Aportes p ar a l a
C e le
l eb r ac i ó n
Homilía y guión para la Santa Misa
Jueves Santo 18 de abril de 2019
Ciclo C. Color: Blanco Año XXIII - Nº 1309
Aportes para la homilía
Caridad, sacerdocio
y eucaristía
Éx 12, 1-8. 11-14; Sal 115, 12-13.
15-16bc. 17-18; 1Cor 11, 23-26;
Jn 13, 1-15
Este es el día del amor más grande, porque
Jesús nos amó hasta el extremo. Ese amor
quedó hecho sacramento en la eucaristía y
lo actualizamos cada vez que celebramos el
memorial de su pasión, muerte y resurrección.
La Iglesia nos pide considerar los principales
motivos de este día: el mandamiento del amor,
la institución de la eucaristía y del sacerdocio.
Sigamos este consejo.
El mandamiento del amor es lo primero
que resalta ante nuestros ojos. La caridad se
constituye en la virtud-eje de la vida del cristia-
no. Por esta virtud, nos hacemos receptáculo
de la vida de los demás, para devolver amor,
y, nos unimos a la esencia de Dios, que es
amor. El amor a Dios es una parte del man-
damiento del amor, porque la otra es el amor
al prójimo. El amor a Dios y el amor al prójimo
son inseparables.
Amar a Dios es algo que a veces damos
por supuesto. No se trata sólo de rendirle
culto, sino también de hacer vida propia la
vida de Dios, que es amor. Cada vez que re-
zamos el Padrenuestro, podemos reconocer
el amor debido a Dios. Santificar el nombre
del Señor llevando una vida santa, es decir,
en unión permanente con él, reconociendo su
presencia amorosa en la vida, como su mano
providente en nuestras necesidades. Se trata
de sentirnos parte de su Reino, vinculados a
él por su justicia, que consta en trabajar por la
paz, crear un mundo de hermanos y cuidar su
creación. Amar a Dios es buscar su voluntad
siempre, para cada decisión que tomemos.
Es preguntarnos si eso que vamos a decir o
hacer, entra en el corazón amoroso de Dios
y es un bien para los demás. Jesús hacía así
su discernimiento, incluso en el momento más
amargo de oración en el Huerto de los Olivos.
Si vivimos de este modo, cada oración, cada
Eucaristía y cada sacramento celebrado será
un culto de amor al amor recibido de Dios.
La caridad con el prójimo es solidaridad.
Nosotros, que comemos el Cuerpo del Señor
y bebemos su Sangre, debemos despojarnos
cada vez más de los obstáculos que desvir-
túan nuestra vida de comunión. El más terrible
es el egoísmo, que busca satisfacer el propio
bien y nada más. En esta nefasta actitud,
está inscrito el “no te metás”, la indiferencia,
la mentira, el rechazo al pobre, al extranjero
y a los diferentes. El amor al prójimo se hace
obras de misericordia, y al menos son catorce
las que enseña la Iglesia. Se trata de hacer
propios los sufrimientos de los demás como
también su bienestar. Nos dolemos con los
padecimientos de pobreza, desigualdad,
injusticia, violencia y deshumanización de
miles de hermanos, y por eso actuamos en
consecuencia, trabajando por la inclusión
y por la solidaridad, promoviendo las obras
de ayuda y promoción humana puestas para
sacar de la pobreza, la droga, la violencia, la
trata, el desempleo… a quienes cargan con esa
cruz. Por amor, nos alegramos con aquellos
(Continúa en la p. 4).
Aportes - 1
Guión para la Santa Misa que mantenga siempre vigente el amor 11)  Cordero de Dios
activo por los pobres, los excluidos, Jesús está entre nosotros como el
1)  Introducción a la celebración recordarnos cuánto nos ama. Por eso,
extranjeros y discriminados. Oremos... Pan de vida y bebida de salvación.
Hermanos muy queridos: Estamos (cantamos) (rezamos) Gloria…


4  Por los sacerdotes de nuestra diócesis Este es el Cordero de Dios que
reunidos como familia y como dis- 5)  Liturgia de la Palabra
que estén pasando dificultades en su quita el pecado del mundo. Felices los
cípulos misioneros de Jesús para
Primera lectura (Éx 12, 1-8. 11- ministerio, para que, unidos a la cari- invitados a la Cena del Señor.
celebrar el memorial de su pasión,


14): El pueblo de Israel celebró la
muerte y resurrección. No es un día cual-
primera pascua durante la noche
quiera, sino el del mandamiento del amor,
en que fue liberado de la esclavitud
dad del buen Pastor, reaviven el don
12)  Comunión
recibido. Oremos…
4  Por los jóvenes que el Señor llama Recibir al Señor nos debe hacer


la institución de la Eucaristía y del sacerdo-
del Faraón. Ese fue un día memorable. al sacerdocio, para que, discernien- más hermanos y solidarios y dispo-
cio. Todo nos habla de entrega, oblación,
do por medio del amor su vocación, nernos siempre al servicio desinte-
pan partido, servicio de lavar los pies a los Salmo (Sal 115, 12-13. 15-16bc. 17-18):
entreguen con generosidad su vida al resado. Vayamos a recibir al Señor
demás para que crezcamos en ese amor. El salmista nos invita a celebrar con una
liturgia de alabanza por todos los bienes ministerio pastoral. Oremos... mientras cantamos...
Este es el día del amor más grande.
Recibamos al sacerdote que hoy, junto que nos concede el Señor. Responda- 4  Por nuestra comunidad, que se alimen- 13)  Traslado del Santísimo
con los demás presbíteros, ha renovado mos: ¿Con qué pagaré al Señor todo ta del Cuerpo y Sangre del Señor, para Sacramento
sus promesas sacerdotales. Y con él, el bien que me hizo? que inspire sus obras de caridad en (Concluida la “Oración después de la comunión”).
formando un solo pueblo, comencemos Segunda lectura (1Cor 11, 23-26): San la celebración eucarística. Oremos...
la Eucaristía cantando… La misa no termina como de costum-


Pablo transmite a los cristianos la antigua (Se pueden añadir y/o
enseñanza que él ha recibido sobre la bre. El sacerdote no nos despide. Si
2)  Saludo inicial sustituir oraciones). hoy adoramos el Cuerpo del Señor
celebración de la Eucaristía.
Hermanos y hermanas: La Eu- Maestro y Señor, que nos guías en la eucaristía, mañana venerare-
Evangelio (Jn 13, 1-15): Jesús, Maestro por los caminos del amor, acre- mos la santa Cruz que lo sujetó. Para poder
caristía es la actualización del
y Señor, durante la cena de Pascua, sor- cienta nuestro servicio a ti perfec- comulgar el Viernes Santo, vamos a reser-
sacrificio de Jesús, quien, siendo
prendió a los discípulos porque asumió la cionando la caridad con el prójimo. Te var las hostias que hoy fueron consagradas
Dios, lavó como siervo los pies de los
condición de esclavo y les lavó los pies. lo pedimos a ti, que vives y reinas por en un lugar sencillo pero destacado, es lo
discípulos. Que la caridad que nace del
corazón de Dios inunde sus corazones y 6)  Lavatorio de los pies los siglos de los siglos. que llamamos el “Monumento”.
esté ahora y siempre con todos ustedes. (Donde se realice, después de la homilía). Acompañemos el traslado del
8)  Presentación de las ofrendas
Del mismo modo en que el Señor se Santísimo con nuestra alabanza.
3)  Acto penitencial El pan y el vino de nuestra ofrenda


Desde allí, el Señor nos pide no

Frente al amor de Jesús, exami-
namos nuestro amor y deseamos
que todo egoísmo se transforme
en caridad. Por eso, invoquemos la
misericordia del Señor.
– Tú, que nos mandas amarnos
abajó para lavar los pies a los discí-
pulos, el sacerdote lavará los pies
a hermanos de nuestra comunidad.
Al participar de este gesto, recordemos lo
que enseñó Jesús: “Les he dado ejemplo,
para que hagan lo mismo que yo hice”.
Cantamos…

nos invitan a sacrificarnos por el
bien de los demás, para que haya
techo, trabajo y tierra para todos.
Cantamos…
9)  Prefacio de la Eucaristía I o II
temer y nos llama a la conversión y a vivir
un amor más pleno.
(Una vez concluida la monición del guía, se inicia
la procesión. Mientas tanto, se canta o se recita un
himno apropiado).
14)  Adoración y reserva del


Alabamos a Dios porque, en la

 Última Cena, el Señor nos dejó el Santísimo Sacramento

como como tú nos amaste. Señor,
ten piedad. 7)  Oración de los fieles
“memorial salvífico de la cruz” y 15)  Monición final
– Tú, que nos pides lavarnos los Hermanos y hermanas: En el “nos mandó ofrecerlo en su memo- A partir de este momento, Jesús


pies unos a otros. Cristo, ten piedad. mundo, seremos testigos del amor ria” hasta que él venga. está frente a nosotros, entregado
de Dios, que habita en nuestros
–  Tú, que nos exhortas a tener cari- corazones. Por eso, pidamos que se en la humilde forma de pan, recor-
10)  Padrenuestro
dad constante. Señor, ten piedad. dándonos que, siendo servidores,
acreciente nuestra caridad. El pan de cada día recibido con nos hacemos fuertes y nos unimos más a


4)  Gloria Ante cada intención, respondemos: amor nos hace compartirlo con Dios. Desde el sagrario, Jesús nos llama a
Glorifiquemos a nuestro Dios, que los que más lo necesitan. Que el amar sin límites. Hagamos silencio y ado-
Señor, moldea nuestro amor.
es amor y ha querido quedarse en- Pan de vida eterna sea nuestro alimento remos al Señor. Luego de orar, podemos
tre nosotros en la eucaristía para 4  Por la Iglesia, servidora de la vida, para cotidiano. Rezamos: Padre nuestro... retirarnos en religioso silencio.
Aportes - 2 Aportes - 3
(Viene de la p. 1).
a quienes les va bien en la vida, porque han
logrado un mejor posicionamiento, porque
superaron una enfermedad, porque tienen un
trabajo digno…
Así como hoy celebramos el amor, cele-
bramos la institución del sacerdocio. Damos
gracias y nos alegramos porque el Señor llama
a hombres para que sean puentes entre él y
nosotros. El sacerdote se debe santificar por
medio de la caridad pastoral. Debe ser como el
pastor que, avanzada la noche, sale a buscar
la oveja perdida sin importarle los peligros,
y deja las noventa y nueve a salvo. El sacer-
dote debe ser como el Maestro que enseña
misericordia perdonando a sus ofensores y
pecadores; es decir, debe tener un magisterio
con las actitudes más que con los discursos,
como fue Monseñor Angelelli. El sacerdote
debe ser como el Supremo Pastor que se des-
poja de sí para lavar los pies a los discípulos y
dar la vida en la cruz, porque nadie se la quita,
como lo hace Jesús. Ser sacerdote es dar la
vida por los amigos.
Si pensamos así, qué mancha más ofen-
siva para el ministerio sacerdotal son los
pecados de algunos ministros. Nos duele el
pecado de los sacerdotes cómodos, que han
hecho de su servicio una burocracia y viven
alejados de los dolores y esperanzas, las
alegrías y sufrimientos del rebaño. Nos duelen
los pecados de los pastores que abusaron y
abusan vilmente de su poder y se ensañan con
los más débiles, llevando tristeza y dispersan-
do así el rebaño. Nos duelen los pecados de
los sacerdotes que han caído en el abuso de
menores y de otras personas ofendiéndolas en
su dignidad, apagando quizás la luz de la fe de
aquellos a quienes deberían haber fortalecido.
Nos duelen todos esos y otros pecados de los
sacerdotes, pero hoy nos comprometemos a
rezar para que reparen el daño cometido. Hoy
nos comprometemos a no juzgar ni condenar,
sino a perdonar.
Aportes para la celebración, subsidio litúrgico de El Domingo. Es propiedad de SOCIEDAD DE SAN PABLO (PAULINOS),
Riobamba 230, C1025ABF, CABA, Argentina. Tel.: (011) 5555-2455. E-mail: promocion@sanpablo.com.ar - www.sanpablo.com.ar
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Aportes - 4
Por último, este es el día de la institución de
la Eucaristía. Queremos reavivar hoy una vida
eucarística que imprima en cada uno el sello
de la oblación, como fue la entrega humilde de
Jesús, que comenzó su pasión despojándose
de su yo para vivir el nosotros del Reino, reu-
niendo a sus amigos y dejando el memorial de
su donación en el pan y el vino. Cada vez que
comulgamos el Cuerpo del Señor, debe desa-
parecer un pedacito de nuestro yo egoísta, lo
que significa un camino de conversión continua.
El sacrificio de Jesús en medio de un mundo
materialista, es difícil de vivir, porque se nos
motiva a consumir cada vez más. Pero Jesús
nos impulsa a la donación constante. Por eso,
deberíamos empezar a dar impulso hoy a este
poder transformador de la eucaristía.
En este Jueves Santo, queremos pasar de
una vivencia eucarística meramente personal
a una vivencia más comunitaria. Es necesario
ponerse a pensar en que, si nos reunimos como
hermanos, debemos generar amistad social; si
compartimos la Palabra, cuánto debemos hacer
para que, por medio de la lectura y alfabetiza-
ción, llegue a más personas; si compartimos los
dones de pan y vino, cuánto hace falta trabajar
para que, compartiendo la vida, haya alegría,
pan, tierra, trabajo y techo para muchos her-
manos; si vamos a comulgar, no sin antes estar
en paz con Dios y con los hermanos, cuánto
deberemos buscar los caminos de la paz y no
del odio a los pobres, marginales y extranjeros.
Hoy es Jueves Santo, y hemos comenzado
el Triduo Pascual, que dura hasta el sábado a
la noche, en que celebraremos vivamente la
Vigilia Pascual. Si hemos celebrado la ofrenda
de Jesús, despojado de sus vestidos para
lavar los pies a los discípulos y dejar el me-
morial de su pasión, mañana veremos cómo
en la cruz se concretiza ese amor hasta el
extremo. Visitemos las iglesias, recemos ante
el Santísimo con un espíritu de ofrecimiento
para que aumente la caridad en nosotros, los
sacerdotes sean santos por medio del amor
y reavivemos nuestro amor por la eucaristía,
porque es el día del amor más grande.