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Cobrar por hora o por proyecto

¿Te gustaría cobrar 100, 200 o 500 euros por hora de

trabajo? No, no es imposible. Aunque tampoco es fácil:

requiere que sea muy bueno en lo que haces, que seas capaz

de convencer de ello a un cliente y que estés dispuesto a

asumir riesgos. Muchos emprendedores, a la hora de poner

precio a sus servicios, optan por establecer un precio por

hora de trabajo. En principio, la idea de cobrar por hora

parece atractiva: si el proyecto se alarga, o hay dificultades,

tú simplemente cobras más. Por el contrario, cuando al

cliente le has dicho: “te voy a cobrar 1.000 € por desarrollar

la aplicación” o “el logotipo de tu empresa te va a costar 500

€”, no cobrarás más si surgen problemas en el desarrollo o

ninguno de los cien logotipos que has diseñado le satisface.

Pero cobrar por horas también tiene sus problemas. De

entrada, que no puedes cobrar más allá del precio por hora

que es habitual en el mercado. Si un programador freelance

cobra entre 25 y 50 euros, no puedes presentar un oferta

pidiendo 100 euros por hora, aunque seas tres o cuatro veces

más productivo que un programador medio.

Y, sin embargo, cuando tienes experiencia y eres realmente

bueno, eres también mucho más eficaz. Desarrollar la

primera página web puede llevarte una semana, pero cuando

has hecho cincuenta una página parecida apenas te lleva una

mañana. ¿Debes entonces cobrar cinco veces menos por hacer

un trabajo mejor y más rápido?


Por otro lado, al cliente no le importa tanto el tiempo que

dedicas a una tarea como el valor que obtiene de ella. Es ese

valor percibido el que marca el precio que está dispuesto a

pagar. Convence a tu cliente de que saldrá ganando con el

resultado de tu trabajo, y no tendrá problemas en pagarte lo

que le pidas.

Claro que poner precio a un proyecto es mucho más difícil

que poner precio a una hora de trabajo. Al fin y al cabo, es

relativamente fácil saber cómo se mueve el mercado para

poner un precio a tus horas que esté en consonancia, y esa

suele ser una aproximación bastante buena. Cobrar por

proyecto implica conocer bien tus costes, identificar los

riesgos, saber el valor que aportas al cliente y ser capaz de

convencerle de ello. No es sencillo, pero si lo consigues la

recompensa puede ser ganar esos 100, 200 o 500 euros por

hora.

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