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http://agenciadenoticias.unal.edu.

co/detalle/cat/video/article/suelos-arcillosos-de-bogota-proclives-
al-hundimiento.html

El secamiento de las reservas hídricas del subsuelo de la capital colombiana es uno de los
principales factores que hunden de forma lenta a la ciudad. Evaluaciones hechas por varias
entidades prueban que hay sectores que se deprimen hasta 7,5 centímetros por año. Obras como el
futuro metro deberán tener en cuenta este fenómeno.

El hundimiento de grandes extensiones de suelos se conoce técnicamente como subsidencia y es


más frecuente de lo que se cree. En el mundo son varias las ciudades y regiones que sufren
significativos perjuicios económicos y daños en su infraestructura por cuenta de este fenómeno.

La subsidencia puede originarse por procesos naturales (endógenos), como fallas geológicas,
desplazamientos de las placas continentales o erupciones volcánicas; o por la acción del hombre
(exógenos), como la extracción del subsuelo de importantes volúmenes de agua, petróleo o gas, la
construcción de túneles o la sobrecarga extensiva del terreno. Son estos últimos los que mayores
daños suelen causar.

En la Sabana de Bogotá, desde hace un par de décadas, comenzó a evidenciarse este fenómeno con
el hundimiento de algunos sectores, lo que se atribuye tanto a las características geológicas del
terreno como a la intervención humana.

En primer lugar, el suelo de Bogotá está constituido geológicamente por depósitos de arcilla
formados por la desecación de un antiguo lago, con estratos intermedios y discontinuos de arenas y
suelos orgánicos. El espesor de los depósitos aumenta gradualmente desde las zonas próximas a los
cerros orientales, en donde tienen pocos metros de profundidad, hasta el sector occidental de la
Sabana, con sedimentos de hasta 600 m. En la parte media de la ciudad, cerca de la Universidad
Nacional de Colombia, el espesor varía entre los 180 y los 200 m. Se trata de grandes capas de
suelos relativamente blandos y compresibles.

El hundimiento de Bogotá se discute desde hace unos veinte años en foros sobre geotecnia de la
Sabana. En ese momento, se tenía ya evidencia de pérdidas importantes de presión del agua
subterránea por efecto de su extracción en municipios al occidente de la ciudad. Además, se
notaban descensos significativos del nivel del agua del suelo, lo que se conoce como nivel freático.

Esto también ha sido notorio en la zona urbana. Hace algunos años varias casas tenían aljibes
mediante los cuales extraían el líquido; hoy la mayoría han sido explotados en su totalidad. Por esta
razón, es necesario perforar más profundo. Pero, si la extracción no se acompaña de una infiltración
natural de agua lluvia que recargue el acuífero (que es el suelo o la roca donde esta se almacena), se
reducen las presiones en los niveles de extracción.

Gracias a estudios de entidades como Ingeominas, el Acueducto de Bogotá, la Secretaría Distrital


de Ambiente, el Fondo de Prevención y Atención de Emergencias (Fopae), así como de algunas
universidades y firmas de consultoría privadas, hoy se conocen las características hidrogeológicas y
geotécnicas de este suelo, lo cual es fundamental para plantear posibles modelos de subsidencia.

Las mediciones confirman que sí hay subsidencia en Bogotá. En un periodo de evaluación de unos
ocho años, en algunos sectores se detectaron tasas de un centímetro por año, mientras que en otros,
de hasta 7,5 cm. Los mayores valores se registraron en la zona industrial, en donde existen varios
pozos de extracción de agua.

En la Maestría en Ingeniería (línea de Geotecnia) de la UN se han adelantado tesis para evaluar


distintos aspectos del proceso de subsidencia. Y, en el año 2011, la Universidad hizo un estudio
para el Fondo de Prevención y Atención de Emergencias (Fopae) sobre la modelación geotécnica
del fenómeno.

Tales estudios permiten concluir que, dadas las características mecánicas de los suelos de la capital,
existe una estrecha correlación entre los descensos de presión del agua subterránea y el hundimiento
del terreno.

Sin embargo, pueden intervenir otros factores: extracciones de aguas freáticas o poco profundas
para construcción de sótanos de edificios; aumentos considerables de cargas producidos por el peso
de las nuevas construcciones en los suelos blandos; incluso, aspectos de tipo estacional
(relacionados con leves variaciones en los niveles del terreno en épocas de sequía y lluvia, por
efectos de contracción y expansión superficiales).

Se deduce, además, que dichas deformaciones no constituyen una amenaza severa para la
infraestructura de redes de servicios públicos, vías o edificaciones. Pero, a mediano y largo plazo,
las anomalías pueden incrementarse por factores como el aumento de la explotación del líquido o
construcciones en las partes altas de los cerros, sectores desde donde se recargan los acuíferos.

Este fenómeno debe ser evaluado durante los estudios del metro, porque tanto las excavaciones
como las extracciones de agua subterránea que se ejecuten durante su construcción pueden
ocasionar problemas de hundimientos que deben preverse desde las etapas de diseño, para evitar
daños en las edificaciones y vías de la superficie.
* Profesor asociado del Doctorado en Ingeniería (línea de Geotecnia) de la Facultad de Ingeniería
de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá.
http://noticias.lainformacion.com/asuntos-sociales/condiciones-sociales/bogota-tiene-125-
asentamientos-informales-con-230-000-habitantes-ong_h49QPOxTnbalZjoxAoK3W3/

Existen más de 55.450 hogares construidos de manera precaria en la capital de Colombia, según el
primer Informe de Asentamientos Informales de Bogotá realizado por Techo, que insiste en las
condiciones de pobreza vinculadas a este tipo de suburbios.

"Los asentamientos se ubican sobre la periferia, entendida esta no sólo en términos geográficos sino
sociales", indicó la ONG, que aclara que más de la mitad de estos barrios están concentrados en las
localidades de Usme y Ciudad Bolívar, al sur de Bogotá.

Las viviendas levantadas en los asentamientos carecen a menudo de servicios regulares de agua
potable, electricidad, gas o teléfono, aunque Techo señala la seguridad como una de las necesidades
prioritarias.

Los asentamientos, cuya población equivale a un 2,7% del total de Bogotá, tienen una alta presencia
de personas desplazadas por un conflicto interno que vive el país desde hace más de 50 años, que
según cifras oficiales ha expulsado a más de seis millones de personas de sus hogares.

"El 65% de los asentamiento informales de Bogotá cuentan con población desplazada", señaló
Daniela Carvajalino, directora social de Techo Colombia, citada en el comunicado.

Además, la población infantil (hasta 10 años) es mayoritaria en uno de cada dos asentamientos,
según el informe, elaborado a partir de entrevistas realizadas por unos 300 voluntarios.

En América Latina, 113 millones de personas viven en asentamientos irregulares, según datos de
Naciones Unidas.

Techo, nacida en Chile en 1997 y activa en Colombia desde 2006, define los asentamientos como
un grupo de ocho o más familias que viven en un terreno en situación irregular y que carece de
acceso formal, al menos a uno de los servicios básicos: electricidad, agua o alcantarillado.

atm/ad/ja

http://www.radiosantafe.com/2012/07/12/hundimientos-en-bogota-obedecen-a-subsidencia-y-
excavaciones-profundas-fopae/
El director del Fondo de Prevención y Atención de Emergencia, FOPAE, Ingeniero Javier Pava
Sánchez, aseguró que los diferentes hundimientos de suelo que se han registrado en diversos
sectores de Bogotá obedecen a varios factores, entre los que se encuentran, la subsidencia, es decir
el movimiento de una superficie hacia abajo, además de excavaciones profundas.
Pava Sánchez precisó que FOPAE como entidad responsable de la Gestión Integral del Riesgo,
coordina con otras entidades una mesa de trabajo permanente para definir acciones específicas que
se deben adelantar de acuerdo al tipo de hundimiento que se presenta en la ciudad.
El director de FOPAE explicó que una de las causas se debe a una alta incidencia del proceso de
aguas subterráneas y que esta circunstancia ha ocasionado que la ciudad se hunda de uno a cinco
centímetros por año, situación que tiene que ver con condiciones particulares de la ciudad, dado que
algunas zonas naturales de humedad fueron rellenadas o pavimentadas.
Así mismo, confirmó que en la ciudad en los últimos cinco años se han presentado alrededor de 30
hundimientos de impacto, asociados a excavaciones en edificaciones.
“Estos casos obedecen a construcciones donde se presentan problemáticas que se van
incrementando al realizar excavaciones profundas, generadas por la autorización de construcción de
edificaciones de mucha altura, creando cambios en las condiciones de excavación, las cuales
pueden llegar hasta los 10 metros de profundidad”, sostuvo el ingeniero Pava Sánchez.
De igual manera recordó que los procesos constructivos que se realizan en la capital requieren un
seguimiento permanente y la falta de rigor técnico generan hundimiento en zonas circundantes, no
obstante, algunos de ellos están relacionados con la acometida de redes o problemas de pavimento
que son responsabilidad de las entidades distritales.
Para el funcionario, esta es la consecuencia de haber asumido un ordenamiento de la ciudad sin
respetar los cuerpos de agua y las condiciones de la naturaleza.
En relación con la Constructora Pijao S.A. y el hundimiento de la calle 98 con carrera 11 como
consecuencia del edificio Green Office; el Director de FOPAE afirmó que se estableció que las
construcciones particulares que generen riesgo en la ciudad, deben responder al Distrito mediante el
ejercicio de la autoridad para defender los intereses de los ciudadanos.
Las declaraciones del Funcionario fueron entregadas durante la primera parte del debate citado por
la Comisión Tercera de Hacienda del Concejo de Bogotá, donde los cabildantes exigieron de la
Administración Distrital mayores compromisos para que cuando se presenten este tipo de
situaciones, se solucionen en el menor tiempo posible, además de determinar qué los origina.
HTTP://WWW.ELESPECTADOR.COM/NOTICIAS/BOGOTA/SUSPENSION-
CONSTRUCCION-DEL-METRO-DE-BOGOTA-INICIARIA-2-ARTICULO-598268

POR SUSPENSIÓN, CONSTRUCCIÓN DEL METRO DE BOGOTÁ INICIARÍA EN 2019:


EXPERTOS EN MOVILIDAD

Uno de ellos, exgerente de Transmilenio, aseguró que la suspensión del proyecto del Metro,
prácticamente hace perder la opción de que Bogotá cuente con este sistema de transporte.

El gerente de TransMilenio hasta agosto de 2012, Fernando Rey, se refirió este lunes a la decisión
del Gobierno Nacional, a través de la Financiera de Desarrollo Nacional, de suspender los procesos
vigentes para iniciar la construcción de la primera línea del Metro. Según Rey, esta decisión trae
como consecuencias demoras en la construcción del proyecto, sumada a la incertidumbre de
su ejecución.

Por tanto, Rey y otro experto en movilidad indicaron que la decisión que conlleva a la realización
de nuevos estudios para iniciar la mega obra, tendrían como resultado que la construcción del Metro
de Bogotá inicie aproximadamente en cuatro años, en la finalización del periodo de gobierno del
Alcalde electo de Bogotá, Enrique Peñalosa.

“No existen estudios que generen un cambio de trazado de túnel a viaducto, parece ser con esta
suspensión es que se va a hacer un nuevo análisis financiero y si ese análisis financiero resultaría
favorable se realizarían nuevos estudios. Veo muy lejana casi que perdida la opción de que
Bogotá tenga metro”, indicó el exgerente de Transmilenio en declaraciones recogidas por Caracol
Radio.

José Stalin, experto en movilidad, señaló a su turno que la decisión del Gobierno Nacional está
basada en una lógica política, debido a que Peñalosa ha señalado que prefiere que se realice un
Metro elevado en la ciudad.

“Es una decisión que se esperaba y que obedece al replanteamiento de la ruta del metro, los efectos
que tendrá, es que va a resultar más barato, pero va a ser un poco más demorado el inicio de
la ejecución”, indicó Stalin.

El Distrito manifestó su sorpresa por la decisión, asegurando además que no son claras las razones
por las que se tomó la decisión de interrumpir el Metro de Bogotá. El Alcalde Mayor de Bogotá,
Gustavo Petro y el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), se pronunciaron para pedir claridad
sobre las razones que llevaron a la suspensión del proyecto; Petro, al mismo tiempo, invitó a la
conformación de un movimiento social para defender el proyecto.

POLÍTICA & SOCIEDAD

Suelos arcillosos de Bogotá, proclives al hundimiento


Según el profesor Guillermo Ávila Álvarez*, la extracción de agua subterránea es una de
las causas del hundimiento del suelo en Bogotá, pero también intervienen otros factores.
Bogotá D. C., 10 de septiembre de 2012 — Agencia de Noticias UN-

http://agenciadenoticias.unal.edu.co/detalle/cat/video/article/suelos-arcillosos-de-bogota-proclives-
al-hundimiento.html

La Sabana de Bogotá era, antiguamente, un gran humedal, que se fue secando por diversas
circunstancias ambientales y de intervención humana. - Foto: Archivo particular.
Miniaturas
1/4: En varias construcciones del nororiente de Bogotá se evidencia la subsidencia del
terreno.

El secamiento de las reservas hídricas del subsuelo de la capital colombiana es uno de los
principales factores que hunden de forma lenta a la ciudad. Evaluaciones hechas por varias
entidades prueban que hay sectores que se deprimen hasta 7,5 centímetros por año. Obras
como el futuro metro deberán tener en cuenta este fenómeno.
El hundimiento de grandes extensiones de suelos se conoce técnicamente como subsidencia
y es más frecuente de lo que se cree. En el mundo son varias las ciudades y regiones que
sufren significativos perjuicios económicos y daños en su infraestructura por cuenta de este
fenómeno.
La subsidencia puede originarse por procesos naturales (endógenos), como fallas
geológicas, desplazamientos de las placas continentales o erupciones volcánicas; o por la
acción del hombre (exógenos), como la extracción del subsuelo de importantes volúmenes
de agua, petróleo o gas, la construcción de túneles o la sobrecarga extensiva del terreno.
Son estos últimos los que mayores daños suelen causar.
En la Sabana de Bogotá, desde hace un par de décadas, comenzó a evidenciarse este
fenómeno con el hundimiento de algunos sectores, lo que se atribuye tanto a las
características geológicas del terreno como a la intervención humana.
En primer lugar, el suelo de Bogotá está constituido geológicamente por depósitos de
arcilla formados por la desecación de un antiguo lago, con estratos intermedios y
discontinuos de arenas y suelos orgánicos. El espesor de los depósitos aumenta
gradualmente desde las zonas próximas a los cerros orientales, en donde tienen pocos
metros de profundidad, hasta el sector occidental de la Sabana, con sedimentos de hasta
600 m. En la parte media de la ciudad, cerca de la Universidad Nacional de Colombia, el
espesor varía entre los 180 y los 200 m. Se trata de grandes capas de suelos relativamente
blandos y compresibles.
El hundimiento de Bogotá se discute desde hace unos veinte años en foros sobre geotecnia
de la Sabana. En ese momento, se tenía ya evidencia de pérdidas importantes de presión del
agua subterránea por efecto de su extracción en municipios al occidente de la ciudad.
Además, se notaban descensos significativos del nivel del agua del suelo, lo que se conoce
como nivel freático.
Esto también ha sido notorio en la zona urbana. Hace algunos años varias casas tenían
aljibes mediante los cuales extraían el líquido; hoy la mayoría han sido explotados en su
totalidad. Por esta razón, es necesario perforar más profundo. Pero, si la extracción no se
acompaña de una infiltración natural de agua lluvia que recargue el acuífero (que es el
suelo o la roca donde esta se almacena), se reducen las presiones en los niveles de
extracción.
Gracias a estudios de entidades como Ingeominas, el Acueducto de Bogotá, la Secretaría
Distrital de Ambiente, el Fondo de Prevención y Atención de Emergencias (Fopae), así
como de algunas universidades y firmas de consultoría privadas, hoy se conocen las
características hidrogeológicas y geotécnicas de este suelo, lo cual es fundamental para
plantear posibles modelos de subsidencia.
Las mediciones confirman que sí hay subsidencia en Bogotá. En un periodo de evaluación
de unos ocho años, en algunos sectores se detectaron tasas de un centímetro por año,
mientras que en otros, de hasta 7,5 cm. Los mayores valores se registraron en la zona
industrial, en donde existen varios pozos de extracción de agua.
En la Maestría en Ingeniería (línea de Geotecnia) de la UN se han adelantado tesis para
evaluar distintos aspectos del proceso de subsidencia. Y, en el año 2011, la Universidad
hizo un estudio para el Fondo de Prevención y Atención de Emergencias (Fopae) sobre la
modelación geotécnica del fenómeno.
Tales estudios permiten concluir que, dadas las características mecánicas de los suelos de la
capital, existe una estrecha correlación entre los descensos de presión del agua subterránea
y el hundimiento del terreno.
Sin embargo, pueden intervenir otros factores: extracciones de aguas freáticas o poco
profundas para construcción de sótanos de edificios; aumentos considerables de cargas
producidos por el peso de las nuevas construcciones en los suelos blandos; incluso,
aspectos de tipo estacional (relacionados con leves variaciones en los niveles del terreno en
épocas de sequía y lluvia, por efectos de contracción y expansión superficiales).
Se deduce, además, que dichas deformaciones no constituyen una amenaza severa para la
infraestructura de redes de servicios públicos, vías o edificaciones. Pero, a mediano y largo
plazo, las anomalías pueden incrementarse por factores como el aumento de la explotación
del líquido o construcciones en las partes altas de los cerros, sectores desde donde se
recargan los acuíferos.
Este fenómeno debe ser evaluado durante los estudios del metro, porque tanto las
excavaciones como las extracciones de agua subterránea que se ejecuten durante su
construcción pueden ocasionar problemas de hundimientos que deben preverse desde las
etapas de diseño, para evitar daños en las edificaciones y vías de la superficie.
* Profesor asociado del Doctorado en Ingeniería (línea de Geotecnia) de la Facultad
de Ingeniería de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá.
http://www.elespectador.com/noticias/bogota/construccion-del-metro-inicia-2017-
articulo-601580

La licitación para el Metro de Bogotá elevado podría abrirse en octubre de 2016; la


construcción del sistema de transporte iniciaría en febrero de 2017. Así lo anunció
Enrique Peñalosa, alcalde electo de Bogotá, quien durante el Congreso Nacional de
Infraestructura que se desarrolla en Cartagena reiteró su compromiso con la construcción
del Metro, sobre el que manifestó que se hará elevado.

El alcalde electo señaló que la construcción del Metro de Bogotá se hará buscando el
menor riesgo de sobrecostos, que sería directamente proporcional a un mayor beneficio
para la ciudad. Destacó además que su decisión obedece a un ‘mandato ciudadano’ y no a
un deseo de él como gobernante.

‘‘La diferencia es de unos cuatro meses y entonces podemos hablar que podríamos estar
abriendo licitación del tramo Sur, hacia febrero del año 2017 y la obra podría estar
empezando construcción en el segundo semestre de 2017", resaltó Peñalosa durante su
intervención que fue recogida por Caracol Radio.

De esta manera, Peñalosa confirmó que el Metro de Bogotá se hará en dos tramos y será
elevado.

‘‘Aquí vamos hacer las inversiones que sean responsables porque yo no tengo ningún
interés en hacer campañas políticas después de esta alcaldía. Aquí vamos hacer las
inversiones que sean responsables y que cada peso logre la mayor cantidad de kilómetros
de Metro", agregó el mandatario, que no pudo asistir a su entrega del documento que lo
acreditaba como Alcalde de Bogotá, debido a su presencia en el evento de
infraestructura. (Lea acá: Carlos F. Galán recibió credencial de Enrique Peñalosa como
Alcalde de Bogotá).

Así mismo, Enrique Peñalosa explicó que un metro completamente subterráneo no podría
llevarse a cabo, debido al alza en el precio del dólar, además de los sobrecostos que
representaría un metro subterráneo.

El mandatario distrital que iniciará su administración el 1 de enero de 2016, concluyó su


intervención asegurando que su decisión también está basada en lo que ha manifestado el
Gobierno Nacional, que ha reiterado continuamente que no asumirá ningún tipo de
sobrecosto que pueda presentarse durante las obras.

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