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Resumen Cáp.

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Una célula es un sistema de moléculas que se autoreproduce y se mantiene dentro de
un contenedor, ese contenedor es la membrana plasmática. Ésta consiste de dos capas
de lípidos de alrededor de cinco nanómetros en la que se insertan las proteínas. Ya que
las células están rodeadas por agua, la estructura de las membranas está determinada
por la forma en que los lípidos se comportan en un ambiente acuático. Cada lípido
tiene una cabeza hidrofílica y una cola hidrofóbica, los lípidos más abundantes en la
célula son los fosfolípidos. La membrana por lo tanto se comporta como un fluido
bidimensional, un hecho que es crucial para la función y la integridad de la misma. La
fluidez de la bicapa lipídica a cierta temperatura depende principalmente de la
naturaleza de sus colas de hidrocarburos, es decir, del tamaño y el número de dobles
enlaces que contengan. En células animales, la fluidez de la membrana es modulada
por la inclusión del esterol colesterol. Nuevos fosfolípidos son manufacturados por
enzimas unidas a la superficie citosólica del retículo endoplasmático en células
eucariotas. La mayoría de las membranas celulares son asimétricas: las dos mitades de
la bicapa contienen a menudo un set impresionantemente distinto de fosfolípidos. La
mayoría de las funciones son llevadas a cabo por proteínas, estas transportan
sustancias, anclan la célula a macromoléculas, sirven como enzimas que catalizan
reacciones especificas e incluso funcionan como receptores que detectan señales
químicas. Todas las membranas tienen una orientación única en la capa bilipídica, la
cual es esencial para su función. Todos los carbohidratos de las glicoproteínas,
proteoglicanos y glicolípidos están localizados en la parte exterior de la membrana
plasmática, donde forman un revestimiento de azucares llamado glicocálix, el cual
ayuda a proteger la célula del daño mecánico y tiene importantes roles en
reconocimiento célula-célula y adhesión.

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