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En la mayoría de países, el uso de cubiertas vegetales no está muy extendido, no

obstante en las últimas dos décadas ha aumentado el interés por este sistema
constructivo, ya que cada vez es más importante el ahorro energético.
Debido a la importancia de hacer edificios cada vez más eficientes
energéticamente, se han realizado diversos estudios para evaluar la eficiencia de las
cubiertas ajardinadas. Entre esos estudios destacan los realizados por investigadores de
la Universidad Politécnica de Madrid y de la Universidad Politécnica delle Marche
(Italia), en los que han demostrado que las cubiertas ajardinadas son un 60% más
eficientes energéticamente que las cubiertas no ajardinadas, siempre y cuando
contengan una vegetación densa, ya que actuará como un sistema refrigerante.
Coincidiendo con esto, el investigador de la Universidad del País Vasco, Aitor
Erkoreka, ha demostrado que las cubiertas ajardinadas reducen el consumo energético
de los edificios situados en lugares con veranos muy calurosos, ya que disminuyen la

necesidad del uso de aire acondicionado, siempre y cuando se realice un riego adecuado
de la cubierta. Además destaca como ventaja que este tipo de cubierta evita el
calentamiento de las ciudades, disminuye el riesgo de inundaciones por aguas pluviales,
sirve de hábitat a muchas especies y contribuye a reducir la contaminación atmosférica.
Según los estudios realizados por Erkoreka, doctor en Ingeniería Térmica, la
clave del buen funcionamiento de una cubierta vegetal es la evapotranspiración. Esto no
es más que la pérdida de humedad de una superficie por evaporación directa junto con
la pérdida de agua por transpiración de la vegetación expresada en milímetros por
unidad de tiempo. En este caso las plantas aprovechan la energía solar para realizar la
fotosíntesis y la evapotranspiración, evitando que dicha energía solar penetre al interior
de la edificación.
El precio de realizar una cubierta completa (formación de pendientes,
asilamiento, impermeabilización, capa separadora y capa de protección), usando grava
como capa de protección ronda los 67 €/m². Si en vez de emplear grava como capa de
protección utilizásemos 25 centímetros de tierra vegetal el precio sería de 72 €/m², es
decir, un incremento de tan solo 5 €/m², algo que puede resultar irrisorio en la
repercusión en el presupuesto de ejecución material de un edificio completo.

Los tejados verdes, al igual que los jardines verticales, se están extendiendo
cada vez más gracias a la cantidad de ventajas que conllevan, como el aislamiento
térmico y acústico del interior de los edificios. La inclusión de la propia naturaleza en
las fachadas y en las azoteas de las construcciones constituye, sin duda, verdaderas
cubiertas ecológicas en las ciudades. Aunque comenzó a ser tendencia dos décadas
atrás, lo cierto es que los pueblos que habitaban el norte de Europa ya construían sus
tejados con cubiertas vegetales. Uno de los principales motivos de esta nueva moda es
que los jardines en los tejados pueden limpiar el aire urbano capturando parte del
dióxido carbono. Además, la vegetación y los componentes que se colocan bajo la
misma ayudan a retener el agua de la lluvia, lo que provoca que las alcantarillas no se
saturen cuando se producen fuertes precipitaciones. De otra manera, esto también sirve
para recuperar espacios verdes en las ciudades, reduciendo el efecto de “isla de calor”
que tienen las urbes.
Por otro lado, los jardines en los tejados suponen un ahorro en la factura de la
electricidad por una reducción de energía tanto en la calefacción como en el aire
acondicionado. Esto es porque los materiales que se instalan en la azotea permiten que
la construcción no intercambie tanta energía con el exterior, originando un aislamiento
térmico y consiguiendo también la reducción del ruido exterior. Por último, provocan
que la estética del edificio sea más vistosa, aumentando el valor del mismo, sobre todo
si se cuenta con un buen diseño del jardín.
Para conseguir todavía más beneficios de los jardines en los tejados, se pueden
colocar plantas que puedan ser aprovechadas para el consumo humano, como, por
ejemplo, árboles frutales.

Un tejado verde, azotea verde o cubierta ajardinada es el techo de una casa o


edificio que está parcial o totalmente cubierto de vegetación, ya sea en suelo o en un
medio de cultivo apropiado. No se refiere a techos de color verde, como los de tejas de
dicho color ni tampoco a techos con jardines en macetas. Se refiere en cambio a
tecnologías usadas en los techos para mejorar el hábitat o ahorrar consumo de energía,
es decir tecnologías que cumplen una función ecológica.
El término techo verde también se usa para indicar otras tecnologías "verdes",
tales como paneles solares fotovoltaicos o módulos fotovoltaicos. Otros nombres para
los techos verdes son techos vivientes y techos ecológicos.
Innumerables son las ventajas que nos aportan los "techos verdes"
 Filtrar contaminantes y CO2 del aire; véase también Paredes de cultivo. Ayuda a
bajar la contaminación ambiental, ya que crea un mini pulmón verde.
 Actuar como barrera acústica; el suelo bloquea los sonidos de baja frecuencia y
las plantas los de alta frecuencia. Esto se observa especialmente en ciudades
 Cultivar frutas, verduras y flores
 Mejorar la climatización del edificio, refrescando la casa en verano y
manteniéndola caliente en invierno. Con esto se reduce el consumo de energía,
por menor uso de aire acondicionado y calefactores.
 Prolongar la vida del techo. protección y longevidad del tejado del edificio.
 Reducir el riesgo de inundaciones
 Filtrar contaminantes y metales pesados del agua de lluvia
 Proteger la biodiversidad de zonas urbanas
 Mejorar visualmente el entorno, cambiando el asfalto y cemento, por un jardín
verde.
Un techo verde es un componente clave de un edificio autónomo.
Un estudio realizado en 2005 por Brad Bass de la universidad de Toronto
demostró que los techos verdes también pueden reducir la pérdida de calor y reducir el
consumo de energía en invierno.
En un estudio reciente sobre el impacto de estructuras verdes en la zona de
Manchester los investigadores comprobaron que los techos verdes ayudaban a bajar las
temperaturas especialmente en zonas urbanas: “agregar techos verdes a todas las
estructuras puede tener efectos dramáticos en la temperatura de la superficie,
manteniendo la temperatura por debajo de los promedios de los años 1961-1990… Los
techos verdes tienen mayor impacto… donde la proporción de edificios es alta y la
proporción de evaporación es baja. Por lo tanto la mayor diferencia ocurre en el centro
de las poblaciones.”
Los techos verdes pueden ser clasificados según la profundidad del medio de
cultivo y del grado de mantenimiento requerido, en:
a) intensivos y
b) extensivos (también denominados semi-intensivos),
Los techos intensivos son de tipo parque con fácil acceso y pueden incluir desde
especias para la cocina a arbustos y hasta árboles pequeños. Los jardines en los techos
tradicionales requieren un espesor de suelo considerable para cultivar plantas grandes y
césped tradicional, se los considera "intensivos" porque requieren mucho trabajo,
irrigación, abono y otros cuidados.
Los techos extensivos en cambio están diseñados para requerir un mínimo de
atención, tal vez desmalezar una vez al año o una aplicación de abono de acción lenta
para estimular el crecimiento. En general los techos extensivos se visitan sólo para su
mantenimiento. Se los puede cultivar en una capa muy delgada de suelo; la mayoría usa
una fórmula especial de compost o incluso de "lana de roca" directamente encima de
una membrana impermeable. Esto puede proveer sustrato para musgos y especies como
Sedum.
Otra distinción importante son los techos horizontales o con pendiente. El
declive de estos últimos reduce el riesgo de mal drenaje del agua, si bien presenta
también mayores problemas para mantener húmeda la tierra.
Los techos verdes modernos colocados deliberadamente para mantener
vegetación en un medio de cultivo son un fenómeno relativamente reciente. Sin
embargo los países escandinavos han usado techos de pasto por muchos siglos. La
tendencia moderna comenzó cuando Alemania desarrolló los primeros en la década de
1960 y ahora se han difundido a muchos países. Se calcula que alrededor del 10% de los
techos en Alemania son verdes. Se están volviendo populares en Europa y en menor
grado en Estados Unidos.
Algunos países europeos, incluyendo Alemania, Suiza, Holanda, Hungría,
Suecia y el Reino Unido, tienen asociaciones que fomentan los techos verdes. La ciudad
de Linz en Austria paga a los constructores para que instalen techos verdes. En Suiza
hay una ley federal sobre techos verdes. Gran Bretaña comenzó lentamente pero las
políticas sobre este tema han cobrado gran vigor, especialmente en Londres y Sheffield.

Los techos verdes tienen mayores requisitos estructurales, muy especialmente


los intensivos. Algunos edificios ya existentes no pueden ser modificados porque no
soportan el peso del suelo y vegetación. Los costos de mantenimiento pueden ser
mayores según el tipo de techo. También es de importancia la impermeabilización al
agua: instalar una adecuada capa impermeable y a prueba de raíces puede aumentar el
costo de instalación.
E J E MPLOS D E TE CH OS VE R D E S
- Un techo verde moderno (Academia de Ciencias de California). Construido para
cuidado mínimo usando plantas no nativas bien resistentes al clima inhóspito de un
techo.

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