La historia del acróbata que era bípedo y bravucón
En la bahía de santa marta en Colombia después de décadas de ausencia llega un circo
puertorriqueño para presentar zarzuelas a propios y visitantes. La carpa que cubría el sitio donde se presentaban, combinaba óvalos y triángulos de una manera tal que llamaba la atención de los transeúntes, que no perdían la oportunidad y se acercaban a husmear a las personas que estaban trabajando en el circo las cuales de manera constante comían higos y habichuelas para fortalecer sus cuerpos de manera que resistieran el esfuerzo físico al que estaban siendo sometidos, parecían personas cohibidas. El circo parecía una cárcel abandonada, estaba lleno de antigüedades, sus paredes tenían tizne, había cadáveres pintados y estaban frágiles en cualquier momento podían caer, a simple vista era un lugar no muy agradable era pequeño, hacía un calor asfixiante y los trabajadores eran azotados y sollozaban de manera tal que los espectadores quedaban impactados por que no entendían que pasaba en aquel circo pues en esta época no era muy usual observar estos comportamientos contemporáneos, no entendían nada, estaban atónitos, hasta que unos de los trabajadores que era bizco se acerca a los observadores y les pregunta el porqué de sus expresiones de asombro, a lo que le responden que les es muy inusual observan un circo en santa marta y mucho más asombroso es la manera como son tratados los empleados del circo. El empleado bizco empieza a carcajearse enfrente de ellos y entre sus carcajadas les responde que el táctico del circo está ensayando la zarzuela que se va a presentar durante la función del circo. En ese momento exacto cuando hablaba el bizco con los observadores, aparece un acróbata descendiendo como un águila desde lo alto de la carpa acompañado del sonido de un búho como música de fondo y empieza a realizar vaivenes, pero en cuestión de segundos, la valentía que demostraba el acróbata, se convirtió en pánico al observar el primer obstáculo que debía superar. Los gritos de zorzal que realizaba el acróbata alertaron a todos los presentes que observaron el momento exacto en el que le pega un lengüetazo a la cuerda que lo sostenía y cae sobre la malla de protección fracturándose sus dos piernas, pero debido a la efervescencia en la que se encontraba el acróbata parecía no sentir dolor, motivo que fue aprovechado para llamar por teléfono al quirófano del excelentísimo hospital de santa marta de manera que pudiera prepararse para operar al acróbata lo más pronto posible de tal manera que la vida no se viera comprometida. Durante la recuperación en el hospital el acróbata recibió estupefacientes imprescindibles para calmar el dolor, sustancias que causar efectos secundarios que lo volvieron cleptómano, situación que lo alejo del circo por ser malhechor y le causo problemas legales al ser aprehendido y condenado a 10 años de cárcel, situación que lo llevo a recordar aquella zarzuela que actuaban en el circo creyendo que la verdadera cárcel era una obra de la ficción a tal punto que perdió la razón y termino en una manicomio recibiendo asistencia y tratamiento médico psiquiátrico.