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REVISIÓN

Trastornos no motores en la enfermedad de Parkinson


M. Merello

TRASTORNOS NO MOTORES EN LA ENFERMEDAD DE PARKINSON


Resumen. Introducción. La enfermedad de Parkinson (EP) es un trastorno progresivo que se encuentra fuertemente asociado
a síntomas no motores (SNM). Lamentablemente, éstos han recibido muy poca atención durante muchos años, y sólo recien-
temente se ha comenzado a valorar su implicación sobre la calidad de vida de los pacientes con EP. Objetivos. Revisar el co-
nocimiento actual y resaltar la importancia de los SNM en la EP. Desarrollo. Estudios recientes han enfatizado el hecho de
que los ganglios basales desempeñan un papel importante en diversas funciones no motoras. Simultáneamente, la exclusiva
afectación de la sustancia negra en la EP se ha puesto en revisión, y se ha definido el desarrollo de la EP como un continuo a
través de diferentes estadios, incluyendo núcleos y sistemas no dopaminérgicos. Esto explicaría la constelación de síntomas
de características no motoras que no responden a la terapia de reemplazo dopaminérgica y que afectan a los pacientes con
EP, como depresión, apatía, sialorrea e incontinencia urinaria, entre otros. Conclusiones. Los SNM contribuyen significativa-
mente a la morbimortalidad de la EP, y son, en muchos casos, la principal causa de hospitalización de los pacientes con EP.
La evidencia actual sugiere que algunos SNM, como estreñimiento, hiposmia y trastornos del sueño REM, podrían incluso ser
marcadores preclínicos de la EP. Ambos motivos refuerzan la imperiosa necesidad de incrementar su diagnostico rápido y
temprano. [REV NEUROL 2008; 47: 261-70]
Palabras clave. Autónomo. Cognitivo. Enfermedad de Parkinson. Levodopa. Parkinsonismo. Síntomas no motores.

INTRODUCCIÓN la enfermedad de Parkinson (EP) recientemente publicado, los


A pesar de la detallada descripción de la paralysis agitans reali- síntomas de disfunción autonómica, tomados en conjunto sobre
zada por James Parkinson hace ya casi 200 años, donde, en adi- más de 3.000 pacientes, se comunicaron con la misma prevalen-
ción a los síntomas motores conocidos, se describió e hipotetizó cia que las discinesias, oscilando entre un 11-16% [6].
una serie de trastornos de diferente índole, la enfermedad siem- La problemática de los SNM es compleja, ya que, en general,
pre ha ocupado un lugar dentro de las enfermedades motoras, no se benefician con la terapia de reposición dopaminérgica, y
tanto en los libros de texto como en los tratados especializados, muchas veces tienen síntomas idénticos a los efectos adversos de
sesgando subliminalmente al médico examinador o investigador dichos tratamientos y, por ende, se confunden, con el agravante,
hacia la problemática de los trastornos motores únicamente. Es- en muchos casos, de fluctuar a la par de los síntomas motores.
to se traduce hoy en día en un asimétrico desarrollo de la eva- El objetivo del presente trabajo es revisar el conocimiento
luación y terapéutica de los síntomas cardinales motores, en actual de los SNM y destacar su importancia y frecuencia. Se
contraste con el poco reconocimiento de la constelación de sín- discutirá su fisiopatología y epidemiología, junto con los im-
tomas no motores (SNM) que afectan a los pacientes parkinso- portantes problemas para su diagnóstico y cuantificación.
nianos e impactan en su calidad de vida, como es el caso de la
depresión, demencia, psicosis y trastornos del sueño, de manera
más prominente que muchos de los síntomas motores [1]. Se ha FISIOPATOLOGÍA DE LOS SÍNTOMAS NO MOTORES
informado de que, en general, los SNM no se identifican por los Para comprender los SNM, debemos inicialmente asumir que
especialistas en más del 50% de las consultas, aun entre espe- los ganglios basales no son una estructura involucrada única-
cialistas entrenados [2], y, en particular, los trastornos del sueño mente en la génesis y control del movimiento, ni tampoco son
no se reconocen en más del 40% de los pacientes, con la impor- los únicos patológicamente afectados durante el desarrollo de la
tante consecuencia de no iniciar tratamiento de un trastorno tra- enfermedad. En este contexto, el papel de los sistemas no dopa-
table [3-5]. minérgicos, tanto dentro como fuera del circuito de los ganglios
Por lo general, los síntomas no motores se hacen más evi- basales, es clave [7,8].
dentes con la evolución de la enfermedad; no obstante, algunos Estudios recientes han enfatizado el hecho de que los gan-
de ellos pueden estar presentes en su inicio o incluso preceder la glios basales desempeñan un papel importante en diversas fun-
aparición de los síntomas motores, como es el caso de la consti- ciones denominadas no motoras, involucradas en procesamien-
pación crónica, los trastornos del sueño REM y la hiposmia. No to de alto orden, que van desde el control motor, procesamiento
se ha establecido la prevalencia de los SNM en conjunto. Pero, del feedback sensitivo, alternancias de contextos, atención, per-
a manera de ejemplo, en un análisis multicéntrico de registro de cepción visual, aprendizaje, memoria de trabajo, toma de deci-
siones y selección de movimientos. Este amplio espectro de
funciones estaría de acuerdo con los últimos hallazgos anatómi-
Aceptado tras revisión externa: 05.06.08.
cos de las numerosas aferencias hacia el caudado/putamen de
Departamento de Neurociencias. Sección de Movimientos Anormales. Insti-
tuto de Investigaciones Neurológicas Raúl Carrea (FLENI). Buenos Aires,
casi todas las áreas corticales [9-13], sumado a que el output
Argentina. de los ganglios basales apunta a numerosas regiones involucra-
Correspondencia: Dr. Marcelo Merello. Instituto de Investigaciones Neuro- das con funciones cognitivas [14,15].
lógicas Raúl Carrea (FLENI). Montañeses, 2325. 1428 Buenos Aires (Ar- Hipotéticamente, la idea del inicio de la EP con la degenera-
gentina). E-mail: mmerello@fleni.org.ar ción de la pars compacta de la sustancia negra se ha puesto en
© 2008, REVISTA DE NEUROLOGÍA revisión hace algún tiempo. Braak et al [16] describieron el pro-

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ceso neurodegenerativo, midiendo la aparición de cuerpos de DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN


Lewy de la EP como un continuo a través de seis estadios, entre La evaluación de los SNM involucra su diagnóstico, así como
los cuales la degeneración de la sustancia negra sólo ocurriría también su graduación. Debido a la diversidad de síntomas, es
cuando promedia el proceso. Antes y después de aquélla habría muy dificultoso pensar en el desarrollo de una herramienta que
afectación de núcleos y sistemas no dopaminérgicos, que expli- cumpla con ambos objetivos.
carían la gran variedad de síntomas no respondedores a la levo- La Unified Parkinson’s Disease Rating Scale (UPDRS) es,
dopa y de características no motoras. Es así como el estadio ini- sin lugar a dudas, la escala más ampliamente utilizada en la
cial, denominado I, muestra degeneración del bulbo olfatorio y evaluación de los enfermos parkinsonianos, y contiene algunos
el núcleo olfatorio anterior, claramente asociado a hiposmia, la ítems que evalúan trastornos no motores. No obstante, una nue-
cual, característicamente, es un síntoma que antecede el desa- va versión revisada incluye cinco ítems nuevos: ansiedad, cali-
rrollo de síntomas motores. En el segundo estadio de Braak, la dad del sueño nocturno, capacidad de mantenerse despierto du-
enfermedad progresaría a la parte inferior de la protuberancia y rante el día, función urinaria y constipación. Recientemente,
afectaría núcleos relacionados con el mantenimiento del ciclo hemos validado con Starkstein [22] los ítems de pensamiento,
de sueño-vigilia [17], como es el caso del locus coeruleus, nú- comportamiento y humor de la UPDRS, y hemos visto que una
cleos del rafe y núcleo pedunculopontino; estos tres también puntuación de 2 en el ítem ‘pensamiento’ tiene un 60% de sen-
son actores importantes en el desarrollo del trastorno del sueño sibilidad y un 92% de especificidad para detectar demencia de
relacionado con el REM [18-20]. También en este estadio ha- acuerdo con los criterios del Manual diagnóstico y estadístico
bría afectación del núcleo medular, autonómico, con lo que se de los trastornos mentales, cuarta edición (DSM-IV). Cuando
explica la temprana constipación, seborrea e inapropiada trans- se le agrega una puntuación de 23 en el test minimental de
piración de los pacientes parkinsonianos. En los estadios III-IV, Folstein (MMSE), la sensibilidad aumenta al 85%. Una pun-
la afectación de los sistemas dopaminérgicos daría lugar a la tuación igual o mayor a 2 en el ítem de ‘trastornos del pensa-
aparición de los síntomas motores de la enfermedad y la termi- miento’ tiene un 43% de sensibilidad y 92% de especificidad
nación del período presintomático desde el punto de vista mo- para detectar alucinaciones y/o delusiones. Una puntuación
tor, para que luego, en los dos estadios finales, la afectación del igual o mayor a 2 en el ítem ‘depresión’ tiene un 77% de sensi-
sistema límbico y la neocorteza den lugar a la aparición de los bilidad y un 82% de especificidad para detectarla de acuerdo
síntomas neuropsiquiátricos más invalidantes: la depresión y el con los criterios del DSM-IV, y, finalmente, una puntuación
deterioro cognitivo. Indudablemente, si bien esta estratificación igual o mayor a 2 en el ítem de ‘motivación e iniciativa’ tiene
explicaría la aparición presintomática de algunos síntomas, un 73% de sensibilidad y un 65% de especificidad en la detec-
no explicaría la progresión de los síntomas a través de los esta- ción de problemas en dichas áreas. En síntesis, esa sección de
dios, como tampoco el hecho de que no todos los pacientes la UPDRS es una herramienta adecuada para detectar depresión
presentan SNM, y no en todos comienzan en el mismo orden; y apatía, con una adecuada sensibilidad de demencia cuando se
no obstante, constituye un muy buen ejemplo de la afectación no combina con el MMSE, pero muy baja sensibilidad en la detec-
dopaminérgica en la EP como explicación de los SNM. ción de psicosis.
El NMSQ [2] contiene ítems que evalúan la presencia de 30
SNM, cuya sola respuesta puede ser sí o no, y se ha considera-
PREVALENCIA do como una herramienta rápida de cribado. Se diseñó para la
Si bien son muy pocos los estudios sobre prevalencia y correla- rápida y temprana identificación de síntomas, y no es una esca-
tos clínicos de los SNM, Martínez-Martín et al [21] publicaron la de graduación ni permite que su uso pueda servir como moni-
recientemente un comprensivo estudio multicéntrico con el ob- torización de terapia. Actualmente, se validó el dominio de los
jetivo de determinar la prevalencia de los SNM y la potencial trastornos de sueño en nuestro laboratorio. Los ítems relaciona-
influencia del sexo, la edad y la gravedad de la enfermedad en dos con el sueño y fatiga diurna confirman su utilidad como he-
la presencia de los SNM. Por medio del Non-Motor Symptoms rramienta de búsqueda de trastornos de sueño en enfermos par-
Questionnaire (NMSQ) se evaluó a 545 pacientes. Sólo el 1,6% kinsonianos [23]. Existe un sinnúmero de escalas desarrolladas
de los pacientes respondió que no presentaba SNM; la nocturia específicamente para la valoración de los diferentes síntomas
fue el SNM más prevalente en el 61,9% de los pacientes; y la motores, pero muchas de ellas no se validan para su uso en en-
incontinencia fecal, el menos prevalente, ya que se presentó só- fermos de Parkinson.
lo en el 8,28% de los pacientes. El total del NMSQ que repre-
senta el número de respuestas positivas a la pregunta de si de-
terminado SNM se encuentra presente –lo que evidencia el nú- TRASTORNOS NEUROPSIQUIÁTRICOS
mero de diferentes SNM de un paciente– osciló entre 9,2-12,7. Depresión
Interesantemente, cuando dividieron el NMSQ en dominios, el La presencia de depresión mayor es posible hasta en el 70% de
relacionado con los síntomas urinarios recibió el mayor núme- los pacientes con EP en algún momento de su vida, lo que signi-
ro de respuestas positivas, seguido por el dominio de depresión fica una prevalencia varias veces mayor a la de la población
y ansiedad, y luego el de apatía, atención y memoria. Los pa- normal. En muchos casos, la depresión precede a la aparición
cientes de más edad fueron aquéllos que presentaron más SNM, de los síntomas motores y se ha considerado incluso un factor
y las mujeres, en general, presentaron más SNM que los hom- de riesgo para el desarrollo de la enfermedad, correspondiente
bres, con prevalencia estadísticamente mayor en los dominios a un trastorno puramente orgánico, seguramente secundario a la
de depresión, ansiedad, funcionamiento sexual y síntomas car- afectación de circuitos mesolímbicos. El diagnóstico de depre-
diovasculares. Existió también una correlación positiva entre sión de acuerdo con los criterios del DSM-IV, sumado a las re-
duración de la enfermedad y estadio Hoehn-Yahr con el total currentes ideas de muerte, inapropiada culpabilidad y ánimo de-
del NSMQ. presivo, incluye una serie de ítems, como disminución del inte-

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PARKINSON NO MOTOR

rés (confundible con apatía), dificultad para obtener placer (an- parkinsonianos presentó apatía, el 83% mostró como comorbili-
hedonia), pérdida de peso, insomnio, somnolencia diurna, pér- dad depresión, y el 56%, demencia. Sólo el 13% de los parkin-
dida de energía y retraso psicomotor. Todos estos últimos sínto- sonianos presentó apatía sin depresión ni demencia, por lo que
mas se hallan también en pacientes con EP sin depresión. Adi- se concluye la existencia de una fuerte asociación entre la apatía
cionalmente, muchos de los estigmas motores de la depresión, y la depresión o demencia.
como la hipomimia facial, el bajo volumen de la voz, la lentitud
de los movimientos y la postura flexionada, son ítems clara- Ansiedad
mente parkinsonianos, lo que demuestra lo dificultoso de reali- Existen diferentes tipos de trastornos de ansiedad, que van des-
zar el diagnóstico de depresión en dichos enfermos. De esto de uno generalizado, como el ataque de pánico, la agorafobia y
surge la explicación a la amplia variabilidad del registro de de- la fobia social, hasta ansiedad asociada a trastorno obsesivo-
presión en la EP, que oscila entre el 4-70% [24-26]. Se ha discu- compulsivo. No obstante, aún no se ha determinado la forma
tido largamente si, basados en el punto de la gran superposición más frecuente en la EP. Comparada con la extensa bibliografía
de síntomas parkinsonianos y depresivos, se debería construir sobre depresión en la EP, los estudios sobre ansiedad son limita-
una escala específica para la graduación de depresión en EP. No dos. De acuerdo con los criterios diagnósticos del DSM-III-R
obstante, un grupo de expertos [27] recomendó que las escalas de trastorno de ansiedad, ésta tendría una prevalencia en la EP
de depresión de Hamilton, Montgomery y Asberg, Beck y esca- del 20-38% [35,36]. Este número es significativamente mayor
la autoadministrada de diagnóstico de depresión serían suficien- que el de la población normal de igual edad [37,38]. La grave-
tes. Sin embargo, para evitar el problema de superposición de dad del trastorno de ansiedad no se correlaciona con la gravedad
síntomas parkinsonianos y depresivos, se deberían ajustar los de los síntomas motores, la duración de la enfermedad o la do-
puntos de corte de las mismas y promover su utilización en con- sis de levodopa, pero sí se ha establecido que la ansiedad es una
junto con la UPDRS. La pobre correlación entre las puntuacio- comorbilidad frecuente de la depresión [39,40]. Henderson et al
nes de la UPDRS y la depresión claramente demuestra que ésta encontraron coexistencia de ansiedad en pacientes con EP de-
no es una reacción psicológica ante la enfermedad, sino una en- primidos en el 38% de los casos, a diferencia del 8% entre depri-
tidad clinicopatológica que surge como resultado de la afecta- midos sin EP [39], mientras que Menza et al encontraron que el
ción del mesencéfalo ventral. Chaná et al encontraron que la 92% de los pacientes con EP y trastorno de la ansiedad presen-
presencia de síntomas motores que no responden a levodopa en tó depresión. La forma más frecuente en la que los pacientes se
pacientes con EP sería un factor de riesgo para la aparición de refieren a la ansiedad es como una inhabilidad para relajarse o
síntomas depresivos [28]. imposibilidad de mantenerse calmo. Si la ansiedad surge como
una respuesta psicológica a los síntomas motores o al estigma
Apatía social que éstos representan, no se ha dilucidado. Una forma de
La descripción de un estado de letargia caracterizado por falta ansiedad que afecta casi al 40% de los pacientes y tiene impli-
de interés, iniciativa, atención, concentración con fatiga tempra- caciones muy importantes es la denominada ‘miedo a las caí-
na y tendencia a la incomunicación en pacientes parkinsonianos das’, que claramente se correlaciona con caídas, traumatismos y
no es nueva [29]. Se ha definido la apatía como la falta de inte- aislamiento social [41].
rés y motivación, junto con una disminución del contenido del
pensamiento y aplanamiento afectivo [30]. No hay muchos es- Demencia
tudios que hayan evaluado la frecuencia de la apatía en pacien- De acuerdo con un consenso recientemente publicado por el co-
tes parkinsonianos, y existe un amplísimo rango de dispersión, mité de la Movement Disorders Society, el diagnóstico de de-
que oscila entre el 17-70%. Cuando los estudios disocian la mencia en la EP debe apoyarse en la obvia presencia de los cri-
apatía de la depresión (ambas se encuentran sumamente relacio- terios clínicos de dicha enfermedad del Banco de Cerebros de la
nadas, de muy difícil diferenciación y consideradas en muchos Sociedad de Parkinson de Londres: el desarrollo de los signos
casos comórbidas), el rango de incidencia de la apatía disminu- de demencia ha de ser posterior al desarrollo de los síntomas
ye un 12-40% [31-34]. Estas grandes dispersiones obviamente motores, un claro deterioro de las funciones cognitivas medido
se deben a factores como los diferentes métodos y herramientas por MMSE por debajo de un punto de corte de 25 puntos con
utilizados para su diagnóstico y la falta de un instrumento estan- suficiente magnitud clínica para afectar la vida diaria [42], y,
darizado para su diagnóstico y graduación. Estos requerimien- por último, al menos dos dominios cognitivos afectados [43].
tos son básicos también para confirmar si la apatía en la EP es La prevalencia de demencia en la EP se ha estimado con un
un síndrome independiente de la depresión y la demencia, situa- rango del 20-40% [43-46]. Esta amplia variación depende de
ción que continúa sin aclararse. Starkstein [29] estudió una se- varios factores, pero, en general, es más alta en aquellos estudios
rie de 164 pacientes con EP y controles con depresión primaria, que han utilizado baterías neuropsicológicas completas que en
Alzheimer y normales con una completa evaluación neuropsi- aquéllos que han usado solamente técnicas de cribado globales
quiátrica, que incluía un cuestionario estructurado y una escala [47]. El número de pacientes estudiados en estadios temprano
específica de apatía. Encontró que los siete criterios diagnósti- frente a aquéllos en estadio tardío, ya que el deterioro cognitivo
cos de la entrevista estructurada (pérdida de motivación relativa avanza conforme lo hace la enfermedad, evidencia una inciden-
al nivel previo de funcionamiento del paciente, falta de esfuerzo cia de demencia en pacientes con Hoehn-Yahr estadio I del 6%;
y/o energía para las actividades de la vida diaria, dependencia estadio II, del 16%; estadio III, del 37%; y estadio IV-V, del
de terceros para las actividades de la vida diaria, pérdida de in- 57% [48]. La demencia en la EP es progresiva y clínicamente
terés para aprender nuevas cosas, pérdida de interés en los pro- caracterizada por un síndrome disejecutivo con alteración de las
blemas de los terceros, afectividad plana y pérdida de respuesta habilidades visuoespaciales y la memoria. La presencia de cuer-
emocional ante situaciones negativas) tenían una alta sensibili- pos de Lewy en la corteza cerebral y la degeneración del núcleo
dad y especificidad para el diagnóstico de apatía. El 32% de los basal de Maynert podrían explicar este cuadro [49]. Además,

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estudios por resonancia magnética han mostrado disminución cos de los miembros y la EP. Estudios con resonancia magnéti-
del volumen del hipocampo de similar magnitud al observado ca funcional arrojaron resultados conflictivos y contradictorios
en la enfermedad de Alzheimer [50], lo que demuestra que el [63,64], por lo que la relación entre ambas permanece incierta.
déficit dopaminérgico no es la única ni más importante explica- Se ha sugerido que las piernas inquietas podrían surgir de la
ción para el déficit cognitivo [51]. Este último, junto con la de- función dopaminérgica reducida secundaria a deficiencia de
mencia de cuerpos de Lewy, constituyen los dos diagnósticos hierro local más que a una depleción celular dopaminérgica [65].
diferenciales más frecuentes y difíciles de la demencia por EP. Si bien el tratamiento de ambas es por medio de agentes do-
La relación temporal entre el desarrollo de la demencia y de los paminérgicos, en el caso de las piernas inquietas no se ha des-
síntomas motores conforma una de las observaciones clínicas crito el desarrollo de fluctuaciones motoras, como en la EP, pe-
más sensibles para establecer el diagnóstico diferencial, y es si- ro sí un fenómeno de aumentación, que consiste en el incremen-
multánea o dentro de un lapso de 18 meses en el caso de la de- to de la dosis para mantener la magnitud del efecto. En general,
mencia con cuerpos de Lewy, mientras que en la enfermedad de los síntomas de piernas inquietas se agravan durante el estado
Alzheimer, la demencia precede a los síntomas motores en de off.
años, como síntoma inicial y prevalente, a la inversa de lo que
ocurre en la EP. Son numerosas las escalas utilizadas para diag- Trastorno del sueño REM
nóstico y evaluación de la demencia en la EP [43]. A todas ellas El trastorno del sueño REM se caracteriza por un comporta-
se ha agregado recientemente una nueva, desarrollada por Pago- miento agresivo sumamente violento durante la etapa del sueño
nabarraga et al, con excelentes propiedades clinométricas y REM, en contraposición con la atonía muscular esperada, que
muy buen balance entre los dominios corticales y subcorticales usualmente representa la actuación de sueños violentos de lu-
de la enfermedad [52]. cha, ataque, defensa o huida [66,67]. Incluye hablar de forma
declamativa con gesticulación y movimientos de los miembros.
El trastorno del sueño REM lo presenta hasta el 47% de los pa-
TRASTORNOS DEL SUEÑO cientes parkinsonianos [68], y tiene una clara correlación con la
El sueño en los adultos mayores se caracteriza por una gran va- duración y gravedad de la enfermedad, así como con la dosis de
riabilidad en su calidad. A pesar de que el porcentaje de sueño medicación dopaminérgica [69]. El uso de antipsicóticos atípi-
REM no diminuye, su latencia se hace mayor, se incrementa el cos no mejora este problema, y puede incluso incrementarlo,
número de despertares nocturnos [53], las siestas diurnas se ha- pero el uso de clonacepam parece indicado. Los pacientes con
cen más frecuentes y hay un avance de fase. Los problemas de EP pueden tener también alucinaciones nocturnas o pesadillas
sueño en la EP ocurren en el 60-98% de los pacientes. Los tras- no asociadas al REM [70,71]. Quizás el punto más importante
tornos se correlacionan con la gravedad de la enfermedad me- en el trastorno del sueño REM es que el 50% de las personas
dida por la UPDRS, dosis de levodopa, rigidez y bradicinesia sintomáticas afectadas por este problema posiblemente desarro-
[54,55]. Aproximadamente el 40% de los parkinsonianos toma lle EP a los 15 años del diagnóstico, por lo que este síntoma
píldoras para dormir [55], y la fragmentación del sueño es tres constituye un potencial marcador presintomático [72].
veces más frecuente en parkinsonianos que en controles nor-
males [56]. Seguramente, la etiología de los trastornos del sue- Alteraciones del ritmo circadiano
ño está relacionada con la patología primaria de la EP, que La EP está claramente asociada con una clara disrupción del ci-
afecta áreas involucradas con el control del sueño, en particular clo de sueño y vigilia con adelanto de fase, insomnio y somno-
el núcleo pedunculopontino y el área tegmental ventral. Nume- lencia diurna. Muchos factores que tienen que ver con la falta
rosas escalas se han utilizado para evaluar los trastornos de sue- de actividad diurna, la disfunción autonómica y la polifarmacia
ño en la EP [57]. agravan estos problemas. El 30% de los pacientes parkinsonia-
Varios estudios han confirmado que las apneas de sueño no nos tiene insomnio [55], ya sea en la forma de despertares fre-
son más comunes en parkinsonianos que en controles normales cuentes o terminación temprana del sueño. Los factores moto-
[58-60], y parecería que éste no es un problema que contribuya res y la nocturia tienen un papel muy importante también, ya
específicamente a los trastornos del sueño en la EP. que la reaparición de bradicinesia, temblor, rigidez o dolor des-
pués de un despertar perpetúa éste, lo que hace difícil reconci-
Síndrome de piernas inquietas y liar el sueño [58]. Hay una clara correlación también entre la
movimientos periódicos de las piernas depresión y los trastornos del sueño.
Las piernas inquietas son un síndrome caracterizado por un tras-
torno subjetivo definido por el deseo imperioso de mover las Somnolencia diurna
piernas, precedido o no de parestesias o disestesias y predomi- Este problema grave e inhabilitante afecta hasta el 50% de los
nantemente nocturno. Podría afectar hasta al 10% de los adultos pacientes con EP [73]. Los factores que contribuyen a su desa-
normales, y la mayoría de los pacientes con piernas inquietas rrollo son el insomnio, la depresión y la ansiedad, el deterioro
presenta también movimientos involuntarios de 0,5 a 5 segun- cognitivo, la polifarmacia y las fluctuaciones motoras. El rango
dos de duración a intervalos de 20-40 segundos, denominados puede variar entre somnolencia hasta súbitos y abruptos episo-
movimientos periódicos de los miembros. La incidencia de dios de sueño no precedidos de pródromos. Estos episodios son
piernas inquietas en la EP es el doble que en la población nor- un grave problema, especialmente en pacientes jóvenes que
mal [61,62], y en el 68% de los casos, este síntoma precede el conducen vehículos [74]. En general, la somnolencia precedida
diagnóstico de la enfermedad. No se correlaciona con la edad, de pródromos puede aliviarse con una hora de siesta. Los episo-
sexo, duración o gravedad de la enfermedad, así como tampoco dios abruptos sin pródromos duran entre 2-5 minutos, después
con el uso de agonistas dopaminérgicos o levodopa. No es clara de los cuales el paciente se despierta sin tener recuerdo de lo su-
la relación entre las piernas inquietas, los movimientos periódi- cedido. Este problema se agrava por el uso de agonistas dopa-

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PARKINSON NO MOTOR

minérgicos [75], y aparentemente su incidencia con el uso de hibitorios dopaminérgicos sobre el reflejo urinario [90,91]. Si
éstos sería el doble que con el uso de levodopa (el 32,4 frente al bien no está validada para su uso en la EP, la escala de la Acade-
17%, respectivamente) [76,77]. mia Americana de Urología AUA-7 parece ser un buen instru-
mento para medir estos síntomas [92]. Los síntomas urinarios
no están relacionados con el sexo, no se correlacionan con la
DISFUNCIÓN AUTONÓMICA UPDRS, pero sí con la edad, el estadio de Hoehn-Yahr y las ac-
La disfunción autonómica se encuentra presente virtualmente tividades de la vida diaria [87]. Un estudio no encontró correla-
en todos los pacientes en algún estadio de su enfermedad, y es ción entre la presencia de síntomas urinarios e hipotensión or-
consistente no sólo con los cambios neuropatológicos relacio- tostática sintomática o no sintomática [93]. Obviamente, el efec-
nados con el diagnóstico de la EP, explicados en la introduc- to anticolinérgico de muchas medicaciones antiparkinsonianas
ción, referentes a la afectación del hipotálamo, y de los sistemas constituye un factor de confusión para el diagnóstico y evalua-
simpático y parasimpático, sino también a la afectación de estos ción del tratamiento de estos trastornos.
sistemas a nivel medular y plexual relacionados con la innerva-
ción del intestino, el corazón y la pelvis. La amplia gama de los Hipotensión ortostática
llamados trastornos de disfunción autonómica incluyen sínto- La disfunción noradrenérgica en la EP es clínicamente relevan-
mas cardiovasculares, gastrointestinales, urinarios, termorregu- te, y la hipotensión ortostática se encuentra entre el 20-50% de
lación, trastornos en la motilidad pupilométrica y función se- los pacientes [94]. Puede tener suficiente magnitud como para
xual. La incidencia registrada de la disfunción autonómica osci- afectar gravemente la calidad de vida. La hipotensión ortostáti-
la ampliamente entre el 14-80%, y se encuentra relacionada con ca se encuentra asociada a edad avanzada, sexo masculino, du-
la edad y los factores de la enfermedad, como la gravedad y el ración de la enfermedad, MMSE y fenotipo de la enfermedad
tratamiento médico. La discrepancia en la notificación de la in- del tipo de inestabilidad postural y trastornos de la marcha, y no
cidencia está relacionada [78-80] mayormente con los diferen- se encuentra relacionada con la medicación de reemplazo dopa-
tes métodos de evaluación y criterios diagnósticos. minérgica [95].
Transpiración inapropiada Disfunción sexual
Estudios iniciales sobre el tema han demostrado el incremento La disfunción sexual ocurre en muchos pacientes con EP, y, a
de la transpiración en reposo y en respuesta al calentamiento en pesar de deberse a un trastorno autonómico, se encuentra fuer-
enfermos parkinsonianos [81]. Otros estudios complementarios temente influida por la medicación antiparkinsoniana. En los
han mostrado supresión de la respuesta simpática de la piel, hombres, la dificultad para iniciar o mantener una erección, así
asociada a una disfunción de la regulación sudomotora [82,83]. como el retraso o inhibición de la eyaculación, son frecuentes,
Pursiainen et al [84] demostraron, además, que la transpiración mientras que en la mujer, la inhibición del orgasmo es el proble-
fluctúa con el estado motor y que pacientes con wearing-off in- ma más común. Si bien hombres y mujeres tienen disminución
crementan su transpiración a la par del incremento de las disabi- de la libido como característica de la enfermedad crónica, y más
lidades motoras con la pérdida del efecto de la levodopa. Tam- aún de la frecuente concomitante depresión, la medicación anti-
bién la queja de transpiración profusa es mucho mayor durante parkinsoniana, en especial la levodopa, suele producir hiperse-
el período de off que durante el período de on [85]. Si bien el xualidad como efecto adverso. Es de fundamental importancia
origen de ésta respondería a factores centrales y periféricos, el rápido reconocimiento de este último problema, ya que, en el
también podría considerarse como una respuesta termorregula- contexto de alucinaciones y deterioro cognitivo, constituye un
toria exagerada, debido a la rigidez muscular. La hiperhidrosis gran problema para la familia y los cuidadores.
axial en los pacientes con Parkinson no se correlaciona con la
transpiración excesiva del tronco, la cara y la cabeza, y podría
ser la expresión de un mecanismo compensatorio de un defecto SÍNTOMAS GASTROINTESTINALES
sudomotor en pies y manos, como también se ha registrado en Disfagia
pacientes con neuropatía periférica o lesiones centrales que La dificultad para tragar ocurre desde estadios muy tempranos
afectan el sistema nervioso autónomo. de la enfermedad y aun en casos presintomáticos [96,97]. Se
manifiesta por la pérdida de saliva por la comisura labial, pre-
Síntomas urinarios sencia de residuos de comida en la boca, mala formación del
Los síntomas urinarios en EP corresponden a síntomas del trac- bolo alimenticio, lentitud del tránsito faríngeo, retropulsión
to urinario inferior y se clasifican en irritativos u obstructivos. del bolo alimenticio por la lengua, reflejo de deglución retrasa-
Dentro de los irritativos, se encuentran el incremento de la fre- do, residuos de comida en los senos piriformes, hasta verdadera
cuencia, la urgencia y la nocturia, causados todos por hiperacti- aspiración de líquidos y sólidos [98,99]. A todo este trastorno se
vidad vesical resultante a hiperreflexia vesical. El vaciado in- le sumaria el inadecuado uso de los cubiertos, con pedazos de
completo, la intermitencia del chorro miccional, la pequeña comida de tamaños inapropiados o mal manejo de los vasos con
magnitud de éste y el retraso para comenzar a orinar, por otro líquido, que vierten inapropiadamente su contenido en la boca
lado, corresponden a los síntomas obstructivos, que en general debido al temblor, rigidez y bradicinesia, lo que hace de este
ocurren con menor frecuencia que los irritativos [86]. La fre- problema uno de gran importancia clínica. Varios estudios de-
cuencia de síntomas urinarios en la EP se ha sido comunicado mostraron que broncoaspiración silente puede preceder al reco-
con una gran variabilidad, debido a las diferentes herramientas nocimiento del síntoma. La relación entre disfagia y duración
utilizadas para su diagnóstico y los diferentes subgrupos de pa- de la enfermedad es controvertida [100,101], y el hecho de que
cientes utilizados, y varía entre el 27-75% [87-89]. La hiperac- la levodopa sólo mejore el síntoma en un subgrupo de enfermos
tividad vesical podría explicarse por la pérdida de los efectos in- también cuestiona su relación con la gravedad de la enfermedad

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y su relación con el déficit dopaminérgico [101]. La disfagia es- sobre los hábitos defecatorios de más de 7.000 pacientes duran-
tá asociada con un incremento de la morbimortalidad relaciona- te 24 años demostró que aquellos pacientes que no vaciaban el
da con la EP [102], y es causa de aislamiento social. Es impe- intestino diariamente durante un período mayor a 10 años tenían
rioso ajustar a la realidad del paciente qué comer y en qué mo- tres veces más riesgo de desarrollar EP que aquéllos que lo ha-
mento hacerlo para disminuir las consecuencias de este proble- cían a diario. Si bien la afectación no dopaminérgica estaría im-
ma [103]. plicada en el estreñimiento, hemos visto que aquellos pacientes
con imposibilidad de defecar durante el off pueden hacerlo con
Sialorrea la ayuda de apomorfina subcutánea. Incluso en un paciente con
La sialorrea se define como la imposibilidad de controlar la se- íleo paralítico, éste se revirtió por el uso de apomorfina [116], lo
creción de saliva, y resulta en una acumulación anormal de ésta que sugiere que la afectación de los plexos de Auerbach y Meis-
en la orofaringe. En casos graves, este proceso puede resultar en ner con cuerpos de Lewy podría estar relacionada con un trastor-
la incapacidad de mantenerla dentro de la boca, por lo que sale no de la motilidad colónica. El uso indiscriminado de laxantes
al exterior por la comisura labial [104]. La sialorrea puede re- en estos pacientes, lejos de ayudar, perpetúa el megacolon ad-
sultar de diferentes procesos neurológicos, incluyendo disfun- quirido por el estreñimiento crónico y empeora este problema.
ción neuromuscular, hipersecreción, anormalidades anatómicas,
dificultad para tragar, edentulia, postura anormal y rigidez y Rinorrea
bradicinesia de los músculos de la deglución, como es el caso La rinorrea es cinco veces más común en pacientes con EP que
de los pacientes parkinsonianos [105]. en controles normales, afecta a más del 50% de los enfermos, y
El 78% de los pacientes parkinsonianos experimenta sialo- es igualmente prevalente en mujeres que en hombres [117]. No
rrea como síntoma muy temprano [102,106]. La sialorrea es un se encontró efecto de la levodopa sobre ella, pero sí de la apo-
problema que surge de la combinación de una inadecuada de- morfina [118], a diferencia del resto de los agonistas dopaminér-
glución de la saliva, dificultad para mantener la boca cerrada y gicos. No se encontró relación entre la rinorrea y la hiposmia.
una postura anormal, más que de una excesiva producción de La rinorrea se produce por una disminución del tono simpático
aquélla [106]. En un estudio reciente, Friedman y Potulska des- en la mucosa nasal, lo que provoca un desequilibrio a favor del
cribieron pacientes con similar puntuación en la UPDRS para tono parasimpático que estimula la secreción nasal [119].
sialorrea que presentaban rangos de secreción de saliva muy
diferentes, lo que confirma claramente que otros factores dife- Pérdida de peso
rentes a la secreción son los responsables de la sialorrea [107]. Los pacientes con EP frecuentemente pierden peso con una in-
Un estudio de Eadie y Tyrer concluyó que el 86% de los su- cidencia del 52-65% [120-122]. Esta pérdida de peso es más
jetos con Parkinson y disfagia presentaba sialorrea, a diferen- prominente en mujeres que hombres, y es muy marcada en pa-
cia del 44% de los que no tenían disfagia, lo que refuerza a es- cientes con enfermedad avanzada [123]. La pérdida de peso se
ta última como un factor crítico para el desarrollo de sialorrea debe primariamente a pérdida de grasa y no de masa muscular
[108]. La sialorrea constituye uno de los problemas más moles- [120,121]. Básicamente, se debe, por un lado, a una inadecuada
tos de los pacientes con Parkinson, causa vergüenza y aisla- ingesta de energía, relacionada con pérdida del apetito que sur-
miento social, empeora los síntomas depresivos y representa ge de los trastornos gastrointestinales y disfagia, y, por otro, al
una de las principales causas de broncoaspiración y consecuen- incremento de gasto energético que surge de la rigidez, el tem-
te neumonía. blor y las discinesias [124]. La levodopa puede incrementar el
Se han publicado numerosas técnicas para medir la secreción metabolismo de la glucosa. La pérdida de peso tiene una fuerte
salival, todas de difícil y engorrosa implementación [109,110], y correlación con la demencia, la depresión y las complicaciones
la mayoría de ellas no representa la incomodidad del síntoma. médicas, como es el caso de la neumonía, que surge por la en-
Además del ítem 6 de la sección de actividades de la vida diaria fermedad [125].
de la UPDRS, que evalúa la disconformidad producida por la
sialorrea, se han desarrollado algunas escalas específicas [111,
112]. En nuestro laboratorio, hemos validado [113] una escala SÍNTOMAS SENSORIALES
clínica para valoración de la sialorrea en la EP (SCS-PD), que Dolor
demostró muy buenas propiedades clinimétricas, buena correla- La prevalencia de dolor en la EP es del 40-75% [126-128]. El
ción con métodos objetivos de valoración de contenido bucal de dolor parkinsoniano se ha clasificado en musculoesquelético,
saliva y de fácil utilización clínica. radicular-neuropático, distónico, central primario y acatísico.
Se han publicado muy pocos estudios con diseño apropiado En estadios iniciales de la enfermedad, e incluso antes del diag-
con respecto al tratamiento óptimo. El uso aislado de tratamien- nóstico, muchos pacientes presentan dolor de espalda, cuello y
to farmacológico, rehabilitación oromotora o cirugía no ha sido hombros como consecuencia de la rigidez o dolores en las pier-
efectivo universalmente. No obstante, con la optimización de la nas que resultan del síndrome de piernas inquietas o distonía del
terapia antiparkinsoniana en combinación con algún fármaco pie. Esto motiva que muchos de los pacientes busquen atención
específico de efecto anticolinérgico, se puede encontrar cierto traumatológica incluso antes de ver a un neurólogo. En estadios
beneficio. Otra buena opción explorada en los últimos años es avanzados, el dolor puede estar causado por discinesias, disto-
la aplicación de toxina botulínica. nía de off, patología radicular secundaria a rigidez o escoliosis.
No obstante, hasta el 30% de los parkinsonianos presenta dolor
Estreñimiento no explicado por las causas anteriormente enumeradas [129].
El estreñimiento es uno de los SNM más comunes de la EP, y Este dolor, caracterizado por sensaciones quemantes y oprimen-
puede preceder el desarrollo de la enfermedad por muchos años tes, difícil de definir en determinadas partes del cuerpo, se de-
[114]. Un estudio prospectivo realizado por Abbott et al [115] nomina ‘fenómeno de dolor primario de origen central’. Su ex-

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PARKINSON NO MOTOR

plicación estaría dada por un incremento de la sensibilidad al cio físico durante un esfuerzo muscular sostenido. Obviamente,
dolor a partir de alteraciones en el circuito de los ganglios basa- las causas médicas son muy frecuentes (fármacos, hipotiroidis-
les relacionados con la función somatosensorial. mo, anemia, virus de inmunodeficiencia humana, etc.) y deben
La relación entre el dolor y la medicación antiparkinsoniana ser cuidadosamente descartadas antes de relacionar la fatiga con
es confusa, y mientras que algunos estudios encuentran que és- la EP. Existen varias escalas para la medición y diagnóstico de la
ta podría aliviar el dolor, otros muestran agravamiento por el fatiga [139,142]. Los pacientes tratados con amantadina tienen
uso de fármacos dopaminérgicos [130-132]. Recientemente, menos fatiga [141] y la levodopa mejora la fatiga física. Recien-
Tinazzi et al [133] vieron que el dolor musculoesquelético del temente se ha postulado que el uso del metilfenidato podría ser
tipo reumático característico de los pacientes de avanzada edad un tratamiento útil y seguro para la fatiga en la EP [143].
se presentaba con más frecuencia en parkinsonianos que en
controles normales, mientras que el dolor no clasificable dentro Diplopía
de ese grupo que ellos denominaron distónico estaba claramen- Los trastornos visuales, como visión borrosa, dificultad para leer
te relacionado con las fluctuaciones motoras y discinesias. y diplopía, no son infrecuentes en la EP, y podrían llegar a
afectar hasta al 78% de los parkinsonianos. Si corresponden a
Hiposmia una comorbilidad más que síntomas de EP, ha sido controverti-
La hiposmia afecta al 90% de los pacientes con EP. La baja sen- do durante mucho tiempo. Algunos informes han notado la di-
sibilidad de la pregunta ‘¿usted huele bien?’ utilizada en la prác- plopía selectiva como una posible alucinación visual [144] o
tica clínica habitual puede dar una idea errónea de la magnitud de discinesia. Lepore [145] encontró trastornos de la convergencia
este problema. La hiposmia es tan frecuente y precoz, notificada en el 100% de los pacientes con EP. Un estudio reciente comu-
en muchos casos de aparición anterior al desarrollo de los sínto- nicó diplopía en el 21,9% de los parkinsonianos frente al 4,2%
mas motores, que se ha planteado su utilidad como marcador de los controles normales. Se caracteriza por ser selectiva, epi-
presintomático de la enfermedad [134]. Otros estudios han en- sódica y durar sólo segundos. Los pacientes en una evaluación
contrado no sólo una anticipación de cuatro años entre la hipos- oftalmológica presentaron heteroforia y estrabismo divergente,
mia y el desarrollo de la enfermedad, sino también una relación por lo que se debería a trastornos de la percepción y suaves e
lineal entre la gravedad de la EP y la pérdida del olfato [135]. imperceptibles trastornos de la motilidad ocular. Los trastornos
En un estudio muy interesante [136], 40 de 361 familiares cognitivos, la somnolencia y las alucinaciones pueden empeorar
asintomáticos de pacientes con EP presentaron hiposmia medi- el problema, y se encuentran fuertemente asociados con la di-
da por un test objetivo. De ese grupo, a los dos años, el 10% ha- plopía; no obstante, el papel de las medicaciones antiparkinso-
bía desarrollado EP, y otro 12% presentaba anormalidades en la nianas es controvertido.
tomografía computarizada por emisión de fotón único (SPECT),
a diferencia del grupo con olfato normal, entre los cuales ningu- Seborrea
no había desarrollado ni EP ni anomalías en la SPECT. La pér- El papel de la seborrea en el desarrollo de dermatitis seborreica
dida de olfato podría estar relacionada con la pérdida de peso en está cuestionado. La hiperactividad de las glándulas sebáceas es
los pacientes parkinsonianos, por su efecto sobre el gusto y la necesaria para el desarrollo de este problema, y esta situación
estimulación a comer. La hiposmia estaría relacionada clara- es rara después de la pubertad, y tiende a afectar a la frente, la
mente con una patología por acúmulo de α-sinucleína, y aque- cabeza y la parte superior del tronco. Se sabe que la EP está aso-
llos casos con EP por expresión del gen parkin tendrían olfac- ciada a seborrea, pero un estudio reciente [146] mostró que sólo
ción normal. el 18,6% de los enfermos con EP presenta seborrea. La levodo-
pa reduce la excreción de las glándulas y ofrece un tratamiento
efectivo del problema [147]. La dermatitis seborreica no es una
OTROS complicación frecuente de la seborrea en la EP, y no está pre-
Fatiga sente más que en el 3% de los pacientes [148].
Es muy difícil el análisis de la fatiga en la EP, debido a que los
síntomas que la definen tienen una gran superposición con otros
trastornos no motores aquí descritos, como también con los tras- CONCLUSIONES
tornos motores básicos de la enfermedad [137]. No obstante, la Los SNM son variados, frecuentes y responsables directos de la
fatiga es un síntoma frecuente que afecta casi al 33-58% [138] pobre calidad de vida de los pacientes parkinsonianos. Su im-
de los parkinsonianos, y, de acuerdo con algunos estudios, pare- pacto está, en general, infravalorado, y el tratamiento es empíri-
cería ser un síntoma independiente de la depresión o la demen- co. Por otro lado, teniendo en cuenta la urgente necesidad de un
cia [137,139]; no obstante, algunos estudios los han asociado tratamiento neuroprotector para la enfermedad y el hecho de
[140]. Se define como fatiga a la sensación subjetiva de cansan- que en el momento de la aparición de los síntomas motores la
cio o falta de energía, que resulta en una disminución cualitativa afectación del sistema nervioso central está ampliamente distri-
y cuantitativa de las actividades de un individuo [141,142]. La buida, la búsqueda de síntomas promotores que puedan adelan-
fatiga es un SNM inhabilitante en la EP y, de acuerdo con sus tar el diagnóstico sería fundamental. Estudios futuros, por un la-
características, se puede dividir en central o periférica. En la fa- do, deberán confirmar el papel del estreñimiento, el trastorno
tiga central existe una clara falla para iniciar o mantener una ta- del sueño REM y la hiposmia como marcadores presintomáti-
rea que requiera esfuerzo mental y físico, lo que pone esta de- cos, mientras que otros también deberán desarrollar nuevas he-
finición muy cerca de la que anteriormente llamamos apatía, rramientas de valoración de los SNM para ayudar a desarrollar
mientras que la fatiga periférica sólo hace referencia al cansan- tratamientos específicos.

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NON-MOTOR DISORDERS IN PARKINSON’S DISEASE


Summary. Introduction. Parkinson’s disease (PD) is a progressive disorder that is strongly linked to non-motor symptoms
(NMS). Unfortunately, these symptoms have been almost neglected for many years and only recently have researchers begun
to assess how they affect the quality of life in patients with PD. Aims. To review our current understanding of the subject and
to highlight the importance of NMS in PD. Development. Recent studies have emphasised the fact that the basal ganglia play
an important role in a number of non-motor functions. At the same time, the exclusive involvement of the substantia nigra in
PD is being reviewed and the development of PD has been defined as a continuum that covers a range of different stages,
including non-dopaminergic systems and nuclei. This would account for the constellation of non-motor symptoms that do not
respond to dopamine replacement therapy and which affect patients with PD, such as depression, apathy, sialorrhea and
urinary incontinence, among others. Conclusions. NMS make a significant contribution to the morbidity and mortality rates of
PD and are often the main cause of hospitalisation of patients with PD. Current evidence suggests that some NMS, such as
constipation, hyposmia and REM sleep disorders, could even be preclinical markers of PD. Both of these reasons stress the
importance of reaching a diagnosis faster and earlier. [REV NEUROL 2008; 47: 261-70]
Key words. Autonomic. Cognitive. Levodopa. Non-motor symptoms. Parkinsonism. Parkinson’s disease.

270 REV NEUROL 2008; 47 (5): 261-270

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