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CANCER DE LOS HUESOS (OSTEOPOROSIS)

Este cáncer comienza en los huesos. El cáncer se origina cuando las células en el cuerpo
comienzan a crecer en forma descontrolada. Las células en casi cualquier parte del cuerpo pueden
convertirse en cáncer y pueden extenderse a otras áreas del cuerpo.
Existen tres tipos de cáncer óseo:
Osteosarcoma: generalmente, se desarrolla entre los 10 y 19 años de edad y ocurre más
comúnmente en la rodilla o en la parte superior del brazo
Condrosarcoma: comienza en el cartílago, por lo general después de los 50 años de edad
Sarcoma de Ewing: ocurre más frecuentemente en niños y adolescentes varones menores de 19
años.

Existen varios tipos de cáncer óseo. Sin embargo, el cáncer óseo primario, que resulta cuando un
tumor crece dentro de un hueso; y el cáncer óseo secundario, que es causado cuando las células
cancerosas se propagan desde otra parte del cuerpo hasta los huesos adyacentes; son los más
frecuentes.
Dolor en los Huesos
El dolor crónico es común para aquellos con cáncer de huesos. Un dolor continuo puede resultar
en un tumor cancerígeno ya sea emanando desde el interior del hueso o ligamento afectado, o
desde el tumor que presiona sobre un órgano o nervio cercano, o dolor como resultado del
tratamiento del cáncer.
Por ejemplo, radiación o quimioterapia
Inflamación
El cáncer óseo primario se da cuando un tumor (tejido anormal) echa raíces dentro de un hueso.
El tumor que crece tiene efectos inflamatorios, a menudo causando hinchazón y sensibilidad en y
cerca de la zona afectada, donde el cáncer está presente.
Fracturas de Hueso
Los huesos en los cuales el cáncer ya se ha arraigado, pueden a menudo debilitarse a medida que
el cáncer crece. Este deterioro óseo puede provocar una fractura con muy poco trauma o presión.
Por ejemplo, sólo con ponerse de pié o poner presión sobre un hueso afectado puede causar que
éste se rompa. Debido a que los tumores pueden propagarse localmente, los huesos cercanos
pueden debilitarse y ser propensos a fracturas también.
Pérdida de Peso Repentina
La pérdida de peso involuntaria e inexplicable, que no es resultado del estrés, de cambios en la
dieta ni de ejercicio, puede ser una señal temprana de cáncer. También puede notar la pérdida de
peso en combinación con pérdida del apetito y estreñimiento (o la incapacidad para eliminar los
desechos del cuerpo).
Fatiga
La fatiga o agotamiento físico, mental y emocional sin razón aparente puede ser indicativo de un
problema subyacente, como el cáncer. Las personas con cáncer tienen un cansancio permanente y
duradero que no mejora con el descanso. Si constantemente se siente agotado, sin ninguna
explicación, es momento de hablar con su médico.
Anemia
La anemia a menudo indica una afección de salud subyacente, como el cáncer de huesos. Puede
ocurrir cuando el cuerpo produce demasiados glóbulos blancos para luchar contra la enfermedad
(por ejemplo, cáncer), resultando en la producción reducida de glóbulos rojos sanos.
Pérdida del Apetito
A medida que un tumor canceroso crece y se extiende, el cuerpo se agotará, dando como
resultado una disminución de energía, actividad y apetito. Muchos pacientes con cáncer pierden el
deseo de comer porque la comida ya no huele tan bien ni es tan apetitosa como antes. Esto ocurre
cuando las células cancerosas en su cuerpo absorben los nutrientes de los alimentos y dejan poco
para energizar las células sanas.
Dificultad para Dormir
Un síntoma muy revelador del cáncer de huesos es el dolor óseo. Esto causará a menudo dificultad
para dormir, si el paciente se siente extremadamente incómodo y propenso al dolor por la noche.
El dolor nocturno a menudo se ve agravado debido a un cáncer masivo o a la hinchazón que
presiona incómodamente las articulaciones y los órganos circundantes.
Infecciones Frecuentes
A menudo el cáncer causa que el cuerpo aumente la producción de glóbulos blancos para luchar
contra el mismo. De esta manera, el cuerpo será propenso a la fiebre, la rigidez muscular y a los
síntomas generales de gripe, ya que pueden dejarlo susceptible a infecciones y otras
enfermedades debido a la baja inmunidad.
Tratamientos para el Cáncer de Huesos
Los tratamientos prescritos para el cáncer de huesos siempre se basan en el tamaño y ubicación
de su cáncer. Los tratamientos también dependerán de si el cáncer se ha propagado desde el
hueso afectado a algún tejido circundante. Los tratamientos más comunes para el cáncer de hueso
incluyen una combinación de cirugía para extirpar el cáncer, quimioterapia para prevenir y destruir
las células cancerosas y evitar que se propaguen y vuelvan a crecer, y la terapia de radiación
administrada localmente utilizando rayos de alta energía en el área específica para eliminar las
células cancerosas y evitar que éstas crezcan y se multipliquen.

Factores de Riesgo para el cáncer de hueso


La causa exacta de los cánceres de hueso que originan del hueso (cánceres de hueso Primarios) no
se sabe. Se especula que algunos factores de riesgo pueden aumentar la ocasión de conseguir
cánceres de hueso. Debe ser recordado que los cánceres de hueso primarios son muy raros.
Estos factores de riesgo incluyen:
Edad - El riesgo de osteosarcoma es el más alto durante los arranques adolescentes del
incremento
Altura - Puede haber conexión entre los niños altos y el osteosarcoma.
Sexo - el Osteosarcoma es más común en varones que en hembras.
Pertenencia Étnica - el Osteosarcoma es ligeramente más común en Afroamericanos que en
blancos.
Los que se han expuesto a la radiación o a la radioterapia previamente están en un riesgo más alto
de los cánceres de hueso.

Esperanza de vida del cáncer de hueso


El pronóstico para el cáncer de huesos depende del tipo de cáncer y el grado en que se ha
propagado. La tasa de supervivencia global a 5 años para todos los cánceres óseos en adultos y
niños es de aproximadamente un 70%. Los condrosarcomas de los adultos tienen una tasa de
supervivencia global a 5 años de aproximadamente un 80%.

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