | el
12 sas. I 20 P o r q u e oíd, mujeres, la palabra Dios vivo I y rey eterno. I Si El se aira,
Serán confundidos, I porque hicieron pre, | todos los amigos calumnian. | U n o s
de Yavé | y perciban vuestros oídos las tiembla la tierra, | y todos los pueblos
abominaciones, | n o se avergonzaron, | n o a otros se engañan, | 5 n o hay verdad en son impotentes ante su cólera. | " Así,
palabras de su boca, | p a r a que ense-
conocen siquiera la vergüenza; I por eso sus palabras. | T a n avezadas están sus ñéis a vuestras hijas a lamentarse | y pues, habéis de decirles: I Desaparezcan
caerán con los demás caídos, | al tiempo lenguas a la mentira, | que no pueden se lo enseñen ellas unas a otras. | 21 Se de la tierra y de debajo de los cielos I
de la cuenta caerán, dice Yavé. 13 Los ya sino mentir. entra la muerte p o r nuestras ventanas I y los dioses que no han hecho ni los cielos
6
reuniré a todos, palabra de Yavé. I N o A m o n t o n a n violencia sobre violen- penetra en nuestras m o r a d a s ; | acaba ni la tierra. 112 El, con su poder, ha hecho
quedará racimo en la viña ni higo en la cia, | engaño sobre engaño, | y no quieren con nuestros niños en las calles | y con la tierra, I con su sabiduría cimentó el
higuera; I caerán hasta las hojas. Y o les conocerme, palabra de Yavé. | 7 P o r eso, nuestros mancebos en las plazas. | 22 L o s orbe I y con su inteligencia tendió los
enviaré gentes que los arrebaten. así dice Yavé Sebaot: I Y o los fundiré cadáveres de los hombres | quedan co- cielos. I 13 A su voz se congregan las
en el crisol, | ¿pues qué otra cosa voy a m o estiércol sobre el c a m p o , | c o m o que- aguas en el cielo, | El hace subir las nu-
R u i n a sin e s p e r a n z a hacer ¡ con la hija de mi pueblo? | 8 Sus
14
da tras el segador el manojo, I sin haber bes desde los confines de la tierra, |
¿Por qué nos estamos sentados? I lenguas son saetas mortíferas, | las pala- quien lo recoja. hace brillar el rayo entre la lluvia | y
Reunios y vayamos a las ciudades amu- bras de su boca son d o l o ; | dan la paz a saca los vientos de sus escondrijos. |
ralladas I a perecer allí, pues Yavé, nues- su prójimo | y llevan la insidia en su co- 23 Así dice Yavé: | Q u e no se gloríe 1 4 Embrutecióse el h o m b r e sin conoci-
tro Dios, nos va a descubrir; | nos ha razón. | 9 ¿No habré de pediros cuentas | el sabio de su sabiduría, | que no se glo- miento; I los orífices se cubrieron de
d a d o a beber agua de adormideras | por por todo esto? Palabra de Yavé. | D e un ríe el fuerte de su fortaleza, | que no se ignominia haciendo sus ídolos, | pues
haber pecado contra El. [ 15 ¡Esperar la pueblo c o m o éste, | ¿no habré de t o m a r gloríe el rico de su riqueza. | 2 4 El que se no funden sino vanidades, I que no tie-
paz, y n o haber bien alguno! | ¡Esperar la yo cumplida venganza? gloríe, gloríese en esto: | En obrar el nen vida, I I 5 nada, obra ridicula. | El
curación, y t o d o pavor! I I 6 Y a se oye 10
Llorad y gemid sobre los montes, la- bien y conocerme a mí, | conocer que día de la cuenta perecerán. | 16 N o es
desde D a n el relinchar de sus caballos. | mentaos por los pastizales del desierto, | yo soy Yavé, que hago misericordia, I ésta la herencia de Jacob, que El es el
Al estruendo de su caballería de guerra ¡ porque están desolados, | no hay quien derecho y justicia sobre la tierra; | pues Hacedor de todo | e Israel es su propia
tiembla la tierra toda. | Y a viene a devorar pase p o r ellos, | ni se oye el balar de los en esto es en lo que yo m e complazco, tribu; | su nombre es Yavé Sebaot.
la tierra y cuanto hay en ella, I la ciudad y rebaños. Desde las aves del cielo I hasta palabra de Yavé. | 2 5 Vienen días, dice el
17
cuantos la habitan. | ' 7 Voy a m a n d a r con- las bestias de la tierra, | todos huyeron, | Señor, | en que yo pediré cuenta a todos, D a o s prisa a reunir y liar el hato, |
tra vosotros | serpientes y víboras, | contra todos se fueron. | n Y de Jerusalén haré circuncidados e incircuncisos. [ 26 A Egip- moradores de la ciudad asediada, I 18 pues
las que no hay conjuro posible, | y os to, a Judá, a Edom, | a los hijos de A m - así dice Yavé: | Voy a lanzar de una vez
un m o n t ó n de ruinas, | cubil de chaca- món, a M o a b I y a los que se rapan las a los moradores de esta tierra I para
morderán, palabra de Yavé.
les; | y de las ciudades de Judá, desola- sienes | y habitan el desierto; | pues to- ponerlos en angustia y que me encuentren.
18
Mi mal es sin remedio, I mi corazón ción, | donde no habitará nadie. | 1 2 ¿Quién dos esos pueblos son incircuncisos, | pero 19
19
desfallece. I Oigo gritos de angustia de será el h o m b r e sabio que entienda esto, | ¡Ay de mí! ¡Qué destrucción la mía! I
todo Israel es incircunciso de corazón. Mi mal no tiene remedio. | Pero yo
11
Los falsos profetas se mostraban siempre optimistas y lisonjeros con el pueblo (cf. 28,1-4; digo: Es mi castigo, debo soportarlo.
20
1 Re 22.6-7). Mis tiendas devastadas, I todas las
' Ala vista de los crímenes de su pueblo largamente descritos, el profeta querría huir al desierto. A ' Una contraposición entre los dioses, que nada valen ni en nada pueden ayudar, y el Dios
9 A esta lamentación pertenecen los w.18-23 del capítulo precedente. " único verdadero, Dios grande, Rey eterno, que hizo todas las cosas.
JEREMÍAS 10-11 830 831 JEREMÍAS 11-13
cuerdas rotas, I mis hijos me han aban- «le arta a b a n t a que los mandé cumplir; gos. * I 8 F u e mi heredad para mí | co-
vea yo en ellos tu venganza, I pues a ti
d o n a d o , n o existen ya; I no habrá quien pero no las cumplieron. te he confiado mi eansa. I 2 1 Por eso, así m o león en la selva; I lanza contra mí
pueda ya levantar la tienda, quien pueda ' Y me dijo Yavé: Se han confabula- sus rugidos; | por eso la aborrecí. 9 H a
dice Yavé de los hombres «le Anatot, que
ya tender las lonas. d o los varones de Judá y los moradores venido a ser mi heredad una fiera ra-
21 buscan mi muerte, diciendo: N o pro-
Fueron unos insensatos los pasto- de Jerusalén. * lo Han vuelto a las ini- fetices en nombre de Yavé si no quieres paz I en t o r n o a la cual rondan otras
res, | y no buscaron a Yavé; | p o r eso no quidades de sus primeros padres, q u e morir a nuestras manos. 2 2 Por eso así fieras. | Venid, juntaos, fieras todas del
prosperaron I y todos sus rebaños han rehusaron cumplir mis mandatos, y se dice Yavé Sebaot: Yo les voy a pedir campo. I Venid a devorarla.
sido dispersados. | 2 2 Oye, viene ya la han ido tras dioses ajenos para servirles. cuentas. Los fuertes morirán al filo de la
noticia, | viene gran alboroto de la tie- La casa de Israel y la de Judá han roto "> Muchos pastores han entrado a saco
espada; sus hijos y sus hijas morirán de en mi viña | y pisotearon mi heredad, |
rra del septentrión | para hacer de las el pacto que hice con sus padres. " Por h a m b r e . 2 3 N o quedará superviviente, por-
ciudades de Judá un desierto, | guarida eso asi dice Yavé: Yo traeré sobre ellos han convertido mis deleitosos campos I
de chacales. males de que n o podrán librarse, y clama-
q u e yo traeré la desdicha sobre los de en desolado desierto. | n Hicieron de
Anatot c u a n d o les pida cuentas. ella campo de desolación | y está ante
23 Bien sé, Yavé, | que n o está en m a n o rán a mí, y no los oiré; 12 e irán las ciu-
dades de Judá y los moradores de Jeru- mí triste y asolada. | Toda la tierra es
del h o m b r e trazarse su camino, | n o es Q u e j a s del profeta desolación I por n o haber quien recapa-
dueño el hombre de caminar | ni de di- salén y clamarán a los dioses a quienes
1 O 1 M u y justo eres tú, Yavé, I para cite en su corazón.
rigir sus pasos. | 2 4 Corrígeme, ¡oh Yavé!, ellos sacrifican, y no podrán salvarlos en 12
con suavidad, | n o con ira, no del todo el tiempo de la tribulación. 13 C u a n t a s * * • que yo vaya a contender conti- Por todos los pastizales del desierto
me destruyas. son tus ciudades, tantos fueron tus dio- g o ; I pero déjame decirte sólo una cosa: I irrumpieron los invasores I y la espada
25 ses, J u d á ; y cuantas son las calles de ¿por qué es próspero el camino de los de Yavé devora la tierra I de un extremo
Derrama tu furor sobre las gentes impíos I y son afortunados los perdi- al otro, I sin dar paz a ser viviente. * I
que te desconocen | y sobre los pueblos Jerusalén, tantos fueron los altares alza- 13
dos para ofrecer incienso a Baal. 14 Y tú d o s y los malvados? * | 2 T ú los plantas Sembraron trigo y han recogido car-
que no invocan tu nombre, | que han de- y ellos echan raíces, I crecen y fructi- d o s ; I trabajaron en v a n o ; I quedaron
vorado a Jacob, le han consumido | y no me supliques por este pueblo y n o
hagas por él oración, porque no oiré fican; I te tienen a ti en la boca, | pero confusos de su cosecha I por la cólera
h a n devastado sus campos. está muy lejos de ti su corazón. | 3 T ú , encendida de Yavé.
cuando ellos clamen a mi al tiempo de
p a c t o la aflicción.
E x h o r t a c i ó n a la g u a r d a d e l ¡oh Señor!, me conoces; tú me ves, i 14
Asi dice Yavé de todos los malos
tú penetras los sentimientos de mi co- vecinos que asaltan la heredad que yo
de Yavé 15
¿Qué tiene que hacer en mi casa razón para contigo. | Reúnelos como di en herencia a mi pueblo, Israel: I Yo
n l Palabras que dirigió Yavé a Je-
remías, diciendo: * 2 Oíd las pala-
bras de esta alianza y comunicádselas a
mi amada, estando cubierta de iniqui-
dad? ¿Crees por ventura que los sacri-
ficios y las carnes santificadas de las víc-
r e b a ñ o destinado a la matanza, | consá-
gralos para el día de la mortandad. |
4
¿Hasta c u á n d o padecerá la tierra, | se
los arrojaré de sus tierras I y arrancaré
a Judá de sus garras, | 1 5 y después de ha-
berlos arrojado \ tendré misericordia de
los varones de Judá y a los moradores timas pueden evitarte el castigo y sal- secarán las hierbas del c a m p o I por la ellos I y los haré volver cada uno a su pro-
de Jerusalén. 3 Decidles: Así habla Ya- varte? maldad de los que habitan en ella | y piedad, I cada uno a su tierra, I l s y cuando
vé, Dios de Israel: Maldito el varón que i 6 Olivo siempre verde y hermoso te perecerán bestias y aves? I Dicen: «Dios ellos hayan aprendido el camino de mi pue-
desoiga las palabras de esta alianza, 4 que quiso Yavé, pero he pegado a tu copa n o ve nuestros caminos» blo I y juren en mi nombre, «Vive, Yavé», I
di a vuestros padres al tiempo de sacar- fuego, que abrasó tu ramaje. 5 como ellos enseñaron a mi pueblo a jurar
Si corriendo con gente de a pie le
los de la tierra de Egipto, del horno de 17 Yavé Sebaot, que te plantó, ha de- vencieron, I ¿cómo vas a atreverte con en el nombre de Baal, I habitarán próspera-
hierro, diciendo: Oíd mi voz y obrad cretado la desgracia contra ti por los mente en medio de mi pueblo. ! 17 Pero
según todo lo que os m a n d o , y seréis los de a caballo? I Si en tierra abierta
crímenes de la casa de Israel y de la n o te sientes seguro, | ¿qué será en los si n o obedecen arrancaré esa nación, |
mi pueblo, y yo seré vuestro Dios; 5 para casa de Judá, que han cometido p a r a los arrancaré de raíz | y perecerán, pa-
que yo cumpla mi juramento a vuestros boscajes del J o r d á n ? I 6 Mira que tam-
irritarme, ofreciendo incienso a Baal. bién tus hermanos, los de la casa de tu labra de Yavé.
padres, de darles una tierra que mana
leche y miel, como es el día de hoy. Yo C o n j u r a c i ó n d e los d e A n a t o t c o n t r a padre, | esos mismos te son aún traido-
res I y a espaldas tuyas todos a una L a faja p o d r i d a
respondí diciendo: Así sea, ¡oh Yavé! el p r o f e t a
6
Y me dijo Yavé: Anuncia todas es- < o
te maldicen. ! N o te fíes de ellos I cuando ' Díjome Y a v é : Ve y cómprate
tas palabras en las ciudades de J u d á y ' " Y a v é , házmelo saber y que yo lo p o r delante te hablan con benevolencia. •*• *» una faja de lino y faja con ella
en las plazas de Jerusalén diciendo: Es- entienda. Entonces vi con claridad su tus lomos y procura que no toque el
cuchad las palabras de esta alianza y proceder conmigo. * , 9 Estaba yo entre L o s impíos serán castigados agua. * 2 Y adquirí la faja, como me man-
cumplidlas. 7 Pues con insistencia he amo- ellos como inocente cordero que sin sa- ' H e desamparado mi casa, I he aban- d ó Yavé, y me la puse sobre los lomos;
nestado a vuestros padres desde que sa- berlo era llevado a la muerte, pues ha- d o n a d o mi heredad, I he entregado lo 3 y me habló Yavé por segunda vez, di-
lieron de la tierra de Egipto hasta hoy bían t r a m a d o una conjura contra mi, 4
q u e más a m a b a I en manos de enemi- ciéndome: Coge la faja que adquiriste
y con toda diligencia los amonesté: Es- diciéndose: Vamos a darle veneno en el
cuchad mi voz. 8 Pero ellos n o rae escu- pan, le raeremos de la tierra de los vivos
charon, no me dieron oídos y se fueron y n o se hará más memoria de su n o m - 1 *y^ 1 La anterior revelación suscita en el profeta esta queja. Era una tentación grave para los
antiguos hebreos esto de la prosperidad de los impíos, y la postración de los justos, que no
todos en pos de los malos deseos de su bre. * veían cómo pudiera armonizarse con la justicia de un Dios de quien se dice que trata a cada uno
20
¡Oh Yavé Sebaot, juez justo, | que según sus obras (cf. Sal 35; 72, etc.).
corazón; y les recordé todas las palabras 7
Judá es entregado por Dios a la devastación de sus enemigos, tal vez los sirios, moabitas y am-
escrudiñas los ríñones y el corazón! Q u e monitas, de quien se habla en 2 Re 24,1 s.
12
A ellos alcanzará el destierro igual que a Judá; pero también una restauración gloriosa con
•I -I ] El año 621, .Tosías introdujo una reforma religiosa en Judá, y para confirmarla renovó la la incorporación al pueblo de Yavé en los días mesiánicos.
• • ceremonia del pacto sinaítico entre Dios y el pueblo, comprometiéndose éste a la observancia
0 t Interpretar este pasaje como acción simbólica, que por orden de Dios ejecutara el profeta,
de la Ley. El discurso de Jeremías parece aludir a esta ceremonia.
9
La exhortación de los versículos precedentes va seguida de una dura reprensión de las infrac- 1 ** presenta una grave dificultad: la distancia enorme que hay desde Jerusalén al Eufrates para
ciones, que ya se cometen contra el pacto, probablemente después de la muerte del rey (608). que el profeta la pudiera recorrer cuatro veces. Quizá debe mejor tomarse como una parábola en
18
Parece indudable que ha habido traslocación en las partes del relato de la conjuración de los forma de diálogo entre Dios y el profeta. El simbolismo es claro. La prenda de que se trata no tiene
de Anatot, sus conciudadanos, contra Jeremias. A cambio «le esta conducta del profeta, Dios le correspondiente exacto en nuestra indumentaria. Se ponía a raíz de la carne, y cubría, ciñéndola al
revela la conspiración que se forma contra él, incluso por los mismos de su ciudad natal, Anatot; mismo tiempo, la cintura hasta medio muslo. Lo principal, en la significación parabólica, es la intima
por lo cual el Señor le declara el castigo que les tiene reservado. unión entre la prenda y quien la vestía, ceñida a raíz de la carne. Es símbolo del pueblo elegido,
19
El texto en este lugar parece indudablemente alterado. De todos modos, es bien claro que íntimamente unido a Dios. El quitársela y dejar que se pudriera a orillas del Eufrates es símbolo
se trata de un criminal proyecto para suprimir al profeta sin que éste pudiera darse cuenta. de la destrucción del pueblo y de la gran humillación a que habla de verse reducido en medio de
los pueblos de la Mesopotamia.
JEREMÍAS 13-14 832 833 JEREMÍAS 14-15

y te pusiste, vete al Eufrates y escóndela sión del rebaño de Yavé, llevado en cau- 6
de pastos. I Lo* asnos salvajes están tierra que no conocen. I 19 ¿Acaso has
en una hendidura de la piedra. 5 Fui, tiverio. sobre las colinas peladas I aspirando el rechazado del todo a Judá? | ¿Detesta tu
18 alma a Sión? | ¿Cómo nos hieres de muer-
pues, y la escondí junto al Eufrates, se- Di al rey y a la reina: | Humillaos, aire como chacales y hundidos los ojos
gún lo mandó Yavé. sentaos en el suelo, I porque está para por la falta de hierba. te. I y mientras esperábamos paz, todo
6 son infortunios, | y a la hora del alivio |
Y al cabo de muchos días me dijo caer de vuestras 19cabezas | la corona de 'Aunque nuestras maldades claman
Yavé: Anda, vete al Eufrates y recoge vuestra gloria. I Las ciudades del sur contra nosotros, | hazlo, ¡oh Yavé!, por sólo se presenta la angustia?
la faja que te mandé esconder allí. 7 Fui, están cercadas | y nadie escapará. | Todo la gloria de tu nombre. | Grandes son 20
Reconocemos, ¡oh Yívé!, nuestra
pues, al Eufrates y busqué la faja y la Judá será apresado, I todos sin excep- nuestras 8rebeldías. | Hemos pecado con- maldad | y la de nuestros21 padres. I He-
saqué del lugar en que la había escondi- ción cautivados. | 20 Alza tus ojos y mira, tra ti. I Tú eres la esperanza de Israel, mos pecado contra ti. | Por la gloria
do, pero estaba podrida; no servía ya Jerusalén, I vienen del septentrión, j ¡oh Yavé!, | su salvador en el tiempo de de tu nombre, no nos rechaces, | no des-
para nada. ¿Dónde está la grey que te fue dada, | la tribulación. | ¿Cómo vas a ser cual precies el trono de tu grandeza. | Acuér-
8
Y me habló el Señor diciéndome: tu espléndido rebaño? | 21 ¿Qué dirás extranjero en tu tierra, | como viajero date, no 22 rompas tu alianza con nos-
* Así dice Yavé: Así haré yo que se pudra cuando te golpeen la cabeza tus amantes, | que sólo pasa en ella una noche? | 9 ¿Có- otros. * 1 ¿Hay entre los ídolos de las
la mucha soberbia de Judá, el gran or- aquellos que acostumbrabas a tratar co- mo vas a parecer como hombre azora- gentes quien pueda hacer llover? | ¿O
gullo de Jerusalén. i° Este pueblo malva- mo amigos? I ¿No te dolerás con dolo- do, como guerrero incapaz de salvar? I pueden de sí los cielos dar la lluvia? |
do, que rehusa escuchar mis palabras y res I como de mujer en parto? | 22 y s ¡ Pues tú, ¡oh Yavé!, habitas en medio de ¿No eres tú en quien esperamos? I Pues
en la depravación de su corazón se va te preguntas en tu corazón: | ¿por qué nosotros | y tu nombre es por nosotros tú eres quien hace todo eso.
tras dioses ajenos para servirlos y ado- me sucede todo eso? | Por la muchedum- invocado. | ¡No nos desampares!
rarlos, será como esa faja podrida, que 10
bre de tus maldades alzaron tus faldas I y Esto dice Yavé de este pueblo: | Así •| C ' Pero Yavé me dijo: Aunque se
no sirve ya para nada. u Como se adhie- maltrataron tus talones. | 23 ¿Mudará por se acostumbraron a vagar de un lado * •* me pusieran delante Moisés y Sa-
re la faja a los lomos del hombre, así ventura su tez el etíope, | o el tigre su ra- para otro; | no daban paz a sus pies. | muel, no se volvería mi alma a este pue-
quise yo que se adhiriese a mí toda la yada piel? I Asi, ¿podréis vosotros obrar Pero Yavé no les tiene amor alguno; I blo. Quita este pueblo de mi presencia,
casa de Israel y toda la casa de Judá, pa- el bien, 2|4 tan avezados como estáis al ahora se acordará de sus maldades ! 1I y que se vayan. 2 Y si te preguntan: ¿Adon-
labra de Yavé, para que ellos fuesen mi mal?* I Y o los dispersaré como paja les pedirá cuenta de sus pecados. | Y de hemos de ir? Respóndeles: Así dice
pueblo, mi honra, mi prez, mi gloria; que vuela | al viento del desierto. | me dijo Yavé: No niegues por este pue- Yavé: | El que a la mortandad, a la mor-
pero ellos no me escucharon. 25
Es tu parte, | es la porción que yo te blo para que le socorra. 12 Cuando ayu- tandad; I el que a la espada, a la espa-
señalo, palabra de Yavé, | por haberme nen no escucharé sus clamores y cuando da; I el que al hambre, al hambre;3 | el
Las tinajas rotas despreciado y haber puesto tu esperan- ofrezcan holocaustos y oblaciones no los que al cautiverio, al cautiverio. ! Yo
12
Vete, diles esto: Así dice Yavé, Dios za I en la vanidad de los ídolos. | 26 Tam- aceptaré, sino que los consumiré con la les daré por regidores cuatro deudos, pa-
de Israel: Las tinajas se llenan de vino. bién yo te alzaré las faldas hasta taparte espada, con el hambre y con la peste. labra de Yavé: la espada para matar,
Y te dirán: ¿Acaso no sabemos muy con ellas 27 la cara | y se verán tus ver- 15 Y yo dije: ¡Ah, ah, Señor, Yavé! los perros para arrastrarlos, las aves del
bien que las tinajas se llenan de vino?* Mira que los profetas les dicen: No ve- cielo y las fieras del campo para devo-
güenzas. 1 A mi cara pusiste tú tus adul- rarlos y consumirlos. * 4 Y los haré el
13 Pero tú les dirás: Así dice Yavé: Pues terios, I tus relinchos, tus execrables for- réis la espada, no vendrá el hambre. Paz
entera os daré en este lugar. 14 Pero Yavé asombro de todas las regiones de la tie-
así llenaré yo de embriaguez a todos los nicaciones. I Sobre los collados del cam- rra a causa de Manases, hijo de Eze-
habitantes de esta tierra, a los reyes que po I tuve que ver yo tus torpezas. | ¡Ay me dijo: Mentidamente profetizan los
profetas en mí nombre; yo no los he en- quías, rey de Judá, por todo lo que hizo
se sientan en el trono de David, a los de ti, Jerusalén, si no te limpias! | ¿Has- en Jerusalén.
sacerdotes, a los profetas14y a todos los ta cuándo dilatarás tu conversión? viado, no los he mandado, no les he
moradores de Jerusalén: y se quebra- hablado. Falsas visiones, agüeros, vani-
rán, chocando unos contra otros, pa- L a gran sequía dades y engaños de su corazón es lo que Los horrores de la guerra
dres contra hijos a la vez, palabra de 1 4 1 Llegó la palabra de Yavé a Je- les profetizan. , 5 Por eso dice Yavé: Con- 5
¿Quién, pues, va a compadecerse de
Yavé. No tendré de ella compasión ni ^ ™ remías con ocasión de la sequía. * tra los profetas que profetizan en mi ti, oh Jerusalén? | ¿Quién se dolerá por
clemencia ni misericordia en su destruc- 2
Llora Judá, | y sus puertas están desola- nombre sin haberlos yo enviado, dicien- ti? I ¿Quién se saldrá del camino I para
ción. das, I e inclinadas hacia la tierra las ca- do: No habrá en esta tierra espada ni preguntar por ti y saludarte? | « Tú me
15 Escuchad, dadme oídos, no os enva- hambre: A la espada y por hambre pe- dejaste a mí, palabra de Yavé; | me vol-
bezas, I y crece el grito de Jerusalén. | recerán esos profetas. 16 Y las gentes ante
nezcáis, | que es Yavé quien os habla. | 3
Los pudientes de ella mandaron a sus viste la espalda; | y yo voy a extender
16 quienes ellos profetizaron serán arroja- contra7 ti mi mano | y te abatiré sin due-
Dad gloria a Yavé, vuestro Dios, ¡ zagales por agua; | fueron éstos a los das a las calles de Jerusalén, muertas
antes que se haga obscuro; y antes que pozos, I pero no hallaron agua | y se lo. I Y los aventaré con el bieldo | a
por hambre y por espada, y no habrá las puertas de la tierra; dejaré sin hijos
tropiecen vuestros pies | por los montes volvieron con los cántaros vacíos, | tris- quien les dé sepultura a ellos, a sus muje-
en tinieblas, | y en vez de la luz que es- tes, afligidos y cubiertas las cabezas. I a mi pueblo y le destruiré I por su impe-
4 res, a sus hijos y sus hijas, y haré caer so-
nitencia. I 8 Serán más numerosas sus viu-
peráis, | os dé sombras de muerte | y Los agricultores se afligen y cubren sus bre ellos su maldad. 17 Diles, pues, así: I
densas tinieblas. | 17 Si no escucháis, llo- cabezas, | porque los campos están ex- das I que las arenas del mar. | Lanzaré
Derramen mis ojos lágrimas I de noche contra la madre de sus jóvenes [ un de-
raré en secreto vuestra soberbia, | llo- tenuados5 I por falta de lluvia sobre la y de día sin cesar, | pues la virgen hijavastador en pleno día. | Haré que caiga
raré sin consuelo | y mis ojos derrama- tierra. | Aun las ciervas en el campo I de mi pueblo I ha sido quebrantada con de repente sobre ellos | el terror y la an-
rán abundantes lágrimas I por la disper- paren y abandonan la cría | por falta gran quebranto, | herida de gravísima gustia. I 9 Ajóse de tristeza la madre de
plaga. siete hijos, I su alma desfalleció; | pú-
12
Dios llenará de vino y embriagará a todos los moradores de Jerusalén, sin excluir a los reyes, 18 sose para ella el sol cuando aún era de
sacerdotes y profetas, para que vengan a chocar unos con otros y destruirse. A estas parábolas sigue Si salgo, al campo | veo por doquier día, I quedó abatida y confusa. I Sus
una 2apremiante
3
exhortación a la penitencia. muertos por la espada; | si entro en la restos los entregaré a la espada | de sus
Todas estas imágenes nos parecen a nosotros demasiado crudas, acostumbrados como esta- ciudad, I muertos por el hambre. | Profe- enemigos, dice Yavé.
mos al uso de eufemismos; pero hay que tener en cuenta que los orientales son mucho más realistas tas y sacerdotes son arrastrados | a una
que nosotros, y que este realismo se refleja en sus literaturas.
21
El trono de la grandeza, de la majestad de Dios, es Jerusalén, por razón del templo que en
•JA 1 La sequía es tan grande, que en los pozos no hay agua, ni siquiera para beber. El profeta ella estaba.
' *" siente piedad de su pueblo y ruega a Yavé, una y más veces, que tenga misericordia de él,
y por su antigua alianza le dé el agua que necesita. Dios contesta a su profeta que no lo hará, porque 10 3
Cuatro deudos o parientes, por ir casi siei unidos: guerra, hambre, peste y mortandad.
no lo merece: el castigo será lo que vendrá sobre ellos.
Náoar-Colunga •a
JEREMÍAS 15-16 834 835 JEREMÍAS 16-17

L a m e n t o s del profeta J e r e m í a s , f i g u r a d e la caída d e l los malos deseos de vuestro mal corazón, la heredad I que te di y te haré esclava
10 pueblo sin escucharme a mí. 1 3 P o r eso os arro- de tus enemigos I en tierra para ti desco-
¡Ay de mí! M a d r e mía, ¿cuál me jaré fuera de esta tierra, a una tierra que nocida, I pues habéis encendido el fuego
engendraste? | Soy objeto de querella y 1 tí ! Llegóme la palabra de Yavé, di-
•*• " ciéndome: * | 2 N o has de t o m a r n o conocéis ni conocieron vuestros pa- de mi ira, | que arderá p o r siempre.
de contienda para todos. I A nadie pres- dres, y allí serviréis día y noche a dioses 5
Así dice Yavé: | Maldito el h o m b r e
té, nadie m e prestó, | y, sin embargo, mujer, y no tendrás hijos ni hijas I en
esta tierra; I 3 p o r q u e así dice Yavé | extraños y no tendré compasión de vos- que en el h o m b r e pone su confianza, | y
todos me maldicen. | H En verdad, ¡oh otros. de la carne hace su apoyo, | y aleja su
Yavé!, ¿soy culpable? I En el tiempo del de los hijos y las hijas | nacidas en esta
tierra, I de las madres que los paren | 1 4 Por eso vendrá tiempo, palabra de corazón de Yavé. * | 6 Será como desnudo
infortunio y de la angustia, | ¿no te ro- Yavé, en que no se dirá y a : «Vive Yavé, a r b u s t o en e l desierto; | que aunque le
gaba por el bien de los que me odian? | y de los padres que los engendran en esta
que sacó a los hijos de Israel de la tierra venga algún bien, no lo siente, | y vive en
12
¿El hierro va a romper el hierro del tierra: | 4 Morirán de epidemias | y na-
die los llorará ni los sepultará; | servi- de Egipto»; 15 sino: «Vive Yavé, que sacó l a s arideces d e l desierto, I e n tierra sali-
norte y el bronce? * i 1 3 Yo entregaré gra- a los hijos de Israel de la tierra del aqui- trosa e inhabitable. | 7 Bienaventurado el
tis tus bienes y tus tesoros al pillaje I rán de estiércol sobre el h a z de la tie- varón q u e confia en Yavé | y en El pone
r r a ; | serán devorados p o r la espada y lón y de las otras en que los dispersó»,
por todos tus pecados y sobre todo tu cuando yo los haga volver a su tierra, a su confianza. | 8 Es c o m o árbol plantado
territorio. I 1 4 Y o te haré esclavo de tus p o r si h a m b r e | y sus cadáveres serán
la que di a sus p a d r e s . 1 6 Y o voy a m a n d a r a la vera de las aguas, I que echa sus
enemigos I en tierra que no conoces, I pasto de las aves del cielo y de las bes- muchos pescadores, palabras de Yavé, raíces haci a la corriente | y no teme la
porque se ha encendido el fuego de mi tias de la tierra. que los pescarán; y después muchos caza- venida del calor, | conserva su follaje ver-
cólera | y arderá contra vosotros. 1 1 5 ¡Oh 5
Así, pues, dice Yavé: | N o vayas a dores, que los cazarán p o r los montes de, I en a ñ o de sequía no la siente, I y no
Yavé! ¡Ten cuenta de mí, mira por mí | casa en duelo, ni vayas a llorar a los muer- todos, por todos los collados y p o r las deja de dar fruto.
y véngame de mis perseguidores! | N o tos, ni te lamentes por ellos, | pues he qui- cavernas de las rocas. 1 7 P o r q u e están a 9
Tortuoso es el corazón, 1 impenetra-
contengas tu ira; I mira que p o r ti so- tado a este pueblo mi paz, | palabra de mi vista todos sus caminos, | no se escon- ble para el hombre. | ¿Quién puede cono-
porto oprobios ¡ de parte de los que des- Yavé; la benignidad y la misericordia. | den de mi vista, | y sus maldades no están cerle? I 1° Y o , Yavé, que penetro los
precian tu palabra. | Eran para mí tus 6 Y morirán grandes y pequeños en esta ocultas a mis ojos. ( 18 Y o les pagaré al corazones I y pruebo los ríñones | para
palabras I 16 el gozo y la alegría de mi tierra; I no se los sepultará, ni se los llo- doble sus iniquidades y pecados | por retribuir a cada uno según sus caminos, |
corazón, | porque yo llevo tu nombre, | rará, I ni nadie se herirá el rostro, ni se haber profanado mi tierra | con la carro- según el fruto de sus obras.
¡oh Yavé, Dios Sebaot! I l 7 Nunca m e afeitará la cabeza por ellos; I 7 y nadie ña de sus ídolos | y haber llenado de abo- 11
Perdiz que empolla huevos ajenos |
senté entre los que se divertían i para les partirá el p a n del duelo I p a r a con- minaciones mi heredad.
es el que injustamente allega riquezas; | a
gozarme con ellos. | La acción de tu solar a uno p o r el muerto, | ni se le d a r á la mitad de sus días tendrá que dejar-
m a n o sobre mí me obligaba a sentarme a nadie la copa para consolarle | p o r la L a s a l u d , p o r la c o n f i a n z a e n Y a v é las, I y su fin será el de u n necio.
en soledad, | pues llenaba mi alma tu muerte del padre o de la madre. | 8 N o 19
¡Yavé, mi fuerza, mi fortaleza, | mi 12
T r o n o de gloria excelso desde el prin-
ira. 1 1 8 ¿Ha de ser perpetuo mi dolor, | entres tampoco en casa donde haya b a n - refugio al tiempo de la tribulación! | A ti cipio I es nuestro santo templo. | 13 Yavé
está gangrenada mi herida | y se h a hecho quete, | para sentarte a comer y a beber vendrán los pueblos | desde los confines es la esperanza de Israel; I todos los que
incurable? I ¡Ay! ¿Vas a ser para mí con ellos; | 9 pues así dice Yavé Sebaot, | de la tierra, y dirán: | Sólo mentira fue le a b a n d o n a n serán confundidos. I Los
arroyo falaz, | con cuyas aguas no se Dios de Israel: | Voy a hacer cesar en la herencia de nuestros padres, | vanidad que te dejan se cubrirán de vergüenza, |
puede contar? * este lugar, | a vuestros ojos y en vuestros sin provecho alguno. porque dejaron a la fuente de aguas vi-
19
Por eso así dice Yavé: | Si tú vuel- días, | el canto del gozo y de la alegría, I y 20
Si es el h o m b r e el que se hace los vas, a Yavé.
ves, vo te volveré ; y seguirás a mi ser- el canto del esposo y de la esposa. dioses, I entonces no son dioses. ¡ 2 i Por 14
Sáname, ¡oh Yavé!, y seré s a n o ; |
10
vicio. I Si sabes distinguir lo precioso Y cuando anuncies a este pueblo t o d o eso esta vez les voy a dar a conocer, I les sálvame y seré salvo, | pues tú eres mi
de lo vil, I seguirás siendo mi boca; | esto y te digan: ¿Por qué nos anuncia voy a hacer ver la fuerza de mi brazo, | y esperanza. I 15 Ellos me dicen: ¿Dónde
todos se volverán a ti, | n o serás tú quien Yavé todos esos males tan grandes? ¿Cuá- sabrán que mi nombre es Yavé. está la palabra de Yavé? | Que se cumpla. |
te vuelvas a ellos, I 2 0 y te haré para este les son nuestras maldades y cuáles los 16
Pero yo no he ido tras de ti a incitarte
pueblo I inconmovible m u r o de bronce. pecados que hemos cometido contra Yavé, L a culpa de Judá a su castigo; | nunca he deseado el día de
Ellos combatirán contra tí; | pero no nuestro Dios?, n les responderás: Porque la calamidad, | tú lo sabes. I Lo que h a
podrán vencerte, | porque yo estaré con-
tigo para salvarte I y protegerte, palabra
vuestros padres me abandonaron, palabra
de Yavé, para irse tras los dioses ajenos,
I fj ! El pecado de J u d á está escrito |
• con estilo férreo; | a punta de dia- salido de mis labios, | ante tu presencia
está. I , 7 N o m e hagas temblar. | Proté-
mante se h a grabado | en la tabla de su
de Yavé, I 2 1 y te libraré de las manos para servirlos y adorarlos, dejándome a corazón; * | 2 en los cuernos de sus alta- geme el día de la tribulación. 1 1 8 Sean con-
de los malvados I y te rescataré del po- mí y quebrantando mi Ley; 1 2 pero vos- res, en sus aseras, ¡ en los árboles verdes, | fundidos mis perseguidores, no yo. I Sean
der de los violentos. otros habéis obrado peor todavía que en las elevadas colinas, | 3 en los montes ellos los que tiemblen, no yo. | H a z venir
| vuestros padres y os vais cada cual tras del llano. Tus riquezas, todos tus tesoros, | sobre ellos el día de la ira. | Tritúralos
los daré al pillaje por tus pecados | en todo con doble trituración. *
12
Este pasaje es de los más difíciles de interpretar en Jeremías. El texto parece, indudable- tu territorio. | 4 Te obligaré a abandonar
mente, alterado, y las conjeturas de restitución con las consiguientes interpretaciones son muchas.
Adoptamos la que nos parece más probable, y ésta se refleja en la traducción. Se lamenta el profeta 1
de haber nacido para ser objeto de las maldiciones de todos, y pregunta a Dios si no es verdad que
él, insistentemente y poniendo cuantos medios estaban a su alcance, no le pidió por el bien de los
1 "7*
5
Este capítulo contiene varios temas, que parecen desligados unos de otros. Primeramente,
los pecados de idolatría de Judá traerán como secuela el castigo.
que le odian. Los w.12, 13 y 14 parecen una interpolación. El v.12 es casi ininteligible. El v. 13 y el 14 Maldito el hombre que pone su confianza fuera de Yavé; bendito el que confía en el Señor;
se refieren a ..na invasión: parece venir de 17,3 s. será18como árbol plantado sobre la corriente de las aguas (Sal 1,1-3).
18
En estas quejas de Jeremías hay ciertas dificultades de crítica y de interpretación. El sentido Estas imprecaciones del profeta contra los que encarnizadamente le persiguen, así como las
general más probable parece ser éste: Se lamenta el profeta de que, por ser fiel a su misión, ha tenido contenidas en 18,21-23, y en otros lugares del A. T., por ejemplo. Sal 109, no son expresión del
que profetizar siempre desventuras, y por esto no ha gozado de un momento de alegría, fuera de deseo de una venganza personal, sino más bien del deseo de que Dios castigue con castigos tempora-
la de ser siervo fiel de Yavé; y pregunta: ¿Va a ser siempre asi? En seguida el Señor le reprende les a los enemigos del profeta, que son al mismo tiempo los enemigos de Dios. A veces más que im-
por su desconfianza y pusilanimidad, y le anuncia que, si quiere seguir siendo su profeta, su boca, precaciones son profecías. Para explicarse tales imprecaciones es muy de tener en cuenta el carácter
vuelva a su primera fortaleza y confianza en Yavé. hiperbólico de la literatura poética de estos pueblos y que muchas veces se trata de fórmulas usuales
y como troqueladas del lenguaje. Estos pueblos, tan realistas, difícilmente distinguían en sus maldi-
l ciones entre el pecado y el pecador, y al maldecir a aquél, maldicen a éste. Finalmente, y sobre todo,
1 £" Yavé inspira a Jeremías varias cosas, ordenadas a significar los males que vendrán sobre
Judá: que no se case ni engendre hijos, porque morirían por el hambre y ¡a espada y serían se ha de tener en cuenta que están estas imprecaciones dentro del marco del A. T., ley de premios
y de castigos temporales, ley de justicia, que llega hasta incluir la pena del talión, y no podemos apli-
pasto de las fieras; que no asista a duelos ni a festines, porque todo eso quedará suprimido en Judá,
y todo a causa de las iniquidades de su pueblo. carles el criterio de ley nueva, ley de gracia y de misericordia, ley de caridad.
JEREMÍAS 17-18 836 837 JEREMÍAS 18-20

El camino de salvación por las que yo le amenazaba, también yo conoces | todas sus maquinaciones para casas de Jerusalén y los palacios de los
19 me arrepiento del mal que había deter- llevarme a la muerte. | N o les perdones reyes de Judá quedarán inmundos c o m o
Así me dijo Y a v é : Ve a ponerte ante su iniquidad, I no borres su pecado de el suelo de Tofet; todas las casas en cuyos
la puerta de los Hijos del pueblo, por la minado hacerle. 9 Igualmente resuelvo yo
de pronto edificar y plantar a un pueblo ante tus ojos; I caigan ante ti I en el día terrados quemaron incienso a toda la mi-
que entran y salen los reyes de Judá, y de tu ira; castígalos. licia celeste y libaron a los dioses extraños.
ante todas las otras puertas de Jerusa- o u n reino; 1 0 pero si este pueblo obra 14
mal ante mis ojos y no escucha mi voz, Y se volvió Jeremías de Tofet, adon-
lén, 2 » y diles: Oíd la palabra de Yavé Rotura simbólica de le había m a n d a d o Yavé para que pro-
vosotros, reyes de Judá, y t o d o Judá, y me arrepiento del bien que había deter-
minado hacerle. 1 Q ' Así dice Y a v é : Ve y cómprate u n a fetizara, y se detuvo en el atrio del tem-
todos los habitantes de Jerusalén que pa- * «* orza de b a r r o y lleva contigo a al- plo, y dijo a todo el pueblo: * " Así dice
sáis por estas puertas: 2 1 Así dice Yavé: La c o n t u m a c i a t r a e r á el s u p r e m o gunos de los ancianos del pueblo y de Yavé Sebaot, Dios de Israel: Y o traeré,
Guardaos, p o r vuestra vida, de llevar car- castigo los sacerdotes, * 2 y sal hacia la entrada contra esta ciudad y contra todas las ciu-
gas en día de sábado y de introducirlas del valle de Ben-Jinón, delante de la puer- dades que de ella dependen, todos los
por las puertas de Jerusalén. 2 2 N o sa- u D i ahora a los hombres de Judá y a ta de la Alfarería, y pronuncia allí las
los habitantes de Jerusalén: Así habla males con que los he amenazado por
quéis tampoco cargas de vuestras casas palabras que yo te diré. haber endurecido su cerviz y n o haber
en día de sábado ni hagáis labor alguna; Yavé: Estoy trazando males y formando 3
planes contra vosotros. Convertios cada Les dirás, pues: Oíd la palabra de escuchado mis palabras.
santificad así el día del sábado, como se Yavé, reyes de Judá y habitantes de Je-
lo m a n d é a vuestros padres. 2 3 Ellos, sin uno de vuestros malos caminos, mejo- Martirio del profeta
rusalén: Así dice Yavé Sebaot, Dios de
embargo, no m e oyeron, no me dieron radlos y mejorad vuestras obras. 1 2 Pero Israel: Y o traeré sobre este lugar males O A 1 Y Pasjur, sacerdote, hijo de Imer,
oídos, sino que endurecieron su cerviz, ellos dicen: Es en vano, seguiremos h a - tales que a cuantos los oigan les retiñirán " i " que era prefecto del templo, oyó a
sin obedecerme y sin corregirse. ciendo nuestra real gana, y cada cual h a r á los oídos, 4 p o r haberme dejado a mí y Jeremías pronunciar estas palabras; 2 y
24
Si me obedecéis vosotros, palabra de el mal que maquine su mal corazón. haber enajenado este lugar, ofreciendo m a n d ó azotar a Jeremías, profeta, y po-
13
Yavé, y dejáis de introducir cargas por Por eso, así dice Y a v é : | Preguntad incienso en él a dioses ajenos, que no nerle en el cepo que hay en la puerta su-
las puertas de esta ciudad en día de sába- a los pueblos. I ¿Quién oyó cosas seme- conocían ni ellos ni sus padres ni los reyes perior d e Benjamín, junto al templo.
do y santificáis ese día no haciendo en jantes? | M u y horrible crimen h a come- de Judá, llenando este lugar de sangre de 3
C u a n d o a la mañana siguiente sacó Pas-
él labor alguna, 2S seguirán entrando p o r tido | la virgen de Israel. | I 4 ¿Por ventura inocentes 5 y edificándose en él el alto de jur a Jeremías del cepo, le dijo éste: N o
las puertas de esta ciudad los reyes que desaparece de las rocas la nieve del Líba- Baal, donde queman con el fuego a sus te llama Yavé Pasjur, sino Nagor, terror
se sientan sobre el t r o n o de David m o n - no | o se agotan las frescas aguas que hijos como holocausto a Baal, cosa que por doquier. 4 Pues así dice Y a v é : Y o te
tados en sus carros y caballos, ellos, sus corren de los montes? I 15 Pues mi pueblo ni yo había m a n d a d o ni me había venido traeré el terror a ti y a todos tus deudos
grandes, los hombres de Judá y los habi- se ha olvidado de m í ; I ha ofrecido in- a la mente. 6 Por eso vendrá tiempo, pa- y amigos. Caerán a la espada del enemigo,
tantes de Jerusalén, y esta ciudad estará cienso a la vanidad, | van de tropiezo en labra de Yavé, en que no se llamará ya a tus propios ojos, y entregaré a todo
siempre habitada. 26 Y de las ciudades de tropiezo por sus caminos, | los senderos este lugar Tofet y valle de Ben-Jinón, Judá en manos del rey de Babilonia, adon-
Judá y de los contornos de Jerusalén, de antiguos, | siguiendo sendas extraviadas, | sino valle de la M o r t a n d a d . de los llevará cautivos y los hará morir
la tierra de Benjamín, del llano, de la mon- camino no trillado, I 16 para hacer de su 7 a espada; 5 y daré todos los bienes de esta
En este lugar frustraré yo los planes
taña y del mediodía, vendrán con holo- tierra un lugar de horror, | objeto de ciudad, todas sus ganancias, todas sus
de Judá y de Jerusalén, y a sus moradores
caustos, víctimas, oblaciones, inciensos y eterna burla. | Cuantos pasen por ella se los haré caer a espada ante el enemigo, preciosidades y todos los tesoros de los
sacrificios eucarísticos y los ofrecerán en asombrarán | y moverán la cabeza. | y los entregaré en poder de éste, en manos reyes de Judá, en m a n o s de sus enemigos,
17
el templo de Yavé. 2 7 Pero si no me obe- C o m o viento solano, los dispersaré | de los que los persiguen a muerte, y daré que los saquearán, se apoderarán de ellos
decéis en santificar el día del sábado y ante sus enemigos. I L a espada, n o el sus cadáveres en pasto a las aves del cielo y se los llevarán a Babilonia. « Y tú, Pas-
en no llevar cargas en él y n o introducirlas rostro, les daré yo | el día de la angustia. y a las fieras de la tierra. 8 Y haré de esta jur, con todos cuantos habitan en tu casa,
por las puertas de Jerusalén, entonces en- ciudad el espanto y la burla, de m o d o iréis a la cautividad, y allí moriréis y se-
Imprecación del profeta que cuantos pasen se espanten y se burlen réis sepultados tú y todos tus amigos, a
cenderé yo en sus puertas un fuego que
is Ellos dijeron: Venid, vamos a t o - de su destrucción. 9 Les haré comer la car- quienes profetizaste mentiras.
devorará los palacios de Jerusalén y que
mar | una resolución contra Jeremías, | pues ne de sus hijos y de sus hijas, y se comerán
no se apagará.
tienen todavía la Ley los sacerdotes, | el unos a otros en las angustias del asedio Estado de á n i m o del profeta
E n la casa del alfarero consejo los sabios 1 y l a visión los profe- y del h a m b r e a que los reducirán sus ene- 7
T ú me sedujiste, ¡oh Yavé!, | y yo m e
•| Q 1 Palabra que de Yavé llegó a Je- tas. | Venid, vamos a hacerle morir p o r migos, los que de muerte los persiguen. dejé seducir. | Tú eras el más fuerte, y
* O remías: * 2 A n d a y baja a la casa la lengua, | no demos oídos a sus pala- 10
bras. * | 19 Atiéndeme, ¡oh Yavé!, I oye Y romperás la orza a la vista de los fui vencido. | A h o r a soy t o d o el día la
del alfarero y allí te haré oir mis pala- que te a c o m p a ñ a n n y les dirás: Esto dice
la voz de mis adversarios. | 2 0 ¿Se paga irrisión, | la burla de todo el m u n d o . * |
bras. 3 Bajé, pues, a la casa del alfarero Yavé Sebaot: Asi romperé yo a este pue- 8
por ventura mal p o r bien? | P o r q u e m e Siempre que les hablo tengo que gritar,
y hallé a éste trabajando a la rueda. blo y a esta ciudad, c o m o se rompe un
4 cavan una hoya. | Acuérdate cómo m e tengo que clamar. | ¡Ruina, devastación! |
C u a n d o se le estropeaba entre las manos cacharro de alfarero, sin que pueda vol-
presenté ante ti I p a r a hablarte en favor Y t o d o el día la palabra de Yavé | es o p r o -
la vasija que estaba haciendo, iba y con ver a c o m p o n e r s e . 1 2 Así haré yo con este
suyo, | p a r a apartar de ellos tu indigna- bio y vergüenza para mí. 9 Y aunque m e
el mismo barro hacía otra cualquiera, la lugar y con sus habitantes, palabra de Ya-
ción. | 2 1 D a , pues, sus hijos al h a m b r e I y dije: N o pensaré más en ello, | n o volveré
que se le antojaba. vé, y haré de esta ciudad un tofet. 1 3 Las
entrégalos al poder de la espada; | qué- a hablar en su n o m b r e ; I es dentro de mí
5 Y m e vino palabra de Yavé, dicien-
do : 6 ¿Acaso no puedo hacer yo de vos- dense sus mujeres sin hijos y viudas, I y ••1 Q * La historia señala entre los altares escandalosos de Jerusalén el de Tofet, en el valle de Ben-
otros, casa de Israel, c o m o hace el alfa- mueran sus maridos de peste, I y sus man- -* Hinón, donde se derramaba sangre inocente en honor del inmundo ídolo. El profeta compra
rero? C o m o está el barro en la m a n o del cebos traspasados por la espada de la una 14vasija y la rompe, para significar lo que Dios hará con Judá a causa de los pecados allí cometidos.
alfarero, así estáis vosotros en m i m a n o , guerra. I 2 2 Salgan gritos de sus casas | Vuelve Jeremías a la puerta del templo y repite sus amenazas contra la ciudad de Jerusalén
cuando de repente hagas venir sobre ellos y las demás ciudades de Judá. Al oirle Pasjur, el inspector de la policía del templo, le manda azotar
casa de Israel. 7 D e pronto decido yo y poner en eí cepo. El profeta responde con una dura amenaza (cf. 38,1-2).
arrancar, destruir y hacer perecer a un el salteador, | pues h a n cavado u n a tram-
7
pa donde cogerme | y tendieron a mis El^ profeta repite aquí, pero con mucha más vehemencia, la angustiosa queja de 15,10 ss.
pueblo y a un reino; 8 pero si este pueblo
se convierte, arrepentido de las maldades pies lazos ocultos. | 2 3 Pero tú, ¡oh Yavé!, 20 Las imágenes y las palabras son aquí más atrevidas. El profeta se dirige a Dios con una
libertad de expresión que casi podríamos tachar de irreverente: «Tú me sedujiste, eras el más
l
Esta misma comparación del poder del al arero sobre ia masa de barro la leemos en Rom g,2I fuerte y me venciste. Yo rehuía aceptar ía misión que me encomendabas; pero tú me prometiste
1 OQ i s Nueva imprecación de Jeremías contra 1<s que atentan a su vida (cf. la nota a 17,18). hacerme tan fuerte como un muro de bronce; y ahora me veo hecho la burla, la irrisión, el oprobio
JEREMÍAS 20-21 838 839 JEREMÍAS 21-22
2
como fuego abrasador | que siento den- r a que le dijeran: * Consulta a Yavé vuestras obras. I 1 3 A ti me dirijo, habi- Contra el rey Joaquim
tro de mis huesos, | que no puedo con- acerca de nosotros, pues N a b u c o d o n o - tante del valle, I roca de la llanura, I pa- 13
tener | y no puedo soportar. sor, el rey de Babilonia, nos hace la gue- labra de Yavé; I a vosotros que decís: ¡Ay del que edifica su casa con la in-
10 rra. Quizá haga Yavé con nosotros se-
Oigo muchas maldiciones | y por t o - ¿Quién p o d r á expugnarnos? I ¿Quién po- justicia, I sus salones con la iniquidad, 1
das partes me amenazan: | «¡Delatadle, gún su maravilloso poder y tenga que drá penetrar en nuestras guaridas? * | 1 4 Y haciendo trabajar a su prójimo sin pa-
delatémosle!» | A u n los que eran mis ami- retirarse. os daré la paga | según el fruto de vues- garle, I sin darle el salario de su traba-
3
gos m e espían I para ver si doy un paso Jeremías les respondió: Así diréis a tras obras, palabra de Yavé, I y prenderé j o ! * I i 4 E l que dice: Voy a hacerme un
en falso: [ «A ver si le engañamos, y Sedecías: 4 Esto es lo que dice Yavé, Dios fuego al bosque | y lo abrasaré del todo. gran palacio, I con espaciosas salas I de
triunfaremos, I nos vengaremos de él». I de Israel: Y o haré volver contra vosotros, rasgadas ventanas, | pisos y techos de ce-
11
Pero Y a vé es para mí un fuerte guerre- que confiáis en las armas, las armas mis- A m o n e s t a c i ó n a la f a m i l i a r e a l dro I pintado en vivos colores. 1 15 ¿Reinas,
r o ; | por eso mis enemigos caerán venci- mas con que lucháis fuera de las mura- 1
Así dice Y a v é : Baja al palacio d«l acaso, I p a r a rivalizar en obras de ce-
dos, [ no triunfarán, | y serán enteramente llas contra el rey de Babilonia y los cal-
deos que van a asediaros, y las a m o n t o -
22 rey de J u d á y pronuncia allí estas dro? I ¿ N o comía y bebía tu padre, | y
hacía derecho y justicia? | i* Hacía justi-
confundidos por su fracaso | con perpe- palabras: * 2 Oye la palabra de Yavé, rey
t u a ignominia, que nunca se olvidará. naré dentro de esta ciudad. 5 Y yo, yo cia al p o b r e y al desvalido, I y entonces
de J u d á , que te sientas en el t r o n o de D a -
12 ¡Oh Yavé Sebaot, tú que pruebas al mismo lucharé contra vosotros con ira, le iba bien. | Esto es conocerme, palabra
cólera e indignación grandes. 6 Y heriré vid ; tú, tus servidores y tu pueblo, los que
justo | y penetras dentro del corazón y entráis p o r estas puertas. 3 Así dice Ya- de Yavé.
de los ríñones! I Que vea yo tu venganza a los moradores de esta ciudad, hombres 17
Pero tú no tienes ojos ni corazón |
y animales. Morirán de una gran peste. v é : Haced derecho y justicia, librad al
contra ellos, | pues a ti te he encomendado 7 oprimido de la m a n o del opresor; y no más que p a r a buscar tu interés, | para de-
Y después de esto, palabra de Yavé, a
mi causa. | l 3 Porque El libra el alma del vejéis al extranjero, al huérfano y a la r r a m a r sangre inocente, | p a r a oprimir y
Sedecías, rey de Judá, y a sus servidores hacer violencia. | 1 8 Por eso, así dice Ya-
pobre | de la m a n o de los malvados. y al pueblo, a cuantos en la ciudad se sal- viuda, no los maltratéis, y n o derraméis
14
¡Maldito sea el día en que nací! ¡El en este lugar sangre inocente. 4 Si fiel- vé I de Joaquim, hijo de Josías, | rey de
ven de la peste, de la espada y del h a m -
día en que mi m a d r e m e parió no sea mente cumplís estos m a n d a t o s , seguirán J u d á : I N o te lamentarán: «¡Ay, herma-
bre, los pondré en m a n o s de N a b u c o d o -
bendito! I 1S Maldito el h o m b r e que ale- nosor, rey de Babilonia, y en m a n o s de entrando p o r las puertas de este palacio n o ; ay, hermana!» | N o te lamentarán: |
gre anunció a mi padre: ] « U n niño, tie- sus enemigos, y en manos de los que bus- reyes que se sienten en el trono de David «¡Ay mi señor, ay majestad!» | 1 9 Sepul-
nes un hijo varón», | llenándole de gozo. | can su vida, que los pasarán a filo de es- m o n t a d o s en carros y caballos ellos, sus tura de asno será la tuya, | cogido y tira-
l 6 Sea ese h o m b r e como las ciudades I que p a d a sin compasión, sin piedad, sin m i - servidores y su pueblo. 5 Pero si no obe- do lejos de las puertas de Jerusalén.
destruye Yavé sin compasión, | donde por sericordia. decéis estos mandatos, por mí mismo lo
la m a ñ a n a se oyen gritos | y al mediodía j u r o , palabra de Yavé, que este palacio C o n t r a la c i u d a d y c o n t r a J e c o n í a s
alaridos. I 1 7 ¿Por qué n o me m a t ó en el 8 Y a ese pueblo le dirás: Así habla Ya- será un m o n t ó n de ruinas. 20
Sube al Líbano y grita, | alza tu voz
seno de m i madre, | y hubiera sido m i ma- v é : M i r a d , os doy a elegir entre el cami- 6
Pues así dice Y a v é del palacio del en Basan | y clama desde lo alto del Aba-
dre mi sepulcro, | y yo preñez eterna de no de la vida y el de la muerte. 9 Los que rey de J u d á : | Eres p a r a mí como el mon- r i m , I pues todos tus amadores han sido
sus entrañas? | l s ¿Por qué salí del vientre se queden dentro de esta ciudad, morirán te de Galad, | como la cumbre del Líba- destruidos. * | 2 I Te amonesté en el tiempo
de mi madre, | para no ver más que tra- por la espada, por el hambre y por la pes- n o . I ¡Pero qué! Y o h a r é de ti u n desier- de la seguridad I y dijiste: N o obedece-
bajo y dolor | y acabar mis días en la te; los que se salgan y se entreguen a los to, I tierra inhabitada. * | 7 Y o juntaré ré. I Este ha sido tu proceder desde tu
afrenta? * caldeos que os cercan, vivirán, tendrán contra ti devastadores, I todos armados mocedad: | no escuchar mi voz. | 2 2 A to-
por botín la vida s a l v a . I 0 Porque yo vuel-
de sus armas, | y destrozarán tus magní- dos tus pastores los arrastrará el viento, |
S E G U N D A P A R T E vo mi rostro contra esta ciudad para mal,
no para bien, palabra de Yavé, y la haré ficos artesonados de cedro | y los arro- y tus amadores serán llevados cautivos. |
V A T I C I N I O S SOBRE LA RUINA D E caer en manos de Nabucodonosor, rey de jarán al fuego; I 8 y pasarán muchas gentes Entonces te confundirás y te avergonza-
Babilonia, que la dará al fuego. ante esta ciudad y se dirán unos a otros: rás I de todas tus maldades.
JERUSALÉN Y D E JUDÁ ¿Por qué h a tratado así Yavé a esta gran 23
11 T ú que te asientas en el Líbano I y
(21-29) Y a la corte del rey de Judá dile: | ciudad? 9Y dirán: P o r q u e rompieron la anidas en los cedros, | ¡cómo gemirás
Oíd la palabra de Yavé, * | 12 casa de D a - alianza de Yavé, su Dios, y adoraron dio- cuando te sobrevengan dolores, | tor-
L a destrucción del reino vid: ¡ Así dice Y a v é : | Haced siempre jus- ses ajenos y les sirvieron. turas como de parto! | 2 * P o r mi vida,
n 4 1 Palabra de Yavé que llegó a Je- ticia, I librad al oprimido de las m a n o s 10
N o lloréis p o r el muerto I ni os la- palabra de Yavé, | que si fuera Jeconías,
*< * remías cuando el rey Sedecías le del opresor, | no sea que brote como fue- mentéis p o r él. I Llorad y gemid p o r el hijo de Joaquim, rey de Judá, I el anillo
m a n d ó a Pasjur, hijo de Malaquías, y a go mi ira, y se encienda, | y arda sin que que se va, | porque n o volverá m á s I y de m i m a n o derecha, | lo arrancaría de
Sefonías, sacerdote, hijo de Mahasías, pa- haya quien la apague, | por la maldad de
n o verá más la tierra en que nació. * | ella. I 2 5 Y o te entregaré en m a n o s de los
11 Porque así dice Yavé de Salum, hijo que buscan tu vida, | en m a n o s de aque-
de todos. Me has engañado». Amarga, muy amarga es, ciertamente, la queja: pero muy disculpable de Josías, rey de J u d á , que sucedió a su llos a quienes temes, [ en m a n o s de N a -
en el triste estado de ánimo en que debia hallarse. Acababa de ser azotado, preso y encepado por
anunciar lo que el Señor le mandara. ¿No estaba todo esto muy lejos de lo que de las promesas de padre, Josías, y fue llevado de este lugar: bucodonosor, rey de Babel; | en m a n o s
protección habría cabido esperar? N o volverá ya más, 1 2 morirá en el lugar de los caldeos, | 2 S y te arrojaré a ti | y a
1
8 Estas maldiciones son supremos gritos de angustia, en que prorrumpe el profeta, transida el a que ha sido llevado; y no volverá a ver la madre que te parió | a tierra extraña,
alma por la inmensa amargura que le produce su dura misión. Quisiera no haber vivido. Es de una ya m á s esta tierra. en que n o nacisteis, | y allí moriréis. ¡
valentía y una belleza insuperable la expresión: «Hubiera sido mi madre mi sepulcro, y yo preñez
eterna de sus entrañas». 13
Tampoco estos últimos versículos riman con los que preceden o siguen; tal vez con 22,1.6.
Al leer estas maldiciones, vienen luego a la memoria las de Job (3,1-16). ¿Serán las unas imita-
ción de las otras? No lo sabemos. En el caso de serlo, ¿quién imitó a quién? A juicio de muchos crí- O O 1 Una nueva amonestación a la corte para que se administre justicia, que no pudo hacer
ticos, el libro de Job es posterior al de Jeremías, y desde luego las maldiciones de éste superan en *'*' el profeta en momento ya crítico, en que la ruina de la ciudad está decidida, sino mucho
nervio y energía a las de aquél, más difusas y desleídas, y por lo general el modelo supera siempre antes,
6
en la época de Joacaz (608).
a la imitación. Estos versículos parecen continuación de 21,13 s., y prosiguen la amenaza contra Jerusalén,
representada bajo la imagen de un bosque.
O "i ! Era ordinario el consultar a Dios en los grandes apuros de 3a vida privada o pública. Na- 10
El muerto es Josías; el que se va, Joacaz, a quien el faraón Necao llevó cautivo a Egipto.
^ * bucodonosor se halla ante Jerusalén. ¿Cuáles serán los propósitos de Dios ? ¿Querrá repetir 13
Amenaza contra el gobierno injusto de Joaquim, sucesor de Joacaz y puesto por Necao en
el prodigio de la época de Senaquerib? La respuesta no pudo ser más categórica. La ciudad pere- el trono.
cerá por el hambre, la espada y la peste. El que quiera salvarse, que se aleje. 20
11 Joaquim o Jeconías sucedió a su padre en 597, pero fue llevado cautivo a Babilonia con una
Estos dos versos no guardan relación con los precedentes, pero van dirigidos a la corte, in- buena parte de la corte y del pueblo de Jerusalén, sucediéndole en el trono su tío Matanías, a quien
culcándole la guarda de la justicia. Nabucodonosor llamó Sedéelas.
JEREMÍAS 22-23 840 841 JEREMÍAS 23-25
27 21
Pero a esta tierra, | a que con t o d o el C o n t r a los profetas Y o no enviaba a los profetas, | y ellos haber dicho esa palabra: «Carga de Ya-
anhelo de su alma querrán volver, | a ésa 9
corrían. | N o les hablaba, | y ellos profe- vé», mientras que yo os lo había prohi-
no volverán. A los profetas: | Se me parte el co- tizaban. I 2 2 Si h a n asistido a mi conse- bido decir, 3 9 por eso ciertamente yo me
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¿Es, pues, este hombre, este Jeco- razón dentro del pecho, | tiemblan todos jo, I que hagan oir mis palabras al pue- descargaré de vosotros, 4 0 y a vosotros y
nías, I u n mueble inútil y despreciable, | mis miembros | y estoy p o r Yavé y p o r blo I y le conviertan de su mal camino | y a la ciudad que a vosotros y a vuestros
u n mueble que nadie estima? | ¿Por qué su santa palabra I como un ebrio, c o m o de sus perversas obras. I 2 3 ¿Soy yo, por padres di os arrojaré de mi presencia y
h a n sido así rechazados él y su progenie | u n harto de vino. * | 10 La tierra está lle- ventura, Dios sólo de cerca? Palabra de de vosotros haré eterno oprobio, eterna
y arrojados a tierra de ellos desconoci- n a de adúlteros. | A causa de la maldi- Yavé. I ¿No lo soy también de lejos? | vergüenza, que no se olvidarán jamás.
24
da? I 2 ' ¡Tierra, tierra, tierra! | Oye la pa- ción, la tierra está triste | y están secos los Por mucho que u n o se oculte en escon-
labra de Y a v é : I 3 0 Así dice Y a v é : | Ins- prados y los pastizales. | T o d o s corren drijos, I ¿no le veré yo? Palabra de Ya-
tras la maldad, | su fuerza es la injusti- vé. I ¿No lleno yo los cielos y la tierra? L o s higos simbólicos
cribid a ese h o m b r e : | «Varón estéril, que
n o prosperará en sus días, pues no logrará cia. | n A u n los profetas mismos y los Palabra de Yavé. O A ' Mostróme Yavé dos cestos de hi-
sacerdotes son unos impíos; | hasta en 25
descendiente I que se siente en el trono Y o he oído lo que decían los profe- A " gos delante del templo de Yavé.
de David | y reine sobre Judá». mi casa misma he hallado sus perversi- tas que en mi n o m b r e profetizaban men- F u e después de haber llevado cautivos
dades. | 1 2 Por eso sus caminos | se les tiras y decían: «He tenido un sueño, he Nabucodonosor, rey de Babilonia, a Je-
C o n t r a los p a s t o r e s d e Israel van a volver resbaladero | en medio de tenido u n sueñe». 26 ¿Hasta cuándo ha de conías, hijo de Joaquim, rey de J u d á ; a
O O ' ¡Ay de los pastores que disper- tinieblas. Serán empujados p o r él y cae- haber en mi pueblo profetas que profeti- los principales de Judá y a los herreros y
™ *» san I y destrozan el rebaño de m i rán, | pues voy a hacer venir sobre ellos zan mentira, profetas de sus desvarios, carpinteros de Jerusalén a Babilonia. *
27
pastizal! Palabra de Yavé. * 2 Por eso, así males | el a ñ o de la cuenta, palabra de que hacen que mi pueblo se olvide de 2
U n o de los cestos tenia higos muy bue-
dice Yavé, Dios de Israel, de los pasto- Yavé. mí p o r sus sueños, que unos a otros se nos, como brevas, pero el otro tenía hi-
13
res que apacientan a mi p u e b l o : Vosotros En los profetas de Samaría vi yo la van contando cómo me olvidaron sus pa- gos muy malos; tan malos, que de malos
habéis dispersado mi grey, la habéis des- insensatez. | Profetizaban en n o m b r e de dres por Baal? no podían comerse. 3 M e dijo Y a v é : ¿Qué
Baal | y descarriaron a mi pueblo, a Is- 28
carriado y no habéis cuidado de ella; yo El profeta que tenga u n sueño, que es lo que ves, Jeremías? Y o le respondí:
me cuidaré de pediros cuenta de vuestra rael. | 1 4 P e r o en los profetas de Jerusa- lo cuente como sueño; el que reciba pa- Higos. Los buenos son muy buenos, pero
mala conducta, palabra de Yavé. lén he visto algo horrendo, | adulterio y labra mía, que proponga fielmente mi pa- los malos, muy malos; tan malos, que de
mentira, | y dar su brazo a los perversos | labra. ¿Cómo igualar el grano y la paja? malos no pueden comerse. 4 Y me fue di-
P r o m e s a de restauración p a r a que nadie se convirtiera de su mal- Palabra de Yavé. 2 9 ¿No es mi palabra rigida palabra de Yavé:
3
Y o mismo reuniré los restos de mis dad. | T o d o s ellos h a n venido a serme como fuego, palabra de Yavé, que quema, 5 Así dice Yavé, Dios de Israel: C o m o
ovejas de todas las tierras en que las he como Sodoma, | y sus habitantes como como martillo que tritura la roca? 30 Por a esos higos buenos, así miraré yo a los
dispersado y las volveré a sus prados, y Gomorra. eso, con verdad estoy contra los profetas, cautivos de Judá, que para su bien he
15
crecerán y se multiplicarán. * 4 Y les da- Por eso así dice Yavé Sebaot de los palabra de Yavé, que se roban unos a arrojado de esta tierra a la tierra de los
ré pastores que de verdad las apacienten, profetas: | Y o les daré a comer ajenjo | y otros la palabra. 31 Contra los profetas, caldeos. (> Pondré sobre ellos mis ojos pa-
y ya n o h a b r á n de temer más, ni angus- les daré a beber veneno, | porque de los palabra de Yavé, que gastan sus lenguas ra bien y les haré volver a esta tierra, los
tiarse ni afligirse, palabra de Yavé. 5 H e profetas de Jerusalén | h a salido la impie- pronunciando: «Oráculo». 3 2 Contra los edificaré y no los destruiré, los plantaré
dad, que se h a extendido p o r toda la tie- profetas que sueñan mentiras, palabra de y no los arrancaré, 7 y les daré u n cora-
aquí que vienen días, palabra de Yavé, |
rra. | 16 Así dice Yavé Sebaot: | N o escu- Yavé, y contándolas, descarrían a mi pue- zón capaz de conocerme, de saber que yo
en que yo suscitaré a David u n vastago blo con sus mentiras y sus jactancias,
de justicia, | que, c o m o verdadero rey, chéis lo que os profetizan los profetas; | soy Yavé, y ellos serán mi pueblo y yo
os engañan. | L o que os dicen son visio- siendo así que yo no los he enviado, no seré su Dios, pues se convertirán a mí de
reinará prudentemente | y h a r á derecho y les he d a d o misión alguna y no h a n he-
justicia en la tierra. | <• En sus días será nes suyas, | no procede de la boca de Ya- t o d o corazón.
vé. 117 Dicen a los que se burlan de la pa- cho a este pueblo bien alguno, palabra 8
salvado Judá, I e Israel habitará en paz, | de Yavé. 3 3 C u a n d o este h o m b r e del pue- Y de los higos malos, que de malos n o
y el n o m b r e con que le llamarán será és- labra de Y a v é : | «Paz, tendréis paz»; | y pueden comerse, de éstos dice Y a v é : Así
a todos los que se van tras los malos de- blo que en adelante te preguntare: ¿Cuál
t e : I «Yavé Zidquenu»: «Yavé, nuestra jus- es la carga de Yavé?, le responderás: Vos- haré yo de Sedecías, rey de Judá, y de sus
ticia». * seos de su corazón les dicen: | « N o ven- grandes y del resto de los de Jerusalén,
otros sois la carga, y yo os tiraré de mí,
7
Por eso vendrán días, palabra de Ya- drá sobre vosotros ningún mal». | palabra de Yavé. * que quedaron en esta tierra, y de los re-
18
vé, I en que no se dirá y a : «Vive Yavé, | ¿Quién asistió a consejo con Yavé | y fugiados en la tierra de Egipto. 9 Los h a -
vio y oyó sus palabras? | ¿Quién se las 34
que sacó de la tierra de Egipto a los hijos Y al profeta, al sacerdote o al h o m - ré el vejamen, la execración de todos los
de Israel», | 8 sino más bien: «Vive Yavé, oyó para comunicarlas? | 1 9 H e aquí que bre del pueblo que en adelante diga: «Car- reinos de la tierra, el oprobio, la fábula,
que sacó | y condujo al linaje de Israel de viene el torbellino de la ira de Yavé, | y ga de Yavé», yo le pediré cuenta a él y a la irrisión, la maldición en todos aquellos
la tierra del aquilón | y de todas las otras una tormenta furiosa descargará sobre la su casa. 35 Así habéis de deciros unos a lugares a que los arrojaré, 10 y mandaré
a que los arrojó | y los hizo habitar en cabeza de los impíos. | 2 0 N o retrocederá o t r o s : ¿Qué ha respondido Yavé? ¿Qué contra ellos la espada, el h a m b r e y la pes-
su propia tierra». la ira de Yavé | mientras n o se hayan eje- dice Yavé? 3 6 N o se mentará ya la carga te hasta que desaparezcan de la tierra
cutado y cumplido sus designios, j Al fin de Yavé, porque p a r a cada cual la carga que les di a ellos y a sus padres.
de los tiempos los comprenderéis. será su propia palabra, y vosotros habéis
pervertido la palabra del Dios vivo. Yavé
2 3 3' E s t o s P a s t o r e s son los tres arriba mencionados. Sebaot, nuestro Dios. A n u n c i o d e la c a u t i v i d a d
**" Es la voz dulce de la misericordia después de la voz dura de la justicia. A los malos pas- 37
Así habéis de preguntar al profeta: O C ' Palabra de Yavé que acerca del
tores, o reyes que preceden, sucederá otro pastor justo, que hará derecho y justicia, que sucederá
en el6 trono de David. ¿Qué te h a respondido Yavé? ¿Qué te **«* pueblo todo de J u d á llegó a Jere-
El nombre pudiera también traducirse: «Yavé, nuestra salvación». Es uno de tantos nom- na anunciado Yavé? 3 8 Y si decís: «Car- mías el año cuarto de Joaquim, hijo de
bres propios compuestos, en que uno de los elementos es el nombre de Yavé. En 33,16 se da este ga de Yavé», entonces así dice Y a v é : Por Josías, rey de Judá (es el primero de N a -
mismo nombre a la Jerusalén de la restauración. Quizá hay en él una alusión al nombre de Sedéelas,
de significación semejante: «Mi justicia es Yavé». Del solo nombre no puede, como algunos pretenden, 33
deducirse una indicación profética de la naturaleza divina del Mesías restaurador. Carga es un oráculo amenazador, una sentencia divina condenatoria.
9
Al lado de los verdaderos profetas, dados por Dios para conducir a los gobernantes y a los 1
gobernados por ía senda de sus destinos mesiánicos, que no podía ser otra que la senda de la santa 04 Esta visión simbólica fue comunicada a Jeremías después de 597, a propósito de la pri-
Ley de Dios, _ brotaban como hongos en el pueblo profetas falsos, que, usurpando el nombre de " ^ mera deportación (598), objeto de la compasión de los que habían quedado; pero el pro-
Yavé, descarriaban al pueblo. La invectiva de Jeremías contra ellos no puede ser más dura. feta predice a éstos mucho peor destino.
JEREMÍAS 25 842 843 JEREMÍAS 25-26
2
bucodonosor, ley de Babilonia),* y que la espada que yo arrojaré en medio de sepultados. | Quedarán como estiércol el pueblo, diciendo: Reo de muerte es
pronunció el profeta Jeremías a todo el ellos. 17 Y tomé la copa de la mano de sobre
34
el haz de la tierra. este hombre por haber profetizado con-
pueblo de Judá y a todos los habitantes Yavé y la di a beber a todos los pueblos Llorad a gritos, pastores. | Clamad tra esta ciudad lo que vosotros mismos
de Jerusalén, diciendo: 3 Desde el año tre- contra los cuales me envió Yavé. 18 A j e _ y encenizaos, mayoral»! de la grsy, | habéis oído. 12 Y dijo Jeremías a los ma-
ce de Josías, hijo de Ammón, rey de Ju- rusalén y a todas las ciudades de Judá, a porque llega el día de vuestra matanza, | gistrados y a todo el pueblo: Yavé me
dá, hasta el día de hoy, veintitrés años ya, sus reyes, a sus príncipes, para hacer de de vuestra destrucción, y caeréis como ha mandado profetizar contra esta casa y
he recibido la palabra de Yavé y os la he ellos desierto, estupor, burla y maldición, piezas selectas. | 35 No escaparán los pas- contra13 esta ciudad todo lo que habéis
predicado reiteradamente, y no habéis es- como es hoy. 19 Al Faraón, rey de Egipto; tores, I no habrá salvación para los ma- oído. Ahora bien, enmendad vuestros
cuchado. 4 Os envió también Yavé todos a sus servidores, a sus príncipes, a todo yorales de la grey. I 36 Gritos de espanto caminos y vuestras obras, escuchad la
sus siervos, los profetas, una y otra vez, y su pueblo y a todos sus mercenarios; de los pastores, | clamores de los mayo- voz de Yavé, vuestro Dios, y se arrepen-
20 rales de la grey, | 37porque ha talado Yavé tirá Yavé14del mal que había determinado
tampoco
5
escuchasteis, no les disteis oídos. a todos los reyes de la tierra de Us y a
Os decía: Dejad vuestros malos cami- todos los reyes de la tierra de los filis- sus pastizales, | han sido devastadas haceros. En cuanto a mí, en vuestras
nos y vuestras malas obras y habitaréis la teos: a Ascalón,21a Gaza, a Acarón y al sus tranquilas praderas | ante el furor de manos estoy; haced conmigo lo que bien
tierra que Yavé os dio a vosotros y a vues- resto de Azoto; a Edom, a Moab y a la ira de Yavé. | 38 Ha salido como sale os parezca. 15 Pero sabed que si me ma-
tros
6
padres por eternidad de eternidades. los hijos de Ammón; 22 a todos los reyes el león de su cubil I y ha sido devastada táis, será sangre inocente que echaréis
No os vayáis tras los dioses ajenos para de Tiro, a todos los reyes de Sidón y a su tierra I al golpe de la espada destruc- sobre vosotros, sobre esta ciudad y sobre
servirlos y adorarlos. No provoquéis mi los reyes de las islas que están pasado el tora, I ante el furor de su ira. sus habitantes, porque en verdad he sido
cólera con las obras de vuestras manos mar; 23 a Dedán, a Tema, a 24Buz, a todos Q u i e r e n condenar a Jeremías
enviado a vosotros por Yavé para deciros
y no vendrá el mal sobre vosotros. 7 Pero los que se rapan las sienes; a todos los a muerte
todo esto.
16
no me escuchasteis, palabra de Yavé, pro- reyes de Arabia que habitan el desier- Y dijeron los magistrados y todo el
*) R * ^ principio del reinado de Joa- pueblo a los sacerdotes y a los profetas:
vocándome con las obras de vuestras ma- to ; 25 a todos los reyes de Zimrí, a todos **" quim, hijo de Josías, rey de Judá, No es reo de muerte este hombre por
nos8 para vuestro mal. los reyes de Elam y a todos los reyes de llegó a Jeremías esta palabra de Yavé:* habernos hablado en nombre de Yavé,
Por eso, así dice Yavé Sebaot: Por- Media. 26 A todos los reyes del norte, 2
Así dice Yavé: Ve a ponerte en el atrio nuestro Dios. 1 7 Y alzándose algunos de
9
que no habéis escuchado mis palabras, próximos y lejanos, y a todos los reinos del templo y habla allí a las gentes de los ancianos de la tierra, dijeron a todo el
yo convocaré a todas las tribus del aqui- de la tierra que habitan la superficie de todas las ciudades de Judá, que vienen pueblo allí congregado: 18 Miqueas de
lón, palabra de Yavé, y a Nabucodono- ella. a adorar en él, todo lo que yo te he Morasti profetizó en tiempo de Ezequias,
27
sor, rey de Babilonia, mi siervo, y los ha- Y les dirás: Así dice Yavé Sebaot, mandado decirles, sin omitir nada. 3 A ver rey de Judá, y habló a todo el pueblo de
ré venir contra esta tierra y contra sus ha- Dios de Israel: Bebed, embriagaos, vomi- si te escuchan y se convierten cada uno de Judá: Así dice Yavé Sebaot •. Sión será
bitantes y contra todos los pueblos que tad y caed para no levantaros más ante su mal camino y me arrepiento yo del arada como campo de labor, Jerusalén
la rodean, y los destruiré, y haré de ellos la espada que yo echaré entre vosotros. mal que por sus malas obras había de- será un montón de ruinas y el monte del
horror, burla y oprobio eterno. 10 Y haré 28
Y si rehusaren tomar de tu mano la terminado hac»rles. 4 Diles: Así dice Ya- templo será una selva. * I 9 ¿Le hicieron
desaparecer de ellos los cantos de alegría, copa y beber de ella, les dirás: Así dice vé: Si no me obedecéis, cumpliendo la acaso matar Ezequias, rey de Judá, y
las voces de gozo, el canto del esposo y el Yavé Sebaot: Tendréis que beber; 2s> por- ley que yo os he dado 5 y escuchando las todo el pueblo de Judá? ¿No temieron
canto de la esposa, el ruido de la muela que si yo, al desatar el mal, he comenzado palabras de mis siervos los profetas, que más bien a Yavé y le aplacaron, y volvió
y el resplandor de las antorchas, n Y toda por la ciudad en que se invoca mi nom- yo os he enviado repetidamente y que Yavé sobre el mal con que los amenazó?
esta tierra será desierto y desolación y bre, ¿ibais a quedar vosotros impunes? habéis desoído, <> yo haré de esta casa lo ¿Vamos a echar nosotros sobre nuestra
servirán entre los pueblos setenta años.
12
No quedaréis, no, pues que llamaré a la que hice de Silo, y de esta ciudad haré la alma un crimen tan grande? 2 " Pero hubo
Y al cabo de setenta años yo pediré espada contra todos los moradores de la maldición de todos los pueblos de la también un hombre de los que profetiza-
cuentas al rey de Babilonia y a su pueblo, tierra, palabra de Yavé. tierra.
30 ban en nombre de Yavé, Urías, hijo de
palabra de Yavé, de sus maldades, a la Y tú anuncíales todo esto y diles: | 7
tierra de los caldeos, y la convertiré en Ruge Yavé desde lo alto; I desde su san- Y los sacerdotes, los profetas y todo Semaya, de Quiriat-Jearim, que profetizó
eterno desierto, u Y cumpliré contra esta ta morada alza su voz, | ruge fuertemente el pueblo oyeron a Jeremías 8decir estas contra esta ciudad y esta tierra, lo mismo
tierra todo lo que contra ella anuncié, to- contra sus pastizales, | lanza el grito de palabras en la casa de Yavé; y cuando que Jeremías. 21 Al o ir el rey Joaquim,
do lo que está escrito en este libro, lo que los lagareros | 31contra todos los moradores acabó Jeremías de hablar todo lo que sus guardias y sus ministros lo que decía,
profetizó Jeremías contra los pueblos. de la tierra. * | Llegará su estrépito has- Yavé le ordenara decir al pueblo, los quiso el rey matarle, y sabiéndolo Urías,
1* Porque también ellos serán sojuzgados ta los confines de la tierra; ] porque juz- sacerdotes y los profetas le cogieron, di- temió y huyó a Egipto; 22 pero el rey Joa-
por otros pueblos grandes y por reyes gará Yavé a las gentes | y será juicio este ciendo : ¡Vas a morir! 9 ¿Por qué profetizas quim mandó a Egipto emisarios; a El-
poderosos, y yo les retribuiré según su contra toda carne. I Los malvados los da- en nombre de Yavé, diciendo: Como Silo natán, hijo de Acobor, y23a otros que le
merecido, según las obras de sus manos. ré al filo de la espada, | palabra de Yavé. será esta casa, y esta ciudad quedará acompañaron a Egipto, y sacando a
32
Así dice Yavé Sebaot: j He aquí que asolada y sin moradores? Y se reunió Urías de Egipto, le condujeron al rey
El cáliz de la ira de Yavé el mal pasará de pueblo en pueblo, | un en torno a Jeremías todo el 10pueblo que Joaquim, que le hizo matar a espada,
15
Así me dijo Yavé, Dios da Israel: To- fortíiimo huracán se desencadenará desde había en la casa de Yavé. Y en sa- arrojando su cuerpo a la fosa común.
24
ma de mi mano esta copa de espumoso los extremos d» la tierra, biendo esto los magistrados de Judá, su- En favor de Jeremías intervenía Aji-
vino y házselo beber a todos los pueblos ' y yacerán bieron del palacio del rey a la casa de cam, hijo de Safan, para evitar que fuese
los heridos por Yavé en ese día | del
a los que yo te he enviado. 16 Que beban, uno al otro cabo de la tierra. | No serán Yavé y se pusieron a la entrada de la entregada «n manos d«l pueblo para ma-
que se tambaleen, que enloquezcan ante | llorados, I no serán recogidos, | no serán puerta nueva del templo. tarla.
11
Los sacerdotes y los profetas habla-
OC 1 Interesante momento en la historia oriental de la época. El oráculo es del año cuarto de ron a los magistrados de Judá y a todo
*• Joaquim y primero de Nabucodonotor (604), en que todas las naciones que antes habían 1
formado parte del imperio asirio pasaron bajo el poder de los caldeos, a quienes servirán setenta años. 0£ Hermoso episodio éste, que nos muestra lo tjue fue la vida de Jeremías. La fecha, al prin-
No solamente Judá, sino todas las otras nacionse, sufrirán la misma suerte. Estos setenta años son ^ " cipio del reino de Joaquim (608-597), es anterior al precedente vaticinio. La causa de este
la duración del imperio caldeo (604-539), hasta que Babilonia fue tomada por Ciro y el reino babiló- toUe, tolle que aquí se levanta contra el profeta es que predice la ruina del templo y de la ciudad. Tal
nico substituido por el persa. Los aftos no pasan de sesenta y cinco, pero la cifra es un número re- cosa fue juzgada como verdadero sacrilegio. Fue la misma acusación proferida contra Jesús (Mt 26,
dondo, que equivale a una generación (Sal 89,10). 61) y contra San Esteban (Act 6,14).
3
° Concluye el profeta con esta amenaza, extensiva a todas las naciones sobre quienes pesará " Este Miqueas de Morasti es «1 «ua figura entra l*s profetas menores. Las palabras están
el yugo de Babilonia. citadas a la letra según Mi« 3,12.
JEREMÍAS 27-28 844 845 JEREMÍAS 28-29

El y u g o extranjero de Yavé, aunque ellos mentirosamente Y a v é : « Así sea, hágalo Y a v é : Que cum- a Nabucodonosor, rey de Babel. Decía:
4
profeticen en mi nombre, y serán causa pla Yavé tu promesa haciendo volver de Así dice Yavé Sebaot, D i o s de Israel,
o *T 1 El a ñ o cuarto del reinado de Se- Babel aquí los utensilios de la casa de a todos los cautivos que yo he desterrado
« • decías, hijo de Josías, rey de Judá, de que yo os disperse y perezcáis vosotros 7 5
y los profetas que os profetizan. Yavé y a todos los cautivos. Pero oye de Jerusalén a Babel: Construid casas
llegó a Jeremías esta palabra de Yavé: 16 lo que delante de t o d o el pueblo voy a y habitadlas; plantad huertos y comed
2
Así me dijo Y a v é : H a z t e con una co- Y a los sacerdotes y a t o d o este 6
pueblo les hablé, diciendo: Así dice Y a v é : decirte. 8 Los profetas que de antiguo sus frutos. Casaos y engendrad hijos e
y u n d a y un yugo y póntelos al cuello, * antes de mí y antes de ti fueron, profe- hijas. D a d mujeres a vuestros hijos y
3
y m a n d a decir al rey de E d o m , al rey N o escuchéis lo que os profetizan vues-
tros profetas, diciendo: «Los vasos del tizaron a pueblos poderosos y a grandes maridos a vuestras hijas, y tengan hijos e
de M o a b , al rey de los hijos de A m m ó n , reinos la espada, el h a m b r e y la peste. hijas; multiplicaos ahí en vez de dismi-
templo van a venir de Babel ahora en
al rey de Tiro y al rey de Sidón p o r los 9 7
El profeta que profetiza paz p o r el cum- nuir. L a b o r a d p o r el bien de la ciudad
seguida». P o r q u e os profetizan mentira.
embajadores que h a n venido a tratar con 17
N o los escuchéis; someteos al rey de plimiento de su profecía h a b r á de ser a que os he desterrado y rogad por ella
Sedecías, rey de J u d á , a Jerusalén: * Babel y viviréis: ¿Por qué esta ciudad ha tenido p o r profeta y se sabrá que en a Yavé, pues su bien será vuestro bien.
4
Q u e digan a sus señores: Así dice de venir a ser un desierto? 1 8 Si en verdad verdad le envió Yavé. Porque así dice Yavé Sebaot, Dios de
Yavé Sebaot, Dios de Israel; esto habéis son profetas, si tienen palabra de Yavé,
8
10 Cogió entonces el profeta Ananías el Israel: N o os dejéis engañar por vues-
de decir a vuestros señores: 5 Y o , con que intercedan con Yavé Sebaot para que yugo del cuello de Jeremías, profeta, y tros profetas, que habitan con vosotros,
mi gran poder y la fuerza de mi brazo, los vasos que todavía quedan en el tem- 10 rompió, H diciendo delante de todo y por vuestros adivinos. N o escuchéis sus
he hecho la tierra. Y o he hecho al h o m - plo y en el palacio del rey de Judá y en 9
el pueblo: Esto dice Y a v é : Así romperé sueños. Mienten cuando os profetizan
bre y a los animales que hay sobre la Jerusalén no sean también llevados a yo dentro de dos años el yugo de N a b u - en mi nombre. Y o no los he enviado.
h a z de la tierra y la doy a quien quiero. Babel. codonosor, rey de Babel, de sobre el Palabra de Yavé.
6
A h o r a he d a d o todas estas tierras en 19 cuello de todos los pueblos; y el profeta 10 Pues así dice Y a v é : C u a n d o se cum-
poder de m i siervo Nabucodonosor, rey Porque así dice Yavé Sebaot acerca
de las columnas, del m a r de bronce, de Jeremías se fue su camino. plan los setenta años de Babel, yo os
d e Babilonia; aun las bestias del c a m p o 12
Después que Ananías, profeta, h u b o visitaré y cumpliré la promesa de traeros
las h e puesto a su servicio, 7 y h a b r á n los basamentos y de los demás utensilios
que todavía quedan en esta ciudad * 2 0 y r o t o el yugo de sobre el cuello del profeta a este lugar. * 11 Y o conozco mis designios
de estarle sometidas todas las naciones Jeremías, tuvo éste palabra de Yavé, di- para con vosotros, palabra de Y a v é ; de-
no h a n sido llevados por N a b u c o d o n o s o r
a él, a su hijo y al hijo de su hijo hasta ciéndole : 1 3 Ve y dile a A n a n í a s : Así signios de paz y no de aflicción, de daros
a Babel al llevar cautivos de Jerusalén a
que venga el tiempo también p a r a su Babel a Jeconías, hijo de Joaquim, rey de
12
dice Y a v é : H a s r o t o u n yugo de madera. término y esperanza. Llamadme, pedid-
tierra y la sojuzguen pueblos poderosos y Judá, y a todos los notables de J u d á y E n su lugar yo haré u n yugo de hierro; me, y yo os escucharé; buscadme, y me
reyes grandes. de Jerusalén. 21 p U es así dice Yavé Se-
14 3
pues así dice Yavé Sebaot, Dios de hallaréis. * Sí, c u a n d o me busquéis de
8
Al pueblo y al reino que n o quiera baot, Dios de Israel, de los utensilios Israel: Yugo de hierro pondré yo sobre todo corazón,
14
yo me mostraré a vos-
someterse a Nabucodonosor, rey de Ba- que todavía quedan en el templo, en el la cerviz de todos estos pueblos y los olros, palabra de Yavé, y trocaré vuestra
bilonia, y n o dé su cuello al yugo del palacio del rey de J u d á y en Jerusalén: haré servir a Nabucodonosor, rey de Ba- suerte, y os reuniré de entre todos los
rey de Babilonia, le visitaré yo con espada, 22
A Babel serán llevados, y allí estarán bel, y le servirán; a u n los mismos animales pueblos y de todos los lugares a que os
h a m b r e y peste, palabra de Yavé, hasta hasta el día en que yo iré, palabra de del campo se los he dado a él. arrojé, palabra de Yavé, y os haré volver
someterlos a su poder. 9 N o escuchéis, Yavé, a buscarlos y devolverlos a este 1 5 Y dijo el profeta Jeremías a Ananías, a este lugar de que os eché.
pues, a vuestros profetas, a vuestros adi- lugar. profeta: Óyeme u n a palabra, Ananías: 1 5 C o m o vosotros decís: Yavé nos h a
vinos, a vuestros soñadores, a vuestros N o te h a enviado a ti Yavé, y tú estás suscitado profetas en Babel, *
í6
por eso
astrólogos y a vuestros encantadores, que A u d a c i a d e Anaru'as
d a n d o a este pueblo falsas esperanzas. os dice Yavé del rey que se sienta sobre
os dicen: Ñ o os veréis sometidos al rey Q Q ' E n aquel mismo a ñ o , al comienzo 16
P o r eso, así dice Y a v é : Voy a quitarte el trono de David y de t o d o el pueblo
de Babel; 10 porque es mentira lo que " O del reinado de Sedecías, en el a ñ o de sobre la haz de la tierra; este mismo que m o r a en esta ciudad, vuestros her-
os profetizan, para que seáis echados de cuarto, en el quinto mes, Ananías, hijo a ñ o morirás por haber predicado la re- manos, que no h a n sido llevados con
vuestra tierra y yo os disperse y perezcáis. de Azur, profeta, de G a b a ó n , me dijo belión contra Yavé. 1 7 Y murió el profeta vosotros a Babel.
17
Así dice Yavé Se-
11
Al pueblo que dé su cuello al yugo del en el templo delante de los sacerdotes y Ananías en ese mismo año, en el sépti- baot : Y o mandaré contra ellos la espada,
rey de Babel y se le someta, le dejaré de todo el p u e b l o : 2 Así dice Yavé Se- m o mes. el hambre y la peste, y serán como los
en su tierra, palabra de Yavé, y la cul- baot, D i o s de Israel: H e r o t o el yugo higos malos, que de malos n o pueden
tivará y habitará en ella. del rey de Babel. 3 Al cabo de dos años L a cautividad será larga comerse; i 8 y los perseguiré con la espada,
12 haré volver a este lugar todos los utensi-
Y a Sedecías, rey de J u d á , le hablé O Q l H e aquí el texto de la carta que el hambre y la peste, y los haré escarnio
de todo esto, diciéndole: D a d vuestro lios del templo que de aquí se llevó N a - « « 7 desde Jerusalén envió Jeremías a de todos los reinos de la tierra; maldi-
cuello al yugo del rey de Babel, someteos bucodonosor, rey de Babel, transportán- los ancianos de la cautividad, a los sacer- ción, espanto, ludibrio y oprobio entre
a él y a su pueblo, y viviréis. 13 ¿Para dolos a Babel; 4 y a Jeconías, hijo de dotes y a los profetas y a todo el resto todos los pueblos a los que los arrojaré
qué morir tú y tu pueblo de espada, Joaquim, rey de Judá, y a todos los del pueblo que de Jerusalén había llevado 19 por no haber escuchado mis palabras,
hambre y peste, c o m o amenaza Yavé al cautivos de J u d á llevados a Babel los N a b u c o d o n o s o r a Babel * 2 después de palabra de Yavé, que reiteradamente les
pueblo que n o se someta al rey de Babel? traeré a este lugar, palabra de Yavé. haber salido Jeconías, el rey, la reina, los anuncié p o r mis siervos los profetas, a
14
Y no escuchéis a los profetas que os Porque he r o t o el yugo del rey de Babel. eunucos, los notables de Judá y de Jeru- quienes yo envié y n o los escucharon,
5
Y dijo Jeremías, profeta, al profeta
dicen: « N o os veréis sometidos al rey de salén, los herreros y los carpinteros. 3 La palabra de Yavé.
Ananías delante de los sacerdotes y de
Babel», pues lo que os profetizan es men- envió p o r m a n o de Elasa, hijo de Safan 20
Vosotros, pues, todos los cautivos que
todo el pueblo que estaba en la casa de
tira. 15 N o los he enviado yo, palabra y de Gamarías, hijo de Helcías, a quienes yo he llevado de Jerusalén a Babel, oíd la
m a n d ó Sedecías, rey de Judá, a Babel palabra de Yavé: 2 1 Así dice Yavé Se-
0 7 2 El yugo de esta acción simbólica no es en modo alguno el yugo doble, de uso corriente
** * entre nosotros para uncir una pareja. Es un yugo simple, para un solo animal, y sencillísimo, 1
Las comunicaciones entre Jerusalén y Babilonia no eran tan raras después de la primera
como el que todavía se usa en aquellos países, que consistía en dos ligeros palos que encajan por
el extremo superior en un travesano y por el inferior se sujetan con una cuerda al cuello del animal. 29 deportación. Por una de las caravanas que de Judá partían para las orillas del Eufrates, en-
vió Jeremías esta carta, a fin de oponerse a los falsos profetas, que también allá hacían su mala labor.
De otro modo no hubiera sido fácil ni a Jeremías llevarlo sobre su cuello ni a Ananías romperlo.
3
Fue por el año 594 cuando deshizo Jeremías estos planes de sublevación, cuyas noticias hu- El orden del capítulo parece algo alterado.
bieron de llegar a oídos de Nabucodonosor. El rey Sedecías debió de tomar el camino de Babilonia 10 Los «sesenta años de Babel» son como antes (25,11): la duración del imperio babilónico y,
para19sincerarse de su conducta y de la lealtad que había jurado (51,59). por 15
tanto, el fin de la cautividad (539).
Los falsos profetas, apoyándose en sus sueños, anunciaban la vuelta de la primera cautivi- Ahora Jeremías se enfrenta con los falsos profetas de Babilonia, anunciándoles su desastra-
dad; Jeremías les contradecía anunciando la segunda. do fin. Los w . 16-20 léanse después del v.9.
JE
REMÍAS 29-.10 847 JEREMÍAS 30-31
846
baoi.
>«K de ellos cantos de alabanza | y voces de tropiecen, I pues yo soy el padre de I s -
Cola
decías' h i l ^ í ? 5 ' í * * 0 ' d e • ' tíem
P 0 . palabra de Yavé, e n que trocaré alegría; I y los multiplicaré, y n o serán rael, y Efraím es mi primogénito.
ss¿iSSi'£S^rt
n o m b r e : YcTirtT"" 6 . ° S p r o f e t i z a n
Nabucodonosor ™ rev T
r e n ma
ri» tti u " ° s" d"~
la suerte de m i pueblo, Israel y Judá, y
los haré volver "a te tierra que di a sus
« I P a d r e s en posesión. « H e aquí lo que dice
disminuidos; los engrandeceré, y no serán
empequeñecidos; I 2 0 y serán sus hijos
10
Oíd, pueblos, la palabra de Yavé, |
dadla a conocer a las lejanas islas | y
ajusticiará a v u l J,S^ :0 ™. . f ° ™ d e B aa
e l ,. que los | Yavé sobre Israel y J u d á : 5 Pues así dice como fueron primero, I y su congrega- decid: El que dispersó a Israel le congrega
d
que los ción estará firme ante mí | y castigaré a de nuevo | y le protege como el pastor
e ellos, emre l o ' " ? TS> " » 1 u e d a r a Yavé:
e
Mán e n Babel i„ c a , " ? . v ° s de Judá que todos sus opresores. | 21 Y su jefe saldrá protege a su rebaño. | n Yavé h a liber-
Oímos gritos de dolor, I de espanto, n o tado a Jacob, I le h a salvado de la m a n o
tigo Yavé¡como c o T s ^ Ha*a c ° ° - de paz. | 6 Preguntad y ved. ¿Es que paren de su seno, | de en medio de ella saldrá
q u i e n e s a s ó a l f n t . ™ n , S e d e S l a s ? A í a b . a los hombres? | ¿Cómo, si n o , veo a todos su soberano, | y yo le haré venir, y él se de sus opresores. I n Vienen dando gritos
haber hecho í ^ g ° J ' i e y d e B a b e l 2 3 P ° r los varones con las m a n o s en los lomos, acercará a m í ; | ¿pues quién, si n o , sería el de gozo p o r las alturas de Sión, | a gozar
ber a d u l T e r a d r ? ! ? m d ? d e S e n I s r a e ' . h a - como en parto, | demudados y amarillos que expusiera su vida | acercándose a de los bienes de Yavé, | el trigo, el vino,
P'ójimos y h Í „ ? K a ^ m u J e r e s d e »»s todos los rostros? | i ¡Ah! E s el día gran- mí? Palabra de Yavé. I 2 2 Y vosotros se- el aceite, | los corderos y los terneros, | y
te en mi „ ¿ r h a b l a d o m e n t i r o s a m e n - de. | N o hay n a d a igual a él. | Tiempo de réis m i pueblo, I y yo seré vuestro Dios. será su alma como jardín regado | y n o
Yo lo™ v T S T q U e y ° , o s c a n d a r a . angustia para Jacob, pero de él le vendrá volverá a padecer sequía.
se
y lo atestiguo, palabra de Yavé. la salvación. | 8 Y sucederá q u e en ese 13 Entonces la virgen danzará alegre en
L a t e m p e s t a d y la c a l m a
día, | palabra de Yavé Sebaot, I quebraré el c o r o ; I jóvenes y viejos, todos juntos, I
Contra Semeyas el yugo de sobre su cuello | y romperé 23
H e aquí ya la tempestad de Y a v é ; | trocaré e n júbilo su tristeza, | los conso-
dice Y a v ! ^ S ; ^ . N ^ a m i t a , dile: Así sus coyundas; | ' y y a n o serán m á s
a e aS el furor del torbellino se desata | y des- laré y convertiré su pena en alegría. |
cuamn t° ?. b a o t ' D l 0 s d e I s r a e l : » Por siervos de extranjeros, | sino que servirán cargará sobre la cabeza de los malvados. | 1 4 Saciaré a los sacerdotes de la grosura
una c a r t a U a ^ H " T ^ 0 e n t u n o m b r é a Yavé, su Dios, I y a David, su rey, I 2* N o se calmará el ardor de la ira de de las víctimas I y hartaré a m i pueblo
a S o f o r t L £?°? ? u e b l ° d e Jerusalén y que yo les suscitaré. Yavé I hasta ejecutar y cumplir sus de- de mis bienes, I palabra de Yavé.
10
aa ttodos
o d o ^los - sacerdotes,
^ MaSaya> sacerd Y tú, siervo mío, Jacob, n o temas, I signios. I Vosotros los conoceréis al fin
diciéndoles: °26 t e , y-
Y a palabra de Yavé; I n o tiembles, Israel, I de los tiempos. Dolor y consuelo
0 sacerdote
Jovada L í f * en lugar de porque voy a libertarte de esta tierra 15
Así dice Y a v é : I U n a voz se oye e n
Joyada p a r a q u e como prefecto viaiies lejana, | y a t u s hijos de la tierra de su
en el templo de Yavé a t o d o f ^ i c o T u e cautividad. | Jacob tornará, y vivirá tran- Oí ' P o r entonces, palabra de Yavé, R a m a , lamentos, amargo llanto. Es R a -
quiera hacer el profeta y le hagas enca- quilo | y seguro, sin que nadie le pertur- Oí y o seré el Dios de todas las tribus quel, que llora a sus hijos | y rehusa con-
denar y p o n e r e n e l '27 ¿ C o m o de Israel | y ellos serán mi pueblo. | solarse de su pérdida. I ' 6 Así dice Yavé: |
be. | H Porque yo estoy contigo, | palabra 2
n o has castigado a Jeremías, el de Anatot de Yavé, p a r a salvarte. I Y o llevaré la Así dice Y a v é : | Halló gracia en el Cese tu voz de gemir, | tus ojos de llorar. |
que anda profetizando entre vosotros? ruina a todos los pueblos | entre los que desierto | el pueblo reliquia de la espada; | Tendrán remedio tus penas. | 17 Tienes
*• Hasta h a llegado a escribirnos a Babel te dispersaré; | pero a ti n o te arruinaré, | se fue a su lugar de reposo Israel. | 3 Des- todavía una esperanza, palabra de Yavé; I
diciendo: Eso será largo. Construid casas sino q u e te castigaré c o n moderación. I de lejos se hizo ver de él Yavé. | C o n volverán los hijos a su patria.
y habitadlas, plantad huertos y comed I m p u n e n o quedarás. a m o r eterno te a m é ; | p o r eso t e h e 18 Oigo a Efraím lamentarse: I T ú m e
sus frutos. mantenido m i favor. has castigado y y o recibí el castigo. |
29 Herida y curación 4
El sacerdote Sofonías leyó al profeta Y o t e restauraré, y serás restaurada, I Y o era como toro indómito; conviérteme,
Jeremías esta carta; 3 0 y Yavé habló a 12 Así, pues, dice Y a v é : | E r a incura- virgen de Israel. | 5 Todavía volverás a y y o m e convertiré, | pues tú eres Yavé,
Jeremías, diciéndole: ble tu herida; I t u mal, sin remedio; I adornarte con t u s tímpanos | y saldrás mi Dios. I 1 9 Después de mi defección me
31
M a n d a a decir a todos los cautivos: 13 nadie se cuidó d e curar t u úlcera; | en alegres danzas. I Todavía plantarás he arrepentido; I luego que entré en mí
Esto dice Yavé sobre Semeyas, el Nejla- n o había remedio p a r a curarte. | 1 4 Todos viñas I en las alturas de Samaría, | y los herime el muslo. Estoy confuso y aver-
mita: P o r haberos profetizado Semeyas tus amadores te h a n olvidado; I ni pre- que las planten las gozarán. | 6 Porque gonzado, I llevo sobre m í el oprobio de
sin q u e y o le haya enviado y haberos guntan por ti; I pues yo herí, como hiere viene tiempo en que los atalayas clama- mi mocedad. I 2 0 ¿No es Efraím m i hijo
hecho concebir falsas esperanzas; 3 2 p o r u n enemigo, | c o n cruel castigo | p o r r á n I en el m o n t e de Efraím: | Venid y predilecto, I m i niño mimado? | Porque
eso dice Y a v é : Y o castigaré a Semeyas, tus grandes maldades, I 1p5 o r la muche- subamos a Sión, | a Yavé, nuestro Dios. I cuantas veces trato de amenazarle, | m e
el Nejlamita, y a su descendencia. N o dumbre de tus pecados. | ¿A qué gritas ' Pues así dice Y a v é : | Regocijaos y dad enternece su memoria, | se conmueven
tendrá descendencia que habite entre este p o r tu herida? | E s incurable t u mal. I parabienes a Jacob, | gritad loores a la mis entrañas y n o puedo menos de com-
pueblo y vea el bien q u e y o haré a m i P o r tus grandes maldades, p o r t u s m u - primera d e las naciones; I cantadla, ala- padecerme de él, palabra de Yavé.
pueblo, palabra de Yavé, p o r haber pre- chos pecados, I te he tratado así. 116 Pero badla y decid: | Yavé h a salvado a su 21 Ponte hitos, alza jalones, | pon t o d a
dicado la rebeldía contra Yavé. todos los que te devoraron serán devora- pueblo, I a los restos de Israel.
dos I y tus enemigos irán todos al destie- la atención en el camino; | ya antes le
8
rro. I Tus saqueadores serán saqueados, | Y o os voy a hacer volver | de la recorriste. I Vuelve, virgen de Israel; |
T E R C E R A A R T E y t u s expoliadores serán expoliados. tierra del aquilón | y os reuniré de los retorna a tus ciudades. | 2 2 ¿Hasta cuándo
i? Voy a curar t u llaga, | voy a sanar extremos de la tierra | a todos junta- has de andar titubeando, | hija desca-
O R Á C U L O S SOBRE LA SALUD MESIÁNICA tus heridas, palabra de Yavé, | porque mente, al ciego y al cojo, | a la embarazada rriada? I Pues h a r á Dios una cosa nueva
te llaman la «Repudiada», Sión; | la que y a la recién parida. | ¡Qué gran muche- en la tierra. | La mujer tornará al varón. *
(30-33)
n o tiene quien se acuerde de ella. | 18 Así d u m b r e la que vuelve! I 9 M i r a : salieron 23
Así dice Yavé Sebaot, Dios de I s -
Castigo y perdón dice Y a v é : H e aqui que voy a restablecer entre llantos, | y o los hago volver conso- rael: I Todavía se dirán estas palabras |
O A ' Llegó a Jeremías palabra de Ya' los tabernáculos de Jacob, | y m e com- lados; I y o los guío a las corrientes de en la tierra de Judá y en sus ciudades |
< 5 " v é , diciendo: * 2 A s í d i c e Y a v é padeceré de sus tiendas, I y se reedificará aguas I p o r caminos llanos para que n o cuando y o haga volver a los cautivos: j
Dios d e Israel: Escribe en u n libro todo la ciudad sobre su colina, | y el palacio
3
cuanto y o te h e dicho. Porque viene | en su lugar anterior. i» Y saldrán de OH| 2 2 Todo este poema es de carácter mesiánico. La esperanza de la restauración, la seguridad
^ * de la misma, la paz y tranquilidad en medio de la cual ha de realizarse y el esplendor y la
O A ' Por grandes que sean las manifestaciones de la justicia de Yavé, excitada por los crímenes gloria que de ella ha de revertir al pueblo restaurado y a la nueva Jerusalén, son las líneas con que
OV de su pueblo las de la misericordia serán mayores, y éstas son las que expone ahora Jeremías Jeremías trata el poético cuadro. El verso a que esta nota se refiere, el 22, tiene también, como parte
nara consolar a su pueblo y levantar sus ánimos a la confianza en Yavé su Dios. El profeta emplea del poema, carácter mesiánico; no, sin embargo, el estrictamente mesiánico que San Jerónimo y
aqui todos sus recursos poéticos jara describir la restauración de Judá después de cumplidos los muchos con él le atribuyen, interpretando que la mujer es la madre del Mesías, éste el varón, y la
setenta años de Babel. acción de rodear, la concepción virginal de Jesús en el seno de María. Para interpretar así es nece-
sario hacer violencia al texto. Estas palabras significan la vuelta de Israel a Yavé, su Esposo, cosa
que anuncia siempre los tiempos mesiánicos.
JEREMÍAS .11-S2 848 849 JEREMÍAS 32
38
Bendígate Yavé, sede de la justicia, | mon- Vienen días, palabras de Yavé, en y de todos los judíos que se hallaban en sor, rey de Babel, que la tomará. 2 9 Los
te de la santidad. | 24 Y habitarán en ella que será edificada para Yavé la ciudad, el atrio de la guardia. 13 Y delante de to- caldeos que atacan la ciudad entrarán en
Judá I y todas sus ciudades juntamente, | desde la torre de Janamel hasta la puerta dos di a Baruc esta o r d e n : 1 4 Así dice Ya- ella y le pegarán fuego y la q u e m a r á n ;
los agricultores y los pastores de reba- del Ángulo. 39 Y serán de nuevo echadas vé Sebaot, Dios de Israel: T o m a esos do- quemarán las casas en cuyos terrados que-
ños. | 2 5 Porque yo saciaré a todos los las cuerdas p a r a medir enfrente hasta la cumentos, ese contrato de venta, el sella- m a b a n incienso a Baal y ofrecían libacio-
desfallecidos | y h a r t a r é a todos los de- colina de Gareb, y d a n d o vuelta después do y el abierto, y mételos en un tubo de nes a los dioses extraños para irritarme;
caídos. | 26 Por esto, al despertar y ver, | hacia G o a , *» todo el valle de los Cadá- barro cocido para que puedan conservar- 30 pues lo mismo los hijos de Israel que
m e fue dulce mi sueño. veres y de la Ceniza, y todos los campos, los de Judá no hacen más que el mal a
se largo tiempo. 15 Porque así dice Yavé
hasta el torrente de Cedrón, hasta la es- Sebaot, Dios de Israel: Todavía se com- mis ojos desde su juventud; sí, los hijos
Restauración quina de la puerta de los Caballos, hasta de Israel no hacen más que irritarme con
prarán en esta tierra casas, campos y
27 Ved que vienen días, palabra de Ya- oriente, serán consagrados a Yavé y n o viñas. las obras de sus manos, palabra de Yavé.
vé, en que yo sembraré la casa de Israel serán ya jamás destruidos y devastados. 3i Objeto de ira y furor ha sido siem-
y la casa de Judá de simiente de hombres O r a c i ó n del profeta pre para mí esta ciudad desde el día en
y de simiente de animales; 28 y lo mismo L a c o m p r a del campo ,6
Después de haber entregado el con- que fue edificada hasta hoy, para que la
que velé sobre ellos para arrancar y des- O O i Palabra que recibió Jeremías de t r a t o de venta a Baruc, hijo de Nerías, haga desaparecer de delante de mí 32 por
truir, p a r a arruinar, devastar y desolar, **"* Yavé el a ñ o décimo de Sedecías, hice a Yavé esta oración: 1 7 ¡Ah, Señor, tanto mal como los hijos de Israel y los
así velaré también sobre ellos p a r a edi- rey de J u d á , que fue el a ñ o dieciocho de Yavé! T ú has hecho los cielos y la tierra hijos de Judá han hecho para irritarme,
ficar y plantar, palabra de Yavé. 29 E n Nabucodonosor. * 2 Entonces el ejército con el gran poder de tu b r a z o ; n a d a es ellos, sus reyes, sus grandes, sus sacerdo-
esos días no se dirá ya m á s : Nuestros del rey de Babel cercaba a Jerusalén y el imposible para tí. 1 8 Tú eres quien haces tes, sus profetas, las gentes de Judá y los
padres comieron agraces y los hijos su- profeta Jeremías estaba encerrado en el habitantes de Jerusalén. 33 Ellos me han
gracia a millares y quien retribuye un día
frimos la dentera. 3° Sino que cada u n o atrio de la guardia del palacio del rey de vuelto la espalda en vez de darme la cara;
morirá por su propia iniquidad; quien J u d á ; 3 pues Sedecías, el rey de Judá, le a los hijos la iniquidad de sus p a d r e s ; el
Dios grande, el fuerte, cuyo n o m b r e es yo los he amonestado constantemente, pe-
coma el agraz, ése sufrirá la dentera. había encarcelado, diciéndole: ¿Por qué ro ellos no han aprovechado la lección.
Yavé Sebaot; 19 grande en el consejo, po- 3
31
Vienen días, palabra de Yavé, en que profetizas, asegurando que Yavé dice que * H a n llevado sus abominaciones hasta la
deroso en la obra, cuyos ojos están abier-
yo haré una alianza nueva con la casa de entregará la ciudad en m a n o s del rey de casa en que se invoca mi nombre, profa-
4 tos para ver todos los caminos de los nándola; 35 S e han alzado el santuario de
Israel y la casa de J u d á ; * 3 2 n o c o m o Babel, que la tomará, y Sedecías, rey hombres y dar a cada u n o según su ca-
la alianza que hice con sus padres, cuando de Judá, n o escapará a las m a n o s de los Baal en el valle de Benjinón para pasar
mino y según el fruto de sus o b r a s ; 2 0 el por el fuego a sus hijos y a sus hijas en
tomándolos de la m a n o los saqué de la caldeos, sino que caerá en m a n o s del rey que hizo maravillas y portentos en la tie-
tierra de Egipto; ellos quebrantaron mi de Babel, y hablará con él boca a boca, y honor de Moloc, cosa que yo nunca les
rra de Egipto, y después, hasta el día de mandé y que nunca soñé. ¡Cometer abo-
alianza y yo los rechacé, palabra de Yavé. sus ojos verán sus ojos, 5 y llevará a hoy, en Israel y en todos los hombres,
33
Esta será la alianza que yo haré con la Sedecías a Babel, y allí estará hasta que minaciones semejantes y hacerse Judá reo
y te h a s hecho un n o m b r e como lo es en de tal crimen!
casa de Israel en aquellos días, palabra le visite, palabra de Yavé, y si hacéis la
el día de hoy; 2 1 y sacaste a Israel, tu pue-
de Yavé: Y o pondré mi ley en ellos y la guerra a los caldeos, n a d a conseguiréis? 36 Por eso así dice ahora Yavé, Dios
escribiré en su corazón, y seré su D i o s y 6 blo, de la tierra de Egipto, en medio de
Y recibió Jeremías palabra de Yavé, maravillas y portentos, con m a n o fuerte de Israel, de esta ciudad de la que vos-
ellos serán mi pueblo. 3 4 N o tendrán ya diciéndole: ^ M i r a : Janamel, hijo de Se- otros decís: H a sido entregada en ma-
que enseñarse unos a otros ni exhortarse rum, tu tío, vendrá a decirte: C ó m p r a m e y brazo tendido y en medio de gran pa-
unos a otros, diciendo: Conoced a Yavé, el campo que tengo en Anatot, pues a ti vor; 2 2 y le diste ésta tierra, según juraste nos del rey de Babel por la espada, por
a sus padres darles una tierra que m a n a el hambre y por la peste: 3 ? Y o los reuni-
sino que todos m e conocerán, desde los te corresponde adquirirlo p o r razón de ré de todos los lugares en que los disper-
pequeños a los grandes, palabra de Yavé; parentesco. 8 Vino, pues, Janamel, el hijo leche y miel; 2 3 y entrados en ella, la p o -
seyeron; pero no escucharon tu voz, y sé en mi cólera, en mi indignación y en
porque les perdonaré sus maldades y n o de m i tío, a verme, según lo que m e h a - mi furor. Y o los volveré a este lugar para
me acordaré más de sus pecados. no cumplieron tu Ley, y no hicieron lo
bía dicho Yavé, al atrio de la guardia, y que les mandaste hacer, e hiciste que vi- que en él habiten seguros. 3 8 Ellos serán
35
Así dice Y a v é : | Y o h e puesto al sol m e dijo: C ó m p r a m e el campo de A n a t o t , nieran sobre ellos todos estos m a l e s . 2 4 H e mi pueblo y yo seré su Dios. 3 9 Y o les
para que luzca de día; | h e puesto la luna en tierra de Benjamín, pues te correspon- aquí que se alzan contra la ciudad inge- daré un solo corazón, un solo camino,
y las estrellas | p a r a que luzcan en la de la posesión por razón de parentesco. nios p a r a tomarla; y la ciudad será presa para que siempre me teman y siempre
noche; | el que conturba el m a r y hace Entendí, pues, que era voluntad de Ya- les vaya bien: a ellos y a sus hijos des-
de los caldeos, que la combaten con la
bramar sus olas | tiene por n o m b r e Yavé vé, 9 y compré el c a m p o a Janamel, m i pués de ellos. 4 0 Y haré con ellos u n a
espada, el h a m b r e y la peste; y como tú alianza eterna de no dejar nunca de ha-
Sebaot. | 36 ¿Se romperán estas leyes I primo, de Anatot, pagándole diecisiete si- anunciaste, así h a sucedido, bien lo ves
ante mí? Palabra de Yavé. | Entonces d o s de plata. 1 0 Hice el contrato p o r es- tú. 2 5 Y ahora, cuando la ciudad va a caer
cerles bien y pondré mi temor en su cora-
cesará la descendencia de Israel | de ser crito, lo sellé, tomé testigos y pesé la pla- zón p a r a que no se aparten de m í ; 4 1 y
en m a n o s de los caldeos, me dices, ¡oh Se- m e gozaré en ellos al nacerles bien y los
ante mí u n pueblo por siempre. | 37 Así ta en la balanza, u y recibí el contrato de
ñor, Yavé!: «Compra el campo y toma plantaré firmemente en esta tierra con to-
dice Y a v é : | Si pueden medirse arriba venta sellado y el acta de las estipulacio-
los cielos y descubrirse abajo los funda- nes abierta; 1 2 y se lo entregué t o d o a testigos». do mi corazón y t o d a mi alma.
mentos de la tierra, | entonces repudiaré Baruc, hijo de Nerías, hijo de Masías, en R e s p u e s t a d e Y a v é al p r o f e t a 42
Porque así dice Yavé: C o m o he traí-
yo a t o d a la descendencia de Israel | por presencia de Janamel, m i p r i m o , y de los do sobre este pueblo todos estos tan gran-
todo cuanto h a n hecho, palabra de Yavé. testigos que habían firmado el contrato M Y recibió Jeremías palabra de Ya-
vé, diciendo: * 2 7 Mira, yo soy Yavé, Dios des males, así traeré sobre ellos todo este
de todos los vivientes: ¿Hay algo impo- bien que digo de e l l o s ; 4 3 y h a b r á todavía
31 poseedores de esta tierra, que vosotros de-
Esta denominación de «nueva alianza», empleada por Jeremías la primera vez y repetida des- sible p a r a mí? 2 8 Por eso así dice Y a v é :
pués por San Pablo (Heb 8,8-13), ha prevalecido para designar la revelación evangélica y los libros Y o entregaré esta ciudad en m a n o s de cís desierta por no quedar en ella h o m b r e
inspirados que la contienen. ni bestia y haber sido entregada en m a -
los caldeos y en m a n o s de N a b u c o d o n o -
J O * ^ n incidente de familia es ocasión de un nuevo discurso o, mejor, poema, sobre la futura
*'*' restauración de Israel. Un pariente del profeta viene a ofrecerle un campo, a cuya compra 2* Para Dios nada hay imposible. La ciudad será entregada a los caldeos, para satisfacer la justa
tenía derecho de preferencia. Singular propuesta en aquellas tristes circunstancias. Él profeta acepta cólera de Dios; pero luego el Señor reunirá a los deportados y hará con ellos una alianza eterna,
por orden de Dios, y las partes escriben y firman el contrato en toda forma. Dios manda al profeta que no será anulada. Las promesas de Dios, dirá luego San Pablo, son sin arrepentimiento
que guarde el contrato, porque aún se comprarán tierras y casas en Judá. Es decir, que la ruina de (Rom 11,2g). Tiene palabra de rey, no se vuelve atrás. La infidelidad del pueblo no sorprende al
Judá no es definitiva; hay esperanzas de restauración. que es omnisciente.
JEREMÍAS 32-M 850 851 JEREMÍAS 34
44
no de los caldeos. S e comprarán cam- en la tierra de Benjamín y en torno a Je- todos los reinos de la tierra sometidos a 13 Así dice Yavé, Dios de Israel: Y o
pos, dando por ellos el precio en plata; rusalén, y en las ciudades de Judá, toda- su dominación y todos sus pueblos, ata- hice con vuestros padres un pacto al
se harán contratos escritos, se sellarán y vía pasará el ganado bajo la m a n o del caba a Jerusalén y a todas sus ciudades. * tiempo que los saqué de Egipto, de la
se aducirán testigos en tierra de Benja- que lo cuenta, palabra de Yavé.
2
Así dice Yavé, Dios de Israel: Ve a Se- casa de la esclavitud, diciéndoles: i 4 A l
mín, en los alrededores de Jerusalén, en decias, rey de Judá, y dile: Así dice Ya- llegar el año séptimo, cada uno d a r á li-
las ciudades de Judá, en las de la monta- R e i n o e t e r n o y p e r p e t u o s a c e r d o c i o vé: Mira que voy a entregar esta ciudad bertad al h e r m a n o hebreo que se le haya
14
ña, y en las del llano, y en las del medio- H e aquí que vienen días, palabra de en m a n o s del rey de Babilonia, que le vendido; te servirá durante seis años, pe-
día, porque yo trocaré su suerte, palabra Yavé, en que yo cumpliré la buena pala- pegará fuego, 3 y tú no escaparás de sus ro luego le liberarás; m a s vuestros padres
de Yavé. bra que he pronunciado sobre la casa de manos, sino que serás hecho prisionero y n o me obedecieron, n o me dieron oídos.
Restauración Israel y sobre la casa de Judá. * 1 5 En esos le serás entregado, y verás con tus ojos 1 5 Vosotros hoy os habéis convertido, y
al rey de Babilonia, y te hablará boca a habéis hecho bien a mis ojos, proclaman-
O O :
Fue dirigida la palabra de Yavé días y en ese tiempo yo suscitaré a David
boca, y serás llevado a Babel. 4 Oye, pues, do la liberación de vuestros hermanos, y
*» ** a Jeremías por segunda vez mien- un renuevo de justicia, que6 h a r á derecho
¡oh Sedecias!, rey de J u d á , lo que dice habéis hecho ese pacto en mi presencia,
tras estaba preso en el atrio de la guardia, y justicia sobre la tierra, l En esos días
Y a v é : Esto es lo que te dice a ti: N o m o - en la casa en que se invoca mi n o m b r e ;
diciéndole:* 2 A s i dice Yavé, el que h a será salvado Judá, y Jerusalén habitará en
rirás a la espada; s morirás en paz, y co- 16 luego os habéis vuelto atrás, habéis pro-
hecho la tierra y la h a formado y afirma- paz, y1 7se la llamará «Yavé, justicia nues-
m o se q u e m a r o n perfumes en los funera- fanado m i n o m b r e y habéis vuelto a re-
d o , Yavé es su nombre. 3 Llámame y yo tra». P o r q u e así dice Y a v é : N o faltará
les de tus padres, los reyes que te h a n pre- traer cada u n o a sus siervos y siervas que
te responderé, y te comunicaré cosas gran- a David un varón que se siente sobre el
cedido, así se quemarán también en los habíais liberado, reduciéndolos de nuevo
des y ocultas que tú no conoces, 4 p u e s t r o n o de la casa de Israel. 18 Y a los sacer-
tuyos, y se te harán lamentaciones: «¡Ay, a la servidumbre y haciéndolos vuestros
así dice Yavé, Dios de Israel, de las cosas dotes levitas n o les faltará tampoco va-
Señor!», pues soy yo quien lo digo, yo, esclavos y esclavas. 1 7 P o r eso, así dice
de esta ciudad y de los palacios del rey rón que me ofrezca holocausto y queme
Yavé. Y a v é : Vosotros no m e habéis escuchado,
de J u d á , destruidos al servir de baluartes la ofrenda y sacrifique todos los días.
y troneras para resistir a los caldeos, 5 lle- 1 9 Y recibió Jeremías palabra de Yavé, * El profeta Jeremías dijo t o d o esto a proclamando cada u n o la libertad de su
Sedecias, rey de Judá, en Jerusalén. i El prójimo; pues yo os proclamo la libera-
nándose c o n los cadáveres de los h o m - diciendo: 20 Así dice Y a v é : Si rompéis
ejército del rey de Babel estaba entonces ción, palabra de Yavé, para la espada, pa-
bres que yo herí en mi furor y mi indigna- mi pacto con el día y mi pacto con la n o -
atacando a Jerusalén y a las otras ciuda- ra la peste, para el hambre, y haré de vos-
ción, volviendo atrás m i rostro a esta ciu- che para que no sea día y noche a su tiem-
des de Judá que no se habían rendido, a otros el vejamen de todos los reinos de
dad p o r tantas maldades suyas. 6 Pero po, 21 entonces se romperá mi pacto con
Laquis y Azeca, que a ú n resistían entre la tierra. 18 Y haré de los que h a n que-
mira, yo los sanaré, yo los curaré y les David, mi siervo, para que no haya hijo
las ciudades amuralladas de Judá. brantado mi pacto y 110 han guardado la
abriré tesoros de paz y seguridad; 7 yo suyo que se siente sobre su trono, y mi
palabra con que ante mí se ligaron c o m o
haré volver a los cautivos de Judá y a pacto con 22
los levitas sacerdotes, mis mi-
becerro partido por en medio para pasar
los de Israel, y los restableceré como al nistros. C o m o no pueden contarse las Q u e b r a n t a m i e n t o d e la ley d e la
entre ambas partes. * " Los grandes de
principio, y los limpiaré de todas las ini- milicias celestes ni las arenas del mar, así servidumbre
J u d á , los grandes de Jerusalén, los eunu-
quidades que contra mí cometieron; 8 y multiplicaré yo la descendencia de David, 8
Palabra de Yavé que recibió Jere- cos, los sacerdotes y todo el pueblo de es-
les perdonaré todos sus pecados y todas mi2 3siervo, y a los levitas, mis ministros. mías después de haber hecho el rey Se-
Y recibió Jeremías palabra de Yavé, ta tierra que pasaron por entre las partes
sus rebeliones contra m í ; 9 y será para 24 decias u n convenio con el pueblo todo del becerro; 2 0 los entregaré en manos de
mi gloria, alegría, alabanza y gozo entre diciendo: ¿No ves lo que dicen estas
de Jerusalén, * 9 de que se publicase la
gentes?: «Las dos familias que Yavé eli- sus enemigos, en las manos de los que de
todos los pueblos de la tierra, que verán liberación de los esclavos hebreos, h o m - muerte les persiguen; y sus cadáveres se-
todo el bien que yo les haré, y que se gió, las dos las ha repudiado»; y despre- bres y mujeres, y de que no fuera retenido r á n pasto de las aves del cielo y de las bes-
asombrarán y admirarán de tanto bien cian a m i pueblo por no ser ya a sus ojos
un pueblo. 2 5 Así dice Y a v é : Si n o he c o m o esclavo ningún judío o judía por tias de la tierra; 2 1 y a Sedecias, rey de
y de tanta paz como yo les daré. u n hermano suyo. 1° Todos los grandes y
10 hecho yo pacto con el día y con la noche Judá, y a sus príncipes los entregaré en
Asi dice Y a v é : Todavía en estos lu- t o d o el pueblo, que habían aceptado este m a n o de sus enemigos, en manos de los
gares, de que vosotros decís: Son un de- 2ni6 he d a d o leyes a los cielos y a la tierra, convenio, consintieron en libertar cada
entonces repudiaré yo la descendencia que de muerte les persiguen, en m a n o s del
sierto, sin hombres y sin bestias; en las u n o a sus esclavos y esclavas y n o rete- ejército del rey de Babel, que se ha reti-
ciudades de J u d á y en las calles de Jeru- de Jacob y de David, mi siervo, y n o to- nerlos en la esclavitud; consintieron y los rado. 2 2 Y o les daré la orden, palabra de
salén, desiertas, sin hombres y sin bes- maré de ella jefes p a r a la progenie de libertaron; H pero se arrepintieron luego, Yavé, y les haré volver a esta ciudad; y la
tias, ii se oirán voces de júbilo y voces de A b r a h a m , de Isaac y de Jacob, pues yo y reclamaron a los esclavos y esclavas que combatirán, la tomarán y la incendiarán,
alegría, los cantos del esposo y los cantos haré volver a sus cautivos y tendré pie- habían liberado y los obligaron a ser de y haré de las ciudades de Judá un desier-
de la esposa; voces q u e cantarán los dad de ellos. nuevo esclavos y esclavas, i 2 Recibió, to y no habrá quien las habite.
que llevan al templo sus oblaciones: pues, Jeremías palabra de Yavé, dicién-
«Alabad a Yavé Sebaot, p o r q u e es CUARTA PARTE
dole:
bueno, porque es eterna c u misericordia»;
P O S T R E R O S V A T I C I N I O S Y SUERTE
porque yo restauraré esta tierra a su an-
DEL PROFETA 04 ! Este triste mensaje que Jeremías recibe para el rey es de los últimos días de Jerusalén,
tiguo estado. Palabra de Yavé. ^^ cuando la ciudad tuvo un poco de respiro por la causa que señala el v.7. Pero aun esta pro-
i 2 Así dice Yavé Sebaot: Todavía ha- (34-45) mesa estaba condicionada por la rendición, y como ésta no tuvo lugar, la suerte del rey fue más
brá en estos lugares desiertos, sin h o m - triste aún.
bres ni bestias, y en todas sus ciudades, E l d e s t i n o de Sedecias 8
Al comenzar el asedio se había contraído este compromiso, que luego dieron al olvido, cuando
1 Nabucodonosor levantó provisionalmente el cerco para acabar de someter otras ciudades y para
majadas donde los pastores apriscarán sus O A Palabra de Yavé que recibió Je-
rebaños; 13 en las ciudades de la monta- • * T » remías mientras Nabucodonosor, hacer frente a los egipcios.
Los israelitas que no podían pagar sus deudas se vendían como esclavos a los acreedores o ven-
ña, en las del llano y en las del mediodía, rey de Babilonia, con todo su ejército y dían a éstos sus hijos; pero esta esclavitud no era perpetua; había de cesar, según la Ley, pasados
1 seis años, estando los dueños obligados a dar libertad a estos siervos al año séptimo (cf. Ex 21,2;
Admirable conducta la de Dios. El profeta se halla preso en el atrio de la guardia real,
33 mientras la ciudad es combatida por los caldeos, y allí viene Dios a consolarle con estas pro- Dt 15,12; Neh s).
18
mesas de gloriosa restauración, pintadas con colores del todo mesiánicos. Aquí se nos ofrece pintada al vivo la ceremonia del pacto antes aludido. Todo pacto debía
14 ser sancionado con una víctima degollada ante el altar, con la fórmula; «Así haga Dios al que que-
La casa de David parece caída, víctima de sus propios crímenes; pero Yavé promete un
nuevo vastago, cuyo nombre será «Yavé es nuestra justicia?. Asimismo, los sacerdotes, que hasta brante este pacto», o dividiendo en cuartos la víctima y pasando los pactantes por en medio de ella
ahora tan mal habían respondido a su misión, y cuyo santuario será, por lo mismo, desrtuido, vol- pronunciando estas palabras: «Así me haga Dios si fuere infiel al pacto». Dios amenaza con dividir
verán también a ofrecer sacrificios gratos a Yavé. en cuartos a esos quebrantadores del pacto (cf. Gen 15,17).
JEREMÍAS 35-36 852 853 JEREMÍAS 36-37
La fidelidad de los recabitas a sus hijos no beber vino, y no lo han bebido en el templo en un día de ayuno y oyendo cia del rey, en las habitaciones del rey,
leyes hasta hoy, cumpliendo el mandato de su todos los que 7 vienen de todo Judá y de y en presencia de todos los grandes que
padre; y yo os he hablado tantas y1Stan- sus ciudades; a ver si acaso sus oracio- estaban junto a él. 22 Estaba el rey en
O C ' Palabra que Jeremías recibió de tas veces, y no me habéis obedecido. Os nes llegan a la presencia de Yavé y se con- las habitaciones de invierno, era el no-
•*•* Yavé en tiempo de Joaquim, hijo he enviado una y otra vez mis siervos, los vierten cada uno de sus pésimos caminos, veno mes, y tenía23 delante de sí un bra-
de Josías, rey de Judá: * 2 Anda y vete a profetas, para deciros: Convertios de vues- porque grande es el furor y la indignación sero encendido; y según iba leyendo
la casa de los recabitas. Habíales y tráelos tros malos caminos, enmendad vuestras con que amenaza Yavé a este pueblo. Judí tres o cuatro columnas del volumen,
al templo, llévalos a una de las cámaras obras y no os vayáis tras los dioses ajenos 8
Hizo, pues, Baruc, hijo de Nerías, lo lo iba rasgando el rey con el cuchillo
y dales a beber vino. 3 Yo tomé a Jaza- para darles culto, y habitaréis la tierra que había mandado Jeremías, profeta, y del escriba y lo arrojaba al fuego del bra-
nías, hijo de Jeremías, hijo de Jabasinías; que yo os he dado a vosotros y a vuestros leyó en el libro las palabras de Yavé en sero, hasta que lo quemó todo.
a sus hermanos y a todos sus hijos y a padres; pero no me habéis dado oídos, la 9casa de Yavé. 24
No temieron ni rasgaron sus vestidu-
toda la familia de los recabitas, 4 y los no16me habéis obedecido. Sucedió, pues, el año quinto de Joa- ras ni el rey ni sus cortesanos que oye-
introduje en el templo, en la cámara de Los recabitas han obedecido lo que quim, hijo de Josías, rey de Judá, en el ron todas aquellas palabras.
los hijos de Janán, hijo de Jegdelías, hom- les mandó su padre, pero este pueblo no mes noveno, que se promulgó un ayuno 25
Sin embargo, Elnatán, Dalaías y Ga-
bre de Dios, que está junto a la cámara me ha obedecido a mí. a todo el pueblo de Jerusalén y a todos marías rogaron al rey que no quemara
de los grandes, debajo de la de Maasías, 17
Por eso así dice Yavé Sebaot, Dios cuantos veníanI 0 a Jerusalén de las ciuda- el volumen, pero éste no los oyó; 26 y
hijo de Salum, el guarda del vestíbulo;
5
de Israel: Yo haré venir sobre Judá y so- des de Judá; y leyó Baruc el libro de mandó el rey a Jeremiel, hijo de Amelec,
y puse ante los recabitas copas y vasos bre todos los habitantes de Jerusalén to- los sermones de Jeremías en el templo, y a Sarayas, hijo de Ezriel, y a Selemías,
llenos de vino, diciéndoles: Bebed. dos los males con que los he amenazado, en la cámara de Gamarías, hijo de Sa- hijo de Abdeel, que apresaran a Baruc,
6
Pero ellos me contestaron: No bebe- pues les he hablado y no me han oído, fan, escriba, en el vestíbulo superior, a escriba, y a Jeremías, profeta, pero Yavé
mos vino, pues Jonadab, hijo de Recab, los he llamado y no me han respondido. la entrada de la puerta Nueva del tem- los ocultó.
18
nuestro padre, nos mandó: No bebáis Pero a la casa de los recabitas les dijo plo, oyendo todo el pueblo. 11 Y habien- 27
Después que el rey quemó el volu-
vino jamás, ni vosotros ni vuestros hijos,
7
Jeremías: Por haber obedecido el man- do oído Miqueas, hijo de Gamarías, hijo men de los sermones de Jeremías, que
ni construyáis casas, ni hagáis siembras, dato de Jonadab, vuestro 19padre, cum- de Safan, las palabras de Yavé del libro, había escrito Baruc al dictado de aquél,
ni plantéis ni poseáis viñas, sino que ha- pliendo cuanto os mandó, por eso así 12
bajó al palacio del rey, a la cámara recibió Jeremías palabra de Yavé, que
bitaréis en tiendas todo el tiempo de vues- dice Yavé Sebaot, Dios de Israel: No de- del escriba, donde se hallaban todos los le dijo: 28 Toma un nuevo volumen y
tra vida, para que viváis muchos días so- jará de haber siempre ante mi presencia grandes: Elisama, escriba; Dalaías, hijo escribe en él todos los sermones anterio-
bre la tierra en la que sois peregrinos. un varón de la estirpe de Jonadab, hijo de Semeia, y Elnatán, hijo de Ajobor, res que había en el primero, que quemó
8
Nosotros hemos obedecido la voz de de Recab, que me sirva. y Gamarías, hijo de Safan, y Sedecías, Joaquim, rey de Judá; 29 y a Joaquim,
Jonadab, hijo de Recab, nuestro padre, hijo de Ananías, y todos los grandes; rey de Juili, le dirás: Así dice Yavé: Tu
en cuanto nos mandó de no beber vino Lectura, ante el pueblo y los grandes, 13
y les comunicó Miqueas todo lo que has quemado aquel volumen, diciendo:
en los días de nuestra vida, ni nosotros, del libro de las profecías de Jeremías había oído leer a Baruc del volumen ¿Por qué has escrito esto, anunciando
ni nuestras mujeres, ni nuestros hijos, ni n / i i El año quinto de Joaquim, hijo de ante el pueblo. que vendrá el rey de Babel y devastará
nuestras hijas, 9 y de no edificar casas de J v Josías, rey de Judá, recibió Jere- 14
Mandaron, pues, todos los grandes esta tierra, no dejando en ella hombre
habitación; y no10tenemos viñas ni campos mías palabra de Yavé, diciéndole: * 2 To- a Judí, hijo de Natanías, hijo de Sele- ni jumento? 30 Pues así dice Yavé contra
de sembradura, sino que habitamos en ma un volumen y escribe en él todo cuanto mías, hijo de Cusí, para decir a Baruc: Joaquim, rey de Judá: No tendrá descen-
tiendas, como nos lo mandó Jonadab, yo te he dicho contra Jerusalén y contra Ven y trae el volumen en que has leído diente que le suceda en el trono de David
nuestro padre. n Pero cuando Nabuco- Judá y contra las gentes desde el día en al pueblo. Tomó, pues, Baruc el volu- y su cadáver será arrojado31al calor del
donosor, rey de Babel, subió a nuestra que te 3 hablé en tiempo de Josías hasta men y vino con él a ellos, 15 que le dije- día y al frío de la noche; y le pediré
tierra, nos dijimos: Vamos¡ a refugiarnos hoy; * a ver si oyendo la casa de Judá ron: Siéntate y léenos eso a nosotros; cuenta a él y a su descendencia y a sus
en Jerusalén para escapar al ejército de todos los males que yo pienso traer sobre y se lo leyó Baruc. 16 Cuando oyeron, siervos de sus iniquidades, y traeré sobre
los caldeos y al ejército de Aram, y nos ella, se convierte cada uno de sus malísi- pues, todo aquello, mostráronse unos a ellos y sobre los habitantes de Jerusalén
vinimos a habitar en Jerusalén. mos caminos, y yo les perdonaré sus ini- otros atónitos y dijeron a Baruc: 1 Tene- y sobre los hombres de Judá todos los
quidades y sus pecados. mos que comunicar esto al rey; 7 y le males que les he anunciado y ellos no
L a infidelidad de los judíos dijeron: Indícanos cómo has escrito tú han querido oír.
* Llamó, pues, Jeremías a Baruc, hijo
12
Y dirigió Yavé la palabra a Jeremías, de Nerías, y escribió éste en un volumen, todo esto. 18 Baruc les dijo: El me dic- 32
Tomó, pues, Jeremías otro volumen
diciendo: 13 Así dice Yavé Sebaot, Dios dictándole Jeremías todas las palabras que taba como si me leyese, y yo lo escribía y se lo dio a Baruc, hijo de Nerías, es-
de Israel: Ve y diles a los hombres de Judá Yavé le había dicho. 5 Y le dijo Jeremías con tinta en el libro. 19 Y dijeron los gran- criba, el cual escribió de boca de Jere-
y a los habitantes de Jerusalén: ¿No apren- a Baruc: Yo estoy impedido de poder ir des a Baruc: Ve y escóndete, y que se mías todos los sermones que quemó Joa-
deréis a obedecer mis palabras? Palabra a la casa de Yavé; * 6 vete, pues, tú, y en esconda también Jeremías, sin que sepa quim, rey de Judá, y se añadieron toda-
de Yavé. 14 Las palabras de Jonadab, hijo el libro que a mi dictado has escrito, lee nadie dónde estáis. vía otros muchos como aquéllos. *
de Recab, son obedecidas. Mandó a sus las palabras de Yavé, oyendo el pueblo
Lectura ante el rey Consulta de Sedecías y respuesta de
20
O C l Tuvo lugar este episodio el año cuarto de Joaquim (604), cuando Nabucodonosor vino a Ellos se fueron al rey, al atrio, de- Jeremías
" ^ imponer su autoridad sobre los pueblos antes subditos de Asiría. Estos recabitas, por dis- jando el volumen en la cámara de Elisa-
posición de su ascendiente Jonadab, seguían la vida nómada y se abstenían además del vino; todo ma, escriba, y dijeron al rey lo que pa- O "7 1 Reinó Sedecías, hijo de Josías,
por rehuir el peligro de la corrupción moral (cf. 2 Re 10,15 ss.; 1 Par 2,55)- saba. 21 Mandó el rey a Judí que llevara ** * en lugar de Jeconías, hijo de Joa-
1
Este otro episodio, tan interesante para conocer el modo de actuar que tenían los profetas, el volumen, y éste lo tomó de la cámara quim. Fue Nabucodonosor, rey de Ba-
36 2
tuvo lugar al año siguiente del suceso pasado. de Elisama, escriba, y lo leyó en presen- bel, quien le hizo rey de la tierra de
A la letra, «un rollo de libro». Esto significa también, por su etimología, la palabra «volumen»:
un trozo mayor o menor de la materia sobre que se escribía, que se arrollaba luego, y así se conser- después del episodio que se cuenta en el c.26, cuando Jeremías estuvo a punto de ser muerto por
vaba. La materia no era ya la piedra, ni la tableta de barro como antes, ni era todavía el pergamino el pueblo. La opinión de que el impedimento fuera la prisión no parece probable, pues entonces
como después, sino hojas de papiro provenientes principalmente de Egipto, y que se unían unas a hubiera sido imposible que Jeremías se escondiera (cf. 26).
otras en la cantidad necesaria. 32
Al primer rollo destruido sucede este segundo, que corresponde en gran parte al libro de
5
Impedido, probablemente, por una prohibición de la policía del templo de presentarse en él Jeremías que hoy tenemos.
JEREMÍAS 37-38 854 855 JEREMÍAS 38-39

J u d á . * 2 Y n o obedecieron él y sus sier- en manos del rey de Babel, n Y dijo Je- !0 M a n d ó el rey a Abdemelec, el etío- déos y n o escaparás a sus m a n o s , sino
vos y el pueblo de la tierra lo que había remías al rey Sedecías: ¿Qué pecado he pe, diciéndole : T o m a contigo tres hom- que serás entregado al rey de Babel y
m a n d a d o Yavé p o r medio de Jeremías, cometido yo contra ti, contra tus corte- bres y saca d e la cisterna a Jeremías an- h a r á q u e sea incendiada esta ciudad.
24
profeta; 3 y envió el rey Sedecías a Jucal, sanos y contra tu pueblo para que m e tes que muera, u T o m a n d o , pues, consigo Dijo, pues, el rey Sedecías a Jere-
hijo de Selemías, y a Sofonías, hijo de hayáis metido en la cárcel? 18 (19) ¿ D ó n - Abdemelec los hombres, se dirigió al ro- m í a s : Que nadie sepa nada de esto y
Maasías, sacerdote, a Jeremías, profeta, de están ahora vuestros profetas que os pero deb palacio y cogió de allí unos n o morirás. 2 5 Si saben los grandes que
diciéndole: Ruega p o r nosotros a Yavé, profetizaban diciendo: N o vendrá el rey cuantos vestidos usados y ropas viejas, he hablado contigo y vienen a decirte:
nuestro Dios. * 4 Jeremías a n d a b a libre- de Babel contra vosotros y contra esta qu e con cuerdas hizo llegar a Jeremías Cuéntanos lo que has dicho al rey, n o
mente entre el pueblo, pues todavía n o tierra? 1 9 ( 20 ) Óyeme, pues, ¡oh rey, mi en la cisterna. 12 Y dijo Abdemelec, el nos ocultes nada, si n o te mataremos, y
le habían encarcelado. (5) Salió entonces señor!, te lo r u e g o ; acoge m i súplica y etíope, a J e r e m í a s : Ponte estos trapos y dinos lo que el rey te ha dicho a t i ;
2
de Egipto el ejército del F a r a ó n , y, al n o me vuelvas a la prisión de la casa de ropas vieja s debaj o de los sobacos, so- 6 les responderás: H e suplicado al rey
saber la nueva, los caldeos que asedia- Jonatán, escriba, p o r q u e m e moriré allí. bre las cuerdas; hízolo así Jeremías, 13 y que n o me haga volver a la casa de J o -
b a n a Jerusalén se retiraron de allí. 20 (21) M a n d ó , pues, el rey Sedecías q u e sacaron con las cuerdas a Jeremías de natán, pues moriría allí.
5 6 27
( ) Y recibió Jeremías, profeta, pala- fuese llevado al vestíbulo de la guardia la cisterna; y quedó Jeremía s en el ves- Vinieron, en efecto, los grandes a Je-
bra de Yavé diciéndole: 6 (7) Así dice y se le diese cada día u n a torta de p a n t í b u l o d e l a cárcel. remías y le preguntaron, y él les dijo lo
Yavé, Dios de Israel: Decid al rey de de la calle de los Horneros mientras n o que el rey le había m a n d a d o decir, y le
J u d á que os ha m a n d a d o a preguntarme: faltase del todo el p a n en la ciudad. Así U l t i m o coloquio de Jeremías dejaron, pues nada se había sabido.
Ese ejército del F a r a ó n que ha venido en quedó Jeremías en el vestíbulo de la c o n el r e y 28 Quedó Jeremías en el vestíbulo de la
socorro vuestro se tendrá que volver a guardia. 14
E 1 rey Sedecías m a n d ó a buscar a guardia hasta el día en que fue t o m a d a
su tierra de Egipto ^ (8) y volverán los Jeremías, le hizo llevar a la tercera puer- Jerusalén.
caldeos a combatir esta ciudad, y la to- OO ' Oyeron Safatías, hijo de M a t a n ; t a del templo y allí le dijo: Voy a pre-
m a r á n y la incendiarán. 8 (9) Así dice O O Guedelías, hijo de Pascur; Jucal, guntarte una cosa; n o m e ocultes nada. * S u e r t e d e Sedecías y del p u e b l o
Y a v é : Ñ o os engañéis a vosotros mis- hijo de Selemías, y Pasjur, hijo de Mel- 15 Dijo Jeremías a Sedecías: Si te la digo, O Q 1 Y sucedió que fue t o m a d a Jeru-
mos diciéndoos: Se irán los caldeos y quías, que Jeremías decía delante de t o d o m e h a r á s m a t a r , y si te doy un consejo, «**» salen. El año noveno de Sedecías,
nos dejarán en p a z ; p o r q u e n o se irán. el p u e b l o : 2 Así dice Y a v é : Todos cuan- n o lo seguirás, ¿no es así? i6 Hizo, pues, rey de Judá, en el décimo mes, vino N a -
9 (10) Pero a u n q u e destrozarais a todo el tos se queden en esta ciudad morirán en secreto el rey Sedecías a Jeremías este bucodonosor, rey de Babel, con todo su
ejército caldeo que lucha contra vosotros de espada, de h a m b r e y de peste; el que juramento". Vive Yavé, que nos ha dado ejército a Jerusalén y la sitió; * 2 y el
y n o quedase de él más que algunos he- huya a los caldeos vivirá y tendrá la vida la vida a nosotros, que n o te daré la año undécimo d e
ridos, ésos saldrían de sus tiendas y pega- por botín. 3 Así dice Y a v é : C o n toda cer- muerte y que n o te entregaré a esos que Sedecías, el cuarto
rían fuego a esta ciudad. teza esta ciudad caerá en manos del ejér- de muerte te persiguen. mes, se abrió bre-
cito del rey de Babel, que la tomará. 17
Dijo entonces Jeremías a Sedecías: cha; 3 y penetraron
Encarcelamiento de Jeremías 4
Y dijeron los grandes al rey: H a y en la ciudad todos
Así dice Yavé Sebaot, Dios de Israel: Si
10
(H) C u a n d o se había retirado de Je- que m a t a r a ese h o m b r e , porque con eso sales y vas a entregarte a los generales los jefes del rey de
rusalén el ejército caldeo p o r la venida hace flaquear las m a n o s de los guerreros del rey de Babel, salvarás tu vida y esta Babel y ocuparon
del ejército del F a r a ó n , n ( 12 ) salía Jere- que quedan en la ciudad y las de t o d o ciudad no será d a d a a las llamas; te sal- la puerta Media:
mías de Jerusalén p a r a ir a tierra de el pueblo, diciéndoles cosas tales. Ese varás tú y tu familia; i 8 pero si n o sales Nergal-Sareser,
Benjamín a hacer una partición en medio h o m b r e n o busca el bien de este pueblo, a entregarte a los jefes del rey de Babel, Samgar, Nebu-Sas-
de su pueblo; * 1 2 ( )3 ) pero al llegar a la sino su mal. 5 Díjoles el rey Sedecías: caerá esta ciudad en m a n o s de los cal- gan, camarero m a -
puerta de Benjamín, el jefe de la guardia, E n vuestras m a n o s está. Pues n o podía deos, que la incendiarán, y tú n o escapa- yor; Nebu-Sareser,
llamado Jerías, hijo de Selemías, hijo de el rey n a d a contra ellos. rás de sus manos. 1 9 Y dijo el rey Sede- jefe de los magos,
Ananías, apresó a Jeremías, diciendo: Tú 6
Cogieron, pues, a Jeremías y le me- cías a Jeremías: T e m o que me entreguen y todos los otros
vas a pasarte a los caldeos. 1 3 ( 14 ) Jeremías tieron en la cisterna de Melquías, hijo a los judíos que se h a n pasado a los cal- jefes del rey de Ba-
respondió: Mentira, n o voy a pasarme a del rey, que está en el vestíbulo de la deos y aquéllos m e escarnezcan. bel.
20 4
los caldeos. Pero n o escuchó Jerías a cárcel, bajándole con cuerdas a la cisterna, Contestóle Jeremías: N o te entrega- Al verlos, Se-
Jeremías, y, arrestándole, le condujo a en la que n o había agua, pero sí lodo, rán. Oye lo que te digo de parte de Yavé, decías, rey de Judá,
los jefes, 1 4 (15) que, airados contra Jere- y quedó Jeremías metido en el lodo. y te saldrá bien y vivirás. 2 i Y si n o quie- y todos sus h o m -
7
mías, le hicieron azotar y encerrar en Oyó Abdemelec, etíope, eunuco de la res salir, mira lo que m e ha mostrado Rey asirio sacando los bres de guerra hu-
la cárcel que había en la casa de Jona- casa real, que habían metido a Jeremías Yavé: 2 2 todas las mujeres que h a n que- ojos a un soberano re- yeron, saliendo de
tán, escriba, de la cual habían hecho en la cisterna. El rey estaba entonces en belde noche de la ciudad
dado en el palacio serán llevadas a los
prisión. la puerta de Benjamín. 8 Salió Abdeme- jefes de los caldeos y serán ellas las que por el camino del
15 (16) y entró Jeremías y fue metido lec del palacio y fue a decir al rey: 9 Rey, te dirán: | Te h a n engañado, | te h a n jardín real, por la puerta de entre los
en u n a cisterna abovedada y estuvo allí mi señor, h a n hecho m a l esos hombres a b a n d o n a d o tus mejores amigos. | Cuan- dos muros, y se dirigieron hacia el A r a -
mucho tiempo, i* (17) M a n d ó a buscarle el t r a t a n d o así a Jeremías, profeta, metién- d o se hundieron en el lodo tus pies, I te ba. 5 El ejército de los caldeos los per-
rey Sedecías y le preguntó en secreto, en d o l e en l a cisterna p a r a que muera allí volvieron la espalda. 2 3 Y todas tus mu- siguió y alcanzó a Sedecías en los lla-
el palacio: ¿Hay palabra de Yavé? (18) Sí, de h a m b r e , pues n o h a y y a p a n en la jeres y tus hijos serán llevados a los cal- nos bajos de Jericó, llevándole preso a
la hay, contestó Jeremías: Serás entregado ciudad.
O Q 1 4 Estos versículos nos revelan la situación del rey. Querría seguir el consejo del profeta para
O "7 * Los tres cc.37-30 contienen diversos episodios de la vida del profeta durante los postre- " ° salvar la vida, pero teme a sus oficiales. El profeta volvió al cuerpo de guardia, donde perma-
" * ros días de Jerusalén (588-586). neció hasta el fin. Los oficiales le preguntan su coloquio con el rey. pero él sabe ocultar lo que el
3
El rey Sedecías pide al profeta que interceda con Yavé por la ciudad cuando los caldeos ha- deber le impide decir.
bían levantado el cerco para salir al encuentro del ejército egipcio, que al fin, sin combatir, se vol- D Q ' Estos oráculos de Jeremías son del año 11 del rey Sedéelas (586). Los caldeos habían lo-
vió a su tierra. El profeta contesta a los enviados del rey que no se forje ilusiones sobre la suerte de ^ " grado abrir una brecha en los muros y apoderarse de una puerta de la ciudad. E! rey y su
la ciudad, que sin duda será entregada a las llamas. gente de guerra escaparon por la noche; pero pronto fueron cogidos y tratados con la dureza con

Durante este mismo levantamiento del cerco quiso el profeta ir a Anatot por un asunto que que era uso de los asirios. A Sedecías le sacaron los ojos; la población de la ciudad fue deportada,
el texto no explica bien. Fue detenido como tránsfuga a las puertas de la ciudad, llevado a la comi- y dejada en la tierra la gente pobre. El profeta fue tratado con respeto por los caldeos, que debían
saría, azotado y encerrado en un calabozo. mirarle como un aliado. Y en verdad lo era, aunque no por motivos de política humana.
JEREMÍAS S9-40 856 857 JEREMÍAS 40-42
Nnbucodonosor, rey de Babel, que es- él, como lo anunció, porque habéis peca- ha mandado a Ismael, hijo de Natanías, cual había dado Nebu-Zardan, jefe de
taba en Ribla, en la tierra de Jamat. do contra Yavé y no habéis escuchado para darte muerte? No 5 lo creyó Godo- la guardia real, por gobernador a Go-
El rey de Babilonia pronunció contra él su voz; por eso os ha sucedido esto. lías, hijo de Ajicam. 1 Y Joanán, hijo dolías, hijo de Ajicam; Ismael, hijo de
su sentencia. s Hizo matar en Ribla a 4
Mira, yo te quito hoy las cadenas de de Carea, llevó aparte a Godolías y le Natanías, se los llevó cautivos y se enca-
los hijos de Sedecías a la vista de éste, las manos; si quieres venir conmigo a dijo: Yo iré y mataré a Ismael, hijo de minó hacia la tierra de los hijos de Am-
dio muerte a todos los nobles de Judá
7
Babel, ven, que yo miraré por ti; pero Natanías, sin que nadie lo sepa; no te món.
e hizo sacar los ojos a Sedecías y le 11
si te desagrada venir conmigo a Babel, mate él a ti y se dispersen todos los ju- Joanán, hijo de Carea, y los jefes
cargó
8
de cadenas para llevarle a Babel. déjalo; tienes la tierra toda a tu dispo- díos que se han reunido en 16torno tuyo de tropas que con él estaban supieron
Los caldeos prendieron fuego al pala- sición. Ve a 5donde mejor y más cómodo y perezcan los restos de Judá. Y le con- todo el mal que había hecho Ismael,
cio real y a las otras casas y arrasaron te parezca. Vete a Godolías, hijo de testó Godolías, hijo de Ajicam: No ha- hijo de Natanías, 12 y tomando todos sus
las murallas de Jerusalén. 9 m resto de Ajicam, hijo de Safan, a quien ha hecho gas eso, pues lo que dices de Ismael es hombres, salieron en persecución de Is-
los habitantes que había quedado en la el rey de Babel gobernador de las ciuda- falso. mael, hijo de Natanías, y le alcanzaron
ciudad, los huidos que se habían pasado des de Judá, y habita con él en medio del Asesinato de Godolías cerca del gran estanque de Gabaón.
a los caldeos y todo el resto del pueblo pueblo, o vete donde tú mejor quieras. A •* 1 Y sucedió que el séptimo mes 13 Todo el pueblo que estaba con Ismael
los deportó a Babel Nebu-Zardan, jefe de Diole también el jefe de la guardia provi- ™ ^ vino Ismael, hijo de Natanías, hijo se alegró al ver a Joanán, hijo de Carea,
la guardia. 1°A los pobres del pueblo, siones, le hizo regalos y le despidió. de Elisama, de sangre real, de los magna- y los jefes de tropas que le acompañaban;
6 14
que no tenían nada, los dejó Nebu-Zar- Vino, pues, Jeremías a Godolías, hijo tes de la corte, con otros diez a Godo- y todo el pueblo que Ismael llevaba de
dan, jefe de la guardia, en la tierra de de Ajicam, que residía en Misfa, y ha- lías, hijo de Ajicam, en Misfa; y comie- Misfa dio la vuelta y se fue con Joanán,
Judá y les dio viñas y campos de labor. bitó con él en medio del pueblo que ha- ron juntos en Misfa.* 2 Y se levantó hijo de Carea. 15 Ismael, hijo de Nata-
bía7 quedado en la tierra. Ismael, hijo de Natanías, y con él los nías, con otros ocho huyó delante de
Jeremías, en libertad Cuando los jefes de tropas que se ha- Joanán y se refugió entre los hijos de
diez que le acompañaban, y mataron a
il Nabucodonosor, rey de Babel, ha- bían dispersado por las varias regiones su- Godolías, hijo de Ajicam, hijo de Sa- Ammón.
16
bía dado orden a Nebu-Zardan, jefe de pieron, ellos y sus tropas, que el rey de fan, al que había puesto de 3 gobernador Tomaron, pues, Joanán, hijo de Ca-
su guardia, respecto de Jeremías, dicién- Babilonia había hecho gobernador de la de la tierra el rey de Babel; y mataron rea, y todos los jefes de tropas que le
dole: 12 Cógele y mira por él y no le tierra a Godolías, hijo de Ajicam, enco- también a todos los judíos que le acom- acompañaban a todo el resto del pueblo
hagas mal alguno; haz con él según sus mendándole los hombres, mujeres y ni- pañaban en Misfa y a los caldeos que que Ismael, hijo de Natanías, había lle-
deseos. 13 Y Nebu-Zardan, jefe de la guar- ños y los pobres de la tierra que 8no ha- se encontraban allí. vado do Mista después de matar a Go-
dia; Nebu-Sasgan, camarero mayor; Ner- bían sido deportados a Babel, vinie- 4 dolías, hijo de Ajicam; hombres y muje-
gal-Sareser, jefe de los magos, y14 todos ron a Godolías, en Misfa, Ismael, hijo Al segundo día de haber muerto Go- res, niños y eunucos que habían traído
los otros jefes del rey de Babel man- de Natanías; Joanán, hijo de Carea; Se- dolías, sin que nadie lo supiera todavía,
5 de Gabaón, " y se volvieron, detenién-
daron sacar a Jeremías del vestíbulo de rayas, de Tanjumet; los hijos de Efai, de vinieron unos hombres de Siquem, de dose en los apriscos de Camam, cerca
la guardia y se lo encomendaron a Go- Netofa, y Jezonías, hijo de un macatita, Silo y de Samaría, ochenta en número, de Belén, para desde allí dirigirse a
dolías, hijo de Ajicam, hijo de Safan, ellos y sus hombres, 9 y los conjuró Go- rasurada la barba, rasgadas las vestidu- Egipto, is huyendo de los caldeos, a quie-
para que le llevase a su casa, y quedó ha- dolías, hijo de Ajicam, hijo de Safan, a ras e incisas las carnes, que traían en nes temían por haber matado Ismael,
bitando en medio del pueblo. ellos y a sus compañeros: «No temáis sus manos oblaciones e incienso 6para hijo de Natanías, a Godolías, hijo de
15
Y Jeremías había recibido palabra servir a los caldeos, habitad en la tie- ofrecerlos en el templo de Yavé. Sa- Ajicam, puesto por el rey de Babel como
de Yavé mientras estaba preso en el 6ves- rra, servid al rey de Babel, y os repor- lióles al encuentro Ismael, hijo de Nata- gobernador del país.
tíbulo de la guardia, diciéndole:* l Ve tará bien. 10 Yo me quedo en Misfa para nías, de Misfa. Iban llorando, y al llegar
y di a Abdemelec, el etíope: Así dice recibir las órdenes que de los caldeos a ellos les dijo: Venid a ver a Godolías, Consulta a Jeremías sobre la huida
Yavé Sebaot, Dios de Israel: Yo cum- nos vengan; pero vosotros haced la ven- hijo de Ajicam. 7 Cuando estuvieron en a Egipto
pliré mis palabras sobre esta ciudad para dimia, recoged las mieses y el aceite, y medio de la ciudad, los mató Ismael con
su mal, no para su bien; esto sucederá guardadlos y quedaos en las ciudades los que le acompañaban, arrojándolos a A O 1 Todos los jefes de las tropas,
a tus propios ojos un día. 17 Entonces yo que habitáis. la cisterna. 8 Hubo entre ellos diez que " ^ Joanán, hijo de Carea; Azarías,
te libraré, palabra de Yavé, y no serás 11
También todos los judíos que esta- dijeron a Ismael: No nos mates, que hijo de Maasías, y todo el pueblo, chi-
entregado en manos de los hombres a ban en Moab, entre los hijos de Ammón, tenemos en el campo escondida gran can- cos y grandes, se acercaron a Jeremías*
quienes temes. ls Yo te salvaré y no cae- en Idumea y en todas las otras regiones, tidad de trigo y de cebada, de aceite y 2 y le dijeron: Acepta nuestro ruego y
rás a la espada y será salva tu vida, por- al oir que el rey de Babel había dejado de miel.9 Dejólos y no los mató con los pide por nosotros a Yavé, tu Dios; por
que confiaste en mí. Palabra de Yavé. un resto de Judá y que les había dado demás. La cisterna en que arrojó Is- todos estos restos, pues de muchos he-
por gobernador a Godolías, hijo de Aji- mael todos los cadáveres de los hombres mos quedado pocos, como tú ves. 3 Que
Godolías, gobernador de la tierra cam, hijo de Safan, 12 volvieron de todas a quienes mató es una gran cisterna que Yavé, tu Dios, nos dé a conocer el ca-
J A l Palabra de Yavé que recibió Je- las regiones en que se habían dispersado, hizo construir el rey Asa cuando se de- mino que debemos seguir y lo que he-
T » " remías después que Nebu-Zardan, y vinieron a la tierra de Judá, a Godolías, fendía de Basa, rey de Israel. Esta es la mos de hacer.
jefe de la guardia, le dejó ir de Rama, en Misfa, y cogieron vino y mieses en que llenó 10de cadáveres Ismael, hijo de * El profeta Jeremías les dijo: Os oigo
donde le halló cargado de cadenas en gran abundancia. Natanías. Llevóse consigo Ismael a todo y pediré por vosotros a Yavé, vuestro
medio de los cautivos de Jerusalén y de 13 Pero vinieron a Godolías, en Mis- el resto del pueblo que se hallaba en Dios, según vuestros deseos. Todo cuan-
Judá que iban deportados a Babel. * 2 El fa, Joanán, hijo de Carea, y todos los Misfa, a las hijas del rey y a todo el to me responda Yavé5 os lo comunicaré,
jefe de la guardia real dijo a Jeremías: jefes del ejército que se habían dispersa- pueblo que en Misfa había quedado, al sin ocultaros nada. Y ellos dijeron a
Yavé, tu Dios, había amenazado con ma- do por el campo, 1 4 y le dijeron: ¿Sabes ^•i ! Godolías había establecido su residencia en Misfa, al norte de Jerusalén. Allí viene un
les a este lugar; * 3 y los ha traído sobre que Baalis, rey de los hijos de Ammón, • * oficial del rey, llamado Ismael, que, considerando a Godolías un traidor a la patria, un cola-
15
boracionista, le asesina en secreto y a otros más que se mostraban adictos.
El buen eunuco, que tan bien se había portado con Jeremías, había recibido seguridades de
éste que tendría salva su vida. Era lo más que podía esperarse en tales circunstancias (Is 56,3-7). A O ! La situación era grave. El gobernador puesto por los caldeos había sido muerto, y éstos
^ ^ no podían menos de castigar a los presuntos autores del crimen, siendo de temer, además,
Af\ * Este primer versículo viene a servir de título de los cinco capítulos que siguen. que no se detuvieranf mucho en depurar la verdad. Consultan a Jeremías, dispuestos a cumplir lo
» " 2 L o s vv.2-6 nos narran en detalle lo que 39,14 dice en compendio sobre la suerte del pro- que por su medio Di ;s les diga. Diez días se hizo esperar la respuesta, y fue ésta que se quedasen
feta al ser tomada la ciudad. en la tierra, sin temor a las venganzas de los caldeos.
JEREMÍAS 42-43 858 859 JEREMÍAS 44
Jeremías: Sea Yavé contra nosotros tes- hago saber hoy, y vosotros no escu- Idolatría y su castigo Egipto que vuelvan a la tierra de Judá,
tigo verdadero y fiel si no hiciéramos en cháis la voz de Yavé, nuestro 22Dios, lo objeto de las ansias de su alma, a la
todo según la palabra que Yavé, tu Dios, que me ha encargado deciros. Sabed, A A 1 Palabras que dirigió Jeremías a que querrían volver para habitar, si no
te mande para nosotros. 6 Bueno o malo, pues, que certísimamente moriréis de es- T» « todos los judíos que habitaban en es algún fugitivo.
seguiremos el mandato de Yavé, nues- pada, de hambre y de peste en el lugar tierra de Egipto, en Migdol, Tafnes, Men- 15 Entonces todos los hombres, sabedo-
tro Dios, a quien te enviamos, para que a donde queréis iros a habitar. fis y en la región de Patros. * 2 Asi dice res de que sus mujeres ofrecían incienso
nos suceda bien obedeciendo la voz de Yavé Sebaot, Dios de Israel: Vosotros a los dioses ajenos, y todas las mujeres,
Yavé, nuestro Dios. H u i d a a Egipto contra la voluntad habéis visto todos los males que yo he reunidas en gran asamblea, y todos los
7
Pasados diez días, recibió Jeremías del profeta traído sobre Jerusalén y sobre todas las del pueblo que habitaban en Egipto, en
palabra de Yavé: 8 y llamó a Joanán, 1 ciudades de Judá,3 desiertas hoy, sin que la región16 de Patros, respondieron a Je-
hijo de Carea, y a todos los jefes de tro- A O Sucedió, pues, que cuando Jere- nadie las habite, por las iniquidades que remías: No te escucharemos17en lo que
pas que con él estaban y a todo el pueblo, ^ « * mías acabó de hablar a todo el cometiron, provocando mi ira y yéndose nos dices en nombre de Yavé, sino que
chicos y grandes, 9 y les dijo: Así dice pueblo las palabras de Yavé, su Dios, a ofrecer incienso a los dioses ajenos,4 que persistiremos en hacer todo cuanto nos
Yavé, Dios de Israel, a quien me habéis todo cuanto Yavé,2 su Dios, le había en- no conocían ni ellos ni sus padres. Y o venga en boca, quemando incienso a la
mandado para presentarle vuestros rue- cargado decirles, Azarías, hijo de Maa- os mandé repetidamente a mis siervos, Reina del cielo y ofreciendo libaciones,
gos : 10 Si os quedáis tranquilos en esta sías; Joanán, hijo de Carea, y todos los los profetas, diciéndoos: No5 hagáis esas como antes hemos hecho e hicieron nues-
tierra, yo os edificaré y no os destruiré, hombres soberbios dijeron a Jeremías: Es abominaciones que detesto. Y no obe- tros padres, nuestros reyes y nuestros
os plantaré y no os arrancaré, pues me mentira lo que dices: No te ha enviado decieron ni me dieron oídos, convirtién- magnates en las ciudades de Judá y en las
pesa ya del mal que os he hecho. Yavé, nuestro Dios, para decirnos: No dose de sus maldades y dejando de ofre- plazas de Jerusalén, viéndonos entonces
il No os dé miedo el rey de Babel, a hijo vayáis a habitar en Egipto. 3 Es Baruc, cer incienso a los dioses ajenos. 6 Y estalló hartos de pan1S y felices, sin experimentar
quien teméis; no temáis de él, dice Yavé, otros,depara Nerías, que te incita contra nos-
entregarnos a los caldeos, para
mi cólera y se encendió mi furor sobre la desdicha; mientras desde que deja-
pues yo estoy con vosotrosI 2 para salva- que nos den las ciudades de Judá y en las plazas de mos de quemar incienso a la Reina del
ros y libraros de sus manos. Yo os haré Babel. muerte o nos deporten a Jerusalén, convertidas en desierto y de- cielo y ofrecerle libaciones, carecemos de
hallar gracia ante él, y él 13os la hará y vastación, como están hoy. todo y nos consume la espada y el ham-
* De este modo Joanán, hijo de Carea; 7
os dejará en vuestra tierra. Pero si de- Ahora, pues, así dice Yavé Sebaot, bre. I 9 Y si nosotros quemamos incienso
cís: No queremos seguir en esta tierra todos los jefes y todo el pueblo desoyeron Dios de Israel: ¿Por qué cometéis contra a la Reina del cielo y le ofrecemos liba-
y no uescucháis la voz de Yavé, vuestro la orden 5de Yavé de quedarse en la tierra vosotros mismos ese gran mal de hacer ciones, ¿es acaso sin nuestros maridos
Dios, diciendo: Nos iremos a la tierra de Judá. Y Joanán, hijo de Carea, y to- que perezcan hombres y mujeres, niños y como hacemos las tortas para ofrecérse-
de Egipto, donde no veremos ya la gue- dos los jefes de tropas tomaron a los res- mamones, de en medio de Judá,8 sin que las a su imagen y hacerle las libaciones?
rra ni oiremos el sonido de la trompeta tos de Judá que habían vuelto de las re- quede resto alguno de vosotros, provo- 2
o Y dijo Jeremías a todo el pueblo, a los
y5no habrá falta de pan, allí habitaremos; giones todas en que se habían dispersa- cándome con las obras de vuestras ma- hombres y a las mujeres, a todos los que
1 entonces, restos de Judá, escuchad la do, para habitar en la tierra de Judá; nos, ofreciendo incienso a los dioses aje- asi le habían respondido: 21 ¡Qué! El
palabra de Yavé: * los hombres, las mujeres, los niños, las nos en la tierra de Egipto, a que habéis incienso que en las ciudades de Judá y
Así dice Yavé Sebaot, Dios de Is- hijas del rey y todos cuantos Nebu-Zar- venido a habitar, y desaparezcáis y seáis en las plazas de Jerusalén quemasteis vos-
rael: Si volvéis vuestros ojos a Egipto dan, jefe de la guardia real, había dejado maldición y oprobio de todas las gentes otros, vuestros padres y vuestros reyes,
para iros allá y habitar en él, 16 la espada con Godolías, hijo de Ajicam, hijo de Sa- de la tierra? vuestros magnates y todo el pueblo, ¿no
que teméis os alcanzará sobre la tierra fan, y a Jeremías, profeta, y a Baruc, hijo 9
7 ¿Habéis por ventura olvidado las ini- lo ha recordado Yavé y no lo ha tenido
de Egipto, el hambre que receláis os so- de Nerías; entraron en Egipto, des- quidades de vuestros padres, de los reyes presente? 22 No podía ya soportar Yavé
brevendrá en Egipto y os hará morir oyendo la voz de Yavé, y llegaron a de Judá, de vuestros magnates, las vues- la malicia de vuestras perversidades y
allí. 17 Y todos cuantos vuelvan el rostro Tafees. * tras y las de vuestras mujeres, las come- vuestras abominaciones, y por eso vues-
hacia Egipto para ir a habitar allí mori- 8 Y recibió Jeremías la9 palabra de Yavé tidas en la tierra de Judá y en las calles tra tierra ha sido convertida en un desierto
rán de espada, de hambre y de peste; en Tafnes, diciéndole: Toma con tu de Jerusalén? 10 ¡No se han arrepentido inhabitado, hecha23 horror y maldición,
ni uno solo escapará ni se librará del mano unas piedras grandes y mételas en todavía hoy! No han tenido temor ni como está hoy. Por haber quemado
mal que yo haré venir sobre ellos; 18 por- el empedrado, junto a la puerta de Fa- han seguido mis preceptos, los que os di incienso a los ídolos, pecando contra Ya-
que así dice Yavé Sebaot, Dios de Is- raón, en Tafnes, en presencia de los ju- a vosotros y a vuestros padres. vé, sin oir su voz ni seguir su ley, sus
rael: Lo mismo que ha estallado mi có- díos. 1° Y diles: Así dice Yavé Sebaot, H Por tanto, así dice Yavé Sebaot, Dios preceptos y sus amonestaciones, por eso
lera y mi furor contra los habitantes de Dios de Israel: Yo mandaré a buscar a de Israel: Yo volveré a vosotros mi ros- han venido sobre vosotros todos esos
Jerusalén, así estallará mi furor contra Nabucodonosor, rey de Babel, mi sier- tro para mal y exterminaré a todo Judá, males que hoy padecéis.
vosotros si os vais a Egipto, y seréis vo, que asentará su trono sobre estas pie- i 2 y tomaré a los restos de Judá que 24
Dijo, pues, Jeremías a todo el pue-
objeto de execración, de horror, de mal- dras que acabo de colocar y extenderá so- volvieron su rostro a Egipto para venir blo y a todas las mujeres: Oíd la palabra
dición y de9 oprobio y no veréis más bre ellas su tapiz. 11 Vendrá y batirá la tie- a habitar en él, y perecerán todos en tierra de Yavé todos los de Judá que habitáis
esta tierra. 1 He aquí la palabra de Yavé rra de Egipto; los que a la muerte, a la de Egipto; caerán por la espada, morirán en tierra de Egipto: 25 Así dice Yavé
para vosotros, restos de Judá: No va- muerte; los que al cautiverio, al cautive- 12
de hambre desde el más pequeño hasta Sebaot, Dios de Israel: Vosotros y vues-
yáis a Egipto. Sabed que yo os lo ad- rio ; los que a la espada, a la espada. Y el más grande; morirán de espada o de tras mujeres lo decís con vuestra boca y
vierto hoy solemnemente. pegará fuego a los templos de sus dioses, hambre y serán execración, asombro, mal- lo haréis con vuestras manos; decís: Cum-
20
Os engañáis a vosotros mismos. Me y los abrasará, y despiojará la tierra de dición y oprobio. 13 Yo ajustaré cuentas pliremos los votos que hemos hecho de
habéis mandado a Yavé, nuestro Dios, Egipto como despioja el pastor3 su zama- a los que habitan en tierra de Egipto, quemar incienso a la Reina del cielo y
diciéndome: Intercede por nosotros cer- rra, y saldrá de aquí en paz. I Y rompe- como se las ajusté a los de Jerusalén, por ofrecerle libaciones. Ciertamente los cum-
ca de Yavé, nuestro Dios; todo lo que rá los obeliscos del templo del Sol, en la espada, por el hambre y por la peste. pliréis . ciertamente los pondréis por obra.
26
diga Yavé, nuestro Dios, comunícanos- Egipto, y quemará los templos de Egipto. 14 No habrá fugitivos ni supervivientes de Oíd, pues, la palabra de Yavé todos
lo y nosotros lo haremos, 21 Yo os lo | los restos de Judá venidos a habitar en los de Judá que habitáis en Egipto: Yo

4 3 7 ^e cre * an e n Egipto libres de los caldeos, pero Jeremías les asegura que su seguridad es vana. M A 3 En Egipto se halla el profeta con que lo:i muchos judíos que allí moraban padecían de la
^ " Nabucodonosor llegará y hará en Egipto lo mismo que habia hecho en Judá. Esta expedición ' ' ^ misma enfermedad que los de Judá: la ideilatría. A ellos dirige este largo discurso, en que
parece haberse realizado el año 37 de Nabucodonosor, que sería el 568. les amenaza con la muerte en la tierra de su destie rro; sólo unos pocos volverán a la patria.
JEREMÍAS 44-46 860 861 JEREMÍAS 46-48
juro por mi gran nombre, palabra de to, que estaba en Carquemis, junto al el Rey, I Yavé Sebaot es su nombre. I de los filisteos; | de arrancar a Tiro y a
Yavé, que no será ya más pronunciado río Eufrates, al que derrotó Nabuc&do- Como el Tabor entre los montes w| y el Sidón [ cuantos aliados les quedan toda-
mi nombre por boca de ningún hombre nosor, rey de Babel, el cuarto año de Carmelo junto al mar, vendrá. I Lía vía. [ Es Yavé que destruye a los filisteos, |
de Judá, diciendo: ¡Vive el Señor Yavé!, Joaquim, hijo de Josías, rey de Judá. * el hato del cautiverio, I moradora hija a los retoños de la isla de Caftor; | 5 Gaza
en toda la tierra de Egipto. * 27 Yo velaré 3
Preparad escudo y broquel, | marchad de Egipto, I pues Menfis se convertirá se ha rasurado la cabeza, | Ascalón está
sobre ellos para mal, no para bien, y a la guerra, | aparejad los caballos. | en un desierto, | devastada, sin habitan- desgreñada, | los retoños de Enac se hieren
4
todos los varones de Judá que habitan A montar, caballeros; formad; I el casco tes. I 20 Es el Egipto una hermosa novi- sin6 piedad.
en tierra de Egipto serán consumidos en la cabeza; | limpiad las lanzas, ceñid lla; I del norte ha venido el tábano a ¡Oh espada de Yavé! | ¿Cuándo repo-
por la espada y por el hambre hasta que la 5 loriga. picarla. sarás? I 7Vuelve a la vaina, descansa, re-
perezcan del todo, 28 y los que escapen a ¿Qué veo? Vacilan, | vuelven la es- 21
Sus mercenarios eran como toros ce- posa. I ¿Cómo va a cesar, si es Yavé
la espada volverán de la tierra de Egipto palda. I Muertos los más valientes, | hu- bados; I pero también ellos volvieron la quien la manda? | Contra Ascalón y
a la tierra de Judá, muy pocos en nú- yen veloces, sin mirar atrás. | Terror espalda, | huyeron todos, y no resistieron | contra la región marítima la mandó.
mero, y los restos de Judá que han en- por doquier, palabra de Yavé. | i No cuando les llegó el día 22 de la destrucción, j
trado en tierra de Egipto sabrán qué escapará el más veloz, | no se librará el día de su castigo. | Su voz es como Contra M o a b
palabra es la que se cumple, sí la mía o el más fuerte. | Al norte, a orillas del silbido de serpiente que silba, I pues vie- A O J Sobre Moab. Así dice Yavé Se-
la suya. 29 Y he aquí la señal, palabra Eufrates, | cayeron derrotados. nen con gran poderío, I y los atacan con ™ ** baot, Dios de Israel: | ¡Ay de Nebó!
de Yavé, de que yo os pediré cuentas en 7
¿Quién es ese que avanza como un sus hachas, | como leñadores de la selva. 1 Está devastada. I Confundida y conquis-
este lugar y de que se realizará mi palabra río, I cuyas aguas rugen como torrente? | 23
Arrasan su bosque, palabra de Yavé, | tada está Quiriat-Jearim;2 | confundida y
contra vosotros para vuestro mal. 30 Así 8
Es Egipto, que sube como el Nilo, j pues son innumerables, I más numerosos consternada, Pisga; * I huyó la gloria
dice Yavé: Yo entregaré al faraón Ho- cuyas aguas rugen como torrente, 1 que que las24 langostas; | nadie puede contar- de Moab. I En Hesebón se trama su mal: |
fra, rey de Egipto, en manos de sus enemi- dice: Inundaré la tierra, devastaré las los. I Ha sido confundida la hija de ¡Ea!, borrémosla de entre los pueblos. |
gos, en manos de los que de muerte le ciudades con sus moradores. | * Adelante Egipto, I entregada en manos del pueblo También tú, Dibón, sucumbirás. | La
persiguen, como entregué a Sedecías, rey la caballería; | avancen los carros; | mar- del25norte. espada se vuelve contra ti.
de Judá, en manos de Nabucodonosor, rey 3
chad, valientes. | Etíopes y libios, | el Dice Yavé Sebaot, Dios de Israel: | Gritos se oyen de Joronaím. Devas-
de Babel, su enemigo, que de muerte le escudo al 10 brazo; | libios, los que tensan Yo voy a castigar a Amón de Tebas, I y tación, ruina inmensa. | 4 Moab está des-
perseguía. el arco. | Pero es el día de Yavé, Dios a26 Faraón y a los que en aquél confían. | trozado. 5I Los alaridos se oyen hasta en
de los ejércitos; I día de venganza contra Y los entregaré en manos I de los que Segor. I Por la subida de Luit suben
Palabras del Señor a Baruc sus enemigos. | La espada devorará, se los persiguen de muerte, | en manos de llantos, I por la bajada de Joronaím bajan
i C i Palabras que dijo Jeremías, pro- hartará, | se embriagará de su sangre. | Nabucodonosor, rey de Babel, | y en gritos de angustia. | * Huid, salvaos, co-
" * » feta, a Baruc, hijo de Nerías, cuan- Día de gran sacrificio a Yavé, Dios de manos de sus subditos, | y después de rred I como onagros en el desierto. |
7
do escribía estas cosas al dictado de Je- los ejércitos, | en tierras del norte, junto esto el Egipto volverá a ser habitado | Por haber puesto tu confianza en tus
remías, el cuarto año de2 Joaquim, hijo al río Eufrates. como antes, palabra de Yavé. fortalezas y en tus tesoros, | también tú
11 27
de Josías, rey de Judá. Así 3dice Yavé, Sube a Galad en busca de bálsamo, | Pero tú, siervo mío, Jacob, no te- serás tomada. | Irá Camos al destierro, |
Dios de Israel, a ti, Baruc. Tú dices: virgen hija de Egipto. | En vano multipli- mas; I no desmayes, Israel. | Yo te liber- y con él sus sacerdotes y sus magnates, j
¡Ay mísero de mí, que Yavé no hace más carás12 los remedios, | no hay cura para taré de la tierra lejana, I y libraré a tu 8 Entrará el conquistador en todas las
que añadir dolor a mi dolor! 4Me canso ti. I Oyeron las gentes tu ignorancia, ( descendencia del país del destierro, I y ciudades, I ninguna se salvará. I El valle
de gemir y no hallo reposo. Así dice y tus alaridos llenaron la tierra. | Tropezó Jacob volverá a vivir tranquilo, | seguro y será arrasado, el llano devastado, | como
Yavé: Dile esto: He aquí que lo que yo el fuerte con el fuerte, | y ambos junta- sin temor. | 28 No temas, no, siervo mío, lo ha dicho Yavé. | 9 Dad alas a Moab |
había edificado lo destruyo, lo que había mente cayeron. Jacob, I palabra de Yavé, que yo estoy y que emprenda el vuelo. I Sus ciudades
plantado lo arranco. 5 ¡Y tú pides para 13
Palabras que dijo Yavé a Jeremías, contigo I y destruiré a todos los pueblos | se convertirán en desiertos, | sin que haya
ti grandes cosas! No las pidas, pues mien- profeta, sobre la venida de Nabucodono- en que te he dispersado; | pero a ti no quien las habite.
10
tras yo hago venir males sobre toda carne, sor, rey de Babel, a Egipto para batir- te destruiré, | sino que te castigaré según ¡Maldito el que ejecute negligente-
te dejo a ti salva la vida dondequiera lo: * I 14 Anunciadlo en Migdol, 1 prego- merezcas; I no te dejaré impune. mente la obra de Yavé, | maldito quien
que vas. nadlo en Menfis; I decid: ¡Arriba!, pre- retraiga la espada de la sangre! | " Tran-
paraos, I porque la espada15va a devorarlo Contra los filisteos quilo estuvo Moab desde su adolescen-
Q U I N T A P A R T E 1
todo en torno vuestro. I ¿Cómo huye Palabra que dirigió Yavé a Je- cia; I reposado sobre sus heces, | no
Apis? I Tu toro ha16sido abatido, | porque 47 remías sobre los filisteos antes que había sido trasegado de tinaja en tinaja, |
VATICINIOS SOBRE LAS NACIONES Yavé lo derribó. | Tus soldados tropie- el Faraón tomara a Gaza. * 2 Así dice llevado al destierro. | Por eso conservó su
(46-50 zan y caen, | dícense unos a otros: | ¡Ea! Yavé: gusto I y no se disipó su aroma; | 1 2 pero
Volvámonos a nuestros pueblos, | a la Mirad, las aguas suben del norte, | ahora viene tiempo, dice Yavé, | en que
Contra Egipto tierra en que nacimos, I ante la espada son como torrente desbordado; | inun- yo le mandaré trasegadores que le trase-
AR 1 Palabras de Yavé a Jeremías con- destructora.
17
dan la tierra en toda su amplitud, I la garán, I que13 vaciarán las tinajas y las
™ " tra las gentes. * 2 A Egipto. Contra Al Faraón, rey de Egipto, | llamadle ciudad y sus moradores. | Lanzan gritos romperán. | Y será confundido Moab
el ejército del faraón Necao, rey de Egip- «ruido a destiempo». | l s Vivo yo, dice los hombres | y se lamentan todos los por Camos, | como lo fue la casa de Is-
26
habitantes de la tierra | 3 al estrépito rael I por Betel, su esperanza. I 14 ¿Cómo
Insiste el profeta, y como señal de su palabra anuncia la muerte del faraón Hofra a manos del galopar de sus caballos, | al estruendo decíais: Somos valientes, | hombres fuertes
de sus enemigos. Los historiadores clásicos cuentan que, en efecto, habiendo sido destronado por de los carros, | al retumbar de sus ruedas. | para la lucha? 115 El devastador de Moab
Amesés (569), éste le trató al principio con respeto, pero luego, obligado por las exigencias del
pueblo, le hizo estrangular. Los padres no cuidan de sus hijos, | cáen- sube contra él, | la flor de su juventud baja
1
seles los brazos. para la matanza. | Palabra del Rey, |
Los capítulos que siguen (46-51) van dirigidos contra las naciones. En los LXX se halla 4
46 Es que llega el día, | el día de la ruina Yavé Sebaot su nombre.
2
esta sección después de 25,12. Tiene su paralelo en ls 13-23 y en Ez 25-32.
La primera parte (2-12) es un canto de triunfo al poder de Yavé, que deshizo en Carquemis
(604), por medio de los caldeos, al ejército del faraón Necao, necia esperanza de tantos en Judá. 1
13
47 El enemigo viene del norte (v.2); no puede dudarse que sea el ejército caldeo.
Este título ya nos dice el contenido del oráculo siguiente, la invasión de Nabucodonosor
sobre el Egipto, anunciada en 43,8 ss. Esto no se había cumplido antes del año 37 de Nabucodo- AQ
e
* Este largo vaticinio contra el tradicional enemigo de Israel termina con una breve promes*
oosor (568). rv ¿g restauración (v.47).
JEREMÍAS 48-49 862 863 JEREMÍAS 49
20
'* Ya se acerca la ruina de M o a b , | suspira como u n a flauta, | p o r la pérdida rodean, palabra de Yavé, y os dispersa- Oíd, pues, los designios de Yavé con-
su mal corre velozmente. I 17 Lloradle de cuantos bienes habían adquirido, réis cada u n o por su lado, I y no habrá tra E d o m , I los planes que traza contra
37
todos sus vecinos, I todos los que por T o d a cabeza h a sido rapada, I t o d a quien reúna a los huidos. I 6 Y después Teman. | E n verdad que serán conduci-
su fama le conocéis, decid: I ¿Cómo así barba rasurada, | todos los brazos están de esto yo haré volver | la cautividad de dos p o r lo más ruin del rebaño, | y a su
ha sido roto el cetro poderoso, | el báculo desgarrados, | y los ríñones, cubiertos de los hijos de A m m ó n , palabra de Yavé. vista se espantarán los pastizales. | 2 1 Tem-
glorioso? | 1 8 Desciende de tu magnificen- cilicio. | 38 Sobre t o d o s los terrados de blará la tierra al fragor de su ruina I y se
cia y siéntate en el cieno, | m o r a d o r a M o a b y en todas sus plazas | no hay m á s Contra E d o m oirán sus alaridos en el mar Rojo. | 2 2 Co-
hija de Dibón, | que ya sube contra ti el que llantos, | porque he roto a M o a b | m o águila subirá, volará I y extenderá
devastador de M o a b , | que arrasará tus como se r o m p e un cacharro enojoso, pa- ' Así dice Yavé Sebaot: I ¿No hay sus alas sobre Bosra, | y el corazón de
fortalezas. ¡ " Sal al camino y atalaya, | labra de Yavé. sabiduría en Teman? | ¿Huyó de sus sa- los guerreros de E d o m será entonces |
39
habitante de Aroer; I pregunta a los hui- ¡Cómo ha sido quebrantado! Lamen- bios el consejo? | ¿Se ha desvanecido su c o m o el corazón de mujer en parto.
dos ; a los que se h a n salvado, diles: «¿Qué taos; | ¡cómo volvió M o a b las espaldas prudencia? * | 8 Huid, volved las espaldas,
pasó?» vergonzosamente! | Es objeto de burla y buscad refugios profundos, I habitantes
20 Contra Damasco
Avergonzado está M o a b ; h a sido de- de espanto para cuantos le rodean. | de D e d á n , | porque voy a traer la ruina
rrotado. | Clamad, gritad, I anunciadlo 40
Por eso dice Yavé: | Sí, viene volando de Esaú, | el tiempo de su castigo. | 9 Cuan- 23
J a m a t y Arfad están cubiertas de
en el A r n ó n : | M o a b está devastado. | como el águila | y extiende sobre M o a b do vengan contra ti los viñadores I no vergüenza, I les ha llegado una mala
21
Se ha cumplido el castigo I contra los sus alas. | 4l Sus ciudades serán tomadas, te dejarán un racimo. I C u a n d o de noche nueva, | se conturbaron y se agitan como
moradores de la meseta, | contra Jolón, asaltadas sus fortalezas, | y entonces el te asalten los ladrones ¡ se llevarán cuanto el mar, | y no hallan descanso. *
contra Jasa, I contra Mefat | 2 2 y contra corazón de los guerreros de M o a b I será les convenga. | 10 Soy yo quien despoja 24
Damasco, acobardada, se dispone a
D i b ó n ; | contra N e b ó , contra Bet-Dibla- en aquel día como el corazón de mujer a E s a ú ; | yo descubriré sus escondites, I no la fuga; | es presa del terror, | siente an-
taím, | 2 3 contra Quiriat-Jearim, contra en parto. | 4 2 Y dejará M o a b de ser u n a podrá ocultarse. | Su pueblo será destrui- gustias y dolores | como de parturienta.
Bet-Gamul, I contra Bet-Maón, | 2 4 contra nación, | p o r haberse alzado contra Yavé. d o , | sus hermanos y sus vecinos dirán: 2 5 ¡Ay de ella! | ¡Cómo h a quedado de-
43
Queriot y contra Bosra; | contra todas las Terror, hoya y red [ contra vosotros, 11 «Deja a tus huérfanos, que yo los sierta la ciudad gloriosa, | la ciudad de
ciudades de M o a b | cercanas y lejanas. | moradores de M o a b , | palabra de Yavé. | criaré, | que cuenten conmigo tus viudas». | la alegría! | 26 Por eso caerá en sus plazas
25 44 12
El poder de M o a b h a sido abatido, | El que escape al terror caerá en la Porque así dice Y a v é : | L o s que no su juventud, | y todos sus hombres de
roto ha sido su brazo, palabra de Yavé. h o y a , | el que se libre de la hoya será hubieran debido beber el cáliz I h a n te- guerra perecerán en aquel día, | palabra
26
Emborrachadle, pues se alzó contra cogido en la red. | Y o haré venir todo esto nido que beberlo, | ¿y vas a quedar tú de Yavé Sebaot. | 2 7 Yo pegaré fuego a
Yavé; | y M o a b , que ha batido palmas, | contra M o a b el año de su castigo, pala- impune? | N o quedarás, n o ; lo beberás. | los muros de Damasco, | que consumirá
11
sea también objeto de burla. I rl ¿No te b r a de Yavé. ) 4 5 Se detienen a la sombra P o r q u e h e jurado p o r mí mismo, | los palacios de Benadad.
burlabas de Israel, | como de ladrón de Hesebón | extenuados por la fuga. | palabra de Y a v é ; | soledad, objeto de
cogido, y hablabas de él moviendo burlo- Pero suben de Hesebón las llamas, I sale o p r o b i o y de maldición será Bosra; | C o n t r a los á r a b e s
namente la cabeza? I 2 8 A b a n d o n a d vues- el fuego de los palacios de Sehón, i que sus ciudades, ruinas por siempre.
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tras ciudades, habitantes de M o a b , I y devora las sienes de M o a b , | la coronilla 1 4 H e recibido de Yavé u n a noticia, | Contra Cedar y el reino de Jasor, que
refugiaos en las rocas, | como la paloma de los jactanciosos. h a sido enviado u n heraldo p o r los pue- destruyó Nabucodonosor, rey de Babel,
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bravia, | que anida al borde de los pre- ¡Ay de ti, M o a b ! | Acabaste, pueblo blos: I «Reunios y marchad contra él, así dice Y a v é : | Levantaos, marchad con-
cipicios. de Camos. I Tus hijos son llevados cauti- alzaos para hacerle la guerra». | 1 5 Y o te tra Cedar y devastad a los hijos del Orien-
2 29
' Conocida es la soberbia de M o a b , el vos, | y tus hijas en cautiverio. | 4 7 Pero haré pequeño entre los pueblos, | des- te. * I Apodérense de sus tiendas y de
soberbio; | su orgullo, su altanería, su al fin de los días | yo haré volver a los precio de los hombres. | 16 Te ha enga- sus ganados, | de sus tapices, de todos sus
arrogancia, I la altivez de su corazón. | cautivos de M o a b , | palabra de Yavé. | ñ a d o la altanería de tu corazón, | tú utensilios; I apropíense sus camellos | y
3" Bien conozco, bien, su jactancia, pa- Hasta aquí el juicio de M o a b . que habitas en los huecos de las rocas | esparzan el terror en torno suyo.
labra de Yavé; | sus vanas bravatas, sus y escalas las crestas de los montes. | 30 Huid, escapad a toda prisa, | buscad
fútiles obras. 1 31 Por eso gimo por M o a b , | Contra Arrimón A u n q u e pongas tan alto como el águila escondidos refugios, I habitantes de Ja-
me lamento p o r M o a b t o d o | y lloro por An ' A s í dice Y a v é : [ ¿Por ventura tu nido, I de allí te haré bajar, palabra de sor, I palabra de Yavé. | Porque N a b u c o -
las gentes de Quit-Jeres. | 3 2 M á s que por ^ * * no tiene hijos Israel? | ¿No tiene Yavé. donosor, rey de Babel, | h a trazado contra
Jazer lloro por ti, viña de Sibma. | Tus heredero? | ¿Por qué, pues, Milcom ha 1' E d o m vendrá a ser objeto de horror, | vosotros sus planes | y está haciendo pro-
sarmientos atravesaron el m a r | y se ex- heredado a G a d | y su pueblo ocupa sus el viandante se quedará estupefacto. | yectos en daño vuestro.
tendían hasta Jazer. | Sobre tu cosecha ciudades? * | 2 Por eso viene tiempo, pa- Y contemplará sus ruinas silbando bur- 31 Alzaos, marchad contra una gente
y tu vendimia I se arrojó el devastador. labra de Yavé, | en que yo haré oir a lonamente. | 1 8 Destruido como Sodoma y tranquila | y confiada, palabra de Yavé, |
33 Huyeron de los vergeles de M o a b el R a b b a - A m m ó n | los gritos de guerra. | G o m o r r a , ¡ con sus ciudades vecinas, que no tiene puertas ni cerrojos | y habita
32
regocijo y la alegría. | Y o he vaciado el Quedará convertido en un m o n t ó n de dice Yavé. | N o habrá quien la habite, | aislada. | Serán vuestro botín sus ca-
vino de tus tinajas, | no pisará ya más ruinas, | sus ciudades serán quemadas. | ni hijo de h o m b r e que en ella more. | mellos, y vuestra presa sus ganados. I Y o
el lagarero. I La canción ya no es can- Y heredará Israel a sus herederos, pala- 1 9 C o m o un león subirá desde los bos- dispersaré a todos los vientos a esas sienes
ción. | 3 4 Los alaridos de Hesebón llegan bra de Yavé. cajes del Jordán | a los pastos siempre rapadas | y de todos los confines haré
hasta Eleale, I se extiende su rumor hasta 3
¡Grita, Hesebón! H a sido devastada verdes. | En un m o m e n t o los arrojaré venir sobre ellos la ruina, I palabra de
33
Jasa, | desde Segor hasta Joronaím | y Hai. | Gritad, hijas de R a b b a t ; | ceñios de ellos ¡ y estableceré allí a quien me Yavé. I Y se convertirá Jasor en guarida
hasta Eglat-Selisiya. Sí, aun las aguas de cilicios, llorad, | porque Milcom será lle- plazca. I Pues ¿quien como yo? | ¿Quién de chacales I y quedará por siempre de-
Nimri se secarán. vado cautivo, | y con él sus sacerdotes m e pedirá cuentas? | ¿Quién es el pastor sierta. I N o morará en ella nadie, | ni la
35 Y o haré desaparecer de M o a b , pala- y magnates. que me hará frente? habitará hijo de hombre.
4
bra de Yavé, | a los que suben a sus altu- ¿Por qué te glorias de tus valles, hija 7
ras | a ofrecer incienso a sus dioses. ] 36 Por rebelde? | Y confiada en tu riqueza de- Edom, descendiente de Esaú, tan poco benévolo para con sus hermanos, que batió palmas
eso mi corazón suspira | como una flauta cías : ¿Quién vendrá contra mí? ¡ 5 Y o en la ruina de Jerusalén, sufrirá la misma pena de parte délos caldeos. Elleón del v.io debe de ser
Nabucodonosor.
por M o a b ; por las gentes de Quir-Jeres | traeré sobre ti el terror | de cuantos te 23
El profeta parece conservar la memoria de las antiguas relaciones guerreras de Damasco
1
con 2Israel.
8
Esta breve profecía sobre Arrimón termina también con una promesa parecida a la de Las tribus de la Arabia, que más de una vez hacían sentir su furor guerrero y rapaz a la Pa-
Moab (v.6). lestina, tampoco quedarán libres de las ambiciones bélicas de Nabucodonosor.
JEREMÍAS 49-50 864 865 JEREMÍAS 50-51
Contra E l a m s Huid del recinto de Babel, | de la ellos, palabra de Yavé, | y haz cuanto yo contra sus aguas, que se secarán, | por-
34 tierra de los caldeos salid. I Sed 9como te 22he mandado. * que es tierra de ídolos | y se glorían de sus
Palabra de Yavé a Jeremías, profeta, cabestros a la cabeza del ganado, | por- Estruendo de guerra en la tierra, I espantajos. | 39 Por eso se convertirá en
acerca de Elam, que le fue dirigida al que voy a suscitar | y a lanzar contra inmensa ruina. I 23 ¿Cómo has sido roto cubil de fieras y chacales, | en morada de
comienzo del reinado de Sedecías, rey Babel un gran conglomerado de muchas en pedazos, | martillo de toda la tierra? I avestruces. | Y no será más habitada | ni
de Judá. * gentes del norte, I que la asediarán y ¿Cómo has venido a ser, Babel, horror de poblad a po r siglos . | 4 0 Com o destruyó
35
Así dice Yavé Sebaot: | Yo romperé la tomarán; | sus saetas, como de gue- las gentes? | 24 Soy yo quien te ha ten- Yavé a Sodoma, I a Gomorra y a las ciu-
el arco de Elam, I el fundamento de su rreros adiestrados, I no errarán el blanco. I dido la red, | y sin darte cuenta, Babel, dades vecinas, I no habitará hombre en
fuerza. I 36 Yo desencadenaré contra Elam 10
Y será dada la Caldea al pillaje, | y quedaste presa en ella. | Estás cogida, ella ni morará en ella hijo de hombre.
los cuatro vientos I de los cuatro confines se hartarán los conquistadores de sus has sido apresada, | porque provocaste 41
Ya viene del norte un pueblo, | un
del cielo. | A todos estos vientos los despojos, | palabra de Yavé. a Yavé. | 2 $Yavé abrió sus arsenales, pueblo grande, | muchos reyes se alzan
dispersaré | y no habrá nación | que no 11
Alegraos ahora, regocijaos, I despo- ha sacado las armas de su cólera. | Porque de los confines de la tierra. | 42 Empuñan
vea llegar a ella | a los fugitivos de jadores de mi heredad; | saltad como tenía un quehacer Yavé Sebaot | en la el arco y el venablo, | son crueles y sin pie-
Elam. | 37 Yo haré temblar a Elam ante novilla sobre 12la hierba, | relinchad como tierra de los caldeos. | M Venid de los dad. I Su estrépito es como el mugido del
sus enemigos, I ante los que buscan su sementales. | Grande será la confusión últimos confines contra ella, I abrid sus mar; | montan caballos, | vienen con todos
vida. | Yo haré venir sobre ellos el mal, | de vuestra madre, I grande la vergüenza graneros, I haced de ella montones como los pertrechos de guerra | contra ti, hija de
el furor de mí cólera, palabra de Yavé. | de la que os engendró. | Será la última de gavillas y destruid, | que no quede Babel. | 43 El rey de Babel ha recibido la
Yo mandaré en su persecución la espada I de las naciones, | un desierto, soledad, nada. I 27 Matad todos sus toros | que noticia, I se le han caído los brazos, | es
hasta destruirlos. I 38 Yo pondré mi trono sequedad. | 13 La ira de Yavé la dejará vayan al matadero. | ¡Ay de ellos! Les presa de la angustia ] y de dolores, como
sobre Elam | y haré perecer al rey y a sus deshabitada, | la convertirá en soledad; I llegó su día, | el día de su castigo. mujer en parto.
grandes, | palabra de Yavé. | 39 Pero al cuantos pasen por Babel se espantarán I 28
Rumor de tumulto de los fugitivos, de 44
Vedlos, se lanzan como leones | que
fin de los días haré volver a los cautivos y silbarán contra ella su total destrucción. los que escapan I de la tierra de Babel. | suben de los boscajes del Jordán i a los
a Elam, | palabra de Yavé. u
Aprestaos contra Babel y sus con- Anunciad en Sión la venganza de Yavé, pastos siempre verdes. | En un momento
tornos cuantos tendéis el arco. I Comba- nuestro Dios, | la venganza de su templo. I los hago partir | y establezco allí a quien
Contra Babel tidla, no escatiméis l las saetas, porque 29
Convocad contra Babel a los arqueros, I me place. | ¿Pues quién como yo? | ¿Quién
C n l Palabras que dirigió Yavé a Je pecó contra Yavé. I s Lanzad de todas a cuantos tienden el arco; I cercadla, que me pedirá cuentas? | ¿Quién45es el pastor
3 " remías, profeta, acerca de Babel partes contra ella el grito de guerra; | en no escape nadie. I Dadle su merecido. I que podrá oponérseme? | Oíd, pues,
y de la tierra de los caldeos: * 2 Anun- todas partes se rinde. | Cayeron sus torres, Haced con ella como ella hizo, | pues se los designios de Yavé contra Babel, | sus
ciadlo a las gentes, pregonadlo; alzad han sido arrasados sus muros. | Es la irguió contra Yavé, | contra el Santo de planes contra 1a Caldea. ] Irán conduci-
bandera, I publicadlo, no lo calléis; | venganza de Yavé. I Véngaos de ellos, Israel. | 30 Por eso caerá en sus plazas su dos por lo más ruin del rebaño, | y a su
decid: Cayó Babel, lleno de vergüenza haced con ella lo que ella hizo. * I 16 Dis- juventud I y todos sus hombres de guerra vista los pastizales se asombrarán. | « Al
está Bel, vencido está Marduc, | confun- persad de Babel a los sembradores | y a perecerán aquel día. rumor de la conquista de Babel tembla-
didos sus ídolos, abatidos sus dioses. * los que siegan | al tiempo de la cosecha. | 31
Heme aquí contra ti, insolente, | pa- rá la tierra, | sus ecos repercutirán en las
3
Del septentrión avanza contra ella un Ante la espada devastadora, | cada uno labra del Señor, Dios Sebaot. I Ha llegado naciones.
pueblo | que hará de su tierra soledad, I se volverá a su pueblo, | cada uno huirá tu día, I el día de tu castigo. | 32 Vacila
en que no habitará nadie; | hombres y a su tierra. la insolente, caerá I y nadie podrá levantar-
ganados huyeron, desaparecieron. | 4 En-
17
Israel es un rebaño disperso, | leones C 1 1 Así dice Yavé: | Yo voy a susci-
la. I Yo pegaré fuego a sus ciudades, | que «* * tar contra Babel ¡ y contra los ha-
tonces, en aquellos días, | vendrán los le dispersaron. | Primero le devoró el rey las33consumirá con todos sus alrededores.
hijos de Israel, | y con ellos los hijos de de Asur; I luego Nabucodonosor, rey de bitantes de la Caldea | el espíritu des-
Así dice Yavé Sebaot: | Los hijos de tructor; * | 2 y mandaré contra Babel bisl-
Judá. ] Seguirán su camino llorando, |y Babel, | le rompió los huesos, j 18 Por Israel viven en la opresión, I y con ellos
buscarán a Yavé, su Dios. | 5 Pregunta- eso, así dice Yavé Sebaot, I Dios de los hijos de Judá. I Cuantos los hicieron dadores que la bielden, | que harán eva-
rán por el camino de Sión vuelto hacia Israel: | Yo castigaré al rey de Babel y esclavos los retienen | y rehusan soltar- cuar su tierra I y la asediarán de todas
ella su rostro: I «Vamos y liguémonos a su tierra | como castigué al rey de los ; I 34 pero su libertador es fuerte, | su partes | el día de su miseria. ¡ 3 No deje,
con Yavé | con pacto eterno, que no Asur. | w Y traeré a Israel a sus pastizales, nombre es Yavé Sebaot; | El sabrá defen- pues, el arquero su arco | ni se desciña la
se olvide jamás». y se apacentará en el Carmelo y en Ba- der su causa para dar reposo a la tierra I malla. | No perdonéis a su juventud, | ex-
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Rebaño descarriado ha venido a ser san; | se saciará en el monte de Efraím y y confusión a los habitantes de Babel. terminad todo su ejército. [ 4 Que caigan
mi pueblo. | Sus pastores le engañaron I de Galad. ! 20 Entonces, en aquellos días, | 35
¡Espada contra los caldeos!, palabra muertos sobre la tierra de Caldea, | tras-
y le hicieron vagar por los montes. | An- se buscará la iniquidad de Israel y no se de Yavé, | y contra los moradores de Ba- pasados en su plazas. | 5 Q u e i a tierra de
duvieron de monte 7en collado, | se olvi- hallará, I el pecado de Judá y no pare- bel, I contra sus grandes y contra sus sa- los caldeos está llena de crímenes | ante el
daron del aprisco. 1 Cuantos los hallaron cerá, | porque yo seré propicio a los que bios. I 36 Espada contra sus mentirosos Santo de Israel, | pues no son ya Israel ni
los devoraban, | y se decían sus enemi- queden. adivinos, I que serán tenidos por necios. I Judá viudas | de su Dios, Yavé Sebaot.
21 6
gos: | No hay delito en ello, | porque han Sube, joh espada!, contra la tierra Espada contra sus hombres de guerra, I Huid de Babel, I salve cada uno su
pecado contra Yavé, | sede de la justicia, de Meretaím | y contra los habitantes de que se llenarán de pavor. I 37 Espada vida, | no perezcáis por su iniquidad. I Es
esperanza de sus padres. Pecod. | Espada, acuchilla y mata tras contra sus caballos y contra sus carros, I el tiempo de la venganza de Yavé; va a
y contra todas sus tropas auxiliares, i darle su merecido. I 7 Era Babel como
3 4 Elam se hallaba al este de la Caldea y cuenta mucho entre los enemigos de Asiría y Babilonia. que están en medio de ella, I que se copa de oro en manos de Yavé; | sirvió
harán como mujeres. | Espada contra sus para embriagar a toda la tierra. I Los pue-
i De todos estos vaticinios, aquel cuya razón mejor entendemos es éste, que va dirigido con- tesoros, que serán saqueados. I 38 Espada blos bebieron de su vino | y enloquecie-
50 tra Babilonia, cuyo fin, al cabo de setenta años, traerá la libertad de Israel. En efecto, el
oráculo comienza anunciando la vuelta de todo Israel, y éste es el pensamiento principal del orácu- 21
lo (2-20). Otro oráculo (21-46) en que Dios ordena a la espada venir contra Babilonia. Es la espada
2
Bel era el dios nacional de la antigua Nippur; Marduc, el de la antigua Babel. Cuando ésta de Yavé, manejada por gentes venidas del norte, y que dará libertad a su pueblo, ejerciendo su jus-
ticia contra el verdugo.
logró la hegemonía política, Marduc vino a ser el principal tutelar de Babilonia, y Bel fue llamado
Bel-Marduc, y así Jeremías les llama Bel y Marduc. e-| ' Otro tercer vaticinio contra Babel, en que abundan los mismos pensamientos de la juati-
15 Es el logro del anhelo expresado por el autor del Sal 136,8: «Dichoso quien te dé tu pago, ** * cia de Yavé. El destructor de las naciones será a su vez destruido. La Media es el instrumen-
el que a nosotros nos diste tú». to de Dios, como en Isaías 13 y 21.
¿V ácar-Colunsa 28
867 JEREMÍAS 51-52
JEREMÍAS 51 866
su fiebre yo les prepararé la bebida, I los Babel el devastador. I Son apresados sus
ron. * | 8 De repente Babel h a caldo y se ha niños; contigo aplasté al pastor y a su re- embriagaré para que desfallezcan | y duer- guerreros, rotos sus arcos, | porque es Ya-
r o l o ; i gemid por ella. | Id en busca de baño ; | 2 3 contigo aplasté al labrador y a m a n el sueño eterno, de que n o desperta- vé Dios de retribuciones, I y les dará su
bálsamo para su herida | a ver si sana. | su yunta; | contigo aplasté a gobernantes rán, I palabra de Yavé. | 4 ° Y o les llevaré merecido.
9
Hemos querido curar a Babel, pero no y jueces. al matadero como corderos, | como car- 57 Y emborracharé a sus grandes, a sus
24
Pero yo devolveré a Babel | y a todos neros y chivos. I 4 1 ¿Cómo ha sido cogida sabios, | a sus jefes, a sus magistrados, a
se ha c u r a d o ; | dejé- los habitantes de la aldea | t o d o el mal Babel? I ¿Cómo h a sido conquistada la sus guerreros, I y dormirán un sueño eter-
mosla, vamonos cada que a vuestros ojos ] hicieron ellos a Sión, gloria de toda la tierra? I ¿Cómo ha veni- no, del que n o despertarán, I palabra del
u n o a nuestra tierra, | palabra de Yavé. do a ser Babel I objeto de h o r r o r entre los Rey, cuyo n o m b r e es Yavé Sebaot. | s> Así
25
p o r q u e sube su mal- Heme aquí contra ti, monte de des- pueblos? dice Yavé Sebaot: | L a ancha muralla de

Í
dad hasta los cielos | trucción, | que destruyes la tierra. | Y o
y se eleva hasta las extenderé mi m a n o sobre ti | y te haré ro- 42 H a subido el m a r contra Babel, I la Babel será enteramente arrasada, | sus al-
lOYavé h a hecho dar desde lo alto de las rocas, | y haré de ha sumergido bajo el cúmulo de sus olas. | tas puertas q u e m a d a s ; | trabajaron en va-
justicia a nuestra cau- ti mi incendio. | 2<> N o se sacara más de « S u s ciudades h a n sido devastadas; | no tantas gentes, | y las naciones para el
sa; | venid, anuncie- ti una piedra angular | ni una piedra de ci- tierra árida y desierta, I que nadie habita- fuego se h a n cansado.
m o s en Sión | la obra miento. | Serás perpetua ruina, | palabra rá, | por la que nadie transitará. I 4 4 Y o me 59
Misión que encomendó Jeremías,
de Yavé, n u e s t r o de Yavé. ensañaré contra Bel en Babilonia, I yo le profeta, a Saraya, hijo de Nerías, hijo de
Dios. | ti Afilad las 2
? Alzad bandera en la tierra, | tocad haré vomitar por la boca cuanto engulló; | Masías, al ir éste a Babilonia con el rey
saetas, llenad las al- las trompetas en los pueblos, | santificad ya no concurrirán m á s a él las gentes; I Sedecías, el cuarto a ñ o de su reinado. Sa-
jabas. | Yavé ha exci- para la guerra contra ella a las gentes, | caerán también las murallas de Babel. | raya era entonces gran intendente. * 6 0 Es-
tado el espíritu del convocad contra ella los reinos de Ara- 45 Sal de ella, pueblo mío. | Salve cada cribió Jeremías en un volumen todo el
rey de los medos. | rat, | de Menni y de Ascenez. | Instituid cual su vida | ante el furor de la cólera mal que había de venir contra Babel,
Tiene contra Babel contra ella sátrapas, | lanzad contra ella de Yavé. cuanto había escrito contra Babilonia.
46
u n proyecto: d e s - los caballos | como espesa nube de lan- N o os turbéis ni temáis | por los ru- 6 1 Y dijo Jeremías a Saraya: Cuando lle-
El dios Bel truirla. | Es la ven- gostas. | 2 8 Santificad para la guerra con- mores que se esparcen p o r la tierra. I U n gues a Babel lee en voz alta todo esto;
ganza de Yavé, | la tra ella a las naciones, | a los reyes de M e - a ñ o correrá un r u m o r i y el otro o t r o ; I do- 6 2 y dirás: Yavé, tú has hablado de des-
venganza de su templo. dia, a sus jefes, a todos sus gobernantes I minará en la tierra la opresión, | un tirano truir este lugar, sin que haya ni hombre
12
Alzad las banderas sobre los muros y a t o d o el pueblo de su jurisdicción. contra otro tirano. | 4 7 Por eso vienen ni ganado que lo habite, hecho perpetua
29
de Babel, estrechad el cerco, poned centi- L a tierra t o d a tiembla y se estreme- días | en que yo me ensañaré contra los soledad, w C u a n d o hayas acabado de
nelas | y disponed emboscadas; | porque ce, | porque va a cumplirse el designio de ídolos de Babel, | y toda la tierra se cu- leerlo le atarás una piedra y lo arrojarás
h a r á Yavé como lo pensó, | todo cuanto Yavé contra Babel | para hacer de la tierra brirá de vergüenza, | y todos sus muer- en medio del Eufrates, 6 4 d i c i e n d o : Así
h a dicho contra los habitantes de Babel. | de Babel un desierto inhabitable. | 3 0 Los tos quedarán sobre ella. | 4 S Y cielos y se hundirá Babel, sin alzarse ya más del
13
T ú que te sientas entre grandes cana- guerreros de Babel | no luchan ya en tierra y cuanto hay en ellos | aplaudirán estrado y la destrucción que yo traeré so-
les, | rica de tesoros, I h a venido tu fin, la campo abierto; | se h a n encerrado en las lo sucedido a Babel. | Del norte vendrán bre ella. Hasta aquí las palabras de Jere-
medida a que cortar el hilo de tu vida. | fortalezas. I H a n perdido su valor, | se h a n sus devastadores, | palabra de Yavé. |
mías.
14
Por sí mismo lo juró Yavé Sebaot: | Te vuelto mujeres. | 31 Se ve correr a los co- 49
Por los muertos de Israel caerá Ba-
inundaré de hombres, más en número que rreos u n o tras otro, | uno tras otro a los bel, | como por Babel cayeron los muer-
las langostas, | que lanzarán contra ti sus mensajeros, I para anunciar al rey de Ba- tos de toda la tierra. | 5(>L O S q u e hayáis APÉNDICE HISTÓRICO
gritos de triunfo. bel | que su ciudad está tomada del uno al podido escapar a la espada, partid, | no
otro extremo. | Sus casas están ardiendo, | os detengáis. | En la tierra lejana acor- (52)
!5 El con su poder h a hecho la tierra, |
con su sabiduría cimentó el orbe | y con sus puertas h a n sido rotas. | 3 2 Los vados, daos de Yavé I y que vuelva Jerusalén C u m p l i m i e n t o d e la p r o f e c í a d e
su inteligencia tendió los cielos. | i* A su ocupados; I las defensas, ardiendo, | y los a vuestra memoria. Jeremías contra Jerusalén
voz se congregan las aguas en el cielo. | hombres de guerra, abatidos. 51
33 Estamos llenos de vergüenza, hemos i A la edad de veintiún años co-
El hace subir las nubes desde los confines
de la tierra; | hace brillar el rayo entre la
Porque así dice Yavé Sebaot, Dios de
Israel: | La hija de Babel es como una era | sido ultrajados, I nuestro rostro se cubre
Qe confusión. | Entraron extranjeros [ en
52 menzó a reinar Sedecías, y reinó
lluvia | y saca los vientos de sus escondri- cuando se trilla; | bien pronto le llega- once años en Jerusalén. Su madre fue
jos. rá el tiempo de la recolección. | 3 4 El rey el santuario del templo de Yavé. | 52 p o r Jamital, hija de Jeremías, de Libna. *
! ' Embrutecióse el h o m b r e sin conoci- de Babel me devoró, m e consumió, | me de- « o vienen días, | palabra de Yavé, | en 2
Hizo mal a los ojos de Yavé, como lo
miento; | los orífices se cubrieron de ig- jó como vaso vacío. | M e tragó como dra- que yo destruiré sus ídolos I y p o r toda había hecho Joaquim, 3 encendiendo la
nominia haciendo sus ídolos, | pues no gón | y llenó su vientre de mis bocados más su tierra se oirá el gemir de los heridos. | cólera de Yavé contra Jerusalén y con-
funden sino vanidades, I que no tienen vi- suculentos. I 3S Sean sobre Babel mis car- Ir, i U n i ? U e s e a l z a s e B a b e l h a s t a el cie- tra Judá, hasta hacer que los arrojase de
da, | i* nada, obra ridicula. I El día de la nes destrozadas, I dirá Sión. I Caiga mi r n , Z i ? a i n a c c e s i b l e s por lo altas sus su presencia. Sedecías se rebeló contra
cuenta perecerán. sangre sobre los habitantes de la Caldea, r W f s ' J v e n d r a " contra ella devasta- el rey de Babel. 4 Y sucedió que el año
19
N o es ésta la herencia de Jacob, | que dirá Jerusalén. | 3 6 Por eso así dice Y'avé: dores traídos por mí, | palabra de Yavé. n o n o de su reinado, el décimo mes, el
El es el Hacedor de todo, | e Israel es su Y o tomaré por mi cuenta tu causa; I yo te eranH yenS e l o s alar
,l ¡ d o, s de Babel,| | ruina diez del mes, vino Nabucodonosor, rey
propia tribu; | su n o m b r e es Yavé Se- vengaré, | yo secaré su mar | y cegaré sus sranae en a tierra de QS c a l d e o s 55 p
de Babel, con todo su ejército contra Je-
baot. | 2 0 Tú m e fuiste martillo | y maza de manantiales; | 3 7 y se convertirá Babel en rusalén: la cercó, levantó fortificaciones
un m o n t ó n de ruinas, I en cubil de chaca- su w a n a S t a Y a V - é a B a b e I I y P ° n e fln a
guerra. I Contigo aplasté pueblos; contigo come, , „ ] a c t a " C i a ; | y mugen sus olas contra ella en derredor; 5 y estuvo sitiada
quebranté reinos; | 21 contigo derribé ca- les, | objeto de horror y de sarcasmo, I sin a UaS d bordadas la ciudad hasta el año undécimo del rey
habitantes. eds ut Z
e nn dÍo , |l *s¡ fp o r ' I retumban
¡d con
ballo y jinete; | contigo aplasté al carro y h a
Sedecías. 6 El mes cuarto, a nueve del
3
al conductor; | 2 2 contigo aplasté a hom- * Todos a u n a rugen como leones, |
bres y mujeres; contigo aplasté a viejos y gruñen como cachorros de leona. * | 3 9 En
W* ir a ^ a b i S f a í n ' *r 3c ee rma rbsa ' aadn at s d e '°s reyes a Jerusalén y del oráculo del yugo, Sedéelas de-
7
m o n i o s a los adf> U, „' í
e Ia
5 e Nabucodonosor. Sería entonces cuando Jeremias envió estos
Babel, como instrumento de la ira de Dios, desoló y oprimió a muchos pueblos, dándoles a , Pfimera deportación.
beber
38
el cáliz de la ira del Señor; pero también par a ella ha llegado la hora, y a su vez ha de beberlo.
Un cuarto oráculo predice la destrucción die los ídolos y de las murallas de Babilonia. es
'e «P?ulo™omaedo d'e c u ¿ l p l i m i e n t 0 d e los
vaticinios de Jeremías se añadió al fin de ellos
JEREMÍAS 52 868
mes, se apoderó ei hambre de la ciudad
y no había en ella ya nada que comer.
lumnas, el mar de bronce y los doce toros LAMENTACIONES DE JEREMÍAS
7 de bronce y las basas que había hecho el
Abrieron brecha en los muros y todos rey Salomón21para el templo, de un peso
los hombres de guerra huyeron, saliendo incalculable. Las columnas eran de die-
de la ciudad de noche, por el camino de ciocho codos de altura cada una, doce No es el texto hebreo, sino la versión griega, la que atribuye estos cantos a Jere-
la puerta entre ambos muros, que está de circunferencia, y tenían cuatro dedos mías, y en ese testimonio se debe fundar principalmente la tradición que señala a Jere-
junto a los jardines reales, mientras los de grueso, pues eran huecas por dentro.
caldeos rodeaban la ciudad. Tomaron el 22 mías como autor de ellos. Son las Lamentaciones cuatro cantos alfabéticos, seguidos
Tenía cada columna su capitel de bron-
camino que conduce al Araba. 8 El ejér- ce, de cinco codos de alto; todo en torno de una oración, cuyo tema es la soledad y ruina de Jerusalén, destruida por hs caldeos.
cito caldeo persiguió al rey, dándole al- de los capiteles había un entretejido con Tales composiciones eran usuales en Oriente, y sabemos que Jeremías dedicó unas lamen-
cance en los llanos de Jericó, y todas sus granadas, todo23de bronce. Lo mismo la taciones a la muerte de Josías. Su ministerio profético en los últimos años de Judá, el
tropas le abandonaron y se dispersaron.
9 otra columna. Eran noventa y seis las amor intenso que hacia su pueblo sentía y lo mucho que trabajó por apartar de él las
Cogieron al rey y le llevaron ante el rey granadas pendientes, ciento entre todas, amenazas divinas, hacen de Jeremías el más apto cantor de las penas de Judá y le seña-
de Babel, en Ribla, en la tierra de Jamat, sobre el entretejido en derredor. 24 y se
donde le juzgó. I 0 E1 rey de Babel hizo lan como autor de estos tiernos cantos. Muchos críticos, sin embargo, no se dejan con-
llevó el jefe de la guardia a Saraya, sumo
degollar a los hijos de Sedéelas a la vista sacerdote, y a Sofonías, el segundo, y a vencer por estas razones, y alegan otras, no decisivas, en contra de tal atribución.
de éste, e igualmente a los grandes de los tres prefectos del vestíbulo. 2 5 De la Todo esto ni pone en duda la inspiración divina ni aminora el mérito literario de estas
Judá, en Ribla. u A Sedecias le h ; ?o sa- ciudad llevó a un eunuco intendente de endechas, que tan solemnemente resuenan en las iglesias cristianas en los días de la
car los ojos y le cargó de cadenas de bron- las gentes de guerra; a siete de los con- Semana Santa para llorar la ruina espiritual de Israel.
ce para conducirle a Babel, donde le tuvo sejeros íntimos del rey, que estaban en
encarcelado hasta el día de su muerte.
12 la ciudad; al secretario del jefe del ejér-
El quinto mes, el día diez del mes, el cito, encargado de la recluta, y sesenta CTTMARTO L A M E N T A C I Ó N PRIMERA: Jerusalén desolada (1).—
año decimonono de Nabucodonosor, rey más del pueblo, que se hallaban en la ciu-
de Babel, vino Nebu-Zardan, jefe de la dad. 26 Y los llevó Nebu-Zardan, jefe de 0\jnifíl\L\j L A M E N T A C I Ó N SEGUNDA: Jerusalén destruida (2).
guardia real, ministro del rey de Babel, la guardia, ante el rey de Babel, en Ri- L A M E N T A C I Ó N T E R C E R A : Jerusalén asolada (3).—LAMENTACIÓN
a Jerusalén 13 y puso fuego al templo y bla ; 27 y el rey de Babel los hizo matar en C U A R T A : Jerusalén asediada (4).—LAMENTACIÓN Q U I N T A : Oración de
al palacio del rey y a todas las casas de Ribla, en tierra de Jamat, y Judá fue de- Jeremías (5).
Jerusalén, quemando principalmente to- portado de su tierra. 28 Estos son los que
das las casas grandes; 1 4 y el ejército de deportó Nabucodonosor: el año séptimo
los caldeos que estaba con el jefe de la de su remado, tres mil veintitrés judíos; 7
guardia arrasó toda la muralla que ro- 29 Zain.—En los días de su aflicción y
el año dieciocho, ochocientas treinta y LAMENTACIÓN PRIMERA
deaba a Jerusalén. 15 El resto del pueblo dos almas; 3<> el año veintitrés de Nabuco- de su vivir errante, | acordóse Jerusalén
que había quedado en la ciudad, los pró- donosor deportó Nebu-Zardan, jefe de Jerusalén desolada de todos los bienes que de antiguo tuvo. |
fugos que se habían pasado al rey de Ba- la guardia, setecientas cuarenta y cinco 1
Cuando cayó su pueblo en manos del ene-
bel y el resto de los artesanos los l6llevó Alef.—¡Cómo se sienta en soledad migo, sin que nadie le ayudase: | mirá-
Nebu-Zardan, jefe de la guardia, de-
almas; entre todos, pues, cuatro mil seis-
cientas almas. 31 Y sucedió que el año I la ciudad populosa, I es como viuda ronla sus enemigos y se burlaron de su
jando sólo los pobres de la tierra, viñado- treinta y siete de la deportación de Joa- la grande entre las naciones, | la señora caída.
res y labradores. 17 Rompieron también quín, rey de Judá, en el duodécimo mes, de2 provincias ha sido hecha tributaria! * 8
Jet.—Muchos son los pecados de Je-
las columnas de bronce que había en el el día veinticinco de él, Evilmerodac, rey Bet.—Llora amargamente en la noche rusalén; por eso fue objeto de aversión; |
templo de Yavé, las basas y el mar de de Babel, el año del comienzo de su rei- y corre el llanto por sus mejillas, | no tie- cuantos antes la honraron la desprecian
bronce del templo y se llevaron todo el nado, hizo gracia a Joaquín, rey de Judá, ne entre todos sus amadores quien la con- viendo su desnudez; | y ella misma sus-
bronce a Babel. l s Cogieron los caldeos y le sacó de la prisión. 32 Le habló bené- suele; I le fallaron todos sus amigos y se pira y vuelve su rostro.
las palas, los cuchillos, las copas, las cu- volamente, y puso su silla sobre las de los le 3volvieron enemigos. 9
Tet.—Su inmundicia manchaba sus
charas y todos los utensilios del culto, otros reyes que estaban con él en Babel. Guímel.—Emigró Judá a causa de la vestiduras y no se cuidaba de su fin; |
w Igualmente tomó el jefe de la guardia 33
Dejó sus vestidos de preso y comió ya aflicción y de la gran servidumbre; | mo- y cayó de modo sorprendente, sin que
los pilones, los braseros, las copas, las siempre a la mesa3 4del rey por todos los ra entre las gentes sin hallar reposo; | to- nadie la consolara. I Mira, ¡oh Yavé!, mi
calderas, los candelabros, las cucharas y días de su vida. Todo cuanto necesi- dos sus perseguidores la dieron alcance aflicción, mira la arrogancia del enemigo.
los platos; todo cuanto era de oro, por taba para su mantenimiento se lo dio día y la estrecharon. 10
Yod.—Echó mano el enemigo de to-
oro; lo de plata, por plata; 20 las dos co- por día hasta el de su muerte. 4
Dálet.—Los caminos de Sión están en dos sus tesoros, | vio penetrar en su san-
luto por no haber quien venga a las so- tuario a las gentes | de las cuales man-
lemnidades; I todas sus puertas por los daste que no entrasen en tu congregación.
11
suelos, sus sacerdotes gimiendo; ¡ sus vír- Caf.—Todo su pueblo va suspiran-
genes escuálidas, y ella llena de amargura. do en busca de pan, | han dado cuanto te-
5 He.—Prevalecieron sus enemigos y nían de precioso para mantener la vida. |
prosperaron los que la aborrecían, | pues Mira, ¡oh Yavé!, y ve cuan abatida estoy.
12
la afligió Yavé por la muchedumbre de Lamed.—¡Orí vosotros cuantos por
sus rebeldías; ¡ sus niños fueron a la cau- aquí pasáis: | Mirad y ved si hay dolor
tividad
6
delante del enemigo. comparable a mi dolor, al dolor con que
Vau.—Perdió la hija de Sión toda su yo estoy atormentada! I Afligióme Yavé
gloria; I sus príncipes fueron como cier- en el día de su ardiente cólera.
13
vos que no hallan pastos | y huyeron sin Mem.—Mandó desde lo alto contra
fuerzas ante el perseguidor. mí un fuego que consume mis huesos; |
1
Se divide el capítulo en dos partes: en la primera ( I - I I ) , el autor llora la suma miseria y ca-
I lamidad de la ciudad de Jerusalén; en la segunda (12-22), es la ciudad misma la que habla,
contando sus males y rogando a Dios el remedio.
LAMENTACIONES 1-2 870 871 LAMENTACIONES 2-8
tendió a mis pies u n a red, y me hizo caer echólas por tierra, y humilló el reino y a visiones vanas y mentirosas; | no pusie- 4
Bet.—Ha hecho «nvejecer mi carne y
hacia atrás, | y me arrojó en la desolación, sus príncipes. ron al desnudo tus iniquidades, para evi- mi piel, ha quebrantado mis huesos. |
3
consumida sin cesar por la tristeza. Guímel.—Abatió en el furor de su ira tar así tu cautiverio, I sino que te anuncia- 5
Bet.—Ha levantado contra mi un mu-
14
Nun.—Ató con sus manos el yugo toda la potencia de Israel, i retiró de él ron grandezas vanas y falaces. ro, m e ha cercado de veneno y de do-
de mis iniquidades; | entretejidas, me fue- su diestra frente al enemigo I y encendió 15
Sámec.—Cuantos pasan baten pal- lor. [ 6 Bet.—Me hace habitar en tinie-
ron puestas sobre la cerviz y ha quebran- en Jacob ardorosas llamas, que de todos mas por ti, I silban y menean la cabeza blas, como los ya de mucho tiempo muer-
tado mis fuerzas. | M e entregó Yavé en lados le devoran. contra la hija de Jerusalén: | ¿Es ésta la tos.
4
manos a que no puedo resistirme. Dálet.—Tendió contra él su arco cual ciudad que decían del todo hermosa, la 7
Guímel.—Me cercó p o r todos lados
15
Sámec.—Echó a tierra Yavé a todos enemigo; | afirmó hostilmente su diestra, delicia de toda la tierra? sin dejarme salida; m e puso pesadas ca-
mis guerreros en medio de mí, | reunió destruyó cuanto era agradable a la vista | 16
Ayin.—Todos tus enemigos abren la denas. I 8 Guímel.—Y aunque clamo y vo-
contra mí un ejército para exterminar a y derramó como fuego su ira sobre la boca contra ti, | silban y dentellean con- ceo, no se hace accesible a mi oración. |
mis mancebos; | como en lagar ha pisado tienda de la hija de Sión. tra ti y dicen: La hemos devorado, | es 9 Guímel.—Cerró mis caminos con silla-
5
el Seflor a la virgen hija de Judá. H e . — H a o b r a d o el Señor como ene- el día que esperábamos; ya llegó, ya lo res de piedra, torció todos mis senderos.
16 Ayin.—Por eso lloro y m a n a n lágri- migo; ha devorado a Israel, I destruyó vimos. 1
" Dálet.—Fue para mí como oso en
mas mis ojos; | y se alejó de mí todo con- todos sus palacios, derribó sus fortalezas | 1 7 Pe.—Ha realizado Yavé en ti lo que acecho, como león en escondrijo. I n D á -
suelo que aliviase mi alma; | mis hijos es- y llenó a la hija de Judá de llantos y ge- había decretado; | ha cumplido la palabra let.—Me hizo caer en emboscadas, me
tán desolados al triunfar el enemigo. midos. que de antiguo dio, ha destruido sin pie- despedazó, me asoló. | 1 2 Dálet.—Tendió
17 6
Pe.—Tiende Sión sus manos, pero na- Vau.—Derribó su tienda como caba- d a d ; I te ha hecho el gozo de tus enemi- su arco y me puso p o r blanco de sus
die la consuela. | D i o Yavé contra Jacob na de viña, destruyó su santuario; | Yavé gos, ha robustecido a los que te aborre- saetas.
órdenes a los enemigos que le rodeaban, | hizo cesar en Sión las festividades y los cían. 13
y Jerusalén fue para ellos objeto de abo- sábados | y en su violenta cólera rechazó 1
He.—Clavó en mis lomos las flechas
8 Sade.—¡Clama al Señor, virgen | h i - de su aljaba. | 1 4 He.—Soy el escarnio de
minación. al rey y al sacerdote. ja de Sión; | derrama día y noche lágrimas los pueblos todos, su cantilena de todo
18 7
Sade.—Justo es Yavé, pues yo fui Zain.—Desdeñó el Señor su altar, m e - a torrentes, | n o te des reposo, no descan- el día. I 15 He.—Me hartó de amarguras,
rebelde a sus mandatos. | Oíd, pueblos nospreció su santuario | y entregó a m a - sen las niñas de tus ojos!
todos, y ved mi dolor; | mis doncellas y nos del enemigo los muros de los palacios m e embriagó de ajenjo.
1 9 Qof. —Levántate y gime al comien- 16
Vau.—Rompióme los dientes con una
mis mancebos h a n ido al cautiverio. de Sión. | Resonaron los gritos en la casa zo de las vigilias de la noche; | derrama piedra, cubrióme de ceniza. | 1 7 Vau.—Fue
19
Qof.—Llamé a voces a mis amigos, de Yavé como en día de fiesta. como agua tu corazón en la presencia del privada mi alma de felicidad, ya no gozo
pero me engañaron; | mis sacerdotes y 8 Jet.—Resolvió Yavé destruir los mu- Señor; | alza a El tus m a n o s p o r la vida de bien alguno. I n Vau.—Así que m e
mis ancianos perecieron en la ciudad | ros de la hija de Sión; | echó las cuerdas de tus pequeñuelos.
buscando comida con que sostener sus y no retiró su m a n o hasta destruirla, | su- 20 digo: Se acabaron mis fuerzas, ya para
Res.—Mira, ¡oh Yavé!, y considera mí no hay esperanza en Yavé.
vidas. mergiendo en el luto antemurales y m u - a quién has tratado así. | ¿Está bien que
20
Res.—Mira, ¡oh Yavé!, mi angus- ros, que gimen todos juntamente. 1 9 Zain.—Acuérdate de mi miseria y de
las madres hayan de comer el fruto de mi aflicción, ajenjo y veneno. * 1 2 0 Zain.—
tia. | Mis entrañas rugen, mi corazón se ' Tet.—Sus puertas fueron echadas a sus entrañas, los niños que a m a m a n t a n ? | C u a n d o m e acuerdo, se abate mi alma
revuelve dentro de mí por haber sido re- tierra; destruyó, quebrantó sus cerrojos; | ¿Que de sacerdotes y profetas se haga dentro de mí. | 2 1 Zain.—Quiero traer a
belde. ¡ Fuera hizo estragos la espada; su rey y sus príncipes están entre las gen- cruel matanza en el santuario del Señor? * la memoria lo que puede darme esperanza.
dentro, la mortandad. tes, no hay administración de justicia; I y 21
Sin.—Niños y viejos yacen p o r tierra 22
21
Sin.—Oyen mis gemidos, y nadie me tampoco sus profetas reciben de Yavé vi- Jet.—No se ha agotado la misericor-
en las calles. | Mis doncellas y mis man- dia de Yavé, no ha llegado al límite su
consuela; | todos mis enemigos han sa- sión. cebos cayeron al filo de la espada. | H a s compasión. | 2 3 Jet.—Se renuevan cada
10
bido mi desgracia, y todos se alegran de Yod.—Los ancianos de la hija de Sión m a t a d o en el día de tu ira, has degollado día. ¡Oh! Es muy grande tu fidelidad. I
lo que has hecho. | H a z venir el anuncia- se sientan en tierra mudos, I cubierta de sin piedad. 24
do día y que sean como yo. * polvo la cabeza, vestidos de saco, | y las 22
Jet.—Yavé es mi parte, dice mi alma;
22 Tau.—Llamaste como a solemnidad p o r eso quiero esperar en El.
Tau.—Que se ponga a tus ojos toda vírgenes de Jerusalén inclinan a tierra sus
de todas partes el terror contra mí; I n o 2
5 Tet.—Bueno es Yavé p a r a los que en
su maldad I y trátalos como me has tra- cabezas.
h u b o en el día de la cólera de Yavé quien El esperan, p a r a el alma que le busca. I
tado a mí por mis rebeldías, I porque son n Caf.—Mis ojos están consumidos por
escapase ni quedase con vida. | Aquellos 26 Tet.—Y es bien esperar, callando, el
muchos mis suspiros y está muy dolorido las lágrimas, mis entrañas hierven, | de-
que yo crié y mantuve, los acabó el ene- socorro de Yavé. | 2 7 Tet.—Bueno es al
mi corazón. derramaré en tierra mi hígado ante el de-
migo. h o m b r e soportar el yugo desde la moce-
sastre de la hija de mi pueblo, | al ver
desfallecer a los niños, aun los de pecho, dad.
LAMENTACIÓN SEGUNDA LAMENTACIÓN TERCERA 28
en las calles de la ciudad. Yod.—Sentarse en soledad y en si-
12
Jerusalén destruida Lamed.—Decían a sus madres: ¿Dón- lencio, p o r q u e es Yavé quien lo dispo-
Jerusalén asolada ne. I 2 9 Yod.—Poner su boca en el polvo
de está el pan? | Al caer como heridos en
1 1 30
Alef.—¡Cómo obscureció el Señor las plazas de la ciudad, | dando el alma en Alef.—Yo soy h o m b r e que h a vis- y n o perder toda esperanza. I Yod.—
2del cielo
en su ira a la hija de Sión! | Precipitó el regazo de sus madres.
13
3 to la miseria bajo el látigo de su fu- D a r la mejilla al que la hiere, hartarse de
2
a la tierra la magnificencia de Mem.—¿A quién te compararé, hija ror. * I Alef.—Llevóme y me metió en oprobios.
31
Israel | y no se acordó del escabel de sus de Jerusalén? | ¿Quién hallar semejante a tinieblas, sin luz alguna. | 3 Alef.—Todo el Caf.—Porque el Señor no desecha pa-
pies el día de su ira. * ti para poder consolarte, virgen hija de día vuelve y revuelve su m a n o contra mí. ra siempre. * | 3 2 Caf.—Sino que después
2
Bet.—Destruyó el Señor sin piedad to- Sión? | Tu quebranto es grande como el 20
das las moradas de J a c o b ; | derribó en su mar. ¿Quién podrá curarte?* No puede decirse más del hambre padecida en la ciudad asediada que esto de comerse ias
furor las fortalezas de la hija de Judá, | l 4 N u n . — T u s profetas te anunciaron madres la carne de los hijos que amamantaron (4,10; Lev 26,29; Ez 5,10; Dt 28,53; Bar 2,3; 2 Re 6,
28 ss.).
21
Estos enemigos son también los enemigos de Yavé, pues lo son de su pueblo, y es a Yavé O * Cambia la forma acróstica, pues cada letra se repite tres veces. Los w.1-18 están en boca r'el
a quien Sión pide esta obra de justicia. ^ 1autor, que cuenta las duras pruebas sufridas en el servicio de Dios.
9
O 1
Describe la gran ruina de Sión como castigo del Señor (1-12). Parece que es ahora el pueblo quien habla, esforzándose por buscar esperanza en Yavé, seguro
^ 13
El profeta se dirige a Jerusalén, describiendo la triste situación en que se halla, incitándole-a de que
31
la misericordia del Señor es inagotable. ,
clamar a Dios. Prosigue el mismo tsma hasta el v.37, considerando la universal providencia de Dios, de
quien vienen así los bienes como los males.
LAMENTACIONES 3-4 872 878 LAMENTACIONES 4-5

de alligir, se compadece según su gran mi- rencores, todas sus maquinaciones contra ternura, cocieron a sus hijos; | fueron se- LAMENTACIÓN QUINTA
sericordia. | 33 Caf.—Porque n o aflige por mí. pulcro para ellos en el quebranto de la
gusto, ni de grado acongoja a los hijos de «i Sin.—Tú, ¡oh Yavé!, ves todos sus hija de mi pueblo. Oración de Jeremías
11
los hombres. ultrajes, todas sus tramas contra mi. I Caf.—Apuró Yavé sus furores, de- 1
34
Lamed.—Aplastar con los pies a los
cautivos de la tierra. I 3 5 L á m e d . —
62
Sin.—Las palabras de mis enemigos y
los proyectos que p a r a mi mal trazan t o -
r r a m ó su abrasada ira | y encendió con-
tra la hija de Sión un fuego que consume
5 Acuérdate, ¡oh Yavé!, de lo que
nos ha sobrevenido, | mira y ve nues-
do el día. I 6 3 Sin.—Tú ves cuándo se sien- sus cimientos. tro oprobio. * I 2 Nuestra heredad ha pa-
Violar la justicia y la humanidad a los 12 sado a manos extrañas, | nuestras casas
ojos del Altísimo. I 3 6 Lamed. — Hacer tan, cuándo se levantan y cómo soy su Lamed.—Nunca creyeron los reyes de
la tierra, ni cuantos habitan el m u n d o , | a poder de desconocidos. I 3 Somos como
tuerto a u n o en su causa, ¿no ha de verlo contienda.
huérfanos, sin padre, | y nuestras madres
el Señor? 6 4 T a u . — T ú les darás, ¡oh Yavé!, su que entraría el enemigo, el adversario, por
son como viudas.
3
' Mem.—¿Quién podrá decir que una merecido, según las obras de sus manos. I las puertas de Jerusalén. * 4
65
T a u . — T ú los darás, al endurecimiento
13
Mem.—Por los pecados de sus pro- Bebemos nuestra agua a precio de di-
cosa sucede sin que la disponga el Se- nero, I tenemos que comprar nuestra leña. |
ñor? | 3 8 Mem.—¿No es de la voluntad de sus corazones, tu maldición contra fetas, por las iniquidades de sus sacer- 5
Somos perseguidos, llevamos yugo sobre
del Altísimo de donde proceden los ma- ellos. I M Tau.—Tú los perseguirás en t u dotes, | que derramaron en medio de ella
la cerviz, j estamos agotados, no hay para
les y los bienes? I 3 9 Mem.—¿Por qué, pues, ira y los exterminarás de debajo de los sangre de justos.
14
Nun.—Erraban como ciegos por las nosotros descanso. | 6 Tendimos la m a n o
ha de lamentarse el viviente? Laméntese cielos, ¡oh Yavé! a Egipto I y a Asiría para saciarnos de
más bien cada u n o de sus pecados. calles; manchados de sangre, | no podían
40 tocarse sus vestiduras. pan. * I 7 Pecaron nuestros padres, mas
Nun.—Escudriñemos nuestros cami- LAMENTACIÓN CUARTA 15 murieron, ¡ y llevamos sobre nosotros la
nos, examinémoslos y convirtámonos al Sámec—«¡Apartaos! ¡Uninmundo!»,
pena de sus iniquidades,
Altísimo. * | 4 1 Nun.—Alcemos nuestro les gritaban; ¡ «¡Apartaos, apartaos, no 8
Jerusalén asediada Somos dominados por esclavos | y
corazón y nuestras m a n o s a Dios, que toquéis!» | C u a n d o huyan y anden erran-
1 tes entre las naciones, no encontrarán no hay quien nos libre de sus manos. I
está en los cielos. | 4 2 N u n . — H e m o s peca- Alef.—¡Cómo se ennegreció el oro,
do, hemos sido rebeldes y n o nos perdo- 4 cómo el o r o fino perdió su brillo! j hospitalidad.
16
9
Con peligro de la vida, vamos en busca
de nuestro pan I a m e la espada del de-
naste. Están las piedras del santuario esparcidas Ayin.—Yavé mismo los dispersó y
n o vuelve a ellos su mirada. | N o hubo sierto. I l ü Nueslra piel quema como un
43
Sámec.—Desencadenaste tu ira y nos por los rincones de todas las calles. * horno | por el ardor del hambre.
2 respeto para el sacerdote, ni piedad para
perseguiste, mataste sin piedad. | 4 4 Sá- Bet.—Los hijos de Sión, preciados y 11
Violaron a las mujeres en Sión, a las
mec.—Te has cubierto de una nube para estimados como o r o p u r o , ¡cómo son te- el anciano.
n
Pe.—Se c.insumían nuestros ojos es- vírgenes en las ciudades de Judá. * I l 2 Col-
que no llegue a ti la plegaria. | 4 5 Sá- nidos por vasijas de b a r r o , o b r a de las garon de las manos a los príncipes i y no
mec.—Y nos hiciste oprobio y escarnio en m a n o s del alfarero! perando vanamente el socorro. | Iban es-
3 peranzadas nuestras miradas hacia un respetaron la persona de los ancianos. I
medio de los pueblos. Guímel.—Aún las mismas hembras 13
Los mancebos son puestos a la muela I
46
Ayin.—Abren contra nosotros su bo- del chacal dan la teta y a m a m a n t a n a sus pueblo que no p u d o librarnos.
18 y los niños se lámbale;] 11 bajo la carga de
ca todos cuantos nos odian. | 4 7 Ayin.— crías. I Pero la hija de mi pueblo se h a Sade.—Espiaban nuestros pasos pa-
leña. 1 1 4 Ya no van los ancianos a la puer-
Nuestra parte es el terror y la fosa, el sa- hecho tan cruel c o m o los avestruces del ra impedirnos pasar por las calles; | nues- ta, ¡ ya no cantan los jóvenes.
queo y la ruina. I 4 8 Ayin.—Corren de mis desierto. tro fin se acercaba, se cumplían nuestros 15
4 días y llsgó nuestro fin. H u y ó de nuestros corazones la ale-
ojos ríos de agua p o r la ruina de la hija de Dálet.—La lengua de los niños de teta 19 gría, I nuestras danzas se han tornado en
mi pueblo. se pega de sed al p a l a d a r ; I los pequen líe- Qof.—Eran nuestros enemigos más
49 veloces que las águilas del cielo, I y nos luto. * I 16 Cayó de nuestra cabeza la co-
Pe.—Mis ojos derramarán lágrimas los piden pan, y n o hay quien se lo parta. rona. I ¡Ay de nosotros, que pecamos! |
sin descanso, sin cesar. * | 50 Pe.—Hasta
5
He.—Los que se nutrían de manjares perseguían por los montes, y nos ponían 17
celadas en el desierto. Se angustia nuestro c o r a z ó n , ' i se nu-
que Yavé mire y vea desde lo alto de los delicados perecen p o r las calles; | los que 20 blan nuestros ojos, [ 18 porque el monte
cielos. | 5* Pe.—Mis ojos contristan mi al- se criaron vistiendo púrpura se abrazan Res.—El que er» nuestro aliento, el
de Sión está asolado | y por él se pasean
m a por todas las hijas de mi ciudad. a los estercoleros. ungido de Yavé, fue cogido en su Ham- las raposas.
52 6 p a ; I aquel de quien decíamos: A su som-
Sade.—Me dieron caza como a un Vau.—El castigo de la hija de m i
bra viviremos entre las naciones. l 9 T ú , ¡oh Yavé!, reinas por siempre, |
ave los que sin causa m e aborrecen. I pueblo es más grande que el de S o d o m a ; I 21 y tu trono permanece por generaciones y
53 Sin.—Alégrate y tripudia, hija de
Sade.—Quisieran acabar del t o d o mi destruida en un instante, sin que nadie
Edom, que habitas la tierra de Us. I Y a generaciones. * | 20 ¿Nos olvidarás para
vida en una fosa arrojando piedras so- pusiera en ella la m a n o . siempre, I nos abandonarás por muy largo
bre mí. | 54 Sade.—Suben las aguas por 7 te llegará a ti el cáliz, y te emborracharás
Zain.—Eran sus príncipes m á s res- tiempo? I 21 Conviértenos a ti, ¡oh Yavé!,
encima de mi cabeza, y m e dije: M u e r t o plandecientes que la nieve, m á s blancos hasta vomitar. * y nos convertiremos. I D a n o s todavía
22
soy. que la leche, I m á s rubicundos que el co- Tau.—Hija de Sión, tu iniquidad está días como los antiguos. I 2 2 ¿Nos vas a re-
55
ral, m á s bellos que el zafiro. expiada, ya no volverá a arrojarte al cau- chazar enteramente? | ¿Te irritarás contra
Qof.—Invoqué tu nombre, ¡oh Ya-
tiverio. I Hija de Edom, El castigará tu
vé!, desde lo h o n d o de la fosa. | 5 6 Qof.— 8
Jet.—Y están m á s negros que la ne- nosotros hasta el extremo?
iniquidad y pondrá tus pecados al des-
Y oíste mi voz: « N o cierres tus oídos a grura, no hay quien los conozca por las
cubierto.
mis suspiros». | 5 7 Q o f . — C u a n d o te in- calles; I está su piel pegada a los huesos,
voqué, te acercaste y me dijiste: N o te- seca como u n palo. 12
9
La ciudad parecía inexpugnable, pero los crímenes de los falsos profetas y de los sacerdotes
mas. Tet.—Los muertos a espada son m á s allanaron tal fortaleza, y las esperanzas que en el socorro ajeno nos daban nos dejaron siempre des-
58
Res.—Tú, Señor, defenderás la causa dichosos que los que mueren de hambre, | ilusionados.
21
de mi alma, rescatarás mi vida. 1 5 9 Res.— que mueren poco a poco extenuados por Edom, que se alegró de la ruina de Jerusalén, experimentará la misma calamidad, mientras
T ú ves, ¡oh Yavé!, cuánto me atormentan; falta de los frutos de la tierra. que Jerusalén verá expiada su iniquidad y no volverá a sufrir otro cautiverio.
10 1
hazme justicia. | 60 Res.—Tú ves todos sus Yod.—Las mujeres, a pesar de su Hablando con Yavé, el pueblo se queja de la dureza de la esclavitud.
5 6

Nueva pintura de las calamidades de servidumbre, merecida por los pecados de La padres,
40 15
Las mujeres, los ancianos y los jóvenes, todos sufrieron las mayores vejaciones.
Desde este versículo hasta el 48 emplea la forma plura. para hablar a Dios exponiendo el No hay alegría en Sión; todo es tristeza y desolación.
triste
49
estado de la ciudad. •» Pero Yavé es eterno y no abandonará a su pueblo ni se irritará contra él perpetuamente.
Vuelve otra vez el profeta a hablar en primen persona, lamentando la ruina de Jerusalén, y
acaba recurriendo a la misericordia de Dios, pidiendo al fin el justo castigo para sus enemigos.

" t Viva pintura de la increíble miseria a que estuvo reducida Jerusalén.


875 BARUC 1-2
bajo la sombra de Nabucodonosor, rey cia, nuestra y de nuestros padres la con-
B A R V C de Babilonia, y bajo la sombra de Bal- fusión y el sonrojo, como se ve al presen-
tasar, su hijo, y les sirvamos por muchos te. 7 Los males que el Señor anunció con-
días y hallemos gracia en su presencia. tra nosotros, todos nos han sobrevenido.
1J
Orad p o r nosotros al Señor, nuestro 8 Y no aplacamos el rostro del Señor con-
El libro de Baruc no está comprendido en el canon judio ni es admitido por los Dios, porque hemos pecado contra el Se- virtiéndonos de los pensamientos de nues-
protestantes, que siguen en esto a aquél. Pero la Iglesia cristiana lo recibió de los ñor, nuestro Dios, y la cólera del Señor tro corazón perverso. 9 Veló el Señor so-
apóstoles con la Biblia griega, y a eso nos hemos de atener. Baruc, hijo de Nerías, que y su furor no se apartó de nosotros hasta bre el castigo y lo trajo sobre nosotros,
figura como autor de este librito, nos es conocido como fiel discípulo y secretario de el presente. 14 Leeréis este libro que os porque el Señor es justo en cuanto ha
Jeremías. Pertenecía a una familia noble de Jerusalén, cuyos miembros tomaban parte enviamos para que lo deis a conocer en echado sobre nosotros. 1 0 P e r o nosotros
en los consejos de los reyes. Aunque no parece haber duda sobre la composición del libro la casa del Señor en el día de fiesta y en no oímos su voz, caminando en los pre-
los días oportunos. ceptos del Señor que puso delante de nos-
en lengua hebrea, hoy sólo se conserva la traducción griega de los LXX. Una de las 15
Diréis: Del Señor, nuestro Dios, es otros.
versiones siríacas parece provenir también del original hebreo. La versión que tenemos la justicia; nuestra la confusión y el son- 11
Y ahora, Señor, D i o s de Israel, que
en la Vulgata uiene de la ítala y reproduce el texto griego. rojo, como se muestra hoy en todo varón sacaste a tu pueblo de la tierra de Egipto
El libro habría sido escrito en Babilonia el año quinto de la cautividad (583) y pu- de Judá y en los moradores de Jerusa- con m a n o fuerte, con señales y prodigios,
blicado allí entre los cautivos para exhortarlos a penitencia y retraerles del culto de lén, * 16 y en nuestros reyes, y en nuestros con poder grande y brazo tendido, y te
los ídolos. Consta de tres partes: la primera, histórica (1,1-3,8) -„la segunda, sapien- príncipes, y en nuestros sacerdotes, y en adquiriste un nombre, como se ve al pre-
cial (3,0-4,4); la tercera, parenética (4,5-5,9). Lleva como apéndice una carta de nuestros profetas, y en nuestros padres; sente : * 12 Hemos pecado, hemos come-
17
porque pecamos en presencia del Se- tido impiedades e injusticias, Señor, Dios
Jeremías a los deportados, que es una verdadera sátira contra el culto de los ídolos. ñor, 18 y no le obedecimos ni escucha- nuestro, contra todos tus justos precep-
Podemos considerar esta carta como una ampliación de la que leemos en el profeta m o s la voz del Señor, nuestro Dios, ni tos. 13 Apártese tu ira de nosotros, pues
(c.29), y que fue enviada a los cautivos de la primera deportación (597). caminamos p o r los preceptos del Señor, hemos quedado reducidos a poco en me-
que él nos dio. 1 9 Desde el día en que dio de las naciones en que nos has dis-
sacó a nuestros padres de la tierra de persado.
G¡TTMAT?TO P R I M E R A P A R T E : Oración del pueblo penitente (1,1-3,8). Egipto hasta hoy, hemos sido rebeldes al 14
Escucha, Señor, nuestra oración y
D UlVIxiJUW S E G U N D A P A R T E : Triple exhortación a la sabiduría, a la Señor, nuestro Dios, y nada hicimos por nuestra plegaria por amor de t i ; líbranos
paciencia y a la esperanza (3,9-5,9)-—APÉNDICE: Epístola de Jeremías sobre la oir su voz. 20 y así se apegó a nosotros y danos gracia en presencia de los que
vanidad de los ídolos (6). el infortunio y la maldición que el Señor nos han traído al destierro, 1 5 para que
intimó por Moisés, su siervo, al tiempo toda la tierra conozca que tú eres el Se-
en que sacó a nuestros padres de Egipto ñor, Dios nuestro; que tu n o m b r e es in-
p a r a darles la tierra que m a n a leche y vocado sobre Israel y sobre su linaje.
P R I M E R A P A R T E Helcías, hijo de Salan, sacerdote, y a los miel, como aparece en este día. 21 N o es- 16
Señor, mira desde tu santa casa y piensa
demás sacerdotes y todo el pueblo que cuchamos la voz del Señor, nuestro Dios, en nosotros; inclina, Señor, tu oído y
ORACIÓN DEL PUEBLO PENITENTE se hallaba con ellos en Jerusalén; 8 cuan- conforme a todas las palabras de los pro- escucha. l ' A b r e tus ojos y mira que no
do t o m ó los utensilios de la casa del Se- fetas que nos envió, 2 2 y nos fuimos cada proclaman la gloria y la justicia del Se-
(1,1-3.9) ñor, que habían sido robados del templo, u n o según el pensamiento de su mal co- ñor los muertos que están en el ades, cuyo
1 Discursos del libro escrito por Ba- para volverlos al país de Judá, el día diez
espíritu abandonó sus e n t r a ñ a s . i 8 Sólo el
1 ruc, hijo de Nerías, hijo de Masías, de Siván, los vasos de plata que había
hijo de Sedéelas, hijo de Asadlas, hijo de hecho 9 Sedecías, hijo de Josías, rey de
razón, sirviendo a los dioses extraños y
cometiendo maldades a los ojos del Se- alma entristecida por la grandeza de los
ñor, nuestro Dios. males que padece, que camina encorvada
Helcías, en Babilonia. * 2 El a ñ o quinto, Judá, después que Nabucodonosor, rey
y débil, apagados los ojos, y el alma ham-
el día séptimo del mes quinto, al tiempo de Babilonia, trasladó a Jerusalén a Je- 1
brienta, pueden, Señor, pregonar tu gloria
en que los caldeos t o m a r o n a Jerusalén y conias y a los príncipes y a los prisioneros
la incendiaron, 3 leyó Baruc los discursos y a los magnates, y al pueblo de la tierra,
2 Cumplió el Señor la palabra que
había dado contra nosotros y contra y tu justicia. 1 9 Que no apoyados en la
justicia de nuestros padres y de nuestros
de este libro a Jeconías, hijo de Joaquim, y los llevó de Jerusalén a Babilonia, 10 di- nuestros gobernantes que regían a Israel,
c o n t r a n u e s t r o s reyes, c o n t r a n u e s t r o s reyes derramamos nuestros ruegos delan-
rey de Judá, y a todo el pueblo que venía a jeron :
príncipes y contra todo varón de Israel y te de tu rostro, Señor Dios nuestro;20 por-
oir la lectura del libro, 4 y a los magnates, Ahí os envío dinero para que con él
y a los hijos de los reyes, y a los ancianos, compréis holocaustos y víctimas por el de J u d á , 2 de traer sobre ellos grandes ma- que tú has derramado tu ira y tu cólera
les cuales n o los había hecho debajo de sobre nosotros, según tenías anunciado
y, en fin, a todo el pueblo, desde el pe- pecado, e incienso para que hagáis las
todo el cielo, como fueron hechos en Je- por tus siervos, los profetas.
queño hasta el grande, a t o d o s los que oblaciones y las ofrezcáis en el altar del 21
habitaban en Babilonia, a orillas del río Señor, nuestro D i o s , ' " y oréis por la rusalén, según lo que está escrito en la Así dijo el Señor: Inclinad vuestros
Sud. vida de Nabucodonosor, rey de Babilonia, Ley de Moisés: 3 que comeríamos las car- hombros para servir al rey de Babilonia
nes de nuestros hijos y de nuestras hijas, y seguiréis habitando en la tierra que yo
5
Lloraron y ayunaron y oraron ante y p o r la vida de Baltasar, su hijo, para 4
y los entregó al poder de todos los reinos di a vuestros padres; 2 2 pero si n o escu-
el Señor; * 6 y recogiendo dinero según que sean sus días sobre la tierra como los nuestros vecinos, para escarnio y espanto cháis la voz del Señor, sirviendo al rey
las posibilidades de cada uno, 7 l o en- días del cielo, * 12 y nos dé el Señor for- de todos los pueblos circunvecinos, en- de Babilonia, 2 3 haré cesar en las ciudades
viaron a Jerusalén, a Joaquim, hijo de taleza e ilumine nuestros ojos, y vivamos tre los cuales los dispersó el Señor. 5 Fui- de Judá y en las calles de Jerusalén la
1
La fecha escogida para la lectura fue el aniversario quinto de la toma de Jerusalén por los m o s abatidos, en vez de ser ensalzados, voz del gozo y la voz de la alegría, la voz
1 5
caldeos, el año 581 (2 Re 25,8). p o r haber pecado contra el Señor, nues- del esposo y la voz de la esposa, y toda
Las disposiciones de los cautivos son muy otras de las que vemos en el libro de Ezequiel antes tro Dios, desoyendo su voz. la tierra se convertirá en u n desierto sin
de la caída de Jerusalén; ahora ya no tenían falsos profetas que fomentasen las ilusiones de un pronto 6
Del Señor, nuestro Dios, es la justi- moradores. 2 4 Y nosotros no escuchamos
retorno.
I
o Aunque el templo estaba en ruinas, no hay por qué negar que para esta fecha los que habían 15
quedado en Jerusalén hubieran acomodado el altar a fin de satisfacer su devoción en aquel sitio, Esta confesión de los pecados tiene gran parecido con la que hace Daniel en 9,7 ss.
que era el único santuario legítimo de Israel. 11
II Este Baltasar, hijo de Nabucodonosor, no mencionado en la historia profana, lo leemos tam- *y !! Este recurso a la misericordia de Dios y a su propio hon
honor es frecuente en loa profetas, y
bién en Dan 5,12. Las ideas de este párrafo concuerdan con Jer 29,7. se lee asimismo en la oración de Daniel, 9,19, y en Ex 32,11.
BARÜC 2-3 876 877 BARÜC 3-4
tu vc»7., sirviendo al rey de Babilonia, y tú que hemos alejado de nuestro corazón tatura, diestros en la guerra. * 27 Pero no gre de verme viuda y abandonada de
cumpliste las palabras que habías dado toda la iniquidad de nuestros padres, que eligió Dios a éstos ni les28dio a conocer el todos. Quedé desierta por los pecados
por tus siervos, los profetas, de que echa- pecaron contra ti. 8 Henos aquí a nosotros camino de la sabiduría, y así perecieron de mis hijos,I 3 porque se apartaron de la
rías fuera de sus sepulcros los huesos de hoy en nuestro destierro, donde nos han por falta de prudencia, perecieron por su Ley de Dios y despreciaron sus manda-
nuestros reyes y de nuestros padres. 25 Y, dispersado para oprobio, castigo y pena, necedad.
29
mientos y no anduvieron por los cami-
en efecto, han sido arrojados al calor del según las iniquidades de nuestros padres, ¿Quién subió al cielo y se apoderó nos de los preceptos divinos ni marcha-
día y al hielo de la noche. Han muerto en que se apartaron del Señor, nuestro Dios. de ella y la hizo descender de las nubes? ron por las sendas de la doctrina ajustada
30
medio de atroces males, de hambre, de ¿Quién atravesó los mares y la descu- a 14su justicia.
espada y de peste; 26 y la casa en que era brió y la trajo con preferencia al oro Venid, pueblos vecinos de Sión, y
invocado tu nombre la has puesto como SEGUNDA P A R T E más puro? 31 No hay quien conozca sus acordaos del cautiverio de mis hijos y
hoy se halla por la maldad de la casa de caminos ni 2 quien tenga noticia de sus mis hijas que trajo sobre ellos el Eterno..
TRIPLE EXHORTACIÓN: A LA SABIDURÍA, 15
Israel y de la casa de Judá. senderos; 3 pero el que sabe todas las Trajo contra ellos una nación lejana,
27
Has obrado, Señor, con nosotros se- A LA PENITENCIA Y A LA ESPERANZA cosas la conoce y con su inteligencia la una nación insolente, de lengua extraña,
gún toda 28tu bondad y toda tu gran mise- (3,9-5,9) descubre. que no respetaron al anciano ni se com-
ricordia, conforme hablaste por boca 9 El que cimentó la tierra para siempre padecieron del niño 1* y se llevaron el
de Moisés, tu siervo, al tiempo en que Oye, Israel, los preceptos de vida; y la pobló de vivientes; 33 e l q u e manda consuelo de17la viuda, dejándola sola, sin
le ordenaste escribir tu Ley en presencia aplicad los oídos para aprender la pru- a la luz, que luego se pone en marcha; la sus hijos. Pues ¿qué socorro podría
de los hijos de Israel, diciendo: 29 Si no dencia. * 10 ¿Qué es esto, nIsrael? ¿Por qué llama él, y ella le obedece temblando. daros yo? ¿Cómo podría yo socorreros?
estás en tierra enemiga, languideces en 34 18
escuchareis mi voz, estad seguros que esta Los astros brillan en sus atalayas y en Sea el que trajo este infortunio quien
grande y numerosa muchedumbre se vol- tierra extraña? Te has contaminado con ello se complacen. 35 Los llama y contes- os libre del poder de vuestros enemigos.
verá pequeña en medio de las naciones los muertos, has sido contado con los que tan: Henos aquí. Lucen alegremente en 19
Id, hijos míos, id, que yo me quedo
entre las cuales os dispersaré, 30 pues yo descendieron al ades. 12 Hast 3 abandonado honor del que los hizo. sola, abandonada, 20 despojada de la tú-
la fuente de la sabiduría. Si hubieras 36
sé que no me oiréis, porque este pueblo Este es nuestro Dios, ninguno otro nica de la alegría, vestida del saco de la
es de dura cerviz. Pero31volverán en sí en el caminado por la senda de Dios, habita- cuenta a su lado para nada. 37 El conoce plegaria. Siempre, mientras me21 dure la
país de su destierro, y conocerán que rías
14
en perpetua paz. todos los caminos de la sabiduría y se vida, estaré clamando al Señor. Y vos-
yo soy el Señor, su Dios, y les daré un Aprende dónde está la prudencia, la concedió a Jacob, su siervo, y a Is- otros, hijos míos, valor; clamad también
corazón que entienda y unos oídos que dónde la fortaleza, dónde la inteligencia, rael, su amado. 38 Hizo, además, que se al Señor y El os librará de la domina-
escuchen,32 y me alabarán en la tierra de para que a la vez conozcas dónde están dejara ver en la tierra y conversara con ción de los enemigos.
su cautiverio y se acordarán de mi nom- la loBgsvidad y la 1S dicha, dónde la luz de los hombres*. J1
Yo espero del Eterno vuestra reden-
bre, 33 y ablandarán su dura cerviz y de- los ojos y la paz. ¿Quién halló la mo- ción, del Santo me vendrá la alegría, por
rada de la sabiduría? ¿Quién encontró sus 1
jarán sus máximas perversas, acordándose Es el libro de los mandamientos
del camino de sus padres, que pecaron tesoros? i* ¿Dónde están los príncipes de
las naciones y17los domadores de las fieras
4 de Dios y la Ley perdurable para
la misericordia del Eterno, nuestro Sal-
vador, que pronto vendrá sobre nosotros.
23
contra el Señor; 34 y y 0 los volveré a la siempre. Los que la guarden alcanzarán Con llantos y con duelo os despido,
tierra que juré dar en posesión a sus pa- de la tierra? ¿Los que se divierten con la vida; los 2que la abandonen caerán en con alegría y con gozo eterno me seréis
dres, a Abraham, Isaac y Jacob, para que las aves del cielo, los que amontonan la la muerte. Vuélvete a ella, Jacob, y devueltos por Dios. 24 Pues como ahora
la poseyesen, y los multiplicaré y no serán plata y el oro, en que confían los hom- abrázala; camina al resplandor de su ven los pueblos vecinos de Sión vuestro
disminuidos; 35 y estableceré con ellos mi bres, que nunca dicen «Basta» en su ava- luz. 3 No des a otros tu gloria, ni tu dig- cautiverio, así os verán pronto redimidos
alianza eterna, de ser su Dios y de ser ricia?
18 nidad a una nación extraña. 4 Somos bien- por Dios con redención espléndida y glo-
ellos mi pueblo; y no moveré más a mi ¿Dónde están los que funden con fa- aventurados, Israel, porque conocemos lo riosa del Eterno.
pueblo de Israel de la tierra que le he dado. tiga la plata, con operaciones casi innu- que a Dios place. 25
Soportad, hijos míos, con paciencia
merables? 19 Han desaparecido, han ba- 5
Cobra aliento, pueblo mío, cuyo nom- la cólera que sobre vosotros viene de
1 jado 20al ades, y otros surgieron en su lu-
Señor todopoderoso, Dios de Is- bre de gloria es Israel. * * Fuisteis vendi-
3 rael, el alma angustiada y el espíritu gar. Los jóvenes que vieron la luz y dos a las naciones, mas no para ruina.
parte de Dios. El enemigo os persigue;
mas pronto verás su perdición y pon-
abatido claman a ti. 2 Oye, Señor, y ten habitaron sobre la tierra tampoco cono- Porque habéis irritado a Dios, fuisteis drás el pie sobre su cuello.
piedad; porque hemos pecado contra ti, cieron el camino de la ciencia 21 ni dieron entregados a los enemigos. 7 Habéis irri- 26
3 con sus senderos; sus hijos no lograron Van mis delicadas hijas caminando
porque tú te sientas en tu trono para tado al que os hizo, sacrificando a de- por ásperos caminos, van arrastradas co-
siempre, pero nosotros perecemos sin re- adueñarse de ella, están muy alejados de monios, a no dioses. 8 Os olvidasteis de mo rebaño robado por los enemigos.
torno, para siempre. 4 Señor todopodero- sus caminos.
22
quien os engendró, el Dios eterno; tra- 27
Tened ánimo, hijas mías; clamad a
so, Dios de Israel: oye la oración de los No supieron de ella en Canán, ni en jisteis la tristeza sobre la que os crió,
muertos de Israel y de los hijos de los que Teman fue vista. * 23 Los hijos de Agar Jerusalén, 9 que vio venir sobre vosotros Dios, que ya se acordará de vosotras
pecaron contra ti, que no oyeron la voz conocen la ciencia humana; los mercade- la cólera de Dios y dijo: quien os hizo ir. 2 8 Pues como os incli-
de su Dios, y por eso la miseria se apegó res de Madián y de Tema, los fabulistas Oíd, naciones vecinas de Sión: Dios nasteis a apartaros de Dios, así, conver-
a ellos. 5 No te acuerdes de las iniquidades y los que se afanan por adquirir prudencia ha echado sobre mí un gran duelo. * tidas, le buscaréis con multiplicado ar-
de nuestros padres; acuérdate más bien e inteligencia, no conocieron el camino de 10 Vi el cautiverio de mis hijos y mis dor, 29 pues el que trajo sobre vosotras
en esta hora de tu diestra y de tu nombre; la sabiduría ni dieron con sus sendas. hijas, que el Eterno trajo sobre ellos. el castigo os traerá con la redención la
6 24 11 eterna alegría.
porque tú eres el Señor Dios nuestro, a ¡Oh Israel, cuan grande es la casa de Con alegría los había criado y los des-
quien alabaremos, Señor, ^ que por esto Dios y cuan vasto su dominio! 25 Es muy pedí con llanto y duelo, i 2 Nadie se ale- 30 Ten ánimo, Jerusalén. El que te dio
has infundido tu temor en nuestros cora- grande y no tiene término, alto e inmenso.

zones, para que invoquemos tu nombre Allí nacieron los gigantes, los famosos 26
Los gigantes son aquellos de que se hace referencia no pocas veces, sobre todo en los prime-
y te alabemos en nuestro destierro; por- desde la antigüedad, que eran de alta es- ros 3libros
8
de ¡a Biblia, v.gr., los hijos de Enac (Dt 1.28; 2,10).
Esta aparición de Dios no es otra que la del Sínaí, como lo muestra claro el texto siguiente.
La ley divina era el más grande tesoro de sabiduría para Israel (Dt 4,6; Eclo 24,32 ss.).
' Esta segunda sección contiene una exhortación a buscar la sabiduría, que Israel posee en la
3 ley divina.
22
A 5
9
Comienza ahora otro discurso consolatorio, dirigido al pueblo cautivo.
Estos pueblos son con frecuencia mencionados en la Escritura como sabios (cf. Ez 28,41 s.¡ • Hermoso discurso puesto en boca de Jerusalén, que consuela a sus hijos con la esperanza eD
Zac 9,2; Jer 49,7). Dios.
BARUC 4-6 878 879 BARUC 6
27
su nombre te consolará. * 31 ¡Desdichados lo que se pone de manifiesto que no son delante las ofrsndas. Los sacerdotes,
los que te maltrataron y se alegraron de
APÉNDICE dioses. N o los temáis, pues. vendiendo las víctimas sacrificadas, se
tu caída! 3 2 ¡Desgraciadas las ciudades en 15
Así c o m o cualquier utensilio que u n aprovechan de ellas. Y asimismo sus mu-
EpfsTOLA D E J E R E M Í A S SOBRE LA VANIDAD jeres ponen en sal u n a porción de ellas
que tus hijos estuvieron esclavizados, des- h o m b r e tiene, si se quiebra, no es ya de
dichada la que os tuvo cautivos! 33 Pues DE LOS ÍDOLOS utilidad, I 6 así son sus dioses. Colocados y no dan nada al pobre ni al débil. 28 Son
así como se alegró en tu ruina y se re- (6) en sus templos, los ojos se les llenan de manoseados por mujeres impuras por el
gocijó en tu caída, así habrá de entriste- polvo, levantado p o r los pies de los que parto o la menstruación. Conociendo,
cerse de su propia soledad. 3 4 Y o la pri-
varé de la alegría de sus muchedumbres,
6 Copia de la epístola que remitió Je-
remías a los que habían sido lleva- allí entran. 1 7 Y así como al criminal que
ofendió al rey o al condenado a muerte
pues, por todo eso que no son diosas,
no debéis temerlos.
y su orgullo se convertirá en d u e l o , 3 5 pues dos cautivos a Babilonia p o r N a b u c o d o - 25
¿Cómo, pues, llamarlos diosas? Pues
nosor, rey de los babilonios, a fin de se le cierran las puertas de la prisión,
el Eterno m a n d a r á sobre ella el fuego asi los sacerdotes aseguran sus templos hasta mujeres presentan sus ofrendas a
p o r largos días y p o r mucho tiempo será comunicarles lo que D i o s le había or- semejantes dioses de plata, de oro y de
denado : con puertas, con cerrojos y con palan-
habitación de demonios. 1 cas para que n o sean robados por los m a d e r a ; 3 0 y en sus templos los sacerdo-
P o r los pecados que habéis cometido
36
Mira hacia el oriente, Jerusalén, y contra Dios fuisteis llevados cautivos a l a d r o n e s . l s Encienden lámparas para ellos tes están sentados, rasgadas las túnicas,
contempla la alegría que te viene de Dios. Babilonia p o r Nabucodonosor, rey de
37
Mira que llegan tus hijos, aquellos de los babilonios. * 2 Llegados, permanece-
quienes tuviste que despedirte. Llegan con-
réis ahí muchos años, u n tiempo largo,
gregados desde el oriente y el occidente
por la palabra del Santo, llenos de ale- hasta siete generaciones, pasadas las cua-
gría p o r la gloria de Dios. les os sacaré de ahí en paz. 3 A h o r a bien,
en Babilonia veréis dioses de plata, de
1 oro y de madera, llevados a h o m b r o s ,
5 Despójate, Jerusalén, de tu saco
de duelo y aflicción; vístete p a r a
que infunden temor a los gentiles. 4 Cuan-
to a vosotros, guardaos de asemejaros a
siempre los ornamentos de la gloria que los extraños y que el temor de tales dio-
te viene de D i o s ; * 2 envuélvete en el ses no se apodere de vosotros 5 al ver la
m a n t o de la justicia que Dios te envía; multitud apiñada delante y detrás de
ponte en la cabeza la mitra de gloria ellos adorándolos. Vosotros decid en
del Eterno, 3 que Dios h a r á ver tu gloria vuestro corazón: A ti, Señor, se te h a de
a t o d a nación debajo del cielo. T e lla- adorar. 6 Mi ángel está con vosotros y
mará por siempre Paz de la justicia y es quien vela p o r vuestras almas.
Gloria de la piedad. 7
Esos dioses los hace u n artífice, los
5
Levántate, Jerusalén, sube a lo alto; cubre de oro y plata, pero son mentira,
mira hacia oriente y contempla a tus no pueden hablar. 8 C o m o p a r a donce-
hijos, reunidos desde el ocaso del sol lla amiga de aderezarse, t o m a n el o r o
hasta su orto por la palabra del Santo, 9
y fabrican coronas, que colocan en la
regocijados por haberse acordado Dios cabeza de sus dioses. Y tal vez acontece
de ellos. « D e ti partieron a pie, arras- que los sacerdotes r o b a n a los dioses el
trados por los enemigos; pero Dios te oro y la plata y la emplean para ador-
los devuelve traídos con honor, como narse ellos i° y aun para regalárselos a Dioses asirlos Llevada en procesión
hijos de reyes. 7 Porque Dios dispuso hu- las meretrices que m o r a n bajo su techo.
millar todo monte alto y t o d o collado y en mayor n ú m e r o que para sí mis- rapadas la cabeza y la b a r b a y descu-
C o m o a hombres visten a los dioses de bierta la cabeza, 3 1 y aullan y gritan de-
eterno, rellenar los valles hasta igualar plata sus vestidos y a los dioses de oro mos, pero los dioses no pueden ver nin-
la tierra, para que caminase Israel con y de madera, n pero n o pueden evitar guna. 19 Son como las vigas del templo, lante de ellos como en una cena fúne-
seguridad p a r a gloria de Dios. 8 Los de las cuales se dice que les carcomen bre. 3 2 D e sus vestidos roban los sacer-
la herrumbre ni la carcoma vestidos con dotes para vestir a sus mujeres y a sus
bosques y t o d o árbol aromático darán sus trajes de púrpura. , 2 H a y que lim- el corazón los gusanos que nacen de la
sombra a Israel por disposición divina. tierra, y devoran así sus vestidos sin que hijas. Hágaseles mal o hágaseles bien,
9 piarles el rostro p a r a quitarles el polvo ellos no pueden corresponder. 33 N o pue-
Sí, D i o s mismo traerá a Israel Heno de que se levanta en su templo y en a b u n - ellos lo adviertan. 2 0 Su rostro se enne-
alegría a la luz de su gloria con la mise- grece p o r el h u m o del templo. 21 Sobre den ni poner ni quitar, 3 4 ni pueden dar
dancia se deposita sobre ellos. 13 Tienen riqueza ni dinero, ni u n a pieza de cobre.
ricordia y la justicia que de El vienen u n cetro como el juez de u n distrito, mas su cuerpo y sobre su cabeza se arrojan
las lechuzas, las golondrinas y otras aves, Si alguno les hace u n voto y no lo cum-
n o pueden quitar la vida a quien los ple, n o reclaman. 35 N i libran al h o m -
ofende. 1 4 Tienen asimismo u n puñal o y aun los gatos. 2 2 P o r donde conoceréis
que n o son dioses. N o los temáis, pues. bre de la muerte ni arrancan al débil
un hacha en su diestra, pero no se de- 23 de las m a n o s del fuerte. 3« N o son capa-
fenderán del enemigo ni del ladrón. P o r El oro que para su ornato los cu-
bre, se empaña, y si no lo limpian, no ces de dar vista al ciego ni de librar al
brilla; ni aun c u a n d o fueron fundidos h o m b r e que se halla en necesidad. 3 7 N o
30
Aquí es el profeta el que se dirige a Jerusalén, dándole seguridades sobre la promesa de res- sintieron nada. 2 4 Fueron comprados a pueden compadecerse de la viuda ni ha-
tauración antes expresada y mostrándole ya el próximo cumplimiento. este o al otro precio y no hay en ellos cer bien al huérfano. 3 8 Son semejantes a
O l
En esta parte del discurso se nota más el parecido de nuestro profeta con Isaías (60,14 s s 0 . ni un soplo de vida. 2 5 A u n teniendo piedras arrancadas del monte. Son dio-
pies, tienen que ser llevados en hombros, ses de madera, dorados y plateados, y
1
Esta epístola es una verdadera sátira contra el culto de los ídolos. Como es de estilo en la serán confundidos los que los sirven.
6 sátira, el autor acentúa los rasgos ridículos, atribuyendo a ios gentiles el sentir común de la
mostrando con esto a los hombres su
ignorancia, para confusión de los que
39
¿Cómo, pues, vamos a creer y decir
gente ruda, y en lo que tal vez incurrían los mismos hebreos cuando se dejaban arrastrar a la idola- los sirven. 2 6 Si alguna vez caen en tie- que son dioses?
tría. Para comprender semejante modo de hablar conviene tener en cuenta que el segundo pre- 4
cepto del decálogo imponía la adoración de Yavé sin imagen alguna. La razón de tal precepto era rra, no se levantan por sí mismos, y una " Los mismos caldeos los deshonran.
cortar de raíz la concepción grosera de Dios, asimilándolo a sus imágenes, y también la materiali- vez puestos en pie, n o pueden mover- C u a n d o ven a un m u d o que no puede
zación del culto, como ocurría entre los paganos, y esto aun en las naciones más cultas. se; y c o m o a los muertos, así les ponen hablar, lo conducen a Bel, pidiéndole que
BARUC 6 880
le ció el habla, siendo como es el dios sin que los dioses puedan auxiliarse.
incapaz de oírlos. 4 i Y sabiendo esto, no 58 De suerte que mejor es un rey, que
E Z E Q U I E L
piensan en dejarlos, porque no tienen co- puede hacer ostentación de su poder, o
nocimiento. 4 *Y las mujeres, ceñidas de un utensilio cualquiera en una casa, del 1. Ezequiel, hijo de Buzi, que formaba parte de los deportados con Jeconías
cordones, se sientan en los caminos que- cual se sirve su dueño, que estos djoses 0H 595> era de familia sacerdotal. Su vida, por tanto, se había pasado en el ejercicio
mando salvado; 4 3 y cuando alguna de falsos. Y hasta la puerta de una casa del ministerio sacerdotal, en Jerusalén. Nabucodonosor instaló a los cautivos a orillas
ellas, solicitada, se la lleva un transeúnte protege las cosas que hay en ella mejor
y duerme con ella, injuria a las vecinas que esos falsos dioses, y una columna de del río Quebar, uno de los muchos canales que, derivados del Eufrates, servían para
por no haber merecido ese honor de madera en un palacio real vale más que regar la Caldea. Tel-Abib era la localidad en que habitaba el profeta cuantío co-
que44
le rompieran el cordón. ellos 59 Y no digamos del sol, de la luna menzó a profetizar. Allí tenía su casa, donde vivía con su mujer, «las delicias de sus
Todo lo que con estos dioses se hace y de las estrellas, que alumbran, puestas ojos» (24,16). No parece que tuviera hijos. A pesar del castigo, los deportados no
es un embuste. ¿Cómo, pues, vamos a para utilidad de los hombres. 60 Y asi- habían entrado por los caminos de la penitencia: continuaban entregados a la idola-
creer y decir que son dioses? 45 Han sido mismo el relámpago, cuando brilla, se tría, ilusionados por los falsos profetas que entre ellos había, con la esperanza de volver
fabricados por artífices y orfebres y no hace ver bien; y el viento sopla en toda pronto a la patria. La carta de Jeremías disuadiéndoles de ello no había hecho ninguna
podrán ser sino lo que quieran los artí- la tierra; 61 y las nubes, cuando Dios las mella en sus corazones (Jer 29,1 ss.).
fices. 4<> Los mismos que los fabrican no ordena pasar por encima de ella, cum-
viven largo tiempo: ¿cómo va a vivir lo plen el mandato; 62 y el fuego, enviado 2. El año quinto del cautiverio ("593), Ezequiel fue llamado por Dios al minis-
que ellos fabricaron? 47 Han dejado para de arriba para consumir los montes y terio profético del modo más solemne. Con aquella misteriosa visión que se nos des-
los venideros mentira y oprobio. 48 Cuan- las selvas, hace lo que le es mandado. cribe en los capítulos 1-3, Dios quiso dar a entender a los cautivos que no sólo enjudd
do sobre ellos viene la guerra o la cala- Sus dioses ni por la belleza ni por la y en el templo moraba Yavé, sino también en la Caldea, en medio de ellos, y que allí
midad, deliberan entre si los sacerdotes potencia son a estas cosas comparables.
dónde podrán ocultarse con ellos. 49 ¿Có- w No debe, pues, creerse ni decirse que inspiraba a un profeta para que en nombre suyo les hablase. Y, efectivamente, Eze-
mo, pues, no comprenden que no son son dioses, no siendo capaces de hacer quiel comenzó su misión con un estilo lleno de símbolos, a modo de parábolas, y mez-
dioses los que ni a sí mismos se libran justicia ni de hacer bien a los hombres. clado de acciones también simbólicas, que son la nota característica en los uatictnios
de la guerra ni de las calamidades? 64 Conociendo, pues, que no son dioses, de nuestro profeta. En éstos insiste, sobre todo, en las prevaricaciones idolátricas de
50 Luego se ve que, siendo de madera, no los temáis. Israel y Judd, que a veces describe hasta con crudeza. La primera parte de su libro
65
dorados y plateados, son un embuste para Son incapaces de maldecir o bende- (1-24) tiende a convencer a sus oyentes, la casa rebelde, del castigo irrevocable de
todas las naciones y los reyes y quedará cir a los reyes. 66 Ni pueden dar en el
manifiesto que no son dioses, sino obras cielo señales a las naciones, ni pueden, Jerusalén, cuyos pecados describe para justificar la conducta de Dios hacia ella. Son
humanas y que no hay en elios nada como el sol, alumbrar, ni iluminar como notables sobre esto los capítulos 16 y 23. Cuando la sentencia del Señor se ha cumplido,
divino. la luna. 67 Las fieras mismas saben más entonces Ezequiel muda de tono y habla ya del retomo, de la penitencia, de la miseri-
51
¿Quién, 52
pues, no conocerá que no que ellos, porque huyendo a su madri- cordia del Señor, de la restauración mesidnica (33-39). Tiene también su sección de
son dioses? No podrán jamás hacer guera pueden salvarse a sí mismas. 6» No vaticinio contra las naciones gentílicas (2S-32), entre las cuales se destacan las de
un rey en la región ni dar a los hombres se ve, pues, por modo alguno que sean Tiro (26,1-28,19,) y de Egipto (29-32). Es notable la última sección del profeta
la lluvia. 53 Su propia causa no podrán dioses; por tanto, no los temáis. (40-48), en que nos describe en forma verdaderamente geométrica la restauración
69
defenderla, ni protegerse 54contra la injus- Así como en el melonar nada guar- de Israel después del cautiverio: el templo, la ciudad, sus arrabales y la tierra toda de
ticia por su impotencia. Son como las da el espantajo, así sus dioses de madera,
cornejas, que vuelan entre el cielo y la dorados y plateados. 70 Más parecen es- Palestina, repartida por igual entre las doce tribus. Es claro que esto no responde a la
tierra. Y si alguna vez prende el fuego pino en huerto, sobre el cual todos los realidad histórica. Es uno de tantos símbolos, una descripción que ha de interpretarse
en los templos de estos dioses de madera pájaros se posan. Son también estos dio- a modo de parábola, cuyo sentido es el mismo que este profeta y los otros nos ofrecen
dorada o plateada, sus sacerdotes se sal- ses de madera, dorados y plateados, se- en forma más llana en otros lugares.
van con la huida, pero ellos se queman mejantes a un muerto arrojado al se-
como vigas en medio de las llamas. 55 Ni pulcro tenebroso. 71 Por la púrpura y el 3. ignoramos la fecha de la muerte de Ezequiel, que debió de ocurrir en Caldea
a5 un rey ni a los enemigos resistirán. lino que sobre ellos se envejece conoce- después de $70. Con su misión contribuyó a renovar el espíritu religioso entre los de-
<¿Cómo, pues, admitir o pensar que rás que no son dioses. Y ellos mismos portados. Gracias a él, cuando sonó la hora de Dios no faltaron millares de israelitas
son dioses? serán más tarde consumidos, viniendo a que, curados de sus antiguas idolatrías, voititesen a Judá dispuestos a secundar ¡os pla-
Ni de ladrones ni de salteadores se ser el oprobio de la tierra. 72 Mejor es, nes de Dios, preparando la llegada del Mesías y de su salud.
salvan estos dioses de madera, plateados pues, el hombre justo, que no tiene ído- 4. Ha debido de ser el mismo profeta quien coleccionó sus vaticinios, que por eso
y dorados. S7 Cualquiera más fuerte les los, porque está muy lejos de tener que
arrebatará el oro y la plata y el vestido temer el oprobio. se hallan en mejor orden que los de los profetas anteriores.
de que están cubiertos, y se marcharán, I
EZEQDIEL 1 882 883 EZEQUIEL 1-3
S i l l\1 A l i T O P R I M E R A P A R T E : Vocación del profeta y juicios de Dios 20 Hacia donde los impelía el espíritu a espíritu, que m e puso en pie, y escuché
JU1.1IUUU sobre Judá (1,24).—SEGUNDA P A R T E : Vaticinio sobre marchar, marchaban, y las ruedas se al- al que me hablaba. 3 M e dijo: Hijo de
las naciones (25-32).—TERCERA P A R T E : Vaticinios consolatorios de Israel zaban a la ver con ellos, porque tenían hombre, yo te m a n d o a los hijos de Is-
(33-39)-—CUARTA P A R T E : Cuadro de la restauración mesiánica (40-48). las ruedas espíritu de vida. 21 C u a n d o iban rael, al pueblo rebelde, que se ha rebe-
ellos, iban las r u e d a s ; cuando ellos se lado contra m í ; ellos y sus padres peca-
paraban, se paraban ellas, y cuando se ron contra mí hasta el día de hoy. *
4
alzaban de la tierra, se alzaban, porque Son gente de cara dura y de corazón
P R I M E R A P A R T E 12 Todos marchaban de frente, a don- había en las ruedas espíritu de vida. empedernido esos a quienes te mando.
de los impelía el espíritu, sin volverse
13
22 Sobre las cabezas de los vivientes Diles: Así dice el Señor, Yavé. 3 Acaso
V O C A C I Ó N D E L PROFETA Y J U I C I O S DE para atrás. Había entre los vivientes había una semejanza de firmamento, co- te escuchen. Y si n o te escucharen, pues
D I O S SOBRE J U D Á fuego como de brasas encendidas cual mo de portentoso cristal, tendido por en- son gente rebelde, al menos conocerán
antorchas, que discurría p o r entre ellos, cima de sus cabezas, 23 y p o r debajo del que hay entre ellos profeta. 6 Tú, hijo
(1-24) centelleaba y salían de él rayos. 1* Los firmamento estaban tendidas sus alas, que de hombre, no los temas ni tengas mie-
Visión d e la gloría d e D i o s se tocaban dos a dos, la del uno con la do a sus palabras, aunque te sean cardos
y zarzas y habites en medio de escorpio-
1 1 Por espacio de unos treinta años
fue dirigida la palabra de Yavé a
nes. N o temas sus palabras, no tengas
miedo de su cara, p o r q u e son gente re-
Ezequiel, hijo de Buzi, sacerdote, en tie- belde. 7 Diles lo que yo te diga, óigante
rra de tos caldeos, junto ai río Quebar. o no te oigan, porque son muy rebeldes.
2
E! año quinto de nuestra cautividad, el 8
Tú, hijo de hombre, escucha lo que yo
día cinco del mes cuarto, estando yo te digo, no seas tú también rebelde, como
entre los cautivos en las riberas del río la casa rebelde. Abre la boca y come lo
Quebar, se abrieron los cielos y tuve vi- que te presento. ' Miré y vi que se ten-
sión de Dios 3 y fue sobre mí la m a n o día hacia mí u n a m a n o que tenía u n rollo.
de Yavé. * Lo desenvolvió ante mí y vi que estaba
4
Miré y vi venir del septentrión u n escrito por delante y por detrás, y lo que
nublado impetuoso, una nube densa, en El dios Asur rodeado del arco iris en él estaba escrito eran lamentaciones,
torno de la cual resplandecía un remo- elegías y guayes.
lino de fuego, que en medio brillaba co- del otro, mientras las otras dos de cada
mo bronce en ignición. 5 En el centro u n o cubrían su cuerpo. 24 Oía el ruido de
1 Y me dijo: Hijo de hombre, co-
de ella había semejanza de cuatro seres
vivientes, cuyo aspecto era éste: tenían
las alas, como ruido de río caudaloso,
como ruido de truenos, cuando marcha-
3 me eso que tienes delante; come ese
semblante de hombre, * <• pero cada uno rollo y habla luego a la casa de Israel. *
ban, como estruendo de c a m p a m e n t o ;
tenía cuatro aspectos y cada uno cuatro 2 Y o abrí la boca e hízome él comer el
cuando se detenían plegaban las alas.
alas. 7 Sus pies eran derechos y la planta 25 rollo, 3 diciendo: Hijo de hombre, llena
Y se dejó oir u n a voz encima del
de sus pies era como la planta del toro. t u vientre e hinche tus entrañas de este
firmamento que estaba sobre sus cabe-
Brillaban como bronce en ignición. 8 Por Querub asirio rollo que te presento. Y o lo comí y me
zas. 26 Sobre el firmamento que estaba
debajo de las alas, a los cuatro lados, vivientes se movían en todas direcciones supo a mieles. 4 Luego me dijo: Hijo de
sobre sus cabezas había una apariencia
salían brazos de h o m b r e ; todos cuatro semejantes al rayo. " Mirando a los vi- h o m b r e : Ve, llégate a la casa de Israel
de piedra de zafiro a m o d o de trono, y
tenían el mismo semblante y las mismas vientes descubrí junto a cada uno, a los y habíales mis palabras. 5 M i r a que no
sobre la semejanza del trono, en lo alto,
alas, 9 que se tocaban las del uno con cuatro lados, u n a rueda que tocaba la eres enviado a un pueblo de habla abs-
una figura semejante a un n o m b r e que
trusa. * N o es a pueblos remotos, cuyas
las del otro. Al moverse no se volvían tierra. l« Las ruedas parecían de turque- se erguía sobre él; * 2 7 y lo que de él apa-
para atrás, sino que cada u n o iba cara sa, eran todas iguales y cada una dispues- palabras no entiendes. ¡Ah!, si a éstos
recía de cintura arriba era como el ful-
adelante. 1» Su semblante era éste: de ta como si hubiese una rueda dentro de te enviara, seguramente te escucharían. *
gor de un metal resplandeciente, y de
hombre, por delante, los c u a t r o ; de león otra rueda. 17 Marchaban hacia los cua- ' La casa de Israel, por lo contrario, n o
cintura abajo, como el resplandor del
a la derecha, los c u a t r o ; de toro a la iz- tro lados y no se volvían al caminar, querrá oírte, porque no quieren oirme a
fuego, y t o d o en derredor suyo resplan-
quierda, los cuatro, y de águila por de- i» M i r a n d o , vi que sus llantas estaban mí, porque toda la casa de Israel tiene
decía. 28 El esplendor que le rodeaba todo
trás, los cuatro. * 1 ] Sus alas estaban des- todo en derredor llenas de ojos. 19 Al frente altanera y corazón contumaz. 8 Pe-
en torno era como el del arco que apa-
plegadas hacia lo alto, dos se tocaban ir los vivientes giraban junto a ellos las ro yo te doy un rostro tan firme como el
rece en las nubes en día de lluvia. Esta
la del uno con la del otro y dos de cada ruedas, y al levantarse los vivientes so- de ellos y u n a frente dura cuanto las fren-
era la apariencia de la imagen de la glo-
uno cubrían su cuerpo. tes suyas, 9 tan dura como el diamante,
bre la tierra se levantaban las ruedas. ria de Yavé. A tal vista caí rostro a tierra,
más que el pedernal. N o los temas ni te
pero oí la voz de u n o que me hablaba.
•J 3 En el original estos primeros versículos no hacen sentido. La corrección introducida nos atemorices ante ellos, porque son casa re-
• parece totalmente fundada, para lo cual nos apoyamos en el encabezamiento de los libros de Vocación del profeta belde.
otros profetas y de muchos capítulos de Ezequiel. El texto, según se halla en hebreo, dice asi: 1 WDíjome también: Hijo d e h o m b r e ,
Y me dijo: Hijo de h o m b r e , pon-
«* El año treinta, en el cuarto mes, el cinco del mes, estando yo en medio de los cautivos junto
al rio Quebar, se abrieron los cielos y vi visiones de Dios. 2 te en pie, que voy a hablarte. 2 y todas las palabras que yo te diga, recó-
en hablándome, entró dentro de mí el gelas en tu corazón y dales atento oído,
»2 El día quinto del mes del año quinto de la cautividad del rey Joaquim, 3 fue dirigida la palabra
de Yavé a Ezequiel, hijo de Buzi, sacerdote, en la tierra de los caldeos, junto al rio Quebar. Fue allí
sobre él la mano de Yavé». ** Estos versos nos presentan envuelta en misterioso simbolismo la imagen de Yavé. La pin-
5
La imagen de estos seres, que para realzar la majestad de Dios nos presenta el profeta en esta tura parece inspirada en la imagen del dios Asur, vestido de luz y rodeado del arco iris (véase el
visión, es imitación de los Kartbu, que los asirios y babilonios colocaban como guardianes a las puer- grabado).
3
tas de sus palacios y templos. En ella se reúnen los cuatro reyes del reino animal: el hombre, el Esta misión se parece a las de Isaías (6) y Jeremías (1), enviados también a un pueblo rebelde
león, el toro y el águila.
1
2 a la voz de Dios, que les habla por sus profetas.
° El arte mesopotámico nos ofrece la explicación de este pasaje con las estatuas de sus Karibu, * Aunque muy material, esta imagen viene a significar la asimilación de las relaciones divinal
seres divinos con cabeza y a veces con manos de hombre, alas de águila, cuerpo de toro y cola y pa-
tas de león (véase el grabado).
3 por
6
el profeta.
Estas palabras nos traen a la mente las de Jesús a las ciudades incrédulas (Mt 11,20-24).
EZEQUMX 3-4 884 885 EZEourEL 4-6
Ji y ve luego y llégate a los deportados, había visto en la ribera del Quebar, y cal El pan, tasado e inmundo están en torno suyo, despreciando mis
a los hijos de tu pueblo, y habíales, di- rostro a tierra; 2 4 pero e n tró en mí el mandamientos y mis leyes y no andando
ciéndoles: Así dice el Señor, Yavé, óigan- espíritu y me puso en pie y me habló • Coge también trigo, cebada, habas, por ellos. 7 Por tanto, así dice Yavé: Por
te o no te oigan. 12 Entonces me arreba- Yavé, diciéndome: Ve y enciérrate en tu lentejas, mijo y avena y ponió todo en ser más rebelde que las gentes que os
tó el espíritu y oi tras de mí un estruendo casa. * 25 Tú, hijo de hombre, verás que una misma vasija, y haz de ello tu ali- rodean y no haber seguido mis manda-
de fuerte terremoto al elevarse la gloria echan cuerdas sobre ti y te atan con ellas, mento durante los días que estés echado mientos y no haber obrado según mis
de Yavé de su lugar; * 13 y oí el rumor de y ya no podrás salir a ellos. 26 Y haré de este o del otro lado. * 1» Lo que para leyes, y hasta ni siquiera haber hecho
las alas de los cuatro seres que daban la que se te pegue la lengua al paladar y que- comer tomes será de veinte siclos de peso según las costumbres de las gentes que
una contra la ctra y el ruido de las rue- darás mudo y no serás ya para ellos un por día, que es lo que comerás de un día están en torno vuestro, 8 por eso, así
das, ruido de gran terremoto. 14 Entonces censor, porque es casa rebelde; 27 m a s al otro. n También el agua la beberás dice el Señor, Yavé: Heme aquí contra
me alzó el espíritu y me arrebató. Yo an- cuando yo te hable abriré tu boca y en- medida, un sexto de hin, que te servirá ti, a mi vez, para hacer justicia en ti a la
daba amargado y malhumorado en mi tonces les dirás: Así habla el Señor, Ya- de bebida de un día al otro. 12 Comerás vista de las gentes, 9 y haré en ti lo que no
alma; pero fue sobre mí la mano de Yavé, vé; el que oiga, oiga, y el que no quiera pan de cebada, que cocerás en rescoldo hice jamás y como jamás volveré a hacer,
que me confortó. oir, no oiga, porque es casa rebelde. de excrementos humanos y a la vista por todas tus abominaciones. i°Por eso,
15
Llegué así a los deportados de Tel- de esas gentes. 13 Y me dijo Yavé: Así dentro de ti se comerán los padres a sus
Abib, que habitaban en la ribera del río El plano de Jerusalén asediada comerán los hijos de Israel su pan in- hijos y los hijos se comerán a sus padres;
Quebar, a la región donde moraban, y 4 1 Tú, hijo de hombre, toma una ta- mundo en medio de las gentes a las cumpliré en ti mis juicios, y lo que de ti
estuve entre ellos atónito durante siete * bleta de arcilla y póntela delante. cuales los arrojaré. reste lo esparciré a todos los vientos. *
días. 16 Al cabo de los siete días me fue Traza en la tableta el plano de una ciu- i 4 ¡Ah, Señor, Yavé!, exclamé yo; mi 11 Por mi vida, dice el Señor, Yavé, ya
2 alma no se ha contaminado nunca desde
dirigida la palabra de Yavé, diciendo: dad, Jerusalén. * Pon contra ella cerco, que tú has profanado mi santuario con
1
7 Hijo de hombre, yo te he dado por alza contra ella torres, haz vallado, asien- mi adolescencia hasta hoy; no comí todas tus fornicaciones y con todas tus
atalaya a la casa de Israel. Tú oirás las ta campamento delante de ella y pon mortecino ni despedazado ylsjamás entró abominaciones, yo también te abatiré a
palabras de mi boca y de mi parte los contra ella arietes en derredor. 3 Toma en mi boca carne inmunda. El me res- ti, sin 2que perdone mi ojo, sin misericor-
amonestarás. 18 Si yo digo al malvado: luego una plancha de hierro y ponía pondió: Mira, te concedo que en vez de dia. i Una tercera parte de ti morirá
«¡Vas a morir!», y tú no le amonestares como muro de hierro entre ti y la ciudad, estiércol humano tomes estiércol de bue- dentro, de pestilencia y de hambre; otra
y no le hablares para retraer al malvado y dirige a ella tus miradas. El cerco será yes para cocer con él tu pan. l 6 Y añadió: tercera parte caerá en derredor tuyo a la
de sus perversos caminos para que viva, estrecho, y lo estrecharán cada vez más. Hijo de hombre, yo voy a quebrantar en espada, y la otra tercera parte la esparciré
él, el malvado, morirá en su iniquidad, Es señal para la casa de Israel. Jerusalén el sustento del pan; comerán a todos los vientos e iré tras ella con la
pero yo te demandaré a ti su sangre. el pan por peso y con angustia7 y beberán espada desenvainada. 13 Cumpliré mi fu-
19 Mas si, habiendo tú amonestado al mal- El profeta, cargado con las iniquida- el agua tasada y con afán, 1 para que, ror y saciaré en ellos mi ira, y tomaré
vado, no se convierte él de su maldad y des de Israel y de Judá faltándoles el pan y el agua, desfallezcan satisfacción, y sabrán que yo, Yavé, he
de sus perversos caminos, él morirá en 4 los unos con los otros y se consuman hablado en mi indignacióni 4cuando des-
Échate después sobre tu lado izquier- en su iniquidad.
su iniquidad, pero tú habrás salvado tu do y pon sobre él las maldades de la fogue en ellos mi furor. T e tornaré
alma. 20 Y si se apartare el justo de su casa de Israel. Tantos días como sobre L a depopulación de Judá en desierto y en oprobio de las gentes
justicia, cometiendo maldad, y pusiere él yazcas, expiarás en ti la iniquidad suya. que están5 en derredor tuyo, a los ojos de
yo una trampa delante de él, él morirá. 5 Los años de su expiación te los computo y Jerusalén todos; 1 y serás el oprobio y el escarnio,
1
De no haberle amonestado tú, morirá a ti por días; ciento noventa días expia- Hijo de hombre, coge una espada
en su pecado y no se recordarán las obras rás las iniquidades de la casa de Israel. 5 afilada y empléala como navaja de
el espanto y escarmiento de las gentes
que están en derredor de ti, cuando en
buenas que hubiere hecho,21pero yo te 6 Acabados éstos, te echarás del lado de- barbero para raerte cabellos y barba. medio de ti haga yo justicia con furor e
demandaré a ti su sangre. Pero si tú recho para expiar a su vez las iniquida- Toma luego una balanza justa y reparte indignación, con terrible ira. Yo, Yavé,
amonestaste al justo para que no pecara des de la casa de Judá por cuarenta el pelo. * 2 Un tercio lo quemarás al fuego lo he dicho.
y dejare de pecar, vivirá él, porque fue días, computándote cada día por un año. * en medio de la ciudad mientras se cum-
amonestado, y tú habrás salvado tu 7
Dirigirás tus miradas contra el muro plen los días del asedio; otro tercio lo Devastación de la tierra
alma. * de Jerusalén, tendiendo el brazo y pro- herirás con la espada en rededor de ella,
fetizando contra ella. 8 Yo te ataré con y el otro tercio lo esparcirás al viento, 16 Cuando dispare yo contra ellos las
El profeta, cautivo en su casa y yo lo perseguiré con la espada desnuda. perniciosas saetas del hambre, que los
cuerdas para que no puedas volverte de 3
22 Fue aquí de nuevo sobre mí la ma- un lado al otro mientras no se cumplan Toma también de ellos unos pocos, con- llevarán a la destrucción, que lanzaré
no de Yavé, que me dijo: Levántate, los días de tu atadura. tados, y átalos a la orla de tu manto. yo para destruirlos, y acreciente vuestra
4
vete al campo y allí te hablaré.23 Levánte- Toma otros pocos y los echas en medio hambre y os quite todo sustento de pan;
me y salí al campo y vi que estaba allí del fuego, que se quemen. De ahí saldrá 17 cuando lance contra vosotros el hambre
la gloria de Yavé, como la gloria que el fuego para toda la casa de Israel. y las bestias feroces que te dejarán sin
12
' A s í dice el Señor, Yavé: Esta es Je- hijos, y pasen por tus calles la pestilencia
En los Salmos (17,11; 104,3) se dice que Dios hace de las nubes su carro y camina sobre las rusalén. Yo la había puesto en medio de y el estrago, y haga caer sobre ti la espada.
alas de los vientos; aquí le vemos, a semejanza de los reyes, caminar sobre su carro. Pero este carro las gentes y de las tierras que están en Yo, Yavé, he hablado.
y su atalaje está formado por cuatro querubines atados y animados y con ruedas para moverse mejor
en todas direcciones. Encima de ellos está una bóveda, que representa al firmamento, la morada derredor suyo. 6 Ella se rebeló contra mis
1
mandatos, malvada, más que las gentes, y Fueme dirigida la palabra de Yavé,
celeste de Dios. Está Yavé sentado en su trono, vestido de luz y rodeado del arco iris (Ap 4,2-11).
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Estas palabras del Señor indican la grave responsabilidad que pesa sobre el profeta. contra mis leyes, más que las tierras que 6 diciendo: * 2 Hijo de hombre, vuelve
Esta orden de Dios a su profeta parece que se dirige a llamar la atención del pueblo sobre el 9
profeta mismo, a quien hasta entonces no conocía como inspirado de Dios. Otra imagen nueva y extraña para declarar el hambre que Jerusalén pasará durante su asedio
1 por los caldeos.
A En esta tableta de arcilla, como las usadas por los babilonios para escribir los textos cunei-
^* formes, el profeta debe dibujar la ciudad de Jerusalén y representar a los ojos del pueblo el B 1 Nueva imagen de los estragos que vendrán sobre Jerusalén, de cuya población sólo quedará
asedio de la misma. ** 1una pequeña porción.
6
Ya se deja entender que estas palabras no implican un mandato que el profeta debe ejecutar, ° Estos horrores se cuentan muchas veces referidos en la Sagrada Escritura a partir de Lev 26,20:
pues no sería posible sin un milagro. Es una parábola para significar con aproximación la duración Dt 28,53; 4 Re 6,26 sss.
del cautiverio. Mira a ios dos reinos: el de Israel, deportado el 721, y el de Judá, que lo estaba c C ' No sólo Jerusalén, toda la tierra recibirá el castigo, pues toda ha sido profanada por los pe-
hacía cinco años y lo sería más completamente dentro de poco. v
cados del pueblo.
EZEQUIEL 6-7 887 EZEQUIEL 7-8
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el rostro a los montes de Israel y profe- de Israel, viene el fin sobre los c u a t r o hicieron sus ídolos. Por eso los haré yo zando mis ojos al lado del septentrión, vi
tiza contra ellos. 3 D i : Oíd, montes de confines de la tierra. 3 Llega para ti el para ellos estiércol y los daré al saqueo al norte de la puerta el altar del idolo
Israel, la palabra del Señor, Yavé. Así fin, y desencadenaré mi ira contra ti, y de manos extrañas y en botín a los impíos del celo, a la entrada misma, y me dijo:
dice el Señor, Yavé, a los montes, a los te pagaré según tus obras, y echaré sobre de la tierra, para que la contaminen. 6
Hijo de hombre, ¿ves lo que hacen éstos?
collados, a los torrentes y a los valles: ti todas tus abominaciones. 4 N o se apia- 22
Apartaré de ellos mi rostro y será ¿Ves las grandes abominaciones que la
Voy a traer contra vosotros la espada dará de ti mi ojo, no tendré compasión, profanado mi tesoro, entrarán allí los casa de Israel hace aquí mismo para ale-
y destruiré todos vuestros a l t o s . 4 Vuestros echaré tus obras sobre ti, y en tu seno tus invasores y lo profanarán; 2 3 de él harán jarme de mi santuario? Pero date la vuel-
altares serán devastados, y destrozados abominaciones, y sabréis que yo soy Yavé. cadenas. Porque está la tierra llena de ta y verás abominaciones todavía más
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vuestros altares de incienso, y haré caer Porque así dice el Señor, Yavé: Des- sangre, y la ciudad llena de violencias. grandes. 7 Y m e llevó a la entrada del
vuestros muertos ante vuestros ídolos. 5 Yo dicha tras desdicha, ya viene; 6 llega el 24
Traeré allá lo más feroz de las gentes atrio, y mirando, \ i un agujero en la
pondré los cadáveres de los hijos de Israel fin, está amenazándote el fin, ya está para que se apoderen de sus casas; aca-
delante de sus ídolos y dispersaré vuestros ahí. ^ Ya te llega el fin, habitante de la pared. 8 Y me dijo: Hijo de hombre, ho-
baré el orgullo de los poderosos y serán rada la pared. H o r a d é la pared y apareció
huesos en derredor de vuestros altares. tierra; ya viene el tiempo, ya llega el día
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Dondequiera que habitéis serán arruina- del alboroto, pero n o de alegría, en los
profanados sus santuarios. una puerta. 9 Entra, me dijo, y mira las
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das vuestras ciudades y devastados vues- montes. 8 A h o r a en seguida voy a derra- Viene la ruina; pedirán paz y no pésimas abominaciones qae éstos hacen.
tros altos. Vuestros altares serán arrui- m a r sobre ti mi ira y satisfaré en ti m i habrá p a z ; 2 6 vendrá angustia sobre an- 10
Entré, miré y vi toda suerte de imáge-
nados, y abandonados vuestros ídolos, furor, juzgándote según tus obras y echan- gustia y al anuncio de una seguirá el nes de reptiles y bestias abominables y
destrozados, desaparecerán. Serán rotos do sobre ti todas tus fornicaciones. ' N o de otra. Faltará la visión a sus profetas, todos los ídolos de la casa de Israel pin-
vuestros pebeteros y aniquiladas vuestras se apiadará mi ojo, no tendré compasión, los sacerdotes desconocerán la Ley, y los tados en la pared en derredor. * 1 ] Y se-
obras, "i Caerán en medio de vosotros los sino que echaré sobre ti tus obras y ancianos el consejo. 2 7 El izy se enlutará y tenta hombres de los ancianos de la casa
muertos y sabréis que yo soy Yavé. pondré en tu seno tus abominaciones, y los príncipes estarán desolados y tembla- de Israel, entre ellos Jezonías, hijo de
r á n las manos de t o d o el pueblo. Y o los Safan, estaban en pie ante ellos, cada
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Mas dejaré de vosotros entre las gen- sabrás que yo, Yavé, os hiero. trataré según sus caminos y los juzgaré uno con su incensario en la mano, de los
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tes unos restos que escaparán a la espada H e ahí el día, ya viene, ya llega t u segú;* su merecido, y sabrán que yo soy que subía una nube de incienso. <2 Y me
cuando sean dispersados por las tierras. * suerte, ya florece el cetro, ya echó sus Yavé.
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Vuestros dispersos se acordarán de mí brotes la soberbia. H Viene la destrucción dijo: Hijo de hombre, ¿has visto lo que
en las naciones en que estarán en cauti- para el cetro impío; n a d a quedará de hacen los ancianos de Israel en secreto,
L a gloría d e Y a v é a b a n d o n a cada uno en su cámara, llena de imáge-
verio, porque yo quebrantaré su corazón ellos, nada de su soberbia, n a d a de su el t e m p l o
fornicario, que se apartó de mí, y sus estrépito, n a d a de su esplendor. I 2 Llega nes? Pues se dicen: Yavé no nos ve; se
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ha alejado de la tierra. 13 Y me dijo: Pues
ojos, que fornicaron tras los ídolos. Y ten- el tiempo, viene el día; que no se alegre
drán horror de sí mismos por las iniqui- el que compra ni se entristezca el q u e 8 El arlo sexto, el día cinco del quinto
mes, me hallaba yo en mi casa, y es- verás abominaciones todavía mayores que
dades que cometieron y por todas sus vende, que sobre todos vendrá la ira. t a b a n delante de mi los ancianos de Judá, éstos hacen.
fornicaciones. 1" Sabrán entonces que yo 13 Quien venda no recobrará lo vendido y allí se posó sobre mí la m a n o del Señor, 1 4 Me condujo a la entrada de la puerta
soy Yavé. N o en vano he dicho que había por más que viva, porque la visión sobre Yavé. * 2 Miré, y vi una figura al parecer de la casa de Yavé, del lado norte, y es-
de escarmentarlos. todos ellos no se revocará y p o r sus im- de fuego. D e lo que aparecía, de cintura taban allí dos mujeres sentadas llorando a
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Así dice el Señor, Y a v é : Hiere con la piedades ninguno vivirá. arriba era fuego, y de cintura abajo era T a m m u z ; * 15 y me dijo: ¿Has visto, hijo
m a n o y hiere con el pie, diciendo: ¡Ah! 14 c o m o un esplendor luminoso, como bron- de hombre? Pues todavía verás abomi-
Tocan las trompetas, apréstase t o d o ,
Después de tantas horribles abominacio- pero todos se agachan, están sin fuerzas, ce brillante. 3 Tendió una a m o d o de ma- naciones mucho más grandes que ésta.
nes, caerá la casa de Israel a espada, de porque se desencadena mi ira contra t o d a no y me cogió por los pelos de la cabeza. i 6 Y me llevó al atrio interior de la casa
hambre y de peste. 1 2 El que esté lejos la muchedumbre. * 15 Fuera, la e s p a d a ; El espíritu me levantó entre la tierra y el de Yavé, y allí, a la misma entrada del
morirá de peste, el que esté cerca caerá dentro, la peste y el h a m b r e ; quien esté en cielo, y en visión divina me llevó a Jeru- santuario de Yavé, entre el vestíbulo y el
a la espada y el que quedare y esté ase- el campo morirá a la espada, quien esté salén, a la entrada de la puerta del atrio altar, había unos veinticinco hombres, de
diado morirá de hambre. Desfogaré mi dentro de la ciudad será devorado p o r el interior, del lado del septentrión, donde espaldas al santuario de Yavé y cara al
ira, 13 y reconoceréis que yo soy Yavé hambre y por la peste. 1 6 Quien de ellos estaba puesto el ídolo que provoca el oriente, que hacia el oriente se postraban.
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cuando yazcan sus muertos junto a sus escape huirá a los montes y gemirán t o - celo. * 4 Y allí estaba la gloria del Dios de Y me dijo: Hijo de hombre, ¿has visto?
Ídolos, en derredor de sus altares; en dos como gime la paloma, cada uno p o r Israel, semejante a la de la visión que tuve ¿Será cosa ligera para la casa de Judá
t o d o alto collado y en la cima de todos su propia iniquidad. 1 7 Todas las m a n o s en el campo. hacer las abominaciones que en este lugar
los montes; bajo todo árbol frondoso y están debilitadas y todas las rodillas fla- se hacen, que han llenado la tierra de
bajo toda encina copuda, allí donde ofre- quean. ' 8 Cíñense de saco y cúbrense de L a i d o l a t r í a e n el t e m p l o m i s m o violencias para irritarme? Y hasta se lle-
cían perfume de grato aroma a todos sus terror; en todos los rostros se ve la confu- 5
Y m e dijo: Hijo de hombre, alza tus van la zemora a sus narices. * 18 Pues
ídolos; 1 4 y o tenderé contra ellos mi ma- sión y todas las cabezas están rapadas. ojos hacia el lado del septentrión. Y al- también yo obraré con furor, no se apiadá-
n o y tornaré la tierra desolada y solitaria, 1 9 Tiran en las calles su plata, y su o r o
m á s que el desierto de Ribla, dondequiera se les torna en estiércol; n o los salvará su
que habiten, y sabrán que yo soy Yavé. plata ni su oro el día de la ira de Yavé. is 1 En la presencia misma de los ancianos del pueblo, que muchas veces son mencionados y que
^ parece tenían sus reuniones en la casa del profeta, éste experimentó la mano de Yavé, que en
N o saciarán su h a m b r e y n o llenarán su espíritu le llevó al templo de Jerusalén, donde vio la gloria de Yavé, que, como en el Pentateuco,
C a s t i g o d e las i d o l a t r í a s vientre con ellos, porque les fueron in- es una imagen de Yavé, que se hace presente en el templo.
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l Fueme dirigida la palabra de Yavé, centivo para el pecado. Estaban m u y Dios conduce en espíritu al profeta al templo de Jerusalén para hacerle ver las abominaciones
diciendo: * 2 Mira, hijo de hombre, orgullosos de sus bellas joyas, y con ellas idolátricas que allí se cometen. De una manera semejante se habla en Dan 14,35 s. Qué estatua sería
esta que excitaba el celo de Yavé, que es Dios celoso, no puede precisarse con certeza (Dt 32,16.21;
asi habla Y a v é : Es el fin p a r a la tierra I fabricaron sus abominables simulacros, se Re 15,13).
1
° Aquí parece que se nos presentan las manifestaciones de los cultos egipcios, que no podían
• La espada vengadora de Yavé deja siempre un resto, que será luego como la semilla sobre la faltar1 4 entre aquellas gentes, tan aficionadas a buscar el apoyo del Egipto contra la Asiría y la Caldea.
cual descenderán las bendiciones' mesiánicas. Tammuz es el mismo dios babilónico, muy venerado en Grecia bajo el nombre de Adonis,
y l Todo este discurso no tiene otro sentido que el de los precedentes. Una nueva amenaza con- el joven amante de Venus, que la fábula decía muerto por un jabalí y cuya muerte lloraban las mu-
' 1 tra la tierra de Judá. jeres.
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A la llegada del ejército enemigo, el pánico se apoderará de todos, faltarán las fuerzas y d La palabra zemora significa un ramito o ramillete, mas no sabemos de qué, y por eso hemos
consejo, así en el pueblo como en sus principales. creído mejor transcribirla que traducirla. Los textos asirios sugieren ciertas raíces de virtud mágica.
Que creían daban vida al que las olía.
EZEQUIEL 8-10 888 889 EZEQUIEL 10-11

rá mi ojo y n o tendré compasión, y cuan- con el tintero de escriba a la cintura, vino bellino. " C a d a u n o tenia cuatro aspec- tiplicado los muertos en esta ciudad, ha-
o o gnten a mis oídos en voz alta, n o los a hacer relación: H e hecho lo que m a n - t o s : el primero de toro, el segundo de béis llenado sus calles de cadáveres. 7 Por
escucharé. daste. hombre, e! tercero de león y el cuarto de tanto, así dice Yavé: Vuestros muertos,
águila. 15 Levantáronse los querubines. los que habéis dejado tendidos en medio
L o s m e n s a j e r o s d e la d e s t r u c c i ó n N u e v a d e s c r i p c i ó n d e la gloria E r a n los mismos seres vivientes que había de ella, ésos son la carne y ella es la
Q ' Y clamó en mis oídos con fuerte de Dios visto junto al río Quebar. 16 Al moverse olla, pero yo os sacaré de ella.
voz: ¡Acercaos los que habéis de i Y miré, y vi encima del firma- los querubines, se movían las ruedas a su 8
Vosotros tenéis miedo a la espada, y
castigar a la ciudad!* 2 y llegaron seis 10 mento que estaba sobre las cabe-
hombres p o r el camino de la puerta su- zas de los querubines una c o m o piedra
l a d o , y cuando alzaban las alas para levan-
tarse de tierra, las ruedas, a su vez, no se
yo haré venir la espada sobre vosotros,
dice el Señor, Yavé. 9 Y o os sacaré de
perior del lado del septentrión, cada uno de zafiro que aparecía sobre ellos c o m o a p a r t a b a n de su l a d o ; 1 7 c u a n d o aquéllos en medio de ella y os entregaré en manos
con su instrumento destructor en la mano. una semejanza de t r o n o ; * 2 y habló Yavé se paraban, se p a r a b a n éstas, y cuando de los extranjeros y haré justicia en vos-
•A J e n m e d i o d e e l l ° s un h o m b r e ves- al h o m b r e vestido de lino y le dijo: Ve se alzaban aquéllos, se alzaban éstas con otros. i° Pereceréis a la espada en los
tido de lino, que traía a la cintura un p o r entre las ruedas de debajo de los ellos, pues había en ellas espíritu de vida. términos de Israel; os juzgaré y sabréis
tratero de escriba; y entrados, fueron a querubines y llena tus m a n o s de las bra- 1!s
La gloria de Yavé se quitó de sobre que yo soy Yavé. 11 N o será ella para
ponerse j u n t o al altar de bronce. sas encendidas que hay entre los queru- el umbral de la casa y se puso sobre los
3
vosotros la olla, ni seréis vosotros en
La gloria del Dios de Israel se alzó bines y échalas sobre la ciudad; y él fue a querubines; " y los querubines, saliendo ella la carne; en los términos de Israel
de sobre los querubines sobre el que vista mía. ' Los querubines se habían p a - fuera, tendieron las alas, se alzaron de os juzgaré, 1 2 y sabréis que yo soy Yavé,
estaba, hacia el umbral de la casa, y rado al lado derecho de la casa cuando el tierra a vista mía, y con ellos se alzaron cuyos mandamientos no habéis seguido,
llamando al hombre vestido de lino que hombre fue y u4 n a nube había llenado el las ruedas. Paráronse a la entrada de la cuyas leyes n o habéis practicado, sino
llevaba el tintero de escriba,* 4 le dijo atrio interior. La gloria de Yavé se puerta oriental de la casa de Yavé, y la que habéis o b r a d o siguiendo las costum-
Yavé: Pasa p o r en medio de la ciudad, alzó sobre los querubines al umbral de gloria del Dios de Israel estaba arriba bres de las gentes que os rodean.
por en medio de Jerusalén, y p o n por la casa, y ésta se llenó de la nube, y el sobre ellos. * 2 0 Eran los mismos seres 13
Apenas había profetizado, cayó muer-
señal una tau en la frente de los que se atrio se llenó del esplendor de la gloria que había visto bajo el Dios de Israel
duelen de todas las abominaciones que | de Yavé; * s y el r u m o r de las alas de los t o Peltía, hijo de Banayas, y yo me eché
junto al río Quebar, y supe que se llama- rostro a tierra y grité con todas mis fuer-
en medio de ella se cometen. * 5 Y a los querubines se oía hasta el atrio exterior,
otros les dijo: Pasad en pos de él p o r la semejante a la voz de D i o s omnipotente b a n querubines. 2 1 C a d a u n o tenía cuatro zas: ¡Ah Señor, Yavé! ¿Vas a acabar del
ciudad y herid. N o perdone vuestro ojo cuando habla. aspectos y cada u n o cuatro alas y una t o d o con lo que queda de Israel? 1 4 M e
ni tengáis c o m p a s i ó n ; * 6 viejos, mance- semejanza de m a n o de h o m b r e bajo las fue dirigida palabra de Yavé, diciendo:
« Y c o m o dio la orden al h o m b r e ves-
bos y doncellas, niños y mujeres, matad tido de lino, «Coge del fuego de entre las alas. 2 2 L a semejanza de sus rostros era 15
Hijo de hombre, tus hermanos, los de
hasta exterminarlos, pero no os lleguéis ruedas de en medio de los querubines», la de los que vi junto al río Quebar. C a d a tu parentela, la casa de Israel toda entera,
a ninguno de los que llevan la tau. Co- entró él y paróse entre las ruedas; 7 y u n o u n o iba de frente a sí. son los que dicen a los habitantes de
menzad p o r mi santuario. C o m e m a r o n , de los querubines tendió la m a n o al fue- Jerusalén: Alejaos de Yavé, tenemos la
pues, p o r los ancianos que estaban de< go que entre ellos había, y t o m ó de él y lo C a s t i g o d e los j e f e s d e l p u e b l o tierra en posesión. ^ D i l e s por t a n t o :
lante del templo. 7 Y les dijo: Profanad puso en las palmas del que estaba vestido
también el santuario, henchid de muertos de lino, que lo t o m ó y salió, I *
*
1 M e elevó el espíritu y me llevó
a la puerta oriental de la casa de
Así habla el Señor, Yavé: Los he alejado
entre las gentes, los he dispersado en tie-
los atrios. Salid, pues. Salieron y se pu- ' "* •Mostróse " • • • entonces en los querubines Yavé, la que mira a levante; y vi que rras extranjeras, pero yo seré para ellos
sieron a matar por la ciudad. una forma de m a n o de h o m b r e bajo sus había a la puerta veinticinco nombres, santuario p o r el poco tiempo que estarán
8
Mientras ellos herían, quédeme yo alas. * Miré y vi cuatro ruedas j u n t o a entre los cuales Jazanías, hijo de Asur, en la tierra a que h a n emigrado. *
solo, y postrándome rostro a tierra, grité: los querubines, una rueda al lado de u n o y Peltía, hijo de Banayas, jefes del pueblo. i ' D i l e s , pues: Así habla el Señor, Ya-
¡Oh Señor, Yavé! ¿Vas a exterminar cuan- y otra al lado de otro querubín. A la 2
Y Yavé me dijo: Hijo de hombre, éstos vé: Y o os recogeré de entre las gentes, y
t o queda de la casa de Israel, arrojando vista parecían las ruedas c o m o de turque- son los que maquinan perversidades y os reuniré de entre las tierras a que habéis
tu furor sobre Jerusalén? 9 Y m e dijo: La sa, 10 y en cuanto a su forma, las cuatro dan en la ciudad perversos consejos; 3 y sido dispersados, y os daré la tierra de
iniquidad de la casa de Israel y de Judá es eran iguales, c o m o rueda dentro de rueda, dicen: ¿No se h a n reconstruido bien pron- Israel. 1 8 Y entrarán en ella y quitarán
muy grande. L a tierra está llena de san- n C u a n d o se movían iban a sus cuatro la- to las casas de la ciudad? Ella será la
gre; la ciudad, llena de injusticia, pues dos y no se volvían atrás al marchar. de ella t o d o s sus ídolos y todas sus abo-
se h a n dicho: Yavé se ha alejado de la 1 2 T o d o el cuerpo de los querubines, dor- olla, nosotros la carne. * 4 Por tanto, pro- minaciones. 1 9 Y les daré otro corazón y
tierra y no ve n a d a . I 0 Así, pues, haré y o ; so, m a n o s y alas, y las ruedas estaban f e t i z a c o n t r a e l l o s , profetiza, h i j o d e pondré en ellos un espíritu n u e v o ; qui-
n o perdonará mi ojo, n o tendré compa- hombre. taré de su cuerpo su corazón de piedra y
sión, haré recaer sus obras sobre sus t o d o en derredor llenos de ojos, y todos
5
Y vino sobre mí el espíritu de Yavé y les daré un corazón de carne, 2 0 para que
cabezas. n Y el h o m b r e vestido de lino, cuatro tenían cada u n o su rueda. 13 A las me dijo: D i : Así habla Y a v é : Vosotros sigan mis mandamientos y observen y
ruedas, c o m o yo lo oí, las llamaban tor- habéis dicho eso, casa de Israel, y yo sé practiquen mis leyes, y sean mi pueblo
muy bien lo que pensáis. 6 Habéis mul- y sea yo su Dios. * 2* Pero a los que se
1 Es la voz de Yavé mismo, que llama a los ministros de su justicia para que la ejecuten sobre
9 3
Jerusalén. 19
La gloria de Yavé, o sea El mismo, que moraba en el templo, lo abandona, para que el templo
La gloria de Yavé es una imagen para representar a Dios, a quien la concepción teológica sea entregado a la destrucción de los caldeos. No se concibe que pudiera ser profanado morando
sobre 4
la trascendencia divina impide designar aqui en propia persona. Yavé en él.
La señal puesta en la frente marcaba a los piadosos que se dolían de la idolatría del pueblo
* 3 Este versículo es obscuro, y acaso no esté bien conservado. Ateniéndonos al texto, que
y los señalaba para la preservación. Este detalle de la visión está inspirado en la señal puesta sobre
el dintel de las casas israelitas en Egipto (Ex 12,13).
I • concuerda con la Vulgata, pudiera entenderse así como lo leemos. El asedio de Jerusalén
5
Estos otros, a quienes se encomienda la ejecución de la justicia, son como el ángel vengador tuvo dos etapas, separadas por la ida de los caldeos al encuentro de los egipcios. Al fin de este inter-
que la noche de Pascua hirió a los egipcios. medio, dedicado a restaura las ruinas del asedio, se dirían estos consejeros del pueblo: Las casas
están reparadas, la ciudad está otra vez en condiciones de protegemos; ella será la caldera que pro-
(* 1 Como el profeta nos dice, esta visión es la misma que había visto al principio junto al rio
1 " 4 Quebar, y que nos describe en el c.r.
tege la carne de los ardores del fuego; ella nos protegerá contra las mortíferas ascuas de los ase-
diantes, si volvieran. A esto responde Yavé en el v.8 ss.
Hay que distinguir en el conjunto de la visión la gloria de Yavé, que es como la imagen del 16
Hermosas palabras las de este verso. Los desterrados carecen de templo; pero Dios mismo
mismo Dios, el carro con su trono, formado por los querubines, la bóveda y el trono de zafiro. La
gloria habla descendido de su trono y se habla colocado en el umbral de la puerta para dar las ór- será su templo; Dios no los abandona en su destierro, hasta reconducirlos a su patria, mudado su
denes a los ejecutores de la divina justicia contra Jerusalén. espíritu.
20 Durante el destierro, el Señor cambiará el corazón del pueblo, que será curado de sus ten-
dencias idolátricas. Pero, como siempre, el profeta ve al fin del cautiverio la edad mesiánica y aquella
edad de oro, esto es, de plena fidelidad a la nueva alianza, de que nos hablan siempre los profetas.
EZEOtirEL 11-12 890
891 EZEQÜIEL 13-14
complacen en sus ídolos, en sus abomi- j para que salga y se cubrirá el rostro para
naciones, yo les echaré sus obras sobre la no ver la tierra. '3 Yo le tenderé mis re- C o n t r a los falsos p r o f e t a s 18 D i : Así habla el Señor, Y a v é : ¡Ay de
cabeza, dice el Señor, Yavé. des, y será cogido en mis mallas, y le lle- 1 las que se hacen cintajos para todas las
Fueme dirigida la palabra de Ya-
22
Los querubines desplegaron sus alas,
y les siguieron las ruedas; y la gloria del
varán a Babilonia, a la tierra de los cal-
deos, pero no la verá, y allí morirá. M Y a 13 vé, diciendo: * 2 Hijo de hombre,
profetiza contra los profetas de Israel,
articulaciones de las manos y lazos p a r a
toda clase de gentes, para cazar las al-
Dios de Israel estaba sobre ellos; 2 3 y cuantos estén a su lado p a r a servirle, mas! ¿Creéis que cazando las almas de
a cuantos le acompañen, los esparciré a profetiza, y di a esos que profetizan a mi pueblo mantendréis las vuestras?
la gloria de Yavé se alzó de en medio de
todos los vientos y desenvainaré en pos capricho suyo: Oíd la palabra de Yavé. 19
Vosotras por dos puñados de cebada
la ciudad y se posó sobre el monte que
de ellos mi espada. l5 Y sabrán que yo ' Así dice el Señor, Y a v é : ¡Ay de los pro-
está al oriente de la ciudad. * 2 4 Me tomó 0 dos pedazos de pan me deshonráis ante
soy Yavé cuando los disemine entre las fetas insensatos que andan a su propio
el espíritu y me llevó a Caldea entre los mi pueblo predicando la muerte de quien
gentes y los derrame sobre la tierra.i* Pe- capricho, sin haber visto nada! 4 Fueron,
cautivos, en visión del espíritu de Dios, no ha de morir y prometiendo la vida a
ro haré que de ellos quede un corto nú- Israel, tus pro.etas c o m o zorras del de-
y desapareció la visión que había tenido. quien no vivirá, y engañando así a mi
25
mero de la espada, del hambre y de la sierto. 5 N o habéis subido a las brechas,
Yo dije a los cautivos todo lo que pueblo, que se cree las mentiras.
pestilencia, para que cuenten todas sus no habéis amurallado la casa de Israel
Yavé m e había mostrado. 20 Por tanto, asi dice el Señor, Y a v é :
abominaciones entre las gentes a las que para que resistiera en el combate el día
H e m e aquí contra esos vuestros cintajos
L a fuga del rey llegaren y sepan que yo soy Yavé. de Yavé. 6 Vieron vanidad y adivinación
con que cazáis las almas; yo los arranca-
1 O ' Fueme dirigida la palabra de Ya- 17 mentirosa. Dicen: «Ha dicho Yavé», y no
Fueme dirigida la palabra de Yavé, ré de vuestros brazos y dejaré volar libres
* « 2
vé, diciendo:* Hijo de h o m b r e : d i c i e n d o : l s Hijo de hombre, come tu pan los envió Yavé, y hacen esperar que se
a las almas que con ellos cazáis. 21 Y o
Habitas en medio de gente rebelde, que con temor y bebe tu agua con anhelo y cumplirán sus palabras. 7 ¿No habéis vis-
arrancaré también vuestros lazos y libra-
tiene ojos para ver y no ven, oídos para angustia, ,9y di al pueblo de la tierra: to visiones vanas? ¿No habéis anunciado
ré de vuestras manos a mi pueblo. N o os
oir y no oyen, porque son gente rebelde. Así habla el Señor, Yavé, de los m o r a d o - adivinaciones mentirosas, diciendo: «Ha
servirán ya más de red en vuestras m a -
3
Tú, hijo de hombre, dispon tus trebejos res de Jerusalén y de la tierra de Israel: dicho Yavé», no habiéndolo dicho yo?
8 nos y sabréis que yo soy Yavé. 2 2 Por ha-
de emigración y sal de día a la vista de I Comerán su p a n con temor, y con espan- Por tanto, así dice el Señor, Yavé: ber entristecido con vuestras mentiras el
ellos. Parte a presencia suya del lugar en I to beberán su agua, porque su tierra será Por haber hablado vosotros vanidad y corazón del justo, cuando yo no quería
que estás para otro lugar, a ver si reco- despojada de t o d o por la maldad de haber visto mentiras, por tanto, aquí es- entristecerle, y haber confortado las ma-
nocen que son gente rebelde. 4 Saca tus cuantos la habitan. 2 0 Y serán asoladas toy yo contra vosotros, dice el Señor, Ya- nos del impío para que no se volviese de
trebejos, como trebejos de camino, de día, las ciudades que habitan y sabrán q u e vé. ' Y será mi m a n o contra los profetas su mal camino y viviese, 2} ya no tendréis
a sus ojos, y parte por la tarde a presencia yo soy Yavé. que ven vanidad y adivinan mentira. N o más vanas visiones ni pronunciaréis más
suya, como parten los desterrados. 5 A formarán en la asamblea de mi pueblo, oráculos. Libraré de vuestras manos a mi
sus ojos h o r a d a la pared y sal p o r ella, E l c a s t i g o se a c e r c a ni serán inscritos en el libro de la casa de pueblo y sabréis que yo soy Yavé.
6 Israel, ni volverán a la tierra de Israel, y
llevando a sus ojos tus trebejos, y te los 21 Fueme dirigida la palabra de Yavé,
echas al h o m b r o , y sales al obscurecer, diciendo: 2 2 Hijo de hombre, ¿qué refrán sabréis que yo soy el Señor, Yavé.
E x h o r t a c i ó n a la c o n v e r s i ó n
cubierto el rostro y sin mirar a la tierra, es ese que corre p o r la tierra de Israel, di- 1° Por tanto, por haber engañado a mi
pues quiero que seas pronóstico p a r a la ciendo: Pasan los días y no se cumple la pueblo, diciendo: «Paz», no habiendo paz, 4 A 1 Vinieron a mí algunos de los an-
casa de Israel. visión? 2} Diles por t a n t o : Así habla el y porque mientras mi pueblo alzaba una 1 ™ cíanos de Israel y se sentaron de-
7 pared, ellos la jarreaban con barro, n di lante de mí; * 2 y me fue dirigida la pala-
Yo hice lo que se me mandaba, y salí Señor, Y a v é : Y o haré que desaparezca a esos jarreadores con barro que se cae- bra de Yavé, diciendo: 3 Hijo de hom-
de día con mis trebejos, como trebejos de ese refrán y n o lo repetirán en Israel. rá, que vendrán aguaceros y mandaré gra- bre, estas gentes llevan sus ídolos dentro
24
emigración; horadé con mis manos la pa- Diles p o r lo contrario: Y a se acerca el
nizadas que la derribarán y viento impe- de su corazón y miran con sus ojos el es-
red y los saqué al obscurecer, y me los día y se cumplirá toda visión. N o h a b r á tuoso que la deshará. I 2 Y cuando caiga la cándalo de su iniquidad. ¿Voy a dejarme
eché al h o m b r o a presencia suya. 8 Por ya más en adelante visiones engañosas .ni pared, no os dirán: ¿Dónde está la emba- consultar por ellos? 4 Habíales, por tanto,
la mañana me fue dirigida la palabra de adivinaciones lisonjeras en la casa de Is- r r a d u r a con que la cubristeis? y diles: Así habla el Señor, Yavé: A to-
Yavé, diciendo: 9 Hijo de hombre, no te rael. 25 Porque yo, Yavé, digo: Se cum-
1 3 P o r tanto, así dice el Señor, Y a v é : dos los de la casa de Israel que, llevando
ha dicho la casa de Israel, esta casa de plirá la palabra que yo pronuncié y n o
Y o en mi furor desencadenaré la tempes- sus ídolos en su corazón y mirando con
rebeldes: ¿Qué es lo que haces? lo Pues se dilatará. Antes en vuestros días, ¡oh
tad, y vendrá en mi ira un aguacero im- sus ojos el escándalo de su iniquidad, vi-
diles: Así habla el Señor, Yavé: Este casa de rebeldes!, diré mi palabra y la
petuoso, y caerá furioso el granizo para nieren al profeta, les responderé yo mis-
oráculo es para el príncipe que está en cumpliré. Palabra del Señor, Yavé.
26
Fueme dirigida la palabra de Yavé, destruir. 1 4 Y derribaré la pared que vos- m o , Y^ivé, hablándoles de la muchedum-
Jerusalén y para toda la casa de Israel 5
otros embarrasteis, la echaré a tierra, y bre de sus ídolos, para agarrar a la casa
que allí se halla. " Diles: Yo soy para diciendo: 2 7 Hijo de hombre, mira cómo
quedarán al descubierto sus cimientos. Je- de Israel por su propio corazón, ya que
vosotros una señal; lo que yo hago, eso dice la casa de Israel: Las visiones que
rusalén caerá, y vosotros pereceréis en por sus ídolos se apartan de mí.
harán ellos: irán al destierro, al cauti- éste ve no son p a r a pronto, profetiza para 6
muy lejanos días. * 28 Diles por t a n t o : medio de sus escombros, y sabréis que yo Di, por tanto, a la casa de Israel: Así
veno. soy Yavé. 15 Y o saciaré mi furor contra habla el Señor, Yavé: Convertios y apar-
12
El príncipe que entre ellos está se Así habla el Señor, Y a v é : N o se dilatará la pared y contra los que la recubrieron taos de vuestros ídolos y apartad la vista
echará al h o m b r o su bagaje en la obscu- ya más. Se cumplirá toda palabra que yo de b a r r o ; y se dirá: Y a no hay pared y de vuestras abominaciones; 7 porque a
ridad y partirá. Se horadará la muralla I hable, dice el Señor, Yavé. se acabaron los que la jarreaban, 16 los quienquiera de la casa de Israel que de
23
Al fin, la gloria de Dios, de un vuelo deja el templo y la ciudad y va a posarse sobre el monte profetas de Israel que profetizan a Jeru- mí se apartare para poner en su corazón
de los Olivos. Ahora el invasor podrá destruir el santuario sin profanar el nombre de Yavé, que no salén y tienen para ella visiones de paz, sus ídolos y sus ojos en el escándalo de
tendrá nada en él. no habiendo paz, dice el Señor, Yavé. su iniquidad y viniere al profeta para pre-
17
•I O l Jeremías nos cuenta cómo Sedecías y su ejército, cuando perdieron toda esperanza de salud, Y tú, hijo de hombre, pon tus ojos en guntarle, le responderé yo, Yavé, por mí
* "" contra el consejo del profeta, que les aseguraba la vida entregándose a los caldeos, huyeron las hijas de tu pueblo que profetizan a ca- mismo, 8 y pondré mi rostro contra él, y
una noche por una brecha; pero, perseguidos por los enemigos, fueron alcanzados (39,4.11). Esto pricho suyo y profetiza contra ellas. le haré portento y fábula, y le arrancaré
es lo que simboliza esta orden de preparar el profeta sus bártulos y salir de noche por la brecha
abierta en el muro de tapial de su casa. •f O 1 También vivían en Babilonia, entre los desterrados, falsos profetas, que vaticinaban se-
27
Interesante para entender cómo oía el pueblo las palabras del profeta. No negaban su vera- • " gún su imaginación, y afirmaban que Jerusalén sería por Dios preservada como en los días
cidad, sabiendo que eran profetas de Dios; pero creían, al ver pasar los días sin que las visiones se de Ezequías y que ellos volverían luego a la patria (Jer 9,31).
cumplieran, que no eran más que amenazas, que no se realizarían o quedarían para edades remotas. 1 A ' Estos ancianos, que rinden en su corazón culto a los ídolos, vienen a consultar a Dios por
• ^ su profeta. La respuesta que reciben es la que más necesitan.
EZJEQUIEI. 14-16 892
893 EZEQUIEL 16
de mi pueblo, de Israel, y sabréis que yo i jas, que escaparán y saldrán fuera, y ven-
soy Ya vé; ' y si el profeta seductor dice drán con vosotros y veréis su conducta y 7
Te hice crecer a decenas de millares, teos, que te aborrecen y se avergüenzan
alguna cosa, seré yo, Yavé, quien le ha- sus obras, y comprenderéis el mal que yo como la hierba del campo. Creciste y te de tu desenfreno. 2 8 No harta todavía,
bré seducido y tenderé sobre él mi mano, voy a hacer a Jerusalén 23y todo lo que hiciste grande y llegaste a la flor de la ju- te prostituíste también a los hijos de Asur,
y le exterminaré de en medio de mi pue- voy a hacer contra ella. Lo compren- ventud; te crecieron los pechos y te salió 29 fornicaste con ellos, sin hartarte todavía.
blo Israel. 10 Y llevarán sobre sí su mal- | deréis cuando veáis su conducta y sus el pelo; pero estabas desnuda y llena de Multiplicaste tus prostituciones desde
dad; según la maldad de quien pregunta, obras, y reconoceréis que no sin razón vergüenza. 8 Pasé yo junto a ti y te miré. la tierra de Canán hasta la Caldea, y ni
así será la maldad de quien responde. hago yo cuanto hago, dice el Señor, Yavé. Era tu tiempo, el tiempo del amor, y ten- con todo esto te saciaste.
11 30
Para que no yerre más la casa de Israel dí sobre ti mi mano, cubrí tu desnudez, ¿Cómo sanar tu corazón, dice el Se-
lejos de mí ni se contamine con todas sus Israel, sarmiento inútil
1 C ' Fueme dirigida la palabra de Ya- me ligué a ti con juramento e hice alianza ñor, Yavé, cuando has hecho todo esto,
abominaciones, y sean mi pueblo y yo sea contigo, dice el Señor, Yavé, y fuiste mía. como desvergonzada ramera dueña de
*• *» vé, diciendo: * 2 Hijo de hombre,
su Dios, dice el Señor, Yavé.
¿qué tiene más el palo de la viña que otro
9
Te lavé con agua, te quité 10
de encima la sí, 31 haciéndote prostíbulos en todas las
Inutilidad de la intercesión sangre, te ungí con óleo, te vestí de re- encrucijadas y lupanares en todas las pla-
palo? ¿Qué es el sarmiento entre todas las camado, te calcé de piel del tejón, te ce- zas? Y ni siquiera eres comparable a las
3
12 Fueme13
dirigida ¡a palabra de Yavé, maderas de la selva? ¿Sacarán de él ma- ñí de lino fino y te cubrí de seda. 11 Te rameras, 32que reciben el precio de su pros-
diciendo: Hijo de hombre: Cuando por I dera para hacer obra alguna? ¿Harán de atavié con joyas, puse pulseras en tus titución. Tú eres la adúltera que en vez
haberse rebelado pérfidamente contra mí j 4él estacas para colgar cualquier cosa? brazos y collares en tu cuello, 12 arillo en de su marido acoge a los extraños. 33 A la
la tierra, tienda yo mi brazo contra ella, Echase al fuego para que se consuma, tus narices, zarcillos en tus orejas y es- meretriz se le paga su merced, pero tú
y la quebrante el sustento del pan y man- de cabo a cabo es consumido, y arde pléndida diadema en tu cabeza. I 3 Esta- hacías mercedes a tus amantes y les ha-
de sobre ella el hambre, y extermine en también 5
el medio; ¿servirá para nada bas adornada de oro y de plata, vestida cías regalos para que de todas partes en-
ella hombres y animales, '4 aunque hu- más? Cuando estaba entero no servía de lino y seda en recamado; comías flor trasen a ti para tus fornicaciones. 3 4 Ha
bieran estado en ella estos tres varones, para hacer de él obra alguna. ¡Cuánto de harina de trigo, miel y aceite; te hi- sucedido contigo en tus fornicaciones lo
Noé, Daniel y Job, ellos por su justicia menos servirá después de quemado, des- ciste cada vez más hermosa y llegaste contrario de las otras rameras, pues no
hubieranl s salvado su vida, dice el Señor, pués 6
que fue presa del fuego! hasta reinar. te buscaban, y pagando tú en vez de re-
Yavé. * Y si invadiera esa tierra con Por tanto, así dice el Señor, Yavé: 14
Extendióse entre la gentes la fama de cibir paga, fuiste al contrario de las otras.
bestias feroces para que la desolaran, sin Como es el palo de la vid entre las ma- tu hermosura, porque era acabada la her-
que nadie por miedo a las fieras la atra- deras de la selva, leña que yo echo al fue- mosura15 que yo puse en ti, dice el Señor, Castigo de tanta ingratitud
vesara, 16 si hubieran estado en ella esos go para que se consuma, así echaré a él Yavé. Pero te envaneciste de tu hermo- 35
tres varones, por mi vida, dice Yavé, no a los habitantes de Jerusalén. i Volveré sura y de tu nombradía, y te diste al vicio, bra de Por tanto,36oye, ¡oh ramera!, la pala-
hubieran salvado a sus hijos ni a sus hi- contra ellos mi rostro; escaparon del fue- ofreciendo tu desnudez a 16cuantos pasa- Por haber Yavé: Así dice el Señor, Yavé:
jas ; ellos solos habrían escapado, y la tie- go, y el fuego los devorará, y sabréis que ban, entregándote a ellos. Tomaste tus haber mostrado descubierto tus vergüenzas y
rra habría sido desolada. >' Y si mando yo soy Yavé cuando volviere contra ellos vestidos y te hiciste altos coloreados para tu desnudez a tus aman-
contra ella la espada y digo: Espada, re- mi rostro. 8 Y tornaré la tierra en desierto tes en tus fornicaciones y a todos tus abo-
prostituirte en ellos. 17 Tomaste las es- minables
corre la18tierra y extermina hombres y ani- por cuantos prevaricaron, dice el Señor, pléndidas joyas que yo te había dado, mi jos que lesídolos, y por la sangre de tus hi-
ofreciste, 37 por eso reuniré yo
males; aunque en medio de ella estu- Yavé. plata y mi oro, y te hiciste simulacros de
vieran aquellos tres varones, por mi vida, hombres, fornicando con ellos. 18 Co- aplacentera; todos tus amantes y a cuantos recibiste
y además de los que amaste,
dice Yavé, que no salvarían a sus hijos y H o1r r i b l e ingratitud de Israel giste las telas recamadas y los cubriste traeré también
a sus hijas; ellos solos escaparían. I 9 O si 1 fi Fueme dirigida2 la palabra de Ya- con ellas, y les ofreciste mi óleo y mis aro- a los que aborreciste, y los
mandare sobre esa tierra la peste contra •l " vé, diciendo: * Hijo de hombre, mas. 19 También el pan que yo te diera, juntaré contra ti en derredor, y les des-
ella, dentro de su sangre, derramando mi echa3 en cara a Jerusalén sus abominacio- la flor de harina de trigo y el aceite y la cubriré tus vergüenzas, y contemplarán
tus torpezas. 38 Te juzgaré como se
ira para exterminar hombres y bestias, nes y di: Esto dice el Señor, Yavé, a Je- miel con que te mantenía, se los ofreciste todas
en ofrenda de suave olor. Esto hiciste, dice se juzga a la adúltera y a la vertedora de
20
aunque en medio de ella estuvieran Noé, rusalén : Eres por tu tierra y por tu origen
Daniel y Job, por mi vida, dice Yavé, no una cananea, tu padre un amorreo, tu ma- el Señor, Yavé. sangre, y te haré sangrienta víctima del
salvarían un hijo ni una hija; por su pro- dre una jetea; 4 a tu nacimiento, el día 20 furor y del celo. 39 Te entregaré a sus ma-
Y a más de esto tomaste a tus hijos nos, y ellos desharán tu lecho y derribarán
pia justicia escaparían ellos y salvarían la que naciste, nadie te cortó el ombligo, no y a tus hijas, los que habías engendrado tus prostíbulos, te desnudarán de tus ves-
propia vida. fuiste lavada en el agua para limpiarte, no para mí, y se los sacrificaste para que les tidos y te arrebatarán todos los ornamen-
21
Pues así dice el Señor, Yavé: ¡Cuán- fuiste frotada con sal ni fajada; 5 nadie sirvieran de comida. Te parecían poco tus tos de tu hermosura, y te dejarán desnuda,
to más cuando desencadene yo contra Je- hubo que pusiera en ti sus ojos para ha- prostituciones, 21 y sacrificaste a mis hi- en cueros. 40 Y harán venir contra ti a las
rusalén esos cuatro azotes juntamente: la certe algo de esto compadecido de ti, sino jos haciéndolos pasar por el fuego. 22 Y al muchedumbres y te lapidarán con piedras,
espada, el hambre, las bestias feroces y que con horror fuiste 6
tirada al campo el cometer todas esas tus fornicaciones y y te atravesarán con la espada; 41 y pega-
la peste, para exterminar en ella hom- día en que naciste. Pasé yo cerca de ti prostituciones, no te acordaste del tiempo rán fuego a tus casas, y harán en ti justi-
22
bres y animales! Y, sin embargo, que- y te vi sucia en tu sangre, y, estando tú en de tu mocedad, cuando estabas desnuda cia a ojos de muchas mujeres, y haré que
darán en ella algunos restos, hijos e hi- | tu sangre, te dije: ¡Vive! en tu23 vergüenza y te revolvías en tu san- ceses de fornicar y no harás ya más rega-
14
gre; antes al contrario, después de 24 tan- los. 42 Saciaré en ti mi ira y se apartará
La intervención de los justos a favor de los pecadores es de gran eficacia ante Dios, como se tas maldades, ¡ay de ti!, dice Yavé, te de ti mi celo. 43 Por cuanto no te acordaste
ve por Gen 18,23-33; pero cuando las cosas llegan al último extremo, ya no valen intercesores. Aquí 25
hiciste en cada plaza un lupanar, y en de los días de tu mocedad y me provo-
el profeta nos ofrece a estos tres personajes, que la tradición presentaba como justos y de gran vali-
miento ante Dios. Noé es anterior al pueblo hebreo: Job, extraño a él, y Daniel no parece que sea cada calle un prostíbulo, mancillando tu caste a ira con todas esas cosas, por eso
el profeta Daniel, sino un antiguo personaje de que hablan los textos de Ras Samma (Rev. Biblique hermosura, entregándote a cuantos pasa- yo también echaré tus caminos sobre tu
[1037] 541,546)- Igual se habla de Jeremías (2 Mac 15,14). ban y multiplicando tus prostituciones. cabeza, dice el Señor, Yavé, y cumpliré
26
t? 1 La vid, abundante en Palestina, es por su fruto muy apreciada; pero su madera no sirve Te prostituíste a los hijos de Egipto, mis designios contra todas tus abomina-
1 ^ para otra cosa que para alimentar el fuego. Así es Jerusalén, la antes amada viña de Yavé tus vecinos de gordos cuerpos, multipli- ciones.
(ls 5,1 ss.; Sal 80,0). cando tus fornicaciones para irritarme.
C 1 Este largo capítulo es una narración parabólica del más vivo realismo, en que nos pinta 27 44 Mira que no habrá proverbista que
Por eso tendí yo a ti mi mano y te quité no te aplique este proverbio: «Cual la ma-
1 " la historia religiosa de Israel, siempre infiel a su Dios y amante de los Ídolos. A pesar de todo, parte de la dote, y te entregué al capri- dre, tal la hija». 45 Sí, eres hija de madre
acaba prometiendo la reanudación de la antigua alianza. cho de tus enemigas, las hijas de los filis- que aborreció a su marido y a sus hijos.
EZEQtWX 16-17 B94 895 EZEQUIEL 17-18
Y ores también hermana de tus hermanas, contigo una alianza eterna. 61 Y tú te
que aborrecieron a sus maridos y a sus acordarás de tus obras y te avergonzarás con él u n pacto, tomándole juramento. ra»? 3 P o r mi vida, dice Yavé, que nunca
hijos. Vuestra madre fué una jetea y vues- cuando recibas a tus hermanas mayores y Llevóse a los poderosos de la tierra n pa- más diréis ese refrán en Israel. 4 Mías son
tro padre un amorreo. 46 Tu hermana ma- menores que yo te daré p o r hijas, mas no ra que el r a m o fuese modesto y no se re- las almas todas; lo mismo la del padre que
yor es Samaría, con sus hijas, que habita ya p o r el pacto hecho contigo. 62 y 0 r e _ belase y guardase y mantuviese el pacto la del hijo, mías son, y el alma que pecare,
a la izquierda tuya, y tu hermana menor es novaré mi alianza contigo, y sabrás que hecho con él. 15 Pero se rebeló y mandó ésa perecerá.
Sodoma, con sus hijas, que habita a tu yo soy Yavé, 63 para que te acuerdes y embajadores al Egipto para que le diese 5
El que sea justo y haga juicio y jus-
derecha. 47 Y ni aun seguiste sólo sus ca- sientas vergüenza, y nunca más de ver- caballos y mucha gente. ¿Prosperará? ¿Es- ticia, 6 no banquetee por los montes y n o
minos ni imitaste sólo sus abominaciones; güenza te atrevas a abrir la boca, cuando capará el que tales cosas hizo? R o m p i ó el alce sus ojos a los ídolos de la casa de Is-
como si esto fuera muy poco p a r a ti, te te habré perdonado cuanto hiciste, dice pacto, ¿escapará? rael; no manche a la mujer de su prójimo
corrompiste m á s que ellas en todas tus | el Señor, Yavé. i* P o r mi vida, dice el Señor, Yavé, que y no llegue a la m e n s t r u a d a ; 7 y no oprima
sendas. en la tierra de quien le había puesto en el a nadie y devuelva al deudor su prenda, y
48
Por mi vida, dice el Señor, Yavé, que H u m i l l a c i ó n y r e s u r g i m i e n t o d e l a tronco, cuyo juramento menospreció y no robe y dé p a n al hambriento y vestí-
tu hermana Sodoma con sus hijas no hizo casa d e D a v i d cuya alianza rompió, allí morirá, en Ba- do al desnudo; 8 no dé a logro ni reciba
lo que tú con tus hijas hiciste. 49 Mira 1 Fueme dirigida la palabra de Ya- bilonia. ] 7 Y el Faraón no le socorrerá con a usura, retraiga su m a n o del mal y haga
cuál fue la iniquidad de Sodoma, tu her- 17 vé, diciendo:* 2 H i j o de hombre, gran ejército y muchas fuerzas en la lucha
c u a n d o se levanten terraplenes y se cons-
juicio de verdad entre hombre y h o m b r e ;
9
camine en mis mandatos y guarde mis
m a n a : tuvo gran soberbia, hartura de propon un enigma y compon una pará-
p a n y mucha ociosidad. N o dio la mano bola sobre la casa de Israel: D i : Así ha-
3 truyan torres para destrucción de muchas leyes obrando rectamente, ése es justo, vi-
vidas. 1 8 Menospreció el juramento, rom- virá, dice Y a v é . 1 0 Pero si engendró un hi-
al pobre, al desvalido; 50 se ensoberbecie- bla el Señor, Yavé:
pió el pacto, dio su m a n o y luego hizo co- jo ladrón, vertedor de sangre o que haga
ron e hicieron lo que a mis ojos es abomi- La gran águila de grandes alas y de lar- sas tales; no escapará. 19 Por tanto, así alguna de esas otras cosas, n y no Imi-
nable, y cuando lo vi, las quité del medio. gas plumas, toda cubierta de espléndido habla el Señor, Y a v é : Por mi vida, que yo tando a sus padres, coma por los montes»
51
Samaría no pecó ni la mitad de lo que plumaje de colores varios, vino al Líbano echaré sobre su cabeza mi juramento, que manche a la mujer de su p r ó j i m o , 1 2 opri-
ñas pecado tú. Tú multiplicaste tus forni- I y cogió el cogollo del cedro; 4 arrancó el él menospreció, y mi pacto, que él rom- m a al pobre y al desvalido, robe, no de-
caciones mucho más que ellas, hasta el I principal de sus renuevos y le llevó a tierra pió; 2 !) y le tenderé mi red y quedará preso vuelva la prenda, alce los ojos a los ídolos
punto de hacer justas a tus hermanas con de mercaderes y le puso en una ciudad de en mi lazo. Le deportaré a Babilonia, y y haga abominaciones, 1 } dé a logro y reci-
toaas las abominaciones que tú has come- comerciantes. . . 5. Escogió
. . . luego
. un sembra- allí le juzgaré por la infidelidad cometida ba usura, ¿vivirá éste? N o vivirá. Hizo
tido. 52 Lleva, pues, sobre ti tu vituperio, dío de la tierra y le puso en campo selecto contra mí. 2 ) Todos los fugitivos de sus todas esas abominaciones; de cierto m o -
tu que has abogado por la causa de tus para la plantación. Le puso cerca de tropas caerán a la espada, y los que que- rirá. Recaerá su sangre sobre él.
hermanas con las abominaciones que rnás aguas abundantes para que estuviese co- den serán dispersados a todos los vientos,
que a ellas te han hecho abominable, vi- piosamente regado,. 6 Echó brotes y se y sabréis que yo, Yavé, he hablado. 14 Pero si éste engendró un hijo que,
niendo a ser justas ellas comparadas con- hizo una vid frondosa, pero de poca altu- viendo todos los pecados de su padre, n o
tigo. Sé confundida y soporta tu vitupe- ra, para que dirigiese hacia el águila sus los imita, 15 ni come por los montes, ni
r
.'? t a m D i é n tú, pues que has venido a jus- ramas y le estuvieran sometidas sus raíces. P r o m e s a s del rey Mesías alza sus ojos a los ídolos de Israel, ni man-
tificar a tus hermanas. 22 Así dice el Señor, Yavé: También yo cha a la mujer de su prójimo, ' 6 ni opri-
Hízose vid y echó sarmientos y extendió me a nadie, ni retiene la prenda, ni roba,
53
Pero yo mudaré la suerte suya, la sus ramas. tomaré del cogollo del cedro, y del princi-
suerte de Samaría y de sus hijas, v con la 7 pal de sus renuevos cortaré un tallo, * 23 y da su p a n al hambriento y viste al desnu-
Pero había otra gran águila de gran- do, !7 contiene su m a n o de la iniquidad,
a e ellas mudaré también la tuya, 54 para des alas y espeso plumaje, y la vid dirigió lo plantaré sobre el monte alto y sublime,
en el alto monte de Sión le plantaré; y no recibe usura ni interés y cumple mis
que soportes tu confusión y tu vituperio hacia ésta sus raíces y tendió hacia ella preceptos, éste no morirá por la iniquidad
por todo cuanto hiciste y les sirvas a ellas sus sarmientos, desde la era en que la otra echará ramas y dará fruto, haciéndose un
magnífico cedro, y se acogerán a él todas de su padre, vivirá. l s Su padre, que agra-
a e consuelo. 55 Tu hermana Sodoma, con la plantó, para que estuviera bien regada, vió y despojó a su h e r m a n o y n o obró el
sus hijas, volverán a su anterior estado, 8 Había sido plantada en tierra buena y las aves de toda pluma, que habitarán a la
sombra de sus r a m a s ; 2 4 y conocerán to- bien en medio de su pueblo, ése morirá
volverán también a él Samaría con sus ' cerca de abundantes . . . aguas para que echa- p o r su iniquidad.
hijas, y tú también y tus hijas volveréis a se ramas y llevase frutos y se hiciese una dos los árboles de la selva que yo soy Ya-
19
vuestro estado primero. 56 Ni el nombre vid vigorosa. vé, que humillé el árbol sublime y levanté Y si dijereis: ¿Por qué no ha de pa-
siquiera de tu hermana Sodoma se oía en 9 el árbol bajo, sequé el árbol verde e hice gar el hijo la iniquidad del padre? Pues
D i : Así habla el Señor, Y a v é : ¿Pros- porque el hijo hizo juicio y justicia y
tu boca al tiempo de tu orgullo, 57 antes perará? ¿El águila primera no arrancará reverdecer el árbol seco. Y o , Yavé, he ha-
de que fuera descubierta tu perversidad. sus raíces, no la despojará, dejándola que blado y yo lo cumpliré. guardó mis mandamientos y los puso por
Así también eres tú ahora oprobio para se seque y se sequen todas las hojas que obra, y de cierto vivirá. 2 0 El alma que
L a justificación de D i o s pecare, ésa m o r i r á : el hijo no llevará so-
las hijas de A r a m y para las hijas de los echó? Sin gran esfuerzo, sin necesidad de
Místeos que te rodean, que dondequiera mucha gente, la arrancará de raíz. 10 H a - 1 R ' F u e m e dirigida la palabra de Ya- bre sí la iniquidad del padre, ni el padre
te desprecian. 58 j j e v a so^re tí t u p e r v e r - bía sido plantada, ¿prosperará? ¿No se se- A O vé, diciendo: * 2 ¿Qué andáis repi- la del hijo; la justicia del justo será sobre
tiendo este proverbio en la tierra de Israel él, y sobre él será la iniquidad del malva-
dad y tus abominaciones, dice Yavé. cará del todo apenas la toque el viento do. 2 1 Y si el malvado se retrae de su
y decís:
solano? En la era de su verdor se secará. maldad y guarda todos mis mandamien-
Misericordia y rehabilitación 11 «Los padres comieron los agraces | y
Y m e fue dirigida la palabra de Yavé, los dientes de los hijos tienen la dente- tos y hace lo que es recto y justo, vivirá
5» Porque así habla el Señor, Yavé: Voy diciendo: 1 2 A n d a , di a la casa rebelde:
a hacer yo contigo lo que conmigo hiciste ¿No habéis entendido lo que esto signifi- 22
tú, menospreciando el juramento y rom- ca? D i : El rey de Babilonia vino a Jeru- Sin embargo, de ese cogollo, que es la casa de David, hará brotar Yavé un renuevo que,
convertido en cedro, dará acogida a todas las aves: el Mesías.
piendo el pacto, so N o obstante, yo me salén, cogió al rey y a sus príncipes y los
Q i Este capitulo es importantísimo en la historia de la revelación del A. T. Con él queda rota
acordaré de la alianza que contigo hice deportó, llevándolos consigo a Babilonia.
al tiempo de tu mocedad y confirmaré 13 T o m ó a u n o de la real estirpe e hizo
1 ® aquella cadena que ligaba a los padres con los hijos.
La ley de la responsabilidad social es una ley natural. Los hijos heredan no sólo el nombre, los
bienes y la gloria de los padres, sino también las enfermedades, la miseria, etc. Igual se diga de los
1 7 a BaEsta alegoría nos representa un águila, el rey de Caldea, el cual viene a Jerusalén y traslada pueblos. Esta ley la unlversalizaba la opinión del pueblo, haciendo que los hijos cargasen con todas
. ., . ™onia el cedro del Líbano, el rey Jeconías, poniendo en su lugar a Sedéelas, a quien las responsabilidades de los padres. El profeta la reduce a sus justos limites. Ante Dios, cada uno
«agio juramento de fidelidad. La segunda águila es el Egipto, hacía quien Sedéelas tendió sus mano», será juzgado según sus obras, buenas o malas, sin consideración a la conducta de los padres. En la
por lo cual el águila primera le arrancará, llevándole cautivo a Babilonia. Ley ya se había establecido el mismo principio, que cada uno pagará por su pecado (Dt 24,10;
Jer 31,29 s.).
gZEQVTKL 18-20 896 897 EZEQDIEL 20
22
y no morirá. Todos los pecados que a ser también león, I y aprendió a arreba- con los ídolos 8de Egipto. Yo, Yavé, soy alcé mi mano en el desierto, jurándoles
cometió no le serán recordados; en la tar la presa I y a devorar hombres. | vuestro Dios. Pero ellos se rebelaron que los esparciría entre 24 las gentes y los
7
justicia
23
que obró vivirá. Rugiente en su altanería, | devastó ciu- contra mí y no quisieron darme oídos, aventaría por las tierras; porque no pu-
¿Quiero yo acaso la muerte del im- dades, I y la tierra y cuantos en ella esta- ni quitaron de sus ojos los espantajos de sieron por obra mis mandamientos y des-
pío, dice el Señor, Yavé, y no más bien ban I se espantaban al oír el rugido del Egipto; y dije que derramaría sobre ellos echaron mis ordenaciones y profanaron
que se convierta de su mal camino y viva?
24
león. I 8 Dieron sobre él las gentes | de las mi ira y desfogaría mi enojo sobre ellos mis sábados, y se les fueron los ojos tras
Pero si el justo se apartare de su justi- regiones del contorno, | tendieron redes en la tierra de Egipto.
9
los ídolos de sus padres. 25 Por eso les di
cia e hiciere maldad conforme a todas las contra él | y le cazaron en su fosa. | » En- Mas, por la gloria de mi nombre, para yo también a ellos ordenaciones no bue-
abominaciones que hace el impío, ¿va a cerráronle en una jaula, | y, encadenado, que no fuese infamado a los ojos de las nas y decretos que no son de vida, * 26 y
vivir? Todas las justicias que hizo no le le llevaron a Babilonia | para que no se gentes en medio de las cuales estaba, a los contaminé en sus ofrendas, cuando pa-
serán recordadas; por sus rebeliones con oyeran más sus rugidos | en los montes cuya vista me había dado a conocer como saban a sus hijos por el fuego, a todo
que se rebeló, por sus pecados que come- de10Israel. quien los había de sacar de la tierra de primogénito, para desolarlos y hacerles
tió,21 por ellos morirá. Tu madre fue como una vid | plantada Egipto, l 0 los saqué de la tierra de Egipto saber que yo soy Yavé.
27
Y si dijereis: No es derecho el camino cerca de las aguas, | vigorosa, de fruto y de y los conduje por el desierto; 11 les di mis Por tanto, hijo de hombre, habla a
del Señor; escucha, casa de Israel: ¿Que follaje, I por la abundancia de las aguas. * I leyes y mis mandamientos y les hice saber la casa de Israel y diles: Así habla el Se-
11
no es derecho mi camino? ¿No son más Echó robustos sarmientos, | propios mis disposiciones, que son la vida para ñor, Yavé: Hasta esta injuria me hicieron
bien los vuestros los torcidos? 26 Si el jus- para cetros de dominador. | Su tronco se quien las cumple. 12 Diles también mis vuestros padres, entre las28 infidelidades
to se aparta de su justicia para obrar la alzaba | por encima de los arbustos que sábados, para que fuesen señal entre mí que cometieron contra mí. Yo los con-
maldad, y por eso muere, muere por la la rodeaban, | vistosa por su altura | y por y ellos, para que supiesen que yo soy duje a la tierra que, alzando mi mano, ha-
iniquidad que cometió. 27 Y si el malvado sus numerosos sarmientos. | , 2 Pero fue Yavé, que los santifico. bía jurado darles, y ellos, mirando a todo
se aparta de su iniquidad que cometió y arrancada con furor | y echada a tierra, | 13 Pero rebelóse contra mí la casa de alto collado y a todo árbol frondoso, sa-
hace lo que es recto y justo, hará vivir su y el viento solano la secó, | quemó sus Israel en el desierto, no anduvieron en crificaron allí sus víctimas y presentaron
propia alma. 2S Abrió los ojos y se apartó frutos. I Secáronse sus robustos sarmien- mis preceptos y no guardaron ni cum- sus irritantes ofrendas, y pusieron suaves
de los pecados cometidos, y vivirá y no tos I y fueron echados al fuego, | 1 J y aho- plieron mis ordenaciones, que son la vida aromas y derramaron sus libaciones. 29 Yo
morirá. 29 Y dice la casa de Israel: ¡No ra está plantada en el desierto, I en tierra para quien las cumple, y profanaron mis les dije: ¿Qué es ese alto, el Bamá, adonde
son derechos los caminos del Señor! ¿Que seca y árida; | 1 4 y ha salido de uno de sus sábados. Entonces dije que volcaría sobre vosotros vais? Y Bamá se llama hasta hoy. *
no son derechos mis caminos, casa de Is- sarmientos un fuego | que ha consumido ellos mi furor y en mi ira los exterminaría
rael? ¿No son más bien los vuestros los los otros sarmientos, ( y no queda ya en en el desierto. l4 Pero retraje mi mano por Castigo
torcidos? ella rama alguna fuerte, | ni un solo cetro el honor de mi nombre, para que no fuese 3(1
30
Yo, pues, os juzgaré a cada uno se- de dominio. | Elegía es ésta y de elegía profanado a los ojos de las gentes, a cuya Di, pues, a la casa de Israel: Así ha-
gún sus caminos, ¡oh casa de Israel!, dice servirá. vista los había sacado. 15 Alcé mi mano bla el Señor, Yavé: ¡Qué! Os contamináis
el Señor, Yavé. Volveos y convertios de en el desierto, jurándoles no llevarlos a la vosotros a la manera de vuestros padres,
vuestros pecados, y así no serán la cau- Infidelidad del pueblo y fidelidad de tierra que les había dado, que mana leche fornicáis con sus ídolos, 31 y ofreciendo
sa de vuestra ruina, si Arrojad de sobre Dios y miel, la más hermosa de todas las tie- vuestras ofrendas y pasando a vuestros
vosotros todas las iniquidades que co- rras, 1S porque habían despreciado mis hijos por el fuego os contamináis con
> El año séptimo, el quinto mes, el
metéis y haceos un corazón nuevo y un 20 día diez del mes, vinieron algunos ordenaciones y no habían seguido mis vuestros ídolos hasta el día de hoy; ¿y voy
a responderos yo, casa de Israel? Por mi
espíritu nuevo. ¿Por qué habéis de querer de los ancianos de Israel a consultar a leyes y habían profanado mis sábados,
morir, casa de Israel? 32 Q u e n o quiero vida, dice Yavé, que no os responderé.
Yavé y se sentaron delante de mí. * 2 Y me yéndose su corazón tras sus ídolos.
17
32
Y no será lo que vosotros pensáis. Por-
yo la muerte del que muere. Convertios fue dirigida la palabra de Yavé, diciendo: Con todo, mis ojos los miraron pia-
y vivid. 3
dosamente para no destruirlos y no los que vosotros os decís: Seremos como las
Hijo de hombre, habla a los ancianos gentes, como las naciones de 33la tierra,
de Israel y diles: Así dice el Señor, Yavé: exterminé en el desierto. 18 Pero dije en
Elegía sobre los últimos reyes de J u d á ¿Vosotros veníais a consultarme? Por mi el desierto a sus hijos: No sigáis las cos- sirviendo al leño y a la piedra. Por mi
vida, dice el Señor, Yavé, que con puño
"i A 1 Canta una elegía sobre2 los prín- vida, que no os responderé, dice el Señor, tumbres de vuestros padres, no sigáis sus
fuerte, con brazo tendido y en efusión de
» •» cipes de Israel y di: * | ¿Qué fue Yavé. 4 ¿Quieres juzgar a éstos, hijo de caminos ni os contaminéis con sus ídolos;
19 ira he de reinar sobre vosotros. 34 Os he
tu madre? | Una leona que se echaba en- hombre? ¿Quieres juzgarlos? Hazles saber yo soy Yavé, vuestro Dios; andad en
mis ordenaciones, guardad mis manda- de sacar de en medio de las gentes y os
tre leones. | Agazapada en medio de jó- las abominaciones de sus padres. 5 Diles: recogeré de en medio de las tierras a que
venes leones, | crió a sus cachorros. | 3 Le- Así habla el Señor, Yavé: El día en que mientos y ponedlos por obra; 2 0 santificad
mis sábados y sean señal entre mí y vos- con puño fuerte, con brazo tendido y en
vantó a uno de sus cachorros, I que llegó yo elegí a Israel y alcé mi mano jurando efusión de ira os desparramé; 35 y os lle-
a ser león, | y aprendió a coger la presa I a la posteridad de Jacob, y me mostré a otros, para que sepáis que yo soy Yavé,
vuestro Dios. 21 Pero los hijos se rebela- varé al inhabitable desierto, y allí cara a
y a devorar hombres. | * Dieron voces ellos en la tierra de Egipto, y alcé a ellos cara litigaré con vosotros; 36 como litigué
contra él las gentes, I y cogiéronle en sus mi mano diciendo: Yo, Yavé, soy vuestro ron contra mí, no anduvieron en mis or-
con vuestros padres en el desierto de la
trampas, | y con s gritos le llevaron a la Dios; 6 aquel día alcé mi mano jurando denaciones ni guardaron mis mandamien-
tierra de Egipto, así litigaré con vosotros,
tierra de Egipto. | Y viendo ella, después sacarlos de la tierra de Egipto a la tierra tos poniéndolos por obra, los que son la
vida para quien los cumple; profanaron dice el Señor, Yavé. 37 Y os haré pasar
de esperar mucho tiempo, | que se des- que yo les había destinado, que mana le- bajo el cayado y 38os conduciré con disci-
vanecía su esperanza, I tomó a otro de sus che y miel y es la más hermosa de las mis sábados, y dije entonces que derrama-
plina de alianza. Separaré de vosotros
cachorros | y le puso en lugar del leon- tierras. 7 Y les dije: Quite cada uno de ría sobre ellos mi ira para satisfacer en
a los rebeldes, a los que se apartaron de
cillo. | « Se echaba entre leones, | y vino sus ojos los ídolos y no os contaminéis ellos mi enojo en el desierto. 22 Mas re-
traje mi mano por el honor de mi nombre, mí, y los sacaré de la tierra en que mo-
•i Q 1 Esa leona es la casa de David, que dio a luz el primer león, llevado a Egipto, Joacad (2 Re para que no se infamase a los 23ojos de las ran, y no entrarán en la tierra de Israel y
* 10 23,33-35): luego un segundo, llegado a Babilonia, Jeconías (2 Re 24,10-17). sabréis que yo soy Yavé.
Esta es una nueva alegoría, la cepa, que significa la misma casa de David, al presente repre- gentes a cuya vista los saqué. También
sentada por Sedéelas.
O A 1 Los ancianos del pueblo en cautiverio vienen a consultar a Yavé por medio de su profeta, 25 El texto es difícil. Estos preceptos no buenos deben ser los de la consagración de los primo-
" " sin duda sobre la suerte de la nación. El profeta les responde echándoles en cara las perpetuas génitos (Ex 13,2: 22,29; 34,10), que interpretaban mal, según las costumbres cananeas, pasándolos
infidelidades de Israel, por las cuales serán castigados duramente. Pero a la justicia se sobrepondrá por el fuego (Is 6,9 s.).
1 a misericordia, y tras el castigo vendrá la gloriosa restauración mesiánica. 29 Bamá es el nombre con que designaban los santuarios cananeos erigidos en los altos
Nácar-Colun&t
EZEQUIKL 20-21 898 899 EZEQUtEL 21-22

Misericordia y restauración eso saldrá m i espada de la vaina con- augurio h a señalado la derecha, Jerusa- cho ídolos, contaminándose. 4 Por ha-
3 ' Y vosotros, los de la casa de Israel tra toda carne, desde el mediodía hasta lén, p a r a dar la orden de ataque, lanzar berte hecho culpable de la sangre que
—así dice el Señor, Yavé—, andad cada el septentrión; 5 ( 1 0 ) y sabrá toda carne los gritos de guerra, alzar arietes contra has derramado y haberte contaminado
u n o tras sus ídolos y servidles. Pero ¡ah! que yo soy Yavé, que he desenvainado sus puertas, levantar terraplén y hacer con los ídolos que hiciste, has apresura-
Ya me daréis oídos luego y dejaréis de mi espada y n o la volveré a la vaina. vallado. 2 3 ( 28 ) Para ellos éstos son pre- do tu día, has llegado al término de tus
6 n sagios vanos, pues ha habido juramentos
profanar mi santo n o m b r e con vuestras ( ) Y tú, hijo de hombre, gime, gi- años. P o r eso te haré yo oprobio de las
ofrendas y vuestros ídolos. 4 0 Pues en mi me con quebranto, gime a la vista suya. solemnes; pero él se acuerda de su ini- gentes, ludibrio de la tierra toda. ¡ Cer-
7 12 quidad y serán cogidos en el lazo.
santo monte, en el alto m o n t e de Israel, ( ) Y c u a n d o te digan: ¿Por qué gi- canos y lejanos se burlarán de ti, famosa
dice el Señor, Yavé, allí me servirá toda mes? Diles: P o r u n a noticia que c u a n d o 24 (29) p o r tanto, así dice el Señor, Ya- p o r tus abominaciones, grande por tu
la casa de Israel, toda ella en la tierra, y llegue se encogerán los corazones to- vé: Por haber traído a la memoria vues- corrupción.
6
allí me complaceré en ellos y demandaré dos, todas las m a n o s se caerán, todas tra iniquidad, poniendo al descubierto H e ahí a los príncipes de Israel que,
vuestras ofrendas y el don de vuestras pri- las almas se consternarán y todas las vuestras traiciones y de manifiesto vues- cada uno a la medida de su poder, se
micias y todo cuanto me consagréis. +1 M e rodillas flaquearán. Y ya viene, y ya se tros pecados en todas vuestras accio- ocupan en derramar sangre. 7 En ti des-
agradaré de vosotros como de un suave cumple, dice el Señor, Yavé. nes, puesto que os jactáis, seréis entrega- precian al padre y oprimen al huérfano
a r o m a cuando os saque de en medio de
8
(i 3 ) Fueme dirigida la palabra de dos a su m a n o . 2 5 ( 30 ) Y tú, profano, y a la viuda. 8 Menosprecias mis santua-
las gentes y os reúna de las tierras a que Yavé, diciendo: 9 ( 14 ) Hijo de hombre, impío príncipe de Israel, llegó tu día, el rios y profanas mis sábados. 9 Hay en
fuisteis dispersados, y me santificaré en profetiza y di: Así habla el Señor, Y a v é : término del tiempo de la iniquidad. * ti calumniadores para derramar sangre,
26 3i
vosotros a los ojos de las gentes, 4 2 y sa- D i : ¡La espada, la espada! Viene afila- ( ) A s í dice Y a v é : ¡Fuera tiara! ¡Fue- quienes comen por los montes, quienes
bréis que yo soy Yavé cuando os conduz- da y bruñida. 10 ( I s ) Afilada p a r a dego- ra corona! Eso no será más. Será ensal- hacen torpezas. i " E n ti se descubre la
ca a la tierra de Israel, a la tierra que al- llar, bruñida p a r a fulgurar como el rayo. zado lo humilde y humillado lo alto. desnudez del padre y se hace violencia
2 7 32
zando la m a n o juré dar a vuestros padres. 11 (16) La he hecho bruñir para blandiría, ( ) ¡Ruina, ruina! ¡A ruina las redu- a la mujer durante el menstruo. » To-
43
Allí os vendrán a la memoria vuestras hícela afilar y bruñir para ponerla en ciré!, y no serán más mientras no ven- dos adulteran con la mujer de su próji-
obras y todos los pecados con que os con- m a n o s del degollador. ga aquel a quien de derecho pertenecen, m o , contaminan incestuosamente a la
taminasteis, y sentiréis vergüenza de vos-
12 17
( ) Grita y gime, hijo de h o m b r e , y a él se las daré. * nuera y fuerzan a la hermana, a la hija
otros mismos p o r las maldades que co- porque viene sobre mi pueblo, sobre t o - 28 (33) y tú, hijo de hombre, profetiza de su padre. , 2 Hay en ti quien recibe
metisteis. 4 4 Entonces sabréis que yo soy dos los príncipes de Israel. Caen a la y di: Así habla el Señor, Yavé, de los dones para derramar sangre, exiges usura
Yavé, cuando h a g a con vosotros conforme espada, juntamente con mi pueblo; hiere, hijos de A m m ó n y de su o p r o b i o : Di, e intereses, despojas con violencia al pró-
al h o n o r de mi nombre, no según vues- pues, tus muslos. 13 O 8 ) Palabra del Se- p u e s : ¡La espada! Desenvainada está la jimo y a mí me olvidas, dice el Señor,
tros malos caminos ni según vuestras per- ñor, Yavé. 1 4 ( 19 ) Tú, pues, hijo de h o m - espada para degollar, bruñida p a r a con- Yavé. ' 3 Y o te he castigado por tu ava-
versas obras, casa de Israel, dice el Señor, bre, profetiza, batiendo una palma con- sumir, p a r a fulgurar, * 2 9 ( 34 ) p a r a hacerla ricia y ante la sangre derramada en me-
Yavé. tra otra. Se duplicará la espada, se tri- caer sobre el cuello de los más inmundos dio de ti. I 4 ¿Resistirá tu corazón, ten-
plicará; es la espada de la matanza, la de los -mpíos, mientras te profetizan va- drán fuerza tus manos en los días que
L a catástrofe espada de la gran matanza que los ame- nidad y te adivinan mentiras. Llegó su yo te preparo? Yo, Yavé, he hablado y lo
45 naza. 15 ( 20 ) Para que se encojan los co- día en el tiempo de la consumación de haré. 1 5 Y o te esparciré entre las gentes
( 2 1 J ) Fueme dirigida la palabra de razones y se multiplique el estrago, h e la iniquidad. 3o (35) ¿ L a volveré a la vai- y te aventaré por las tierras, y haré des-
Yavé, diciendo: 4 6 ( 2 ) Hijo de hombre, puesto a todas sus puertas el espanto na? Y o te juzgaré en la tierra donde te aparecer tu inmundicia de en medio de
vuélvete de cara hacia la derecha y derra- de la espada. ¡Ah! Bruñida para fulgu- criaste, en la tierra donde has vivido. ti, 16 y serás a tus ojos ignominia entre
ma la palabra sobre el mediodia. Profe- rar, afilada para degollar. l s (21) Taja a 31 (36) Derramaré sobre ti mi furor, so- las gentes, y sabrás que yo soy Yavé.
tiza contra el bosque de las llanuras del derecha, raja a izquierda, dondequiera plaré contra ti el fuego de mi ira y te t7
Fueme dirigida la palabra de Yavé,
Negueb 4 7 y di al bosque del N e g u e b : que te vuelvas, ll ( 22 ) y también batiré entregaré en m a n o s de hombres despia- diciendo: 1 8 H i j o de hombre, la casa de
(3) Oye la palabra de Yavé: Así dice el yo palmas, y desfogaré mi ira, dice Yavé dados, artífices de la destrucción. 3 2 (37) Se- Israel se me ha tornado en escoria, to-
Señor, Y a v é : Voy a encender en ti u n rás pasto de fuego, se empapará la tierra dos son en el crisol plata, cobre, estaño,
fuego que devorará todos los árboles, Nabucodonosor, contra Jerusalén y de tu sangre y se perderá tu memoria, hierro, p l o m o : escorias. 1 9 Por tanto, así
los verdes y los secos. N o se apagarán porque yo, Yavé, lo he dicho. habla el Señor, Yavé: Por cuanto vos-
Ammón
las abrasadoras llamas hasta no quemar otros os habéis vuelto escorias, yo os
t o d o rastro, del mediodía al septentrión: 18 (23) Fueme dirigida la palabra de Los crímenes de Jerusalén reuniré en medio de Jerusalén. 2 0 C o m o
48 (4) y verá toda carne que soy yo, Ya- Yavé, diciendo: * l9 ( 24 ) Tú, hijo de h o m - O O 1 Fueme dirigida la palabra de Ya- quien reúne en la hornaza plata, bronce,
vé, quien lo encendió. N o se apagará. bre, traza dos caminos p a r a la espada í* £* vé, diciendo: * 2 Y tú, hijo de hom- hierro, plomo y estaño y sopla el fuego
49 5
( ) Dije y o : ¡Oh Señor, Yavé! Mira del rey de Babilonia, que salgan a m b o s bre, ¿no juzgarás a la ciudad sanguina- para fundirlos, así os reuniré yo en mi
que éstos m e dicen: ¿No es éste un tro- de la misma tierra, y p o n u n a señal al ria, echándola en cara todas sus abomi- furor y en mi ira y os echaré a la hor-
vador de parábolas? comienzo de cada camino que indique la naciones? 3 D i , p u e s : Así habla el Se- naza para fundiros. 2 ' Yo os reuniré y
ciudad adonde va. 2 0 ( 25 ) Traza u n cami- ñor, Y a v é : ¡Ay de la ciudad derramado- soplaré contra vosotros el fuego de mi
Oí i ( 6 ) Y me fue dirigida la palabra no por donde vaya la espada a R a b a t , ra de sangre en medio de sí! Para que furor y seréis fundidos en medio de Je-
« i de Yavé, diciendo:* 2 ( 7 ) H i j o de de los hijos de A m m ó n , y otro por don- venga su h o r a y p a r a su ruina se ha he- rusalén. 2 2 C o m o se funde la plata en
hombre, vuélvete de cara a Jerusalén y de vaya a Judá, a la ciudad fuerte de
derrama tu palabra sobre sus santuarios. Jerusalén. 2 1 ( 26 ) P o r q u e el rey de Babi- 25
Profetiza contra la tierra de Israel y lonia se ha parado en el cruce de donde Sedéelas había jurado por Yavé fidelidad a Nabucodonosor, pero había quebrantado tal jura-
3 8 mento, cometiendo un perjurio.
( ) di a la tierra de Israel: Así dice el parten los dos caminos p a r a consultar 27
La segunda mitad de este versículo parece inspirada en Gen 49,10 y anunciar en ef Mesías
Señor, Y a v é : H e m e aquí contra ti; voy augurando p o r el lanzamiento de las la restauración de las ruinas. Sin embargo, el texto está incorrecto.
a desenvainar mi espada y a exterminar flechas, por la pregunta a los terafim, 28 Después de Jerusalén, la espada vengadora de Yavé, manejada por Nabucodonosor, se vol-
en ti al justo y al impío. 4 (9) Pues para por el examen de las entrañas. 2 2 ( 27 ) El verá contra los amonitas.
1
Oí ' A l a burla del pueblo, que llama al profeta trovador de parábolas, responde éste con una 99 Como si Dios quisiera justificar la sentencia que en el c.21 pronunció contra Jerusalén,
*• •1 8 viva amenaza, en que la espada de Yavé ejercerá las venganzas del Señor. *• ^ aquí nos pinta con vivos colores el cuadro de las iniquidades del pueblo, de los príncipes, de
Nabucodonosor, indeciso sobre el camino que debe tomar, busca la decisión en varios gé- los sacerdotes, tantas que en toda la ciudad no halló quien con su valimiento se levantase a favor
neros divinatorios y se resuelve por seguir a Jerusalén. de ella.
EüEQMEL 22-23 900 901 EZEQUIEL 23-24

el crisol, así seréis fundidos vosotros en to, porque eran los que se habían acostado furor. Te cortarán la nariz y las orejas y consumarán los adulterios de ellos y de
medio de él y sabréis que soy yo Yavé, con ella en su mocedad y habían manosea- tu prole caerá a la espada. Llevaránse a ella. 44 Pues venían ellos como quien vie-
que derramo mi furor sobre vosotros. do su seno juvenil y derramado sobre ella todos tus hijos y tus hijas y 26tu progenie ne a la ramera; así vinieron a Oola y a
sus impurezas. 9 Y o por eso la entregué será consumida por el fuego. Te desnu- Ooliba, las depravadas.
4
Los crímenes de los príncipes, en manos de sus amantes, en manos de darán de tus vestidos y te arrebatarán s Pero hombres rectos te juzgarán se-
sacerdotes y profetas los hijos de Asiría, de quienes estaba ena- todos los ornamentos de tu hermosura. gún la ley de las adúlteras y las sanguina-
10 27
23
Fueme24 dirigida la palabra de Yavé, morada. Ellos descubrieron sus ver- Yo haré que cese tu lujuria y tus pros- rias, porque adúlteras son y 46 manchadas
diciendo: Hijo de hombre, diles: Eres güenzas, le cogieron sus hijos y sus hijas tituciones con el Egipto, y no alces ya de sangre están sus manos. Pues así
una tierra no bañada desde lo alto, no y a ella la hicieron perecer a la espada. más los ojos a ellos, y no te acuerdes más dice el Señor, Yavé: Trae turbas contra
rociada por la lluvia al tiempo de la ca- Vino a ser famosa entre las mujeres por del2 8 Egipto. ellas y sean entregadas al maltrato y la
nícula. 25 Dentro de ella se conjuran los la justicia que en ella se hizo. Porque así dice el Señor, Yavé: Te rapiña; 47 y las turbas las apedrearán con
príncipes; como ruge el león y despedaza n Viendo esto Ooliba, su hermana, fue entrego en las manos de aquellos a quie- piedras y las acuchillarán con sus cuchi-
la presa, así devoran ellos las almas; se más estragada que ella en su pasión, y nes llegaste a aborrecer, de quienes se llos, matarán a sus hijos y a sus hijas y
apoderan de los tesoros y riquezas y26mul- sus prostituciones sobrepasaron a las de hartaron tus deseos. 29 Y te tratarán con prenderán fuego a sus casas. 4S Y haré
I2
tiplican en medio de ella las viudas. Sus su hermana. Encendióse en amor por odio, se apoderarán de todo el fruto de cesar en la tierra la depravación, y escar-
sacerdotes han violado mi Ley y han pro- los hijos de Asur, jefes y oficiales, nobles tu trabajo y te dejarán desnuda y en cue- mentarán las mujeres y no imitarán vues-
fanado mis cosas santas; no hacen dife- vestidos magníficamente, caballeros en sus ros, y se descubrirán las vergüenzas de tras torpezas. 49 Y harán recaer sobre
13
rencia entre lo santo y lo profano, ni en- caballos, jóvenes todos y codiciables. Yo tus prostituciones. Tu lujuria y tus forni- vosotras vuestras obscenidades y pagaréis
señan a distinguir entre lo mundo y lo vi que se habían contaminado, que14ambas caciones 30 son causa de todo esto. Por los pecados de vuestras idolatrías y sabréis
inmundo; cierran los ojos a las violacio- habían seguido el mismo camino. Pero haber fornicado con las gentes31y haberte que yo soy Yavé.
nes de los sábados y yo soy profanado en ésta fue más lejos que la otra en sus for- contaminado con sus ídolos. Has se-
El asedio de Jerusalén y sus angustias
medio de ellos; 27 sus príncipes son como nicaciones: vio hombres pintados en pa- guido los caminos de tu hermana y pon-
n i 1 El año nono, el mes décimo, el
lobos que despedazan la presa, derraman- red, figuras
5
de caldeos trazadas con mi- dré en tus manos el cáliz suyo.
32 ^ ^ día décimo del mes, me fue2 diri-
do sangre, destruyendo las almas, para nio, 1 ceñidos sus lomos de sus cinturo- Así habla el Señor, Yavé: Beberás el
gida la palabra de Yavé, diciendo: * Hijo
2S
dar pábulo a su avaricia. Sus profetas nes, y tiaras de varios colores a la cabeza, cáliz de tu hermana, hondo y ancho, de
gran capacidad. 33 Te embriagarás y sen- de hombre, consigna por escrito la fecha
revocan con barro suelto, profetizándoles todos con apariencia de jefes, figuras de de este día. En este día el rey de3Babilonia
vanidad y prediciendo mentiras, y dicen: hijos16de Babilonia, de la Caldea, su pa- tirás bascas incontenibles; es el cáliz que
se ha echado sobre Jerusalén. Compon
«Así habla el Señor, Yavé», sin que Yavé tria. Y en viéndoles se encendió en amor entontece y emborracha, el cáliz de tu
una parábola para la casa de los rebeldes
haya hablado. 29 Y el pueblo de la tierra por ellos y mandó embajadores a Caldea, hermana Samaría. 34 Lo beberás hasta las
y diles: Así habla el Señor, Yavé:
oprime, roba, hace violencia al desvalido 17 y entraron a ella los hijos de Babilonia, heces, lo morderás, lo romperás con los
y al menesteroso, y al extranjero le veja al lecho de sus amores, y la mancharon dientes y con sus fragmentos te rasgarás 4
Pon la caldera I y echa también agua; I
contra derecho. 30 También de entre ellos con sus inmundicias y ella se contaminó el seno, porque yo he hablado, dice el echa en ella trozos, | todos los trozos
busqué yo quien levantase muro y se pu- con ellos hasta hartar su deseo, i* Hizo Señor, Yavé. 3S Puesto que me dejaste y selectos, | la pierna y la espalda, | lo me-
siese a la brecha frente a mí en favor de patentes sus fornicaciones y descubrió su me echaste a tus espaldas, también yo jor de todo. I 5 Pon debajo la leña, | que
la tierra, para que yo no la devastase, y ignominia, y yo me asqueé de ella,19como echaré sobre ti tu lujuria y tus prostitu- hierva a borbotones, I que se cuezan hasta
no le hallé. 31 Por tanto, derramaré sobre me había asqueado de su hermana. Mas ciones. los huesos. I 6 Porque así dice el Señor,
36
ellos mi ira y los consumiré con el fuego todavía acrecentó sus fornicaciones, tra- Díjome Yavé: Hijo de hombre, ¿no Yavé: | ¡Ay de la ciudad sanguinaria! | ¡Ay
de mi furor y les echaré sobre la cabeza yendo a su memoria los dias de su moce- juzgarás tú a Oola y a Ooliba? ¿No les de la caldera herrumbrosa | cuya herrum-
sus obras, dice el Señor, Yavé. dad, cuando había fornicado en la tierra echarás en cara sus abominaciones? 37 Dié- bre no ha sido quitada! I Tírala trozo a
de Egipto. 20 Y ardió en lujuria por aque- ronse al adulterio y mancharon de sangre trozo, I sin echar suertes sobre ella. I
7
Los pecados de Samaría y de llos lujuriosos, que tienen carne de burro sus manos. Adulteraron con sus ídolos, Porque tiene dentro la sangre de los su-
Jerusalén y su castigo y flujo de garañones. 2 1 Y renovaste las y aun los hijos que me parieron los pasa- yos; I la ha derramado sobre una piedra
fornicaciones de tu mocedad, cuando los ron por el fuego para que les sirviesen a lisa, 1 no la derramó sobre la tierra, | para
« o ! Fueme dirigida2 la palabra de Ya- egipcios estrujaban tus pechos y mano- ellos de comida. 38 Hasta eso hicieron, cubrirla con ella, I 8 para provocar la ira |
í* «5 vé, diciendo: * Hijo de hombre, seaban tu seno juvenil. contaminando también 39 mi santuario y y traer sobre sí la venganza. | También
había dos mujeres hijas de la misma ma- 22
Por eso, Ooliba, así dice el Señor, profanando mis sábados, pues luego de derramaré yo su sangre | sobre una pie-
dre. 3 Se prostituyeron en Egipto al tiempo Yavé: Yo suscitaré contra ti a tus aman- sacrificar sus hijos a sus ídolos entraban dra lisa, sin que pueda cubrirse.
de su mocedad; allí fueron estrujados sus tes, aquellos de que te hartaste tus deseos, el mismo día en mi santuario, contami- 9
Por lo cual dice el Señor, Yavé: | ¡Ay
pechos y manoseado su seno virginal. y los haré venir contra ti en derredor.
4 nándolo. Eso hicieron con mi casa. 40 Y de la ciudad sanguinaria! I También yo au-
Llamábanse Oola la mayor, y su her- 23 Los hijos de Babilonia y todos los cal- aun han hecho venir de lejos hombres a mentaré la hoguera. | 1 0 Añade leña, | ati-
mana, Ooliba. Fueron mías y parieron deos, los de Peqod, los de Soa, los de Coa los que enviaron mensajeros, y al venir za el fuego, I que se cueza la carne | y se
hijos e hijas. Oola es Samaría; Ooliba, y con ellos todos los hijos de Asur: mozos ellos te lavaste, te pintaste los ojos y te evapore el caldo, I que se quemen los
Jerusalén. 5 Oola me fue infiel y se enlo- guapos, jefes y capitanes todos, nobles y ataviaste con tus joyas, 41 y echada en huesos. 111 Déjala vacía sobre las brasas; |
queció por sus amantes, sus vecinos, los notables, todos a caballo. 2 4 Y vendrán suntuoso estrado, te pusiste a la mesa que que se ponga al rojo y se liquide el cobre, |
asirios. 6 Iban vestidos de púrpura viole- contra ti con estrépito de carros y ruedas, aderezaste para ellos, poniendo en ella se funda con su 2suciedad I y se consuma
ta, eran jefes y oficiales, todos jóvenes, con escudos, paveses y capacetes, se or- mis perfumes y mi óleo, 42 entre el rumor su herrumbre. | * En vano me fatigué, | no
codiciables y que montaban caballos. 7 Se denarán en batalla de todas partes con- clamoroso de los cantos. Ellos, a su vez, desapareció su herrumbre; | sólo con el
prostituyó a ellos, la flor de los hijos de tra ti. Yo les he entregado a ellos tu juicio traían mirra y bálsamo, venidos de Saba, fuego podrá quitarse.
Asur, y se contaminó con todos los8 ídolos y te juzgarán según sus leyes. 25 Desenca- del desierto, y ponían manillas43 en sus 13
de aquellos de quienes se enamoró. Tam- denaré mi celo contra ti y te tratarán con Es execrable tu suciedad. Yo he que-
poco dejó sus prostituciones con el Egip- manos y coronas en sus cabezas. Y dije rido limpiarte, pero no te limpiaste; no
de la envejecida en adulterio: Ahora se quedarás purificada de tu suciedad hasta
O 'i l Bajo la imagen de dos hermanas de perdidas costumbres nos traza el profeta la historia Oí * Este vaticinio fue pronunciado en Babilonia el día mismo en que los caldeos establecieron
^ ^ moral y religiosa de los dos reinos de Samaría y de Judá, acabando por someterlas ambas al ¿^ el asedio contra Jerusalén. El juicio de Dios contra la ciudad está vivamente expresado por
juicio de un recto tribunal, que las condenará a la pena impuesta a las adúlteras. la olla, en que se cuece la victima, dividida en pedazos.
EZEOIHEI. 24-25 902
903 EZEQUIEL 25-27
que no derrame yo mi fuego sobre ti. Oíd la palabra del Señor, Y a v é : Así h a -
1 4 Yo, Yavé, he h a b l a d o . Vendré, lo haré, bla el Señor, Yavé: Pues que tú dijiste con ellos grandes venganzas, con furor tus heridos, a la matanza que en ti harán,
no m e volveré atrás, no tendré piedad, «Bien» cuando era profanado mí san- los castigaré y sabrán que yo soy Yavé temblarán las islas. 16 Todos los príncipes
no me arrepentiré. Según tus caminos y tuario y la tierra de Israel era asolada, 4
y c u a n d o haga en ellos mi venganza. del m a r bajarán de sus tronos, se despoja-
tus obras, así serás juzgada, dice el Señor, llevada la casa de J u d á al cautiverio, p o r rán de sus mantos y de sus recamadas
Yavé. eso yo te entregaré en poder de los hijos Oráculo contra Fenicia vestiduras, se vestirán de espanto y se sen-
15
Fueme dirigida la palabra de Yavé, del Oriente, que p o n d r á n en ti su campa- « g 1 El a ñ o undécimo, el día primero tarán en tierra. Temblarán a cada mo-
diciendo: i" Hijo de hombre, voy a qui- mento y alzarán en ti sus tiendas, y co- * V del mes, m e fue dirigida la palabra J mento y estarán consternados ante ti.
tarte de repente lo que hace tus delicias, 5merán tus cosechas y beberán tu leche. de Yavé, diciendo: * 2 Hijo de hombre, 1 7 Te cantarán una elegía y te dirán: «¡Có-
pero no te lamentes ni llores, no derrames Y haré de R a b a pastizal de camellos, y p o r haber dicho Tiro de Jerusalén: | m o ! ¿Destruida tú, la poblada por los que
una lágrima. * 1 7 Suspira en silencio, sin de las ciudades de A m m ó n , rediles de «Bien, ha sido rota la que era puerta de recorrían los mares, | la ciudad tan cele-
llevar luto p o r el m u e r t o ; ponte el tur- ovejas. Y sabréis que yo soy Yavé. los pueblos; | vendrán a mí, yo me lle- brada, tan poderosa en el m a r ? | ¿Des-
bante en la cabeza y calza tus pies, no te
6
Porque así habla el Señor, Yavé: Pues naré y ella está desierta», | 3 p o r eso así truida con sus habitantes, | que eran el
cubras el rostro ni comas el p a n del duelo. que batiste palmas y pateaste con los pies dice el Señor, Yavé: | H e m e aquí contra espanto de todos los que la rodeaban? |
18
Y o había estado hablando al pueblo y te regocijaste en el alma con desprecio ti, Tiro. I Y o haré subir contra ti pueblos l 8 Estremeceránse las islas el día de tu
7 numerosos, I c o m o hace subir el m a r sus caída, I se espantarán de tu fin las islas
por la mañana, y a la tarde murió mi m u - para la tierra de Israel, p o r eso heme
jer. A la m a ñ a n a siguiente hice lo que me aquí, tenderé mi m a n o contra ti y te daré olas; I 4 y destruirán las murallas de Ti- del mar.
había sido m a n d a d o , 1 9 y la gente me de- en presa a las gentes, y te extirparé de ro I y abatirán sus torres. | Y barreré de i ' Pues así dice el Señor, Yavé: C u a n -
cía: ¿No nos explicarás lo que significa entre los pueblos de la tierra, y te haré ella hasta el polvo | y haré de ella una des- do yo te torne en ciudad desierta, co-
eso que haces? 2 0 Y o les respondí: Yavé desaparecer del n ú m e r o de ellos. Te ex- n u d a roca. I 5 Será en medio del m a r ten- m o las ciudades deshabitadas; cuando
me ha hablado, diciendo: 2 1 D i a la casa terminaré y sabrás que yo soy Yavé. dedero de redes, p o r q u e yo he hablado, haga yo subir al abismo contra ti y te
de Israel: Así habla el Señor, Yavé: Mi- dice el Señor, Yavé. | Será presa de las cubra la inmensidad de las aguas, 2 " t e
rad, voy a profanar mi santuario, gloria Oráculo contra M o a b gentes, I 6 y sus hijas, las que están en haré bajar con los que cayeron en la fosa,
de vuestra fuerza, delicia de vuestros ojos 8
Así dice Y a v é : Puesto que M o a b ha el campo, | serán pasadas a cuchillo, | y con los pueblos de otros tiempos, y te
y regalo de vuestra alma; vuestros hijos dicho: ¡Oh! ¡La casa de Judá es entre los sabrán que yo soy Yavé. I pondré en las profundidades de la tierra,
y vuestras hijas caerán a la espada, 2 2 y pueblos uno de tantos! * 9 P o r eso yo abri- 7
Porque así habla el Señor, Y a v é : Yo ' en las eternas soledades, junto a los que
entonces haréis vosotros lo que ahora ré el flanco de M o a b , desde las ciudades enviaré desde el septentrión, contra Ti- ¡ bajaron a la fosa; y no serás habitada
hago yo. N o os cubriréis el rostro ni co- fronterizas, gloria de la región. Bet-Je- r o , a Nabucodonosor, rey de Babilonia jamás, y daré tu gloria a la tierra de los
meréis el pan del duelo; 2 3 llevaréis en simot y Baal-Meón, hasta Quiriataim. rey de reyes, con carros, caballos y jine- vivientes. 2 1 Te reduciré a la nada, no se-
vuestra cabeza los turbantes y calzaréis 10 D o y su tierra a los hijos de Oriente para tes y gran muchedumbre de pueblo. 8 Pa- rás ya más. Te buscarán y nunca ya m á s
vuestros pies; no os lamentaréis ni llo- que n o sean contados más entre los pue- sará al filo de la espada a tus hijas del te hallarán, dice el Señor, Yavé.
raréis, sino que os consumiréis en vuestra blos. n También haré justicia en M o a b . campo, I p o n d r á contra ti cerca, | levan-
iniquidad y gemiréis unos con otros. tará baluartes | y alzará escudos. | 9 Pon- Contra Tiro
24
Ezequiel será para vosotros una señal; Oráculo contra E d o m
12 drá contra ti arietes, | derrumbará tus 1
Así dice el Señor, Y a v é : P o r el com- Fueme dirigida la palabra de Ya-
cuando esto llegue haréis vosotros lo que
él hace ahora y sabréis que yo soy Yavé. portamiento de E d o m , que t o m ó vengan-
murallas | y con sus ingenios echará por
el suelo tus torres.
27 vé, diciendo: * 2 Tú, hijo de h o m -
3
25 Y tú, hijo de hombre, el día en que yo za de la casa de Judá y se manchó 13
sobre-
ío La polvareda que alzarán sus caba- bre, haz a Tiro una elegía. D i a Tiro: |
les arrebataré a ellos su fortaleza, el or- manera vengándose de ellos, por eso,
llos te cubrirá; | y al estrépito de sus ca- ¡Oh tú, la que te asientas a la entrada del
gullo de su gloria, la delicia de sus ojos, así dice el Señor, Yavé: También yo ten- balleros, sus carros y sus ruedas | retem- mar, | la que comercias con los pueblos
el gozo de sus almas, sus hijos y sus hi- deré mi m a n o contra Edom, y extermi- ' blarán tus muros, | cuando entre él por de numerosas islas! I Así habla el Señor,
jas, 26 vendrá a ti un huido para darte la naré hombres y bestias, y lo reduciré a tus puertas, | c o m o se entra en ciudad Yavé: | Tiro, tú te decías: 4
«Yo soy de per-
noticia; 2 7 y aquel día se abrirá tu boca ruinas; desde14 Teman hasta D e d á n caerán conquistada. | n C o n los cascos de sus ca- fecta hermosura, [ mis dominios están
a la llegada del fugitivo, y hablarás, no a la espada. Y pondré la venganza con- ballos I bollará todas tus calles | y pasará en el corazón de los mares»; | los que te
estarás ya m u d o , y serás señal para ellos, tra E d o m en m a n o s de mi pueblo Israel, a tu pueblo al filo de la espada, I y caerán edificaron te hicieron perfectamente her-
y sabrán que yo soy Yavé. que tratará a E d o m conforme al furor de
a tierra las columnas de tu fuerza. mosa, I 5 de cipreses de Sanir hicieron tus
mi ira, y sabrán que yo soy Yavé y que es quillas; | de cedros del Líbano, tus más-
mía la venganza. Así dice el Señor, Yavé. l 2 D a r á n al saqueo todas tus riquezas, I
tiles ; I 6 tus remos, de encinas de Basan; |
S E G U N D A P A R T E al pillaje todas tus mercancías. | Demole-
tus bancos, de boj incrustado de marfil, |
O r á c u l o c o n t r a Filistea r á n tus murallas | y derribarán tus magní-
traído de las islas de Quitím.
V A T I C I N I O S SOBRE LAS NACIONES 15 ficos palacios; | hasta las piedras, las ma- 7
Así habla el Señor, Y a v é : Por haber deras y el escombro | lo arrojarán al mar. D e lino recamado del Egipto | eran
(25-32) o b r a d o vengativamente los filisteos y ha- 13
Haré cesar el estrépito de tus canta- tus velas y tus toldos: | de jacinto y púrpu-
berse vengado con odio en el alma, exter- res, I no se oirá más el sonido de las cí- 8 ra de las islas de Elisa | tus pabellones. |
Oráculo contra A m m ó n minando con odio secular; 16 por eso, así Los habitantes de Sidón y de Ar-
1 taras. I 1 4 T e tornaré desnudo escollo, |
Fueme dirigida la palabra de Ya- dice el Señor, Y a v é : Y o tenderé mi m a n o apto p a r a tender en él las redes, [ y no se- vad I eran tus remeros, | y los más exper-
25 vé, diciendo: 2 Hijo de hombre, contra los filisteos y exterminaré a los có- rás jamás reconstruida, porque yo, Yavé, tos entre ti, | ¡oh Tiro!, tus pilotos. | An-
cianos de Guebal con sus más
9

hábiles
tiende tu vista hacia A m m ó n y profetiza reteos. H a r é perecer hasta los restos de he hablado, dice el Señor, Yavé.
contra él. 3 D i a los hijos de A m m ó n : los habitantes de la orilla del m a r . 1 7 H a r é U Así h a hablado el Señor, Yavé, de obreros | calafateaban tus junturas. | To-
16 T i r o : Al fragor de tu caída, al gritar de I das las naves del mar, con sus navegan-
Interesante acción simbólica de la conducta de Dios. El profeta acaba de perder a su mujer,
«las delicias de su alma»; pero Dios le manda que no llore. También El va a perder a su esposa, 1
Jerusalén, con su santuario, y no hará duelo por ellos. El año 11 de ¡a primera cautividad, cuando Jerusalén había ya caído en poder de los caldeos,
O C 8 Aquí comienzan los oráculos contra las naciones vecinas. Los más importantes de ellos 26 Tiro, la gran ciudad comercial de la Fenicia, muestra su alegría, esperando medrar con la
desaparición del reino de Judá. El profeta pronuncia contra ella esta solemne amenaza, que no sabe-
^ ^ son los que hablan a Tiro (26-28) y a Egipto (29-32). Los pueblos de Ammón, Moab, Edom mos con certeza cuándo y hasta qué punto se haya realizado.
y Filistea, siempre rencillosos contra Judá, se habían alegrado de su ruina y cooperado a ella; por
eso Yavé los castigará por medio del mismo ministro de sus venganzas, el rey de Babilonia, o por 1
El profeta nos ofrece en este capítulo una hermosa elegía de la ciudad comercial y nave-
los árabes del desierto, «los hijos del Oriente». 27 gante, bajo la imagen de una rica nave, y nos describe el comercio de Tiro con todos los pue-
blos conocidos, todos ios que figuran en la tabla etnográfica de Gen 10.
EZEQUTRL 27-28 904 905 EZEQDIEL 28-29
28
tes, | estaban dentro de ti para cambiar razón del m a r el día de tu ruina. | Al jeros, porque he hablado yo, | dice el aquí contra ti, Sidón. Y o seré glorificado
sus mercancías. estrépito de los gritos de tus marineros I Señor, Yavé. en medio de ti, y sabrán que yo soy Yavé
2SI
i" D e Persia, de L u d y de P u t eran los temblarán las playas. | Bajarán de tus cuando la juzgue y manifieste en medio
soldados de tu ejército, I tus hombres de naves cuantos manejan el remo, | y todos, Elegía del r e y d e T i r o de ella mi santidad. 2 3 M a n d a r é a ella
guerra, | Suspendían en medio de ti es- marineros y pilotos del mar, | se queda- 11
Fueme dirigida la palabra de Yavé, la peste, y la sangre a sus calles, y caerán
cudos y yelmos, I dándote esplendor. | rán en tierra. I 3 0 Alzarán a ti sus clamo- diciendo: * I 2 Hijo de hombre, canta una en ella los muertos a la espada que todo
11
Hijos de Arvad y de Jelec | guarnecían res I y darán amargos gritos; echarán pol- elegía al príncipe de Tiro y dile: Así en torno la rodeará, y sabrán que yo
tus murallas, | y los Gadamín, tus to- vo sobre sus cabezas | y se revolcarán en habla el Señor, Y a v é : Eras el sello de la soy Yavé. 2 4 Y no será ya para la casa
rres; | todos en t o r n o , en tus murallas | la tierra. | 31 Se raerán por ti los cabellos perfección, lleno de sabiduría y acabado de Israel u n aguijón punzante, u n espino
colgaban sus escudos, I coronando tu en t o r a o | y se vestirán de saco; I te llo- de belleza. I 3 Habitabas en el Edén, en desgarrador en medio de cuantos la ro-
belleza. rarán en la amargura de su alma | con el jardín de Dios, vestido de todas las dean y la aborrecen. Sabrán que soy
12
Los de Tarsis traficaban contigo en amarga aflicción;1 3 2 te lamentarán con ele- preciosidades. El rubí, el topacio, el dia- Yavé.
gran abundancia de productos de toda gías I y dirán de ti: ¿Quién había que fuera mante, el crisólito, el ónice, el berilo, 25
Así dice el Señor, Yavé: C u a n d o
suerte. En plata, hierro, estaño y plomo como Tiro, | a h o r a silenciosa en medio el zafiro, el carbunclo, la esmeralda y el reúna yo a la casa de Israel de en medio
te pagaban tus mercancías. 13 Javán, Tú- del m a r ? o r o te cubrían; llenaste tus tesoros y tus de todos los pueblos en que se dispersó,
33
bal y Mesec comerciaban también con- C o n las mercancías que tú sacabas de almacenes. El día en que fuiste creado yo me glorificaré ante las gentes, y habi-
tigo y cambiaban tus mercaderías p o r es- 14
los mares, | saciabas a numerosos pue- te pusieron junto al querube colocado tarán en la tierra que di a mi siervo
clavos y objetos de bronce. 1 4 L o s de la blos; I c o n la muchedumbre de tus rique- en el m o n t e de Dios, y andabas en me- J a c o b ; 2 6 habitarán en ella seguros, y cons-
casa de Togorma pagaban tus mercan- zas y de tu comercio, | enriquecías a los dio de los hijos de Dios. 15 Fuiste perfecto truirán en ella casas, y plantarán viñas;
cías con caballos de tiro y de carrera y reyes de la tierra; I 3 4 y yaces ahora sepul- en tus caminos desde que fuiste creado habitarán en seguridad cuando haga yo
mulos. 15 Los hijos de D e d á n traficaban tada en el mar, | en lo profundo de las hasta el día en que fue hallada en ti la justicia en todos aquellos que en torno a
contigo; el comercio de numerosas islas aguas, I y contigo cayeron tu tráfico | y iniquidad. * 16 Por la muchedumbre de ella la aborrecen, y sabrán que yo, Yavé,
estaba en tus m a n o s y te pagaban con toda tu gran muchedumbre. | 3 5 Quedá- tus contrataciones se llenaron tus estan- soy su Dios.
dientes de marfil y con ébano. !6 A r a m ronse atónitos sobre ti | los habitantes de cias de violencia; y pecaste, y te arrojé
cambiaba contigo sus muchos productos las islas, I y los reyes de ellas están tem- del m o n t e santo y te eché de entre los O R Á C U L O S CONTRA E G I P T O
y te pagaba con malaquita, púrpura, re- blando de espanto, I demudado el ros- hijos de D i o s ; el querube protector te hi-
camados, lino, coral y rubíes. tro. I 36 L o s mercaderes de los pueblos zo perecer. P r i m e r oráculo
17 17
Contigo comerciaban J u d á y la tie- silban contra t i ; I has venido a ser objeto Ensoberbecióse t u corazón de tu her- O Q 1 El a ñ o décimo, el décimo mes, a
rra de Israel, y te d a b a n como precio el de espanto, I ya n o serás m á s p o r los mosura y se corrompió tu sabiduría, y a ™«* doce del mes, fueme dirigida la
trigo de Minit, perfumes, miel, aceite y siglos. pesar de tu esplendor, p o r tus muchos y palabra de Yavé, diciendo: * 2 Hijo de
bálsamo. 1 8 Traficaba contigo Damasco, grandes delitos, yo te eché p o r tierra; y hombre, vuelve tu rostro hacia el Faraón,
pagándote con sus muchos productos y C o n t r a el r e y d e T i r o te doy en espectáculo a los reyes, 1 8 por rey de Egipto, y profetiza contra él y
sus bienes de t o d a suerte, vino de Jelbón la muchedumbre de tus iniquidades. P o r contra el Egipto entero; 3 habla y di:
y lana de Sahar. 1 9 Los de Vedan y Javín n o 1 F u e m e dirigida la palabra de Ya- la injusticia de tu comercio profanaste Así dice el Señor, Yavé: | H e m e aquí
de Uzal te pagaban con hierro elaborado, « O vé, diciendo: * 2 Hijo de hombre, tus santuarios; y yo haré salir de en contra ti, ¡oh Faraón!, rey de Egipto. |
casia y caria aromática. 2 0 D e d á n trafica- di al príncipe de T i r o : Así habla el Señor, medio de ti u n fuego devorador, y te Cocodrilo gigantesco echado en medio
ba contigo en sillas de cuero p a r a mon- Y a vé: | P o r cuanto se ensoberbeció tu reduciré a cenizas en medio de la tierra, de tus ríos, | te dijiste: Míos son los ríos, |
turas. corazón y dijiste: | «Soy u n dios, habito a los ojos de cuantos te miran. í9 Todos yo mismo los he creado.
21 en la m o r a d a de Dios, en el corazón
L a Arabia y los príncipes de Cedar cuantos de entre los pueblos te conocen 4
Y o pondré un aro en tus quijadas | y
eran tus proveedores y comerciaban con de los mares», y siendo tú un hombre, se asombrarán de ti. Serás el espanto de te sacaré de en medio de tus ríos, | con
corderos, carneros y machos cabríos. no un dios, | igualaste tu corazón al co- todos y dejarás de existir p a r a siempre. todos los peces que hay en ellos | pegados
22
Los mercaderes de Seba y de R a g m a razón de Dios, I 3 creyéndote m á s sabio
a tus escamas, I 5 y te arrojaré al desierto I
comerciaban contigo, cambiaban tus mer- que Daniel, | que ningún sabio se te Contra Sidón a ti y a todos los peces de tus ríos; ] y
cancías por los más exquisitos aromas, igualaba; | 4 que con tu sabiduría y tu 20
Fueme dirigida la palabra de Yavé, caerás en la superficie de los campos, \ y
piedras preciosas y oro. 2 3 Jarran, C a ñ e prudencia | creaste tu poderío ) y acumu- diciendo: * 2 I Hijo de hombre, vuélvete no serás recogido ni levantado; | y te daré
y Edén, Asur y Quilmad traficaban con- laste el oro y la plata | en tus tesoros, | de cara a Sidón y profetiza contra ella. en pasto | a las fieras de la tierra y a las
tigo. 2 4 Negociaban contigo en muchas co- 5 y con tu gran sabiduría y tu comercio | 22
D i : Así habla el Señor, Y a v é : Heme aves del cielo, | 6 y todos los habitantes
sas, vestidos preciosos, m a n t o s de jacinto acrecentaste tu poder, | y en tu potencia
recamado, tapices tejidos en varios colo- se ensoberbeció tu corazón. 1
! Después de anunciada su muerte, le honra con una lamentación, como antes había hecho con
6
res, fuertes y retorcidas c u e r d a s . 2 5 Las na- P o r eso asi dice el Señor, Y a v é : | Tiro. Gomo en otros casos el Faraón o Nabucodonosor, el rey de Tiro, Itobaal según los historiado-
ves de Tarsis eran las caravanas que te Pues que hiciste tu corazón igual al co- res griegos, es la representación de su reino. De manera que esta lamentación es una segunda lamen-
traían tus mercancías. | Así llegaste a ser razón de Dios, I 7 yo traeré contra ti | a tación
15
de Tiro.
opulenta y muy gloriosa I en el seno de extranjeros, | a los más feroces de los No deja de sorprender el retrato que nos hace el profeta del príncipe de Tiro. AI que antes
(v. 2 ss.) reprochaba igualarse a Dios, ahora lo presenta adornado de toda riqueza y perfección y lo
los mares. | 2 6 Pero en las grandes aguas, | pueblos, I que desenvainarán la espada
coloca en el jardín de Edén, al lado de los querubes, que lo custodian, casi convertido en uno de ellos,
adonde te conducían tus remeros, | el vien- contra la belleza de tu arte | y profanarán hasta que aparece en él la iniquidad de su tráfico y es arrojado fuera, como los primeros padres.
to solano te precipitará I al seno del tus esplendores. I 8 Te h a r á n bajar a la Hay2 que advertir que el estado del texto deja mucho que desear en punto a corrección.
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mar. huesa, | y morirás con la muerte de los Después de Tiro, que tenía en esta época la hegemonía de la Fenicia, viene Sidón, el primo-
27 Tus riquezas, tus mercancías, tu trá- que mueren en medio de los mares. I 9 ¿Di- génito de Canán, según Gen 10,15, que había sido para Israel un aguijón punzante. Después de esto
fico, I tus marineros, pilotos y calafates, | rás ya ante tu m a t a d o r : Y o sov un dios? I vendrá la restauración de Israel en su tierra, «cuando Dios haga justicia en todos cuantos le aborrecen».
los mercaderes de tu tráfico, | todos los H o m b r e eres, no eres dios, | en las ma- O Q 1 Cuatro capítulos dedica el profeta a Egipto, que tanta parte había tenido en la ruina de
nos de tu matador. | 1 0 Morirás la muerte *• ^ Judá, solicitándole a rebelarse contra los caldeos. En este primer oráculo, pronunciado durante
guerreros que en ti hay, | con toda la m u - el asedio de Jerusalén, nos pinta Egipto bajo la imagen del cocodrilo, animal tan abundante en el
chedumbre que te llena, ¡ caerán en el co- de los incircuncisos, | a manos de extran- Nilo, a quien sacará de las aguas para conducirle al desierto. El ministro de esta venganza divina
parece que será el mismo Nabucodonosor, y por espacio de cuarenta años, una generación, sufrirá
OC ' El rey de Tiro, que en su orgullo se compara con Dios, será muerto con la muerte de los Egipto el cautiverio y la dispersión en tierra extraña. Debe de ser ésta una profecía conminatoria,
¿O que mueren en los mares. Otra vez tenemos a Daniel como personaje de gran sabiduría. cuya realización, en la forma en que el profeta la anuncia, desconocemos.
EZEQUIEL 2 9 - 3 0 906 907 EZEQÜIEL 30-31

dol Egipto | sabrán que yo soy Yavé, Tiro, yo le doy el Egipto, porque fue dolerá sobremanera, | se abrirá brecha * Anidaban en la expansión de sus ra-
por haber sido tú báculo de caña para la para mí para quien trabajaron, dice el en Tebas | y de Menfis serán destruidos m a s I todas las aves del cielo y parían
casa de Israel, ] 7 que te rompiste cuando Señor, Yavé. 21 En ese día yo haré nacer los muros. I 1 7 Las juventudes de He- bajo su copa | todas las bestias del cam-
te cogieron con la m a n o , | traspasando el cuerno de la casa de Israel. Y abriré liópolis y de Bubastis I caerán a la es- po, I y eran muchos los pueblos | que
sus flancos. | C u a n d o en ti se apoyaron en medio de ellos tu boca, y sabrán que pada, I y sus mujeres irán al cautive- habitaban a su sombra. [ 7 Era hermoso
te q u e b r a s t e , | d e s l o m á n d o l o s e n t e r a - yo soy Yavé. rio. I 1 8 En Tafnis se obscurecerá el día | p o r su grandeza, | p o r la extensión de
mente. c u a n d o destroce los cetros de Egipto I y sus r a m a s , I por tener sus raíces metidas |
8 Por eso asi dice el Señor, Y a v é : | Tercer oráculo aniquile el orgullo de sus fuertes. | Que- en abundantes aguas. I 8 N o le sobrepu-
Y o haré venir la espada sobre ti | y ex- O A l F u e m e dirigida la palabra de Y a - dará envuelto en tinieblas | y sus hijas jaban los cedros del jardín de D i o s ; |
terminaré hombres y bestias, I ' y la tierra « * " vé, diciendo: * | 2 Hijo de hombre, serán llevadas cautivas. | 1 9 H a r é justicia no se le asemejaban en la fronda los
de Egipto se tornará soledad y desierto, | profetiza y di: | Así habla el Señor, Y a v é : I en Egipto I y sabrán que yo soy Yavé. cipreses; | no eran los plátanos como
3
y sabrán que yo soy Yavé. | Por haber Vociferad: «¡Desdichado día!»; | porque una de sus r a m a s ; | ningún árbol del
dicho: Míos son los ríos, I yo los he se acerca el día de Yavé, | día tenebroso; I Cuarto oráculo jardín de Dios I le igualaba en hermo-
creado, | 1 0 por eso heme aquí contra ti llega la h o r a de las gentes. I 4 Vendrá la 20 sura. I 9 Y o le habla hecho hermoso y
y contra tus ríos; | yo haré del Egipto El a ñ o undécimo, el primer mes, el frondoso, | y todos los árboles del Edén
espada sobre el Egipto | y la angustia
desierto y soledad, | desde Migdol hasta día siete del mes, m e fue dirigida la pa- le miraban con envidia.
sobre la Etiopía, | cuando caigan los
Siena, | hasta las fronteras de Etiopía. | labra de Yavé, diciendo: * 2 1 Hijo de hom- «•Por eso así dice el Señor, Y a v é : Ya
muertos en Egipto, | y sean apresadas sus
11
N o pasará por él pie de h o m b r e | ni bre, yo h e roto el brazo del Faraón, rey que p o r ser encumbrado en altura, al-
m u c h e d u m b r e s , | y d e s t r u i d o s sus ci-
pie de animal pasará por allí, | y quedará de Egipto, y no le h a sido vendado, ni zando su cima hasta las nubes, se em-
mientos.
por cuarenta años deshabitado. | l 2 Y o 5 fajado, ni entablillado p a r a soldar la ro- briagó su corazón de la propia alteza,
La Etiopía, las gentes de Put y de
haré del Egipto tierra desierta entre las tura y que pueda manejar la espada. 11
le he d a d o yo en las m a n o s de u n
Lud, t o d a suerte de pueblos, las gentes 22
desiertas, | y serán sus ciudades entre las Por tanto, así dice el Señor, Yavé: fuerte de las gentes, que le tratará según
de C u b y las tierras aliadas caerán con
H e m e aquí contra el F a r a ó n , rey de Egip-
ciudades desiertas | d u r a n t e cuarenta ellos a la espada. 6 Así dice Y a v é : | Cae- su m a l d a d ; le h e desechado por su im-
años, | y diseminaré a los egipcios entre to. Y o le romperé los dos brazos, el piedad. 1 2 Extranjeros, los más feroces de
rán los apoyos del Egipto, | se desvane-
las naciones I y los dispersaré por las sano y el q u e b r a d o , y haré que la espada los pueblos le abatieron; cayeron sus ra-
cerá la altivez de su poderío. | Desde
tierras. se le caiga de la m a n o , 2 3 y diseminaré mas por los montes y por todos los valles,
Migdol hasta Siena caerán a la espada, I
13 a los egipcios entre las gentes y los aven-
Así dice el Señor, Y a v é : Al cabo de dice el Señor, Yavé. | 7 Quedará desolado quedó destrozada su fronda por todas las
taré p o r las tierras; 2 4 y fortaleceré los pendientes de la tierra, y esquivando su
cuarenta años reuniré al Egipto de entre entre las tierras desoladas, | y sus ciuda-
brazos del rey de Babilonia, y pondré
los pueblos a que le había dispersado; des entre las ciudades en ruina. I 8 Se sa- sombra, todos los pueblos de la tierra
14 m i espada en su m a n o , pero quebraré le abandonaron. 1 J Posáronse sobre sus
y mudaré la suerte del Egipto y le brá entonces que yo soy Yavé | cuando
los brazos del F a r a ó n , que delante de restos todas las aves del cielo y en sus
llevaré a la tierra de Patros, a la tierra pegue fuego al Egipto I y quebrante todos
aquél gemirá con gemidos de herido de
de sus orígenes, y allí formará un modes- sus apoyos. | 9 Aquel día partirán mensa- ramas hicieron sus yacijas todas las bes-
muerte. 2 5 Fortaleceré los brazos del rey tias del c a m p o ; 1 4 para que no se exalten
to reino; 15 será el más humilde de los jeros de mi parte, que irán a esparcir el
de Babilonia, y se caerán los brazos del en su altura los árboles todos de junto
reinos y no volverá a alzarse sobre las terror en la confiada Etiopía, y serán
F a r a ó n , y sabrán que yo soy Yavé, cuan- a las aguas, y no lancen su cima hasta las
naciones. I-e disminuiré para que n o pue- presa de la angustia cuando le venga al
d o ponga mi espada en m a n o del rey de
da enseñorearse de las gentes. lf> N o será Egipto su día. nubes, y n o confíen en su altura cuantos
10 Babilonia y la esgrima él contra la tierra son regados p o r las aguas, porque todos
ya este reino para Israel apoyo de con- Así dice el Señor, Y a v é : I H a r é cesar de Egipto. 2 S Esparciré a los egipcios en- están destinados a morir, a ir a la m o -
fianza, sugestión de iniquidad, a la cual el tumultuar del Egipto I por m a n o de tre las gentes y los aventaré p o r las tierras, rada subterránea, entre los hijos de los
se vuelva, y sabrán que yo soy Yavé. Nabucodonosor, rey de Babilonia. | u El y sabrán que yo soy Yavé. hombres que bajan a la fosa.
y sus gentes, los valerosos entre los pue-
Segundo oráculo blos, | serán llevados a devastar la tierra, | " A s í dice el Señor, Yavé: El dia en
17 Q u i n t o oráculo. L a caída d e Asur,
El a ñ o veintisiete, el primer mes, en y desenvainarán su espada contra el Egip- que bajó al seol enluté el abismo, retuve
el primer día del mes, me fue dirigida la to, [ y llenarán de muertos su tierra; 1 1 2 y ñ g u r a d e la d e E g i p t o el curso de los ríos y se estancaron las
palabra de Yavé, diciendo:* is Hijo de secaré sus ríos, I venderé esa tierra a aguas caudalosas; entristecí al Líbano por
hombre, el rey Nabucodonosor, rey de Q1 ' E l a ñ o undécimo, el tercer mes,
gentes feroces I y devastaré su tierra y él y se secaron todos los árboles del
Babilonia, ha hecho prestar a su ejér- ** * el primero del mes, fueme dirigida
cuanto en ella hay por m a n o de extran- campo. I 6 Con el fragor de su ruina hice
cito un largo servicio contra Tiro. Encal- la palabra de Yavé, diciendo: * 2 Hijo de
jeros; | yo, Yavé, lo digo. temblar a las gentes. Cuando le hice bajar
veciéronse todas las cabezas, todos los 13 h o m b r e , di al F a r a ó n , rey de Egipto, y a
Así dice el Señor, Y a v é : | H a r é des- al seol entre aquellos que bajan a la
hombres quedaron molidos, y n o h u b o su pueblo: | ¿A quién te igualaste en tu
aparecer los falsos dioses de Menfis \ y fosa, se consolaron en la morada subte-
ni para él ni para su ejército paga de grandeza? I 3 Era Asur cedro del Líbano |
no se alzará ya príncipe alguno en la rránea todos los árboles del Edén y los
Tiro por el servicio prestado contra ella. soberbio de su fronda y de sublime al-
tierra de Egipto. | 1 4 Echaré el terror tura, I que mecía su copa entre las nubes. I
mas hermosos y selectos del Líbano, todos
19
Por tanto, así dice el Señor, Yavé: sobre la tierra de Egipto, | devastaré a 4 regados por las a g u a s . 1 7 También bajarán
Las aguas le hicieron crecer, | el abismo
D o y a Nabucodonosor, rey de Babilonia, Patros, pegaré fuego a Tanis, haré jus- ellos al seol con él, hacia los muertos a
le e n c u m b r ó ; | corrían ríos cerca del
la tierra de Egipto; él t o m a r á sus rique- ticia en Tebas; I I 5 derramaré m i ira sobre lugar en que estaba plantado, | y manda-
la espada, los que fueron su brazo y se
zas y cogerá sus despojos. Pillará su bo- Pelusio, el baluarte del Egipto, I y exter- acogieron a su sombra en medio de las
ba sus influencias a todos los árboles del
tín, y ésta será la paga para su ejército. minaré a la muchedumbre de Tebas. | gentes.
20 16 campo. I 5 Por eso se encumbró sobre
En pago del servicio prestado contra Pondré fuego al Egipto, | Pelusio se todos los árboles del c a m p o , | y se mul-
18
¿A quién te asemejas tú p o r gloria
17 tiplicaron sus ramas, | y su fronda se y p o r grandeza entre los árboles del Edén?
Por el año 571 pronuncia el profeta este segundo oráculo contra Egipto. Nabucodonosor había extendió, I p o r la abundancia de aguas. Pues también tú serás llevado con los
puesto su ejército al servicio de Dios para ejecutar su sentencia contra Tiro y Sidón, pero no
halló en esta larga guerra la paga de sus servicios. Esta se la ofrece Dios en la rica tierra del Ñilo. Pa-
rece obrar aquí Dios como los generales antiguos, que concedían a sus soldados el saqueo de una 20
Un cuarto oráculo anuncia el castigo del Faraón y de su reino por mano del rey de Babilonia.
ciudad para recompensarles de las fatigas de una campaña dura. 1
Bajo la imagen de un cedro de Líbano nos pinta la gloria de Asiria, que, sin embargo, des-
OA * Lo que en el oráculo precedente se prometía, se nos presenta ahora inminente, y se nos 31 cendió a la región de los muertos, dejándolos espantados. Pues Egipto, que tanto se engríe,
**v da de ello una descripción desoladora. comparándose con Asiria, tendrá la misma suerte que ella.
EZEQBIEL 31-32 908 909 EZEQUIEL 32-33

árboles del Edén a la morada subterránea. rán; la cantarán las hijas de las gentes, con los incircuncisos, con los que bajaron La salud por la penitencia
Yacerás entre los incircuncisos, con los la cantarán sobre el Egipto y todas sus a la fosa. 30 Allí están todos los principes 10
Di, ¡oh hijo de hombre!, a la casa
traspasados por la espada. Eso será del muchedumbres, dice el Señor, Yavé. del septentrión y todos los sidonios, que
Faraón y de toda su gente, dice el Señor, de Israel: Vosotros decís: «Llevamos so-
con su ignominia descendieron a los muer- bre nosotros nuestros pecados y nuestras
Yavé. O t r a elegía a Egipto tos, a pesar del terror que inspiraba su rebeliones, y por eso nos vamosu consu-
i' El año duodécimo, el quince del mes, valor. Incircuncisos se acostaron con los miendo; ¿cómo vamos a vivir?» Diles:
Elegía de la ruina de Egipto fueme dirigida la palabra de Yavé, di- muertos a la espada, y comparten su
o O ' E l año duodécimo, el duodécimo ciendo: * 18 Hijo de hombre, compon un Por mi vida, dice el Señor, Yavé, que yo
«*«• mes, el día primero del mes, me canto lúgubre a la muchedumbre del Egip- ignominia
31
con los que bajan a la fosa. no me gozo en la muerte del impío, sino
fue dirigida la palabra de Yavé, dicien- to. Precipítale a él y a las hijas de las El Faraón los verá y se consolará en que se retraiga de su camino y viva.
do: * 2 Hijo de hombre, canta una elegía gentes fuertes a lo profundo de la tierra, de sus muchedumbres, de los suyos, muer- Volveos, volveos de vuestros malos ca-
al Faraón, rey de Egipto, y di: Eras como con los que bajan a la fosa. 19 ¿Conque tos a la espada, y de32 todo su ejército, minos: ¿Por qué os empeñáis en morir,
el león de las gentes, eras como el coco- nos sobrepasabas por belleza? Baja, baja dice el Señor, Yavé. Porque yo sem- casa de Israel?
drilo de los mares; con tus narices hacías a la fosa y yace entre los incircuncisos. braré mi terror en la tierra de los vivos y 12
Hijo de hombre, di también a los
hervir las aguas, y las enturbiabas3 con 20 Cae en medio de los muertos a la se acostarán en medio de los incircun- hijos de tu pueblo: La justicia del justo
tus patas y hollabas sus canales: Así espada, que la espada ha sido ya entre- cisos, con los muertos a la espada, el no le salvará el día en que pecare, y la
dice el Señor, Yavé: Yo te tenderé mi gada ; traedlo con toda su pompa. 21 En Faraón y todas sus muchedumbres, dice impiedad del impío no le será estorbo
red con una turba de pueblos que te el seol se dirigirán a él los fuertes entre el Señor, Yavé. el día en que se convierta de su iniquidad,
subirán en mi esparavel, 4 y te echaré en los fuertes, diciéndole a él y a sus auxi- P A R T E
como no vivirá el 13justo por su justicia el
tierra seca, y te dejaré en medio del liares: Han bajado a la fosa y yacen entre T E R C E R A día en que pecare. Diciendo yo al justo:
campo. Haré venir sobre ti todas las los incircuncisos, entre los muertos a la VATICINIOS CONSOLATORIOS SOBRE De cierto vivirás: Si él, fiado en su justicia,
aves del cielo y saciaré de ti a todas las espada. ISRAEL comete maldad, no serán traídas a la
bestias de la tierra. 5 Esparciré tus carnes 22 Allí está Asur con todos sus ejércitos, (33-39)
memoria todas sus justicias, sino que por
por los montes y llenaré de tu carroña cuyos sepulcros están en torno de él. la iniquidad que cometió morirá. 14 Y di-
los valles. 6 Regaré con tu sangre la tierra 23 Están sepultados en lo profundo de la El profeta, atalaya del pueblo ciendo yo al impío: De cierto morirás:
por donde andas, la regaré. Regaré con fosa rodeándole en torno, todos traspa- O O ' Fueme dirigida2 la palabra de Ya- Si él se convirtiere de su pecado e hiciere
ella hasta los montes y de ella se llenarán sados por la espada, los que sembraban «5 <5 vé, diciendo: * Hijo de hombre, juicio y justicia; 15 si devolviere la prenda,
los canales. habla a los hijos de tu pueblo y diles: restituyere lo robado y caminare por los
7
el terror en la tierra de los vivos. Si hiciere yo venir la espada sobre una mandatos de vida, no haciendo iniquidad,
Al apagar tu luz velaré los cielos y 24 Allí Elam, con todas sus mesnadas
obscureceré las estrellas. Cubriré de8 nubes en torno de su sepulcro; todos muertos a tierra y la gente de la tierra toma un ciertamente vivirá, no morirá. 16 No se
el sol, y la luna no resplandecerá; todos la espada cayeron, y bajaron incircuncisos hombre 3de su territorio y lo pone por recordará ninguno de los pecados que
los astros que brillan en los cielos se a lo profundo de la fosa. Los que espar- atalaya, y éste, viendo venir la espada cometió; hizo juicio y justicia y de cierto
vestirán de luto por ti, y se extenderán cieron el terror en la tierra de los vivos sobre la tierra, toca la4 bocina para dar vivirá.
las tinieblas sobre la tierra, dice el Señor, trajeron su ignominia a lo profundo del al pueblo la alarma, si el que oye el 17
Y dirán los hijos de tu pueblo: «No
Yavé. ' Llenaré de horror el corazón de abismo. 25 En medio de los muertos pu- sonido de la bocina no se apercibe y es recta la vía del 18Señor». ¡Las suyas sí
muchos pueblos cuando lleve al cauti- sieron su lecho para él y sus muchedum- llegando la espada le hiere, su sangre que no son rectas! Si el justo se aparta
verio a los tuyos, a tierras que no conocen; bres. Sus sepulcros le rodean, todos in- será sobre su cabeza. 5 Oyó el sonido de su justicia y hace iniquidad, morirá
10
dejaré por ti atónitos a muchos pueblos circuncisos, muertos a la espada. Sembra- de la bocina y no se apercibió; su sangre por ésta, 19 y si el impío se aparta de su
y a sus reyes, que temerán por sí cuando ron el espanto en la tierra de los vivos, será sobre él; si se hubiese apercibido, iniquidad y hace juicio y justicia, por
comience a volar a su vista contra ti mi pero vinieron con su ignominia a unirse habría salvado su vida. 6 Mas si el atala- esto vivirá. 20 Y decís: «Ño es recta la
espada, al tiempo de tu ruina. ya, por lo contrario, viendo llegar la vía del Señor». Yo os juzgaré, ¡oh casa
11
con los que bajan al seol y yacen en medio espada no toca la bocina para que la
Porque así dice el Señor, Yavé: La de los muertos. de Israel!, a cada uno conforme a sus
espada del rey de Babilonia te alcanzará; gente se aperciba, y llegando la espada caminos.
12
26 Allí Mesec y Túbal, con todos sus hiere a alguno de ellos, éste quedará preso
exterminará a tu pueblo con la espada ejércitos, cuyos sepulcros les rodean; to- 21 El año duodécimo de nuestro cauti-
de los fuertes, todos valerosos entre los dos incircuncisos, muertos a la espada, en su propia iniquidad, pero yo deman- verio, el mes décimo, a cinco del mes,
valerosos, que destruirán la soberbia del los que aterrorizaban a la tierra de los daré su sangre al atalaya. vino a mí un escapado de Jerusalén, di-
7
Egipto y todas sus muchedumbres serán vivos. 27 No yacen con los héroes que Mira, pues, ¡oh hijo de hombre!: Yo ciendo : «La ciudad ha sido tomada». *
deshechas. I3 Destruiré todos tus ganados cayeron entre los incircuncisos y bajaron te he puesto por atalaya de la casa de 22 La tarde anterior, antes que llegase el
de junto a las muchas aguas, que no en- a la morada de los muertos con sus armas Israel. Cuando oigas de mi boca la pala- fugitivo, había sido sobre mí la mano de
turbiará ya más pie de hombre ni pezuña de guerra, la espada bajo sus cabezas y bra, apercíbelos de parte mía. 8 Si yo Yavé, que abrió mi boca a la llegada del
de bestia. el escudo sobre sus huesos, con haber digo al impío: ¡Impío, vas a morir!; si tú fugitivo, a la mañana; abrióse mi boca
] y en lo sucesivo ya no estuve mudó.
4 Entonces correrán limpias sus aguas, sido el terror de los valientes en la tierra no hablas al impío para apercibirle de
23
y sus canales se deslizarán como aceite, de los vivos. 28 También tú serás que- su mal camino, el impío morirá por su Y me fue dirigida la palabra de Yavé,
dice el Señor, Yavé. 15 Cuando tornaré brantado entre los incircuncisos y yacerás iniquidad, pero de su sangre te pediré yo diciendo: * 24 Hijo de hombre, los que
en desierto la tierra de Egipto y asolaré con los muertos a la espada. cuenta a ti. 9 Pero si tú apercibiste al en la tierra de Israel moran, en aquellas
cuanto la llena. Cuando heriré a todos 29 Allí está Edom, sus reyes y sus prín- impío de su camino para que se apartase ruinas andan diciendo: «Abraham era él
cuantos la habitan, que sabrán que yo cipes todos, que a pesar de su valor yacen de él y él no se apartó, él morirá por su solo y poseyó la tierra; pues nosotros
soy Yavé. 16 Esta es la elegía que canta- entre los muertos a la espada, y duermen iniquidad, pero tú habrás salvado tu alma. somos muchos, poseeremos la tierra».
1

O O * Una elegía sobre la ruina de Egipto por Nabucodonosor. En ella nos hace el profeta una 33 El profeta es constituido por Dios atalaya del pueblo y pregonero de la salvación por la
penitencia. Cuando todo parece perdido para Judá, pues los vaticinios precedentes del pro-
" ^ espantosa pintura de la ruina de Egipto. Hasta los cielos se obscurecerán para producir mayor feta se han cumplido, Dios le hace repetir que no quiere la muerte del pecador, sino que se convier-
espanto en los pueblos. ta y viva.
17 21 No es creíble que la noticia de la toma de Jerusalén tardara año y medio en llegar a los depor-
Otra nueva elegía, en que se manda a la región de los muertos al Egipto para hacer compañía
a los asirios y eiamitas, escitas e idumeos. Su vista consolará al Faraón de su caída en aquel lugar tados de Caldea; debe de haber aquí una errata. Algunos códices del texto leen «el año undécimo».
(Is 14,10-15) 23 Los que habían quedado en Judá tenían esperanzas de restaurar la nación; el Señor les dice
que no. Esta misión la tiene reservada para los purificados por el fuego del cautiverio.
EZEODIEL 33-34
910
25 Diles, pues: Así habla el Señor, Y a v é : 7
Oíd, pues, pastores de Israel, la pala- 911 EZEQUIEL 34-36
Vosotros banqueteáis por los montes, al- bra de Yavé. s Por mi vida, dice Yavé,
záis los ojos a vuestros ídolos, derramáis que pues mi rebaño ha sido depredado y P a s t o r ú n i c o , el n u e v o D a v i d dades, y sabrás que yo soy Yavé, JO p U e s
la sangre; ¿vais a poseer la tierra? 2 6 Vos- han sido presa mis ovejas de todas las fie- 23
Suscitaré para ellas u n pastor único, te dijiste: «Míos serán ambos pueblos y
otros os apoyáis sobre vuestras espadas, ras del campo p o r falta de pastor, pues que las apacentará. Mi siervo David, él ambas tierras, nosotros las poseeremos,
hacéis abominaciones y cada cual conta- no iban mis pastores en pos de mi rebaño, las apacentará, él será su pastor. * 2 4 Y o , aunque allí esté Yavé».
mina a la mujer de su prójimo, ¿y vais sino que le abandonaron, apacentándose Yavé, seré su Dios, y mi siervo David será JJ Por mi vida, dice el Señor, Yavé,
a poseer la tierra? 2 7 D i l e s así: Esto dice a sí mismos, no a mi grey; 9 oíd, p o r tan- principe en medio de ellas. Y o , Yavé, lo que te trataré conforme a tu ira y al fu-
el Señor, Yavé: Por mi vida, que los to, loh pastores!, la palabra de Y a v é : he dicho. ror con que en tu odio los trataste. 12 Y
que moran entre las ruinas perecerán a la 10 2
5 H a r é con ellas alianza de paz, haré sabrás que yo soy Yavé cuando te juz-
Así habla el Señor, Y a v é : H e m e aquí
espada, y los que están en campo abierto desaparecer de la tierra las fieras, y anda- gue. H e oído todas las injurias que profe-
contra los pastores p a r a requerir de su
los daré en pasto a las fieras, y los que se rán tranquilas p o r el desierto y se repo- riste contra los montes de Israel, diciendo:
m a n o mis ovejas. N o les dejaré ya rebaño «¡Destruidos! N o s los d a n para que los
escondan en las rocas y en las cuevas sarán en la selva. 26 H a r é de ellas y de los
que apacienten, no serán pastores que a sí devoremos». 1 3 Y os insolentasteis de boca
morirán de peste. 2 8 Y desolaré la tierra alrededores de mi collado u n a bendición.
mismos se apacienten. Les arrancaré de la contra mi y multiplicasteis, oyéndolas yo,
hasta destruir su soberbia y su fortaleza, M a n d a r é a su tiempo las lluvias, lluvias
boca mis ovejas, n o serán ya m á s pasto vuestras palabras contra mí.
y los montes de Israel serán asolados,
suyo. 11 Porque así dice el Señor, Y a v é : de bendición. 2 7 D a r á n sus frutos los ár- 14
sin que haya quien p o r ellos pase; 29 y boles del campo y la tierra los suyos. Ha- Así dice el Señor, Y a v é : «Alegrándo-
Y o mismo iré a buscar a mis ovejas y las
sabrán que yo soy Yavé cuando con- bitarán en su tierra en seguridad y sabrán se la tierra toda, a ti te tornaré en desier-
reuniré. *
vierta la tierra en un desierto por todas que yo soy Yavé cuando rompa las co- to. J5 C o m o te gozaste en la desolación
las abominaciones que h a n cometido. yundas de su yugo y las arranque de las de la heredad de la casa de Israel, asi-
30
El pastor fiel m a n o s de los que las esclavizaron. mismo haré yo contigo; os tornaréis en
Y tú, hijo de hombre, mira que los 12 desierto, ¡oh montes de Seir!, y con vos-
C o m o recuenta el pastor a sus ove- 28
hijos de tu pueblo se burlan de ti junto N o serán ya más presa de las gentes, otros Idumea toda entera, y se sabrá que
a las paredes y a las puertas de sus casas, jas el día en que la tormenta dispersa a la no las devorarán las fieras del campo, yo soy Yavé».
y hablan los unos con los otros, cada u n o grey, así recontaré yo mis ovejas, y las sino que habitarán en seguridad sin que
a su prójimo, diciendo: «¡Ea, vamos a pondré en salvo en todos los lugares en nadie las e s p a n t e . 2 9 Les suscitaré una pro-
le de renombre; n o los consumirá ya más L a vuelta d e Israel a su tierra p o r
oír qué palabra sale de Yavé!» 3 1 Y vie- que fueran dispersadas el día del nublado
y de la tiniebla; 1 3 y las retraeré de en m e - el hambre ni serán más el escarnio de las p u r a misericordia de Dios
nen a ti como a las asambleas, y se sientan
delante de ti los de mi pueblo p a r a es- dio de las gentes, y las reuniré de todas gentes. 3 0 Conocerán entonces que yo, QC ' Y ahora, hijo de hombre, profe-
las tierras, y las llevaré a su tierra y las Yavé, soy su Dios, y que ellos, la casa de « * " tiza a los montes de Israel y di:
cuchar tus palabras, pero luego n o las
Israel, son mi pueblo, dice el Señor, Ya- Oíd, montes de Israel, la palabra de Ya-
ponen por o b r a ; y mientras me halagan apacentaré sobre los montes de Israel, en
vé. * 3 l R e b a ñ o mío, vosotros sois las ove- vé: * 2 Así habla el Señor, Y a v é : Pues
con su boca, se va su corazón tras su los valles y en todas las regiones del país.
jas de mi grey y yo soy vuestro Dios, dice que el enemigo dijo de vosotros: ¡Ea! Son
avaricia. 3 2 Eres para ellos cantor gracio- 14
Las apacentaré en pastos pingües y
el Señor, Yavé. ruinas perpetuas, se nos dan en posesión
so, de hermosa voz y maestro en el c a n t o ; tendrán su ovil en las altas cimas de Is- a nosotros. 3 Habla y di: Así habla el Se-
oyen tus palabras, pero de ponerlas por rael. Allí tendrán c ó m o d a majada y pin- Oráculo contra E d o m ñor, Y a v é : Por eso, p o r q u e os asolaron y
obra, nada. 33 Mas cuando ello viniere, y gües pastos en los montes de Israel. O C • Fueme dirigida la palabra de Ya- tragaron de todas partes, dándoos p o r
viene ya, sabrán que h u b o entre ellos un 15 Y o mismo apacentaré a mis ovejas y
profeta. «* •* vé, diciendo: * 2 Hijo de hombre, heredad a las gentes y haciéndoos objeto
yo mismo las llevaré a la majada, dice el vuelve tu rostro hacia el m o n t e Seir y pro- de habladurías y de escarnios, 4 por eso,
Señor, Yavé. 16 Buscaré la oveja perdida, fetiza contra él. 3 Dile: Así habla el Se- ¡oh montes de Israel!, oíd la palabra de
Los malos pastores traeré la extraviada, vendaré la pernique- ñor, Y a v é : H e m e aquí contra ti, ¡oh mon- Y a v é : Así dice el Señor, Yavé, a los mon-
brada y curaré la enferma; y guardaré las te Seir! También sobre ti tenderé mi ma- tes y a los collados, a los lechos de los
*IA • Fueme dirigida la palabra de Ya- gordas y robustas, apacentaré con justi- no, 4 y te tornaré en desierto, reduciendo torrentes y a los valles, a las ruinas deso-
2
* » " vé, diciendo:* H i j o de hombre, cia. 1 7 Y tú, rebaño mío, así dice el Señor, a ruinas tus ciudades. Serás asolado y sa- ladas y a las ciudades desiertas, que fue-
profetiza contra los pastores de Israel. Yavé: Y o mismo juzgaré entre oveja y brás que yo soy Y a v é . 5 Porque en tu secu- ron la presa y el sarcasmo de los que de
Profetiza diciéndoles: Así habla el Señor, oveja y entre carneros y machos cabríos. lar enemiga contra Israel pasaste a sus hi- los pueblos circunvecinos quedaban.
Yavé: ¡Ay de los pastores de Israel que se 1 8 ¿No os bastaba a vosotros apacentaros jos a la espada el día fatal de la desventu- 5 P o r eso, así habla el Señor, Yavé:
apacientan a sí mismos! ¿Los pastores n o en lo mejor de los pastos, que pisotea- ra, cuando llegó a su término la iniquidad. Sí, en mi celo y en mi furor hablé contra
son para apacentar el rebaño? 3 Pero vos- bais además con vuestras pezuñas el res- 6 Por mi vida, dice el Señor, Yavé, por ha- los escapados de los pueblos, y contra la
otros comíais su grosura, os vestíais de to del pasto? Beber el agua clara y n o en- ber perseguido a sangre, la sangre te per- Idumea toda entera, que se apropiaron
su lana, matabais los cebados, no apacen- turbiar con vuestras pisadas la que queda. seguirá, 7 y h a r á del m o n t e Seir desierto mi tierra, con corazón alegre y el despre-
tabais a las ovejas. 4 N o confortasteis a las 1 9 ¡Mis ovejas van a tener que comer lo que y soledad, sin que haya quien por él vaya cio en el alma, para despoblarla y depre-
flacas, n o curasteis a las enfermas, no ven- vosotros hollasteis con los pies y beber ni venga; 8 y henchiré de muertos tus co- darla. 6 Por eso, profetiza a la tierra de
dasteis a las heridas, no redujisteis a las lo que con ellos enturbiasteis! linas; en tus montes y en tus valles, en el Israel, y di a los montes y a los collados,
descarriadas, no buscasteis a las perdidas, 20
Por eso, así dice el Señor, Y a v é : Y o lecho de todos tus torrentes, yacerán los a los lechos de los torrentes y a los valles:
sino que las dominabais con violencia y juzgaré entre la oveja gorda y la oveja muertos a la espada. » Te reduciré a eter- Así habla el Señor, Yavé: H e m e aquí, en
con dureza. 5 Y así a n d a n perdidas mis flaca. 2 I Y como empujáis con el flanco y na soledad; no serán ya habitadas tus ciu- mi celo y en mi furor lo digo: Y a que ha-
ovejas p o r falta de pastor, siendo presa las espaldas y acorneáis con los cuernos a
de todas las fieras del campo. 6 A n d a n las débiles, hasta que las echáis y las ha- 23
El Mesías y su grande obra salvadora viene siempre después de la catástrofe. Yavé se ser-
errantes p o r montes y collados, derrama- céis descarriar, 2 2 yo protegeré a mis ove- virá, para realizar su obra de misericordia, de David, esto es, del Hijo de David.
das por toda la haz de la tierra, sin que jas p a r a que no se descarríen, y juzgaré 30 Esta frase: «Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo», resume las relaciones de Yavé con Is-
haya quien las busque y las congregue. entre oveja y oveja. rael en los tiempos mesiánicos. San Juan ve la plena realización de esta sentencia en la Jerusalén
del cielo (Ap 21,3; Lev 26,11; Jer 7,23).
O C J Un nuevo oráculo contra Edom, pero más explícito que los otros sobre las causas de U
34 ' E s t e capitulo, escrito después de la ruina definitiva de Judá, está dedicado a levantar el ***' amenaza, que son el trato dado a los fugitivos de Judá, su alegría por la ruina de ésta y la
" ^ 1 ánimo de los cautivos con la esperanza de la restauración, enlazada con la promesa mesiánica. ocupación de la tierra, que habla quedado desolada (Sal 137,7; Lam 21-22)
' Los pastores anteriores, infieles a su misión, hablan conducido su rebaño a la ruina en que O i . 11 El comienzo del capitulo contrapone a la desolación que Yavé traerá sobre Edom la res*
«1 presente se halla, pero Yavé tomará ahora a su cuenta este oficio para rehacer el rebaño.
tauración de Judá.
EZEOÜIEL 36-87 912
913 EZEQDIEL 87-38
beis soportado el escarnio de las gentes, I las gentes y os reuniré de todas25las tierras
7
«sí habla el Señor, Yavé: Alzo mi mano | y os conduciré a vuestra tierra; y os as- 2 I7
y juro que las gentes que os rodean so- pergeré con aguas puras y os purificaré de de huesos. * Hízome pasar por cerca de le está unida». Júntalos luego el uno
portarán vuestro escarnio, 8 y vosotros, todas vuestras impurezas, de todas vues- ellos todo en derredor, y vi que eran so- con el otro, para que sean uno 18
solo, y
montes de Israel, germinaréis, daréis ra- tras idolatrías. bremanera numerosos sobre3 la haz del uno solo hagan en tu mano. Y cuan-
mas y frutos a mi pueblo Israel; que va a 26 Os daré un corazón nuevo y pondrá campo y enteramente secos. Y me dijo: do te pregunten los hijos de Israel: ¿No
volver. 9 Porque heme aquí, a vosotros, a en vosotros un espíritu nuevo; os arran- Hijo de hombre, ¿revivirán estos huesos? nos enseñarás qué es eso? 1'Diles: Así
vosotros me vuelvo. Todavía seréis labra- caré ese corazón de piedra y os daré un 4
Y yo respondí: Señor, Yavé, tú lo sabes. habla el Señor, Yavé: Mirad, yo tomaré
dos y sembrados, 10 multiplicaré en vos- corazón de carne. * 27 Pondré dentro de Y El me dijo: Hijo de hombre, profeti- el báculo de José, que está en manos de
otros a los hombres, la casa de Israel toda vosotros mi espíritu, y os haré ir por mis za a estos huesos y diles: Huesos secos, Efraím y de las tribus de Israel que le
entera, y serán repobladas las ciudades y mandamientos y observar mis preceptos oíd la palabra de Yavé. 5 Así dice el Señor, están unidas, y lo pondré sobre el báculo
reconstruidas las ruinas. y ponerlos por obra. 28 Entonces habita- Yavé, a estos huesos: Yo voy a hacer en- de Judá, haciendo un solo 20
báculo, y será
11
Multiplicaré en vosotros a los hom- réis la tierra que yo di a vuestros padres, trar en vosotros el espíritu y viviréis; 6 y uno solo en mi mano. Que estén a sus
bres y se multiplicarán los ganados, y es- y seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios. pondré sobre vosotros nervios, y os cu- ojos los palos en que escribas y diles:
taréis poblados como antiguamente, y 29 Os libraré de todas vuestras impurezas, briré de carne, y extenderé sobre vosotros 21 Así dice el Señor, Yavé: Mirad, yo to-
más todavía que al principio, y sabréis | y llamaré al trigo, y lo multiplicaré, y no piel, y os infundiré espíritu, y viviréis y maré a los hijos de Israel de entre las gen-
que yo soy Yavé. 12 Haré volver a vos- tendréis hambre. 3<> Multiplicaré los frutos sabréis que yo soy Yavé. tes a que han ido, juntándolos 22de todas
otros a los hombres, mi pueblo, Israel de los árboles y el de los campos, para que
7
Entonces profeticé yo como se me partes, y los traeré a su tierra. Y haré
que os poseerán y les seréis en heredad y nunca más os "escarnezcan las gentes por- mandaba; y a mi profetizar se oyó un rui- de ellos en la tierra, en los montes de Is-
no volveréis a devorarlos. 13 Así dice Ya- que padezcáis hambre. do, y hubo un agitarse y un acercarse rael, un solo pueblo, y todos tendrán un
vé: Pues que andan diciendo de ti: «Eres 31
Vosotros, por vuestra parte, os acor- huesos a huesos. 8 Miré y vi que vinieron solo rey; nunca más serán dos naciones,
una tierra que devora a los hombres y daréis de vuestros malos caminos, de nervios sobre ellos, y creció la carne y los nunca más estarán divididos en dos rei-
14
mata a sus hijos», no devorarás ya más vuestras obras, que no fueron buenas, y cubrió la piel, pero no había en ellos espí- nos ; 23 nunca más se contaminarán con
a los hombres, no matarás más a tus hijos, sentiréis vergüenza de vosotros mismos ritu. ' Díjome entonces: Profetiza al es- sus ídolos; los libraré de todas las rebe-
dice el Señor, Yavé; 1 5 y nunca más te ha- por vuestras iniquidades y vuestras abo- píritu, profetiza, hijo de hombre, y di al liones con que pecaron, y los purificaré,
espíritu: Así habla el Señor, Yavé: Ven, 24 y serán mi pueblo, y yo seré su Dios.
ré oir los insultos de las gentes, ni tendrás minaciones. 32 No lo hago por vosotros, Mi siervo David será su rey, y tendrán
que soportar los escarnios de los pueblos, dice el Señor, Yavé; sabedlo, confundios ¡oh espíritu!, ven de los cuatro vientos,
y no quedarán los tuyos privados de hi- y avergonzaos de vuestras obras, ¡oh ca- y sopla10 sobre estos huesos muertos, y vi- todos un solo pastor, y caminarán por
virán. Profeticé yo como se me manda- las sendas de mis mandamientos y guar-
jos, dice el Señor ,Yavé. sa de Israel!
i* Fueme dirigida la palabra de Yavé, ba, y entró en ellos el espíritu, y revivie- darán 25mis preceptos, poniéndolos por
diciendo: I 7 Hijo de hombre, cuando mo- Prosperidad del nuevo reino ron y se pusieron en pie, un ejército grande obra. Y habitarán la tierra que yo di
en extremo. a mi siervo Jacob, en que habitaron vues-
ró en su tierra la casa de Israel, la conta- 33
minaron con sus malas obras y sus peca- Así habla el Señor, Yavé: El día en 11
Díjome entonces: Hijo de hombre, tros padres. Ellos la habitarán y los hijos
dos. Su obrar ante mí fue como inmundi- que os habré purificado de todas vues- esos huesos son la entera casa de Israel. de sus hijos por los siglos, y por los siglos
cia de menstruada. 18 Por eso descargué tras iniquidades, repoblaré 34
las ciudades y Andan diciendo: «Se han secado nues- será su príncipe David, mi siervo. 26 Es-
yo mi ira sobre ellos, por la sangre que reconstruiré las ruinas. * La tierra deso- tros huesos, ha fallado nuestra esperanza, tableceré con ellos un pacto de paz que
será pacto eterno; los asentaré, los acre-
derramaban en la tierra y por los ídolos lada en que el caminante no ve más que estamos perdidos».
u c i i o u i a u o i i olí La l i o n a V L/Ul 1U9 luifiua . , . ,- , ,
con que la contaminaron. « Y los he dis- desplacen volverá a ser labrada, 3 *y se
, , , ,e ' 12 Por eso profetiza y diles: Así habla centaré y pondré mi santuario27
en medio
persado entre las gentes y han sido espar- ?™: A.que la tierra inculta se ha conver- el Señor, Yavé: Yo abriré vuestros sepul- de ellos por los siglos. Pondré en me-
gidos por todas las tierras, juzgándolos tido en jardín del Edén; las ciudades arrm- cros y os sacaré de vuestras sepulturas, dio de ellos mi morada, y yo seré su Dios
conforme
™„fo™, a<, sus.„< caminos
™ m ;„™ y„ a=, c„t
sus „obras
N ™ . . I nadas, asoladas y36desiertas están fortifi- pueblo mío, y os llevaré a la tierra de Is- y ellos serán mi pueblo. 28 Y sabrán las
<> y llegados a las gentes a donde fueron, eadas y pobladas, y los pueblos que en
2 rael ; 13 y sabréis que yo soy Yavé cuando gentes que yo, Yavé, santifico a Israel
éstas profanaron mi santo nombre, di- torno vuestro han sido dejados sabrán abra vuestros sepulcros y os saque de cuando esté mi santuario en medio de
ciendo de ellos: «¡Estos son el pueblo de que yo, Yavé, he reedificado vuestras de- vuestras sepulturas, pueblo mío, 1 4 y pon- ellos por los siglos.
Yavé; han sido echados de su tierra!» rribadas ruinas y he repoblado de árbo- ga en vosotros mi espíritu, y viváis, y os
2i Pero he tenido lástima de ellos, al ver les la tierra devastada. Yo, Yavé, lo he dé reposo en vuestra tierra; y sabréis que Gog
mi santo nombre profanado, por causa de dicho, y lo haré. yo, Yavé, lo dije y lo hice, dice Yavé. 1
Fueme dirigida2 la palabra de Ya-
la casa de Israel, entre las gentes a las que
37
Así dice el Señor, Yavé: Aún a esto
más me dejaré inducir por la casa de Is-
38
vé, diciendo: * Hijo de hombre,
U n solo reino bajo el cetro único del vuelve tu rostro a Gog y a la tierra de
han sido llevados.
22 rael: Multiplicaré los nombres
Di, pues, a la casa de Israel: Así ha- , multiplican como se nuevo David Magog, príncipe soberano de Ros, de
bla el Señor, Yavé: No lo hago por vos- | jas consagradas, los rebaños; 38 a modo de ove- 15
Fueme dirigida la palabra de Yavé, 3Mesec y de Túbal y profetiza contra él,
otros, casa de Israel, sino más bien por en sus solemnidades, de ovejas de Jerusalén, diciendo:* l 6 Hijo de hombre, toma un y di: Así habla el Señor, Yavé; Heme
el honor de mi nombre, profanado por des así serán las ciuda- palo y escribe en él: «Judá y los hijos de aquí contra ti, príncipe soberano de Ros,
causa vuestra entre las gentes a que ha- arruinadas, llenas de rebaños huma- 4
Israel que le están unidos». Toma luego de Mesec y de Túbal; yo te atraeré y
béis ido. 23 Yo santificaré mi nombre nos, y sabrán que yo soy Yavé. otro y escribe en él: «José, el báculo de pondré freno a tus mandíbulas; y te sa-
grande, profanado entre las gentes a cau- Efraím y de toda la casa de Israel que caré a ti y a todos tus ejércitos, caballos
sa de vosotros en medio de ellas, y sabrán Los huesos secos
l
las gentes que yo soy Yavé, dice el Señor, i Fue sobre mí la mano de Yavé, oy Daniel (12,1 s.) y los mártires del 2 Mac (7.9.H. 14) muestran una esperanza cierta en la
Yavé, cuando yo me santificare en vos- 37
y llevóme Yavé fuera y me puso ^ ' resurrección de los muertos, como la tenían ios fariseos (Mt 22,23-24); pero ésa vendrá al
fin de los tiempos. Aquí nuestro profesa anuncia la resurrección como medio de llevar a cabo la
otros a sus ojos. 24 Yo os tomaré de entre I en medio de un campo que estaba lleno restauración de Israel en su tierra y gozar de la edad mesiánica. No puede, pues, tratarse de la re-
surrección de los cuerpos, sino como de un símbolo o imagen de la resurrección del pueblo, que
26 Dios multiplicará como los rebaños o como el trigo sembrado en campo fértil.
En estos versos se promete la gracia del Espíritu Santo, que, al decir de San Pablo, derrama 15
Dios en nuestros corazones, infundiéndonos la caridad, y con ella el espíritu de adopción, en virtud La escisión del reino de David fue una gran calamidad para el pueblo de Dios; la restau-
del cual llamamos a Dios nuestro Padre y nos sentimos sus hijos (Rom 8,15-17). ración aquí prometida traerá la reunión de Israel y Judá bajo el cetro del descendiente de David,
33 Ega promesa de la multiplicación es el tema de la magnífica visión siguiente. el Mesías.
3 8v 7 1- k ° s ^-os c a P í t u l ° s Q u e siguen tienen un carácter escatológico. Israel mora tranquilo en su
*' tierra, sin temor de enemigos. De las regiones del aquilón llega una invasión feroz de pueblos
EZEQUIEL 38-39 914 915 EZEQUIEL 39-40

y jinetes, de todo en t o d o equipados. pueblo, Israel, como nublado que va a cu- campo, porque lo digo yo, dice el Señor, réis a mi mesa de caballos y jinetes, de hé-
Muy gran muchedumbre con rodelas y brir la tierra. Al cabo de los días yo te Yavé. roes y guerreros de toda suerte, dice el
escudos, todos con espada. 5 Persia, Etio- haré marchar contra mi tierra, p a r a que 6
Y encenderé en M a g o g un fuego y en Señor, Y a v é . 2 i H a r é ante las gentes mues-
pía y P u t con ellos, todos con escudo y m e conozcan los pueblos, cuando a sus las islas que habitan confiadamente, y sa- tra de mi gloria, y todas verán las justi-
yelmo. * G o m e r y todas sus mesnadas, ojos, en ti, ion Gog!, seré santificado. b r á n que yo soy Yavé. 1 H a r é notorio mi cias que yo hago y los castigos con que
la casa de T o g o r m a ; los extremos con- santo n o m b r e en medio de m i pueblo Is- hiere mi m a n o .
fines septentrionales y todas sus hordas, L a destrucción del invasor rael; n o dejaré m á s que sea profanado mi
22
La casa de Israel sabrá para en ade-
pueblos innumerables, contigo. santo nombre, y sabrán las gentes que yo lante que yo soy Yavé, su Dios. 2 3 Y las
17
Así habla el Señor, Yavé: ¿No eres soy Yavé, el Santo en Israel. 8 Y llegarán gentes conocerán que por sus iniquidades
L a invasión tú aquel de quien hablé yo en tiempos pa- estas cosas, vendrán, dice el Señor, Ya- fue llevada la casa de Israel al cautiverio,
' P r e p á r a t e , apréstate tú y toda la in- sados, p o r medio de mis siervos, los p r o - vé : Es el día de que he hablado y o . 9 Y sal- porque se había rebelado contra mí y yo
numerable muchedumbre reunida en tor- fetas de Israel, que desde años profetiza- drán fuera los habitantes de las ciudades escondí de ella mi rostro, y la entregué
n o t u y o ; sé su jefe. 8 D e aquí a muchos r o n entonces que yo te traería contra de Israel, y darán al fuego y quemarán en m a n o s de sus enemigos para que todos
días te será dada la orden. Al cabo de ellos? J 8 En aquel día, cuando marchará armas, escudos y paveses, arcos y flechas, juntos cayesen a la e s p a d a , 2 4 tratándolos,
años vendrás a la tierra salvada de la es- G o g contra la tierra de Israel, dice el Se- mazas y lanzas, y h a r á n lumbre con ellas según sus inmundicias y sus transgresio-
pada, recogida de entre muchos pueblos, ñor, Yavé, subirá la ira a mis narices; p o r siete años. 10 N o tendrán que traer nes y escondiendo de ellos m i rostro.
19
a los montes de Israel, que habían sido y en m i celo, en el incendio de mi furor, leña del campo ni cortarla en los montes:
reducidos a eternas ruinas. H a sido saca- juro que habrá aquel día gran temblor en h a r á n el fuego con las armas y expoliarán P o r v e n i r pacífico y glorioso d e Israel
da de entre las gentes y habita confiada- la tierra de Israel. 2 0 Y temblarán ante mí a sus expoliadores y depredarán a sus de- 25
mente. 9 Tú la invadirás, llegando allí co- los peces del m a r y las aves del cielo, los P o r tanto, dice el Señor, Y a v é : A h o -
predadores, dice el Señor, Yavé.
m o un torbellino; c o m o tormenta que en- animales del campo y todos los reptiles 11 r a voy a hacer volver la cautividad de Ja-
Aquel día daré yo a G o g u n lugar de cob, y tendré misericordia de toda la casa
volverá la tierra serás tú, con todos tus que se arrastran por la tierra, y los h o m -
sepultura en Israel: el valle de los Aba- de Israel, velando por m i santo nombre.
ejércitos y los innumerables pueblos que bres que hay en la tierra. Y los montes se
rim, a oriente del m a r ; allí será sepultado 26
Y ellos olvidarán los oprobios sufridos
están contigo. desmoronarán y caerán las rocas, y todos
G o g con todas sus muchedumbres, y se y sus rebeldías contra mí cuando habiten
10 los muros se vendrán al suelo.
Así dice el Señor, Yavé: En aque- 2 llamará el valle de A m o n - G o g . 1 2 Le da- seguros en su suelo sin que nadie los per-
llos días se alzarán en tu corazón los pen- * Y llamaré contra él la espada p o r t o - rá sepultura la casa de Israel p a r a puri-
samientos y concebirás malvados desig- dos sus montes, dice el Señor, Y a v é ; y la t u r b e ; 27 cuando los saque de entre las
ficar la tierra, y estará sepultándolos du- gentes y los reúna de las tierras en sus ene-
nios: n T e dirás: «Voy a subir contra u n a espada de cada u n o será contra su her- rante siete meses. 1 3 Los sepultará todo
tierra indefensa, iré contra gentes tran- m a n o . * 22 Y haré justicia en él con peste migos, y me sanl ¡fique a los ojos de las
el pueblo de la tierra, y quedará famoso gentes; 2» sabrán que yo soy Yavé, su
quilas que habitan confiadamente, todas y con sangre, y lloveré contra él y contra para ellos el día en que yo seré glorifica-
los numerosos pueblos que le acompañan Dios, lo mismo cuando los llevé al cau-
sin murallas, sin puertas ni cerrojos». * d o , dice el Señor, Yavé. 1 4 Designarán tiverio entre las gentes que c u a n d o los
12
A robar, a saquear, a poner tus manos lluvia torrencial, piedras de granizo, fue- hombres que vayan p o r la tierra conti-
sobre ruinas repobladas, sobre u n pue- go y azufre; 2 3 y m e magnificaré y haré nuamente reconociéndola, para dar se-
reuní en su tierra. No dejaré allí ni u n o
blo reunido de entre las gentes, que tiene muestra de m i santidad, y m e daré a co- s o l o , 2 ' ni les esconderé mi rostro, porque
pultura a los invasores, enterrando a los habré derramado mi espíritu sobre la casa
ganados y propiedades y habita en el nocer a pueblos numerosos, que sabrán que queden sobre la h a z de la tierra; la
ombligo de la tierra. 13 Seba y D e d á n y que yo soy Yavé. de Israel, dice el Señor, Yavé.
recorrerán buscando p o r espacio de siete
sus mercaderes, Tarsis y todos sus comer- meses; 15 y cuando al recorrerla vean osa-
ciantes, te dirán: «¿Vienes en busca de 1
Tú, pues, hijo d e hombre, profe- mentas h u m a n a s , tendrán alzada junto a
botín? ¿Has reunido toda esa muchedum- 39 tiza contra G o g y di: Asi habla el ellas u n a señal hasta que los enterrado-
C U A R T A P A R T E
bre para saquear, en busca de plata y de Señor, Y a v é : H e m e aquí contra ti, ¡oh res las sepulten en el valle de A m o n - G o g . C U A D R O D E LA. RESTAURACIÓN MESIÁNICA
oro, p a r a coger ganados y riquezas, para 16
Gog!, príncipe soberano de Mesec y de Así purificarán la tierra. {40-48)
hacer gran botín?» Túbal, 2 y o te atraeré, yo te guiaré y te 17
Y tú, hijo de h o m b r e , así habla el
1 4 Por tanto, profetiza, hijo de hombre, haré subir de los extremos confines del Señor, Y a v é : D i a las aves de toda espe- El nuevo templo
y di a G o g : Así dice el Señor, Y a v é : E n septentrión y te llevaré a los montes de cie y a todas las bestias del c a m p o : R e -
aquel tiempo, cuando m i pueblo Israel Israel; 3 y romperé en tu m a n o izquierda unios y venid. Juntaos de todas partes Áf\ 1 El a ñ o veinticinco de nuestro cau-
habite confiadamente, ¿no lo sabrás tú? el arco y haré caer de t u diestra las saetas. p a r a comer las víctimas que yo inmolo pa- " " tiverio, al comienzo del año, el diez
1 5 Y vendrás desde tus moradas, desde las 4
Caerás en los montes de Israel con todos r a vosotras, sacrificio inmenso, sobre los del mes, el a ñ o catorce de la toma de la
extremas regiones del septentrión, tú y los ejércitos y todos los pueblos que con- montes de Israel. Comeréis las carnes y ciudad, aquel día mismo fue sobre mí la
contigo numerosos pueblos, todos a ca- tigo estén. Te destino para pasto de aves beberéis la sangre; 1 S comeréis carne de m a n o de Yavé, que me condujo * 2 en vi-
ballo, una inmensa muchedumbre, u n ejér- rapaces de t o d o plumaje y de las fieras del héroes, beberéis sangre de príncipes de la sión divina a la tierra de Israel, y me puso
cito poderoso, 1 6 que avanzará contra mi | campo. 5 Serás abatido sobre la haz del tierra. Carneros, corderos, machos cabríos sobre un m o n t e altísimo, sobre el cual ha-
y toros, gordos como los de B a s a n . 1 9 Co- bía, al mediodía, como una edificación de
desconocidos, los cuales, atraídos por la facilidad de la presa que les ofrece Israel, recién restaurado, meréis gordura hasta saciaros; beberéis ciudad. 3 Llevóme allá y u n varón de as-
pretenden acabar con él. Pero el Señor interviene en defensa de su pueblo y siembra la discordia pecto como de bronce bruñido, que tenía
entre los invasores, que unos a otros se destrozan. sangre hasta embriagaros, de las víctimas
1
1 En Zacarías (2,4) se dice que en la época de la restauración Jerusalén será habitada sin mu- que p a r a vosotros inmolaré. 2 0 O s satura- en su m a n o u n a cuerda de lino y una caña
rallas a causa de la multitud de su población y que el Señor será para ella como muro de fuego.
Esta idea es la que quiere desarrollar Ezequiel en estos dos capítulos. A fines del siglo VII los es- 1
Los nueve últimos capítulos de Ezequiel (40-48) forman una perfecta unidad. En ellos
citas y los cimerios se arrojaron sobre el Asia, recorrieron saqueando la Siria y llegaron a la Filis-
tea, viniendo a morir, como mueren las olas del mar en la arena, sobre la frontera de Egipto. Sobre
40 se traza la restauración en forma un tanto geométrica, reflejada en los grabados con que
ilustramos la descripción. Empieza por describirnos el templo con los detalles de un arquitecto,
estos hechos contemporáneos de Ezequiel se apoya el profeta para damos este oráculo. Estos ven- aunque sin planos. La gloria del Señor vuelve a él; es decir, Yavé vuelve a tomar posesión de su
drían atraídos por el ansia de un rico y fácil botín, pero Dios interviene a favor de su pueblo, y los morada y a reanudar las relaciones de amistad con su pueblo. Los sacerdotes y levitas reorganizan
enemigos unos a otros se destruyen. el culto, que se celebra conforme a todas las exigencias del ceremonial. Luego se divide la tierra
21 Estos últimos versículos expresan bien la intención de Yavé al traer estas hordas de enemi- entre las tribus, el príncipe, los levitas y sacerdotes. Estos últimos reciben su heredad en torno del
gos contra su pueblo. Quiere mostrar a Israel que El es su escudo protector y enseñar a las na- santuario, como para guardar mejor su santidad. Las tribus son instaladas todas en la tierra de
ciones que, si por las iniquidades castigó a Israel, ahora, por su gran misericordia, le restaura y la Yavé (Jos 22,9-29), esto es, del lado acá del Jordán. El nombre de la ciudad será: «Yavé mora allí».
reinstala en su tierra. Por si solo dice bastante este nombre sobre la nueva situación de Israel.
EZEQUIEL 40ÍPT 916 917 EZEQUIEL 40-41
de medir, estaba en pie a la puerta. 4 Dí-- dida también a una y otra parte las pi- chura de ellas mismas, el solado inferior, al atrio exterior y había en ellos palmas
jome aquel varón: Hijo de hombre, mirai lastras, l ' Midió el espacio entre la fachada de la y 38
las gradas de subida eran ocho.
con tus ojos y atiende con tus oídos y poni ti Midió la anchura del vano de la puer- puerta por debajo, hasta la delantera de Había también allí una cámara que
tu atención a lo que yo te vaya mostran-- ta, de diez codos, y la longitud del portal, la puerta interior por arriba, cien codos se abría hacia los postes de las puertas;
do, pues para que te lo haga ver has sido) arriba, de trece codos. 12 Había delante hacia oriente y norte. 20 Midió el largo y era donde habían de lavarse los holo-
traído, y para que se lo cuentes todo a lai de las cámaras un espacio, de un lado y el ancho de la 21puerta que da al norte, al caustos. 39 En el vestíbulo de la puerta
casa de Israel. 5 Mira, pues, ahí la mura-- del otro, de un codo, y cada cámara tenía atrio exterior; sus1 cámaras, tres a un había a cada lado dos mesas, en las que
lla exterior que rodea la casa por todass seis codos de un lado y seis del otro. lado, tres al otro; las pilastras y el vestí- se había de degollar el sacrificio por el
partes. 13 Midió la puerta desde el techo de una bulo eran de las mismas dimensiones que pecado y el sacrificio por el delito. 40 En
las de la puerta primera, cincuenta codos el lado exterior, al norte de quien subía
de largo y veinticinco codos de ancho. por la entrada de la puerta, había otras
22
Sus ventanas, su vestíbulo, sus palmas, dos mesas, y otras dos al otro 4 lado,
tenían las mismas dimensiones que las de cerca del vestíbulo de la puerta. l Ha-
la puerta que da al oriente. Se subía a bía, pues, a cada lado de la puerta cua-
ella por siete gradas y delante de ella es- tro mesas de una parte y cuatro de otra,
taba el atrio. 23 Frente por frente de éste ocho mesas, en las que se hacia la inmo-
había en el atrio interior una puerta que lación. 42 Había, además, otras cuatro me-
estaba también frente por frente de la sas para los holocaustos, de piedra ta-
puerta oriental. Midió la distancia entre llada, codo y medio de largas, codo y
puerta y puerta: cien codos. medio de anchas y un codo de altas,
24
Llevóme después al lado del medio- sobre las cuales se ponían los instrumen-
día, donde estaba la puerta que da al tos con que se inmolaban los holocaus-
mediodía; y medidas las pilastras y el tos y los otros sacrificios. 43 Tenían las
vestíbulo, tuvieron 25las mismas dimensio- mesas en derredor un reborde alto de
nes que las otras. Había en torno de un codo, y sobre ellas se ponía la carne
ella y del vestíbulo ventanas iguales a de las víctimas.
44
las otras, cincuenta codos de largo y Fuera de la puerta interior, en el
veinticinco codos de ancho. 26 Las gra- atrio interior, había dos cámaras: una
das de subida a la puerta eran siete, y al lado de la puerta norte, y que se abría
delante de ellas estaba el vestíbulo. Ha- hacia el mediodía; otra al lado de la
bía a cada lado palmas en los postes. puerta del mediodía, que se abría hacia
27
Había también puerta hacia el medio- el norte. 45 Y me dijo: Esta cámara que
día en el atrio interior, y entre puerta se abre hacia el mediodía es para los
y puerta midió cien codos. 2S Llevóme sacerdotes que hacen la guardia del tem-
por la puerta del mediodía al atrio inte- plo, 46 y la que mira al norte es la de
rior, y midió la puerta y el vestíbulo, los sacerdotes que hacen la guardia del
de las mismas dimensiones; 2!> sus cáma- altar. Son los hijos de Sadoc que entre
ras, sus pilastras y el vestíbulo, de las los hijos 47de Leví se acercan a Yavé para
mismas dimensiones. La puerta y su ves- servirle. Midió el atrio, cien codos de
tíbulo tenían ventanas en derredor y cin- ancho y cien codos de largo, cuadrado,
cuenta codos de largo y veinticinco de y en 48él, delante de la casa, estaba el
ancho. (30) * 31 El vestíbulo daba al atrio altar. Llevóme al vestíbulo de la casa;
exterior, en sus postes habia palmas y midió cada uno de los postes, cinco co-
Planta del templo de Ezequiel las gradas de subida eran ocho. 32 Lle- dos el de una parte, cinco codos el de
vóme luego al atrio interior por el cami- la otra. 49 Tenía el vestíbulo veinte co-
La caña de medir que aquel varón te- cámara hasta el techo de la de enfrente, no de oriente, y midió la puerta, de las dos de largo y doce codos de ancho, y
nía en la mano era de seis codos, de codo veinticinco ucodos de anchura, puerta con- acostumbradas dimensiones. 33 L a s c ¿ . se subía a él por diez gradas. Había
y coto cada uno. Midió con ella el espesor tra puerta. Midió el atrio, veinte codos, maras, las pilastras y el vestíbulo, de las junto a los postes columnas, una a un
del muro y era de una caña, y su altura que daba frente a la puerta y la rodeaba mismas dimensiones, con ventanas en lado y otra al otro.
era de una caña. * 6 vino luego a la puerta por todas partes. 15 Y desde la delantera ellas, y en el vestíbulo cincuenta codos
que mira hacia el oriente, subió sus siete de la puerta de entrada hasta la puerta de largo y veinticinco de ancho. 3 4 Su * I 1 Me introdujo en el templo, mi-
gradas y midió su umbral, de una caña interior, cincuenta codos, i* La puerta te- vestíbulo daba al atrio exterior, en los " •!• dio los postes, anchos seis codos
de profundidad. ^ Las cámaras tenían cada nía todo en derredor ventanas aspillera- postes a uno y otro lado había palmas de un lado y seis codos del otro; tal era
una una caña de largo y una caña de an- das, que hacia el exterior se estrechaban, y las gradas de subida eran ocho. la anchura de las pilastras. 2 El vano de
cho, y había entre cámara y cámara cinco y estaban en las cámaras y en sus pilas- 35 la puerta era de diez codos, y los lados
codos, 8 y el umbral de la puerta por den- Llevóme luego a la puerta del sep- de la puerta cinco codos a una parte y
tras, y lo mismo había también ventanas tentrión y midió, hallando las dimensio-
tro, junto al vestíbulo, de una caña. » Mi- que daban al interior del atrio en derredor, cinco codos a la otra. Midió también
dió el vestíbulo de la puerta, de ocho co- nes de las otras 36 para cámaras, pilas- el largo, y eran cuarenta codos, y el an-
y en cada uno de los postes había palmas. tras y vestíbulo, y en torno a las venta-
dos; y sus pilastras, de dos codos; el 17
Llevóme luego al atrio exterior, en cho eran veinte codos. 3 Pasó luego al
vestíbulo de la puerta estaba a la parte nas, cincuenta codos de largo y veinti- interior y midió cada pilar de la puerta,
el cual había cámaras, y estaba solado cinco de ancho. 37 Sus vestíbulos daban
de dentro, m Tenía la puerta oriental tres todo en derredor; treinta cámaras había dos codos, y la puerta misma, seis codos,
cámaras de un lado y tres del otro, todas alrededor del atrio. 18 El solado a los la-
de la misma medida, y de una misma me- dos de las puertas correspondía a la an- 30 El versículo 30, que falta en los LXX y en la antigua versión latina, parece una interpolación,
Dice: «Había en él salientes todo en torno, veinte codos a lo largo y veinte a lo ancho». Como se ve,
* Este codo equivalía al codo ordinario más cuatro dedos, o sea 52 centímetros. rompe la simetría de la descripción, pues en niniíuna otra parte se habla de estos salientej.
EZEQDIEL 41-42
919 EZEQUIEL 42-43
918
pació vacío son las cámaras del santua- su umbral junto a mi umbral y sus pos-
4 M ^ C u r l l l e l a e n » a d a , siete codos, y palmas talladas p o r todos los muros rio, donde los sacerdotes que se acercan tes junto a mis postes, y pared sólo por
codos, y el ancho sobre el frente del tem- de2 1la casa. a Yavé comerán las cosas santísimas, es medio, contaminaron mi santo nombre
s a n t í s t a T C ° d O S : y m e d Í j ° : E s t e eS el Los pilares del templo eran cuadran- decir, las oblaciones y las víctimas por con las abominaciones que cometieron.
s
Midió luego el grueso del m u r o de g l a r e s , y enfrente del santísimo había el pecado y por el delito, pues este lugar Por eso en mi furor los consumí. 9 Pero
una cosa que parecía 2 2 u n altar de m a - es santo. 1 4 C u a n d o los sacerdotes entra- ahora arrojarán lejos de mí sus fornica-
r á ™ a S a ' ? e i s c o d o s . y la anchura de las
dera, tres codos de alto, dos codos de ren no saldrán del lugar santo al atrio ciones y los cadáveres de sus reyes, y yo
S S Í , a t e r a ' e s , cuatro codos, todo en largo y dos codos de ancho, y tenía sus
exterior, sino que dejarán allí las vesti- habitaré en medio de ellos para siempre.
torno de la casa. « L a s cámaras latera- cuernos, sus pies y sus costados de m a -
les estaban sobrepuestas unas a otras, dera. Y m e dijo: Es la mesa que está duras con que ministran, pues son san-
tas; y vestido de otras, se acercarán así E l a l t a r d e los h o l o c a u s t o s
treinta en cada uno de los tres pisos. I delante de Yavé. 23 Había dos puertas, 10
Y tú, hijo de hombre, describe a la
a lo destinado al pueblo.
£ „ *, r e t a l l o s e n el m u r o de la casa en la del santo y la del santísimo. 24 C a d a 15
C u a n d o hubo acabado de medir la casa de Israel este templo. * u Si se aver-
uerreaor, p a r a que en ellos se apoya- puerta tenía dos hojas que se plegaban fábrica interior, sacóme fuera por la puer- güenzan de lo que han hecho, muéstra-
sen las vigas de las cámaras sin entrar en dos partes, dos partes 25
para una hoja
ta que da al oriente y midió el períme- les la traza y el diseño de esta casa, sus
en el m u r o . 7 H a b í a mayor anchura en y dos p a r a la otra. En las puertas ha-
tro. 16 Midió el lado de oriente con la salidas y sus entradas y toda su dispo-
•as cámaras hacia arriba de piso en piso, bía tallados querubines y palmas, c o m o caña de medir, quinientos codos; se vol- sición, sus ritos y sus leyes, y ponió por
en las paredes, y en la fachada del escrito ante sus ojos, para que guarden
porque los retallos de la casa iban de
atrio al exterior había u n portal de vió I 7 y midió el lado del norte, quinien-
piso en piso t o d o en derredor de la casa, madera, 26 y había ventanas aspilleradas tos codos de la caña de medir. 1 8 Midió todos sus ritos y sus reglas y los pongan
y así al subir dejaba el m u r o mayor an- y palmas a cada lado en las paredes la- el lado del mediodía, quinientos codos p o r obra. 1 2 Esta es la ley de la casa:
í "Ia' piso infe
" ° r se podía subir terales del vestíbulo, en las cámaras late- de la caña de medir. 1 9 Se volvió al lado Sobre la cumbre del monte, todo en de-
de occidente y midió quinientos codos de rredor, su término será santísimo. Tal es
ai de en medio y de éste al superior. , rales de la casa y en los cornisamentos.
vi que la casa t o d a en torno estaba la caña de medir. 2i> Midió el muro de cin- la ley de la casa. 13 H e aquí las medidas
sobre una elevación. Los cimientos de | I A 1 Sacóme al atrio exterior, al lado tura a los cuatro vientos; tenía quinientos del altar en codos de a codo y coto el
las cámaras laterales eran de u n a caña codos de largo, quinientos codos de an- codo. El canal, de un codo de alto y
del septentrión, y m e llevó al de-
entera, seis codos hacia el ángulo. » La partamento que está frente al m u r o del cho y separaba el santuario del lugar un codo de ancho, y el reborde que lleva
anchura del m u r o exterior del edificio norte. 2 Era de un frente de cien codos profano. en torno, un codo. l 4 T a l es el zócalo
lateral era de cinco codos, igual al es- de largo al lado norte y tenía cincuen- - del altar. Desde el canal sobre el suelo
pacio de las cámaras de dentro. l ° D e ta codos de ancho, 3 dando al espacio L a g l o r i a d e D i o s e n el n u e v o t e m p l o al plano inferior, dos codos, y la anchu-
las cámaras a la casa había una anchura vacío de veinte codos del atrio interior J 4 1 Llevóme luego de nuevo a la ra de su vuelo, un codo. Del plano in-
de veinte codos p o r todos lados en de- y al enlosado del atrio exterior, terra- " " puerta que da al oriente,* 2 y vi ferior al plano superior, cuatro codos, y
rredor de la casa, n Las puertas de las za contra terraza en tres pisos. * Delan- la gloria del Dios de Israel venir del la anchura, de un codo. '5 El altar tenía
cámaras, u n a del lado del norte y otra te de las cámaras había u n corredor de oriente. Se oía un estrépito como el es- cuatro codos, y arriba del altar, los cua-
del lado del mediodía, daban a u n es- diez codos de ancho y cien codos de trépito de caudalosas aguas y la tierra tro cuernos. I 6 El altar tenía doce codos
pacio vacío que rodeaba toda la casa, largo; sus puertas d a b a n al norte. 5 Las resplandecía del resplandor de la gloria. de ancho y doce codos de largo, forman-
cinco codos de ancho. i 2 U n a construc- cámaras superiores, c o m o las terrazas, 3
El aspecto de lo que veía era como el do un cuadrado perfecto. ' 7 La basa tenía
ción separada que había frente al espacio quitaban espacio, eran más estrechas que que vi cuando vino Yavé a destruir la catorce codos de largo y catorce de ancho
vacío, al lado de occidente, tenía setenta las inferiores y las intermedias del edi- ciudad, y en todos los aspectos, como a los cuatro lados, y en torno de ella
codos de ancho. El m u r o del edificio ficio, 6 pues los pisos eran tres, pero sin los de la visión que vi cerca del río había una cornisa de medio codo y el
tenía cinco codos de grueso t o d o en de- columnas como las columnas de los canal de un codo todo en derredor; sus
Quebar. Caí rostro a tierra, 4 mientras
rredor, y su largo era de noventa codos. atrios. P o r eso las superiores eran m á s gradas estaban al lado oriental.
13
Luego midió la casa, largo cien co- estrechas que las de abajo y las de en la gloria de Yavé penetró en la casa por
dos; el espacio vacío, las edificaciones y medio, 7 El m u r o exterior de fuera, de- la puerta de la fachada que da al oriente.
5
El espíritu me levantó y me llevó al Su inauguración
los muros, cien c o d o s ; n la anchura de lante de las cámaras, que daba al atrio 18
Díjome: Hijo de hombre, así habla
la delantera de la casa con espacio va- exterior frente a las cámaras, tenía cin- atrio interior y vi la gloria de Yavé lle-
nar la casa 6 y oí que alguno m e hablaba el Señor, Y a v é : Estas son las leyes del
cío, cien codos. 1 5 Midió la anchura de cuenta codos de largo, 8 pues el largo altar para cuando sea construido para
la edificación frente al espacio vacio, ha- de las cámaras del lado del atrio exte- desde dentro de la casa, mientras el va-
rón aquel estaba en pie junto a mí 7 y ofrecer en él holocaustos y derramar la
cia atrás, y los portales de u n o y otro rior era de cincuenta codos, pero del
lado, cien codos. El templo interior y los lado del templo, de cien codos. me decía: sangre de ellos. * 1 9 A los sacerdotes, le-
vestíbulos del a t r i o , i 6 el umbral, las ven- 9 Hijo de hombre, éste es el lugar de vitas de la posteridad de Sadoc, que se-
M á s abajo de las cámaras había u n a rán los que a mí se han de acercar p a r a
tanas aspilleradas, los portales todo en entrada que d a b a al oriente, para el que mi trono, el escabel de las plantas de
torno. Los tres pisos estaban todos en venía del atrio exterior, al comienzo del mis pies, donde habitaré para siempre servirme, dice el Señor, Yavé, les darás
derredor cubiertos de tablas de madera m u r o del atrio. 1 0 Del lado del medio- en medio de los hijos de Israel. La casa un novillo para el sacrificio p o r el peca-
desde el suelo hasta las ventanas, y las día, frente al espacio vacío y al m u r o de Israel no profanará ya m á s mi santo do. 2 0 Tomarás de su sangre y untarás
ventanas tenían cortinas. nombre, ni ella ni sus reyes con sus abo- con ella los cuatro cuernos y los cuatro
de cintura, había cámaras; u delante de ángulos del cuadro y el borde t o d o en
17
Lo de encima de las puertas, en el ellas, u n corredor como el de las cá- minaciones y con homicidios de jefes en
medio de ella y con sus altos; 8 pusieron torno. Así harás la expiación y la p r o -
interior de la casa y en el exterior, las maras que d a n al n o r t e ; su largo y su
paredes de lo interior y de lo exterior, ancho eran los mismos, y también las
estaban cubiertas de relieves, 1 8 represen- varias salidas y toda su disposición. C o - M O 1 E2equiel había visto a Yavé abandonar su templo y entregarlo a la profanación de los
tando querubines y palmas. Había u n a m o las puertas de las primeras 12 eran ^ " " caldeos; ahora ve cómo Yavé vuelve en su carro por el mismo camino a tomar posesión del
palma entre querubín y querubín, l ' y las puertas de las cámaras que daban al templo restaurado. Las palabras del v.7 nos declaran todo el sentido que encierra esta toma de
posesión.
cada querubín tenía dos aspectos, aspec- mediodía, y había unas puertas al co- 10
La explanada del templo no es llana; va subiendo por varios planos hacia lo más alto en
to de h o m b r e hacia una palma y aspecto mienzo del corredor, en el m u r o corres- que se levantaba la casa, la morada de Dios. Delante de ella, al aire libre, estaba el altar de los ho-
de león hacia la otra, y así t o d o en torno pondiente, p a r a quien venía del oriente. locaustos, cuyas medidas nos da aquí con toda precisión, como nos había dado las del templo.
de la casa. 2<* Desde el suelo hasta la 13 Díjome: Las cámaras del norte y 18 Después de las medidas, el profeta describe todo el ceremonial con que los sacerdotes, hijos
altura de las puertas había querubines las cámaras del mediodía que dan al es- de Sadoc, habrán de consagrarle por espacio de una semana, como habla sido consagrado el templo
de Salomón (1 Re 8).
EZEQDIEL 34-44 920 921 EZEQÜIEL 44-45
piciación del altar. 21 Tomarás luego el así mi alianza con todas vuestras abomi- repudiada, sino virgen de la casa de Is- la ciudad destinaréis cinco mil codos de
novillo del sacrificio por el pecado, que naciones 8 y no guardando lo estableci- rael o viuda de sacerdote. 23 Enseñarán a ancho y veinticinco mil de largo, parale-
quemarás en el lugar de la casa desig- do acerca de mis cosas santas, antes po- mi pueblo a distinguir entre lo santo y lamente a la porción santa reservada,
nado fuera del santuario. 2 2 A 1 día si- niéndolos como ministros de mi culto en lo profano y a discernir entre lo puro y que pertenecerá a la casa de Israel.
guiente ofrecerás p o r el pecado un ma- mi santuario, en lugar vuestro. 9 Así dice lo impuro. 2 4 Juzgarán los pleitos confor- ^ El príncipe tendrá su parte, lindando
cho cabrío sin defecto y expiarás el altar el Señor, Y a v é : Ningún extranjero incir- m e a mis leyes y guardarán mis leyes y de ambos lados con la parte del santuario
como lo hiciste con el novillo. 23 Cumpli- cunciso de corazón e incircunciso de car- mis preceptos en cuanto a todas mis y la parte de la ciudad, ante la parte
do que hayas el rito expiatorio, ofrecerás ne, de cuantos están en medio de Israel, solemnidades y santificarán mis sábados. del santuario y la parte de la ciudad del
2
un novillo sin defecto y un carnero de entrará en mi santuario. 10 Los levitas, 5 N o entrarán a muerto alguno para no lado occidental, hacia occidente, y del la-
la grey sin defecto. 2 4 Los ofrecerás a que se apartaron de mí cuando Israel se contaminarse; sólo p o r el padre o la do oriental, hacia oriente, y de una lon-
Yavé; los sacerdotes derramarán sobre alejó de mí yéndose tras sus ídolos, lle- madre, el hijo o la hija, el hermano o gitud igual a a n a de las partes, desde
ellos la sal y los ofrecerán a Yavé en ho- varán su iniquidad. H Servirán en mi san- la hermana que no haya ya tenido ma- la frontera occidental a la oriental. 8 Es-
locausto. 25 Por siete días sacrificarás por tuario de guardias de las puertas de la rido se contaminarán. 2« Después de su t a será su propiedad, su posesión en Is-
el pecado u n macho cabrío por día; ofre- casa y de guardias de la casa m i s m a ; purificación contarán siete días, 2 7 y el rael, y así mis príncipes no oprimirán
cerás además un novillo y un carnero degollarán los holocaustos y las víctimas día en que entren en el santuario, en el nunca más a mi pueblo y dejarán la
de la grey sin defecto. 2 6 Por siete días del pueblo y estarán ante él para servirle. atrio interior, p a r a ministrar en el san- tierra a la casa de Israel por sus tri-
se h a r á la propiciación del altar, se pu- 12
Por haber servido a sus ídolos y haber tuario, ofrecerán su expiación, dice el bus. 9 Así dice el Señor, Yavé: ¡Basta,
rificará y se consagrará. 2 7 Pasados estos sido p a r a la casa de Israel tropiezo de Señor, Yavé. príncipes de Israel! Dejad la violencia y
días, del dia octavo en adelante, los sacer- iniquidad, alzo mi m a n o , dice el Señor, 2
8 E n cuanto a su heredad, su heredad la rapiña. Haced juicio y justicia, no
dotes ofrecerán en el altar vuestros ho- Yavé, y juro que llevarán sobre sí su seré y o ; no les daréis posesión en Is- haya de parte vuestra exacciones sobre
locaustos y vuestros sacrificios eucarísti- iniquidad; 13 que no se acercarán a mí rael, pues su posesión seré yo. * 2 ' Se mi pueblo, dice el Señor, Yavé.
cos, y yo os seré propicio, dice el Señor, para servirme en las funciones sacerdota- alimentarán de las ofrendas, de los sa-
Yavé. les y para tocar mis cosas santas en el crificios p o r el pecado y de los sacrificios Nuevas ofrendas y primicias
santísimo, sino que llevarán sobre sí la p o r el delito, y será p a r a ellos cuanto i° Sean justas vuestras balanzas, justo
L a s n u e v a s leyes del culto vergüenza y la pena de las abominacio- en Israel sea d a d o al anatema. 3 0 Las vuestro efá, justo vuestro bat. * n El efá
A A l Llevóme luego de nuevo a la nes que c o m e t i e r o n . 1 4 Los dejo reducidos primicias de todos los primeros frutos y el bat serán de la misma medida, el
" « puerta de fuera del santuario que a hacer solamente la guardia d i la casa de t o d a suerte y todas las ofrendas de bat la décima parte del jómer, y una dé-
daba al oriente, pero la puerta estaba y su servicio en lo que en ella haya de t o d a suerte de cuanto ofreciereis serán cima parte del jómer el efá. U n o y otro
cerrada; * 2 y m e dijo Y a v é : Esta puerta hacerse. p a r a los sacerdotes, y daréis también a tos corresponderán al jómer.12 El sido, vein-
ha de estar cerrada, n o se abrirá ni en- 15 sacerdotes las primicias de vuestras ma- te güeras. Los cinco siclos h a b r á n de
Los sacerdotes levitas hijos de Sa-
trará por ella h o m b r e alguno, porque ha sas, p a r a que en vuestras casas repose ser cinco, los diez, diez, y cincuenta si-
doc que guardaron el ordenamiento de
entrado p o r ella Yavé, Dios de Israel; la bendición. 31 N o comerán mortecino clos la mina. 13 La ofrenda que reserva-
mi santuario c u a n d o se apartaron de mí
p o r tanto, ha de quedar cerrada. 3 Por alguno ni desgarrado, sea ave, sea bestia. réis será ésta: un sexto de efá por jómer
los hijos de Israel, serán mis allegados
lo que hace al príncipe, por ser el prín- de trigo y u n sexto de efá por jómer de
para ministrar ante mí y ofrecerme la
cipe, podrá sentarse en ella para comer
grosura y la sangre, dice el Señor, Yavé. N u e v a d i s t r i b u c i ó n d e la t i e r r a cebada. ] 4 Y la ley para el aceite, para
el pan en la presencia de Yavé; entrará 16 Ae 1 C u a n d o distribuyáis p o r suerte el bat de aceite, ésta: la décima parte
Esos entrarán en mi santuario y se
p o r el camino del vestíbulo de la puerta ™«* la tierra para poseerla, reservaréis de u n bat por jómer. Diez batos son el
llegarán a m i mesa, guardando m i or-
y por el mismo saldrá. u n a suerte a Yavé, que le consagraréis jómer, pues diez batos llenan el jómer.
denamiento. 1 7 C u a n d o entren por las
4 en la tierra, de veinticinco mil codos de 15
Llevóme hacia la puerta del norte puertas del atrio interior se vestirán ves- De las reses, una por m a n a d a de
por delante de la casa, y miré y vi que tiduras de lino, no llevarán sobre sí lana largo y diez mil de ancho, que en t o d o doscientas, de las gordas de Israel, para
la gloria de Yavé llenaba la casa de c u a n d o ministren en las puertas del atrio su término en derredor será santa. * el sacrificio, para el holocausto, para el
2
Yavé, y me postré rostro a tierra. * 5 Ya- interior y dentro de la casa. 1 8 Lleva- D e ella será para el santuario un cua- sacrificio pacífico y para el expiatorio,
vé me dijo: Hijo de hombre, p o n aten- rán tiaras de lino sobre sus cabezas, y d r o de quinientos por quinientos codos, dice el Señor, Yavé. * K T o d o el pueblo
ción, mira con tus ojos y oye con tus calzones de lino a sus lomos, y n o se que tendrá en t o r n o u n espacio libre de de la tierra hará esta oblación al príncipe
oídos t o d o lo que yo voy a hablar con- ceñirán p a r a n o sudar. 19 pero cuando cincuenta c o d o s . 3 D e esa extensión la me- de Israel, 17 y cuenta del príncipe será
tigo sobre todas las ordenaciones de la hayan de salir al atrio exterior, al pueblo, dirás, de un largo de veinticinco mil co- dar el holocausto, la ofrenda y la liba-
casa de Yavé y todas sus leyes; pon se quitarán las vestiduras con que se dos y u n ancho de diez mil, y en ella que- ción en las fiestas, en los novilunios, en
atención a todas las entradas de la casa hace el servicio, y, dejándolas en las cá- dará el santuario, el santísimo. 4 Esta los sábados y en todas las solemnidades
y a todas las salidas del santuario; * y di m a r a s del santuario, se vestirán otros porción santa de la tierra será p a r a los de la casa de Israel, y él ofrecerá el sacri-
a los rebeldes, a la casa de Tsrael: vestidos para n o santificar al pueblo con sacerdotes que se acerquen a ministrar ficio expiatorio, la ofrenda, el holocausto
Así dice el Señor, Y a v é : Basta ya de sus vestiduras. 2 0 N o se r a p a r á n la cabe- a Yavé y servirá p a r a sus casas y como y el sacrificio eucarístico, p a r a expiar las
abominaciones, ¡oh casa de Israel! ' D e za ni dejarán crecer sus cabellos, sino lugar santo p a r a el santuario. s Asimis- casas de Israel.
traer extranjeros ni incircuncisos de co- que se los cortarán motilando sus ca- m o veinticinco mil de largo y diez mil 18 Así dice el Señor, Yavé: El día pri-
razón e incircuncisos de carne para que bezas. de ancho p a r a los levitas que hacen el m e r o del primer mes tomarás u n novillo
entren en m i santuario, contaminen mi 21
Nimgún sacerdote beberá vino cuan- servicio de la casa, y en ella tendrán ciu- sin defecto y harás la expiación del san-
casa, mientras vosotros me ofrecéis mi do haya de entrar en el atrio interior. dad de habitación. 6 P a r a propiedad de tuario. * 1 9 El sacerdote t o m a r á de la san-
pan, el sebo y la sangre, quebrantando 22
Ne> t o m a r á n p o r mujer ni viuda ni 28
Estos versículos señalan los emolumentos que percibirán por su ministerio los sacerdotes
1
La puerta oriental, que da paso del atrio interior hacia afuera, estará cerrada por haber (cf. Núm 18,1-32).
44 pasado por ella la gloria de Yavé, santificándola; sólo el príncipe del pueblo podrá sentarse AtZ 1 La restauración del pueblo tendrá lugar en la tierra de Yavé (Jos 22,18-10), es decir, en
en ella para los banquetes sagrados que acompañan a los sacrificios paciicos. • ^ la tierra propia de Cañan, renunciando al territorio de la TransJordania. De esta tierrase
4
Al pasar de la puerta oriental a la del norte, por al atri« interior, pasé por dolante de la casa tomará ante todo una faja para la ciudad y el templo, para los sacerdotes y levitas y para el príncipe
y la vio llena de gloria de Dios, que la santifica. Por esto deberán ser excluidas de ella todos los in- del pueblo (véase el plano).
circuncisos de corazón y de carne, y aquellos hijos de Leví que en los tiempos pasadas habían pre- 1 o Sobre las medidas véase índice.
varicado sólo servirán en los ofiícios inferiores, quedaad® excluidos del sacerdocio, reservado a los 15 Se señala la contribución del pueblo para el sostenimiento del culto (Neh 10,32; Mt 17,23-2$)-
''hijos de Sadoc. 18 Expone el modo de celebrar las diversas fiestas del año (Núm 28-20).
EZEQÜIEL 45-46 922
gre de la víctima expiatoria y la p o n d r á I no se saldrá por la puerta p o r donde se
sobre los postes de la casa y sobre los entró, sino que se saldrá por la opuesta, 923 EZEQÜIEL 47-48
cuatro ángulos de la basa del altar y I '<• El príncipe entrará con ellos cuando en-
sobre los postes de las puertas del atrio tren y saldrá con ellos cuando salgan. E l t o r r e n t e q u e sale d e l n u e v o t e m p l o L a s n u e v a s fronteras d e la n u e v a
11
interior. 2 0 Y así harás también el mes En las fiestas y en las solemnidades A "7 ' Llevóme luego otra vez a la en- tierra
séptimo para los que pecan p o r ignoran- la ofrenda será de un efá por el toro, un * trada de la casa, y vi que debajo del 13 Así dice el Señor, Yavé: Estas son
cia o por error, y así purificaréis la casa. efá p o r el carnero, y lo que él quisiere p o r umbral de la casa, al oriente, brotaban las fronteras de la tierra que distribuiréis
21
El día catorce del primer mes tendréis los corderos, con un hin de aceite p o r aguas, pues la fachada de la casa estaba a las doce tribus de Israel: a José una
la pascua. La fiesta durará siete días y se efá. 1 2 Si el príncipe ofreciere a Yavé un al oriente, y las aguas descendían debajo parte d o b l e ; * l 4 c a d a u n o de vosotros
comerá durante ellos p a n ácimo. ^ E s e holocausto voluntario o un sacrificio euca- del lado derecho de la casa, del mediodía tendrá su parte igual que la de los otros,
día ofrecerá el príncipe, por sí y p o r todo rístico voluntario, se le abrirá la puerta del del altar. * 2 M e llevó p o r el camino de la de lo que yo, alzando mi m a n o , juré
el pueblo de la tierra, u n novillo en sacri- lado de oriente, y ofrecerá su holocausto y puerta septentrional, y m e hizo dar la dar a vuestros padres, y ésta será la
ficio expiatorio; 2 3 y durante los siete días su sacrificio eucarístico lo mismo que en vuelta por fuera, hasta el exterior de la tierra de vuestra heredad. 1 5 Estas, pues,
de la fiesta ofrecerá en holocausto a Yavé los sábados, y luego saldrá, y cuando haya puerta oriental, y vi que las aguas salían serán las fronteras: Del lado norte, desde
siete toros y siete carneros sin defecto, salido se cerrará la puerta. 13 Ofrecerás del lado derecho. 3 Al salir hacia oriente el mar Grande, camino de Jetlon, hasta
cada u n o de los siete días, y un macho cada día en holocausto a Yavé un corde- llevaba aquel varón en la m a n o un corde- llegar a Sedad, 16 Berota, Sibraim, entre
cabrío en sacrificio expiatorio cada día. ro primal sin defecto, todas las m a ñ a n a s ; hllo, y midió mil codos, y me hizo atrave- la frontera de D a m a s c o y la frontera de
24
Añadirá la ofrenda de u n efá por toro, 14 y todas las mañanas añadirás la ofren- sar las aguas; llegaban hasta los tobillos. Jamat; Jaser-Enón, en la frontera de Jau-
4
un efá por carnero y un hin de aceite por da, un sexto de efá y un tercio de hin de Midió otros mil y me hizo atravesar las ran. I 7 Así la frontera desde el m a r hasta
efá. 2S El día quince del séptimo mes, en aceite p a r a amasar la harina. Esta es la aguas; llegaban hasta las rodillas. Midió Jaser-Enón, dejando al norte el territorio
la solemnidad, ofrecerá durante siete días ofrenda a Yavé, ley perpetua, p a r a siem- otros mil y me hizo atravesar las aguas; de Damasco. Esta es la frontera septen-
llegaban hasta la cintura. 5 Midió otros trional. 18 Del lado de oriente, la frontera
los mismos sacrificios expiatorios y la pre, is Se ofrecerá todas las mañanas el
mil, y era ya un río que me era imposible entre el Jauran, Damasco, Galad y la
misma ofrenda con su aceite. cordero y la ofrenda con el aceite, como atravesar, porque las aguas habían cre- tierra de Israel será el J o r d á n ; mediréis
I holocausto perpetuo. cido de manera que no se podía pasar más desde el confín hasta el mar Oriental.
16
*f> i Así dice el Señor, Y a v é : La puer- Así dice el Señor, Yavé: Si el prín- que a nado. Esta es la frontera oriental. 1 9 Del lado
«»» ta del atrio interior del lado de cipe hiciere a uno de sus hijos un don, to- 6
Díjome: ¿Has visto, hijo de hombre? del mediodía, al mediodía, desde T a m a r
oriente estará cerrada los seis días de tra- m a d o de su heredad, el don pertenecerá Luego me hizo volver siguiendo la orilla hasta las aguas de Meribat-Cades, en la
bajo, pero se abrirá el día del sábado y en al hijo y será propiedad suya como he- del río. t Y entonces vi que de una a otra dirección del torrente hasta el m a r G r a n -
los novilunios. * 2 El príncipe entrará p o r redad. 17 Pero si el don t o m a d o de su he- parte había en las riberas muchos árbo- de. Esta es la frontera meridional, la del
el camino del vestíbulo de la puerta exte- redad lo hace a u n o de sus servidores, le les; 8 y m e d i j 0 . H j j 0 ¿e h o m b r e : estas mediodía. 2 0 Del lado de occidente la fron-
rior, y se estará junto a los postes de la pertenecerá a éste hasta el a ñ o de la remi- aguas van a la región oriental, bajan al tera será el mar G r a n d e hasta frente a
puerta; los sacerdotes ofrecerán sus ho- sión; luego volverá al príncipe, y su he- A r a b a y desembocan en el mar, en aque- Jamat. Esta es la frontera occidental.
locaustos y sus sacrificios eucarísticos, y redad será de sus hijos. 1 8 N o podrá to- llas aguas pútridas; y éstas se sanearán.
él se prosternará en el umbral de la puer- m a r el príncipe n a d a de las heredades del
9
Y todos los vivientes que nadan en las N u e v a d i s t r i b u c i ó n d e la t i e r r a e n t r e
aguas, p o r dondequiera que entre este río, las t r i b u s
t a ; luego saldrá, y la puerta no se cerra- pueblo, despojándolos de su posesión. D e 21
rá antes de la tarde. 3 El pueblo de la tie- | lo suyo heredará a sus hijos, para que mi vivirán; y el pescado será allí abundantí- Partiréis esta tierra entre vosotros,
simo, porque al llegar estas aguas, las del según las tribus de Israel, * 22 y echaréis
rra se prosternará ante Yavé a la entrada pueblo n o salga de la heredad de cada
m a r se sanearán y los peces tendrán vida suertes sobre ella para heredad vuestra y
de esta puerta, los sábados y los novilu- uno. 19 hasta donde llegue el río. 10 Junto a sus de los extranjeros que entre vosotros pe-
nios. Metióme luego p o r la entrada que
4 orillas estarán los pescadores, y desde regrinan y entre vosotros h a n engendrado
El holocausto que el príncipe ofrece- está al lado de la puerta, en las cámaras Engadi hasta En-Eglaim será un tende- hijos, pues los tendréis como naturales
rá a Yavé los sábados será de seis cor- santas destinadas a los sacerdotes, hacia dero de redes, y p o r sus especies será el entre los hijos de Israel y entrarán en
deros sin defecto y un carnero sin defec- el norte, y vi que había un lugar en el fon- pescado tan numeroso como los del mar suerte con vosotros para heredarse entre
20
t o ; 5 y su ofrenda, de un efá por el car- do, del lado de occidente; y me dijo: Grande, u Sus charcas y sus lagunas no las tribus de Israel. 2 3 En la tribu en que
nero y de lo que él quiera por los corde- Ese es el lugar donde los sacerdotes ha- se sanearán, serán dejadas para salinas. peregrinare el extranjero, en ella le daréis
12
ros, con un hin de aceite por efá. 6 En los rán cocer la carne de los sacrificios p o r el En las riberas del río, al u n o y al otro su heredad, dice el Señor, Yavé.
novilunios ofrecerá un novillo sin defecto, pecado y por el delito, y donde se coce- lado se alzarán árboles frutales de toda
especie, cuyas hojas n o caerán y cuyo 1 Estos son los nombres de las tri-
seis corderos y un carnero sin defecto; rán las ofrendas, p a r a n o llevarlas al atrio
7
y su ofrenda será de un efá p o r el no- exterior, santificando al pueblo. 2 1 Llevó- fruto n o faltará. Todos los meses madu- 48 bus, partiendo de la frontera sep-
villo, un efá p o r el carnero y lo que él qui- me luego al atrio exterior, y me hizo pa- rarán sus frutos, por salir sus aguas del tentrional, a lo largo del camino de Jet-
siere por los corderos, y un hin de aceite sar p o r los cuatro ángulos del atrio, y vi santuario; y serán comestibles, y sus ho- Ion, que lleva a Jamat, hasta Jaser-Enón,
jas medicinales. dejando al norte la frontera de Damasco,
por efá. 8 C u a n d o el príncipe entre, en- que a cada ángulo del atrio había un pa- a lo largo de Jamat. D a n , una parte. *
trará por el camino del vestíbulo de la tio 2 2 de cuarenta codos de largo y treinta 2 J u n t o a D a n , desde el lado de oriente
puerta, y p o r el mismo camino saldrá. de ancho, todos cuatro de las mismas me-
1
» Pero cuando el pueblo de la tierra se didas en cada u n o de los cuatro ángulos; Zacarías dice q u e en los días mesiánicos habrá en Jerusalén una fuente para lavar los
presente ante Yavé en las solemnidades, 23 y e n todos ellos había en torno una pa-
47 pecados (13,11). L a única fuente que había en Jerusalén era la de Guijón, cuyas aguas con-
dujo Ezequias a la piscina de Siloé. Pues esta fuente, idealizada, es la q u e nos presenta aquí el pro-
el que entre p o r la puerta del norte para red, y abajo fogones alrededor de las pa- feta, brotando del umbral mismo de la casa, siguiendo su curso hacia el oriente hasta dar en el
prosternarse, saldrá p o r la puerta del me- redes; u y me dijo: Estas son las cocinas valle Cedrón y por él llegar al mar Muerto. Él arroyo va creciendo cada vez más, sin hablarnos de
afluentes; a sus orillas crecen frondosos árboles, q u e dan u n fruto cada mes, y las aguas sanean
diodía, y el que entre p o r la puerta del donde los servidores de la casa cocerán las del m a r Muerto, q u e se vuelve abundantísimo en pescado, (cf. A p 22,115).
mediodía saldrá por la puerta del n o r t e ; | e l sacrificio del pueblo. 13 Muchas veces se trazan estas fronteras en el Antiguo Testamento, y siempre coinciden e^i
señalar como límite oriental el río Jordán, con que queda excluido el territorio de la Transjordani .
21 En esta regla general sobre la distribución de la tierra se ha de señalar como rasgo singular
4 6 i' E ' TSyi ha - d e s a P a r e c i *> de estos planes de restauración, asi como el sumo sacerdote. En la admisión de los extranjeros a formar parte de las tribus y tener en ellas su heredad.
lugar del primero hay un principe, cuyo principal oficio es el de contribuir al sostenimiento
del culto. i L a distribución entre las doce tribus restantes es más fácil q u e en Josué, pues la división
48 es ideal, como sobre u n plano limpio d e obstáculos.
EZEQUIEL 48 924 925 EZEQUIEL 48
hasta la orilla del mar, Aser, una parte.
3
veinticinco mil codos por el norte, diez en la anchura de los veinticinco mil, serán ciudad, entre el límite de Judá y el límite
Junto a Aser, desde el lado de oriente mil codos de anchura al occidente, diez profanos, para la ciudad, para las casas de23Benjamín.
hasta la orilla del mar, Neftalí, una parte. mil de anchura al oriente y veinticinco y los alrededores; la ciudad estará en He aquí las otras tribus: Dssds orien-
* Junto a Neftalí, desde el lado de oriente mil de longitud por el mediodía, y en medio. K Estas serán sus medidas: a la te hasta la orilla del mar, Benjamín, una
hasta el mar, Manases, una parte. 5 Junto medio de ella estará el santuario de Yavé. parte del norte, cuatro mil quinientos parte. 24 Al lado de Benjamín, desde orien-
a Manases, desde el lado de oriente has- " Pertenecerá a los sacerdotes consagra- codos, y cuatro mil quinientos codos a te,
25
a la orilla del mar, Simeón, una parte.
ta el mar, Efraím, una parte. 6 Junto a dos, a los hijos de Sadoc que hicieron el la parte del mediodía; a la parte de Al lado de Simeón, desde2 oriente hasta
Efraím, desde el lado de oriente hasta la servicio en mi santuario y no se desca- oriente, cuatro mil quinientos codos, y el mar, Isacar, una parte. * Al lado de
cuatro mil quinientos codos a la parte Isacar, desde oriente hasta el mar, Za-
de occidente. 17 El contorno de la ciudad bulón, una parte. 2? Al lado de Zabulón,
»AH desde 28oriente hasta el mar, Gad, una
será: al norte, de doscientos cincuenta
codos, y de doscientos cincuenta al me- parte. Al lado de Gad, al lado meri-
ASER diodía; al oriente, de doscientos cincuenta dional, hacia el mediodía, correrá la fron-
codos, y de doscientos cincuenta al oc- tera desde Tamar hasta las aguas de Me-
cidente. ribat-Cades, a lo 2largo del torrente hasta
HEFTAUI 18 el mar Grande. ' Tal es la tierra que
Lo que queda de longitud delante
de la porción santa, diez mil codos al partiréis en heredad a las tribus de Israel
oriente y diez mil al occidente; los que y tales sus partes, dice el Señor, Yavé.
HA8MSS 3
quedan serán para que de su producto « Estas serán las salidas de la ciudad:
se mantengan los que trabajan para la Al lado del norte31 medirá cuatro mil qui-
tnuiM
ciudad. 19 La labrarán los operarios de nientos codos. * Las puertas de la ciu-
la ciudad, tomados de entre todo Israel. dad tendrán los nombres de las tribus
20 de Israel. Tendrá al norte tres puertas:
La parte reservada tendrá en conjunto
veinticinco mil codos por veinticinco mil, una la puerta de Rubén, otra la puerta
y para la propiedad de la ciudad toma- de Judá y la otra la puerta de Leví. 32 Al
JTOA lado oriental cuatro mil quinientos codos
réis la 21
cuarta parte de la porción consa-
grada. De lo que queda a ambos lados y tres puertas: una la puerta de José,
POQCIAN »ff U M
de la porción santa y de la propiedad de otra la puerta de Benjamín y la otra la
LPtttAi la ciudad, a lo largo de los veinticinco puerta de Dan. 33 Del lado del mediodía
PoRcion o Si medirá cuatro mil quinientos codos y
mil codos de la porción santa hasta el
roftctArt oc Lot
oriente, y a occidente a lo largo de los tendrá tres puertas: la puerta de Simeón,
iACOlOom 'RIMClPF veinticinco mil codos hacia la frontera una; la puerta de Isacar, una; la puerta de
occidental paralelamente a las partes, será Zabulón, una. 34 Del lado de occidente,
cuatro mil quinientos codos y tres puertas:
S
CIUBAO p i J a o M »

affuAiun
para el príncipe. Eso será lo del príncipe;
así la porción santa y el santuario estarán
la puerta de Gad, una; la puerta35 de Aser,
una; la puerta de Neftalí, una. El perí-
en medio. 2 2 De este modo la parte del metro, dieciocho mil codos, y el nombre
príncipe será la comprendida desde la de la ciudad será desde aquel día «Yavé
siM(«n porción de los levitas y la porción de la Samma». *
ISACAR 30
Al fin viene la ciudad, cuyas doce puertas señala, y lo mismo sus medidas. Aquí se inspiró
San Juan para trazar las líneas de la Jerusalén celestial (Ap. 21,10-27).
35
Este nombre significa «Yavé allí, en ella» (Is 43,7; 60,14).
XAMton Acerca del sentido de esta detallada descripción geométrica de la restauración ha habido no
pocas sentencias. Nos parece claro que en cuanto al sentido no se distingue de tantas otras des-
«A» cripciones poéticas y oratorias que nos ofrecen Ezequiel y los otros profetas. La diferencia está en
el género literario que aquí nuestro profeta emplea. Por lo demás, tanto las medidas de este vati-
cinio como las imágenes poéticas de los otros son el ropaje de algunas ideas substanciales tocantes
a la restauración de Judá y del reino mesiánico. Como explanación de estas ideas fundamentales
Distribución de la tierra prometida según Ezequiel podemos añadir las exposiciones alegoristas propuestas por los Padres y por los Doctores posteriores.

ribera del mar, Rubén, una parte. 7 Junto rriaron como se descarriaron los levitas
a Rubén, desde el lado de oriente hasta cuando se descarriaron los hijos de Israel.
la ribera del mar, Judá, una parte. 8 Junto 12
Les pertenecerá como porción santísi-
a Judá, desde el lado de oriente hasta la ma reservada de la porción de tierra que
orilla del mar, estará la porción que re- se 13reserva, al lado de la de los levitas.
servaréis de veinticinco mil codos de an- Los levitas tendrán, paralelamente al
cho, y larga cuanto cada una de las partes límite de los sacerdotes, veinticinco mil
de oriente a occidente, y en medio de ella codos de largo y diez mil de ancho, veinti-
estará
9
el santuario. cinco mil en toda la longitud y diez mil
La porción que reservaréis para Yavé en la anchura. 1 4 No podrán vender ni
tendrá veinticinco mil codos de largo y permutar nada, ni exportar las primicias
diez mil codos de ancho. * 10 Esta porción de la tierra, porque están consagradas a
pertenecerá a los sacerdotes y será santa, Yavé. 15 Los cinco mil codos restantes,
9
Aquí se trata más en detalle de la división de la faja mayor del centro, ya mencionada en
45. i ss.
¡JgÉLg 927 DANIEL 1-2

D A NI E L res de su mesa, del vino que él bebía, y


mandó que los criasen durante tres años,
L a visión de la estatua
1 El año doce del reinado de Nabu-
al cabo de los cuales entrasen a servir
al 6rey.
2 codonosor tuvo Nabucodonosor unos
sueños y turbóse su espíritu, sin que pudie-
De todos los profetas, es Daniel el más misterioso. Estd su libro como envuelto Fueron de ellos, de entre los hijos ra dormir. * 2 Hizo llamar el rey a magos
de Judá, Daniel, Ananías, Misael y Aza- y astrólogos, encantadores y caldeos para
en misterios, no ciertamente doctrinales, aunque de éstos algunos tiene, sino históricos. rías, 7 a los cuales el jefe de los eunucos
Son estas dificultades de las que dice Pío XII en su encíclica Divino afilante Spiritu que explicasen al rey sus sueños. Vinieron,
puso por nombre: a Daniel, Baltasar; a pues, y se presentaron ante el rey. 3 El
que no han sido resueltas todavía y esperan su solución de la asidua y mancomunada Ananías, Sidraj; a Misael, Misaj, y a rey les dijo: He tenido un sueño y 4estoy
labor de los estudiosos. Azarías, Abed-Nego. 8 Se propuso Daniel agitado, porque no sé ya cuál fue. En-
Llevado después del año tercero de Joaquín (605), en una deportación anterior en su corazón no contaminarse con la tonces hablaron los caldeos al rey en
a las dos que conocemos, de 598 y 587, fue escogido con otros tres jóvenes hebreos porción de la comida del rey ni con el lengua aramea: Vivas para siempre, ¡oh
para ser educado en el palacio real de Babilonia y entrar luego al servicio del rey vino que él bebía, y rogó al jefe de los rey! Di a tus siervos5 el sueño y te daremos
eunucos9 que no le obligara a contami- su interpretación. Respondió el rey di-
(1,1-11 ss.). narse. Hizo Dios que hallase Daniel
Introducido en el palacio real, el joven Daniel, gracias a su inteligencia y don de ciendo a los caldeos: La cosa se me ha
gracia y favor ante el jefe de los eunucos, ido, y si no me mostráis el sueño y su
profecía, se ganó la confianza de Nabucodonosor y llegó a ocupar altos cargos en el 10 y el jefe de los eunucos dijo a Daniel: interpretación, seréis descuartizados y
gobierno de Caldea. Y así continuó al pasar ésta a los medos y persas (539), pues Tengo miedo de mi señor, el rey, que ha vuestras casas convertidas en muladares;
Darío el medo le colocó a la cabeza de los sátrapas gobernadores de las provincias determinado lo que habéis de comer y 6
mientras que, si me decís el sueño y su
(6,i ss.J. Esta confianza ía conservó también bajo el sucesor de Darío, Ciro el persa beber, porque si viere vuestros rostros interpretación, recibiréis de mí dones y
(6,28). Su alta posición, la religión que profesaba y el celo por demostrar la inanidad más macilentos que los de los mozos de mercedes y mucha honra; decidme, pues,
de los dioses caldeos, le atrajo enemigos que pusieron en peligro su vida. Pero todo vuestra edad, condenaríais mi cabeza ante el sueño y su interpretación.
el rey. 7
Respondiéronle, diciendo por segunda
sirvió para gloria de Dios y de la religión del pueblo israelita. Del fin de Daniel nada 11
Dijo entonces Daniel al cortesano, a
sabemos. vez: Diga el rey a sus siervos su8 sueño
quien el jefe de los eunucos había puesto y le daremos su interpretación. El rey
Por razón de la materia, el libro consta de dos partes, una histórica, y profética para velar sobre Daniel, Ananías, Misael respondió, diciendo: Veo claro que po-
la otra. Abarca la primera los seis primeros capítulos y los dos últimos, que forman un y Azarías: 12 Prueba, te ruego, a tus sier- néis dilaciones,9 porque veis que la cosa
apéndice. Contiene una visión profética, la de la estatua, cuyo recuerdo retrajo Daniei vos por diez días y que nos 13 den a comer se me ha ido. Si no me decís el sueño,
a la memoria de Nabucodonosor, dándole al mismo tiempo su interpretación (2,31-45). legumbres y agua a beber; y compara caerá sobre todos vosotros la misma sen-
La parte profética comprende ios capítulos 7 a 12, con cuatro visiones. Tienen de luego nuestros rostros con los de los tencia. De cierto que pretendéis prepa-
mozos que comen los manjares del rey, raros para decirme falsedades y mentiras
singular que todas abarcan el mismo cuadro histórico y lo terminan en la persecución y haz después con tus siervos según veas.
de Antíoco IV. mientras pasa el tiempo. Decid, pues, el
'•* Concedióles lo que 15le pedían y los sueño y conoceré que sois capaces de
El libro se ha conservado en tres lenguas: la aramea (2,4-7,28), la griega (3, probó por diez días, al cabo de los darme su interpretación. 10 Los caldeos
24-90), inserta en la sección aramea, y el apéndice (12-14). El resto está escrito cuales tenían mejor aspecto y estaban respondieron al rey, diciéndole: No hay
en hebreo. Las partes hebrea y aramea entran en el canon judío de las Escrituras; más metidos en carnes que los l mozos que hombre sobre la tierra que pueda decir
la parte griega es reconocida por la Iglesia, que con la versión de los LXX la recibió comían los manjares del rey. s El corte- lo que el rey pretende; jamás tampoco
de los apóstoles como parte de las Escrituras divinas. Los judíos no cuentan a Daniel sano se llevaba sus manjares y su vino y rey alguno, por grande y poderoso que
les daba legumbres. fuese, exigió cosa nsemejante de mago,
entre los profetas, sino entre los hagiógrafos.
Esperemos que la inuestigacitín perseverante de los sabios, bajo la dirección de la Daniel en la corte del rey astrólogo o caldeo. Lo que pide el rey
17
Otorgó Dios a los cuatro mancebos es imposible y no hay nadie que al rey
Iglesia, acabe de poner en claro las dificultades que envuelven el libro de Daniel. pueda decírselo, a no ser los dioses, que
Entretanto, es para nosotros suficiente que el valor de sus vaticinios mesiánicos y de sabiduría y entendimiento en todas las
letras y ciencias, y Daniel interpretaba no moran entre los hombres. u El rey,
todas sus enseñanzas doctrinales no disminuye en nada, aunque se halle obscurecida con ira y gran furor, mandó matar a
su parte histórica por algunas dificultades cuya solución al presente no entrevemos. toda visión o sueño, i 8 Pasados los días
al cabo de los cuales había mandado el todos los sabios de Babilonia.
13
rey que se los llevasen, el jefe de los Publicóse la orden, y ya iban a ser
eunucos se los presentó a Nabucodono- llevados a la muerte los sabios, y busca-
CTTMARTíl PRIMERA PARTE: Historia de Daniel (1-6). — SE- ban también a Daniel y a sus compañeros
sor. i* El rey habló con ellos, y entre
3 UJVIAIVIV; Q U N D A PARTE: Visiones pro)'éticas (7-12). — APÉN- todos los mozos no había ninguno como para matarlos. 14 Habló entonces Daniel
DICE (13-14). Daniel, Ananías, Misael y Azarías, y fue- avisada y prudentemente a Aríoj, capitán
ron puestos al servicio del rey. 20 En cuan- de la guardia del rey, que había salido
tas cosas de sabiduría y entendimiento para matar a los sabios de Babilonia.
P R I M E R A PARTE trajo a la tierra de Senaar, a la casa de el rey les preguntó, hallólos diez veces
15
Habló y dijo a Arioj, capitán del rey.
su dios, y metió los vasos en la casa del ¿Por qué esta orden del rey se publica
tesoro de su dios. 3 Dijo el rey a Aspenaz, superiores a todos los magos y astrólogos
HISTORIA DE DANIEL
que había en su reino. 21 Asi estuvo Da- tan apresuradamente? Entonces explicó
(1-6) jefe de sus eunucos, que trajese de los Arioj la cosa a Daniel, 16 y Daniel, en-
hijos de Israel, del linaje real y del de los niel hasta el año primero del rey Ciro.
trando al rey, le pidió que le dieseI 7 tiempo
Introducción príncipes, 4 cuatro mozos en los que no y daría al rey declaración. Fuese
1 El año tercero del remado de Joa- hubiera tacha, de buen parecer, de ta- luego Daniel a su casa y comunicó la
1 quim, rey de Judá, Nabucodonosor, lento, de entendimiento y educados, ca-
rey de Babilonia, fue contra Jerusalén y paces de servir en el palacio del rey, y 1 Como en Egipto, asi también en Caldea había sacerdotes que tenían por oficio interpretar
la asedió. 2 Y entregó el Señor en sus a quienes se instruyese 5 en las letras y la 2 los sueños, en los que creían recibir comunicación de los dioses. En el presente caso, Dios se
manos a Joaquim, rey de Judá, y parte lengua de los caldeos. Asignóles el rey vale de los sueños, como hacía con sus profetas (Núm 12,6), para mostrar la inanidad de la ciencia
de los vasos de la casa de Dios, y los para cada día una porción de los manja- adivinatoria de los caldeos y la verdad de las revelaciones otorgadas por El a sus verdaderos pro-
DANIEL 2 928 929 DANIEL 2-3

cosa a Ananías, Misael y Azarías, sus do una gran estatua. Era muy grande la D a n i e l , jefe d e los sabios caldeos L o s t r e s j ó v e n e s h e b r e o s se n i e g a n
c o m p a ñ e r o s , 1 8 instándoles a pedir al Dios estatua y de un brillo extraordinario. Es- 46 a a d o r a r y son d e n u n c i a d o s al r e y
de los cielos que le revelase aquel misterio, Entonces el rey Nabucodonosor cayó
taba en pie ante ti y su aspecto era sobre su rostro y se prosternó ante D a - 8
C o n ocasión de esto vinieron enton-
para que no hiciese perecer a Daniel y a terrible. 3 2 La cabeza de la estatua era niel, y m a n d ó que le ofreciesen sacrificios ces algunos caldeos y denunciaron a los
sus compañeros con el resto de los sabios de oro p u r o ; su pecho y sus brazos, de
de Babilonia. y perfumes. 4 ? Dirigió el rey la palabra a judíos. * Hablaron al rey Nabucodonosor,
plata; su vientre y sus caderas, de bronce; Daniel y le dijo: En verdad que vuestro diciendo: ¡Vivas por siempre, oh rey!
33
sus piernas, de hierro, y sus pies, parte Dios es el Dios de los dioses y el Señor 10
Tú, ¡oh rey!, has d a d o una ley por la
R e v e l a D a n i e l la v i s i ó n de hierro, parte de barro. 3 4 Tú estuviste de los reyes y que revela los secretos, cual t o d o hombre, en oyendo el son de
mirando, hasta que una piedra despren-
1 9 Entonces el misterio fue revelado a pues que tú h a s podido descubrir este las bocinas, las cítaras, las arpas, los
dida, no lanzada por m a n o , hirió a la misterio. 4 S En seguida, el rey engrandeció salterios, las gaitas y toda suerte de ins-
Daniel en visión nocturna, por lo cual
estatua en los pies de hierro y barro,
Daniel bendijo al D i o s de los cielos, 2 0 di- a Daniel, y le hizo muchos y grandes trumentos músicos, h a de adorar postrado
destrozándola. 3 5 Entonces el hierro, el dones, y le constituyó gobernador de la la estatua de oro, n y que quien no se
ciendo :
barro, el bronce, la plata y el o r o se ciudad de Babilonia, y le hizo jefe supre- postre y adore será arrojado a un h o r n o
Bendito sea el n o m b r e de Dios, de si-
desmenuzaron juntamente y fueron como m o de todos los sabios de ésta. 49 Daniel encendido, l 2 Pues hay unos hombres, ju-
glo en siglo, porque suya es la sabiduría
tamo de las eras en verano, se los llevó
y la fuerza. 2 I El es quien ordena los rogó al rey que diese la intendencia de díos, a quienes has encomendado tú la
el viento, sin que de ellos quedara traza la provincia de Babilonia a Sidraj, Misaj dirección de los negocios de la provincia
tiempos y las circunstancias, pone reyes
alguna, mientras que la piedra que había y Abed-Nego. Pero Daniel permaneció de Babilonia, Sidraj, Misaj y Abed-Nego,
y quita reyes, da la sabiduría a los sabios
herido a la estatua se hizo una gran m o n -
y la ciencia a los entendidos. 2 2 El revela en la corte del rey. que, sin tenerte en cuenta p a r a nada, ¡oh
taña, que llenó toda la tierra. rey!, n o sirven a tus dioses y no adoran
lo profundo y lo oculto, conoce lo que 36
está en tinieblas y con El mora la luz. H e ahí el sueño. D a r e m o s también al L a estatua erigida por la estatua que has alzado.
rey su interpretación. " Tú, ¡oh rey!, eres
23 A ti, Dios de mis padres, te confieso Nabucodonosor 1 3 Irritado y furioso entonces N a b u c o -
y te alabo, que me has dado sabiduría y rey de reyes, porque el Dios de los cielos
donosor, dio orden de que trajesen a
te ha dado el imperio, el poder, la fuerza 1 H i z o el rey N a b u c o d o n o s o r u n a
fortaleza, y me has dado a conocer lo
que te hemos pedido, y nos has revelado y la gloria. 3 8 El h a puesto en tus m a n o s
a los hijos de los hombres dondequiera
3 estatua de oro, alta de sesenta codos
Sidraj, Misaj y Abed-Nego. Traídos éstos
a la presencia del rey, 1 4 Nabucodonosor
el secreto del rey. y seis codos de ancha. Alzóla en el llano les habló, diciendo: ¿De verdad, Sidraj,
24 que habitasen; a las bestias de los cam- de D u r a , de la provincia de Babilonia;
Después de esto fue Daniel a Arioj, 2 Misaj y Abed-Nego, no servís a mis dio-
pos, a las aves del cielo, y te ha dado el y m a n d ó el rey reunir a todos los sátra-
a quien había m a n d a d o el rey matar a ses y n o adoráis la estatua de o r o que yo
dominio de t o d o ; tú eres la cabeza de pas, prefectos, bajaes, oidores, tesoreros,
los sabios de Babilonia, y le dijo así: he alzado? 15 Ahora, pues, aprestaos, y
oro. 3 9 Después de ti surgirá otro reino, magistrados, jueces y a todos los gober-
N o mates a los sabios de Babilonia; llé- en oyendo el sonido de las bocinas, las
menor que el tuyo, y luego un tercero, nadores de las provincias p a r a que vinie-
vame a la presencia del rey, que yo daré cítaras, las arpas, los salterios, las gaitas
que será de bronce y dominará sobre sen a la dedicación de la estatua que
al rey la explicación. 2S Llevó entonces y toda suerte de instrumentos músicos,
toda la tierra. 4 0 H a b r á u n cuarto reino, h a b í a a l z a d o el rey N a b u c o d o n o s o r . *
Arioj prestamente a Daniel a la presencia 3 postraos y adorad la estatua que yo h e
fuerte como el hierro; como todo lo rom- Reuniéronse, pues, los jefes, prefectos,
del rey y díjole así: H e hallado a uno de hecho, y si no la adoráis, al instante seréis
pe y destroza el hierro, así él lo romperá bajaes, oidores, tesoreros, magistrados,
los deportados de J u d á que dará al rey arrojados a u n h o r n o encendido. ¿Y quién
todo, igual que el hierro, que todo lo jueces y todos los gobernadores de las
la explicación. 2 6 Respondió el rey dicien- será el dios que os libre de mis manos?
hace pedazos. provincias p a r a la dedicación de la esta-
do a Daniel, a quien llamaban Baltasar: 41 i* Sidraj, Misaj y Abed-Nego respon-
¿Podrás tú declararme el sueño que vi L o que viste de los pies y los dedos, tua alzada p o r el rey N a b u c o d o n o s o r y se dieron al rey, diciendo: Nabucodonosor,
y su interpretación? 2 ? Daniel respondió parte de barro de alfarero, parte de hierro, pusieron ante la estatua que N a b u c o d o - no tienes por qué esperar más nuestra
delante del rey, diciendo: Lo que pide es que este reino será dividido, pero ten- nosor había alzado. respuesta en esto, 1 7 pues nuestro Dios,
el rey es un misterio que ni sabios, ni drá en sí algo de la fortaleza del hierro, al que servimos, puede librarnos del hor-
astrólogos, ni magos, ni adivinos son ca- según que viste el hierro mezclado con O r d e n d e a d o r a r la estatua n o encendido y nos librará de t u m a n o ,
paces de descubrir al rey; 2 8 pero hay el barro. 4 2 Y el ser los dedos parte de 4 is Y si no quisiere, sabe, ¡oh rey!, que
hierro, parte de barro, es que este reino U n pregonero clamaba en voz alta:
en los cielos u n Dios que revela lo secreto Ved lo que se os ordena, pueblos, nacio- no adoraremos a tus dioses ni nos postra-
y que h a dado a conocer al rey N a b u c o - será en parte fuerte y en parte frágil. remos ante la estatua que has alzado.
43
Viste el hierro mezclado con barro por- nes y hombres de toda lengua. 5 En cuanto
donosor lo que sucederá en el correr de oigáis el sonido de las bocinas, las cítaras,
los tiempos. H e aquí tu sueño y la visión que se mezclarán por alianzas h u m a n a s , L o s tres m a n c e b o s son arrojados a
pero no se pegarán unos con otros, como las arpas, los salterios, las gaitas y toda
que has tenido en tu lecho: suerte de instrumentos, adorad postrados un horno encendido
no se pegan el hierro y el barro.
44 la estatua de o r o que h a alzado el rey 19 Lleno entonces de ira N a b u c o d o n o -
El sueño y su interpretación En tiempo de esos reyes, el Dios de
los cielos suscitará un reino que no será Nabucodonosor. 6 T o d o aquel que no sor, demudado el rostro contra Sidraj,
29
En tu lecho, ¡oh rey!, te vinieron adore postrándose al instante, será echa- Misaj y Abed-Nego, habló m a n d a n d o que
destruido jamás y que no pasará a poder
pensamientos de lo que vendrá después de otro pueblo; destruirá y desmenuzará do en un h o r n o encendido. 7 Por tanto, se encendiese el h o r n o siete veces otro
de este tiempo, y el que revela los secretos los pueblos todos, en oyendo el sonido tanto de lo que encenderse solía, 2 0 y
a todos esos reinos, mas él permanecerá
te dio a conocer lo que sucederá. 3 0 Si de las bocinas, las arpas, los salterios, m a n d ó a hombres muy robustos de su
por siempre. « E s o es lo que significa
este misterio me ha sido revelado, no es las gaitas e instrumentos músicos de toda ejército que atasen a Sidraj, Misaj y Abed-
la piedra que viste desprenderse del m o n t e
porque haya en mí una sabiduría supe- suerte, todos los pueblos, naciones y h o m - Nego y los echasen al h o r n o de fuego ar-
sin ayuda de m a n o , que desmenuzó el
rior a la de todos los vivientes, sino para bres de toda lengua se prosternarán y diente. 2 i Entonces estos varones, atados,
hierro, el bronce, el barro, la plata y el
que yo dé a conocer al rey la explicación adorarán la estatua de oro alzada p o r con sus bragas, sus túnicas, sus mantos y
oro. El Dios grande ha dado a conocer
y llegues a entender los pensamientos de el rey Nabucodonosor. sus otros vestidos, fueron arrojados en
al rey lo que ha de suceder después. El
tu corazón. sueño es verdadero y cierta su interpre-
31
Tú, ¡oh rey!, mirabas y estabas vien- tación. * el Mesías. Pero Daniel no es una excepción de los otros profetas, que ven el reino mesiáníco al
término de su horizonte histórico. Los otros vaticinios y la historia de los Macabeos confirman
45
Esta visión representa los cuatro imperios que desde el caldeo se sucedieron en Oriente: esta idea.
2
La adoración de la estatua del rey impuesta a todos sus subditos pone de relieve la con-
ti caldeo, el persa, el macedonio y el seléucida o sirio. No han faltado intérpretes que han querido
ver en este último el imperio romano, llevados de la idea de que bajo este imperio había aparecido 3 dena de los tres jóvenes, que se niegan a adorarla llevados de su ñdelidad a la ley y a su Dios.
Ndcar-Colunga i»
DANIEL 3 930 931 DANIEL 3 4

medio del horno encendido. 22


Y como ros y de los toros, como las miríadas de cantadle y ensalzadle por los siglos. 6 3 Ben- PARTE PROTOCANONICA
lu orden del rey era apremiante y había los gruesos corderos, así sea hoy nuestro decid, astros del cielo, al Señor, cantadle
mandado encender el horno tanto, las y ensalzadle por los siglos. 64 Bendecid, N a b u c o d o n o s o r glorifica a D i o s
sacrificio delante de ti, a fin de aplacar tu
llamas abrasaron a los que habían echado rostro, pues no serán confundidos los que lluvias y rocío, al Señor, cantadle y ensal- 91 ( 24 ) Espantado entonces el rey N a b u -
en él a Sidraj, Misaj y Abed-Nego; 2 3 y en ti confían. 4 1 Ahora nosotros de todo zadle por los siglos. 65 Bendecid, todos los codonosor, se levantó precipitadamente,
los tres varones, Sidraj, Misaj y Abed- corazón te seguimos y te tememos y bus- vientos, al Señor, cantadle y ensalzadle por y, dirigiéndose a sus consejeros, les dijo:
Nego, cayeron atados en medio del h o r n o camos tu rostro. 4 2 N o nos confundas, los siglos. ¿No hemos arrojado al fuego tres hom-
66
ardiente. antes obra con nosotros según tu bondad Bendecid, fuego y calor, al Señor, bres? Ellos le respondieron: Cierto, ¡oh
y según la grandeza de tu misericordia. cantad'e y ensalzadle por los siglos. 6 7 Ben- rey! 92(25) Y el rey r e p u s o : Pues bien, yo
43
Líbranos en virtud de tu prodigioso decid, fríos y heladas, al Señor, cantadle veo allí cuatro hombres sueltos, que se
PARTE DEUTEROCANONICA poder y da gloria, Señor, a tu n o m b r e ; y ensalzadl e por los siglos. 68 Bendecid, pasean en medio del fuego sin d a ñ o algu-
(Gr 3,24-90) 44
queden avergonzados los que maltra- rocío y escarcha, al Señor, cantadle y en- no, y el cuarto de ellos parece u n hijo de
tan a tus siervos, y queden confundidos salzadle por los siglos. 69 Bendecid, frío dioses. 9 3 O26) Acercóse entonces N a b u c o -
L a o r a c i ó n d e los tres m a n c e b o s y fresco, al Señor, cantadle y ensalzadle donosor a la entrada del h o r n o encendi-
de su tiranía, y su fuerza sea deshecha.
24
Se paseaban en medio de las llamas, 45
Y conozcan que tú, Señor, eres el único por los siglos. 70 Bendecid, hielos y nieves, do y, hablando, dijo: Sidraj, Misaj y
alabando a Dios y bendiciendo al Señor. Dios glorioso sobre toda la tierra. al Señor, cantadle y ensalzadle p o r los Abed-Nego, siervos del Dios supremo,
25 siglos.
Azarías, puesto en pie, abriendo sus 46
Los ministros del rey, que los habían salid y venid. Entonces salieron de en me-
7
labios en medio del fuego, o r ó de esta echado, n o cesaban de avivar el h o r n o con ' Bendecid, noche y día, al Señor, can- dio del fuego Sidraj, Misaj y Abed-Nego;
manera y dijo: betún, estopa, pez y sarmientos, 4 7 hasta tadle y ensalzadle por los siglos. 7 2 Ben- 94 (27) y juntándose los jefes, los prefec-
26 decid, luz y tinieblas, al Señor, cantadle
Bendito seas, Señor, Dios de nues- levantarse las llamas cuarenta y nueve tos, los bajaes y los consejeros del reino,
tros padres. Digno de alabanza y glorioso codos por encima del h o r n o ; 4 8 y las y ensalzadle por los siglos. 73 Bendecid, vieron que el fuego n o había tenido poder
es tu nombre, 2 7 porque eres justo en llamas, irrumpiendo, abrasaron a cuantos relámpagos y nubes, al Señor, cantadle y alguno sobre los cuerpos de aquellos va-
cuanto has hecho con nosotros, y todas c a l d e o s e s t a b a n a l r e d e d o r del h o r n o ; ensalzadle p o r los siglos. 7 4 Bendiga la rones y ni siquiera se habían quemado los
tus obras son verdad, y rectos tus cami- 49
pero el ángel del Señor había descen- tierra al Señor, cántele y ensálcele por los cabellos de sus cabezas, y sus ropas esta-
nos, y justos todos tus juicios. 2 8 Y has dido al h o r n o con Azarías y sus compa- siglos. 75 Bendecid, montes y collados, al b a n intactas y ni siquiera olían a chamus-
juzgado con justicia en todos tus juicios, ñeros y apartaba del h o r n o las llamas del Señor, cantadle y ensalzadle por los siglos. cadas.
76
en todo lo que has traído sobre nosotros fuego y hacía que el interior del h o r n o Bendecid al Señor cuanto brota en 95 (28) T o m ó entonces la palabra N a b u -
y sobre la ciudad santa, la de nuestros estuviera como si en él soplara u n viento la tierra, cantadle y ensalzadle por los si- codonosor y dijo: Bendito sea el Dios de
padres, Jerusalén, pues con juicio justo fresco; 5 0 y el fuego n o los tocaba abso- glos. 7 7 Bendecid, mares y ríos, al Señor, Sidraj, Misaj y Abed-Nego, que ha man-
has traído todos estos males a causa de lutamente ni los afligía ni les causaba cantadle y ensalzadle por los siglos. 7 8 Ben- dado su ángel y ha librado a sus siervos,
nuestros pecados. molestia, si Entonces los tres a u n a voz decid, fuentes, al Señor, cantadle y en- que confiaron en él y no cumplieron la or-
29
Porque hemos pecado y cometido alabaron y glorificaron y bendijeron a salzadle por los siglos. 7 9 Bendecid al Se- den del rey y entregaron sus cuerpos an-
iniquidad, apartándonos de ti, y en todo D i o s en el h o r n o , diciendo: ñor, monstruos de las aguas y cuanto en tes que servir y adorar a dios alguno fue-
hemos delinquido; 3 0 y no hemos obede- las aguas se mueve, cantadle y ensalzadle ra de su Dios. 9 6 ( 29 ) H e aquí ahora lo que
cido tus preceptos, no los hemos guardado C á n t i c o d e los t r e s m a n c e b o s por los siglos. 8 0 Bendecid, todas las aves dispongo: Todo hombre, cualquiera que
ni cumplido, según nos habías ordenado del cielo, al Señor, cantadle y ensalzadle sea el pueblo, la nación o la lengua a que
52
p a r a que fuéramos felices, 3 i y cuantos Bendito seas, Señor, Dios de nues- p o r los siglos. 8 1 Bendecid todas las bes- pertenezca, que hable mal del Dios de Si-
males has traído sobre nosotros y cuanto tros padres, digno de alabanza y ensal- tias y ganados al Señor, cantadle y ensal- draj, Misaj y Abed-Nego será descuarti-
has hecho con nosotros, con justo juicio zado p o r los siglos. Bendito tu n o m b r e zadle por los siglos. zado, y su casa convertida en muladar,
82
lo has hecho. santo y glorioso, muy digno de alabanza Bendecid, hijos de los hombres, al porque no hay dios alguno que como El
32
N o s entregaste en poder de enemigos y muy ensalzado por todos los siglos.
53
Señor, cantadle y ensalzadle por los siglos. pueda librar. * 9 7 (3°) Luego el rey engran-
83
injustos e incircuncisos apóstatas, y a un Bendito en el templo santo de tu gloria, Bendice, Israel, al Señor, cántale y en- deció a Sidraj, Misaj y Abed-Nego en la
rey el m á s inicuo y perverso de toda la digno de ser cantado y glorificado por los sálzale por los siglos. 8 4 Bendecid, sacer- provincia de Babilonia.
tierra, -13 y ahora no podemos abrir nues- siglos. dotes del Señor, al Señor, cantadle y 98 (31) Nabucodonosor, rey, a todos los
54
tra boca. La vergüenza y el oprobio han Bendito tú, que penetras los abismos, ensalzadle por los siglos. S5 Bendecid, sier- pueblos, naciones y hombres de toda len-
caído sobre tus siervos y sobre los que digno de alabanza y ensalzado por los vos del Señor, al Señor, cantadle y ensal- gua que habitan en toda la tierra: Paz
te veneran. 3 4 Por tu nombre, no nos des- siglos. Bendito tú, que estás sentado so- zadle por los siglos. 8 6 Bendecid, espíritus abundante. " (J2) M e ha parecido bien
eches para siempre, no anules tu alianza, bre los querubines, digno de alabanza, y almas de los justos, al Señor, can- daros a conocer las señales y prodigios
35
n o apartes tu misericordia de nosotros; ensalzado por los siglos. 5 3 Bendito en tu tadle y ensalzadle por los siglos. 8 7 Ben- que el D i o s supremo h a hecho conmigo.
por Abraham, tu a m a d o ; por Isaac, tu trono real, digno de ser cantado y cele- decid, santos y humildes de corazón, al too (33) ¡Cuan grandes h a n sido sus señales!
siervo, y por Israel, tu santo, 3* a quienes brado por los siglos. 56 Bendito tú en el Señor, cantadle y ensalzadle por los siglos. ¡Cuan potentes sus prodigios! Su reino es
88
prometiste multiplicar tu descendencia co- firmamento de los cielos, digno de ser Bendecid, Ananías, Azarías y Misael, reino eterno y su dominación perdura de
m o las estrellas del cielo, como las arenas cantado y glorificado por los siglos. al Señor, cantadle y ensalzadle por los si- generación en generación.
57
que hay en la orilla del mar. Bendecid al Señor todas las obras glos, porque nos sacó del infierno, y del
37
Porque, Señor, hemos sido empeque- del Señor, cantadle y ensalzadle por los poder de la muerte nos salvó, y de en me- L a visión del árbol, i n t e r p r e t a d a p o r
ñecidos más que todas las naciones y siglos. 5 8 Bendecid al Señor, ángeles del dio del h o r n o encendido nos libró, sal- Daniel
estamos hoy humillados en toda la tierra Señor, cantadle y ensalzadle por los si- vándonos de en medio del fuego. 8 9 D a d
a causa de nuestros pecados. 3 8 Al pre- glos. 5 9 Bendecid, cielos, al Señor, can-
sente no tenemos príncipe, ni profeta, tadle y ensalzadle por los siglos. 6 0 Ben-
gracias al Señor, porque es bueno, por-
que es eterna su misericordia. 9 0 Bende- 4 1 Y o , N a b u c o d o n o s o , vivía tranqui-
lo en mi casa, feliz en mi palacio; 2 y
ni jefe, ni holocausto, ni sacrificio, ni decid al Señor, aguas todas que estáis so- cid todos los piadosos a! Señor de los dio- tuve un sueño que m e espantó, y los pen-
ofrenda, ni incienso, 3 9 ni lugar en que bre los cielos, cantadle y ensalzadle por ses, cantadle y dadle gracias, porque es samientos que m e perseguían en mi lecho
ofrecer las primicias delante de ti y hallar los siglos. eterna su misericordia. y las visiones de mi espíritu me llenaron
misericordia. Pero con el alma contrita y 61 Bendiga al Señor todo el ejército del 96
el espíritu humillado hallemos acogida. Señor, cantadle y ensalzadle por los si- La perseverancia de los tres jóvenes acaba en gloria de la nación y de la religión judía, dando
4
» C o m o los holocaustos de los carne- glos. 6 2 Bendecid, sol y luna, al Señor, el rey un decreto que impone a todos sus pueblos el respeto a la religión de Israel.
DANIEL 4 932 933 DANIEL 4-5
de turbación. 'Hice que vinieran anie 1 bía hecho grande y fuerte, que con su ci- cabellos como plumas de águila, y las uñas ftar la escritura ni dar al rey su interpre-
mí todos los sabios de Babilonia para ma tocaba en los cielos y que se veía des- como las de las aves de rapiña. tación. 9 Turbóse sobremanera el rey Bal-
que me diesen la interpretación del sueño. de toda la tierra, 18 de hermosa copa y de
4 tasar, mudó de color y se consternaron
Vinieron, pues, los magos, los astrólo- tan abundante fruto que había en él ali- Curación sus príncipes.
gos, los caldeos y los adivinos y les ex- mento para todos, y bajo el cual se res- 31
Al cabo del tiempo señalado, yo, Na- 1° La reina, llevada del clamoreo del
puse el sueño, pero nunca pudieron dar- guardaban las bestias del campo y en cu- bucodonosor, alcé mis ojos al cielo y re- rey y de los príncipes, entró en la sala del
me la interpretación; 5 hasta que vino an- yas ramas anidaban las aves del cielo, cobré la razón. Yo bendigo al Altísimo, banquete, y tomando la palabra, dijo:
te mí Daniel, cuyo nombre es Baltasar, 19 eres tú, ¡oh rey!, que has venido a ser alabo y glorifico al que domina con eter- Vive por siempre, ¡oh rey!; que no te tur-
del nombre de mi dios, y en el cual resi- grande y fuerte, y cuya grandeza se ha no dominio y cuyo reino32 perdura de ge- ben tus pensamientos ni se demude tu
de el espíritu de los dioses santos. Expli- acrecentado y ha llegado hasta los cie- neración en generación. A sus ojos to- rostro, H que hay en tu reino un hombre
quéle mi sueño, diciéndole: 6 Baltasar, tú, los y cuya dominación se extiende hasta dos los habitantes de la tierra son nada, y que tiene en sí el espíritu de los santos
jefe de los magos, que tienes en ti, yo lo los confines de la tierra. 20 Vio el rey ba- con el ejército de los cielos y con los ha- dioses y ya en los tiempos de tu padre, el
sé, el espíritu de los dioses santos y a quien jar de los cielos a uno de esos que velan bitantes de la tierra hace según su vo- rey, fue hallada en él una sabiduría seme-
ningún misterio se oculta, dame la expli- y son santos, y decir: Abatid el árbol y luntad, sin que nadie pueda resistir a su jante a la sabiduría de los dioses, y el rey
cación de las visiones que en sueño he te- destruidle, pero dejad en la tierra el tron- mano y decirle: ¿Qué es lo que haces? Nabucodonosor, tu padre, ¡oh rey!, le
nido. co con las raíces, y atadle con cadenas de 33
Recobré entonces la razón y me fue- hizo jefe de2 magos, astrólogos, caldeos y
7
He aquí las visiones de mi espíritu hierro y de bronce entre la hierba del ron devueltas la gloria de mi reino, mi adivinos, i porque se halló en Daniel,
mientras estaba en mi lecho. Miraba yo campo, que le empape el rocío del cielo y magnificencia y mi grandeza, y me llama- llamado Baltasar por el rey, un espíritu
y vi en medio de la tierra un árbol alto tenga su parte con las bestias del campo ron mis consejeros y mis grandes, y fui superior de ciencia e inteligencia, la fa-
sobremanera. 8 El árbol había crecido y se hasta que sobre él pasen siete tiempos. restablecido en mi reino, 34y todavía se cultad de interpretar los sueños, de expli-
21
había hecho muy fuerte, y su cima tocaba He aquí, ¡oh rey!, la interpretación acrecentó más mi poderío; y ahora yo, car los enigmas, de resolver las dudas.
en los cielos, y se 9le veía desde los confines y el decreto del Altísimo, que se cumplirá Nabucodonosor, alabo, ensalzo y glorifi- Llama, pues, a Daniel, y él te dará la in-
de toda la tierra. Era de hermosa copa y en mi señor, el rey. 22 Te arrojarán de en co al Rey del cielo, cuyas obras todas son terpretación.
de abundantes frutos; y había en él man- medio de los hombres, y morarás entre verdad, cuyos caminos todos justos y que
tenimiento para todos. Las bestias del las bestias del campo, y te darán a comer puede humillar a los que andan en so- Daniel interpreta la escritura
campo se resguardaban a su sombra, y en hierba, como a los bueyes; te empapará el berbia. 13
Fue, pues, introducido Daniel a la
sus ramas anidaban las aves del cielo, y rocío del cielo, y pasarán sobre ti siete presencia del rey, y tomando el rey la pa-
todos los vivientes se alimentaban de él. tiempos hasta que sepas que el Altísimo E l festín de Baltasar labra, dijo a Daniel: ¿Eres tú, Daniel, de
10
En las visiones de mi espíritu, en mi es el dueño del reino de los hombres y se 1
El rey Baltasar dio un gran banque- los hijos de Judá, a quien el rey, mi padre,
lecho, vi que bajaba del cielon uno de esos lo da a quien le place. 23 Lo de dejar el
que velan y son santos;* y gritando tronco donde se hallan las raíces del ár-
5 te a mil de sus príncipes, y con ellos trajo de Jerusalén? 14 Me han dicho de ti
se dio a beber vino. * 2 Excitado por el que tienes en ti el espíritu de los dioses
fuertemente, dijo: Abatid el árbol y cor- bol significa que tu reino te quedará vino, mandó Baltasar que le llevasen los y que hay en ti luz y entendimiento y gran
tad sus ramas, sacudid su follaje y dise- cuando reconozcas que el que domina vasos de oro y plata que Nabucodonosor, sabiduría. iS Ahora acaban de traerme
minad los frutos, que huyan de debajo de está en los cielos. 24 Por tanto, ¡oh rey!, su padre, había cogido del templo de Je- sabios y astrólogos para leer esta escritura
él las bestias, y las aves del cielo de sus sírvete aceptar mi consejo: redime tus rusalén, y que se sirviesen de ellos para y darme su interpretación, pero ninguno
ramas; l 2 pero dejad en la tierra el tronco pecados con justicia, y tus iniquidades beber el rey y sus principes, sus mujeres ha podido explicarme la cosa. í6 He oído
con sus raíces, y atadle con cadenas de con misericordia a los pobres, y quizá y sus concubinas. ' Se trajeron, pues, los de ti que puedes resolver las dudas y acla-
hierro y de bronce, y quédese así entre se prolongará tu dicha. vasos de oro que habían sido arrebatados rar las obscuridades. Si me lees esa escri-
las hierbas del campo, que le empape el al templo de Dios de Jerusalén, y con tura y me das su interpretación, serás
rocío, y tenga por parte suya,13 como las 25
Locura de Nabucodonosor ellos bebieron el rey y sus príncipes, sus vestido de púrpura, llevarás al cuello co-
bestias, la hierba de la tierra. Quítesele Todo esto tuvo26 cumplimiento en Na- mujeres y sus concubinas. 4 Bebían el vino llar de oro y serás el tercero en el reino.
su corazón de hombre y désele un corazón bucodonosor, rey. Al cabo de doce me- y alababan a sus dioses de oro y plata, de 17
Respondió entonces Daniel, diciendo
de bestia, y pasen sobre él siete tiempos. ses, mientras
14 27
se paseaba en su palacio de hierro y de bronce, de leño y de piedra. al rey: Sean para ti tus dones, ¡oh rey!, y
Esta sentencia es decreto de los que ve- Babilonia, se puso a hablar y dijo: ¿No haz a otro tus mercedes. Yo leeré al 8rey
lan, es resolución de los santos, para que es ésta Babilonia la grande, que yo, por L a escritura misteriosa en la pared lo escrito y le daré la interpretación, i El
sepan los vivientes que el Altísimo es due- el poder de mi fuerza y la gloria de mi Dios Altísimo, ¡oh rey!, dio a Nabucodo-
ño del reino de los hombres y lo da a quien magnificencia, he edificado para residen- 5 En aquellos momentos aparecieron
2S los dedos de una mano de hombre que es- nosor, tu padre, el reino, la grandeza, la
le place, y puede poner sobre él al más cia real? Todavía estaba la palabra Men su gloria y la magnificencia, i ' Por la gran-
bajo de los hombres. 15 Este es el sueño boca, cuando bajó del cielo una voz: Sa- cribían delante del candelera, en el revo-
co de la pared del palacio real, viendo el deza que le dio temblaban ante él y
que tuve yo, el rey Nabucodonosor. Tú, be, ¡oh rey Nabucodonosor!, que te va le temían todos los pueblos, naciones y
Baltasar, da la interpretación, ya que a ser quitado el reino. Te arrojarán de en rey
6
el extremo de la mano que escribía.
Mudó entonces el rey de color y sus lenguas. Mataba a quien quería y a
ninguno de los sabios de mi reino ha po- medio de los hombres, morarás con las quien quería daba la vida; engrandecía a
dido dármela; tú puedes darla, porque bestias del campo y te darán de comer pensamientos le turbaron, se relajaron
los músculos de sus lomos y sus rodillas quien quería y a quien quería le humillaba.
tienes en ti el espíritu de los dioses santos. hierba, como a los bueyes, y pasarán so- 20
US Entonces Daniel, llamado Baltasar, bre ti siete tiempos hasta que sepas que daban una contra otra. 7 Gritó el rey con Mas cuando su corazón se ensoberbe-
voz muy fuerte que llamasen a los magos, ció y su espíritu se endureció altivo, fue
se quedó por algún tiempo estupefacto y el Altísimo es el dueño del reino de30 los depuesto del trono de su reino y despoja-
turbado por sus pensamientos. Díjole el hombres y se lo da a quien le place. Al caldeos y adivinos, y hablándoles, dijo:
El que descifre esa escritura y me la inter- do de su gloria. 2 l Fue arrojado de entre
rey. Baltasar, que no te turbe el sueño y momento se cumplió en Nabucodonosor los hijos de los hombres, y se hizo seme-
su interpretación. Y Baltasar respondió: la palabra: fue arrojado de en medio de prete será vestido de púrpura, llevará co-
llar de oro al cuello y8 será el tercero en el jante a las bestias, y moró con los asnos
Mi señor, que el sueño sea para tus ene- los hombres, y comió hierba como los salvajes. Diéronle a comer hierba, como
migos, y 17la interpretación para tus ad- bueyes, y su cuerpo se empapó del rocío gobierno del reino. Entraron todos los
sabios del rey, pero ninguno pudo desci- a los bueyes, y se empapó su cuerpo del
versarios. El árbol que viste que se ha- del cielo, hasta que llegaron a crecerle los
1
El contenido de este capítulo muestra la santidad del templo y el respeto en que debían
1L
Véase lu dicho en 2, i sobre los sueños. Este anuncia la locura del rey, que en su demencia 5 ser tenidos los vasos sagrados. Gomo profai lador de ellos, el príncipe caldeo recibe su mere-
se tendria por bestia. Digno castigo de su orgullo por haber querido igualarse con Dios. cido castigo.
DANIEL 5-6 934 935 DANIEL 6-7
roclo del cielo hasta que conoció que el a quien diesen cuenta los sátrapas para ¡oh rey!, que es ley de Media y Persia que portentos en los cielos y en la tierra. El ha
Altísimo es el dueño del reino de los h o m - que n o fuese perjudicado el rey. 3 ( 4 ) E r a edicto u ordenanza que el rey firma es librado a Daniel del poder de los leones».
bres y pone sobre él a quien le place. Daniel superior a sátrapas y presidentes, irrevocable. 28 (29) Daniel prosperó durante el reina-
22
Y tú, Baltasar, hijo suyo, sabiendo porque había en él más espíritu, y el rey do de Darío y durante el reinado de Ciro
esto, no has humillado tu corazón. 2 3 Te pensó en ponerle sobre todo el reino. D a n i e l , a r r o j a d o al foso d e los l e o n e s el persa.
4 5
h a s alzado contra el Señor de los cielos, ( ) Entonces presidentes y sátrapas bus- 16 (17) M a n d ó entonces el rey que traje-
han traído ante ti los vasos de su casa y os caron ocasión de acusar a Daniel en lo ran a Daniel y le arrojaran al foso de
habéis servido de ellos para beber el vino tocante a la administración del reino, m a s los leones. Y hablando el rey a Daniel, SEGUNDA PARTE
tú y tus grandes, tus mujeres y tus concu- no hallaron ninguna cosa p o r que denun- le dijo: Quiera salvarte tu Dios, a quien
binas; has alabado a dioses de plata y de ciarle, pues era fiel y no se veía en él falta 7 18
perseverante sirves. I ( ) Trajeron u n a V I S I O N E S PROFÉTICAS
oro, de bronce y de hierro, de leño y de ni negligencia. piedra, que pusieron sobre la boca de la (7-12)
5 6
piedra, que ni ven ni entienden, y no has ( ) Dijeron entonces aquellos h o m - leonera, y la selló el rey con su anillo y
dado gloria al Dios que tiene en sus ma- bres: N o hallaremos en Daniel cosa de con los anillos de sus grandes para que V i s i ó n d e las c u a t r o bestias
1
nos t u vida y es el dueño de todos tus ca- qué acusarle si no es p o r la ley de su El a ñ o primero de Baltasar, rey de
minos. 2 4 Por eso ha m a n d a d o él esa m a n o Dios. * 6 (7) Vinieron, pues, presidentes y
en n a d a pudiera mudarse la situación de
Daniel. 7 Babilonia, tuvo Daniel un sueño y
que ha trazado esa escritura. 2 5 La escritu- sátrapas a la presencia del rey y le dije- 18 (19) Fuese luego el rey a su palacio, vio visiones de su espíritu mientras esta-
ra es: mene, tequel, ufarsin, * 2f> y ésta es ron así: Vive p o r siempre, rey D a r í o .
7 8 y se acostó ayuno, no se tocaron ante él ba en su lecho. En seguida escribió el
su interpretación: mene, h a contado Dios ( ) Todos los príncipes de tu reino, pre- instrumentos de música y huyó de sus sueño.
tu reino y le h a puesto fin; 2 7 tequel, has sidentes, sátrapas, magistrados y jueces ojos el sueño. 1 9 (2<>) Levantóse, pues, muy
2
Y o miraba durante mi visión noctur-
sido pesado en la balanza y hallado falto han acordado en consejo que se promul- de m a ñ a n a y se fue apresuradamente al na, y vi irrumpir en el 3mar G r a n d e los
de peso; 2 8 ufarsin, ha sido r o t o tu reino gue y confirme un real edicto m a n d a n d o foso, 20 21
( ) y acercándose al foso de los cuatro vientos del cielo, y salir del mar
y d a d o a los ruedos y persas. que cualquiera que en el espacio de trein-
leones, llamó c o n tristes voces a Daniel, cuatro 4grandes bestias, diferentes u n a de
ta días hiciere petición alguna a dios u
hombre, fuera de ti, ¡oh rey!, sea arrojado y hablando el rey a Daniel, decía: D a - otra. * La primera bestia era como león
al foso de los leones. 8 ( 9 ) Confirma, pues, niel, siervo del Dios vivo, el Dios tuyo, con alas de águila. Y o estuve mirando
mmmmmmmBmmmmm ¡oh rey!, el edicto y fírmalo para que no a quien perseverante sirves, ¿ha podido li- hasta que le fueron arrancadas las alas
pueda ser revocado conforme a la irrevo- brarte de los leones? 2 1 ( 22 ) Entonces dijo y fue levantado de la tierra, poniéndose
cable ley de Media y de Persia. »(10) Fir- Daniel al rey: Vive por siempre, [oh rey! sobre dos pies a modo de hombre, 5
y le
m ó , pues, el rey D a r í o el edicto y la 22 (23) M Í D i o s h a enviado su ángel, que fue d a d o corazón de h o m b r e . Y he aquí
prohibición. h a cerrado la boca de los leones para que que una segunda bestia, semejante a un
no m e hiciesen mal, porque delante de El oso y que tenía en su boca entre los dien-
ha sido hallada en mí justicia, y a u n con- tes tres costillas, se estaba a un lado y le
D a n i e l n o c u m p l e el e d i c t o d e l r e y t r a ti, loh rey!, n a d a he hecho de malo. dijeron: Levántate a comer mucha car-
10 n
( ) C u a n d o supo Daniel que había 6
23 (24) Púsose entonces muy contento el ne. Seguí mirando después de esto; y he
sido firmado el edicto, entróse en su casa rey y m a n d ó que sacasen del foso a D a - aquí otra tercera, semejante a un leopar-
y abiertas las ventanas de su cámara, que niel. Daniel fue sacado del foso y n o ha- do, con cuatro cabezas, y le fue dado el
daban hacia la ciudad de Jerusalén, hin- 7
llaron en él herida alguna, porque había dominio. Seguía yo mirando en la vi-
cábase de rodillas tres veces al día y ora- tenido confianza en su Dios. ( ) M a n - 2 4 25 sión nocturna, y vi la cuarta bestia, terri-
ba, confesando a su Dios, como solía ha- dó el rey que los hombres que habían acu- ble, espantosa, sobremanera fuerte, con
cerlo antes. u (l 2 ) Entonces apresuráron- sado a Daniel fueran traídos y arrojados grandes dientes de hierro. Devoraba y tri-
se a venir aquellos hombres y hallaron a al foso de los leones, ellos, sus hijos y sus turaba, y ¡as sobras las machacaba con
Daniel o r a n d o y rogando a su Dios. mujeres, y antes que llegasen al fondo del los pies. Era muy diferente de todas las
Guardia real medo-persa de Persépolis 12 (13) Llegáronse luego al rey y le habla- foso, los leones los cogieron y quebran- bestias anteriores y tenía diez cuernos. *
ron acerca del real edicto: ¿No has firma- taron todos sus huesos.
8
Estando yo contemplando los cuer-
29
M a n d ó entonces Baltasar vestirle de do tú un edicto m a n d a n d o que cualquie- nos, vi que salía de entre ellos otro cuerno
púrpura, poner a su cuello el collar de oro ra que en el espacio de treinta días hicie- D a r í o da gloria a D i o s pequeño, y le fueron arrancados tres de
y pregonar de él que era el tercero en el se petición a dios u hombre, sino a ti, 2 5 26
( ) Entonces el rey Darío escribió a los primeros, y este otro tenía ojos como
reino. ¡oh rey!, sea arrojado a la leonera? Res-
todos los pueblos, naciones y lenguas que de n o m b r e y una boca que hablaba con
pondió el rey, diciendo: Así es, según la habitan en toda la tierra: «Paz mucha. gran arrogancia. *
L a realización
ley de Media y Persia, que no puede re-
30 26 (27) M a n d o que en toda la extensión de
Aquella misma noche fue muerto v o c a r s e . 13 ( 14 ) E n t o n c e s r e s p o n d i e r o n mi reino teman todos y tiemblen ante la E l a n c i a n o d e d í a s y el j u i c i o
Baltasar, rey de los c a l d e o s , 3 1 (61) y D a - ellos diciendo al rey: Pues Daniel, de los 9
río, rey de Media, se apoderó del reino a presencia del Dios de Daniel, porque El Estuve mirando hasta que fueron
hijos de la cautividad de los judíos, no es el Dios vivo, y eternamente subsiste su puestos tronos, y vi a un anciano de mu-
los sesenta y dos años. teniendo cuenta de ti, ¡oh rey!, ni del edic- reino, que no será jamás destruido, y su chos días, cuyas vestiduras eran blancas
to firmado, tres veces al día hace su ora- dominación, que perdurará hasta el fin. como la nieve, y los cabellos de su cabeza
Insidias d e los c o r t e s a n o s d e D a r í o ción. 1 4 (15) Al rey, cuando oyó esto, pe-
27 (28) E I ijbra y salva y obra señales y c o m o lana blanca. Su trono llameaba co-
contra Daniel sóle sobremanera, y se propuso salvar a
1 ( 2 ) Resolvió Darío instituir en su Daniel, y hasta la puesta del sol estuvo
6 reino ciento veinte sátrapas que go- haciendo esfuerzos por librarle. 7
3
Estas cuatro fieras tienen la misma significación que las diversas partes de la estatua vista
por Nabucodonosor, y nadie duda que la cuarta sea el reino de Siria, y este cuerno que dice
bernasen el reino, 2 (3) y sobre ellos tres 15 (16) p e r o aquellos hombres se reunie- grandes
7
blasfemias, Antíoco IV, el gran perseguidor de los judíos.
presidentes, de los cuales uno fue Daniel, ron ante el rey y le dijeron: H a s de saber, Estos diez cuernos, que son otros tantos reyes, no deben ser otros que Alejandro Magno,
Seleuco I Nicator, Antíoco Soter, Antíoco II Calínico, Seleuco III Cerauno, Antíoco III el Grande,
25 Seleuco IV Filopator, Heliodoro y Demetrio I Soter. Los tres desaparecidos serán Seleuco IV,
La traducción de estas palabras es: «Una mina, un siclo y dos medias minas». La interpre- asesinado por Heliodoro; Heliodoro, abandonado por el ejército a la aparición de Antíoco IV, y
tación la da el texto a continuación. Demetrio I, a quien su tío Antíoco privó del trono.
5 En este capítulo tenemos un episodio de la vida de Daniel semejante al del capítulo 3, y 8
6 que termina, como aquél, con la glorificación del Dios de Israel.
Este cuerno pequeño no es otro que Antíoco IV, ante el cual desaparecieron los tres ante-
riores: Seleuco IV, Heliodoro y Demetrio.
DANIEL 7-8
mo llamas de fuegp y las ruedas eran fue- El cuarto reino
937 DANIEL 8-9
go ardiente. * •« Un río de fuego procedía 23
y salla de delante de él, y le servían milla- Díjome así: La cuarta bestia es un brío llegó a ser muy potente, pero cuando te; 24 s u poder crecerá, no por su propia
res de millares y le asistían millones de cuarto reino sobre la tierra, que se distin- lo fue, se le rompió el gran cuerno, y en fuerza, y producirá grandes ruinas y ten-
millones. Sentóse el Juez y fueron abier- guirá de todos los otros reinos y devorará su lugar le salieron cuatro cuernos, uno drá éxitos, y destruirá a poderosos y al
tos los libros. la tierra toda y la hollará y la triturará. a cada uno de los vientos del cielo. pueblo de los santos. 25 p 0 r sus prospe-
9
24 Los diez cuernos son diez reyes que en De uno de ellos salió un cuerno pe- ridades y por el éxito de sus intrigas, se
11 Yo seguía mirando a la bestia a cau- aquel reino se alzarán, y tras ellos se al- queño, que creció mucho hacia el me- llenará de arrogancia su corazón, y hará
sa de las grandes arrogancias que habla- zará otro que diferirá de los primeros, y diodía y el oriente y hacia la tierra glo- perecer a muchos que vivían apaciblemen-
ba su cuerno, y la estuve mirando hasta derribará a tres de estos reyes. 25 Hablará riosa; 10 engrandecióse hasta llegar al ejér- te, y se levantará contra el Príncipe de los
que la mataron, y su cuerpo fué destro- palabras arrogantes contra el Altísimo, y cito de los cielos, y echó a tierra estrellas príncipes, pero será destruido sin que in-
zado y arrojado al fuego para que se que- quebrantará a los santos del Altísimo, y y las holló, 11 Aun contra el príncipe del tervenga mano alguna. 26 La visión de las
mase. !2A las otras bestias se les había pretenderá mudar los tiempos y la Ley. ejército se irguió y le quitó el sacrificio tardes y mañanas es verdadera; guárdala
quitado el dominio, pero les había sido Aquéllos serán entregados a su poder por perpetuo y destruyó su santuario. 12 Con- en tu corazón, porque es para mucho
prolongada la vida por cierto tiempo. un tiempo, tiempos y medio tiempo. 26 Pe- vocó impíamente ejércitos contra el sacri- tiempo.
El hijo de h o m b r e ro se sentará el tribunal y le arrebatarán ficio perpetuo, echó por tierra la verdad, 27 Yo, Daniel, quedé quebrantado, y es-
13 el dominio hasta destruirle y arruinarle hizo con buen éxito lo que quiso. 13 En- tuve enfermo algunos días, y cuando con-
Seguía yo mirando en la visión noc- del todo, 27 dándole el reino, el dominio tonces oí hablar a uno de los santos, res- valecí, me ocupé en los asuntos del rey.
turna, y vi venir en las nubes del cielo a y la majestad de todos los reinos de deba- pondiendo a otro santo que le pregunta- Estaba asombrado de la visión, pero nadie
un como hijo de hombre, que se llegó al jo del cielo al pueblo de los santos del Al- ba: ¿Hasta cuándo va a durar esta visión la supo.
anciano de muchos días y fue presentado tísimo, cuyo reino será eterno y le servi- de la supresión del sacrificio perpetuo, de
a éste. * 14 Fuele dado el señorío, la gloria rán y obedecerán todos los señoríos. la asoladora prevaricación y de la profa- Profecía de las setenta semanas
y el imperio, y todos los pueblos, nacio- nación del santuario? 14Entonces dijo: 1
El año primero de Darío, hijo de
nes y lenguas le sirvieron, y su dominio
es dominio eterno que no acabará nunca,
28 Aquí acabó la plática. Yo, Daniel,
anduve sobremanera turbado por mis pen- Hasta dos mil trescientas tardes y maña- 9 Asuero, de la nación de los medos,
samientos, demudado el color, y guardé nas. Luego será purificado el gran san- que vino a ser rey del reino de los cal-
y su imperio, imperio que nunca desapa- tuario. deos, * 2 el año primero de su reinado,
recerá. todo esto en mi corazón.
15 Mientras yo, Daniel, contemplaba la yo, Daniel, estaba estudiando en los li-
13 Túrbeme sobremanera yo, Daniel, en visión y buscaba la inteligencia, púsose bros el número de los setenta años que
mi cuerpo, y lasI(¡visiones de mi mente me La visión del carnero y el m a c h o ante mí un como hombre; 1 6 y oí una voz había de cumplirse sobre las ruinas de
desasosegaron. Llegúeme a uno de los cabrío de hombre que de en medio del Ulai gri- Jerusalén, conforme al número de3 años
asistentes y le rogué que me dijera la ver- 1 El año tercero del reinado de Bal- taba y decía: «Gabriel, explícale a éste la que dijo Yavé a Jeremías, profeta. Volví
dad acerca de todo esto. Hablóme él y me 8tasar, yo, Daniel, tuve una visión a
declaró la interpretación: " E s a s grandes más de la que había tenido anteriormente,
visión». 17 Vino éste luego cerca de don-
de estaba yo, y al acercarse me sobrecogí
mi rostro al Señor, Dios, buscándole en
oración y plegaria, en ayuno, saco y ce-
bestias, los cuatro, son cuatro reinos que 2
y estando en la visión, me pareció hallar- y caí sobre mi rostro. El me dijo: Atiende, niza ; 4 y oré a Yavé, mi Dios, y le hice
se alzarán en la tierra, l 8 Después recibi- me en Susa, la capital, en la provincia de hijo de hombre, 8 que la visión es del fin esta confesión:
rán el reino los santos del Altísimo y lo Elam, y estar durante la visión cerca del de los tiempos, i Al hablarme caí enton-
retendrán por siglos, por los siglos de los río Ulai. * 3 Alcé los ojos y miré, y vi un tecido sobre el rostro;1 9pero él me tocó y Oración y confesión de Daniel
siglos. 19 Sentí entonces el deseo de infor- carnero que estaba delante del río. Tenía me hizo estar en pie, y me dijo: Voy a Señor, Dios grande y temible, que guar-
marme más exactamente acerca de la bes- dos cuernos, y aunque ambos eran altos, enseñarte lo que sucederá al fin del tiem- das la alianza y la misericordia con los
tia cuarta, tan diferente de todas las otras, el uno era más alto que el otro, habiendo po de la ira, pues tendrá fin ese tiempo. que te aman y cumplen tus mandamien-
sobremanera espantosa, de dientes de hie- crecido más después del otro. 4 Vi al car- tos : 5 Hemos pecado, hemos obrado la
rro y garras de bronce, que devoraba y nero acornear a poniente, a norte y me- L a explicación iniquidad, hemos sido perversos y rebel-
trituraba y hollaba las otras con sus diodía, sin que bestia alguna pudiera re- 20 El carnero de dos cuernos que has des, nos hemos apartado de tus manda-
pies, 20 así como también acerca de los sistirle y sin que nadie pudiera librarse de visto son los reyes de Media y de Persia; mientos y tus juicios; 6 no hemos hecho
diez cuernos que tenía en la cabeza, y de él. Hacía cuanto quería y se engrandeció. 21 el macho cabrío es el rey de Grecia, y caso a tus siervos los profetas, que en tu
aquel otro que le había salido, y ante el 5 Pero en esto vino un macho cabrío sin el gran cuerno de entre sus ojos es el rey nombre hablaron a nuestros reyes, a nues-
cual se le habían caído tres, y que tenía tocar la tierra con sus pies y con un gran primero; 22 e ] romperse y salir en su lu- tros príncipes, a nuestros 7
padres y a todo
ojos y boca que decía grandes arrogan- cuerno entre los ojos. 6 Llegó al carnero gar otros cuernos, cuatro reyes que se al- el pueblo de la tierra. Tuya es, Señor,
cias, y parecía más grande que todos los de los dos cuernos que había visto delan- zarán en la nación, mas no de tanta fuerza la justicia, y nuestra la vergüenza en el
otros. 2i Vi yo que este cuerno hacía gue- te del río y corrió contra él con la furia como aquél. 23 Al final de su dominación, rostro, que llevan hoy todos los hombres
rra a los santos y los vencía, 22 hasta que de su fortaleza. 7 Vi que le acometía, rom- cuando se completen las prevaricaciones, de Judá, los moradores de Jerusalén, to-
vino el anciano de muchos días y se hizo piéndole ambos cuernos, sin que el car- levantaráse un rey impudente e intrigan- | dos los de Israel, los de cerca y los de le-
justicia a los santos del Altísimo y llegó nero tuviera fuerza para resistirle, y echán-
el tiempo en que los santos se apoderaron dole por tierra, le pisoteó, sin que nadie Q ! Este vaticinio es el más conocido de Daniel. Su punto de partida es el vaticinio de los seten-
del reino. I pudiera librar al carnero. 8 El macho ea- ~* ta años de Jeremías. Pero estos setenta años se convierten aquí en setenta semanas de años,
o sea en setenta años sabáticos (Lev 25), y su término es la justicia sempiterna, el cumplimiento
de las profecías y la unción del Santísimo. Estas setenta semanas se dividen en cuatro grupos: el
• . ^ste anciano representa a P'os, Juez de las naciones, sentado en su trono, envuelto en su primero, de siete semanas, que comprende los que van desde la cautividad hasta la liberación (587-
gloria y Uque se dispone a ejercer el juicio sobre los imperios orientales, máxime sobre el último 538). El cristo, el ungido, que señala el término de este período, debe de ser Ciro (Is4S,i). El segundo
í? p f °' g r a n Pr<>fanador del templo, Antíoco IV Epifanes. período, de sesenta y dos semanas, llena el largo espacio que va desde la vuelta del cautiverio, con
Usté personaje, semejante a un hijo hombre, es el rey Mesías, que representa el reino las luchas por la reedificación del templo y de la ciudad, contadas en Esdras y Nehemias, hasta
la muerte de un ungido, el cual no es otro que el pontífice Onías, cuya muerte, acaecida en 171,
ae los santos (v. 27), a quien será conferido todo poder. Jesucristo hace alusión a este pasaje ante es narrada en el 2 Mac 4,30-42. Queda una semana, que va desde la muerte de Onías hasta la de
el sumo sacerdote (Mt 26,64). Que este reino siga al sirio no prueba que le haya de suceder inme- Antíoco (164). Esta semana será de persecución, la cual el intérprete divide en dos mitades porla
diatamente. Es la misma ley que observamos en todos los profetas. supresión del sacrificio perpetuo, realizada por Antíoco IV en 168, y que duró tres años y medio.
" H ¿^S ve,?os 5"" n o s Presentan las luchas del imperio persa con el macedónico y la división La salud mesiánica, descrita en términos muy espirituales, vendrá después; pero tampoco inmedia-
ae éste a la muerte de Alejandro Magno. Los versos 9-19 narran la aparición de Antíoco IV, tamente después, como acaece en los demás profetas. El número de los años de cada grupo no se
que lucha contra el Oriente, el Occidente y contra Dios, persiguiendo a su religión y a su pueblo. ajusta matemáticamente a los años de la historia; pero téngase en cuenta que Daniel es un profeta,
Un 17-19, Gabriel da la debida explicación. no un historiador, y aun en estos últimos cabrían tales aproximaciones (cf. Jer 25,11 s.; 29,10).
DANIEL 9-10 938
jos, en todas las tierras a que los arrojaste L a respuesta de Dios por medio del 939 DANIEL 10-11
por las rebeliones con que contra ti se re- ángel Gabriel
belaron. 8 ¡Oh Yavé!, nuestra es la ver- 20
tro resplandecía como el relámpago, sus yo a ti? Porque tengo que volverme luego
güenza en el rostro de nuestros reyes, de Todavía estaba yo hablando, rogan- ojos eran como brasas de fuego, sus brazos a luchar con el principe de Persia, y en
nuestros príncipes, de nuestros padres, do, confesando mi pecado y el pecado y pies parecían de bronce bruñido y el saliendo yo, vendrá el príncipe de Gre-
porque contra ti pecamos. 9 Pero es de de mi pueblo, Israel, y presentando mis sonido de su voz era como rumor de mu- cia. * 2 i Pero yo te daré a conocer lo que
Yavé, nuestro Dios, el tener misericordia súplicas a Yavé, mi21Dios, por el monte chedumbre. 7 Yo solo, Daniel, vi la vi- está escrito en el libro de la verdad. Na-
y el perdonar aunque nos hayamos rebe- santo de mi Dios; todavía estaba ha- sión; los que conmigo estaban no vieron die me ayuda contra ellos, si no es Mi-
lado contra El. 10 No obedecimos la voz blando en mi oración, y aquel varón, Ga- nada, pero se sobrecogieron de gran te- guel, vuestro príncipe.
de Yavé, nuestro Dios, andando en sus briel, a quien antes vi en la visión, volan- rror y huyeron a esconderse.
Las luchas entre Siria y Egipto
leyes, que por mano de sus profetas puso do rápidamente, se llegó a mí, como 22
a la 8 Quédeme yo solo y vi esta gran visión.
delante de nosotros, n y todo Israel tras- hora del sacrificio de la tarde. Me en- No quedaron en mí fuerzas, se demudó
U l El año primero de Darío, medo,
pasó tu Ley, alejándose para no oír tu señó, hablando conmigo, y me dijo: Da- el color de mi rostro, quedé desencajado yo estuve allí para animarle y sos-
voz. Por eso vino sobre nosotros la mal- 23 niel, vengo ahora para hacerte entender. y perdí todo mi vigor. 9 Oí el sonido de tenerle. 2 Y ahora voy a darte a saber la
dición y el juramenta escrito en la Ley Cuando comenzaste tu plegaria fue dada sus palabras, y en oyendo el sonido de verdad. Habrá todavía tres reyes en Per-
de Moisés, siervo12 de Dios; por haber pe- la orden, y vengo para dártela a conocer, sus palabras, caí aturdido, rostro a tierra.
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cado contra El. El ha cumplido su pa- porque eres el predilecto. Oye, pues, la Pero me tocó una mano, sacudiendo
labra, la que dijo de nosotros y de los palabra y entiende la visión. mis rodillas y mis manos, H y me dijo:
jefes que nos gobiernan, trayendo sobre
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Setenta semanas están prefijadas so- Daniel, varón predilecto, está atento a las
nosotros males tan grandes como no los bre tu pueblo y sobre tu ciudad santa palabras que voy a decirte y ponte en pie
hubo nunca debajo del cielo, cual fue el para acabar las transgresiones y dar fin en el lugar en que estás, pues he sido en-
hecho en Jerusalén. 13 Vino todo este mal al pecado, para expiar la iniquidad y traer viado a ti. Una vez que me habló, púseme
sobre nosotros como está escrito en la la justicia eterna, para sellar la visión y en pie temblando. i 2 Díjome: Nada te-
Ley de Moisés, y no hemos implorado la profecía y ungir una santidad santísi- mas, Daniel, pues desde el primer día en Seleuco I Nicator, fundador del reino de Siria
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a Yavé, nuestro Dios, convirtiéndonos de ma. Sabe, pues, y entiende que desde que diste tu corazón a entender y a hu- (312-280)
nuestras iniquidades y haciendo verdad. la salida del oráculo sobre la restauración millarte en la presencia de tu Dios fue-
' 4 Por eso veló Yavé sobre este mal y lo y edificación de Jerusalén hasta un ungido ron oídas tus lipalabras, y por ellas he ve- sia, y el cuarto acumulará más riquezas
trajo sobre nosotros, porque justo es Ya- príncipe habrá siete semanas. En sesenta nido yo a ti; pero el príncipe del reino que los otros; cuando por sus riquezas
vé, nuestro Dios, en todas cuantas obras y dos semanas se reedificarán plazas y de Persia se me opuso veintiún días; mas sea poderoso,3 se levantará contra el reino
hace; pues no obedecimos su voz. muros. 2S Al fin de estos tiempos, sin jui- Miguel, uno de los príncipes supremos, de Grecia. * Pero se alzará en éste un
cio alguno será muerto un ungido. La vino en mi ayuda, y yo14me quedé allí rey valeroso que uominará con gran po-
15 Ahora, pues, Señor, Dios nuestro, ciudad y el santuario serán destruidos con junto al rey de Persia. * Vengo ahora
que sacaste a tu pueblo de la tierra de un príncipe; y el fin llegará como una para darte a conocer lo que sucederá a
Egipto con mano poderosa y te hiciste inundación, y durará hasta el fin la gue- tu pueblo en los tiempos venideros, pues
nombre cual lo tienes hoy: hemos pecado, rra. 27 Desaparecerá el pacto para muchos a estos tiempos se refiere la visión.
hemos obrado impíamente; J í pero, Se- una semana, y a la mitad de ésta cesará 15
Mientras me decía estas palabras es-
ñor, según tu gran misericordia, aparta el sacrificio y la oblación y habrá en el taba yoIScon los ojos puestos en tierra y
tu ira y tu furor de tu ciudad de Jerusa- santuario una abominación desoladora, mudo; cuando he aquí que uno que
lén, de tu monte santo, pues por nuestros hasta que la ruina decretada venga sobre parecía un hijo de hombre tocó mis la-
pecados y las iniquidades de nuestros pa- el devastador. * bios; abrí la boca y hablé, diciendo al que Tolomeo I Soter, fundador del reino de Egipto
dres, Jerusalén y tu pueblo son el oprobio delante de mi estaba: Mi señor, la visión (313-285)
de cuantos nos rodean. 17 Oye, pues, Dios me ha llenado de espanto y he perdido
nuestro, la oración de tu siervo, oye sus Luchas entre Persia y Grecia todo vigor. 17 ¿Cómo va a poder el siervo der y hará cuanto quiera. * 4 Y cuando
plegarias, y por amor de ti, Señor, haz 1 | | i El año tercero de Ciro, rey de de mi señor hablar a mi señor? Me fal- esté en la altura, se romperá su reino y
brillar tu faz sobre tu santuario devasta- 1 U Persia, fue hecha a Daniel, llamado tan las fuerzas y no tengo aliento. 1* En- será dividido hacia los cuatro vientos; no
do, is Oye, Dios mío, y escucha. Abre los Baltasar, una revelación. Esta revelación tonces el que parecía hijo de hombre me será de sus descendientes ni ya tan pode-
ojos y mira nuestras ruinas, mira la ciu- es verdadera y anuncia una gran calami- tocó de nuevo y me confortó. 19 Luego roso como fue, pues será dividido y pa-
dad sobre la que se invoca tu nombre, dad. Puso atención a la revelación y tuvo me dijo: Nada temas, varón predilecto; sará a otros distintos de ellos.
5
pues no por nuestras justicias te presenta- la inteligencia de la visión. * 2 Por aquellos sea contigo la paz. ¡Animo, valor! Y en El rey del mediodía vendrá, se hará
mos nuestras súplicas, sino por tus gran- días, yo, Daniel, estuve en duelo tres sema- hablándome, recobré mis fuerzas y dije: fuerte, pero uno de sus jefes será más
des misericordias.19 ¡Escucha, Señor! ¡Se- nas. 3 No comí manjar delicado, ni entró Hable mi señor, pues me has fortalecido. fuerte que él y dominará, siendo potente
2
ñor, perdona! ¡Atiende, Señor, y obra; no carne ni vino en mi boca, ni me ungí hasta " El me dijo: ¿Sabes para qué he venido su dominación. * s Al cabo de algunos
4
tardes, por amor de ti, Dios mío, ya que que no pasaron las tres semanas. El día 13
Los ángeles de los dos reinos, que defienden cada uno el que tienen encomendado, luchan
es invocado tu nombre sobre tu ciudad y veinticuatro del primer mes hallábame a como luchan los reinos mismos. Miguel, el ángel tutelar de Israel, interviene por cuanto esas luchas
sobre tu pueblo! las orillas del gran río, el Tigris. 5 Alcé no son extrañas a los intereses del pueblo de Dios.
los ojos y miré, viendo a un varón vestido 20
El texto de los w.10,20-11,2 está sin duda alterado. Su lección más correcta parece ser ésta:
de lino y con un cinturón de oro puro. «¿Sabes para qué he venido a ti? Porque tengo que volverme luego a luchar con el príncipe de
6 Su cuerpo era como de crisólito, su ros- Persia, y, en saliendo yo, vendrá el principe de Grecia. Y nadie me ayuda contra ellos, si no es Mi-
guel, vuestro príncipe. El estuvo para animarme y alentarme. Pero yo te daré a conocer lo que está
escrito en el libro de la verdad. Habrá todavía tres reyes».
27
Los sacrificios paganos en el templo duraron tres años; pero antes de su inauguración habla -| 2 La visión tiene lugar en el reinado de Ciro; luego el cuarto rey debe de ser Artajeries I,
transcurrido medio año. 1 ' que, para someter a los egipcios sublevados contr'" su autoridad, tuvo que sostener larga
•I A 1 Esta última visión de Daniel abarca los tres capítulos ro a 12, de los cuales el primero habla guerra.
3
* " de las luchas entre Persia y Macedonia (10,1-11,4); el segundo, de las luchas entre Siria y Este rey fuerte es Alejandro Magno, cuyo imperio, después de su mjerte y al cabo de grandes
Egipto (11,5-39); prosigue con las invasiones de Antíoco contra la Judea y acaba con un trozo ne- luchas,
5
acabó por dividirse en cuatro reinos: Egipto. Siria, Asia Menor y Macedonia.
tamente escatológico en que se habla de la resurrección de los muertos y del fin de las cosas (11, Este trozo, hasta el verso 30, nos presenta las relaciones entre Egipto (el rey del austro) y
40-12,13). Siria (el rey del norte). La muerte de Alejandro Magno (323) dio origen a grandes guerras entre
sus generales, que aspiraban a la totalidad de la herencia o de la mayor parte de ella. Tolomeo
D
4NIEL 11
941 DANIEL 11
940
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varíe a la ruina, pero no sucederá esto, la vencerá. Entrará en el suelo de la paz,
diod¡a, T ^ ' y la hf a del r e )
i ydel me levantará una gran muchedumbre y las
- cosa no le saldrá como quería. 1 8 Volverá en los lugares más fértiles de la provincia,
al del nor,e ara res tropas del rey del norte serán puestas en sus ojos del lado de las islas, y tomará y h a r á lo que no hicieron sus padres ni
>abw i»**
concor "* P " sus manos. I 2 Esta muchedumbre se en-
rá ella i , d ¡ a , pero no conserva- muchas, pero un jefe p o n d r á fin al opro- los padres de sus padres. Repartirá el
cerá ¿i • 2a d e su brazo ni
permane- soberbecerá y el corazón del rey se hin- bio que sobre ellas quiso echar y el opro- botín, los despojos y las riquezas, y trae-
V c o n t i ? ' fU b r a z o ; e l l a s e r á entregada, chará, derribará a muchos millares, pero
rá designios contra las fortalezas, todo
n o triunfará, 13 porque el rey del norte
ena ios que la trajeron, con su pa- volverá con una muchedumbre más nu- esto durante algún tiempo. 2 5 Al frente de
merosa que la primera, y al cabo de algún un gran ejército empleará su fuerza y su
tiempo marchará con un gran ejército y ardor contra el rey del mediodía. El rey
muchos aprestos. * 14 Entonces se alzarán del mediodía se empeñará en la guerra
con un ejército poderoso y muy numero-
so, pero no le resistirá, porque le harán
traición. * 2 6 Los que comen su pan le
quebrantarán y su ejército será destruido,
Seleuco III Cerauno (226-223) cayendo muchos muertos.
27
Totumeo y su esposa, Arsinoe (284-247) Los dos reyes meditarán en su co-
bio recaerá sobre él. * J 9 Acogeráse luego razón hacerse mal, y sentados a la misma
eü J CS*n-,7 e l 1 u e e n t o n c e s había sido su a las fortalezas de su tierra, pero se tam-
sosten. U n r e t o ñ o d e s u s r a . c e s s e a] _ baleará y caerá y n o se le hallará más.
zara en su lugar, y vendrá con ejército y Tolomeo III Evergetes (247-222)
entrará en las plazas fuertes del rey del L a p e r s e c u c i ó n c o n t r a el p u e b l o
norte, dispondrá de ellas y se h a r á p o - de Judá
muchos contra el rey del mediodía, y 20
hombres violentos de su pueblo se rebe- El que le sucederá m a n d a r á a lo me-
larán para cumplir la visión, y sucumbi- jor de la tierra un exactor, pero en pocos
rán. 15 El rey del norte avanzará y alzará días será quebrantado, y no por ira ni
baluartes y se apoderará de ciudades fuer- por guerra. * 2 1 U n h o m b r e despreciable
tes. Los ejércitos del mediodía no resis- Tolomeo V Epifanes (205-181)

mesa, se hablarán falazmente, m a s n o le


servirá de nada, porque llegará el fin al
Antíoco II Teos (261-246) tiempo señalado. 2 8 Volverá a su tierra
con grandes riquezas, y será en su corazón
deroso. * 8 A u n a sus dioses, sus imágenes hostil a la alianza santa, y obrará contra
fundidas y sus objetos preciosos de plata ella; luego se volverá a su tierra. * 2 9 Al
y oro los cogerá y se los llevará a Egipto. tiempo determinado marchará de nuevo
Estará luego algunos aflos alejado del rey Tolomeo IV Füopator (222-205) contra el mediodía, pero esta última vez
del norte, 9 y éste marchara contra el ScUuco II Calínico (246-226) no sucederán las cosas como en la prime-
rey del mediodía y se volverá a su tierra *. ocupará su puesto, sin estar revestido de r a ; * 3° vendrán contra él naves de Italia,
10 Su hijo saldrá a campaña y reunirá tiran, faltos de fuerza para resistir. 1 6 El la dignidad real. Aparecerá rodeado de y descorazonado, retrocederá. Luego, fu-
una muy grande muchedumbre de tro- que avanza contra él hará lo que quiera paz y se apoderará del reino por la intri- rioso contra la alianza santa, no se que-
p a s ; avanzará y se derramará como un y nadie podrá resistirle, y se quedará en ga. * 2 2 Las tropas, que se derramarán dará inactivo, y volverá a concertarse con
torrente, se desbordará, pero se volverá, lo mejor de la tierra, exterminando cuan- como un torrente, quedarán sumergidas los que abandonaron la alianza santa.
y llevará las hostilidades hasta la Forta- to caiga en su m a n o . 1 7 Querrá adueñarse ante é] y aniquiladas, así como también 31
A su orden se presentarán tropas que
leza. * u El rey del mediodía se enfure- de todo el reino del mediodía, y le dará
un jefe de la alianza. * 2 3 Después de ha- profanarán el santuario y la fortaleza y
cerá, y saliendo atacará al rey del n o r t e ; I su hija por mujer con la intención de He-
berse concertado con él, usará de engaños, h a r á n cesar el sacrificio perpetuo y alza-
se p o n d r á en marcha y con poca gente rán la abominación desoladora. * 3 2 Se-
Lagos fue el primero en instalarse en Alejandría, haciéndose dueño del Egipto (323). Seleuco Ni-
cator fundó a Antioquía, y en torno a ella el reino de A.sia, porque se extendía sobre la Siria, gran 18
Las aspiraciones de Antioco a dominar sobre las islas y el Asia Menor le pusieron enfrente
parte del Asia Menor y las provincias orientales del imperio de Alejandro (312). Murió asesinado de los romanos, que le vencieron en Magnesia (190), imponiéndole pesadas condiciones. Para cum-
por Tolomeo Cerauno (280). Le sucedió Antioco I Soter, su hijo (280-261), a quien anteriormente plirlas hizo una expedición a las provincias orientales, en que pereció al querer saquear un templo
había instalado por rey sobre las provincias orientales. en Elimaida (187).
6 Antioco II Teos (261-246) hizo la guerra a Tolomeo Filadelfo, y para acabar con ella y hacer 20
Seleuco IV, que sucedió a su padre (187-175), es el que envió a Heliodoro para apoderarse
las paces con el egipcio se casó con Berenice, hija de Tolomeo, repudiando a su esposa Laodice. de los tesoros del templo de Jerusalén y fue asesinado por su ministro, que aspiraba a ocupar el trono.
Pero, muerto Tolomeo, Antioco repudió a la egipcia, y Laodice, en venganza de la injuria recibida, 21
Este hombre despreciable no es otro que Antioco IV Epifanes, que arrebató el trono a su
mató al rey, a Berenice y a muchos egipcioo de la corte de la reina. Antioco tuvo por sucesor a su sobrino Demetrio, hijo de Seleuco.
hijo Seleucó II (246-226). . , . , , „ . . 22
Para lograr sus propósitos hubo de hacer la guerra a Heliodoro, a quien abandonó el ejército
7 Tolomeo III Evergetes (247-222), para vengar la muerte de su hermana, invadió la Siria y ante un representante de la antigua dinastía. Por esta época tuvo lugar la muerte del príncipe de la
so adentró hasta las provincias orientales del imperio, recogiendo gran botín y las estatuas de los alianza, que fue el pontífice Onías III (172).
Hiníes eaipcios que Gambises habla llevado a Persia cuando conquistó el Egipto (525). Seleuco re- 25
S r ó luego las provincias, excepto la Fenicia y la Palestina. Aquí comienza la primera y feliz expedición de Antioco contra el Egipto, en la que venció
9 Seleuco aspiraba a recuperar las provincias perdidas, pero sin lograrlo. Le sucedió Seleuco III a su2 8sobrino Tolomeo VI Filometor, traicionado por sus ministros.
Cerauno, que sólo reinó tres aflos, muriendo asesinado. Le sucedió su hijo Antioco III el Grande Este rey es Antioco IV, que, a costa de los judíos, se desquitará de sus reveses militares en
Egipto.
29
<Z23 l8
10 Antloco renovó la guerra contra el Egipto; pero la sangrienta derrota de Rafia (217) le obligó En su segunda campaña (168) se vio forzado por los legados romanos a levantar el cerco de
» hacer la paz, dejando al egipcio las provincias de la costa palestina. Alejandría y retirarse a su reino. Al volver humillado, pasó por Jerusalén y descargó su furor sobre
11io„ ;„s Antioco volverá a la carga contra los egipcios, y esta vez con más fortuna. Para con- los judíos. Al fin de aquel año comenzó en forma la persecución religiosa. Toda esta historia de An-
firmar la pal daré su hija Cleopatra a Tolomeo V Filadelfo (205-181). tioco IV, que aquí aparece envuelta en el misterio, aparece clara en los Macabeos.
31
Estos versículos contienen en síntesis la historia de los Macabeos. En 168, Antioco supri-
mirá el culto divino y colocará sobre el altar de los holocaustos la estatua de Júpiter Olímpico. Para
DANIEL 11-12 942
943 DANIEL 12-13
ducirá con sus halagos a los traidores a 4 ] Entrarán en la tierra gloriosa, y sucum'
la alianza santa; pero el pueblo que cono- birán m u c h o s ; pero Edom, M o a b y los de ellos dijo al varón vestido de lino, que su marido para solazarse, 8 y viéndola
ce a Dios obrará con firmeza, 33 y los sa- príncipes de los hijos de A m m ó n se libra- estaba sobre las aguas del río; ¿Cuándo cada día los dos ancianos entrar y sola*
bios de entre ellos instruirán a la muche- rán de sus manos. 4 2 Extenderá su m a n o sefá el fin y sucederán esas maravillas? zarse, sintieron por ella una pasión vehe-
7
dumbre. Caerán de entre ellos por un sobre muchas tierras, y n o escapará la de Y oí al varón vestido de lino, que esta- mente. 9 Y pervertido su juicio, n o mira-
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tiempo a la espada, al fuego, al cautiverio Egipto; se adueñará de tesoros de o r o ba sobre las aguas del río, que alzando al b a n al cielo ni se acordaban de los juicios
y al pillaje, 3 4 y mientras sucumben ten- y plata y de todas las preciosidades del cielo su derecha y su izquierda, juró por de Dios.
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drán poco socorro, y muchos se unirán Egipto; libios y etíopes le seguirán. Pero el que eternamente vive que eso será den- to A m b o s estaban heridos de a m o r por
a ellos hipócritamente. 3 5 Sucumbirán tam- nuevas venidas del oriente y del norte le tro de un tiempo, de tiempos y de la mitad Susana, pero n o se lo habían comuni-
bién algunos de los prudentes para que asustarán, y partirá muy enfurecido, 4
con de un tiempo, y que todo esto se cumplirá cado entre sí, n p o r q u e sentían vergüen-
sean depurados, purificados y blanquea- ánimo de exterminar a muchos. ¡ Alzará cuando la fuerza del pueblo de los santos za de confesarse uno a otro su pasión
dos, hasta que llegue el fin, que n o llegará la tienda de su palacio entre los mares y estuviera enteramente quebrantada. 8 Yo y el deseo q u e tenían de unirse a ella,
sino al tiempo determinado. el monte glorioso y santo. M a s luego lle- vi, pero n o entendiendo, pregunté: M i se- 12 y a porfía buscaban cada día ocasión
36 El rey h a r á lo que quiera, se enso- gará su fin sin que nadie pueda soco- ñor, ¿cuál será el fin de estas cosas?* de verla. Dijéronse, pues, el uno al o t r o ;
berbecerá y se gloriará por encima de to- rrerle. 9
Y él respondió: Anda, Daniel, que esas Vamos a casa, que ya es la hora de co-
dos los dioses, y del Dios de los dioses cosas están cerradas y selladas hasta el mer. Y salieron cada u n o por su l a d o ;
T r i u n f o del p u e b l o elegido 13
dirá cosas increíbles. Prosperará hasta que tiempo del fin. 10 Muchos serán purifica- pero d a n d o la vuelta, vinieron a jun-
llegue la ira a su consumación, porque lo 1 4 l Entonces se alzará Miguel, el gran dos, emblanquecidos y depurados; los tarse ambos en el mismo sitio. Pregun-
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que está decretado se cumplirá. * N o *• & príncipe, el defensor de los hijos impíos seguirán el mal y ninguno de los tándose la causa, se declararon su pasión,
respetará ni aun al dios de sus padres ni de tu pueblo, y será un tiempo de angus- malvados entenderá, pero los que tienen y en común espiaron el m o m e n t o de po-
a la divinidad que es la delicia de las mu- tia, tal como n o lo h u b o desde que existen entendimiento comprenderán. 11 Después der hallarla sola.
jeres ; no respetará dios alguno, porque se las naciones hasta ese día. Entonces se del tiempo de la cesación del sacrificio 1 4 Mientras esperaban la oportunidad
glorificará a sí mismo por encima de to- salvarán los que de tu pueblo estén es- perpetuo y del alzar la abominación de- entró Susana en el jardín, como de cos-
dos. * 3 S H o n r a r á en su lugar al dios de critos en el libro. * 2 Las muchedumbres soladora habrá mil doscientos noventa tumbre, acompañada sólo de dos donce-
las fortalezas, dios que n o conocieron sus de los que duermen en el polvo de la tierra días. 1 2 Bienaventurado el que espere y llas, para bañarse, porque hacía mucho
padres; le honrará con oro y plata, con se despertarán, unos para eterna vida, llegue a mil trescientos treinta y cinco calor. 1 5 Nadie había allí, fuera de los
piedras preciosas y cosas de gran valor. otros para eterna vergüenza y confusión. d í a s . 1 3 Y tú camina a tu fin y descansarás, dos ancianos que la observaban. "> Y
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A ese dios extraño dedicará las plazas 3 Los que fueron inteligentes brillarán con y al fin de los días te levantarás para reci- dijo a las doncellas: Traedme el aceite
fuertes, y colmará de honores a los que esplendor de cíelo, y los que enseñaron la bir t u heredad. y los ungüentos y cerrad las puertas,
le reconozcan, y los hará dominar sobre justicia a la muchedumbre resplandece- que voy a bañarme. 1 7 Hicieron ellas lo
muchos, distribuyéndoles tierras en mer- rán por siempre, eternamente, como las que se les m a n d a b a , y cerrando las puer-
ced. * estrellas. 4 Tú, Daniel, ten en secreto estas APÉNDICE tas del jardín, se salieron por un postigo
40 para traer lo que se les había m a n d a d o ,
Al fin de los tiempos, el rey del me- palabras y sella el libro hasta el tiempo
diodía chocará con el del norte, y el rey del fin. Muchos le leerán y acrecentarán PARTE DEUTEROCANÓNICA pero n o vieron a los ancianos, que es-
del norte caerá sobre él como una tem- su conocimiento. * (Gr. 13-14) taban escondidos.
5 18
pestad, con carros y jinetes y numerosas Yo, Daniel, miré y vi a dos hombres E n cuanto salieron las doncellas, se
naves; avanzará por las tierras, se derra- que estaban en pie, el uno al lado de acá Historia de Susana levantaron éstos y se acercaron a Susa-
mará como un torrente y se desbordará. * I del río, el otro del lado de allá; * 6 y uno I O 1 M o r a b a en Babilonia u n varón na, 1 9 diciéndole: Las puertas están ce-
*• *t cuyo nombre era Joaquín. * 2 Ha- rradas, nadie nos ve y nosotros ardemos
esto se apoyará en muchos judíos traidores a la alianza santa y amadores del helenismo, los impíos bía t o m a d o por mujer a una llamada Su- en pasión por ti; consiente, pues, y en-
o prevaricadores de los libros de los Macabeos. Al contrario, los fieles resistirán, luchando al prin- sana, hija de Helcías, muy hermosa y trégate a nosotros; 2 0 de lo contrario,
cipio con grandes dificultades; pero luego se harán fuertes y triunfarán hasta echar por tierra la temerosa de Dios, 3 pues sus padres, que daremos testimonio contra ti de que es-
nefasta obra de Antíoco (165), que acabará herido por Dios con una dolorosa enfermedad (164). eran justos, la habian educado según la tabas con un joven, y que por eso des-
36
La manía antirreligiosa de Antíoco de que aquí se habla no se mostró sólo en la persecu- pediste a las doncellas. 21 R o m p i ó a llorar
ción del culto judío, sino en su olvido del dios tradicional en su familia, Apolo, a quien sustituyó Ley de Moisés. 4 Era Joaquín muy rico,
por Júpiter. A él dedicó el templo de Jerusalén bajo el apellido de Olímpico. y tenía contiguo a su casa un jardín fru- Susana y dijo: Por todas partes m e siento
37
Este dios «delicia de las mujeres» es Tammuz, en griego Adonis, a quien lloraban las mujeres tal. Concurrían a su casa los judíos por en angustia; porque si hago lo que me
en su santuario de Dafne (Ez 8,14; Is 17,10). ser él el más ilustre de todos. proponéis, vendrá sobre mí la muerte, y
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Es este «dios de las fortalezas» Júpiter, a quien en el monte Silpio, cerca de Antioquía, levantó 5 Aquel año habían sido designados jue- si me niego, no escaparé de vuestras m a -
un suntuoso templo bajo el título de Júpiter Máximo. Este dios estaba revestido de las formas ro- ces dos ancianos de esos de quienes dijo nos. 2 2 M a s prefiero caer inculpable en
manas de Júpiter Capitolino para adulación de los romanos, pero que en la mente de Antíoco era vuestras manos a pecar contra el Señor.
siempre el Júpiter Olímpico o el dios sirio Baal-Samem, señor de los cielos, cuyo culto se complacía el Señor: Salió la iniquidad de Babilonia,
en fomentar, otorgando grandes mercedes a las ciudades que se distinguían en su veneración. de los ancianos constituidos en jueces, que 23
40
Se trata aquí de una tercera campaña de Antíoco contra el Egipto, que la Historia totalmente parecían gobernar al pueblo. * Frecuen- Y levantando ella la voz, la levan-
desconoce. Por esto, la explicación más razonable de estos w.40-45 es que el profeta, dejando la t a b a n éstos la casa de Joaquín y a ellos taron también los dos ancianos contra
Historia y apoyándose en ella, salta desde el gran perseguidor del pueblo judío a otro perseguidor venían cuantos tenían algún pleito. 7 H a - ella. 2 4 Corrió uno de los dos a abrir las
del fin de los tiempos, al anticristo, que entonces vendrá a suscitar la última prueba del pueblo de cia el mediodía, cuando el pueblo se había puertas del jardín. 2 5 Apenas oyeron los
Dios. Sería esto como el puente entre la época de Antíoco y la época final, que nos describe en el gritos los que estaban en casa, se precipi-
capítulo siguiente. Es la explicación más razonable de estos obscuros versículos (40-45), que el retirado, entraba Susana en el jardín de
profeta salta desde Antíoco, el gran perseguidor, al anticristo, a quien el profeta nos pinta con colo-
res tomados de la historia de Antíoco. un tiempo, dos tiempos y medio tiempo, o sea dentro de media semana de años, la que duró la pro-
1 fanación del templo. San Juan divide también en su Apocalipsis la historia del mundo en dos medias
0 Con esto llegamos al fin de las cosas, las postreras luchas, que terminan con la resurrec-
1 " '4 ción final, el triunfo definitivo de todos los siervos de Dios y el castigo de los impíos.
semanas, la primera antes de la aparición del Mesías y la segunda después. Esta cronología, pura-
mente simbólica, está inspirada en la duración de la profanación del templo por Antíoco.
El libro en que esto está escrito debe ser sellado, para que nadie lo pueda leer hasta que se 8
Después del v.7, en que se da la posible satisfacción a la pregunta del profeta, pues para él es
acerque el fin. Entonces se hará público y servirá para fortalecer los ánimos en las luchas que deben la respuesta, los w.n-12 parece deben ser mirados como una glosa un tanto enigmática.
sufrir.
s
Una nueva visión pone fin al vaticinio. Dos personajes aparecen, de los cuales uno pregunta
al otro por el fin de las cosas. El preguntado responde, jurando solemnemente, que será dentro de 1 **0 t Este capítulo, de una parte nos presenta la comunidad judía gozando de amplia autono-
mía, hasta imponer penas capitales; de otra nos muestra un hermoso ejemplo de castidad
conyugal que la Iglesia recuerda con frecuencia en su liturgia.
"ANIEL 13-14 945 v
944 DANIEL 14
ar p s l p o s i g o en e todos sus amigos. 3 Tenían los babilonios creta por la que entraban a consumir lo
?"°p"Vv£ i0 l; í. > j«- inquirir ni poner en claro la 48verdad con- un ídolo llamadt Bel, que cotidianamen- que se colocaba sobre la mesa, 22 y los
'os ancianos se J £ ? C apr a sna b a ; 2 6 y luego denáis a esa hija de Israel? Volved 41 te consumía doce artabas de flor de ha- mandó matar. Después entregó Bel a
siervos g r a n d e m ^ ° ' Redando los tribunal, porque éstos han testificado fal- rina, cuarenta ovejas y seis metretas de Daniel, que lo destruyó, así como su
3 ^ J'amls « S a Jn lt eer Ccoo ns af usne d i d o s , por- samente
de 49
contra ella. vino. 4 El rey le veneraba e iba cada día templo.
Susana. «abía dicho Y todo el pueblo a gran prisa se a adorarle; pero Daniel adoraba a su 23
volvió. Los ancianos le dijeron: Ven, sién- Había también un gran dragón muy
l S t0d el u e b I c Dios. Díjole el rey: ¿Por qué no adoras venerado de los babilonios 24 Dijo el
^ié a%7Z t
y vinieron asTmism ,
° "
su m a r i d o
° °- tate en medio de nosotros, porque el
faquín, Señor te ha dado el honor de la anciani-
5
a Bel? A lo que Daniel respondió: rey a Daniel: ¡No dirás de éste que es
llenos de p e r v S ? ° ' ° S d o s ancianos, dad. 50 Díjoles Daniel: Separadlos uno Porque yo no adoro ídolos hechos por hecho de bronce! Mira que está vivo y
Susana, a S ™ L S a ™ f « o S contra de otro, que voy a interrogarlos. 51 Así manos de hombres, sino al Dios vivo, que come y bebe; de éste no podrás de-
Ante el ~J£X ^ " í " ™ hacer morir que los hubieron separado uno de otro, hacedor del cielo y de la tierra y sobe- cir que no es dios vivo. Adórale, pues.
Por S u s a n a ^ h l d e Vdijeron: e í ^ ^ 28 * Enviad
^ " V Í a d llamó a uno de ellos y le dijo: Viejo en- rano de toda carne. 6 E1 rey le replicó: 25 A lo que Daniel contestó: Al Señor,
n v. l r l lelcías
Joaquín. Y eenviaron C13s y
lpor ,, y mmuu er de
J vejecido en la maldad, ahora vienen so- ¿Crees que Bel no es un dios vivo? ¿No mi Dios, adoraré, porque él solo es Dios
Susana, ella. 29 Llegó bre ti las maldades que tantas veces hi- ves cuánto come y bebe cada día? i Le vivo. 2* Si tú, rey, me lo permites, yo
todos sus pTrien^. S ^ » ^ * » * sus padres, hijos y ciste, 52 juzgando injustamente, condenan- contestó Daniel, riendo: No se deje en- mataré a este dragón sin espada ni palo.
do a los inocentes y absolviendo a los gañar el rey; éste, que por dentro sólo Respondióle el rey: En tu poder está.
ba•"•Eraí e Susana a a muy culpables, es barro y por fuera sólo bronce, no ha 27 Y tomando Daniel pez, grasa y pelos,
S S I S & S V í ^ » "' i - cuando Dios dice: No mata-
rás al inocente y al justo. 53 Dinos, si comido jamás. lo hirvió todo junto e hizo unas bolas,
briese D ^ aa ° SS aar cm aSen d Ca roonn , a°ue se
vista d descu- viste a ésta, ¿bajo qué árbol los viste
8
Encolerizado el rey, llamó a los sacer- que luego dio al dragón, el cual las co-
belleza ^ 32Lloraban
L1 0 r X * su
yos yZ ;todos cuantos entre la veían tanto los su- acariciarse? El contestó: Bajo un lentis- dotes y les dijo: Si no me decís quién mió, reventando con ellas. Y dijo: Mi-
co. 54 Replicó Daniel: Muy bien, has consume
9
todas esas provisiones, moriréis; rad lo que venerabais. 28 Cuando esto
mentido contra tu propia cabeza, pues pero si me hacéis ver que es Bel quien oyeron los babilonios, se irritaron sobre-
bre la cabeza X ' < í u s l e r o n sus m a n o s so- ya el ángel de Dios ha recibido de El las consume, morirá Daniel, por haber manera y se amotinaron contra el rey,
miraba alTcielo^llfnn ' ana qUe Uorando
I i» K - - ••- blasfemado contra Bel. Contestó Daniel diciendo: El rey se ha hecho judío. Ha
fianza en el SpñAr « ? SU c o r a z o n de con- ciéndole retirar, mandó traer al otro v al rey: Hágase según tu palabra. 10 Se- derribado a Bel, ha matado al dragón
d tenta eran los sacerdotes de Bel, fuera de y ha degollado a sus sacerdotes. 29 Y lle-
.
Mientras n o s paseábamos
T a s e á b a msolos n ^ ^por^ ^ Jel Í! ! í ? : R atez a sedujo
la belleza
de Can an
. y. la pasión
* " ? . pervirtió
?_'»& sus mujeres e hijos. Vino el rey con Da- gándose al rey, le dijeron: Entréganos a
jardín entró ésta con dos siervas, y ce- tu corazón. 56 Así hacíais a las hijas de niel al templo de Bel, n y le dijeron los Daniel; si no, te mataremos a ti y a
rrando las puertas del jardín, despidió Israel, y ellas de miedo se os rendían, sacerdotes: Nosotros saldremos fuera y tu casa. 30 Y viéndose el rey muy acosa-
a las siervas. 36 En seguida se acercó un pero esta hija de Judá no consintió en tú, rey, pondrás los alimentos y el vino do, les entregó a Daniel a la fuerza, 31 y
joven que estaba escondido en el jardín vuestra iniquidad. 57 Ahora, pues, ¿bajo mezclados y cerrarás la puerta y la se- le arrojaron a la leonera.
y se acostó con ella. 37 Y hallándonos qué árbol los habéis sorprendido acari- llarás con tu anillo; 1 2 y si al venir por
nosotros en un ángulo del huerto, vimos ciándose uno a otro? Contestó él: Bajo la mañana no hallamos que los alimen- Daniel, otra vez en el foso de los
la maldad, y corrimos a ellos y los vimos una encina. 58 Díjole Daniel: Muy bien
que estaban pecando, 38 p e r o n o pudi- has mentido también tú contra tu propia tos han sido consumidos por Bel, morire- leones
mos detener al joven por ser más fuerte cabeza, pues el ángel de Dios tiene pronta mos; en caso contrario, Daniel nos ha- 32
que nosotros, y abriendo las puertas, se ya la espada para rajarte por medio: brá calumniado. Había allí siete leones, y allí estuvo
escapó. 39 p e r o cogimos a ésta, y pre- para aniquilaros. 13 Estaban ellos muy confiados, por- Daniel siete días. Daban a los leones cada
guntándole quién fuese el joven, no quiso 59
Y toda la asamblea levantó la voz, que debajo de la mesa habían hecho una día dos esclavos y dos ovejas. Pero du-
decírnoslo. De esto damos nosotros tes- bendiciendo a Dios, que salva a los que entrada secreta, por la cual se introdu- rante aquellos días no les dieron nada,
4
timonio. « Y ¡a asamblea, como se tra- en El esperan. 60 Y se alzaron contra los cían siempre para consumir las provisio- para que devorasen a Daniel. 33 Vivía en-
taba de ancianos del pueblo y por aña- dos viejos, a quienes Daniel había con- nes. 1 4 Pero así que salieron ellos y el tonces en Judea el profeta Habacuc, el
didura jueces, los creyó y la condenaron vencido por su propia declaración de ha- rey colocó las provisiones, ordenó Da- cual, cocida la comida y mojado el pan
a 41muerte. ber falsamente testificado; 61 y según la niel a sus siervos que trajeran ceniza, y en la cazuela, se iba 34 al campo para lle-
Levantó entonces Susana la voz y Ley de Moisés, les hicieron como ellos en presencia del rey solo la extendieron varlo a los segadores. Pero el ángel del
dijo: ¡Dios eterno, conocedor de todo lo mismos habían maquinado contra su pró- por todo el pavimento del templo. Des- Señor dijo a Habacuc: Lleva la comida
oculto, que ves las cosas todas antes jimo. Diéronles muerte y se salvó en pués salieron y cerraron la puerta; lue- que tienes preparada a Daniel, que está
que sucedan! 4 2 Tú sabes que han decla- aquel día la sangre inocente. 62 Helcías y go de sellarla con el sello real, se retira- 35 en Babilonia, en el foso de los leones.
rado falsamente contra mí. Tú sabes que su mujer alabaron a Dios por la salva- ron. 15 Por la noche vinieron, como de Y contestó Habacuc: Señor, nunca he
muero sin haber hecho nada de cuanto ción de su hija, y con ellos Joaquín, su costumbre, los sacerdotes con sus muje- visto a Babilonia 3S
y no sé qué es el foso
éstos han inventado44
contra mí. 43 Oyó el marido, y todos sus parientes, porque no res e hijos, y comieron y bebieron todas de los leones. Y tomándole el ángel
Señor su voz; y mientras era llevada a fue hallada en ella torpeza. « Y desde las provisiones. del Señor por la coronilla, por los ca-
la muerte despertó Dios el espíritu 45santo aquel día en adelante, Daniel se hizo fa- i* Madrugó elí 7 rey muy de mañana, y bellos de su cabeza, le llevó a Babilonia,
de un jovencito llamado Daniel, que moso en el pueblo. Daniel con él; y dijo el rey: Daniel, encima37del foso, con la velocidad del es-
con voz fuerte gritó: Yo soy inocente de ¿están intactos los8 sellos? Daniel contes- píritu. Y gritó Habacuc, diciendo: ¡Da-
la sangre de ésa. 4e Y todo el pueblo se Historia de Bel y el dragón tó: Intactos, rey. l Abrió luego las puer- niel, Daniel!, toma la comida que Dios
volvió a él, diciéndole: ¿Qué significan 47
1 A 1 Reunióse Astiages con sus pa- 38
tas y miró el rey a la mesa, y dijo en alta te envía. Y contestó Daniel: ¡En ver-
esas palabras que has proferido? Y él, J. ^i dres, sucediéndole en el reino Ciro voz: Grande eres, Bel, y no hay en ti dad, oh Dios, te has acordado de mí,
puesto en medio de ellos, dijo: ¿Tan el persa. * 2 Era Daniel uno de los co- engaño alguno, 19 Se sonrió Daniel, y 39 pues no abandonas a los que te aman!
insensatos sois, hijos de Israel, que sin mensales del rey, el más honrado de deteniendo al rey para que no entrase Y levantándose, comió, y al instante
dentro, le dijo: Mira el pavimento
2
y ve el ángel de Dios restituyó a Habacuc a
de quién son estas pisadas. <> Respondió su lugar.
1 ^4 ! Este capítulo contiene dos episodios de la historia de Daniel, que son dos pruebas iróni-
camente escritas para probar la inanidad de los dioses gentílicos, en las que tanto insiste la el rey: Veo pisadas de hombres, de mu-
literatura bíblica posterior a la cautividad. Conviene advertir que en la religión asírio-babilónica el jeres y de niños. E irritado el rey, 21 hizo El rey da gloria a Dios
sacrificio tenía un carácter notablemente alimenticio de los dioses. prender a los sacerdotes, a sus mujeres 40
Al día siguiente vino el rey a llorar
e hijos, que le mostraron la puerta se- a Daniel, y llegando al foso, miró y vio
OSEAS 1 94^7 947 OSEAS 1-3

a Daniel sentado, «i Entonces, levantan-1 tonces el rey dijo: Teman todos los mora- p o r q u e ya no m e compadeceré de la me tomaré mi lana y mi lino, que habían
do la voz, dijo: ¡Grande eres, Señor Dios dores de la tierra al Dios de Daniel, casa de Israel, no la perdonaré jamás. de cubrir su desnudez, l(l ( , 2 ) y voy a
42 \Pi'lniei'- y n o hay otro íuera de
ti! porque es el verdadero salvador, que hace 7
Pero tendré misericordia de la casa de descubrir sus vergüenzas a los ojos de
Y le sacó del foso y arrojó en él a los milagros y maravillas en la tierra y h a J u d á y los salvaré por Yavé, D i o s ; no sus amantes. Nadie la librará de mi mano.
causantes de su condena, que al instante, librado a Daniel del foso de los leones, 11 l3
los salvaré con arco, ni con espada, ni ( ) H a r é cesar todas sus alegrías, sus
en su presencia, fueron devorados. " 3 En-1 (Vulgata.) * con guerra, ni con caballos y jinetes. fiestas, sus novilunios, sus sábados y to-
8 das sus solemnidades. 12 (14) Talaré sus
Luego de destetar a Lo-Rujama volvió
J e r S 'f U '° n 0 s e ' " e n ' a s v e r s ' o n e s griegas, sino sólo en la Vulgata. Con esta especie de a concebir y parió un hijo; 9 y dijo Y a v é : viñas y sus higuerales, de los que decía:
pregón a todos «los moradores de la tierra» se viene a resumir el pesamiento que resalta en este Llámale Lo-Ammi ( N o más mi pueblo), Es el salario que mis amantes me dan.
capitulo: la inanidad de los dioses gentílicos y la verdad del sólo Dios de Israel, reconocida por el
rey de Persia. porque vosotros no sois ya mi pueblo y La reduciré a un matorral y la devora-
yo no soy ya vuestro Dios. rán las bestias del campo. 13 (15) La cas-
10 tigaré p o r los días en que incensaba a
(2 i) Será la muchedumbre de los hi-
jos de Israel c o m o las arenas del mar, los baales y, adornándose con sus anillos
que son sin medida y sin n ú m e r o ; y en y sus collares, se iba con sus amantes y
O S E A S el lugar mismo en que se les dijo: Vos- me olvidaba a mí, dice Yavé.
otros no sois mi pueblo, se dirá de ellos:
Los hijos del D i o s vivo. 11 ( 2 ) Los hijos Promesas de redención
Profetizó Oseas, hijo de Berí, en los reinados de Jeroboam II (784-744) y Me- de Judá y los hijos de Israel se juntarán 14 (16) Así la atraeré y la llevaré al de-
nahem (744-738)1 reyes de Israel, y Ozias (760-737) y ]otara (737-736), reyes en u n o y se darán un jefe único y se des- sierto y la hablaré al c o r a z ó n ; * 1 5 ( 1 7 ) y
de Judá, cuando el peligro asirio estaba aún lejos y el Egipto, dividido entonces b o r d a r á n de la tierra, pues será grande fuera ya de allí, yo le daré sus villas y el
y sin fuerza, daba lugar a que los reyes sacerdotes de Etiopía fueran adueñándose el día de Jezreel. valle de Acor como puerta de esperanza;
poco a poco de todo el valle del Nilo. Ejerció el ministerio en el reino del Norte, del y allí cantará como cantaba en los días
1 3
cual parece era originario. Hallábase el reino muy floreciente y poderoso, gracias
a las conquistas que al norte y al sur habla realizado Jeroboam II. Por esto dominaba
2 no( )ADecid, pues, a vuestro herma-
m m i (Mi pueblo) y a vuestra
2 4
h e r m a n a Rujama (Misericordia): ( ) Pro-
de su juventud, c o m o en los días en que
subió de la tierra de Egipto. 16 ( I8 ) En-
tonces, dice Yavé, me llamará «mi m a -
el lujo y la relajación de costumbres, la avaricia y el cohecho en los gobernantes, la testad de vuestra madre, protestad, por- rido», no m e llamará baalí. 1 7 ( 19 ) Quita-
violencia en los poderosos. En los santuarios de Betel y Dan se daba culto a Yavé, que ni ella es mi mujer ni yo soy su ma- ré de su boca los nombres de los baales,
pero en forma poco ajustada a la Ley. Tampoco escaseaban los que francamente se rido. Q u e aleje de su rostro sus fornica- Í>ara que no vuelva nunca a mencionar-
entregaban a la superstición y al culto de los ídolos. En los vaticinios de Oseas llaman ciones, y de entre sus pechos sus prosti- os p o r sus nombres. 1 8 (20) En aquel día
la atención los tres primeros capítulos, que deben tomarse como símbolos, a modo tuciones ; 3 (5) n o sea que yo la despoje haré en favor de ellos concierto con las
de parábolas, aunque no falten quienes los toman como episodios históricos de la vida y, desnu ja, la ponga c o m o el día en que bestias del campo, con las aves del cielo
nació y la convierta en desierto, en tierra y con los reptiles de la tierra, y quebraré
del profeta.
árida, y la haga morir de sed. * ( s ) Y no en la tierra arco, espada y guerra, y haré
Los capítulos 4-8 abarcan una serie de discursos en que el profeta pinta con vivos tendré piedad de sus hijos, porque son que reposen seguros. 1 9 ( 2 ') Seré tu esposo
colores los pecados del pueblo y de sus clases directoras. Los tres que siguen (9-11) hijos de prostitución. 5 (7) Su madre se para siempre, y te desposaré conmigo en
insisten, sobre todo, en el castigo que sobre todos vendrá, aunque al fin Dios tendrá prostituyó, la que les concibió se deshon- justicia, en juicio, en misericordias y pie"
piedad de ellos. Por último, los capítulos 12-13 vuelven a insistir sobre los pecados, ró, y dijo: M e iré tras de mis amantes, dades, 2 0 ( 22 ) y yo seré tu esposo en fide«
para acabar con las promesas de salud en el 14. q u e ellos m e dan mi pan y mi agua, mi lidad, y tú reconocerás a Yavé.
lana y mi lino, mi aceite y mi bebida. 21 (23) En aquel día yo seré propicio,
6 8
( ) P o r eso voy yo a cercar su camino dice Yavé; seré propicio a los cielos,
con zarzas y a alzar un m u r o para que los cielos serán propicios a la tierra,
S U M A R T O P R I M E R A P A R T E : Matrimonios simbólicos del profeta
n o pueda hallar ya sus sendas. 7 ( 9 ) Irá 22
(24) la tierra propicia al trigo, al mosto
(1-3). S E G U N D A P A R T E : Discursos proféticos (4-14). en seguimiento de sus amantes, pero no y al aceite, y éstos propicios a Jezreel.
los alcanzará; los buscará, mas no los 23 (25) Y o sembraré en la tierra para mí,
P R I M E R A P A R T E I j o s d e prostitución, pues que se prostitu- hallará, y se dirá: Voy a volverme con y me compadeceré de Lo-Rujama, 24 y
ye la tierra apartándose de Yavé * mi primer m a r i d o , pues mejor m e iba diré a L o - A m m i : «Tú eres mi pueblo»,
M A T R I M O N I O S SIMBÓLICOS D E L PROFETA | 3 Fue, pues, y t o m ó p o r mujer a G o - entonces que m e va ahora. 8 ( 10 ) N o ha y él m e responderá: «Tú, mi Dios».
mer, hija de Diblairn, que concibió y le querido reconocer que era yo quien le
(1-3) d a b a el trigo, el mosto y el aceite; y la i Díjome Y a v é : Ve otra vez y a m a
L a m u j e r p r o s t i t u t a y s i n hijos,
parió un hijo; 4 y le dijo Y a v é : Ponle
p o r n o m b r e Jezreel, porque de aquí a plata que yo pródigamente le daba, igual 3
a u n a mujer amante de otro y adúl-
símbolo d e Israel que el oro, se lo consagraba a Baal. tera; ámala como ama Yavé a lo? hijos
poco visitaré yo las matanzas de Jezreel 9 n
i ' Palabra de Yavé dirigida a Oseas, sobre la casa de Jehú y pondré fin al ( ) P o r eso voy a recobrar mi trigo de Israel, a pesar de que se van tras otros
* hijo de Berí, en tiempos de Ozias, reino de la casa de Israel. 5 Aquel día a su tiempo y mi mosto a su sazón, y dioses y se deleitan con las tortas de pa-
Jotam, Ajaz y Ezequías, reyes de Judá, romperé yo el arco de Israel en el valle
y en tiempos de Jeroboam, hijo de Joaz de Jezreel. dre. La mujer representa aquí la nación infiel a Dios por sus idolatrías, y los hijos son los israelitas,
6 que Dios no quiere mirar por suyos, porque son hijos del adulterio.
rey de Israel. * 2 Comienzo del hablar de Concibió ella de nuevo y parió una Lo contrario ocurre después, cuando la nación se vuelve a Dios por la penitencia y Dios U recibe
Yavé en Oseas. Dijo Yavé a Oseas: Ve, hija; y Yavé dijo a Oseas: Dale el n o m - como esposa. Todos entonces son legitimados.
toma por mujer una prostituta y ten hi- | bre de Lo-Rujama (No más misericordia), Para inteligencia de este vaticinio, que abarca los tres capítulos primeros, es indispensable alguna
trasposicicu tn el texto, que a todas luces está incorrecto. El orden en que se debe leer es: 1,1-6;
1 • S J 1 . omDres d e Ajaz y Ezequías han debido de ser añadidos posteriormente por algún co- 8-9; 2,2-26; 1,7.10-11; 2,1. La numeración entre () es la del hebreo, que en estos capítulos es dis-
pista. No es probable que Oseas haya alcanzado estos reinados, que sufrieron plenamente las tinta de la Vulgata.
14
invasiones asmas, cuando el profeta las contempla aún lejanas. La primera parte del vaticinio amenaza con el castigo, que llevará la privación de todos los
» i ; s frecuente en la Escritura la imagen del matrimonio para expresar las relaciones de Yavé 2 bienes que Israel recibía de Dios y él consagraba a los ídolos; la segunda, la reconciliación y la
afí !r A q u í se ^ ' c e a ' Profeta que se case con una mujer pública, que proseguirá en su mala vida. devolución de aquellos bienes en mayor abundancia, y luego la unión de los reinos bajo un jefe
añadiendo que los hijos en ella engendrados serán tenidos por lo que merecen, atendiendo a la ma- único, que será un descendiente de David, según 3,5.
OSEAS 3-5 948 949 OSEAS 5-8
sas. * 2 111 compré por quince sielos de I nicación, vino y mosto quitan el juicio/
plulu, un iómer de cebada y un letec de 12 Mi pueblo pregunta al leño, y el leño traño los devorará a ellos y a sus campos. L a iniquidad de los reyes y los
vino. 3 Dijele: Has de estarte reservada 8 ¡Tocad la bocina en Gueba! ¡Tocad grandes
>,,-,,„ mí
para 3n¡iVi«-
muchon tiempo;
. . A„ „«,..»
no te ...... J . I i e responde, porque el espíritu de forni-
prostitu- la trompeta en Rama! ¡Dad a alarma
cación le ha descarriado y fornicaron, 1 Se han revelado la iniquidad de
yas, no te entregues a hombre4 alguno, alejándose de su Dios. 13 Ofrecen sacri-
también yo me reservaré para ti; porque ficios en las cimas de los montes, y en
a9 Betaven! ¡Está aterrado Benjamín!
Efraím será campo de devastación el 7 Efraím y la perversidad de Samaría;
mucho tiempo han de estar los hijos de los collados queman sus ofrendas bajo día del castigo; lo que a las tribus de obran fraudulentamente. Entra dentro el
Israel sin rey, sin jefes, sin sacrificio y las encinas, bajo los álamos, bajo los Israel les anuncio es cosa cierta. 10 Los ladrón y2 fuera hace sus correrías el ban-
sin cipos, sin efod y sin terafim. 5 Luego terebintos, de grata sombra. Por eso for- príncipes de Judá se han hecho como dido, * sin que allí nadie deje nada.
volverán los hijos de Israel y buscarán a nicarán vuestras hijas y adulterarán vues- los que mudan los linderos, y yo derra- Yo tengo presente su malicia, sus obras
Yavé, su Dios, y a David, su rey, y se tras nueras, 14 y no castigaré las fornica- maré sobre ellos mi ira como un torrente. los rodean y están patentes ante mí.
apresurarán a venir temerosos a Yavé y ciones de vuestras hijas ni los adulterios 11 Efraím maltrata y oprime a quien le 3 Regocijaban al rey con sus malicias, y
a sus bienes al fin de los días. de vuestras nueras, porque ellos mismos reprende, porque le exhorta a seguir la con sus mentiras a los príncipes, 4 mien-
se van aparte con rameras y sacrifican regla, i 2 Yo seré, pues, la polilla de tras que todos respiraban furor como
SEGUNDA PARTE con prostitutas, y el pueblo, por no en- Efraím y la carcoma de la casa de Judá. horno a punto de abrasar la hornada.
tender, perecerá. "Efraím ve su debilidad y ve Judá su Cesa el hornero de enrojar mientras se
DISCURSOS PROFÉTICOS | 15
Si tú, Israel, te prostituyes, que al llaga, y Efraím se vuelve a Asur y Judá amasa y fermenta lo amasado. 5 Ya el día
menos no lo haga Judá. No vayáis a Guil- manda embajadores al rey grande, pero mismo de «nuestro rey» comienzan a en-
(4-14) no podrá él curaros ni sanar vuestra cenderse los principes con el vino mezcla-
gal, no subáis a Betaven ni juréis por la
Reproches p o r los pecados vida de Yavé. * 16 Porque como vaca llaga, 14 porque yo seré como león para do
6
que beben en compañía de bandidos,
1
Oíd la palabra de Yavé, hijos de cerril, es cerril Israel; por eso en adelante Efraím y como cachorro de león para la prestos en su emboscada como en horno.
4 Israel, que va a querellarse Yavé con- le apacentará Yavé 7
como a oveja en casa de Judá. Yo, yo cogeré la presa y Su furor ha descansado durante la no-
che, pero a la mañana se encendió como
tra los habitantes de la tierra, porque lugar amplio. 1 Efraím está atado a los me iré, yo la arrebataré y nadie me la
ardiente fuego. 7 Todos se encendieron
no hay en la tierra verdad, ni misericor- ídolos, déjale. 18 Se les ha subido el vino arrancará. 15 Me iré, mas volveré a mi
dia, ni conocimiento de Dios. * 2 Perju-, CaI.,0 lan cabeza, , , se. han , „dado, , a la fornica-
_ ., lugar hasta que hayan expiado su peca- como horno y devoraron a sus gober-
ran, mienten, matan, roban, adulteran, l l a . : a la gloria d e Yavé han preferido do y busquen mi rostro. En su angustia nantes. Todos sus reyes sucumbieron, pero
oprimen, y las sangres se suceden a las s u signominia. » Arrebatarale el viento en ya me buscarán. nadie de entre ellos recurrió a mí.
alas 8
sangres. 3 Por eso está en luto la tierra y s e a vergonzarán de sus altares. Efraím se aceita de las gentes; es como
y desfallecen cuantos en ella moran, aun ,-, _._ , , J „ * „ „ ., i„„ „„'„„:„„„ Falsa conversión torta a que no se dio vuelta. * Los extra-
las bestias salvajes y las aves del cielo, y C o n 1t r a I o s sacerdotes y los principes ños devoran su substancia, sin que él se
1 Venid y volvamos a Yavé; El des-
hasta los peces del mar perecen. Pero C 4
¡Oíd! esto, sacerdotes! ¡Escucha, ca- 6 garró, El nos curará; El hirió, El nos
dé cuenta; ya tiene canas, sin que él lo
haya advertido; i° a Israel le sale a la cara
nadie protesta, nadie reprende. «* sa de Israel! ¡Atiende, casa del rey! vendará. 2 El nos dará vida a los dos su arrogancia; no se vuelven a Yavé, su
También contra vosotros me querello, Que es contra vosotros la querella, pues días, y al tercero nos levantará y viviremos
¡oh sacerdotes! * 5 Tropezarás en pleno habéis venido a ser lazo para el atalaya, Dios, a pesar de todo esto, n Efraím es
ante El. 3 Conoceremos, nos esforzare- como paloma tonta, sin juicio; acuden al
día, y contigo tropezará también el pro- red tendida en el Tabor. 2 Los persegui- mos por conocer a Yavé. Como aurora
feta, 6 y la noche será semejanza de tu dores llevaron la perversidad hasta el Egipto, llaman a la Asiría, * i 2 pero cuan-
está aparejada su aparición, vendrá como do van, yo les tiendo mi red y caen en ella
día. Perece mi pueblo por falta de co-1 extremo, pero yo seré varapara todos la lluvia, como lluvia temprana que riega la
nocimiento; por haber rechazado tú el ellos. 3 Yo conozco bien a Efraím, e Is- como aves del cielo. Yo los castigaré con-
tierra. 4 ¿Qué voy a hacerte a ti, Efraím? forme a lo decretado contra sus maldades.
conocimiento, te rechazaré yo a ti del rael no me es desconocido. Si, Efraím, ¿Qué voy a hacerte a ti, Judá? Vuestra
sacerdocio a mi servicio; por haber ol- te has prostituido; se ha contaminado 13 ¡Ay de ellos por haberse apartado
piedad es como nube de mañana, como de mí! Ruina sobre ellos por haberse re-
vidado tú las enseñanzas de tu Dios, yo Israel. rocío matutino, pasajero. 5 Por eso yo
me olvidaré de tus hijos. 7 Cuantos son 4
No dirigen sus obras a la conversión los he tajado por medio de los profetas
belado contra 4mí. Yo los salvaba y ellos
ellos, tantos fueron sus pecados contra hacia su Dios; se ha adueñado de ellos me mentían. i N o me invocan de cora-
y los maté por las palabras de mi boca, zón. Gritan, sí, sobre sus almohadillas,
mí. Trocaron mi gloria por la ignominia. el espíritu de fornicación, desconocen a y mis juicios fueron luz de aurora, 6 pues
8
Se alimentan de los pecados de mi pue- Yavé. 5 La arrogancia le sale a Israel a prefiero la misericordia al sacrificio, y el
pero es por el trigo y por el mosto, y por
blo y codician sus iniquidades. la cara, pero tropezarán Israel y Efraím ellos se hacen incisiones. Son rebeldes
conocimiento de Dios al holocausto. contra mí. 15 Mientras yo los ceñía y los
' Y lo que del pueblo será, eso será en su iniquidad,6 y con ellos tropezará 7
también del sacerdote. Yo los visitaré también Judá. Con sus ovejas y sus Pero ellos en su hipocresía violaron fortalecía, ellos maquinaban maldades
según sus caminos y les retribuiré según bueyes irán en busca de Yavé, pero no la alianza establecida, rebelándose con- contra mi. 16 Se vuelven hacia los que de
sus obras. i° Comerán y no se saciarán, le hallarán, porque Yavé se ha retirado tra mí. 8 Galad, ciudad9 de malhechores, nada sirven, se han convertido en arco
7 de sangrientas huellas. Tú, cuya fuerza
fornicarán y no se multiplicarán, porque de ellos. Han hecho traición a Yavé engañoso. Los príncipes perecerán a la
son los bandidos, ¿si asesinaras a esa espada por sus insolentes bravatas.
se obstinaron en alejarse de Yavé. *íi Fór-I engendrando hijos extraños, y un ex- banda de sacerdotes a lo largo del ca-
O 1 Un segundo oráculo, complemento del primero, y en el que aparece más claro que no se mino de Siquem, que son una banda de El castigo
** trata de acciones reales simbólicas impuestas por Dios a su profeta, sino de parábolas, como criminales? i° Espantoso es lo que he vis-
las hallamos en Jeremías y Ezequiel. to en Betel. Allí adultera Efraím, allí se 1 Emboca la trompeta. Como buitre
A i Abarca este oráculo los capítulos 4-6, en los que reprende duramente los vicios y pecados del contamina Israel, n Pero en ti, ¡oh Ju- 8
se abate contra la heredad de Yavé
^ pueblo, primero; de los sacerdotes y los príncipes, después, amenazándoles al fin con el castigo, dá!, injertaré yo una rama cuando res- por haber quebrantado mi alianza y ha-
aunque en términos imprecisos y sin señalar el ministro que ejecutará esta amenaza, que también taure a mi pueblo, cuando sane a Israel. ber prevaricado contra mi Ley. * 2 Claman
alcanza
4
a Judá.
Los sacerdotes son los depositarios de la Ley, cuyo conocimiento pondera mucho el profeta; J ' Este nuevo discurso (7-9) pertenece al reino de Meneham (744-738) y describe el espíritu
pero los sacerdotes la tienen olvidada, y el pueblo vendrá a perecer con ellos. ' de anarquía e insubordinación que cundió en Samaría después de la muerte de Jeroboam II.
10
La iornicacíón, en labios de los profetas, es a veces la idolatría, a veces el pecado de lujuria. Desde entonces la sublevación y el regicidio fueron los escalones para subir al trono.
11
El contexto
15
dirá cuál sea el sentido de cada pasaje. Las diversas facciones buscan apoyo en el extranjero, unos en la Asiría, que asomaba ya por
Betaven, casa de iniquidad, es Betel, casa de Dios, porque en ella estaba el gran santuario las fronteras de Siria, y otros en Egipto, el tradicional enemigo de los imperios mesopotámicos.
del reino con su becerro de oro. 1
Esta trompeta es la que llama al enemigo, ministro de la justicia vengadora de Yavé. El verso 13
8 nos lo señala; es la Asiría, adonde Israel irá a sufrir una esclavitud como la antigua de Egipto.
OSEAS 8-10 950
951 OSEAS 10-12
a m i : «¡Dios mío!» Pero te conozco, Is- 7
Viene el día del castigo. Clama Is-
rael, i Israel ha rechazado el bien, y el ene- rael: «Es un insensato el profeta, presa de sus consejos. 7 Se acabó Samaría. Su ciudades, a los ojos de los que suban a
4
.nigo le perseguirá. Se dieron reyes, pero del delirio el hombre del Espíritu». A la rey es como espuma sobre la superficie de ellas, y no habrá quien los descuelgue.
n o elegidos por m í ; constituyeron prín- enormidad de tus iniquidades se añade la las aguas. 8 Destruidos serán los altos de 8
¡A lo que voy a reducirte, Efraím!
cipes, pero desconocidos para mí; de su enormidad de la persecución. * 8 El p r o - la impiedad, el pecado de Israel. Las zar- ¡Voy a entregarte, Israel! ¿A qué te redu-
o r o y su plata se hicieron ídolos, mas para feta, centinela de Efraím, en unión con zas y las malas hierbas treparán a sus al- ciré? ¿A lo de Adama? ¿Cómo te pondré?
su perdición. 5 Y o rechazo tus becerros, su Dios, halla en todos sus caminos el tares. D i r á n a los m o n t e s : «Cubridnos», ¿Como a Seboim? Mi corazón se revuel-
¡Samaría. Mi furor se ha encendido con- lazo del cazador, y la persecución en la casa y a los collados: «Caed sobre nosotros». ve dentro de mí, se conmueve en mis en-
tra ellos, son incapaces de purificarse. de su Dios. ' Llevaron al extremo su per- 9
H a s pecado, ¡oh Israel!, desde los días trañas. 9 N o desencadenaré todo el furor
6
Porque de Israel son; son obra de ar- versidad, c o m o en los días de Gueba. El de Gueba. Allí t o m a r o n posiciones. ¿No de mi ira, no destruiré del todo a Efraím,
tífice, no son de Dios, y serán llevados se acordará de su iniquidad y castigará les va a alcanzar la guerra en Gueba a los porque yo soy Dios, no soy un h o m b r e ;
cautivos el día de la cólera de Yavé los sus pecados. 10 C o m o uvas en el desierto hijos de la iniquidad? 10 Y o iré a casti- soy Santo en medio de ti y no me complaz-
becerros de Samaría. garlos, los pueblos se reunirán contra ellos co en destruir. 1° Irán en pos de Yavé,
hallé yo a Israel, como brevas en la higue-
7
Siembran vientos y recogerán tempes- ra vi a vuestros padres, y llegados a Baal- p o r u n común compromiso a causa de su que rugirá como león, porque rugirá El,
tades, sin espiga de trigo que pueda dar Fogor, se dieron a la infamia y se hicieron doble crimen, u Efraím es una novilla y sus hijos acudirán presurosos del occi-
h a r i n a ; y si algunas se dieren, las devo- abominables como lo que amaron. bien tratada, hecha a pisar la era; pero dente, ' i y acudirán del Egipto como pá-
rará el extranjero. 8 D e v o r a d o será Israel; 11 yo d o m a r é con el yugo el vigor de su jaro y de Asiría como paloma, y los
Se volará como pájaro la gloria de e s t a b l e c e r é en sus c a s a s , dice Y a v é .
es ya entre las naciones como cosa que Efraím y no habrá ya ni parto, ni mater- cerviz; yo ungiré a Efraím; Israel tirará 12
no cuenta ' por haberse entregado a Asur nidad, ni embarazo. 12 Si crían hijos, los del a r a d o , Jacob tendrá que rastrillar. (12 i) Efraím me envuelve en la men-
ellos mismos. El asno salvaje busca estar despojaré de ellos, sin dejar a nadie, y 12 tira, y la casa de Israel en el fraude, Judá
Sembrad en justicia, cosechad en mi-
es un testigo infiel a Dios y fiel a los que
solo, pero a Efraím le ha perdido el amor. ¡ay de ellos también cuando yo me aleje! sericordia, roturad el barbecho del cono-
10 le engañan.
A u n q u e están destinados a la disper- 13 C o m o cría la cierva sus pequeñuelos cimiento para buscar a Yavé mientras
sión entre las gentes, por ahora los dejo para ser cazados, así criará Efraím sus viene El a enseñaros la justicia. 13 Habéis
reunidos, p a r a que sufran algún tiempo hijos para la m a t a n z a . 1 4 Dales, ¡oh Yavé: sembrado perversidad, y habéis cosechado 1 O ' (2) Efraím se apacienta de viento,
la carga del rey y de los príncipes. ¿Qué les has de dar? Dales entrañas esté- iniquidad y habéis comido fruto de men- * ^ persigue al huracán. Está siempre
11
Efraím ha multiplicado sus altares riles y pechos enjutos. ls T o d a su perver- tira. Porque confiaste en tus carros y en multiplicando la falsía y la frivolidad; ha-
para pecar, sólo p a r a pecar le han servi- sidad se ve en Guilgal, allí los aborrecí. la muchedumbre de tus guerreros, 1 4 se ce alianza con la Asiría y lleva su aceite
do. !2 Escribí para él las palabras de mi Por la perversidad de sus obras los arro- d a r á la alarma en todas tus ciudades y a Egipto. • 2 (3) Yavé se querellará contra
Ley, pero las tienen por palabras de un jaré de mi casa, no los amaré ya. Todos todas tus fortalezas serán destruidas. Co- Efraím, tratará a Jacob según lo que me-
extraño. 13 Inmolan y ofrecen víctimas y sus príncipes son rebeldes. 16 Efraím está m o destruyó Salmán a Bet-Arbel en el día rece y se vengará de él según sus obras.
comen sus carnes, pero Yavé no se agrada herido, su raíz está seca, no dará frutos, del combate, siendo en ella aplastados la 3 4
( ) En el seno suplantó a su hermano
de ellas. Ahora se acordarán de sus ini- y si los diere, yo daré a la muerte los te- m a d r e y los hijos, * 15 así será de ti, casa y en su edad madura luchó con Dios.
quidades y castigaré sus pecados. Volve- soros de su seno. I 7 Los ha rechazado mi de Israel, p o r la enormidad de vuestras 4 5
( ) Luchó con el ángel y le venció, lloró
rán a la servidumbre de Egipto y comerán Dios p o r no haber escuchado, e irán maldades. M u y de m a ñ a n a se verá con- e imploró misericordia. En Betel le halló,
inmundicias en Asiría. 14 Israel se olvidó errantes entre las gentes. s u m a d a la ruina del rey de Israel. allí los habló. 5 (<>) Yavé Sebaot. Ya-
de su Hacedor y construyó palacios; Judá vé es su nombre. 6 (7) Tú a tu Dios retor-
multiplicó sus ciudades fuertes, pero yo I n m i n e n c i a d e l c a s t i g o . D e s t r u c c i ó n A m o r d e D i o s p o r Israel e ingratitud
narás. G u a r d a la misericordia y la justi-
daré sus ciudades al fuego, que devorará d e l o s a l t a r e s y d e v a s t a c i ó n d e l r e i n o del p u e b l o . D e s p u é s d e castigado, cia y pon siempre en Dios tu esperanza.
sus palacios. D i o s se a p i a d a r á d e él 7
(8) Mercader de peso falso y amigo
•l A i Israel era una viña frondosa que
del fraude. 8 (9) Efraím dice: Pero me he
9
1 +" da abundante fruto; pero a medi-
N o te goces, Israel, no te regocijes da de la abundancia de su tierra, hizo abun- U l C u a n d o Israel era niño, yo le
a m é ; yo desde Egipto vengo lla- enriquecido, he llegado a la opulencia.
como las gentes, porque has fornica- dar sus altares, y a medida de la riqueza m a n d o a mi hijo. * 2 Pero cuanto más los M a s todas tus ganancias no bastarán para
do lejos de tu Dios. Fuiste en busca del de su tierra, hizo rico» sus cipos. 2 Su llamas, más se apartan. Ofrecen sacrifi- p a g a r las culpas que has cometido,
salario por toda era de trigo. * 2 Pero la corazón es mendaz, y ahora pagarán ?us cios a los baales y ofrendas humeantes
9
(i°) Yo soy Yavé, tu Dios, desde la tierra
era y el lagar los desconocerán y el vino culpas; El quebrantará sus altares y de- a los í d o l o s . 3 Y o enseñé a andar a Efraím, de Egipto; yo te traeré todavía a habitar
los negará. 3 N o quedarán en la tierra de le llevé en brazos, pero no reconoció mis en tus tiendas como en los días de fiesta.
molerá sus cipos. 3 Que si dicen: «¿No 10
Yavé; Efraím volverá a Egipto, y en Asi- desvelos por curarle. 4 Los até con atadu- (ii) Y o hablé por los profetas, yo multi-
ría comerán manjares i n m u n d o s . 4 N o ha- tenemos un rey?» Sí, pero sí no tenemos ras humanas, con ataduras de a m o r ; fui pliqué la visión, y por los profetas anuncié
rán a Yavé libaciones de vino ni le pre- a Yavé,4 ¿qué puede hacer por nosotros para él como quien alza una criatura has- su ruina y la de los vanos ídolos, n O 2 ) Va-
sentarán sus víctimas; su pan será pan el rey? Pronunciar vanas palabras, ju- ta tocar a sus mejillas y me bajaba hasta nidad se h a n hecho ellos. Sacrifican sus
de duelo entre las gentes; cuantos lo co- rar en falso, contraer alianzas; pero el él para darle de comer. 5 Pero se volverá bueyes en Guigal; majanos de piedra S3-
man se contaminarán, no será para ellos castigo florecerá como ajenjo en los sur- al Egipto, y Asiría será su rey, porque rán sus altares sobre los surcos del campo.
su pan, no entrará en la casa de Yavé. cos5 del c a m p o . rehusó convertirse. 6 Caerá sobre sus ciu- l 2 (13) Jacob huyó a la tierra de A r a m ;
5
¿Qué haréis el día de fiesta, el día de la Las gentes de Samaría están llenas de
dades la espada, que exterminará a sus Israel sirvió por una mujer, y por una mu-
solemnidad de Yavé? 6 Porque h a b r á n de temor p o r el becerro de Betaven; su pue- hijos y se nutrirán de sus consejos. 7 Los jer apacentó ganados. 13 (14) Yavé sacó a
abandonar la tierra devastada y el Egipto blo está en duelo, la tropa de sus sacerdo- Israel de Egipto por m a n o de un profeta, y
de mi pueblo serán colgados junto a sus
los reunirá. Menfis será el lugar de la tes se lamenta por él, por 6
haber emigrado
cita. Sus preciosidades de plata las con- sus riquezas lejos de él. También él mis-
quistarán las ortigas, el cardo invadirá mo será llevado a Asiría como presente 1 0 , 4 Se supone como más probable que este Salmán es un rey de Moab, y Bet-Arbel una ciudad
sus moradas. para el rey grande: Efraím cosechará la ' " de la Transjordania, en la región de Pella.
vergüenza de Israel, sólo confusión sacará -t 1 Este capítulo viene a ser el final de todas las amenazas de este discurso. Israel es el niño
1
1 ' mimado de Dios; en otro tiempo lo sacó de Egipto; desde entonces le viene llamando para
9 Otra vez el profeta anuncia la deportación, pues «no quedarán en la tierra de Yavé». Acaso
no pretenda el proíeta precisar si será a Egipto o a Asiría.
atraerle a sí (cf. Mt 2,15), y ahora siente en lo más hondo del corazón su depravada conducta, que
le acarreará graves castigos.
7
Estas palabras puestas en boca de I=rael son la respuesta burlesca del pueblo a las amena-
zas del profeta.
1 0^ ! Los tres últimos capítulos van dirigidos contra Efraím, a quien echa en cara su ingratitud
a los antiguos beneficios y muestras de amor que Dios le dio, por lo cual será castigado.
JOEl 952
958 JOEL 1-2
por un profeta fue guardado. 14 (15) Efraím muerte? ¿Dónde están, ¡oh muerte!, tug
ha provocado la ira. El le imputará sus plagas? ¿Dónde está, ¡oh sepulcro!, tu el mar invade la Judea. Los estragos de la invasión sirven de base al profeta para des-
sangrientas crueldades. Su Señor echará azote? No veo a mis ojos arrepentimien, cribir los del «día del Señor», que vendrá sobre Israel y sobre todas las naciones, día
sobre él los ultrajes que le ha hecho. to. l s Crezca mucho en sus juncales, qu e de justicia y día también de misericordia mesidnica por la efusión del Espíritu divino
el soplo de Yavé soplará del desierto y en Israel (Act 2,17 ss.).
Condenación definitiva secará su fuente y sus manantiales, y todo,
l Es Efraím como Datan, que, sien- cuanto tiene de precioso será saqueado.
13 do principe en Israel, se hizo culpa-
ble contra su Señor, y murió. 2 Ahora 1 J l Viene sobre Samaría el castigo
pecan más; de su plata se hacen obras * * porque se rebeló contra su Dios) STTMARTO PRIMERA PARTE -.Exhortación a la penitencia (1,1-2,17).
fundidas, ídolos de su invención, obra de Caerán a la espada sus hijos, serán estr&! ^ " ^ SEGUNDA P A R T E : Frutos de la penitencia (2,18-3,21).
las manos del artífice. Llaman dioses a Hados, será abierto el vientre de sus en-
eso y les ofrecen sacrificios. ¡El hombre cintas.
dando besos a becerros! 3 Por eso serán P R I M E R A
8
P A R T E blancas. Laméntate como doncella que
como nube que se levanta al nacer del día, P r o m e s a de salvación
2
Vuelve, Israel, vuelve a Yavé,3tu Dios, viste saco por el prometido de su juven-
como pasajero rocío matinal, como paja EXHORTACIÓN A LA PENITENCIA tud. ' Ha cesado la ofrenda y la libación
arrebatada por el viento huracanado, hu- porque caes por tus iniquidades. Buscad en la casa de Yavé. Los sacerdotes, minis-
mo4 de chimenea. la palabra y volved a Yavé, diciendo: Per. (1,1-2,17)
tros de Yavé, están en duelo. 10 Los cam-
Pero yo soy Yavé, tu Dios, desde la dona toda iniquidad y acepta lo bueno. L a terrible plaga de langosta pos, devastados; la tierra, en luto, porque
tierra de Egipto, y no has de reconocer a Que podamos pagar con el rendimiento
de nuestros rediles. 4 No nos salvará Asi. devasta la tierra el trigo está seco, destruido el vino, per-
dios alguno sino a mi; fuera de mí no hay
salvador. 5 Yo fui tu pastor en el desierto, ría, no montaremos a caballo; nunca más 1 Palabra de Yavé llegada a Joel, hi- dido el aceite.
en la tierra abrasada. 6 Se hartaron en sus llamaremos dioses nuestros a las obras de 1 jo de Petuel.
11

dores,
Confundios, labradores; gritad, viña-
por el trigo y la cebada; no hay co-
pastos, y hartos, se ensoberbecieron, y nuestras manos. ¡Oh tú, que tienes piedad
2
Oíd esto, viejos; escuchad, habitantes 12
por eso me olvidaron. 1 Yo seré para ellos del5 huérfano! * todos de esta tierra, a ver si sucedió en secha. La viña está en confusión; la hi-
guera, enferma; el granado, la palmera,
como león; como pantera agazapada en Yo curaré su rebeldía y los amaré de vuestros días o en los días de vuestros pa- el manzano y todos los árboles del cam-
el camino acecharé. 8 Me echaré sobre corazón, pues6 se habrá apartado de ellos dres cosa semejante. * 3 Contádselo a vues-
ellos como osa a quien le arrebatan las mi cólera. * Yo seré como rocío para tros hijos, y que se lo cuenten éstos a sus po, secos. La alegría ha huido avergon-
zada de entre los hombres. 13 Ceñios y la-
crías, despedazaré como león sus cora- Israel, que florecerá como lirio y extende. hijos,4
y sus hijos a la generación venide- mentaos, sacerdotes; llorad, ministros del
zones, los devoraré como león, como fieta rá sus raíces como álamo. 7 Crecerán sus ra. Lo que dejó el garam lo devoró el altar. Venid, pasad la noche cubiertos de
los haré pedazos. ramas, y será su copa como la del olivo, arbé, lo que dejó el arbé lo devoró el je- saco, ministros de mi Dios, Porque las
9
Te traigo la ruina, ¡oh Israel!, y ¿quién y su aroma como el del incienso. 8 Volve- tee,5 lo que dejó eijelec lo devoró eljañl. * ofrendas y libaciones
I0
podrá socorrerte? ¿Dónde está tu rey rán a habitar a su sombra, creciendo co- Despertaos, borrachos, y llorad; ge- la casa de vuestro han desaparecido de
Dios. 14 Promulgad
para salvarte en tus ciudades? ¿Dónde tus mo el trigo, pujando como la vid, y su mid, bebedores de vino, que os han quita- ayuno, pregonad asamblea santa, congre-
jueces, de quienes dijiste: Dame rey y da- 9fama será como la del vino del Líbano. gad a los ancianos y a todo el pueblo de
nos príncipes? " Te di rey en mi furor, ¿Qué tendrá que ver ya Efraím con los la tierra en la casa de Yavé, vuestro Dios,
y en mi ira te lo quito. 12 La iniquidad de ídolos? Yo, que le afligí, le haré dichoso. y clamad a Yavé. 15 ¡Ay, aquel día, el día
Efraím está hacinada, su pecado está re- Por mí, que soy como ciprés siempre ver- de Yavé, se acerca! Vendrá como asola-
servado. 13 Vendrán sobre él dolores de de, recogerá él sus frutos. 10 ¿Quién es sa- ción del Todopoderoso. 16 ¿No ha desapa-
parto, pero será el parto de hijo necio, bio para entender estas cosas, prudente recido de vuestros ojos todo mantenimien-
que no sabrá ponerse al14tiempo oportuno para conocerlas? Pues son del todo rec- to? ¿No ha huido de la casa de nuestro
a la abertura del seno. ¿Los libraré del tos los caminos de Yavé; por ellos van Dios toda alegría? 17 La simiente se pu-
poder del sepulcro? ¿Los rescataré de la | los justos, pero los malvados perecerán. * dre debajo de los terrones; los graneros
1 A 5* 0 * m vez aparecen 'as tendencias de las facciones hacia Asina y Egipto.
están vacíos; los alfolíes, destruidos, y ya
' ™ Sobre la justicia de Dios predomina la misericordia, que perdona los pecados, devuelve no hay nada de trigo.
18
la gracia y colma de bendiciones. ¡Cómo mugen las bestias! Los hatos
' ° Este versículo resume toda la doctrina de los profetas. Los caminos de Dios son rectos, y de bueyes andan locos por19no tener pas-
quien por ellos camina va bien encaminado; pero quien de ellos se aparta, perecerá. tos, y perecen los rebaños. ¡Oh Yavé, a
ti clamo! Que el fuego ha consumido los
prados del llano y las llamas han abrasa-
do todos los árboles del campo. 20 Las
Hebreos vestidos de saco bestias salvajes se vuelven a ti también ávi-
das, porque se han secado las corrientes
O E do el vino de la boca. 6 Ha invadido mi dos de aguas y el fuego ha devorado los pra-
tierra un pueblo fuerte, innumerable. Sus del llano.
dientes son dientes de león;7sus mandíbu- Exhortación a la penitencia
Nada nos dice la Escritura de Joel, hijo de Petuel, del cual sólo sabemos lo que las, mandíbulas de leona. Ha devasta-
1
se halla en sus oráculos. La sentencia más probable es que vivió en Judá después de do mi viña, ha roto mis higueras, las des- Tocad la trompeta en Sión, dad en
la vuelta de la cautividad. Su vaticinio es escatológico. Empieza por describimos cortezó, las derribó, dejándolas del todo 2 mi monte santo la voz de alarma.
una asoladora invasión de langosta que había devastado todo el territorio hasta hacer 2
que faltase la oblación en el templo (1,9-13; 2,14). Tales invasiones no son raras en •I La descripción de los estragos de la langosta es tan viva, que no puede haber duda de que se
' trata de un hecho histórico.
Palestina, sobre todo en Judea. En la orilla oriental del mar Muerto se incuba de 4
Son cuatro nombres con que se denominan o cuatro especies de langosta o cuatro diversos
continuo ¡a langosta, y si las circunstancias le son favorables, se multiplica, y salvando estados de ella en su desarrollo. No teniendo en nuestra lengua nombres correspondientes, no ha-
cemos más que transcribir los hebreos.
JOEL 2 954
955 JOEL 2-3
Tiemblen los habitantes todos de la tie- I sacerdotes, ministros de Yavé, diciendo:
tros siervos y sierras derramaré mi espíritu La escena
rra, que se acerca el día de Yavé. Ya está ¡Ten piedad de tu pueblo, oh Yavé, y
en aquellos días; 3 0 (3) y haré prodigios 9
cerca. * 2 Día de tinieblas y obscuridad; no des al oprobio tu heredad para que Pregonad esto entre las gentes, p r o -
en el cielo y pondré en la tierra sangre clamad la guerra, despertad a los valien-
día de nublados y sombras. Se extiende se enseñoreen de ella las gentes! ¿Por
y fuego y columnas de h u m o . 3 l ( 4 ) Y se tes; vengan, llegúense todos los hombres
sobre los montes, c o m o la luz del alba, qué han de poder decir las gentes: D ó n d e
cubrirá de tinieblas el sol, y de sangre la de guerra. 10 Forjad espadas de vuestros
muchedumbre inmensa, fuerte, como des- está gu Dios?
luna, antes que venga el día grande y azadones, lanzas de vuestras hoces; diga
de los siglos no se vio ni se verá después
terrible de Yavé. 3 2 (5) Y todo el que el flaco: «Yo soy fuerte», n Juntaos y
jamás por generaciones de generaciones. SEGUNDA PARTE
3 invocare el n o m b r e de Yavé será salvo, venid, gentes todas de en derredor, y
Delante de ellos va el fuego consumien-
porque en el m o n t e de Sión y en Jerusa- congregaos. H a z bajar allá, ¡oh Yavé!, a
do y detrás la llama abrasa. Delante de F R U T O S D E LA P E N I T E N C I A lén estará el resto de los salvados, como tus guerreros, i 2 Que se alcen las gentes y
ellos es la tierra un paraíso de Edén, de- (2,18-3,21) lo ha dicho Yavé, y lo mismo será de marchen al valle de Josafat, porque allí
trás queda convertida en desolado desier-
El p e r d ó n los escapados llamados por Yavé. me sentaré yo a juzgar a todos los pueblos
t o ; ante El no hay escape.
4
Parecen caballos, y como caballos se !8 Entonces Yavé, encendido en celo E l j u i c i o d e las g e n t e s t o d a s de en derredor. 13 Meted la hoz, que está
precipitan. 5 C o m o ruido de carros que por su tierra, perdonó a su pueblo, * 19 y 1 (6) Porque, mirad, en esos días cum-
ya madura la mies. Venid, pisad, que está
brotaran por las cimas de los montes, co- dijo, respondiéndole: Os m a n d o el trigo,
mo el crepitar de las ardientes llamas que el mosto y el aceite, y os saciaréis; n o os
3 pliré yo la restauración de Judá y de
lleno el lagar y se desbordan las cubas,
porque es mucha su maldad.
Jerusalén, * 2 y reuniré a todas las gentes,
devoran la paja. Son un pueblo fuerte en haré ya más el oprobio de las gentes. 14 Muchedumbres, muchedumbres en el
y los llevaré al valle de Josafat, y discu-
orden de batalla. 6 Ante ellos la gentes 20 Alejaré de vosotros al norteño y le tiré con ellos la causa de mi pueblo y
Valle del Juicio, porque se acerca el día de
se llenan de zozobra, todos los rostros se echaré a tierra desierta y árida, poniendo Yavé en el Valle del Juicio 1 5 El sol y la
de mi heredad, Israel, que ellos disper-
demudan. 7 Corren como guerreros, asal- sus vanguardias hacia el m a r oriental, y saron entre las naciones, repartiéndose mi
luna se obscurecen y las estrellas pierden
tan los muros como soldados, marchan su retaguardia hacia el mar occidental; y su brillo.
tierra, 3 echando suerte sobre mi pueblo,
cada uno p o r su senda y no confunden subirá su hedor y exhalará hediondez, d a n d o u n mozo por una prostituta, y una
los caminos; 8 ni aprieta ninguno a su ve- pues hace Yavé grandes cosas. S e g u r i d a d y prosperidad del p u e b l o
doncella por vino que se bebían. 4 Y vos- de Dios
cino; va cada uno en su pelotón, y aun otros también. ¿Qué sois vosotros para
atravesando por entre las armas no se hie- La prosperidad mí, Tiro y Sidón, y todos los términos de 16 Ruge Yavé desde Sión y hace oir su
ren. 9 Asaltan la ciudad, corren por las 21
N o temas, tierra; alégrate y gózate, la Filistea? ¿Es que queréis vengaros de voz desde Jerusalén; los cielos y la tierra
murallas, escalan las casas y entran por porque son muy grandes cosas las que mí? Pues en cuanto vosotros hagáis algo se conmueven, pero Yavé será un refugio
las ventanas como ladrones. 10 Ante ellos hace Yavé. 2 2 N o temáis, animales del contra mí, yo haré recaer vuestra acción para su pueblo y una fortaleza para los
tiembla la tierra, se conmueve el cielo, se campo, que reverdecerán los pastos del sobre vuestra cabeza. 5 Vosotros, que os hijos de Israel. * 1? Sabréis que yo soy
obscurecen el sol y la luna, y las estrellas desierto y darán fruto los árboles y la llevasteis mi plata y mi oro y metisteis Yavé, vuestro Dios, moradores de mi
extinguen su brillo.
11
higuera, y la vid los suyos. 2 3 Alegraos y mis tesoros en vuestros palacios; 6 que monte santo; santa será Jerusalén y no
Yavé hace resonar su voz ante su gózaos también, hijos de Sión, en Yavé, vendisteis los hijos de Judá y los hijos de pasarán por ella los extraños.
ejército. Su campamento es inmenso y vuestro Dios, que os dará la lluvia a su Jerusalén a los hijos de los griegos para i 8 En aquellos días destilarán mosto los
fuerte para ejecutar sus órdenes. Grande tiempo y hará descender sobre vosotros que los llevasen lejos de su tierra, 7 veréis montes, leche los collados, y correrán las
es el día de Yavé, sobremanera terrible; la temprana y la tardía de otras veces. que yo los alzaré del lugar para donde los aguas por todas las torrenteras de Judá,
¿quién podrá soportarlo? I 2 Por eso, pues, 2 4 Y rebosarán de trigo las eras, y de vendisteis, y haré recaer vuestra acción y saldrá de la casa de Yavé una fuente que
25
ahora, dice Yavé, convertios a mí de todo vino y aceite los lagares. Y os resti-
sobre vuestra c a b e z a ; 8 y venderé vuestros regará el valle de las Acacias. 1 9 Será des-
corazón, en ayuno, en llanto y en gemido. tuiré lo que comieron el garam, el arbé, hijos y vuestras hijas a los hijos de Judá truido el Egipto. Edom será un desolado
13
Rasgad vuestros corazones, no vuestras el jelec y el /asi!, mi gran 26
ejército, que
p a r a que ellos los vendan a los sábeos, desierto, por el cruel trato dado a los hijos
vestiduras, y convertios a Yavé, vuestro mandé contra vosotros. Comeréis hasta nación apartada, dice Yavé. de Judá, derramando en su tierra sangre
Dios, que es clemente y misericordioso, la saciedad y alabaréis el n o m b r e de Yavé, inocente. 2Ü Judá será por siempre habi-
tardo a la ira, grande en misericordia y vuestro Dios, que hizo con vosotros m a - tado, y Jerusalén por generaciones y gene-
se arrepiente de castigar. ' 4 ¿Quién sabe ravillas, 27
y jamás será confundido mi pue- raciones. 2 i Yo vengaré su sangre, no la
si, m u d a n d o de consejo, no se arrepentirá blo. Sabréis que en medio de Israel dejaré impune, y Yavé m o r a r á en Sión.
y dejará tras sí bendición para ofrenda y estoy yo, y que yo soy Yavé, vuestro
libación a Yavé, vuestro Dios? Dios, y no hay o t r o ; y jamás será mi estos días, en los de Pentecostés, se cumplió la promesa del Espíritu Santo, que se prosigue hasta
15 Tocad la trompeta en Sión, promul- pueblo confundido. el fin de los tiempos.
1
16 Muchas veces aparece unida la salud de Israel con el juicio de los pueblos que le han mal-
gad ayuno, pregonad a s a m b l e a . Reunid
al pueblo, ordenad congregación, convo- L a e f u s i ó n d e l espíritu d e Y a v é
3 tratado. Es Dios, que, como juez justo, da a cada uno según sus obras, o mejor, da a las naciones
la justicia, y la misericordia a su pueblo. Ni más ni menos es lo que aquí nos da el profeta, el cual
cad a los ancianos, reunid a los niños, 28
(3 ' ) Después de esto derramaré mi contempla a su pueblo disperso entre las naciones, y a los que moran en Judá vejados por los pueblos
aun a los que cuelgan de los pechos. Que espíritu sobre toda carne, y profetizarán vecinos.
16
deje el esposo su cámara, y su tálamo la vuestros hijos y vuestras hijas, y vuestros Aquel día saldrá Yavé de Sión a pronunciar sus fallos, que serán fallos de salvación para su
esposa ancianos tendrán sueños, y vuestros m o - pueblo, de riguroso castigo para los pueblos que le maltrataron. Yavé morará en Sión en medio de
17 Entre el pórtico y el altar lloren los I zos verán visiones. * 2!> ( 2 ) A u n sobre vues- su pueblo.

' Para más mover a penitencia insiste el profeta en una viva descripción de los estragos de la
2 18
langosta, el ejército de Yavé mandado para ejecutar sus juicios.
El Señor responde a las súplicas angustiosas de su pueblo. A la desolación general causada
por la plaga hará Dios suceder una general abundancia. Con esto responderá Yavé a las voces de
las gentes,
28
que dirigían al pueblo esta irónica pregunta: «¿Dónde está vuestro Dios?»
A los frutos de la tierra, señal evidente de la gracia de Dios hacia su pueblo, Dios añadirá
«después de esto» la efusión de su Espíritu sobre toda carne; todos conocerán a Yavé y se salvará
todo el que le invoque. Es la promesa que en otros términos hacen Jeremías (31,31-34) y E2equiel
(36,26-30) para la época mesiánica y de la plena restauración de Israel. Entre los dos primeros capí-
tulos y los dos últimos hay un salto de los tiempos históricos del profeta a los mesiánicos, pues en
957 AMOS 1-8
la alianza fraternal, l° yo pondré fuego al I * Y o exterminé ante ellos a los a m ó -
recinto de Tiro, que devorará sus edi- rteos, altos c o m o cedros del Líbano y
ficios. fuertes como encinas; destruí su fruto
A M O S Contra E d o m arriba, y abajo sus raíces. 10 Y o os saqué
11
de la tierra de Egipto y durante cuarenta
Así habla Y a v é : P o r tres pecados de años os conduje p o r el desierto p a r a que
E d o m y p o r cuatro no revocaré yo nada. ocuparais la tierra de los amorreos. n Y o
rei
nadTHl68kamente es Amós
el primero de los profetas escritores. Profetizó en el P o r haber perseguido a la espada a su suscité profetas de entre vuestros hijos, y
?"<« o u 7 n as
° darías, rey de Judd, y de feroboam II, rey de Israel, poco hermano, ahogando la piedad, durando nazareos de entre vuestros mancebos; ¿no
don
de ¡g „ Sea
f- Por
su origen era de Judá, natural de Tecua, al sur de Belén, siempre su cólera y obstinándose hasta es así, hijos de Israel?, dice Yavé. 1 2 Y
ynciar s,P?ba en
el oficio de pastor. De él le sacó el Señor para mandarle a pro- el fin en su rabia, l z yo pondré fuego en vosotros hicisteis beber vino a los naza-
^ a IuH-JUtcws sobre Israel
en el santuario de Betel, juicios que se extienden tam- T e m a n , q u e d e v o r a r á l o s edificios de
reos, y a los profetas les mandasteis, di-
y la
educo -A a los Pueblos Bosra.
pequeños de alrededor. Contrasta grandemente su origen ciendo: N o profeticéis. 13 Pues m i r a d : yo
a la qUe s
de of " Pr°fesión supone con la elocuencia de sus oráculos, nada inferior Contra A m m ó n p o n d r é estorbos a vuestros pies, y os tam-
er muc
> su n„°.u hos profetas. Es que la sabiduría, como dice San Agustín, anidaba 13
balearéis c o m o se tambalea el carro so-
Así habla Y a v é : P o r tres pecados de brecargado de haces; 1 4 y el ágil será
Se cl°' y eUa le hacía elocuente, los hijos de A m m ó n y p o r cuatro n o incapaz de huir, y al fuerte n o le servirá
ñones- r~er?a en este libro una unidad bastante cumplida. Se divide en tres sec- revocaré yo nada. P o r haber abierto en de n a d a su fuerza, y el guerrero no se
pr nera tra
hrael fr ." ta del juicio divino contra las naciones vecinas, contra Judd e canal a las encintas de Galad p a r a ex- escapará con vida; ls el arquero n o resis-
Palabras» { ' ^a seSunda abarca tres discursos, que empiezan todos: «Oid estas tender su territorio, 1 4 yo encenderé fuego tirá, el de ágiles pies no escapará, el
I 5 17 se
(s,t8~6 i i ' j ' ^ guidos de otros dos, que comienzan con un ¡ay! amenazador en el recinto de R a b b a , que devorará sus jinete n o se salvará 16 y el más valiente
int tercera
ervenri¿J comprende una serie de visiones en las que se intercala la edificios entre clamores el día del comba-
con
una» Amas
ías, sacerdote del santuario de Betel (7,1-9,10), y que acaban de los valientes huirá desnudo aquel día,
te, en medio de la tempestad el día de la
dice Yavé.
los
asiriosT"63'1 de brillante
restauración, una vez pasada la desolación que traerán tormenta. I 5 Y su rey irá al cautiverio,
y con él sus príncipes todos juntos, dice
Yavé.
SEGUNDA PARTE
SUDARIO Contra Moab
P R I M E R A . P A R T E : Conminaciones contra las naciones y 1

l0Sno , contra Israel (1-2).—SEGUNDA P A R T E : Reprensión de 2 Así habla Y a v é : P o r tres pecados R E P R E N S I Ó N D E L O S PECADOS D E ISRAEL
de M o a b y p o r cuatro n o revocaré
(3-6)
Pecados de Israel (3-6).—TERCERA P A R T E : Visiones simbólicas (7-9). yo nada. P o r haber q u e m a d o los huesos
P
* I M E R A P A R T E I exterminaré a cuantos habitan Biqueat- del rey de E d o m hasta calcinarlos, 2 yo
Aven y al que tiene el cetro de Bet- pondré fuego en M o a b , que devorará los C r í m e n e s d e Israel
D I G N A C I O N E S CONTRA LAS N A C I O N E S I Edén, y el pueblo de A r a m emigrará a edificios de Queriyot, y M o a b hallará la 1

Y CONTRA ISRAEL Quir, dice Yavé. muerte en medio del estruendo, entre los 3 Oíd lo que de vosotros dice Yavé,
hijos de Israel, de t o d o el pueblo
clamores y entre los sonidos de la trom- que yo saqué de la tierra de Egipto.
(r-2)
C o n t r a la F i l i s t e a peta, 3 y extirparé de él a su juez, y con
C o n t r a Siria D i c e : 2 Sólo a vosotros conocí yo entre
* Así habla Y a v é : P o r tres pecados de él haré morir a todos sus príncipes, dice
los pueblos todos de la tierra; p o r eso
1
i,
' P a l a b r a s de A m o s , de los pastores Gaza y p o r cuatro no revocaré yo n a d a .
T ! 1 cua d e l a
f ; visión que tuvo sobre Por haber deportado muchedumbres en-
Yavé.
haré en vosotros justicia de todas vues-
ras
S d í a s d e z í a s re d e J Contra Judá tras iniquidades. 3 ¿Podrán ir juntos dos
en ?L % d , a°
s ° - y «dá, y teras de7 cautivos para entregárselas a sin estar de acuerdo? * ¿Rugirá el león
«'? de Jeroboam, hijo de Joás, E d o m , yo pondré fuego al recinto de 4
8 Así habla Y a v é : P o r tres pecados de en el bosque n o habiendo presa? ¿Dejará
moto * aflos a n t e s del terre
" Gaza, que devorará sus edificios, y ex- Judá y p o r cuatro n o revocaré yo nada. oir su rugido el leoncillo en su cubil sin
terminaré a cuantos habitan en Azoto y
Dijo: Desde Sión rugirá Yavé v desde al que tiene el cetro de Ascalón. Volveré Por haber menospreciado la Ley de Yavé h a b e r despojos? 5 ¿Se echará el ave a
Jerusalen hará oir su voz, y estarán en mi m a n o contra Acarón y perecerán las y no haber guardado sus mandamientos, tierra en la red si n o hubiere cebo? ¿Des-
w e i o los pastizales de los pastores y reliquias de los filisteos, dice Yavé. descarriándose por las mentiras tras las
aparecerá de la tierra el cebo sin haberse
secaráse la cima del Carmelo. * 3 Así dice cuales se fueron sus padres, 5 yo pondré 6
Yave: P o r tres pecados de Damasco y por Contra Tiro fuego a Judá, que devorará los edificios cazado algo? ¿Tocarán la trompeta en
cuatro n o revocaré yo n a d a ; p o r haber de Jerusalen. la ciudad sin que se alarme el pueblo?
9
trillado a Galad con trillo de h i e r r o , * Así habla Y a v é : Por tres pecados de ¿ H a b r á en la ciudad calamidad cuyo autor
4 7
yo pondré fuego a la casa de Hazael, Tiro y p o r cuatro no revocaré yo nada. C o n t r a Israel n o sea Yavé? P o r q u e n o hace n a d a el
que
- consumirá los rpalacios de Benadad. ..-«.„-. * , Por haber entregado a E d o m muchedum- Señor, Yavé, sin revelar su designio a sus
5 6
Y o quebraré las barras de D a m a s c o y I bres enteras de cautivos sin acordarse de Así habla Y a v é : P o r tres pecados de siervos, los profetas. 8 Rugiendo el león,
Israel y p o r cuatro no revocaré yo nada. ¿quién no temerá? H a b l a n d o el Señor,
11 • Según la cronología corriente, aunque no cierta, O l a s de Judá reinó de 769 a 737, y Jero- Por haber vendido al justo p o r dinero, y ¿quién n o profetizará?
boam II, de 784 a 744.
2
El profeta nos presenta a Yavé morando en el templo y lanzando desde allí sus fallos contra al pobre por un par de sandalias. 7 Aplas- 9
tan a los desvalidos contra el polvo de la Echad pregón en los palacios de Azo-
todos los pueblos. Como mensajero de un Dios de justicia, Amos denuncia las infracciones de ésta
por los pueblos vecinos a Israel, infracciones que les acarrearán graves castigos. A las naciones tierra en las encrucijadas del camino; to y en los palacios de Egipto, diciendo:
gentiles las acusa el profeta de pecar contra la ley natural; a Judá e Israel les hablará de otro modo. rechazan a los pobres y entran hijo y Reunios en los montes de Samaría para
3
4
Sobre este modo de expresarse en contra puede verse Prov 6,16; 30,15.18.21.29. padre a la misma sierva, profanando mi ver las grandes opresiones que hay en
Pero tampoco Judá ni Israel lograrán huir el juicio de Yavé, no obstante su elección y el pacto
divino. A ellos les echa en cara el profeta, igual que Oseas, la ingratitud para con Dios y la trans- santo nombre. 8 Sobre las ropas tomadas ella y las violencias que allí se cometen.
10
gresión de la alianza. Todos serán juzgados en justicia, cada uno según la Ley divina que conoce, en prenda se echan junto a u n altar cual- N o saben obrar rectamente, dice Yavé,
sea ésta la natural, impresa en la mente del hombre, sea la revelada a Moisés (cf. Rom 2,12). quiera y beben el vino de los multados atesorando en sus palacios rapiñas y des-
en la casa de su Dios. pojos.
AMOS 3-5 958
959 AMOS 5-7
Castigo y en mi furor abrasé con el fuego vuestros
•' Por eso el Señor, Yavé, dice así: campos, pero n o os convertisteis a mí, viváis, y así Yavé Sebaot será con vos- rebaño y terneros criados en el establo.
Rodeará la tierra por todas partes el dice Yavé. otros como lo decís, u Aborreced el mal 5
Bailan al son de la cítara e inventan, co-
11
enemigo, que te robará tus fuerzas y Os trastorné como cuando trastorné y a m a d el bien y haced justicia en las mo David, instrumentos músicos. 6 Gus-
saqueará tus palacios! 12 Así dice Yavé: a Sodoma y G o m o r r a , fuisteis como tizón puertas, y quizá Yavé, Dios Sebaot, tenga tan del vino generoso y se ungen con óleo
C o m o salva el pastor de las fauces del sacado del fuego, pero n o os convertisteis piedad del resto de José, l 6 Por tanto, fino, y n o sienten preocupación alguna
león un p a r de pies o la punta de una a mí, dice Yavé. 12 Por tanto, mira lo así dice Yavé Sebaot, el Señor: H a b r á por la ruina de José, i Por eso irán ahora
oreja, así escaparán los hijos de Israel. que voy a hacerte, Israel; mira lo que llantos en todas las plazas y en todas al cautiverio, a la cabeza de los deporta-
Vosotros, los que en Ascalón os sentáis te haré. Apréstate a comparecer ante tu las calles clamarán: ¡Ay, ay!, y llamarán dos, y desaparecerá ese hatajo de disolu-
en la esquina del diván y en D a m a s c o Dios, Israel, 13 el que formó los montes y al labrador para que se duela y se la- tos, 8 dice Yavé, Dios Sebaot.
sobre el tapiz, 13 escuchad y dad testi- creó los vientos y pone al desnudo ante mente en las filas de las plañideras, 17 y P o r su vida ha j u r a d o el Señor, Yavé:
monio contra la casa de Jacob, dice el el hombre los pensamientos de éste; el h a b r á llantos en todas las viñas, porque Yo abomino la soberbia de Jacob, de-
Señor, Yavé Sebaot. 1 4 Porque el día que que del alba hace tinieblas y marcha p o r pasaré yo por en medio de vosotros,
las alturas de la tierra; Yavé, D i o s Sebaot, testo sus palacios y entregaré la ciudad
haga yo justicia sobre Israel por sus trans- dice Yavé. I 8 ¡Ay de aquellos que desean con todo cuanto encierra; * 9 de tal m o d o
gresiones, 1 5 derribaré las casas de invierno es su nombre. * el día de Yavé! ¿Qué será de vosotros? que, si de una casa n o quedaren más que
sobre las casas de verano, y serán des- El día de Yavé es día de tinieblas, no de diez hombres, morirán. 10 Quedará un cor-
truidos los palacios marfileños, y desapa- E x h o r t a c i ó n a la c o n v e r s i ó n luz. • 19 Es como quien huyendo del león to n ú m e r o de escapados para llevarse de
1 diera con el o s o ; como quien al refugiarse
recerán muchas casas, dice Yavé.

L u j o y d e s e n f r e n o d e las m u j e r e s
5 Escuchad esto: Es la lamentación
que hago sobre vosotros, casas de en casa y poner su m a n o sobre la pared
fuera m o r d i d o por la serpiente. 2 0 ¿No
la casa los huesos, y el uno dirá al otro
que está en el fondo de la casa: ¿Queda
Israel. * 2 Cayó la virgen de Israel, n o alguno más?, u y él responderá: Ninguno.
1 p o d r á ya más levantarse. Yace en tierra es tinieblas el día de Yavé y n o luz, y
4 Oíd esto, vacas de Basan, que m o -
ráis en la m o n t a ñ a de Samaría, opri- abandonada, n o habrá quien la levante.
3
Porque así dice el Señor, Yavé: La ciu-
obscuridad sin resplandor?
21 Y o odio y aborrezco vuestras solem-
El otro le dirá: ¡Calla, n o hay que pronun-
ciar el nombre de Yavé! ' 2 (H) Porque va
mís a los débiles, maltratáis a los pobres a dar Yavé la orden, y en las casas grandes
y decís a vuestros señores: Trae que be- dad que entre en campaña con mil guerre- nidades y n o me complazco en vuestras abrirá brechas, y grietas en las pequeñas.
bamos. * 2 Ved lo que el Señor, Yavé, ros se quedará con ciento; la que entre congregaciones. 22 $¡ m e ofrecéis holo- 13 ( 12 ) ¿Galopan los caballos por las ro-
jura por su santidad: Vienen sobre vos- con cien se quedará con diez en la casa caustos y me presentáis vuestros dones, cas? ¿Se ara el mar con bueyes? Pues
otras días en que os levantarán con bi- de Israel. 4 A s í , pues, dice Yavé a la n o los recibiré ni pondré mis ojos en los vosotros hacéis del juicio veneno, y del
cheros, y a vuestros descendientes con ar- casa de Israel: Buscadnie y viviréis. 5 N o pacíficos de vuestras cebadas víctimas. fruto de la justicia ajenjo. 1 4 (13) Os en-
pones, 3 y saldréis por las brechas, cada busquéis a Betel, ni vayáis a Guilgal, ni 23
Aleja de mí el ruido de tus cantos, que vanecéis por lo de Lodebar y decís: ¿No
una frente a sí, y seréis empujadas hacia paséis a Berseba, porque Guilgal será n o escucharé el sonar de tus c í t a r a s . 2 4 C o - hemos t o m a d o con nuestra fuerza a Car-
el H e r m ó n , dice Yavé. 4 Id a Betel a pre- llevada al cautiverio y Betel será destruida.
6 m o agua impetuosa precipítese el juicio; naím? 15 (14) Pero yo voy a suscitar contra
varicar, a Guilgal a multiplicar vuestras Buscad a Yavé y vivid, n o abrase a la c o m o torrente que n o se seca, la justicia.
casa de José con un fuego devorador, sin vosotros, ¡oh casa de Israel!, dice Yavé,
prevaricaciones. Ofreced vuestros sacrifi- 25 ¿Me ofrecisteis sacrificios y presentes Dios Sebaot, un pueblo que os oprimirá
cios matinales y cada tercer año vuestros que tenga Betel quien lo apague. en el desierto en cuarenta años, casa de desde la entrada de Jamat hasta el torrente
diezmos, 5 pregonad el sacrificio de ala- 7
Tornan el juicio en ajenjo y echan p o r Israel? 26 Y a os llevaréis a Sacut, vuestro de A r a b a .
banza, pregonad los sacrificios volunta- tierra la justicia. rey, y al astro de vuestro dios Quevam,
rios; pregonadlos, pues que así lo queréis, 8
El hizo las Pléyades y el Orion. El vuestros ídolos, los que os habéis fabri-
hijos de Israel, dice Yavé. torna las tinieblas en aurora y del día cado ; * 2 " y yo os deportaré más allá de T E R C E R A PARTE
hace noche obscura; llama a las aguas Damasco, dice Yavé, cuyo n o m b r e es
Ceguera del pueblo del m a r y las derrama sobre la haz de Dios Sebaot. V I S I O N E S SIMBÓLICAS
6 Pero yo os he hecho estar a diente la tierra. Yavé es su n o m b r e ; 9 hace res-
Certeza e i n m i n e n c i a del peligro (7-9)
limpio en vuestras ciudades, os he privado plandecer la salud para el desventurado
1
y trae sobre la fortaleza la ruina.
de pan en todos vuestros lugares, y n p
os habéis vuelto a mí, dice Yavé. i° E n las puertas detestan al censor y 6 1 ¡Ay de los descuidados de Sión' ¡Ay
de los confiados de Samaría! Atended
7 El Señor me dio a ver esto: criaba
langostas al tiempo en que comen-
7
También os negué la lluvia desde tres aborrecen al que habla rectamente.' 1 Pues a las más antiguas de las naciones e id zaba a crecer el heno que venía después
meses antes de la siega; lloví en una porque pisáis con vuestros pies al pobre a ellas, casa de Israel. 2 Id a Calne, de la corta del rey, * 2 e iban a acabar de
ciudad, n o lloví en o t r a ; llovió en una y le exigís la carga del trigo, las casas que pasad a J a m a t la grande, bajad a Gat devorar el verdor de la tierra. Yo dije:
parte y en otra no llovió y se secó, 8 Ve- de piedras talladas os habéis construido de los filisteos. ¿Son ellos de mejor con- ¡Oh Señor, Yavé, ten piedad! ¿Cómo va
nían dos o tres ciudades a otra para no las habitaréis, de las deleitosas viñas dición que estos reinos o está el terri- a sostenerse Jacob estando tan débil?
3
beber el agua, sin poder saciarse, y con que os habéis plantado n o beberéis el torio de éstos mejor que el v u e s t r o ? 3 Pre- Y Yavé se arrepintió y dijo: N o será
t o d o , no os convertisteis a mí, dice Yavé. vino. 12 Porque yo sé lo muchas que son tendéis lejano el día de la calamidad, así, dice Yavé. 4 Hízome ver también esto
9
Os herí con añublo y con tizón, devasté vuestras prevaricaciones y cuan grandes agarrándoos al presente de un pernicioso el Señor, Y a v é : el Señor, Yavé, se apres-
vuestras huertas y vuestras viñas, la lan- son vuestros pecados, opresores del justo, descuido. 4 Ved cómo se tienden en mar- taba a castigar con fuego, que había d s
gosta devoró vuestras higueras y vuestros que hacéis extorsiones y en las puertas fileños divanes e, indolentes, se t u m b a n en devorar el gran abismo e iba a consumir
olivos, pero n o os convertisteis a mf, dice hacéis perder al pobre su causa. I 3 Por sus lechos. Comen corderos escogidos del la heredad. 5 Y o dije: ¡Oh Señor, Yavé!
eso el h o m b r e prudente tiene que callarse
Y a v é . 1 0 Os castigué con plagas a m o d o de
ahora, porque es tiempo malo. 18
Pensando que no les alcanzará a ellos la cólera de Dios, reservada para los gentiles, los israe-
las de Egipto, maté a vuestros mancebos a 14
Buscad el bien y n o el mal p a r a que
la espada, di en botín vuestros caballos litas suspiran por el día de Yavé, que es el día de su juicio. El profeta les asegura que a todos alcan-
zará la ira divina, y así comienza aquí con un ¡ay! amenazador.
26
M i
Muy digno de notar es el trato que Amos da a ias mujeres de Israel, que no llevaban vida Probablemente Sacut y Quevam, dos dioses del panteón asirio. El pasaje es oscuro y difícil
* más regular que sus «señores». de interpretar, a pesar de la cita de San Esteban en Act 7,42 s.
13 8
Al fin de este versículo deben leerse 5,8 s., que, a no dudarlo, están fuera de su propio lugar. C El juramento de Yavé es gravísimo: parece que ya siente el estrépito de los carros asidos y el
C 1 Esta exhortación del profeta es presentada por éste como una lamentación sobre los pecados ^ galopar de su caballería.
1
** de la virgen de Israel y los castigos que la amenazan. «La virgen de Israel» es el pueblo de Israel, y Esta primera visión nos muestra cómo el profeta interviene a favor de Jacob, es decir, de
en el lenguaje de los profetas ' ambos reinos. Lo que sigue anuncia el castigo por medio de los asirios. La «corta del rey» sería
la que se hacía en el trigo que brota con excesiva fuerza antes que nazca 1: espiga (Rev. Bibl. [IQOQ]
260).
AMOS 7-9 960 961 ABDÍAS

Deten l e ¿Cómo va a sostenerse Jacob siclo y falsearemos fraudulentamente los llama a las aguas del m a r y las derrama P r o m e s a de restauración
estando tan débil? 6 Yavé se arrepintió y pesos? * Compraremos p o r dinero a los sobre la haz de la tierra; su n o m b r e es 11
Aquel día levantaré el tugurio caldo
dijo: T a m p o c o será esto, dice Yavé. débiles, y a los pobres por un par de Yavé. de David, repararé sus brechas, alzaré sus
7 7
También m e dio a ver esto el Señor, sandalias, y venderemos las aechaduras Hijos de Israel, ¿no sois para mí, dice ruinas y le reedificaré c o m o en los días
Y a v é : cerca de u n m u r o , u n h o m b r e tenía del trigo. ^ Yavé h a jurado p o r la gloria Yavé, c o m o hijos de etíopes? ¿No hice a n t i g u o s , 1 2 p a r a que conquisten los restos
un nivel de p l o m o en su m a n o . 8 Yavé m e de J a c o b : N o olvidaré yo nunca esto. yo subir de la tierra de Egipto a los hijos de E d o m y los de todas las naciones sobre
8
p r e g u n t ó : ¿Qué es lo que ves, Amos? Y o ¿No h a de estremecerse p o r eso la tierra? de Israel, y a los filisteos de Caftor, y a las cuales sea invocado mi nombre, dice
respondí: U n nivel de plomo. Y el Señor E n duelo quedarán cuantos la habitan. los árameos de Quír? * 8 Ved que los Yavé, que cumplirá t o d o esto. 13 Vienen
dijo: Pues mira, voy a pasar el nivel de plo- Alzaráse toda ella c o m o el Njlo, temblará ojos del Señor, Yavé, están puestos sobre días, dice Yavé, en que sin interrupción
m o sobre m i pueblo, Israel. Y a no le per- y se abajará c o m o el río de Egipto. el reino pecador y que yo los borraré de seguirá al que ara el que siega, al que
donaré más tiempo. ' Los altos de Isaac 9
Aquel día, dice el Señor, Yavé, haré la h a z de la tierra. Pero no destruiré del vendimia el que siembra. Los montes des-
serán devastados, y destruidos los santua- que se ponga el sol a mediodía y en pleno tilarán mosto y correrá de todos los co-
t o d o a la casa de Jacob, dice Yavé. ' D a r é
rios de Israel. M e alzaré con la espada día tenderé tinieblas sobre la tierra. 1 0 Tor- llados. 1 4 Y o reconduciré a los cautivos de
contra la casa de Jeroboam. la orden y zarandearé a la casa de Israel
naré en duelo vuestras solemnidades y en mi pueblo, Israel; reedificarán sus ciuda-
10
Amasias, sacerdote de Betel, m a n d ó entre las gentes todas, como se zarandea des devastadas y las h a b i t a r á n ; plantarán
llanto vuestros cantos; haré que t o d o s
a decir a J e r o b o a m : A m o s está conspi- cubran de saco sus ríñones y se rapen las con la criba; n o caerá toda la masa sobre viñas y beberán su vino; h a r á n huertos y
rando contra ti en medio de la casa de cabezas. Será duelo c o m o el duelo p o r la tierra. 1 0 A la espada perecerán todos comerán sus frutos. ls Los plantaré en su
Israel. L a tierra n o puede ya soportar sus el unigénito, y su remate será día d e los pecadores de mi pueblo, que dicen: tierra y n o serán ya m á s arrancados de
palabras. * n Porque A m o s va diciendo: desesperación. « N o nos alcanzará la desdicha, no se nos la tierra que yo les he d a d o , dice Yavé,
Jeroboam morirá a la espada e Israel irá 11
Vienen días, dice Yavé, en que m a n - acercará el mal». t u Dios.
al cautiverio, lejos de su tierra. daré yo sobre la tierra h a m b r e y sed; n o
12
Amasias dijo a A m o s : Vidente, ve y h a m b r e de p a n ni sed de agua, sino de ' Dios, como señor de todos los pueblos, no es aceptador de personas; y en Israel perecerán los
escapa a la tierra de J u d á , y come allí pecadores, pero los justos serán preservados y la casa de Jacob se salvará en ellos. El fin es igual que
oir la palabra de Yavé, I2y errarán de en Oseas 14,10.
tu p a n haciendo el profeta. 13 Pero guár- m a r a m a r y del norte al oriente en busca
date de volver a profetizar contra Betel; de la palabra y n o la hallarán. 13 Aquel
mira que éste es u n santuario del rey y día las hermosas doncellas y los mance-
u n a casa r e a l . 1 4 A m o s respondió a A m a - bos desfallecerán de s e d . 1 4 L o s que juran
sias, diciendo - . Y o n o soy profeta n i hijo
de profeta; soy boyero y hábil en preparar
p o r el pecado ríe Samaría y dicen: «Vive
tu Dios, D a n » y «Vive tu protector, Ber-
A B D l A S
los higos de sicómoro. l s Yavé m e t o m ó seba», sucumbirán p a r a n o levantarse ja-
de detrás del ganado y m e dijo: Ve a más. * Nada sabemos de Abdías. Su oráculo, el escrito mds corto del Antiguo Testamento,
profetizar a m i pueblo, Israel. 16 Escucha, es una amenaza contra los idumeos, en castigo del mal que habían cometido contra
pues, ahora la palabra de Y a v é : T ú m e 1
Vi al Señor junto al altar y m e sus hermanos, los hijos de Judd, en alguna calamidad sufrida por Jerusalén. A juzgar
dices: N o profetices contra Israel ni h a -
gas predicciones contra la casa de Isaac.
9 dijo: R o m p e los capiteles, que se por otros lugares (Lam 4,21; Ez 25,12 ss.; 35,1 ss.; Sal 137,7,), el profeta alude a
17
P o r eso dice Y a v é : Tu mujer será des- h u n d a el techo y caiga sobre las cabezas la conducta habida por los hijos de Esaú en los días de la invasión caldea. Edom sufrirá
h o n r a d a en la ciudad, tus hijos caerán a de todos, y a los que queden los m a t a r é el castigo de su maldad, mientras que Israel volverá triunfante y ocupará todo el
la espada, tu tierra será repartida a cordel, a espada. Nadie se salvará huyendo, nadie territorio de C a n á n .
tú morirás en una tierra contaminada e podrá escapar. * 2 A u n q u e bajasen hasta
Israel irá al cautiverio lejos de su tierra. el infierno, de allí los sacaría m i m a n o ;
1
El Señor, Yavé, m e dio a ver esto:
aunque subiesen hasta los cielos, de allí
los bajaría. 3 A u n q u e se escondieran en
SUMARIO Vaticinio sobre la ruina de Edom y la salud de Israel,
8 u n cestillo de fruta ya m a d u r a ; * 2 y la cumbre del Carmelo, allí los buscaría
me dijo: ¿Qué es lo que ves, Amos? Y o y los cogería; a u n q u e se ocultaran a mis sus escondrijos hasta la frontera! 7 T o d o s
le respondí: U n cestillo de fruta m a d u r a . C r í m e n e s d e E d o m y su r u i n a
ojos en el fondo del mar, allí mandaría tus aliados te han traicionado. Te cerca-
Yavé me dijo: M a d u r a está ya la suerte 1
a la serpiente p a r a que los mordiera. Visión de Abdías: Así dice de E d o m ron, te derrotaron los que gozaban tu
de m i pueblo Israel; n o le perdonaré ya 4
C u a n d o vayan cautivos ante sus ene- el Señor, Yavé. Se ha oído de parte de
más tiempo. 3 Los artesonados de sus amistad. Los que estaban en paz contigo
migos, daré a la espada la orden de exter- Yavé un r u m o r y ha sido enviado un pusieron trampas a tus pies. N o hay en
palacios aullarán aquel día, dice el Señor, minarlos, y tendré puestos sobre ellos mis mensajero a los pueblos. ¡Arriba! Alcémo- él entendimiento. 8 ¿No haré yo aquel
Yavé. Serán muchos los cadáveres y serán
ojos p a r a mal, n o p a r a bien. nos en guerra contra él. 2 Mira, te he día—dice Yavé—desaparecer de Edom los
en silencio arrojados en cualquier lugar. hecho pequeño entre las gentes, eres so-
4
Escuchad esto los que aplastáis al 5 El Señor, Yavé Sebaot, toca la tierra sabios y del monte de Esaú la prudencia?
bremanera despreciable. 3 Tu orgullo y 9
pobre y querríais exterminar de la tierra y ésta se funde, y lloran t o d o s sus habi- Tus guerreros, Teman, se sobrecoge-
tu corazón te engañan. Quien habita en
a los infelices, 5 diciendo: ¿Cuándo pa- tantes; la levanta toda entera como el las cavernas de las rocas y cuya morada r á n de terror para que todos sean exter-
sará el novilunio, que vendamos el trigo; Nilo y la abaja c o m o el río de Egipto. son las alturas, se dice a sí mismo: ¿Quién minados en las montañas de Esaú. P o r
y el sábado, que abramos los graneros;
6
El edificó en los cielos su m o r a d a y será capaz de echarme a tierra? los estragos, 10 por las matanzas hechas
achicaremos el efá y agrandaremos el fundó la tierra sobre su bóveda. El 4
Pues aunque te subas tanto como e! contra tu hermano Jacob, te cubrirá la
águila y pongas en las estrellas tu nido, vergüenza y serás exterminado.
10
Betel era santuario principal del reino de Israel, levantado por Jeroboam I enfrente del de yo te derribaré, dice Yavé. 5 Si vinieran a 11 El día en que, estando tú presente,
Jerusalén. Amasias denuncia como una conspiración la conducta de Amos, que ni siquiera es va- ti de noche ladrones, ¿no se llevarían saqueaban los extranjeros sus riquezas,
sallo del rey. Este trozo 10-17 es probable que esté fuera de su propio lugar. penetraban por sus puertas y echaban
O 1 Esta visión del cesto de fruta madura significa que Israel está ya maduro para el castigo. aquello que necesitaran? Si vinieran ven-
0 14 dimiadores a vendimiarte, ¿no dejarían suertes sobre Jerusalén, fuiste también tú
El pecado, en hebreo asimah, es el ídolo adorado en Samaría. uno de tantos. 12 N o contemples el dia
Q 1 Es la ruina del santuario de Betel, que vendrá a caer sobre la cabeza de los que allí están y rebusco? 6 ¡Cómo has sido saqueado! ¡Có-
m o está Esaú de hollado y de rebuscados de t u hermano, el día de su desastre. N o
** los aplastará. Véase Jue 16,27-31 la postrera hazaña de Sansón.
N ácar^C&lunga 31
JONAS 1 962 963 JONÁS 1-3

te goces de los hijos de J u d á el dia de salvada, y será santa, y la casa de Jacob cayó sobre Jonás. * 8 Dijéronle: A ver, m a , m e acordé de Yavé, y mi súplica llegó
su perdición. N o profieras arrogancias el despojará a los que le despojaron. 18 La ¿de dónde vienes, cuál es tu tierra y de a su santo templo.
día de la tribulación. 13 N o entres por las casa de Jacob será el fuego, la casa de qué pueblo eres? 9 El les respondió: Y o 9
¡Cómo se substraen a su misericordia
puertas de m i pueblo el día de su ruina ni José será la llama y la casa de Esaú soy hebreo y sirvo a Yavé, Dios de los cie- los que siguen a las mentirosas vanidades!
)0
te estés contemplando también su desgra- será la paja. Le encenderán aquéllos y los, que hizo los mares y la tierra. Pero yo te ofreceré víctimas acompaña-
10
cia el día de su desastre. N o tiendas la los devorarán, y n o quedará sobreviviente Aquellos hombres se atemorizaron das de alabanzas, te cumpliré mis votos.
m a n o sobre sus riquezas el día de su de la casa de Esaú, porque lo dice Yavé. sobremanera y le dijeron: ¿Por qué has D e Yavé es la salvación.
ruina. 14 N o te pongas en la encrucijada 19
Ocuparán el mediodía, la m o n t a ñ a de hecho eso? Pues sabían que iba huyendo
para m a t a r a los fugitivos. N o entregues Esaú; y la tierra baja, los filisteos; y de Yavé, porque él se lo había declarado. Liberación
11
sus huidos el día de la tribulación. ocuparán Efraím, el llano de Samaría; y Dijéronle: ¿Qué vamos a hacer contigo n D i o Yavé orden al pez, y éste vomitó
15
P o r q u e se acerca el día de Yavé para la TransJordania, Galad. 2 0 Los cautivos para que el m a r se nos aquiete? Porque el a Jonás en la playa.
todos los pueblos. C o m o hiciste, así te ahora en espera, los hijos de Israel, ocu- mar iba embraveciéndose cada vez más.
12
h a r á n a ti; tu merecido caerá sobre tu p a r á n C a n á n hasta Sarepta; y los cauti- El les respondió: Cogedme y echadme
cabeza. '* C o m o bebisteis vosotros, los vos de Jerusalén, que están en Sefarad, al mar, y el mar se os aquietará, pues bien SEGUNDA PARTE
de mi monte santo, así beberán sin re- ocuparán las ciudades del mediodía. 2 1 Su- sé yo que esta gran tormenta os ha sobre-
venido por mí. JONÁS EN N Í N I V E
medio todas las gentes. Beberán, sorberán birán salvadores al monte de Sión para
y serán como si n o hubieran sido. 1 7 Pero regir la m o n t a ñ a de Esaú, y el imperio (3-4)
en el m o n t e de Sión h a b r á u n a porción será de Yavé. J o n á s e s a r r o j a d o al m a r
1 3 Aquellos hombres hicieron por volver Predicación de Jonás en Nínive
la nave a tierra, mas n o pudieron, pues el
mar se embravecía, cada vez más M En- 3 1 Llegó por segunda vez a Jonás la
palabra de Yavé, diciendo: 2 Leván-
tonces clamaron a Yavé, diciendo: ¡Oh tate y ve a Nínive, la ciudad grande, y
J O N A S Yavé! Que n o perezcamos nosotros por pregona en ella lo que yo te d i r é . 3 Levan-
la vida de este h o m b r e y n o nos imputes tóse Jonás y fuese a Nínive, según la orden
sangre inocente, pues tú, ¡oh Yavé!, has de Yavé. Era Nínive u n a ciudad grande
El libro de Jonds se distingue de los otros profetas por contarnos la historia hecho como te plugo; * 15 y cogiendo a J o - sobremanera, de tres días de andadura. *
del profeta una persona distinta de él. De Jonds se cuenta en 2 Re 14,25 que vaticinó nás, le echaron al mar, y el mar se aquie- 4
Comenzó Jonás a penetrar en la ciudad
las conquistas de Jeroboam II, pero nada más sabemos de su ministerio. Nínive se tó en su furia. H'Temieron aquellos hom- camino de un día y pregonaba diciendo:
debatía entonces en guerras intestinas, a las que puso fin un hombre enérgico, elevado bres a Yavé y le ofrecieron sacrificios y le De aquí a cuarenta días Nínive será des-
al trono desde humilde origen: Teglatfalasar III (745). El tema fundamental del hicieron votos. truida. 5 Las gentes de Nínive creyeron a
relato es claro: poner de relieve la misericordia de Dios para con los pecadores arre- Dios y pregonaron ayuno y se vistieron
J o n á s e n el v i e n t r e d e l c e t á c e o de saco desde el más grande al más pe-
pentidos, aun cuando sean extraños a su pueblo; lo que no querían entender los judíos
en la predicación de Jesús. Sobre la naturaleza del relato, ya los antiguos disputaban
y se daban sentencias diversas, sin que los modernos hayan venido a un acuerdo.
2 1 Yavé había dispuesto un pez muy queño. *
grande para que tragase a Jonás, y
Jonás estuvo en el vientre del pez por tres P e n i t e n c i a d e los ninivitas
Inducidos por las dificultades del libro, algunos le consideran como una parábola. días y tres noches. * 2 Desde el vientre del 6
Llegó la cosa al rey de Nínive, y le-
Mas la opinión que podemos llamar tradicional en la Iglesia se inclina más por la pez dirigió Jonás su plegaria a Yavé, su vantándose de su trono, se desnudó sus
historicidad de la narración. Dios, diciendo: vestiduras, se vistió de saco y se sentó so-
Oración bre el polvo 7 e hizo pregonar en Nínive
3
una orden del rey y de sus príncipes, di-
CTTMAUTO P R I M E R A P A R T E : Jonás, enviado a Nínive (1-2).—SE- Clamé a Yavé en mi angustia y El me ciendo :
CUmAlUV; G U N D A P A R T E : Jonás en Nínive (3-4). o y ó ; desde el seno del seol clamé y tú me H o m b r e s y animales, bueyes y ovejas,
oíste. 4 Echásteme a lo profundo, al seno no probarán bocado, n o comerán n a d a
de los mares; envolviéronme las corrien- ni beberán agua. 8 Cúbranse de saco
P R I M E R A P A R T E L a t o r m e n t a e n el m a r tes. T o d a s tus ondas y tus olas pasaron so- hombres y animales y clamen a Dios fuer-
bre mí. 5 Y dije: Arrojado soy de delante temente, y conviértase cada uno de su mal
* Yavé levantó en el m a r u n violento de tus ojos. Pero no, todavía podré con- camino, de la rapiña de sus manos.
JONÁS, ENVIADO A NÍNIVE huracán, y fue tal la tormenta en el mar, templar t u santo templo. 6 Las aguas m e 9 ¡Quién sabe si se volverá Dios y se arre-
(1-2) que creyeron se rompería la nave. 5 Lle- estrecharon hasta el alma, envolviéndome pentirá del furor de su ira y n o perecere-
nos de miedo, los marineros invocaban el abismo. Las algas se enredaron a mi ca- mos!
L a o r d e n d e ir a Nínive cada uno a su dios, y echaron al mar lo
1 beza. 7 Bajé a las bocas del sepulcro, la re-
que llevaban en la nave para aligerarla
I Llegó a Jonás, hijo de Amitai, pa-
labra de Yavé, diciendo: 2 Levántate de ello.
gión cuyos cerrojos son barras eternas;
pero tú, Yavé, mi Dios, salvaste mi alma 10
Perdón
Vio Dios lo que hicieron, convir-
y ve a Nínive, la ciudad grande, y anun- Jonás, que había bajado al fondo de la del sepulcro. 8 C u a n d o desfallecía m i al- tiéndose de su mal camino, y arrepin-
cíales que su maldad ha subido ante mí. nave, se había acostado y dormía profun-
damente. 6 Llegóse a él el patrón del bar- 7
La suerte era en la antigüedad uno de los modos de conocer la voluntad divina o de dar con
D e s o b e d i e n c i a y fuga del profeta co y le dijo: ¿Qué estás ahí tú durmien- la verdad (Prov 16,3).
3 14
Levantóse Jonás para huir lejos de do? Levántate y clama a tu dios. Quizá se Los marineros son, sin duda, fenicios, y, por tanto, gentiles: pero, aun admitiendo muchos
Yavé, a Tarsis; bajó a Jope y halló un cuidará Dios de nosotros y no perecere- dioses, no niegan al Dios de los hebreos y conciben como cosa razonable que éste pueda estar irritado
barco que estaba para ir a Tarsis; pagó mos. 7 Dijéronse unos a o t r o s : Vamos a contra uno de sus adoradores. Arrojándole al mar se aplacará y hará cesar la tormenta.
1
el pasaje y entró en él para irse con ellos Qué pez sea éste y cómo pudo vivir en él Jonás por espacio de tres días y pronunciar el salmo
a Tarsis, lejos de Yavé. *
echar suertes a ver por quién nos viene
este mal. Echaron a suertes, y la suerte
2 3
que sigue, es una de las graves dificultades del libro, a que aludimos en la Introducción.
3 «Tres días de camino» significa que Jonás los necesitaba para hacer oir su mensaje en todos los
•• 3
Según la sentencia más probable, Tarsis e; estaba en nuestra provincia de Huelva, y en ella barrios de la gran ciudad.
5
* tenían los fenicios sus puertos de tráfico. Lass naves de Tarsis eran las que navegaban hasta el Como los marineros fenicios, asi las gentes de Nínive creyeron el mensaje de Dios, o sea la
extremo del Mediterráneo, los transatlánticos de 1la época. amenaza con que el Dios de Jonás les conmina, y procuran evitarlo aplacando a Dios.
MIQUEAS 964 965 MIQUEAS 1-2
tiéndose del mal que les dijo había de ha- por encima de Jonás, y haciendo sombra CTTA/r A T í T O PRIMERA PARTE: Juicio de Di» sobre Israel y Judá (1-3).
cerles, no lo hizo. sobre su cabeza, le defendía del calor. Jo-
nás se alegró mucho por el ricino, 7 pero JUiílAXXiu SEGUNDA P A R T E : Vaticinio de salud (4-5).—TERCE-
Despecho de Jonás y reprensión dispuso Dios un gusano, que a la mañana RA P A R T E : Reprensión del pueblo y esperanza de salud (6-y).
de Dios siguiente atacó al ricino, y éste se secó.
8
1 Apesadumbróse2 sobremanera Jo- Al salir el sol mandó Dios un recio vien-
4 nás; se enojó* y oró a Yavé, di- to solano, y el sol hirió la cabeza de Jonás, PRIMERA PARTE Moreset-Gat, y las casas de Aczib serán
apoyo engañoso para los reyes de Israel.
ciendo: ¡Cómo, Yavé! ¿No es lo que ya que, angustiado, se deseaba la muerte, di- JUICIO DE D I O S SOBRE ISRAEL Y JUDÁ
15
Por eso os traeré yo el Señor a vosotros,
me decía yo, estando en mi tierra? Por ciendo: ¡Mejor sería para mí morir que moradores de Maresa, y16 la gloria de Is-
eso, precaviéndome, quise huir a Tarsis, vivir!9
(1-3)
rael emigrará a Adulam. Motílate y ráe-
pues sabía que eres Dios clemente y pia- Entonces dijo Yavé a Jonás: ¿Tanto C o n t r a Israel y Judá te por los hijos queridos, ensancha tu cal-
doso, tardo a la ira, de gran misericordia, enojarte por el ricino? Y él respondió: Sí, 1
Palabra de Yavé que fue dirigida vicie como la del buitre, porque fueron
3
y que te arrepientes del mal. Ahora, mucho me enojo, hasta la muerte. i° Yavé
pues, Yavé, mátame, te lo ruego, porque le dijo: ¡Ah! Tú tienes lástima del ricino,
I a Miqueas, de Morasti, en los días de deportados lejos de ti.
mejor me es la muerte que la vida. 4 Dí- en el cual no trabajaste para hacerle cre- Jotam, Ajaz y Ezequías, reyes de Judá; Los ricos
jole Yavé: ¿Te parece que haces bien con cer; que en el espacio de una noche na- lo que vio sobre Samaría y sobre Jerusa-
1 ¡Ay de los que en sus lechos ma-
enojarte así?
5
ció y en ti de otra noche pereció; " ¿y no
Salióse Jonás de la ciudad y se sentó voy a tener yo piedad de Nínive, la gran
lén.
2
¡Escuchad, pueblos todos! ¡Atiende 2 quinan la iniquidad, que se prepa-
al lado oriental de ésta; y haciéndose un ciudad, donde hay más de ciento veinte tú, oh tierra, con todo cuanto en ella se ran a ejecutar en amaneciendo, 2porque
chozo, metióse en él, a la sombra, hasta mil almas que no distinguen su mano de- contiene! Que el Señor, Yavé, va a liti- tienen en sus manos el poder! Codi-
ver lo que era de la ciudad. 6 Dispuso recha de la izquierda y, además, numero- gar con vosotros; el Señor, desde su santo cian heredades y las roban; casas, y se
Yavé, Dios, un ricino, que creció hasta sos animales? * templo. * 3 Pues ved que Yavé va a salir apoderan de ellas, y violan el derecho del
de su morada, va a descender y a hollar dueño y el3 de la casa, el del amo y el de la
A ! Esta pesadumbre de Jonás pone más de relieve los sentimientos de Dios, tan distintos de los las cumbres de la tierra, 4 y a su paso se heredad. Por tanto, así dice Yavé: Mi-
* de su profeta. Bien sabemos por el Evangelio que la misericordia de Dios, tan pregonada en el fundirán los montes y se derretirán los rad, yo estoy maquinando contra esta
Antiguo
1
Testamento, era, sin embargo, la que menos entendían los fariseos. valles, como al fuego se derrite la cera, casa un mal, de que no podréis librar vues-
* En las palabrasfinalesestá encerrada toda la enseñanza del libro. como aguas que se precipitan por despe- tros cuellos, y no andaréis ya erguidos,
ñadero. porque vendrá el tiempo de la desventura.
4
5
Todo por la prevaricación de Jacob; Entonces se os dirá una sátira y se can-
todo por los pecados de la casa de Israel. tará de vosotros una elegía:
¿Cuál es la prevaricación de Jacob? ¿No «Ya lo había dicho Yavé: es completa
es Samaría? ¿Cuáles son6 los excelsos de nuestra ruina. Ha mudado la suerte de su
M Q v E Judá? ¿No es Jerusalén? Pues yo haré a pueblo. ¡Cómo arrebata para no devol-
Samaría majano en heredad de tierra de ver5 y reparte nuestros campos!»
viñas, y esparciré sus piedras por el va- Ya no habrá quien a la muerte distri-
lle, y pondré al desnudo sus cimientos; buya 6
heredades en la congregación de Ya-
Este Miqueas de Morasti es distinto del Miqueas hijo de Jimia, que vivió un siglo ' y todas sus esculturas serán abatidas, vé. ¡No claméis! Que claméis que no cla-
antes, reinando Ajab en Samaría y Josafat enjerusalén (i Re 22,8 ss.). Fué natural todas sus mercedes seián abrasadas por méis, 7
por esto no evitaréis el oprobio.
de Morasti, aldeíta de la región de Hebrón, y profetizó en los reinados de Jotam o el fuego, todos sus ídolos serán arruina- ¿No se dice la casa de Jacob: «Se ha cor-
Joatam, Ajaz y Ezequías, reyes de Judá (1,1). Es, pues, contemporáneo de Isaías y dos; porque son mercedes de prostitu- tado la magnanimidad de Yavé; ¿dónde
de las invasiones asirías sobre Samaría y Judá. Sus vaticinios se dirigen contra ambos ción, y en salario de prostitución se con- están sus obras?»
vertirán. ¿Mis palabras no están plenas de bon-
reinos, reprendiendo especialmente los abusos de los ricos y conminándoles con el 8
Por eso gimo yo y me lamento, y voy dad para los que siguen el camino recto?
castigo por medio de los asirlos, al que seguirá la salud mesiánica. descalzo y desnudo, y aúllo
8
como chacal, Pero vosotros ayudáis al enemigo con-
Se divide el libro de Miqueas en tres secciones: la primera abarca los capítulos 1-3, 9
y gimo como avestruz; porque su de- tra mi pueblo. Delante de Salmanasar
en que reprende los pecados de Samaría y Judá, sobre todo las injusticias, amenazando sastre es irremediable y ha invadido a arrebatáis el botín de guerra a9 los que
a los directores, que descarrían al pueblo, y acabando en la amenaza de la destrucción. Judá, llegando hasta la puerta de mi pue- confiados van por su camino. Arrojáis
La segunda (4-5) empieza por un hermoso vaticinio mesiánico, el concurso de las blo, hasta Jerusalén. 10 No vayáis a pre- a las mujeres de mi pueblo de su querido
naciones a Jerusalén. Sigue hablando sobre la restauración de Jerusalén, contra la gonarlo en Gat ni a llorarlo a Acó. Re- hogar y arrebatáis para siempre a sus hi-
cual vendrán las naciones extranjeras, de las que la librará el vastago de Belén, que volcaos en el polvo en Ofra. 11 Os han jos mi gloria. 1" Levantaos y echad a an-
traicionado los de Safir, las ciudades de dar, que no es tiempo de holganza. Por
restablecerá la paz, el orden y la religión pura de Yavé. La tercera sección (6-7) es la vergüenza. No salieron a campaña los su inmundicia será atormentado con te-
una querella contra Jerusalén por sus idolatrías. habitantes de Sidón; la casa12 vecina os rrible tormento.
11
traicionó, os negó su apoyo. Los habi- No profetiza falsamente el hombre
tantes de Marot esperan sacar bien de ha- inspirado. Yo te profetizo el vino y la be-
ber descendido de Yavé el mal a la puerta bida embriagante 12
de que rebosará este
de Jerusalén. pueblo. Yo te reuniré, Jacob, todo en-
!3 Aparejad los carros, habitantes de tero; yo reuniré los restos de Israel; yo le
Laquis. Que es el comienzo de la expia- congregaré como en el peligro se congre-
ción de la hija de Sión. En ti se han re- gan las ovejas, como rebaño en medio del
producido las prevaricaciones de Israel. infortunio, y llenos
14 13
de espanto huirán
Por eso habrás de aprontar la dote de ante el desastre. Irá delante de ellos el
2
Dios sale de su morada de Sión a ejercer el juicio sobre los dos reinos. A su paso la naturaleza
I se estremece, como si también ella sintiera la cólera de Dios.
MIQUEAS 2-5 966 967 MIQUEAS 5-6
que rompe la marcha; se abrirán una sa- beza de los montes, se elevará sobre los rael. * 2 (51) Pero tú, Belén de Efrata, pe- TERCERA PARTE
lida y la atravesarán y saldrán por ella, y collados, y los pueblos correrán á él, * 2 y queño para ser contado entre las familias
delante de ellos irá su rey, y a su cabeza, vendrán numerosos pueblos diciendo: Ve- de Judá, de ti me saldrá quien señoreará
Yavé. nid, subamos al monte de Yavé, a la casa en Israel, cuyos orígenes serán de anti- REPRENSIÓN DEL PUEBLO Y ESPERANZA
del Dios de Jacob, que nos enseñe sus ca- guo, de días de muy remota antigüe- DE SALUD
L o s falsos profetas
1
minos para que marchemos por sus sen- dad. * 3 ( 2 ) Los entregará hasta el tiem-
Y o digo: Oíd, príncipes de Jacob, (6-7)
3 cabezas de la casa de Israel: ¿No os
das, pues de Sión saldrá la ley, y de Jeru-
salén la palabra de Yavé. 3 Y juzgará a
po en que la que ha de parir parirá, y el
resto de sus hermanos volverá a los hijos Q u e r e l l a d e Y a v é c o n t r a Israel
toca a vosotros conocer el derecho? 2 Abo- muchos pueblos, y ejercerá la justicia has- de Israel, * 4 (3) y se afirmará y apacenta- y Jerusalén
rrecen el bien y aman el mal; desue- ta muy lejos con naciones poderosas, que rá con la fortaleza de Yavé y con la ma-
1 Oíd, pues, lo que dice Yavé: ¡Le-
llan, arrancan la carne de sobre los hue-
sos, 3 y luego de haberse comido la carne
de sus espadas harán azadas, y de sus lan-
zas hoces; no alzará la espada gente con-
jestad del nombre de Yavé, su Dios; y
habrá seguridad, porque su prestigio se 6 vántate! ¡Queréllate contra los mon-
de mi pueblo y de haberle arrancado la tra gente ni se ejercitarán ya para la gue- extenderá hasta los confines de la tierra. tes y que oigan tu voz los collados!*
2
piel, y haberle roto los huesos, y haberle rra. 4 Sentaráse cada uno bajo su parra y 5 4
( ) Y así será la paz: cuando invada Oíd, montes, y vosotros, cimientos in-
descuartizado como carne para la olla o bajo su higuera, y nadie los aterrorizará, Asur nuestra tierra para hollar nuestros conmovibles de la tierra, la querella de
carne para el caldero, 4 claman a Yavé; porque lo dice la boca de Yavé. 5 Pues palacios, le opondremos siete pastores y Yavé. Porque tiene Yavé querella con su
pero Yavé no los oirá, ocultará de ellos los pueblos marchan cada uno en el nom- ocho hombres principales; 6 (5) y regirán pueblo y va a altercar con Israel. *
3
su rostro por la malicia que en todas sus bre de sus dioses, pero nosotros marcha- la tierra de Asur con la espada, la tierra ¿Qué te he hecho yo, pueblo mío? ¿En
obras pusieron. remos siempre en el nombre de Yavé, de Nemrod con la espada desnuda. El nos qué te he molestado? Respóndeme. 4 Por-
5
Así habla Yavé contra los profetas que nuestro Dios. librará de Asur cuando venga contra nues- que yo fui quien te sacó de la tierra de
6
descarrían a mi pueblo, que, mientras En aquel día, dice Yavé, yo recogeré tra tierra para hollar nuestro territorio. Egipto, y te redimí de la casa de la servi-
muerden con sus dientes, claman: «Paz», a la coja y traeré a la descarriada, a quien 7
(6) Y el resto de Jacob será en medio de dumbre, y te mandé para que te guiaran
y al que no les da que comer le hacen la yo castigué; 7 y a la coja le daré descen- los pueblos como rocío de Yavé, como a Moisés, Arón y María. 5 Acuérdate,
guerra. 6 Por eso la visión se os hará no- dencia y a la descarriada la haré un pue- lluvia sobre la hierba, que no tienen que pueblo mío, de qué pedía Balac, rey de
che, y la adivinación tinieblas, y se pon- blo poderoso, y Yavé reinará sobre ellos esperar de nadie ni necesitan nada de los Moab, y qué le respondió Balam, hijo de
drá para los profetas el sol, y el día se les en el monte de Sión desde ahora para hombres. 8 (7) Será el resto de Jacob en- Beor, desde Sitim hasta Guilgal, para que
obscurecerá. 7 Los videntes serán cubier- siempre. 8 Y tú, torre del rebaño, forta- tre las naciones, en medio de numerosos conozcas las justicias de Yavé.
tos de vergüenza, y de confusión los adi- leza de la hija de Sión, volverá a ti tu pueblos, como león en medio de las bes- '' ¿Con qué me presentaré yo ante Ya-
vinos, y se cubrirán todos el rostro, pues antiguo poderío y la realeza que es pro- tias deí campo, como joven león en me- vé y me postraré ante el D i o s de lo alto?
Dios no dará ya respuesta. pia de la hija de Jerusalén. 9 ¿Por qué, dio de rebaños de ovejas, que arrebata la ¿Vendré a El con holocaustos, con bece-
8
Yo, empero, estoy lleno de la fuerza pues, tantos clamores? ¿No hay rey en ti presa, la pisa y la desgarra, sin que haya rros primales? 7 ¿Se agradará Yavé de los
del Espíritu de Yavé y de autoridad y o te falta tu consejero, que te dueles co- quien se la arranque. miles de carneros y de las miríadas de
fortaleza para denunciar a Jacob sus mo con dolores de mujer en parto? 10 Te 9
(8) Se alzará tu mano sobre tus enemi- arroyos de aceite? ¿Daré mis primogéni-
r revaricaciones, y a Israel sus pecados.
Oíd, pues, cabezas de la casa de Jacob
y jefes de la casa de Israel, que aborrecéis
dueles y gimes, hija de Sión, como mujer
en parto, porque vas a salir ahora de la
ciudad, y morarás en los campos y llega-
gos y todos tus contrarios serán extermi-
nados. 10 (') Aquel día, dice Yavé, quita-
tos por mis prevaricaciones, y el fruto de
mis entrañas por los pecados de mi alma?
8
¡Oh hombre! Bien te ha sido declara-
ré de en medio de ti tus caballos, y des-
lo justo y torcéis el derecho; 'O que edifi- rás hasta Babilonia, pero allí serás libra- truiré tus carros, * u (10) y abatiré las ciu- do lo que es bueno y lo que de ti pide
cáis a Sión con sangre, y a Jerusalén con da, allí te redimirá Yavé del poder de dades de tu tierra, y arruinaré todas tus Yavé: hacer justicia, amar el bien, humi-
crímenes. n Sus jueces sentencian por co- tus enemigos. fortalezas. Y te quitaré de las manos tus llarte en la presencia de tu Dios. ' La voz
11
hecho ; sus sacerdotes enseñan por Salario; Ahora se han juntado contra ti mu- hechicerías, y no habrá más agüeros en de Yavé interpela a la ciudad (sabiduría
sus profetas profetizan por dinero y se chas gentes y dicen: Que sea profanada ti, 1 2 y destruiré tus esculturas y tus ci- es temer tu nombre): Oye, tribu; oye,
apoyan sobre Yavé, diciendo: «¿No está y logren verlo nuestros ojos en Sión. * pos en medio de ti, y nunca más te pos- asamblea de la ciudad: 10 ¿Voy a perder
12
entre nosotros Yavé? N o nos sobrevendrá Pero no conocen los pensamientos de trarás ante la obra de tus manos; 13 y yo de vista la casa del impío, los tesoros
la desventura». 1 2 Por eso, por vosotros, Yavé, no penetran sus designios. El los arrancaré de en medio de ti tus aseras, de la iniquidad y el detestable efá escaso?
11
será Sión arada como un campo, y Jeru- juntará como se juntan en la era las ga- y derribaré tus árboles, 14 y haré con ira ¿Voy a perdonar yo a pesar de las ba-
salén será un montón de ruinas, y el mon- villas. 13 Álzate y trilla, hija de Sión, que y furor venganza en las gentes que no lanzas falsas y de las bolsas de pesas frau-
te del templo será un breñal. yo haré tu cuerpo cuerno de hierro, y tus quisieron escuchar. dulentas?
pezuñas, pezuñas de bronce, y aplastarás
a muchos pueblos, y consagrarás a Yavé esto? «Ahora», dice el profeta. Este «ahora* puede ser escatológico y mirar a los últimos tiempos,
SEGUNDA PARTE sus despojos, y sus riquezas al Señor de como en Zac 14 y en Ez 38-39.
toda la tierra.
VATICINIOS D E SALUD C ] Este versículo, seguramente incorrecto, es, por lo mismo, oscuro, ni es claro si se ha de unir
^ 2 a lo que precede o a lo que sigue. Bet-Gader es un lugar vecino a Belén (1 Par 2,50).
(4-5) E l r e y pacífico Este oráculo, citado en Mt 2,6, anuncia los orígenes betlemíticos, o sea davídicos, del futuro
P r o m e s a s de restauración y de paz 1 14
libertador (Is 9,5-6). Como el niño de Isaias, aparece unido a la invasión asiría, de la que librará a

4
1
Pero al fin de los tiempos, el mon- 5 ( ) Rodéate ahora de muros, Bet-
Gader. N o s cercan, hieren con la cla-
su pueblo. Pudiera esto entenderse de dos modos: o del origen betlemítico del Mesías, como hijo
de David, o de que él mismo habría de nacer en Belén. El Señor quiso que el vaticinio se cumpliese
del segundo modo, acaso para poner más de relieve el primero. San Mateo lo cita en 2,6. Sobre la
te de la casa de Yavé se alzará a la ca- va las mandíbulas de las tribus de Is-
expresión «de antiguo, de los días remotos», véase Is 51,9.
3
M * Este hermoso vaticinio mesiánico lo leemos también en Isaías, 2,2-5, contemporáneo de Mi- Esta expresión, «la que ha de parir», la entenderemos mejor comparándola con la virgen madre
^ queas. No es fácil averiguar con certidumbre a cuál de los dos pertenece en propiedad o si del Emmanuel
10
(Is 7,14).
ambos lo tomaron de un tercer profeta. Lo cierto es que fue escrito bajo la inspiración divina y En ese día, por medio del libertador, originario de Belén, Dios triunfará sobre las naciones
que encierra uno de los más bellos anuncios de la vocación de las gentes y de la atracción que sobre y destruirá todos los elementos guerreros para que no puedan volver a hacer la guerra.
ellos ejerce la Iglesia. C 1 Yavé se querella contra su pueblo, trayéndole a la memoria todos los beneficios que desde
i 1 Este párrafo es la contraposición de los versículos precedentes, en que se habla del cautive- ^ 2 antiguo le hizo. Por ellos Yavé sólo quiere una cosa: la práctica de la justicia.
rio y de la redención. Como en otros oráculos, v.gr., Zac 14,2-11, los enemigos vendrán con- Una nueva interpretación, en que reprende a Jerusalén sus injusticias y la amenaza con el me-
tra Jerusalén con el propósito de acabar con ella; pero sucederá todo lo contrario. ¿Cuándo será recido castigo.
HIQUEAS 6-7 968
2
i Por haberse llenado sus ricachos de
iniquidades y haber engañado a sus habi- 7
Esperanza de restauración ¿V A H V M
M a s yo esperaré en Yavé, esperaré en
tantes con palabras mentirosas, llevando el Dios de mi salvación, y mi Dios m e
en su boca u n a lengua m e n d a z , 1 3 por eso oirá. 8 N o te regocijes, pues, de mí, ene-
m e he puesto yo también a herirte y de- miga mía. Si caí, m e levantaré; si en ti- No sabemos de Nahum sino lo que nos dice su libro. Era natural de Elcos, que,
vastarte a causa de tus pecados. 14 Come- nieblas estoy, Yavé será mi luz. 9 H a b r é según San Jerónimo, estaba en Galilea, y más probablemente, según otros, en Judea.
rás y no te saciarás, y el hambre te roerá de soportar la ira de Yavé, p o r q u e pequé Vaticinó el castigo y la ruina de Nínive en el reinado de Josias (638-608) y, por
las entrañas; apartarás, pero no lo libra- contra El, hasta que El tome en sus ma- tanto, algunos años antes de que ésta tuviera lugar (612).
rás, y lo que librares, yo lo daré a la es- nos mi causa y me haga justicia. 10 Lo ve-
pada. 1 5 Sembrarás y no cosecharás; pi- rá mi enemiga y se cubrirá de vergüenza,
sarás la aceituna, pero n o te ungirás con
su óleo; la uva, pero n o beberás su vino.
16
ella que me decía: ¿Dónde está Yavé, tu
Dios? Mis ojos lo h a n de ver. Ahora será
SUMARIO Juicio de Dios contra Nínive y destrucción de la ciudad.
H a s seguido los m a n d a t o s de Omrí y ella pisoteada como el polvo de las calles.
todas las obras de la casa de Ajab, y has 11
Es el día de reedificar tus oviles.
a n d a d o según sus consejos, para que yo
Aquel día no habrá ley; 1 2 llegará a ti Yavé, Dios vengador, m a r c h a contra peré tus cadenas. | 1 4 D e ti h a m a n d a d o
te entregue a la devastación y dé tus ha- Nínive Y a v é : | N o quedará ni memoria de tu
desde Asiría a Egipto y desde Egipto al
bitantes al escarnio. Llevaréis, pues, so- 1 nombre. | Y o extirparé de en medio de
río, del u n o al otro mar, del u n o al otro Oráculo sobre Nínive, libro de la
bre vosotros el oprobio de mi pueblo.
monte, 13 y la tierra será devastada a cau-
sa de sus habitantes, p o r sus o b r a s . 1 4 Apa-
I 2
visión de N a h u m , de Elcos.
ti las imágenes talladas, | y del templo de
tus dioses los ídolos fundidos. | 1 5 (21) H a -
Yavé es u n Dios celoso y vengador; | ré tu sepulcro lugar ignominioso. | Mira
7 1 [Ay de mí, que he venido a ser co-
m o quien va a coger después de he-
cienta con tu cayado a tu pueblo, el reba-
ño de tu heredad. A los que están aislados
es vengador Yavé y pronto a la ira; | Ya-
vé se venga de sus enemigos | y es infle-
allí en los montes los pies del mensajero
que anuncia la paz. | Celebra, Judá, tus
cho el rebusco que sigue a la vendimia! establécelos en medio del Carmelo. Que xible para sus adversarios. * | 3 Yavé es
N o hay racimo que pueda comer, anhe- se apacienten en Basan y en Galad, como festividades, | cumple tus votos, | que n o
paciente y grande en poderío | y no deja volverán a ensañarse contra ti. I El azote
lando yo los frutos primeros. 2 H a n des- en los pasados t i e m p o s . 1 5 Muéstranos tus a nadie impune. | M a r c h a en el torbellino
aparecido de la tierra los justos, n o hay prodigios como al tiempo en que nos sa- será enteramente destruido.
y la tempestad, | y las nubes son el polvo
ninguno recto entre los hombres, todos caste de Egipto. 16 L o verán las gentes y de sus pies. I 4 Amenaza a los mares y
se avergonzarán de toda su prepotencia, L a ruina de Nínive
acechan la sangre, todos tienden redes a los seca | y agota los ríos todos.
su prójimo. 3 Todas las manos están pron- pondrán a la boca su dedo y ensordece- ' (2) U n destructor se h a puesto en
tas a hacer diestramente el m a l ; el prín-
cipe hace extorsión, el juez juzga p o r cohe-
rán sus oídos. 1 7 Lamerán el polvo como
la serpiente, como los reptiles de la tierra
El Basan y el Carmelo desfallecen | y se
marchita el ver 1or del Líbano. | 5 Tiem- 2 marcha contra t i ; | guarda la plaza
fuerte, escruta el camino, | cíñete los lo-
blan los montes ante El I y se disuelven
cho y el grande sentencia a su capricho, saldrán espantados de sus escondrijos, y los collados. ! Se agita en tumulto la tie- mos, concentra todo tu poder. | 2 (3) H a
4 despavoridos se volverán a Yavé, nuestro
y pisan al justo c o m o a rama de zarza rra | y el m u n d o y sus habitantes todos. restaurado Yavé la viña de Jacob, | ha res-
que sale derecha del seto. Es el día anun- Dios, y se sobrecogerán de temor ante ti. 6
¿ Q u i é n p o d r á p e r m a n e c e r a n t e su tablecido la gloria de Israel, | por cuanto
18
ciado por tus atalayas; viene tu castigo, ¿Qué Dios como tú, que perdonas la ira? | ¿Quién arrostrará el ardor de su có- le habían arrebatado los saqueadores que
viene ya tu ruina. maldad y olvidas el pecado del resto de lera? | Su furor se difunde como fuego | devastaron sus cepas. * | ' ( 4 ) El escudo de
5
N o os fiéis del amigo, no creáis al
tu heredad? N o persiste p o r siempre en y ante El se quebrantan las rocas. [ 7 Es sus guerreros está teñido de rojo, | sus
su enojo, porque ama la misericordia. bueno Yavé para los que en El esperan, | soldados visten p ú r p u r a ; | sus carros son
compañero; guarda las confidencias de tu 19
Volverá a tener piedad de nosotros, es seguro refugio el día de la angustia. como hachas encendidas; | al atacar, sus
boca de la que duerme en tu seno. 6 El conculcará nuestras iniquidades y arro- Conoce Yavé a los que a El se aco- caballos son un torbellino I 4 (5) a través
hijo deshonra al padre, la hija se alza con- jará a lo h o n d o del m a r nuestros peca- gen | s y los protege cuando arrecia la de los campos. | Sus carros con estruendo
tra la madre, la nuera contra la suegra, y dos. 2 0 Serás fiel a Jacob y propicio a ruedan por las plazas, | brillan como an-
los enemigos son sus mismos domésticos. tormenta. I Destruye enteramente a los
Abraham, como a nuestros padres se lo que se le resisten, | a sus enemigos, y los torchas ! y se lanzan como el relámpago. |
5 6
prometiste desde tiempos antipuos. lanza a las tinieblas. | 9 ¿Qué maquinas ( ) Los príncipes se disponen a huir, | van
contra Yavé? | El destruye enteramen- tropezando por los caminos, | corren a los
t e ; | no tiene que levantarse p o r segun- muros, I preparan las defensas, I 6 ( 7 ) abren
da vez contra el en migo. I 10 Se erizan las puertas de las aguas, | el palacio está
como zarzal enredado, | y como tal se- sumido en el terror; | 7 ( 8 ) la reina es des-
rán cortados y perecerán. | Del t o d o los n u d a d a y sacada a la luz, ! sus servidoras
devora, como a paja seca. lloran y gimen como palomas I y se d a n
11 golpes de pecho. *
D e ti salió quien maquinó contra mí
8 9
perversidades, I quien trazó contra mí ( ) Nínive parece u n estanque de
malvados designios. | 1 2 Palabra de Ya- aguas, I pero de aguas que se van. | ¡Alto,
vé, Señor del cielo. | Y o te humillaré de alto! Pero ninguno vuelve. | 9 ( 10 ) ¡Sa-
suerte | que no tenga que humillarte otra quead la plata, saquead el o r o ! I N o tie-
vez. nen fin los tesoros; | es u n a riqueza in-
13 Voy a quebrantar tu cetro, | yo rom- mensa I de toda suerte de preciosidades.
2
Por el texto se ve claro que 1,2-2,1 forma un salmo alfabético, en que se empieza pintándonos
I la temible cólera de Yavé contra los que le resisten y a la vez su piedad para los que conflan
en El (1-10): y prosigue luego aplicando estas nociones a Nínive, que será destruida, y a Israel,
que será restaurado. En la segunda mitad del salmo, el texto se halla muy incorrecto, y su restitu-
ción, llena de dificultades.
O 2 El profeta se dirige a Nínive, exhortándola a preparar la defensa, pintando el asalto de loa
"" 7 enemigos y acabando con el anuncio de la ruina del «cubil de leones».
Esta reina debe de ser Istar, la gran divinidad de Asiría.
NAHUM 2-3 970

l°(H) Saqueo, pillaje, devastación, | cora- res? | 8 ¿Eres tú mejor que N o - A m ó n , I la


zones llenos de espanto, | rodillas tem- que se sentaba entre ríos, I la rodeada de H A B A C U C
blorosas, | ríñones doloridos, | rostros aguas, | cuya muralla eran las aguas I y
demudados. tenía las aguas por baluarte? | 9 Su fuerza
11 12
( ) ¿Dónde está el cubil de leones, I la era la Etiopía y el Egipto; I no tenía fin. I Nada sabemos de Habacuc, fuera de lo que nos dice su libro. Este consta de dos
que era guarida de cachorros de león, | Put y la Libia eran sus mercenarios; I 10 y capítulos y un canto, que forma el tercero. Los primeros contienen un diálogo entre
adonde el león llevaba sus cachorros con todo, se fue; | se fue al cautiverio y al
destierro, | y sus hijos fueron estrellados I Dios y su profeta. En ambas partes nos presenta a los caldeos como instrumentos
y donde nadie podía perturbarlos?
1 2 13
( ) Arrebataba el león lo necesario para en las encrucijadas de todas sus calles, I y de la cólera divina para castigo de Judá; pero éste, a su tiempo, recaerá sobre aquellos
sus cachorros, | estrangulaba para sus sus nobles fueron echados a suertes, I y sus mismos, vor no haberse dado cuenta de los juicios de Dios y haber atribuido a sus ídolos
leonas | y llenaba la caverna de presas, y grandes fueron cargados de cadenas. los triunfos alcanzados.
su cubil de | despojos. I 13 ( 14 ) H e m e aquí u También tú beberás la embriaguez J
contra ti, dice Yavé Sebaot. | Y o conver- y serás objeto de escarnio; | también tú
tiré en h u m o tus carros, | la espada devo- irás en busca de un refugio contra el ene- P R I M E R A P A R T E : Juicio de Dios contra las naciones
rará a tus cachorros, | raeré de la tierra migo. | 1 2 Todas tus plazas fuertes son hi- SUMARIO por medio de los caldeos (1-2).—SEGUNDA PARTE:
tus rapiñas. | N o se oirá ya m á s la voz gueras con brevas, I que al sacudirse caen
de tus embajadores. en la boca de quien las come. I , 3 M i r a : Oración del profeta (3).
tu pueblo todos son mujeres. I Las puertas
Los crímenes de Nínive se abren de par en par al enemigo I en
1 ¡Ay de ti, ciudad sanguinaria, | toda toda tu tierra. | El fuego devora las barras P R I M E R A P A R T E de los príncipes; I se ríe de las plazas
3 llena de mentira y de violencia ¡ y de tus puertas. |
14
Abastécete de agua
fuertes; | alza un terraplén y las t o m a ; |
J U I C I O D E D I O S SOBRE LAS N A C I O N E S n luego, el huracán m u d a de dirección y
de inexhaustas rapiñas! * | 2 Restallido de para el asedio; | fortifica tus plazas, I pisa pasa. I Voy a exponer a Dios m i quere-
látigo, | estruendoso rodar de ruedas, | el barro, amasa la arcilla | y coge el molde P O R M E D I O D E LOS CALDEOS
I5 lla. I 1 2 ¿No eres tú desde muy antiguo, |
galopar de caballos y rebotar de carros; | de los ladrillos. | Allí te devorará el fue- (1-2) Yavé, mi Dios, mi Santo? | N o dejarás
3
jinetes e n h i e s t o s , | e s p a d a s r e l a m p a - go, | allí te exterminará la espada, I te tú, ¡oh Yavé!. perecer | al que establecis-
gueantes, lanzas fulgurantes! | ¡Muche- devorará como devora la langosta. I H a z - ¿ C ó m o e s q u e t r i u n f a la v i o l e n c i a
te para la justicia | y fundaste sobre roca
dumbre de heridos, montones de cadáve- te langosta p o r la voracidad, | hazte lan- y la i n j u s t i c i a ? para ejecutar el derecho. | 13 M u y lim-
16
res, | cadáveres sin fin, | por doquier se gosta por la multiplicación. | Multipli- 1
Oráculo que vio Habacuc, profe- pio de ojos eres tú para contemplar el
tropieza con cadáveres! | 4 Por las nume- caste tus mercaderes | m á s que las estrellas
rosas fornicaciones | de la ramera de del cielo. | La langosta se deslarva y se
I ta. I 2 ¿Hasta cuándo, ¡oh Yavé!, | mal I y no puedes soportar la vista de la
encantadores atractivos, maestra en bru- va. | 17 Tus funcionarios son como lan- suplicaré sin que m e oigas, | clamaré a opresión. | ¿Por qué, pues, soportas a los
jerías, | que con sus fornicaciones seducía gostas, ! y tus escribas como enjambre de ti contra la violencia | sin que mandes tu malvados I y callas mientras el impío
a los pueblos | y con sus hechicerías en- langostas | que en día de frío se a m o n t o - salvación? | 3 ¿Por qué me haces ver devora 4
| al que es más justo que él, |
gañaba a las naciones. nan en un vallado; | sale el sol y se van, | la iniquidad, | y soportar la vista de la ' c o m o si hicieras a los hombres | se-
5
Heme aquí contra ti, dice Yavé Se- sin que pueda conocerse el lugar donde aflicción, I y ver ante mí la opresión y la mejantes a los peces del m a r o a los
baot. [ Y o te desnudaré, alzando hasta estuvieron. crueldad, | y que se producen pleitos y reptiles 15
de la tierra, | que no tienen due-
la cara tus vestidos; | descubriré a los 18
Tus pastores, rey de Asur, I están contiendas? | 4 Por eso se embota la ley | ño? I El lo pesca todo con su anzuelo, |
pueblos tu desnudez, | mostraré a los rei- dormidos; I tus grandes, tumbados, I y tu y es conculcado el derecho, I pues el lo apresa en sus mallas, | lo barre 16 con
6
nos tus vergüenzas, | arrojaré sobre ti pueblo se dispersa por los montes, I sin impío asedia al justo | y el derecho se sus redes, | y triunfa y se regocija; I y
tuerce. ofrece sacrificios a sus mallas, | y ofren-
todas las inmundicias, | te cubriré de igno- que haya quien le congregue. 11' T u ruina das humeantes a sus redes, | pues por
minia | y te daré en espectáculo. [ 7 Cuan- no tiene remedio; | espantoso es tu de-
tos te vean se apartarán de ti, | diciendo: sastre. | Cuantos lo oigan batirán palmas E l j u i c i o d e Y a v é s o b r e las n a c i o n e s ellas acrecienta su provisión ¡ y es pin-
p o r m e d i o d e los caldeos güe su comida. | 17 Cada vez que sube,
¡Destruida Nínive! ¿Quién se compadece- contra ti, | porque ¿sobre quién no pesó vacía su red | y no cesa la matanza da
rá de ella? I ¿Dónde te buscaré consolado- sin tregua tu maldad? ' Mirad a las naciones y ved; llenaos los pueblos sin piedad alguna.
O 1 En este capítulo es Yavé quien habla a la ciudad sanguinaria, cuyos crímenes enumera, para de espanto, | pues va a cumplirse en
" mostrar cómo estaba obligado a ejercer en ella su justicia no menos que contra Tebas, de Egipto, vuestros días una obra | que, si os la Respuesta de Dios
que ellos, los asirios, habían saqueado y destruido. contaran, n o la creeríais.
6
Voy a suscitar a los caldeos, | pue- 1 Y o me estaré en pie en mi puesto, |
blo feroz y arrebatado, | que marchará 2 en pie sobre el muro, | y quedaré
por las anchuras de la tierra | para con- observando a ver qué me dice | y qué
quistar moradas ajenas. I 7 Es espantoso responde a mi querella. * | 2 Yavé me res-
y terrible; | su derecho y su elación sólo pondió diciendo: I Escribe la visión y
de él emanan. | 8 Sus caballos son más grábala en tabletas, | de m o d o que pueda
ligeros que el tigre, | m á s fogosos que el leerse de corrido. | 3 Porque la visión es
lobo nocturno. I Sus jinetes, osados, | para u n tiempo fijado, | y ciertamente
vienen de lejos, volando como el bui- h a de realizarse sin falta y sin tardan-
tre, I con prisa de devorar. | 9 Todos za; I espérala, que ciertamente llegará,
vienen a la presa; I delante de ellos va el n o faltará.
4
terror | y se a m o n t o n a n cautivos como M i r a : el de alma soberbia perece, |
arenas. I 10 Se burla de los reyes; se mofa m a s el justo p o r su fidelidad vivirá. * |
O 1 Responde Dios a su profeta y le ordena escribir su profecía, que se realizará infaliblemente
*• y sin tardanza. El orden del texto no a todos satisface, y querrían colocar 1,2-4 después del
versículo 11, juntando las dos quejas a Yavé.
* En un segundo discurso, «el alma soberbia perecerás es aplicado a los caldeos, que amontonan
riquezas saqueando a muchos pueblos y adoran leños cubiertos de plata y oro.
HABACÜC 2-3 972 973 SOFONÍAS 1

' ¡ C u á n t o más habrá de perecer el ban- SEGUNDA P A R T E mis pasos se hicieron vacilantes. | Tran- redil las ovejas, | n o haya bueyes en los
dido, el orgulloso, [ que ensancha su quilo espero el día de la aflicción, I que establos: | ls yo siempre me alegraré en
codicia como el infierno | y es insaciable ORACIÓN DEL PROFETA vendrá sobre el pueblo que nos oprime. Yavé | y me gozaré en el Dios de mi sal-
como la muerte, | y se apodera de todas 17
Que no dé sus yemas la higuera, | vación. | 1 9 Yavé, mi Señor, es mi fortale-
las naciones, | y a m o n t o n a todos los pue- (3) que n o dé sus frutos la vid, | que falte la za, | que me da pies como de ciervo | y
blos! | 6 ¿No h a b r á n de alzar todos éstos cosecha del olivo | y n o den manteni- me hace correr por las alturas.
contra él | sátiras, burlas y proverbios? I P l e g a r i a y c a n t o triunfal d e l p r o f e t a
miento los c a m p o s ; que desaparezcan del Al maestro del canto. A las cuerdas.
Le dirán: ¡Ay del que a m o n t o n a lo aje- 1
Plegaria de Habacuc, profeta, so-
no | y acrecienta sin cesar el peso de su
deuda! | 7 ¿No se alzarán de repente tus
3 2
bre los siguinot. *
Y o , ¡oh Yavé!, oi tu mensaje; | vi,
acreedores, | n o se levantarán tus exac- Yavé, tus designios. | Dalos a conocer,
tores j y serás presa de ellos? | 8 T ú has ¡oh Yavé!, en el transcurso de los años, | O o N
despojado a muchas gentes, y ellas te manifiéstalos en medio de los tiempos. |
despojarán a ti | p o r tus matanzas de E n la ira n o te olvides de la misericor-
hombres, | tus violencias contra la tie- dia. * Sofoníasparece, según el epígrafe de su libro (i,i), descendiente del rey Ezequías.
rra, | la ciudad y cuantos la habitan. 3
Llega D i o s de Teman, | y el Santo Vaticinó en los días de Josías, hijo de Amén (638-608), antes de la caída del imperio
9
¡Ay del que, codicioso, enriquece in- del monte Farán. (Sela.) | Su majestad asirlo (612). Anunció el juicio de Dios sobre Judá y las naciones, sin excluir a Nínive,
justamente su casa | y quiere poner muy cubre los cielos, | y la tierra se llena de
que será convertida en soledad, en desierto, en guarida de fieras (2,13 ss.). Termina
alto su nido | para escapar al infortu- su gloria. | 4 Su resplandor es como la
nio! | 10 Con tu proceder has hecho se- luz, de sus m a n o s salen rayos | con que anunciando la cesación del cautiverio y la restauración mesiánica, en que participarán
gura la vergüenza de tu casa; | asolaste vela su poder. | s Delante de El va la todos los pueblos.
muchos pueblos y debes tu vida en cas- m o r t a n d a d | y a su zaga va el azote.
tigo, | 11 porque chilla en el m u r o la pie- 6 Si se detiene, hace temblar la tierra, ¡
dra | y la responde en el enmaderado la y s i mira, conmueve las naciones. | Se
viga. | 12 ¡Ay del que edifica con sangre abajan los eternos collados, I sus antiguos
SUMARIO P R I M E R A P A R T E : Inminente juicio contra Judá y contra
las naciones (1-2).—SEGUNDA P A R T E : Juicio contra Je-
la ciudad I y la cimenta sobre la iniqui-1 caminos. rusalén y anuncio de salud para Israel y para las naciones (3).
dad! | 13 ¿No es de Yavé Sebaot | «que 7
Llenas de terror veo las tiendas de
los pueblos trabajan p a r a el fuego | y Cusan, | tiemblan los campamentos de
las gentes se fatigan p o r la vanidad»? | Madián. | 8 ¿Acaso, Yavé, se enciende tu P R I M E R A P A R T E en la casa del rey y en todos9 los que se
14 Llenaráse la tierra del conocimiento de ira contra los ríos j o es contra los mares visten vestiduras extranjeras. Haré aquel
la gloria de Yavé I como llenan las aguas tu furor | cuando subes sobre tus caba- I N M I N E N T E J U I C I O CONTRA J U D Á día justicia en los que corretean por las
del mar. * llos, | sobre tus carros de victoria? ] 9 P o - Y CONTRA LAS N A C I O N E S calles e hinchen las casas de sus seño-
1 5 ¡Ay del que da a beber al próji- nes al desnudo tu arco, | llenas de saetas res de rapiñas y de fraudes. 1 0 Se alzará
(1-2)
mo [ su cáliz emponzoñado hasta embria- tu aljaba (Sela.) | y hiendes con torren- aquel día, dice Yavé, gran gritería desde
garle | para descubrir su desnudez! | " Bebe tes la tierra. | l ° A " t u vista tiemblan las El día de Yavé la puerta de los Peces, y gran clamor
tú a tu vez a saciedad la vergüenza, I en montañas, | irrumpen diluvios de aguas, | desde la Ciudad Nueva, y gran estruendo
1 Palabra de Yavé dirigida a Sofo-
lugar de la honra, hasta emborracharte. alza su voz el abismo del mar. | n Olví-
A ti se te dará el cáliz de la diestra de dase el sol de su levante ] y la luna se
1 nías, hijo de Cusi, hijo de Gueda-
lías, hijo de Amarías, hijo de Ezequías,
desde las colinas.
11
Lamentaos, moradores de la Muela,
Yavé, | y en vez de gloria, vergüenza. | queda en su m o r a d a | ante el brillo de porque todo vuestro pueblo de mercade-
1' Porque h a n de caer sobre ti Hs rapi- tus saetas voladoras, I ante el resplandor en los días de Josías, hijo de A m ó n , rey
de Judá. res ha sido destruido, han sido exter-
ñas del Líbano, | y la destrucción de los de tu lanza fulgurante. 2 minados todos los que pesaban la pla-
12 Y o haré perecer cuanto hay sobre la
animales te será motivo de terror, | y E n tu ira huellas la tierra, I en tu haz de la tierra, dice Yavé. * 3 Haré pe- ta. t 2 Sucederá aquel día que escudri-
las matanzas de los hombres | y el aso- furor trillas los pueblos. | 1 3 Sales a cam- ñaré a Jerusalén con linternas y haré
lamiento de la tierra | y de las ciudades y paña p a r a salvar a tu pueblo, | para recer hombres y animales, haré perecer las
aves del cielo y los peces del mar. Y o justicia en los que se sientan sobre sus
de cuantos las habitaban. libertar a tus ungidos. | Abates la cús- heces, diciéndose en su corazón: N o hace
i 8 ¿De qué sirve la escultura que su pide de la casa del impío | desnudando haré tropezar a los impíos y exterminaré
a los hombres de sobre la haz de la tie- Yavé ni bien ni mal. 13 Su opulencia será
autor esculpió; I de qué la imagen fun- sus cimientos hasta la roca. (Sela.) | 1 4 Atra- dada al pillaje y asoladas sus casas.
dida y el oráculo mendaz, | para que el viesas con tus lanzas la cabeza de sus rra, dice Yavé. 4 Yo tenderé mi m a n o
sobre J u d á y sobre todos los moradores Levantarán casas y no las habitarán,
que la hizo ponga en ella su confianza 1 guerreros, | que irrumpen para desbara- plantarán viñas y n o beberán su vino.
de Jerusalén, y exterminaré de este lu-
p o r haberse fabricado vanidades mudas? | tarnos, | exultan como quien devora al
gar los restos de Baal y el nombre mis- 1 4 Se acerca el gran día de Yavé, vie-
I* ¡Ay del que dice al leño: Despierta, y desvalido en secreto. | 1 5 Sumerges en el ne presuroso; el estruendo del día de
a la piedra: Levántate! | Esos n o ense- mar tus caballos, | en el hervidero de las m o de los arúspices de entre los sacerdo-
tes, 5 y a los que en los terrados se pos- Yavé es horrible, hasta los más fuertes
ñ a n sino a enmudecer. I Están cubiertos grandes aguas.
tran ante la milicia de los cielos, y a los lanzan gritos de angustia. , 5 Día de ira
de oro y de plata, I pero n o hay en ellos 16
Y lo oí, y se estremecieron mis en- es aquél, día de angustia y de congoja,
hálito de vida. I 2 0 Yavé m o r a en su santo t r a ñ a s ; | al estruendo m e faltó la pala- que, postrándose ante Yavé, juran por
Milcom, 6 y a los que se apartan de Yavé día de ruina y asolamiento, día de ti-
palacio. | ¡Calla ante El, oh tierra toda! I bra. I Se reblandecieron mis huesos I y y n o le buscan ni se acuerdan de El. niebla y obscuridad, día de sombras y
7
¡Silencio en la presencia del Señor, densos nublados, 1* día de trompeta y
•* Tomado de Isaías n , g . Yavé! P o r q u e se acerca el día de Yavé. alarma en las ciudades fuertes y en las
1 Porque ha preparado Yavé un banquete altas torres.
Esto indica que se trata de una oda destinada a ser cantada con acompañamiento de instru-
3 2
mentos de cuerda. y h a prevenido ya a sus invitados. 8 Su-
17
Aterraré a los hombres, que andarán
El profeta, que manifiesta su espanto, sin duda por el vaticinio sobre la venida de los caldeos, cederá en el día del banquete de Yavé como ciegos; por haber pecado contra
luego se alegra viendo a Dios venir por el desierto haciendo justicia en las tiendas de Teman y de que haré yo justicia en los príncipes y Yavé, su sangre será derramada como se
Cusan, para emplear sus poderosas armas contra las naciones y dar la salud a su pueblo. Por esto
él confiará en Yavé y se gozará en Dios, su salvador. •i 2 El día de Yavé es el día del juicio divino, de la severa justicia con que amenaza a Jerusalén
• y a todo Judá por los crímenes que en ellos se cometen. Así éstos como su castigo los des-
cribe minuciosamente el profeta.
SOFONÍAS 1-3 974
derrama el polvo, y tirados sus cadáve- 975 AGEO 1
la tierra; y todos, cada uno desde su
res como estiércol. ' s No podrá su plata lugar, y todos los de las islas de las gen- 8 14
per m á s y m á s sus caminos. P o r eso, ¡Canta, hija de Sión! ¡Da voces ju-
ni su oro librarlos el día de la ira de tes le adorarán. bilosas, Israel! [Regocíjate con todo el
dice Yavé, esperadme, para el día en que
Yavé, pues toda la tierra será consumida me levantaré para juzgaros. Porque es corazón, hija de Jerusalén! 15 Que Yavé
por el fuego de su furor y consumará Sobre la Etiopía y la Asiría mi propósito reunir a las gentes y jun- ha revocado los decretos dados contra
la ruina, la pérdida apresurada de todos 12
También vosotros, etíopes, seréis des- tar a los reinos para derramar sobre ti y h a rechazado a tu enemigo. El rey
los moradores de la tierra. truidos por mi espada. * 13 Y tenderá su ellos mi ira, porque la tierra toda será de Israel, Yavé, está en medio de ti. N o
mano hacia el aquilón, y destruirá a consumida p o r el ardor de mi cólera. verás más el infortunio. l s Aquel día se
Exhortación a la penitencia Asur, y haiá de Nínive un campo de dirá a Jerusalén: N o temas, Sión. N o
1 devastación, árido como desierto. 1 4 En L a restauración se caigan tus manos, 17 q u e está en medio
2 Ajustaos a la regla y entrad en
vosotros, pueblo rebelde, * 2 antes medio de él dormirán los rebaños y to-
dos los animales de los pantanos; el peli-
9
Entonces devolveré yo a los pueblos
labios limpios para invocar todos el nom-
de ti Y a \ é como poderoso salvador: se
goza en ti con transportes de alegría, te
que la cólera os pulverice como tamo, ama con delirio. 1 8 ¡Ay de los q u e pre-
cano y el alcaraván harán su morada en bre de Yavé y servirle de común acuer-
antes que caiga sobre vosotros el ardor
sus capiteles. En los huecos canta un do. * 1 0 M e traerán ofrendas desde m á s tendan afrentarte! Destruiré del todo a
de la ira de Yavé, antes que llegue sobre allá de Etiopía. u Entonces n o te aver- los que te oprimieron.
vosotros el día de la ira de Yavé. 3 Bus- murmullo; en los atrios, desolación; los 19
cad a Yavé los humildes de la tierra; artesonados de cedro, arrancados. 15 Hela gonzarás ya de las rebeliones con que te Aquel día arruinaré yo enteramente
aqui la ciudad soberbia y llena de con- rebelaste contra mí, porque quitaré de a tus opresores. Y salvaré a la coja, y
cumplid su Ley, practicad la justicia, bus- en medio de ti a tus fanfarrones jactan- recogeré a la descarriada, y las haré
cad la mansedumbre, y quizá quedaréis fianza en sí misma, que se decía: «Yo y
nadie más que yo». ¡Cómo ha sido de- ciosos, y n o te ensoberbecerás p o r mi objeto de alabanzas, y su confusión la
al abrigo el día de la ira de Yavé. monte santo. 1 2 Dejaré en medio de ti haré gloria de la tierra toda, * 20 al tiem-
vastada, hecha guarida de bestias! Cuan-
tos pasen cerca de ella silbarán y move- como resto un pueblo humilde y modes- p o en q u e os colmaré de bienes, al tiem-
S o b r e los filisteos to, q u e esperará en el n o m b r e de Yavé. p o en que os reuniré. Porque os haré
4 rán sus manos. 13
Gaza será abandonada y Ascalón aso- El resto de Israel n o hará iniquidad, objeto de gloria y alabanza entre todos
lada, Azoto saqueada en pleno día y n o dirá mentira, n o tendrá en su boca los pueblos de la tierra cuando a vues-
Acarón extirpada.* 5 ¡Ay de los habi- SEGUNDA PARTE lengua mendaz y se apacentarán y dor- tros ojos haré retornar a vuestros cauti-
tantes de la costa del mar, del pueblo mirán sin que haya nadie que los espante. vos, dice Yavé.
de los cereteos! La palabra de Yavé se JUICIO CONTRA JERUSALÉN Y ANUNCIO 9
alza contra vosotros; Canán, tierra de DE SALUD PARA ISRAEL Y PARA LAS El día del Señor, que hasta aqui parecía sólo dia de cólera, lo será también de misericordia
para las naciones, que aprenderán a invocar el nombre de Yavé, asociadas al resto del pueblo salvado
filisteos, yo te destruiré hasta no dejar en NACIONES de la cautividad. El profeta las invita a alegrarse y a cantar canciones de júbilo.
ti habitante. «Queret se convertirá en 19
El día del Señor que el profeta anuncia será un juicio sobre todas las naciones, que recibirán
pastizales de pastores y rediles de ove- (3) su castigo, mientras que Israel, purificado por el cautiverio, se convertirá a Yavé, que le recibirá.
Jas- 7 L a región será para el resto de Sobre Jerusalén
Entonces Sión cantará alegre, tanto más cuanto que ve el castigo de quienes le maltrataron.
•luda, allí apacentará. Dormirán por la
noche en las casas de Ascalón, porque 3 1 ¡Ay de la rebelde, de la contami-
nada, de la ciudad opresora! * 2 No
¡ ° s , vi sitará Yavé, su Dios, y los restau- quiso escuchar, no se dejó enseñar, no
rara.
quiso acercarse a su Dios. 3 Sus prínci- E O
Sobre M o a b y A m m á n pes son rugientes leones, sus jueces lobos
nocturnos, que no dejan hueso que roer
4
den>m!»° í d ? J ? s u l t r a J e s d e M o a b Y los a la mañana. Sus profetas son hombres Nada sabemos del origen de Ageo, fuera de que vivió en el cautiverio y colaboró
afrenta™ d e lo - S h i ' 0 s d e Ammón/que vanos y pérfidos, sus sacerdotes profanan 5 en la obra de la reconstrucción del templo. Su libro contiene cuatro breves oráculos,
S ™ * a m p u e W o
y s e engrande- las cosas santas y falsean la Ley. Yavé fechados en el segundo año de Darío (520) y dirigidos a los moradores de Jerusalén,
c e Y ° ° ^ S V e r r i t o r i o - * » P o r mi vida, es justo en medio de ella, no hace El vueltos del cautiverio, que hasta entonces no habían podido edificar el templo. El
M o a f c e b a o t ' c e l D i o s d e I s r a e l > q ™ iniquidad; todas las mañanas establece profeta los exhorta a emprender la obra y anuncia la gloria del segundo templo, que
su juicio para alumbrar, no falta nunca
A ^ m o n e o r n o T S ° d ° m a ' y ' ° S h Í J 0 S d e y no hay en El iniquidad. será mayor que la del primero por la venida de los tiempos mesiánicos, en que las
de sal v G o m o r r a , ortigales, minas
6 naciones concurrirán a Jerusalén cargadas de ricas ofrendas.
El r e w ^ S a m p o d e e t e r n a devastación. Yo he exterminado a los soberbios,
Jos sobrevíf- m i p u e W o , o s saqueará y he asolado sus torres y devastado sus
V Mes d e m i caminos, sin que haya quien pase por
darán io p f P«eblo los here-
d a p o r w . s e í á e I P a 8 ° d e s u s o ° e r - ellos, y sus ciudades fueron saqueadas y STT1VTARTO Exhortación a la edificación del templo y gloria mesiánica
nabeVse & , ultra ad
J ° a mi pueblo y no queda en ellas morador. i Me dije: de éste (1,1-3,10). Bendiciones del pueblo por la construcción
Y ntra el ebl d De cierto me temerás, y te corregirás; del templo (2,11-34).
tra
« e C T v ° ^°
ellosS y„ H
P" ° «
• a v é sera terrible con-
no dejará de advertir los castigos con que
de .
s t r m r á aa todos
todos los los dio*™
dioses d„
de | yo la he castigado; pero se dio a corrom- 2
O I Di Así habla Yavé Sebaot: Este pueblo
E x h o r t a c i ó n a edificar el t e m p l o
1
dice: N o h a venido a ú n el tiempo de
Yavé en <?*? j Práctica de la justicia antes que sobre ellos descargue la mano vengadora de
VA
En e t
|caló n senfSfrv 23 c
s u lra
-
° " t r a I a Fil¡ stea son de notar dos cosas: «la región será para el resto de Judá»
I E n el a ñ o segundo del rey Darío, reedificar la casa de Yavé.
el mes sexto, el día primero del mes, 3
F u e , pues, la palabra de Yavé, por
fue la palabra de Yavé, p o r m a n o de m a n o del profeta Ageo, diciendo: 4 ¿Ha
b ~ E l casticeT r l T x / ' u t a d a y r e s t a u r ada, pero en provecho de Judá.
Ageo, profeta, a Zorobabel, hijo de Seal- venido para vosotros el tiempo de m o -
¿ f r * engranclecidn y A m m o n le
s viene por sus ultrajes contra Israel y en castigo de ha-
u tiel, gobernador de J u d á , y a Josué, hijo rar en casas artesonadas, mientras está
Perv¡vi entes d " j s c o n , s u te ™torio. La pena será su destrucción y el que su territorio pase a los
de Jeosadac, sumo sacerdote, diciendo: * en ruinas esta casa? * 5 Pues así dice Yavé
180 d e
su solS-hl»' q U ¿ a l c a n z a Primero a Etiopía, se extiende luego sobre Nínive, la cual, en cas-
1
3 ' Mu- convertida en campo de desolación. Véase en el libro de Esdras (4,26-6,22) 'a historia aqui aludida.
í la„ e n c^ueva
a j
bez a ai<Si 1 8c9ntr,a Jerusalén, de quien Dios esperaba que se convirtiera, escarmentando
I 4
Desalentados por las dificultades, hablan desistido de la obra del templo; por esto mismo el
68 Señor les retiraba sus bendiciones.
«entes será S S i , ^ ' V . , e s t 0 - s e h i z ° P « » ; Por lo cual el día en que Dios se levante a juzgar
ramoien herida de la cólera divina.
AGEO 1-2 976
Sebaol: Pensad bien en vuestra suerte. de la tierra, dice Yavé, y [a la obra!, 977 ZACARÍAS 1
' S e m b r á i s mucho y encerráis poco; co- porque soy yo con vosotros, dice Yavé robabel, gobernador de Judá, y dile: Y o y los que en ellos cabalgan, los unos por
méis y no os saciáis; bebéis y no os har- Sebaot. « (5) Conforme a la alianza que conmoveré los ciclos y la tierra; 2 3 ( 22 ) y la espalda de los otros. 2 4 (23) Aquel día,
táis; os vestís y no os calentáis, y el que con vosotros hice a vuestra salida de trastornaré los tronos de los reinos, y dice Yavé Sebaot, te tomaré a ti, Zoroba-
anda a jornal echa su salario en bolso roto. Egipto, estará en medio de vosotros mi destruiré la fuerza del reino de las gen- bel, hijo de Sealtiel, mi siervo, dice Ya-
7
Asi dice Yavé: Pensad bien en vues- espíritu; no temáis. 7 ( 6 ) Porque así dice tes, y volcaré el carro y a los que en él vé, y te haré como anillo de sello, porque
tra suerte. 8 Subid al monte y traed ma- Yavé Sebaot: D e aquí a poco haré aún suben, y se vendrán abajo los caballos yo te he elegido, dice Yavé Sebaot.
deras, y reconstruid la casa, y yo hallaré temblar los cielos y la tierra, los mares
en ella mi gozo y mi gloria, dice Yavé. y lo seco, 8 (7) y haré temblar a las gen-
9
Esperabais mucho, y habéis hallado tes todas, y vendrán las preciosidades de
poco; almacenabais, y yo soplaba en todas las gentes, y henchiré de gloria esta
ello. ¿Por qué?, dice Yavé Sebaot. Por casa, dice Yavé Sebaot. 9 ( 8 ) M í a es la
estar mi casa en ruinas, mientras que to- plata, mío es el oro, dice Yavé Sebaot.
R
dos os apresurabais a haceros la vues- 10 ( 9 ) La gloria de esta postrera casa será
tra. I 0 Por eso retuvieron los cielos sobre más grande que la de la primera, dice Zacarías, hijo de Baraquías, es contemporáneo de Ageo y, como él, trabajó en
vosotros la lluvia y no dio sus frutos la Yavé Sebaot, y en este lugar daré yo
promover la obra del templo. Su primer oráculo lleva la fecha del segundo año de
tierra; " y llamé la sequía sobre esta la paz, dice Yavé Sebaot.
tierra, y sobre los montes, y sobre el 11 10
( ) A veinticuatro del noveno mes, del Darío, el mes octavo (520). Los seis primeros capítulos tratan de la restauración
trigo, y sobre el vino, y sobre el aceite, segundo año de Darío, fue la palabra de Jerusalén y del templo, mezclando con esto promesas mesiánicas. Siguen las res-
y sobre cuanto produce la tierra, y sobre de Yavé, p o r m a n o del profeta Ageo, puestas a ciertas consultas dirigidas al profeta sobre el duelo que por la ruina de Jeru-
los hombres, y sobre las bestias, y sobre diciendo: i 2 ( n ) A s í dice Yavé Sebaot: salén venían guardando (7-8). Termina en los capítulos 9-14 con diversos vaticinios,
todo trabajo de vuestras manos. Pregunta esto a los sacerdotes: 13 ( 12 ) Si en parte mesiánicos y en parte de amenaza contra Judá y las naciones. En ellos no
uno lleva en las haldas de su vestido aparece, como en los precedentes, la relación con los tiempos de la restauración, y
A t i e n d e el p u e b l o la e x h o r t a c i ó n d e l carnes sagradas, y con sus haldas toca algunos tienen un carácter apocalíptico.
profeta pan, manjares cocidos, vino, aceite o u n
alimento cualquiera, ¿quedará esto santi-
i 2 Oyó Zorobabel, hijo de Sealtiel, y
ficado? Los sacerdotes respondieron di- CTTM A R T O P R I M E R A P A R T E : Visiones y oráculos sobre la restaura-
Josué, hijo de Jeosadac, sumo sacerdote,
ciendo: N o . I 4 ( i 3 ) Y dijo Ageo: Y si un OKJMAÍIIKJ ( , _ 8 > ) . _ s E G U N D A P A R T E : Oráculos
y todo el pueblo la voz de Yavé, su Dios, á6n de ¡a ciudad
inmundo por un cadáver tocare alguna
y las palabras de Ageo, profeta, conforme sobre la futura suerte de Israel y de las naciones (9-14).
cosa de éstas, ¿serían inmundas? Y res-
a la misión que Yavé, su Dios, le había
pondieron los sacerdotes, diciendo: In-
encomendado para ellos, y temió el pue-
mundas serían, n (i 4 ) Y replicó Ageo, di-
blo ante Yavé. u Entonces Ageo, el en- PRIMERA PARTE Yavé Sebaot con nosotros tal como se-
ciendo: Pues así era este pueblo y esta gún nuestros caminos decretó tratarnos.
viado de Yavé, habló por m a n d a t o de
gente delante de mí, dice Yavé, y así 7
A veinticuatro del mes undécimo, que
Yavé al pueblo, diciendo: Y o soy con V I S I O N E S Y ORÁCULOS SOBRE LA
toda la obra de sus m a n o s y cuanto
vosotros, dice Yavé. 14 Y despertó Yavé RESTAURACIÓN D E LA CIUDAD es el mes de Sebat, del año segundo de
ofrecían era inmundo. Darío, fue la palabra de Yavé a Zaca-
el espíritu de Zorobabel, hijo de Sealtiel,
16 (15) Poned, pues, vuestra atención (1-8)
rías, profeta, hijo de Baraquías, hijo de
gobernador de Judá, y el espíritu de Jo-
ahora, desde este día en adelante y p a r a Ido, diciendo:
sué, hijo de Jeosadac, sumo sacerdote, y Introducción
atrás, antes del día en que en esta casa
el espíritu de todo el pueblo, y vinieron
pusisteis una piedra sobre o t r a . 1 7 (16) A n - 1 El octavo mes del a ñ o segundo de
y se pusieron a la obra de la casa de
ls
Yavé Sebaot, su Dios, i ( ) el día veinti-
tes venían al m o n t ó n de veinte, y había 1 Darío llegó la palabra de Yavé a
V i s i ó n d e los c a b a l l o s y los c a b a l l e r o s
8
Vi de noche a un varón que cabal-
diez; venían al lagar para sacar cincuen- Zacarías, hijo de Baraquías, hijo de Ido,
cuatro del mes sexto, del segundo año profeta, diciendo: 2 Yavé se irritó fuer- gaba en un caballo alazán obscuro y es-
ta, y había veinte. i 8 ( 17 ) Os hería con el
del rey Darío. temente contra vuestros padres. taba entre los montes situados a poniente;
viento solano y con tizón y con granizo
en toda obra de vuestras manos, mas n o detrás de él había caballos negros, ba-
L a gloría del n u e v o t e m p l o os volvíais a mí, dice Yavé. " ( 18 ) Poned E x h o r t a c i ó n a la p e n i t e n c i a yos y blancos. * 9 Y o entonces pregunté:
2
(l) El séptimo mes, a los veintiuno, vuestra atención desde este día y antes, 3 Diles, pues: Así dice Yavé Sebaot: ¿Qué son éstos, mi señor? Pero el ángel
2 fue 1 a palabra de Yavé, por m a n o del desde el veinticuatro del noveno mes en Volveos a mí, dice Yavé Sebaot, y yo que me hablaba me dijo:
me volveré a vosotros, dice Yavé Sebaot. saber quiénes son éstos;
10
Voy a darte a
pero el que es-
profeta Ageo, diciendo: 3 ( 2 ) Habla aho- adelante, desde que ha sido cimentado el
20 19 4
ra a Zorobabel, hijo de Sealtiel, goberna- templo de Yavé. ( ) ¿ N o está aún la N o seáis como vuestros padres, a quie- taba entre los montes t o m ó la palabra
dor de Judá, y a Josué, hijo de Jeosadac, simiente en los graneros? Ni la vid, ni nes vocearon los primeros profetas, di- y dijo: Estos son los que Yavé ha man-
sumo sacerdote, y al resto del pueblo, y la higuera, ni el granado, ni el olivo h a n ciendo: ¡Así dice Yavé Sebaot: Conver- d a d o a recorrer la tierra. 11 Luego ha-
diles: 4 (3) ¿Quién queda de vosotros que florecido todavía, pero desde este día en tios de vuestros malos caminos y de blaron ellos al ángel de Yavé que estaba
viera esta casa en su primera gloria y adelante daré yo bendición. vuestras malas obras! Pero ellos no aten- en los montes a poniente y le dijeron:
cual ¡a veis ahora? ¿No es en verdad a dieron, no me escucharon, dice Yavé Se- H e m o s recorrido la tierra, y toda está
vuestros ojos como nada? * 5 ( 4 ) Pues aní- P r o m e s a d e p r o t e c c i ó n a Z o r o b a b e l baot. 5 Vuestros padres, ¿dónde están? quieta y tranquila.
12
mate, Zorobabel, dice Yavé; anímate tú 21 (20) Fue por segunda vez la palabra Y los profetas, ¿viven siempre? 6 Pero Y habló el ángel de Yavé, diciendo:
también, Josué, hijo de Jeosadac, sumo de Yavé a Ageo, a los veinticuatro del mis palabras y mis mandatos, lo que ¡Oh Yavé Sebaot! ¿Hasta cuándo n o vas
sacerdote, y cobra ánimo, pueblo todo | mismo mes, diciendo: 22(21) H a b l a a Z o - mandé yo a mis siervos, los profetas, a tener piedad de Jerusalén y de las ciu-
¿no alcanzó acaso a vuestros padres? Por dades de Judá, contra las que estás irri-
13
eso se convirtieron y dijeron: H a hecho t a d o desde hace setenta años? Y Yavé
O 4 Era posible que el año 520 hubiera en Jerusalén quien hubiese visto en pie el primer templo,
^ destruido en 587. La nueva obra era pobre comparada con la antigua, pero será más gloriosa, 8
Esta primera visión de los caballos significa que el Señor está dispuesto a realizar en seguida
pues será el centro de peregrinación de todas las gentes en los días mesiánicos. Es claro que no se'
deben tomar a la letra estas palabras del profeta, sino en sentido figurado, en cuanto anuncian to(
I la restauración de Jerusalén. Los caballos son los correos de Dios, que recorren la tierra para
vocación de todas las gentes a formar parte del pueblo de Dios. " informarle de cómo están las naciones. Estas se hallan muy tranquilas después de haber maltratado
a su pueblo. Pues Dios las juzgará, y Jerusalén, que lleva asolada los setenta años predichos por Je-
remías (25,11-12; 29,10), será restaurada.
ZACARÍAS 1-3 978
979 ZACARÍAS 3-6
dirigió al ángel que conmigo hablaba ha enviado a las gentes que os despojaron, 3
palabras blandas, palabras consoladoras. porque el que os toca a vosotros, toca a Yavé Sebaot, y aquel mismo día quitaré ancho que vuela. El entonces me dijo:
14 de la tierra la iniquidad. 10 Aquel día, dice Eso es la maldición que sale sobre la
El ángel que hablaba conmigo me dijo: la niña de mis ojos; 9 ( ] 3 ) y yo alzo m i m a -
Clama diciendo: Así dice Yavé Sebaot: no contra ellos y serán presa de los que Yavé Sebaot, convidaréis cada uno a su haz de la tierra, porque conforme a ella
Siento grande a m o r hacia Jerusalén y tuvieron p o r esclavos y sabréis que Yavé vecino bajo la parra y bajo la higuera. t o d o ladrón será arrojado de aquí, con-
hacia Sión, 15 y e s t o / muy airado contra Sebaot me ha enviado. forme a ella t o d o perjuro será arrojado
Q u i n t a visión. E l c a n d e l a b r o de aquí. 4 Y o la he desencadenado, dice
las naciones que ahora están tranquilas, 1° (I 4 ) Jubila y regocíjate, bija de Sión, 1
porque yo estaba un poco airado, pero
ellas agravaron el mal. 16 Por tanto, así
porque llegaré y habitaré en medio de ti,
dice Yavé. n (15) Aquel día se unirán a 4 El ángel que hablaba conmigo vino
y m e despertó c o m o a h o m b r e que
Yavé Sebaot, y caerá sobre la casa del
ladrón y sobre la casa del que en falso
dice Yavé: Y o me he vuelto misericor- Yavé muchas gentes que serán mi pue- despierta de su sueño, 2 y m e dijo: ¿Qué jura p o r mi nombre, y permanecerá en
dioso hacia Jerusalén, y mi casa será allí blo, y yo habitaré en medio de ti, y sa- ves? Y o le respondí: M i r o y veo u n can- medio de su casa hasta consumir made-
reedificada, dice Yavé Sebaot, y sobre brás que Yavé Sebaot me ha enviado a delera, t o d o de oro, con u n vaso encima ras y piedras.
Jerusalén se tenderá el cordel. 1 7 Clama ti. i 2 ( 16 ) Yavé poseerá a Judá, su here- y sus siete lámparas, y siete tubos desde 5
Apareció el ángel que hablaba con-
también diciendo: Así dice Yavé Sebaot: dad, en la tierra santa, y será Jerusalén las lámparas al vaso que está encima; 3 y migo y me dijo: Alza tus ojos y mira lo
A ú n rebosarán mis ciudades de abundan- su elegida. 13 (I 7 ) Calle toda carne ante a su lado, dos ramos de olivo, el uno a la que se aparece. 6 Y o dije: ¿Qué es? El
cia de bienes, y Yavé consolará a Sión y Yavé, que se ha alzado de su santa m o - derecha del vaso y el otro a la izquierda. m e respondió: Es un efá que aparece; y
elegirá a Jerusalén. rada. 4
Y proseguí diciendo al ángel que habla- a ñ a d i ó : Es su iniquidad en toda su tierra.
ba conmigo: ¿Qué es esto, mi señor? 5 El 7
Y vi que se alzaba una tapadera de
L a v i s i ó n d e l o s c u a t r o c u e r n o s y los C u a r t a visión. E l s u m o s a c e r d o t e J o - entonces m e habló, respondiendo: ¿No plomo, y en medio del efá estaba sentada
cuatro carpinteros s u é , a c u s a d o p o r el d i a b l o y d e f e n - sabes lo que es eso? Y o le dije: N o , mi u n a mujer. 8 El me dijo: Ahí tienes a
l g (!) Luego alcé mis ojos y miré, y vi dido por Yavé señor. 6 Entonces él m e habló, diciendo: la iniquidad; y la echó en medio del efá
cuatro cuernos; * 19 ( 2 ) y pregunté al án- H e aquí la palabra de Yavé a Zorobabel. y tapó su boca con la tapadera de plomo.
1 9
Y me hizo ver a Josué, el sumo D i c e : N o con ejército, no con fuerza, sino Y o alcé los ojos y vi aparecer dos mu-
gel que hablaba conmigo. ¿Y éstos qué
son? El me respondió: Estos son los cuer- 3 sacerdote, que estaba en pie delante p o r mi espíritu, dice Yavé Sebaot. 7 ¿Qué jeres. Soplaba el viento en sus alas, que
nos que dispersaron a Judá. 2 0 (3) Mos- del ángel de Yavé, y tenía a su diestra a eres tú, m o n t a ñ a grande? Allánate ante eran como alas de cigüeña, y alzaron el
t r ó m e luego Y a v é c u a t r o c a r p i n t e r o s . Satán, que le acusaba. 2 Yavé dijo a Sa- Zorobabel. El pondrá la piedra de rema- efá entre la tierra y el cielo. 10 Y o dije
21 (4) y yo pregunté: ¿Qué van a hacer t á n : ¡Que Yavé te reprima, oh Satán; que te en medio de aclamaciones: «¡Qué her- al ángel que hablaba conmigo: ¿Adonde
éstos? M e respondió diciendo: Aquéllos Yavé te reprima, pues El ha elegido a Je- mosa es, qué hermosa es!» 8 Y me llegó llevan el efá? H El me respondió: A ha-
son los cuernos que dispersaron a Judá rusalén! ¿No es p o r ventura ése un tizón la palabra de Yavé, diciendo: 9 Las ma- cerle casa en la tierra de Senaar y de
de m o d o tal que no pudo ya levantar que acaba de ser arrebatado a la hogue- nos de Zorobabel cimentaron esta casa, Acad, donde la establecerán.
cabeza, y éstos vienen para rodear a aqué- ra? * 3 Porque estaba Josué vestido de ves- y sus m a n o s la acabarán, y sabrás que
llos y destruir los cuernos de las gentes tiduras inmundas, y así en pie delante del Yavé Sebaot m e ha enviado a vosotros. O c t a v a visión. L o s c u a t r o carros
que alzaron el cuerno sobre la tierra de ángel. 4 Este habló m a n d a n d o a los que 10
Porque los que h a n despreciado el día 1 D e nuevo alcé los ojos, y mirando
Judá para dispersarla. estaban delante de él: Quitadle las vesti- de las cosas modestas verán gozosos en 6 u n a visión, vi cuatro carros que sa-
duras inmundas y vestidle las vestiduras las m a n o s de Zorobabel la piedra reser- lían de entre dos montes; los dos montes
X 5
( ) Alcé de nuevo los ojos y miré, y de ceremonia, 5 y poned sobre su cabeza vada. Esos siete son los ojos de Yavé, eran de bronce. * 2 El primer carro tenía
2un cordel
vi a un varón que tenía en la mano
2 6
de medir, * ( ) y le pregunté:
una tiara pura. Ellos pusieron la tiara so-
bre su cabeza y le vistieron de las vesti-
que observan la tierra en t o d a su redon-
dez. * 11 Y o proseguí diciendo: Y esos dos
caballos alazanes obscuros; el segundo ca-
rro, caballos negros; 3 el tercer carro, ca-
¿Adonde vas? El me respondió: A medir duras de ceremonia; y el ángel de Yavé, olivos a derecha e izquierda del candela- ballos blancos, y el cuarto, caballos bayos,
a Jerusalén para ver cuánta es su anchura puesto en pie, le dijo: Mira, he quitado de bro, ¿qué son? 12 y t o m a n d o por segun- todos muy veloces. 4 Entonces, hablando ei
y cuánta su longitud. 3 (7) Apareció el án- ti tu iniquidad y te he vestido de las ves- da vez la palabra, pregunté: ¿Qué son ángel que conmigo hablaba, dije: Y éstos,
gel que hablaba conmigo, y vi que venía tiduras de ceremonia. * esos dos ramos de olivo que están cerca ¿qué son, mi señor? 5 El ángel respondió,
6
a su encuentro otro ángel, 4 (8) que le El ángel de Yavé conjuró a Josué, di- de los dos tubos p o r donde baja el acei- diciéndome: Esos son los cuatro vientos
dijo: ¡Corre! D i a ese joven: Sin murallas ciendo : Así habla Yavé Sebaot: 7 Si an- te? 13 El m e respondió, diciendo: ¿No sa- del cielo, que vienen a presentarse al Señor
será habitada Jerusalén; tal será en ella das por mis caminos y eres fiel a mi minis- bes lo que son ésos? Y o respondí: N o , de t o d a la tierra. 6 El de los caballos alaza-
la muchedumbre de hombres y animales. terio, administrarás también mi casa y mi señor. 14 El m e dijo: Son los dos hijos nes va hacia la tierra del oriente; el de los
5 (') Y yo seré para ella, dice Yavé, muro guardarás mis atrios, y yo te daré puesto del óleo que están delante del Señor de negros va al norte, el de los blancos al oc-
de fuego en derredor, y seré su gloria en entre éstos que están aquí. 8 Escucha, t o d a la tierra. * cidente, y el de los bayos al mediodía. 7 Pia-
medio de ella. pues, Josué, sumo sacerdote, tú y tus com- faron, pues, los corceles, queriendo partir
6 (10) ¡Arriba, arriba! Huid de la tierra pañeros que se sientan delante de ti. Sois Sexta visión. El rollo v o l a n d o para recorrer la tierra, y él dijo: Id, reco-
varones de presagio. H e aquí que yo hago 1 rred la tierra. Ellos recorrieron la tierra.
del aquilón, dice Yavé, pues a los cuatro
vientos del cielo os aventé, dice Yavé.
7
venir a mi siervo Germen. * 9 La piedra
que yo he puesto ante Josué, una sola pie-
5 Y o alcé de nuevo mis ojos y vi en
visión un rollo volando. * 2 Pregun-
8
M e llamó y m e habló, diciendo: Los que
(H) ¡Arriba, Sión! La que habitas en Ba- tóme él: ¿Qué ves? R e s p o n d í : Veo un van hacia el norte h a n calmado mi alma
bilonia, escápate. 8 ( l 2 ) Porque así dice Ya- dra con siete caras, la labraré yo mismo, rollo de veinte codos de largo y diez de en la tierra del aquilón.
vé Sebaot: Después de la aflicción, él me yo mismo haré en ella su escultura, dice
ñ 1 0 Antes sacerdotes y reyes se habían conjurado para la pérdida de Judá; ahora Josué, sumo
18 Los cuerpos son las naciones que maltrataron a Judá, y los obreros son los instrumentos de ^ sacerdote, y Zorobabel, príncipe de la dinastía davídica y que ejercía el cargo de gobernador,
la justicia divina contra ellos. están unidos y concordes para realizar la obra de la restauración.
El pensamiento de este capítulo parece quedar obscuro no haciendo la inversión de l-6a y 6b-l0a.
1 La visión anuncia la restauración de la ciudad de Jerusalén, de la cual serí Yavé muro y Tal14fue, sin duda, el orden original, alterado por algún accidente ignorado.
2 defensa, habitando en medio de ella. Los dos ungidos, Josué y Zorobabel.
2 Según el texto, es Yavé quien increpa a Satán; no puede caber duda que sea el ángel de Yavé J5 t Las dos visiones de este capítulo significan: la del volumen, los decretos de la justicia divina
3 quien lo hace, según el contexto. *^ contra la tierra de Judá; la del efá, las iniquidades del pueblo por las que fue transplantado a
5 E' sacerdocio había contribuido mucho a la pérdida de Judá. Ahora nos muestra al pontífice Caldea.
con ornamentos puros, signo de la pureza del sacerdocio mismo, C ! Los cuatro carros, que significan los vientos, son los ministros de la justicia divina en los
s Germen: nombre mesiánico (cf. Is n , 1 as.; Jer 23,5 ss.). " cuatro ángulos de la tierra. Los que van hacia la tierra del Norte son los que ejecutarán las
divinas venganzas contra Babilonia.
ZACARÍAS 6-8 981 ZACARÍAS 8-9
980
n
unos contra otros. Pero ahora yo n o su morada, porque de Yavé son las ciu-
A c c i ó n s i m b ó l i c a . L a c o r o n a c i ó n d e l al huérfano, al extranjero y al p o b r e ; no
soy ya lo que era en otro tiempo para dades de Aram. 2 J a m a t será también
s u m o sacerdote maquinéis el mal en vuestros corazones comprendida en el territorio de éste, así
el resto de este pueblo,12 p o r q u e yo sem-
' L l e g ó m e l a Palabra de Yavé, diciendo: el u n o contra el otro. 11 Pero n o quisieron braré la paz. La vid d a r á su fruto, y dará como Tiro y Sidón, que son tan sabias.
" T o m a de los cautivos repatriados, de atender, y se hicieron hombres rebeldes 3
la tierra su rendimiento, y el cielo su Bien que Tiro se alzó baluartes, y amon-
Jarim, de Tobías y de Jedaya, y vete luego 1y2 endurecieron sus oídos p a r a no oir. rocío, y pondré al resto de este pueblo t o n ó la plata como polvo, y el o r o como
Se hicieron un corazón duro como el
a casa de Josías, hijo de Sefanías. » T o m a en posesión de t o d o esto. 1 3 Y así como el polvo de las calles, 4 el Señor la con-
de ellos plata y oro y haz una corona y diamante p a r a no escuchar las enseñan- fuisteis la maldición de las gentes, ¡oh quistará y aplastará en el m a r su fortaleza,
ponía ante Josué, hijo de Jeosadac, sumo zas y palabras que Yavé Sebaot les man-
casa de J u d á y casa de Israel!, así yo os y quedará consumida por la fuerza. 5 AÍ
sacerdote, * 12 y dile: Así habla Yavé Se- d a b a p o r medio de los profetas primeros, salvaré, y seréis bendición. ver esto se aterrará Ascalón; Gaza estará
baot, diciendo: H e aquí que el varón y estalló 13 la gran indignación de Yavé N o temáis y que se esfuercen vuestros en extremado dolor, lo mismo que Asca-
cuyo n o m b r e es Germen, y del cual se Sebaot; y sucedió que así como El
brazos: 1 4 p o r q u e así dice Yavé Sebaot: lón, porque sus esperanzas fallaron.
producirá germinación, 13 edificará el tem- los llamaba y ellos no quisieron oirle, C o m o pensé en haceros mal cuando vues- N o habrá ya rey en Gaza, y Acarón
plo de Yavé, se revestirá de majestad, se llamaron luego ellos, y Él no los oyó,
4 tros padres m e provocaron a ira, dice no será ya habitada. 6 E n Azoto habitará
sentará y dominará en su trono, y el dice Yavé Sebaot, i y los dispersé entre Yavé Sebaot, y no me arrepentí, 1 5 así, el espurio; yo abatiré la soberbia de los
sacerdote se sentará en su solio, y habrá todas las gentes que ellos no conocían, y filisteos 7 y les quitaré de la boca su san-
volviéndome, he pensado en hacer bien
entre a m b o s consejo de paz. 1 4 La corona tras ellos quedó la tierra devastada, hasta
a Jerusalén y a la casa de Judá en estos gre y de entre los dientes sus abomina-
servirá a Jarim, Tobías y Jedaya de me- n o haber quien fuese ni viniese; y torna-
moria en el templo de Yavé. 15 H o m b r e s j r o n en desierto la tierra deleitosa. días; n o temáis. 16 H e aquí lo que vos- ciones, y serán también u n resto pertene-
de muy lejos vendrán a trabajar en la otros habéis de hacer: H a b l a r cada cual ciente a nuestro Dios y como una familia
construcción del templo de Yavé, y sa- A m o r d e Y a v é p o r el p u e b l o la verdad a su prójimo, juzgar en vues- de J u d á ; y Acarón tendrá la suerte del
bréis que Yavé Sebaot m e ha enviado y p r o m e s a s d e salud tras puertas juicios de salud, 1 7 no ma- jebuseo. 8 Y o pondré en mi casa guarni-
a vosotros. Sucederá esto si escucháis quinar nadie en su corazón ei mal de su ción sobre los que entran y salen, y no
1 Y fue palabra de Yavé Sebaot, di-
la voz de Yavé, vuestro Dios. 8 ciendo : * 2 Así habla Yavé Sebaot:
prójimo ni jurar en falso, porque todas
e s t a s c o s a s m e s o n a b o m i n a b l e s , dice
marchará ya opresor alguno contra ellos,
porque ahora velaré yo con mis ojos.
P r e g u n t a d e S a r a s a r y r e s p u e s t a d e Y o siento p o r Sión u n3 a m o r extremado Yavé.
y un extremado celo. Así habla Yavé 18 Fueme dirigida palabra de Yavé Se- E l r e y m a n s o y pacífico
Y a v é a c e r c a d e los a y u n o s Sebaot: Y a m e he vuelto hacia Sión y baot, diciendo: 1 9 A s í dice Yavé Sebaot: 9
Alégrate con alegría grande, hija de
H 1 Sucedió que el afio cuarto del rey habitaré en Jerusalén, y Jerusalén será El ayuno del cuarto mes, y el ayuno del
' D a r í o llegó la palabra de Yavé a llamada la ciudad fiel, y el monte de Sión. Salta de júbilo, hija de Jerusalén.
quinto, y el ayuno del séptimo, y el ayuno Mira que viene a ti tu rey. Justo y salva-
Zacarías, el día cuarto del noveno mes, Yavé Sebaot, el monte santo. 4 Así dice del décimo se tornarán para la casa de
que es el mes de Casleu. 2 L a casa de Yavé Sebaot: A ú n se sentarán en las dor, humilde, m o n t a d o en u n asno, en
J u d á en gozo y regocijo y en festivas un pollino hijo de asna. * T° Extirpará los
Israel envió a Sarasar, oficial del rey, con plazas de Jerusalén viejos y viejas, que
sus hombres, p a r a implorar el favor de p o r los muchos años llevarán en la m a n o solemnidades: A m a d , pues, la verdad y carros de guerra de Efraím, y los caballos
Yavé 3 y hablar con los sacerdotes de la su báculo. 5 Las calles de la ciudad esta- la paz. de Jerusalén, y será roto el arco de guerra,
casa de Yavé Sebaot y con los profetas, rán llenas de muchachos y muchachas, y promulgará a las gentes la paz, y será
L a v o c a c i ó n d e las g e n t e s de m a r a m a r su señorío y desde el río
diciéndoles: ¿He de afligirme yo el quinto que jugarán en ellas. 6 Así dice Yavé 20
mes y guardar la abstinencia como de Sebaot: Si esto es difícil a los ojos del Así dice Yavé Sebaot: A ú n vendrán hasta los confines de la tierra.
tantos años lo he hecho? resto de su pueblo en estos días, ¿lo será pueblos y moradores de muchas ciudades, 11 M a s cuanto a ti, por la sangre será
4
Y llegó palabra de Yavé Sebaot, di- también a mis ojos?, dice Yavé Sebaot. 21 y los moradores de la u n a irán a los consagrada tu alianza. Y o he sacado a
5
ciendo : Habla a t o d o el pueblo de la
7
Así habla Yavé Sebaot: Y o salvaré moradores de la otra y les dirán: «Vamos tus cautivos del b a ñ o . 1 2 Tus cautivos h a n
tierra y a todos los sacerdotes, diciendo: a m i pueblo de la tierra8 de levante y de a implorar el favor de Yavé y a bus- vuelto a la fortaleza llenos de esperanzas,
C u a n d o hace setenta años ayunasteis el la tierra de poniente, y los traeré y car a Yavé Sebaot». «Yo también voy». y yo te restituiré hoy la gloria al duplo.
13
quinto y el séptimo mes, ¿ayunasteis para habitarán en Jerusalén, y ellos serán mi 22 Y vendrán muchos pueblos y fuertes Porque he tensado p a r a mí a Judá y
mí? « Y cuando coméis y bebéis, ¿no pueblo y yo seré su D i o s en verdad y en naciones a Jerusalén a buscar a Yavé he puesto en el arco a Efraím; y blandiré
coméis y bebéis para vosotros? 7 ¿No son justicia. Sebaot y a implorar el favor de Yavé.
23
a tus hijos, ¡oh Sión!, y me serviré de
las palabras que proclamó Yavé p o r m a n o 9
Así habla Yavé Sebaot: Esfuércense Así dice Yavé Sebaot: En aquellos días, ellos como de espada de héroe. 1 4 Y se
de los profetas primeros, cuando Jerusa- vuestras manos, vosotros los que en es- diez hombres de todas las lenguas de las h a r á ver sobre ellos Yavé, y lanzará sus
lén estaba habitada y tranquila, y habi- tos días oís las palabras de los profetas gentes cogerán de la falda a u n judío, dardos como rayos, y sonará el Señor
tadas las ciudades de en derredor suyo, del tiempo en que fue cimentada la casa diciéndole: N o s vamos con vosotros, por- Yavé la trompeta, y marchará como los
el Mediodía y la Sefela? * de Yavé, p a r a que el templo sea recons- que hemos oído que con vosotros está torbellinos del austro. 1 5 Yavé Sebaot los
8 Dios.
Y fue palabra de Yavé a Zacarías, truido ; 1" p o r q u e antes de ese tiempo n o protegerá, y las piedras de la h o n d a de-
diciendo: 9 Así habla y dice Yavé Sebaot: había ni p a r a pagar a los hombres, ni vorarán la carne, y beberán la sangre
Juzgad conforme a verdad, practicad la p a r a pagar por las bestias, ni paz alguna SEGUNDA PARTE como se bebe el vino; quedarán llenas
beneficencia y la misericordia hacia vues- p a r a el que entraba o salía, a causa del como vaso de libación y c o m o cuerno
tro prójimo; i ° n o oprimáis a la viuda, enemigo. Y o había lanzado a los hombres O R Á C U L O S SOBRE LA FUTURA SUERTE D E de altar; 16 y los salvará Yavé Sebaot
ISRAEL Y D E LAS N A C I O N E S aquel día. Mi pueblo es como rebaño
_ u El sentido de la corona no es del todo claro; pero lo que dice de Zorobabel parece sugerir que por falta de custodia se dispersó
la idea de que éste es mirado como el representante de la dinastía davídica destinado a dar a Israel el (9-14)
por mi tierra. 1 7 ¡Qué ricos son! ¡Qué
vastago glorioso para quien la corona está destinada. Esta quedará en el templo hasta que aparezca
aquel a quien pertenece de derecho, el Mesías (cf. Gen 49,10). D e s t r u c c i ó n d e los e n e m i g o s hermosos son el trigo que nutre a los
Y 7 Este ayuno en señal de duelo por la ruina de Jerusalén y del templo parecía a los preguntan- 1 Oráculo. Palabras de Yavé. En la mancebos y el vino que nutre a las don-
tes que no tenía ya objeto, puesto que el templo estaba reedificado. A este ayuno de duelo,
Dios prefiere la práctica de la justicia.
9 tierra de Jadrac y de Damasco será cellas!
9
Q * Con este consolador discurso, tan lleno de halagüeñas promesas mesiánícas, pretende el pro- Después de anunciar el castigo de los pueblos vecinos de Judá, con los que éste quedará libre
feta levantar el ánimo del pueblo y alentarle al trabajo; y no cabe dudar que debieron de hacer 9 de sus molestias, nos habla de la aparición de un rey pacífico, que convertirá en instrumentos
viva impresión en sus corazones estas palabras que de parte de Yavé les hablaba Zacarías. de paz todos los instrumentos de guerra. Jesucristo, para llamar la atención de los judíos sobre el
vaticinio mesiánico, quiso cumplirlo materialmente el día de Ramos.
ZACARÍAS 10-11 982
A Yavé se ha de suplicar encinas de Basan, porque es destruido 983 ZACARÍAS 11-13
3
| A i Pedid a Yavé la lluvia a su tiem- el bosque impenetrable. Oyense lamentos 7
1 ¡Ay de mi pastor inútil, que aban- el linaje de la casa de David aparte, y sus
* " po, que es Yavé el Hacedor de rugidos de pastores por la ruina de sus riquezas, dona el rebaño! Hiera la espada su brazo
de leones por la ruina de la gloria mujeres aparte; el linaje de la casa13 de
cuanto se mueve y el que dispensa la del Jordán. y su ojo derecho, y que se seque del todo Natán aparte, y sus mujeres aparte; el
lluvia abundante y a cada uno la ver- su brazo y quede ciego su ojo derecho. linaje de la casa de Leví aparte, y sus
dura de los campos. 2 Porque los terafim mujeres aparte; el linaje de Semei aparte,
dan vanos oráculos y los adivinos tienen El buen pastor abandona a sus ovejas Jerusalén, cáliz de vértigo para y sus mujeres aparte; 1 4 y todos los otros
mentirosas visiones, y no son más que 4 los pueblos linajes cada uno aparte, y sus mujeres
Así dice Yavé, mi Dios: Sé pastor •i t% 1 Oráculo. Palabra de Yavé sobre aparte.
sueños vacíos lo que dicen, y consuelos del rebaño para el matadero; 5 que el ^í Israel. Palabra de Yavé, que tiende
vanos los que prodigan. Por eso se fueron comprador mate impunemente y el ven- los cielos, funda la tierra y que forma el 1 O • Aquel día habrá una fuente abier-
como rebaño de ovejas, apremiados por- dedor diga: ¡Bendito Yavé, que me ha aliento del hombre dentro de él. *
que no tienen pastor. enriquecido!, sin que los pastores tengan *• *» ta para la casa de David y para
3 2
Por eso se encendió mi cólera contra piedad; 6 porque no tendré yo piedad de He aquí que voy a hacer de Jerusalén los habitantes de Jerusalén, para la puri-
los pastores y castigué a los machos ca- los moradores de la tierra, dice Yavé; una copa de vértigo para todos los pue- 2ficación del pecado y de la inmundicia;
bríos; pero Yavé Sebaot visitará su reba- porque yo mismo entregaré a las gentes, blos de en derredor. También para Judá y aquel día, dice Yavé, extirparé de la
ño, la casa de Judá, y hará de él su caballo cada uno en manos de su pastor y en las habrá angustia, que estrechará a Jerusa- tierra los nombres de los ídolos, que no
de victoria en el combate; 4 y a su orden manos de su vendedor, y éstos oprimirán lén. 3 Aquel día será Jerusalén piedra pe- serán más recordados, y haré desapare-
saldrá la tropa, y los gastadores y los la tierra, y yo no la libraré de sus manos. sada para todos los pueblos, y cuantos 3cer a los profetas y el espíritu impuro.
jefes, y todos juntos se pondrán en cam- 7
Híceme, pues, pastor del rebaño de con ella carguen, se fiarán cortaduras, y Y cuando alguno se ponga a profetizar,
paña. 5 Serán como héroes que pisan el la matanza para los compradores del se reunirán contra ella todas las gentes de le dirán su padre y su madre, los que le
lodo de los campos en el combate; com- rebaño; y tomé dos cayados, dando al la tierra. 4 Aquel día, dice Yavé, heriré de engendraron: No vivirás, porque has ha-
batirán, porque con ellos está Yavé, y | uno por nombre «benevolencia» y al otro terror a los caballos, y de locura a los blado mentira en nombre de Yavé; y el
jinetes; abriré los ojos sobre la casa de padre y la madre, los que le engendraron,
derrotarán a los que cabalgan sobre ca- «reunión», y me puse a apacentar el re- Judá y a todos los caballos de las gentes le traspasarán cuando se ponga a hablar
ballos. baño. * 8 En un mes hice matar a los
6 los heriré de ceguera. 5 Entonces se dirán a 4lo profeta.
Fortaleceré a la casa de Judá y sal- tres pastores. Entonces tomé aversión al los jefes de Judá: La fuerza de los habi- Aquel día se avergonzarán de sus vi-
varé a la casa de José, y los estableceré, rebaño, que también por su parte estaba tantes de Jerusalén está en Yavé Sebaot, siones, de cuando profetizaban todos los
porque los amo, y será como cuando cansado de mí, ' y dije: No os apacen- su Dios. profetas, y no se vestirán más el manto
no los había rechazado; porque yo, Yavé, taré ya más; la que muere, que muera; 6 5
Aquel día haré de los jefes de Judá peludo para mentir. Un tal dirá: Yo
soy su Dios, y los escucharé. ' L o s de la que se pierde, que se pierda, y las como brasero encendido en medio de la no soy profeta, soy labrador del campo,
Efraím serán como héroes, y su corazón que queden, que se coman unas a otras. leña y como antorcha ardiendo en medio y un 6labrador me asoldó desde mi moce-
estará alegre, como se alegran con el 10 Tomé luego mi cayado «benevolen- de los haces, que consumirá a diestro y dad. Y le dirán: Pues entonces, ¿qué
vino; sus hijos lo verán, y se gozarán, y cia» y lo rompí para deshacer el pacto siniestro a todos los pueblos de en derre- heridas son esas que llevas en tu pecho?
su corazón se regocijará en Yavé. 8 Yo que había concertado con todos los pue- dor, y Jerusalén será de nuevo habitada Y él responderá: Son heridas que me
les silbaré y los reuniré, porque los he blos; u y quedó deshecho en ese día, y en su lugar, en Jerusalén; i y salvará hicieron en la casa de los que me aman.
rescatado, y se multiplicarán sin cesar; los mercaderes del rebaño, que me tenían Yavé primero las tiendas de Judá, para
y aunque dispersos entre las gentes, le- a sueldo, conocieron que aquello era cosa que no se enorgullezcan contra Judá la H e r i d o el pastor, se dispersan
jos se acordarán de mí, y vivirán, así de Yavé. 12 Yo les dije: Si queréis, dadme casa des David y los habitantes de Jeru- las ovejas
como sus hijos, y volverán. i°Yo los 7
salén. Aquel día alzará Yavé un ba- Álzate, espada, contra el pastor, con-
reconduciré de la tierra de Egipto, y los mi salario, y si no, dejadlo. Y me pesaron luarte en torno de los moradores de Jeru- tra el hombre de mi compañía, dice Yavé
reuniré de Asur, y los traeré a la tierra 13 mi salario, treinta monedas de plata.
deGalad y del Líbano, y no les bastará. Yavé me dijo: Tira al alfarero el rum- salén, y el cobarde será en aquel día como Sebaot. Hiere al pastor, y que se disperse
Tan estrechos estarán, que pasarán el boso precio en que te han apreciado. David, y la casa de David será como el rebaño, y yo8 volveré mi mano sobre
mar, y en el mar herirán las olas, y secarán Y tomando las treinta monedas de plata, Dios, como el ángel de Yavé ante ellos. los pequeños. En toda la tierra, dice
Yavé, serán exterminados los dos tercios,
las profundidades de los ríos, y será aba- se las tiré al alfarero en su alfarería.
Dios d e r r a m a el espíritu de plegaria y perecerán, pero será preservado un ter-
tida la soberbia de Asiría, y el Egipto per- 14 Rompí luego el otro cayado, «re-
sobre Jerusalén cio. 9 Yo pondré al fuego este tercio, y
aera su cetro. 12 Yo los fortaleceré en unión», para romper 5
la hermandad entre 9
Aquel día me pondré yo a destruir a le fundiré como se funde la plata, y le
*ave y ellos marcharán en su nombre, Judá e Israel. 1 Y Yavé me dijo: Hazte
todas las gentes que vinieren contra Je- acrisolaré como se acrisola el oro, e invo-
dice Yav¿ * también el pastor insensato, * 16 porque
dice Yavé. voy a poner yo en la tierra un pastor rusalén 1 ° y derramaré sobre la casa de cará mi nombre y yo le escucharé. Yo
que no se cuidará de que desaparezcan David y sobre los moradores de Jerusalén diré: Este es mi pueblo, y él dirá: Yavé
1 1 ' A b r e , Líbano, tus puertas, que el y no buscará a las descarriadas, ni curará un espíritu de gracia y de oración, y alza- es mi Dios.
fuego devora tus cedros. Gime, ci- a las heridas, ni alimentará a las fuertes, rán sus ojos a mí; y a aquel a quien
Pres, porque ha caído el cedro, porque pero se comerá a las gordas y les romperá traspasaron, le llorarán como se llora
son abatidos los poderosos.* 2Gemid, las uñas. * al unigénito, y se lamentarán por él como
se lamenta por el primogénito, n Habrá
1 1 J y caP'tulo parece una mirada retrospectiva a la historia de Judá. Yavé, que como Dios aquel día gran llanto en Jerusalén, como
encaroo Cr c -h\4 6Sc oSU pastor
mayoral, se había escogido tres pastores, que no habían respondido al el llanto de Rimón en el valle de Migrón.
12
quiere d ? . a°.'r e l ,ma ño o tampoco el rebaño indócil. Yavé declara que está cansado de su oficio; Se lamentará la tierra, linaje por linaje;
arroja ^í " , P or e ¡ camino que desee, y pide su salario. Le ofrecen 30 sidos, que él
de Jesús0" ?p^ d e v e r s e apreciado en tan vil precio. Los evangelistas aplican el texto a la venta -1 Es éste un capítulo obscuro, en parte por falta de contexto en el conjunto de los cuatro va-
1 0^ ticinios y en parte por el lenguaje especial. En el v.g s., Dios promete derramar espíritu de
v el r,íí t 2\ c a 5 ? d o s s'Snincan lo que valen sus nombres, la benevolencia de Dios hacia su pueblo gracia y oración sobre la casa de David y los habitantes de Jerusalén para que miren al que han
15 y» - 1 Volver a J ' untar Ios d o s r e í n o s separados. enclavado y le lloren como se llora la muerte de un hijo único. Las palabras del profeta traen a la
Que el puebl *• T 3 m a n d a r a 8U Profeta que se haga el pastor insensato para representar a los mente a Jesucristo camino del Calvario, llorado por las mujeres de Jerusalén y compadecido por
cuantos le reconocieron como su redentor.
enr a ;=„~ pufs- d e e s t e versículo deben leerse 13,7-0, que por el pensamiento y la forma literaria Todo este oráculo (12-13) recibirá mucha luz si lo ponemos en paralelo con Is Sltl^-Slt,!-?»
««jan muy b.en aquí y no en el lugar en que sefhallkn.
ZACARÍAS 1 4 984
Juicio de las gentes y santificación de I más será anatema y morarán en seguridad.
Jerusalén I 12 He aquí la plaga con que herirá Yavé M A L A Q U I A S
^ • i »». • , j . . », . l a todos los pueblos que combatieron a
le e
1 4 J^*'¿
medio de ? ti seBlrepartirán
d m
' yAdes-
^ ^ T tus ea
Jerusalén: sus carnes se corromperán
pojos. * 2 Porque yo reuniré a todas las las mientras están en pie, se consumirán en
cuencas sus ojos, y su lengua se les Vivió Malaqulas bastante después de los dos profetas anteriores, cuando el templo
gentes en batalla contra Jerusalén, y será deshará en la boca. 13 Habrá aquel día
tomada la ciudad, y saqueadas las casas, de parte de Yavé gran perturbación entre estaba ya reedificado y los sacerdotes habían caído de su primer fervor, pues ofrecían
y violadas las mujeres, y la mitad de la ellos y cogerá cada uno de la mano a su víctimas viles, muestra del poco aprecio que hacían de Dios y de su culto. De esto,
ciudad irá al cautiverio, pero el resto del vecino, y le dará a éste la suya. 1 4 Judá sobre todo, los reprende el profeta, tomando de aquí ocasión para vaticinar el reino
pueblo no será exterminado. 3 Luego se estará aquel día en gran festín en Jeru- mesiánico con el nuevo sacrificio que a Dios se ofrecerá, no sólo en Jerusalén, sino en
pondrá en campaña Yavé, y combatirá salén, y se reunirán allí las riquezas de todas partes, pues en todas será conocido y ensalzado el nombre del Señor (2-11).
a esas naciones como se combate el día todas las gentes de en derredor, oro, Las últimas palabras de Malaqulas anuncian la venida de Elias, como pregonero del
de
4
la batalla, al tiempo de la guerra. plata y vestidos en grandísima abundan- día del Señor (4-5). El Salvador nos dice que semejante vaticinio se cumplió en el
Afirmaránse aquel día sus pies sobre el cia. 15 Parecida a ésta será la plaga que
monte de los Olivos, que está frente a herirá a caballos, mulos, camellos y asnos, Bautista (Mt 17,10 ss.; cf. Le 1,17).
Jerusalén, al lado de levante; y el monte y a todas las bestias que hubiere en aque-
de los Olivos se partirá por en medio, de llos campos.
Reprensión de los sacerdotes y juicio divino sobre los hijos de
levante a poniente, como un gran valle
y la mitad del monte se echará al norte, tes que
16
Todos cuantos quedaren de las gen- SUMARIO Leví.
y la otra mitad al mediodía, 5 y huiréis cada vinieron contra Jerusalén subirán
por el valle de mis montes, porque el año a adorar al Rey, Yavé Sebaot,
valle riPlñrm-™*» ii l' f T i y » celebrar la fiesta de los Tabernáculos, El a m o r de Dios a su pueblo No tengo en vosotros complacencia al-
vahe de los montes llegara hasta el lugar {•, Y a a u e n o s „ u e d e J a s „ e n t e s d e i a t i e r r a 1
guna, dice Yavé Sebaot; no me son gratas
a Israel las ofrendas de vuestras manos.
Tn^fZf^ e
de Ozías, rey"^T±J^^?ri\-y^é
de Judá, y vendrá entonces Sebaot, no vendrá sobre ellos la I Oráculo. Palabra de Yavé
2
por medio de Malaquías. Yo os he
lluvia. amado, dice Yavé. Vosotros decís: ¿En El sacrificio d e la nueva Ley
Yavé, mi Dios, y con El todos sus santos. 18
qué nos has amado?
6
En aquel día no se distinguirá el brillo Si la gente de Egipto no sube y no 11
Porque desde el orto del sol hasta el
¿Esaú no es hermano de Jacob?, dice
de las piedras preciosas. 7 Será único ese viene, sobre ella se abatirá la plaga con Yavé. Y yo he amado a Jacob, 3 mientras ocaso es grande mi nombre entre las
día, conocido de Yavé. No habrá ya que herirá Yavé a las gentes que no suban que he detestado a Esaú. y he hecho de gentes y en todo lugar se ofrece a mi
día y noche, de noche habrá clara luz. 19 a celebrar la fiesta de los Tabernáculos.
8 Tal será la expiación de Egipto y la sus montañas campo de devastación, y nombre un sacrificio humeante y una
En ese día manarán en Jerusalén aguas
expiación de todas las gentes que no de su heredad pastizales de desierto. * oblación pura, pues grande es mi nombre 12
vivas, la mitad hacia el mar de occidente, 4
Y si Edom dice: Hemos sido aplastados, entre las gentes, dice Yavé Sebaot. Pero
lo mismo en verano que en invierno. suban a20celebrar la fiesta de los Taber- pero nos reconstruiremos las ruinas, así vosotros lo profanáis, diciendo: ¡La mesa
' Y reinará Yavé sobre la tierra toda, y náculos. En aquellos días escribirán en dice Yavé Sebaot: Ellos reconstruirán, de Yavé es inmunda,13 y despreciable lo
Yavé será único, y único su nombre. sartenes y ollas: «Consagrado a Yavé»; pero yo destruiré. Y los llamarán tierra que de ella proviene! Y aún decís: ¡Oh,
™La tierra toda se convertirá en llano, y las ollas de la casa de Yavé serán 21como de impiedad y pueblo contra el que se qué fastidio!, y la despreciáis. Y ofrecéis
desde Gueba hasta Rimón del sur, y vasos de aspersión delante del altar. To- irritó para siempre Yavé. 5 Vuestros ojos lo mutilado, lo cojo, lo enfermo; lo ofre-
Jerusalén será enaltecida y habitada en da olla en Judá y en Jerusalén estará lo verjln y diréis: Es grande Yavé aún céis en sacrificio. ¿Voy a complacerme yo
su lugar, desde la puerta de Benjamín consagrada a Yavé Sebaot, y cuantos más allá de su territorio. en el de vuestras manos? 14 ¡Maldito el
hasta el lugar de la antigua puerta y sacrifiquen, vendrán, las tomarán y coce- 6
El hijo honra a su padre y el siervo fraudulento, que, teniendo en el rebaño
desde la torre de Jananel hasta los lagares | rán en ellas,, y ., no habrá aquel
-, día más teme a su señor. Pues si yo soy padre, machos y habiendo hecho un voto, sacri-
del rey. H Y morarán en ella, y ya nunca | mercader en la casa de Yavé Sebaot. ¿dónde está mi honra? Si yo soy señor, fica al Señor lo estropeado! Porque yo
soy Rey grande, dice Yavé Sebaot, y mi
•J ^ 1 Este capítulo tiene un carácter escatológico y, por tanto, obscuro. Las naciones se reúnen ¿dónde está mi temor?, dice Yavé Sebaot nombre es temible entre las gentes.
para luchar contra Jerusalén; pero el Señor la defiende y las naciones quedan aniquiladas, a vosotros sacerdotes, que menospreciáis
t-os restos se convertirán a Dios y vendrán a Jerusalén a celebrar lasfiestasdel Señor. Jerusalén mi nombre. Decís:7 ¿En qué menosprecia-
quedará hecha centro de la religión verdadera. mos tu nombre? Ofrecéis en mi altar Conminación a los sacerdotes
1
pan inmundo y decís: ¿En qué lo hemos Para vosotros, pues, ¡oh sacerdo-
hecho inmundo? En decir: La mesa de 2
tes!, este decreto: 2 Si vosotros no
Yavé es despreciable. 8 Y ofrecer en sa- escucháis y no decidís de corazón dar
crificio lo ciego, ¿no es malo? Y ofrecer gloria a mi nombre, dice Yavé Sebaot,
lo cojo o lo enfermo, ¿no es malo? Anda, yo mandaré sobre vosotros la maldición
haz presente de ello a tu gobernador, a y haré maldición de vuestra bendición, y
ver si se complace en él y le será grato, aun la he hecho ya maldición, porque no
dice Yavé Sebaot.
9
os decidís de corazón. 3 Por eso os que-
Buscad, pues, el favor de Dios para brantaré el brazo y os echaré al rostro la
que El os sea propicio. Eso otro es lo inmundicia, la basura de vuestras solem-
que vosotros hacéis; ¿le seréis, pues, gra- nidades, y seréis echados donde se echa
tos?, dice Yavé Sebaot. 10 ¡Oh si alguno ella.4
de vosotros cerrara las puertas y no en- Sabréis que yo he dado este decreto
cendierais en vano el fuego de mi altar! para que sea real mi pacto con Leví, dice
3
Estas palabras sobre el amor de Jacob y el odio a Esaú son una clara alusión a la bendición
I de Isaac sobre los hijos. La expresión es demasiado dura. Su sentido es: Amé a Jacob prefirién-
dole a Esaú. En ella mostró Dios que la heredad mesiánica y, en general, la gracia divina no dependen
de ia carne o de la sangre, sino de la libre elección de Dios (Rom 9-13).
MALAQUÍAS 2-3 986 987 MALAQUÍAS 3-4

Yavé Sebaot. * 5 M i pacto con él fue «vi- Yavé, Dios de Israel, se cubre de injusti- dice Yavé Sebaot, a ver si n o abro yo lue- réis de ver la diferencia entre el justo y el
da» y «paz», y se las d i ; «temor», y él m e cia p o r encima de sus vestidos, dice Yavé go las puertas del cielo y n o derramo so- malvado, entre el que sirve a Dios y el que
bre vosotros la bendición a ú n más de lo no le sirve.
temió, y ante mi n o m b r e se llenaba de Sebaot. Cuidad, pues, de vuestra vida y
temor. « Tuvo en su boca doctrina de ver- n o seáis desleales, i? Sois pesados a Yavé justo; 11 e impediré que la langosta os afli-
ja, devorando los frutos de la tierra; y las E l día d e Y a v é
dad y n o h u b o iniquidad en sus labios; con vuestras palabras y decís: ¿En q u é
anduvo conmigo en integridad y rectitud le somos pesados? E n decir: El q u e hace
y apartó del m a l a muchos; ^ pues los la- el m a l es grato a Yavé y en ellos se com-
viñas de los campos n o os serán estériles,
dice Yavé Sebaot. i 2 Todas las gentes os 4 1 (19) Porque ved q u e viene el día, ar-
diente como horno, y serán entonces
bios del sacerdote h a n de guardar la sa- place. Si n o , ¿dónde está el Dios justo? * llamarán dichosos, porque seréis u n a tie- los soberbios y los obradores de la maldad
biduría y de su boca h a de salir la doctri- rra de delicias, dice Yavé Sebaot. * la paja, y el día que viene la prenderá fue-
El ángel precursor 13 Vuestras palabras contra mí son in- go, dice Yavé. * 2 (20) M a s para vosotros,
na, porque es un enviado de Yavé Sebaot.
8 1
Pues h e aquí q u e voy a enviar a mi soportables, dice Yavé. Decid: los que teméis mi nombre, se alzará un sol
Pero vosotros os habéis apartado del ca- de justicia, que traerá en sus alas la salud,
mino, y habéis hecho tropezar a muchos mensajero, q u e preparará el camino ¿Qué hemos hablado contra ti? * 14 Pues
diciendo: P o r demás es servir a D i o s ; y saldréis y saltaréis como terneros q u e
en la Ley, y habéis pervertido el pacto de delante de mí, y luego en seguida vendrá a salen del establo, 3 ( 21 ) y pisotearéis a los
Leví, dice Yavé Sebaot. * su templo el Señor a quien buscáis y el án- ¿Qué aprovecha servirle y guardar su
Ley y afligirnos en presencia de Yavé Se- malvados, q u e serán como polvo bajo
9
P o r tanto, también yo os h e hecho a gel de la alianza que2deseáis. Ved que viene, la planta de vuestros pies, el día en que yo
vosotros despreciables y viles para todo el dice Yavé Sebaot, * y ¿quién podrá sopor- baot? 15 Bien dichosos son los soberbios
y son prosperados los impíos, y aunque me pondré a hacer, dice Yavé Sebaot.
pueblo, a la medida en que vosotros n o tar el día de su venida? ¿Quién podrá m a n -
habéis seguido mis caminos ni habéis te- tenerse firme cuando aparezca? Porque tientan a Dios, escapan. 16 H e ahí lo que
unos a otros se dicen los que temen a Ya- Ellas, heraldo del g r a n día d e Yavé
nido en cuenta la Ley. io ¿No tenemos to- será como3 fuego fundido y como lejía de 4 22
dos un Padre? ¿No nos h a criado a todos b a t a n e r o , y se p o n d r á a fundir y depurar vé. Yavé lo h a oído, h a puesto atención ( ) Acordaos de la Ley de Moisés, mi
un Dios? ¿Por qué, pues, obrar pérfida- la plata, y a purgar a los hijos de Leví, y a ello y h a sido presentado ante El u n es- siervo, a quien di yo en H o r e b preceptos
mente unos con otros, quebrantar el pacto los depurará como se depura el o r o y la crito en favor de los que temen a Yavé y y mandatos para todo Israel. * 5 (P) Ved
de nuestros padres? I plata, p a r a que ofrezcan a Yavé sacrifi- reverencian su nombre. ll Serán para mí, que yo mandaré a Elias, el profeta, antes
cio de justicia. 4 Entonces agradará a Yavé dice Yavé Sebaot, el día en que yo m e que venga el día de Yavé, grande y terri-
A b o m i n a c i o n e s del pueblo el sacrificio de Judá y de Jerusalén, c o m o ponga a hacer posesión propia, y m e lle- ble. 6 (24) El convertirá el corazón de los
11
Pérfido es Judá, y en Israel y en Je- en los días pasados y como en los años naré de indulgencia hacia ellos, como in- padres a los hijos, y el corazón de los hi-
5
rusalén se comete la abominación, pues antiguos. Y vendré con vosotros a jui- dulgente es uno para el hijo que le sirve. jos a los padres, no venga yo a d a r la tie-
i 8 Entonces mudaréis de parecer y echa- rra toda al anatema.
Judá profana las cosas consagradas a Ya- cio, y seré juez pronto contra los hechice-
vé, lo que él ama, casándose con hijas de ros, y contra los adúlteros, y contra los
de los ministros del culto divino (Neh 13,10-13). Por esto Dios no bendice sus campos. Traigan
un dios extraño. 12 Quiera Yavé, a quien perjuros, y contra los que oprimen al jor- el diezmo íntegro, y Dios los bendecirá, hasta el extremo de que todas las gentes los llamarán dichosos.
tal hace, privarle de testigo y defensor en nalero, a la viuda y al huérfano, y agra- 12
Después del castigo de los impíos, el profeta predica la salud mesiánica.
las tierras de Jacob y de quien haga p o r vian al extranjero, sin temor de mí, dice 1 3 El profeta refiere la queja de los fieles, frecuente en el Antiguo Testamento, a vista de la
el ofrenda de sacrificio a Yavé Sebaot. Yavé Sebaot. prosperidad de los malos (Jer 18,18-23). Yavé se remite al dia en que se ponga a la obra; entonces
Y ved otra cosa m a s u e 6 verán la diferencia que hay entre el justo y el malvado.
1 hacéis. Ba- Porque yo, Yavé, n o m e h e m u d a d o y
1 Este es el momento de la intervención divina, del juicio de Dios, cuando mostrará que es
ñáis de lágrimas el altar de Yavé, llantos 7vosotros, hijos de Jacob, n o habéis cesado.
y gemidos, porque n o atiende a la ofrenda Desde los días de vuestros padres os
4 4
juez, que da a cada uno según sus obras.
Estos versículos no parecen tener conexión con los que preceden, y, faltando el contexto, no
y no acepta de vuestras manos nada gra- habéis apartado de mis leyes; n o las h a - pueden menos de ser obscuros. Se anuncia el día del Señor, día grande y terrible, es decir, el día
4
t o ; ] y preguntáis: ¿Por qué? Porque béis guardado. Volveos vosotros a mí y del juicio divino, que no quiere decir que sea el juicio último. Elias, el representante de los profetas,
Yavé toma la defensa de la esposa de tu yo m e volveré a vosotros, dice Yavé Se- vendrá como heraldo a preparar al pueblo para tan gran suceso por medio de la reconciliación dé
juventud, a la q u e has sido desleal, sien- baot. Pero vosotros decís: ¿En qué hemos las familias, con que éstas evitarán ser dadas al anatema. El ángel aplica estas palabras al Precursor
do ella tu compañera y la esposa de tu de volvernos? 8 ¿Puede el h o m b r e r o b a r cuando anuncia al padre el nacimiento del niño Juan (Le 1,17). Y a los apóstoles, que le pregunta-
ban sobre la opinión de los judíos acerca de la venida de Elias, Jesús les responde que Elias ha veni-
alianza matrimonial. 15 ¡Pues qué! ¿No a Dios? Pues vosotros m e estáis r o b a n d o do, y ellos entienden que el Maestro habla del Bautista. Y a esta exégesis nos hemos de atener en
los hizo El para ser u n o solo, q u e tiene su y decís: ¿En qué te robamos? ¡En los diez- lo que toca a esta venida de Elias (Mt 17,10-13; Me 9,10-12).
carne y su vida? Y este único, ¿para qué? mos y las primicias! * 9 Malditos seréis de
Para una posteridad para Dios. Cuidad, maldición, porque m e estáis r o b a n d o ; el
pues, de vuestra vida; y n o seas infiel a la pueblo todo m e roba. 1° Traed integra-
esposa de tu juventud. [mente los diezmos al alfolí para q u e haya
El q u e p o r aversión repudia, dice alimentos en mi casa, y probadme en esto,

2 Los sacerdotes levíticos tienen en poca estima el culto divino. En castigo, Dios les anuncia
la pérdida de su privilegio y del privilegio de Jerusalén. Vendrá dia en que en todo lugar se
ofrecerá al Señor un sacrificio puro, el de Jesucristo, renovado en toda la redondez de la tierra. Tal
sacrificio no es otro que el de la santa misa, renovación perpetua del sacrificio de la cruz, que vino
3 s u b s l t u l r a to
g ' dos los sacrificios de la Ley mosaica.
j v , conducta de los sacerdotes, reprendidos por el profeta como despreciadores del pacto
de Yave, se contrapone la fidelidad de éste a ese mismo pacto. Leví, el epónímo de la tribu sacerdotal,
representa aquí al sacerdocio antiguo. Contra éste podemos hallar muchas reprensiones en los pro-
1 7 a i í e r l o r e s ' Pero aquí Malaquías sólo se acuerda de los que fueron fieles, como Arón, Fines, etc.
En este discurso reprende tres cosas el profeta a Judá: los matrimonios con mujeres extran-
jeras, contra los cuales tanto lucharon Nehemias y Esdras (Neh 13,23-31; Esd 0-10); la infidelidad
conyugal y el divorcio. Lo que sigue, 3,1-5, es la respuesta a las postreras palabras: «¿Dónde está
el JJios justo?»
^ ' En la salida de Egipto y viaje por el desierto envió Dios delante de Israel a un ángel para
H 1 <;qi~e con dujese hacia la tierra prometida; aquí un ángel precederá como heraldo la venida
delr oenor cuando venga a su templo para hacer juicio de los sacerdotes y purificarlos pasándolos
P° & crisol. Entonces le serán gratos sus sacrificios. San Marcos aplica al Precursor este pasaje (1,2).
Dios se queja de que el pueblo le roba, porque no pagan el diezmo destinado a la sustentación

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