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Hábitos de higiene en los alimentos

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la higiene alimentaria como "el conjunto de
condiciones y medidas que deben estar presentes en todas las etapas de producción,
almacenamiento, transformación, transporte, conservación y cocinado doméstico del alimento,
para garantizar la salubridad de los alimentos". Dicho esto, vamos a ver qué podemos hacer para
mejorarla.

Puntos para una buena higiene alimentaria

 Limpieza. Es el primer mandamiento y el más importante de todos. Toda receta debe


empezar con la limpieza de los productos y utensilios que se van a utilizar. Desde los
ingredientes hasta los cuchillos, pasando por las sartenes o las tablas de corte. ¡No te
olvides de tus manos! Siempre es preferible lavarse las manos con agua caliente antes
de manipular pescados y carnes. La temperatura elevada del agua puede eliminar mejor
los rastros de posibles bacterias.
 Calor, el amigo de los alimentos. Cuando sometes a altas temperaturas a los alimentos
no solo mejoras su sabor y olor, también estás mejorando sus condiciones de higiene.
El calor destruye los microorganismos y tiene la virtud de ablandar las fibras de los
alimentos, haciéndolos más comestibles. Eso sí, cuidado con el recalentamiento. Esto es
perjudicial y solo debe hacerse una vez como mucho. Cocina las carnes a fondo, sobre
todo por el centro las gorditas y ten precaución con los aceites. No se deben mezclar
diferentes tipos de aceites, ni unos nuevos con viejos. Cada uno tendrá una temperatura
distinta de calentamiento y se pueden formar sustancias nocivas al darle calor.
 Enfriar para conservar. Lo más recomendable siempre es consumir los productos el
mismo día de su compra. Sabemos que esto no suele ser lo habitual por el ritmo de vida
que llevamos, por eso debemos hacer uso de nuestras neveras. Si has cocido alimentos,
intenta refrigerarlos antes de dos horas tras su cocción. Si puedes, utiliza el microondas
para descongelar los productos en lugar de hacerlo a temperatura ambiente. Si no,
descongela a temperatura ambiente en un lugar fresquito y aireado. Cuando empiece a
ablandarse el alimento por los extremos, deja que termine de descongelarse poco a
poco en el frigorífico. Tras la descongelación, las carnes y pescados deben cocinarse a
fondo.
 El cocinado perfecto. A veces no tenemos claro cómo cocinar los alimentos y esto puede
ser algo negativo para conservar su buen estado. Conocer los distintos puntos de
cocción de los productos es fundamental para eliminar riesgos. ¿Sabías que el pollo y el
huevo son muy susceptibles ante una posible contaminación? Debes acordarte siempre
de alcanzar al menos el 75 por ciento de su cocción para poder comértelos. Ya lo sabes:
el pollo y los huevos, bien hechos.
 Evita la mezcla. En la nevera no mezcles alimentos crudos con cocinados. Es
relativamente sencillo que las bacterias de los crudos pasen a los cocinados y queden
contaminados. Es muy práctico utilizar distintos utensilios para cada uno. Además,
coloca los alimentos en diferentes recipientes para evitar que se mezclen jugos y
líquidos con el resto de ingredientes.

La importancia de la higiene en la elaboración de alimentos

Mientras que la mayoría de las bacterias no causan enfermedad, algunas bacterias peligrosas
están ampliamente distribuidas en el suelo, el agua, los animales y las personas. Estas bacterias
son transportadas en las manos, la ropa y los utensilios y en contacto con los alimentos se
transfieren a estos causando enfermedades transmitidas por los alimentos.

 Lavado de manos

Los seres humanos cargan millones de bacterias invisibles en sus manos. La mayoría de ellas
son inofensivas, pero algunas pueden ser peligrosas. Cuando las personas olvidan lavarse
las manos, o no lo hacen adecuadamente, estas bacterias pueden pasar a los alimentos y
causar enfermedades.

 Limpieza y desinfección

Las bacterias pueden propagarse en la cocina e instalarse en las superficies de mesadas y


alacenas, en las tablas de cortar, los utensilios y las esponjas, por eso es muy importante la
correcta limpieza y desinfección del lugar donde se preparan los alimentos.

Enfermedades transmitidas por alimentos contaminados

Las enfermedades transmitidas por alimentos, más conocidas por sus siglas como ETA, se
refieren a cualquier enfermedad causada por la ingestión de un alimento contaminado que
provoca efectos nocivos en la salud del consumidor.

 Microbianas

Las ETAS causadas por bacterias o virus que ingresan al organismo a través de los alimentos,
causando trastornos metabólicos en el organismo de quien los consume y una inflamación
de los tejidos gastrointestinales. El cuadro clínico varía dependiendo del patógeno en
específico, sin embargo por lo general se presentan tornos en síntomas gastrointestinales
debido a la inflamación del tejido que recubre el tracto digestivo; dentro de esta categoría
se pueden listar:

Salmonella sp: bacteria causante de la salmonelosis

Listeria monocytogenes: bacteria causante de la listeriosis

Escherichia coli, más específicamente, se refiere a la cepa Escherichia coli O157:H7

Clostridium botulinum: causante del botulismo.

 Parasitarias

Estas son provocadas por protozoarios que NO ingresan al organismo que están presentes
en alimentos mal cocidos, muy comúnmente, productos cárnicos como la carne de res o
porcina; o por vegetales mal lavados que han estado en contacto con las heces de algún
organismo infectado. Estos organismos solo pueden desarrollarse en el interior de un
hospedero; este tipo de patógenos pueden permanecer dentro del hospedero por periodos
prolongados, y si entran en el torrente sanguíneo pueden trasladarse del tracto digestivo a
otras partes del cuerpo.
Normas básicas de higiene alimentaria

 Conserva los alimentos crudos y cocinados en espacios y recipientes diferentes, además


de utilizar diferentes utensilios para manipularlos.
 Lávate bien las manos, limpia los trapos, las superficies y utensilios de cocina, así los
microbios no contaminen los alimentos antes de utilizarlos
 Conserva adecuadamente los alimentos hasta su consumo. Que no estén expuestos a
temperaturas excesivamente altas los frescos ni a temperaturas muy bajas los cocidos.
 No uses la misma tabla, plato, superficie, etc, para cortar y preparar alimentos frescos y
alimentos que se vayan a cocer. Utilizar diferentes utensilios para manipularlos, si se
emplean los mismos lavarlos bien entre usos.
 Cuece los alimentos a temperatura suficiente (70°C) para asegurar que los
microorganismos no se reproduzcan.
 Evite mantener los alimentos cocinados a temperatura ambiente más de dos horas.
 No cortes la cadena de frío de los alimentos
 Controla siempre la fecha de vencimiento y estado general de envases y recipientes.

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