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1.-Reune con un compañero(a) y lean el siguiente texto.

Soberbia.
Ésa fue una tarde muy larga para el comité que iba a elegir los Nobel de ese año de 1903. La sesión había durado
muchas horas. El caso del sueco Augusto Arrhenius había sido particularmente discutido porque algunos de los
presentes opinaban que el premio debía dársele en Física, y otros aseguraban que lo había ganado en Química.

Clemens Winkler notó que Teodoro Cleve, después de lanzar un discurso apasionado sobre el valor de los trabajos
de Arrhenius, se sumió en su asiento y no volvió a hablar. Tal actitud no era común en él, que generalmente,
participaba con entusiasmo en todas las discusiones. Winkler, intrigado, sele acercó en un momento de descanso:

- ¿Ocurre algo? – preguntó curioso. - ¿De qué hablas? – pregunto a su vez Cleve.
- Hoy después de defender los trabajos de Arrhenius, guardaste silencio durante toda la sesión. Eso no es común
en ti, ¿Qué paso?
Cleve lo miró, desconcertado por lo directo de la pregunta. Así era Winkler, nunca se detenía a pensar en frases
diplomáticas, ni se andaba con contemplaciones: si tenía una deuda lanzaba la pregunta y punto. De momento en
su mente una mentira para salir del paso. Pero la mirada penetrante de Clemens lo venció y dijo:
- A ti no puedo engañarte. La verdad es que hoy se me vinieron encima remordimientos de muchos años.
- ¿Por qué? –
- Yo fui parte del jurado que reviso la tesis de doctorado de Augusto Arrhenius hace casi 20 años.
- ¿Y …? –
- La teoría que presentó entonces fue la que tú conoces muy bien: que hay átomos cargados eléctricamente; que si
se coloca cloruro de sodio en agua, se disocia inmediatamente en partículas de sodio, con carga positiva, y en las
correspondencias de cloro, con carga negativa. Pero en aquel entonces, te hablo de 1884, esta idea era
revolucionaria, y la recibimos con un enorme escepticismo. ¿Cómo una sustancia tan estable iba a escindirse en
un líquido tan suave como el agua?, ¿Qué era eso de átomos cargados eléctricamente? Yo fui grosero con
Arrhenius y lo rebatí con crueldad. Mi ignorancia y prejuicios me enceguecieron.
- Sin embargo, al final lo aprobaron, ¿no es así?
- Con la calificación más baja. Ahora se le va a entregar el premio Nobel por esa misma teoría.
- Bueno, en ese tiempo Thomson no había descubierto el electrón y aún no se sabía nada de la radioactividad.
- ¿Y qué?, me faltó visión para comprender a Arrhenius. Fui un soberbio.
- Pues al parecer aún no es del todo comprendido. El comité todavía no decide si le van a dar el premio en Física
o en Química.
- Lo sé. Tal vez esa ambigüedad fue la que provocó que me portara tan mal. Por algún tiempo sentí que ésta era
una disculpa, pero ya no lo creo así.
- ¿Por qué’
- Porque comprendí que en mi arrogancia fue peor de lo que pensaba. El trabajo de Arrhenius es tan importante
que dio origen a una nueva rama de la ciencia, la Fisicoquímica. ¿Puede esto ser una disculpa?
Y la pregunta se perdió, como tantas otras, en un silencio lleno de incógnitas.

2.- Comenta y escribe la importancia del trabajo de Arrhenius.

3.- Imaginen que Teodoro Cleve (1840 – 1905) tiene la oportunidad de escribirle una carta a Arrhenius,
después de que éste recibió el premio nobel, ¿Qué diría la carta?, redacten una carta breve.

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