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Ella y ella

Alelis Cortés Araya


Era el primer día de escuela, yo ya asistía a este internado desde hacía
unos tres años. No estaba en un internado porque mis padres no me
quisieran, ni nada por el estilo, estaba allí por decisión propia, necesitaba
modales, me gustaba ese estilo de vida.

Desde la ventana de mi habitación, vi llegar a las chicas de nuevo ingreso,


entraban al otro edificio, las habitaciones de mujeres.

Una vez entré en ese edificio por orden de una maestra, tenía que buscar
a una chica, subí 1, 2, 3,4 pisos, el quinto piso era el más feo ( el daño iba
hacia arriba, abajo las nuevas, en el segundo y tercer piso las que llevaban
un año en la escuela y así, los últimos pisos eran los peores, nosotros le
decíamos, “el efecto de quedar atrapado en un internado”.

Esto no era exactamente una escuela, no llevábamos cursos, te ponían con


las personas que tenían tu misma, “elegancia”.

Inspeccione a los nuevos.

Cada quien en la escuela tenía un poleron con su nombre y apellido; El


mío decía Ricardo Farola, comencé a leer el de los nuevos:

María peñasco, Valentina (todo colegio tiene una Valentina) Villareal, etc…

Me detuve cuando vi una muy, muy extraña, no tenía un poleron azul


como los demás, era blanco, con gris, como el mío, y decía: Brenda Mill.

Mi curiosidad era enorme, nunca la había visto en el internado, pero sin


embargo ya tenía un poleron de excelencia, la habían criado bien para
tener ese rango el primer día.

Atrás de ella había otra chica, que también me llamó la curiosidad porque
no tenía poleron, y era carismática. Pero también, era muy extraña, era
diferente.
El fin de semana pasó rápido. Por toda la escuela se veía a los nuevos
deambular buscando sus salas.

Ahora sí, era definitivamente el primer día de clases.

La señorita manuela daba su típico discurso para principiantes. Era


agobiante.

Y cuando empezaba a cabecear, me di cuenta que si me dormía caería


sobre la chica de al lado: Alicia Peck, ella era la nueva, pero iba con las
personas avanzadas.

Ahora que lo veo, era la chica que había visto detrás de Brenda, a la cual
no había vuelto a ver…Busque con la mirada a Brenda, no la encontraba.

Pasaba una semana, había días que veía a Alicia, y días que veía a Brenda,
era tan extraño, nunca las veía al mismo tiempo, ni en las reuniones, ni los
recreos.

En la clase de historia me encontré con que Brenda iba en mí misma sala.


Pasaron lista, dieron libros a escoger, y comenzamos una larga hora de
silencio…; la profesora tuvo un inconveniente, y nos indicó que podíamos
leer en cualquier parte del internado, que fuéramos haciendo resúmenes,
de cada capítulo de nuestros libros.

Yo Salí al patio central, ahí, sentada bajo un árbol estaba Alicia, no parecía
estar llorando, pero tampoco estaba en calma.

Maldito impulso momentáneo que me llevo a sentarme a su lado.

Al cabo de unos minutos, se levantó, con su falda impecable (y si, se había


sentado en la tierra) y se fue caminando con su libro, ahí vi que su cabello
ahora era lacio, y caía pesado sobre su espalda, y que era pálida, ya no era
la frágil Alicia, si no la cruel Brenda.

Decidí no pensar en eso, yo no quería perder mi cordura como varias


personas aquí, vamos que no, y tampoco quería sentimientos humanos
como la duda y la compasión, o…. ¿Acaso eso quería?
Retome mi lectura:

-Y se alejó, como un ángel guardián que abandona su encomendado.-

Curioso, como lo que me acaba de suceder, pero sin un ángel, tampoco un


demonio y mucho menos una persona, con un sentimiento, con ella; más
bien, con ellas…

Decidí seguirla; seguirlas y ahora estoy aquí fuera de la ventana de la


habitación de Alicia. Ni siquiera he visto nada, pero lo siento; abro los ojos
y veo a una Brenda sentada frente a un gran espejo, en el reflejo esta
Alicia, está haciendo lo mismo que Brenda; cepillando su melena, la de
Brenda lacia y sin color, y la de Alicia, es hermosa, luminosa y llena de
vida.

Pero ni con toda la luz y vida que muestra, no puede ocultar que está
muriendo.

Me agache, y puse mis manos tomando mis piernas. Tenía la vista al suelo
cuando vi que Brenda estaba delante de mí. Me erguí y la mire a los ojos,
me di cuenta que dentro de sus iris verdes, se encontraba una diminuta
Alicia, golpeando lo que parecía un espejo, estaba dentro de Brenda. Lo
pensé por un momento, y deje a Brenda ahí parada en el pasillo. Fui hacia
la habitación de Alicia, a encontrar lo que buscaba.

Fui hacia el espejo.

Fui hacia su espejo.

Ay de mí que me decidí a entrar.

Al tocar el espejo, pude ver que mi mano atravesaba como si de agua se


tratase, Respire profundamente y entre.

-Brenda, Alicia, ¿Están aquí?-claro que estaban aquí.


Caminé cerca de una hora-no miento-por un pasillo, hasta topar con una
habitación iluminada, dentro de ella estaba Alicia; corrí hacia ella con toda
mis fuerza…Pero ella me miro y me dijo:

-por favor ve por Brenda, ella te necesita más que yo-

-Pero yo te necesito mas a ti, bella dama-balbucee.-

-créeme sin ella no habrá ninguna, y yo ya estoy muriendo, no tengo la


fuerza necesaria para poder salir de este lugar. Sálvala a ella y rompe el
espejo, así ella ya no estará más en peligro, yo sí puedo aguantar este
lugar, ella no.-

L creí; me dirigí por el pasillo hacia Brenda; la encontré acostada en una


cama dentro de una habitación oscura, la tome y la saque del espejo;
luego tome la decisión más difícil de mi vida; con todas mis fuerzas, decidí
romper el espejo y salvar a Brenda, pero no ver nunca más a Alicia, solo en
mi memoria…

Era un suceso sin explicación…

Fin

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