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Roberto Frías Pedro Juan Gutiérrez (Cuba, 1950) ha sido vendedor de

helados, cortador de caña, soldado y periodista. Ahora,
además de escritor, es pintor, escultor y poeta visual. En España
se dio a conocer con la colección de relatos Trilogía sucia de La
Habana y la novela El rey de La Habana. Es el símbolo del
escritor cubano que vive aún en su país a principios del siglo
XXI: no deja de escribir sobre las contradicciones de la vida
diaria en la isla, de los momentos más crudos en el tránsito
para sobrevivir y, al mismo tiempo, de la esperanza, el
optimismo y una especie de joíe de vivre cubana, un
imperecedero hedonismo mestizo que mantiene a flote a un
país entero. Su literatura no es cerebral ni política ni culterana,
está inmersa en las relaciones humanas, los lazos afectivos y los
orígenes de recursos alternativos para llevar una vida
"normal" en Cuba. Su más reciente libro es El insaciable
hombre araña, publicado por Anagrama. ,
u I

• Roberto Frías: ¿Termina con esre libro

el ciclo sobre La Habana?
Pedro Juan Gutiérrez: Es el cuarto
libro de un ciclo que quizá se cierra con
cinco libros, es decir, comenzó en el 98
con Trilogía sucia de La Habana, sigue en
el 99 con El rey de La Habana, luego
en el 2000 con Animal tropical, ahora
con El insaciable hombre araña y quizá
se cierre el año que entra con Carne de
perro. Terminaría así un ciclo de libros
cuya acción se desarrolla en Centro
Habana, y básicamente con este persona-
ie, redro Juan, al que por cieno, en El
insaciable hombre araña, nunca se le
llama así. Se puede intuir que es el perso-
naje de la trilogía y que de todos modos
se comporta de esa manera. Creo que es un
ciclo de cinco libros en el que exploro
un poco la realidad cotidiana que me
22 rodea. Llevo 16 años viviendo ahí, en
Centro Habana. Conozco La Habana,
aunque nací en Matanzas. Estudié perio-
dismo en la Universidad de La Habana.
Es una ciudad fascinante, pero todo debe
terminar. Para mí son libros muy doloro-
sos, muy autobiográficos. Cada vez que
termino uno me quedo muy mal.
Terminé Animal tropical y pensé en
parar por un año, inne a España dos o
tres meses, cambiar de ambiente, de
temas, de gente. Pero lo que en realidad
pasó es que comencé a escribir cuentos
de El insaciable... y, como me sucedió con
la trilogía, se fueron concatenando uno
con el otro: así que de algún modo es un
libro de cuentos, pero también un relato
largo, una novela.
Frías: Tus libros hablan de 10 cotidiano
con un lenguaje muy alejado del barro-
quismo de Sarduy o Carpentier. ¿Nunca
te atrajo este tipo de lenguaje?
 Gutiérrez: A mí siempre me molestó mucho el barro-
quismo. La retórica excesiva de la literarura hispanoa-
mericana. Cuando ruve que esrudiat a los autores del
iglo de Oro lo hice a regañadientes; no me quedaba
más remedio que leer a GÓngora. Me molesta mucho
porque el idioma español se presta mucho para formar
un gran carnaval con las palabras. Y esa retórica exce-
siva, en este momento es muy cargante, incluso moles-
tl. Yo escribo a mano y pienso que lo hago como un
castigo porque te cansas, físicamente, y tú sabes que tie-
nes que escribir muy apretado, ser muy conciso para
decir lo que quieres decir. Prefiero tener más contenido
y poco continente, el continente necesario nada más. Y
esrocreo que me viene por autores como Mark Twain,
Sherwood Anderson, Mailee; Capote, Dos Passos.
Cuando vivía en Matanzas me escapaba de la realidad
circundante al refugiarme en la biblioteca, que era exce-
lente. Esto fue en los años sesenta, cuando la situación
era algo dura. Me topé con Desayuno en Tiffany's de
'
Truman Capote cuando era un adolescente. Me dije:
"Yo quiero escribir así, parece que no está haciendo
pul ""S' nndo N!
literatura, que simplemente lo escribe y lo da a la
enta". Cretflue así tOmé la decisión de escribir,
~Iru ... Y
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eso no
OOmo lo
estudiar r
=
o por lo
y o podía, al ue despué e hacerlo, la
ersidad, po carrera de ' 'mo. Yo pe ba
que debía viajar, vivir intensamente, no estudiar Ite-
rarura, y leer lo que me diera la gana.
Frías: ¿Cómo es para ti el contraste entre la realidad
cubana, la de todos los días, y aquélla a la que te enfren-
[3S cada vez que sales de tu país para presentar un
libro?
Gutiérrez: Recuerdo que Jorge Herralde y yo habla-
mos por teléfono, y le dije que quería presenrar la
Trilogía sucia de La Habana en Barcelona porque es un
libro que se presta para manipulaciones poüticas y no
me interesa que me manipulen políticamente los unos
oi los otros. Mi literatura no es politica, puede tener
muchas lecturas pero no es política, y yo quería estar
presente en Barcelona. Y Herralde no me invitaba;
tenía que enviarme los boletOs de avión para yo poder
salir de Cuba. Mi capital en ese momento eran 70 dóla-
res, si mal no recuerdo; estoy hablando de septiembre
del 98. Mi vida siempre ha estado marcada por dos ni-
veles. Yo siempre me he podido manejar entre los fon-
dos bajos y lo superior. Por ejemplo, yo vivía en
Matanzas, en un solar, era muy pobre y se trataba de
una época difícil. Sin embargo, tenía dos tíos muy ricos
en La Habana: uno era el gerente de la Ford Motor
Company en Cuba y el otrO había sido ministro de
MARAVilLAS Y CURIOSIDADES. MUNDOS INEDrTOS DE LA UNIVERSIDAD
VIRGINIA ÚASING y EVANGEUNA VILLARREAL
Hacienda de un gobierno anterior al de Batista. Gente
que hablaba inglés perfectamente, que tenía colecciones
de libros y viajaba a Estados Unidos constantemente.
Ellos como que me adoptaban. Me enseñaban arte y
música, me llevaban a los museos. Así que vivía como
en dos mundos: pasaba 15 días con mis tíos en La
Habana y luego regresaba a Matanzas para seguir ven-
dicndo helados con mi padre o historietas.
Frías: En ru obra es recurrente la sexualidad. Una
sexualidad transgresora pero muy viva. Podría estable-
cerse una gran discusión sobre la Cuba actual, desde
diversos ángulos, el político, el moral, el social, si nos
basáramos tan sólo en lo que sugiere la sexualidad que
se manifiesta en tu obra.
Gutiérrez: Cuba está pasando por una crisis económi-
ca muy violenta y la gente sobrevive como puede. Sí, hay
que venderse por una lata de sardinas; el problema
es que "hay que venderse" por una lata de sardinas. Pero,
más allá de eso, Cuba es un país mestizo, una mezcla de
españoles y africanos. Africanos muy bien selecciona-
dos. La esclavitud fue un proceso de selección natural
terrible y cruel, pero perfecto, porque simplemente aquel
que no aguantaba se moría en el barco o lo dejaban
moría des~u'
,,"do ro
caña, a. Yeso, t .
a látigo limpio, cor-
terrible, fue una
lección perf . Me parece tO mestizaje nos
uda a sobr r la vida. de ese mestizaje
a sexualidad, un poco alocada e los cubanos, real-
mente es así. Yo no hago ficción en ese sentido; al con-
trario, tengo que estar reduciendo la realidad. Nosotros
hacemos un chiste con cualquier cosa. Cuando estamos
peor, cuando hay más hambre, miseria o una situación
dificil, tenemos el escape de echarnos un trago de ron,
hacer una rumbita de cajón; de hecho se llama así por-
que se hace con un cajón de madera; no hacen falta la
guitarra ni las maracas. Alguien se pone a cantar, se
arma una cumbanchita, una fiestecita, y aquello termi-
na con un poco de sexo. Claro, a veces no. de trabaj
Frías: No hay muchos escritores como tú en Cuba, que
se ocupen de la vida cotidiana en la isla. ¿La censura
tiene que ver con esto?
Gutiérrez: Quizá pueda haber un poco de autocensura
en algunos escritores. Yo, por lo menos, no he tenido
ese problema. Creo que la literatura es uno de los
pocos espacios de libertad que quedan para el pensa-
miento en el mundo, y gracias a editores que son muy
respetuosos, como Jorge Herralde. Ése es el espacio
que debe defender el escritor. No se puede dejar mani-
pular. Un escritor es un país independiente, y tiene que
a
ayudar al lector abrir sus espacios de libertad y pen-
samiento.• 23
I INSTITUTO DE BIOTECNOlOGIA