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La forma es tan esencial al testamento que sin ella no puede existir, por ello en
sucesión testamentaria no tiene aplicación el artículo 225 del Código Civil que
alude a que no debe confundirse el acto con el documento que sirve para
probarlo, pudiendo subsistir el acto aunque el documento se declare nulo, en
sede testamentaria el acto y el documento que lo contiene se confunden y el acto
de otorgamiento del testamento vale en tanto vale el documento donde él consta.
Por lo tanto el acto es solemne cuando para su validez se debe seguir una forma
prescrita por la ley, y de no seguirse la forma se producirá la nulidad del acto tal
como lo prevé el artículo 219 inciso sexto.
Los artículos 811 y 813 del Código Civil indican los defectos de forma que
ocasionan nulidad por la inobservancia de la forma solemne.
Las formas ad solemnitatem causa para todas las clases de testamento son las
siguientes:
a) Testamento escrito.-
Todo testamento debe ser escrito, se han desterrado los testamentos verbales
por la falta de seguridad y el enorme riesgo que se crea al no resguardarse la
última voluntad del testador, a la par de tornar casi imposible una probanza de la
existencia del testamento, en el caso de que se cuestione su otorgamiento.
b) Testamento fechado.-
El Código Civil de 1936 exigía que debería igualmente consignarse el lugar del
otorgamiento, requisito éste que ha sido suprimido por el Código vigente, pues
ello resulta irrelevante, como también lo es la nacionalidad y el estado civil del
otorgante que también han sido suprimidos.
d) Testamento firmado.-
La suscripción del testamento por su otorgante es requisito de validez del acto
jurídico; la firma significa la conformidad al pliego testamentario, una ratificación
de que es su voluntad, cobra plena validez al momento en que este testamento
es firmado por el otorgante. La firma siendo un requisito de validez puede no
estar presente en el caso de los testamentos otorgados por el invidente y el
analfabeto; sin embargo es reemplazada por la firma a ruego que estampan los
testigos testamentarios que el testador designe, a la par de solicitarse igualmente
la huella digital del causante, aun cuando el texto de la norma no lo especifique
como una exigencia formal.
Debemos tener en cuenta que las características son factores esenciales en los
nacimientos de los documentos testamentarios, así tenemos, por ejemplo el
artículo 690 del Código Civil, que preceptúa que las disposiciones testamentarias
deben ser la expresión directa de la voluntad del testador, quien no puede dar
poder a otro para testar, ni dejar sus disposiciones al arbitrio de un tercero; pues
así se logra desprender reglas básicas, que a su vez se convierte en una
formalidad en la constitución y elaboración de un testamento.
Clases de testamento:
a) Testamentos Ordinarios:
• Testamento cerrado
• Testamento ológrafo
b) Testamentos Especiales:
• Testamento militar
• Testamento marítimo
1.- Que estén reunidos en un solo acto, desde el principio hasta el fin, el testador,
el notario y dos testigos hábiles.
4.- Que cada una de las páginas del testamento sea firmada por el testador, los
testigos y el notario.
5.- Que el testamento sea leído clara y distinta mente por el notario, el testador
o el testigo testamentario que éste elija.
6.- Que durante la lectura, al fin de cada cláusula, se verifique, viendo y oyendo
al testador, si lo contenido en ella es la expresión de su voluntad.
7.- Que el notario deje constancia de las indicaciones que, luego de la lectura,
pueda hacer el testador, y salve cualquier error en que se hubiera incurrido.
VENTAJAS:
DESVENTAJAS:
Es muy oneroso.
TESTAMENTO CERRADO
1.- Que el documento en que ha sido extendido esté firmado en cada una de sus
páginas por el testador, bastando que lo haga al final si estuviera manuscrito por
él mismo, y que sea colocado dentro de un sobre debidamente cerrado o de una
cubierta clausurada, de manera que no pueda ser extraído el testamento sin
rotura o alteración de la cubierta.
3.- Que el notario extienda en la cubierta del testamento un acta en que conste
su otorgamiento por el testador y su recepción por el notario, la cual firmarán el
testador, los testigos y el notario, quien la transcribirá en su registro, firmándola
las mismas personas.
En cuanto a su redacción:
Cabe mencionar que el testador de acuerdo con el artículo 700 del Código Civil,
puede pedir, en cualquier tiempo, la restitución del testamento, debiendo el
notario hacerlo en presencia de los testigos, dejando constancia de dicho acto
mediante un acta, que debe firmar:
El testador
Los testigos y
El notario
VENTAJA:
Nadie se entera
DESVENTAJAS:
APERTURA:
Debe ser solicitada, ante el juez competente, por la parte interesada, la que
deberá acreditar la muerte del testador y la existencia del testamento.
El testamento cerrado, tal como lo define Augusto Ferrero, "es el que otorga el
testador en una hoja de papel que firma y guarda en un sobre que cierra en
privado, dejándose constancia en diligencia posterior ante notario y dos
testigos de que contiene su última voluntad".
c) Cierre: El documento que contiene la voluntad del testador deberá ser puesto
en un sobre cerrado.
La razón del sobre lacrado es para que no pueda ser sustraído o alterado el
contenido del testamento. El testamento guardado en el sobre lacrado y en poder
del testador tiene la calidad de documento privado y solo adquiere el carácter de
público cuando es entregado personalmente al notario por el testador bajo las
formalidades que la ley establece.
d) La entrega del sobre al notario: Una vez cerrado el sobre que contiene la
última voluntad del testador debe ser entregado al notario por el mismo otorgante
firmada y ante dos testigos, manifestando que el sobre que entrega contiene su
testamento. En este acto el notario extenderá un acta en el mismo sobre y en el
registro de testamento (cuyo contenido será únicamente la recepción del sobre
que contiene la última voluntad del testador).
Es por ello que el acta, como instrumento público, acredita la diligencia notarial
que consta en la misma y la reunión de los requisitos exigidos por ley.
e) Unidad del acto: A diferencia del Código de 1936 que no tenía indicación
alguna, el actual Código dispone que desde la entrega del testamento por el
testador al notario hasta la firma en el registro de testamentos de este último
junto con los testigos testamentarios, las formalidades deben cumplirse estando
reunidos en un solo acto el testador, los testigos y el notario sin interrupción por
otro acto extraño.
Luego de firmada la escritura pública que contiene el acta de entrega por parte
de todos los intervinientes en este acto, el notario entregará copia certificada de
dicha acta al testador.
Recalquemos que el inciso 1 del artículo bajo comentario señala que basta que
el documento sea firmado al final si "estuviera manuscrito por él mismo". No
precisando el tipo de manuscrito, por lo que se puede entender que el ciego que
puede utilizar este sistema de escritura que le permite asegurarse de la
veracidad de sus disposiciones puede otorgar testamento cerrado. Por otro lado,
el notario no da fe del contenido del testamento sino únicamente de su recepción,
con lo cual sigue siendo competente para conocer de este acto.
De igual forma, el artículo 3 de esta ley señala que la función notarial es personal,
autónoma, exclusiva e imparcial.
c) Tercero, dar fe de que se han observado todas las formalidades exigidas para
el acto de otorgamiento.
Por otro lado, los agentes diplomáticos y consulares en el extranjero hacen las
veces de notario respecto de los peruanos que se encuentran en el extranjero y
que deseen otorgar su testamento (bien sea abierto o cerrado), correspondiendo
les el ejercicio de la fe pública fuera del Perú y, lógicamente, a quienes también
les alcanzan los impedimentos consignados en el artículo bajo comentario.
Pese a que el notario es el profesional del derecho designado por ley como el
legitimado para autorizar el acto de otorgamiento del testamento ordinario bajo
sus dos modalidades, su función estará restringida siempre que se presenten los
supuestos establecidos en el artículo 704 del Código Civil.
Este artículo 704 debemos concordarlo con el artículo 236 del Código Civil para
poder determinar la relación familiar existente entre el notario y el testador y
hasta qué grado abarca dicha limitación.
Resaltando, tal como lo señala Alberto G. SPOTA, "solo existe afinidad entre un
cónyuge y los parientes por consanguinidad del otro cónyuge".
Hay que resaltar que la afinidad en línea recta no acaba por la disolución del
matrimonio que la produce; subsistiendo la afinidad en el segundo grado de la
línea colateral en caso de divorcio y mientras viva el cónyuge; tal como lo señala
el artículo 237 del Código Civil.
Es importante anotar que el cónyuge no está incluido dentro del marco del
parentesco, lo que no descarta en lo absoluto al matrimonio como una
vinculación familiar sui géneris entre el marido y la esposa de la cual se
desprende una serie de consecuencias jurídicas.
Ello se afirma teniendo en cuenta el artículo 688 del Código Civil que señala
como nulas las disposiciones testamentarias a favor del notario ante el cual se
otorga el testamento.
En nuestro Código Civil ambas funciones del testigo deben estar presentes al
momento del acto de otorgamiento; puntualmente, en el caso del otorgamiento
de testamento cerrado el notario dejará constancia en el acta de entrega de la
capacidad del otorgante y de que "se encuentran" presentes los testigos
testamentarios quienes "declaran conocerlo".
Cabe precisar que los testigos pueden ser varones o mujeres indistintamente;
sin embargo, este artículo es severo al impedir que sean testigos el sordo, el
ciego y el mudo por las consideraciones que se explicarán más adelante.
En lo que se refiere:
Pero hay que resaltar que el sordo puede otorgar cualquier clase de testamento;
el ciego solo puede otorgar testamento por escritura pública (salvo lo señalado
al comentar el artículo 699); el mudo puede otorgar solo testamento cerrado u
ológrafo.
Sin embargo, la razón del impedimento para ser testigo a las personas que
adolecen de esta inhabilidad física se debe a que se encuentran impedidos de
oír al testador, ver lo que ocurre en el acto y declarar judicialmente como testigos;
respectivamente.
Éstos carecen dela habilidad para ejercer el cargo en virtud a que se encuentran
impedidos de leer el documento Y firmarlo.
Este inciso limita a los parientes consanguíneos del heredero pero excluye a los
afines; además se refiere solo a determinados parientes y no hasta a un
determinado grado, por lo que podríamos interpretar que tanto en la línea
ascendente como en la descendente el impedimento es ilimitado; es decir,
abarca todos y cada uno de los grados en dichas líneas.
Hay que precisar que a diferencia del Código anterior, se incluye al cónyuge del
notario y a los dependientes de otras notarías.
El proyecto español de 1851 identificaba a los que laboraban con el notario como
"amanuenses del escribano"; sin embargo, más allá de la denominación que se
le dé el impedimento para ser testigo testamentario incluye a las personas que
trabajan en relación de dependencia con el notario.
El artículo 706 del Código Civil dispone que se tenga como hábil al testigo
testamentario cuyo impedimento no fuera notorio al tiempo de su intervención, si
la opinión común así lo hubiera considerado.
Son dos los elementos que convierten en hábil al testigo testamentario que,
adoleciendo de alguno o algunos de los impedimentos precisados, interviene en
el otorgamiento de testamento por escritura pública o de testamento cerrado:
a) la no notoriedad al tiempo de su intervención -
Así pues, la parte final de ella debe leerse del modo siguiente: "se le tiene como
capaz si la opinión común así lo hubiera considerado".
No hay otras formas de deferir la herencia sino por ley o por testamento; no se
le puede deferir por otro acto jurídico como el contrato.
El testamento puede otorgarse también por escritura pública, como tal está
regido por las disposiciones generales del Código Civil.
El testamento por acto público ofrece algunas ventajas respecto del ológrafo o
cerrado, la intervención de un profesional como el Notario, es una garantía de
seguridad jurídica, haciendo imposible su destrucción por terceros, pero tiene
algunos inconvenientes pues impera en esta materia un rígido formalismo y su
más mínimo quebrantamiento implica la nulidad del testamento.
BIBLIOGRAFÍA
LANATTA GUILHEM, Rómulo.- “Derecho de Sucesiones” Tomo II Lima –
Lima, 1999.
1958.