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ESTRUCTURA ATÓMICA y ENLACE QUÍMICO:

conceptos básicos

Gerardo D. López

Ciencia de los materiales

Ingeniería Industrial

Facultad Regional Santa Fe – Universidad Tecnológica Nacional

Revisión 1 – marzo 2009


Enlace químico – revisión 1
Ciencia de los materiales – Ingeniería Industrial – FRSF / UTN

Estructura atómica

Introducción
En química y física, átomo (del latín atomus, y éste del griego άτοµος, indivisible) es la
unidad más pequeña de un elemento químico que mantiene su identidad y sus propiedades y
que no es posible dividir mediante procesos químicos.
El concepto de átomo como bloque básico e indivisible que compone la materia del universo
ya fue postulado por la escuela atomista en la Antigua Grecia. Sin embargo, su existencia no
quedó demostrada hasta el siglo XIX. Recién con el desarrollo de la física nuclear en el siglo
XX se comprobó que el átomo puede subdividirse en partículas más pequeñas.

Estructura atómica
La teoría aceptada hoy es que el átomo se compone de un núcleo de carga positiva formado
por protones y neutrones, en conjunto conocidos como nucleones1, alrededor del cual se
encuentra una nube de electrones de carga negativa (ver figura 1).

Figura 1. Representación de un átomo de Helio

Núcleo Atómico
Como se ha dicho, el núcleo del átomo se encuentra formado por nucleones, los cuales
pueden ser de dos clases:
• Protones: Partícula de carga eléctrica positiva igual a una carga elemental2 y una
masa de 1,67262 × 10–27 kg, que es 1837 veces mayor que la del electrón
• Neutrones: Partículas carentes de carga eléctrica y una masa un poco mayor que la
del protón (1,67493 × 10-27 kg)

1
Un nucleón es una partícula componente del núcleo atómico. En otras palabras los nucleones son los protones
y neutrones existentes en el núcleo atómico, cuya suma se representa por medio del numero másico “A”, de
manera que para obtener el número de neutrones se le resta el número atómico (Z) al número másico (A)
2
Según la física actual, la carga eléctrica es una propiedad cuantizada y la unidad más elemental de carga es la
que tiene el electrón, es decir alrededor de 1.6 x 10-19 coulombios (valor conocido como carga elemental).

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El núcleo más sencillo es el del hidrógeno, formado únicamente por un protón. El núcleo del
siguiente elemento en la tabla periódica (ver figura 2), el helio, se encuentra formado por dos
protones y dos neutrones. La cantidad de protones contenidos en el núcleo del átomo se
conoce como número atómico, el cual se representa por la letra Z y se escribe en la parte
inferior izquierda del símbolo químico. Este número es el que distingue a un elemento
químico de otro. Según lo descrito anteriormente, el número atómico del hidrógeno es 1 (1H),
y el del helio, 2 (2He). La cantidad total de nucleones que contiene un átomo se conoce como
número másico, se representa con la letra A y se escribe en la parte superior izquierda del
símbolo químico. Para los ejemplos dados anteriormente, el número másico del hidrógeno es
1(1H), y el del helio, 4(4He).

Grupo 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18
I II III IV V VI VII VIII
Periodo
1 2
1
H He
3 4 5 6 7 8 9 10
2
Li Be B C N O F Ne
11 12 13 14 15 16 17 18
3
Na Mg Al Si P S Cl Ar
19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36
4
K Ca Sc Ti V Cr Mn Fe Co Ni Cu Zn Ga Ge As Se Br Kr
37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54
5
Rb Sr Y Zr Nb Mo Tc Ru Rh Pd Ag Cd In Sn Sb Te I Xe
55 56 72 73 74 75 76 77 78 79 80 81 82 83 84 85 86
6 *
Cs Ba Hf Ta W Re Os Ir Pt Au Hg Tl Pb Bi Po At Rn
87 88 104 105 106 107 108 109 110 111 112 113 114 115 116 117 118
7 **
Fr Ra Rf Db Sg Bh Hs Mt Ds Rg Uub Uut Uuq Uup Uuh Uus Uuo
57 58 59 60 61 62 63 64 65 66 67 68 69 70 71
Lantánidos *
La Ce Pr Nd Pm Sm Eu Gd Tb Dy Ho Er Tm Yb Lu
89 90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 100 101 102 103
Actínidos **
Ac Th Pa U Np Pu Am Cm Bk Cf Es Fm Md No Lr

Alcalinos Alcalinotérreos Lantánidos Actínidos Metales de transición

Metales del bloque


Metaloides No metales Halógenos Gases nobles
p

Existen también átomos que tienen el mismo número atómico, pero diferente número másico,
los cuales se conocen como isótopos. Por ejemplo, existen tres isótopos naturales del
hidrógeno, el protio (1H), el deuterio (2H) y el tritio (3H). Todos poseen las mismas
propiedades químicas del hidrógeno, y pueden ser diferenciados únicamente por ciertas
propiedades físicas.

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Otros términos menos utilizados relacionados con la estructura nuclear son los isótonos, que
son átomos con el mismo número de neutrones y los isóbaros son átomos que tienen el
mismo número másico.
Debido a que los protones tienen cargas positivas se deberían repeler entre sí, sin embargo, el
núcleo del átomo mantiene su cohesión debido a la existencia de otra fuerza de mayor
magnitud, aunque de menor alcance conocida como la interacción nuclear fuerte3.

Interacciones eléctricas entre protones y electrones


Antes del experimento de Rutherford4 la comunidad científica aceptaba el modelo atómico de
Thomson, descubridor del electrón en 1897.

Figura 3. Modelo de Thompson

Thomson determinó que la materia se componía de dos partes, una negativa y una positiva.
La parte negativa estaba constituida por electrones, los cuales se encontraban según este
modelo, inmersos en una masa de carga positiva a manera de pasas en un pastel.

3 La interacción nuclear fuerte es una de las cuatro fuerzas fundamentales que el modelo estándar de la Física
establece para explicar el Universo. Esta fuerza es la responsable de mantener unidos a los nucleones (protón y
neutrón) que subsisten en el núcleo atómico, venciendo a la repulsión electromagnética entre los protones que
poseen carga eléctrica del mismo signo (positiva) y haciendo que los neutrones, que no tienen carga eléctrica,
permanezcan unidos entre sí y también a los protones. Los efectos de esta fuerza sólo se aprecian a distancias
muy pequeñas, del tamaño de los núcleos atómicos, es decir menores a 1 fm (El femtómetro, también llamado
fermi, es la unidad de longitud que equivale a una milbillónesima parte del metro -1 fm = 1x10-15m-). A esta
característica se le conoce como ser de corto alcance, en contraposición con la fuerza gravitatoria o la fuerza
electromagnética que son de largo alcance (realmente el alcance de estas dos es infinito).
4
El experimento consistió en “bombardear” con un haz de partículas alfa una fina lámina de metal y observar
cómo las láminas de diferentes metales afectaban a la trayectoria de dichos rayos. Rutherford concluyó que el
hecho de que la mayoría de las partículas atravesaran la hoja metálica, indica que gran parte del átomo está
vacío, que la desviación de las partículas alfa indica que el deflector y las partículas poseen carga positiva, pues
la desviación siempre es dispersa. Y el rebote de las partículas alfa indica un encuentro directo con una zona
fuertemente positiva del átomo y a la vez muy densa. El modelo atómico de Rutherford mantenía el
planteamiento de Thomson, de que los átomos poseen electrones, pero su explicación sostenía que todo átomo
estaba formado por un núcleo y una corteza. El núcleo debía tener carga positiva, un radio muy pequeño y en él
se concentraba casi toda la masa del átomo. La corteza estaría formada por una nube de electrones que orbitan
alrededor del núcleo. Según Rutherford, las órbitas de los electrones no estaban muy bien definidas y formaban
una estructura compleja alrededor del núcleo, dándole un tamaño y forma indefinida. También calculó que el
radio del átomo, según los resultados del experimento, era diez mil veces mayor que el núcleo mismo, lo que
implicaba un gran espacio vacío en el átomo.

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Para explicar la formación de iones, positivos y negativos, y la presencia de los electrones


dentro de la estructura atómica, Thomson ideó un átomo (ver figura 3) consistente en una
nube positiva que contenía las pequeñas partículas negativas (los electrones) suspendidos en
ella. El número de cargas negativas era el adecuado para neutralizar la carga positiva. En el
caso de que el átomo perdiera un electrón, la estructura quedaría positiva; y si ganaba un
electrón, la carga final sería negativa. De esta forma explicaba la formación de iones; pero
dejó sin explicación la existencia de las otras radiaciones.
Los modelos posteriores se basan en una estructura de los átomos con una masa central
cargada positivamente rodeada de una nube de carga negativa. Este tipo de estructura del
átomo llevó a Rutherford a proponer su modelo en que los electrones se moverían alrededor
del núcleo en órbitas. Además, Rutherford predijo la existencia del neutrón en el año 1920,
razón por la cual en el modelo anterior (Thomson), no se habla de éste. El modelo de
Rutherford, a pesar de ser obsoleto en términos científicos, es la percepción más común del
átomo del público no científico. Este modelo tiene una dificultad proveniente del hecho de
que una partícula cargada acelerada, como sería necesario para mantenerse en órbita, emitiría
radiación electromagnética, perdiendo energía. Las leyes de Newton, junto con las ecuaciones
del electromagnetismo de Maxwell aplicadas al átomo de Rutherford llevan a que en un
tiempo del orden de 10−10s, toda la energía del átomo se habría radiado, con la consiguiente
caída de los electrones sobre el núcleo.
Para salvar estos inconvenientes, Bohr propone su modelo (que en rigor es solo un modelo
del átomo de hidrógeno tomando como punto de partida el modelo de Rutherford), tratando
de incorporar los fenómenos de absorción y emisión de los gases, así como la nueva teoría de
la cuantización de la energía desarrollada por Max Planck y el fenómeno denominado efecto
fotoeléctrico observado por Albert Einstein. Para Bohr, el átomo es un pequeño sistema solar
con un núcleo en el centro y electrones moviéndose alrededor del núcleo en órbitas bien
definidas, que están cuantizadas (es decir que los e- pueden estar solo en ciertas órbitas).
Cada órbita tiene una energía asociada. La más externa es la de mayor energía. Los electrones
no radian energía (luz) mientras permanezcan en órbitas estables. Los electrones pueden
saltar de una a otra órbita. Si lo hacen desde una de menor energía a una de mayor energía
absorben un cuanto de energía (una cantidad) igual a la diferencia de energía asociada a cada
órbita. Si pasan de una de mayor a una de menor, pierde energía en forma de radiación
(fotón).
El mayor éxito de Bohr fue dar explicación al espectro de emisión del hidrógeno y
proporcionar una base para el carácter cuántico de la luz, ya que el fotón es emitido cuando
un electrón cae de una órbita a otra, siendo un pulso de energía radiada. En términos
cuantitativos, la variación de energía (∆E) asociada con la transición del electrón desde un
nivel a otro, está relacionada con la frecuencia (ν) del fotón a través de la ecuación de
Planck5:

∆E = h ν

Para la radiación electromagnética, la constante de Planck relaciona la velocidad de la luz (c


= 3,00 x 108 metros/segundo) con su longitud de onda (λ) mediante la ecuación c = λ ν. Por
lo tanto, el cambio de energía asociado al fotón, también puede expresarse como:

∆E = hc / λ

5
h = constante de Planck = 6,63 x 10-34 Julios/segundo (J-s)

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La verificación experimental de las energías asociadas con electrones que son excitados a
niveles de energía discreta superior o la pérdida de energía y caída a niveles discretos más
bajos, se obtiene principalmente por los análisis de las longitudes de onda e intensidades de
las líneas espectrales. Cuando los átomos son excitados eléctrica o térmicamente y cesa esta
excitación, emiten una radiación. Si esta es dispersada por un prisma y detectada por una
placa fotográfica, se revelan líneas o bandas. A los conjuntos de estas líneas se los denomina
espectros de emisión atómica. Cada línea espectral corresponde a una cantidad de energía
específica que se emite (ver figura 4).

Figura 4. Espectro del Hidrógeno

Utilizando los datos del espectro de hidrógeno, Niels Bohr desarrolló en 1913 un modelo para
el átomo de hidrógeno que consistía en un electrón sencillo girando alrededor de un protón
con un radio fijo. Una buena aproximación de la energía del electrón en el átomo de
hidrógeno para un nivel energético determinado viene dada por la ecuación de Bohr:

E = 2π2me4 / n2h2 = - (13,6 / n2) eV (con n = 1, 2, 3, 4, 5,…)

donde
• e = carga del electrón
• m = masa del electrón
• n = un número entero llamado número cuántico principal

En la teoría atómica moderna, la n de la ecuación de Bohr se designa como número cuántico


principal y representa los niveles energéticos principales para los electrones en los átomos. A
partir de la ecuación de Bohr, se determina que el nivel de energía del electrón del hidrógeno
en su estado fundamental es - 13,6 eV y corresponde a la línea donde n = 1 en el diagrama de
los niveles energéticos del hidrógeno. Cuando el electrón del hidrógeno es excitado a niveles
energéticos superiores, su energía aumenta pero su valor numérico es menor. Por ejemplo,
cuando el electrón del hidrógeno es excitado al segundo nivel cuántico principal, su energía
es 3,4 eV y si el electrón es excitado hasta el estado libre, donde n = infinito, el electrón
tendrá energía nula. La energía requerida para hacer que el electrón abandone el átomo de
hidrógeno es 13,6 eV que es la energía de ionización del electrón del hidrógeno.

Energía de Ionización
Generalizando la mención hecha para el hidrógeno, se define la energía de ionización como
la cantidad mínima de energía necesaria para eliminar el electrón más débilmente ligado a un
átomo aislado en forma gaseosa, para dar lugar a la formación de un ión con una carga de +1:

ÁTOMO + energía → ION +1 (catión) + 1 e-

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Este valor también se conoce como la primera energía de ionización, puesto que hay otros
electrones susceptibles de ser arrancados del átomo. La figura 5 muestra una gráfica de
energía de primera ionización frente al número atómico de los primeros 20 elementos de la
tabla periódica.

Figura 5. Relación energía de ionización / número atómico

En la figura 5 se observa como los elementos de un mismo período requieren más energía
conforme se incrementa su número atómico (Li, Be, B, C, N, O, F y Ne). Por otra parte, para
elementos de un mismo grupo se verifica que la energía requerida es similar pero cada vez
menor, (por ejemplo Li, Na y K). Asimismo se observa que al comparar un período con el
siguiente, el comportamiento energético es similar. En conclusión, la energía de ionización
también es una de las propiedades periódicas, es decir forma parte del conjunto de
propiedades repetitivas o similares que se dan sobre elementos de un mismo grupo y/o de un
mismo período.

Modelo atómico actual


Después de que de Broglie propusiera la naturaleza ondulatoria de la materia en 1924, la cual
fue generalizada por Edwin Schrödinger en 1926, se actualizó nuevamente el modelo del
átomo. En el modelo de Schrödinger se abandona la concepción de los electrones como
esferas diminutas con carga que giran en torno al núcleo (que es una extrapolación de la
experiencia a nivel macroscópico hacia las diminutas dimensiones del átomo). En vez de
esto, Schrödinger describe a los electrones por medio de una función de onda6, el cuadrado de

6 Históricamente el nombre función de onda se refiere a que el concepto fue desarrollado en el marco de la
primera física cuántica, donde se interpretaba que las partículas podían ser representadas mediante una onda
física que se propaga en el espacio. En la formulación moderna, la función de onda se interpreta como un objeto
mucho más abstracto, que representa un elemento de un cierto espacio de Hilbert de dimensión infinita que
agrupa a los posibles estados del sistema.

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la cual representa la probabilidad de presencia en una región delimitada del espacio. Esta
zona de probabilidad se conoce como orbital.
El movimiento de los electrones en los átomos es más complicado que el presentado por el
modelo atómico sencillo de Bohr. Los electrones pueden tener órbitas no circulares (elípticas)
en torno al núcleo y, de acuerdo con el principio de incertidumbre de Heisenberg, la posición
y el momento (masa x velocidad) de una partícula pequeña como es el electrón no pueden ser
determinados simultáneamente. Así, la posición exacta del electrón en un instante no puede
ser determinada debido a que el electrón es una partícula muy pequeña. Puesto que la
posición del electrón en el hidrógeno no puede ser determinada con precisión, se utiliza
frecuentemente una distribución de la densidad de la nube de carga electrónica para
representar la posición del electrón en el átomo de hidrógeno en su movimiento orbital
alrededor de su núcleo. La mayor densidad de carga electrónica se encuentra en un radio de
0,05 nm, que corresponde al radio de Bohr del átomo de hidrógeno.

Números cuánticos

La moderna teoría atómica establece que el movimiento de un electrón en torno a su núcleo y


su energía están caracterizado no sólo por un número cuántico principal sino por cuatro
números cuánticos: principal n, secundario l, magnético ml, y de spin ms. De acuerdo con
el principio de exclusión de Pauli7, no puede haber dos electrones en un mismo átomo que
tengan los cuatro números cuánticos iguales.

Número cuántico principal (n):


El número cuántico principal corresponde a la n en la ecuación de Bohr. Representa los
niveles energéticos principales para el electrón y puede ser interpretado como una zona en el
espacio donde es alta la probabilidad de encontrar al electrón con un valor particular de n.
Los valores de n son números enteros positivos comprendidos entre 1 y 7. Cuanto mayor es el
valor de n, más se aleja la corteza del núcleo y por consiguiente cuanto mayor es el valor del
número cuántico principal de un electrón, más lejano está el electrón (sobre una base de
tiempo medio) del núcleo. También, en general, cuanto mayor es el número cuántico
principal de un electrón, mayor es su energía.

Número cuántico secundario (1):


El segundo número cuántico es el número cuántico secundario 1. Este número cuántico
especifica los subniveles de energía dentro de los límites de los niveles principales, y también
especifica una subcapa donde la probabilidad de encontrar al electrón es alta si ese nivel
energético está ocupado, Los valores permitidos de 1 son 1 = 0, 1, 2, 3, ..., n – 1. Las letras s,
p, d, y f se utilizan8 para designar a los subniveles energéticos 1 como sigue:

número de designación 1 =0 1 2 3
letra de designación l =s p d f

7
Wolfgang Pauli (1900-1958). Físico austriaco que fue uno de los fundadores de la teoría cuántica moderna. En
1945 recibió el Premio Nóbel de Física.
8Las letras s, p, d y f se adoptan de las primeras letras de las antiguas designaciones de la intensidad de línea
espectral: sharp, principal, díffuse y fundamental.

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Los subniveles energéticos s, p, d y f de un electrón son términos orbitales. El término orbital


también se refiere a una subcapa de un átomo donde la densidad de un electrón particular o
de un par de electrones es alta. Así, podemos hablar de una subcapa s o p de un átomo.

Número cuántico magnético (ml):


El tercer número cuántico, ml, representa la orientación espacial de un orbital atómico y
contribuye poco a la energía de un electrón. El número de las orientaciones diferentes
permitidas a un orbital depende del valor de 1 en un orbital particular. El número cuántico ml,
tiene valores permitidos desde -l a +l incluyendo el 0. Cuando 1 = 0, sólo hay un valor para
ml, que es el 0. Cuando 1 = 1, hay 21+1 valores permitidos para ml, En la notación de los
orbitales s, p, d, f, hay un orbital s, 3 orbitales p, 5 orbitales d y 7 orbitales f para cada uno de
los subniveles energéticos s, p, d y f permitidos.

Número cuántico de spin (ms):


El cuarto número cuántico, expresa las dos direcciones de spin permitidas para el giro del
electrón en torno a su propio eje. Las direcciones son en el sentido de las agujas del reloj y en
sentido contrario y sus valores permitidos son +½ y -½. El número cuántico de spin tiene un
efecto menor en la energía del electrón. Se debe indicar que dos electrones pueden ocupar el
mismo orbital, pero si eso ocurre, deben tener los spines opuestos.

Estructura electrónica de átomos multielectrónicos


Número máximo de electrones por cada nivel atómico principal
Los átomos constan de niveles principales de altas densidades electrónicas, como requieren
las leyes de la mecánica cuántica. Hay siete de estos niveles principales cuando el número
atómico llega a 87 para el elemento francio (Fr). Cada nivel sólo puede contener un número
máximo de electrones que también viene dado por las leyes de la mecánica cuántica. El
máximo número de electrones que pueden ser ubicados en cada nivel atómico está definido
por los diferentes números cuánticos (principio de Pauli) y es 2n2, donde n es el número
cuántico principal. De este modo, sólo puede haber un máximo de 2 electrones en el primero,
8 en el segundo, 18 en el tercero, 32 en el cuarto, etc.

Tamaño atómico
Cada átomo puede ser considerado en una primera aproximación como una esfera con radio
definido. El radio de una esfera atómica no es constante ya que depende en alguna extensión
del entorno. Muchos de los valores de los radios atómicos no son todavía concordantes y
varían en alguna medida dependiendo de la fuente de referencia. Si se consideran los tamaños
atómicos relativos de los elementos junto con sus radios atómicos, se hacen evidentes algunas
tendencias en los tamaños atómicos. En general, a medida que a un elemento se le añaden
niveles sucesivos con incremento del número cuántico principal, el tamaño del átomo crece.
Se dan, sin embargo, unas pocas excepciones donde el tamaño atómico en realidad se reduce.
Los elementos alcalinos del grupo lA de la tabla periódica son un buen ejemplo de átomos
cuyo tamaño crece con cada capa electrónica añadida. Por ejemplo, el litio (n = 2) tiene un
radio atómico de 0,157 nm, mientras que el cesio (n = 6) tiene un radio atómico de 0,270 nm.
Recorriendo la tabla periódica desde un elemento del grupo de alcalinos 1A hasta un gas
noble del grupo 8A, el tamaño atómico, en general, disminuye. Sin embargo, de nuevo hay
algunas pequeñas excepciones. El tamaño atómico es importante en el estudio de la difusión
atómica en aleaciones metálicas. La figura 6 presenta información referida a los radios
atómicos siguiendo el ordenamiento periódico.

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Figura 6. Radio atómico (nm)


251-300 201-250 151-200 101-150 51-100 Desconocido

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18
Ia IIa IIIb IVb Vb VIb VIIb VIII Ib IIb IIIa IVa Va VIa VIIa 0
1 2
1 H He
78 128
3 4 5 6 7 8 9 10
2 Li Be B C N O F Ne
152 112 88 77 74 66 64
11 12 13 14 15 16 17 18
3 Na Mg Al Si P S Cl Ar
191 160 143 118 110 104 99 174
19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36
4 K Ca Sc Ti V Cr Mn Fe Co Ni Cu Zn Ga Ge As Se Br Kr
235 197 164 147 135 129 137 128 125 125 128 137 153 122 121 119 114
37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54
5 Rb Sr Y Zr Nb Mo Tc Ru Rh Pd Ag Cd In Sn Sb Te I Xe
250 215 182 160 147 140 135 134 134 137 144 152 167 158 141 137 133 218
55 56 57 * 72 73 74 75 76 77 78 79 80 81 82 83 84 85 86
6 Cs Ba La Hf Ta W Re Os Ir Pt Au Hg Tl Pb Bi Po At Rn
272 224 188 159 147 141 137 135 136 139 144 155 171 175 182 167
87 88 89 * 104 105 106 107 108 109 110 111 112 113 114 115 116 117 118
7 Fr Ra Ac Rf Db Sg Bh Hs Mt Uun Uuu Uub Uut Uuq Uup Uuh Uus Uuo
270 223 188 150 139 132 128 126
58 59 60 61 62 63 64 65 66 67 68 69 70 71
Serie
lantánidos Ce Pr Nd Pm Sm Eu Gd Tb Dy Ho Er Tm Yb Lu
183 183 182 181 180 204 180 178 177 177 176 175 194 172
90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 100 101 102 103
Serie
actínidos Th Pa U Np Pu Am Cm Bk Cf Es Fm Md No Lr
180 161 138 131 151 184 174 170 169 203

Configuraciones electrónicas de los elementos.


La configuración electrónica de un átomo representa la distribución de los electrones en
orbitales. Las configuraciones electrónicas están escritas en una notación convencional que
consta del número cuántico principal seguido por una letra que indica el orbital s, p, d o f.
Una cifra escrita sobre la letra del orbital indica el número de electrones que contiene. El
orden de llenado de los orbitales es el siguiente:

1s2 2s2 2p6 3s2 3p6 4s2 3d10 4p6 5s2 4d10 5p6 6s2 4f14 5d10 6p6 7s2 5f14 6d10 7p6

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Sin embargo, si se toman en cuenta las configuraciones electrónicas de los elementos tal
como se han determinado experimentalmente, se observa que existen pequeñas
irregularidades inconsistentes con el sistema de llenado tradicional. Por ejemplo, el cobre (Z
= 29) tiene la configuración electrónica externa 3d10 4s1, aunque, de acuerdo con el sistema
especificado, se esperaría la configuración 3d9 4s1. Las razones de estas irregularidades no
son conocidas exactamente.
La evidencia experimental muestra también que los electrones con el mismo número cuántico
secundario tienen los spines tan paralelos como es posible. De este modo, si hay cinco
electrones en los orbitales d, habrá un electrón en cada orbital d, y las direcciones de spin de
todos los electrones serán paralelas.

Estructura electrónica y reactividad química


Gases nobles.
Las propiedades químicas de los átomos de los elementos dependen principalmente de la
reactividad de sus electrones más externos. Los más estables y menos reactivos de todos los
elementos son los gases nobles. Con la excepción del helio, que tiene una configuración
electrónica ls2, las capas exteriores de los otros gases nobles (Ne, Ar, Kr, Xe y Rri) tienen una
configuración s2p6. Esta configuración para la capa más externa hace que posean una alta
estabilidad química, como se ha puesto de manifiesto por la relativa inactividad de los gases
nobles para reaccionar con otros átomos.

Elementos electropositivos y electronegativos.


Los elementos electropositivos son metálicos por naturaleza y ceden electrones en las
reacciones químicas para producir iones positivos o cationes. El número de electrones
cedidos por un átomo electropositivo en una reacción es indicado por un número de
oxidación positivo. Los elementos más electropositivos están en los grupos lA y 2A de la
tabla periódica.
Los elementos electronegativos son no metálicos en esencia y aceptan electrones en las
reacciones químicas para producir iones negativos o aniones. El número de electrones
aceptados por un átomo electronegativo de un elemento es indicado por un número de
oxidación negativo. Los elementos más electronegativos están en los grupos 6A y 7A de la
tabla periódica.
Algunos elementos de los grupos 4A hasta 7A de la tabla periódica pueden comportarse de
una manera electropositiva o electronegativa. Este comportamiento doble es mostrado por
elementos tales como carbono, silicio, germanio, arsénico, antimonio y fósforo. Así, en
algunas reacciones, tienen número de oxidación positivo, donde muestran comportamiento
electropositivo, y en otras, tienen números de oxidación negativos, donde muestran
comportamiento electronegativo.

Electronegatividad.

La electronegalividad está definida como la capacidad de un átomo para atraer electrones


hacia sí. La tendencia comparativa de un átomo a mostrar un comportamiento electropositivo
o electronegativo puede cuantificarse asignando a cada elemento un número de
electronegatividad. La escala de Pauling es una clasificación de la electronegatividad de los
átomos: el elemento más electronegativo (flúor) tiene un índice de 4,0 y el más
electropositivo (francio) tiene un valor de 0.7. En términos generales, los elementos menos

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electronegativos son los metales alcalinos, cuyas electronegatividades van desde 0,7 para
francio y cesio hasta 1,0 para y litio. Los más electronegativos son flúor, oxígeno y nitrógeno,
que tienen electronegatividades de 4,0, 3,5 y 3,0, respectivamente. El concepto de
electronegatividad ayuda a comprender el comportamiento enlazante de los elementos.
Globalmente la electronegatividad aumenta de izquierda a derecha y decae hacia abajo en la
tabla periódica de los elementos, como se refleja en la figura 7.

Figura 7. Electronegatividades de los elementos


Radio atómico disminuye → Energía de ionización aumenta → Electronegatividad aumenta

Grupo 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18

Período

H He
1
2.1

Li Be B C N O F Ne
2
1.0 1.5 2.0 2.5 3.0 3.5 4.0

Na Mg Al Si P S Cl Ar
3
0.9 1.2 1.5 1.8 2.1 2.5 3.0

K Ca Sc Ti V Cr Mn Fe Co Ni Cu Zn Ga Ge As Se Br Kr
4
0.8 1.0 1.3 1.5 1.6 1.6 1.5 1.8 1.9 1.8 1.9 1.6 1.6 1.8 2.0 2.4 2.8

Rb Sr Y Zr Nb Mo Tc Ru Rh Pd Ag Cd In Sn Sb Te I Xe
5
0.8 1.0 1.2 1.4 1.6 1.8 1.9 2.2 2.2 2.2 1.9 1.7 1.7 1.8 1.9 2.1 2.5

Cs Ba Hf Ta W Re Os Ir Pt Au Hg Tl Pb Bi Po At Rn
6 Lu
0.7 0.9 1.3 1.5 1.7 1.9 2.2 2.2 2.2 2.4 1.9 1.8 1.9 1.9 2.0 2.2

Fr Ra Lr Rf Db Sg Bh Hs Mt Ds Uuu Uub Uut Uuq Uup Uuh Uus Uuo


7
0.7 0.9

La tabla 1 resume algunas de las principales relaciones entre estructura y propiedades


químicas para metales y no metales

Tabla 1. Relaciones estructura atómica / propiedades elementales

METALES NO METALES
Tienen algunos electrones en niveles Tienen cuatro o más electrones en niveles
externos, normalmente tres o menos externos
Forman cationes por pérdida de electrones Forman aniones por ganancia de electrones
Tienen bajas electronegatividades Tienen elevadas electronegatividades

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Nube electrónica
Alrededor del núcleo se encuentran los electrones que son partículas elementales de carga
negativa igual a una carga elemental y con una masa de 9,10 × 10–31 kg.
La cantidad de electrones de un átomo en su estado basal es igual a la cantidad de protones
que contiene en el núcleo, es decir, al número atómico, por lo que un átomo en estas
condiciones tiene una carga eléctrica neta igual a 0 (cero). A diferencia de los nucleones, un
átomo puede perder o adquirir algunos electrones sin modificar su identidad química,
transformándose en un ión, es decir una partícula con carga neta diferente de cero.
El concepto de que los electrones se encuentran en órbitas satelitales alrededor del núcleo se
ha abandonado en favor de la concepción de una nube de electrones deslocalizados o difusos
en el espacio, el cual representa mejor el comportamiento de los electrones descrito por la
mecánica cuántica únicamente como funciones de densidad de probabilidad de encontrar un
electrón en una región finita de espacio alrededor del núcleo.

Dimensiones atómicas
La mayor parte de la masa de un átomo se concentra en el núcleo, formado por los protones y
los neutrones, los cuales son 1.836 y 1.838 veces más pesados que el electrón
respectivamente. El tamaño o volumen exacto de un átomo es difícil de calcular, ya que las
nubes de electrones no cuentan con bordes definidos, pero puede estimarse razonablemente
en 1,0586 × 10–10 m, el doble del radio de Bohr9 para el átomo de hidrógeno.
Si esto se compara con el tamaño de un protón, que es la única partícula que compone el
núcleo del hidrógeno, que es aproximadamente 1 × 10–15 m, se verifica que el núcleo de un
átomo es cerca de 100.000 veces menor que el átomo mismo, y sin embargo, concentra
prácticamente el 100% de su masa.
Un concepto útil para muchos cálculos de estequiometría química, es el de la masa atómica
relativa de un elemento: Este valor corresponde a la masa, expresada en gramos, de 6,023 x
1023 átomos10 de ese elemento. El átomo de carbono con 6 protones y 6 neutrones, es el
átomo de carbono 12, y es la masa de referencia para las masas atómicas. Una unidad de
masa atómica (uma), se define exactamente como un doceavo de la masa de un átomo de
carbono (que por lo tanto tiene una masa de 12 uma).
Una masa atómica relativa molar de carbono 12 tiene una masa de 12 gramos en esta escala.
Un mol-gramo (se abrevia = mol) de un elemento se define como el número en gramos de
ese elemento igual al número que expresa su masa atómica relativa molar. Así, por ejemplo, 1
mol-gramo de aluminio tiene una masa de 26,98 g y contiene 6,023 x 1023 átomos.

9 En el modelo atómico de la estructura del átomo, desarrollado por Niels Bohr en 1913, los electrones giran
alrededor de un núcleo central, pero en este modelo los electrones orbitan sólo a determinadas distancias del
núcleo, dependiendo de su energía. En el átomo más simple, el hidrógeno, solamente orbita un electrón, siendo
la órbita de menor radio o radio de Bohr, la correspondiente a la situación de menor energía. De acuerdo con los
datos más recientes, el radio de Bohr del hidrógeno vale 5,2917720859 ×10−11 m (es decir, aproximadamente
52,9 picómetros o 0,529 ángstrom).

10
número de Avogadro = NA

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Enlace químico
Un enlace químico es la unión entre dos o más átomos para formar una entidad de orden
superior, como una molécula o una estructura cristalina. Para formar un enlace dos reglas
deben ser cumplidas regla del dueto y la regla del octeto11.
Los primeros planteamientos sobre la naturaleza de los enlaces químicos surgieron a
principios del siglo XII, y suponían que ciertos tipos de especies químicas eran vinculados
por ciertos tipos de afinidades químicas. A mediados del siglo XIX varios científicos
desarrollaron teorías de “radicales” o de “valencias” (llamadas en un principio “poder de
combinar”), según las cuales los compuestos se formaban debido a la atracción entre polos
positivos y negativos.
En 1916, el químico Gilbert Lewis desarrolló la idea de la unión por par de electrones. Walter
Heitler y Fritz London fueron los autores de la primera explicación mecánica cuántica de la
conexión química en 1927, describiendo la formación del hidrógeno molecular mediante la
teoría de las “valencias”. En 1930, la primera descripción matemática cuántica del enlace
químico simple se desarrolló en la tesis de doctorado de Edgard Teller.
En 1931, Pauling publicó su obra fundamental (que algunos consideran como el texto más
importante de la historia de la química), The Nature of the Chemical Bond, en la cual
desarrolló el concepto de de electronegatividad. Utilizando diversas propiedades de las
moléculas, especialmente su momento dipolar y la energía necesaria para romper los enlaces,
estableció la escala de Pauling, que permite predecir la naturaleza de los enlaces químicos.
La escala asigna un valor de electronegatividad a la mayoría de los elementos químicos. Este
valor es una medida de la fuerza con que los átomos de una molécula se atraen entre sí.
En ese mismo trabajo Pauling desarrolló el novedoso concepto de hibridación de los orbitales
atómicos y realizó un análisis del carácter tetravalente del carbono. Pauling fue uno de los
primeros químicos cuánticos y recibió el Premio Nóbel de Química en 1954, justamente por
su trabajo en el que describía la naturaleza de los enlaces químicos.
Pauling12 también descubrió la estructura de la hélice alfa (la forma de enrollamiento
secundario de las proteínas), lo que lo llevó a acercarse al descubrimiento de la doble hélice
del ácido desoxirribonucleico (ADN) poco antes de que Watson y Crick hicieran el
descubrimiento en 1953. De hecho, propuso una estructura en forma de triple hélice, la cual,
estudiando el ADN por radiocristalografía habría podido llevar a la elaboración de un modelo
en forma de doble hélice.

11 La regla del octeto dice que la tendencia de los átomos de los elementos del sistema periódico, es completar
sus últimos niveles de energía con una cantidad de electrones tal que les permita adquirir una configuración
semejante a la del los gases nobles ubicados al extremo derecho del período correspondiente en la tabla
periódica. Los gases nobles son inertes, o sea que es muy difícil que reaccionen con algún otro elemento por ser
elementos electroquímicamente estables, ya que cumplen con la ley de Lewis, ó regla del octeto. Esta regla es
aplicable para la creación de enlaces entre los átomos.

12Pauling es una de las pocas personas que han recibido el Premio Nóbel en más de una ocasión, pues también
recibió el Premio Nóbel de la Paz en 1962, por su campaña contra las pruebas nucleares terrestres. Pauling hizo
contribuciones importantes a la definición de la estructura de los cristales y proteínas, y fue uno de los
fundadores de la biología molecular. Es reconocido como un científico muy versátil, debido a sus contribuciones
en diversos campos, incluyendo la química cuántica, química inorgánica y orgánica, metalurgia, inmunología,
anestesiología, psicología, decaimiento radiactivo y otros.

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Teorías de enlace químico


Es importante indicar que el enlace químico es una situación de equilibrio, en la cual las
fuerzas de atracción entre los átomos son contrarrestadas por fuerzas equivalentes y de
sentido contrario (fuerzas de repulsión). El punto de equilibrio suele ser caracterizado por el
radio de enlace y la energía. La explicación de las fuerzas involucradas en un enlace químico
se enmarca en las leyes de la electrodinámica cuántica13. Sin el rigor científico de las
explicaciones de la electrodinámica cuántica, se puede tener una noción razonablemente
aceptable de la situación real mediante teorías simplificadas, de las cuales se describen a
continuación algunas de las más usuales.

Enlace de valencia: teoría sencilla que se completa con la regla del octeto. Según esta teoría,
cada átomo se rodea de 8 electrones, algunos compartidos en forma de enlaces y otros
propios en forma de pares solitarios. Esta teoría no permite describir adecuadamente a los
átomos con orbitales d activos, como los metales de transición, pero la teoría es muy sencilla
y describe adecuadamente un gran número de compuestos.

Mecánica cuántica: Esta teoría es mucho más compleja que la anterior y da respuesta a
muchos fenómenos que escapan al marco teórico del enlace de valencia. En la mecánica
cuántica, los enlaces de valencia no tienen un papel destacado (sólo se tienen en cuenta las
posiciones nucleares y las distribuciones electrónicas), pero igualmente se suelen representar
para que las estructuras resulten más familiares. En esta teoría, los orbitales moleculares14
pueden clasificarse como enlazantes y antienlazantes.

Interacción electrostática: este modelo es útil para describir la unión química en cristales de
carácter marcadamente iónico15. Predice la unión entre grupos de átomos, de forma no-
direccional.

13 La electrodinámica cuántica (o, QED acrónimo de Quantum Electrodynamics) es la teoría cuántica del campo
electromagnético. En otros términos, la QED describe los fenómenos que involucran partículas eléctricamente
cargadas, explicando su interacción mediante la fuerza electromagnética. La QED es una de las teorías más
precisas de las creadas en el siglo XX, ya que permite predecir algunas magnitudes físicas (como el momento
magnético anómalo del electrón y del muón y el valor del salto de Lamb en los niveles energéticos del átomo de
hidrógeno) con una precisión de hasta veinte cifras decimales, un resultado poco frecuente en las teorías físicas
anteriores. La importancia de esta teoría queda evidenciada por el hecho que S. Tomonaga, J. Schwinger y
Richard Feynman recibieron el premio Nóbel de Física de 1965 por su desarrollo.

14 En química cuántica, los orbitales moleculares son las funciones matemáticas que describen los estados que
los electrones pueden tener en las moléculas. Los orbitales moleculares se construyen por combinación lineal de
orbitales atómicos.

15 En química, el enlace iónico es la unión que resulta de la presencia de fuerzas de atracción electrostática entre
los iones de distinto signo. El metal dona uno o más electrones formando iones con carga positiva (cationes) con
una configuración electrónica estable. Estos electrones luego ingresan en el no-metal, originando un ión cargado
negativamente (anión) que también tiene configuración electrónica estable. La atracción electrostática entre los
iones de carga opuesta hace que ambos elementos se unan y formen un enlace.

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Tipos de enlaces atómicos y moleculares


Prácticamente todas las sustancias que encontramos en la naturaleza están formadas por
átomos unidos. Las intensas fuerzas que mantienen unidos los átomos en las distintas
sustancias se denominan enlaces químicos.
El enlace químico entre átomos tiene lugar debido a la disminución neta de la energía
potencial de los átomos en estado enlazado. Esto significa que los átomos en estado enlazado
se encuentran en unas condiciones energéticas más estables que cuando están libres. En
muchos casos esta situación de mayor estabilidad suele darse cuando el número de electrones
que poseen los átomos en su último nivel es igual a ocho, estructura que coincide con la de
los gases nobles.
Los gases nobles tienen muy poca tendencia a formar compuestos y suelen encontrarse en la
naturaleza como átomos aislados. Sus átomos, a excepción del helio (que tiene dos), tienen 8
electrones en su último nivel. Esta configuración electrónica es extremadamente estable y a
ella deben su poca reactividad.
En base a esta consideración, se puede, de manera simplificada, explicar la unión de los
átomos para formar enlaces porque con los enlaces consiguen que su último nivel tenga ocho
electrones, es decir la misma configuración electrónica que los átomos de los gases nobles.
Este principio recibe el nombre de regla del octeto y aunque no es general para todos los
átomos, es útil en muchos casos. La excepción más notoria a esta regla el hidrógeno
molecular, que alcanza la configuración electrónica del gas noble más cercano en la tabla, es
decir el helio, cumplimentando la regla del dueto.

Las propiedades de las sustancias dependen en gran medida de la naturaleza de los enlaces
que unen sus átomos. En general, los enlaces químicos entre átomos pueden dividirse en dos
grupos: enlaces fuertes o primarios y enlaces débiles o secundarios.

A su vez, los enlaces atómicos primarios, en los cuáles intervienen grandes fuerzas
interatómicas, pueden subdividirse en las tres clases siguientes:

 Enlaces iónicos. En este tipo de enlace se ponen en juego fuerzas interatómicas


relativamente grandes debidas a la transferencia de un electrón de un átomo a otro,
produciéndose iones que se mantienen unidos por fuerzas culombianas (atracción
electrostática entre iones cargados positiva y negativamente). El enlace iónico es un
enlace no direccional y relativamente fuerte.

 Enlaces covalentes. Corresponden a fuerzas interatómicas relativamente grandes


creadas al compartir electrones para formar un enlace con una dirección localizada.

 Enlaces metálicos. Involucran fuerzas interatómicas relativamente grandes creadas al


compartir electrones deslocalizados para formar un enlace fuerte no direccional entre
los átomos.

Estos enlaces, al condicionar las propiedades de las sustancias que los presentan, permiten
clasificarlas respectivamente en: iónicas, covalentes y metálicas, según se representa en la
figura 8.

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Figura 8. Clasificación de las sustancias según sus enlaces atómicos primarios

Por su parte, los enlaces atómicos secundarios y moleculares incluyen a las uniones de las
siguientes clases:

 Enlaces de dipolo permanente. Corresponden a enlaces intermoleculares


relativamente débiles que se forman entre moléculas que poseen dipolos permanentes.
Un dipolo en una molécula existe debido a la asimetría en la distribución de su
densidad electrónica. Este tipo de unión secundaria es importante en el enlace de
moléculas polares unidas covalentemente, tales como el agua y los hidrocarburos.

 Enlaces de dipolo oscilante. Los átomos con distribución asimétrica de densidades


electrónicas en torno a sus núcleos, son susceptibles de formar entre ellos enlaces de
dipolo eléctrico muy débil. Este tipo de enlace se llama oscilante debido a que la
densidad electrónica está continuamente cambiando con el tiempo. Esta clase de
fuerzas de enlace secundario es importante para la licuación y solidificación de los
gases nobles.

Enlace iónico
Este enlace se produce cuando átomos de elementos metálicos (especialmente los situados
más a la izquierda en la tabla periódica -períodos 1, 2 y 3-) se encuentran con átomos no
metálicos (los elementos situados a la derecha en la tabla periódica -especialmente los
períodos 16 y 17). En este caso los átomos del metal ceden electrones a los átomos del no
metal, transformándose en iones positivos y negativos, respectivamente. Al formarse iones de
carga opuesta éstos se atraen por fuerzas eléctricas intensas, quedando fuertemente unidos y
dando lugar a un compuesto iónico. A estas fuerzas eléctricas se las denomina enlaces
iónicos.

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Ejemplo: La sal común se forma cuando los átomos del gas cloro se ponen en contacto con
los átomos del metal sodio. El átomo de sodio (su configuración electrónica es 2, 8,1), tiene
un electrón en su última capa y la capa anterior está formada por el octeto. Por tanto, tiene
tendencia a perder un electrón para adquirir la estructura electrónica de gas noble
correspondiente, formando el ión Na+. El átomo de cloro (su configuración electrónica es 2,
8,7), tiene en su última capa siete electrones. Por tanto, para adquirir la estructura electrónica
de gas noble, tiene tendencia a ganar un electrón formando el ion Cl-. En términos
relacionados con el modelo estructural del átomo que se ha descrito previamente, en el
proceso de ionización para formar un par iónico Na+ y CI-, un átomo de sodio pierde su
electrón más externo 3s1 y lo transfiere al orbital 3p de un átomo de cloro, que está medio
ocupado. Al reaccionar ambos átomos, se forman iones de carga opuesta que se atraen
fuertemente. La atracción electrostática que los une constituye el enlace. Se forma así el
compuesto NaCl o sal común. En realidad reaccionan muchos átomos de sodio con muchos
átomos de cloro, formándose muchos iones de cargas opuestas y cada uno se rodea del
máximo número posible de iones de signo contrario: Cada ión Cl- se rodea de seis iones Na+
y cada ión Na+ de seis iones Cl-. Este conjunto ordenado de iones constituye la red cristalina
de la sal común.

Modelo cuántico del enlace iónico

Desde el punto de vista de la estructura atómica, en el proceso de ionización, el átomo de


sodio que originalmente tenía un radio de 0,192 nm se ve reducido en tamaño a un catión
sodio con un radio de 0,095 nm, y el átomo de cloro que originalmente tenía un radio de
0,099 nm, se expande transformándose en anión cloruro con un radio de 0,181 nm. El átomo
de sodio se reduce en tamaño cuando se forma el ión debido a la pérdida del electrón más
exterior de su capa externa 3s1 y también a causa de la reducción de la relación electrón a
protón. En efecto, el núcleo del ión sodio, más positivamente cargado, atrae fuertemente
hacia sí la nube de carga electrónica, dando lugar a una reducción del tamaño del átomo
durante la ionización. Por el contrario, durante la ionización, el átomo de cloro se expande
debido a un aumento del radio. Generalizando el ejemplo, se puede afirmar que en el proceso
de la ionización, el átomo se reduce de tamaño cuando forma cationes y crece en tamaño,
cuando forma aniones.
El modelo cuántico del átomo también permite cuantificar las fuerzas interiónicas que
estabilizan el enlace iónico. Siguiendo con el ejemplo del par iónico Na+ - CI-, se puede
considerara que un par de iones con carga opuesta van aproximándose uno al otro desde una
gran distancia de separación inicial. A medida que los iones se van acercando, serán atraídos
por fuerzas culombianas. Esto significa que el núcleo de un ión atraerá la carga de la nube
electrónica del otro y viceversa. Cuando los iones se aproximen aún más, eventualmente sus
dos nubes electrónicas interaccionarán y aparecerán fuerzas repulsivas. Cuando las fuerzas
atractivas igualen a las fuerzas repulsivas, no habrá fuerza neta entre los iones y éstos
permanecerán a una distancia propia de cada par iónico, denominada distancia interiónica de
equilibrio (a0), que es igual a la suma de los radios de los iones involucrados. Para el ejemplo
del NaCl:

a0 = r Na+ + r Cl- = 0,095 nm + 0,181 nm = 0,276 nm = 2,76 x 10-10 m

La fuerza neta entre un par de iones con carga opuesta es igual a la suma de las fuerzas
atractivas y repulsivas. En términos matemáticos:

Fneta = Fatractiva + Frepulsiva

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La fuerza atractiva entre el par iónico es la fuerza culombiana que resulta cuando los iones
son considerados como cargas puntuales. Usando la ley de Coulomb con unidades del SI se
puede escribir la siguiente ecuación:

Fatractiva = - (Z1e) (Z2e) / 4πε0a2 = - Z1Z2e2 / 4πε0a2

donde
• Z1, Z2 = número de electrones cedidos o aceptados por los átomos durante la
formación del ión
• e = carga del electrón
• a = distancia de separación interiónica
• ε0 = permisividad en el vacío = 8,85 x 10-12 C2 /(N . m2)

La fuerza repulsiva entre un par iónico ha resultado experimentalmente proporcional a la


distancia de separación interiónica a y puede ser descrita por la ecuación:

Frepulsiva = - nb / an+1

donde
• a = distancia de separación interiónica
• b y n = constantes (n varía generalmente desde 7 a 9 y es 9 para el NaCI).

Sustituyendo las cuantitativas en la ecuación genérica, se puede calcular la fuerza neta entre
el par iónico:

Fneta = Fatractiva + Frepulsiva = - ( Z1Z2e2 / 4πε0a2 ) – (nb / an+1)

La energía potencial total E, entre un par de iones con cargas opuestas a los que se les acerca
hasta estar muy juntos, es igual a la suma de las energías asociadas con la atracción y la
repulsión de los iones y puede ser escrita en forma de ecuación como:

Epotencial neta = Eatracción + Erepulsión = + (Z1Z2e2 / 4πε0a) + (b / an)

El término de la energía atractiva de la ecuación precedente representa la energía liberada


cuando los iones se acercan y es negativa porque el producto de (+Z1) x (-Z2) es negativo. El
término de la energía repulsiva de la ecuación, representa la energía absorbida cuando los
iones se aproximan y es positiva. La suma de las energías asociadas con la atracción y
repulsión de los iones es igual a la energía total, que es mínima cuando los iones están
separados a la distancia de equilibrio a0. En el mínimo de energía, la fuerza entre los iones es
cero.

Sólidos iónicos

Hasta este punto se ha descrito el modelo de enlace iónico para pares de iones aislados. Sin
embargo, en la práctica, las sustancias se encuentran bajo la forma de sólidos
tridimensionales, por lo cual es necesario extender el modelo para representar el caso real.
Como los iones elementales tienen una distribución de carga con simetría aproximadamente
esférica, se puede asociar a los mismos un radio característico. Los radios iónicos de algunos
aniones y cationes elementales están listados en la tabla 2.

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Tabla 2.Radio iónico de elementos seleccionados


IÓN RADIO IÓNICO (nm) IÓN RADIO IÓNICO (nm)
Li+ 0,060 F- 0,136
Na+ 0,095 C1- 0,181
K+ 0,133 Br- 0,195
Rb+ 0,148 I- 0,216
Cs+ 0,169

Según se había mencionado, los cationes elementales son más pequeños que sus átomos y los
aniones son más grandes. También como en el caso de los átomos, los iones elementales, en
general, aumentan en tamaño cuando lo hace su número cuántico principal (es decir, a
medida que el número de capas electrónicas aumenta). Cuando los iones se empaquetan
juntos en un sólido, lo hacen sin una orientación preferente ya que la atracción electrostática
de cargas simétricas es independiente de la orientación de las cargas. De aquí que el enlace
iónico sea de carácter no direccional. Sin embargo, el empaquetamiento de iones en un
sólido iónico está gobernado por la disposición geométricamente posible de los iones y la
necesidad de mantener la neutralidad eléctrica del sólido.
Por eso, al considerar la disposición geométrica de iones en un sólido iónico, se verifica que
los cristales iónicos pueden tener estructuras muy complejas. A modo de ejemplo, por lo
tanto, sólo se mencionará la disposición geométrica de los iones en dos estructuras iónicas
sencillas: CsCl y NaCI.
En el caso del CsCl, ocho iones CI- (r = 0,181 nm) se empaquetan alrededor de un ión central
Cs+ (r = 0,169 nm). Sin embargo, en el NaCl, sólo seis iones CI- (r = 0,181 nm) pueden
empaquetarse alrededor de un ión central Na+ (r = 0,095 nm). Para el CsCl, la relación entre
el radio del catión y el radio del anión es 0,169/0,181 = 0,934. Para el NaCl el cociente es
0,095/0,181 = 0,525. De lo cual se puede inferir que a medida que la relación radio de catión
a radio de anión disminuye, menos aniones pueden rodear un catión central en este tipo de
estructuras.
Por otra parte, los iones en un sólido iónico deben disponerse en una estructura de modo que
se mantenga la neutralidad local de carga. De aquí que en un sólido iónico como el CaF2, el
ordenamiento iónico se regirá en parte por el hecho de que tiene que haber dos iones fluoruro
por cada ión calcio.
Las energías reticulares de enlace y los puntos de fusión de los sólidos con enlace iónico son
relativamente altos, como se indica en la tabla 3.

Tabla 3. Energías reticulares y puntos de fusión de sólidos iónicos seleccionados


SÓLIDOS ENERGÍAS RETICULARES* PUNTO DE
IÓNICOS kJ/mol kcal/mol FUSIÓN (ºC)
LiCl 829 198 613
NaCl 766 183 801
KCl 686 164 776
RbCl 670 160 715
CsCl 649 155 646
MgO 3932 940 2800
Ca0 3583 846 2580
Sr0 3311 791 2430
Ba0 3127 747 1923

*Todos los valores son negativos para la formación del enlace (se libera energía).

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Cuando el tamaño del ión aumenta en un grupo de la tabla periódica, la energía reticular
disminuye. Por ejemplo, la energía de red del LiCl es 829 kJ/mol (198 kcal/mol), mientras
que la del CsCl es de sólo 649 kJ/mol (155 kcal/mol). La razón de esta disminución en la
energía reticular es que los electrones de enlace en los iones más grandes se encuentran más
lejos de la influencia atractiva de los núcleos positivos. Asimismo, electrones de enlace
múltiple en un sólido iónico incrementan la energía reticular como ejemplifica el MgO que
tiene una energía estructural de 3932 kJ/mol (940 kcal/mol).

Enlace covalente
Un segundo tipo de enlace atómico primario es el enlace covalente. Mientras el enlace iónico
involucra átomos muy electropositivos y muy electronegativos, el enlace covalente se forma
entre átomos con pequeñas diferencias de electronegatividad y ubicados muy próximos en la
tabla periódica. En otras palabras, los enlaces covalentes son las fuerzas que mantienen
unidos entre sí los átomos no metálicos (los elementos situados a la derecha en la tabla
periódica: C, O, F, Cl, etc.). Estos átomos tienen muchos electrones en su nivel más externo
(electrones de valencia) y tienen tendencia a ganar electrones más que a cederlos, para
adquirir la estabilidad de la estructura electrónica de gas noble. Por tanto, los átomos no
metálicos no pueden cederse electrones entre sí para formar iones de signo opuesto.
En el enlace covalente los átomos generalmente comparten sus electrones externos s y p con
otros átomos, de modo que cada átomo alcanza la configuración electrónica de gas noble. En
un enlace covalente sencillo, cada uno de los dos átomos contribuye con un electrón a la
formación del par de electrones del enlace, y las energías de los dos átomos asociadas con el
enlace covalente son menores (más estables) como consecuencia de la interacción de los
electrones. Es decir que en este caso el enlace se forma al compartir un par de electrones
entre los dos átomos, uno procedente de cada átomo. El par de electrones compartido es
común a los dos átomos y los mantiene unidos, de manera que ambos adquieren la estructura
electrónica de gas noble. Se forman así habitualmente moléculas, es decir pequeños grupos
de átomos unidos entre sí por enlaces covalentes. En la unión covalente, se pueden también
formar enlaces múltiples de pares de electrones por un átomo consigo mismo o con otros
átomos.

Ejemplos: El gas cloro está formado por moléculas, Cl2, en las que dos átomos de cloro se
hallan unidos por un enlace covalente. El átomo de cloro (su configuración electrónica es 2,
8,7), tiene en su última capa siete electrones. Por tanto, para adquirir la estructura electrónica
de gas noble, tiene tendencia a ganar un electrón, consiguiendo una configuración electrónica
estable. Al encontrarse dos átomos de cloro, lo que ocurre es que comparten un par de
electrones, de manera que cada átomo adquiere ocho electrones en su nivel externo, 6 no
compartidos y 2 compartidos. El par de electrones compartido constituye el enlace covalente.
En otros casos un mismo átomo puede compartir más de un par de electrones con otros
átomos. Por ejemplo en la molécula de agua (H2O) el átomo de oxígeno central comparte un
par de electrones con cada uno de los dos átomos de hidrógeno. Estos pares de electrones
compartidos se representan habitualmente por una barra entre los dos átomos unidos.
El caso más sencillo de enlace covalente simple tiene lugar en la molécula de hidrógeno, en
la cual dos átomos de hidrógeno aportan sus electrones 1s1 para formar un par de electrones
unidos por enlace covalente, como se indica mediante la notación punto-electrón:

H· + H· → H:H

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donde
• H· = átomo de hidrógeno
• H:H = molécula de hidrógeno

Aunque esta notación punto-electrón es útil para representar el enlace covalente, no considera
la densidad de distribución de los electrones de valencia. La densidad de carga más alta está
en la región de solapamiento entre los dos núcleos de hidrógeno involucrados. En otros
términos, cuando los dos átomos de hidrógeno se aproximan para formar la molécula de
hidrógeno, sus nubes de carga electrónica interaccionan y se solapan, creando una alta
probabilidad de encontrar a los electrones 1s1 de los átomos entre los dos núcleos de la
molécula. En el proceso de formación de la molécula de hidrógeno, la energía potencial de
los átomos de hidrógeno disminuye y se libera energía. Es decir que para separar los átomos
de hidrógeno en la molécula se requeriría energía, puesto que los átomos aislados estarían en
un estado energético más alto.
También se forman pares de electrones de enlace covalente en otras moléculas diatómicas
tales como F2, 02 y N2. En estos casos los electrones p están compartidos entre los átomos. El
átomo de flúor con siete electrones externos (2s2 2p5) puede alcanzar la configuración
electrónica de gas noble del neón compartiendo un electrón 2p con otro átomo de flúor
(enlace simple). Análogamente, el átomo de oxígeno con seis electrones externos (2s2 2p4)
puede alcanzar la configuración de gas noble (2s2 2p6) compartiendo dos electrones 2p con
otro átomo de oxígeno para formar la molécula diatómica 02 (doble enlace). El nitrógeno con
sus cinco electrones de valencia externos (2s2 2p3) también puede alcanzar la configuración
de gas noble, compartiendo tres electrones 2p con otro átomo de nitrógeno para formar la
molécula de nitrógeno biatómica (triple enlace). Si bien las reacciones químicas que
involucran enlaces covalentes se escriben algunas veces usando la notación punto-electrón,
generalmente se usa la notación con línea recta corta para representar enlaces covalentes.
La tabla 4 presenta una lista de longitudes y energías de enlace aproximadas de determinados
enlaces covalentes. Obsérvese que las energías de enlace más altas están asociadas con
enlaces múltiples. Por ejemplo, el enlace C-C tiene una energía de 370 kJ/mol (88 kcal/mol),
mientras que el enlace C=C tiene una energía mucho más alta de 680 kJ/mol (162 kcal/mol).

Tabla 4. Energías y longitudes de enlace de enlaces covalentes seleccionados


ENLACE ENERGÍAS DE ENLACE* LONGITUD DE
kcal/mol kJ/mol ENLACE (nm)
C-C 88 370 0,154
C=C 162 680 0,13
C≡C 213 890 0,12
C-H 104 435 0,11
C-N 73 305 0,15
C-O 86 360 0,14
C=O 128 535 0,12
C-F 108 450 0,14
C-Cl 81 340 0,18
O-H 119 500 0,10
O-O 52 220 0,15
O-Si 90 375 0,16
N-O 60 250 0,12
N-H 103 430 0,10
F-F 38 160 0,14
H-H 104 435 0,074

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*Todos los valores son negativos para la formación del enlace (se libera energía). Valores aproximados, puesto
que la energía cambia con el entorno. Fuente: L. H. Van Viack, “Elements of Materials Science”, 4ª ed.,
Addison-Wesley, 1980.

Enlace metálico
Para explicar las propiedades características de los metales (alta conductividad eléctrica y
térmica, ductilidad y maleabilidad, etc.) se ha elaborado un modelo de enlace metálico
conocido como modelo de la nube o del mar de electrones, que se describe conceptualmente
a continuación.
Los átomos de los metales tienen pocos electrones en su última capa, por lo general 1, 2 ó 3.
Estos átomos pierden fácilmente esos electrones (electrones de valencia) y se convierten en
iones positivos, por ejemplo, Na+, Mg2+, Cu2+. Los iones positivos resultantes se ordenan en
el espacio formando la red metálica. Los electrones de valencia desprendidos de los átomos
forman una nube de electrones que puede desplazarse a través de toda la red. De este modo
todo el conjunto de los iones positivos del metal queda unido mediante la nube de electrones
con carga negativa que los envuelve.
Según el modelo descripto, las unidades estructurales de los metales son electrones y
cationes, que pueden tener cargas de +1, +2 o +3. Así, los cristales metálicos están formados
por un conjunto ordenado de iones positivos, que están “anclados” en su posición, como
boyas en un “mar” móvil de electrones. Estos electrones no están sujetos a ningún ión
positivo concreto, sino que pueden deambular a través del cristal. En términos generales,
cuanto menor sea el número de electrones de valencia, más deslocalizados están y,
consecuentemente, mayor carácter metálico presenta el material. El enlace metálico solo se
presenta en un agregado de átomos y es no direccional. Esta estructura explica muchas de las
propiedades características de los metales, como se ejemplifica seguidamente.
1. Conductividad eléctrica elevada. La presencia de un gran número de electrones móviles
explica por qué los metales tienen conductividades eléctricas varios cientos de veces mayores
que los no metales. La plata es el mejor conductor eléctrico pero es demasiado caro para uso
normal. El cobre, con una conductividad cercana a la de la plata, es el metal utilizado
habitualmente para cables eléctricos.
2. Buenos conductores del calor. El calor se transporta a través de los metales por las
colisiones entre electrones, que se producen con mucha frecuencia.
3. Ductilidad y maleabilidad. La mayoría de los metales son dúctiles (por ejemplo capaces de
ser estirados en una trefiladora para obtener cables o hilos) y maleables (por ejemplo aptos
para ser trabajados con martillos en láminas delgadas). En un metal, los electrones actúan
como un “adhesivo” flexible que mantiene los núcleos atómicos juntos, sin impedir que
puedan desplazarse unos sobre otros. Como consecuencia de ello, los cristales metálicos se
pueden deformar sin romperse.
4. Insolubilidad en agua y en otros disolventes comunes. Ningún metal se disuelve en agua
porque los electrones no pueden pasar a la disolución y los cationes no pueden disolverse por
ellos mismos.

Enlaces mixtos
Aunque las categorías de enlaces primarios descriptas son útiles para clasificar muchas de las
propiedades y reactividad química de una gran variedad de compuestos, en algunos casos,
como ocurre usualmente con muchos materiales semiconductores, el enlace entre átomos o

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iones puede involucrar más de un tipo de enlace. Las combinaciones posibles que forman
enlaces mixtos son iónico – covalente; metálico – covalente; metálico – iónico y metálico –
covalente – iónico.
El carácter iónico parcial de un enlace covalente se puede interpretar en términos de la escala
de electronegatividades: a mayor diferencia de electronegatividad mayor el grado iónico de
un enlace covalente. Pauling propuso un modelo para cuantificar el porcentaje de carácter
iónico en un enlace covalente, reflejado en la siguiente ecuación, donde XA y XB son las
electronegatividades de los átomos A y B que forman el compuesto::

% de carácter iónico = 1 – e (-1/4)(XA –XB)2


El tipo de enlace mixto covalente – metálico se presenta a menudo en los metales de
transición, involucrando orbitales enlazantes dsp, lo que permite explicar los altos puntos de
fusión de estos elementos. En el grupo 4ª de la tabla periódica se verifica una transición
gradual desee el enlace covalente puro en el carbono (estructura del diamante), pasando por
algún carácter parcialmente metálico en el silicio y el germanio, hasta el enlace
primordialmente metálico que se da en el estaño y el plomo.

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