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Sé tú quien eres.

( 10 puntos)
Cristián Warnken. Diario el Mercurio.

Me entero por azar de que alguien, usando mi nombre, “twittea” mensajes —


supuestamente míos— en internet. Creo que hasta he opinado —en realidad lo
ha hecho mi falso otro yo— sobre el conflicto con Perú, la baja del dólar y qué
sé yo… El Twitter parece ser el paraíso de los opinólogos, y ahora lo es de los usurpadores de
identidad. Hasta hace poco no sabía lo que era “twittear” y el verbo me ha parecido siempre una de
esas siutiquerías en spanglish que abundan hoy entre los “hiperconectados”, los esclavos de
Blackberry, los adictos de Facebook y otras yerbas.

Dos fenómenos aparentemente opuestos coexisten hoy en la red: un narcisismo exhibicionista


desatado, por un lado, y un travestismo de identidades, por otro. En realidad, intuyo que son dos
caras de una misma moneda.
Pero ése es tema para otra columna. Por ahora me centraré en esa subespecie de los travestis
virtuales: los que usurpan una identidad o se refugian bajo un nombre falso, y practican el deporte
de atacar y enlodar a otros impunemente. Son tiempos de cobardía, de no dar la cara, de
espadachines de debates virtuales que, en la realidad, serían incapaces de discutir frente a frente
con otro.

Nuestros tatarabuelos resolvían sus diferencias en duelos cuerpo a cuerpo. Hoy, muchos se dan
“tunazos” en encendidos blogs, pero jamás se atreverían a pegar o recibir un buen combo, como en
los viejos tiempos. Hay algo psicopático y esquizofrénico en todo esto. Alumnos —escudados en el
anonimato o bajo falsas identidades— linchan públicamente a un profesor o a un compañero. Esto
no es el “ágora” virtual, como algunos eufóricos del cibermundo han querido sugerir. Por favor, no
ofendamos a los griegos, que sí supieron dialogar, con altura y estilo, al aire libre, en los jardines de
la academia. Esto es la orgía de ociosos que se lo pasan pegados al computador, falsos héroes de
guerras de mentira. Es la gran escuela de la cobardía, de la falta de virilidad.

De estas prácticas se están alimentando las nuevas generaciones: en no dar la cara, en no


arriesgarse al intercambio directo, con voz, cuerpo, presencia, réplica y contrarréplica mirándose a
los ojos. ¿Qué engendros saldrán de esta sopa de tecnología y cobardía? Bienvenidos al gran
Carnaval 2.0, donde bajo máscaras de todo tipo muchos anónimos se sienten controlando el mundo
con un zapping y un mouse, como en el circo romano.

Estamos ante un nuevo tipo de terrorismo virtual diseminado, una red de pequeños Bin Laden
dispuestos a disparar a quemarropa, sin dios ni ley. Pero sin riesgo personal alguno. No estoy
diciendo que internet y todos sus derivados sean malos ni buenos en sí mismos. El tema es quién
los usa. No son lo mismo Oscar Wilde o la Madre Teresa de Calcuta opinando, que cualquier ocioso
e incontinente verbal manejando estos nuevos medios de comunicación. Ése es el problema de
fondo: hemos llegado al máximo desarrollo y disponibilidad de tecnología, pero sin un desarrollo
espiritual y cultural acordes. Hoy tenemos circulando libremente a una legión de monos con navaja.
Y las navajas son Facebook, Twitter y los blogs —estos últimos, extraordinarios medios de
comunicación: he aprendido mucho de nuestros lectores leyendo sus opiniones.

En los blogs a veces asistimos a conversaciones enriquecedoras y estimulantes (un verdadero


caleidoscopio de puntos de vista), pero que terminan siendo arruinadas por resentidos de todo tipo,
psicópatas, hackers y toda una fauna más bizarra que la corte de los milagros. El imperativo “Sé
quien eres” fue formulado por Píndaro, el gran poeta griego, hace más de dos mil años. ¿No nos
estaremos volviendo adictos a hablar desde las sombras, donde no llega la luz, como niños
mentirosos y sin voluntad de ser lo que somos de verdad? Leo que los “twitteros” están eligiendo en
estos días al “rey” o “reina” del Twitter. Lo único que faltaría es que mi usurpador me presente de
candidato.
Fuente: Emol.
a) Tesis: _________________________________________________________________

b) Argumentos:
1. _____________________________________________________________________

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3. _____________________________________________________________________

c) Tipo de argumentación:

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d) Preguntas retóricas:

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e) Conectores:

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f) Marcas de calificación

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g) Situación de enunciación

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