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Ventaja absoluta

Para fundamentar el concepto de la ventaja absoluta que nace del pensamiento de


Adam Smith, es necesario considerar que la generación de la riqueza de un país,
no procede ni contribuye directamente del intercambio de mercancías entre países
ni de la tenencia de metales preciosos como el oro y la plata en referencia a la
óptica de la corriente mercantilista cuya balanza comercial debía ser siempre
superavitaria como lo expone Martín Carlos Ramales Osorio1

De lo anterior se puede interpretar que la generación de la riqueza para Adam


Smith no son los flujos comerciales de metales ni el que una nación acumule tanto
como pueda para demostrar su superioridad a otras sino que es el factor trabajo lo
que lo vuelve esencial para poder producir y posteriormente consumir los
productos que los habitantes de una nación necesitan no limitándose a explotar
ciertos sectores de una economía sino a extender y a diversificar las actividades
productivas de una nación lo que lleva al fortalecimiento del mercado interno para
favorecer el intercambio de bienes y servicios tanto al interior como posteriormente
al exterior por lo que Adam Smith es conocido por abogar por el libre comercio que
beneficie a las naciones de la libre exportación e importación de mercancías
obtenidas del trabajo productivo y no sólo al acumular metales que permanezcan
ociosos, por ello el principio de la división del trabajo constituye un pilar para lograr
una mayor eficiencia en el empleo de los recursos logrado a partir de la
especialización y es por ello que:

“El mayor progreso de la capacidad productiva del trabajo, y la mayor parte de la


habilidad, destreza y juicio con que ha sido dirigido o aplicado, parecen haber sido
los efectos de la división del trabajo”.

1
Ramales Osorio, M. C. (s.f.). Economía internacional. Apuntes introductorios.
“Esta división del trabajo, de la que se derivan tantos beneficios, no es el efecto de
ninguna sabiduría humana, que prevea y procure la riqueza general que dicha
división ocasiona. Es la consecuencia necesaria, aunque muy lenta y gradual, de
una cierta propensión de la naturaleza humana, que no consigue tan vastos
beneficios; es la propensión a trocar, permutar y cambiar una cosa por otra”2.

Una posible interpretación de lo anterior es que es la propia naturaleza humana la


que tiende a buscar la forma de obtener algo que anhela a cambio de otorgar lo
que otro individuo busca por lo que la división del trabajo puede hacer más
eficientes los procesos productivos si existe una forma de organización para
alcanzar determinadas metas en menor tiempo con el objetivo de satisfacer las
necesidades de la población sin dejar de lado las habilidades que los trabajadores
posean para ahorrar más tiempo en la producción de un bien.

Una vez logrado lo anterior entonces ahora sí un país estará en condiciones de


poder especializarse en producción de bienes que no solo cumplan con abastecer
su propia población sino exportarlos libremente en un contexto de comercio
internacional con otros países que encuentren útiles esos productos obteniendo
ventajas en el trayecto.

Esas ventajas dentro del estudio del comercio internacional de Adam Smith, se
pueden definir como las ventajas que a ejemplo de mencionar un país A tiene al
producir un determinado bien respecto a un país B y la cual en términos de costos
se busca que los factores de la producción (tierra, trabajo, capital y tecnología) con
los que cuenta un país se apliquen eficientemente respecto a otros disminuyendo
costos y por lo tanto obtener una ventaja absoluta, para lograrlo las naciones
tienden a participar en una economía abierta en la que pueden intercambiar
productos entre sí importando aquellos en los que no sean especialistas o que
tengan una desventaja, es decir que otros sean mejores produciendo un bien
distinto con el objetivo de equilibrar y favorecer el libre flujo de mercancías y dar
forma al comercio internacional para el beneficio de los participantes.

2
Smith, A. (1776). La riqueza de las naciones. Epublibre.
Lo anterior conlleva a la especialización que según Adam Smith los países
deberían concentrar sus esfuerzos en aquellas actividades en las que se
desarrollen mejor y no caer en gastos que supongan pérdidas en la práctica de
otras actividades en las no sean muy productivos ni eficientes.

Un caso hipotético que se puede dar es cuando en una economía la cual produce
sólo dos bienes (X e Y) y suponiendo que los participantes sólo son dos países (A
y B), encontramos que el país A necesita tres horas de trabajo para producir el
bien X, mientras que el país B sólo requiere dos horas de trabajo lo que indica que
el país B tiene ventaja absoluta en la producción del bien X.

De la misma forma el país B emplea cinco horas de trabajo para obtener el bien Y
frente a cuatro horas de trabajo del país A para conseguir ese mismo bien con lo
que se concluye que el país A tiene ventaja absoluta sobre ese producto respecto
al país B.

De acuerdo a lo anterior, las naciones deberían exportar aquellos bienes en los


cuales tengan un menor costo e importar aquellos que les resulte más difícil
producir por sí mismos y de esa forma el comercio tiene un mayor soporte en la
visión de Adam Smith.
Ventaja comparativa

La teoría de la ventaja comparativa se le atribuye a David Ricardo como una


extensión a la idea original de Adam Smith en el sentido de que si un país tiene
una ventaja absoluta en dos o en múltiples bienes entonces no podría comerciar
con otros países que son menos eficientes o que tienen desventajas absolutas en
el empleo de sus factores productivos por lo que no existiría un efecto positivo
entre países para poder efectuar relaciones comerciales presentándose un fallo en
la teoría de Adam Smith.

“El comercio exterior no produce nunca como efecto inmediato un aumento en la


totalidad de los valores de un país, aunque puede contribuir muy poderosamente a
aumentar la masa de bienes, y por ende, la suma de satisfacciones. Como el valor
de todas las mercancías importadas se mide por la cantidad de producto de la
tierra y del trabajo del país que se da a cambio de ellas, no obtendríamos un valor
mayor, aunque, por el descubrimiento de nuevos mercados, consiguiésemos doble
cantidad de mercancías extranjeras por una cantidad determinada de las
nuestras”3.

Para David Ricardo los países que no tienen ventajas absolutas pueden obtener
otro tipo de ventaja que es la que en realidad motiva el comercio internacional al
emplear los factores de la producción a actividades de especialización en los
bienes en los que no son expertos asumiendo que el costo de producir es relativo
o comparativo en relación a bienes absolutos o dicho en otras palabras, el costo
de oportunidad para esos países es menor. En ese sentido estas naciones pueden
reportar un beneficio que aunque es pequeño no se restringen al libre flujo de
mercancías para incrementar el volumen de producción y exportarlas participando
de manera más activa en la actividad comercial.

3
Ricardo, D. (1817). Principios de economía política y tributación. Londres: Ediciones Pirámide.
Para explicar lo anterior se hace referencia al caso clásico de dos países que
producen paños y vinos donde los actores son Inglaterra y Portugal, Inglaterra
necesita 100 horas de trabajo para adquirir una pieza de paño y 120 horas para
producir una botella de vino, Portugal por su parte le cuesta 90 y 80 de horas de
trabajo respectivamente para la producción de los mismos bienes.

Productos Inglaterra Portugal


Paños 100 90
Vino 120 80
Elaboración propia con datos obtenidos de Principios de economía política y
tributación capítulo VII, pág. 116.

En esta situación Portugal posee una especialización y una ventaja absoluta en


ambos bienes por lo que el empleo de sus factores productivos o bien su costo de
oportunidad es más bajo que el de Inglaterra.

No obstante dentro de la teoría de Ricardo existe algo llamado relaciones de


intercambio las cuales expresan los precios relativos de importación y exportación
de mercancías a los cuales las naciones deberían comerciar para que el comercio
sea eficiente.

Dichas relaciones de intercambio en este caso son realizadas al comparar los


costos de producción de ambos bienes en los dos países para poder determinar
en cuales artículos se obtienen ventajas comparativas o bien a qué porcentaje se
intercambiarán los productos de precios relativos por otros para de esta forma
especializarse en los productos de menor costo y beneficiarse obteniendo rentas
en el entorno del intercambio internacional.

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