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TERCER PARCIAL

Quásares

Objetos Astrofísicos
Docente: Benjamín Calvo Mozo

PRESENTADO POR:

Sebastián Molina Fonseca


Sergio Andrés Niño Marín

BOGOTÁ D.C.
01 de junio de 2018
INTRODUCCIÓN
A comienzos de la década de los 60, los astrónomos descubrieron los cuásares: fuentes
extrañas, energéticas y enigmáticas de radio que parecían estar más allá de las galaxias más
distantes. Nada tan poderoso había sido visto antes, estos objetos eran increíblemente
energéticos. Pero ¿De dónde provenía su energía? Era imposible que la energía nuclear
ordinaria fuera la responsable. Algo mucho más poderoso era necesario, y una sugerencia
llamativa fue propuesta en los meses siguientes a este descubrimiento. En 1963, Fred Hoyle
de Cambridge y William Fowler de Caltesh publicaron un informe en el que especulaban que
los cuásares eran estrellas supergigantes que se encontraban en el proceso de colapso para
convertirse en agujeros negros. De acuerdo con sus cálculos, estas estrellas emitirían
cantidades enormes de energía mientras colapsaban.
Los astrónomos finalmente comenzaron a interesarse en este tema. Las estrellas de neutrones,
los agujeros negros y los cuásares, eran los misterios que demandaban mayor atención. ¿Cuál
era la fuente de energía de los cuásares?, ¿Estos objetos estaban asociados al colapso
gravitacional?, ¿El colapso conduciría a la formación de estrellas de neutrones o a agujeros
negros? Para estudiar estos problemas se realizó a una conferencia, conocida como El Primer
Simposio de Astrofísica Relativista de Texas, reunión que tuvo lugar desde el 16 hasta el 18
de diciembre de 1963 y que contó con más de 300 científicos invitados.
La palabra “quasars” hace referencia a “quasi-
stellar radio sources” (fuentes de radio cuasi-
estelar). Por cuasi-estelar se entiende que estos
se pensaban como similares a las estrellas
debido a que constituían objetos puntuales en
vez de manchas extendidas como galaxias o
nebulosas. Estos también emitían una fuerte
radiación en la banda de frecuencia del radio.
Hoy en día, solo una pequeña fracción de los
cuásares descubiertos son fuentes de radio, pero
el nombre ha permanecido. Lo que es de mayor
relevancia es que los cuásares no son tan Ilustración 1. 3C-273 (centro de la imagen). Créditos:
pequeños como las estrellas. Además, también AURA.
son los objetos más distantes en el Universo Visible, algunos situándose a más de diez mil
millones de años luz. Para que objetos que se encuentren tan lejos brillen de tal forma se
infiere que deben ser increíblemente energéticos.

RECONOCIMIENTO
Galaxias seyfert:
Heber D. Curtis, quien por entonces era el director del observatorio Lick cerca a San Jose,
California, descubrió en 1917 que la galaxia M87 tenía algo similar a un jet siendo emanado
de su núcleo. Sin embargo,
ninguna pista concisa de que algo
inusual estaba ocurriendo en
algunas galaxias apareció hasta la
segunda guerra mundial. Karl
Seyfert, en el observatorio Monte
Wilson en California, notó que un
subconjunto considerable de
galaxias espirales presentaba un
núcleo en forma de punto de color
azul intenso. El espectro de las que
ahora se conocen como “galaxias
Seyfert” muestra fuertes líneas de
emisión del tipo producido por
Ilustración 2. Espectro de galaxias Seyfert 2. Créditos: Caltech.
nubes de gas ionizado. En vez de
ser líneas de emisión definidas, estas estaban esparcidas sobre un sorprendente amplio rango
en longitud de onda. Este comportamiento se asocia al efecto Doppler e indica que el gas que
emite las líneas es extremadamente turbulento, con velocidades aleatorias que pueden
alcanzar pequeños porcentajes de la velocidad de la luz, es decir, entre 10 a 100 veces más
rápido que los movimientos ordinarios del gas en nuestra galaxia. Sin embargo, más tarde se
notaría que otras de estas galaxias carecían de las líneas ensanchadas, las Seyfert tipo 2.

Ilustración 3. Espectro de galaxias Seyfert 1. Créditos: Caltech.


QUASARS
Historia:
En 1954 Walter Baade y Rudolf Minkowski, de los observatorios Monte Wilson y Palomar,
estaban tratando de identificar una fuente de ondas de radio llamada Cygnus A, el segundo
objeto más brillante en radio en el cielo. El avance realizado por Baade y Minkowski fue
asociar la posición de Cygnus A con una galaxia muy débil que tenía un corrimiento al rojo
de 0.05, situándola 300 veces más lejos que la galaxia Andrómeda. Por consiguiente, la
esperanza era que algunas galaxias muy
distantes podrían ser detectadas con
técnicas de radio. La imagen óptica de
Cygnus A presentaba una estructura
aparentemente perturbada hecha de dos
partes, las cuales Baade y Minkowski
interpretaron como el resultado de dos
galaxias colisionando. Pronto después,
Ilustración 4. Cygnus A. Créditos: NRAO/AUI. Roger Jennison y M. K. Das Gupta
demostraron que la emisión en radio de
Cygnus A no provenía totalmente de la galaxia, sino que correspondía a dos parches gigantes
ubicados simétricamente con respecto a la galaxia en el cielo, un cuarto de millón de años
luz a cada lado. Dichos parches son pensados como estructuras tridimensionales con forma
de mancuerna, razón por la cual generalmente se les llama lóbulos.
La mayor contribución de la astronomía óptica a esta historia llegó en 1963. Cyril Hazard,
M. B. Mackie y John Shimmins, utilizando el recientemente construido Telescopio Parkes
de radio en Australia, lograron fijar la posición de una fuente de radio particular, 3C 273, a
una precisión de unos pocos segundos de arco, identificando el tiempo en el cual este objeto
era ocultado por la luna. Ellos tuvieron que hacer ajustes especiales al telescopio para
observar algo situado tan al norte como 3C 273 (“3C” denota el tercer catálogo de Cambridge
de fuentes de radio). En las fotografías tomadas en luz visible, el único objeto coincidente
con la posición de 3C 273 en el cielo era algo similar a una estrella de magnitud 13.
Una vez los astrónomos habían localizado un objeto que parecía ser la fuente de radio,
Maarten Schmidt empleó el telescopio de 200 pulgadas en el monte Palomar para tomar su
espectro. Al principio el espectro parecía distorsionado, ninguna de las líneas espectrales se
asimilaba a las longitudes de onda producidas por los elementos atómicos conocidos. Sin
embargo, Schmidt eventualmente notó que las longitudes de onda relativas de las líneas
coincidían con el patrón formado por el hidrógeno resplandeciente, pero corridas hacia el
rojo un 16%. Su primera reacción fue total desconcierto, pues un objeto con dicho
corrimiento estaría a 2 mil millones de años luz si este estuviese retrocediendo de nosotros
de acuerdo con la ley de expansión cósmica de Hubble. Finalmente, Schmidt se convenció a
si mismo de que 3C 273 presentaba realmente un corrimiento al rojo de 0.16 y era por lo
tanto el objeto más luminoso jamás detectado.
Ilustración 5: Espectro y corrimiento de 3C-273. Créditos: Stargazing

Características:
Además de su apariencia estelar y su alto red-shift (Un Quazar típico tiene un red-shift de
Z=2.5) se pueden adicionar otras dos características de los cuásares:
Emisión en altas energías
En 1950 ya era sabido que la emisión de radio por
fuentes cósmicas era radiación sincrotrón emitida por
los electrones girando en campos magnéticos a
velocidades cercanas a la de la luz, como en el caso de
la Nebulosa del Cangrejo. Para producir la cantidad de
emisiones observada, los lóbulos tendrían que contener
energía tanto por los electrones moviéndose
rápidamente como por campos magnéticos. En los
documentos publicados en 1956 y 1959, Geoffrey
Burbidge demostró que el contenido total de energía de
los lóbulos de radio de una fuente similar a Cignus A
debía exceder la que se obtendría con la completa
aniquilación de un millón de masas solares de material.
Este resultado fue la primera indicación de que los
núcleos galácticos pueden alcanzar energías que
exceden incluso la de una explosión de supernova y que
Ilustración 6. Emisión en el ultravioleta.
de alguna manera dicha energía se canaliza en forma de Créditos: Francis P. et al.
partículas moviéndose a velocidades muy cercanas a la
de la luz, algo así como plasma relativista y campos magnéticos.
Estas condiciones son muy útiles para identificar a los cuásares, una emisión desde el radio
(en las “radio-loud”) hasta los rayos gamma, pasando por el ultravioleta; consecuencia de un
efecto Comptom inverso, permite diferenciarlos de la mayoría de las estrellas.
Variabilidad
Una revisión de los archivos fotográficos, guardados en el observatorio de Harvard desde
finales del siglo diecinueve, reveló que 3C 273 fluctuaba en brillo en una escala de tiempo
tan corta como un mes. En 3C-345, por ejemplo, se notan cambios en su luminosidad hasta
de un 50% en lapsos de semanas.
Adicionalmente, existen cambios importantes en el flujo de los cuásares; en 3C-273 se nota
un cambio de un 40% en los 3.75 cm en un periodo de dos años. Aunque en este último
ejemplo no se notan cambios importantes en el ultravioleta, en general los cuásares presentan
variabilidad en todo su espectro en un rango entre el 10% y el 40%.
Tamaño
Tras la observación y el estudio de las variabilidades, Terrell (1967) acota el radio de los
objetos de la siguiente manera: 𝑅 ≤ 𝐶𝑟 donde r es el periodo de fluctuación. Suponiendo,
entonces, que los cuásares tienen una envergadura del orden de los días hasta unos cuantos
meses luz. Es decir, se tienen objetos de tamaños relativamente pequeños que emiten grandes
cantidades de energía. También se consideran densidades de radiación relativamente
pequeñas y campos magnéticos intrínsecos muy grandes.

GALAXIAS ACTIVAS
Hoy en día, los cuásares son
conocidos por ser versiones
muy luminosas del mismo
núcleo azul que Seyfert observó
en los centros de las galaxias
espirales cercanas. La razón por
la cual estos nos parecían
estrellas aisladas es que son muy
distantes, y muy luminosos
comparados con las galaxias de
Ilustración 7. Visualización de una galaxia anfitriona, obscureciendo el
nuestro alrededor. Fue
quasar albergado. Créditos: HST/NASA/J Bahcall et al. necesario el telescopio espacial
Hubble, a mediados de los 90’s,
para detectar rutinariamente las galaxias anfitrionas de cuásares. La mayoría de los primeros
cuásares descubiertos presentan altas emisiones en radio, hecho que no resulta sorprendente
teniendo en cuenta que los astrónomos ópticos utilizaban las emisiones en radio como
parámetro para decidir cuáles objetos estudiar. No obstante, ahora sabemos que los cuásares
con fuertes emisiones en radio son la excepción en lugar de la regla. En nueve de cada diez
casos, la fuente intensa puntual con líneas de emisión “esparcidas” no están acompañadas
por fuertes emisiones en radio. Por la naturaleza de sus procesos (la mayoría de su radiación
no es térmica) estas galaxias no coinciden con modelos como los de cuerpo negro.
En la actualidad, se considera que los cuásares se albergan en galaxias jóvenes activas con la
mayor parte de su energía (cercana a mil veces la energía de todas las estrellas de nuestra Vía
Láctea) proviniendo de un núcleo central diminuto, el cual se supone que contiene lo que se
conoce como agujero negro supermasivo. En general, dichos agujeros negros tendrían masas
millones de veces más grandes que la del sol, dependiendo del tamaño de la galaxia misma.

Ilustración 8: Relación entre galaxia y agujero negro central. Créditos: Gultekin et al

Desde el descubrimiento de que los cuásares esconden en su interior agujeros negros


gigantes, se ha estimado que muchas de las grandes galaxias probablemente pasarían por una
“fase quasar” antes de que se establecieran. En La vía láctea, gracias a las observaciones del
telescopio Fermi, se pueden notar unas burbujas que emiten rayos gamma; dando fuerza a
esta posibilidad.

Ilustración 9: Burbujas de rayos gamma. Créditos: NASA/DOE/Fermi LAT/D. Finkbeiner et al


EL MODELO
Una cosa es aceptar que los agujeros negros supermasivos interactuando con la materia local
provocan el fenómeno de Núcleos Activos de Galaxias (NAG), y otra bastante diferente es
entender en detalle la razón por la cual esto sucede. Nosotros estamos todavía lejos del
modelo detallado para un NAG, pero ciertas piezas del rompecabezas parecen coincidir. Los
agujeros negros supermasivos pueden generar una alta luminosidad en dos maneras distintas:
directamente por acumulación de masa o vía procesos electromagnéticos que aprovechan la
energía de giro del agujero negro. En este último caso el agujero negro se comporta como un
volante y la materia circundante actúa como un freno que extrae la energía reduciendo del
“spin”. El mecanismo del volante puede ser la clave para la producción de los jets, pero no
hay razón por la cual ambos mecanismos no puedan operar simultáneamente.
Las propiedades de un Núcleo Activo de galaxias deben depender, entre otras cosas, de las
contribuciones relativas de estos dos mecanismos, los cuales a su vez dependen de la tasa de
acreción, de los campos magnéticos y del giro del agujero negro. Asimismo, estas últimas
dependen de otros parámetros, como la masa del agujero negro y la orientación del disco de
acreción con respecto a nuestra línea de visión. Idealmente, se desearía un modelo unificado
que explicara los tipos multivariados de NAG de la misma forma que las teorías explican las
correlaciones entre varias propiedades de las estrellas. En el caso de los NAG es incierto si
el suministro de materia acretada proviene de gas interestelar normal en las galaxias
circundantes, conducida al interior del núcleo durante un encuentro cercano o unión con otra
galaxia, gas liberado por los vientos estelares o por la interrupción de estrellas individuales
pasando demasiado cerca al agujero. En cualquiera de estos casos es probable que la mayoría
del gas tenga suficiente momento angular para no caer directamente, formando así un disco
de acreción.
La teoría de los discos de acreción hace predicciones específicas acerca de la radiación
espectral que debería ser emitida por un disco con una tasa de acreción dada, alrededor de un
agujero negro de cierta masa. En el caso de los discos de acreción en NAG se predice un pico
en las longitudes de onda del ultravioleta. ¿Cómo encaja esta predicción con las
observaciones? Una gran parte de la banda de longitudes de onda del ultravioleta es difícil
de observar debido a que es absorbida por las nubes de gas y polvo que se interponen. Aun
así, parece que el espectro de los cuásares de hecho exhibe un “gran bache azul”, el cual
podría ser la radiación emitida por el disco de acreción.
Sin embargo, solamente el disco de acreción no puede explicar todas las características del
espectro de los núcleos activos. Por ejemplo, la radiación infrarroja probablemente proviene
del polvo, el cual ha sido calentado a aproximadamente 1000 grados Celsius por absorber
parte de la radiación ultravioleta producida cerca al agujero negro. En cuanto a los rayos X,
estos pueden venir de una corona turbulenta y caliente que forma un tipo de atmósfera sobre
el disco. Las simulaciones computarizadas están comenzando a indicar cómo dicha corona
se podría formar y están demostrando que puede ser responsable de disipar una gran fracción
de la energía liberada por acreción. Las emisiones de rayos gamma y de radio probablemente
provienen de jets de gas que son acelerados paralelamente al eje de rotación del disco. Un
tema que se ha vuelto dominante en muchos aspectos para la modelación de NAG es el
“reproceso”. Este concepto hace referencia a que la radiación emitida en una banda,
supongamos rayos X, puede ser interceptada por el disco y reemitida en una forma
modificada, como por ejemplo en infrarrojo. Estas transformaciones complejas de energía
hacen mucho más complicada la identificación de las fuentes primarias de radiación.
Otro tema prominente en la modelación de NAG es la “unificación”. Esta es la idea de que
ciertas clasificaciones observacionales de núcleos activos dependen solo de la orientación
relativa del observador con respecto al eje del disco de acreción. Un esquema de unificación
exitoso une los tipos 1 y 2 de NAG, dependiendo de si el observador tiene una línea de vista
clara del agujero negro (tipo 1), o si por el contrario se le impide ver la región más interna
por un toro opaco de gas y polvo que circunda el disco de acreción (tipo 2). En este último
caso el observador no ve la fuente ultravioleta directamente, o incluso las líneas de emisión
esparcidas de las nubes de gas sobre el disco, pero reflexiones de estas características de
nubes de gas más distantes son frecuentemente visibles.
Un segundo esquema de unificación
aplica a aproximadamente el 10%
de los núcleos activos que tienen
jets poderosos y por lo tanto
clasifican como “radio fuerte”. La
radiación emitida por estos jets es
mucho más brillante cuando se ve a
lo largo del eje que de lado (una
consecuencia de que la velocidad de
los jets sea cercana a la de la luz).
Un observador mirando hacia abajo
el jet verá una fuente violentamente
fluctuante de radiación llamada
“blazar”, la cual puede ser tan
intensa que ahoga la radiación del
disco de acreción y las líneas de
emisión de las nubes. Desde una
dirección visual lejana al eje, el
NAG sería clasificado como galaxia
de radio o quasar de radio fuerte. A
pesar de estos esquemas
propuestos, todavía permanecen
muchos problemas básicos sin
Ilustración 10. Diagrama esquemático de un Núcleo Activo de Galaxias
responder. Por ejemplo, todavía no (NAG). Créditos: Gravity’s Fatal Attraction: Black Holes in the
se conoce la razón por la cual solo Universe..
una minoría de los núcleos activos
producen poderosos jets mientras que el resto no.
BIBLIOGRAFÍA
 Begelman Mitchell y Rees Martin. Gravity’s Fatal Attraction: Black Holes in the
Universe (2010). Segunda edición. Cambridge University Press.
 Al-Khalili Jim. Black Holes Wormholes & Time Machines (1999). Institute of
Physics Publishing.
 Parker Barry. Cosmic Time Travel: A Scientific Odyssey (1991). Perseus Publishing
 Crawfort Carolin. Quasars- the brightest black holes (2013). Greshman College.
 Osmer Patrick. Quasi-stellar objects: Overview (2006). Encyclopedia of astronomy
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 Burbidge Geoffrey. The quasi-stellar objects (1967). American Scientist vol.55 No.3.
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https://ned.ipac.caltech.edu/level5/Glossary/Essay_seyfert.html
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https://www.nasa.gov/mission_pages/GLAST/news/new-structure.html.

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