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James Clifford DILEMAS DE LA CULTURA Antropologia, literatura y arte en la perspectiva posmoderna etnogrdfjcas como “arte” es en parte una respuesta a la mayor disponibil:- dad de fondos disponibles para las exhibiciones de arte, mas que para las antropolégicas. 11. Este cambiante equilibrio de fuerzas es evidente en el caso de los dioses zuiis de Ja guerra, o ahauuta. Los zuiii objetan con vehemencia la exhibicién de estas figuras (aterradoras y de gran fuerza sagrada) como “arte”. Son los tinicos objetos tradicionales singularizados con esta objecién. Después de la firma del Acta de Libertad de Religién de los Nativos Norte- americanos en 1978, los zuni iniciaron tres acciones legales formales recla- mando la devolucién de los ahauuta (que, como propiedad communal son, a los gjos de los 2ufi, bienes robados). Una venta en Sotheby. Parke-Bernet en 1978 tuvo que interrumpirse, y la figura fue con el tietnyo devuelta a los zuiii, El Museo de Arte de Denver fue obligado a repatriar sus ahauutas en 1981, Una demanda contra el Smithsonian sigue sin. resolverse mientras esto se escribe. Se han aplicado presiones en otras partes'en una campaiia continuada. En estas nuevas condiciones, los ahauuta zuiii no pueden exhi- birse ya rutinariamente. Incluso la figura que Paul Klee vio en Berlin corre- ria el riesgo de ser incautada como contrabando si se hubiera embarcado a Nueva York para la muestra del MOMA. Para una semblanza general, véa- se Talbot 1985. 12. Un artfculo sobre los fondos corporativos de las artes en el New York Times del 5 de febrero de 1985, p. 27, informé que Mobil Oil patrociné la muestra maor{ en gran parte para complacer al gobierno de Nueva Zelanda, con el que estaba cooperando en la construecién de una planta de conversion de gas natural. 13. En algunos lugares la busqueda se torna autoparédica, como en el rétulo de las obras de Jackie Winsor: “La obra de Winsor posee un senti- miento primitivista, no sélo en la presencia fisica cruda de sus materiales, sino también en la forma en que ella compone. Su trabajo —clavar clavos, torcer roscas— va mas alld de la simple repeticién sistematica para abordar el caracter expresivo de la accién ritualizada”. CLIFFORD, Jamas dela coldura. Malropolog!a , lidvretdoca tt yc y orden la perspetiva pesmacerna 1 Ed. Gedisa. hareelana, Esper) jong 256 . 10 LT semestre, Sobre la recoleccién de arte y cultura* Hay un Tercer Mundo deitro de cada Primer Mundo, y viceversa. Trinh T. Minh-Ha, “Difference”, Discurso 8 Este capitulo se compone de cuatro partes apenas conectadas, cada una de las cuales se ocupa del destino de los artefactos tri- bales y las prdeticas culturales una vez que se han reubicado en museos occidentales, sistemas de intercambio, archivos discipli- narios y tradiciones discursivas. La primera parte propone una aproximaci6n critica e histérica a la coleccién, concentrandose en procesos subjetivos, taxonémicos y politicos. Eshoza el “sistema arte-cultura” a través del cual se han contextualizado y evaluado los objetos exdticos en Occidente en el ultimo siglo. Este sistema ideolégico e institucional se explora aun més en la segunda parte, donde se presenta la descripcién cultural como una forma de co- leccién. Se muestra que la “autenticidad” que se acuerda tanto a grupos humanos como a su obra artistica.procede de supuestos especificos sobre temporalidad, totalidad y continuidhd. La terce- ra parte se concentra en un momento revelador en la apropiacién moderna de obras de “arte” y “cultura” no occidentales, un mo- mento retratado en diversas memorias por Claude Lévi-Strauss * Fl término inglés collection significa eventualmente “recoleccién”, idea que a su vez remite a las nociones de “recopilaci6n” y de “recuerdo”. Al igual que lo hiciera con una authority que significab tanto “autoridad” como “au- toria”, Clifford juega en todo este texto con las significaciones concentradas y ambivalentes de las palabras, introduciendo no pocas imposibilidades de justa traduccién (T.] 257 sobre sus afios en tiempo de guerra en Nueva York. Una lectura critica torna explicita la narrativa metahistérica redentora que esas memorias presuponen. El] sistema general de arte-cultura sustentado por tal narrativa se impugna a lo largo del capitulo y en particular en la cuarta parte, donde se sugieren historias y contextos “tribales” alternativos. Recolectandonos Entrando ‘Te encontrards en un clima de castafiuelas de nuez, Una vibracién musical Del Estrecho de Torres, un sistro de Mirzapur Llamado Jumka, “usado por las tribus Aborigenes para atraer la caza menor En noches oscuras’”, cigarrillos de coolie Y méscaras de Saagga, el Doctor Demonio, Los parpados cosidos por cuerdas. El poema de James Fenton “El Museo Pitt Rivers, Oxford” (1984:81-84), del cual se ha tomado esta estiofa; redescubre un lugar de fascinacién en la coleccién etnografica, Para este visi- tante incluso el rétulo descriptivo del museo- ‘pdtece aumentar la maravilla (“...atraer la caza menor / en noché$"dscuras”) y el te- mor. Fenton es un adulto-nifio que explora ter#f¢rios de peligro y deseo, porque ser un nifio en esta coleccién® (Por favor, sefor, dénde esta la mano/ reseca?”) es ignorar las sérias. admoniciones sobre la evolucién humana y la diversidad cultural que se anun- cian en el salén de entrada. En vez de eso, es estar interesado por la garra de un condor, la mandibula de un delfin, el cabello de una bruja, o “la pluma de un grajo usada como encantamiento / en Buckinghamshire”. El museo etnografico de Fenton es un mundo de encuentros intimos con objetos inexplicablemente fas- cinantes: fetiches personales. Aqui la coleccién esta atada inelu- diblemente a la obsesién, a la recolecci6n. Los-visitantes “encuen- tran el paisaje de su infancia sefialado / Aqui'eh pilas caéticas de souvenirs... sala de cajas de lo olvidado o diel hena posible”. Ir Como un historiador de ideas oun violador, Por el arte primitivo, Como un semiélogo del polvo, equipado para desentrafiar 258 Los siete componentes de esa maldicién de bruja O la sintaxis del diente mutilado. Ir En grupos para refrse de los hallazgos curiosos. Pero no entres en el reino de tus promesas Para ti mismo, como un nifio entrando en lo prohibido Bosques de su pasatiempo solitario. No entres en esta zona tabu “poblada con trampas de privaci- dad y ficcién / Y el peligroso tercer deseo”. No encuentres esos objetos excepto como curiosidades para reirse de ellas, arte a ser admirado, 0 evidencia_a ser cientificamente entendida. La forma de tabu, seguida por Fenton, es un camino de fantasia demasiado intima, recordando los suefios del nifio solitario “que luché con Aguilas por sus plumas”, o la visién-aterradora de una muchacha, con su turbulento amante visto como un sabueso con “ext .1hos ojos pretercaninos”. Este camino por el Museo Pitt Rivers finaliza con lo que parece un esbozo de autobiografia, la vision de unas “maderas prohibidas” personales, exéticas, deseadas, salvajes y gobernadas por la ley (paterna): Sabia qué torturas habfan preparado los salvajes Para él allf, cuando calmadamente abrié Ja puerta Y entré en el bosque cerca del cartel: “SEPAN QUE LAS TRAMPAS HUMANAS Y'LAS ARMAS DE RESORTE SE Ba- SAN EN ESTAS PREMISAS”. Porque su padre habia protegido su riqueza. E] viaje de Fenton a la alteridad conduce a un area prohibida de si mismo. Su forma intima de ganar la coleccién exética en- cuentra un drea de deseo, excluida y vigilada. La ley se preocupa de la propiedad. El andlisis ¢lasico de C. B. Macpherson sobre el “individuali: _mo posesivo” de Occidente (1962), sigue el rastra del surgimiento, en el siglo XVII, de un ideal de sujeto como propietario: el indivi- duo rodeado.de bienes y propiedades acumuladas, El mismo ideal ~ parece cierto para las colectividades que hacen y rehacen sus “su- jetos” culturales. Por ejemplo, Richard Handler (1985) analiza la construccién de un “patrimonio” cultural de Quebec, basdndose en Macpherson para desenredar los supuestos y paradojas invo- lucradas en “poseer una cultura”, seleccionando y fomentando una “propiedad” colectiva auténtica. Su andlisis sugiere que esta identidad, sea cultural o personal, presupone actos de recoleccién 259

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