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EL TEMA

LA SEXUALIDAD Y LA ÉTICA

José Antonio Marina


Filósofo. Catedrático de Filosofía de Enseñanza Secundaria,
Profesor de Teoría de la Educación de la Universidad Autónoma de Madrid.

La cultura modula la representación social que un pueblo tiene sobre el sexo y la sexualidad. Estas
percepciones sociales generan estereotipos en torno al sexo reales e irreales que, algunos de ellos, pueden
generar problemas. La solución a estas dificultades puede encontrarse en la ética. La educación ética puede
ayudarnos a ser más felices y a convivir mejor en general y en lo que a la sexualidad se refiere.
En este escrito se plantea la ética y la sexualidad desde un prisma educativo que debe articularse en tres
niveles: la educación afectiva, la formación de los sistemas psicológicos de comportamiento autónomo y la
educación propiamente ética.

Palabras clave: Ética, educación afectiva, adolescentes, sexualidad

Culture modulates the social representation a people hold on sex and sexuality. These social perceptions give
rise to real and unreal stereotypes around sex, some of which may cause problems. The solution to these
difficulties may be found in ethics. Ethical education may aid us to be happier and co-exist better in general
and as far as sexuality is concerned.
This paper looks at ethics and sexuality from an educational standpoint, which must be structured on three
levels: affective education, the formation of psychological systems of autonomous behaviour and actual
education in ethics itself.

Key words: Ethics, affective education, adolescents, sexuality

E ste artículo no está dirigido a adolescentes,


sino a educadores de adolescentes, y trata de
sexualidad, no de sexo.
El tema de este artículo se reduce todavía más: la
modulación que nuestra cultura hace del sexo ado-
lescente.

Llamo sexualidad al universo simbólico construi- Pero no soy un sociólogo y, por lo tanto, no voy a
do sobre una realidad biológica: el sexo. Se hacer un análisis de la situación actual de los adoles-
trata de una complicada mezcla de estructuras centes españoles. No me interesa lo que hay, sino lo
fisiológicas, conductas, experiencias, sentimen- que sería bueno que hubiera, ya que sólo teniendo
talizaciones, interpretaciones, formas sociales, en la cabeza un modelo ideal podemos dirigir la edu-
juegos de poder. Simplificando mucho podría- cación. De lo contrario andamos dando bandazos. Es
mos decir que la sexualidad es sexo + cultura, por no saber qué decir, por lo que muchas veces nos
es decir, la modulación que una cultura hace del limitamos a educar a nuestros adolescentes para que
sexo. no cojan un embarazo ni una enfermedad.

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No me parece suficiente. Hablando en términos que existían muchos tabúes, en especial para las
generales, la educación siempre trata de dirigir chicas.
hacia lo bueno, es, pues, en último término, una
educación ética. Pero a estas alturas, a mucha Ha habido muchos falsos problemas sexuales en
gente le resulta anacrónico y retrógrado hablar nuestra cultura, que afortunadamente han desapa-
de ética de la sexualidad. Afortunadamente nos recido. La moral sexual católica había llegado a
hemos liberado de represiones y el mundo del ser un confuso agregado de normas de proceden-
sexo aparece como un dominio del juego y el cia heterogénea. Unas eran judías, otras estoicas,
placer, descomprometido y feliz. Ojalá. Entonces otras platónicas, algunas procedían de ideas médi-
no habría nada que enseñar, sino, en todo caso, cas y de supersticiones medievales, y, por fin,
terminar como acaba un libro de educación unas pocas de la enseñanza original de Jesús de
sexual para adolescentes: “Y ahora, chicos, chi- Nazaret. No era difícil de prever que esa precaria
cas, ¡a follar!”. construcción se derrumbaría cuando fuese someti-
da a una crítica rigurosa. Semejante amalgama
Cuando hablo de ética estoy hablando de algo normativa provocó sin duda muchos falsos proble-
más serio que de ponerse o quitarse el preserva- mas, que amargaron la vida de mucha gente, y
tivo. La ética es el conjunto de las mejores solu- que debemos congratularnos todos de que se
ciones que la inteligencia ha inventado para hayan evaporado.
resolver los problemas que afectan a la felicidad
personal y a la dignidad de la convivencia. Y, en Pero hay otros problemas reales planteados por la
todas las culturas y a lo largo de toda la historia, sexualidad. Los principales son tres: la procrea-
el sexo y la sexualidad han provocado problemas ción, la fuerza del impulso, las expectativas. Estos
importantes, que cada sociedad ha tratado de siguen vigentes en nuestra sociedad, y, por lo
resolver a su manera. No hay ninguna en que el tanto necesitan ser bien solucionados, y eso quie-
comportamiento sexual no haya estado regulado. re decir éticamente solucionados.
A mediados del siglo pasado, una antropóloga
famosa, Margaret Mead, publicó sus investigacio- 1.- La procreación. El primer anclaje moral del
nes sobre la adolescencia en Samoa. Afirmaba sexo se da a través de la procreación, que impone
que los adolescentes samoanos no tienen ningún seriedad a las relaciones sexuales. Realizar un
tipo de restricción sexual, disfrutan libremente del acto placentero es agradable. Quedar embarazada
sexo, y gracias a ello tienen una envidiable salud es harina de otro costal. Y tener un niño harina de
psicológica. La sociedad americana recibió con otro costal más distinto todavía. Según los antro-
gran alivio esas noticias, y, durante mucho tiem- pólogos, no hay ninguna sociedad en la que se
po, Margaret Mead fue la gurú de la educación de acepte como norma general el nacimiento de niños
los adolescentes. La historia tuvo un final tragicó- fuera de una agrupación familiar. Ha podido existir
mico. Derek Freeman, un antropólogo especialis- promiscuidad sexual, pero nunca paternidades
ta en la sociedad samoana, dijo que Margaret promiscuas universalizadas. Hoy día, está siendo
Mead estaba equivocada. Sólo vió lo que quiso cada vez más frecuente, sobre todo en las socie-
ver, más aún, fue engañada por sus interlocuto- dades del norte de Europa, mujeres que volunta-
res, que quisieron burlarse de aquella mujer riamente tienen un hijo sin una relación de pareja
extranjera que les hacía preguntas comprometi- estable. Actualizan el lema del anarquismo espa-
das sobre su intimidad. Como prueba de lo que ñol: Hijos sí, maridos no.
decía presentó a una de las adolescentes que
informaron a Mead de que no existían reglas En muchos casos, esta situación es posible por las
sexuales para los adolescentes en Samoa, y políticas estatales de ayuda. Sin embargo, a pesar
explicó lo sucedido. Era, por supuesto, falso por- de esa aparente permisividad, nadie acepta que la

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madre pueda desentenderse de su hijo. La respon- se considera un ataque contra la libertad, es


sabilidad que podía compartir con otra persona decir, un crimen.
recae voluntariamente sobre ella sola. Un niño es
un bien a proteger en todas las culturas. La píldora 3.- Las expectativas. La sexualidad es una colo-
ha permitido que la procreación sea más respon- sal fuente de expectativas, una promesa de felici-
sable, y supone por ello una ayuda al progreso dad. A pesar de las trivializaciones, de las dificulta-
moral de la humanidad. En este problema, la solu- des, de los fracasos, esa energía permanece
ción va enderezada a una ética de la responsabili- intacta y, a mi juicio, más fuerte que nunca. Los
dad de nuestros actos. Aunque parezca tonto datos, sin embargo, parecen contradictorios.
decirlo, necesitamos enseñar a nuestros adoles- Devoramos información sobre el sexo, pero Master
centes que los comportamientos tienen conse- y Johnson recomiendan a sus millones de lectores:
cuencias, y que somos responsables de las conse- “Sea realista en cuanto a sus expectativas sexua-
cuencias de nuestros actos. les”. Deseamos disfrutar alegremente del sexo, sin
coacciones ni deberes, pero al mismo tiempo nos
2.- La violencia del impulso. En todas las cultu- angustiamos si nada nos liga a nadie, si somos un
ras se ha pensado que el deseo sexual podía limi- verso suelto en un poema inexistente.
tar la autonomía del comportamiento, y volverse Despreciamos la fidelidad como un valor caduco,
peligroso para la paz social. Por eso han introduci- pero queremos confiar en alguien que nos ayude a
do normas protectoras. Como estudié en “El miste- vencer la soledad y a superar las intermitencias de
rio de la voluntad perdida”(1998), la sociedad ha la fortuna. Las encuestas nos dicen que los occi-
presionado para inducir mecanismos de autodeter- dentales valoramos sobre todo la familia y las rela-
minación de la conducta, ha configurado los proce- ciones de pareja, pero que el número de divorcios
sos de la acción voluntaria. Los movimientos de sigue en aumento. Hemos instaurado la libertad
liberación sexual de los sesenta convirtieron el como nuestro valor más preciado, pero la relación
deseo en palabra mágica y salvadora. Adquirió amorosa es dependencia y compromiso. No nos
un prestigio casi embriagador, lo cual era una salen las cuentas, pero no podemos cerrar el
gran novedad en la historia, porque siempre se negocio. Cuando el mundo se vuelve hostil o al
había considerado que los deseos excesivos eran menos inclemente, la llamada del refugio íntimo se
un gran obstáculo para la vida buena. Pronto sur- hace más poderosa. Pero al llegar a él nos encon-
gieron críticas, en primer lugar de los colectivos tramos con que los vientos culturales se han lleva-
femeninos, que pensaban que esa liberación do la techumbre y estamos a la intemperie. La
sexual tenía un carácter típicamente machista. solución de este problema pasa por la educación
Había supuesto una desvinculación afectiva del para la convivencia sexual, que es, precisamente,
sexo, y deseaban una nueva revolución sexual el problema que más desdichas está provocando
que integrara el sexo dentro de los afectos. Los en la edad adulta.
expertos nos dicen que la impulsividad de los
adolescentes está aumentando, y que es la Como he dicho antes, a las soluciones más inteli-
causa de muchas conductas de riesgo. La educa- gentes para resolver esos problemas las llamo
ción para resolver este problema tiene que ver “soluciones éticas”. ¿Por qué? Porque tienen rela-
con la educación para un comportamiento autó- ción con las dos grandes preocupaciones éticas:
nomo, lo que supone ayudar a construir los siste- cómo ser feliz y cómo conseguir una convivencia
mas personales de control de la propia conducta digna. La ética no es coacción, sino aumento de
(nivel psicológico) y enseñar un concepto más posibilidades. Por eso juega a favor nuestro. Lo
adecuado de libertad (nivel ético). Estamos que ocurre es que para aumentar nuestras posibili-
fomentando una idea de libertad como “hacer lo dades necesita ponernos algunas normas. Eso
que uno quiere”, con lo que cualquier limitación ocurre en todo tipo de actividades.

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Para poder jugar bien al baloncesto hay que entre- Primer nivel: La educación afectiva.
narse y respetar el reglamento. Para escribir bien
hay que respetar la sintaxis. La experiencia afectiva nos pone en contacto con
el mundo de los valores. Gracias a ella el mundo
Relacionar la felicidad con el aumento de nues- nos parece agradable o desagradable, atractivo o
tras posibilidades es necesario. Cuando hablo repulsivo, alegre o triste, interesante o aburrido,
de felicidad no estoy hablando de vaguedades placentero o doloroso. Ella nos incita a obrar. Si en
retóricas, sino de un sentimiento muy concreto. el mundo no hubiera nada valioso, no habría moti-
Llamo felicidad a un estado de ánimo agrada- vos para actuar.
ble, que deseo que permanezca, durante el cual
no echo nada gravemente en falta, en el que Hay tres tipos de experiencias afectivas, que con-
me encuentro satisfecho y completo, y que si lo viene saber distinguir por la cuenta que nos tiene.
perdiera me haría sentirme desdichado. Los
autores más fiables señalan dos rasgos funda- En primer lugar están los deseos, necesidades,
mentales de la felicidad: la plenitud y la intensi- impulsos, es decir, la vida tendencial, lo que la psi-
dad. cología llama motivación.

Hasta donde sé -que puede ser muy poco- la El deseo sexual, el hambre, la sed, por ejemplo, per-
felicidad se consigue cuando hemos satisfecho tenecen a este apartado. El amor también. Cualquier
nuestras dos necesidades fundamentales, nues- tipo de deseo puede llamarse amor. Por eso habla-
tras dos grandes motivaciones: el bienestar y la mos de amor al dinero, amor a la gloria, amor al
ampliación de nuestras posibilidades. Queremos poder.
la comodidad, la satisfacción de nuestras nece-
sidades físicas y psicológicas, la seguridad. En segundo lugar, están los sentimientos, que nos
Pero también necesitamos sentirnos eficaces, informan de cómo van nuestros deseos en su cho-
útiles, necesarios, explorar, crear. La felicidad que con la realidad.
se alcanza cuando se consigue armonizar esas
motivaciones tan contradictorias. Digo que son Un deseo, por ejemplo el sexual, puede ir acompa-
contradictorias porque para crear algo hace falta ñado de angustia, inquietud, satisfacción, seguri-
prescindir de alguna comodidad. El hedonismo dad, inseguridad, miedo, furia, calma, etc.
puro satisface por completo el deseo de bienes-
tar, pero anula el deseo de grandeza, y eso pro- En tercer lugar están los “apegos”. Son relaciones
voca siempre un deterioro de la naturaleza afectivas muy estables, hábitos del corazón, que
humana. De hecho, una pareja se mantiene ligan a una persona con otra, o con una sustancia,
unida cuando los dos componentes son capaces o con una situación, o con un acto. Las adicciones
de satisfacerse mutuamente ambas necesida- -incluida la adicción sexual- hay que incluirlas en
des. Una vida cómoda pero decadente acaba este apartado.
provocando un sentimiento de decepción.
¿En qué puede consistir esta educación afectiva? En
LA EDUCACIÓN ÉTICA Y LA SEXUALIDAD educar los deseos, los sentimientos y los apegos.
Platón, hace muchos siglos, decía que el fin de la
La educación ética, por lo tanto, pretende poner- educación era enseñar a desear lo deseable. Tenía
nos en buenas condiciones para cumplir las dos razón, pero es un asunto extremadamente difícil.
funciones mencionadas: ser felices y llevar una
convivencia digna. Mi propuesta es que tiene Hay deseos que se pueden educar y otros que no.
que estructurarse en tres niveles: Por ejemplo, la orientación sexual es una tenden-

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cia extraordinariamente fija. Los intentos de “ree- malos. Unos nos ayudan a vivir y otros resultan un
ducación” a que fueron sometidos los homosexua- serio obstáculo. La timidez, la cobardía, la agresi-
les acabaron en un estrepitoso fracaso. Sin embar- vidad, el pesimismo, la envidia, la culpabilización
go, hay una zona de flexibilidad donde las influen- excesiva, son malos estilos afectivos.
cias externas determinan los deseos. Me atrevería
a decir que hay “deseos culturales”. Muchas veces En “El laberinto sentimental”(1998) he estudiado
el deseo sexual está potenciado porque la cultura este asunto con detenimiento. Los estilos afectivos
impone un modelo que indica que hay que sentir son el resultado de cuatro componentes, cada uno
ese deseo si se quiere estar integrado en el mode- de los cuales puede ser reeducado hasta cierto
lo. Los roles masculinos y femeninos, con su punto. Estos ingredientes son:
cohorte sentimental, son patrones sociales. Por
eso, en los momentos de transición como el 1.- La situación real -física y social- de la persona.
actual, cuando están cambiando estos roles, Una alteración de los neurotransmisores puede
mucha gente no sabe lo que debe desear ni lo que provocar un estilo deprimido. Una situación familiar
debe sentir. Margaret Mead contaba que durante violenta puede favorecer un estilo acobardado. En
su convivencia con una tribu de la Melanesia, una este caso la solución es cambiar la situación real,
de las muchachas del poblado fue raptada por con una acción farmacológica, o con un cambio en
miembros de una tribu vecina. Mead preguntó a la circunstancia social. Sin embargo, a veces no es
los hermanos de la chica lo que sentían, y la res- posible ni una cosa ni otra.
pondieron: “Todavía el jefe no nos ha dicho lo que
debemos sentir”. Sin llegar a esos extremos, algo 2.- El sistema de deseos, expectativas y
parecido nos sucede a todos. proyectos. Como dije antes, es el nivel afectivo
más estable, pero aún así se puede influir en ellos,
La educación de los sentimientos es más fácil. Los como las técnicas de publicidad demuestran. A
sentimientos, como he dicho, nos informan de veces se trata de activar pro-pensiones presentes,
cómo nos van las cosas. Por eso son útiles. pero bloqueadas. La falta de deseo sexual, por
Muchos psicoterapeutas han pensado que había ejemplo, puede estar provocada por falsas creen-
que eliminar los sentimientos negativos -la culpa o cias, miedos confesados o no confesados, o por
la vergüenza, por ejemplo- sin darse cuenta de muchas cosas más. Se ha estudiado mucho la
que ellos nos advierten de que estamos transgre- falta de motivación de algunos niños, su desgana
diendo normas morales o sociales. o desánimo. Un niño es siempre activo y, por lo
tanto, hay que buscar en los casos de pasividad
Para un terapeuta es posible que “no tener ver- las causas que la están provocando.
güenza” sea un síntoma de salud psicológica, pero
para la sociedad enfrentarse con un sinvergüenza 3.- El sistema de creencias acerca de cómo es el
siempre es un problema. Otra cosa es que la infor- mundo y de lo que podemos esperar de él. Este
mación que nos proporcionan los sentimientos sea ingrediente es aprendido y, por lo tanto, educable.
correcta. Todos vamos configurando un “estilo Todos tenemos creencias básicas acerca de la
afectivo”, que nos hace reaccionar de acuerdo con realidad que, en muchos casos, de puro sabidas
una pauta sentimental, con mas frecuencia de la nos resultan imperceptibles. Aaron Beck ha puesto
debida. Una persona “pesimista” tiende a conside- a punto la llamada “terapia racional-emotiva” que
rar con demasiada facilidad que no hay salida. se funda en el cambio de esas creencias no cons-
Una persona agresiva tiende a considerar cual- cientes. Le extrañó que acudieran a su consulta
quier cosa como una ofensa. Una persona optimis- muchas mujeres que habían sufrido un fracaso
ta tiende a ver sólo el aspecto positivo sin reparar familiar, en el que habían sido víctimas, y que
en las dificultades. Hay estilos afectivos buenos y habían desarrollado una depresión acompañada

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de profundos sentimientos de culpabilidad. ¿Por educación en este punto debe consistir en explicar
qué se sentían culpables si eran víctimas?, se pre- que una cosa es la atracción física, otra el amor,
guntó Beck. Averiguó que la causa de esta reac- y otra muy distinta la convivencia. Y que ni la
ción era una creencia básica que tenían todas atracción es síntoma inequívoco de amor, ni el
esas mujeres. Pensaban que “si quieres te que- amor es signo inequívoco de que se sea capaz
rrán”, o “si eres lista, buena, cariñosa, atractiva, te de convivir. La convivencia sexual es un arte de
querrán”. Como la respuesta que recibían era: gran complejidad, para el que hay que estar pre-
“pues no te quieren”, sin darse cuenta sacaban la parado.
conclusión lógicamente correcta, aunque psicológi-
camente falsa: Una segunda creencia: lo que se hace por amor
nunca debe costar esfuerzo. Si cuesta esfuerzo,
Pues no has querido lo suficiente, o no has sido no es sincero. Una tercera creencia: la importancia
bastante buena, lista, etcétera, luego eres culpa- del sexo en la vida humana. Muchos programas de
ble. La terapia funciona porque si se cambian las televisión dan una imagen obsesiva de la sexuali-
creencias básicas se cambia el estilo de respuesta dad. Parece como si todos los españoles fueran
sentimental. unos salidos que sólo piensan desde la mañana a
la noche en como echar un polvo. Esto es absolu-
Las personas que trabajan con toxicómanos tamente irreal en los adultos y también en los ado-
saben hasta qué punto algunas creencias bási- lescentes.
cas favorecen la tendencia al consumo de dro-
gas. La creencia en que el futuro no se puede 4.- La idea que tenemos de nosotros mismos y de
cambiar, la creencia en que la libertad es lo más nuestra capacidad para resolver los problemas. Un
importante (lo que les lleva a transgredir para caso claro son las impotencias. Salvo en los casos
ejercitarla), la creencia en que los demás son de impotencia fisiológica, se trata de impotencias
afectados por la droga pero que ellos la contro- provocadas por una creencia sobre la propia capa-
lan, la creencia en que hay un atajo para conse- cidad.
guir las cosas, forman parte de este arsenal de
creencias patógenas. De la exposición se desprende que podemos
actuar en cada uno de los cuatro ingredientes que
Una parte importante de la educación sexual a causan nuestro estilo afectivo, por lo que no esta-
este nivel consiste en descubrir cuáles son las mos tan inermes como nos parece.
creencias básicas sobre la sexualidad que un
adolescente está configurando: acerca de su Ya he estudiado dos de los tres tipos de experien-
imagen sexual, acerca de las posibilidades de cia afectiva –los deseos y los sentimientos-, pero
una relación, acerca de los modelos de masculi- queda una tercera: los apegos. En las relaciones
nidad y feminidad, acerca de lo decente y lo de pareja resulta extremadamente dañino confun-
indecente. Muchos de nuestros jóvenes han dir el amor con un determinado tipo de apego. Una
oído sólo historias de fracasos, son hijos de la expresión tan aparentemente amorosa como “no
generación que ha exteriorizado esos fracasos, puedo vivir sin ti”, puede no tener nada que ver
y cunde la idea de que sería estupendo que las con el amor. Puede hacer referencia a cualquier
relaciones fueran eternas y perfectas, pero que tipo de dependencia de la otra persona, tal vez
eso es imposible. Convendría darles a conocer destructiva.
algunas historias de éxito, que también las hay.
Pero estaba exponiendo los tres niveles de la edu-
Algunas creencias son extremadamente peligro- cación en valores -sentimental, volitivo, ético-, y
sas. Por ejemplo, creer que con el amor basta. La ahora debemos pasar a otro nivel.

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Segundo nivel: la formación de los siste- Tercera destreza: decidir. Hay personas que con-
mas psicológicos de comportamiento trolan con facilidad sus impulsos, deliberan perfec-
autónomo. tamente, pero son incapaces de tomar una deci-
sión, son irresolutos, indecisos. Antonio Damasio,
Desde principios del siglo pasado, la noción de un gran experto en fisiología del lóbulo frontal, ha
voluntad desapareció de los libros de psicología. estudiado la incapacidad que tienen algunos afec-
Ahora nos vemos en la obligación de recuperarla. tados por tumores en esa zona para tomar decisio-
Había sido sustituida por el concepto de “motiva- nes. Su capacidad deliberativa sigue intacta, pero
ción, que pertenece a otro ámbito conceptual, fun- nunca la dan por finalizada. Lo atribuye a una pér-
damentalmente determinista. La motivación no dida de conexión entre el lóbulo frontal y los cen-
acaba de entender el comportamiento libre. Sin tros emocionales. La deliberación sin impulso emo-
embargo, la recuperación del concepto “voluntad” cional es incapaz de actuar. Hay estilos afectivos
supone reformularlo por completo. La “antigua que son un gran obstáculo para la toma de deci-
voluntad” era una facultad innata. La “nueva volun- siones –por ejemplo, la inseguridad, el miedo a la
tad” no es ni una, ni innata. Son, al menos, cuatro novedad, el miedo a secas, la pasividad -, por lo
tipos de destrezas que se aprenden, y no son que en este caso, la educación de la voluntad se
innatas, sino que se van adquiriendo a lo largo de convierte en educación de los sistemas afectivos,
los primeros años de vida, según una cierta de los cuales hablé antes.
secuencia, y de mejor o peor manera. Esto supone
que en cada momento conviene que la educación Cuarta destreza: la capacidad de soportar el
fomente esta capacidad para actuar autónoma- esfuerzo. Una vez que se ha tomado una decisión,
mente. hay que realizarla. Y eso supone una molestia que
hay que aguantar. Un caso ejemplar son las dietas
Primera destreza: la capacidad de bloquear el de adelgazamiento. Puedo bloquear el impulso
impulso. El niño o el adulto impulsivo no es capaz para comer, he deliberado y llegado a la conclu-
de hacerlo. Ahora sabemos que esta capacidad sión de que tengo que adelgazar, he tomado la
tiene algo que ver con el lenguaje interno. Entre decisión de hacerlo, e iniciado el plan, pero cada
el deseo y el acto debe haber una mediación lin- día tengo que retomar la tarea y aguantar la
güística que impide que se pase automáticamen- molestia. ¿Se puede educar realmente esta des-
te de uno a otro. La técnica de Meichembaum treza? Sí porque el nivel de molestia soportable es
para reforzar el lenguaje interior, como modo de una variante social.
reducir la impulsividad de un niño, se basa en
este hecho. Cada sociedad determina en cada momento cual
es ese nivel. Como saben muy bien los psicólogos
Segunda destreza: la deliberación. ¿Y para qué clínicos y los psiquiatras, hemos bajado notable-
queremos bloquear el impulso, si puede ser ade- mente ese umbral, por el que cada vez más cosas
cuado seguirlo? Pues precisamente para deliberar nos resultan insoportables. Estamos adquiriendo
si es adecuado o no. La deliberación es la destre- muchas impotencias aprendidas, lo que nos pone
za voluntaria más cognitiva. en una situación de extrema vulnerabilidad.

Muchas veces una persona es violenta porque no Tercer nivel: la educación ética.
se le ocurre otra solución
para enfrentarse con un problema. Las técnicas Lo dicho hasta aquí se ha referido sobre todo al
educativas incluyen talleres aspecto privado de la felicidad. La finalidad de la
para aprender a buscar soluciones diferentes a un educación afectiva y volitiva es poner a una perso-
problema. na en las mejores condiciones posibles para poder

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ser feliz. Pero la felicidad es un proyecto privado La elaboración racional de las soluciones éticas
que sólo puede realizarse integrándolo en un pro- me permiten precisar más las indicaciones educati-
yecto común. Siempre necesitamos la colabora- vas que di antes. La buena educación afectiva
ción de los demás. Estamos intentando salir de la será aquella que pone en buenas condiciones para
selva, donde impera la ley de la fuerza, y el pez ser feliz, lo que implica para poder colaborar a una
grande se come al chico, porque queremos vivir en vida digna. Por eso, en la primera infancia los esti-
una órbita diferente, donde se respeten los dere- los afectivos que conviene fomentar son los
chos de todos. Es lo que llamo la órbita de la dig- siguientes:
nidad. Esto tiene gran importancia para el tema
que nos ocupa, porque aplicado a la sexualidad 1.- Sentimiento de seguridad.- Los padres son los
significa pasar de una sexualidad de animales lis- encargados de inducir un sentimiento de seguridad
tos a una sexualidad de animales dignos. en el niño, de que está en un mundo acogedor,
pautado, previsible.
El sistema de la dignidad impone deberes hacia
los demás y hacia uno mismo. No es justo que los 2.- Compasión.- La compasión, que consiste en
demás me traten indignamente y tampoco es justo sentirse afectado por el dolor de otros, surge
que yo me trate indignamente. espontáneamente a los dos años. Necesitamos
fomentarla porque es la gran reguladora emocional
Para explicar lo que quiero decir no pondré un de nuestro comportamiento con los otros. Debe
ejemplo de la vida sexual sino de la toxicomanía. ser, sin embargo, una compasión inteligente. La
La adicción a las drogas no es sólo fisiológicamen- compasión no es sensiblería, y es fundamental-
te mala, es también éticamente mala. Si yo anula- mente activa. Incita a conductas de ayuda.
ra la libertad de otra persona ¿estaría obrando
bien o mal? Sin duda mal, porque estoy atentando 3.- Indignación.- La indignación es el sentimiento
contra su dignidad. Y si yo anulo mi libertad ¿estoy de furia que se siente ante una injusticia. También
obrando bien o mal? Mal, por la misma razón. Hay la siente el niño, y también debe ser educada.
dos preceptos éticos universales:
(1) No hagas a otro lo que no quisieras que te 4.- Respeto.- Es el sentimiento adecuado ante
hicieran a ti. todo lo valioso. Implica protección, y cuidado, es
(2) No te hagas a ti lo que te parecería mal hacer decir una conducta de atención. Huelga decir la
a otro. importancia que este sentimiento tiene en las rela-
ciones de pareja.
La educación ética intenta explicar racionalmente
por qué necesitamos afirmar la dignidad de todas 5.- Sentimiento de la propia eficacia. Como ha
las personas, qué significa eso, qué supone para indicado Bandura, es un sentimiento más profundo
nuestra vida que nos consideren dignos, a qué nos y verdadero que el de autoestima. También puede
obliga respecto de los demás, qué ocurre cuando favorecerse mediante un adecuado sistema de
se deja de reconocer la dignidad de una persona o metas, que permita al niño sentir que es capaz de
de un colectivo. Nuestra cultura fomenta un cierto hacer cosas. A partir de los dos años el niño nece-
escepticismo ético, cunde la idea de que no se sita sentirse autónomo. Es el momento para refor-
pueden hacer afirmaciones universalmente válidas zar esta actitud.
sobre el particular, que todo es relativo. Esto es
radicalmente falso, aunque no puedo justificarlo 6.- Capacidad de aguante. Los psicólogos infantiles
aquí. Lo he hecho en “Ética para náufragos” señalan que a partir de los 2/3 años lo más impor-
(1996) y en “La lucha por la dignidad” y a ellos me tante que va enseñando la madre a su hijo es a
remito. soportar niveles de tensión cada vez más altos.

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La sexualidad y la ética

Como conclusión, voy a dar los principios elemen- efectos que producen en la estructura personal.
tales de una ética de la sexualidad. Expuestos con Por ejemplo, una obsesión por el sexo que impida
esta brevedad quedan sin duda poco justificados. otro tipo de intereses o consideraciones.
Una vez más he de remitir al lugar donde he trata-
do el tema con más detenimiento. En este caso en 5.- Son buenos todos los actos o relaciones sexua-
“El rompecabezas de la sexualidad”. les que favorezcan el bienestar, la ampliación de
posibilidades afectivas, comunicativas, creadoras,
1.- EL sexo puede incluirse en distintos proyectos de una persona, y que con ello colaboren en el
humanos: individualista, hedónico, afectivo, fami- Gran Proyecto Ético de la Humanidad.
liar, etc. Un proyecto exclusivamente hedónico no
es compatible con el Gran Proyecto Ético, porque 6.- Son indiferentes -no malos, pero tampoco bue-
éste es un sistema de reciprocidades. Al profundi- nos- todos aquellos actos o relaciones que no
zar en la idea de placer vemos que es un motor sean buenos ni malos.
indispensable para la vida feliz (“No se puede vivir
sin ningún placer”), pero que no tiene dentro de sí 7.- Como principio ético fundamental podemos
sistemas de control. Se puede disfrutar vivamente decir que es mejor realizar lo bueno que lo indife-
con el dolor ajeno. Dejado a su mero arbitrio no rente, y que es mejor realizar lo indiferente que lo
encaja bien en el Gran Proyecto Ético, del que, sin malo.
embargo, puede recibir encuadre y ayuda.
BIBLIOGRAFÍA REVISADA

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3.- Una relación abierta a la procreación sexual es Marina, J.A. (1996) “Ética para naúfragos” Barcelona. Anagrama

mala, por muy legitimada que esté por el matrimo- Marina, J.A. (1998) “Laberinto sentimental” Barcelona. Anagrama

nio, el mutuo consentimiento, o el más profundo Marina, J.A. (1998) “El misterio de la voluntad perdida” Barcelona.

amor, si no incluye un compromiso de atención y Anagrama

cuidado hacia la posible nueva criatura. Master and Johnson (1987) “La sexualidad humana” Barcelona.

Grijalbo

4.- Desde el punto de vista privado, son malos los Mead, M. (1994) “Adolescencia, sexo y cultura en Samoa”

actos que degraden la libertad de una persona, Barcelona. Planeta Agostini

favoreciendo cualquier tipo de adicción o depen- Mead, M. (1994)”Sexo y temperamento”. Barcelona. Altaya

dencia. No es que sean malos en sí, sino por los Moore Gareth (2001) “Body in context” Nueva York. Continuun

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Estudios de Juventud nº 63/03

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