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A zevedo, F. J.

Fraga de
“Ética y estética en la literatura de Ética y estética en la literatura
repeción infantil”, en Revista OCNOS
nº 1, 2005, p. 7 - 18.
de recepción infantil

Fernando J. Fraga de Azevedo


Universidade do Minho

PALABRAS CLAVE: RESUMEN: ABSTRACT:


Literatura infantil, ética, En el actual contexto de una sociedad cada In the present context of a society which is
estética, mundos ficticios vez más marcada por la globalización, en la cual, more and more set to globalisation, side by side to
junto a los efectivos esfuerzos de integración y de actual integration and multicultural acknowledg-
reconocimiento multicultural, se registran, a veces, ment efforts, symbolic cleavages that sometimes
discontinuidades simbólicas que parecen apuntar a occur seem to point out to a dissociation between
KEYWORDS: una disociación entre valores universales y valores universal values and values guided by man’s certain
Children’s literature, ethics, conducidos por ciertas visiones monolíticas y monolithic and one-dimensional visions. So, it
aesthetics, fictionality worlds unidimensionales del hombre, tiene relevancia que becomes of real importance to question ourselves
reflexionemos sobre el papel de la literatura infantil about the role of children’s literature under the
en el ámbito de un proyecto educativo. scope of an educational project.
Por consiguiente, nos proponemos señalar los Therefore, we plan to register gestures, practices
gestos, los modos y algunos de los lugares por los and some of the places, by means of which, litera-
cuales la literatura, en su vertiente intrínsecamente ture, from its inner humanistic standpoint, actively
humanista, contribuye activamente a un reconoci- contributes to an explicit recognition of alterity
miento explícito de la alteridad, y el papel de esta and this dimension’s role in an extremely multicul-
dimensión en el marco de una sociedad acentuada- tural society.
mente multicultural. In order to do so, we shall proceed to the analy-
A tal efecto, analizaremos algunas producciones ses of some contemporary children’s literature pro-
de la literatura infantil contemporánea, prestando ductions, focusing particularly on texts from Luísa
especial atención a textos de Luísa Dacosta (O Dacosta ( O elefante cor de rosa), José Jorge Letria
elefante cor de rosa), José Jorge Letria (O homem (O homem que tinha uma árvore na cabeça; Mouschi,
que tinha uma árvore na cabeça e Mouschi, o gato o gato de Anne Frank) and Luís Sepúlveda (História
de Anne Frank) y Luis Sepúlveda (História de uma de uma gaivota e do gato que a ensinou a voar).
gaivota e do gato que a ensinou a voar).

El largo y apasionado debate1 que, noma y autosuficiente, que está visible


desde la antigüedad clásica, ha dirigi- desde el Romanticismo, y la defensa de
do las relaciones entre las esferas de la su sometimiento a otros círculos, como
Estética y de la Ética ha obtenido, con por ejemplo la ética, la filosofía, la re-
las recientes tragedias que han asola- ligión u otras disciplinas, se registran
do las sociedades contemporáneas, actualmente relaciones de diálogo que,
una importancia creciente. Desde si bien permiten exhibir la peculiar
luego que si Platón, en su modelo de modelización que el arte establece con
ciudad ideal, decretó la expulsión de sus múltiples contextos, imposibilitan
los poetas, Aristóteles, al rehabilitar la todavía la consunción de la lectura de
mimesis y al defender el valor moral y ésta en esos contextos exclusivamente.
epistemológico del arte, en su dimen- Producidos en el ámbito de complejas
sión catártica, permitió el regreso sim- relaciones de diálogo sígnico con la
1 Para una breve descripción de este
debate, Cf. Dorota Glowacka y Stephen
bólico a la polis. Entre la defensa del temporalidad y la historicidad de sus
Boos (2002). arte como entidad radicalmente autó- agentes, y sometidos a un conjunto de
reglas pragmáticas que imposibilitan la de recepción5, sino también la impo-
lectura del estado de las cosas expreso sibilidad de que pueda ser leído como nº 1. 2005
en el mundo del texto a la luz de crite- un simple circunstancialismo lúdico
rios de una lógica de verdad/falsedad 2, fruitivo, destituido de capacidad de
los textos literarios no dejan nunca de cuestionamiento y de intervención en
mantener relaciones mediatas con la el real empírico. 
semiosfera (Lotman 1992) que los con- En el caso de la escritura literaria que
textualiza en los múltiples y polifacéti- tiene al niño como receptor primor-
cos contextos de recepción. dial, estos aspectos antes explicados
De hecho, la constitución de mundos ganan una creciente complejidad, pues-
textuales objeto de procedimientos de to que, siendo uno de los lectores de
ficcionalización (Schmidt 1987: 202-209) estos textos6 un ser todavía en proceso 2
De hecho, en la terminología de John
no excluye que esos mundos puedan ser de madurez y desarrollo, caracterizado Searle (1989: 108-109), las palabras
correlacionados (aunque a veces sólo por su parca experiencia de interacción son utilizadas en su sentido literal,
sea en un nivel macroglobal) con el con los universos textuales –como con- pero sin asumir los compromisos nor-
mundo de la experiencia, en la cual es- malmente requeridos por ese sentido.
secuencia de su reducida experiencia
tán situados sus lectores-intérpretes. vital y su competencia enciclopédica 3
Sus lectores saben, por consiguiente,
Como hemos señalado en otra oca- obviamente distinta de la de un lector que deben bloquear o suspender la
sión (Azevedo 2002: 35), el texto lite- adulto y experimentado–, se atribuye referencia inmediata de esos actos
rario concretiza, en un sentido amplio, a la literatura el papel no solamente de al mundo empírico, considerando el
la realización de actos de lenguaje indi- mundo construido por el texto como
iniciar el niño en el descubrimiento de
un “mundo posible” contrafactual o no
rectos (van Dijk 1987: 184; Searle 1989: las aventuras del imaginario y en los factual (Aguiar e Silva 1983: 201). Así,
71-100), o sea, la realización de actos en viajes que la concretización de mundos como subraya Antonio García Berrio
los cuales la relación de referencialidad posibles hace posibles, sino también el (1973: 38), “hacer de la literatura un
con el mundo empírico e histórico-fac- de permitirle, por medio del imagina- mero instrumento de comunicación
tual, al encontrarse suspendida por la simple de mensajes sociales no es (…)
rio, acceder a un más proficuo conoci-
sino anular la especificidad estética del
obediencia a una convención estética, miento de las múltiples experiencias hecho literario, que es, desde luego,
no es plausible de ser establecida de de los mundos en los que vivirá e in- hecho de comunicación, inclusive ob-
forma explícita, directa e inmediata 3, teractuará. viamente social, pero de una zona de la
pudiendo solamente, desde las infor- Configurada como una literatura de realidad y para una zona del hombre,
la conciencia estética, impracticables
maciones disponibles y por medio de calidad, singularizada por la especifi-
para cualquier otro medio sino para
una compleja actividad cognitiva que cidad de su público lector, estos textos el arte.”
consubstancia el acto de la lectura, ser se caracterizan frecuentemente por su
4
inferida por la instancia receptora. elevada carga afectiva (Cerrillo 2003: A este propósito, Cf. José María
En este sentido, si, en cuanto cons- 78) y por la presencia de determinadas Pozuelo Yvancos (1993).

trucción artística y en cuanto objeto marcas semánticas que, instauran- 5


Si el texto literario pudiera agotar
estético, el texto literario comporta una do frecuentemente lo excepcional, lo sus potencialidades significativas en un
trascendencia con relación al mundo maravilloso y lo contrafactual, contri- cierto contexto, poco trabajo coope-
empírico e histórico-factual en el cual buyen a modelar el mundo y permiten rativo sería dejado a la iniciativa del
se sitúan sus instancias emisora y re- hacer sobresalir la superioridad de lector, y el proceso de la comunicación
literaria sufriría inevitablemente gra-
ceptora, los mundos por él “ficcionali- ciertos valores7 con relación a otros. ves bloqueos, ya sea en el tiempo o el
zados”, al emerger de los fundamentos John Stephens (1992: 3) subraya el espacio. Según esta perspectiva, como
de un determinado circunstancialismo hecho de que en la escritura para niños subraya Teun van Dijk (1987: 180-181),
empírico, pueden, lúdica y mediata- se cultive frecuentemente, junto a todo “su función social, por lo tanto, se basa
mente, revelarse como una forma de lo anterior, una percepción positiva de primordialmente en el hecho de que el
oyente puede «divertirse» o se espera
juicio del mismo circunstancialismo.4 un determinado conjunto de valores so- que así sea. Esto quiere decir que el
De esta manera, este peculiar siste- cioculturales, que son asumidos como oyente cambia su actitud con respecto
ma de reglas pragmáticas asegura al compartidos o que pueden ser com- no hacia algún objeto o acontecimien-
texto literario no sólo la capacidad de partidos entre las instancias produc- to específicos externos a la situación
toras y sus audiencias. Estos valores se comunicativa, sino con respecto al
trascender contextos de producción y
texto y al contexto en sí mismos.”
refieren generalmente a dimensiones De hecho, al funcionar estratégica-
nº 1. 2005 éticas y morales compatibles con los mente como vehículos de iniciación
contextos contemporáneos de la escri- del niño en el dominio de los códigos
tura, a una mirada sobre los principa- estético-culturales y valores simbólico-
les aspectos que las comunidades so- axiológicos de una comunidad (Azevedo
 cioculturales consideran centralmente 2004)11, y al desempeñar una función
importantes en el campo de las tradi- igualmente importante en la recon-
ciones y de sus aspiraciones respecto textualización simbólica de la máxima
al presente y al futuro. Estos aspectos latina del “otium cum dignitate”, los
no son solamente susceptibles de textos literarios de recepción lectora
perpetuar determinados valores, sino infantil han sido ya, al igual que deter-
también de rebatirlos de acuerdo a las minados contextos histórico-sociales
posiciones ideológicamente asumidas precisos, objeto de cierta reapropiación
por la(s) instancia(s) emisora(s)8. Entre por parte de intereses cuyos valores,
los valores que suelen aceptarse en las no coincidiendo exactamente con los
6
comunidades socioculturales de las principios de una modernidad estética,
Zohar Shavit (1986) considera que
cuales formamos parte, sobresalen la no han hecho más que enfatizar en este
los textos de la literatura infantil
poseen frecuentemente una naturaleza explicitación de la presencia del Otro, corpus de textos funciones que, pu-
ambivalente, es decir que, en cuanto el reconocimiento de su naturaleza po- diendo estar presentes en la literatura
máquinas de generar interpretaciones, tencialmente polifónica, el respeto por en tanto que producción textual que
hacen simultáneamente la previsión él y su aceptación –en cuanto elemento tiene lugar en el ámbito de una relación
de un doble lector modelo: el lector
frecuentemente definitorio del mismo de interacción sígnica con la semio-
modelo niño y el lector modelo adulto,
que establece la mediación entre el sujeto de la enunciación y de su mun- sfera, no constituyen sin embargo su
niño y el texto. do–. Todo ello se articula en torno a la función primera y/o principal.
explicitación de valores como la supe- En la producción literaria contempo-
7
Relativo a la idea de valores y de rioridad del bien sobre el mal, del amor ránea, son varias las obras de literatura
cultura, Cf. Santiago Yubero, Elisa
sobre el odio y de la justicia sobre la infantil disponibles en el mercado
Larrañaga y Pedro C. Cerrillo (2004).
injusticia9. En este sentido, por su natu- editorial portugués susceptibles de
8
John Stephens y Robyn McCallam raleza intrínsecamente dialógica, estos asegurar al niño no solamente una ini-
(1998) analizan las estrategias ideoló- textos añaden a su dimensión estética ciación estética a los múltiples mundos
gicas subyacentes a la reescritura de de la literatura y de las formas como esa
una faceta proyectiva de apertura a la
historias en la literatura infantil, subra-
posibilidad de cambio y manifiestan relación con la naturaleza literaria se
yando que aquellas que están basadas
en importantes metanarraciones a un potencial educativo fuertemente concretiza, sino también alguna expe-
veces vuelven a ser escritas a la luz de relevante10. riencia, mediatizada por los “mundos
nuevas configuraciones ideológicas. Si las preocupaciones éticas deben, a posibles” de los textos, sobre los con-
9 la luz de recientes contextos de trage- textos diversificados del mundo empí-
Una de las estrategias retórico-dis-
dia que han asolado nuestras socieda- rico e histórico-factual.
cursivas utilizadas en las narraciones
literarias para la infancia, con el fin de des, ser consideradas legítimamente La obra O elefante cor de rosa, de Luí-
que pueda asegurarse esta intensifi- centrales en el ámbito de un proyecto sa Dacosta (1996), con ilustraciones
cación y clara dicotomía entre valores educativo, los textos literarios que de Francisco Santarém y orientación
positivos y valores negativos, se logra gráfica de Francisco M. Providência, es
por medio de la caracterización de los
po- tencian, por su interacción con el
lector, la emergencia de determinados significativa a este respecto.
personajes: los personajes negativos,
además de rasgos ideológicos negati- valores considerados positivos, jamás Si, desde las primeras páginas, todo el
vos, reciben frecuentemente atributos podrán, a pesar de la presencia de esos texto se organiza, gráfica y verbalmen-
y cualidades culturalmente negativas, principios sociales, omitir su natura- te, con vistas a conseguir la novedad
las cuales, al reforzarse mutuamente,
leza estética y su capacidad de fomentar semiótica12, apelando a la complicidad
contribuyen, como ha demostrado Su-
san Robin Suleiman (1983), a la explí- la adquisición y el efectivo desarrollo del lector para el juego de instauración
cita polarización de los dados en juego de una competencia literaria (Sánchez de un cierto pacto de ficcionalidad que,
y hacen, por tanto, que esos personajes Corral 1995 y 2003). en cada momento, corre el riesgo de ser
sean mirados por sus lectores como cuestionado13, posibilita igualmente
una especie de personajes-tipo.
que el lector acceda al conocimiento y la materialización del elefante color
la convivencia con un personaje que, rosa en la imaginación de un niño, nº 1. 2005
inmerso en la ausencia y la soledad, hecho que el texto icónico, con el cual
empieza una búsqueda desesperada termina la narración, evidenciará
del Otro. El elefante color rosa, un ser ostensivamente: la rueda de niños, de
marcado por su diferencia con respecto varios colores y en distintas postu- 10
a los seres que pueblan el cuadro de re- ras corporales, habitando un mundo
ferencias comunes del mundo empírico delimitado por la forma del elefante y
e histórico-factual14, parte en busca definido por una gradación de colores,
del Otro y de los valores que ese Otro en que predominan el azul y el verde del
permitiría concretizar en la relación “planeta feliz”.
con el Yo: la amistad, la camaradería, el Verdadero discurso simbólico de
compañerismo. En una palabra, el “El aprendizaje y crecimiento, donde el
dorado”, hasta entonces definitivamen- topos de la búsqueda incesante del 10
Éste es el sentido en el que, tra-
te perdido. Sin embargo, este topos del Otro, anunciado por el texto icónico tando de responder a los desafíos de
viaje y de la búsqueda desesperada del que envuelve toda la tapa del libro, una sociedad cada día más globali-
zada, donde la diversidad, desde los
Otro, que solamente ocurre después de se evidencia a cada paso, esta obra de
puntos de vista cultural, lingüístico,
la cruel constatación de que la soledad, Luísa Dacosta constituye un himno a socioeconómico, religioso o otros, se
vivida y experimentada, es demasiado la vida, a la amistad, a la camaradería encuentra cada vez más omnipresente,
fuerte, asume un carácter trágico, pues y a la solidaridad entre todos, indepen- los investigadores enfatizan el papel
está hecha con el riesgo consciente de la dientemente de la naturaleza, forma, o de la literatura para niños y jóvenes
en el fomento y desarrollo de una
propia vida. existencia particular de cada uno.
educación multicultural (Tiedt & Tiedt
La noche, concebida en momentos Igualmente, las obras de José Jorge 1986; Cavanaugh 1995). Además,
anteriores como retrato del dolor y del Letria (Letria 1991) (Letria 2002) nos como adecuadamente nos advierte
sufrimiento, vuelve a adquirir, en el parecen particularmente ricas por su Vivian Yenika-Agbaw (2003), en un
compañerismo del pequeño cometa y grado de singularización de los aconte- ensayo publicado en la revista English
Leadership Quarterly, el compartir con
del elefantito, el atributo de ser “es- cimienttos presentados y por su capaci-
los niños textos que aborden temáticas
plendorosa y azul, / como azules eran dad de modelización de la realidad. de naturaleza multicultural puede, en
las alas de los pájaros / del planeta feliz De hecho, poniendo en funciona- función de los objetivos que se quieran
donde había vivido.” La trasformación miento un constante juego entre lo alcanzar, implicar juicios valorativos
del mundo sobreviene entonces a tra- ficcional y lo real, un juego que en la sobre las prácticas del grupo cultural
en cuestión. Y esto puede pasar por-
vés de los ojos y del estado de espíritu segunda obra, por su carácter de reme-
que, como consecuencia de la crecien-
con que ese mundo es visto, y es en este moración trágica de un acontecimiento te analfabetismo cultural, los media-
contexto, próximo al clímax narrativo, histórico reciente – el Diário de Anne dores y/o los mismos niños podrán no
donde el personaje principal expresa Frank (Frank 2002) –, se hace mucho entender experiencias culturales con
su deseo: tener compañeros porque “la más próximo y presente, ambas obras las cuales no se encuentren familiari-
zados. De ahí derivan, en un un sentido
soledad es difícil de soportar.” asumen claros propósitos de cambio de
amplio, muchas de las preocupaciones
Pero bueno, una solución capaz de los ambientes cognitivos de sus recep- que informan la investigación que se
garantizar simultáneamente la libertad tores, sin que por ello dejen de eviden- realiza actualmente en el campo de la
y la seguridad al compañero elefante ciar una fuerte preocupación estética. traducción de la literatura de recep-
no parece factible a la luz del principio En cuanto elemento paratextual ción infanto-juvenil.

de realidad del mundo empírico e his- dotado de elevada relevancia remática 11


Cf. El papel que la literatura infantil,
tórico-factual, ya que los hombres no y catafórica (Aguiar e Silva 1983: 650- por su conexión con el arte de la
parecen manifestar el entendimiento 651), el título de la narración O homem memoria colectiva y anónima, ha
necesario para comprender y tratar a que tinha uma árvore na cabeça (Letria desempeñado en el contexto de las
un ser que simbólicamente representa 1991)15 introduce una patente ruptura sociedades rurales y mayoritariamente
no escolarizadas, donde el contador
la alteridad. frente al conocimiento que el hablante de historias asumía un lugar central y
La resolución de esta narración tiene tiene del mundo empírico e histórico- aglutinador en los rituales de iniciación
lugar por medio de la consolidación factual. De hecho, la presencia de “un de las generaciones más jóvenes, en
del mundo maravilloso, al afirmarse árbol en la cabeza” instaura la referen- compartir los conocimientos conside-
rados fundacionales.
cia a un mundo posible que sólo puede y de ausencia de verdaderas relaciones
nº 1. 2005 ser entendido metafórica o tropoló- humanas a las que casi todos están su-
gicamente. Además, y como forma de jetos. De hecho, simbólicamente, él re-
acentuar simultáneamente la visión presenta el espíritu de libertad espon-
singular de los acontecimientos pre- tánea y natural16 y la esperanza de que,
11 sentados y la modelización de la reali- a pesar de las múltiples contrariedades
dad, el desarrollo de la historia dejará de un mundo dominado por el control
patente que, por lo menos en un nivel de las libertades individuales y por la
de lectura literal, este árbol en la cabe- tiranía de la guerra, siempre es posible
za deberá ser aceptado como factual, ya soñar con cambiar ese mundo. Y si esta
que se exige la lectura del texto según es “una historia triste y desolada” (ib:
12
El extrañamiento, anunciado por los protocolos de la llamada literatura 25), como enfáticamente subraya el na-
el título y confirmado en el curso de
la narración por medio de diversas
maravillosa (Todorov 1990). rrador, la desaparición de Arbóreo y de
estrategias retórico-discursivas, es lú- El personaje principal, muy marcado Kepler17 no representa realmente el fin,
dicamente ejercitado por los contrastes por su naturaleza híbrida, experimenta puesto que, en conjunto, ellos se con-
cromáticos y por los territorios ocupa- con claridad la condición de ser Otro, vertirán en la savia germinadora de un
dos por los varios tipos de texto en la no solamente por su condición física
página. Contribuyen así los componen-
nuevo sueño y de nuevas realizaciones:
tes verbal e icónico, en un proceso de
(el ser simultáneamente humano y la alegría de los niños y, en un plano
interacción sígnica, a una constante vegetal), sino también por sus ideas y factual, el descubrimiento por Newton
ruptura de las expectativas. su incapacidad de afirmar socialmente de la Ley de la Gravedad.
su propio nombre: “se llamaba Tenório, En Mouschi, o gato de Anne Frank
13
La narración empieza por la expre- pero, como tenia un árbol en la cabeza,
sión, impresa en letras minúsculas, “en
(Letria 2002)18, el título remite a un
el sueño, la libertad…”, acompañada
empezaron llamándole por un otro personaje histórico y permite activar
simétricamente, en la página par, por nombre más divertido y fácil de recor- inmediatamente un conjunto de cua-
la imagen del elefante color rosa en dar: Arbóreo.” (Letria 1991: 2). dros de referencia intertextuales19,
movimiento. Si esta expresión consti- Despojado de su nombre propio, para anunciar claramente dos figuras
tuye, para un lector conocedor de la marca fundamental de individua-
obra de Luísa Dacosta, la divisa que ligadas al conocido Diario de la adoles-
unifica todos sus textos, creemos que
lización del ser, y reconocido por un cente judía: por un lado, el felino que ,
en este cuento podrá desempeñar una remoquete atribuido por los que le con cierta frecuencia, aparece mencio-
función simbólica, ya que parece fun- consideraban no semejante a ellos, nado en ese registro y que, en este texto
cionar como una especie de protocolo Arbóreo encuentra en aquellos que de José Jorge Letria, configurando un
de lectura establecido con su lector, el asumidamente compartían la libertad
cual es invitado a seguir al personaje proceso de singularización de los he-
principal, que, siendo maravilloso y
los compañeros de largos y fructuosos chos presentados, detiene la exclusivi-
teniendo un conjunto de atributos que diálogos: los pájaros y los niños. dad de la enunciación narrativa; y, por
parecen remitir a un cierto universo de Así, la alteridad física de Arbóreo, en otro, la propia autora adolescente, Anne
la infancia, le conducirá también a un consonancia con el cariz de sus ideas, Frank, un personaje referencial, aquí
determinado mundo posible donde la rápidamente pasa a ser causa de des-
instauración de lo onírico se trasforma redescubierto, que acaba por tener un
en sinónimo de libertad, en el sentido
confianza y objeto de prisión, por lo que evidente protagonismo, no solamente
de que posibilita imaginar, gozar esa singularidad del ser es anulada y no por las constantes referencias a los
y crear. Anulando las expectativas reconocida. Sentenciado a poner de rasgos de su carácter, sino también a su
hasta entonces construidas, la página manifiesto su utilidad social, el narra- “actividad como escritora”.
siguiente se presenta con un fondo dor nos explica que la madera de la que
azul y la presencia de la expresión En cuanto reescritura limitada
hipercodificada “Había una vez un
estaba hecho Árboreo ha servido para por la referencialidad y fuertemente
elefante color rosa…”, la cual introduce alimentar armas y cañones durante la condicionada por la afectividad de su
el lector en el pacto de la ficcionalidad Guerra de los Treinta Años. enunciador, la narración muestra con
y remite al estado de cosas que será Así, el árbol, enfáticamente reiterado transparencia la opresión impeditiva
narrado, en un contexto mercado por a lo largo de toda la narración, constitu-
lo maravilloso y lo simbólico. Pasar de la libertad, no simplemente en el
página defrauda ostensivamente las
ye el elemento insólito que, por su alte- nivel de los referentes espaciales, sino
expectativas previamente construidas: ridad con relación al statu quo vigente, también en el de los referentes tem-
“¡Pero si no existen elefantes color permitirá denunciar el clima de miedo porales. E, intrínsecamente conectado
rosa!” La modificación del color del
con ella, también la alegría, la armonía ciones en el cual encontramos expre-
y la sana convivencia entre los seres20. siones de sufrimiento, de angustia, de nº 1. 2005
En efecto, ya sea en el espacio exiguo rebeldía ante la injusticia, la violencia
habitado por los personajes, un espacio y la crueldad, de ansia de libertad y de
cerrado, encerrado y casi sin luz, o en paz. Además, resulta interesante rese-
las calles desiertas de Ámsterdam, por ñar que, desde el mismo inicio, queda 12
donde Mouschi vaguea después de la establecida una oposición clara entre
prisión de Anne Frank, no existe más los “buenos” (Anne Frank, la familia
que la privación, la desesperación y el y las otras personas escondidas) y los
sufrimiento, dada la objetiva consta- “malos” (los hombres con uniforme,
tación de la imposibilidad de cambiar soldados y oficiales), un aspecto pro- fondo de la página, asociada a la
substancialmente el curso de los acon- fundamente relacionado con la viven- construcción contrastiva, manteniendo
cia de la guerra, aquí reflejada en las cromáticamente el mismo tipo y color
tecimientos.
de letra, ponen en cuestión el pacto de
En este espacio físico y psicológico referencias al miedo, a los campos de la ficcionalidad, anteriormente institui-
marcado por la clausura y por la opre- concentración nazi, a los prisioneros, do, y este procedimiento constituye
sión, el única margen de libertad auto- a los bombardeaos, a los Aliados en una forma de suscitar, por un efecto
rizado es el de la imaginación, concre- lucha contra los soldados alemanes, a de osmosis entre el mundo posible del
la tortura, al horror y a la muerte, por texto y el mundo empírico e histórico-
tizada simbólica y factualmente en el
actual, la generación de importantes
registro cotidiano de las vivencias que ejemplo. efectos perlocutivos. La expectativa no
Anne Frank plasma en su diario, una Significativa es también la forma cumplida conduce al lector a volver de
escritura personal y íntima, dirigida como, en un crescendo, los oponentes de nuevo la página para tratar de encon-
a un ser imaginario, y que esta obra los habitantes que vivían enclaustrados trar una coherencia para la formula-
en el anexo del sótano son presentados: ción de sus hipótesis interpretativas.
recrea teniendo un gato como sujeto
Dando continuidad cromática y espa-
de la enunciación. Éste se asume como no por sus nombres individuales, sino cial a la línea de la página anterior, el
un narrador peculiar, puesto que, en por las acciones que, colectivamente, texto visual presenta un trozo verde
el momento de abertura del discurso, practicaban. Ellos son “los hombres del paisaje del mundo que el elefante
ya conoce y ya ha sufrido con la “histo- que en esos años gobernaban aquel habita, al tiempo que la página impar
país” (Letria 2002:4), “los hombres destaca verbalmente una información
ria” de que se ocupará, siendo incluso
que es hasta cierto punto contraria a
conocedor del destino fatídico de los que aterrorizaban Alemania” (ib: 5), la información sobre la no existencia
personajes y aseverando, en todo mo- “gente muy mala y sin respeto por nada de elefantes color rosa. De esta mane-
mento, su co-presencia en el espacio de ni por nadie” (ib: 11), “las tropas ocu- ra, localizando verbalmente el planeta
la acción que narra. pantes” (ib: 21), “los alemanes” (ib: 21) del elefante color rosa en un mundo
y “las ratas de la Gestapo” (ib: 27). Si, verosímil, pero distante de nuestro
Conviviendo íntimamente con Anne
mundo empírico e histórico-factual,
Frank, Mouschi adquiere una mirada por un lado, este procedimiento con- el mundo posible instaurado por lo
crítica y una capacidad para percibir y tribuye a aumentar exponencialmente maravilloso es de nuevo repuesto.
experimentar el sufrimiento y la des- su fuerza – ellos son frecuentemente
14
esperación de todos los que, no siendo designados con la tercera persona del Recuperando algunos cuadros de
plural del pronombre personal – , por referencia intertextuales heredados de
iguales que él, sin embargo conviven
los diseños de Walt Disney, el elefante,
con él. Además, la presencia de este el otro constituye un medio de reforzar animal pesado y corpulento, está aquí
animal permite, en el momento en que ante el lector la idea de la imposibilidad presentado como reinventado en su
el relato ficcional se confunde con el de escapar a una cierta predestinación color rosa, con los atributos de la
prototexto profundamente conectado maligna. Hay que destacar el que sola- ligereza y graciosidad, que pueden ser
mente en la página 13, en el final del 2º observados en la portada de la edición
con el universo de la referencialidad,
de 1996.
hacer explícitas, por un proceso de in- capítulo, sea mencionado el nombre de
versión y reconfiguración semántica, esos antagonistas de los habitantes del 15
Esta narración rescribe, a la luz
las isotopías de la humanidad versus la sótano, referencia hecha por la indica- de un pacto de ficcionalidad, los
animalidad.21 ción de la palabra que, sobrecargada de acontecimientos trágicos que llevaron
una fuerza simbólica, está prohibido a la muerte de Kepler (1571-1630) y a
En efecto, las memorias ficcionali- la eclosión de la Guerra de los Treinta
zadas colocadas en la voz de Mouschi pronunciar: Gestapo. Los trazos de Años.
obligan a recorrer un universo de emo- animalidad de este grupo se vuelven
ostensivamente visibles cuando, por del escritor chileno Luís Sepúlveda
nº 1. 2005 un proceso metonímico, los soldados (2002), História de uma gaivota e do
alemanes son reductoramente identi- gato que a ensinou a voar.
ficados con las ratas que, en el sótano, El título, elemento marcado por exce-
muerden la mano de Peter y, maligna- lencia (Reis e Lopes 2002: 415) y fuerte
13 mente, destruyen “las escasas reservas estimulador de expectativas, constitu-
alimenticias de los refugiados” (ib: 21). ye un elemento portador de novedad
Si escoger el gato como portavoz22 de semiótica. La no compatibilidad física
las vivencias del grupo de personajes y de comportamiento, de acuerdo con
que vive enclaustrado en el anexo del los cuadros de referencia comunes
16
Nótese que el árbol aparece sótano implica un proceso de desfami- (Azevedo 1995: 52), entre el felino y el
independientemente de la voluntad liarización de expectativas, típico de la ser volador, causa espanto y extraña-
individual de Tenório o de los otros, y obra literaria, e instaura una “ruptura miento, y anuncia simultáneamente
que, fortificándose, crece y da frutos. un determinado proceso educativo de
cognitiva” que obliga al lector a mirar
17 y hacer un esfuerzo cognitivo para re- crecimiento, aprendizaje y autonomía y
Arbóreo es llevado, con muchos
otros árboles, para aprovechamiento conducir esa diferencia a patrones de cierto carácter de ejemplaridad de este
de su madera en la construcción de comprensión y de aceptabilidad, dicha mensaje. Este proceso es, por el tiempo
mecanismos de guerra, mientras su opción narrativa permite igualmente verbal utilizado (el pretérito perfecto),
amigo Kepler, como consecuencia de entendido como concluido y aparen-
establecer lazos de afectividad con el
la eclosión de la Guerra de los Treinta
lector-niño. De hecho, el tono confe- temente perteneciente al modo de la
Años, tiene que exilarse y abandonar,
contra sus principios y deseos, su sional de las memorias de Mouschi, realidad factual. El tratamiento que en
profesión. en particular la relevancia concedida a el título es dado al gato permite al lector
pequeños detalles, contribuye a la ad- inferir que se tratará de un ser singular
18
Parte del análisis aquí presentado y probablemente familiar, dado que
hesión afectiva del lector hacia el gato y,
tiene como base una comunicación
de manera implícita, hacia sus puntos surge singularizado por la presencia
que hemos realizado en el ámbito del
III Congreso Internacional de la Asocia- de vista. del articulo definido, mientras que la
ción Nacional de Investigación de Lite- Merece destacarse también el hecho gaviota es, en este momento, solamente
ratura Infantil y Juvenil, que se celebró de que en Mouschi, o gato de Anne un ser indefinido.
en Vigo, entre el 3 y el 5 de Diciembre En el curso de la narración, el lector
Frank el potencial enclaustramiento
de 2003 (Azevedo e Silva, 2003).
subyacente, regla general de los rela- se entera de que ese gato se llama Zor-
19
De hecho, al funcionar el Diário de tos diarísticos y/o memorialistas, es bas y posee unas características físicas
Anne Frank (2002) como un contexto prácticamente anulado por las diversas que podrán no serle muy favorable: en
vertical, el título de esta obra sugiere interpelaciones que este gato va diri- definitiva, él es “un gato grande, negro y
una reescritura que, a largo plazo, se gordo”. Esta insistencia en la alteridad fí-
giendo al narratario, con las que parece
procesará bajo el signo de la memoria,
querer “abrirse” ante sus ojos y hacerle sica es constantemente subrayada por un
en la acepción que le atribuye Tzvetan
Todorov (1995). cómplice en esta especie de “declara- narrador omnisciente, pero también por
ción catártica”. En realidad, entre este los personajes de esta aventura: su propia
20
“En aquel anexo casi sin luz la narrador especial y el narratario se progenitora y un ser de una especie di-
disciplina era muy grande. Cada uno ferente de la suya (un pelicano), el cual,
pretende promover cierta proximidad o
conocía bien o su lugar y su fun-
familiaridad, a las cuales contribuyen, en la infancia de Zorbas, no le reconoce
ción, pero asimismo, a la noche, eran
frecuentes las discusiones porque las en cierta modo, el tono educativo y co- como ser perteneciente a la especie de los
personas vivían en una gran tensión, loquial23 impreso en las explicaciones felinos y llega a confundirle con una rana,
atormentadas por la sospecha y por el del contexto histórico, por ejemplo, en aunque reconozca que, si esto es verdad,
miedo.” (Letria 2002:10). él será, sin duda, una rana de una especie
las mismas páginas iniciales de la na-
21 rración (ib: 4). desconocida. Por lo tanto, Zorbas no com-
Efectivamente, si, sumergido en
los protocolos de la ficcionalidad, Finalmente, y porque una de las parte los trazos que estereotipadamente,
según los cuales se acepta que los marcas que caracteriza la literatura y exteriormente, caracterizarían los seres
animales puedan, por ejemplo, hablar, infantil y juvenil es también su natu- de su especie24: el pelo de rayas grises, la
y creyendo que el texto respetará las
raleza cosmopolita (Diogo 1994: 7), no velocidad y la agilidad, además del olor a
convencioes del happy end, típicas de
una cierta escritura literaria para la in- queremos dejar de mencionar la obra pantufla.
Bueno, es precisamente de este per- percepción del mundo, manifiestan
sonaje, marcado desde su infancia por una fuerte dificultad para comunicar- nº 1. 2005
la discriminación, el que ayudará a una se entre ellos y particularmente con
gaviota que había sido contaminada y aquellos que no reconocen como sus
arrastrada para la muerte, por la po- semejantes. Sin embargo, esta isotopía
lución causada por una marea negra. de ninguna manera permite la posi- 14
La ayuda, derivada de una promesa bilidad de una visión maniqueísta del
aparentemente hecha sin pensar en las mundo del tipo humanos malos versus
consecuencias de la palabra dada, in- animales buenos: entre los personajes
cluirá, después de la muerte de la pro- humanos hay, además de aquellos que
genitora, la generosidad de empollar causan la polución de los mares y pro-
el huevo y cuidar la cría, ayudándola vocan sufrimiento y muerte, algunos
fancia, el lector formula la hipótesis de
a crecer, educándola y permitiéndole que poseen comportamientos clara- que el texto podrá al final emanciparse
que se desenvuelva en un marco de mente positivos26, al igual que, entre de la estrecha referencialidad, deter-
respeto y de creciente autonomía has- los animales, además de Zorbas y sus minada por el conocimiento históri-
ta su emancipación total: enseñarle a amigos, encontramos también perso- co-factual de la vida y obra de Anne
Frank, la resolución de la narración,
volar y “acompañar”, afectivamente, su najes animales con comportamientos al reconducir lo ficcional a la realidad
iniciación 25. explícitamente negativos27. Pero este empírica, contribuye a acentuar el
La problemática del Otro y de las procedimiento, al tiempo que invalida sufrimiento y a la exhibición de esa
diferencias interculturales es, así, ex- una visión maniqueísta del mundo, imposibilidad de alterar substancial-
plícitamente colocada desde el título, mente el statu quo.
constituye un medio que permite la
acentuándose en la medida en que Di- emergencia de valores éticos profun- 22
Mouschi, responsable de la enun-
tosa, la gaviota huérfana, es educada y damente educativos. La cosmovisión ciación discursiva, se confiesa “(…)
creada por los gatos del puerto, en par- que aquí se presenta no es nunca la de personaje de este librito de memorias
ticular por Zorbas, el gato grande, negro un mundo “enteramente en Blanco y (…)” (ib :36).
y gordo. Aunque la relación maternal Negro” (Cesariny 1980: 66); muestra, 23
Cf., por ejemplo, “Supongo que mis
que se establece entre todos parece ser por el contrario, que en cada especie lectores saben cómo son los gatos.”
un poco insólita, contribuye, junto con hay personajes positivos y personajes (ib: 4); “Si leen con atención el diario
la comunión de voces y de esfuerzos que negativos y que concierne a cada cual de Anne Frank (…)” (ib: 5); “Debo con-
los animales establecen entre ellos, a saber distinguirlos y actuar al respec- fesar que he pensado varias veces (…)”
acentuar las posibilidades de éxito de (ib: 10); “Ya se me olvidaba decirles
to.
que (…)” (ib: 11).
un diálogo intercultural, a través del Así, el encuentro casual entre seres
cual el Otro, aunque marcado por la tan dispares se revela como una opor- 24
“¿Te crees tú que yo no sé distinguir
alteridad, pueda ser respetado y crecer tunidad para un mejor conocimiento un gato de una rana? Los gatos son
autónomamente sin tentativa alguna de de uno mismo y de los otros y para el peludos, veloces y huelen a pantufla.
destrucción y/o de condicionamiento Tú eres una rana. Una vez he comido
ejercicio de una historia de amor y de
varias ranas y no estaban malas, pero
de sus propios valores. profundo respeto por el Otro: contra eran verdes. Oye, no serás tú una rana
De hecho, el provechoso diálogo y el las convenciones sociales o ideológicas, venenosa? – ha graznado el pájaro
respeto por la especificidad de cada uno y profundamente convencido la posi- preocupado.” (Sepúlveda 2002: 19).
que seres tan dispares como un gato y bilidad de cumplimento de un sueño, 25
una gaviota establecen entre ellos per- “Zorbas permaneció allí contem-
Zorbas, ayudado por sus amigos y, al
plándola, hasta que no supo si fueron
mite poner de relieve una isotopía fun- final, por el Poeta, permite que Ditosa las gotas de lluvia o las lágrimas que
damental: la comunicación entre los conquiste su autonomía y emanci- le han manchado los ojos amarillos
animales versus la incomunicabilidad pación total, aunque tal conquista se de gato grande, negro y gordo, de
entre los humanos. Aun perteneciendo trasforme en motivo de sufrimiento gato bueno, de gato noble, de gato de
a especies distintas, los animales se puerto” (Sepúlveda 2002: 121).
para él, por la perdida del ser amado
revelan detentadores de un lenguaje que esa emancipación intrínsecamente 26
Cf. por ejemplo, el chico que
universal, y poseen incluso la capaci- conlleva. cuida de Zorbas, los hombres de las
dad de comprender al Otro, al contrario De este modo, narrando, con un tono “pequeñas embarcaciones decoradas
de los humanos que, guiados por otra propio de una fábula, una historia de con los colores del arco-iris” (ib: 25)
o el Poeta.
amor y de profundo respeto por el Otro, como, desde siempre, ha ocupado un
nº 1. 2005 esta obra posee importantes efectos papel tan relevante en las relaciones
perlocutivos. La amistad, la bondad, de interacción sígnica del hombre con
la solidaridad, la generosidad, el amor su medio28. En realidad, gracias a los
a la vida, la aceptación y la convivencia textos literarios, los lectores aprenden
15 pacífica de la diversidad de los seres, a leer el mundo, reconociendo el Otro
el respeto por la naturaleza personal en la multiplicidad de los rostros con
y individual de cada uno, así como un que manifiesta su existencia, y apren-
profundo mensaje de autoconfianza en den también a autodefinirse partiendo
la posibilidad de cumplimiento de un de distintos centros en un espacio y en
sueño, son elementos fundamentales un tiempo eminentemente cognitivos.
del universo ideológico aquí presente y Esta expansión críticamente activa e
emergen de la interacción que el lector intervensionista de la comprensión
establece con el texto. No imponiendo multicultural constituye también una
ninguna moral, ni tampoco asumien- de las formas de concretar el ejercicio
do explícitamente ninguna intención de un pensamiento autónomo y diver-
didáctico-pedagógica, pero siendo gente (Sánchez Corral 1995: 33), a la
efectivamente un texto que, por su vez que amplía las competencias en uso
contenido y expresión, comporta la no- relativas al saber actuar en contextos
vedad semiótica que define y caracteri- sociales.
za la literariedad, esta obra permite al Interactuar con textos literarios pro-
lector reconocer en el y a través del una porciona así a los receptores un “saber
serie de valores éticos fundamentales a hacer” sobre los textos y el proceso de
27
Véase a este propósito, por ejemplo, nuestra vivencia en sociedad. comunicación en que esos textos in-
el comportamiento de Matias, el mono Desde esta perspectiva, la literatu- tervienen. Gracias a la interacción con
que trabaja en el bazar de Harry, ra, si se presenta como una actividad textos literarios, los receptores apren-
caracterizado indirectamente como
intelectualmente provocativa y huma- den a conocer y a dominar los códigos
oponente de la acción de los cuatro
amigos, alcohólico, deshonesto y mal-
nizadora (Langer 1995: 5), posibilita a y las convenciones que, en el ámbito de
diciente, o de las ratas que muestran quienes con ella interactúan conocer las comunidades interpretativas sin-
una elevada agresividad ante Zorbas, o la multiplicidad de los rostros de la na- crónicamente existentes, regulan los
incluso el caso de los dos gatos malva- turaleza humana. Mostrándose como procesos de producción y de recepción
dos que le dificultan la vida, tratando
modo de decir el hombre y sus lugares de los mensajes literarios y que se con-
de impedir que cumpla su promesa,
despreciándole e insultándole.
en el mundo, pero también de decir substancian en una capacidad de ejer-
sus deseos, aspiraciones o necesida- citación de una competencia literaria
28
En la introducción a su libro La des, la literatura permite interpretar, (Cervera Borrás 1997; Colomer 1998;
structure du texte artistique, Iurij con sentido crítico, no solamente las Mendoza Fillola 1999; Sánchez Corral
Lotman (1975:25-31) afirma que las
identidades, sino también las alte- 2003). De hecho, cuando acceden a
manifestaciones artísticas han sido, a
lo largo de la existencia históricamente
ridades. Y es gracias a su dimensión compartir la memoria cognitiva y cul-
establecida de la humanidad, un com- ética y, en amplia medida, axiológica, tural, potenciadora de la capacidad de
pañero inseparable del hombre y que junto con su incesante capacidad de manejar funcionalmente la competen-
éste, aunque frecuentemente obligado revelar nuevos rostros, revoluciona- cia enciclopédica, los lectores aumen-
a luchar por su supervivencia, o priva-
riamente innovadores respecto a los tan su conocimiento del mundo en sus
do de aquello que le es estrictamente
necesario, ha encontrado siempre
patrones de referencia que forman múltiples y polifacéticos aspectos, in-
tiempo para esas actividades, sintiendo parte del conocimiento que el hombre cluyendo sus aspectos éticos e sociales.
inclusivamente su necesidad. De hecho, tiene del mundo (Azevedo 2002:22),
frente a todas las voces que cuestionan
su utilidad o funcionalidad social, el
arte ha conseguido siempre renacer
y imponerse, al punto de su ejercicio
poder ser considerado como intrínseco
a la propia existencia del hombre en
sociedad.
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