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A menudo, la edad entre los 11 y los 14 años se llama adolescencia temprana. Estos años son un
momento emocionante de muchos cambios diversos y rápidos. Su hijo crece y se fortalece y
también empieza a sentir y pensar de maneras más maduras. Es posible que se sienta asombrado
al ver a su hijo comenzar a convertirse en adulto. Pero este puede ser un momento confuso tanto
para los niños como para los padres. Ambos deben acostumbrarse a la nueva persona en la que el
niño se está convirtiendo.
Desarrollo sensorial y motor. Los niños de esta edad podrían ser un poco torpes o toscos.
El cerebro necesita tiempo para adaptarse a las extremidades más largas y el cuerpo más
grande. Hacer ejercicio moderado y regular puede mejorar la coordinación y ayudar a su
hijo a construir hábitos saludables.
Las visitas médicas anuales son importantes para detectar problemas y para asegurarse de que su
hijo adolescente esté creciendo y desarrollándose como se espera. Durante estas visitas, el médico
realizará un examen físico y le dará a su hijo cualquier vacuna necesaria. El médico también hará
preguntas acerca de los amigos, la escuela y las actividades de su hijo para ver cómo le está yendo.
Es buena idea dejar que un adolescente pase un poco de tiempo solo con el médico. Esto da a su
hijo la posibilidad de hacer preguntas que podría resultarle incómodo preguntarle a usted.
Los adolescentes también deben realizarse chequeos dentales anuales para asegurarse de que los
dientes están fuertes y saludables.
Los adolescentes deben hacerse un examen de la vista con una frecuencia de 1 a 2 años.
Llame a su médico cada vez que tenga una inquietud relacionada con la salud física o emocional de
su hijo, como:
Problemas relacionados con la imagen del cuerpo, como una niña que cree tener
sobrepeso cuando en realidad es muy delgada. Esto puede ser una señal de un trastorno
de la alimentación.
Una llamada o una visita al médico de su hijo pueden ayudarle a usted a mantener una perspectiva
saludable y a saber cómo reconocer un verdadero problema. Esto podría ayudar a aliviar la tensión
entre usted y su hijo.
Ser el padre de un adolescente puede ser un desafío. Incluso si a veces su hijo le hace a un lado,
usted igualmente desempeña un papel muy importante en la vida de su hijo. Intente mantener
una actitud positiva y mantener abiertas las vías de comunicación. Si bien es bueno dejar que su
hijo tome decisiones, tenga en cuenta que los adolescentes necesitan y quieren límites que sean
justos y firmes.
Ayude a su hijo a establecer hábitos alimentarios saludables y una imagen del cuerpo
saludable. Sirva comidas equilibradas y tenga muchas frutas, verduras y otros alimentos
saludables en el hogar. Sea un modelo de buena alimentación y buenos hábitos de
ejercicio para su hijo.
Ayude a su hijo adolescente a que descanse lo suficiente. Fije límites en el uso del
teléfono, la computadora y la televisión después de determinada hora de la noche.
Aliente una mentalidad madura. Haga participar a su hijo en la fijación de las reglas del
hogar. Hablen juntos acerca de cuestiones actuales. Proponga distintas maneras de
resolver los problemas y hable acerca de sus posibles resultados.
Hable de sexo y otras cuestiones de adultos de manera abierta y natural. Hable de estos
temas en forma habitual. Es mejor comenzar esta discusión antes de la pubertad, de modo
que el niño sepa qué esperar. Si no se siente capaz de hacerlo, pida ayuda a su médico, un
amigo o un familiar de confianza o un consejero. No deje que su hijo se confíe en la
información de la televisión o de otros niños.
A lo largo de estos años, es importante hacerles saber a los adolescentes que los aman y los
aceptan pase lo que pase, incluso si a veces usted no está de acuerdo con lo que hacen o cómo
actúan.