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I. DESCRIPCIÓN Y ORGANIZACIÓN:
El Poder Judicial , puede proteger al ciudadano de eventuales abusos cometidos por el Poder
Ejecutivo o el Poder Legislativo, puede salvaguardar los intereses de las personas mediante
diversos recursos.
De lo dicho se desprende que hay dos organizaciones del Poder Judicial: la jurisdiccional y la
gubernativa.
Organización jurisdiccional
Actúa como jurisdicción cuando, dictando actos "ad extra", juzga y hace ejecutar lo juzgado. Para
ello, se constituye en: Juzgado, Tribunal, o Salas de Justicia. Sus resoluciones son actos procesales.
El ámbito jurisdiccional se rige por las Leyes de Enjuiciamiento (Civil, Criminal, Cont-Admin, de
Procedimiento Laboral, de Menores y Penitenciaría)
Organización gubernativa: Examinando "ad intra" el Poder Judicial, se observa que
los Jueces y Magistrados son también funcionarios, dependientes del CGPJ. Esta
relación ocasiona el surgimiento de actos administrativos
Dentro del Estado nuestros actos y responsabilidades son regidos por leyes que el Poder Judicial
debe hacer cumplir. La justicia debe estar al servicio del pueblo por lo que existe un Sistema
Judicial, una organización que permite que el ciudadano pueda acceder a la justicia, según
diferentes niveles e instancias relacionadas con la gravedad de su falta o delito.
Un delito es una acción antijurídica y culpable, que se castiga por la ley mediante una pena o
medida de seguridad. Generalmente está relacionada con daños a la persona, a la propiedad, etc.
Por ejemplo, un asesinato, un robo, una estafa a gran cantidad de personas, etc.
Las faltas son infracción involuntaria de la ley, ordenanza o reglamento, a la cual se señala una
sanción leve, por ejemplo, una riña callejera, el arrojar basura en lugares prohibidos, etc.
Resuelven las apelaciones realizadas sobre las sentencias de los juzgados de Paz No
Letrados.
Resuelven las apelaciones realizadas sobre las sentencias de los Juzgados de Paz Letrados.
Cortes Superiores
Resuelven las apelaciones realizadas sobre las sentencias de los juzgados especializados o
mixtos.
Corte Suprema
Es la última instancia ante la cual se pueden apelar todos los procesos judiciales que
provienen de cualquier Corte Superior de justicia.
En todo caso judicial siempre hay dos partes: el demandante (la persona o institución que inicia el
proceso) y el demandado (la persona o institución sobre la que se inicia el proceso). Cuando se
inicia un proceso judicial ambas partes presentan al juez pruebas y alegatos con la finalidad de
demostrar que tienen la razón. Basándose en ello y en su criterio, el juez toma una decisión que se
conoce con el nombre de sentencia. Si una persona no está conforme con la sentencia puede
apelar a la instancia superior.
El artículo 139° de la Constitución Política del Perú señala que el Poder Judicial, a través de sus
Órganos Jurisdiccionales: "es el único llamado a administrar justicia en todo el territorio nacional,
con excepción de la extensión jurisdiccional y el derecho consuetudinario, precisado en el artículo
149° de la Carta Magna".
Un jurado, a veces denominado jury, es un cuerpo colegiado de personas que no son jueces,
formado especialmente para tomar una decisión judicial, denominado fallo o veredicto, en un caso
concreto. Ordinariamente un jurado se forma para decidir sobre la culpabilidad o inocencia de una
persona, pero también existen jurados que fallan sobre otras cuestiones, como el gran jurado cuya
función se limita a acusar a una persona para que sea sometida a juicio. La palabra viene del anglo
francés, juree, que viene a su vez del latín medieval, iurata, que significaba un juramento, o
investigación, y que a su vez originaba en el latín iurare, jurar, y ius, ley. Es una
figura procesal clásica del sistema inglés, a través de la cual los ciudadanos participan en la
administración de justicia. Al jurado le corresponde dictar el fallo o veredicto, pero usualmente su
función está regulada por un juez, a quien le corresponde dirigir el proceso y en ocasiones también
establecer las condenas y precisar el contenido concreto de las sentencias, y sus decisiones deben
realizarse dentro de los límites establecidos por las leyes y los cargos formulados por los
demandantes (fiscalías, querellas, etc.).
IV. SISTEMAS DE DESIGNACIÓN DE LOS JUECES
Este diseño tiene por objeto garantizar que los jueces que asumen tras su nombramiento
sean los más calificados, evitando así los problemas que supondría aplicar cualquiera de los
dos sistemas en estado puro. Pero el fin último de este sistema sería garantizar, en el mayor
grado posible, la independencia del Poder Judicial, uno de los principios fundamentales en
cualquier Estado de Derecho y valor esencial exigido por nuestra carta fundamental. Aún
antes de establecerse las normas aplicables al caso particular, lo que interesaba a las
comunidades era designar a la persona del juez. El fenómeno de instituir leyes llamadas a
regular las relaciones sociales es de data posterior. El actual sistema de nombramiento de
los jueces establecido por la carta fundamental está diseñado para que en su generación
participen los tribunales superiores de justicia, como son las Cortes de Apelaciones y la
Corte Suprema, proponiendo en ternas o quinas a los candidatos para su elección por el
Presidente de la República. En el caso del nombramiento de los ministros de la Corte
Suprema participa también el acuerdo del Senado.
La independencia externa del Poder Judicial, principio fundamental del estado de derecho,
se garantiza, al menos, a través de los mecanismos de designación y remoción de los jueces,
el ejercicio de la potestad disciplinaria, y la administración de sus propios recursos.
Otra de las garantías tradicionales de la independencia de los jueces con respecto al poder
político es el de la inamovilidad que surgió expresamente en el siglo XVIII.
La Constitución debe garantizar no sólo la independencia externa del Poder Judicial con
respecto a los otros poderes del estado. En especial el poder ejecutivo, sino también la
independencia interna de los jueces en relación a los jueces de instancias superiores.
En conclusión el juez, tal como señala Loewenstein (1) ".. Tiene que estar libre de influencias
e intervenciones extrañas, tanto si provienen del Gobierno, del Parlamento, del electorado
o de la opinión pública" pero, además, el juez, tal como sostuve anteriormente, debe estar
libre de cualquier intromisión por parte de los órganos judiciales superiores.