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Seminario de Economía Energética – MEC341.

Energía en el espacio.
Profesor: Roberto Yunge Decaud
Ayudante: Gian Paolo De Los Reyes

Nelson Villaroel, Wladimir Zelada.


Universidad Técnica Federico Santa María.
Departamento de Ingeniería Mecánica.

22 de Junio del año 2016.


Resumen Ejecutivo

El presente documento da a conocer el proyecto de obtención de


energía solar desde el espacio. Éste consiste en colocar paneles solares
fuera del planeta para que capte mejor las señales recibidas por el sol, en
donde los rayos incidentes serían más luminosos y con una radiación
diez veces mayor, sin verse afectado por cambios climáticos ni la
oscuridad de la noche.
La investigación aún está en curso, en donde los experimentos
realizados han sido en una escala muy por debajo de la esperada. Se
espera que para el año 2040 comiencen los desarrollos de prototipos
similares a los que se utilizarán en el futuro.
Índice
Página
1. Introducción……………………………………………………...4
2. Objetivos………………………………………………………..5
3. Origen de la idea………………………………………………..6
4. Transmisión…………………………………………………….6
5. ¿Por qué poner paneles solares en el espacio?.........................8
6. Proyecto Japonés……………………………………………….9
7. Proyecto en la luna……………………………………………..10
8. Prototipo realizado……………………………………………..10
9. Conclusiones…………………………………………………..11
1. Introducción

El proyecto consiste principalmente en trasladar energía solar del


espacio a la tierra. En éste, se utilizarán plantas solares que serían
lanzados al espacio por piezas a bordo de cohetes y luego ensamblados
por sofisticados robots. Cada una de estas plantas se encontraría
ubicadas a 36.000 km de distancia orbitando alrededor de la tierra, o
bien, posicionados en la Luna, con una capacidad de producción de un
millón de kilovatios, equivalente a un reactor nuclear, en donde se
enviaría la electricidad hasta paneles receptores ubicados en la tierra, los
cuales tienen un tamaño similar.

Pero la realización de éste trabajo presenta grandes inconvenientes,


repleto de desafíos técnicos y un alto coste económico, los cuales se
detallarán más adelante.
2. Objetivos

 Conocer el proyecto “Energía en el espacio”


 Informarse acerca de los costos y las dimensiones de las plantas
solares
 Entender los métodos de obtención de energía a través de la distancia
3. Origen de la idea

El proyecto, escenario de un relato de ciencia ficción de Isaac Asimov en 1941, es una


realidad cada vez más cercana gracias al trabajo de un grupo de investigadores,
principalmente japoneses, chinos y estadounidenses.
En los años 1970, con la crisis del petróleo se buscaron diversas alternativas para
afrontar el déficit energético. Entre ellos existió una idea para la generación de energía
solar basada en el espacio, la cual fue acuñada en 1968 por el ingeniero aeroespacial
estadounidense Peter Glaser. Su idea era desplegar grandes paneles solares en el espacio
para la generación de energía. La NASA y el departamento de energía de los estados
unidos comenzaron a estudiar su viabilidad, sin embargo, un balance financiero mostró
que el proyecto era muy costoso, por lo que en la década de 1980 éste se dejó de lado.
Posteriormente, en Japón, desde el año 1998, la cual es probablemente la nación que
más destine recursos a la investigación de energía en el espacio, continúo con la idea,
desarrollando diversos proyectos en diferentes universidades y en la JAXA (Japan
Aeroespace Exploration Agency).

4. Transmisión
Para transmitir la energía obtenida en el espacio existen dos grandes opciones en
estudio, transmisión a través de microondas y a través de láser.

- Satélites de transmisión de microondas:

Se ubica el
satélite de transmisión de microondas en la órbita geoestacionaria, cerca de 35000
km sobre la superficie de la tierra.
Los satélites de transmisión de microondas son enormes, con reflectores solares que
abarcan hasta 3 km con un peso de más de 80.000 toneladas métricas. Serían
capaces de generar gran cantidad gigawatts de energía, suficiente para abastecer a
una ciudad importante de Estados Unidos.

La larga longitud de onda de las microondas permite que la energía sea transmitida a
través de la atmósfera de la Tierra, con lluvia o con sol, a niveles de intensidad
bajas y seguras, apenas más fuerte que el sol del mediodía. Las aves y los aviones no
notarían de nada volando en sus caminos.

El costo estimado de lanzamiento, montaje y operación de un satélite GEO-


microondas equipado es de decenas de miles de millones de dólares. Es probable
que se requiera un máximo de 40 lanzamientos para transportar todos los materiales
necesarios. En la Tierra, una rectena es utilizada para recoger el haz de microondas.
Podría estar en cualquier lugar y tendría entre 3 y 10 km de diámetro, es decir, una
gran área de tierra, un desafío difícil de conseguir.

- Los satélites transmisión laser

Satélites transmisores láser, orbitan en la


órbita terrestre baja (LEO) a unos 400 km
sobre la superficie de la Tierra. Con un peso de
por lo menos de 10 toneladas,
considerablemente menor en comparación al
satélite de transmisión por microondas. Este
diseño es más barato; Algunos predicen que un
satélite equipado con láser de SBSP costaría
cerca de $ 500 millones de dólares para poner
en marcha y operar. Sería posible lanzar todo
el satélite con auto-montaje en un solo cohete,
lo que reduce drásticamente el costo y el
tiempo para la producción. Además, mediante
el uso de un transmisor láser, el rayo sólo será
de unos 2 metros de diámetro, en lugar de
varios km, una reducción drástica e importante.

Para hacer esto posible, el sistema radiante de energía solar del satélite emplea un
láser bombeado por diodos alcalinos. Este láser es aproximadamente del tamaño de
una mesa de la cocina, y lo suficientemente potente como para que la potencia del
haz a la Tierra tenga una eficiencia extremadamente alta, más del 50 por ciento.

Mientras que este satélite es mucho más ligero, más barato y más fácil de
implementar que su homólogo de microondas, sigue habiendo graves problemas. La
idea de los láseres de alta potencia en el espacio podría basarse en el temor de la
militarización del espacio. Este reto podría remediarse mediante la limitación de la
dirección en la que la que el sistema de láser podría transmitir su poder.

En su tamaño más pequeño, hay una correspondientemente menor capacidad de


alrededor de 1 a 10 megavatios por satélite. Por lo tanto, este satélite sería mejor
como parte de una flota de satélites similares.

5. ¿Por qué poner paneles solares en el espacio?

De todas las energías que tenemos disponibles, el sol es una de la más estable,
tenemos un reactor de fusión en nuestro cielo. El problema con la energía solar
incidente en la tierra es que el sol no siempre se encuentra hacia arriba, en la misma
posición. Tenemos noches y días nublados, por otra parte, los paneles requieren de
un importante espacio en la tierra.
Para alimentar al mundo entero con energía solar, se tendría que cubrir un área de
250.000 kilómetros cuadrados con paneles solares, el equivalente a plantar en un
tercio de Chile, en donde ni siquiera se toma en cuenta el tema de las baterías, lo
cual, simplemente no es factible.
Pero si se colocaran los paneles en el espacio, muy por encima de la atmósfera, no
existiría límite de territorio y los paneles experimentarían una luz solar casi
constante, donde dicha luz, al no ser filtrada por la atmósfera, sería un 27% más
brillante y se aprovecharía diez veces más radiación solar de la que llega a la tierra,
sin verse afectado por la rotación terrestre ni las condiciones meteorológicas.

Según los científicos, la transmisión de la energía mediante ondas de alta frecuencia


sería muy eficiente y no tendría ninguna amenaza para los seres vivos.
6. Proyecto Japones

Consiste en poner satélites


orbitando alrededor de la tierra.
Para lograrlo contemplan
construir paneles solares de
hasta 2 kilómetros de diámetro y
unas 10.000 toneladas ubicada a
36.000 km de distancia, que
serían lanzados al espacio por
piezas a bordo de cohetes y
luego ensamblados por
sofisticados robots.
Cada panel solar tendría una capacidad de producción energética de un millón de
kilovatios, equivalente a un reactor nuclear, y enviaría la electricidad hasta paneles
receptores en la tierra.
El objetivo es que la energía solar espacial tenga uso comercial para 2030 o 2040,
aunque algunos expertos hablan de un plazo más largo.
Los principales obstáculos son lograr un mayor aprovechamiento de la energía generada
(el sistema actual sólo permite enviar entre el 5 y el 10 por ciento) o conseguir que las
transmisiones sean estables a tanta distancia, un proceso que los científicos comparan
con "enhebrar un hilo en una aguja".
Otros problemas son dónde ubicar los
enormes paneles receptores en la
superficie terrestre, o los posibles
efectos sobre la salud humana de las
microondas de alta frecuencia, algo
que aún no está lo suficientemente
estudiado.
Las pruebas se han realizado con
ondas electromagnéticas de intensidad
muy superior a las empleadas en los
microondas domésticos, las comunicaciones por radar o el wi-fi, aunque los científicos
también prevén testar la transmisión por láser.
Con vistas a que la energía solar espacial fuera rentable a nivel comercial, la
construcción y puesta en órbita de cada uno de los paneles solares debería costar 1,24
billones de yenes (8.850 millones de euros), según el presupuesto que maneja SSPS
(Space Solar Power System).
Más allá del ámbito espacial, los científicos nipones creen que esta tecnología de
transmisión podría emplearse para el suministro energético a zonas afectadas por
catástrofes naturales, la recarga inalámbrica de automóviles eléctricos o el envío de
energía desde centrales eólicas ubicadas en altamar.
7. Proyecto en la luna
En un artículo publicado en estados unidos el 17 de Marzo del presente año (2016),
se toma esta idea pero en vez de tener satélites alrededor de la tierra, se utiliza
nuestro satélite natural, la Luna, teniendo como idea construir paneles solares en
dicho lugar.
Intervenir la Luna con aparatos no provocaría variedades, debido a que la luz del sol
se difundiría alrededor de la estructura, del mismo modo que lo hace con otros
satélites en órbita. Incluso cuando la luna eclipsa el sol, sólo arroja una sombra sobre
una pequeña parte del mundo por un corto período de tiempo, y el proyecto no
provocaría ni siquiera una millonésima parte de ese lapso.
El problema es principalmente los costos involucrados y la gran cantidad de paneles
solares necesarios para alimentar al mundo. Sólo el lanzamiento de un prototipo
llamado SpaceX cuesta alrededor de 60 millones de dólares, en donde sin lugar a
dudas el costo de lanzamiento es uno de los factores más influyentes en la
realización del proyecto, el cual no va a competir con los combustibles fósiles en
precio. La solución a éste conflicto es, en vez de enviar miles de máquinas construir
sólo una que tenga un modelo auto replicante, es decir, pueda crear copias de sí
mismo, de manera que la población de satélites logre crecer de una forma acelerada.
Para la creación de estos robots auto replicantes, en una primera instancia, se
simplificarán los diseños. Es necesario considerar que la distancia es cerca de 10
veces mayor a la del satélite para transmisión por microondas, aproximadamente
384000 km

8. Prototipo realizado

El pasado marzo, un equipo de investigadores de la Agencia de Exploración


Aeroespacial de Japón (JAXA) y varias empresas niponas, entre ellas Mitsubishi
Electric, completó con éxito una prueba decisiva para responder a esta pregunta.
Los científicos lograron transformar 1,8 kilovatios de electricidad en ondas
electromagnéticas, transmitirlas a continuación entre dos paneles-antena situados a
55 metros de distancia y finalmente convertirlas de nuevo en energía eléctrica.
"Es sólo un primer paso, pero es clave para la aplicación práctica de la energía solar
espacial", dijo a Efe Daisuke Goto, uno de los científicos a cargo del proyecto SSPS
(siglas en inglés de Sistemas de Energía Solar Espacial).

Debido a la carencia de combustibles fósiles, el debate nuclear post-Fukushima y la


dificultad de explotar otras energías renovables, se busca que la energía solar
espacial tenga uso comercial para 2030 o 2040, aunque algunos expertos hablan de
un plazo más largo.
9. Conclusiones
La búsqueda de nuevas fuentes de energía que puedan reemplazar a los combustibles
fósiles ha llevado a plantear diversas alternativas para la producción de esta. Tal
como se estudió en este informe una de las alternativas que ha comenzado a
desarrollarse en el último tiempo es la energía en el espacio, la cual consiste en
implementar satélites con paneles solares, con el fin de aprovechar la luz solar
existente durante todo el día, sin tener periodos en los cuales los paneles no estén
produciendo energía.
Es así como diversos estudios han hecho que la idea tome más fuerza, encontrándose
cada vez más cercana la posibilidad de la aplicación de estas ideas.
Como se menciona a lo largo del informe existen diversas formas de transmisión y
generación de la energía, teniendo diferentes tamaños, pesos y ubicaciones dentro
del espacio. Dentro de las principales desventajas estudiadas se encuentran las
grandes dimensiones de los satélites que se deberían lanzar al espacio, generando
problemas para su montaje y puesta en marcha. El tamaño, entre 3 y 5 km de
diámetro para el satélite con transmisión en microondas, es el principal problema
existente para este sistema, debido a que para su funcionamiento se debería realizar
gran cantidad de lanzamientos al espacio, además de encontrar el sistema apropiado
para su ensamblaje, lo cual elevaría considerablemente los costos.
Al igual que como ocurre con el satélite para transmisión por microondas, el de
transmisión por láser, presenta otro tipo de desventajas, además de las económicas,
donde sus costos son totalmente considerables, como por ejemplo que para lograr
una cantidad importante de potencia generada se necesitaría una gran cantidad de
satélites en el espacio. Además de una posible militarización del espacio producto
del uso de estos laser, por lo cual se necesitaría una importante intervención por
parte de las autoridades a nivel mundial, para evitar posibles conflictos.
Finalmente como los recursos de combustibles fósiles en la tierra son limitados, la
opción de producción en el espacio se ve como una alternativa a largo plazo, que
debido a sus costos por el momento no es considerada como una prioridad, debido
que se puede generar los mismos niveles de energía a partir de otras fuentes, como
por ejemplo centrales hidroeléctricas. Es por esto que se espera que con el avance de
la tecnología en un periodo de 30 años este sistema de producción de energía pueda
ser aplicado.

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