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I. INTRODUCCIÓN
1 MARTÍN GARCÍA, PEDRO y otros. La prueba en el proceso penal. Ediciones Revista General de Derecho. Valencia
Tal actividad violenta y organizada del crimen ha llevado a que muchas víctimas y
testigos sencillamente no quieran comparecer ante los tribunales para testificar sobre
los hechos o en contra de los imputados. No sólo en virtud de que los llamados a
testificar puedan ser directamente los afectados o amenazados, sino también sus
parientes más cercanos, sus bienes o sus empresas.
Es por ello, que en nuestro país desde octubre de 1989 no ha quedado otro camino
que adoptar medidas de protección para testigos, colaboradores o arrepentidos,
víctimas y peritos, llamados a declarar en los procesos por delitos especialmente
graves, en algunos casos restringiendo o afectando de algún modo el derecho de
defensa y algunos principios esenciales del proceso, como el de contradicción o
inmediación.
3 Artículo 22° del Estatuto del Tribunal Internacional para la ex – Yugoeslavia aprobado por Resolución 827 del Consejo
de Seguridad de las Naciones Unidas, de 25 de mayo de 1993, y artículo 21° del Estatuto del Tribunal Internacional para
Ruanda, aprobado por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
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El testigo oculto es aquel que declara sin ser visto por el acusado, bien por prestar
declaración fuera de la Sala de vistas o bien cuando estando en ella, se utiliza algún
mecanismo que impide su visualización: biombo, escudo humano, etc.- de manera
que no exista contacto visual entre ambos, pero pudiendo el acusado oír
directamente el contenido de dicha declaración, además de conocer la identidad de
quien declara4.
1) Perpetrados por una pluralidad de personas o por organizaciones criminales, siempre que en su realización se hayan
utilizado recursos públicos o hayan intervenido funcionarios o servidores públicos o cualquier persona con el
consentimiento o aquiescencia de éstos; 2) De Peligro Común, previstos en los Artículos 279, 279-A y 279-B del Código
Penal; contra la Administración Pública, previstos en el Capítulo lI del Título XVIII del Libro Segundo del Código Penal;
delitos agravados, previstos en el Decreto Legislativo Nº 896, siempre que dichos delitos se cometan por una pluralidad
de personas o que el agente integre una organización criminal; 3) Contra la Humanidad, previstos en los Capítulos I, lI y
III del Título XV-A del Libro Segundo del Código Penal; y contra el Estado y la Defensa Nacional, previstos en los
Capítulos I y II del Título XV del Libro Segundo del Código Penal; 4) De terrorismo, previstos en el Decreto Ley Nº
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Muchas veces los testigos o las víctimas de delitos violentos (secuestro, violación
sexual, asesinato, etc.) o perpetrados por organizaciones criminales o el aparato
gubernamental, no sólo tienen un temor a que su integridad física se ponga en
riesgo, sino también su integridad psíquica y moral, ya que ser vistos por el acusado
o estar frente a él los sumen en un fuerte estrés y ansiedad que los puede afectar
incluso en el futuro, debido a ello se ha podido constatar en la práctica judicial que
muchos testigos o víctimas no concurren a las audiencias o diligencias judiciales
aduciendo encontrarse enfermos, inventan formas para no recibir las cédulas de
notificación, sus familiares aducen que están de viaje en el interior o exterior del
país, incluso algunos llegan efectivamente a irse del país para evitar ponerse al frente
del acusado o acusados, o los parientes o amigos de éste.
Es por ello que el artículo 21° de la Ley 27378 exige para la adopción de la medida
de protección de ocultamiento del testigo para declarar durante las investigaciones
preliminares o el proceso judicial, que el Fiscal o el Juez aprecien racionalmente la
concurrencia de un peligro grave para la persona, libertad o bienes de quien
pretenda ampararse en dicha medida, su cónyuge o su conviviente, o sus
ascendientes, descendientes o hermanos. Es decir, que el peligro o riesgo para el
testigo no puede presumirse ni opera de manera automática a petición del testigo,
sino que tienen que expresarse los indicios o elementos de juicio mínimos para
estimar como medida necesaria de protección la utilización de cualquier
procedimiento que imposibilite su identificación visual normal en las diligencias que
se practiquen. Decimos mínimos, en razón de que el artículo 22° de la Ley 27378
estatuye que el Fiscal o el Juez adoptarán las medidas de protección según el grado
de riesgo o peligro para el testigo, siendo que a mayor riesgo o peligro la medida de
protección debe ser más amplia, como lo sería el supuesto de preservación de la
25475 y sus modificatorias y conexas, de apología del delito en el caso de terrorismo previsto en el Art. 316 del Código
Penal y de lavado de activos en caso de terrorismo previsto en la Ley Nº 27765. También se comprende en el presente
inciso a quien haya participado en la comisión de otros delitos distintos de los antes mencionados y se presente al
Ministerio Público y colabore activamente con la autoridad pública y proporcione información eficaz sobre delitos
mencionados anteriormente; y 5) Delitos Aduaneros, previstos y penados en la Ley Penal especial respectiva.
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identidad, que no se da en el caso del testigo oculto, puesto que éste declara a lo
largo del proceso indicando su verdadera identidad7.
7 Para SCHLÜCHTER, ELLEN. Derecho Procesal Penal. Editorial Tirant lo Blanch, Valencia 1999, página 125, existen
tres grados de ocultación de testigos: medidas que sirven para proteger al testigo comparecido ante el tribunal,
interrogatorio por parte de un juez requerido o apoderado y ocultación de la identidad del testigo. Agrega que solamente
es permitido proceder al próximo grado de ocultación, si las medidas del grado precedente no prometen la protección
suficiente del testigo.
8 MARTÍN GARCÍA, PEDRO y otros. La prueba en el proceso penal. Página 220.
9 CLIMENT DURÁN, CARLOS. La prueba penal. Tomo I, página 119.
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Según LÓPEZ BARJA DE QUIROGA las sentencias dictadas por el Tribunal Europeo
ponen de manifiesto, que la declaración testifical oculta –aunque exige cautela en la
apreciación del testimonio y que en la evacuación del mismo se busque siempre la
menor afectación a los derechos del acusado-, es admisible. Así pues, teniendo en
consideración todas las prevenciones recogidas en la sentencias del TEDH, en las
del TC y en la jurisprudencia del TS, cabe concluir que es admisible que el testigo,
en determinadas circunstancias, declare de forma oculta10.
10LÓPEZ BARJA DE QUIROGA, JACOBO. Tratado de Derecho Procesal Penal. Editorial Aranzadi, Navarra 2004,
página 1349.
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Respecto al segundo caso, esto es, los testigos que declaran sin la presencia del
público. Se trata en nuestra opinión de un mecanismo de protección de grado
menor consistente en la restricción a la publicidad de la audiencia que la Sala pueda
acordar con sujeción al principio de proporcionalidad impidiendo el acceso del
público en general u ordenar su salida para la práctica de pruebas específicas (literal
c.2) del inciso 8 del artículo 12° del Decreto Legislativo N° 922 – procesos por
terrorismo). Este precepto puede ser empleado para proteger a un testigo que puede
temer que entre el público se encuentren familiares o amistades del acusado por
terrorismo, y como quiera que las organizaciones terroristas tienen diversas
11 JAÉN VALLEJO, MANUEL. Justicia penal contemporánea. Editorial Librería Portocarrero, Lima 2002, página 75.
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Otra forma o medida de protección de testigos es aquella que permite que el testigo,
bajo determinadas causas o motivos, declare en ausencia del acusado. A diferencia
del testigo oculto, éste si da la cara al tribunal, al fiscal, al abogado, al público, pero
no al acusado, además su identidad es plenamente conocida por todos.
El inciso 2 del artículo 256° del Código de Procedimientos Penales señala: La Sala de
oficio o a solicitud de parte, puede ordenar que el acusado no esté presente en la audiencia durante
un interrogatorio, si es de temer que otro de los acusados o un testigo no dirá la verdad en su
presencia. De igual manera, se procederá si, en el interrogatorio de un menor de edad, es de temer
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un perjuicio relevante para él, o si, en el interrogatorio de otra persona como testigo, en presencia del
acusado, existe el peligro de un perjuicio grave para su salud. Tan pronto como el acusado esté
presente de nuevo, la Sala debe instruirle sobre el contenido esencial de aquello que se ha dicho o
discutido en su ausencia.
La declaración del testigo en ausencia del acusado tiene como fuente legal a la
ordenanza procesal penal alemana StPO [Art. 247º]: El tribunal puede ordenar que el
acusado se ausente de la Sala de sesiones durante un interrogatorio, si es de temer que otro de los
acusados o un testigo no dirá la verdad en su interrogatorio en presencia del acusado. Lo mismo es
válido si, en el interrogatorio de una persona menor de dieciséis años como testigo, es de temer un
perjuicio relevante para el bien del testigo, o si, en el interrogatorio de otra persona como testigo, en
presencia del acusado existe el peligro inminente de un perjuicio grave para su salud. Tan pronto
como el acusado esté presente de nuevo, el presidente del tribunal debe instruirlo sobre el contenido
esencial de aquello que se ha dicho o discutido en su ausencia.
Testigo anónimo es aquel cuya identidad es desconocida por las partes procesales o
por el Tribunal, o sólo por la defensa12. En palabras de ELLEN SCHLÜCHTER
podemos decir que el testigo anónimo o secreto es el grado máximo de ocultación
de un testigo o de protección de un testigo.
Para la apreciación del grado de riesgo o peligro que exige la adopción de la medida
de protección de reserva de identidad del órgano de prueba a que se refiere el
artículo 22° de la Ley 27378, se debe tener en cuenta: a) la importancia o
significación de la información proporcionada, b) la verosimilitud de la información
y su influencia para establecer la responsabilidad de la persona que se cree puede
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Considerar que es un límite al derecho a la prueba el que los testigos con identidad
reservada no puedan ser llamados a testificar en juicio, constituye una seria
afectación a los derechos fundamentales a la prueba y la defensa, y una infracción a
los principios de inmediación y contradicción. El acusado tendría que conformarse
con que se valore únicamente la declaración prestada por el testigo en sede policial o
de instrucción, sin posibilidad efectiva de que su defensor lo pueda contraexaminar.
La argumentación del Tribunal Constitucional en este aspecto no guarda relación
incluso con la facultad que el artículo 24° de la Ley 27378 le confiere al procesado
para solicitar se revele la identidad del testigo cuando éste es llamado a testificar en
juicio, análisis jurídico constitucional que no desarrolló por cierto el Tribunal.
que la misma “fue sometida a interrogatorio contradictorio y ello tras haberse dado lectura del
acta de manifestaciones efectuadas por la testigo, abriéndose a continuación un período de
proposición de pruebas para cuestionar la veracidad de la referida testigo X. Se cumple, pues, y es
respetado por el Tribunal de instancia la posibilidad de contradicción por las partes en el acto del
juicio oral”.
Con relación a los testigos anónimos, es del caso resaltar lo expresado por la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos en su Informe Especial sobre el
Terrorismo de octubre de 2002, apartado 251: “… el derecho del acusado a
interrogar o a que se interroguen los testigos presentados en su contra podría en
principio estar sujeto a restricciones en instancias limitadas. Debe reconocerse a
este respecto que los empeños por investigar y procesar los delitos, incluidos los
vinculados con terrorismo, pueden en algunas instancias generar amenazas contra la
vida e integridad de los testigos y, de esa manera, plantear aspectos complejos
vinculados a la forma en que esos testigos pueden ser identificados durante el
proceso penal sin comprometer su seguridad. Estas consideraciones nunca pueden
servir de base para comprometer las protecciones inderogables de un acusado
respecto del debido proceso y cada situación debe ser detenidamente evaluada en
sus propios méritos dentro del contexto del sistema judicial particular de que se
trate. Sujeto a estas consideraciones, podrían, en principio, diseñarse procedimientos
conforme a los cuales se pueda proteger el anonimato de los testigos sin
comprometer los derechos del acusado a un juicio imparcial. Los factores que
deben tenerse en cuenta al evaluar la permisibilidad de estos procedimientos
incluyen el tener suficientes razones para mantener el anonimato de un determinado
testigo, y la posibilidad de que la defensa sea, no obstante, capaz de impugnar las
pruebas del testigo e intentar sembrar dudas sobre la confiabilidad de sus
declaraciones, por ejemplo, mediante el interrogatorio por parte del abogado
defensor. Otras consideraciones pertinentes incluyen que el propio tribunal
conozca la identidad del testigo y pueda evaluar la confiabilidad de la evidencia del
testigo y la importancia de las pruebas en la causa contra el acusado, en particular, si
la condena podría basarse únicamente, o en grado decisivo, en esa prueba”.
indispensable que las informaciones que proporcionen los colaboradores estén corroboradas con
elementos de prueba adicionales que acrediten fehacientemente las incriminaciones formuladas”.