"Esto es lo que Bruno argumenta por analogía en su libro Heroicos
furores, cuando afirma el estado extático o “frenesí” característico del
ascenso intelectual y de la acción mágica genuina por medio del contraste entre la poesía convencional, imitativa, y la invención genuina. Los poetas imitativos son incapaces de invención genuina, y están restringidos a ajustarse a las reglas de la convención genérica. Esa es la crítica que le hace Bruno a la tradición petrarquiana del amor, la cual para él es una desalmada parodia de la genuina pasión erótica y heroica por la verdad que Platón había descrito en el Fedro y en el Banquete. El libro Heroicos furores intenta mostrar el proceso en el cual las imágenes pasan de la imitación a la invención. Al igual que en la estética de Deleuze, esto sucede al sustraer la imagen del cliché: Bruno no abandona ni parodia las convenciones de la tradición del amor, sino que las intensifica al someterlas a un uso barroco. El intérprete profundo de la naturaleza es, a la vez, semejante y desemejante al amante petrarquiano –es semejante a él en su pasión, pero desemejante en su objeto, el cual no es la simple mujer sino la mater materia misma." Joshua Ramey, "Deleuze Hermético. Filosofía y prueba espiritual" (Las Cuarenta editorial, 2016).