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Trastornos de la personalidad

Los trastornos de personalidad son un conjunto de perturbaciones o anormalidades que


se dan en las dimensiones emocionales, afectivas, motivacionales y de relación social de
los individuos. "un trastorno de personalidad es un patrón permanente e inflexible de
experiencia interna y de comportamiento que se aparta acusadamente de las
expectativas de la cultura del sujeto, tiene su inicio en la adolescencia o principio de la
edad adulta, es estable a lo largo del tiempo y comporta malestar o prejuicios para el
sujeto".
El DSM-IV define los rasgos de personalidad como "patrones persistentes de formas de
percibir, relacionarse y pensar sobre el entorno y sobre uno mismo que se ponen de
manifiesto en una amplia gama de contextos sociales y personales". El trastorno de la
personalidad se da cuando estos rasgos, que son egosintónicos (es decir, la persona se
siente bien como es, o en todo caso percibe su sufrimiento emocional como algo
inevitable, sin relación alguna consigo mismo, con su manera de ser y comportarse), se
hacen inflexibles y desadaptativos (hacia el final de la adolescencia se consolidan de
forma permanente y estable), y cuando causan un deterioro funcional significativo o un
malestar subjetivo.
"Un hecho fundamental diferencia al paciente con trastorno de personalidad del
paciente neurótico: los síntomas de este último son autoplásticos, es decir, repercuten
en su propio perjuicio y sufrimiento, y son por ello experimentados como egodistónicos.
Los síntomas del trastorno de la personalidad son aloplásticos, esto es, repercuten en
los demás y son plenamente aceptados por el ego del paciente. La sintomatología
neurótica se asemeja a una china en el zapato del paciente (lo sufre él mismo y nadie lo
nota); la sintomatología de la personalidad anómala es como el aliento con olor a ajos
(solamente lo sufre el observador)."

Tipos de trastornos de la personalidad


 Trastorno de personalidad paranoica
Definición
 El trastorno de personalidad paranoica es una afección mental en la cual una
persona tiene un patrón de desconfianza y recelos de los demás en forma
prolongada. La persona no tiene un trastorno psicótico completo como la
esquizofrenia.
Nombres alternativos
 Trastorno de personalidad paranoide
Causas
 Las causas del trastorno de personalidad paranoica se desconocen. El trastorno
parece ser más común en familias con trastornos psicóticos, como la
esquizofrenia y el trastorno delirante, lo cual sugiere que los genes pueden estar
involucrados. Los factores ambientales también pueden estar relacionados.
 La afección parece ser más común en los hombres.
Síntomas
 Las personas con un trastorno de personalidad paranoica son altamente
recelosas de los demás y como resultado limitan su vida social de manera
drástica. Con frecuencia sienten que están en peligro y buscan pruebas para
apoyar sus sospechas. Las personas con este trastorno tienen dificultad para ver
que su desconfianza es desproporcionada para su entorno.

Los síntomas comunes abarcan:

 Preocupación porque los demás tengan motivos ocultos


 Creen que serán explotados (usados) por otros
 Incapacidad para trabajar junto con otros
 Aislamiento social
 Desapego
 Hostilidad
Pruebas y exámenes
 El trastorno de personalidad paranoica se diagnostica sobre la base de una
evaluación psicológica. El proveedor de atención médica valorará los
antecedentes y la gravedad de los síntomas de la persona.
Prevención
 Cuando se den brotes de agresividad u hostilidad, dejar a la persona tranquila,
para evitar que se exaspere más. Cuando se calme se podrá hablar con ella,
tratando de buscar los motivos del comportamiento que ha podido hacer “saltar
la chispa”.
 Como estrategia para llevar al paciente a terapia, puede justificarse la visita al
profesional para resolver un problema del familiar que le acompaña, con el
objetivo de que vaya adquiriendo confianza con el terapeuta.
 Explicar al paciente los pros y los contras de las decisiones que tome, para que
vea que si algo no sale bien está dentro de lo previsible, y no se debe a una
conspiración contra él o a la mala suerte que le persigue.
 Preguntarle sobre sus pensamientos y solicitarle que los desarrolle de acuerdo
a su experiencia previa, para que compruebe que no siempre le sale todo mal.
 Sugerirle que anote las cosas negativas que le han sucedido durante el día y,
junto a estas, todo lo positivo que también ha vivido.
 Alabar sus iniciativas sociales y fomentarlas, dejando que sea el paciente el
protagonista de dichas iniciativas.
 Comentar los aspectos positivos de las personas con las que se relaciona, para
procurar que cada vez se fije más en las cualidades de los demás.
 Minimizar las acciones negativas realizadas por otros y que hayan podido
perjudicar al paciente, aunque sin llegar a justificarlas.
 Propiciar la participación del paciente en instituciones sociales y actividades
colaborativas, porque esto puede contribuir a mejorar su autoestima, además
de favorecer sus relaciones sociales.
Técnicas para el tratamiento
 Reestructuración cognitiva, con la que combatir los pensamientos inadecuados
que van a incitar las conductas de evitación. A través de esta técnica se van a
conseguir descubrir los pensamientos intrusivos como: “éste quiere...”, “me va
a....”. Una vez identificados, hay que trabajar con ellos conscientemente con
otros como: “no tiene por que ser malo para mí”, “voy a ver su punto de vista”,
de forma que se automatice el proceso y con ello se superen dichos
pensamientos.
 Entrenamiento en habilidades sociales, con las que mejorar su comunicación
con los demás, facilitando así que pueda establecer nuevas relaciones con las
que enriquecer su vida, lo que a su vez le va a permitir tener mayores
posibilidades de recuperación, al contar con un grupo de apoyo más grande.
 Terapia ocupacional, con la que reeducar los comportamientos que hasta ahora
estaban interfiriendo en el correcto desarrollo de las tareas laborales, formando
a la persona en aquellas que precise su puesto, para que obtenga confianza en
sus propias habilidades.
 Aproximaciones sucesivas a los lugares o personas temidos
injustificadamente, de forma que adquiera las habilidades necesarias para
saber superar su desconfianza en situaciones que con anterioridad no se
atrevería a afrontar.
 Técnicas de control del estrés, que le ayuden a relajar y rebajar la tensión que
producen estos episodios paranoides, lo que le permitirá darse cuenta de que
únicamente está pensando de esta forma a causa del episodio.
Expectativas (pronóstico)
El pronóstico generalmente depende de si la persona está dispuesta a aceptar ayuda. La
psicoterapia y los medicamentos pueden algunas veces reducir la paranoia y limitar su
impacto sobre el desempeño diario de la persona.
Posibles complicaciones
Las complicaciones pueden incluir:
 Aislamiento social extremo
 Problemas con el trabajo o la escuela

Cuándo contactar a un profesional médico

 Consulte con un proveedor de atención médica o un profesional en salud


mental si la desconfianza está interfiriendo con el trabajo o las relaciones
interpersonales.

 Trastorno de personalidad antisocial


Se han utilizado diferentes términos para denominar a este trastorno: psicopatía o
trastorno disocial de la personalidad.
En general, siempre se han asociado al trastorno antisocial de la personalidad la maldad
unida a la locura.

Él/ella misma:
Tienen un comportamiento agresivo, temerario, precipitado y espontáneo, no pueden
hacer planes de largo plazo. Son unos apasionados de los viajes y muy generosos con el
dinero.
El miedo no es desagradable sino algo emocionante. Buscan sensaciones nuevas
continuamente. Viven al límite, el aquí y ahora: se arriesgan continuamente en
diferentes ámbitos de su vida y en el riesgo encuentran la recompensa. No se preocupan
demasiado por las consecuencias de sus actos tampoco tienen en cuenta los deseos de
los demás. Es más, no pueden aprender de las consecuencias negativas de sus acciones
aunque sean “castigados”. Y tampoco suelen temer al castigo.
Mantienen la claridad y la lógica de sus capacidades cognitivas, aunque presentan
patrones cognitivos rígidos e inflexibles. La cuestión es que estas personas aunque
conocen bien el sentido legal y moral (costumbres o formas de comportamiento
humano) no lo ponen en práctica porque lo que está alterado no es su capacidad de
juicio de valores, sino de ética (parte de la filosofía que trata de la moral de los actos
humanos calificándolos de buenos o malos). Y, algo muy ligado a la ética, son los
remordimientos o el sentir culpabilidad, que tampoco presentan estas personas.
Pero hay que tener en cuenta que no todas las personas con este trastorno son
criminales, porque muchas se las ingenian para evitar cualquier contacto con el sistema
judicial. Por eso el término “criminalidad” que también se utiliza indistintamente en la
literatura para describir este trastorno de la personalidad es erróneo.

Con los demás:


Tienen una gran confianza en sí mismos, pero desconfían mucho de los demás.
Extravertidos. Arrogantes pero pueden resultar encantadores porque expresan
abiertamente sus sentimientos, parecen muy transparentes. En realidad son
manipuladores y han aprendido la mecánica emocional de la comunicación
interpersonal pero no experimentan emociones, sólo hablan de ellas de oídas. Aunque
verbalizan su preocupación por algunas personas en realidad se despreocupan. No
pueden entender los sentimientos de los demás.
Tienen mucho poder para influir y persuadir a los demás. Con el fin de obtener lo que
desean, estimulan la compasión del otro, lo seducen y dicen lo que quiere oír el otro.
Para que sus actos más feos sean aceptados suelen inventar explicaciones sobre su triste
infancia o sus desagracias pasadas, haciéndose las víctimas.
Un punto de inflexión, que se puede mirar desde un lado malo o bueno es que no de
dejan influir por los demás, ni por la sociedad, teniendo un código propio de valores y
no necesitan la aprobación de los demás, ni para subirle la autoestima. Son
independientes y esperan que los demás lo sena también, no se preocupan mucho por
los sentimientos ajenos.
Discuten con facilidad. En vez de arreglar problemas se preocupan en vengarse. Pueden
llegar a ser muy vengativos y humillantes con quienes considera sus enemigos. Así que
no es aconsejable llevarse mal con estas personas ya que además son astutos para
descubrir los puntos débiles de los demás (esto recuerda también a la Manía).
Por lo tanto, al relacionarse con ellas hay que tener en cuenta que no suelen decir la
verdad ni se puede confiar en ellas ya que no mantienen las promesas, fácilmente se
pondrán agresivas y emocionalmente son vacías, frías. Lo que importa es ella misma, no
se preocupará por ti en ningún momento a no ser que seas el instrumento para
conseguir lo que quiere (su objetivo o placer). Se niegan a hacer nada por nadie a menos
que entrañe dificultad.
Se llevaría bien con personas
- de rasgos histriónicos: para avivar la sexualidad
- límite: igual que los histriónicos
- autodestructivos: les dan flexibilidad
- obsesivos-compulsivos: les darían el grado de responsabilidad que necesita una
pareja
Pareja
Les encanta el sexo y practicarlo de formas distintas y con diferentes parejas. Son unas
personas muy promiscuas y rara vez llegan a tener una relación estable con la pareja,
pero en este caso son infieles. Todo esto lleva consecuencias muy negativas como
mayor riesgo a contraer enfermedades como el Sida. Además muestran poca
preocupación por su salud. Su consumo de drogas (muy probable) puede llevarla a
abusar de la pareja o de los hijos. Buenos compañeros y amantes sólo si consideran que
la relación les aporte placer y emoción, sino acaban cansándose.

Trabajo
Característico en ellos es la competitividad, ingenio y lucha, que es algo positivo en la
sociedad que vivimos pero cuando la personalidad antisocial es muy acusada suele
entrar en conflicto con las normas sociales y los derechos de los demás. Tienen una gran
necesidad de controlar el ambiente.
No mantienen los compromisos de honor (ni las promesas interpersonales). No son
cooperativos y provocan peleas, muchas de ellas pueden surgir ante las derrotas ya que
reaccionan muy mal ante ellas. A pesar de todo ello, son muy buenos en el trabajo si su
tarea le ofrece nuevos retos y estimulación. Esto unido a que no necesite trabajar en
equipo, o incluso que sea él/ella la que ordene, podría triunfar perfectamente en este
aspecto.

 Trastorno límite de la personalidad


El trastorno límite de la personalidad es una afección mental por la cual una persona
tiene patrones prolongados de emociones turbulentos o inestables. Estas
experiencias interiores a menudo los llevan a tener acciones impulsivas y relaciones
caóticas con otras personas.
Causas:
La causa del trastorno límite de la personalidad se desconoce. Se cree que se
relaciona con factores genéticos, familiares y sociales.
Los factores de riesgo para el TLP incluyen:

 Abandono en la niñez o en la adolescencia.


 Vida Familiar disociada.
 Comunicación deficiente en la familia.
 Abuso sexual, físico o emocional.

El TLP tiende a ocurrir más a menudo en las mujeres entre pacientes psiquiátricos
hospitalizados.

Síntomas:

Las personas con este trastorno a menudo presentan incertidumbre acerca de


quiénes son. Como este resultado, su interés y valores pueden cambiar
rápidamente. También tienden a ver las situaciones en términos extremos o todo es
bueno o malo sus puntos de vista sobre otras personas pueden cambiar
rápidamente. Una persona que luce admiradora un día puede lucir despreciativa al
día siguiente. Estos sentimientos súbitamente cambiantes a menudo llevan a
relaciones intensas e inestables.

Otros síntomas de este trastorno abarca:

 Miedo intenso a ser abandonado.


 Intolerancia a la soledad.
 Sentimiento frecuente de vacío y aburrimiento.
 Manifestaciones frecuentes de ira inapropiada.
 Impulsividad, como con el consumo de sustancias o las relaciones sexuales.
 Crisis repetitivas y actos de lesionarse como hacerse cortes en las muñecas o
tomar sobredosis.

Diagnóstico:
El diagnóstico del TLP tal se enfrenta a varios desafíos:

 Los rasgos de la personalidad también pueden estar originados por afecciones


físicas. Para eliminar confusiones se realiza una evaluación inicial.
 Otros trastornos pueden ser síntomas similares, pero diferentes en cuanto a
varíales significativas.
 Por último, la personalidad límite es un constructor, a veces muy discutido. Los
profesionales emplean convencionalmente, manuales y protocolos oficiales

Tratamiento:

La psicoterapia individual puede tratar eficazmente ese tipo de trastorno. Además,


la terapia de grupo algunas veces puede servir.

Los medicamentos tienen un papel menor en el tratamiento de este trastorno.


Algunos casos pueden mejorar los altibajos en e estado de ánimo y tratar de
depresión u otros trastornos que se pueden presentar con esta afección.

Posibles complicaciones:

Las complicaciones pueden incluir:

 Depresión.
 Drogadicción
 Problemas con el trabajo, la familia y las relaciones sociales.
 Intentos de suicidio y suicidio.

 Trastorno de la personalidad dependiente


Trastorno de la personalidad dependiente
Las personas que sufren este trastorno no confían en su Es una afección de salud
mental en la cual las personas dependen demasiado de otras para satisfacer sus
necesidades físicas y emocionales.

 Causas: El trastorno de la personalidad dependiente generalmente comienza en


la infancia y su causa se desconoce. Es uno de los trastornos de la personalidad
más frecuentes y es igualmente común en hombres y mujeres.
 Síntomas: propia capacidad para tomar decisiones. Es posible que se sientan
devastadas por la separación y la pérdida de alguien y pueden hacer lo que sea,
incluso sufrir maltrato, con tal de conservar una relación.
Los síntomas del trastorno de la personalidad dependiente pueden abarcar:
 Evitar estar solo
 Evitar la responsabilidad personal
 Resultar fácilmente lastimado por la crítica o la desaprobación
 Enfocarse demasiado en los miedos de ser abandonado
 Volverse muy pasivo en las relaciones interpersonales
 Sentirse muy perturbado o impotente cuando las relaciones terminan
 Tener dificultad para toma decisiones sin el apoyo de otros
 Tener problemas para expresar desacuerdos con otros

 Trastorno de personalidad obsesivo-compulsiva

El trastorno obsesivo compulsivo (TOC) es reconocido como un problema


común que afecta al 2 por ciento de la población. El TOC es un
trastorno perteneciente al grupo de los trastornos de ansiedad caracterizado
por:
 Obsesiones: son ideas, pensamientos, imágenes o impulsos recurrentes y
persistentes que no son experimentados como producidos voluntariamente,
sino más bien como pensamientos que invaden la conciencia y que son vividos
como repugnantes o sin sentido.

 Compulsiones: son conductas repetitivas y aparentemente finalistas, que se


realizan según determinadas reglas de forma estereotipada. El acto se realiza
con una sensación de compulsión subjetiva junto con un deseo de resistir a la
compulsión, por lo menos inicialmente.
A veces, todos chequeamos las cosas dos veces, por ejemplo, chequeamos la cocina
antes de irnos de la casa para asegurarnos de que esté apagada. Pero las personas
con TOC sienten la necesidad de chequear las cosas una y otra vez o tienen ciertos
pensamientos o realizan rutinas y rituales una y otra vez. Los pensamientos y rituales
del TOC causan angustia e interfieren con la vida cotidiana.
Estos pensamientos repetidos y perturbadores del TOC se llaman obsesiones. Con el
fin de intentar controlar estas obsesiones, las personas con TOC repiten rituales o
comportamientos, llamados compulsiones. Quienes tienen TOC no pueden controlar
dichos pensamientos y rituales.
Las personas con TOC tienen estos pensamientos y llevan a cabo estos rituales por
lo menos una hora la mayoría de los días y a menudo por más tiempo. La razón por
la que el TOC interfiere con sus vidas es que ellos no pueden detener estos
pensamientos o rituales, de tal modo que, por ejemplo, en ocasiones faltan a la
escuela, el trabajo, o reuniones con amigos.

TIPOS DE TOC Y OBSESIONES COMPULSIVAS


Dentro del TOC se pueden diferenciar los tipos más comunes:
 Lavadores y limpiadores: son personas a las que carcomen obsesiones
relacionadas con la contaminación o el contagio a través de determinados
objetos o situaciones (contaminarse a sí mismo o contagiar a los demás).
Obsesiones en relación con la propagación de la enfermedad mediante la
suciedad, microorganismos y sustancias tóxicas. Con frecuencia, usan guantes o
desinfectantes, lavan y limpian sus manos, la ropa, limpieza general de la casa,
un sinnúmero de veces al día, a pesar de que nunca logra sentirse limpio o libre
de contaminantes. También se incluyen los limpiadores compulsivos, solo por el
simple hecho de tener las cosas perfectamente limpias, como si así fuera
la manera correcta.
 Verificadores: son personas que inspeccionan de manera excesiva con el
propósito de evitar que ocurra una determinada catástrofe; obligados a
comprobar los objetos, como las cerraduras de las puertas (ser asaltado por
ladrones), los listados de contrataciones y los aparatos electrodomésticos (gas,
vitrocerámicas, calentador, enchufes). Revisan cajones, puertas y aparatos
eléctricos para asegurarse de que están cerrados, con seguro o apagados; viven
con temor excesivo e irracional de causar daños a sí mismos o a los demás a
causa de una falta de control y verifican constantemente las cosas; visualizan
terribles catástrofes en las cuales se culpan de una falta de responsabilidad;
desarrollan elaborados rituales de control que hace que sea difícil para ellos
completar las tareas diarias. Tienen una gran necesidad de doble o triple
verificación por duda o responsabilidad patológica; a menudo, esta obligación
viene del temor de no poder confiar en su memoria; nunca pueden estar seguros
de si han realizado la tarea adecuadamente; se preguntarán repetidas veces si
se ha realizado una acción, por ejemplo, «¿cerré la puerta?», «¿apagué la luz?»,
«¿cerré la llave de gas?», etc.
 Verificadores somáticos e hipocondríacos: intrusiones obsesivas persistentes en
relación a su salud; temor a desarrollar una enfermedad amenazante para la vida
(ej. cáncer) (entran en pánico ante síntomas somáticos extraños y lo relacionan
con una enfermedad grave que pueda acabar con su vida); verifican diversas
funciones corporales, como la frecuencia cardíaca, ritmo de la respiración,
temperatura corporal o diversos aspectos de su imagen corporal o anatómica.
 Repetidores: son aquellos individuos que se empeñan en la ejecución de
acciones repetitivas.
 Ordenadores: son personas que exigen que las cosas que les rodean estén
dispuestas de acuerdo con determinadas pautas rígidas, incluyendo
distribuciones simétricas.
 Acumuladores: coleccionan objetos insignificantes, de los que no pueden
desprenderse.
 Ritualizadores mentales: acostumbran a apelar a pensamientos o imágenes
repetitivos, llamados compulsiones mentales, con el objeto de contrarrestar su
ansiedad provocadora de ideas o imágenes, que constituyen las obsesiones.
 Numerales: buscan sentido a los números que les rodean; sumándolos,
restándolos, cambiándolos hasta que les da un número significativo para ellos.
 Filosofales: con tendencias algo inciertas. Viven en un proceso metafísico del que
no pueden desprenderse.
 Atormentados y obsesivos puros: experimentan pensamientos negativos
reiterados, que resultan incontrolables y bastante perturbadores. No obstante,
a diferencia de quienes sufren los demás tipos de TOC, no se entregan a
comportamientos reiterativos de tipo físico (sin compulsiones), sino a procesos
reiterativos únicamente mentales.
 Perfeccionistas: autoexigentes, se preocupan por detalles menores e
irrelevantes; necesidad imperiosa de hacer las tareas perfectas; necesidad
extrema por saber o recordar cosas que pueden ser muy triviales; mantener en
un perfecto orden las cosas.
 Supersticiosos (pensamiento mágico): las personas que sufren de TOC presentan
altos niveles de paranoia, disturbios de percepción y pensamiento mágico, en
particular «fusión de pensamiento y acción», la creencia que los pensamientos
negativos o determinados actos pueden originar daños. Estas personas sienten
el fuerte impulso de realizar tareas repetitivas (rituales) sin sentido aparente,
para contrarrestar sus pensamientos intrusivos como si dejar las puertas abiertas
pudiera perjudicar a las personas amadas. Tienen la sensación de que si no hacen
el ritual algo malo les puede suceder. Pueden creer dogmáticamente en diversas
supersticiones populares (o albergar una duda obsesiva), y realizan ritos
compulsivos. Miedo a hechos o seres sobrenaturales (ej. magia negra, buena
suerte, mal de ojo, hombres lobo, vampiros, fantasmas, etc.), por ejemplo
pensar que los muertos no pueden descansar en paz si no se hace un
determinado ritual (escrúpulo de conciencia)
 Preguntadores compulsivos: tienen la necesidad de estar continuamente
preguntándose a sí mismos o a los demás sobre cualquier cosa por nimia, trivial
o absurda que sea.
 Dubitativos e indecisos (intolerancia a la incertidumbre): los pacientes con TOC
suelen tener dificultades con las situaciones ambiguas e inciertas, y con la toma
de decisiones. Suelen preocuparse por los errores y dudar sobre sus acciones.
Necesitan la certeza necesaria para maximizar la predecibilidad y el control, y
reducir así la amenaza y por tanto paliar su ansiedad.

Obsesiones y compulsiones recurrentes


Algunas de las obsesiones y compulsiones que se describen a continuación no suelen
divulgarse en la literatura científica oficialmente reconocida. Sin embargo, los
psicólogos clínicos en su práctica descubren una serie de obsesiones «no clásicas»
que se repiten con relativa frecuencia:
 Obsesiones de contaminación: preocupación por los gérmenes (virus, bacterias,
hongos, etc.), suciedad, polución, o sustancias químicas peligrosas;
preocupación por las secreciones corporales (orina, heces, saliva, etc.);
preocupación por contraer enfermedades de transmisión y venéreas (sida,
hepatitis, etc.), desarrollar enfermedades mentales (alzheimer, esquizofrenia,
psicosis, etc.), cáncer, infarto repentino, o temor de padecer alguna enfermedad
desconocida o no catalogada (hipocondría); miedo a las radiaciones ionizantes o
no ionizantes (telefonía móvil, microondas, antenas, radares, centrales
nucleares, etc.).
 Obsesiones sobre la salud y la apariencia física: dieta, ejercicio, estilo de vida;
moda e imagen personal; obsesión con El
envejecimiento; ortorexia, anorexia, vigorexia, dismorfofobia.
 Obsesiones relacionadas con la sexualidad: pensamientos persistentes acerca de
la realización de actos sexuales repugnantes o prohibidos, o de
comportamientos tabúes, que vive con angustia; obsesión y dudas sobre
la orientación sexual hasta puntos extremos, obsesionados con el tema de modo
que no pueden vivir su vida con normalidad; compulsiones asociadas: preguntar
obscenidades, realizar gestos obscenos, masturbación compulsiva, etc.
 Trastorno obsesivo-compulsivo relacional (TOCR): síntomas centrados en las
relaciones íntimas/cercanas mismas o en los defectos de la pareja. El foco de
tales síntomas puede ser la pareja intima de uno, su hijo o su Dios.
 Obsesiones de contenido agresivo: temor a causar algún tipo de daño a otras
personas o a uno mismo; miedo a cometer crímenes o aparecer como
responsable de errores, fracasos, imprudencias, accidentes o catástrofes; por su
mente se cruzan imágenes horribles y violentas.
 Obsesiones filosófico-religiosas: necesidad de confesar pecados inexistentes o
ínfimos que se supone han cometido y estar preocupado por la culpa
consiguiente; escrúpulos de conciencia: excesivamente preocupado por la
posibilidad de cometer algún acto pecaminoso en lo que se refiere a su religión
o creencias (como por ejemplo pensar o decir algo blasfemo, proferir
obscenidades o insultos, preocupación por si se ha realizado determinado ritual
religioso adecuadamente, miedo a ser condenado al infierno, o
acumular karma); actos compulsivos como arrepentirse, confesarse o rezar;
pensamientos intrusivos e inmorales sobre el sexo o herir a alguien; preguntas
existenciales reiterativas del tipo: «¿qué habrá después de la muerte?», «¿existe
Dios?», «¿cuál es la finalidad de la existencia?».
 Obsesión con la inteligencia: se someten a continuas y diversas pruebas de
inteligencia para verificar su inteligencia, temor a perder puntos en el cociente
intelectual.
 Info-obsesivos (acumuladores): obsesión por acumular, acaparar, controlar y
ordenar la mayor cantidad de información posible; estar siempre enterado de
las últimas tendencias y avances; en todos los campos del conocimiento o en
alguno en particular, volviéndose muy compulsivos y ansiosos por su necesidad
de control; comprar, almacenar y clasificar de manera compulsiva revistas,
periódicos, libros, enciclopedias, estar subscrito a boletines, bibliómanos,
coleccionistas, adictos a internet (acumulación de archivos digitales);
normalmente no tienen tiempo suficiente ni ningún método para organizar y
asimilar la información, por lo que muchas veces tienden a la procrastinación.
 Otros: adictos al trabajo , ludópatas.

Historias personales
Historia 1
“No podía tocar ninguna puerta o mostrador en áreas públicas. Sabía que no
tenía mucho sentido, pero estaba aterrorizado de contagiarme de algún germen
que pudiese matarme. Casi ni podía ir a lugares públicos, estaba tan asustado. Si
pensaba que había tocado algo, tenía que lavarme las manos por horas. En
ocasiones, me lavaba tanto que mi piel se ponía roja y como en carne viva y
sangraba”.
“Al principio tenía demasiada vergüenza pedir ayuda, pero un amigo me dijo que
llamara al médico. Estoy tan feliz de haberlo hecho. Tomé los medicamentos que
me dio el médico. Además, en terapia, hablé con un consejero. Aprendí a afrontar
mi miedo a los gérmenes y a dejar de lavarme tanto”.

Historia 2
“No podía hacer nada sin convertirlo en un ritual. Los rituales invadían cada
aspecto de mi vida. Quedaba realmente atrapado contando cosas. Me lavaba el
cabello tres veces en lugar de una porque tres era un número de buena suerte y
uno no lo era. Me tomaba más tiempo leer porque contaba los renglones de los
párrafos. Cuando ponía mi despertador por la noche, tenía que ser en un número
que no equivaliese a un número ‘malo’”.
“Vestirme por la mañana era difícil, porque tenía una rutina, y si no la seguía, me
ponía ansioso y tenía que vestirme nuevamente. Siempre me preocupaba que si
no hacía algo, mis padres iban a morir. Tenía esos terribles pensamientos de que
podía herir a mis padres. Eso era completamente irracional, pero los
pensamientos provocaban más ansiedad y más comportamiento absurdo.
Debido al tiempo que pasaba haciendo estos rituales, no podía hacer muchas
cosas que eran importantes para mí”.
“Sabía que los rituales no tenían sentido, y me sentía profundamente
avergonzado de ellos, pero parecía que no pudiese superarlos hasta que fui a
terapia”.

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