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9, (SE PUEDE HABLAR DE «SOCIABILIDAD REVOLUCIONARIA»? Podsia decise que, das as cicunstancias, so captamos alos revolsionaos que hemos itentado estudiar desde el tate fandnimo # la indvigvlidad en sas actividades colectvas sus e- ttucturas de eneven, a miad de camino ext lo realy el mito del sheroc. Pues la muchedumbe posee tl como la hemos per- cibdo, una estructura de socablidad, y hemos intentado esbozar al retrto del suncalne a part dl tesimonio de is esambleas or otra pat, podefatemerse que aoc de sdabida (en 4a acpi do encuentro gratuit, e incluso lien, ala que a me- sudo $a asm sive justameni para debit eincluso ena ‘ara a oigialidad encode mutacin ques eliza entones 2 trminos de oltizaic y de compromiso militate, No obsan {c, ao podrfamo dear de aignar al problema el papel qu le co ‘moepondo, si mds 0 por el hgh que ha ocupado en a historogra fia revoluconara. «Ea calenes, en 1795, un teeco contrarevo- Tucionario como el abate Baroe puso al dscubieto un ibn des tinado un duradra éxito al lanza el tema dela conpiacin ma Sériza ee Tos orgenes dela Revolucién. Asosiando, sein la pic tia heredadh del ser Taine, und cirta erick posit la titlescon, Augustin Cochin, gue se convists al final de siglo en ¢l storiador hos as socedades de opin, y ms tare al ja sobiniso, zo de eo una de as causes yposteiormente una de las daves‘de la dictaduraresoluconara, tl como eulming en el afioTl. Redescubiero hoy da, mis all de una moda eto ense- fda a exhumar valores segues, A. Cochin se conv para slau- tos hsteriacores en el home que Seale en os sistemas de con- st LA MENTALIDAD REVOLUGIONARIA Aiionsmientoscoletvos elaborades antes y madurados durante la Revolucion, una novedad gue anunea algunas Jeviaciones total tarias moderns, ‘Al apoyarme en otra referencia ala vez mis serena y ms mo- desta, aparentemeate, en sus ojetivos pero, en mi opinion, mas feconda, el trabajo ya clisico de Maurice Agulhon Péniznts et jfrancs-magons, considero que introduzco més sanamente el debate. ‘Maurice Apulhoa, al redescabri hace unos veinte aos, aunque 10 se entienda como un mal juego de palabras igquerdizén- Golo sensblemente, el concepto de sociabidad manejado prece entemente por lok socislogos conservadores de la escuela de Le Play, no tuvoinisilmoat> la pretensin de aplicarlo més que a un lugar conereto, el Midi francés y especislmente Provenza. Al pro- coder asi plante6, no obstate, una problemstica mucho mis vasta ‘analizand en este marco la red de instancias de wna sciailiéad ‘excepcionalmente desarollada, orfanizada en torno al fenémeno Ge as cofraias, cuya expresion ads espectacular es lade los tenes meridionales, Pero a tavés de ls rasgos dela estructera la franemssonetia de una culps- bilidad tan pesada... Hoy dia es posible enfemtase serenarmente a los acontocimientos: el papel de fas lopas masnicas en la difusion de is Luces,s bien hay que ejempliticarlo con precisa, es inds- cutbl, asi como el hecho d= que una parte muy importante de 1s uadros de la Revolucion (pero también de la contrarrevoiucin) tran masones. Por otra parte, [a influencia del simbolismo y del ‘surso muasOnico se percibe con toda clardad.. Pero para cua (quer historiador serio de nuestros dis es evdente que la Revolu- {én 00 fue el fruto de una conspracin masénia, En la base, el ejemplar estudio de Maurice Agulhon hizo hins- pig sin que tengamos que volver a insitr sobre ello, en el pape de- ceipefado en el Midi por las colradiasrelgiosts: simplemente devo- tas (luminarows 0 «penitent» 0 ya insatacionalizdas (cous dd catdad, To que quedaba de antiguas asoiaciones juveniles) En la acualdad se ests en condiciones no de extapolar sino de propo ner una carvografia bastante predsa de esta erenca del Antiguo Ré fimen religoso, cuyos contrasts llevan a estableeer una tipologt Pero aungue no hay penitentes en todas partes, aunque el cardster Ge las cotadias vara de una a tra rep, exen en todas parts, fen formas diferentes, eas estrrturas 0 esis oxasiones de reunion: fasamblese de comunidades campesinas en el norte de Francia, dormi- ‘orion populares en el Midi, 0 sencilamenteiabernas cuya.importan- cia heter subrayado, antes y durante la Revolucion; lugar donde se “Expresan las intencones, donde se ncercambian informacion y don- de, a veces, se fomentan las comspiracones campesins. Georges Le- febvre en Ta introduocion a su Grande Peur menson9 estos encuen- {oor en esa interfamr (La velada) o comuritara (la misa mayor, Ja feria el meteado)... pero nosotros trataremos las fiestas més ade- Janie, dado que merocen una atenin especial 156 {A MENTALIDAD REVOLUGIONARA Pero lo que es aplicable al mundo rural encuentra su parallo en las cindades: junto a la sociabilidad de le taberna popular se produce ea las grandes cudades de provincis a imitacion de Pars, fn los alos que van de 177) a 1780, el aciiento del café y de los lugares de reunin (ctculos burgueses 0 aristeciticos) que se le sumian con fecuencia, El café, pero tambita el paseo como h- ‘gar pablico que cl evo urbansmo de las Luces desarolla en to- das partes: noes casual que mis de un episodio de la prerevol dn y de les primerss jornadas revolucionarastengan lugar en el Palais-Royal donde Camille Desmoulins hari sus primeras armas como tribuno pablo Se perfila, pues, un cuadso de la sociabilidad preevolucionaia auin con desgualdad de preisones, y que por fuerza sigue siendo semimpresionisia, Convenda profundizat en el estudio de las vias ¥ les medios por los que, en un periodo de tanscién que abarca ‘de 3788 a 1790-179, se produce el paso, la tramscin de esta soca ‘lad an ifs « formas de organizacion de urs opinion pibi- ca. Un proceso cuyo hilo couductor puede proporcionarlo la ave tua de los jacobinos, desde el club de 1789 hasta la hegemonta del ao IL aL CLUB DE LOS IACOBMNOS A.A sDICTADURA JACDBINAY Ea su forma incial, de donde procede su nombre, el grupo de los jacobinos es orginlmente el de los alias ala ssociedad de amigos de la Constituci6a», club que tuvo su sede a partic de no- viembre de 1789 en el convento de los jacobinos sito en la calle de Ssint-HHonoré de Pars, Este elvd, converido répidamente en et ‘ms importante de ls que hizo acer la Revalucia, debe volvese 8 colocar en un sntexto revolucionario e incluso prerrevoluciona~ surgié del sub bretén» que, aun ants det 14 de julio de 1789, habia sido un lugar de encuentro para los dipatados provincales. ‘Dominado desde el principio por destacadas pesoualidades de la Revolucion burguesa en su primera fase (Le Chapelir, Barna- ‘¥e),sigui siendo, ea primer lugar, una sociedad de opinién tan cetrada en su reciutamicato (en su mayor parte diputados) como :moderada en sus objetivos:«Escrbir y hablar abertamente, profe- ‘ars principio: sin rodeos, comunicar sus trabajos, sus puntos de |SE PUEDE HABLAR DE SOCABILIDAD REVOLLCIONARIAe? 1ST vista y sus experiencasseré el verdadero camino por el que trba- jardn paca obtenct la estimacion pili.» 'No obstante, muy pronto aparecen opiniones diferentes ea el club, donde oradores de siagierdas», ala muy aslados, comien- zan ahacerse oft (Robespiene, Pétion, Brssot), aunque la burgue sia. monérquica constituconal es [a fuerza dominante (Barmave y ‘el triunvraton), La mayor oignalidad det club en 1790 esta im portante red de eorrespondencia y coardinacion que, desde enton- ‘25, supo establecer a través ce la afiliacién de clubes y soriedades populates de las provincia: se teje una trama cada ver més densa flo largo y ancho do Francia, Entre 1790 y 179, el club burgués y afectado del principio ex- perimenté un delizamiento hacia la inquierda por la presién con- Junta del peligro contrarrevolucionario que algunos clubesrivales, te derechas, materializan, y de la competenci, por parte de Ia i2- (quierda, de un nuevo estilo de sociedades populares més abiertas (Glu 6e los Cordier). Los jacobines acogen progresivamente recién legados, En el momento de la erss de Vareanes, en que 1 impulso de los Cordeliers los arratra, en el campo, a la aboli ‘in de fz monargufa, son sacudidos por la ola de represion reac- ‘éonaria que provoct la esison de ura nueva socedad de amigos ‘de Ta Constituion coa sede en los Fldenses y la desereién de la ‘mayoria de los diputados (excepto ses, entre los que se cuentan Robespirte, Grégoire y Pétion). Fl cub de los Jacobinos no slo supers esia crisis sino que sale renovado de ella. Gaza dela fdel- {ad dela mayoria de las socedades provincales afliadas,cuyo nd- ‘mero se multipica (mil sociedades en septiembre de 1791). Se de- rmocraiza ens programa y su conduct, y adopt ls modalidades {de rectamiento originales que consttuirdn su fuerza (el escutinio epuratorio), De este modo, puede resist los ataques de los mo- ‘nirquioasconservadores (Duport, Le Chapelir) que intentan des- ‘mantelarlo con la acusacion de asociacion ie (Cuando la Asamblea legislativa reemplaza a Is Constituyente en el otto de 1791, aunque los diputados que se inscriben en los Treobines son menos numerosos que los Fuldenses (cen frente a ‘iento sesentay cuatro), el club confirma su dinamisemo: sus sesio- nes se hacen publics y expresa una presidn constante para valoi- za Ja Constiticign en sonido democrtico y vpila tanto alas au- toridades como le itrigas contrarrevoluconaras. Esta evolucs

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