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PROYECTO:

CLUB DE LECTORES “CLUB DE LECTORES”

RESPONSABLE: GRACIELA MARIA MOLINA


CATEGORÍA: ESCUELA PRIVADA URBANA

De cómo lo inespecífico devino en lectura (una justificación que enmarca)

Quizás porque discutir y disentir suele estar en el comienzo de los cambios,


quizás porque las palabras no son de dirección única, quizás porque la interpretación del
mundo de cada uno siempre tiene que ver con las múltiples direcciones que tuvieron las
palabras en las que nos criamos, y por eso, ante todo cambio, la discusión y el disenso
pueden convertirse en plataforma de despegue… Quizás por esto, y quizás porque las
diversas interpretaciones del mundo que se confrontaron en aquellos tiempos, tenían en
común un mismo sueño, es que surgió este proyecto.
Porque allá por el 2007, un grupo pequeño de profesoras del Instituto Paula
Albarracín de Sarmiento, (IPAS) de Villa Allende,(esta escuela es una cooperativa de
enseñanza, que cobra una cuota baja, por lo que recibe a una población estudiantil de
similares características a las de la escuela pública, proveniente de familias de bajos y
medianos recursos), habíamos hecho un curso sobre Prevención Inespecífica de
Adicciones, en un marco de capacitación docente continua, en el cual se enfocaba el
problema de la drogadicción de una manera novedosa para nosotros, contraria a los
viejos y fracasados formatos policiales de “guerra a las drogas” que ya habíamos
comprobado no tenían ninguna llegada real a los chicos. El tema nos venía preocupando
a todos, por lo que la dirección de la escuela nos pidió que lo replicáramos entre
nuestros compañeros, y así lo hicimos en forma de talleres. Hubo explosión de
discusiones y disensos, obviamente. La palabra adicciones es una de múltiple carril, y
una de las que mejor revela cuán diversas pueden ser las interpretaciones del mundo, y
cuán diversas las maneras de ser docente. Pero el concepto de prevención inespecífica 1
finalmente tomó arraigo, y entonces surgió la necesidad de llevar a cabo acciones
concretas.
Un año después, en 2008, ya estábamos listos para inaugurar los Talleres
Extracurriculares como espacios de prevención inespecífica para los adolescentes de
nuestra escuela. El Consejo de la Cooperativa aprobó el proyecto general: talleres de
una hora y media semanal, fuera del horario escolar, abiertos a todo el alumnado, de
concurrencia absolutamente voluntaria. Las discusiones acerca de qué tipos de talleres
eran más o menos convenientes, siguieron y aún hoy siguen: para algunos, era
suficiente con ofrecerles algo de su interés que los contuviera fuera de la calle; para
otros de nosotros, sólo puede servir de prevención un taller que continúe trabajando en
la cabeza de los chicos mucho más allá de la hora y media de presencia física, y para
eso debían ser artísticos; pues como dice Inés Moreno2: “el arte sensibiliza, permite

1
Después de las discusiones y lecturas en estos talleres internos, pudimos definir sintéticamente a la prevención inespecífica
como aquellas acciones generales no relacionadas directamente con el fenómeno, sino que se dirigen a trabajar sobre las causas o
factores que originan o fomentan el problema de las adicciones, especialmente creando espacios que promuevan y estimulen en
el sujeto la discusión, el diálogo, la reflexión, la participación, en un proceso de encuentro consigo mismo y con los otros, y que
brinde el marco para canalizar y elaborar necesidades e impulsos, y explorar y descubrir nuevas alternativas para accionar y
vincularse, en un proceso de construcción de la propia identidad, que consiste en la comprensión de sí mismos y de otros, y que
se elabora “ junto con”, “al lado de” otros, condicionados tanto por factores estructurales, como por su historia en particular.
2
MORENO Inés: El juego y los juegos. Ed. Lumen Humanistas. Buenos Aires. 2005. Citada en Revista Margen, N° 48, septiembre
de 2008.
compartir con otros el dolor, la temporalidad, la fiesta, la muerte, la incertidumbre, que
constituyen sensaciones y emociones básicas del alma, promueve un ámbito
intersubjetivo para comprender al otro, que vive angustias y alegrías, tan humanas como
las propias”
“A MÍ, DÉJENME LA LECTURA, y todo lo demás vendrá por añadidura”,
recuerdo que pensé, y clamé...
Porque si el trabajo de prevención inespecífica se basa en proveer ámbitos,
espacios y oportunidades para que los adolescentes puedan desarrollar materiales
culturales y simbólicos que les permitan crear una identidad, alimentar una interioridad,
repensar y redefinir su posición en la sociedad y su futuro, abriéndose del discurso
hegemónico e impuesto que les dice quiénes son, o mejor dicho, quiénes “no son”,
porque si de sembrar campos de posibilidades se trata, para que ellos mismos realicen
un proceso activo para leerse a sí mismos y a su mundo, porque si imaginar mundos
posibles puede habilitar el deseo y la esperanza de transformar el propio
mundo...entonces, nada más perfecto, más adecuado y más indispensable, a mi entender
, que la lectura.
“A MÍ, DÉJENME LA LECTURA”, clamé otra vez, y reclamé…Y me la
dejaron. Y así nació El Club de Lectores del Instituto Paula A. de Sarmiento. Nació en
compañía: Teatro, Música, Artes Plásticas, talleres que a lo largo del tiempo han
demostrado que los adolescentes pueden arbitrar las maneras más ricas de construirse
en el mundo.

Desde el vamos, supe que sería un Club, y no un taller. Un Club para que
todos, incluyéndome, fuéramos socios, en una relación horizontal e igualitaria, donde
todos tuviéramos algo que enseñar y que aprender. De Lectores, porque todas las
acciones de los socios girarían desde y hacia la lectura, y desde ahí, hasta donde el
vuelo de las páginas nos llevara. ( Como profesora de Literatura de la escuela, trabajo y
he trabajado la lectura desde el humor, el placer y el goce, pero es inevitable que las
exigencias del sistema, especialmente la acreditación de notas, contamine en cierta
forma la relación con los libros: era indispensable , entonces, crear un espacio donde
ese imaginario pudiera quebrarse, y yo ya no fuera “la profe” , ni ellos “los alumnos”,
ni los libros “una obligación”, por más placentera que se les presentara ). Podríamos
haberle puesto un nombre de fantasía al Club, pero los chicos entendieron tan bien esto,
que ellos mismos propusieron que el Club de Lectores se llamara “Club de Lectores”,
como una especie de broma secreta.

CREDO (otra justificación, que intenta explicar lo inefable)

Creo profundamente, con Manguel3, que “somos lo que leemos”. Creo en


Barthes, en ese Barthes exagerado y utópico, cuando dice que “sólo hay que enseñar
literatura”, porque a ella acuden todos los otros saberes, y que se trata de enseñar la
duda unida al goce y, aludiendo a Nietzsche, afirma que se trata de “estremecer la
verdad”4 Creo en Bajtin, que puso palabras a mi experiencia y a mi intuición, cuando
me enseñó tan claramente de qué manera la literatura como género secundario implica a
todos los géneros primarios, y así, el entrenamiento lector en textos literarios no sólo
abre la comprensión a textos cada vez más complejos, sino que, en un círculo perfecto,
permite la relectura y la comprensión profunda de los textos primarios5, los de la vida

3
Manguel Alberto: Una historia de la lectura. Madrid, Alianza editorial. 1998
4
Barthes Roland y otros: Literatura y educación. Centro Editor de América Latina. 1992.
5
Bajtin Mijail: Estética de la creación verbal. Siglo XXI Editores. México. 1998.
diaria, ahora con juicio crítico. Y en la misma línea, creo con Paulo Freire, ese viejo
maravilloso que nunca deja de hablar en presente, que “la lectura del mundo precede
siempre a la lectura de la palabra y la lectura de ésta implica la continuidad de la
lectura de aquél”6, es decir que la llegada de la palabra ilumina la anterior lectura del
mundo, permite releerlo y reescribirlo para transformarlo a través de la acción
consciente. La lectura crítica que lleva a comprender un texto implica la percepción de
las relaciones que hay entre texto y contexto, especialmente desde lo que creíamos que
era el mundo y nuestro lugar en él en aquella primera lectura instintiva, hasta lo que
empezamos a creer a partir del juego abierto por la comprensión, por la palabra-mundo:
lo que somos, lo que podemos llegar a ser.
Creo profundamente en la lectura literaria como el atajo que puede llevar al
adolescente de una interioridad difusamente rebelde a una conciencia ciudadana, a una
vinculación entre las más diversas realidades y la propia intimidad, creo profundamente
que la lectura ayuda a desarrollar todas sus capacidades de comprensión, tanto
razonadoras como creativas, en sus más finos y sutiles matices, y que al ampliar el
mundo de su pensamiento, se amplía el mundo de su libertad. Creo que la lectura hace
crecer. Creo en la lectura-consuelo, cuando les pasan cosas terribles. Creo en la lectura-
evasión, cuando hay que escapar hasta que las heridas sanen. Creo en la lectura-
provocación, a la hora de enfrentar lo que les pasa. Creo en la lectura-compromiso, a la
hora de decidir. Creo en un camino lector orientado por buenos criterios, pero también
creo en la lectura voraz e indiscriminada - como lo fue la mía- porque sé que al final la
lectura siempre hace su trabajo. Creo en la lectura. Punto.
Y sobre todo, creo en mí como lectora, apasionadamente lectora, absolutamente
consciente de mis limitaciones y de mis falencias, pero totalmente convencida de que
mis mejores elecciones en la vida, mis decisiones más libres, más comprometidas y más
arriesgadas, estuvieron signadas de alguna manera por mis lecturas.
Los OBJETIVOS del proyecto, por lo tanto, están imbricados en todo esto.
Técnicamente, los podría enumerar de la siguiente manera:
- En el marco de la prevención inespecífica de adicciones, crear un espacio donde los
adolescentes, a través de los modos que la literatura propone para hablar de la realidad y
de la existencia, puedan reflexionar, íntimamente y junto con otros, acerca de su propia
identidad en construcción, de sus derechos, de sus opciones de libertad en medio de su
contexto social.
- Desde el punto de vista de la lectura en sí: propiciar momentos, espacios y recursos
para un encuentro gozoso de los jóvenes con la literatura, abriendo el juego de las
múltiples interpretaciones y de la intertextualidad como lectores activos, en un
desarrollo paulatino de su autonomía lectora y de su gusto literario, para que se
convierta en una experiencia que perdure y se replique.
- Desde todo punto de vista: leer, leer y leer, y hablar de lo que se lee, y contagiar lo
que se lee, y hacer un proceso de metalectura, donde los socios del Club hagan
consciente su propio proceso lector y lo valoren.
-Generar instancias de socialización de la experiencia del Club, para la familia y el resto
del alumnado, en distintas ocasiones como actos escolares, recreos, salidas y en los

6
Freire, Paulo "La importancia del acto de leer". En: La importancia de leer y el proceso de liberación .Siglo XXI Editores.
México 1991
cierres anuales, animándolos a leer para otros y a recomendar lecturas con criterio
propio.
Y no tan técnicamente, vivencialmente, si se quiere:
-Leer mientras comemos torta, dejar de leer para escucharnos y darnos apoyo en
momentos difíciles, y compartir la alegría de los momentos buenos.
-Encontrar formas respetuosas de integrarnos en un mismo ámbito personas de distintas
edades y experiencias, dado que el Club se compone de adolescentes de distintas
edades…y yo.
-Creer que podemos, que todos pueden.
- Y encontrarnos, y querernos, y cuidarnos.

METODOLOGÍA, o de cómo se necesitarían 100 páginas para explicarla:


El Club se reúne una vez por semana, en horario extraescolar, de 19 a 20,30. Esto
quiere decir, que los chicos de la tarde, se quedan, y los de la mañana vienen,
aunque todos podrían elegir hacer otra cosa. Técnicamente, otra vez, podría
sintetizarla de la siguiente manera:
El Club se inicia, cada año, con la discusión de gustos e intereses literarios de
todos los participantes, de los que ya son lectores y de los que nunca leyeron
mucho. A partir de ahí, se va formando un corpus de libros con el aporte de los
propios chicos, del mío, y de la Biblioteca de la escuela, con el debido control
de entrega y devolución por escrito. Se organiza un sistema rotatorio de
préstamo de libros, con devolución en plazos acordados. Cada libro devuelto
puede venir acompañado de un comentario oral que sirva para recomendarlo, o
de una crítica que dé cuenta de lo que no ha gustado o convencido en la lectura.
En algunos encuentros, les leo en voz alta, a veces textos elegidos a mi criterio,
a veces lo que ellos piden, y los estimulo para que hagan lo mismo con textos
seleccionados por ellos y que quieran compartir. Algunos socios que escriben
poesía o cuentos aportan sus propios textos en la ronda de lecturas orales, los
amantes de la música aportan letras de canciones de sus bandas favoritas, y
todos traen textos que de alguna manera los han impactado. Elegimos una
novela para que yo les lea voz alta, por capítulos, a lo largo del año. Se hacen
lecturas compartidas con padres de la escuela, y con el resto del alumnado en
ocasiones especiales como el Día del Libro, en salidas, actos, y en los cierres
anuales. Se invita a escritores y editores a compartir sus experiencias con el
Club. Se hacen paseos y visitas a la Feria del Libro y librerías. Esta dinámica se
viene sosteniendo, con variantes según aportes de los nuevos grupos, desde el
2008 hasta el 2012, y se prevé la continuación en 2013.

Por supuesto, esta explicación técnica de una metodología, no logra reflejar , ni


podría, lo que realmente ES el Club:

Que hablamos todos juntos, que nadie empieza a leer hasta que no circula el
mate y se han arrojado cual aves de rapiña sobre los criollitos que compraron
entre todos, o sobre las tortas con que se lucen algunos y algunas; que nunca
logré que hicieran ninguna recomendación por escrito, pero que se gritan en el
oído todo lo que les gustó o no les gustó de un libro; que se acomodan por el
suelo con almohadones, o alrededor de la mesa grande, pero que no hay mejor
postura para escuchar o leer, que con la cabeza apoyada en las rodillas de otro;
que las anécdotas orales , reales o imaginarias, que se disparan ante cualquier
motivación, se convierten en nuestro acervo de literatura oral más genuino, y en
el caldo sustancioso donde se genera la escucha respetuosa, la confianza para
las reflexiones y las críticas, los espejos donde se miran... Que se miden, se
provocan, se pelean, se enamoran y desenamoran; que algunos empezaron su
camino lector arrastrados por el deseo de enamorar a algún/na integrante…Que
se ríen a carcajadas. Que algunos vienen no tanto por la lectura, sino por el
abrazo y el afecto que nunca hacemos faltar. Que el avance del proceso lector
de cada uno se hace más evidente en el absoluto disfrute de los textos
humorísticos más exquisitos y complejos, aquellos de los que al principio no
entendían nada; que esto tiene que ver con el juego de “postas” que se va
haciendo año a año entre los socios más grandes, (los de los cursos más altos, y
también aquellos que siguen viniendo habiendo ya egresado de la secundaria ) y
los más chicos, los “nuevos” de cada año: la transmisión de ciertos códigos,
preferencias y modos de participación que se hacen unos a otros, que no sólo
NO inhibe el desenvolvimiento de los más chicos, sino que les acelera los
procesos de comprensión de textos y de vida. Por ejemplo, desde el primer año
en que yo se los propuse, ya son ídolos indiscutidos e indispensables Luis
María Pescetti7 y Leo Maslíah8, por lo que el primer encuentro de cada año
comienza indefectiblemente con la lectura de “Uh, qué lino”9, y con el canto a
coro, insoportablemente desafinado, de lo que ya se ha convertido en un himno
propio: “Perdón si te molesto con esta sonatina”10, de Leo Maslíah. … Que
aprenden a seleccionar sus propios textos, a explicar sus criterios y a leerlos en
voz alta: vaya mi agradecimiento eterno a Florencia, cuando eligió leernos un
cuento de caballeros andantes, y en vez de leer “las viseras” ( de los yelmos),
leyó todo el tiempo “las vísceras”, generando en cada lector un texto muy otro,
lo que hubiera hecho muy feliz a Barthes, y que indudablemente nos hizo muy
felices a todos… Que la intertextualidad se da naturalmente, por ejemplo: de la
muy disfrutada novela Capitanes de la Arena11, a la Revista La luciérnaga12 y
de ahí a experiencias reales de sus vidas; de los Asterix13 a la historia, a los
mitos, a las novelas heroicas; de los cuentos de terror, donde curiosean sobre el
mal y el miedo, a “Los sapos de la memoria”14, donde están el mal y el miedo,
cercanos y reales, de la última dictadura…De ahí a sus opiniones, a sus
esbozos de posicionamientos, a sus recursos de argumentación… Imposible
relatarlo todo: la metodología se hizo visible en tantas formas como libros
leímos: muchos, muchos más de lo que pueden quedar plasmados aquí.

PÚBLICO DESTINATARIO: En el Club de Lectores “Club de Lectores”


participan alumnos de 1° a 6° año del Instituto Paula A. de Sarmiento, de Villa
Allende, Córdoba, y ex alumnos en su calidad de egresados. Generalmente, se
sostiene un número estable de entre 18 y 25 socios. Está abierto a hermanos de

7
En el Club leímos TODO lo de Pescetti que pudimos conseguir.
8
De Leo Maslíah, les leí en voz alta algunos cuentos de La miopía de Rodríguez y otros cuentos. Ediciones de la Flor. Bs. As.
1993, y buscamos y disfrutamos videos con sus canciones más desopilantes.
9
En: Pescetti Luis María: Nadie te creería. Editorial Alfaguara. Buenos Aires. 2004
10
En : http://www.dailymotion.com/video/xhtq8u_leo-masliah-y-gustavo-lopez-manzitti-perdon-si-te-molesto-con-esta-
sonatina_music
11
Amado Jorge: Capitanes de la arena. Editorial Losada. Bs. As. 2004
12
La luciérnaga: Revista Cultural desde los chicos trabajadores de la calle y los sin techo. Córdoba. Todos los números, desde los
primeros de 1995, hasta los últimos de 2012, a disposición de los chicos para una lectura personal.
13
Goscinny, Uderzo: Asterix. Editorial Grijalbo/Dargaud. París. 1968. ¡La colección completa, donada por una amiga!!
14
Bialet Graciela: Los sapos de la memoria. Ediciones CB. Córdoba. 2003.
los participantes, y admite visitantes de todo tipo para encuentros especiales:
familiares, escritores, narradores, otros docentes…

EVALUACIÓN, o de cómo los resultados están en una Bitácora, y en unas


patas flacas que se pierden en la noche:
La evaluación es continua, y está entretejida en las propias actividades y
vivencias del Club a lo largo del año y de los años. Cuánto leyeron, cuánto
mejoraron sus estrategias de comprensión, cuánto se involucraron en el
compromiso de sostener la actividad y sostenerse, cuánto escucharon y dijeron,
cuánto se entregaron al disfrute de los textos, cuánto se permitieron rechazar,
con derecho y criterio propio, cuánto se les llenó la cabeza de sueños, como la
mejor barrera preventiva ante la desesperanza destructiva, cuánto de tanto,
cuánto de todo, se hace visible en resultados concretos, actitudes y logros en
su vida escolar, familiar, social. A veces la evaluación nos llega de miradas de
externas al Club, como la de la escuela que mira sus desempeños, la de los
padres que han sido contagiados de lectura y esperanzas por sus hijos, la de
amigos que comentan y se acercan. Pero la mejor mirada es la de ellos mismos:
de no entender casi nada a entender cada vez más; de no abrir la boca a
animarse a opinar y mostrarse, y leer en voz alta y narrar; de no saber muy
bien dónde hacer pie, a sentirse parte y orgullosos de un espacio que los
acompaña y los sigue acompañando cuando lo abandonan, dentro de su cabeza
y dentro de su corazón. Está también el Cuaderno Gordo: sin ninguna
sugerencia de mi parte, desde el 2008 han ido escribiendo todo lo que se les
ocurre en un cuaderno gordo que yo llevé para anotar los préstamos y que al
final se ha convertido en una especie de Bitácora de las pulsaciones del Club,
donde encuentro, entre pedidos y devoluciones, frases interesantes,
pensamientos profundos, dibujitos humorísticos, mensajes de amor para mí,
para ellos y para el Club, y que ha ido dibujando, sin querer, el trayecto
histórico de la experiencia: en 2008 se pusieron el nombre de Fundadores; en
2009, Sostenedores; en 2010 , Desarrolladores; en el 2011, Continuadores, y en
2012, ¡Arrolladores! . Valga este proceso de identidad como un tipo especial
de evaluación.
Y está la mía, la evaluación que yo misma puedo hacer desde mi mirada, y que
está resumida en esta imagen: es invierno, a la hora de salir del encuentro es
de noche y hace frío. En general se organizan para acompañarse mutuamente
hasta las paradas de colectivos, o hasta que los vengan a buscar, porque
aprendieron a cuidarse entre todos. Pero está el flaco o la flaca a los que nunca
vendrán a buscar porque las familias no dan para eso, y que no tomarán
colectivo porque no les pasa cerca de la parte del barrio en que viven… A esos
me los quedo mirando, mientras se alejan solitos por la calle oscura (ya aprendí
a no mostrarles preocupación, dicen ellos que me quede tranquila, que están
acostumbrados), figuritas de patas flacas que se van haciendo pequeñitas,
tragadas por esa calle que los conoce y los desconoce a la vez…Y pienso:
“Podrían haber elegido otra cosa, cualquier cosa. Pero vienen, y siguen
viniendo.” Y entonces sé que mientras caminan muertos de frío, tienen la
cabeza caliente de palabras y de sueños y de mundos posibles.

BIBLIOGRAFÍA
Bahloul Joëlle: Lecturas precarias. Estudio sociológico sobre los “poco lectores”.
Fondo de Cultura Económica. México. 2002.
Petit Michèle: Nuevos acercamientos a los jóvenes y la lectura. Fondo de Cultura
Económica. México. 1999
Marina José Antonio, de la Válgoma María: La magia de leer. Editorial Plaza y
Janés. Barcelona. 2005
Devetach Laura: Oficio de palabrera. Ediciones Colihue. Buenos Aires. 1993
Montes Graciela: El corral de la infancia. Fondo de Cultura Económica. México.
2001
Shua Ana María: Libros prohibidos. Editorial Sudamericana. 2003
Biber Graciela (compiladora): Mejores lectores para comprender el mundo de la
escuela y de la vida. Educando Ediciones. Córdoba. 2006
Barthes Roland. El placer del texto y la lección inaugural. .Editorial Siglo XXI,
Buenos Aires. 2008 Giardinelli Mempo: Volver a leer. Edhasa. Buenos Aires. 2006
Pennac Daniel: Como una novela.Editorial Norma. Buenos Aires. 1992
Freire, Paulo "La importancia del acto de leer". En: La importancia de leer y el
proceso de liberación .Siglo XXI Editores. México 1991
Bajtin Mijail: Estética de la creación verbal, Siglo XXI Editores, México, 1998.
Carballeda A. J.:La intervención en lo social. Exclusión e integración en los nuevos
escenarios sociales. Ed. Paidos. Buenos Aires.2004
Maslíah Leo: La miopía de Rodríguez y otros cuentos. Ediciones de la Flor. Bs. As.
1993
Bradbury Ray: Las doradas manzanas del sol. Editorial Minotauro. Bs. As. 1967
Pescetti Luis María: Nadie te creería. Editorial Alfaguara. Bs.As. 2004
Pescetti Luis María: Historia de los señores Moc y Poc . Editorial Alfaguara. Bs. As.
2003
Amado Jorge: Capitanes de la arena. Editorial Losada. Bs. As. 2004
Saint-Exupèry Antoine: El principito. Editorial Emecé. Bs. As. 1972
Plan Lectura: Programa Educativo Nacional para el mejoramiento de la lectura.
Todos.
Ricardo Mariño: Máximas y mínimas sobre estimulación de la lectura.
En http://www.imaginaria.com.ar/13/6/maximas_y_minimas.htm-° 136 |
LECTURAS | 1° de septiembre de 2004
1Bialet Graciela: Los sapos de la memoria. Ediciones CB. Córdoba. 2003.
Fontanarrosa, Roberto: El mundo ha vivido equivocado. Ediciones de La Flor.
Buenos Aires. 1983.
Cohen Esther: Prevención inespecífica en la adolescencia. En: DiproRed: http: //
www.Diproredcongresos.8m.com.
Maldonado Jorge, Maldonado Graciela: Prevención del uso indebido de drogas en el
ámbito escolar. En: http://www.espaciologopedico.com/articulos/. 2006

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