Está en la página 1de 1

Templanza, también en el Administrador de Fincas

La templanza es una de la cualidades que más valoro en las personas


en su relaciones sociales. Llega a ser determinante para conformar grupos
de trabajo y hasta en las relaciones paterno filiales y maritales se hace
imprescindible.
Partiendo de las acepciones del Diccionario de la Real Academia
Española de la Lengua, nos detenemos en la primera acepción cuando
explicita “Moderación, sobriedad y continencia”, y también en la Cuarta
cuando contextualiza su origen histórico: “En el cristianismo, una de
las cuatro virtudes cardinales, que consiste en moderar los
apetitos y el uso excesivo de los sentidos, sujetándolos a la
razón”.
Y viene a colación la anterior aseveración, para visualizar que el
Administrador de Fincas debe desarrollar dicha virtud, incluso debe
tenerla siempre presente, para poderla activar en su trabajo diario, día
sí y día también.
Importancia de que el Administrador de Fincas tenga templanza y
procure no precipitar las decisiones de la Comunidad de Propietarios puede
favorecer la profesionalidad de labor, y procurar que la Comunidad de
Propietarios no corra riesgos y gastos innecesarios.
El Administrador de Fincas necesita la templanza para que las prisas
y los intereses espurios no impidan la práctica de la necesaria e
imprescindible TRANSPARENCIA y no caer en el abuso de derecho, que se
delata en las prisas y hasta oscurantismo de las empresas de ascensores
y de algunos miembros de la propia Comunidad de Propietarios. Con ello
evitaran que no se incurran en revocaciones de acuerdos comunitarios y
hasta de las sentencias que procuraron atender la razón y el sentido común
al validar la ampliación del ascensor hasta la cota 0. Sirva como ejemplo
práctico y real el contemplado en la STS, Sala de lo Civil nº 216/2019 de
fecha 05/04/2019. Ponente: Excmo. Sr. D. Francisco Javier Arroyo Fiestas:
“CUARTO.- Nulidad del acuerdo. Abuso de derecho.
En el recurso de casación y ya en la demanda se alegaba por los
dueños de los locales, que se había aprobado la bajada del ascensor a
cota 0, sin proyecto alguno que definiese la obra a realizar, lo que
constituía un manifiesto abuso de derecho (artículo 18.1 c) de la LPH),
en cuanto que como anunciaba la comunidad, pretendía ocupar parte del
local de uno de los demandantes.
La ausencia del referido proyecto provocaba un acuerdo ausente de
fundamentación, pues no se ofrecía a los comuneros información suficiente,
y se desprotegía a los disidentes dejándolos indefensos, en cuanto no
conocían los aspectos a impugnar de un proyecto que no existía.
Por todo ello, procede estimar el recurso de casación, y asumiendo
la instancia anulamos el acuerdo de 17 de septiembre de 2014 de la
comunidad de propietarios, en cuanto que se adoptó el acuerdo en
manifiesto abuso de derecho, impidiendo que los demandantes pudiesen hacer
uso de su legítimo de derecho de defensa, al ocultar la comunidad los
términos en los que se iba a desarrollar la obra (no hubo proyecto), que
previsiblemente podía afectar a los locales de los comuneros disidentes”.
Albacete dieciocho de abril del año dos mil diecinueve
Fdo. Ldo. Andrés López Martínez

También podría gustarte