Está en la página 1de 389
SAMUEL SMILES IAYUDATE! (SELF-HELP) CON EJEMPLOS SOBRE HL CARACTER, LA CONDUCTA Y LA PRRSBVERANCIA VERSION ESPANOLA POR - EMILIO SOULERE ‘This above all — To tgine own self be true; And it must follow, as the night the day, ‘Thou canst no then be false to any man. Shakpeare. 81 pndiera dar consejos 4 un joven, le dirfa : fre- euenta la sociedad de tus superiores. En los libros _y en la vida esa es fa mis saludable Compania; aprende & admirar justamente; exe es el gran placer de la vida. Observa lo’ que admiraron los grandes hombres ; porque admi- raron grandes cosas; los espiritus mezquinos admiran rastreramente a] feneran vilmente, W. A, Trackeray. 4* EDICION PARIS LIBRER{A ESPANOLA DE GARNIER HERMANOS 6, RUE DES SAINTS-PiRES, 6. \BRAR PSS - OF TH: r INTRODUCCION Puede referirse brevemente el origen de este libro. Hara unos quince afios que el autor fué invitado 4 dar una conferencia ante los socios de algunas clases nocturnas, que se habian formado en un pueblo del norte para adelanto mu- tuo, en las siguientes circunstancias : a Dos 6 tres jévenes de la mas humilde posicién resolvieron reunirse en las noches de invierno, con el propédsito de per- feccionarse, comunicandose entre si lo que supieran. Sus pri- meras reuniones tuvieron lugar en la sala de una cabafia en que vivia uno de los miembros ; y como poco después se les reunieron algunos mas, muy luego se llenaba demasiado el lugar. Cuando lego el verano, se reunieron en el jardin de Ja cabaiia, y entonces empezaron las clases al aire libre, en tor- no de una pequefia armazén entarimada que servia de inver- nadero, en la que los que oficiaban como maestros escribian en una pizarra el sumario y dictaban las lecciones de la no- che. Cuando el tiempo era bueno, podia verse 4 los jévenes hasta una hora avanzada, agrupados al rededor de la puerta de la cabafhha como un enjambre de abejas; pero algunas veces aigtin aguacero repentino borraba lo escrito en la pizarra, y los dispersaba descontentos. Se aproximaba el invierno con sus noches frias, y gqué aban 4 hacer para lograr un asilo? Por esta época habia xu INTRODUCCION. aumentado su numero de tal modo que no era una pieza de tamafo comun la que podia darles abrigo. Aunque en su mayor parte eran jévenes que ganaban sueldos semanales comparativamente pequeiios, se resolvieron 4 correr el riesgo de alquilar una sala; y al buscarla encontraron una habita- cién obscura, que habia sido usada como hospital provisio- nal de coléricos. No se encontraba ningun inquilino para ella, porque se le huia como si atin tuviese pegada la peste. Pero los jévenes de mutuo mejuramiento, 4 quienes nada atemorizaba, alquilaron la habitacién 4 tanto por semana, le pusieron ldmparas, colocaron alli algunos bancos, y una mesa de pino, y dieron principio 4 sus clases de invierno. Muy luego presentaba el lugar un aspecto bullicioso y alegre por las noches. La ensefianza puede haber sido quizd, como no hay duda que lo era, de una especie algo desigual é im- perfecta; pero se hacia con huena voluntad. Aquellos que sabian un poco ensefaban 4 los que sabian menos, adelan- tando mientras adelantaban 4 otros, y, por lo menos, dando un buen ejemplo real. De ese modo estos jévenes, y entre ellos babia hombres formados, empczaron 4 ensefiarse 4 si mismos, y mutuamente, 4 leer y escribir, aritmética, y geogra- fia, y hasta matemdticas, quimica, y algunos idiomas mo dernos. De esa manera habfanse reunido como unos cien jévenes, cuando aspirando 4 algo mds, desearon que se les dieran conferencias; y entonces fué cuando el autor tuvo conoci- miento de sus trabajos. Una comisién de ellos fué 4 verle para invitarle 4 que pronunciara un discurso de apertura, 6 seguin decian, para que les hublara un poco; dando, como introduccién al pedido una relacién modesta de lo ‘que ha-

También podría gustarte