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Derecho”
Grupo: Nº: 05
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VIII
28/11/15
“El Estatuto de Roma y la Corte Penal Internacional”
Índice
Índice ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- 1
1. Preámbulo de la corte Penal Internacional. Estatuto de Roma.- ------------------------------- 3
2. Antecedentes Históricos.- ------------------------------------------------------------------------------------ 9
a) En el ámbito político.- --------------------------------------------------------------------------------------- 9
b) En el ámbito legal.- ------------------------------------------------------------------------------------------ 9
3. Evolución histórica de la responsabilidad penal internacional del individuo I.- --------- 10
a. Los primeros antecedentes (1865-1919).- -------------------------------------------------------- 10
b. El fin de un largo proceso: el Estatuto de la Corte Penal Internacional.- -------------- 13
4. El principio de imprescriptibilidad en el Estatuto de Roma de la Corte Penal
Internacional.- --------------------------------------------------------------------------------------------------------- 16
María del Carmen Márquez Carrasco -------------------------------------------------------------- 16
5. Conferencias para la revisión del Estatuto de Roma.- ------------------------------------------- 17
6. Conductas en el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.- --------------------- 18
7. Los crímenes Internacionales y América Latina.--------------------------------------------------- 21
7.1. Principales crímenes Internacionales.----------------------------------------------------------- 21
8. Penas y ejecución de las penas: ------------------------------------------------------------------------- 24
8.1. Penas (Arts. 77-79): ------------------------------------------------------------------------------------ 24
8.2. Ejecución de la pena (Arts. 103-111).- ---------------------------------------------------------- 26
9. Las reglas de procedimiento y prueba (junio de 2000).- ---------------------------------------- 27
9.1. Regla 145: Imposición de la pena ---------------------------------------------------------------- 27
10. Organización y financiación de la Corte y de las clausulas penales.- ------------------ 31
10.1. Cuestiones de organización (Arts. 1-4, 34-52).- ------------------------------------------ 31
10.2. Financiación y clausulas finales (Arts. 113-128).- --------------------------------------- 34
11. Requisitos de Competencia y de Admisibilidad: ------------------------------------------------ 35
11.1. Requisitos de competencia (Arts. 11-16).- ------------------------------------------------- 35
11.2. Requisitos de admisibilidad (Arts. 17-19).- ------------------------------------------------- 38
12. Análisis crítico e interpretación del Art. 28 del Estatuto de Roma.- ---------------------- 41
13. La tipificación de los crímenes consagrados en el Estatuto de Roma; de la corte
penal internacional.- ------------------------------------------------------------------------------------------------- 46
13.1. Generalidades.---------------------------------------------------------------------------------------- 46
13.2. Elementos del tipo del injusto en el estatuto de la Corte Penal Internacional.-47
13.2.1. El sujeto activo individual .- ---------------------------------------------------------------- 47
13.3. Reglas de autoría y participación criminal.- ------------------------------------------------ 49
El Estatuto de Roma
PARTE 1.
1
Ley del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, 17 de Julio de 1998
PARTE 2.-
PARTE 3.-
La parte 3 se refiere a los principios del derecho penal tomados de los diferentes
sistemas jurídicos existentes con el objetivo de proporcionar todas las garantías del
debido proceso a los acusados. Esta sección plantea el principio de irretroactividad
por medio del cual la Corte no tendrá competencia respecto de conductas
cometidas antes de la entrada en vigor del Estatuto (1 de julio de 2002). Reconoce
el principio de responsabilidad penal individual, que hace posible juzgar a los
individuos por graves violaciones al derecho internacional, que son declaradas
imprescriptibles. Esta parte, además, se ocupa de la responsabilidad de los líderes
por acciones de sus subordinados, la edad de la responsabilidad penal
internacional y la responsabilidad individual sea por una acción u omisión.
PARTE 4.-
PARTE 5.-
PARTE 6.-
PARTE 7.-
La parte 7 abarca las penas aplicables para las personas declaradas culpables de
un crimen por la Corte, que incluye: la reclusión a perpetuidad, la reclusión por un
número determinado de años y las multas, entre otras penas. La Corte excluye la
pena de muerte. Esta parte establece además el Fondo Fiduciario para beneficio
de las víctimas de crímenes de competencia de la Corte así como de sus familias.
PARTE 8.-
PARTE 9.-
PARTE 10.-
PARTE 11.-
PARTE 12.-
PARTE 132.-
2
Ley del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, 17 de Julio de 1998
3
Ley del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, 17 de Julio de 1998
2. Antecedentes Históricos.-
a) En el ámbito político.-
b) En el ámbito legal.-
Los obstáculos que debe sortear la CPI están relacionados con el proceso de
ratificación del Estatuto de Roma en Medio Oriente y en la región del Asia Pacifico,
el fortalecimiento de los poderes judiciales locales y librar resoluciones que se
constituyan en piedra angular para los jueces del mundo.
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Amnistía Internacional, Corte penal internacional: Derecho penal internacional. Editorial
Amnistía Internacional. 2010
En efecto, el juzgamiento del comandante Henri Wiz, jefe del campo de prisioneros
de Anderson (Georgia), y del soldado rebelde Champ Ferguson, miembro de las
“guerrillas” de la región de Tennessee, en 1865, por las autoridades militares en
Washington y Nashville, respectivamente, bajo la acusación de malos tratos y
muerte a prisioneros constituye uno de los primeros esfuerzos por materializar la
responsabilidad de individuos por crímenes de guerra. Sin embargo, se trataría de
un esfuerzo aislado que no tendría mayores repercusiones en otros conflictos de la
época.
Es por ello que la mayoría de autores entiende que más allá de estas experiencias
aisladas, el primer intento por responsabilizar internacionalmente a un individuo por
crímenes internacionales se produce luego de la Primera Guerra Mundial. Así,
concluido el conflicto armado, se celebra el Tratado de Versalles, el 29 de junio de
1919, con el propósito de sentar las bases de convivencia para los próximos años
y sellar la paz definitiva entre los países involucrados en la gran guerra. Entre sus
disposiciones más saltantes, destaca el artículo 227, que estableció:
Así, cuando el Kaiser Guillermo II huye a Holanda con el propósito de buscar refugio
en ese país, logra ser acogido, entre otras razones, por considerar dicho país que
se trataba de una persecución política. En efecto, Holanda acogió a Guillermo II y,
mediante notas del 24 de enero y 6 de marzo de 1920, califico al ex emperador
alemán como un delincuente político, por lo cual le correspondía la calificación de
asilado. Asimismo, ese país se rehusó a conceder la extradición de Guillermo II en
tanto, a criterio de su gobierno, este no había violentado norma alguna del Derecho
Internacional vigente. Holanda se basó en el respeto a los principios de que no hay
crimen ni pena sin ley y, por tanto, al no existir normas en el Derecho Internacional
que calificaran como delito o crimen los hechos cometidos por Guillermo II, este no
podía ser juzgado por ningún tribunal. Al fracaso del Tratado de Versalles de juzgar
por primera vez a un jefe de Estado por crímenes internacionales, se sumó otro.
Así, los artículos 228, 229 y 230 de este instrumento internacional señalaban la
obligación de los Estados Partes de conceder la extradición de aquellas personas
que hubieran violado las costumbres y usos de la guerra, a fin de someterlos a los
tribunales militares internos de las potencias vencedoras. Se trataba, por tanto, de
un procedimiento de juzgamiento paralelo a llevarse a cabo respecto de criminales
internacionales de menor rango. Sin embargo, Alemania ofreció juzgar en su
Tribunal Supremo de Leipzig a los criminales de guerra alemanes de menor rango,
ofrecimiento que fue aceptado por los países aliados, quienes le alcanzaron una
lista de 901 criminales. Así, Alemania se hizo cargo, sin problemas, de todos estos
casos, de los cuales 888 fueron absueltos y los otros trece escaparon o recibieron
penas inadecuadas, Mas allá de esta amarga experiencia, se celebró la
Conferencia de Paz de Paris de 1919, en la que se acordó que el Estado beligerante
podía juzgar a los individuos extranjeros que hubieren violado, en un conflicto
armado internacional, el Derecho de Guerra. Asimismo, se planteó la necesidad de
crear en el futuro un tribunal internacional que juzgara a criminales internacionales,
incluyendo entre estos a los jefes de Estado.
Como puede observarse, hacia 1919 era claro que las potencias más desarrolladas
estimaban posible el juzgamiento de individuos incluyendo jefes de Estado por
crímenes internacionales y, asimismo, que esos juzgamientos podían realizarse a
través de tribunales internacionales creados para tal efecto o mediante tribunales
internos. Sin embargo, no existía mayor claridad en relación con el procedimiento
a seguir y, menos aún, acerca del derecho aplicable. En relación con estos dos
últimos puntos, la evolución sería más lenta.
Llegaríamos así a la década de los 90, la que sería de particular trascendencia para
la creación de la Corte Penal Internacional. Luego de algunas décadas de silencio,
la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas dicta la Resolución
47/33, del 25 de noviembre de 1992, mediante la cual solicita a la Comisión de
Derecho Internacional emprender la redacción de un Estatuto de un Tribunal Penal
Internacional. Las razones que motivaron esta decisión de la Asamblea General
Derecho Penal Internacional Página 14
“El Estatuto de Roma y la Corte Penal Internacional”
son señaladas por Rama-Montaldo; según este autor, la Resolución 47/33 fue
expedida:
sido definidos en forma suficientemente precisa como para disipar las dudas en
relación con el principio y como quedo estipulado en el Estatuto de Roma (Arts. 22
y 24), especialmente frente a sus requerimientos de exactitud y limitación
juridicialmente. Esto ha dado por resultado que el efecto disuasivo de la doctrina
sea débil. A la luz de estas conclusiones, la parte central de este documento intenta
desarrollar más los elementos de la doctrina y reducir su ambigüedad.
Por otro lado, un segundo eje de la Conferencia giró en torno a las enmiendas al
Estatuto de Roma, a saber: la adopción del crimen de agresión; las discusiones en
torno a la eliminación del artículo 124; y una propuesta de enmienda al artículo 8º
del Estatuto de Roma que criminaliza el empleo de ciertas armas ya prohibidas en
el contexto de un conflicto armado internacional en el marco de un conflicto armado
no internacional. Bajo este artículo, la Corte podrá ejercer jurisdicción sobre un
crimen de agresión siempre y cuando:
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Amnistía Internacional, Corte penal internacional: Derecho penal internacional. Editorial Amnistía
Internacional. 2010
La adopción del crimen de agresión sin duda acarrea un carácter histórico, producto
de un largo proceso de negociación. No obstante, la complejidad del crimen de
agresión y las particularidades en cuanto a los mecanismos de activación de la
competencia de la Corte sobre este crimen plantean una serie de desafíos tanto
para los Estados como para la Corte misma, que los mismos deberán abordar en
su momento.
En este contexto, el aporte del Estatuto de Roma, frente a esta deuda de los
Estados, es que sistematiza los principales crímenes internacionales en cuatro
categorías principales: el crimen de genocidio, los crímenes de lesa humanidad y
los crímenes de guerra.
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Amnistía Internacional, Corte penal internacional: Derecho penal internacional. Editorial Amnistía
Internacional. 2010
a. Necesaria Implementación.-
Esta parte del Estatuto ha sido criticada como uno "de los aspectos menos
satisfactorios". El Estatuto prevé como penas principales una pena privativa de
libertad temporal de hasta 30 años o una pena de cadena perpetua (Art. 77). La
pena privativa de libertad temporal podrá ser revisada tras haberse cumplido dos
tercios de su duración; la cadena perpetua, transcurridos 25 años (Art. 110 párr. 3).
Con carácter de penas accesorias se prevén una multa y el decomiso.
La decisión sobre la reducción de una pena privativa de libertad tras dos tercios o
25 años depende de circunstancias que demuestran un cambio claro y significativo
en el comportamiento del condenado, como voluntad de cooperación y facilitación
de la ejecución de decisiones judiciales. La duración de la pena ha de ser revisada
periódicamente (Art. 110)7.
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Ley del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, 17 de Julio de 1998
En caso de evasión el Estado de ejecución puede, tras consultar con la Corte, pedir
la entrega del fugado al Estado en el que se encuentre o pedir a la Corte que solicite
la entrega (Art. 111).
Antes de dictar una orden de conformidad con el párrafo 2 del artículo 79, la Sala
podré pedir a los representantes del Fondo que le presenten observaciones escritas
u orales.
La Presidencia
Las Secciones judiciales: Sección de Apelación, de Primera Instancia
y cuestiones Preliminares
La Fiscalía y
La Secretaria
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Ley del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, 17 de Julio de 1998
En total deberán ser elegidos dieciocho Magistrados de carrera para nueve años,
en votación secreta por la Asamblea de los Estados Partes sobre la base de dos
listas de candidatos. No es posible una reelección.
De una lista A deben ser elegidos en primer lugar nueve Magistrados con
reconocida experiencia teórica y práctica en el ámbito jurídico penal y de una lista
B cinco Magistrados con reconocida experiencia teórica y práctica en el ámbito del
Derecho internacional. Los candidatos pueden ser propuestos por cada Estado
Parte y deberán poseer, al menos, la nacionalidad de un Estado parte con lo cual
no es posible elegir dos Magistrados de la misma nacionalidad. Deberá asegurarse
la representatividad de las regiones y de los sistemas jurídicos más importantes así
como la representación equilibrada de Magistrados mujeres y hombres; así mismo,
deberán ser nombrados Magistrados con conocimientos especiales, por ejemplo,
violencia contra mujeres y niños. En la primera votación no deben ser elegidos
todos los Magistrados en el mismo acto para nueve años, sino un tercio para tres
años, un segundo para seis y solo el último tercio para nueve años. El primer grupo
puede ser reelegido después (Arts. 35, 36).
La CPI al igual que los Tribunales ad-hoc para la antigua Yugoslavia y Ruanda
mantendrá como fundamento jurídico adicional las Reglas de Procedimiento y
prueba Pero estas no serán promulgadas por los propios Magistrados sino que
deberán ser desarrolladas por una Cognición Preparatoria que se convocara a
finales de 1998 o a principios de 1999 y aprobadas o, en su caso, modificadas por
la Asamblea de los Estados Partes por mayoría de dos tercios (Art. 51).
Las controversias relativas a sus funciones judiciales deben ser dirimidas por la
propia CPI. Las controversias entre dos o más Estados Partes sobre la
interpretación o aplicación del Estatuto que no puedan ser resueltas mediante
negociaciones en la Asamblea de los Estados Partes, deberán ser sometidas a la
Corte Internacional de justicia (Art. 119).
Después, la enmienda propiamente dicha deberá ser admitida por una mayoría de
dos tercios de la Asamblea de los Estados Partes o por una Conferencia convocada
al efecto.
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Ley del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, 17 de Julio de 1998
enmienda podrá denunciar el Convenio. Una regulación especial rige para los
crímenes del Art. 5; las enmiendas entraran en vigor, pues, solo para aquellos
Estados Partes que las hayan aceptado un año después del depósito de su
instrumento de ratificación o aceptación (Art. 121).
El Estatuto entrara en vigor el primer día del mes siguiente al sexagésimo día a
partir del depósito del sexagésimo instrumento de ratificación, aceptación o
adhesión (Art. 126). Con relación a los Estados que ratifiquen el Estatuto después
de su entrada en vigor, entrara en vigor el primer día del mes siguiente al
sexagésimo día a partir del depósito de sus correspondientes instrumentos (Art.
126). No exonerara en absoluto al Estado una renuncia de carácter general del
Estatuto; en particular, permanecerá intacto su deber de cooperación en relación
con los procedimientos penales ya iniciados (Art. 127).
Por el contrario, los estados escépticos a la corte, en particular los Estados Unidos,
defendían la opinión de que debería distinguirse entre los delitos de genocidio y
Una estado parte puede solicitar en todo momento al Fiscal que investigue una
determinada situación. A la solicitud deberán adjuntarse pruebas suficientes (Art.
13 (a), en relación con el Art. 14). Rigen los requisitos generales de competencia y
de admisibilidad (Arts. 11, 12, 17 y 19).
La complementariedad se sitúa en el punt0 central tant0 del Art. 18, que afecta a
l0s dictámenes prejudiciales de admisibilidad, c0m0 del Art. 19, que regula las
impugnaciones de c0mpetencia y admisibilidad. El Art. 19 abarca también las
cuesti0nes de admisibilidad reguladas en el Art. 18, p0r l0 que l0s Estados pr0clives
a la C0rte siempre c0nsiderar0n supér el Art. 18. El d0ble examen de admisibilidad
ah0ra existente en el Art. 18 y 19 entraña el peligr0 de una dilación 0 inclus0 de un
bl0que0 del pr0cedimient0 en un m0ment0 pr0cesal muy anticipad0.
contenida en este precepto, sin embargo, debe ser incluida en su espíritu para que
pueda cumplir así su fin evitar una dilación procesal. En las negociaciones esta
restricción explicita fue postulada también por los Estados proclives de la Corte
c0mo signo de su predisposición a transigir rechazada, sin embargo, por los
Estados Unidos. El empeño por restringir todo lo posible las oportunidades de
impugnación procesal en el procedimiento preliminar se muestra también en el Art.
19, párr. 4, según el cual la admisibilidad puede ser impugnada por una persona 0
por un Estado.
El Art. 28 puede ser caracterizado como un delito propio de omisión ya que él hace
responsable al superior únicamente por la ausencia de supervisión y control propios
de sus subordinados, más no, al menos no "directamente", por los crímenes que
ellos cometan. Estos crímenes son "directamente" imputados a los subordinados,
mientras que el superior es simplemente responsable por la ausencia de prevención
De allí que, de hecho, el superior es responsable por una mera falta negligente de
supervisar. Esta es ciertamente una responsabilidad muy amplia.
13.1. Generalidades.-
Dentro de este marco, se evaluaran los elementos del tipo del injusto del Derecho
Penal Internacional previstos en el Estatuto de Roma, así como el tratamiento de
los llamados crímenes internacionales en el Derecho Penal peruano, de cara a
establecer los principales lineamientos de una reforma de los delitos contra los
Derechos Humanos del CP de 1991.
La parte III del ECPI regula los “principios generales de Derecho Penal”, contexto
en el que se establecen los presupuestos materiales sobre los que se asienta la
responsabilidad penal por los crímenes en él contemplados y que conforman la
primera Parte General completa del Derecho Penal Internacional. Ello es coherente
con la adopción de un sistema de aplicación directa del Estatuto, independiente del
ordenamiento interno de cada Estado, inclusive del Estado directamente
involucrado, cuyas normas serán relevantes solo en defecto de las previstas en el
ECPI según el art. 21.1.c.
En todo caso, el art. 25.4 del CPI deja a salvo la responsabilidad del Estado
conforme al derecho internacional. Con ello no se refiere a una responsabilidad
penal internacional, materia regulada hasta la fecha exclusivamente por el Estatuto
de Roma, sino a las consecuencias que derivan de la aplicación del Derecho
Derecho Penal Internacional Página 48
“El Estatuto de Roma y la Corte Penal Internacional”
En el art. 25.3 del CPI se establecen las reglas de autoría y participación del
Derecho Penal Internacional, las que, en términos generales, concuerdan con la
regulación prevista en el CP peruano.
Se distinguen las tres clásicas formas de autoría en el art. 25.3.a: la autoría directa
o inmediata la coautoría y la autoría mediata. Nuestro Código Penal acoge también
estas formas de autoría: según el art. 23, son autores “el que realiza por sí o por
medio de otro el hecho punible y los que lo cometan conjuntamente». En ese
sentido, como señala Díaz y García Conlledo, es autor quien, reuniendo los
elementos personales o especiales de la autoría exigidos y cumpliendo el resto de
los elementos del tipo, solo e inmediatamente, a través de otro al que utiliza como
instrumento (autor mediato), o mediante la actuación conjunta con otros (coautor),
domina el hecho, es decir, determina objetiva y positivamente el curso del suceso.
Pero ello deja intacta la “aut0ria mediata del nombre de atrás”, quien mantiene un
dominio del hecho que se funda en la intercambiabilidad o fungibilidad arbitraria de
los receptores de la orden, la que conlleva a la ejecución automática de esta
“dominio del hecho por dominio de voluntad”. De esa forma, es también autor
mediato quien, en el ámbito de la jerarquía, transmite la instrucción delictiva con
poder de mando autónomo,” lo que concuerda con el sentido del art. 25.3.b del
Estatuto que sanciona la conducta de quien ordena la comisión del crimen, y con la
disposición del art. 28 que, como veremos luego, instaura un supuesto de autoría
por omisión de los jefes militares 0 del superior jerárquico.
Ahora bien, la regulación de la coautoría del art. 25.3.a del CPI es poco clara al
vincularse la expresión “cometa ese crimen con otro» con la alocución “sea este o
no penalmente responsable”. Por definición, los coautores realizan de mutuo
En cuanto a la proposición, el art. 25.3.b del ECPI exige, al menos, la tentativa del
delito propuesto, por ello no puede admitirse la definición del CP español, en cuyo
seno la proposición puede entenderse como la tentativa de inducci6n; 3° dicho de
otro modo, la proposición es un modo de consumación adelantada respecto de la
inducción, lo que explica su utilización limitada en la parte especial del Código
español. Pero, si en la proposición v en la inducción el ECPI exige la tentativa o la
consumación y no se quiere admitir una redundancia superflua, podría concretarse
Derecho Penal Internacional Página 50
“El Estatuto de Roma y la Corte Penal Internacional”
El encubrimiento del art. 25.3.0 del Estatuto debe entenderse dentro de tales
márgenes y no como una forma especial de intervención posterior al hecho. La
distancia entre esta concepción y el sentido que se dispensa al encubrimiento en la
doctrina penal hispana puede deberse únicamente a su asimilación con la palabra
aber de la versión en inglés, entendida ampliamente, según se advirtió, como
“incentivar, incitar u ordenar”, o sea, para denotar modalidades de instigación
delictiva o casos de complicidad intelectual o psíquica que muchas veces han sido
calificadas como encubrimiento.
Por lo demás, puede interpretarse que el art. 25.3.c del CPI es permeable a las
clases de complicidad, primaria “sea cómplice” y secundaria “colabore de algún
modo”, reconocidas en los pfs. l y 2 del art. 25 del CP peruano. Ello es compatible
con la concepción amplia de la complicidad en la jurisprudencia penal internacional
y la no exigencia de un grado cuantitativo de ayuda, al no recogerse la exigencia
de una intervención “directa y sustancial” como la prevista por la Comisión de
Derecho Internacional en el art. 2.3.d del Código de Crímenes Contra la Paz de
1996.39 No obstante, tal amplitud se ve limitada por los principios de culpabilidad v
Derecho Penal Internacional Página 51
“El Estatuto de Roma y la Corte Penal Internacional”
Lo cierto es que la construcción del art. 25.3.d del Estatuto impide apreciar, en rigor,
un supuesto de conspiración; se trata apenas de la contribución de algún otro
modo» al crimen colectivo. La necesidad de que exista tentativa, cuando menos,
excluye la sanción de un mero acto preparatorio, por lo que nos encontramos ante
un supuesto de complicidad innecesariamente previsto, pues ya está abarcado por
la generalidad del apartado b del art. 25.3 del CPI.
En esa línea de ideas, tanto en el caso de jefes militares como de superiores civiles,
el art. 25 del Estatuto fundamenta la responsabilidad “en razón de no haber ejercido
un control apropiado» sobre las fuerzas bajo su mando o subordinados, según el
caso. La asunción de una concepción material del deber de garante se observa en
el art. 25.1: no solo se prevé la responsabilidad del jefe militar formalmente
reconocido, sino también de quien ejerce de facto dicha jefatura como en los grupos
para militares v grupos armados organizados no gubernamentales, y, en ambos
casos, se requiere un control efectivo de las fuerzas bajo el mando o autoridad. De
forma similar, el apartado 2 del art. 25 limita la responsabilidad del superior civil a
los casos en que ejerce autoridad y control efectivo sobre los subordinados, pero
se exige además en el lit. b que los crímenes guarden relación con actividades bajo
su responsabilidad y control efectivo, exigencia quizás superflua, porque, ante
actividades que no le competen, no podrá observarse un efectivo control y autoridad
sobre los subordinados.
Ahora bien, la omisión típica se concreta conforme al art. 25 apartados 1.b y 2.c, en
la no adopción de las <<medidas necesarias y razonables a su alcance», bien sea
para prevenir 0 reprimir la comisión de los correspondientes crímenes 0, en su caso,
“para poner el asunto en conocimiento de las autoridades competentes a los efectos
Derecho Penal Internacional Página 53
“El Estatuto de Roma y la Corte Penal Internacional”
El art. 25 del ECPI reprime de hecho situaciones en las que la omisión del deber de
control equivale a la realización comisiva del crimen; por ejemplo, cuando el
superior tiene pleno conocimiento de las atrocidades cometidas por sus tropas.
Sin embargo, puede interpretarse que muchos de los casos vinculados con la
prevención de crímenes mediante el debido control en el ECPI se asemejan a los
denominados delitos de “omisión pura de garante” u “omisiones puras cualificadas”,
entendidos como omisiones intermedias, más graves que la omisión pura, pero que
no alcanzan la equivalencia con la comisión activa de los tipos de comisión por
omisión. Así puede suceder en los casos de conocimiento no actual pero
actualizable, por ejemplo, cuando el jefe militar debió saber que las fuerzas estaban
cometiendo crímenes o se proponían a hacerlo (art. 25.1.a), cuando el debido
control no era idóneo para evitar el crimen aunque si su gravedad 0 si la omisión
equivale a una contribución no esencial al crimen. En todos estos casos en los que
está ausente una identidad estructural entre la acción y la omisión, la
responsabilidad del mando deber ser atenuada sobre la base de reglas de estricta
proporcionalidad y exclusión de la responsabilidad objetiva.
Existe claridad en torno de que el jefe militar responde por dolo directo “hubiere
sabido” y dolo eventual “hubiere debido saber”, pero es aun discutible si esta última
expresión abarca a su vez los casos de imprudencia, tesis que se vería avalaba por
el progresivo reconocimiento de una identidad estructural a nivel del tipo objetivo
entre el ilícito doloso v el imprudente.56 Pero, de ese modo, se estaría
criminalizando por igual supuestos de dolo y culpa, además, desde el punto de vista
político criminal, no se entendería por qué un Estatuto dirigido a reprimir “los
crímenes más graves de trascendencia para la comunidad internacional en su
conjunto” (art. 5.1 del ECP1) debe contemplar comportamientos que no se orientan
ex- profeso a la lesión o puesta en riesgo de un bien jurídico.
El CPI permite identificar las formas de tentativa acabada e inacabada, así como el
desistimiento y la interrupción accidental, lo que es compatible con las normas del
CP peruano. La regulación del desistimiento en el art. 25.3.f permite diferenciar la
tentativa inacabada “quien desista de la comisión de crimen” y la acabada “0 impida
de otra forma que se consume”. La interrupción accidental fluye directamente de la
expresión “aunque el crimen no se consume debido a circunstancias ajenas a su
voluntad» de la citada norma del Estatuto. Como en el caso del CP peruano, el CPI
considera punibles las tentativas acabada e inacabada interrumpidas
accidentalmente, aunque, a diferencia del art. 16 de texto nacional, no prevé la
opción de atenuar la pena en tales casos, pese a lo cual la reducción puede operar
en el ámbito de la individualización judicial de la pena en virtud del menor desvalor
de resultado de la tentativa frente al hecho consumado.
Ahora bien, el art. 25.3.e establece una excepción a la impunidad de los actos
preparatorios. En los casos de genocidio, se sanciona la instigación directa y
pub1ica» a su comisión, lo que concuerda con el art. 1lI.c de la Convención para la
prevención y sanción del crimen de genocidio de 1948 ratificada por el Estado
peruano. Tal orientación es compatible, a su vez, con el art. 20.2 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos y con el art. 13.5 de la Convención
Americana de Derechos Humanos de San José de Costa Rica, ratificados por Perú,
que prohíben toda forma de incitación a la violencia contra cualquier persona o
grupo de personas por motivos raciales, religiosos, de origen nacional, entre otros.
establece otra forma de ejecucion adelantada especial para el caso del genocidio
no prevista en el ECPI, la asociación ilícita del art. 317 pf. 2, como circunstancia
agravante del tipo básico descrito en el pf. 1 y dentro de los delitos contra la
tranquilidad pública, es decir, al margen de una regulación específica de los delitos
contra los Derechos Humanos.
El “elemento de intencionalidad» y elementos distintos del dolo del art. 30 del CPI
condiciona la responsabilidad a la intención y conocimiento de los elementos
materiales del crimen”. La propia norma excluye esta regla cuando existe una
disposición contraria, como sucede en los casos de responsabilidad imprudente del
jefe militar del art. 28,75 lo que expresa una tipificación de la culpa según la técnica
de los numerus clausus, semejante a la prevista en el art. 12 pf. 2 del CP peruano.
En tal sentido, si no se hace referencia en los elementos de los crímenes a un
elemento de intencionalidad para una conducta, consecuencia o circunstancia
indicada, se entenderá aplicable el elemento de intencionalidad que corresponda
según el art. 30.76
10
Ley 26.200. Corte Penal Internacional. Ley de Implementación de la Corte Penal
Internacional.
Título I
Disposiciones generales
Objeto
ARTICULO 1º.- La presente ley tiene como objeto implementar las disposiciones
del Estatuto de Roma suscripto el 17 de julio de 1998, aprobado por la Ley 25.390
y ratificado el 16 de enero de 2001, y regular las relaciones de cooperación entre el
Estado Argentino y la Corte Penal Internacional en el ejercicio de las funciones
encomendadas a este organismo por el citado instrumento y su normativa
complementaria, mediante la atribución de competencia a los órganos estatales y
el establecimiento de procedimientos internos adecuados, en lo no previsto en el
Estatuto de Roma y sus normas complementarias, en particular las Reglas de
Procedimiento y Prueba.
Alcance
Las conductas descriptas en los artículos 6º, 7º, 8º y 70 del Estatuto de Roma y
todos aquellos delitos y crímenes que en lo sucesivo sean de competencia de la
Toda vez que el Estatuto de Roma hace referencia a "crímenes" debe entenderse
como "delitos".
Ámbito de aplicación
Competencia
Aplicación supletoria
ARTICULO 6º.- Con carácter supletorio a la presente ley se aplican los principios y
reglas del derecho penal internacional, los principios generales del derecho
argentino y las normas contenidas en el Código Penal, en el Código Procesal Penal
de la Nación y en sus leyes complementarias.
Título II
Penas y principios generales.-
Interpretación
ARTICULO 7º.- Toda vez que el Estatuto de Roma hace referencia a "reclusión"
como una especie de pena, debe entenderse "prisión".
Imprescriptibilidad11
ARTICULO 11º.- La acción y la pena de los delitos previstos en los artículos 8º, 9º
y 10 de la presente ley y aquellos que en el futuro sean de competencia de la Corte
Penal Internacional, son imprescriptibles.
Graduación de la pena
ARTICULO 12º.- La pena aplicable a los delitos previstos en los artículos 8º, 9º y
10 de la presente ley, en ningún caso podrá ser inferior a la que le pudiera
corresponder si fuera condenado por las normas dispuestas en el Código Penal de
la Nación.
Principio de legalidad
Título III
Delitos contra la administración de justicia de la Corte Penal Internacional
Falso testimonio
Falsificación de pruebas
11
Ley 26.200. Corte Penal Internacional. Ley de Implementación de la Corte Penal Internacional.
Corrupción de testigos
ARTICULO 16º.- El que corrompa a un testigo que debe testificar ante la Corte
Penal Internacional, obstruya su comparecencia o testimonio o interfiera en ellos,
será reprimido con la pena de 1 a 10 años de prisión.
Soborno
Título IV
Relaciones con la Corte Penal Internacional
Capítulo I
Disposiciones generales
Autoridades competentes
a) El Poder Ejecutivo.
Comunicaciones
Capítulo II
Remisión y reconsideración
Deber de informar
Capítulo III
Capítulo IV
12
Ley 26.200. Corte Penal Internacional. Ley de Implementación de la Corte Penal Internacional.
Si la solicitud no cumple con alguno de los recaudos exigidos en las normas citadas
en el párrafo precedente, el Poder Ejecutivo reservará las actuaciones mientras
realiza las consultas que resulten pertinentes con la Corte.
Audiencia
Libertad provisional
Solicitudes concurrentes
Procedimiento aplicable
Capítulo V
ARTÍCULO 41º.- Las condiciones y formas en que se llevarán a cabo las medidas
requeridas se regirán por los procedimientos previstos en el Estatuto, en las Reglas
de Procedimiento y Prueba y en el ordenamiento interno. Si el cumplimiento de la
solicitud está prohibido por un principio fundamental de derecho existente en la
legislación interna y que es de aplicación general, el Poder Ejecutivo celebrará
consultas con la Corte, a fin de establecer si se puede prestar la asistencia de otra
manera o sujeta a determinadas condiciones:
Denegación de asistencia
Capítulo VI
Recursos
Apelación
ARTICULO 45º.- Contra las resoluciones adoptadas por el juez federal competente
relativas a la situación procesal del reclamado por la Corte, podrá interponerse
recurso de apelación ordinario ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Capítulo VII
Capítulo VIII
Ejecución de penas
Recepción de condenados
Órgano de ejecución
Capítulo IX
Disposiciones Finales13
13
Ley 26.200. Corte Penal Internacional. Ley de Implementación de la Corte Penal Internacional.
Conclusiones:
1. Por tanto podemos concluir que las penas que establece la Corte penal
Internacional que puede establecer la sentencia puede ser de prisión por un
plazo no mayor de 30 años, o cadena perpetua, además de una multa y el
decomiso de las especies que sean de propiedad del condenado.
Anexo:
Link de Pdf de la Ley del Estatuto de Roma:
http://www.un.org/spanish/law/icc/statute/spanish/rome_statute(s).pdf
Bibliografía: